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EL PETROLEO EN EL MUNDO Y S U REGULACION EN COLOMBIA

David Andrés Rojas Guevara

Investigación dirigida de iniciativa estudiantil


Dirigida p or el Profesor M auricio Renfijo Gard eazábal

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES


FACULTAD DE DERECHO
BOGOTÁ D.C.
2008
2

TAB LA D E CONTENIDO Pág.


I. INTRODUCCION:…………………………………………………………….3
El p etróleo en el mundo d e hoy (p recios record, calentamiento global, crisis alimentaria,
biocombustibles) y la regulación (desregulación) del sector de hidrocarburos en
Colombia.
II. El petróleo en la economía mundial
1. El creciente consumo d e p etróleo…………………………………………………...7
2. Organizaciones p etroleras y energéticas: OPEP (Organización de Países
Exp ortadores de p etróleo) y la AIE (Agencia Internacional de la Energía)…………9
3. Teoría geoló gica del peak oil y la curva d e Hubbert. ……………………………..11
4. Precios del p etróleo………………………………………………………………...14
5. Imp acto medioambiental ………………………………………………………......19
III. El petróleo en la política mundial
1. Geop olítica del p etróleo……………………………………………………………..22
2. Grandes Consumidores (EE.UU. y creciente demanda de Ch ina)……………….....24
3. Caso de América Latina………………………………………………………….....26
IV. El Esta do y la Economía
1. El Estado frente al desarro llo ……………………………………………………...27
2. intervención del Estado a través de la regulación………………………………….28
3. Fallas del M ercado ………………………………………………………………...31
4. Paradojas Regulatorias y el movimiento desregu lador…………………………….37
V. Desregulación del sector de Hidrocarburos en Colombia………………….42
1. Antecedentes: Ecop etrol como NOC Juez y Parte, crítica del Banco Mundial……44
2. Decreto 1760 de 2003 (Escisión de Ecop etrol, creación ANH, romp imiento de
integración vertical…………………………………………………………………45
3. de la concesión a la asociación al E&P (concesión modern a)…………………......51
4. Ley 1118 de 2006 (modificación n aturaleza juríd ica de Ecop etrol)……………….56
5. persp ectivas a corto y largo p lazo. ………………………………………………...58
VI. CONCLUS IONES…………………………………………………………….59
VII. BIB LIOGRAFIA…………………………………………………………......62
3

INTRODUCCION

El objeto de estudio de este trabajo de grado es el análisis de la regulación del sector de


hidrocarburos en Co lombia y el p ap el del petróleo en la economía mundial. En p rimer
lugar, se describirán los contextos econó micos y p olíticos en los que op era el p etróleo con
el fin d e obtener una p ercep ción amp lia y una idea clara d e la importancia d el p etróleo a
nivel mundial y la relevancia de la regulación en el ámbito nacion al, y cómo esta afecta la
dinámica del mercado.

Posterior a esto, se analizará la regulación del sector en lo que p articularmente concierne al


llamado p roceso de “upstream”, conformado p or las etap as de exp loración y exp lotación,
etap as fundamentales de la caden a p roductiva en cuanto cad a vez existen may ores
1
dificultades p ara encontrar “petróleo fácil” . Para realizar dicho análisis se utilizarán
algunas teorías sobre la regulación, desregu lación y sobre las p aradojas del estado
regu lador, al igual que có mo el estado interviene en la economía para evitar las fallas del
mercado. En este sentido se argumentará que a p artir de la promulgación del Decreto 1760
de 2003, el sector objeto de estudio fue desregulado a las luz de estas teorías y se estudiarán
las consecuen cias de d icha d esregulación, co mo lo son: la escisión de Ecop etrol, la creación
de la Agencia Nacional de Hidrocarburos como ente regu lador autónomo, y la creación p or
parte de esta agencia d e un ‘nuevo’ modelo contractual, acorde con un a tendencia
internacional; y cómo estas consecuencias afectarán de manera inequívo ca el futuro
energético del p aís dentro de una economía mund ial qu e ev idencia cambios cada vez menos
ligeros, por no decir drásticos.

Los cambios que p resenciamos y que ocurren día a día a nuestro alrededor de manera más
ráp ida y comp leja, el crecimiento mundial, la globalización de productos, servicios de
información, todos estos fenómenos requieren de energía. Ya sea p ara op erar grandes
maquinarias, o simp lemente p ara hacer and ar los miles de veh iculos nu evos que entran a

1
Easy oil: termino común utilizado para describir el petróleo de fácil extracción
4

circular y a contaminar las ciudad es todos los días, se requiere energía. A niv el mundial, el
petróleo es el máximo energético de la socied ad moderna, en el cu al se ha basado el
desarrollo de econo mía industrial en el último siglo. En general el suministro energético ha
jugado un rol fundamental en el desarrollo de las naciones, esta relación entre energía y
economía, esta coevo lución entre la economía moderna y energía moderna h a sido
denominado como “desarrollo sinergístico”, un p roceso p or el cual se refuerzan los
crecimientos en la economía y en la energía, y que hoy en día se encuentran arraigad as la
una en la otra. 2 Le damos gracias a la energía en gran p arte p or el desarrollo industrial y
tecnológico qu e hemos alcanzado, sin embargo también la culpamos por los grandes
problemas que afronta la humanidad hoy en día; el cambio climático y la crisis alimentaria
son dos de los mas claros y recientes ejemplos, que reiteran la paradoja que envuelve
nuestro modo de vida. De manera concreta la quema de combustibles fósiles genera las
may ores emisiones de CO2 que causan el efecto invernadero y el calentamiento glob al.
Tamp oco es extraña la relación qu e existe entre el p etróleo y la guerra, en cuanto que, d ada
su imp ortancia estratégica cada vez más p aíses ansían tener y p oder contar con grandes
reservas.

La imp ortancia y necesidad del p etróleo también la podemos v er reflejad a en los p recios
récord que se han alcanzado de 135 dólares el barril, p recio qu e podría bajar si la OPEP
aumentará su p roducción y los fundamentales del mercado se estabilizan. Hay
3
esp eculadores que ap untan a ambos lados, existen p redicciones de 200 dó lares el barril , al
igu al que op iniones de quienes p iensan que pronto la burbuja de los altos precios estallará.
Por otro lado las condiciones geo ló gicas p ara la exp lotación son cada vez más difíciles
para el hombre, que se h a aventurado a buscar el mineral en tierras inh abitadas e

2
BYRNE, John. Et al. Modern Energy and Modern Society. En: Transforming Power: Energy, Environment and Society
in Conflict. [libro en línea] 2006 [consultado mayo 2 de 2008]. Disponible en
<http://ceep.udel.edu/energy/publications/2006_es_modern_energy_and_modern_society.pdf
3
RAJGHATTA, Chidanand. Mystery Indian analyst spooks world economy. En: The Times of India [en línea]. Sábado
10 de mayo de 2008. [consultado 10 de mayo de 2008]. Disponible en
<http://timesofindia.indiatimes.com/World/Mystery_Indian_analyst_spooks_world_economy/articleshow/3027241.cms
5

inexp loradas 4. Los altos p recios a su vez han causado grandes p roblemas en la economía,
las más afectadas han sido la industria del transp orte, que p or su p arte han afectado al
suministro de alimentos. Como resp uesta a los altos precios y la dependencia en ergética de
algunos p aíses industrializados y ante el calentamiento glob al, se inició la inv ersión en
biocombustibles, energéticos a base de maíz, caña de azúcar, o p alma africana, entre otros.
Se verá co mo esta inversión y utilización de camp os p ara el desarrollo de co mbustibles a
base de alimentos ha causado paradójicamente, junto con otros factores, el reciente clamor
por el derecho a la v ida como consecuen cia de la crisis alimentaria qu e ha azotado al
mundo. Se ha llegado incluso a catalo gar la p roducción d e bio combustibles co mo un delito
5
contra la human idad .

Con respecto al calentamiento global y al cambio climático, la sociedad se ha venido


percatando cada vez más, qu e son reales; los retos que imp lican y enfrentan a la human idad
6
serán decisivos y determinantes. El Human Develop ment Rep ort 2007/2008 del programa
PNUD de las Naciones Unidas exp one que hoy en día existe evidencia abrumadora de que
el mundo se dirige hacia un p unto en que será inevitable una catástrofe ecológica
irreversible; Los desastres humanitarios recientes en My anmar y los Huracanes en EE.UU.
son indicios fuertes.

En el ámb ito nacion al, en Colombia desde el año de 1986, la p roducción d e p etróleo, en
particular la de C año Limón, se conv irtió en la base del p resupuesto nacional, en el
producto de exportación más imp ortante, fuente de divisas, garantía de la autosuficiencia
energética y motor del desarrollo social y económico. La regulación d e las etap as de
exp loración y exp lotación han sido fund amentales p ara imp ulsar la p rosp ectividad en
materia petrolera y el desarrollo económico del p aís. Sin embargo al verse disminu ida la
producción el p aís op tó p or modernizar el sector energético, p roceso que tuvo lugar en la

4
DUVAL-SMITH, Alex. Articbooms as climate change melts polar ice cap. En: The Guardian [en línea]. Domingo 27 de
noviembre de 2005 [consultado 18 de marzo de 2008]. Disponible en
<http://www.guardian.co.uk/environment/2005/nov/27/oilandpetrol.theobserver
5
BORGER, Julian. UN chief calls for review of biofuels policy. En: The Guardian [en línea]. Sábado 5 de abril de 2008.
[consultado 12 de abril de 2008]. Disponible en <http://http://www.guardian.co.uk/environment/2008/apr/05/biofuels.food
6
UNITED NATIOS DEVELOPMENT PROGRAM. Human Development Report 2007/2008. Disponible en
<http://hdr.undp.org/en/reports/global/hdr2007-2008/
6

may or parte de América Latina. En Colomb ia en p articular, se buscó mantener la


autonomía en ergética y así garantizar la sostenibilidad financiera a través de la reactivación
7
de la activid ad exp loratoria p or p arte de las IOC’s . El estudio buscará d emostrar, que el
decreto 1760 del 2003 por el cual se d esreguló el sector fue una buena estrategia regu latoria
para el p aís en términos económicos y p olíticos, en la medida en que el sector de
hidrocarburos evid enciaba elementos de hip erregulación, en la forma de modificaciones
introducidas al contrato de Asociación, qu e a su vez coincid ieron con p recios bajos. Se
mostrará que las mod ificacion es hech as al contrato de asociación que buscaban aumentar la
particip ación estatal introdujeron mecan ismos de hiper-regulación que truncaron el éxito
exp loratorio. De igu al manera se mostrará la coherencia de la desregulación del sector con
las tesis que ap untan a d emostrar la relación que existe entre las alzas en los p recios d el
petróleo y la disminución de las lib ertades civ iles y p olíticas en p aíses p roductores de
petróleo del tercer mundo.

En este sentido, la sup uesta afectación de la autonomía del país se traduce en un mercado
comp etitivo, con may or p rospectividad y abierto a reformas económicas y con claras
señales de crecimiento económico; contrario a estados con instituciones débiles y gobiernos
autoritarios y autocráticos financiados con grandes ingresos petroleros con la que financian
su “soberanía” antidemocrática y restrictiva de la libertades civiles, y con síntomas serios
de la enfermed ad holandesa. 8

7
International Oil Companies

8
La enfermedad holandesa es una paradoja macroeconómica en donde se llevan a cabo grandes exportaciones de bienes,
por lo general recursos naturales, que conllevan a problemas de desindustrialización, inflación y desempleo. Ver: LAM,
Ricky, WANTCHEKON, Leonard. P olitical Dutch Disease. New York University, 2003. [Consultado mayo 5 de 2008].
Disponible en <http://www.nyu.edu/gsas/dept/politics/faculty/wantchekon/research/lr-04-10.pdf
7

II. El petróleo y el crecimiento de la economía mundial: perspectivas y consecuencias

1. El creciente consumo de petróleo

El incremento en el consumo mundial del p etróleo ha ido d e la mano d el desarro llo


industrial, de avances tecnológicos y de la exp ansión del co mercio mundial; nuevas
potencias económicas han surgido y han traído consigo un in cremento en el niv el de v ida
de sus ciudadanos que requiere de mas energía, y en p articular más p etróleo, los ejemp los
mas claros son las economías de Ch ina y la India. Sin embargo aun con av ances
tecnológicos y altos precios, las adiciones a las reservas y a existentes en el mundo
desarrollado no se h an mantenido con el ritmo de la producción y p or ende esas reservas se
9
han ido agotando.

A través de la h istoria del p etróleo se ha v isto como ésta industria ha demostrado un ráp ido
crecimiento en el que los p roductores han surtido las necesidades crecientes con p recios
estables. A p rincip ios del siglo XX el control sobre los p recios del p etróleo se encontraba
en manos de los EE.UU., incluso desp ués del quebrantamiento del monop olio de la
Standard Oil Comp any en 1911, el control sobre los precios permaneció en manos
estadounidenses, en un p rincipio con las comp añías p etroleras de EE.UU. y luego con la
Comisión de Ferro carriles de Texas, que in crementarían los limites de producción p ara
evitar que se disp araran los p recios y reducirían la p roducción p ara evitar una caída de los
precios. Para los años 50 la p roducción de crudo en los EE.UU., que se daba en gran p arte

9
ALAN GREENSPAN, P resident, Greenspan Associates LLC, and former Chairman of the Federal Reserve, Hearing of
the Senate Foreign Relations Committee, Oil Dependence and Economic Risk, Copyright 2006 The Federal News
Service, Inc. Federal News Service, June 7, 2006 Wednesday. Disponible en <http:www.lexis-nexis.com
8

en el estado de Texas, constituía más de la mitad d e la p roducción mundial. En 1951 un


excedente d e crudo tejano fu e puesto en mercados internacionales p ara contener el imp acto
que tendría en los p recios la nacionalización del p etróleo iran í. De nuevo se situaron los
excedentes de petróleo Americano en el mercado internacional p ara contrarrestar los
efectos en los precios que tuvieron lugar p or la crisis del Can al del Su ez en 1956 al igu al
que en 1967 con el acontecer del conflicto Árabe-Israelí. El rol histórico de los EE.UU.
acabó en 1971 cuando la creciente demanda mundial excedió su capacidad de excedente de
su p roducción, punto en el cu al camb ió abrup tamente la cap acidad de determinación de los
precios del p etróleo la cual recay ó en un p rincip io en unos cuantos grandes p roductores del
Medio Oriente para luego obedecer a las fu erzas del mercado fuera del control de cualqu ier
10
estado o región , o al menos eso se creía.

Durante los años 70, mu chas naciones p roductoras, esp ecialmente las d el Oriente M edio,
nacionalizaron las comp añías p etroleras p ara cap italizar su nueva cap acidad de
determinación de los precios. La magnitud de esta cap acidad se hizo evidente luego d el
embargo p etrolero de 1973, periodo durante el cual los p recios establecidos p or Arabia
Saudita aumentaron a 11 dólares p or barril, que contrastaban abrup tamente con el precio de
USD $ 1.80 p or barril que se h abía mantenido de 1961 hasta 1970. La revolución iran í trajo
may ores alzas en los p recios del p etróleo en 1979 el cual alcanzó un p recio de USD $39 p or
barril en 1981. Sen cillamente a may or demanda, más altos los p recios.

En el 2008, el precio del p etróleo alcanzó y cruzo la alarmante frontera de los 100 dólares
por barril. Éste in cremento en los p recios se debió en gran p arte al aumento en la demanda
de nuevas economías industrializadas, p rincip almente Chin a y la India. Co mo consecuencia
del desarrollo económico estos p aíses han aumentado su demanda energética y en esp ecial
su consumo de petróleo. No obstante, los p recios récord de 135 dólares el barril en el mes
de may o han llev ado a los analistas a dar nuevas explicaciones sobre las razones que han
llevado a que se disp aren los precios, entre ellas: el debilitamiento del dólar, los ataques
terroristas en Nigeria, la inestabilid ad p olítica en Venezuela, la esp eculación, la comp ra de

10
Ibid..
9

futuros, el aumento del consumo en p aíses p roductores, la negativa a incrementar la


producción de la OPEP, e incluso se h a cu lp ado y acusado de man ip ulación a algunos
bancos e instituciones financieras de Wall Street.

