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LECCION XIII
1º En primer lugar, 6 factores fijos, representando la consulta, "El ka", "El ba", "La
sombra", "El luminoso" y "El nombre" del consultante.
2º En segundo, 72 móviles, 24 de ellos representados por otros tantos fonogramas y
48 signos auxiliares que les sirven de complemento.
3º En tercero, asignando a los 6 factores fijos la misión de plantear el problema, y
a los 72 móviles la de resolverlo.
Lo primero era relativamente fácil, pues como ciencia divina que se consideraba
la predicción, sólo se recurría a ella en los asuntos de sumo interés y animados de la más
profunda reverencia. En cuanto a lo segundo y tercero, si bien la generalidad de los
egipcios tenían un regular conocimiento del significado de los símbolos, era labor
encomendada exclusivamente a sacerdotes, que educados desde la más tierna infancia
para el ministerio que debían ejercer, lo ejercían en forma casi espontánea, más bien
movidos por el conocimiento intuitivo que les comunicaba el consultante, que como una
labor conscientemente dirigida, con lo que problema y solución, aunque involuntario el
uno y voluntaria la otra, los dos participaban más de lo que hay en el hombre de
subconsciente que de lo consciente. La arraigada creencia del Día y la Noche de la creación
y del mundo visible e invisible que durante tantas generaciones se había cultivado en
aquel pueblo y que tan fielmente interpretaba el simbolismo de los Arcanos y el de la
arquitectura de los monumentos en que se practicaba la predicción, no sólo contribuía
eficazmente a que así fuese, sino que contrarrestaba los impedimentos que se opusiesen a
ello. Tal es, en breve, lo que se conoce respecto al método de que se servían en las tierras
del Nilo para inferir el saber contenido en el Libro de Thot. Veamos lo que corresponde
que hagamos nosotros para obtener el mismo conocimiento, comenzando por lo relacionado
con la preparación del discípulo.
Cual ocurre con todos los métodos, el de predicción por inspiración psíquica, si bien
más propio para determinadas personas, en todos los casos produce mejores resultados en
la medida que se dispone de las siguientes asistencias:
Sumados los cinco factores positivos a los siete negativos que indica remos, cualquier
persona tiene las doce bases que le permiten ser buen estudiante, y edificando sobre esas
bases lo que ha de ser el buen maestro, hay muchas probabilidades de que en un tiempo
relativamente corto pueda leer con cierta facilidad algunos de los muchos misterios que
revela el libro y su método a quien se sirve de ambos con la debida preparación.
Conocimiento de los fundamentos: En esta obra —con especialidad en las lecciones
IV y V— se explican racionalmente varios de los elementos que hacen posible la ciencia de
las anticipaciones. Hay otras muchas obras que contienen enseñanzas valiosas sobre el
tema. La predicción por inspiración psíquica a base de los Arcanos es una rama de esa
ciencia. Si el estudiante se identifica plenamente con esas enseñanzas, y si no ceja en
su empeño hasta tener una idea clara de lo que es el conocimiento trascendente y los
medios a través de los cuales se manifiesta, es muy seguro que, en menor o mayor
grado, sus esfuerzos logren la debida compensación.
Identificación con el proceso que se sigue: Por proceso entendemos el acto de
delinear el mapa con los Arcanos e interpretar su sentido. Ese acto consta esencialmente
de dos partes, la primera dedicada al planteo del problema; la segunda a su solución.
Las dos son igualmente importantes. Como veremos, hay diversos procedimientos para lo
uno y lo otro, unos especialmente indicados para determinadas consultas, pero todos
eficaces si se emplean con la debida propiedad. Basados en la identificación de los principios
que rigen ese proceso, los buenos maestros adaptan los principios a sus disposiciones
naturales y crean el procedimiento propio, que por serlo les permite mayor espontaneidad
al delinear el mapa y más fidelidad al interpretarlo. Hasta llegar a esas alturas, el
estudiante tiene que conformarse con los métodos clásicos que ofreceremos, y
practicándolos hasta aprenderlos de memoria y ejecutarlos con desenvoltura, tratará de
obtener de ellos la misma eficiencia que logran los maestros con los suyos.
