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:ubierta: A. Imbert

A Isabel, la madre.
A Laura, la hija

. J.' ·

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!:> Nicolás Caparrós, 2004


O Editorial Biblioteca Nueva, S. L., Madrid, 2004
Almagro, 38
28010 Madrid

[SBN: 84-9742-273-2
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INTRODUCCIÓN ... ... . ..... . ............. .. .. . ..... . .......... .. ..... .. ... . ...... . .... ... .. . 15
1
CAPITULO PRJMERO.- ~};~ ::;::-cQUE GENÉTICO DE LA PSICOPATOL001A • 19
Las Psicosis 19
Visión general del problema nosológico desde el psicoa-
nálisis 19
El nivel psicopatológico de la posición aglutinada ............ .. ..._23
El autismo 23
La genética 24
Desde la biología 24
Un poco de historia 25
La psicosis simbiótica ............................................. .. ..... ..... . 35
La alexitimia 36
Los trastornos psicosomáticos .. .. ................ .. ...... ............ ... .. 42
Breve apunte histórico .. ..... ........... .. ................................. . 42
La estructura psicosomática 51
¿Por qué somatizar? 56
Esteban 59

C APITULO 11.-EL NIVEL PSICOPATOLÓGICO DE LA POSICIÓN ESQUIZO-


PARANOIDE .. . .. . .. .. . .. .. . . . . . .. . .. . . .. . .. . .. .. .. .. .. .. .. .. . . .. . .. .. .. . .... .. .. .. . .. . .. .. . 63
Las nosologías clásicas: unas reflexiones a modo de pre-
sentación .. ...... ,_,.... .... ..... ..................... ............ .. ........ .... .. ....... 63
Las esquizofrenias ... . . .. ... .. .. ... .. ... .. . .. ... .... ... ... .... .. .. .. . ... ... ... .... 70
Nosología ... ... .. ... ..... ...... .... ............................... .. .. ............. 70
•••••••••••••••••••• 4 • • • • • • • • • •

12 fndice fndice 13

Las formas de inicio de la esquizofrenia 72 Las reflexiones freudianas sobre el problema ......... ........ . 184
La estructura de la esquizofrenia 73 Los continuadores de Freud 186
• Lo fisiógeno y lo genético en las esquizofrenias 74 Desarrollo de la condición Borderline 190
La genética 75 La difusa frontera de los pacientes limítrofes 193
El substrato anatomofisiológico 76 Conflicto versus déficit en las personalidades borderline 198
El sistema dopaminérgico y la esquizofrenia 77 La reacción terapéutica negativa 198
La fenomenología 80 La contratransferencia ante el borderline 200
La evolución posterior del concepto psicosis 80 Ignacio ..... 203
La nosologí~ psicoanalítica 81
@ CAPITULO IIL-EL NlVEL PSICOPATOLÓGICO DE LA POSICIÓN CONFUSA .. 209
El marco psicoanalítico de la esquizofrenia
Algurios aspectos del Superyó en Ja esquizofrenia .. ... .. . .. 90 La Manía 209
La perspectiva freudiana 93 La estructura maníaca 215
Después de Freud 101 La manía en Ja obra freudiana 217
Conflicto y déficit 106 M. Klein 220
La Teoría unitaria del conflicto 107 La psicosis Maníaco-depresiva 222
Bion y el modelo estructural de Ogden . 11 o Bosquejo histórico ..... ... . 223
El elemento beta, el funcionamiento caótico ·y el objeto Generalidades 226
...
bizarro
La génesis y desarrollo de la psicosis seg)Jn Bion ...... .... .
116
120
El Tratamiento Psicoanalítico 232
Carmen ... 234
Ogden y las cuatro etapas de resolución del conflicto esqui-
zofrénico 123 CAPITULO lY.-EL_NTVEL PSICOPATOLÓGICO DE LA POSICIÓN DEPRESIVA 241
Estadio 1 de la no-experiencia .. .. ... 124 La Paranoia 241
El Mudo 128 Origen e historia del concepto 241
Estadio II: de la identificación proyectiva 131 Una descripción kraepeliniana del conjtinto de la paranoia .. 246
Estadio III. De la experiencia psicótiea 134 La paranoia en otros autores 248
Interludio: el delirio y las estructuras bi-lógicas ............ . 137 La llamada disolución del grupo paranoico 249
Algunas perspectivas sobre las alucinaciones y los deli- Teorías psicoanalíticas sobre la paranoia 254
rios 143 La asombrosa naturaleza de la para~oia 261
Andrea 147 Antonio 268
Pedro 156 La Hipocondría ....... .. 273
Pilar 161 La hipocondría clásica 274
Estadio IV.- El pensamiento simbólico .. . 166 Metapsicología de la hipocondría 279
- Ricardo
La teoría del déficit en la esquizofrenia
168
172
Hipocondría y pulsión
La hipocondría o el temor a la existencia
La melancolía 289
283
2.86

~
Tratamiento psicoanalítico de la esquizofrenia .. .
Los cuadros limítrofes (borderline) ................... . Breve apunte histórico . 289
La incierta historia de los cuadros Borderline 183 Descripción del cuadro 292
14 fndice

Genética .. ..................................... ........... ................. .. .. ..... 293


Los hallazgos neurológicos .................. .................... ........ 294
~Bioquímica .... ... ......................... ... .... .. ..... ....... .. ........ .. ...... 294
El pensamient9 psicoanalítico sobre la melancolía .. ....... 296
Freud y la melancolía .................. ..................................... · 31 O
La melancolía entre los primeros discípulos .. ... . .... ...... . .. . 312
El duelo ................................... .. .............................. ....... .. 320
La estructura de la melancolía ................... ............... :...... 322
.. La etaboración de melancolía por otros autores _. ............. 335
Elisa ................ .. ..... .......................... ................... ... :...... 338 Introducción
Reflexiones finales sobre las psicosis ......... .. .. . ........ ........ .... 342

BIBLIOGRAFÍA . .... . .. ... .. . .... .. .. .. .. .. .. ... . ... .. .•. . . . . .. . . .... .. .•. .•. . .• . . .. ...... . .. 34 7 El presente volumen contiene los resultados de mis últimos
ÍNDICE DE MATERIAS .. . .!:. ......:.. :...................................:................. 367 años de trabajo deJ:iGados a la profundización del Modelo Aria-
lítico-Vincular. Es clproducto de la clínica, de los seminarios
feóncos que he realizado y de las supervisiones de casos de
otros colegas. Esta triple perspectiva: experiencias inmediatas,
reflexiones más abstractas y generales y análisis mediato de las
vivencias de otros, me ha sido de gran utilidad a la hora d~ re-
dactar estas páginas.
En el curso de los años fui prestando cada vez más atención
al problema del narcisismo, al campo de lo negativo y a las re-
laciones -qtie ambos mantienen con la pulsión de muerte. Por ·
otro lado, el vínculo, una noción de taúto peso en nuestro mo-
delo, había sido expuesta de inanera incompleta, faltaba ante ·
todo un mayor énfasis sobre su génesis y sobre la perspectiva
económica que puede ser la mayor ·aportación freudiana a este
problema y ·que antes no tuve en cuenta. El vínculo no está en
deuda sólo con la teoría de las relaciones objetales, sino también
con Freud. ·
Las posiciones debían ser analizadas cori más pormenor y
· no sólo cada una de ellas en concreto sino en las relaciones
que traban. La posición confusa recibe ahora urt mayor soporte
en cuanto a ant~cedentes y en lo que se refiere a su propia rn-
zón de ser.
Este libro abarca una visión de conjunto de las psicosis
desde el modelo analítico-vincular. No he pretendido hacer
••••••••••••••••••••••••••••••••
16 Nicolás Caparrós Introducción 17

una descripción detallada de cada una de ellas, esa tarea ha- esa antítesis artificial. Esa gran cuestión se traslada en el
bría requerido mucha más extensión, sino trazar un fresco que campo de la esquizofrenia a la contraposición entre las teorías
la5 incluya a todas, descubriendo sus conexiones, sus conco- del conflicto frente a las del déficit. En el modelo analítico-
mitancias y diferencias estructurales. Creo que esa: manera
1
vincular la antítesis deviene en integración de ambos aspectos.
tiene la ventaja de mostrar mejor el núcleo duro del llámado En el libro figuran también las patologías borderline pór
«hecho psicótico.» cuanto mantienen estrechas relaciones con las psicosis. Hoy en
Las psicosis, a su vez, plantearon nuevas exigencias me- día estos cuadros vienen en gran medida a recubrir y sustituir
tapsicológicas que obligaron a más reflexiones: las nociones en parte a esas psicosis atípicas que no satisfacfan Jos criterios
de regresión, fijación, repudio, escisión, renegación necesita- l!!ás puros y mejor aceptados corno son los de Kraepelin o
ron ser ampliadas. .filslliler. Como hace años intentamos con las psicopatías, me
Tiene gran interés ver surgir a .las resp-ectivas psicosis de dispuse en este caso a proporcionar una descripción positiva y
cada una de las cuatro posiciones, como otras tantas vías es- delimitar una estructura concreta para estos trastornos que sus-
urias del desarrollo. Contemplarlas desde este punto de VISE tituya al habitual diagnóstico por exclusión. · ,
permite sustituir el habitual anorama estático ue suelen re- Para terminar, quiero hacer mención a las referencias tera-
sentar as noso og1as a uso por algo más procesual y si se me péuticas que figuran en el texto. Son en parte consecuencia de
permite la expresión. con más vida. Detrá~ de cada psicosis las anteriores consideraciones teóricas pero al mismo tiempo
áiíenta un sujeto que pugna por alcanzar el ·estado óptimo que les han servido se fundamento. La técnica sicoanalítica asen-
sus ~ircuristancias concretas le autorizan. La psicosis se aleja tada en la transferencia/contratrans erencia. es la forma idónea
así del marco acostumbrado del deterioro, .de la organicidad de validar la teüria Je origen. Así surgen las nociones de ~<es­
que invade desde el más absoluto azar al aparato psíquico para tarn, «contener», «significar» , «señalar», «confrontar» todas
hacerlo pedazos. Estos cuadros son en realidad procesos acti.- ellas propias del mundo de las psicosis y que vienen a enri-
_,..vos y representan otros tantos intentos de alcanzar estructuras, quecer, y en su caso a completar, a la tradicional «interpreta-
incluso aunque éstas adolezcan de determinados elementos ción>> psicoanalítica. ·
presentes en la llamada existencia normal. Cada una de las teorías y las respectivas técnicas habrán de
., El autismo es un · a c ntra la no:uhe ración· la es- atravesar la prueba de su encuentro con las psicosis, puesto que
quizofrenia protege de la fragmentación; la manía de la ca _~ éstas son su razón de ser.
_E:S>fe y la melancolía de la pérdida. Confio en que estas líneas hayan servido al lector de mí-
· __ El registro psicosomático y la condición hipocondríaca son nima orientación ante las páginas que se avecinan.
ejemplos d~ no inscripción en el mundo del significado, de
persistencia de las leyes biológicas allí donde debía existir un Madrid, octubre 2003
espacio legal psíquico.
- Hemos pretendido en nuestra exposición articular la lla-
ma.da tradicionalmente «disposición» con los elementos am-
bientales. Creo haber expresado con claridad que el dilema
t<orgánico versus psíquico» es una manera viciada de exponer
el problema. Los niveles de integración y las distintas articu-
laciones posibles son una respuesta que supera los límites de
...