2. Organizaciones petroleras y energéticas: OPEP (Organización de Países


Ex porta dores de petróleo) y la AIE (Agencia Internacional de la Energía)

En el mundo, la may or concentración en la extracción de p etróleo esta localizado en unos


pocos p aíses. Estos p aíses ubicados en diferentes regiones del mundo, se han agrup ado p ara
así p roteger y salvaguardar sus intereses comunes. Han influido en la economía mundial al
controlar las p olíticas de p roducción y de p recio del p etróleo, ejerciendo influen cias en el
mercado d e las demás en ergías p rimarias. En el año d e 1960 surge la Organización de
países Exp ortadores de p etróleo (OPEP) tras una gran caíd a del p recio del crudo que p uso
en p eligro la economía de p aíses que dep endían parcial o totalmente de la v enta del
petróleo. En esos momentos el control del p recio del petróleo recaía en manos de
multinacion ales, esto produjo una reacción por p arte de estos p aíses p ara influenciar de
manera efectiva este mercado. Durante los años 70 esta organización obtiene un control
muy alto del mercado e incluso imp ulsa p olíticas en contra de occidente, sin embargo a
partir de los años 80 establece una p olítica de coop eración con p aíses con alta demanda y
en años recientes ha mantenido un a alta colaboración con p aíses p roductores p or fuera de la
OPEP con el fin de sostener los p recios y reducir cuotas de p roducción. Su sede se
encuentra en Viena y entre sus miembros se encuentran Arabia Saudita, Argelia, Emiratos
11
Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela. Ecuador,
susp endió su membresía en 1992 pero la reactivó en el 2007; Angola se unió a la
12
organ ización en el 2007.

11
Mercado y Crisis del P etróleo. [en línea] Octubre 2004; [Consultado 15 de Julio 2006]. Disponible en<:
http://www.fecyt.es/especiales/petroleo/petroleo1.htm
12
Organization of P etroleum Exporting Countries. What is OPEC? [en línea] Abril 2008[Consultado 20 de mayo de
2008]. Disponible en <http://www.opec.org/library/what%20is%20OPEC/whatisOPEC.pdf
10

La organización d e p aíses exp ortadores de p etróleo, OPEP, se describe a si misma como


una organ ización intergub ernamental p ermanente conformada p or 13 p aíses exp ortadores
de p etróleo en desarrollo, que coord ina y unifica las p olíticas p etroleras de sus miembros.
Procura la estabilización de los p recios en el mercado internacional buscando eliminar
fluctuaciones dañinas e innecesarias, y atendiendo a sus intereses y asegurando un ingreso.
De igual imp ortancia es su rol de vigilar una oferta eficiente, económica y regular de
petróleo a p aíses consumidores. Según la organ ización, ellos no controlan el mercado, sin
embargo afirman tener una fuerte influencia en el mercado del p etróleo al constituir sus
exp ortaciones el 55 % del p etróleo comerciado internacionalmente. La OPEP p roduce
13
aproximad amente el 40 % del petróleo del mundo y 15% del gas natural.

Estos p aíses no han tenido ni persiguen necesariamente los mismos intereses; en el p asado,
Nigeria e Irán p or ejemplo p resionaban p ara que subieran los p recios teniendo estos menos
reservas y una may or dep endencia del p etróleo como in greso p rincip al; Arabia Saudita o
Kuwait, p or otro lado, tienen una menor p oblación y una may or p roducción p refirieron un
may or control de los precios que coinciden en el desarrollo de otras fuentes energéticas.
Hip otéticamente el objetivo p rincip al de esta organización es estabilizar y armonizar los
precios, sin embargo al dep ender en gran parte de la exp ortación sus economías son
vulnerables a la caída de estos. Se ha dicho que los trece p aíses que conforman la OPEP
14
controlan el 75% de las reservas mundiales de p etróleo. Hoy en día, frente a los altos
precios la organización ha exp resado que su p roducción es adecuada y hay suficiente
petróleo en los mercados; culpan a los esp eculadores, la crisis h ip otecaria, y la caída d el
dólar en EE.UU., sin embargo es la OPEP la que mas se beneficia d e los p recios actuales.

En noviembre de 1974, surge como resp uesta a la crisis p etrolera de 1973-74, y p ara hacer
cara a las p olíticas de la OPEP, la A gencia Internacional de la En ergía (AIE). Su rol in icial
consistía en coordinar medid as en tiemp o de emergencias en la oferta, es decir irrup ciones
en el suministro. Sin emb argo con el transcurso del tiemp o, sus objetivos se han amp liado

13
Ibid.
14
.Mercado y Crisis del P etróleo. Opcit.
11

a: seguridad energética, desarrollo econó mico, y p rotección ambiental. Hoy en día su


trabajo se enfo ca en p olíticas de cambio climático, reformas al mercado, colaboración de
tecnología energética y relaciones con p aíses p roductores y consumidores. Este ente surge
de manera autónoma e intergubernamental y esta vinculada a la Organ ización p ara la
Coop eración y el Desarrollo Económico (OCDE). Su Los p aíses p ertenecientes a la
agencia se comprometen a través de un Pro grama Internacional de Energía (IEP) a hacer
frente a cualquier emergencia energética p or medio de reservas de petróleo que equivalgan
a 90 días de consumo, estas medidas tienen como ob jetivo una posible defensa contra
medidas drásticas de países proveedores y enfrentar la p osibilidad de problemas en el
suministro. A diferen cia de la OPEP la agencia busca además de lo grar una may or eficacia
y uso óptimo del p etróleo, el desarrollo de otras fuentes p rimarias de en ergía como lo son la
energía nuclear, el carbón, el gas natural al igu al que energías renovables a través de la
investigación y la inv ersión. La cede d e la AIE se encuentra en París y forman p arte de ella:
Australia, Austria, Bélgica, Can adá, Rep ública Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia,
Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Jap ón, Corea, Lu xemburgo, Holanda, Nueva
Zelanda, Noruega (p articip a en la agen cia bajo un acuerdo esp ecial), Portugal, Esp aña,
15
Eslovaquia, Suecia, Su iza, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos. No obstante existen
países que, a p esar de ser grandes p roductores y exportadores de crudo, se encuentran p or
fuera de estas organizacion es, como lo son Rusia y México.

3. Teoría geológica del Peak Oil

Se estima que la p oblación mund ial seguirá en su curso de crecimiento como lo ha venido
haciendo, se h an observado tendencias de sobrep oblación, cada año incrementa en 80,000
personas. Este crecimiento de la p oblación que se dará en may or med ida en países en
desarrollo, irá de la mano de la exp ansión económica d e nuevos mercados y conllevará a
aumentos en la demanda energética.

15
INTERNATIONAL ENERGY AGENGY, IEA. Disponible en <http://www.iea.org/about/index.asp
12

Como se ha mencion ado, uno de los casos claros del crecimiento y la demanda energética
es China qu e en recientes años han aumentado en 20% su demanda energética,
constituyéndose este como el may or factor individual p ara el aumento de los p recios de
crudo. Claramente hoy las condiciones del mercado energético han camb iado
sustancialmente.

En los años 50, el p anorama mundial de la p ost-guerra favorecía a EE.UU. como princip al
productor y exp ortador de p etróleo en el mundo y como p rincip al acreedor en cu anto sup lía
la demanda d e maquinaria y reconstruía una Europ a destruida por la segunda gu erra
mundial. Antes de esta reconstrucción, llevo a cabo su p rop io p roy ecto de suburbanización,
estableciendo el p aradigma d el sueño americano basado en las grandes d istancias y el amor
por los automóviles. En 1956, M arion King Hubbert, geólo go de la Sh ell, exp licó el
crecimiento de la extracción del p etróleo p or medio de una curva en forma de camp ana la
cual cambia de convexa a cón cava mostrando un p ico en la extracción antes de comenzar
un descenso.16Esta teoría geológica es conocida co mo peak oil, o pico p etrolero, a la cu al
cada d ía se le suman mas adeptos. Este movimiento conformado por una rara mezcla de
geó lo gos, físicos y consultores de la industria p etrolera y activistas ambientalistas, afirma
que el p etróleo esta alcanzando su p ico y p ronto no será posible satisfacer la creciente
demanda mund ial. La teoría sugiere que p rontamente habremos utilizado la mitad de las
reservas p etrolíferas del mundo. Como resultado h abrá un shock p etrolero el cual enviará el
precio de un barril en una esp iral hasta los 200 dólares y continuarán subiendo. Estas
afirmaciones teóricas han venido ap areciendo en diarios científicos y p áginas de Internet, y
finalmente han lo grado cap tar la atención de Wall Street y de Washington, en donde el
Congreso de EE.UU. en ocasión a los altos precios, ha llamado a los rep resentantes de las
princip ales p etroleras estadounidenses a dar exp licacion es. El geólo go británico Co lin
Camp bell, doctor de Oxford y con mas d e 40 años d e experiencia, exp resa que hemos
llegado a la p rimera mitad de la era del p etróleo, la sociedad, según C amp bell no esta

16
ROOM, David y TANNER, Steve. Hubbert’s P imple.[en línea]. (2006). [Consultado 16 de abril de 2008]. Disponible
en: <http://peakoil.com/article38193.html
13

prep arada p ara afrontar las consecuencias del fenómeno, y es demasiado tarde p ara
desarrollar fuentes de energía alternativas como lo son los p aneles solares, reactores
17
nucleares y hélices.

Otras fuentes mas extremistas afirman qu e si el p etróleo se continú a utilizando al ritmo y en


la cantidad actual se acab ará p or completo dentro de 40 años. Sin embargo se p lantea que
antes de esto, sin p oderse esp ecular cuando, cuantas veces o de qué duración, eventos tales
como coerción política, carteles y guerras muy seguramente ocasionarán disp aros en los
precios basados en el p ánico causado por el miedo sin relación directa con la extracción d el
18
hidrocarburo.

Russ Roberts, portavoz de Exxon M obil, la comp añía p etrolera más grande del mundo,
op ina lo contrario. Exp resan avisos colo cados p or la comp añía, que el mundo tiene mundo
posee p robablemente 4000 billones de barriles restantes que constituyen cuatro veces lo que
hemos utilizado hasta hoy en día. Los geólogos de la Exxon p lantean que no existe la
posibilidad de alcanzar un pico en la p roducción de p etróleo en el cercano futuro,
reconocen que eventualmente se observara un d escenso, pero sin embargo todavía hay
tiemp o para p ensar en alternativas. Fuera de esto, los inv ersionistas han empezado a
escuchar a los teóricos del p ico p etrolero, p osicionándose p ara obtener beneficios de lo que
consideran será la mayor crisis d el petróleo v ista hasta hoy en día. Incluso comp añías
petroleras como Chevron han creado anun cios exp resando que la era d el p etróleo fácil esta
19
llegando a un fin.

Existen testimonios imp ortantes de geólogos y científicos de IOC’s y Organismos


internacionales, p ara ambos lados de la discusión, sin embargo n adie sabe con seguridad
cuando petróleo existe en el mundo hoy en día. En el año 2000 el “US Geolo gical Surv ey ”

17
GOP INATH, Deepak.Doom-mongers warn there is no oil for troubled waters;
The peak-oil movement, which warns of imminent disaster with the end of the oil
age, is winning converts En: Sunday Tribune (Ireland), September 3 (2006). Disponible en <:www.lexis-nexis.com
18
The Fading of the Oil Economy. Sustainable Living Organización P ublication [en línea]. (2005). [consultado 10
septiembre 2006]. Disponible en<http://www.naturalhub.com/slweb/fading_of_the_oil_economy.htm
19
GOP INATH, Deepak. Op.cit..
14

estimo los recursos globales de p etróleo en 3 trillon es de barriles, lo suficiente p ara emp ujar
el p ico de la p roducción h asta le año 2037, según la Agen cia Internacion al de en ergía. Hay
acep tación gen eral en cuanto a que el p etróleo efectivamente es cada día más difícil y más
costoso de encontrar y extraer. Los descubrimientos p etroleros cayeron desde 90 billones
de barriles en 1964 a solo 5 b illon es en el 2005. Para el año 2030 la demanda d e energía
20
incrementara ap roximadamente en un 60% comp arada con el año 2000. El rep orte del año
2005 de p ersp ectivas energéticas de Exxon Mobil estima que en algún momento entre el
2010 y el 2020 se p resentara un p ico en la p roducción de p etróleo conjunta de los países no
miembros de la OPEP, sin embargo esta organización será capaz de llenar el vacío
reflejando una producción de 47 millones de barriles p or día, en contraste con los 30
millon es de barriles que p rodujo en el 2005.

4. Precios del petróleo

El p recio del p etróleo crudo obedece, en teoría los fundamentales del mercado, es decir, se
establece p or las condiciones de oferta y demanda en el mercado global, y p articularmente
en los centros de refinamiento. Los precios son el resultado d e miles de transacciones
simultaneas alrededor del mundo, en todos los niveles de la cad ena distributiva, desde los
productores de crudo a los consumidores. A través de la historia diversos acontecimientos
han creado alzas y bajas en los p recios que p rogresivamente han venido aumentando hasta
alcanzar un p ico de 135 dólares p or barril.

En el siguiente cu adro podemos ver los p rincip ales acontecimientos que han hecho que se
disp aren los p recios del p etróleo al igual que los que han conllevado a la caída de estos, a
partir del año de 1970.

20
ENERGY OUTLOOK 2006. [en línea]. (2006). [Consultado 1 diciembre 2006]. Disponible en
<http://www.exxonmobil.com/corporate/files/corporate/energy_outlook_2006_notes.pdf
15

En 1970 el p recio d el p etróleo era en promedio de 3 dó lares por barril p ara cu adruplicarse y
alcanzar los 12 dólares a finales del año de 1972. En octubre de 1973 Egip to y Siria
atacaron a Israel iniciando así la guerra de Yom Kippur; muchos p aíses occidentales, entre
ellos EE.UU. ap oy aron a Israel. Como resultado de esto varias n acion es Árabes
exp ortadoras de p etróleo imp usieron un embargo a aqu ellos p aíses que ap oy aban a Israel,
reduciendo la producción en 5 millones de b arriles p or día. Estos acontecimientos
eliminaron cualqu ier dud a de qu e la hab ilidad de controlar los p recios del crudo hab ía
pasado de manos de EE.UU. a la OPEP, y se hizo evidente la extrema sensib ilid ad de los
precios a la reducción de oferta cuando los p recios incrementaron en un 400% en 6 meses.
En 1979 los p recios se volvieron a disp arar con la revo lución iraní que casi p aralizó la
producción de ese p aís. En 1980 Irán fue sujeto de una invasión p or p arte de Irak y la
producción conjunta de ambos p aíses disminuy ó en 6.5 millones de barriles comp arados
16

con el año anterior; la producción mund ial b ajó en un 10% comp arada con la de 1979. El
21
barril entonces subió a $ 35 en 1981.

A p esar de las advertencias que los altos p recios reducirían la d emand a, la OPEP no p restó
atención. Varias causas, entre ellas una recesión global, p rodujeron la caída de los p recios.
De igual forma se había in crementado la exp loración y p roducción de p etróleo p or fuera de
la OPEP, se vio entonces este cartel enfrentado a una menor demanda y una may or oferta
por fuera de la organización. Durante un tiempo los miembros d e la organización redu jeron
sus cuotas de p roducción sin producir resultados, en esp ecial Arabia Saudita, p ero en 1985
cansado de este rol, incrementó su p roducción de 2 millones de barriles d iarios a 5
causando que los p recios cay eran drásticamente p or debajo de los 10 dólares p or barril p ara
22
el año de 1986. Para el año de 1990 los p recios se disp araron nuevamente debido a la
incertidumbre causada p or la invasión d e Irak a Kuwait y la p osterior guerra d el Golfo
Pérsico, p ara luego volver a caer hasta 1994 en donde los precios ajustados a la inflación
alcanzaron sus niv eles más bajos no vistos desde 1973. De nuevo subió la demanda y el
consumo de p etróleo a nivel mundial aumento en 6.3 millones de barriles por día entre los
años de 1990 y 1997, gran p arte de este aumento en el consumo se le atribuy o a Asia. La
OPEP decidió p or lo tanto elevar su techo d e producción y aumentar su cuota en n 10%. En
1998 el ráp ido crecimiento de las economías asiáticas se d etuvo al igu al qu e el consumo de
petróleo en el Asia Pacifico, esto p rodujo en conjunto con la mayor oferta de la OPEP
nuevamente la caíd a de los p recios. La organización redu jo sus cuotas enormemente hasta
que la caída se detuvo y el p recio del barril se p osicionó alred edor de los 25 dólares p or
barril p ara 1999. En el 2000 los p recios continuaron ascendiendo incluso d esp ués de 3
incrementos sucesivos en las cuotas de p roducción, p ero finalmente empezaron a bajar
luego de otro incremento durante noviembre. A su vez Rusia lid eraba el incremento en la
producción de los p aíses no p ertenecientes a la OPEP y con el deb ilitamiento de la
economía estadounidense los precios bajaron nuev amente y requirieron la redu cción de
cuotas de la OPEP, sin embargo al d arse los atentados del 11 de sep tiembre el precio se

21
Oil P rice History and Analysis. [en línea]. (2007). [Consultado 10 de marzo 2008]. Disponible en
<:http://www.wtrg.com/prices.htm
22
Ibid.
17

desp lomó, p ara lo cual se d ieron cortes en p roducción d e 1.5 millones de barriles p or día
por p arte de la OPEP al igual que redu ccion es p or países productores no miembros de la
organ izaron. Luego de esto los p recios emp ezaron a subir p ero EE.UU. hab ía llegado a una
baja de inventario no vista en 20 años. Luego de esto, PDVSA de Venezuela se fue a p aro
lo cual paralizó la p roducción de p etróleo p ara lo cual la OPEP aumentó sus cuotas en 2.8
barriles por día en febrero de 2003. En marzo del mismo año co menzó la invasión a Irak, la
demanda asiática p or petróleo aumentaba y la economía estadounidense mejoraba. Irak y
Venezuela p erdieron cap acidad p roductiva y el incremento en la p roducción p ara cubrir la
demanda mundial p rodujeron un exceso en la cap acid ad de p roducción de 6 millones de
barriles diarios para mediados del 2002, este exceso se redujo a 2 millon es en el 2003 y
luego a un millón en el 2004 y 2005, este numero sin embargo no es suficiente cap acidad
de sobre p ara cubrir una interrup ción en la oferta en un mundo que consume mas de 80
23
millon es de barriles de productos derivados del p etróleo.