Las condiciones propicias: La buena cosecha es el feliz resultado de una buena
semilla, sembrada a su tiempo, en tierra generosa, cultivada en las buenas condiciones
de tiempo y lugar que la semilla necesita. Hay diversos factores que influyen
negativamente en la delineación del mapa y su interpretación, principales entre
ellos, los siguientes:
Ritual en el ministerio
y dedicación de los Arcanos
En todo acto de predicción por medio del Libro de Thot entran cuatro
agentes: el individuo, los Arcanos, el tiempo y el lugar. El individuo provee las
facultades, los Arcanos los símbolos a través de los cuales las facultades se
manifiestan, el tiempo la particular influencia cósmica que favorece o dificulta la
actualización de la facultad, y el lugar el ambiente propicio en que adquiere
realidad todo ello. Así como es condición que las facultades se desarrollen a medida
que se ejercitan con mayor frecuencia y más abundantes son los resultados, también
lo es que lo uno y lo otro se den en forma más copiosa la segunda vez si se reúnen
las circunstancias favorables que prevalecieron la primera, desarrollándose más si
en ambas hay perfecta afinidad entre los cuatro agentes que con curren al acto.
Esta doble particularidad —complemento de la preparación del discípulo— hace
meritorios los esfuerzos que se realicen por la observancia de las siguientes normas:
Dedicación de los Arcanos: Los Arcanos son herramientas de trabajo. Como
tales, tienen la virtud de sintonizarse con la persona que los maneja y responden más
eficazmente a medida que esa sintonización es más acentuada. A fin de proporcionar al
estudiante láminas lo más simbólicas posible y de fácil sintonización, incluimos al final de la
obra los 78 Arcanos en cartulina, debiendo el estudiante recortarlos por sí mismo, primera
mente separando la hoja entera por la línea que dice "Cortar por aquí", y una vez separadas
todas ellas, recortar Arcano por Arcano, comenzando por el número 1 y siguiendo con los
demás por su orden progresivo hasta el 78. El recorte debe hacerse siguiendo la línea que
circunda la figura y procurando que no queden puntas o fallas en los bordes, pasándoles
después papel de lija muy fino por los cantos a fin de alisarlos y facilitar barajarlos. Cuando
se tiene lista la serie completa, se dedica.
La operación de recortar los Arcanos es la primera labor práctica en el camino de la
iniciación. Como ya sabemos, las cosas participan de las propiedades del instante cósmico
en que tienen su nacimiento. E1 nacimiento de la herramienta de trabajo de que se va a
servir usted tiene lugar en el momento de comenzar el recorte, y se prolonga hasta que la
serie completa está en disposición de ser dedicada. Esa operación debe comenzarse en Luna
Nueva, en un día de la semana que corresponda al del nacimiento del estudiante y en la
hora de Saturno, en un lugar retirado y apacible, con cortaplumas o tijeras nuevas, sobre
una mesa limpia y después de un serio examen de conciencia respecto a la pureza de
intención y objeto ulterior a que se va a dedicar la herramienta a construir. Finalizada la
primera operación antes de que concluya la semana en que se comienza, se procede a la
segunda.
La segunda labor consiste en dedicar los Arcanos. Equivale a lo que pudiéramos llamar
bautizo del niño. Se efectúa en una habitación retirada, en completa soledad, las puertas y
ventanas cerradas, a luz tenue, sobre una mesa cubierta por mantel blanco, sentados mirando
hacia el Este, en Luna Creciente y a la hora de Júpiter. El oficiante debe lavar previamente
las manos y tener ropa limpia; las señoras no pueden hacer la dedicación hasta pasados siete
días de comenzar el último menstruo y previa higiene general. Se esparce sobre la mesa —o
se quema en forma de sahumerio— un poco de esencia del signo zodiacal que ocupaba el
Sol en la fecha de nacimiento del oficiante (véase el correspondiente Mapa Psíquico en la
Lección VI), y tomando la serie completa de Arcanos, se pasan uno a uno, colocándolos por
orden numérico progresivo, formando con ellos un montón, con el anverso hacia arriba.