CAPÍTULO .PRIMERO

Un enfoque genético de la Psicopatología _

LAS Ps1cos1s

Visión general del problema nosológico desde el psicoanálisis

El apartado que podríamos considerar, figuradamente, más


evolucionado entre los trastornos psicológicos, es decir el que
integra a aquellos sujetos ,que poseen ,una estructura más des-
arrollada, lo forman las neurosis y los trastornos de la perso-
nalidad no borderline. Las rimeras sur en en las .. es
es ui - n a .- ue en ri or duran
toda la vida-, ~nque adquieren su estructura definitiva en a
eta a fálica y en el com le· o de Edi o, abarco así las cate o-
rías reu ianas y las de los objetalistas. Desde esa óptica, las
neurosis son las perturbaciones más plenamente humanas; no
van a ocuparnos en este libro.
Los trastornó-::; Jt; la personalidad, antes psicopatías, com-
parten como estructuras todo con las neurosis a excepción del
conflicto edí~o. He reiterado en distintos trabajos (1981,
1992a, 1992b) que los psicópatas elaboran un complejo de
Edipo «como sí», un falso complejo. También señalé antes qne
el descentram1ento que el sujeto sufre en el 'tránsito edípico,
donde deja de ser para siempre «el ombligo del mundo», se
une al rosario de heridas dolorosas que el niño padece desde
••••••••••••••••••••••••••••••••
20 Nicolás Caparrós

su nacimiento, es el precio para gozar de una plena humani-


Un enfoque genético de la Psicopatología
Jt
.i::,as más tempranas aguardan latentes, aunque alg1:1nas de estas
21

dad. Este último descentramiento no es vivido de forma total organizaciones se activan con más facilidad si el individuo su-
po·r el psicópata. En cierto modo, no ha culmmado t9do el pro- frió una serie fijaciones que faciliten la regresión a una posi-
ceso de estructuración que conduce a la plena madurez, resta ción determinada. Las fijaciones a las cuatro posiciones no
el último tramo. siempre implican una inhibición del desarrollo posterior, lo
Por lo demás, ambos grupos diagnósticos los componen su- que explica que los cuadros neuróticos pueden prese_nJ_ª-r;-r..as-
jetos, individuos soportes de su propia historia con plenas fun- gos esquizo-paranoides o confusos ue i · p vivir la e -
ciones yoicas. En los neuróticos el conflicto se concreta en el penencia e 1p1ca." os cuadros psicóticos son expresión .Q_e
espacio de Jós significados personales. Ep_l~s ·psicópatas una fijaciones que producen déficits sensibles -vale decir in:__
parte del drama, incapaz de mantenerse en el registro de to ·in- acabam1ent.Q:- en sus estructuras psíquicas 1. Es la intensidad
trapsíquico, se desliza a la acción, que substituye en ciertos ae1 déficit la responsable de la inhibición del desai:rollo. 1bdas
pectes al pensamiento. las psicosis en al una medida son consecuencia de una in-.
El conjunto de este sector diagnóstico estructu.rnJ.mente hibición/desviación de éste. n o que se refiere a la posición··
cuenta con lo que denominamos núcleo básico de la persona- esquizo-paranoide en concreto, lugar por excelencia del défi-
lidar.L (Kesselman 1977, Caparrós 1977, l 992a, 1992b , cit, el sistema m::iiire-bebé alterado es el autor de patologías
1992c). Este concepto no será tratado aquí porque los cuadros que hay que adscribir ante todo al déficit y no al conflicto; éste,
que,vamos a estudiar se Qriginan en épocas máslimpranas, an- en todo caso, se suma después como' sucede en la esquízofre- t
teriores a la formación del citado núcleo. ':Üa _Qaranoide. kesquizafrenia hebefremca y la esqmzofr~a
La re resión .es el mecanismo de defensa que ·re ula en simE!_e. '·
condiciones normales estas .con ict1vas. uan o resulta insu- Es preciso recordar, para mayor precisión, que el sistema
ficiente aparecen los llamados m_~cani~mQ.~~de defe~s~ secun- madr~-bebé es muy complejo y puede fallar en diversos gra-
darios: aislamiento anulación conversión · ' -·leto- dos y por diferentes circunstancias. E factor ue los sicoa-
na 1zaci ón, et&.- nahstas solemos invocar más, aunque no es el único, se r~a­
El_~_i~ente grupo lo integran precisamente las psicosis. Es- c10na con los problemas de la madre y su entorno -::§US
pacío de cosas en-sí, sin un sujeto pleno que las gobierne, lo fantasías y actitudes con respecto al bebé de las que ya hemos
que Hegel ( 1807) llamó en su momento experiencias no auto- hablado en Caparrós, 2003- pero figuran también las disoo-
conscientes, que llevan a un colapso de la dialéctica porque ésta ~iciones genéticas, ~l nacimiento prem~turo. las enfermedatle_!,
éxige· siempre un sujeto. El ser está, yace ahí, sin vínculos, sin perinatales, el bajo umbral d~ excitación y la simple incap~
historia; no existe la sjmbolización, sólo la ecuación simbólica. dad de unª- ma.dre determinada para acomodarse a su bebe e.n~
He querido presentar en estas líne8s el ros..tado duro de las concreto.. Este conjunto complica el clásico panorama lineal de
psicosis, ~u aspecto más irreductible, aunque bien sé que las l.a madre esquizofrenogénica, pero también cuestiona la carga
~fosis entrañan un proceso gúe en su largo trayecto alberg,a unilateral que muchos conceden a la etiología orgánica.
también pálpitos de subjetividad y períodos en los que aparee~
~ ague~ lado sano sepultado .por el movimiento sísmico de s~
_Eropio cur~ 1
La estructura psíq_uica normal es un producto histórico que comprende
· Dije ya que las posiciones se superponen, se interrelacio- el conjunto de modos organizativos de las cuatro posiciones más Jtrans¡
nan y establecen un control mutuo, pero no se anulan entre sí. por la situación edípica.
22 Nicolás Caparrós Un enfoque genérico de la Psicopacología 23

Existen otros cuadros psicóticos con fijaciones menos nu- rácter de <<lo psicosomático», un rasgo del conjunto de la per-
iverosas e intensas que. signan sus características por la posi- sonalidad que remite a un estado originario de forclusión del
ción en donde éstas se congregan en mayot_ cuantía. La inhi- significado, que rara vez abarca a todo el sujeto y que no in-
bición/desviación del desarrollo en tales casos acontece en una hibe, por lo tanto, el conjunto de su desarrollo psíquico.
etapa posterior y sus consecuencias son menos devastadoras.
A este grupo pertenecen una parte de las escpIÍzofrenias, lama- EL NIVEL PSICOPATOLÓGICO DE LA POSICIÓN AGLUTINADA
nía, la psicosis maníaco-depresiva, la melancolía, Ja paranoia,
fa hipocondría y los cuadros barderline, au:oque los dos últi.:. El narcisism~ primario es un estado cuya c~ndición funda-
mos no sean, en rigor, psicosis._ · mental consiste en sufrir la diferenciación y el co~apso incon-
Finalmente, qµedan: otra. serie de trastornos en el escalón tables veces. Sólo la necesidad, con las discontinuidades que
más bajo de la psicopatología, lindando ·ya con el n~ in- imprime, y el objeto externo, con su cualidad contingente, con-
~ración biológico, donde opera una verdadera forCZusión del siguen quebrar esa tendencia.
significado, lugar de la no-vivencia, espacio de vacío allá La psicopatología de esta posición se confronta con·los albo-
· donde otros exhiben confllctos y ansiedades. En este apartado res del psiquismo, cuyo proceso queda detenido o fijado en tra-
citaremos a las psicosis autista y simbiótica, los trastornos psi- mos muy precoces del desarrollo. De forma metafórica podría-
cosomáticos, a la alexitimia (Sifneos 19?2} y a la no-vivencia mos denominarla la patología de la (orclusión. Allí donde se
esquizofrénica (Bion 1959, Ogden 1981). Como sefiala Ogden, expresa con elocuencia el vacío, ese Jugar de la no inscripcton.
la persona existe pero está psicológicamente muerta. · A continuación analizamos cuatro cuadros bien representa-
Hemos de tener en cuenta que, a diferencia lle muchos tivos de este periodo que muestran distintas oquedades, C:life-
diagnósticos clásicos, el diagnóstico psicoanalítico no está rentes ausencias. Me refiero al autismo, la psicosis simbiótica,
_dado para siempre sino que se debe aceptar_cQllliL@_a carac- la alexitimia y el «hecho psicosomático.»
terización fluida. .
De este Juego dialéctico ~n el que el sujeto surge entre la
relación recíprocá de las posiciones """"' l ~noción de las 11-ª: EL AUTISMO
madas partes psicóticas de la personalidad, conce to del ue
se a ec o una uti izació u teran o con a,_ El enca~_t,.., r!e .!!1. niño radica en gran medida en su narci-
1

~.a.-i.u.i.¡:;i.u.QJ...~..i.,_~·on. Quizá la denominación no sea muy fe- sismo, . su autosuficiencia e inaccesibilidad; del mismo modo
liz, aunque sí provocadora. Una alternativa que prefiero es la que el atractivo de ciertos animafos que parecer¡. no ocuparse
de partes ptimitivas de la personalidad, que evita el riesgo de d~ nosotros, como los gatos y las grandes bestias de presa.
un manejo frívolo del término psicosis. Sea cual fuere su nom- S. FREUD, Introducción al narcisismo
bre, proceden de la actividad q'ué emana de puntos de fijación
_sur¡filios en situaciones impregnadas de ansiedades de ~n---­
tegra.ción, ersecutorias, catastróficas o de érdida, u n nin- ¿Cuál es la mejor manera de que una chica se encariñe con
gun caso imp1 ieron cump ir con los diferentes tramos del des- uno?
~lo; son a modo .de cicatrices del proceso que conduce a la Su madre le contestó:
subjetividad, lugares posibles de regresión en circunstancias Lo mejor es sentarse al lado del pozo y cuando vaya asa-
vitales extremas. En ese mismo sentido, queda definido el ca- car agua sin más le tiras un guijarro y le sonríes.
••••••••••••••••••••••••••••••••
Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 25
24

El Sheik fue al pozo y cuandc :!pa:-e : i0- la muchacha le fecto contrario minimizando la biología. Las alteraciones bio-
lanzó una piedra enorme y le abrió la cabeza. Todo el mundo lógicas han de merecer atención y, sobre todo, está claro que
• se echó a la calle para matarle, pero cuando él explicó sus ra- se debe huir de esta trasnochada alternativa orgánico/psicoló-
zones todos .estuvieron de acuerdo en que era el ·id.iota más gico que todavía sostienen muchos.
grande del mundo. · Dicho esto, añadiremos que existen estudios estadísticos
Leyenda hindú. donde se registra hasta un 90% de casos con alguna disfunción
cerebral. Hay autores que sostienen que las tres cuartas partes
.El autismo es un severo trastorno del desarrollo neuropsi- de las personas co~ autismo presentan un CI por debajo de 70.
cológico cuya manifestación más importante ~onsiste en una Se invocan para el autismo causas biológicas de índole di-
alteración de 'la comunicación y de la interacción social; man- ferente como el síndrome del cromosoma X frágil, la fenilce-
tienen conductas muy restringidas y de carácter ostensible- tonuria y la esclerosis múltiple. Tampoco existe acuerdo sobre
mente repetitivo. qué área o circuito cerebral está dañado; se han propuesto para
La frecuencia del autismo alcanza el 1/1000; se admite por la justificarlo alteraciones cérebelosas por la falta de coordiná-
mayoría la presencia de factores ambientales junto con otros de ción motora y del sistema límbico por los trastornos emocio- '
índole genética de los que a renglón seguido nos vamos a ocupar. nales.

