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Mi Primer Beso

Hace unos días atrás revisando mi baúl de los recuerdos, encontré unas fotos y recortes de

cuando era sólo un niño. Tenía mucho tiempo de no recordar esta historia tan linda, la

historia de mi primer beso.

Cuando estaba en la escuela y vivía en San José, recuerdo que tenía siete años y medio. En

aquella época yo tenía dos amores; uno era mi maestra, yo estaba enamorado de ella…

¿pero cuál niño no se enamora de su maestra de escuela?, el otro era Jazmín, mi

compañerita de aula.

Jazmín y yo éramos muy buenos amigos y siempre estábamos juntos. Debido a eso nuestros

compañeritos siempre nos molestaban y nos decían… Se gustan, se gustan, se gustan! Era

cierto, pero nuestro cariño era muy inocente. En los recreos jugábamos, corríamos,

hablábamos, competíamos siempre… éramos muy felices. Fui una época muy linda de

nuestra vida para ambos.

Sin embargo, estaba Miguel. Miguel era otro compañero que estaba enamorado de Jazmín.

Estoy seguro que Jazmín sólo lo veía como un amigo. Miguel y yo siempre peleábamos y

Jazmín nos separaba todo el tiempo. En clases mi otro amor, mi maestra de escuela,

siempre colocaba a Jazmín en otro grupo de compañeros donde nos estuviésemos Miguel y

yo.

Era así todos los días debido al necio de Miguel. Recuerdo una vez que Jazmín y yo

hablámos de lo que queríamos ser cuando fuésemos grandes, Jazmín dijo: “Yo seré una

enfermera porque siempre cuido a mis hermanitos” yo le respondí: “Entonces seré doctor

para que trabajemos juntos” y Miguel se metió y dijo: “Entonces yo seré el enfermo para que
Jazmín me cure”. En ese momento me molesté, pero ahora que lo pienso fue una respuesta

inteligente de parte de Miguel.

Entonces pensé… Cómo hago para decirle a Jazmín lo que siento? Para lograrlo primero

necesito que Miguel no nos moleste. Fue entonces cuando se me ocurrió decirle la verdad a

Miguel, le dije:

“Miguel... Jazmín y yo nos queremos y ella va a ser mi novia. Ella no te quiere, deja de ser

tan necio!”

Miguel se enojó tanto que me tiró al suelo y me golpeó. No paraba de golpearme y yo no me

defendí… pero ese era mi plan. Hoy veo que fuí muy drástico pero no me arrepiento.

Debido a lo ocurrido, la directora de la escuela llamó a los padres de Miguel y lo suspendió

por quince días. Mientras tanto, Jazmín sabía que yo había causado la pelea aunque no

lancé un golpe y se enojó conmigo también. A los días Jazmín, -el día de mi cumpleaños

número ocho-, me preguntó como seguí de mis heridas y por qué había hecho lo que hice.

Yo le respondí que lo había hecho porque la quería y no sabía como decirlo y siempre estaba

Miguel en el medio. Nunca me atreví y no sabía si me atrevería algún día.

Fue en ese momento cuando Jazmín me tomó de las manos, se volteó y me miró fíjamente a

los ojos… y... -el dolor de mi cuerpo desaparecía, el tiempo iba más lento, mi corazón

palpitaba más fuerte y rápido-, … su rostro se acercaba cada vez más al mío y no me podía

mover. Me tomó con su otra mano la cara, mientras veía con esos grandes y hermosos ojos

cafés… y nos besamos.

Fue un beso inocente, sincero y con mucho cariño y me dijo: “Ya lo sabía, yo también”
Luego del día más feliz de mi vida, a la semana siguiente, cuando Miguel regresó a la

escuela, Jazmín me obligó a disculparme con Miguel, hacer las paces y a prometerle que

nunca lo volviera hacer lo que hice. Yo la obedecí y lo sigo haciendo.

Hasta el día de hoy nunca volví a sentir un sentimiento parecido como este. Dicen que el

primer beso o el primer amor nunca se olvida. En mi caso así fue.

En la actualidad, Jazmín, Miguel y yo seguimos siendo muy buenos amigos y nunca

olvidaremos nuestros días de infancia. A veces peleamos pero no más de lo normal como lo

hacen los amigos. Jazmín se casó y tiene tres hijos. Miguel también se casó, se divorció y

tiene dos hijos y yo, me casé, me divorcié y no tengo hijos.

Mi deseo para ambos es que siempre sean felices. Sé que en el futuro tendrán muchas

bendiciones más porque son personas de bien, buenos amigos y excelentes padres.

Fin

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