Unidos los dedos de cada mano y tocándose la punta de ambos pulgares e índices, se colocan
éstas, con la palma hacia abajo, a unos dos centímetros del montón, sosteniéndolas así durante
unos tres minutos y guardando la más completa pasividad mental, los ojos y la boca cerrados,
el cuerpo naturalmente erecto y los codos unidos a los costados, sin que los brazos toquen la
mesa. Pasados tres minutos, se barajan los Arcanos durante otros tres, se colocan en montón
boca abajo y se ponen las manos sobre ellos como la vez anterior. Transcurrido un tiempo
aproximadamente igual, se vuelven a barajar y se repite lo mismo, pero en esta tercera vez con
el anverso hacia arriba. Transcurridos tres minutos, se envuelve el mazo en un trozo
cuadrado de seda color violeta y se dejan reposar en lugar resguardado, durante siete días,
pasados los cuales el Libro de Thot está dedicado y puede entrar en servicio.
La anterior dedicación persigue el doble objetivo de impregnar los Arcanos con los
efluvios que emanan de las manos y sintonizar al oficiante con su herramienta de trabajo.
Para conservar esa sintonización, es recomendable que ninguna otra persona haga uso de
los Arcanos, conservándolos en vueltos en la seda cuando están en reposo y evitando en lo
posible que se manchen o deterioren, consiguiéndose con ello no sólo que cada día sea
más íntima la sintonización, sino que la familiaridad que se establece entre el hombre y
el objeto de que se sirve favorezca más cumplida mente la actualización de las facultades
que resuelven los problemas y las operaciones que se efectúan con los Arcanos al
plantearlos.
Fig. 110. — Arcano 44, en e1 que la doctrina de los símbolos cifró
el misterio del "Pensamiento".
Selección del tiempo: En el maravilloso ordenamiento de la vida, cada cosa tiene su hora
propicia. La solución de los problemas también la tiene. Al tratar de resolverlos por medio
de los Arcanos, tres son los factores a tener en cuenta: la naturaleza del problema en sí
mismo; la del instante en que se plantea y trata de resolver, y la de la persona que va a
resolverlo. En lo que respecta a la persona, ya se explicó en la Lección V la rama especial
de problemas que cada individuo es más apto para resolver, según el signo zodiacal
ocupado por el Sol y la Casa ocupada por Neptuno en la natividad, y el estudiante que
busca de aprovechar la mayor suma de coyunturas favorables, hará bien en cultivar con
preferencia esa disposición y tratar de especializarse, por lo menos en los comienzos, en
problemas del orden para el que su naturaleza es apta. Para lo segundo y tercero, las
reglas son las siguientes:
Las anteriores reglas son una ayuda en lo que respecta al factor tiempo.
Hay veces que la respuesta es clara y definitiva en el primer instante. Las hay
que sólo lo es pasado cierto tiempo y como consecuencia de un laboreo interior
en la mente del consultante. En ambos casos, conviene escribir la sentencia
breve que representa la respuesta, repetir su lectura unas tres veces en tono
pausado, no hacer conclusiones inmediatamente, pensar en asuntos ajenos al
tema, distraer el ánimo, guardar reserva acerca de lo consultado y dejar que
la aclaración de la incógnita surja por sí misma en un momento imprevisto.
La incógnita de un problema es consubstancial al problema mismo, y su
aclaración aparece como con secuencia de nuestra identificación con el total de
ese problema y la coordinación de los elementos subconscientes y conscientes que
le permiten manifestarse. Nadie mejor que el mismo consultante es capaz de
identificarse con el problema que busca resolver, y en ninguna mente como en la
suya pueden surgir las aclaraciones con mayor diafanidad, ocurriendo, incluso,
que cuando intérprete y consultante no son la misma persona gran parte de la
labor que efectúa el primero está supeditada a la acción mental que ejerce el
segundo, en la inmensa mayoría de los casos sin que ninguno de los dos se den
cuenta de ello. Las operaciones del método, el simbolismo de los Arcanos y el
comportamiento a que se ha hecho referencia, tienden a hacer que esa acción
sea la que conviene a la develación que se busca, y en favorecer todo ello con la
debida pasividad, estriba el mejor aporte con el intérprete y consultante
contribuyen al éxito de lo que se pretende.