La genética Un poco de historia


'
El autismo viene ligado a varios loci, especialmente en los
..
Aunque el caso Donald, de L. Kanner, observado en 1938,
cromosomas 2 y 7. Siverman sugiere que el retraso del len- abre la era formal del estudio de los trastornos autistas, éstos
guaje (falta de adquisición del mismo antes de los 36 meses de han sido objeto de atención desde mucho antes. Por ejemplo,
edad) es un endofenotipo heredable. Eu la fc;g,i:ón 7q se locali- l.os idiotas penditos de la vieja Rusia, de los que se hace eco
zan genes relacionados con trastornos específicos del habla. Uta Frith, con su aparente insensibilidad ·af dolor, su inocencia
También se hallaron alteraciones en el.cromosoma 15ql l-ql3. y falta de conciencia social.
Como dato relevante, los niveles de serotonina en plaque- En 1930, en una época anterior a cuando Leo Kanner se
tas de individuos autistas son superiores al del resto de la po- ocupa del autismo, M. Klein describe el caso de un niño de
blación. Por ello el tratamiento a base de inhibidores de la re- cuatro años llamado Dick al que con t,oda justicia le cumple
captación de serotonina ha aliviado a algunos de estos ese diagnóstico.
pacientes. Se han llegado a encontrar polimorfismos en el pro-
motor del gen que codifica el transportador de serotonina. . .. En lo que respecta a la pobreza de su vocabulario y lo-
gros intelectuales estaba en el nivel de los niños de alrededor
de catorce o quiucc m~~es. Carecía casi por completo de capa-
m"sde la biología cidad de adaptación a la realidad y de relacionarse emocional-
mente con su medio. Dick era un niño que en gran medida ca-·
Hay autores, como F. Happé ( 1994), que tratan los aspec- recía de afectos y se mostraba indiferente a la presencia o
tos psicológicos y sociales como cruel mito con el que se cas- ausencia de su madre o de su ama de cría. Desde muy pronto
tiga a los padres. No incurramos por nuestra parte en el de- tendía a presentar ansiedad, casi no tenía intereses, no jugaba ni
26 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 27

tenía contacto con su medio. Pasaba la mayor parte del tiempo orden anterior. A los seis años podía contar hasta las centenas
encadenando sonidos sin significado y repetía constantemente y leer núme::-.('~ ,- !"'~!'" ~stos no le interesaban en su aplicación a
.. ciertos ruidos. Cuando hablaba, solía emplear incorrectamente los objetos. Tenía mucha dificultad para usar en forma correcta
su escaso vocabulario. Pero no se trataba sólo de que fuera in- · los pronombres personales. Cuando recibía un regalo decía:
capaz de hacerse entender: es que no lo deseaba [ ... ], ·a veces, -di gracias.
repetía correctamente las palabras, pero lo hacía de modo me-
cánico, incesante [ ... ], la oposición y la obediencia de Dick ca- Son niños solitarios y poco emotivos; tranquilos, resisten lar-
recían tanto de afecto como de comprensión [ ... ],era muy in- gos períodos de tiempo solos sin llorar. Los padres tardan en de-
sensible al dolor y no sentía ese deseo, tan universal en los niños tectar anormalidades que se hacen evidentes en el segundo o in-
pequeños, de recibir consuelos o mimos. Dejó que su ama se cluso el tercer año de la vida, lo que se debe en parte a cierto
fuera sin mostrar la menor emoción y me siguió al despacho retraso en la aparición de los síntomas pero también a la falta de
con la más completa indiferencia. Iba y venía de un lado a otro, sensibilidad para con la conducta y actitudes del niño.
sin finalidad ni propósito y varias ·:ece::: '.:;:-¡.iuso también a co-
rretear a mí alrededor, como si fuera un mueble más, pero no
No diferencian entre ~onecidos y extraños, incluida la ma-
mostraba interés en ninguno de los objetos de la habitación. dre. Cuando se les interfiere en sus actividades responden de
Cuando iba de acá para allá sus movimientos eran descoordi- manera angustiada y colérica. Parece, en efecto, que a lo que
nados. Las expresiones oculares y facia~es. estereotipadas, au- más temen en su vida es a lo imprevisto. Kanner denomina a
sentes e inexpresivas de cualquier interés. Ni con.ella [con su esta característica deseo obsesivo de mantener la igualdad.
ama de cría] ni con ninguna otra persona había llegado a esta- Aceptan mejor los objetos inanimados que los seres vivos.
blecer Dick contacto emocional alguno. El habla de los autistas ofrece una serie de características tí-
picas: recuerdan .y pronuncian sin dificultad los nombres y largas
Todos los elementos que caracterizan al autismo estaban listas de palabras, pero no utilizan el lenguaje para la comunica-
presentes: retraso intelectual y verbal, retracción de la realidad, ción. Ecolalia e inversión pronominal: no distinguen el yo del tú.
sistema madre-bebé quebrado, conductas repetitivas .. . En 1944, el ai1striaco Anis Asperger publicó el artículo Die
Años después, d concepto de Leo Kanner de autismo pre- Autistica Psychopathen im Kindesalter, .en el que aparecen mu-
coz infantil (1943, 44) abre las puertas a la noción psicosis in- chas ideas coincidentes con las de Kanner, si bien ambos au-
fantil propiamente dicha. 1 tores no habían tenido contacto. Las diferencias más notables
He aquí una de sus primeras descripciones clínicas: se resumen en que los pacientes de Asperger hablaban con flui-
dez. Los niños estudiados por éste eran hábiles en cuanto a su
Vi a -Frederick a la edad de seis años. Su madre decía que motricidad. Finálmente disentían también en cuanto a la capa-
nunca le había oído llorar para llamar la atención. No le inte- cidad de aprendizaje. Kanner sostuvo que rendían mejor repi-
resaba jugar a cucú trastrás,' ni hacía apenas juego cqoperativo. tiendo de manera maquinal; Asperger opinaba que eran más
Hasta el año anterior había ignorado a las personas casi por eficaces si se les dejaba librados a su actividad espontánea. Su-
completo. Miraba con curiosidad. a los niñ.Qs pequeños y des- girió que eran pensadores abstractos.
pués se iba solo. Actuaba como si las personas ·no estuviesen,
incluso con sus abuelos. Su 1p.adre decía que, hasta cierto punto Raul tenía tres años y tres meses de edad cuando comenzó
le gustaba que todo permaneciera igual. En una de las estante- el tratamiento. Sus síntomas principales eran un marcado ais-
rías de casa había tres cosas en un orden determinado. Siem- lamiento, mutismo, negativismo, obediencia automática y re-
pre que se cambiaban, las colocaba y volvía a ponerlas en su tardo intelectual general.
•••••••••• •·• ••••••••••••••••••••
28 Nicolás Caparrós Un enfoque genérico de la Psicoparología 29

Si bien había aparecido un deterioro de su estado cerca de tado a otro sin transición. Parecen plácidos cuando se les dej a
la mitad de su segundo año, el problema básico, el de la diso- solos entre sus cosas ; la ansiedad surge de súbito cuando un
ciación emocional, podía ser rastreado hasta los primeros me- objeto externo irrumpe de modo que no se puede ignorar.
ses de vida. Primer hijo; su nacimiento se produjo en un estado Parecen odiar y temer al mundo externo. Su falta de inte-
de asfixia luego de un prolongado trabajo de parto[.:.] fue in- rés en él cuando están tranquilos resulta de negar su existen-
capaz de prenderse al pecho y mostró una marcada apatía. El cia. Esta negaé:ión es extrema en el autismo infantil. Sugiero
reflejo de succión apareció sólo al cuarto día. Como lactante que en algunos casos severos como en el de Raúl, equivale a
fue siempre somnoliento. [ .. . ]Las dificultades con la alimen- una alucinacJA"' nPintiva del entorno. Por ende, viven en un
tación existieron desde el comienzo; su constante falta de ape- espacio vacío, nuestra voz no es oída, ni visto nuestro cuerpo.
tito preocupaba a sus padres. El pasaje a lá alimentación con Estos niños niegan la existencia del mundo externo porque
biberón en el cuarto mes, cuando su madre retornó al trabajo, han proyectado en él todo (objetos, sentimientos, situaciones)
se realizó con resistencia sorprendentemente pequeña, pero si lo que es odioso, doloroso y temible. [ ... ] Parecen proyectar y
bien aceptó la mamadera no mostró gran entusiasmo por ella. negar en bloque la totalidad de su yo agresivo. Esta renuncia
· Para resumir entonces, era un niño quieto, que ni lloraba ni reía masiva explicaría, pri'mero, por qué su objeto externo pue'de
mucho y era sólo su persistente falta de apetito lo que alarmaba convertirse de súbito en un temible perseguidor y segundo pol:
a sus padres.» (E. Rodrigué, 1955. pág. 149). qué son inofensivos hasta el punto de faltarles sus impulsos de
autopreservación.
E ..Rodrigué añade diversas observaciones a las descripcio- En el niño de doce años que estoy tratando su falta de agre-
nes iniciales de L. Kanner. Le llama la atención qúe este autor sividad llegaba a tal punto que no podía cubrir con sus manos
se'haya limitado a proporcionar un'a desci;ipción fenomenoló- el rostro cuando caía ...
gica. Pese a consignar que en el caso Dick M. Klein obtuvo El niño autista es una criatura omnipotente. De mucbos
avances tanto en la terapia propiamente dicha como en la in- modos es el gobernante despótico de un mundo estático po-
telección de su oscuro simbolismo, disfonte en cuanto a sus blado por aquellos que tienen la ciega obediencia de los obje-
tos inanimados .. .
técnicas de análisis infantil. Kanner no concibe la multiplici-
Considero que es debido al uso extremado de la identifi-
dad de síntomas autistas como intentos activos de dominar la cación proyectiva que hace el niño autista, que llega a pensar
ansiedad. en el mundo externo como parte de sí mismo, que puede ser
completamente negada o completamente controlada (Ibid. pág.
Son expresión de una mente anormalmente subdesarrollada 180-181 ).
resultante de una disposición autista innata, asociada a un am-
biente desfavorable (Ibid. pág. 180). E. Pichon Rlv iere y A Aberasturi estudiaron diversos ca-
sos de autismo por esa época y sus descripciones coinciden
Transcribimos un extenso comentario de E. Rodrigué ba- con los hallazgos de Kanner y Rodrigué.
sado tanto en el caso Raúl como en observaciones de otras clí- Sin duda han sido los trabajos de M. Mahler -sin desme-
nicas similares, que contrasta con los enunciados fenomenoló- recer a M. Klein- los que situaran de forma sistemática el
gicos de Kanner: problema de las psicosis infantiles, estableciendo su especifi-
cidad desde el punto vista metapsicológico. Tienen la ventafa
Los estados de ánimo de los mismos alternan entre dos ex-
de estar entroncados con las fases del desarrollo permitiendo
tremos. Su aspecto es o bien plácido, aún dichoso o bien ate-
rrorizado y desesperado. Generalmente se deslizan de un es- advertir así dónde se encuentran las desviaciones.
30 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 31