En el 2006, el p recio del p etróleo alcanzó un récord de 78.40 dó lares p or barril a mediados
de julio, sin embargo al 13 de diciembre de 2006 el p recio del crudo cerro en el NYM EX
(New York M ercantile Exchan ge) a 61.57 dó lares p or barril, exp erimentando un alza
24
debido a la caíd a de los inventarios d e crudo en EE.UU. en 4.3 millones de barriles . En el
mes de octubre de 2006 la OPEP sostuvo una reunión de emergencia en la cual acordó
recortar 1.2 millon es de barril por día p ara así reducir la sobreoferta en los mercados, ésta
fue la p rimera reducción de cuotas de la organización en dos años.

En el 2008 el p anorama ha sido comp letamente diferente. Los p rincip ales p aíses
industrializados han urgido a dirigentes de la OPEP ha au mentar la producción, y así hacer
frente a los incrementos desp rop orcionados de los p recios de los combustibles.

Algunas de las tesis mas recientes ap untan hacia la demanda petrolera que ha surgido en los
países productores de p etróleo, como lo son Arabia Saudita, Rusia y M éxico como
coady uvante de las alzas de los p recios. Aun cuando la demanda de EE.UU. y el Reino

23
Ibid.
24
http://www.cnbc.com/id/16183312
18

Unido disminuirán, según la A gen cia Internacion al de Energía, la demanda glob al se esp era
que aumente de 85.8 millones de b arriles en el 2007 a 86.8 millones en el 2008 debido a la
25
demanda d e p aíses en desarrollo. En Irán, la demanda d e p etróleo ha aumentado en un
5% anual en los últimos 5 años, el mismo ritmo que en China. El productor más grande el
mundo, Arabia Saudita, con más de 9 barriles p roducidos diarios, y Emiratos Árabes
Unidos, han tenido un incremento similar. Los p etrodólares que entran en las economías de
estos p aíses se traducen en un aumento del consumo interno con los precios de la gasolina a
bajos costos, gracias a subsidios. Los miembros de la OPEP junto con Rusia y M éxico
producen cerca del 60% de la producción mundial, más de 47 millones de barriles p or día,
de los cuales son exp ortados ap roximadamente 35 millones. No obstante que estos p aíses
puedan mantener sus niveles de p roducción, sus exportaciones se verán mermadas p or el
aumento en la demanda interna debido al crecimiento económico y a los subsidios en la
gasolina.

Posiciones contrarias han argumentado que al menos el 60% del p recio de más de 130
dólares el b arril p roviene d e la esp eculación no regulad a de futuros p or fondos “hedge” o
de libre inversión. Se argumenta que la Comisión de comercio de futuros de comodities
permite a los esp eculadores comp rar contratos de futuros de crudo en el Ny mex pagando
solo el 6% del valor d el contrato, tomando el resto en p réstamo. De igual forma llaman a la
teoría del “p eak oil” una broma que ha p ropulsado los p recios altos. Expresan de igu al
forma que Washin gton intenta culp ar, como a menudo lo hace, a p roductores árabes y a la
OPEP, siendo que hay de hecho una sobreoferta; argumentan que las verdaderas razones de
los altos p recios son las p olíticas del gobierno estadounidense que permite la man ipulación
de los p recios. Contra las alegaciones de que el consumo en Ch ina es el que h a elevado los
precios, exp resan que la d emand a de China fue estimad a cerca de los 7 millones en el 2007
mientras la de EE.UU. fue de 20.7 mbd. Expresan de igual manera que existen proy ectos
de p roducción a través del mundo qu e aseguran qu e la oferta no es la qu e causan los p recios
altos sino los bancos de Wall Street y los may ores centros de comercio de p etróleo, el

25
PAGNAMENTA, Robin. Growing demand in producing countries pushes up the price. En: TheTimes [en línea].
Viernes 23 de mayo de 2008 [consultado 23 de mayo de 2008]. Disponible en
<http://business.timesonline.co.uk/tol/business/industry_sectors/natural_resources/article3987513.ece
19

Ny mex (New York Mercantile Exchan ge) y el London-Atlanta ICE (Inter Continental
Exchan ge) y ICE Futures. De acuerdo a estas op iniones la burbuja esp eculativa p ronto
exp lotara y caerán los precios del p etróleo y aumentarán los p recios del gas natural. Otras
causas de las alzas también incluy en el aumento de inv entarios en EE.UU., al igual qu e a
instituciones financieras como Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan Chase,
Citigroup, Deutsche Bank o UBS. La ICE fu e sujeta a una inv estigación en el Con greso de
26
EE.UU.

5. Impa cto medioambiental

Como se ha exp resado, existen fuertes indicios que indican que se presenciará un aumento
nunca antes v isto de demanda de energía debido al desarrollo que exp erimentarán varios
países. Las economías en surgimiento, al dep ender may or med ida d e combustibles fósiles y
carbón, contribuirán a la contamin ación d el medio ambiente, en forma de emisiones de
bióxido de carbono. En esp ecial Brasil, China, India e Indonesia se estima que p ara el año
2010 emitirán más de 2000 millones de toneladas de carbono anualmente. 27 Por otro lado la
dep endencia en el p etróleo ha mostrado su cap acidad de p roducir efectos extremadamente
dañinos al medio ambiente a causa d e accid entes ocurridos durante la exp lotación o
transp orte de crudo, como lo fue lo ocurrido con el d errame del tanquero Exxon Valdez. Es
claro entonces que los conflictos y los accidentes, además de alterar la economía d el
28
petróleo p ueden resultar en consecuen cias devastadoras p ara el medio ambiente.

El p etróleo causa varios daños al medio amb iente, entre las más importantes, es la manera
en que afecta el medio marino, como lo es la destrucción o reducción de la vida marina,

26
ENGDAHL, William. Oil price mocks fuel realities. En: Asia Times [en línea]. Sábado 24 de mayo de 2008
[consultado 24 de mayo de 2008]. Disponible en <http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/JE24Dj03.html
27
JAFFE, Amy. El creciente apetito por petróleo y gas natural de los paises en desarrollo. [en línea]. Disponible en
<:http://usinfo.state.gov/journals/ites/0504/ijes/jaffe.htm
28
Oil P roduction and Enviromental Damage. [en línea]. Disponible en
<:http://www.american.edu/TED/projects/tedcross/xoilpr15.htm
20

destrucción de los habitats de la vida silvestre, reducción de las p lay as costeras y sus
animales, al igual qu e la muerte de varias especies de av es por el “emp etrolamiento”. “El
océano constituye un ecosistema muy dinámico y comp lejo basado en un flu ido, el agua
salada, que el hombre está destruy endo p or contaminantes químicos, entre ellos el p etróleo
y sus derivados. Estos entran en contacto con el océano y son diluidos por las mareas,
oleajes, tormentas, vientos, corrientes, etc., llegando a comprometer la red alimentaría d el
medio marino. Más aún, las grandes contaminaciones p or p etróleo, p roducido cerca de las
costas, pueden causar daños de extrema importancia a las mismas. También afectan a la
flora y fauna marina y terrestre, p ermanentes o migratorias de éstas costas. No solamente la
exp loración y exp lotación p etrolera p uede ser fuente de contaminación, también gran p arte
de la misma ocurre en las rutas y cercanías de vías utilizadas por los buques-tanques
petroleros. Estos residuos "sludges" o masa viscosa de decantación son eliminados
directamente al mar. Como resultado de ello ap arecen grandes masas de alqu itrán, con
comp onentes de p arafinas de largas cad enas, en cantidad may or a lo qu e contiene el
petróleo crudo, encontradas en el mar y en las p lay as. Estas masas flotante de residuos de
29
petróleo, de muy lenta degradación, siguen contaminando el medio por largo tiemp o.”

Se ha considerado siemp re que el mar tiene una función "depuradora" sobre la mayoría de
las sustancias, porque se "disuelven", se "diluyen" o "desap arecen". Es cierto en gran p arte,
ya que la actuación y la intervención de los comp onentes bióticos y abióticos del medio
marino lo p ermite. Los organ ismos vivientes y en particular los vegetales, esp ecialmente
los unicelu lares (enzimas, bacterias), son capaces de actuar sobre los hidrocarburos. Sin
embargo, los hidrocarburos vertidos al mar, al p enetrar o ser ingeridos en distintos niveles
de la cadena alimentaría, van a ser concentrados gradualmente h asta llegar al hombre, el
cual va a in gerir todos los tóxicos acumulados p or los niveles tróficos anteriores. Entre
30
estos tóxicos están los hidrocarburos aromáticos polinucleares.” Por ende la
contaminación del océano p or los vertidos de p etróleo, y a sean estos accidentales o
intencionales, terminan p oniendo en ries go nuestra prop ia salud al consumir nosotros los

29
GALAN,P atricia C. Contaminación P etrolera. [en línea]. Disponible en <:http://www.ambiente-
ecologico.com/revist30/contpe30.htm
30
Ibid.
21

frutos que nos da el mar. Los daños que causan estos derrames no p ueden ser cuantificables
y la mejor alternativa es desarrollar fuentes energéticas que no dañen nu estros ecosistemas.

Sin embargo el efecto más p erverso que se le ha atribuido al p etróleo ha sido el


calentamiento glob al. El efecto invernadero que causa el calentamiento global se debe a la
enorme cantidad de dióxido de carbono que se encuentra en la atmósfera, esta sustancia
dañina se ha estado acumulando desde la revolución industrial. Según científicos, los gases
que p roducen el infecto inv ernadero están siendo emitidos a ritmos aun más acelerados que
31
durante los años 90, debido en su may oría a la quema de co mbustibles fósiles. Como
mencion amos al p rincipio de este documento, existe eviden cia abrumadora qu e demu estra
que el mundo se esta moviendo h acia un p unto en el cual una catástrofe ecoló gica se vuelve
32
inevitable, p oniendo en ries go el futuro de nuestros hijos y nietos.

31
OLIVER, Rachel. Carbon emissions: Catch themif you can. En: CNN [en línea] Domingo 11 de mayo de 2008
[Consultado Sábado 24 de mayo de 2008] Disponible en
<http://edition.cnn.com/2008/WORLD/asiapcf/05/02/es.carboncapture/index.html
32
UNITED NATIOS DEVELOP MENT PROGRAM. Opcit.
22

III. El petróleo en la política mundial

1. Repercusiones geopolíticas del petróleo

Como se an alizo en el cap itulo sobre los p recios d el petróleo, estos se han visto
influenciado y en muchas ocasion es disp arado o caído drásticamente debido a sucesos de
carácter eminentemente p olíticos, como son las gu erras entre estados, como fue la Guerra
de Yo m Kip p ur, como lo fueron la p rimera y segunda guerras d el Golfo Pérsico, e
igu almente los atentados terroristas del 11 de sep tiembre y las p osteriores invasiones a
Afganistán y a Irak p or p arte de los EE.UU. El p etróleo es una fuente energética que se
traduce en p oder, p oder económico p ara quien tenga reservas p etroleras y p ueda producir,
refinar, exp ortar y consumirlas.

Sobre la teoría del p eak oil, en donde se estima que el p etróleo llegara a su fin antes de lo
esp erado y que los p recios serán tan altos que serán inaccesibles, también mencion an que
antes de que esto ocurra, varios p aíses, entre ellos las p otencias mundiales, harán lo p osible
por tener acceso a las restantes reservas p or los medio que sean necesarios. Se verán en el
mundo entonces, como ya se han visto guerras p or el petróleo.

En el corto p lazo sin embargo, los estados asiáticos enfocarán su atención en obtener los
recursos energéticos necesarios p ara sup lir su creciente demanda energética, lo cu al
conducirá al fortalecimiento de víncu los p olíticos y económicos entre los estados asiáticos
y los p rincip ales exp loradores de p etróleo del Oriente medio y de África. Esta nueva
alianza pueden presentar nuevos retos p ara los p aíses occidentales en lo que resp ecta a su
economía, p ero sobretodo en lo concerniente a la seguridad y los conflictos que p uedan
presentarse p or rivalidades en abastecimientos energéticos, y en el caso p articular de Ch ina,
en que los estados p roductores del Medio Oriente busquen obtener tecnología nuclear y
33
otros avances militares utilizando el p etróleo ya sea como p resión o como incentivo.

33
JAFFE, Amy. Opcit.
23

Con respecto al medio ambiente, las p reocupaciones en torno a la seguridad energética


podrían emp eorar y dar lugar a otro tip o de tensiones p olíticas; p ara esto es sabio orientar
los esfuerzos de coop eración económica y p olítica en p ro de la investigación y el desarro llo
de nuevas formas de energía que sean amigables al med io amb iente y no emp eoren las
actuales condiciones de p olución y contaminación.

El an alista p olítico y colu mnista del New York Times, Thomas Friedman, ha p laneado una
tesis llamad a la primera ley de la p etrop olítica, en la que p lantea que “el p recio d el crudo y
el ritmo de la libertad siemp re se mueven en direccion es op uestas en Estados p etroleros
ricos en crudo. Cuanto más alto sea su p recio medio global, más se erosionan la libertad de
expresión, la de p rensa, las elecciones libres y justas, la independencia del poder judicial y
34
de los p artidos políticos y el imp erio de la ley .” Los p aíses petroleros según Fried man son
aquellos que d ep enden de sus exp ortaciones de petróleo y su vez tienen gobiernos
autoritarios o instituciones estatales débiles, como son los casos de Azerbaiy án, Angola,
Chad, Egip to, Guinea Ecuatorial, Irán, Kazajistán, Nigeria, Rusia, Arabia Saudita, Sudán,
Uzbekistán y Venezuela. Las consecuen cias negativas que p osiblemente p uede traer la
abundancia de recursos naturales y en esp ecial de p etróleo se denomin an como el fenó meno
de la enfermedad holandesa o la maldición de los recursos, el cual consiste en la des-
industrialización qu e ocurre cu ando se obtien en ingresos de recursos naturales, como
ocurrió en los p aíses bajos durante los años 60. Sin embargo esto no ap lica p ara p aíses con
sólidas instituciones democráticas y económicas como los son EE.UU., Noruega o el R eino
35
Unido.

34
FRIEDMAN, Thomas. The First Law of P etropolitics. Foreign Policy.[en línea] May/June 2006. [Consultado 27 de
junio 2006]. Disponible en <:http://www.foreignpolicy.com/story/cms.php? story_id=3426
35
Ibid.
24

36

2. Grandes consumidores de petróleo. Caso de EE.UU. y la China

Como ya hemos visto EE.UU. es el p rincip al consumidor de Petróleo en el mundo


consumiendo una cu arta p arte de la p roducción mundial, d e igual forma sab emos la
influencia de las p olíticas económicas y dip lomáticas de esta sup erp otencia a nivel mundial.
Sin emb argo EE.UU. es dep endiente del p etróleo extranjero desde los años 70, desde
entonces ha dep endido de p aíses que no buscan p recisamente lo mejor p ara esta nación.