Aunque todos los procedimientos que vamos a ofrecer lo mismo pueden ser
aplicados por una persona que por dos, en gracia a la claridad en las
explicaciones aceptaremos que se trata de un consultante y de un intérprete,
señalando en cada caso la labor que corresponde a cada uno, bien entendido que
si bien nuestro principal objetivo al ofrecer esos procedimientos consiste en
proporcionar herramientas de trabajo a la persona estudiosa que desea
experimentar por cuenta propia, al usar la herramienta esa persona asume, en
rigor, dos tareas distintas: la que le corresponde como investigador que inquiere
en lo desconocido, y la que le incumbe como exégeta que declara el sentido de
los elementos conocidos a través de los cuales infiere la respuesta, las dos
tareas teniendo por base dos planteos fundamentales en todos los
procedimientos, o sea:
1º El planteo de posición en relación a factores fijos.
2º El planteo de posición en relación a factores móviles.
Delineamiento de mapas a base de factores
fijos
Todos los problemas que confronta el hombre están vinculados a
determinada actividad de su naturaleza, y se hacen efectivos a través de
alguno de los canales de que esa naturaleza se vale para expresarse y modelar
nuestra existencia. Para resolverlo, lo primero será conocer la actividad con
que se relaciona el problema y el canal especial que le sirve de cauce. Los
egipcios incluían ese conocimiento en los seis sectores de que hemos visto se
componían sus "mapas", y deducían la incógnita no sólo por el carácter de los
3 Arcanos que ocupaban cierto sector, sino por la posición de cada uno de
ellos, el de la derecha teniendo asignado un sentido muy distinto al de la
izquierda, y estando condicionado el de ambos por el del que ocupaba la posición
central. Los hebreos aumentaron los sectores a 12 y, considerándolos como otros
tantos cauces por donde fluye todo lo que es la naturaleza humana y puede
darse en su corto o largo vivir, llamamos a esos sectores Casas (Fig. 112) y
asignaron a cada uno los siguientes ministerios:
Las 12 Casas de que venimos tratando son las mismas para todas las
personas y problemas, quiere decir: son las vías naturales que todos poseemos
para expresar lo que somos y plantear y resolver los problemas que dan color a
la existencia. Como tales elementos fijos, no tienen en cuenta que si bien en
mayor o menor grado confrontamos problemas aso ciados a cada Casa, las
diversas personas las resuelven de distinta manera, y en infinitos casos la misma
persona lo hace de manera distinta en diferentes épocas. Incluir el elemento
tiempo en el planteo y solución de cada problema, es la misión que cumplen los
mapas de factores móviles. La inclusión se logra por medio de cualquiera de los
siguientes procedimientos:
1º Asociando las 12 Casas a los 12 signos zodiacales a contar de Aries y la
Casa I.
2º Estableciendo la misma asociación entre Casas y signos, pero haciendo que
ocupe la primera Casa el signo en que se halla el Sol.
3º En vez de tomar el signo ocupado por el Sol como morada de la
primera Casa, se asigna a esa Casa el signo que asciende en el lugar de la
consulta.
En el primer procedimiento, el planteo del problema se efectúa, según se
ilustra en el gráfico 114, o sea que la Casa I se halla en Aries, la II en
Tauro, la III en Géminis, la IV en Cáncer, y así sucesivamente hasta la XII,
que está en Piscis. En el grupo segundo, si el Sol ocupa el signo de Aries en
la fecha de referencia, el planteo sigue el mismo orden; y en el grupo tercero, si
Aries es el ascendente, también lo seguirá siendo, esto es: también se asigna a
dicho signo la primera Casa, a Tauro la segunda, a Géminis la tercera, y así
hasta Piscis, que le corresponde la XII. Determinada la Casa con que se
relaciona el problema, y distribuidos los Arcanos de acuerdo con las reglas que
rigen el procedimiento, la interpretación se hace no sólo a base de la posición
que ocupan las láminas en las Casas, sino la que tienen éstas en relación a los
signos, doble facilidad que, evidenciando las disposiciones naturales que posee
la persona respecto a cierto problema, también pone de manifiesto las asistencias
externas que esa persona recibe para resolverlo. Para el logro de esa doble
finalidad, en los tres procedimientos los signos tienen las siguientes
características:
Aries: Se considera signo ardiente, seco estéril, colérico, violento, cardinal, variable,
positivo, masculino y de ascensión corta. Comunica a la persona ambición, actividad, valor,
generosidad, sentido práctico y temperamento ardiente. Hace sentir especialmente su influencia en
lugares secos, arenosos, cúspide de montañas, forjas, herrerías, lugares en que hay fuego, casas
que forman esquina mirando al Este y habitaciones que ocupan la misma posición en relación
al edificio. Rige la cabeza, ojos, dentadura y cara en general.