La fase de autismo normal, según Mahler, transcurre a lo gicos, que necesitan un aporte materno que una madre normal
largo de los dos primeros meses de la vida extrauterina, Hart- -de devoción normal en frase de Winnicott- no puede pro-
niann (1964) la ·llamó fase indiferenciada. El niño no parece porc10nar.
reconocer 'las diferencias entre él mismo y los objetos inani- Desde los puntos de vista genético, dinámico y estructural
mados del entorno. Es un estadio anobjetal. · la dificultad básica -lo que me parece cardinal, dirá Mahler-
Más tarde llega la/ase, simbiótica, que abarca de los tres a es la incapacidad del niño psicótico para utilizar el Yo materno
los seis meses, en donde el bebé barrunta que lo que calma su exterior en la estructuración
,.
de su Yo rudimentario:
malestar proviene del exterior mientras que la acumulkción de
tensiones tiene su fuente en el interior. En .este período existe En todos los casos de psicosis infantil·observados y tratados
un apunte de Yo .. Durante la fase simbiótica la débil diferen- comprobamos que los mecanismos básicos, las defensas psicó-
ciación acontece en los momentos de carencia; una vez lograda ticas, son modos autísticos delirantes de ajuste. La finalidad de
éstos es la "restauración de la omnipotente ·unidad con la madre
la satisfacción llega de nuevo la fusión. simbiótica, aunque este ·empeño va acompañado por un miedo
A partir de los seis meses la unidad dna l rriadre/bebé se di- pánico a la fusión y a la disolución del sí mismo. Los síndromes .
vide en un Selfy el objeto materno, este proceso es progresivo; pueden mostrar el predominio de lo uno o de lo otro, pero nues-
durante un tiempo, la fase simbiótica queda superpuesta con tra investigación confirma ia hipótesis de que el cuadro autista
la fase emergente de separación-individuación -cuyo co- es una formación secundaria (Mahler 1965, pág. 138).
mienzo hay que fecharlo a los seis meses- · -·, cullT!inando du-
rante el segundo año de vida como superación de la simbiosis. En el autismo infantil precoz la dificultad esencial es que
Tanto en la etapa autista como en la simbiótica, la madre su- estos niños son incapaces de captar la Gestalt materna; rto
ple con su actividad la precaria barrera que el bebé posee con- existe una conciencia perceptiva de un mundo interior y otro
tra los estímulos excesivos del entorno. Se puede decir que ésta exterior, una conciencia del Self como algo distinto al entorno
es, en este período, una especie de Yo auxiliar - .aspecto que inanimado, eso que Monakow (1947) llamó protodiscerni-
conocemos muy· en detalle a partir de las ideas de Bion sobre miento. Son niños fijados en la fase autista de la vida uterina.
la identificación proyectiva y la identificación introyectiva-. La madre, como objeto externo, no es descubierta emocio-
La1s conductas patológicas de la progenitora, pese a las pro- nalmente por el bebé; será un objeto parcial no distinguible de
testas de Happé, durante la fase simbiótica son responsables de los objetos inanimados. No hay signos de conciencia afectiva
un gran número de psicosis infantiles tempranas, tanto por lo de otros seres humanos.
que atañe a la propia inaccesibilidad afectiva, como por su im- Yankelevitch (2003) apunta .que:
posibilidad de separar al ~ebé de su propio Self. He' descrito
en 19992 a este respecto un trastqrno psicótico muy temprano El padre es, como tal, impotente para ser agente de la ins-
a resultas de .la incapacidad de la madre de establecer fronte- cripción de su función si no es introducído por la madre. Esto
ras que la determinen frente al niño, la separación y el apego es la clave de un gozo que no accede a nombrarse más que en
se vuelven dos objetivos imposibles. Pero también existen ca- ciertas condiciones.
sos, probablemente.por carga genéti c ~ e ~ :;:s trastornos bioló-
Coincido por entero con él. Yo mismo he denominado pre-
sentación del padre a esa conducta y actitud materna que
2 Caparrós (1999), pág. 91. muestra al niño la existencia de otra persona que también sig-
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32 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatologfa 33

nifica para ella. Si la citada presentación no tiene lugar, aquél Pero cuando escuchó a los médicos en el hospital decir que
será, todo lo más, un a modo de «otra madre», perpetuando las fue ella quien, con su gesto, pudo haberlo matado, juzgó en su
relaciones diádicas. La ausencia del padre como inscripción en fuero interno q11P ""u culpabilidad no tenía remisión, que nada
el niño, no su ausencia física, es así entrada a la psicosis. ni nadie podría salvarla.
Yankelevitch también recoge la siguiente obser\radón: El hermano que quiso defender a la madre murió, años más
tarde, como consecuencia de una crisis de epilepsia.
Para algunos de los niños autistas que hemos seguido, nos Al nacer su hijo mayor, se precipitaba continuamente, tar-
parece muy probable que el origen de sus trastornos tenga su des y noches, jupto a la cama del niño para comprobar que res-
explicación clínica --;-no estructural- en la. descompensación piraba. [El sistema madre-bebé es precario, la madre observa
puerpéral de la madre en su nacimiento. Estos episodios, rela- ansiosa en lugar de envolver a su bebé].
tados algunos años después por las madres, presentan una or- Fabián no era esperado la noche en que nació, sino unos
ganización delirante que dura algunos meses, una organización días más tarde, en concreto dos semanas. El fin de semana en
subclínica para los médicos y el e::to::r.2 :' que, en tanto tal, no que tuvo lugar el nacimiento, su cuñado se casaba y esperaban
puede ser catalogada como psicosis. a su marido en la alcaldía como testigo. Como no había riesgó
de nacimiento inminente, cogió su coche para ir y volver en
Nada mejor para analizar el papel de este tipo de madres, menos de cuarenta y ocho horas. La noche de la boda de su cu-
sus fantasías y deseos, que transcribir un ,pequeño' fragmento ñado, cuando ella se retorcía sola en la casa, era el aniversario
de la muerte de su hermano. [Los hombres que pueden reco-
de una entrevista sostenida por Héctor Yarikelevitcli con la ma-
nocerla como mujer, condición previa para ser madre, desapa-
dr~ de Fabián, un paciente autista: . recen, está sola y asustada con sus fantasmas].
Esa noche, sin su marido, cuando Fabián nació, le miró)'
La madre de Fabián no habla en sesión. Deja a su marido se dijo: «Lo sabe todo, todo sobre mí. Cuanto antes muera, me-
la tarea de acordar (se) de los pequeños hechos cotidianos, las jor será para él.» [Tal vez es el autorrechazo que experimenta
alegrías o los ·disgustos .. Los dos son del norte y llevaron con- lo que le produce ese pensámiento que se asemeja a una ocu-
sigo a Francia los problemas laborales que oprimen al padre de rrencia .delirante] .
Fabián. En ese mo!T'."11ti:\ P.1 peso de su profunda nulidad, de toda
Ella no volvió a ver a su padr~ desde que se divorció de la su indignidad, se hizo patente para ella, como una certeza que
· madre, excepto una vez que se cruzaron en una gran celebra- nunca la abandonaría.
ción familiar donde él no la reconoció. En ese momento lo que Más adelante, cuando al crecer Fabián no emitía ningún so-
a ella se le ocurrió fue que ya no tenía padre. Que nunca lo ha- nido, ningún llanto, cuando se dio cuenta de que no hablaba,
bía tenido. [La ausencia del .padre marca a esta mujer y es po- se dijo: «no quiero que sepa:µ cómo estoy hecha» - «él tam-
sible que ello haya generado en su estructura algún déficit]. poco quiere que se sepa cómo soy por dentro.» [vínculo ima-
Y sin embargo, poco antes del divorcio de sus padres, du- ginario que roza lo delirante].
rante una de sus violentas disputas que les oponían el uno al «Lo sabe todo.» A pesar de la violencia de la renegación
otro, uno de los hermanos mayores, no soportando más los in- pronunciada cuando era niña, la madre de Fabián no pudo sus-

- sultos, los golpes, el alcohol del que su padre estaba embebido,


antes de que g9lpeara a la madre, le hunaló un cuchillo en la
espalda.
traerse -ya que habla de ello-- de pensar, aunque sólo fuera
una vez, «lo sabe todo» de su padre. Precisamente será por esta
renegación, a la que se superpone un repudio, por lo que Ja no- •
Cuando ella se acercó yacía en el suelo y de un solo mo- che del nacimiento de su hijo, se le ocurre esa frase, encarnada
vimiento, le quitó el cuchillo de la herida. El padre salvó la en un delirio --que no necesita ser estructural- para protegerse
vida, el filo tan sólo había rozado el omóplato. de un retorno devastador.
Nicolás Caparrós Un enfoqu~ genético de la Psicopatología 35
34

Nadie se da cuenta en su entorno de~su estado, como ocu- 2. Ausencia o deficiencia del desarrollo del lenguaje ver-
rre con la mayoría de las madres de los niños autistas que he- bal y no verbal.
mos recibido durante años. Delirios puerperales subclínicos 3. Presencia de acciones repetitivas o estereotipadas de
para las familias y los médicos, que ceden al cabo de unos me- cualquier tipo.
ses o algunos años, cuando los efectos sobre el hijo las des- 4. Angustia -J1.. Jt::,iüt~gración ante situaciones nuevas
piertan bruscamente, dándoles como tarea en adelante, dedi- que sea incapaz de evadir.
carse a ese hijo que remite, por su mudez, a un destino que a
ellas les falta.
El padre que el niño autista encarna .'es un ser primordial, LA PSICOSIS SIMBIÓTICA
no deseante, que goza en soledad. [padre no presentado, pero
que tampoco desea serlo].
El niño satura la falta de ser de la madre, no como objeto M. Mahler establece gradaciones y diferencias entre las lla-
-fuente de deseo- sino como significante causa .de gozo. El madas psicosis infantiles según los puntos de fijación. _
delirio es la úrlica respuesta que la madre es capaz de presen- Más recientemente Tustin (1981b), l:tna 'psicoanalista klei- 1
tar en su retomo a lo real que socava aquello con lo que puede niana, ha manifestado que en el complejo autismo-psicosis in-
contar como estructura subjetiva. fantiles existen dos formas separadas de patología, una que se
No es necesario que la madre ·se~ psicótica.· Sin embargo, caracteriza por la encapsulación y la huida y otra por la fusión
aunque lo füei\ eso no·explicaría el autismo del niño cuya cau- psicótica y la inmersión en la imagen del objeto. La primera
salidad es contingente. resulta del empleo excesivo de la escisión y la última de una
Es el hecho de representar lo puramente real lo que hace hipertrofia de la identificación proyectiva. .....
imposible el investimiento. El gozo que encarna arrasa toda la La psicosis simbiótica representa una fijación al segundo
vida pulsional; éualquier posibilidad de inscripción.
1

estadio indiferenciado de la unidad madre-hijo; es la fase de


Cuando la madre 'logra ofrc::er ~,_: 1elirio al psicoanalista,
el niño, si no Js demasiado mayor, puede comenzar a articular, fusión simbiótica omnipotente con el objeto que satisface ne-
a fonetizar las huellas. cesidades. Estos niños presentan una homeostasis lábil y una
En general, es uno de los dos padres quien formula la de- deficiente barrera contra estímulos. Una característica de la es-
manda, limitáhdose el otro a asistir sin demasiada fe. Si es la tructura del Yo simbiótico, que lo distingue del Yo autista, es
madre quien, a pesar de todo, consigue hacerlo, no suele ser su gran permeabÜidád no cohesiva con e.l Ello (Mahler, 1958,
raro que sea el padre quien haya pasado algún momento deli- pág.146). No P,ay contraste entre el proceso priinario y 'el se-
rante. Pero si el delirio puede ser dado de golpe, al menos du- cundario. La fusión externo/interno impide la autodiferencia-
rant~ un tiempo, el niño no engullirá toda la creencia -esa ción y la separación.
creencia que hace que un sujeto pertenezca al discurso- que Estos niños no progresan en el investimiento libidinal de la
el significante paterno tiene por misión anclar en la nada. » madre. Rara vez exhiben una conducta perturbada en el primer
(Ibid. 2003; lo que figura entre corchetes es nuestro). año de vida, salvo en lo que se refiere al sueño; son de llanto
En la actualidad el diagnóstico del autismo pide, cuando fácil y talante hipersensible.
menos, uno de estos rasgos: La angustia de separación, que puede calificarse de angus:
tia de desintegración, les anega y lleva con facilidad al pánico .
1. Ausencia o deficiencia de la interacción social, espe- .La psicosis simbiótica representa, en lo descriptivo, un
cialmente con niños de la misma edad. grado menor del autismo; en lo estru~tural la fusión se impone
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36 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 37