El Oriente med io, en esp ecial el golfo Pérsico, al tener las may ores reservas p etroleras ha
sido y seguirá siendo una p rioridad p ara la política exterior de los EE.UU. Los países de
esta región del mundo conforman en su mayoría a la OPEP, que ha demostrado p oder e
influencia en la determin ación de los p recios. Debido a estas razones EE.UU. ha venido
jugando un p ap el muy imp ortante en los asuntos de la región a p artir de la Segunda Guerra
Mundial. Durante la ép oca de la p osguerra, el p residente Roosevelt firmo un acu erdo con el
rey Abdul-Aziz ibn Saud, d e Arabia Saudita, en el cual EE.UU. p rotegería a la familia real

36
FRIEDMAN, Thomas. Opcit.
25

de sus enemigos en retorno de p rivilegios en el acceso al p etróleo de este país. Igualmente


EE.UU. se comprometió a brindar seguridad al Shah iraní, y a los líderes de los Emiratos
Árabes Unidos, Kuwait y Bahrein. En estos acuerdos los p aíses del Oriente M edio han sido
entregados armamentos y municiones estadounidenses en grandes cantidades. La relación
amistosa entre Irán y EE.UU. fue rota cuando el Shah fue d errocado por militares islamistas
en 1980. De esta forma p odemos ver que en el p asado EE.UU. ha buscado p roteger estas
reservas p etroleras a toda costa, incluso utilizando la fu erza militar, como lo h izo de forma
vehemente el presidente Carter, con ocasión de la inv asión Sov iética de Afgan istán
(incluy endo el entrenamiento de Osama Ben Laden por p arte de la CIA), la p rotección de
los buques de Kuwait en la gu erra Irán-Irak y la deno minad a operación “tormenta del
37
desierto” p ara detener la inv asión iraquí de Kuwait.

Mas recientemente las invasiones de Afganistán e Irak p or parte de los Estados Unidos se
sosp echa tienen intereses ocultos, en p articular el de asegurar que los y acimientos
petroleros estén en manos de inversion istas p rivados que aseguren la oferta barata que
EE.UU. y sus aliados necesitaran en un futuro cercano. Sin emb argo estas acciones han
tenido consecuen cias devastadoras y los trasfondos energéticos que se tenían en mente
puede que no sean tan fáciles de lo grar.

Con respecto a la Chin a, co mo y a hemos mencionado, su acelerado crecimiento económico


ha disp arado su demanda energética, presentándose como un p otencial aliado de los p aíses
productores y exp ortadores de p etróleo. Se vislumbran grandes alianzas con Rusia que
conllev aran a la construcción de oleoductos desde Liberia, sin emb argo se p revé que la
may or parte de las imp ortaciones petroleras a China serán de carácter marítimo. A
diferencia de los EE.UU. y otros p aíses de la OCDE, que hacen énfasis en el rol del sector
privado, China prefiere una p olítica energética lid erada p or el gobierno estatal, p ara lo cu al
ha decidido crear su prop ia flota nacional de buques tanqueros. Este enorme proy ecto
pretende que China transp orte 40-50% de sus p rop ias imp ortaciones de p etróleo en
tanqueros de p rop iedad estatal. Analistas chinos especulan que p ara el año 2010 el p aís

37
KLARE, Michael T. Resource Wars: The New Landscape of Global Conflict. New York. Metropolitan Books.[en línea]
(2001). Disponible en<: http://www.jornada.unam.mx/2002/04/12/per-nota.html
26

necesitará al menos 40 VLCC’s 38, y una flota cap az de transportar mas de 700 millones de
39
barriles al año.

3. Caso de América Latina

América Latina ha tenido un crecimiento económico aun con elev ados p recios del petróleo.
Sin emb argo al igu al que el resto de países que integran regiones en diferentes lugares del
mundo, su caso p articular v aria drásticamente, dependiendo si el p aís en cuestión es
exp ortador o importador de crudo.

El caso que salta a la vista es el de Ven ezuela y su p residente Hugo Chávez Frías, el
polémico mand atario, por medio de su revolución boliv ariana, h a promovido p rogramas y
proy ectos sociales a partir de los ingresos que ha obtenido a través de la p roducción
petrolera. Chávez sin emb argo también ha caído en el error de cometer atrop ellos contra la
democracia e imp oner trabas a la libertad d e prensa y la libertad de exp resión. Podemos ver
porque Friedman lo expuso p recisamente como uno de los ejemp los en los que se ap lica la
primera ley de la p etropolítica. Con la nacionalización de la industria se ha dado tamb ién
una enorme p or p arte del mandatario a las comp añías extranjeras acusándolas de evasión de
40
imp uestos y de saquear al p aís. Según algunos an alistas esto p odría desfomentar la
inversión y p or ende frenar la industrialización, claros signos de la enfermedad holandesa.
Además de esto también se evid encia la ley de Friedman en tanto se ha p erdido
indep endencia del p oder judicial y se han debilitado los p artidos políticos. Los recientes
acontecimientos y la crisis diplomáticas entre ambos p aíses han causado preocup ación, en
cuanto cada día son may ores las sosp echas de que el p residente del vecino país este
apoy ando militar y finan cieramente a la guerrilla de las FARC. El p recio del p etróleo ha
agrandado sustancialmente la ch equera d el mandatario, el cual ha llev ado a cabo una
carrera armamentista que traen consigo inquietudes sobre un p osible enfrentamiento bélico
entre los p aíses vecinos.

38
Very Large Crude Carriers
39
COLLINS, Gabe. China seeks oil security with new tanker fleet. Oil & Gas Journal. [en línea]. October 9, 2006.
Disponible en <:http:www.lexis-nexis.com
40
SANCHEZ, Maria Esperanza. Venezuela: P etróleo y P olítica. [en línea] 19 de mayo de 2005. Disponible en
<:http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4563000/4563383.stm
27

IV. El Esta do y la Economía

1. El Esta do frente al desarrollo

Debemos comenzar p or afirmar que los Estados en el mundo existen en gran p luralidad y
con características p articulares según sus culturas, contextos sociales, p olíticos y
económicos. No p odemos alejarnos de la realidad d e que existen funcionarios corruptos que
obtienen rentas imp roductivas del Estado, pero tamp oco de la certeza que existe con
resp ecto a que todos los Estados realizan labores esenciales para la transformación
económica de sus resp ectivos países. En este sentido, Peter Evans argumenta que:

La capacidad de los Estados de acelerar el crecimiento económico dep ende


de la combinación de dos características estructurales. El comp onente interno
esencial es la cap acidad burocrática weberiana, cuy as bases son la contratación
meritocrática, las carreras en el servicio p úblico con recomp ensas p redecibles y
un esp íritu interno de cuerp o. El comp lemente externo necesario de esa cap acidad
son los lazos estructurales fuertes con otros grup os imp ortantes de la sociedad
civil. Si la tarea es conseguir la industrialización, ello imp lica tener vínculos
cuidadosamente organizados con las elites industriales. Ni la coh erencia interna
ni los vínculos externos p roducirían efectos positivos en el desarrollo p or sí
mismos a menos qu e el otro factor se encuentre tamb ién p resente. Llamó a esa
41
combinación “autonomía arraigada.”

Ha sido sugerido, desde la p ersp ectiva neoutilitarista en p articular, que la acción d el Estado
ha obstaculizado el d esarrollo, mas concretamente en el Estado del tercer mundo, sin

41
EVANS, P eter. Instituciones y Desarrollo en la Era de la Globalización Neoliberal. Bogota: Publicaciones ILSA, 2007.
p. 21.
28

embargo bajo algunas persp ectivas histórico-comp arativas y visiones institucionales se ha


prop uesto que se hace necesaria la activid ad regu ladora y emp resarial del Estado, p ara
llevar a cabo una transformación económica de cualqu ier índole. Partimos entonces d el
sup uesto que el Estado juega y debe jugar un ro l p rincip al en las aspiraciones d e desarro llo
nacional.

Se h an intentado definir categorías o modelos que p arten de la p remisa d e qu e los Estados,


en su extensa varied ad, p ueden ser defin idos de acuerdo a como afecten al desarro llo.
Encontramos un p rimer escenario, en el cu al el Estado exp lota y saquea los bien es públicos,
a desmedro y p erdida de la p oblación. Invierten los exced entes en formas qu e no
contribuyen a la transformación econó mica. Estos estados se les conocen como
“predatorios”. Otro tipo de estado, los llamados “Estados desarrollistas”, han lo grado
brindar incentivos y así obtener inversiones p rovechosas p or élites emp resariales; no
significando esto que se hay an desp rovisto de la búsqueda de rentas o “rent-seeking” p or
aquellos que controlan el p oder, es decir con la aprop iación directa o indirecta de los
excedentes sociales. Sin emb argo se crea un ambiente p rop icio para la transformación
económica, a p esar del actuar de estos agentes. Por ultimo, y siendo el tip o de Estado en el
que encuadran la may oría de p aíses del Tercer M undo, al contar con otros modelos de
organ ización, el Estado “intermedio”. El ejemplo mas claro de éste tip o de Estado es Brasil,
en donde se demuestran al igual que en otros p aíses, focos de eficiencia. Sin embargo cabe
señalar qu e las actividades llevadas a cabo p or los p aíses en estas categorías no están
42
claramente establecidas y varían con el tiemp o y el tipo de actividad.

2. La Intervención del Estado a través de la regulación: La teoría del Public


Choice, las paradojas del Estado de Bienestar, y el Estado Mínimo.

La visión neoutilitarista del Estado se puede exp oner en gran p arte a través de la teoría de la
elección p ública. Esta teoría parte del sup uesto que los funcionarios p úblicos son, al igual
que el resto de los actores sociales, maximizadores racionales, según un calculo de costo-

42
Ibid.. p. 37
29

beneficio, es decir que buscan obtener el may or beneficio incurriendo en el menor costo
posible. En este sentido, se argu menta que qu ienes ocup an p uestos del estado y cargos
oficiales requirieron del ap oy o de sus resp ectivos p artidos y bases p olíticas, al igual que
apoy o financiero p ara promocionar sus campañas, y una vez alcanzados y ocupados los
puestos burocráticos se otorgan recursos a titulo de retribución y p ara garantizar la
continuidad de ese ap oyo. Estas retribuciones a su v ez p ueden darse p or med io de recursos
directos, y a sean estos contratos, empleos, subsidios, etc., o p or medio de la regulación,
buscando beneficiar a determinadas industrias. Se forma entonces una relación mutuamente
benéfica entre quien es ap oy an a los titulares de cargos p úblicos y estos, en cuanto aqu ellos
que brindan su ap oy o, a menudo desde sectores p roductivos, obtienen beneficios a cambio
de p rebendas y los titulares de cargos públicos incrementan su control sobre los recursos de
estos sectores y al mismo su poder p olítico. En este sentido, el resultado obvio es que al
crecer el estado y con él su ap arato burocrático y la cantidad de recursos que controla,
crecerá también los sectores econó micos qu e busquen beneficios a través d e los refu gios
rentistas en el estado tray endo como consecuencia una d isminución de la din ámica
económica. Desafortunadamente esta visión neoutilitarista pertenece a la realidad p olítica
43
en la mayoría de los Estados del tercer mundo. En este sentido, Nozick defendió la teoría
de que un Estado mínimo, limitado a la ejecución de los contratos, y a la p rotección contra
robo, fraude y fuerza, era justificable. Pero un Estado que fuese más extensivo en sus
funciones vulneraría los derechos de las p ersonas a no ser obligados a llevar a cabo ciertas
44
accion es.

Por otro lado, en Las Contradicciones del Estado de Bienestar, Offe exp resa que este tip o
de Estado (de bien estar) es in eficiente, en cuanto ha obstaculizado el sistema económico
que inicialmente buscó ay udar interviniendo d e manera op timista en el mercado y en las

43
Ibid. p. 38

44
WOLFF, Jonathan. Robert Nozick: P roperty, Justice, and the Minimal State. Stanford: Stanford University Press. [libro
en línea] 1991. [Consultado mayo 5 de 2008] p. 6. Disponible en
<http://books.google.com.co/books? id=hYTxCxeOlSQC&pg=P A6&vq=minimal+state&dq=the+minimal+state%2Bnozic
k&lr=&source=gbs_search_r&cad=0_1&sig=NUl5wd6FKXf8ruGqK51zxVGAUkg
30

vidas de sus ciudadanos intentando contrarrestar las fallas del mercado cap italista.45 Por su
parte Habermas, argu menta que la jurid ificación en los Estados de Bienestar resulta
marcad amente ambiv alente en cuanto a qu e cada libertad p rotegida al mismo tiemp o
46
rep resenta una libertad qu itada. Esta juridificación entra a regular asp ectos del mundo de
la vid a antes no regulados, con la finalidad de brindar a sus ciud adanos un n ivel de v ida
dign a, p ero a la vez, en el p roceso, termina por imp oner p atrones de comportamiento que
47
contrario al objetivo inicialmente p erseguido, vuln eran la autonomía individu al.
Finalmente se acusa al Estado de Bienestar de ser una herramienta de distracción utilizada
por las clases dominantes p ara destruir la lucha de clases sociales. Sostiene Kirchheimer
que la juridificación de la sociedad y la p olitización del derecho son utilizadas
estratégicamente p or las elites para co lonizar áreas de la socied ad antes no regulad as p or el
48
Estado. En este sentido, Nozik al igual que Bu chanan, d efendieron la teoría d e que un
Estado mínimo, limitado a la ejecución d e los contratos, y a la protección contra robo,
fraude y fuerza, era justificable.

Se ha eviden ciado co mo, desde el Public Choice, y desde las paradojas del estado de
bienestar caben una serie de críticas al exceso de regulación y a la intervención desmedida
del estado. Debemos reconocer que estos argumentos nos obligan a consid erar ciertos
elementos de las tesis del estado mín imo y de la d esregulación, sin embargo no es viab le
acep tar la conclusión inevitable a la cual nos conducen estas teorías que es volv er al la issez
faire. Estas teorías p rop onen erróneamente que el mercado desregu lado y maximizado
permitirá la distribución adecuada de los recursos. La ev idencia empírica señ ala lo
contrario. El p rofesor Cass Sunstein nos expone en su obra “After the rights revolution:
Reconceivin g The Regulatory State” que como lo ha demostrado la historia, el mercado
maximizado trae consigo una serie de fallas, entre ellas están: los monop olios, los

45
OFFE, Clause. Contradictions of the Welfare State. Cambridge: The MIT P ress, 1985. En: LAMPREA, Everaldo. Los
Servicios Públicos Domiciliarios y el Estado Regulador. Bogota: P recedente. 2004. p. 112
46
DEFLEM, Mathieu. Introduction: Law in Habermas’s Theory of Communicative Action. En: Habermas, Modernity and
Law, Edited by Mathieu Deflem. London: Sage. [libro en línea] 1996. [Consultado mayo 5 de 2008]. Disponible en
<http://www.cas.sc.edu/socy/faculty/deflem/zhablaw.htm
47
HABERMAS, Jurgen. “ Paradigms of Law.” Cardozo Law Review 17. Cardozo L. Rev. 771
48
KIRCHHEIMER, Otto. Political Justice. P rinceton University P ress. En: LAMPREA, Everaldo. Los Servicios P úblicos
Domiciliarios y el Estado Regulador. Bogota: P recedente. 2004. p. 112
31

problemas de acción colectiva, los p roblemas de coordinación, los costos de transacción y


49
la información inadecuada.

La regulación d el Estado se hace entonces necesaria. Es responsabilidad del Estado como


ente soberano man ifestarse y actuar a través de estatutos regulatorios que busquen remed iar
estas fallas en el mercado, p ero p ermitiendo que funcione el libre mercado y los contratos
entre individuos que ello imp lica. Se está entonces frente a una tregua p or así llamarlo. Un
punto de equilibrio entre un extremo en el que la d esconfianza extrema en el libre mercado
produce un fenómeno de hip erregulación p or medio de la intevención d esmedid a del Estado
en la economía; y otro extremo en el que la desconfianza total en la regu lación y en una
burocracia con agentes corruptos y buscadores de renta nos dirige hacia la desregulación y
permite que op era la llamada mano invisible.

