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Jorge Del Prado
Jorge Del Prado
Jorge Del Prado
Los mineros de la
Sierra central y la
masacre de Malpaso
1.
LA COCHA QUE DEJÓ DE SER
COCHA
Quienes conozcan algo de toponimia peruana saben
que “cocha” en quechua significa “laguna”. Deducirán
entonces que en ese asiento existió alguna vez una
laguna. ¿Preguntaremos entonces cómo y cuándo
desapareció esa laguna?
2.
LA HUELGA DE OCTUBRE DE
1929 EN MOROCOCHA
La paralización fue total e inmediata aunque no
exenta de dificultades puesto que la compañía
norteamericana no había reconocido hasta entonces el
derecho a la huelga, contando para ello con el respaldo
de las autoridades “peruanas”. De ahí que la lucha
tuviera, desde el comienzo, un marcado carácter
político-social. Se luchaba no solo por mejorar las
condiciones de vida y trabajo sino por el
reconocimiento de los más elementales derechos de
reclamación y de organización sindical. Además se
trataba de una lucha no contra cualquier empresa
capitalista sino contra la más poderosa empresa
norteamericana afincada en nuestro país. Se trataba
pues, de romper el virtual régimen de
extraterritorialidad impuesto por la empresa.
3.
UN ENCUENTRO MEMORABLE
En la breve estada de los miembros del Comité
Central de Reclamos en Lima se llevó a cabo un fluido
intercambio de informaciones e ideas con José Carlos y
sus colaboradores más cercanos.
4.
EN LOS DOMINIOS DE LA
CERRO DE PASCO COPPER
CORPORATION
Al retornar a su destino, el Comité Central de
Reclamos continuó sus vínculos postales con
Mariátegui, con Martínez de la Torre y con quienes lo
habíamos acompañado en sus gestiones. Las cartas
publicadas por Martínez de la Torre en el tomo IV de su
obra Apuntes para una interpretación marxista de la
historia social del Perú son muy reveladoras al respecto.
En ellas se asienta que el 11 de enero de 1930 se
emprendió la tarea de formar los comités de minas en
Morococha, que luego se hizo lo mismo en los otros
asientos: y que el día 13 de ese mes se constituyó la
Federación de Trabajadores Mineros del Centro.
5.
MI CONDICIÓN DE
TRABAJADOR MINERO
Diversos problemas y ocupaciones no concluidos,
entre ellos el asesoramiento politico y sindical a los
camaradas del Callao, mi responsabilidad en el
Secretariado Nacional de la Juventud y lo relacionado
con la filiación y el nombre definitivo del partido,
impidieron mi inmediato retorno a Morococha.
6.
RETOMANDO EL CAMINO
Aparte de las vicisitudes sucedidas, al retornar a
Morococha en mi segundo viaje experimenté también
honda decepción al encontrar que durante el lapso que
mediaba desde mi primer viaje el funcionamiento del
Comité Central de Reclamos había sufrido un sensible
retroceso. Mi inexperiencia y el deseo de avanzar no me
permitieron comprender entonces las limitaciones y
deficiencias del movimiento sindical entre los mineros.
Por eso es que en la carta que le escribl a Martlnez de la
Torre me expresarla exageradamente al relatarle mis
impresiones de aquellos dlas[7]. No obstante le hago
saber también que hemos elaborado e iniciado un
segundo plan de trabajo.
7.
HACIA EL CONGRESO MINERO
El pretexto esgrimido por la empresa para denegar la
petición obrera de aumento de salarios era la supuesta
situación privilegiada de los trabajadores de Morococha
con relación a los salarios en los otros asientos de la
compañla. Sabiendo nosotros que no era asl
comprendimos sin embargo que harla falta extender
nuestra organización sindical a toda la zona, orientando
ese trabajo hacia un primer Congreso Regional de
Mineros y Metalúrgicos. Los principales objetivos del
certamen deberlan ser la centralización del pliego de
reclamos y la formación de la primera Federación de
Trabajadores Mineros y Metalúrgicos del Centro que
abrirla las posibilidades de una Federación Nacional del
sector.
8.
EL SINDICATO METALÚRGICO
Y LA LEGALIZACIÓN DEL
MOVIMIENTO
La caída de Leguía, como sabemos, se produjo a
través de un levantamiento militar dirigido en Arequipa
por el comandante Sánchez Cerro. Ante el grueso de la
opinión pública se justificó, sin embargo, como un
golpe contra la dictadura de Leguía caracterizada en
esos días por su naturaleza antiobrera. Resultaba obvio,
entonces, que el nuevo gobierno se comprometiera a
devolver las libertades democráticas y a respetar el libre
desenvolvimiento sindical. Por eso las manifestaciones
callejeras festejando el cambio levantaron esas banderas
y fueron encabezadas en casi en todo el país por la
CGTP y sus filiales.