a la evitación que caracteriza de manera dramática a los cua- bres o inexistentes. Todo ello desemboca en indiferencia o
dros frialdad afectiva. La psiquiatría clásica los describe como psi-
. autistas. cópatas fríos de ánimo .
b) El siguiente apartado comprende a la alexitimia pro-
LA ALEXITIMIA piamente dicha. Poseen las cuatro características que antes di-
jimos. Las indagaciones en su capacidad de respuesta fisioló-
Esos afásicos afectivos gica ante las emociones indican signos de hiperestimulación,
P. HARTOCOLIS situación inversa a la del grupo anterior. Al confrontarse con
situaciones proclives a desencadenar emociones responden
El término alexitimia procede de Sifneos 3 (1972) y engloba dando muestras de menor reserva funcional. El resultado es
un conjunto no excesivamente coherente de cuadros que tienen que las manifestadnnes fisicas se bloquean y quedan sólo en
en común un déficit afectivo profiJnd() -;' extenso que com- un nivel de incomodidad. Son incapaces de elaborar los dis-
prende el lenguaje emocional tanto en su vertier:zte verbal tintos afectos. Frente a la áusencia de sentimientos del colee:
como preverbal. tivo «a)», expresan trastornos en su detección y elaboración. '
Presentan cuatro características fundamentales (Blanco c) El tercer grupo lo integran sujetos que han completado
2003): el proceso de construcción emocional aunque de forma pato-
lógica. Son conscientes de lo inadecuado de sus emociones y
Incapacidad para identificar emociones propias y aje-
..... l.º de los problemas que esto desencadena. De todas formas, si-
nas. ; . túan las causas en el mundo externo ignorando su propia con.-
2.0 Dificultad para la expresión emocional. tribución.
3. 0 Pobreza imaginativa.
4.º Discurso vacío de ·contenidos emocionales y afectivos Muchos analizandos, a pesar de poseer un nivel mental
(Pensamiento operatorio (Marty 1963). alto, son incapaces de verbalizar las emociones o de sim-
Los alexitímicos tienen problemas a la hora de identificar bolizar sus experiencias. Lo que se refleja también en im-
las señales que emite el cuerpo corno indicadores de la emo- posibilidad de utilizar al analista para explorar su mundo vi-
ción. vencia!.
Blanco (2003) señala que el diagnóstico se ha vuelto cada La noción de alexitimia procura una herramienta valiosa
...vez más oscuro -quizás porque el campo que recubre es, par~ entender la solución de C<?ntinuidad entre afectos y len-
desde sus orígenes, impreciso-y abarca hoy al menos tres ti- guaje.
pos de comportamientos: Los pacientes que antes he mencionado sufren a menudo
de trastornos de la ingesta, utilizan drogas, alcohol y tienen
a) Un grupo ·que incluye a aquellos que no verbalizan los gran actividad sexud: l-üü alto grado de promiscuidad. Presen-
-sentimientos porque son incapaces de· e~~eB.mentarlos. Frente tan un fuerte componente masoquista. El denominador común
a situaciones impregnadas de emoción sus respuestas son po- es su dificultad en utilizar las palabras de manera simbólica.
para comunicar, representar y procesar sus emociones.
Como Ogden (1997) ha sugerido, el análisis debe ser con-
3 A (sin), lexis (palabras), thymos (afectos). siderado un intento de capturar/crear algo en el lenguaje que
38 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 39

sea significativo en relación con la experieQcia de estar vivo Krystal ( 1988) definió la alexitimia como la incapacidad
cpmo ser humano. Para algunos pacientes esto es imposible. de procesar o tolerar las emociones o de utilizarlas como se-
Actualmente existe un aumento de interés por el signifi- ñales. Comprende diversas categorías diagnósticas cuyo fac-
cado psicodinámico del lenguaje más allá de lo~ c,lásicos, tor común radica en las dificultades ·en la autorregulación
como fue el caso de Lacan. Así D. B. Stern 1983, Ogden 1986, del Self.
1997, Bollas 1987, Krystal 1988, McDougall 1989, Grotstein Grotstein sugirió que en la alexitimia el afecto en lugar de
1991, Mitchell 1993 y (Gedo, 1996, sin nombrar a la extensa ser traducido en el dominio del significado simbólico y ex-
representación francesa. presado en términos de sentimientos, intuiciones y empatía,
De manera casi simultánea aumentó la atención del psico- persiste como un discurso cuasi fisiológico/cuasi psicológico.
análisis hacia la fisiología y psicología de los afectos. También Ciertas personas carecen de palabras.. para expresar sus es-
algunos neurofisiólogos, como Schore (1994), se han ocupado tados emocionales, ya sea porque no son conscientes de ellos
más antaño por las conexiones entre emociones y lenguaje. o porque se siente-ü i-r::::~p:;ces de distinguir las emociones en-
La alexitimia pone eri evidencia aspectos por lo demás ob- tre sí. Arrastran dificultades a la hora de distinguir la ansiedad,
vios pero que no han recibido la atención que merecen. Por de la depresión, la excitación de la fatiga -como les sucede a
ejemplo, muchos analistas creen que el material no verbaliza- los niños de corta edad- o incluso la cólera del hambre.
ble procede siempre de los períodos preverbales y no tienen en Como han señalado Krystal (1988) y McDougall (1989),
cuenta que emerge en cualquier fase del desarrollo. En este tanto las adicciones como otra serie de actos impulsivos uni-
sentido se expresa D. Stern (1983) 'cuando afirma que: dos a ciertos trastornos alimentarios, ·a veces representan in-
tentos de procesar esas sensaciones inarticuladas, impensables
Considerar toda experiencia no formulada como inmadura y de carácter devastador que operan en la alexitimia.
significa ignorar los medios mismos por los que se consigue el Lo que a menudo confunde a los analistas y a los pacien-
acfo de verbalizar... Lo que se fo!·!'!!i..! l~ :ir..oviene de lo no-for- tes es que estos últimos parecen poseer un buen dominio del
mulado. lenguaje atl.nque presenten este trastorno. ·
Por mi parte creo que el alexitímico tiene una dificultad es-
Es decir, la fase inicial de todo proceso de pensamiento co- pecial en pasar de la representación de cosa a la representa-
mienza con lo no-formulado. ción verbal. Conviene tener en cuenta que la representación
En los últimos años la alexitimia ha sido reintroducida en verbal, con su connotación simbólica, entraña ante todo una
los medios psicoanalíticos por muchos autores que se desem- función comunicativa, que se hace tanto más necesaria al abor-
peñan en diferentes contextos: Krystal 1988, McDougall 1989, dar lo reflexivo: sentir y más tarde -pensar en lo sentido con
Gedo 1991, 1996, Grotstein 1991, Stolorow y Atwood 1992, distancia, es hacer del Self un objeto del pensamiento, ello
Lichtenberg et al., 1996. Pero antes del propio Sifneos habrá exige haber alcanzado la plena identidad del Yo.
que buscar antecedentes en los trabajos de Marty (1963) y en Barth (1998) refiere un bosquejo clínico a este respecto:
la llamada personalidad psicosomática de Ruesch.
- -· ..

Otros se refieren al concepto sin utilizar esta denominación María, profesional a comienzos de la treintena, que se em:
específica como D.. B. Stern 1983, D. N. Stern 1985, Ogden borrachaba y se purgaba a diario, 'en ocasiones varias veces en
1986, Bollas 1987, Taylor 1987, Ghent 1989, 1990, Demos un mismo día, vino a verme tras siete años de análisis que, se-
1993 y Bromberg 1994, entre otros. gún su relato había ido muy bien. Sin embargo, aunque podía
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •9J • • • • •
Nicolás Caparrós Un enfoque genérico de la Psicoparología 41
40

.explicarme con gran detalle cómo sus problemas vitales tenían Aquello significó un buen comienzo para un análisis que llegó
su origen en determinados fracasos parentales: un padre narci- a un feliz término.
. sista y una madre depresiva, seguia sieiioo-bulímica. Al mismo tiempo, en los alexitímicos opera lo que H. Se-
Parecía estar al tanto de su experiencia y hablaba .de la di- ga! denominó ecuación simbólica; la sesión analítica en estos
ferencia entre hambre oral y hambre gástrica y decía usar las casos no es un espacio transicional; por el contrario, la pala-
purgas y borracheras para evitar sus sentimientos de rabia. Con bra es un hecho, no un significado. El encuentro terapéutico
el tiempo, aprendí que María llamaba a casi cualquier emoción posee un significado concreto que no alcanza el rango de una
intensa rabia. exploración y análísis general de los significados. Estas ca-
Las borracheras se desencadenaban por cualquier senti- racterísticas llevan a considerar lo poco usual de su transfe-
miento y no sólo por la rabia: la soledad, inermidad, el vacío,
rencia. Parece lógico que ésta sea pobre en cualquier sentido,
e incluso por la felicidad o el placer. Deduje que la bulimia era
un intento de evitar sus sentimientos. en función de la confusión y escasez de sus emociones; pero
[... ] Mientras María y yo exploramos por qué era incapaz además en muchos de estos casos, la transferencia no es exac-
de sentir hambre descubrimos, entre otras cosas, que no tenía tamente una reviviscencia afectiva de conflictos que sucedie- '
conciencia de esas sensaciones, imágenes y pensamientos que ron antaño, sino la expresión emocional que se está ·creando
fuesen indicadores de hambre. Hicimos la pesquisa extensiva en el aquí y ahora. Tenerlo en cuenta significa que el come-
a otros sentimientos con idéntico result~d9. tido del analista es sobre todo poner nombre y señalar lo que
está ocurriendo puntualizando que posiblemente se trate de
'Esta falta de conciencia de las · emociones, viene descrita una novedad cotn.Q experiencia. Los afectos son substancias
también por Ogden (1986). como ausencia de control y la sen- concretas que necesitan ser excretadas de la conciencia. '
sación afín de que los propios sentimientos han sido coloca- Las interpretaciones del significado simbólico de su con-
dos ahí por una fuente externa. . . ducta, de los síntomas o de los sentimientos, tienen pocas con-:
También diría que el registro de lo verbal no llega para secuencias, no poseen demasiado alcance y puede ser aconse-
completar e integrar en su seno a las emociones, sino que apa- jable sustituirlas por numerosos señalamientos. Se ha de tener
rece como yuxtapuesto. Pero, además en-larase preverbal del en cuenta que si un significado no alcanza aún el rango de lo
desarrollo estos niños han de haber sufrido una ausencia de la verbal no existe en la forma en que podamos reconocerlo y si
función interpretativa materna que permite discriminar en pri- no está dentro de la capacidad del leguaje su representación no
mera instancia, incluso en ausencia de palabras, las qualia adquiere significado.
·-émocionales. La paciente de Barth, como tantos otros, sólo al- El lenguaje no estructura por sí mismo, pero puede distor-
canzaba a discriminar un registro básico y limitado de emo- sionar la experiencia y en todo caso nos mantiene atados al en-
·ciones y se podría decir que éstas no habían pasado por el fil- torno.
tro de la función interpretativa materna. En estas circunstancias, el simple interés del analista por el
_ Tuve en una ocasión un paciente 'que se decía deprimido, mundo de estos pacientes sirve más que las tradicionales in-
pero ni su actitud rii el contenido de sus relatos lo 'denotaban. terpretaciones. Cuando el terapeuta se sitúa en posición de au-
Le sugerí que acaso su verdadero sentimiento fuese la irrita- toridad sobre la experiencia del paciente, el sentido del control·
ción, ~adiendo que había muchas maneras de sentirse mal que de éste peligra; al mismo tiempo, cuando un paciente tiene di-
.no eran 'depresiones. La cara se le iluminó al reCibir un nom- ficultad en encontrar palabras para asir y expresar una expe-
bre con el que poner orden a su nebuloso mundo emocional. riencia, si el analista consigue hallarlas sirve de gran ayuda;
42 Nicolás Caparrós
Un enfoque genético de la Psicopatología 43