3. Las fallas del mercado

Como se ha men cionado anteriormente, la regulación surge en resp uesta a una serie de
fallas en el mercado, tal y como fue concebido este concep to en las teorías neoclásicas. En
el p rincipal y menos controversial de los casos, la regulación ha surgido como respuesta a
los riesgos de monop olios, es decir, por medio de la regu lación destinada a p revenir la
formación de carteles y la p resencia de comportamientos monop olísticos, el gobierno ha
promovido un mejor funcionamiento del mercado. Op uesto a los argumentos
desregu latorios, este tipo de regulación no busca constreñir las decision es p rivadas, sino p or
el contrario p restar una función facilitadora y garantizar un correcto funcionamiento del
50
mercado p reviniendo la formación de monop olios y los abusos de p osición dominante.

La intervención del Estado en el mercado a través de la regulación intenta entonces resolver


las fallas del mercado. Sin embargo exp resa que los controles legales al comp ortamiento
monop olístico constituyen una mala solución en los casos en que hay un monop olio

49
SUNSTEIN, Cass. After the Rights Revolution- Reconceiving the Regulatory State. Cambridge: Harvard University
Press, 1990. p. 48.
50
Ibid.
32

natural, que se encuentran en áreas de las cuales economías de escala le p ermiten a una
comp añía grand e sacar a sus comp etidores debido a que este incurre en menores costos. En
estos casos recomienda establecer techos en los p recios al igu al que Controles de calidad.
Existe sin embargo una disp uta sobre el tamaño de la categoría del M onop olio natural.
Sunstein, sin embargo, aclara que los cambios tecnoló gicos p ueden convertir a mercados
que anteriormente involucrab an un monop olio natural en arenas altamente competitivas.
Alfred Kahn p or su p arte definió a un monop olio como “natural” cuando una comp añía
puede p restar un servicio a cualquier numero determinado de usuarios a un menor costo que
dos. Esta p ersp ectiva tuvo gran aco gida antes de que los economistas y partidarios de la
desregu lación de los 70’s se dieran cuenta que p odrían existir mejores alternativas a la
regu lación gubern amental d e mercados d e monop olios naturales. Adity a Bamzai p or su
parte, evalúa la “Wasteful Dup lication Thesis in Natural Monop oly Regulation”, la cu al
sostiene que el conceder los derechos a un monop olio antes de una excesiva competencia
podría prevenir la “duplicación inútil” de recursos valiosos al dar a una p arte derechos
51
exclusivos e incentivos p ara invertir. Esta teoría es consid erada inconsistente en cuanto a
que debe estar sujeta a una evaluación costo- beneficio. Igualmente la desmeritan las
consideraciones de Sunstein al resp ecto anteriormente exp uestas.

Los p roblemas de acción colectiva, los p roblemas de coordinación y los costos de


transacción son otras fallas del mercado que la regu lación busca resolver. Estas fallas
parten de la p remisa que la racionalidad ind ividual en el comp ortamiento p rivado p uede
52
producir la irracionalidad p ublica o colectiva. Este tip o de p roblemas en el mercado
hacen referencia a qu e si cada p ersona actuase en su mejor interés p robablemente el
resultado no seria el mejor a niv el colectivo. En este sentido la regulación busca crear
bienes p úblicos y eliminar el fenómeno del “free-rider”, es decir que como consecuen cia de
un comportamiento racional indiv idual alguien p referiría recib ir un servicio gratis a costas
de otro que sí lo p aga, dándose como consecuen cia una in adecu ada p restación del servicio

51
BAMZAI, Aditya. The wasteful duplication thesis in natural monopoly regulation. University of Chicago Law Review.
Volume 71 fall (2004) number 4. pag.1525
52
HARDIN, Rusell. Collective Action. Baltimore: John Hopkins University P ress, 1982 En: SUNSTEIN, Cass. Opcit. P .
49
33

sin una cobertura total. Uno de los mejores ejemp los que mejor ilustra la necesid ad de la
regu lación es aquella que concierne al derecho amb iental, en cuanto a que cada ind ividuo
actuando en su interés prop io racional contaminará en determin ada medid a, sin embargo la
suma de estas acciones individuales conllev ará a que el nivel de contaminación sea mucho
may or del niv el ideal, en este sentido es necesaria la acción colectiva, y debido a qu e el
mercado imp one altos costos a esta clase de acciones se lo gra de mejor man era p or la
coerción estatal, lo grando así la cooperación y el bienestar general sobre los intereses
particulares.

Al resp ecto de los costos de transacción, el economista Ronald Coase exp resó que se
incurría en un error al sup oner que el gobierno era una fuerza correctora de fallas en el
mercado sin costo. En este orden, en un mundo p erfecto en qu e los costos de transacción
sean igual a cero, no tiene imp ortancia como se asign en los derechos individu ales, siendo lo
imp ortante que tales derechos sean defin idos. Así las cosas, los individuos construirán un
sistema de derechos de p rop iedad eficiente que resultaría maximizando el valor de la
producción. En un mundo en que los costos de transacción son igual a cero, el derecho no
juega p apel alguno. Sin emb argo no siendo los costos de transacción igual a cero se hace
enfática la imp ortancia del derecho, la regulación y la intervención estatal en casos en que
53
esta se haga n ecesaria. En su obra, Coase argumenta que:

En la medida que los costos de transacción sean bajos o inexistentes y que los
derechos de prop iedad establecidos en los fallos judiciales no p ermitan una solución
económica eficiente, se p roducirá una reasignación de estos derechos hacia aquellos
que los valoran más, aunque las cortes fallen en contra de éstos. Esta p roposición es la
que se conoce como Teorema d e Coase. Indud ablemente, son muchos los casos en los
que los altos costos de transacción impiden una reasignación d e los derechos
establecidos en los fallos judiciales. Coase sostiene que en estos casos las cortes
deben intentar minimizar los costos asociados a sus fallos, siempre que ello no altere

53
COASE, Ronald. The problemof social cost. Journal of law and economics, vol. 3 (oct.1960 pp 1-44) En: GANDOUR,
Miguel. Curso “ Análisis Económico del Derecho”. Notas de clase. Septiembre 3 y 10 de 2007.
34

la tesis de la ley . Esta observación, que gen eralmente se olvida al analizar el trabajo
de Coase, puede considerarse como la segunda p arte del teorema y demuestra la
54
imp ortancia que Coase atribuy e a la estabilidad d e la ley .

En p osición contraria, el Juez Richard Posner, d esde la p erspectiva del Análisis Económico
del Derecho, considera que la regulación en el caso ambiental se h ace innecesaria en cu anto
se cuente con un sistema jud icial con la cap acidad necesaria para resolv er de forma efectiva
55
los p erjuicios causados p or la contaminación al med io ambiente. Sin embargo al ser los
costos para acceder a los mecan ismos judiciales tan altos y los incentivos de una
indemnización tan bajos vo lveríamos al fenómeno del “free rid er” en el cual las victimas
preferirían adherirse a las demanda de otro. Lo que nos lleva a la situación p reviamente
planteada en la que al darse un co mportamiento racional ind ividual en la que los actores
buscan su p ropio beneficio, terminan los mismos en una situación p eor de la cu al se
encontrarían si hubiesen actuado de forma coop erativa. Este fenómeno es conocido como el
dilema del p risionero. 56

Otra de las fallas del mercado es la información inadecuada. Este tip o de fallas, que
comp renden tanto la información in adecu ada como la falta de información, es d e particular
imp ortancia en los sectores de salud y seguridad, cuando p or ejemplo los comp radores de
comida y drogas no están al tanto de ciertos peligros o cuando los trabajadores no cuentan
con las herramientas p ara hacer frente a riesgos de elementos cancerigenos en su lugar de
trabajo. Las fallas deb ido a la información inadecuada se encuentran de varias formas, entre
ellos tenemos los costos que las emp resas p rivadas no asumen p or falta de incentivos p ara
la p revención de p roductos con materiales p eligrosos. Existe también la falta de
información como p roducto del mercado, en tanto el costo de p roducir tal información es
tan alto que el mercado p roduce un n ivel óp timo de información, aun cuando este sea b ajo.
En el ev ento en que la información sea in adecu ada se vuelve acep table como respuesta la

54
COASE, Ronald. El P roblema del Coste Social. Journal of law and economics, vol. 3. p. 1. Versión traducida del
documento original y bajo autorización del autor.
55
P OSNER, Richard. Economic Analysis of Law. Boston: Little, Brown and Company. 1992. p. 368.
56
SUNSTEIN, Cass. Opcit. p. 49
35

intervención del Estado a través de la regulación, en tales casos es p referible corregir la


57
información a p rohibir del todo las transacciones.

Los costos externos que no son considerados ni asumidos p or los mercados p rivados, y que
tienen su origen en un ran go amp lio de conducta privada han sido denominados como
externalidad es, una falla más de los mercados. En los casos de externalidades más simp les,
estos implican un daño a un tercero, en cu anto debe asumir un costo externo que no h a sido
“internalizado” p or la emp resa que la gen era. Se hacen necesarios dos elementos, el
primero consistiendo en que el p roductor de productos p eligrosos efectivamente cause un
daño, aun cuando este daño se p odría consid erar como función de los actos y omisiones de
un grup o de p ersonas, bajo la concep ción del teorema de Coase. Y segundo que las
conductas p rivadas p roducen un rango amp lio de consecuencias externas, que se traducen
comúnmente en p erjuicios que mu chas p ersonas estarían dispuestas a p revenir p or medio de
58
un p ago.

Por otro lado, existen situaciones en las que el Estado busca intervenir de man era p ositiva
el mercado que no constituy en una falla en el mismo. Ejemp lo de esto son la redistribución
en el interés p úblico, las asp iraciones colectivas, las p referencias, la irreversibilidad y la
subordinación social. En o casiones la regulación busca como finalidad redistribuir recursos
de un grup o a otro, este tip o de intervención busca otorgar a grupos menos favorecidos
recursos sobre los cuales tienen d erechos legítimos, y p ara lograr dicha d istribución se hace
necesaria la regulación p ara contrarrestar p roblemas de acción colectiva. Claro ejemp lo de
esto es la legislación laboral, que regula el número de horas diurnas y nocturnas y sin la
59
cual los trabajadores comp etirían entre unos y otros causando un daño colectivo. En este
sentido, las decisiones tomadas p or las p ersonas en su calidad de p articipantes políticos
difieren de aquellas que toman como consumidores dentro del mercado. El ordenamiento
social a través del mercado p uede tener entonces efectos a largo p lazo que transformen el
mundo y que reflejan un a especie d e miop ía colectiva en el qu e se da el énfasis a las

57
Ibid. p. 52.
58
Ibid. p. 54-55.
59
Ibid. p. 55.
36

consideraciones de corto p lazo a costas del futuro. 60 Este es el caso p or excelen cia de
nuestra industrialización y crecimiento desmesurado sin tener en cuenta las consideraciones
ambientales y la sostenibilidad que ellas imp lican.

Este es el caso en que la regulación busca p revenir la irrev ersibilidad, entendid a como los
resultados inevitables que se obtendrían de continuarse con determinadas conductas, de las
cuales las p resentes y futuras generacion es no p odrán recup erarse, o se recuperarán a costos
extremadamente altos. Existen entonces comp ortamientos que causan determinadas
perdidas que serian aceptables si nadie se ve afectado, p ero que se vuelven intolerables en
cuanto afectan a generaciones futuras, convirtiéndose estos efectos en un tip o de
61
externalidad.

Por ultimo se observan los casos en que la regulación busca p revenir la subordinación
social de ciertos grupos sociales, en p articular, busca restringir los comp ortamientos
discriminatorios contra grup os afrodescendientes, mujeres, minusválidos y miembros de la
comunidad LGBT. Se su giere en un p rimer escen ario qu e la p resión del mercado sería
suficiente p ara contrarrestar la subordinación social, en cuanto a que comp añías que
discriminan serian p resionadas p or aquellas que no lo hacen, y el mercado se o cuparía de
castigarlo. Sin emb argo esto no es así, en cuanto el comp ortamiento discrimin atorio suele
ser la resp uesta a un estereotip o en la sociedad que se traduce en una base económica
racional p ara la toma de decisiones en el mercado, es decir que el mercado en lu gar de
prevenir un comp ortamiento discriminatorio, lo podría fomentar. En este sentido la
regu lación p ermite que las diferen cias entre grupos no se conviertan en desventajas
sistemáticas, un claro ejemp lo de esto son las ramp as de acceso p ara minusválidos y
62
len guaje de manos p ara los sordomudos.

60
Ibid. p. 59.
61
Ibid. p.68.
62
Ibid. p. 64.
37

4. las paradojas regulatorias y el movimiento desregulador

Se h a estudiado como ante las fallas d el mercado la regulación se hace necesaria en ciertos
casos. Sunstein argumenta que esta es p articularmente necesaria p ara resolv er p roblemas
de acción colectiva y de coordinación y que las p referencias privadas no siemp re deb en ser
63
resp etadas en cuanto p ueden gen erar injusticia en la sociedad.

Aun cuando el argumento a favor de la regulación ofrece un sustento teórico válido, la


imp lementación y la reforma en la vida real es b astante más comp leja. En este sentido, a
pesar de mostrarse efectiva la regu lación en una amplia gama de áreas, también hay casos
en que la regulación h a mostrado tener efectos nocivos. Según Posner, se h a demostrado
desde la escuela del Análisis Económico del Derecho que la regulación económica ha
64
producido efectos p erversos y contradictorios en muchas áreas. Se han detectado casos en
que algunas estrategias regu latorias son de naturaleza auto-derrotistas, en cuanto producen
resultados p recisamente contrarios a los p retendidos. Estas fallas regulatorias se han
65
denominado p aradojas de la regulación.

Son p recisamente estas p aradojas y contradicciones del Estado de Bienestar, junto con la
influencia del estado mínimo las que dieron lu gar al moviendo d esregulador, el cual ha
mostrado que ciertas áreas del mercado no deberían estar reguladas, no regu ladas p or
66
métodos convencion ales, o en su d efecto no hip er-regu ladas. El movimiento surge en los
EE.UU. en los años 60; con sustento en estudios y evidencia empírica mu estran que la
regu lación se ha traducido en costos y gen erado efectos contrap roducentes en la economía,
gen erando mas rentas que eficiencia. Con base en estudios académicos influy entes, se
llego a desconfiar en la regulación en cuanto estas creaban obstáculos p ara ingresar a
mercados y control de p recios que se traducían en rentas p ara los p roductores y no

63
Ibid. p. 45-46.
64
P OSNER, Richard. Opcit.
65
SUNSTEIN, Cass. Opcit. p. 74.
66
E., Bailey y BAUMOL, W.J. “ Deregulation and the Theory of Contestable Markets”.1984.Yale J. on Reg. 111. En:
LAMP REA, Everaldo y NOGUERA, Ángela. Estudio de la Regulación Comparada sobre Energía Eléctrica: Entre la
Desregulación y la Hiper-regulación.
38

corregían las fallas del mercado, la cual era en teoría su finalidad. De acuerdo con estas
tesis, se emp ezaron a p roducir en los años 70s y 80s una avalancha de reformas
desregu latorias orientadas al desmantelamiento de barreras de ingreso y regu lación de
precios en muchas de las industrias entre las cuales se incluy en la industrias de
67
telecomunicaciones, aeron áuticas, bancaria y de gas natural.

Entre las p aradojas regulatorias encontramos las fallas en el estatuto original, es decir en el
diseño de la regulación; y fallas en la imp lementación. En el p rimero de los casos la culp a
reside a menudo en el órgano legislativo, en los que aun cuando se da cierto tip o de mejora
social por la imp lementación fiel de una normatividad, también se generan costos
innecesarios, e incluso irracionalid ad e injusticia, o ben eficios sustancialmente menores a
68
aquellos que se producirían en un sistema regulatorio que funcionara correctamente.

