Me pareció muy interesante el cuento de apertura de
este Foro, el trabajo en la Comunidad de Aprendizaje debe ser de la misma manera que se describe alli. A continuación comparto el trabajo que realice con Marcia Santagada.
Reflexión de las Profes. Albarracín Victoria y Marcia Santagada
a: En el caso español, el instituto creó comisiones mixtas formadas por los
profesores, familias y miembros de la comunidad, cada uno participaba de la toma de decisiones de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas, y en la formación para ellas. Estos mecanismos de participación mejoraron el rendimiento del alumnado y transformaron a las personas que participaban, tanto en sus hogares como en la comunidad. A las mujeres gitanas, les permitió, visibilizarse y participar de la vida pública; transformando su perspectiva respecto a la educación de sus hijos. Identificamos tres elementos que inciden en el proceso de Democratización y transformación: el diálogo con la comunidad, un posicionamiento inclusivo tanto en la forma de entender la tarea docente, como en su desempeño diario en las aulas y en la manera en cómo participan en la vida escolar.
El docente se transforma en un gestor del aula, cediendo el espacio educativo a
las interacciones entre las personas. Ello exige, una nueva mirada de su desempeño y rol docente, en un aula más dialógica, donde todos aprenden y enseñan. La relación educativa viene mediada por un diálogo postulado desde la teoría del Aprendizaje Dialógico donde prevalece un posicionamiento igualitario que genera relaciones más solidarias, que se ve reflejado en la calidad de las relaciones que se establecen en dicho contexto.
b: En el ámbito local conocemos un caso que podría enmarcarse en esta
necesidad, La Batidora es un documental que recorre la experiencia de una radio en una escuela del conurbano bonaerense. Los chicos procuran construir un lugar propio en la ingeniería de una radio. Más que cables, discos y micrófonos, hacer La Batidora es una forma de tomar la palabra. Con el fin de que comprendan la importancia de pensarse como alumnos y más allá de su propia educación, se involucren en un proyecto comunitario extracurricular. En relación a la bibliografía citada podemos observar las dimensiones desarrolladas por Silvia Fernandez en el documental. En primer lugar la dimensión Ideológica que hace referencia a las condiciones en las que se desarrolla el aprendizaje, los vínculos que se generan en la conciencia escolar, el recorte de contenidos y la posibilidad o no, de interactuar desde y hacia la comunidad que la escuela habita. Dejando huellas, los sujetos escolarizados aprenden a organizar experiencias, emociones y pensamientos. Al principio hubo cierta resistencia cuando se presentó el proyecto de la Batidora, pero luego no solo participaron distintos grados, sino también la comunidad realizando bingos y recaudando fondos. De esta manera, los estudiantes aprendieron a hacer desde cero una radio, que los involucró a todos. En segundo lugar, la dimensión de Metodología y Estrategias tradicionales, en donde el espacio de la comunidad de aprendizaje se vuelve fundamental para generar el deseo de habitar el aula de otra manera. De la pasividad a la acción, desde la verticalidad a la horizontalidad, donde el saber no esté solo del lado docente, sino también desde los alumnos que activamente trabajan en este proyecto. Y por último, la dimensión vincular en donde el grupo se conoce, se escucha, se nutre, se integra en la comunidad y la hace partícipe y se crean lazos de confianza, claros facilitadores del aprendizaje. Este fue un desafío que transformó no solo el rol docente, sino también el rol de los alumnos y la comunidad.