resulta clara la función vicaria sobre la insuficiencia materna


que éste realiza en tales ,casos. '. '! '
corporales; en ese desequilibrio las emociones desempeñaban
un importante papel.
~ Las interpretaciones no clivadas tal y como E. Pavlosky
Siglos más tarde, Cicerón (103-43 a de C) decía sin ambi-
(1970) señaló hace años y más recientemente Bollas (1987) y
güedades que las dolencias físicas acontecen a causa de facto-
Renik (1993) son muy útiles en el sentido de troquelar un pro-
res emocionales. Ibn Sina (Avicena 980-1037) mantenía tam-
ceso analítico de pensamiento. Interpretaciones formuladas en bién una postura similar.
términos .tales como siento que ... pienso que ... no sé sí, pero ...
El término psz:cosomático, según J. Nemiah, .parece haber
- Al prestar atención a pequeños detalles, analista y paciente
sido inventado por .el poeta inglés Colerjdge a finales del si- ·
pueden dotar de sentido de modo conjunto ' a la experiencia
glo.' xvm; SÚ ; paternidad "s'e ·_ disputa~ 6.ó.p. . Ia·.-~(lé( psiqüi<ttta .
fundante que ambos viven. · - . . · . (1773-~ - ~-·····1·
··'"· ·por
---· F··
· .
Hemroth . ~ .. 1 ; !'! 12ncafü.
lR11.1'i . · ur1 izado reud.
Ello no obsta para que a medida que el proceso avanza sea
· E. Glover fue, quizá, el primero en emplearlo en el campo
importante explorar con tacto los significados simbólicos. De
psicoanalítico. Manifestó. que las alteraciones psicosomáticas
este modo, nos remitimos ·a los tramos que Ogden (1986) re-
carecían de contenido psíquico y por lo tanto no podían ser in~
comienda para las diferentes fases de terapia de la esquizofre-
cluidas dentro de las psiconeuros.is, .Gloyer.(lñadfü_q~e . en las
nia que discl¡Ire desde el llamado pensamiento prerreflexivo al
neurosis actuales el peligro consiste ·en que liÍla exéitación no . . ·
nivel simbólico q~e veremos más adelánt~. ,
descargada, originada en el Ello, sobrepasa al Yo, que resulta
Analistas como Krystal (1988) sugieren que-los afectos anegado por la angustia.
amenazadores no verbalizados deben ser nombrados, de ma-
Ferenczi acuñó el término patoneurosis para referirse a las
nerá que los pacientes vayan tolerándolos y aprendiendo a pro-
cesarlos en palabras; otros, como Lichtenberg (1996), son más neurosis que son consecuencia de enfermedades somáticas.
Abraham estudia los tics y la eyaculación precoz.
cautos y prefieten mántdnerse en los horizontes del paciente y
O. Fenichel dirá años después que las patoneurosis pre-
nombrar sólo aqueflo de lo que éste es consciente.
sentan reacciones que a menudo parecen psicóticas y en ese
sentido cita a H. Meng (1934), que cteó el término patop-
sicosis.
Los TRASTORNOS, PSICOSOMÁTICOS G. Groddeck (1866-1934), desde su peculiar posición que
tantas emociones encontradas ha despertado, debe ser men-
Come poco y cena más poco. cionado en este bosquejo. Su concepción de la enfermedad
Que la salud del cuerpo se fragua en la ofi- como reacción física ante el · trauma, merece ser tenida en
cina del estómago.
1 ' D. QUIJOTE
cuenta; es también una expresión de· las desconcertantes fuer-
zas del Ello.
La influencia que ejerció en S. Ferenczi fue notable.
Breve apunte histórico Actualmente el concepto patoneurosis se emplea en un sen-
tido mucho más restringido que el que le otorgó Ferenczi; 1

La visión holista de la enfermedad fue •considerada en la ahora se aplica a personas que presentan situaciones de an-
antigüedad por Hipócrates (440-377 a de C.); la enfermedad siedad en relación con el cuerpo o con lesiones no importan-
es una pérdida de la armonía que observan los cuatro humores tes del mismo. Existe una sobrecarga narcisista de la zona que
es objeto de preocupación.

•••••• ••••••••••••••••••••••••••
,
i
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44 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 45

A diferencia de las organoneurosis no es el cuerpo lo que Comienzan los nuevos tratamientos. Basada en la regresión
~nferma sino que nos encontramo5 aÜtc;- uli' trastorno del es- psicofisiológica Margolin (1953) creó la terapia anaclítica
quema corporal. mediante la cual impelía a que los pacientes hospitalizados re-
O. Fenichel (1945) fue uno de los primeros críticos de lo gresasen a condiciones de intensa dependencia, que satisfacía
que llamamos «hecho psicosomático», era remiso a utilizar tanto a sus deseos verbalizados como a los preverbales. La ra-
esta noción con el argumento de que induce a un falso dua- zón básica de esta orientación estaba en la constatación del
lismo. Toda enfermedad es' en mayor o menor medida psico- fondo extremadamente arcaico del conflicto psicosomático.
somática, volviendo·así a la tradición hipocrática. M. Schur (1955) observó la existencia de elerrientos narci-
Según este autor los afectos inconsciente·s desempeñan un sistas y pregenitales en estos cuadros así como serias altera-
papel preponderante en la formación de síntomas somáticos. ciones de las funciones yoicas e intensa regresión de funcio-
Tales afectos, o equivalentes afectivos, pierden a veces su con- nes fisiológicas sin que ello excluyese fantasías latentes con
tenido mental mientras permanecen los correlatos fisiológicos. significado tales como el castigo ejercido por un objeto inter-
Está idea será recogida inás tarde por Alexander y la Escuela nalizado. Apuntó que la régresión no sólo sucede en la esfera
de Chicago que conectaron el concepto de neurosis actual con psíquica sino también en la fisiológica.
el de conflicto inconsciente en diversos niveles del desarrollo Kohut, como bien señala Hartocolis (2002), se refiere a las
y con distintas estructuras de la persoria.lidad. neurosis actuales tal y como las concibe Freud y no a los tras-
Ernst Simmel ( 1945) apuntó la importancia de la pulsión tornos psicosomáti<.:os en ia manera en que vienen definidos
de muerte en la patología orgánica~ : 1. , ,
por los postfreudianos, cuando manifiesta que existen cuadros
La medicina psicosomática se conságra con F. Dumbar que carecen de contenido psicológico más allá de su ansiedad,
· (1943), quien señala que los trastornos psicosomáticos están caso de las neurosis de angustia, o más allá del dolor y la fa-
cargados de significado simbólico y proceden de un afecto que tiga como en la conocida neurastenia. Hartocolis apunta,
se expresa de forma inadecuada y que crea tensión crónica, igualmente, que salvo Glover y Garma, ningún otro psicoana-
interacciones negativas y finalmente aano- orgánico. Basado lista que se interese por lo psicosomático hace referencia a la
ante todo en observaciones sobre la conducta, D,umbar -que ansiedad, en su lugar menciona la tensión o el afecto escasa-
fue ca-fundador de la Sociedad Americana de Psicosomática- mente verbálizado.
describe perfiles de trastornos de este tipo, entre otros los de En España -puesto que Garma ejercía en la Argentina-,
_los enfermos coronarios. Poco después F. Alexander (1952) la el primer practicante de la medicina psicosomática fue J. Rof
dota de un cuerpo teórico coherente. Pero su escuela, más que Carballo ( 1949) ;quien dirigió . por entonces un curso de esta
el propio Aiexander, formula unos trazos psicosomáticos rígi- materia en el Servicio de Medicina Interna de C. Jiménez
dos y mecánicos que nada tienen que ver con la clínica. Así un Díaz; escribió después diversas obras entre las que destaca Ce-
ulceroso por su propia idiosincrasia, no podía ser alérgico. rebro interno y mundo emocional (1952) y Teoría y práctica
_ R. Grinker '1953 siguió la noción de conversión pregenital psicosomática; sus trabajos no caen dentro de la órbita psico-
ya utilizada por Fenichel en relación al tartamudeo, los tics y analítica.
el asma bronquial y propuso que los impulsos pregenitales ta- A. Garma, ya desde el psicoanálisis -1950-1957-, in:
les co):'Ilo la agresión y la dependencia oral se convertían, a tra- vestigó la úlcera gástrica con la óptica kleiniana.
vés del sistema nervioso autónomo, en disfunciones de los ór- En la década de los ochenta, el Círculo de Estudios Psico-
ganos internos. patológicos de Granada emprende, una serie de investigacio-
46 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 47

nes sobre este campo llevadas, entre otros, por J. M. López gran velocidad. Probablemente, los protagonistas de estos he-
• ·Sánchez, M: Martínez Lao, M. Martínez García de Castro y chos padeciesen también una depresión esencial de la que sólo
J. Piñero León, donde confluyen una serie de perspectivas di- podían salir puntualmente a través de intensas emociones.
ferentes, aunque el' lugar reservado al psicoanálisis es funda- La Escuela de París hace reiterada·s referencias a la desor-
mental ganización del aparato psíquico en el hecho psicosomático
En Francia los trabajos de Alexander son reinterpretados pero en vez de relacionarlo con algún agente bioquímico pro-
por P. Marty a partir de los sesenta. Alrededor de este autor, ducido por una mala práctica sexual, como hace Freud a pro-
M. Fain; M'Unzan y Ch. David constituirá_n la llamada Escuela pósito de la neurastenia, lo pone en conexión con una regre-
Psicosomática de París. Interpretan los síntomas somáticos sión a fijaciones que sucedieron en procesos de tipo patológico
como resultados de defensas yoicas más_arcaicas que los me- durante la etapa intrauterina o a la relación que mantienen las
canismos propios de las neurosis. Una de sus hipótesis distin- pulsiones eróticas con las thanáticas.
tivas es que los pacientes psicosomáticos exhiben un tipo de Fain (1966) insiste en la regresión a un sistema yoico pri-
pensamiento, llamado operativo, carente de representaciones mitivo de defensa, mienl:ras que de M'Uzam (1974) atribuye
conscientes e inconscientes. La razón de este estado de cosas las deficiencias de los pacientes psicosomáticos a un fracaso
es atribuida a un preconsciente defec;tual incapaz de mediar en- en la satisfacción de necesidades alucinatorias en la infancia.
tre los otros dos espacios y por lo tanto sin posibilidad de pro- Marty llega a acuñar el diagnóstico de neurosis de la con-
porcionar las defensas adecuad~s ante los traumas. De talma- ducta en el que-h•'::foy~ ?. sujetos con potencialidades psicoso-
nera que los afectos intensos vienen expresados en máticas y a ciertos trastornos borderline. Para este tipo de pa-
experiencias somáticas huérfanas de significado simbólico. cientes postulan como terapia la reconstrucción de sus afe.{;tos
Marty añade además que la depresión representa un meca- más que la reviviscencia de experiencias conflictivas en la at-
nismo psicológico de primer orden para explicar la desorgani- mósfera transferencia! psicoanalítica.
zación psicótica, lo que implica una relación ·obligada con la· Habrá que trasladarse después a Boston en los años setenta
neurastenia ·y sti representante actual el Síndrome de fatiga.
1
con Sifneos y Nemiah y con ellos a la .noción de alexitimia,
crónica. J. M. López Sánchez (1985) señala, con sentido so- felizmente descrita por Hartocolis como una afasia afectiva
cial, que la descripción del pensamiento operatorio y la eclo- que· se evidencia en pacientes psicosomáticos que son incapa-
sión de la novela objetiva suceden en el mismo lugar y época. ces de verbalizar sus sentimientos.
Además se produce también el nacimiento del Teatro de Van- Sifneos ( 1996) ha señalado que la alexitimia predispone al
guardia ~e Beckett y Ionesco, donde reina por-doquier este tipo síndrome de fatiga crónica. Distingue entre una alexitimia pri-
de pensfilniento. En los personajes de sus historias «asistimos maria, relacionada con disfunciones cerebrales, y otra secun-
-dice López Sánchez- .a una especie de presentización daria, causada por alguna experiencia de tipo traumático. Ne-
donde el pasado y el futuro han d ~ ~ ap a:-ei;ido, de 'ahí el absurdo miah recomienda que estos pacientes sean enseñados a
de esas existencias, su falta de solidez humana y su ahistorici- identificar emociones sin entrar en técnicas interpretativas.
dad.» La depresión esencial de Marty aparece una y otra vez Reitero aquí las peculiaridades transferenciales que ya señalé
en la entraña misma de esos personajes. a propósito de estos casos. •
En otro orden de cosas, hace algunos años surgió en Ma- En otras corrientes a los aportes psicoanalíticos se les unen
drid la trágica moda de conducir en sentido contrario por las los pavlovianos y los fenomenológicos y, más modernamente
autopistas de las inmediaciones lanzando además los coches a aún, los bioestadísticos.
••••••••••••••••••••••••••••••••
48 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la P$icopato!ogía 49