En p rimer lu gar, se p ueden en cuadrar dentro de esta categoría los p roblemas relativos a las
transferencias entre grup os de interés. Cualquier estatuto regulatorio que consistiese en la
transferencia de recursos p rivados constituiría una falla regulatoria p er se, en cuanto no
promueve un fin p ublico, y a sea en términos de asp iracion es sociales, p roductividad
económica, o red istribución entre otras. Sin embargo es un fenómeno que se observa a
menudo en estrategias regu latorias y su análisis reside en el grado d e p erjuicio qu e gen eran.
Utilizaré un ejemp lo colomb iano p ara ilustrar el fenó meno. Co mo resp uesta a un problema
en el mercado del transp orte público como es la sobreoferta de buses que conduce a la
ineficiencia en el funcionamiento del mismo, al igual qu e los niveles de contaminación
debido a emisiones de CO2 altas en azufre de buses viejos, se expidió el Decreto 115 de
2003 que buscaba la chatarrización de buses viejos. Para tales p rop ósitos el decreto in cluy ó
dentro de la tarifa de transp orte p úblico que pagan los usuarios un porcentaje denominado
factor de calidad del servicio para la comp ra de vehículos según el artículo 25 del decreto.
Este factor, que tendrá una destinación esp ecífica, será recaudado directamente p or las
emp resas de transp orte bajo esquemas op erativos que centralicen en la empresa el recaudo

67
J.S., Moot. “ Economic Theories of Regulation and Electricity Restructuring” 2004. Energy Law Journal. Vol. 25. En:
LAMP REA, Everaldo. Op cit. p. 27.
68
SUNSTEIN, Cass. Opcit. p. 84
39

de la tarifa p or la utilización d e los servicios de transporte. Con los recursos recaudados p or


concep to de factor de calidad del servicio p ara la comp ra de veh ículos, se constituirá un
patrimonio autónomo a través del cual la fiduciaria los ad ministrará y utilizará co mo fuente
de p ago. Este patrimonio autónomo del que h abla la norma vendría a ser el fondo de
chatarrización a dond e irían los 17 p esos de cada mil pesos pagados y los cuales son todo el
meollo del asunto. El resultado fue que “hasta el 31 de en ero de 2007 los bogotanos hab ían
entregado a los condu ctores de buses y busetas ap roximad amente $120.000 millones, con
destino al fondo encargado de comp rar vehículos viejos p ara ser chatarrizados; la may or
parte de este dinero se ha extraviado, lo que ha generado que el Ente de Control Fiscal
inicie juicios de resp onsabilidad contra 65 emp resas, las cuales se encuentran actualmente
embargadas sin que hayan devuelto esos recursos. Se p uede ver entonces como a través de
la regulación hubo en princip io una búsqueda p ara solucion ar las fallas del mercado, p ero
sin embargo, tal y como lo sostienen las teorías de la desregulación, la regu lación estatal es
la que p roduce la falla en el mercado. Esta falla de la regu lación es denomin ada “Interest-
Group Transfers” o transferencias entre grup os de interés.

Se deb e aclarar qu e difícilmente una iniciativa regu latoria es de transferencia a grup os de


interés desde un p rincip io, en cuanto en el caso de chatarrización existe una clara
problemática en el mercado en cuanto a sobreoferta y contaminación, p ero sin embargo el
alcan ce y en p articular la imp lementación d e tal p rograma se ve afectado p or el p oder de los
grup os de p oder organizados personificados en este caso p or el gremio de transp ortadores,
que a través de una influencia p oderosa y duradera en el Consejo de Bo gotá han lo grado
que se transfieran los intereses p articulares del gremio a los resultados de la regulación.
Considero entonces que se p roduce una falla en el diseño y la imp lementación
distorsionado por las p resiones de los grup os de interés que p roducen resultados
69
perversos. No hay duda que grupos de interés bien organ izados han mostrado en
ocasiones una influencia desp rop orcionada sobre el p roceso regulatorio, en p arte p or su
cap ital político y cap acidades organ izativas y en p arte p or la dep endencia de la agencia

69
Ibid. pág. 97
40

regu latoria y de la información que ellos p roveen. 70 Nos remite entonces Sunstein a la
“Capture Theory” de la regulación, que en términos de la cien cia p olítica, exp resa que con
71
el tiemp o las agen cias regu latorias son dominad as p or las industrias reguladas. Aun con
las criticas admisibles a esta teoría desde la teoría económica de la Regulación, que según
Posner remp laza el termino de “cap tura” p or el de oferta y demand a, ambas insisten en que
la regulación económica esta al servicio d e los interés p rivados de grup os p olíticamente
72
efectivos.

Otra de las p aradojas regu latorias se da a través de malos diagnósticos y análisis de


políticas p úblicas deficientes. Estos p roblemas p ueden presentarse cuando el órgano
legislativo debe resp onder rápidamente a un evento p articular; cuando se en cuentra bajo
gran p resión y con p oca disp onibilidad de tiemp o p ara llevar a cabo un análisis p rofundo de
un p roblema que requiere su inmediata atención o cuando intenta legislar con minucia
camp os de gran comp lejid ad técnica. Ejemp los que ilustran el caso son la regulación de
emisiones d e automóviles en EE.UU., la regulación tip o command and control, y la BAT
fallid a. Las estrategias de mandar y controlar o command and control buscan dirigir el
comp ortamiento p rivado a través de burocracias nacionales centralizadas requiriendo que
las industrias imp lementen métodos uniformes y no flexibles bajo tiemp os determinados.
En el área ambiental este tip o de estrategias se manifiestan como requ erimientos
regu latorios de la mejor tecnolo gía disp onible, o best available technology (BAT), las
cuales al requerir la implementación de la mas reciente y mejor tecnología en el mercado,
desincentivan la inversión y el desarrollo de nuevas tecnologías, p erp etuando la utilización
73
de tecnolo gía v ieja que contamina.

Efectos sistémicos comp lejos y consecuencias no anticip adas conforman otra paradoja
regu latoria. Esta falla ocurre de manera frecuente y consiste en la falta de cap acidad del
legislador p ara concebir las posibles consecuencias de su interven ción en el mercado.
Particularmente ocurre en cara a la redistribución de recursos de un grup o a otro, por p arte
70
Ibid. pág. 98
71
P OSNER, Richard. Theories of economic regulation. The Bell Journal of Economics and Management Science, Vol.5
No.2 pág. 341 . Disponible en <: www.jstor.org
72
Ibid. pag. 343
73
SUNSTEIN, Cass. Opcit. p. 86-88.
41

de legislador, tal y como o curre con los efectos complejos que resultan de la legislación d el
salario mín imo, que van mucho más allá de la simp le transferencia de recursos del
74
emp leador al emp leado.

Cuando una normatividad no encaja adecu adamente con el resto de la legislación en la


materia o no en caja del todo, ocurren fallas de coordin ación. Deb ido a este tip o de fallas,
las estrategias regulatorias resultan incoh erentes e inconsistentes, de igual forma se redu ce
la resp onsabilidad atribuible y la capacid ad de respuesta y se p resentan luchas internas
entre agen cias reguladoras. Un p aradigmático caso lo evidencia la regulación de
cancerigenos en EE.UU., que resulta sobrep uesta e incoherente. En ocasiones, las
estrategias regulatorias están bien diseñad as, no obstante fallan debido a cambios en las
circunstancias y obsolescencia. En este tip o de falla, como su nombre lo implica, las
circunstancias b ajo las cu ales se diseño la regulación han camb iado y la regulación que fue
75
diseñada p ara atender a un p roblema determin ado se ha vuelto obsoleta.

Una segunda categoría de fallas en la regulación consisten, a diferen cia d el anterior caso, en
un fracaso en la imp lementación d e la regulación en vez de en su diseño. En estos casos,
comúnmente la regulación cuenta con un diseño adecuado con la intención de hacer frente a
un p roblema en el mercado, cuy o fin se cu mpliría en un sistema regulatorio eficiente; sin
embargo el fracaso se presenta en la medida en que los funcionarios p úblicos han decidido
imp lementar la regulación p or medio de estrategias poco exitosas. Dentro de esta categoría
se p roducen fallas debido a la p rotección inadecuada. En estos casos, la regulación es
imp lementada de forma insuficiente o simbólica y la intención de p roteger ciertas áreas
queda en el aire que no se traducen en resultados reales. Aquí de nuevo se p uede apreciar el
fenómeno de la “cap tura” de agentes públicos p or p arte de los grup os de interés dentro del
76
sector que se les ha encargado regu lar. Otro tip o de falla corresponde al au mento de la
ineficacia y los controles excesivos, este fenómeno, como se exp lico en los ejemp los
ambientales, arroja un resultado p aradójico en qu e entre mas estricto sean los controles
regu latorios mas débil es la regulación.
74
Ibid. p. 91.
75
Ibid. p. 94.
76
Ibid. p. 97-98
42

V. Desregulación del sector de Hidrocarburos en Colombia

Hasta ahora se ha d emostrado cómo las fallas en el mercado h acen necesaria en


ocasiones la intervención del estado a través de la regulación; sin emb argo también hemos
exp uesto los casos en que la regulación falla y se generan p aradojas en las que se obtienen
resultados indeseados. De igual forma se ha estudiado cómo los intereses p olíticos y
económicos influy en en los modelos regulatorios que son adop tados. El equilibrio del p oder
económico a nivel mundial ha tenido una estrecha relación con el petróleo, este equilibrio
ha cambiado a través de los años. EE.UU. una vez may or p roductor mundial, ahora se
enfrenta a una dep endencia al petróleo del med io oriente; los p aíses de la región, junto con
Venezuela, a través de la OPEP controlan en bu ena p arte los niv eles d e p roducción
mundial, y en consecu encia mantien en cierta influen cia sobre los p recios.

En este sentido, se ha argumentado que la geop olítica de la d esregulación y p rivatización


del sector de Hidrocarburos a nivel mundial se puede definir en términos de p aíses
miembros de la OPEP y p aíses que no hacen p arte de este cartel. En el p rimer caso la
prop iedad de los recursos p etroleros recae en las emp resas estatales y , además de ser en
muchos casos la fuente p rincipal de ingresos fiscales, es utilizada como una carta p olítica
de contrap eso. Los p aíses no miembros de la OPEP, al no contar con las enormes reservas y
tasas de producción con que si d isp onen estos p aíses, ni con los in gresos que ellos gen eran
han op tado p or la desregu lación del sector de hidrocarburos; en muchos de los casos esta
desregu lación ha traído consigo la p rivatización de las empresas estatales p etroleras y la
adop ción p or el estado de un sistema contractual flexible, en el qu e las condiciones
contractuales sean atractivas p ara los inversionistas extranjeros con la voluntad de invertir
77
cap itales de ries go p ara obtener la maximización de sus in gresos.

77
RHEA, John E. P rivatization in the International PetroleumIndustry: The Interplay Between P olitics, Economics, and
Reliance. [en línea] 2005 [Consultado mayo 10 de 2008] Denver Journal of International Law and P olicyDenver Journal
ofInternational Law and P olicy. Fall, 2005. 33 Denv. J. Int'l L. & Pol'y 609. Disponible en <http:www.lexis-nexis.com
43

En las últimas décadas la globalización de la industria del p etróleo ausp iciado en parte p or
la desregulación y p rivatización ha servido como una alternativa económica al control y
poder que ejercen los may ores estados p roductores. Los estados consumidores e
imp ortadores y las multinacionales buscan controlar nuev amente los mercados energéticos
a través de la desregulación y p rivatización de las emp resas p etroleras y así atender y
disminuir la necesidad manifiesta hacia los p aíses exp ortadores de p etróleo. Esta labor se ve
facilitada en los p aíses no miembros de la OPEP, debido a sus deudas externas, la falta de
diversidad económica y la dep endencia fiscal que implica la producción de petróleo. 78

La Rev ista Petroleum Intelligence Week ly , p ublicación que circula hace casi 50 años, en su
edición del 6 de agosto de 2007 destacó en un artícu lo la venta de acciones de Ecopetrol en
contraste con la tendencia n acion alista regional, y expresó que la p rivatización p arcial de la
estatal p etrolera era el p aso a seguir en la apertura gradual del sector. Según el artículo,
desde la desregulación del sector en el año 2003 los gastos de la emp resa han aumentando
debido a que la co mp añía esta libre de restriccion es finan cieras y presup uestales y p uede
79
ahora llevar a cabo una estrategia b asada en criterios econó micos.

Colombia h a seguido los p asos de Brasil, cuy o sector fue desregu lado en las op eracion es de
up stream en los años 90; Petrobrás, la emp resa estatal p etrolera, se privatizó p arcialmente y
su independencia de regalías, div idendos e imp uestos del gasto público le han dado la
libertad a la empresa de invertir may ores sumas en p roy ectos de exploración y p roducción.
Debido a la inversión extranjera Colomb ia h a lo grado estabilizar su p roducción de crudo
que se mostraba en descenso, es claro que la posición d e Ecop etrol en la industria esta muy
por debajo de la d e Petrobrás, quien ha continuado domin ando la industria do mestica. El
caso contrario lo evidencia México, cuy a emp resa estatal nacional PEM EX ha visto
80
disminuida su p roducción y cuyo gobierno contemp la la desregulación d el sector.

78
Ibid.
79
Ecopetrol Flotation Bucks Regional Resource Trend. En: PetroleumIntelligence Weekly. [en línea] August 6, 2007.
[Consultado septiembre 12 de 2007]. Disponible en <:www.lexis-nexis.com
80
Ibid.
44

1. Antecedentes : Ecopetrol como NOC Juez y Parte, crítica del Banco Mundial

La escisión de la Estatal Petrolera y la creación de una nueva agencia reguladora por p arte
del Gobierno fueron estrategias regulatorias conforme a recomendaciones del B anco
Mundial sobre los mecan ismos que deb en ser adop tados p or los p aíses en desarrollo p ara
atraer inversión extranjera y desarrollar sus industrias p etroleras. Dentro de estas
recomendacion es encontramos un ap arte que hace referencia a la autoridad co mp etente, es
decir que la ley de p etróleos debe identificar una agen cia gubern amental, a la cual se le
hay a investido con el mandato exclusivo de imp lementar la p olítica gubernamental en el
desarrollo p etrolífero del p aís. Esta autoridad comp etente negociará y contratara con
inversores extranjeros en representación del Estado y regulará y admin istrará la
imp lementación de los contratos firmados, en concordan cia a las p olíticas p úblicas y
81
exigencias técnicas.

Ecop etrol en su condición anterior de ju ez y p arte, constituía el ejemplo d e mod elo


criticado p or el Banco Mundial. En el ejemp lo criticado p or el organismo internacion al, en
el cu al los p aíses con industrias y a desarrolladas habrán creado una NOC o emp resa estatal
petrolera, la cu al el Estado haya facu ltado con autoridad exclusiv a sobre el sector siendo la
autoridad comp etente de facto. En este orden se le concederían facultades como alocar los
terrenos directamente, mientras comp ite y se guarda unos a si misma; contratar a no mbre
del Estado con licen ciatarios seleccionados o co mo socio estatal en contratos de ‘jo int
venture’; y administrando los contratos p etroleros y actuando como intermediario técn ico
entre el estado y el licen ciatario. Es recomend ado que estas funcion es en su conjunto no
sean llevad as a cabo por la estatal p etrolera, p ero en su lugar una autoridad comp etente
indep endiente debería ostentar el p atrimonio estatal en materia de recursos p etroleros,
llevando a cabo negociaciones directas o licitaciones comp etitivas y adjudicando áreas; en
este sentido la agencia debería actuar en nombre d el estado, y no de la estatal p etrolera.82

81
ONORATO, William T., P ARK Jay. “ World P etroleum Legislation: Frameworks that Foster Oil and Gas
Development.” The Alberta Law Review. Agosto, 2001. Disponible en <http:www.lexis-nexis.com. p. 6.
82
Ibid.
45

Las recomend acion es del organismo multilateral expresan que esta autoridad comp etente
debería estar expresamente mencionada en la Ley de Petróleos, sin embargo de no estarlo
podría ser identificada en las regulacion es tal y como ocurre en el Decreto bajo estudio,
esquema que brinda como ventaja la flexibilidad. No obstante y como ocurre en el Código
de Petróleos, el con cepto de una autoridad co mp etente debe ser establecid a p or ley , en
cuanto a que su identidad p uede ser mod ificada a través d e la regulación. Esta estrategia
regu latoria p ermite responder al cambio de circunstancias y evolución de conocimientos de
la industria dentro del gobierno. Por otro lado dicha entidad competente estaría facultada
para emitir regulaciones qu e ofrezcan detalles y p rocedimientos p or medio de los cuales se
imp lementara la p olítica p etrolera del país. Estas regulaciones son instrumentos
subsidiarios a la ley de p etróleos y p or ende no requieren de consideración del legislativo;
de nuevo las ventajas en esta p ractica consiste p rincip almente en la flexibilid ad ante los
83
cambios regu latorios que se hagan n ecesarios.

2. Decreto 1760 de 2003 (Escisión de Ecopetrol y creación ANH)

Como se sugirió al p rincip io de este documento, se analizará el Decreto 1760 de 2003 en


pro de comp robar la tesis de qu e éste imp licó una d esregulación en el sector de
hidrocarburos, aun cuando no del todo, sí de forma sustantiva y trascendental. Para llevar a
cabo el estudio del Decreto se transcribirán sus ap artes más relevantes y comentarán los
artículos que conforman su cuerp o.