9.
LA INICIATIVA DE LOS
CUADROS
A mediados de agosto, dias antes de los sucesos de La
Oroya, yo habia viajado a Lima con el objeto de
consultar a las direcciones nacionales de mi partido y de
la CGTP sobre la conveniencia o no de realizar el
Congreso Minero en las acondiciones cada vez más
criticas de la zona.
10.
COORDINACIÓN DE LOS
PLIEGOS
Los sucesos de Cerro repercutieron en todo el ámbito
de la empresa norteamericana y elevaron el ritmo y la
tónica de nuestro trabajo.
11.
UNA EXTRAORDINARIA
ACCION DE MASAS
El calor de la lucha se encontraba en Morococha en
su más alto nivel y en ese ambiente nos acercábamos al
aniversario de la primera gran huelga de nuestro
asiento, punto de partida del proceso de esa etapa. Para
ese dia, a las 4 p.m., el Sindicato de Morococha
organizó una gran manifestación de aniversario.
12.
EL PRIMER PLENARIO DE LA
CGTP
En el ámbito nacional, la lucha reivindicativa se iba
haciendo cada día más grande y tensa. Y la influencia
de esa lucha se hacía sentir también en otros estamentos
importantes del movimiento popular.
13.
EL CONGRESO MINERO
En la noche del 8 de noviembre se inauguró el
Congreso. La ceremonia debía realizarse en la sala de
espectáculos del Club Peruano de La Oroya,
recientemente recuperado por el Sindicato Metalúrgico.
Fue un acto no exento de dificultades. Momentos antes
la Policía interfirió una concentración de trabajadores
destinada a dar la bienvenida a los delegados de la
CGTP. De otra parte, la empresa intentó boicotear este
acto convocando para el mismo lugar, día y hora un
concierto gratuito del conocido músico Carlos
Valderrama.
14.
UNA REDADA INTIMIDATORIA
Terminada la sesión del dia lunes, los delegados nos
retiramos a descansar. A las dos de la madrugada del
dia siguiente la Policia, bajo el mando del capitán
Ortega y del prefecto Santibáñez. Allanó violentamente
los hoteles y las casas que albergaban a los delegados
venidos de afuera. Fuimos conducidos a la estación del
ferrocarril para embarcarnos en un tren expreso rumbo a
Lima, custodiados por efectivos del Ejército. Entre los
detenidos, como es de suponer, se encontraban los
representantes de la CGTP, encabezados por Avelino
Navarro, y también los del Partido Comunista, Ravines,
Pavletich y Serpa.
15.
EL PARO GENERAL Y LOS
REHENES
Acto seguido, una cuadrilla de trabajadores se dirigió
a la gerencia y procedió a tomar como rehenes a dos
altos jefes de la empresa: el superintendente, Mr. Mac
Hardy, y el gerente de la Sociedad Ganadera Junín, Mr.
Fowler. Era la segunda vez que los mineros recurrían a
esa forma de lucha. Como se recordará, una acción
similar se había realizado durante la huelga de
Morococha del último octubre.
16.
UNA VICTORIA
SIGNIFICATIVA
Sin saber qué iba a ocurrir, cerca a la medianoche se
nos pidió designar una delegación para entrevistarse con
el ministro de Gobierno y altos jefes de la Policia. El
comandante Gustavo Jiménez deseaba informarnos de
los acuerdos a que se habia arribado con la Comisión
Mixta venida de La Oroya. Supimos entonces que la
Comisión habia arribado a las cuatro de la tarde y que
las conversaciones habian sido positivas aunque
dificiles. Se nos informó que los representantes
diplomáticos de EE. UU. e Inglaterra habian presionado
fuertemente para obtener la liberación de sus
compatriotas y garantias al funcionamiento de la
empresa yanqui; ante esa doble presión el gobierno
habia decretado nuestra libertad a cambio de la de los
rehenes capturados en La Oroya. Habia dispuesto, de
otra parte, las más amplias garantias para la reanudación
del Congreso Minero.
17.
EL RETORNO A LA OROYA
La salida de la Prefectura se produjo a las ocho de la
mañana del día 12 de noviembre. En la estación del
ferrocarril nos esperaba el tren dispuesto por el
gobierno. Pero el retorno fue acompañado por otras
acciones.
La Comisión Mixta había logrado, como ya dijimos,
que junto a los congresistas de La Oroya, salieran en
libertad varios dirigentes de diversos asientos y de
varios sindicatos textiles de la capital. Antes de partir
realizamos una jubilosa marcha por las calles de Lima
próximas a Desamparados. Se cantó en ella “La
Internacional” y se dieron vivas a la CGTP y al
Congreso Minero.