Tauro: Se considera signo mundano, fijo, frío, húmedo, semifértil, femenino, melancólico,
de ascensión corta. Comunica a la persona reserva, estabilidad, resistencia, Iealtad, bondad,
simpatía, magnetismo, perseverancia, sentido humorístico y práctico Hace sentir especialmente
su influencia en lugares ocupados por bancos, cajas de caudales, estables, talabarterías, prados,
sitios que no baña el sol, trigales, maizales, casas que ocupan el centro de la manzana y
habitaciones que tienen la misma posición en relación a la casa. Rige la garganta, gola, canal
de Eustaquio y apófisis mastoidal.
Géminis: Se considera signo de aire, común, sanguíneo, dual, estéril, humano, masculino,
violento, positivo de ascensión corta. Comunica a la persona idealismo, elocuencia, amor a
conocer, tolerancia, liberalidad, intelectualidad, simpatía, habilidad, destreza, facilidad de
expresión, inquietud. Hace sentir especialmente su influencia en lugares en que hay paja, en los
graneros, puertas que se abren con frecuencia, columnatas, bibliotecas, terrenos altos y
estériles, en edificios a mitad de cuadra situados en calles que van de Este a Oeste y en las
habitaciones interiores de esos edificios. Rige los hombros, brazos, manos, pulmones y
tendones
Cáncer: Se considera signo acuoso, variable, fértil, maternal, doméstico, femenino, tropical,
húmedo, cardinal, de ascensión larga. Comunica a la persona paciencia, tenacidad, economía.
domesticidad, devoción, adaptación, simpatía. Hace sentir especialmente su influencia en la
cercanía de lagos, ríos, lugares que abunda la vegetación, casas públicas, tabernas,
lavanderías, cocinas, depósitos de agua, casas que forman esquina mirando al Norte, y
habitaciones que tienen la misma posición respecto a la casa. Rige el pecho, senos, epigastrio
y estómago.
Leo: Se considera signo ardiente, seco, estéril, masculino, positivo, fijo, de ascensión
larga. Comunica a la persona lealtad y generosidad, filantropía, valor, dignidad, magnetismo,
caballerosidad, magnanimidad, intuición y comprensión. Hace sentir especialmente su influencia
en lugares altos, rocosos, castillos, palacios, casas de juego, lugares de deportes o de
diversión, cerca de hornos y sitios en que se hace fuego, casas, solariegas, edificios que tengan
la entrada hacia el Sur y que sean bañados por el sol. Rige el corazón, parte superior de la
columna vertebral y la espalda.
Fig. 115. — Plantilla para mapas de factores móviles, por asociación
actual de los signos con las "casas".
Virgo: Se considera signo mundano, frío, seco, estéril, nocturno, común, femenino,
maternal, negativo y de ascensión larga. Comunica a la persona actividad, seriedad, sensibilidad,
intuición, eficiencia, cautela, prudencia, economía, método. Hace sentir especialmente su
influencia en tierras sembradas de granos, eras, trojes, pajeras, huertas, mercados de frutos al
por menor, restaurantes, tiendas de víveres, edificios que ocupen la parte Oeste de la calle con
la entrada mirando hacia el Este, en habitaciones cercanas a tierra. Rige la región umbilical,
abdomen, órganos de la asimilación y parte inferior de la espalda.
Libra: Se considera signo de aire, seco, caliente, húmedo, cardinal, variable, sanguíneo,
masculino, semifértil. Comunica a la persona previsión, imparcialidad, modestia, persuasión,
adaptación, gusto refinado, aptitudes artísticas, temperamento afectuoso, idealismo y acto. Hace
sentir especialmente su influencia en lugares en que hay madera almacenada, aserraderos,
astilleros, cotos de caza o de pesca, edificios de cúpula, habitaciones altas, casas que se
hallan en la esquina Noroeste de la calle y con la entrada mirando al Este. Rige la región
lumbar, la piel, los riñones y huesos lumbares.