Antes de comenzar con el análisis de la normativid ad, se debe advertir que desde su
promulgación hasta el día d e hoy , el Decreto 1760 de 2003 ha sido sujeto de dero gaciones
y modificaciones en sus artículos en p resencia de nuevos decretos y ley es que han
consistido básicamente en modificacion es en la estructura y en la naturaleza jurídica de
Ecop etrol, estos son: Decreto 2394 de 2003, publicado en el Diario Oficial No. 45.292, de
27 de agosto de 2003, "Por el cual se modifica la estructura de Ecop etrol S. A. y se

83
Ibid. p. 17
46

determinan las funciones de sus dependencias", Decreto 409 de 2006, publicado en el


Diario Oficial No. 46.178 de 10 de febrero de 2006, "Por el cual se modifica la estructura
de Ecop etrol S. A. y se dictan otras disp osiciones", Ley 1118 de 2006, p ublicada en el
Diario Oficial No. 46.494 de 27 de diciembre de 2006, "Por la cual se modifica la
naturaleza jurídica de Ecop etrol S. A. y se dictan otras disp osiciones". Esta última Ley , la
cual modifica la naturaleza jurídica de Ecop etrol será objeto de p osterior análisis. De igual
manera el Decreto en cuestión derogó en su totalidad y de manera exp resa el Decreto-Ley
2310 de 1974, al igual que las normas concernientes a la contratación, eliminando en
84
particular la p rohibición hacia el mod elo contractual de la concesión.

El Decreto 1760 fue p romulgado p or el Presidente de la Rep ublica en uso de facultades


extraordin arias, conferidas a él p or el Con greso d e la Rep ublica, a través de la Ley 790 de
2002, en su artículo 16, literales d), e) y f), Esta ley fijo como su objeto renovar y
modernizar la estructura de la rama ejecutiva del orden nacional, con la fin alid ad de
garantizar, dentro de un marco de sostenibilidad financiera de la Nación, un adecuado
cump limiento de los Fines del Estado con celeridad e in mediación en la atención de las
necesidades de los ciudadanos, conforme a los p rincipios establecidos en el artícu lo 209 de
la C.N. y desarrollados en la Ley 489 de 1998.

Para cump lir dich as finalidad es, las facultades otorgad as autorizaron al Presidente p ara
escindir entidades u organismos administrativos del orden nacional, modificar la estructura
orgán ica y determinar los objetivos de las entidades u organismos resultantes de las
escisiones y crear las entidades u organismos que se requ ieran p ara desarrollar los objetivos
que cumplían las entidades escindid as. Dentro de sus Considerandos manifiesta el Decreto
que el Programa de Renovación de la Admin istración Pública Nacional, tiene como
prop ósito racionalizar la organización y funcionamiento de la admin istración pública o
garantizar la sostenibilidad financiera d e la Nación; establece d e igual man era que el
Gobierno Nacion al, en el marco del Programa anteriormente citado, ha determinado de

84
Aun cuando fue alegada la inconstitucionalidad de dicha derogatoria, el Decreto fue declarado EXEQUIBLE, por los
cargos analizados, por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-350-04 de 20 de abril de 2004, Magistrado Ponente
Dr. Alvaro Tafur Galvis.
47

conformidad con el respectivo estudio técnico, la necesidad y conveniencia de separar las


actividades d e naturaleza industrial y comercial de exp loración, exp lotación, refinación,
transp orte y comercialización de hidrocarburos, derivados y p roductos, de las actividades
de administración de las reservas de hidrocarburos de p rop iedad de la Nación y de la
administración de activos no estratégicos representados en acciones y p articip aciones en
diferentes sociedad es y negocios.

Esta sep aración de actividades, de cierta manera, hizo caso a los alegatos de que Ecop etrol
se comportaba como juez y parte, como juez p arcializado que actuaba sin objetividad y
neutralidad. Su giere esta condición que Ecop etrol actuaba d e forma tal qu e se b eneficiara y
a su conveniencia, co mo ocurrió con la congelación de áreas, en las cuales el ries go
exp loratorio se veía disminu ido gracias al conocimiento geológico.

En el articulo primero del Titulo I. Escisión del Decreto, se ordena que se escinda de la
Emp resa Colombiana de Petróleos, Ecop etrol, emp resa industrial y comercial del Estado
del orden nacional, v inculada al M inisterio de M inas y Energía, la ad ministración integral
de las reservas de hidrocarburos de prop iedad de la Nación y la administración d e los
activos no estratégicos rep resentados en acciones y p articipaciones en sociedades, en los
términos que se establecen en el p resente decreto.

En el Titulo II. Creación de la A gencia Nacional de Hidrocarburos, ANH. Articulo 2.


Creación y Naturaleza Jurídica de la Agencia Nacion al de Hidrocarburos, se Crea dicha
agencia como Unid ad Administrativa Esp ecial, adscrita al Ministerio de Minas y Energía,
con p ersonería juríd ica, p atrimonio p rop io, autonomía administrativa y financiera, sometida
al régimen jurídico contenido en el decreto y , en lo no p revisto en él, al de los
establecimientos p úblicos, de conformidad con lo d ispuesto en la Ley 489 de 1998 y en las
normas que la sustituy an, modifiquen o adicionen. El artícu lo 4 del mismo título establece
como su objetivo la ad ministración integral de las reservas de hidrocarburos de p rop iedad
de la Nación. En el artículo 5 se enumeran las funciones las cuales mencion aremos a
continuación según son enumeradas en el Decreto.
48

5.1 Administrar las áreas hidrocarburíferas de la Nación y asignarlas p ara su exp loración y
85
exp lotación.

5.2 Evaluar el p otencial hidro carburífero del país.

5.3 Diseñar, p romover, n egociar, celebrar, hacer seguimiento, y admin istrar los nuevos
contratos de exploración y explotación de hidrocarburos de prop iedad de la Nación, en los
términos del artículo 76 de la Ley 80 de 1993 y las normas que la sustituy an, modifiquen o
adicion en.

5.4 Diseñar, evalu ar y realizar estrategias d e promoción d e la exp loración y exp lotación de
hidrocarburos y divulgarlas de acuerdo con las mejores p rácticas internacionales.

5.5 Ap oy ar al M inisterio de M inas y Energía en la formulación de la p olítica


gubern amental en materia de hidro carburos y en la elaboración de los p lanes sectoriales.

5.6 Administrar la información técnica existente y la que en el futuro se adquiera en el p aís


y asegurar su preservación, integrid ad y utilización como materia p rima del p roceso
exp loratorio de los hidrocarburos.

5.7 Convenir en los contratos de exp loración y exp lotación los términos y condiciones con
sujeción a los cuales las co mpañías contratistas, como p arte de su resp onsabilidad social,
adelantarán p rogramas en beneficio de las comunid ades ubicadas en las áreas de influencia
de los corresp ondientes contratos.

5.8 Administrar la p articip ación del Estado, en esp ecie o en din ero, en los vo lúmen es de
hidrocarburos que le corresp ondan en los nuevos contratos de exp loración y exp lotación, en

85
- Numeral declarado EXEQUIBLE, por los cargos estudiados, por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-511-04
de 25 de mayo de 2004, Magistrado P onente Dr. Rodrigo Escobar Gil.
49

desarrollo d e lo cu al podrá d isp oner de dicha p articip ación mediante la celebración de


contratos u op eraciones de cualquier n aturaleza.

5.9 Administrar y disponer de los bienes muebles e in muebles que p asen al Estado p or
finalización de los contratos de exp loración y exp lotación de hidro carburos, o p or reversión
de concesion es vigentes.

5.10 Recaud ar las regalías y comp ensaciones monetarias qu e correspondan al Estado p or la


exp lotación de hidrocarburos, y girar a las entidades con derecho a ellas tales recursos.

5.11 Efectuar las retenciones de las sumas que p or concep to de p articip aciones y regalías
corresp ondan a las entidades partícip es con destino al Fondo de Ahorro y Estabilización
Petrolera, FAEP, hacer los giros y reintegros en los términos establecidos en la Ley 209 de
1995 o en las normas que la sustituy an, modifiquen o ad icionen.

5.12 Adelantar las acciones necesarias p ara buscar el adecuado abastecimiento de la


demanda n acional de hidrocarburos, derivados y p roductos, sin p erjuicio de las atribuciones
asign adas al M inisterio de M inas y Energía en esta materia.

5.13 Fijar los volúmenes de producción de p etróleo de concesión que los exp lotadores
deben vender p ara la refin ación interna.

5.14 Fijar el p recio al cual se deb e vend er el p etróleo crudo de concesión destinado a la
refinación interna p ara el p rocesamiento o utilización en el p aís, y el gas natural que se
utilice efectivamente como materia p rima en p rocesos industriales p etroquímicos cuando
sea del caso.

5.15 Ejercer las demás actividades relacionad as con la administración de los hidrocarburos
de p rop iedad de la Nación y las que le sean asignadas p or la ley o el reglamento y sean
acordes con la naturaleza de la Agencia.
50

PARÁGRAFO 1o. Para los efectos del p resente Decreto y de las competencias en él
atribuidas a la Agen cia Nacional de Hidrocarburos, ANH, entiéndase p or nuevos contratos
de exp loración y exp lotación de hidrocarburos los que celebre la A gen cia a p artir del 1 º de
enero de 2004.

PARÁGRAFO 2o. <Parágrafo dero gado p or el artículo 11 de la Ley 1118 de 2006>

PARÁGRAFO 3o. Los giros d e las p articip aciones en las regalías a las entidades
beneficiarias de las mismas y las retenciones, giros y reintegros corresp ondientes al Fondo
de Ahorro y Estabilización Petrolera, FAEP, continuarán siendo efectuados p or Ecop etrol
S. A. en lo que resta de la vigencia de 2003 y hasta que se comp leten los giros de dicha
vigencia.

PARÁGRAFO 4o. <Parágrafo dero gado p or el artículo 11 de la Ley 1118 de 2006>

ARTÍCULO 57. VIGENCIA. El p resente decreto rige a p artir de la fecha d e su p ublicación


y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias, en esp ecial los Decretos 0030 de
1951 y 2310 de 1974.

Al derogar de forma exp resa el articulo 57 d el Decreto 1760 de 2003 el Decreto 2310 de
1974 p or el cual se abolía la Concesión la ANH quedo facultada p ara diseñ ar cualquier otro
tipo de contrato p ara las actividades de exp loración y exp lotación. El citado numeral 5.3 d el
artículo 5to otorga esta facu ltad en con cordancia con el artículo 76 d e la Ley 80 de 1993
que exp resa:

Los contratos de exp loración y exp lotación de recursos naturales renovab les y no
renovables, así co mo los concern ientes a la co mercialización y demás activid ades
comerciales e industriales p ropias de las entidades estatales a las qu e
corresp ondan las comp etencias p ara estos asuntos, continuarán rigiéndose p or la
51

legislación esp ecial que les sea ap licable. Las entidades estatales dedicadas a
dichas actividad es determinarán en sus reglamentos internos el p rocedimiento de
selección de los contratistas, las cláusulas excep cionales que p odrán p actarse, las
cuantías y los trámites a que deben sujetarse.
Los p rocedimientos que adopten las mencionadas entidad es estatales,
desarrollarán el deber de selección objetiva y los p rincip ios de transp arencia,
economía y resp onsabilidad establecidos en esta ley .
En ningún caso habrá lu gar a ap robaciones o revisiones admin istrativas p or p arte
del Consejo de M inistros, el Consejo de Estado ni d e los Tribunales
Administrativos. (Subray ado del autor)

De esta forma, queda abolido el sistema de asociación, y desde ese momento quienes
deseen inv ertir en la actividad de exp loración y exp lotación en el p aís debe contratar con la
ANH mediante un contrato estatal especial, regu lado p or su p rop io régimen, tal y como lo
exp resa el artículo anteriormente citado. Este contrato consiste básicamente en un contrato
de conces ión modern a regu lado de forma contractual y no reglado p or la Ley como el
contrato de Concesión tradicional.

Tenemos entonces que p or medio de la R egulación bajo análisis, se abolió el sistema de


asociación en la que los inversionistas p rivados, nacionales o internacion ales deb ían
contratar con Ecop etrol, quien a su vez administraba las reservas h idrocarburíferas d el p aís
y adjudicaba los terrenos p ara la exp loración. Se eliminó de esta manera las barreras de
entrada a inv ersionistas p rivados que debían asumir un a cond ición de asociados y la
emp resa estatal p etrolera entró a comp etir con ellos bajo criterios económicos y
emp resariales.

3. de la concesión a la asociación al E&P (concesión moderna)

La industria de h idrocarburos en Colombia surgió mediante dos concesiones a p rincip ios


del siglo XX, la con cesión Barco y la Concesión de M ares. No obstante las disp utas y
52

pleitos que surgieron a raíz de la reversión de la conces ión de M ares, cuando esta
finalmente tuvo lugar en 1951, n ació Ecop etrol. El trasp aso gratuito a la n ación d e los
elementos p ara la exp lotación, maquinarias, obras y edificios con b ase al contrato de
concesión fue la que p ermitió entonces el origen de la industria p etrolera colomb iana y el
nacimiento de la emp resa que se transformaría en la column a vertebral de la economía del
país.

En el año 1905, la p erdida de Panamá, y la sangre de la guerra de los mil d ías conllevaron a
que el presidente Rafael Reyes p ermitiera, p or medio del Decreto legislativo 34, la
exp loración de minerales y y acimientos, con el objeto de exp lotarlos bajo cond icion es de
concesión. De man era similar, a través de la Con cesión D’arcy , surgiría la que hoy es la
emp resa p etrolera mas grand e el mundo, la National Iranian Oil Comp any , NIOC, en Irán.
86

Según el abo gado de p etróleos Edgar Paris Santamaría, “La típica Concesión es un
Contrato Administrativo normado celebrado entre el Gobierno y un inversion ista llamado
Concesionario, por medio del cual aquel, le otorga a este un p rivilegio p ara p oder exp lotar
los recursos naturales no renovables pertenecientes p or Constitución a la Nación, y a su
87
vez, el inversionista se obliga a p agar una regalía como contrap restación.”

Se celebraron desp ués de la concesión de M ares y Barco otros contratos de concesión, y las
diferentes disp osiciones que se habían exp edido fueron recop iladas y estructuradas en el
Código de Petróleos med iante el Decreto legislativo 1056 d e 1953, mod ificado a su vez p or
la Ley 1961 entre otras disp osiciones. En el año d e 1969 con la exp edición de la Ley 20 se
dieron cambios fundamentales que sirvieron de base a lo hoy en día contemp lado en el
artículo 332 de la Constitución Política, en lo relacionado a la p rop iedad del subsuelo. Con
la exp edición del Decreto legislativo 2310 d e 1974, el Presidente en ejercicio de facultades
otorgadas p or la Constitución bajo estado de emergencia, abolió el sistema de Concesión en

86
Brief History of Iran Oil Nationalization. Disponible en <http://www.nioc.ir/brief_history/page2.html
87
P ARIS SANTAMARIA, Edgar F. Breve historia de la contratación petrolera en Colombia y La interpretación de la
regulación ha afectado a la industria del gas en Colombia. Bogota: Impresión P apelmarket, 2004. p. 7.
53

Colombia y se dio p aso así al contrato de Asociación, que imp licó una transformación
comp leta de la contratación p etrolera. El modelo adop tado no fue sin embargo la princip al
causa p ara el desarrollo d e la industria, en cu anto el mundo exp erimentaba un embargo
mundial y la creación de un cartel que disp aró los p recios. Según Paris Santamaría, en este
sentido, “la experiencia demuestra que lo imp ortante no es el tipo de Contrato que se
celebre sino la disp onibilid ad del p roducto y los precios del p etróleo que implican la
recup eración de la inversión realizada. Para lo cual se necesitan reglas claras y definitivas
que indiqu en una seguridad en los n egocios celebrados en el País” 88. Sin embargo el p aís si
seguía la tendencia internacional en materia contractual, en cuanto desde los años 40s y
50s, los may ores p roductores del mundo emp ezaron ap rop iarse cada vez mas de su
producción nacion al y a eliminar los modelos de concesión y adop tar modelos de
producción compartida.

El contrato de asociación se ha d efinido como “un contrato de ries go en la fase exp loratoria
y una operación con junta en su etap a de desarrollo.” 89 El objeto p rincip al del contrato es la
exp loración y exp lotación d e un área contratada en la que el ries go exp loratorio es asumido
por el asociado y luego d e una declaración de comerciab ilid ad, nace la verdad era
asociación conocida co múnmente co mo Joint Venture. Una vez se inicia la p roducción se
reembolsa al asociado un p orcentaje de sus costos con resp ecto al p ozo comercial, este
porcentaje era inicialmente del 50% pero luego p aso a ser de 70% p ara Ecop etrol y 30%
para el asociado. No fue h asta el año de 1983, con el descubrimiento de Caño Limón, que el
país recup ero su autosuficiencia p etrolera y paso de imp ortador a exp ortador de crudo; en
90
1990 se descubrió otro pozo elefante en Cusiana y Cup iagua.

