Está en la página 1de 4

Cuento: EL GRINGO JACOB

Había una vez un joven estadounidense llamado Jacob, simpático y alegre al que

encantaba viajar y conocer nuevas culturas. Era también un viajero un poco

especial, ya que tenía especial interés por un país de Latinoamérica llamado

Colombia y no hablaba muy bien el idioma. Constantemente le invitaban a fiestas

y celebraciones, y él aceptaba encantado, porque siempre quería hacer nuevos

amigos y conocer la cultura que tanto llamaba su atención.

Un día, mientras se encontraba con algunas amistades en el carnaval de

barranquilla, maravillado por el colorido, el ambiente y la hospitalidad de la gente,

escucho hablar sobre el Festival de la Leyenda Vallenata, quedo tan impresionado

con lo que estaba viviendo en el carnaval que al escuchar del festival llamo mucho

su atención y se fue a su hotel a investigar por internet descubriendo así que se

celebraba en una pequeña pero hermosa ciudad muy cercana a Barranquilla,

llamada Valledupar. Lo primero que encontró en su investigación es que estaba

programado su inicio para la última semana del mes de abril, así que decidió

asistir, y disfrutar del Vallenato, melodía que le agrado apenas piso tierras

costeñas…

Cuando llegó a Valledupar, se involucró tanto en vivir la alegre experiencia que

disfrutó del festival, la cultura y la calidez de las personas que decidió quedarse a

vivir allí. Jacob se enamoró de la ciudad, descubrió que era una ciudad fascinante

donde hacer muchos amigos es muy fácil, sin importar su procedencia o estrato

social.
Al principio, todos eran considerados con el gringo ya que había dificultades

lógicas para comunicarse con Jacob teniendo en cuenta que este solo manejaba

su lengua materna así que ponían especial cuidado en sus gestos para poder

entenderle, manteniendo una relación de amista e integración total con él. Pero

según fue pasando el tiempo se fueron cansando de tener que usar traductores y

hablar despacio para que pudiesen entenderse así que los amigos del gringo

empezaron a no tenerlo en cuenta a la hora de las reuniones y fiestas, cosa que al

principio siempre hacían unidos.

Muy triste por lo que le estaba pasando Jacob decidió buscar trabajo para seguir

practicando el idioma, en su país era profesional en relaciones públicas, sabía que

por su dificultad para comunicarse sería difícil que lo contrataran pero decidió

intentarlo, Jacob quería trabajar en impulsar el turismo en la región, por eso busco

empleo en la fundación festival de la leyenda vallenata, en la casa de la cultura y

demás instituciones públicas y privadas en las que pudiese desempeñarse en lo

que él sabía hacer, pero fue imposible, incluso un día en una reunión en el club

Valledupar se encontró al alcalde y al gobernador, sin pensarlo dos veces les

conto sobre su proyecto quería que le entendieran cómo podía impulsar el turismo

en la región, empezando por Valledupar, pero estos personajes tampoco pudieron

entenderle lo que el con tanto entusiasmo les manifestaba.

Enfadado por no poder comunicarse, Jacob se dedicó a aprender el español fue

tanto su empeño, dedicación y constancia que en poco tiempo ya todos podían

entenderle, descubriendo así la ventaja de hablar dos idiomas. El gringo Jacob

creo su propia agencia de viajes y fue tan exitosa que hasta se empezó a
relacionar con el alcalde y el gobernador que tiempo atrás lo habían ignorado al no

entender su lenguaje. Para el festival siguiente, la ciudad recibió el mayor número

de turistas extranjeros en toda su historia, los hoteles no daban abasto, la

economía en esos días se impulsó a niveles nunca vistos y todos estaban muy

contentos porque todos los negocios estaban abarrotados.

Jacob era una persona visionaria, que no solo se interesaba por las grandes

festividades en las principales capitales de los países que visitaba, también le

gustaba visitar pequeños pueblos y municipios, donde las tradiciones son mas

marcadas y la calidez de sus habitantes mejor que en cualquier otra parte, por eso

sus paquetes turísticos incluían pequeños pueblitos de todas partes del territorio

colombiano como Pueblo Nuevo un bello y joven municipio de La Esperanza Norte

de Santander para que los turistas hicieran parte de la celebración de la fiesta

patronal de san pablo apóstol, donde todo el pueblo recorre sus calles llenos de

alegría, fraternidad y los visitantes son atendidos de manera especial, para que

siempre conserven ese lindo recuerdo de Pueblo Nuevo.

Gracias a toda esa integración multicultural que el gringo Jacob logro implementar

todos los amigos que se habían distanciado de el por la dificultad para

comunicarse le pidieron disculpas sinceras entendiendo la importancia de ser

tolerantes, reconociendo a la vez que los turistas le aportan muchísimo al

crecimiento de una región. Es tanta la alegría y admiración que despierta Jacob en

sus amigos que estos terminaron por aprender un poco de inglés para que nunca

más un turista se llevara tan mala imagen de su ciudad. Ahora en las festividades,
nacionales los extranjeros, los extranjeros no se sienten apartados porque en

Valledupar los amigos del gringo Jacob hablan inglés...

También podría gustarte