Escorpio: Se considera signo acuoso, fértil, fijo, femenino, frío, nocturno, reproductivo,
violento, negativo. Comunica a la persona intrepidez, energía, actividad, tenacidad, optimismo,
comprensión, elocuencia, devoción, ambición. Hace sentir especial mente su influencia en
huertas, viñas, pantanos pestilentes, arroyuelos estrechos y ocultos por la maleza, mataderos de
reses, carnicerías, salas de operaciones, crematorios, laboratorios químicos, edificios que ocupan la
esquina Oeste de la calle, con la entrada hacia el Este, y en habitaciones que haya que entrar en
ellas mirando al Oeste. Rige los órganos de la procreación, los de la orina, ano, vejiga y
huesos pélvicos.
Sagitario: Se considera signo de fuego, cálido, seco, común, colérico, positivo, masculino,
dual. Comunica a la persona franqueza, honestidad, generosidad, perseverancia, previsión,
jovialidad, esperanza, lógica, sentido profético y sentimiento fogoso. Hace sentir su influencia
con especialidad en lugares altos, cima de las cordilleras, cúspide de cerros, sitios en que ha
habido fuego o se hallan obeliscos, flechas, espadas, taladros, harpas, incensarios, agujas; en casas
que ocupan la parte Sur de la calle, con la entrada mirando al Norte y en habitaciones que guarden
la misma relación respecto al edificio. Rige las caderas, muslos, fémur y sistema locomotor
de la cadera.
Capricornio: Se considera signo mundano, cardinal, variable, femenino, frío, seco, negativo,
servicial, de cuádruple influencia. Comunica a la persona prudencia, dignidad, cautela, reverencia,
espíritu práctico, diplomacia, ambición, aptitud para organizar y esfuerzo concentrado. Hace
sentir especialmente su influencia en cementerios, monumentos funerarios, corrales de ganado
montaraz, tierras sin cultivo, cuevas, sótanos, edificios que ocupen la esquina Sureste o
Suroeste de la calle con la entrada hacia el Norte, en habitaciones altas en las que hay a que
entrar mirando al Sur. Rige las rodillas, articulaciones superiores de las piernas y la
epidermis.
Acuario: Se considera signo de aire, frío, húmedo, sanguíneo, masculino, humano, de
ascensión corta. Comunica a la persona sinceridad, honestidad, cooperación, sociabilidad,
paciencia, constancia, aptitud inventiva, liberalidad, intuición, espíritu progresivo y social.
Hace sentir su influencia preferentemente en lugares agrestes cercanos a arroyos, en villas,
depósitos de agua, azoteas, puentes, pararrayos, plantas eléctricas, escaleras, edificios cercanos
a la esquina Sur de la calle, que tengan la entrada mirando al Norte, y en habitaciones que al
entrar en ellas se mire hacia el Sur. Rige la circulación de la sangre, media pierna inferior,
canillas y tobillos.
Piscis.- Se considera signo de agua, frío, húmedo, fértil, variable, femenino, negativo,
servicial y dual. Comunica a la persona emoción, inspiración, idealismo, hospitalidad,
refinamiento, pureza de intención, ansias de paz, deseo de servir, percepción psíquica, orden,
método. Hace sentir su influencia en lugares cercanos al mar, grandes ríos o lagos, sitios de
pesca, depósitos de pescado, tierras que sufran inundaciones periódicas, edificios religiosos,
centros espiritualistas, casas situadas en la parte Este de la calle, a cierta distancia de la esquina,
con la entrada mirando al Oeste, en habitaciones no muy altas que al entrar en ellas se mire
hacia e1 Este. Rige los pies, el sistema linfático y el fibroligamentoso.
Conocida por la anterior escala de relación que existe entre los signos
zodiacales y determinados elementos naturales, disposiciones humanas, topografía
de los terrenos, posición y orientación de viviendas, etc., después de delineado el
"mapa" de un problema, por ejemplo, el ilustrado en el gráfico 116, el intérprete
puede incluir en su declaración una larga serie de detalles que no es posible obtener
por el procedimiento de elementos fijos. Para el estudioso que toma los Arcanos
como guía de orientación de las actividades, y busca mejorar por el
aprovechamiento de las influencias que son propicias a su naturaleza, esos
detalles pueden ser de suma importancia, no sólo por las soluciones
circunstanciales que proporcionan, sino por el valor acumulativo que esas
soluciones tienen al servirse del método a base de la misma línea de continuidad
durante largo tiempo. Tal es la diferencia existente entre los "mapas" de factores
fijos y los de factores móviles. Pasemos a considerar lo relacionado con la
interpretación de ambos, que es el elemento que hace útil todo lo demás.