En 1989, luego del descubrimiento de Cusiana, el Estado busco aumentar su p articipación y


Ecop etrol estableció el contrato de asociación escalon ado, en el cual se mantenían las
condiciones anteriores p ero se agregó un mecan ismo de au mento en el p orcentaje de

88
Ibid. p. 11.
89
ISAZA, Jose Fernando. “ Contratos de Asociación”. En Colombia Recursos Energéticos. Bogota: Universidad de los
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Ltda.- 3R Editores, 2007. p. 130.
90
P ARIS SANTAMARIA, Edgar F. Opcit. p. 16.
54

particip ación de Ecop etrol que aumentaba cuando la producción acumulada sup eraba los 60
millon es de b arriles hasta lo grar una participación del 70% p ara Ecop etrol en ocasión de
una p roducción acumulada mayor a 150 millones de barriles. El Factor “R”, o Rentabilidad
fue introducida en 1994 con el objetivo de aumentar aun mas la particip ación estatal en
91
cuanto a que esta incrementaría a medid a que subía la rentabilidad del p roy ecto. Estas
modificacion es fueron introducidas p or normas que luego fueron declaradas nulas p or el
92
Consejo de Estado , cuy a decisión se baso en que la potestad contractual estaba a la cabeza
de Ecop etrol y al inclu irlas en las minutas de los contratos celebrad as continuaron vigentes.
Además de lo anterior el Asociado estaba obligado a transferir tecnolo gía, ap licar control
93
ecoló gico y lo pertinente a la cesión de contratos. El Factor “R” fue cuestionado p or
introducir complejidades y p or que p odría generar eventuales d ificu ltades. Estas
modificacion es hech as a los contratos de asociación suscritos tuvieron efectos negativos en
exp loración, en cu anto se redujeron los contratos firmados, que a su vez coincid ió con un
ciclo d e p recios reales bajos. Paradójicamente, durante la ép oca de los años 90 cuando
Colombia tuvo los índices de p roducción y exp ortación mas altos de su historia, la
exp loración se vio gravemente reducida, p or ende su futura p rosp ectividad. De este modo,
los mecan ismos de hip er-regulación que buscaron incrementar la p articip ación del Estado
tuvieron un efecto op uesto al inicialmente buscado, en cuanto estas modificaciones hicieron
menos atractivos los términos contractuales bajo los cu ales inv ersionistas llevarían a cabo
op eraciones de exp loración El Factor R 30 -70% introdujo ajustes que buscaron mejorar las
condiciones de los Asociados; b ajo este modelo, la particip ación del asociado es del 70%
94
desp ués de regalías cuando la producción acumulada sea menor de 60 M b..

El contrato de Exp loración y Producción (E&P) fue diseñado p or la A gencia Nacional de


Hidrocarburos bajo facultades otorgadas p or el Decreto 1760 de 2003. El diseño origin al
del contrato fue p lasmado en el Acuerdo 0010 de 2004 de la ANH, en cual a pesar de
mantener una estructura similar al contrato de asociación, fu e esencialmente, en su

91
ZARATE STADER, Felipe. Ha sido la política petrolera una estrategia efectiva para garantizar el autoabastecimiento a
largo plazo? Bogota: Universidad de los Andes, 2005. p.10
92
CONSEJO DE ESTADO. Sentencia del 3 de febrero de 1994. Sección Tercera. Exp. 6323 y 6326.
93
P ARIS SANTAMARIA, Edgar F. Opcit.
94
ZARATE STADER, Felipe. Opcit. p. 26.
55

contenido, un contrato de concesión. El contrato consiste en un primer p eriodo


exp loratorio, de 6 años de duración que se dividen en fases exp loratorias p or lo general
anuales; es p osible realizar un p rograma exploratorio adicional una vez finalizado este
periodo, siemp re y cuando existan descubrimientos o áreas en evaluación o exp lotación.
Posteriormente se llev a a cabo un p rograma de evalu ación con el fin de determinar el
potencial co mercial del descubrimiento, el cual durará 2 años. Finalizada la evalu ación, el
Contratista entregará a la ANH declaración escrita expresando su decisión incondicional de
exp lotar comercialmente el descubrimiento. El p eriodo de p roducción será de 24 años,
prorrogables hasta el limite económico d el Camp o Comercial, que el Contratista p odrá
solicitar bajo el cu mp limiento de requisitos contenidos en el Contrato de E&P. la ANH p or
su p arte cuenta con derechos derivados del uso del subsuelo y p recios altos, en ocasión de
producción acumulad a o p rórroga contractual. En cada fase contractual se estip ulará en su
inicio una garantía mínima del 10% del valor del p resup uesto. Las regalías serán
recaudadas p or la ANH, y se calcularán en p rop orción total de la producción diaria bruta,
con base en p romedios mensuales de cada camp o.95

Este modelo contractual recompensa el ries go exp loratorio del inversionista en un 100%, y
luego del éxito exp loratorio, el Estado no entra forzosamente como inversion ista como
sucedía en el modelo de asociación; luego del pago d e las resp ectivas regalías, el
inversionista tiene derecho a la totalidad de la p roducción. El Estado entonces y a no
interviene directamente en los negocios p ero si sup ervisa que estos se lleven correctamente;
el Estado obtiene imp uestos y regalías y se beneficia de manera adicion al en ocasión de
precios altos.

Por otro lado, también fue creado el contrato de Evalu ación Técnica (TEA), el cual ap lica
solamente p ara áreas libres. Este contrato tiene como objetivo, como su nombre lo indica,
la ev aluación del p otencial hidro carburífero de un área o mejorar el conocimiento que y a se
tenga, al igual que identificar zonas posiblemente comerciales. Este tip o de contrato tiene

95
AGENCIA NACIONAL DE HIDROCARBUROS, AHN. Modelos de Contratación. Disponible en
<:http://www.anh.gov.co/es/anh.php?id=3
56

una duración máxima d e 18 meses en áreas continentales y 24 meses en áreas costa afu era.
Las áreas exp loradas en el TEA p odrán convertirse en contratos de E&P; al p resentarse
ofertas por p arte de terceros el titular del TEA p odrá igualar o sup erar la p rop uesta del
tercero para ser adjudicatario del contrato de E&P. Se tomara un valor del 10% del v alor
96
del p rograma de trabajo p ara establecer una garantía.

Con respecto a la p articip ación del estado, o “state take”, ésta evidenció un a notable
reducción desde las mencionadas modificaciones al contrato de Asociación en los años 90,
en donde el estado se caracterizó p or una alta p articip ación del 69.8% del v alor de la
producción. Dicha p articip ación estaba bien p or encima de p aíses como Brasil, con un 62%,
Ecuador con 61%, Argentina con 56% y el Reino Unido con 40%. El nuevo contrato de
E&P situó a Colombia en la posición 109 de 188 naciones, en cu anto la particip ación del
97
Estado se redujo a un 46.9.

4. Ley 1118 de 2006 (modificación naturaleza jurídica de Ecopetrol)

Por medio d e la Ley 1118 del 27 d e diciembre d e 2006, el Congreso de la R ep ublica


modificó la naturaleza jurídica de Ecopetrol S.A., la cu al a su vez y a había sido mod ificada
por el Decreto 1760 de 2003. Contemp la el artícu lo p rimero de d icha ley la autorización
para que Ecop etrol S.A. lleve a cabo la emisión de accion es p ara que sean colocadas en el
mercado y p uedan ser adquiridas p or p ersonas naturales o jurídicas. Una vez emitidas y
colocad as total o p arcialmente las acciones, la socied ad quedará organ izada como una
Sociedad d e Econo mía M ixta de carácter comercial, del orden nacion al, v inculada al
Ministerio de Minas y Energía; se denominará Ecop etrol S. A. El artículo 2 Exp resa que se
llevara a cabo una cap italización de Ecop etrol S.A., en el cual se garantiza que la Nación
conservará un mínimo del 80% de las acciones en circu lación con derecho a voto. El
artículo 3 Establece que la p ropiedad accionaria será objeto de una democratización, p ara la
cual se llev aran a cabo dos p rimeras rondas en el programa de emisión y colocación de

96
Ibid.
97
ZARATE STADER, Felipe. Opcit. p. 4.
57

accion es, a las cuales podrán acceder los destinatarios de las condiciones esp eciales de que
las que trata el artículo 3o de la Ley 226 de 1995: los p atrimonios autónomos p ensiónales
de Ecop etrol S. A., las entidades territoriales, y cualquier ciud adano colombiano. Agotadas
estas rondas, la oferta se extenderá al público en general y a personas naturales o jurídicas.

Adiciona la ley a los objetivos exp resados en el artículo 34 del Decreto 1760 de 2003, los
de investigación, d esarrollo y comercialización d e fuentes convencionales y alternas de
energía; la p roducción, mezcla, almacenamiento, transporte y comercialización de
comp onentes oxigenantes y biocombustibles, la operación p ortuaria y la realización de
cualesquiera actividades con exas, comp lementarias o útiles p ara el d esarrollo d e las
anteriores.

Mediante esta ley , el estado optó p or la cap italización a través de la democratización p ara
consegu ir los fondos que necesita p ara llev ar a cabo proy ectos de exploración y explotación
bajo el nuevo esquema comp etitivo que trazó el Decreto 1760. De esta forma, ev itó la
privatización, y a su ves conservo el estado el 80% de la p ropiedad accion aria.

Esta modificación estructural de Ecop etrol, también ha arrojado resultados positivos. Según
el boletín de p rensa de la emp resa, en el primer trimestre de 2008 Ecop etrol obtuvo
utilidades netas de $2,29 billones, dándose un in cremento de 173,6% en relación con los
$838 mil millones obtenidos en el mismo p eriodo del año 2007. Las ventas de la emp resa
ascendieron en un 64%, p asando de $4,41 billones en el p rimer trimestre de 2007 a $7,21
billones p ara el mismo p eriodo de 2008, y de los cuales el 66% correspondió a ventas
nacionales y el 34% a exp ortaciones. La p roducción de crudo y gas de la emp resa aumentó
en un 12%, p asando de 386 mil barriles equiv alentes p or día (Kbp d) a 432 Kbpd en el
98
mismo periodo.

98
ECOP ETROL S.A.“ Utilidades netas de Ecopetrol crecieron 174% en primer trimestre de 2008” Boletines 2008.
Disponible en<:http://www.ecopetrol.com.co/contenido.aspx?catID=148&conID=41038&pagID=130121
58

5. Resultados y perspectivas

Los resultados han sido igualmente p ositivos p ara el Sector en general. Colomb ia
indudablemente ha reactivado su actividad exp loratoria, con la firma de 54 contratos de
exp loración y p roducción (E&P) y de evalu ación técnica (TEA), se adqu irieron 9.970 Km.
de sísmica equivalente 2D y se p erforaron 73 p ozos exp loratorios A3, consolidándose esta
última en la cifra más alta de la h istoria exploratoria de Colomb ia. De igu al manera el
sector p etrolero alcanzó en el 2007 el may or nivel de inversión extranjera en su historia
desde 1996, que p ara el tercer semestre era la cifra acumulada de 2.634 millones de dó lares.
Facultada p or la Ley 1118 de 2006, de conformid ad con el nu meral 10 d el artículo 5 d el
Decreto 1760 de 2003, la entidad recaudó regalías por valor de 3.25 billones de p esos a
99
noviembre d e 2007.

La nueva agen cia reguladora y autoridad comp etente ha aumentado su conocimiento


geo ló gico del territorio colombiano, h a firmado contratos de E&P y TEA, y se ha llevado a
cabo una eficaz y transparente tarea de recaudo de regalías.

99
Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH. Informe de Gestión 2007. Enero de 2008. Disponible en
<:http://www.anh.gov.co/media/ANH/informedegestion2007.pdf
59

VI. CONCLUS IONES

Se ha p rop uesto un p anorama amp lio al igu al que un marco teórico claro para analizar la
regu lación del sector de hidrocarburos en Colombia. Se ha demostrado que el sector fue
efectivamente desregu lado en el 2003, y que ésta a su vez trajo consigo la remoción de
facultades de admin istración de reservas a la emp resa estatal p etrolera y la asign ación de
éstas a una nu eva agen cia reguladora indep endiente, la ANH. A su vez esta agencia diseñó
un nuevo contrato de concesión mod erna que indudablemente con llevó a que el sector fuese
más comp etitivo y cump lió su co metido, el cual era atraer cap ital de riesgo en forma de
inversión extranjera, reactivar la activid ad exp loratoria e incrementar la p roducción
nacional. Se capitalizó la estatal p etrolera a través de un p roceso de democratización, p or
medio del cu al muchos colo mbianos lograron ser accionistas de la emp resa más grande de
Colombia.

La estrategia regu latoria que adop to el gobierno se ha mostrado hasta ahora efectiva. El
Decreto 1760 derogó el conjunto de normatividad es que le p recedían y en p articular los
Decretos 0030 de 1951 y 2310 de 1974, elimin ando así la p rohibición de concesión y la
condición de asociados que d ebían asumir las IOC’s p ara llev ar a cabo operaciones en el
país. La historia regulatoria en materia de hidro carburos ha demostrado que los
movimientos regu latorios hacia la hip erregulación o hacia la d esregulación no ha
resp ondido siemp re ha tiemp os de confianza o de desconfianza en los mercados, sino a
comp lejas circunstancias p olíticas y económicas.

Como se p udo ap reciar, las modificaciones al contrato de Asociación en conjunto con un


ciclo d e p recios bajos conllevaron a la d isminución de la activid ad exp loratoria en
Colombia. Sin emb argo en años recientes se ha optado p or la desregulación; que
acomp añado p or p recios altos y p resiones p olíticas, han creado un ambiente p rop icio p ara
la exp loración ; el aumento en la p roducción y el éxito de las políticas del sector dependerán
de las reservas con qu e cuente el p aís.
60

El esquema regulatorio adop tado p or Colombia es acorde con su p rosp ectividad y nivel de
reservas, es decir, la tendencia hacia la d esregulación d el sector de hidrocarburos h a sido
adop tada p or una gran p arte de los p aíses que no p ertenecen a la OPEP. Los p aíses
miembros de este cartel, p or su p arte han op tado p or la nacionalización d e sus industrias,
las cuales hoy en día son las más p oderosas del mundo y controlan en buena parte los
precios del mercado.

Por otro lado, el movimiento desregulador ha sido imp ulsado por los grand es p aíses
consumidores occidentales p ara hacer frente y contrarrestar el p oder p olítico y de control de
precios de los p aíses miembro de la OPEP.

Como se exp uso, la teoría del “Peak Oil” dice que el mundo y a ha consumido la mitad del
petróleo de la tierra, y que el consumo de la otra mitad traerá consigo un cambio en el
mundo como lo conocemos. La creciente demand a de nuev as p otencias han p rofundizado el
choque entre posiciones nacionalistas y neoliberales; p oco a p oco el mundo se ha dado
cuenta de la imp ortancia p olítica y econó mica que imp lican en control de las may ores
reservas de crudo d el mundo. La guerra en Irak ha sido señalado co mo un intento de
apoderarse de estas reservas y de esta forma asegurar el en ergético del cual EE.UU.
dep ende tanto. Irán, el may or p roductor del mundo, muestra poca simp atía p or los
gobiernos occidentales y busca gen erar energía nuclear, el panorama es p oco alentador. El
mundo se enfrenta a una crisis energética en la cual los altos precios generarán crisis
alimentarías mayores a las hasta ahora p resenciadas y guerras que, de no ser evitadas a
través de la cooperación internacion al, con llevarían a una destrucción sin p recedentes.

De otro lado, la utilización de este valioso recurso ha, p aradójicamente, generado el cambio
climático y el calentamiento glob al, los cuales tendrán un efecto nefasto en la human idad.
Estos escenarios ap ocalíp ticos p ueden sin lugar a duda ser ev itados. Se requiere la
concientización de los retos que debe asumir el mundo p ara hacer frente a estos p roblemas;
el desarro llo de energías alternativas d ebe ser una p rioridad. La reflexión de estos
61

problemas generarán agentes de cambio en la juventud del mundo, que p odrán tomar las
decisiones correctas en el futuro.
62

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