La línea que arranca en Sechenov y Pavlov, que se deno- En este mismo sentido se expresa recientemente B. Shapiro
mina medicina córtico visceral, tiene en España su represen- (2003) que refiere casos con una intensa escisión entre lo so-
lante de más peso en A. Colodrón. , ,1 mático y lo psíquico. Muchos de estos pacientes separan las
La fenomenología, . a través de M. Boss (1959), produce el respuestas emocionales de las fisicas.
Daseinanalyse, que alcanza gran notoriedad sobre todó en Ale- Los niños aprenden primero a regular los estados psicofi-
mania y Suiza, en este campo figura también, como es sabido, siológicos internalizando una buena relación diádica. Se for-
L. Binswanger. , man entonces (Schore 1994) vías neurológicas que afectan a
·· A pesar de las conclusiones que presenta la escuela de Ale- todos los aspectos· del sistema nervioso, incluyendo el sistema
xander sobre la especificidad de los perfiles -psicosomáticos y nervioso autónomo. La autorregulación implica la regulación
de las divergencias que mantienen sus sucesores, han quedado de este último. La hipersensibilidad del sistema nervioso au-
como elementos comunes de esos inválidos de lo imaginario tónomo tiene por consecuencia una escasa tolerancia a las sen-
(Sami-Ali, 1980) el concepto de pensamiento operativo saciones, incluso lo táctil puede llegar a experimentarse como
(Marty, 1963) y la noción de alexitimia (Sifneos, 1973). doloroso. Al mismo tiempo, una madre bien intencionada péro
Si el pensamiento operatorio, el pe11s~miento de la eficacia con el ánimo deprimido atiende en estos casos a las necesida-
1

del hacer, debe ser contrapuesto de algunamanera al pensa- des de tipo fisico, pero pasa por alto a las psicológicas. De esta
miento llamado conceptual, menos inmediatista, más dado a forma, la expresión a través de lo somático se convierte en un
trazar hipótesis y teorías que a resultados fácticos, hay que modo de comunicación en la díada.
pi;eguntar si encarna algo esencial en lo psicosomático. ¿Es un La separación y el complejo de Edipo, resultan algo insu-
estilo innato o viene adquirido de forma muy precoz en el des- perable si no se ha alcanzado previamente la autorregulaciE>n.
arrollo? Algunos, como P. B. Schneider (1976), piensan que es El niño siente rabia pero teme al mismo tiempo dañar a su ma-
una defensa que aparece en el período de latencia, como un dre, vivida como un ser frágil. Las manifestaciones agresivas
medio de luchar contra la ·erotización. se trasmiten entonces por los canales de lo somático y de lo
S. Stephanos (1980) afirma que el paciente psicosomático .masoquista. - ..
mantiene un vínculo patológico con la figura materna vivida No todo son consensos, para M. Sapfr (1996) no existe hoy
como objeto omnipotente. -La ausencia de un objeto transicio- una prueba c_onvincente que relacione el pensamiento opera-
nal en estos casos puede conducir a una expulsión de objetos tivo con la enfermedad psicosomática. Hay pacientes de este
internos y, al mismo tiempo, a una deslibidinización del apa- tipo que poseen un pensamiento de tipo operatorio, pero tam-
·- rato psíquico. bién hay sujetos .sanos con esta clase de pensamiento.
La escisión 1entre psique y soma, fenómeno que nosotros he- En dos de sus obras (1976,' 1980) P. Marty introduce la no-
mos descrito a propósito de la anorexia (Sanfeliu, Caparrós 1997) ción de depresión esencial, a la que ·y a hemos aludido y la re-
es, como ya señaló Winnicott (1989), un fenómeno regresivo laciona con el llamado pensamiento operatorio:
que se pone en marcha mediante fuerzas arcaicas que operan
La depresión esencial que acompaña regularmente al pen-
-en la organización defensiva del individuo. La enfermedad psi- samiento operatorio traduce el descenso de tono de las pulsio-
cosomática es así el resultado de un debilitamiento del vínculo nes de vida a nivel del funcionamiento mental. Se la califica
soma-psique o una escisión defensi v~ ante...un sentimiento ge- de esencial en la medida en que el descenso del mencionado
neralizado de persecución que proviene de un mundo repu- tono se encuentra en estado puro, sin correlato sintomático, sin
diado. contrapartida económica positiva. [ ... ] La desorganización de
bl
Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 51
50

las raíces del aparato mental da lugar al pensamiento operato- La hipocondría se deriva de una estructuración peculiar del
rio, uno de cuyos elementos está constituido por la depresión esquema corporal.
esencial (P. Marty, 1980).
El hipocondríaco se defiende de la angustia, una normal re-
Por su parte, Sami-Ali (1980) se coloca en una posición lación con los objetos externos y se retrae sobre sí mismo es-
tableciendo relación sólo con su propio cuerpo (M. Martínez
distinta y, como veremos también a propósito de Sifneos, es- García de Castro 19854).
tablece un vínculo entre la inhibición de lo imaginario y la en- ·
fermedad psicosomática. Existen interpretaciones delirantes con base en las sensa-
Sifneos (1973) caracterizó la alexitimia como una limitación ciones normales de la cenestesia. Se tratan de delirios forma-
de lo imagi,nario, con la presencia de un lenguaje esencialmente
dos a partir de representaciones de órgano. Como veremos des-
descriptivo y la propensión a actuar. Estos rasgos se encontra-
pués, desde su estructura profunda, son algo bien diferente a
rían también en los pacientes psicosomáticos. Entre las etiolo- la patología psicosomátiéa.
gías invocadas está la neurológica, que sugiere la discordancia
Los llamados padenct:s psicosomáticos siguen, a pesar de
entre los dos hemisferios o la agenesia del cuerpo calloso. todo, constituyendo un grupo enigma, tanto por los problemas
La alexitimia aparece también como factor coadyuvante en
que suscitan como por la actitud perpleja con la· que a veces
las adicciones. · .· . llegamos a ellos. Creo que uno de los obstáculos, quizá el prin-
Hay que mencionar por último el texto de Anzieu El yo piel
cipal, reside en acercarse al «hecho psicosomático» con un re-
(1985), que M. Sapir considera una 'o bra psicosomática por ex- ferente dualista, en este caso desde el binomio soma/psi€iue.
celencia. ' La situación se puede despejar bastante, aunque pierda en con-
vicción intuitiva, si en una perspectiva monista consideramos
Llega la palabra --escribe Sapir- lo dicho sobre lo sen-
al nivel de integración psíquico como una estructura emer-
tido e imaginado, palabra ya defensiva, que se ciñe a describir
lo que la mirada ya ha percibido, ya emotiva cuando da cuenta gente de la interacción biosocial.
de una sensación agradable o dolorosa, imperceptible para el
otro. Palabra metafórica que liga una actitud a una representa-
ción. En esos tres casos, esquemáticamente descritos, se trata La estruetura psicosomática
de la misma.palabra. Las palabras pronunciadas pertenecen a
idéntico lenguaje, pero en cada uno de los tres casos, las pala- Tenemos ·ante nosotros una verdadera torre de Babel que
bras escogidas para la expresión no son siempre las mismas. procede en parte de que muchas de las entidades clínicas que
[ ... ] No sé si he sido lq suficientemente claro para que se me se contemplan en este espacio fueron descritas en períodos his-
entienda la siguiente hipótesis: la palabra en su origen filoge- tóricos distintos: neurastenia, neurosis actuales, neurosis de
nético es una secreción-expresión; secreción como las lágrimas angustia, patoneurosis, patopsicosis, alexitimia, depresión
o la saliva, pero también expresión, ya que es asible'por el otro,
esencial, conflictos psicosomáticos e inclusive para algunos la
contrariamente a las secreciones internas. [ ... ] En cierto sen-
tido, el hombre se ha alienado con el lenguaje; la especificidad propia hipocondría y no creo haber agotado la relación.
de cada lengua se inscribe en lo inconsciente. [ ... ]mi hipóte-
sis es que la raíz del lenguaje proviene del cuerpo.» (Sapir,
1996, págs. 25-27). 4
En J. M. López Sánchez (1985), págs. 170-173.

. . ,.
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Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 53
52

Cada perspectiva produce su propia nosografia y esto se En dos obras fundamentales de Freud: El porvenir de una
cumple incluso en el seno mismo del psicoanálisis .donde pro- ilusión (1927) y El malestar en la cultura (1930), surge la idea
liferan las escuelas. de que el Superyó y el ideal del Yo impregnan tanto la per-
A pesar de todo trataremos de establecer algún orden. cepción como el juicio de realidad, que es función del Yo. Los
D. Liberman (1986) refiere de manera sucinta que a lapa- pacientes psicosomáticos manifiestan una importante patolo-
tología psicosomática subyace el fracaso simbólico. gía del ideal del Yo. Existe un vínculo .- dirá Liberman- a la
-· Desde un punto de vista puramente descriptivo se califica vez místico y simbiótico entre esa parte del Selfhiperadaptada
a estos pac~entes de sobreadaptados forma/e~ a las exigencias a la realidad y un ideal del Yo tiránico. Las personas que les
del medio. A mayor abundamiento, estimulan a los demás a exigen son automáticamente idealizadas, pasan a encarnar la
que descarguen sobre ellos sus responsabilidades. mencionada instancia.
En fiase del referido Liberman, padecen de cordura . Su re- El control pulsional y la renuncia a la pulsión, que Freud
conocida hipereficacia asienta sobre una fantasía de omnipo- describe cuando aborda uno de fos efectos de la cultura en el
tencia. La quiebra somática repres~P..t!l 11N1.JUptura de la ele- sujeto, se convierten en un hiato, en un corte del vínculo con
mental homeostasis. lo corporal, incapaz de ser representado, que deviene en ese
Si se nos permite la expresión, es el cuerpo el que con sus desconocido de imposible acceso. ¿Qué falla estructural no ha-
síntomas emite un grito humano que t:;l·· aparato psíquico ha brá de poseer ese Yo que siendo ante todo corporal en sus orí-
al¡ogado hasta el momento; en lo II?-ental el lenguaje simbólico genes, un derivado de las sensaciones, ignora en gran medida
se constriñe, queda la expresión primaria del cuerpo. su traducción simbólica?
El cuerpo biológico posee una histoiia que se inscribe a El siguiente diagrama, tomado de Liberman, ayudará a des-
partir de su genética. Sus características inmunológicas atesti- pejar alguna de ·est::-c:: !:nr.ñenitas.
guan también la sucesión de agentes infecciosos que ha su-
frido. Sus señales de identidad le permiten en todo momento
identificar las características de este sistema inmunitario y de l. Visual 6:·. Kinesia
librar a sus células de las agresione-s. El grado de equilibrio de 2. Auditiva 7. Cenestesia
las diferentes funciones: digestiva, cardiorrespiratoria, hepá- 3. Táctil 8. Térmica
tica, cerebral, etc., sintetiza todas las pruebas por las que pasó,
los esfuerzos a que han sido sometidas y las lesiones recibidas 4 . Olfativa 9. Dolor
1
en la vida c,liaria. 5. Gustativa 1O. Equilibrio
La historia psicosomática está registrada en los surcos crea-
dos por las vivencias que se repiten. A veces se constituyen ba-
rreras que impiden la inscripción somática del placer, del do- Percepciones internas y externas (Liberman 1996)
-lor, de las emociones y su repercusión sobre los distintos ór-
ganos queda exenta de su connotación afectiva. La columna de la izquierda integra los canales exterocep-
También existen -como hace ¡1ct-::r --Célerier (1997)- tivos; la de la derecha, corresponde a áreas enteroceptivas que
traumas psíquicos cuya violencia y el tiempo en el que acon- trasportan los estímulos que proceden del interior del orga-
tecen impide su metabolización, yacen fuera de la memoria, nismo. La línea que divide las columnas representa la superfi-
del lenguaje y sólo el cuerpo conserva su huella. cie del Yo, que ha de negociar con ambos campos.
tJ
54 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatol ogfa
55