18.
AHORA O NUNCA
Era tan veloz la dinámica de los acontecimientos que
nos dificultaba encontrar otra solución correcta.
19.
EL GENOCIDIO DE MALPASO
En aquella localidad no había explotación minera
propiamente dicha. Se trataba de un campamento de
obreros constructores donde la compañía
norteamericana levantaba una central hidroeléctrica
importante. Perseguía con ella aumentar el potencial
energético de la fundición de La Oroya para elevar así
el nivel de concentración y rescate de los minerales que
se volatilizaban en los humos. Bajando la toxicidad de
los humos, la compañía conseguiría también recuperar
la fertilidad de los pastizales que había malogrado y
expropiado. Se iniciaba así la actividad ganadera de la
Cerro. Llamada a ser con el tiempo la más importante
del país.
20.
LA REANUDACION DEL
CONGRESO
Cuando los congresistas, ya liberados, nos dirigimos
de la estación del ferrocarril al local del Congreso una
bandera peruana enlutada encabezaba su marcha.
21.
EL SEPELIO DE LOS
MASACRADOS EN MALPASO
Al día siguiente se realizaba en La Oroya la segunda
sesión del Congreso. Ese era también el día programado
para conducir a Lima los restos de los masacrados en
Malpaso. El Ministerio de Gobierno prohibió
terminantemente el traslado a Lima y al mismo tiempo
notificó a la empresa del ferrocarril que se negara a
trasladar los cadáveres. El Congreso resolvió entonces
realizar el sepelio en el cementerio de la localidad.
Nadie pudo impedir que se convirtiera en una clamorosa
y combativa expresión de indignado pesar frente a lo
ocurrido.
22.
LA DIRECCIÓN DE
EMERGENCIA
Comos es obvio, las labores del Congreso se
reanudaron en un nuevo contexto. El estado de
emergencia se mantenía en toda la zona. Eso determinó
que el sábado 15 entrara en funciones el Comité
Revolucionario y que su primera tarea fuera la creación
de la Guardia Obrera con las atribuciones antes
mencionadas. A su pedido, fue comisionado el
ingeniero inglés Mr. Perchy para dirigir el
mantenimiento del fluido eléctrico indispensable para
activar los altos hornos, los reverberos, las compresoras,
etc. El Comité Revolucionario tuvo que ver igualmente
con la administración de las “mercantiles” y el
racionamiento de los artículos de primera necesidad.
23.
NUEVOS ZARPAZOS
ANTIOBREROS
El martes 17 nos comunicaron de Morococha que un
grupo de empleados pro patronales había intentado
capturar por la fuerza la dirección del sindicato; aunque
el intento fue rechazado enérgicamente por los
trabajadores, para nosotros eso significaba que
deberíamos retornar inmediatamente a nuestra base.
24.
LA IGNOMINIOSA
PROVOCACION DE “LOS
AGRARIOS”
En aquellos días dos acontecimientos importantes
contribuyeron a reconfortarnos.
25.
EL FRONTON
Algunos dias después los detenidos en La Oroya
fuimos remitidos a El Frontón, pasando una noche en la
Prefectura del Callao.
26.
LA MARCHA DE LOS COJOS
Cuando apareció la dolencia, dio lugar a una cómica
anécdota.
27.
LA MADRE ANGELICA
El resto de pacientes presos, siete u ocho entre todos,
obviamente tenian problemas familiares de diferente
magnitud, pero eran antiguos “parroquianos” o “patas”
que se entendian mejor entre ellos. Procedentes del
hampa criolla, formaban lo que en la jerga carcelaria se
llamaba un “carretaje”[18].
28.
DE REGRESO “A LA CARGA ”
Estando en mi casa, aún sin poder caminar, recibi una
mañana la visita de Avelino Navarro. Venia a indagar
por mi salud pero también para ponerme al tanto de la
situación existente en la calle y al interior del partido.
29.
POR QUÉ LUCHARON LOS
MINEROS DEL CENTRO
El duro golpe que significó para el movimiento
sindical el desenlace de las luchas mineras del año 30 ha
sido atribuido por algunos analistas a una equivocada
estrategia de los comunistas. Sostienen expresa o
tácitamente que nuestra labor no se inspiraba en un sano
propósito reivindicativo sino en un absurdo afán de
aprovechar aquella coyuntura para intentar la conquista
del poder politico en la zona. Aseveran, además, que de
ese modo procurábamos cumplir con una consigna
extraña emanada del Buró Sudamericano de la
Internacional Comunista, sustentando esa tesis en la
conducta asumida por Ravines en el viaje de retorno a
La Oroya[21].
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[4] Ibid., p 199