Cual ocurre con las letras del alfabeto —que siendo solamente 28 pueden
formar millones de palabras de distinto sonido y sentido y expresar cuanto la
mente humana concibe—, los 90 elementos formados por los 78 Arcanos y las
12 Casas pueden combinarse en miles de millones de formas y ser exponente de
millones de millones de conceptos, que abarcando los variados aspectos en que la
naturaleza humana aflora la vida interior, son capaces de interpretar las casi
infinitas modalidades en que se manifiesta la exterior. Como también pasa con
las letras y las palabras, el grado de utilidad de las enseñanzas que esas
combinaciones proporcionan depende por entero de nuestra capacidad para saber
lo que dicen, interpretarlo con propiedad y utilizarlo para lo que corresponde.
Estudiadas ya las reglas de orientación respecto a todo lo demás que entra en el
método, procede que consideremos este tercer factor.
La distribución de los Arcanos de cierta manera persigue el objetivo único de
coordinar en un "mapa" inteligible las nociones subconscientes que el
consultante expresa a través de su automatismo mental. Leer ese "mapa" y
declarar lo que expone, es la misión del intérprete. Como se sabe, un "mapa"
consta de diferentes elementos, y la tarea de quien lo lee consiste en incluirlos
todos en una idea correcta, no únicamente, por ejemplo, lo que dice la Casa
vinculada a la consulta, sino las asistencias que esa Casa recibe de las once
restantes respecto a lo consultado, pues sabido es que así como las ciencias y
las artes dependen unas de otras para dar cima a sus respectivas labores, en toda
contingencia de la vida entran múltiples realizaciones, y estando subordinada
cada una a cierta facultad, es indispensable la contribución de todas las
facultades para que la contingencia tenga efecto. Determinar, en primer término,
lo que anuncia la Casa vinculada directamente a la consulta, y en segundo la
cooperación que el tema recibe de todas las demás, será, pues, el camino a
seguir al leer el "mapa": resumir esa lectura en un pronóstico que sintetice lo
leído, es la manera natural de interpretar su significado.
Los antiguos egipcios —y los buenos maestros de todos los tiempos—
realizaban ambas tareas por lo que podremos denominar procedimiento de
inspiración, que consistía en pasear la mirada por el "mapa" partiendo de la
Casa vinculada al tema, cerrar los ojos, permanecer unos instantes en completa
pasividad mental y, concentrando después la atención en la consulta,
considerar como augurio la primera imagen clara que surgiese en el
pensamiento. En el caso de los egipcios y de los maestros, que tenían —y se
puede adquirir— un amplio conocimiento del sentido de todos los símbolos que
entran en cada Arcano, este método, además de fiel, era sumamente fácil. En el del
estudiante que no posee ese conocimiento, aunque la lectura se haga en forma
parecida, la interpretación hay que efectuarla a base de una laboriosa
computación de factores, comenzando, según se indique, por la Casa de la
consulta, prosiguiendo, después, con cada una de las demás y concluyendo por
compendiar en un concepto el significado de lo que dicen las 12. Para que ese
concepto cumpla su misión ulterior en la mente del consultante, y que, sin tal
vez representar por sí mismo la solución del problema, concluya por hacer luz
en esa mente, el concepto en que se resume el sentido del "mapa" conviene que
reúna las siguientes propiedades:
Debe ser breve: Escrito está que "de las muchas palabras viene la palabra
vana". Viene la palabra vana no porque haya palabras que en sí mismas lo
sean, sino porque se convierten en tales cuando las incluimos en sentencias que no
las requieren. A menos palabras en el concepto, menor es el peligro de incluir
palabras que lo despierta en nosotros la inteligencia primaria y pone al pensador
en relación instantánea con su pensamiento y la cosa pensada. Expresado el
sentido del "mapa" en un concepto breve y simbólico, no sólo es mas fácil que la
mente identifique su trascendencia, sino que haga claro por sí misma lo que en el
concepto está oscuro, con mayor probabilidad, sin embargo, si el simbolismo
empleado es familiar al consultante.