Es importante decir que tanto lo ambiental (cultura) como tanto los aspectos emocionales como los corporales, lo que
.Jo somático (el cuerpo) son exteriores al aparato psíquico y contrasta con la rigidez de la madre del organoneurótico. Ade-
que es el proceso de simbolización quien los imprime en él. más el sistema madre-bebé se altera antes y más profunda-
El Self corporal sojuzgado (que comprende las áreas 6 a 1O) mente en el autismo que en el trastorno psicosomático.
se desenvuelve con Un mínimo de inscripción en el aparato El proceso de mutua alimentación que tiene lugar en la rela-
psíquico, no sucede así con las áreas perceptuales. ción normal madre-hijo no es en modo alguno armonioso, ni está
-· Una profunda dificultad materna para desarrollar funciones exento de desajustes. El bebé necesita a la madre y aprende de
receptivas y empáticas hacia las emociones primarias del bebé ella, pero ésta también aprende con el hijo y del híjo. Los pape-
altera la simbiosis evolutiva normal -e.l sistéma madre-bebé . les son diferentes y complementarios y no pueden caracterizarse
que se corresponde con la ·posición aglutinada-. Estos riiños desde el punto de vista simplista por el que la madre es la sola
polarizarán en el futuro su atención hacia el objeto, en detri- poseedora del conocimiento que proporciona al niño. El mode-
mento de la percepción de sus estados internos. E/ icuerpo de- lado que estas macirt:s trata_n de realizar con sus bebés choca con
viene en ese desconocido que nunca ha sido libidinizado de su ansiedad que las incapacita en mayor o menor grado para es-:
manera cabal. " ·' . . ' ~ · ·. ·: · ·. ·: ·· tar, observar, sentir y ofrecerse; ninguno de estos cometidos
. El fracaso materno se remonta a .épocas muy tempranas. guarda relación con el conocimiento y menos con la imposición
Fueron niños privados de contacto corporal con la madre, aten- apriorística de un modelo surgido de no se sabe qué fantasía.
didos de manera formal en las necesidades básicás pero priva- La. sobreadaptación temprana pretende compensar el des-
dos del exceso lúdico imprescindible para la evolución infantil. cuido de lo somático.
Han sufrido una escasez más o menos radical de las satisfac- Conviene desde el principio hacer una diferenciación entre
ciones derivadas de la sensibilidad kinesteslCa, déficit de expe- la llamada «enfermedad psicosomática» y otros cuadros psi-
riencias de balanceo y sostén, de la sensibilidad táctil y escaso copatológicos que interesan al cuerpo cuya relación hemos he-
contacto piel a· piel. También tuvieron pocas experiencias orales cho al principio de este apartado.
del tipo del chupeteo. Madres, en fin, acuciadas por la urgencia, La primera se expresa a través del sistema nervioso neuro-
la falta de empatía, la asepsia ordenada y fría de la atención al vegetativo. La conflictiva, y en su caso el déficit, se traducen
bebé. El formalismo que observan con respecto a lo corporal- a un código visceral. Son pacientes que mantienen escasa em-
infantil termina en un olvido del cuerpo auténtico de éste. patía con su cuerpo e ignoran en lo, posible sus síntomas. Hay
Liberman señala a este respecto que la actitud materna in- casos en que .éstos presentan una reacción hipocondríaca que
vierte los .papeles ·de la simbiosis normal [en el sentido de hay que separar µel cuadro de .base. ·
Mahler] y será el hijo quien deba satisfacer las necesidades in- · Liberman cita a este respecto un caso muy ilustrativo: un
ternas de aquélla, mientras que' sus propias exigencias perma- ulceroso [psicosomático] puede estar preocupado [hipocon-
necen sin contención. ' dría] porque su úlcera se convierta en cáncer y sucede enton-
Son madres que en lugar de acompañar y promocionar el ces la paradoja de~qu_e desatienda ésta y se preocupe de un cán-
desarrollo del bebé lo modelan sobre la base de un bebé ideal, cer que no tiene.
un bebé pensado más·allá de la experiencia, en una fantasía en Por su parte, la conversión: transposición de un conflicto
la que no tiene cabida la sorpresa. psíquico en síntomas somáticos, presupone una elaboración
La diferencia entre éstas y las madres de autistas consiste, con su significado simbólico a un modo de expresión corpo-
sobre todo en que las últimas carecen de reglas y desatienden ral de representaciones reprimidas.

•••••••••• •••••••••••••••••••• -~ ~
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .
56 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología
57

Crece la' sospecha de que zonas del propio ·cuerpo no in- graves, se muestran incapaces de experimentarlos. Pueden lle-
vestidas dejan puntos ciegos en la representación psíquica de gar a padecer una auténtica alexitimia, como efecto de esa in-
"éste que se convierten en lugares frágiles. tensa supresión afectiva.
D. Anzieu (1974) .ha estudiado el proceso de identificación En muchos casos se registra la forclusión de la representa-
a través de la noción Yo"-piel, que coma \;un.ciencia de sus lí- ción misma del conflicto interno.
mites al ser contenido por los brazos maternales y al mismo La violencia pulsional contenida, el afecto suprimido y la
tiempo construye una representación de sµ Yo. Más tarde identidad cristalízada dan una apariencia de falsa normalidad
-(1984), añade que, en un segundo paso, una prohibición de to- similar a la descrita por Winnicott (1960) en los sujetos con
car impulsa a estas,madres a imponer a su·hij9 una distancia falso Self.
que no siempre permite que éste se apegue a otros objetos. Basch-Kahre (1985) afirma que el bebé proyecta sus frag-
mentos caóticos, producto de una excesiva escisión en la ma-
dre; en circunstancias normales ésta los contiene e integra· en
¿ p,or que' somatzzar.
. ? •¡- ¡1. configuraciones sensoriomotoras que el niño podrá introyec-
1 1 tar. Si fracasa, los fragmentos caóticos prevalecen creando una
La capacidad de so matizar .depende de la prevalencia de gran tensión que el bebé resuelve proyectándolos en su propio
ciertos funcionamientos arcaicos y de· la.fijación a determina- cuerpo, con la consiguiente manifestación psicosomática.
dos traumatismos. Un trauma causa su propia lesión y reactiva Tanto el pensamiento operatorio como el emocional sensorio-
tl't1 modo de funcionamiento más temprano~ · motor pueden ser- fra-gmentados por intervención de esta esci$j,ón
Veamos algunos rasgos y constelaciones de rasgos que in- sin fin. La barrera contra los estímulos, que Mahler describió
ducen a la expresión psicosomática. en 1961 no es inÍlata, ha de ser creada y el funcionamiento caó-
Para determinados sujetos todo problema debe ser canali- tico no contribuye a ello.
zado hacia la acción para ·evitar el dolor que la frustración po- El modo de operar psíquico se aleja progresivamente del
dría 'depararles. El malestar desemboca en la actividad a lama- · corporal pero el vínculo psicosomático guarda la impronta de
nera de un cortocircuito, sin el Jránsito intermedio por el la etapa arcaica cuando ambos estaban unidos.
proceso reflexivo. Son seres a los que el tiempo libre suele A cada estilo de funcionamiento psíquico le corresponde
proporcionarles problemas y han de llenarlo con deportes o un perfil psicosomático. Podemos describirlo así de manera
quehaceres realizados siempre de manera compulsiva. La es- sucinta:
-- ·c uela francesa de psicosomática, con Marty ( 1980) y de En la histeria la manifestación corporal de un afecto apa-
M'Uzan (1963), llamó vida operativa a este tipo de existencia, rece en primer plano y si la representación de la causa de aquél
que se corresponde en la esfera del comportamiento al pensa- se reprime, el compromiso entre el deseo reprimido y la pro-
miento del mismo nombre. Obstinados, exigentes; las cosas hibición que pesa sobre su satisfacción se traduce a veces a tra-
han de fluir siempre según sus deseos. Cuando este estilo vi- vés del cuerpo como conversión.
- tal encuentra una resistencia seria aparecen los estallidos, au- En la neurosis obsesiva la prohibición de la satisfacción
ténticas explosiones agresivas. La somatización surge también pulsional se expresa en la tendencia a dominar el cuerpo de
a la manera de un raptus o como equivalente del mismo. la misma forma en que se hace con las ideas, La ritualiza-
Fuera de estos, la supresión actúa con dureza sobre los ción invade las funciones corporales a través de regímenes
afectos hasta el punto de que estos pacientes, en circunstancias estrictos, del control de la defecación, de la gimnasia, del
58 Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 59

abuso de la ortodoncia. Las consultas médicas pueden ser in- En resumen, el vínculo psicosomático se caracteriza por
numerables. desinvestir al cuerpo ·1::n proporción varia. Sobre él, y con el
En la fobia aparecen actitudes evitativas a nivel corporal y único lenguaje de que dispone, se desarrollarán entonces pa-
reacciones masivas cuando la evitación resulta imposible: ma- tologías psíquicas de la más diversa índole, desde la simple
reos en avión o en barco muy acentuados, respuestas ante la neurosis a la más severa de las psicosis.
tensión de tipo desmesurado. En las manifestaciones alérgicas
~ste exceso alcanza alveces dimensiones muy llamativas. Cé-
lerier describe la alergia al pelo deT gato que se desencadena
ESTEBAN
en ciertas circunstancias por la simple visión' del mismo.
En las perversiones se .sabe que la satisfacción sólo puede
ser obtenida mediante el dominio sobre un objeto de la reali- Esteban padece una colitis ulcerosa desde hace varios años
dad que participa en la relación masoquista, el fetiche. La re- · que recidiva de manera periódica.
lación perversa entre el sujeto y su propio cuerpo queda esta- Le fue recomendado seguir un tratamiento analítico comÓ ,
blecida de manera análoga cuando el ctierpo, considerado complemento a la atención estrictamente médica que recibía
como objeto de satisfacción, no es vivido como representación hasta entonces.
del propio sujeto. ·.: · Produce la impresión de estar contenido, con un intenso
Célerier sostiene en una línea P3!ecida a la nuestra5 que sus control de sus emociones. En el curso del tratamiento esa
necesidades pueden llegar a ser negadas como si fuere un ob- primera visión se sustituye por otra: parece no experimentar
jeto externo y las privaciones subsiguientes terminan por po- afectos, sus relaciones, incluida la relación analítica, están
nerle en peligro. Tal ocurre con la anorexia mental, donde sustentadas en el pensamiento. Todo es sometido a una con-
existe un importante componente perverso. sideración distante, su propio discurso y las intervenciones
En el llamado trío de las patologías narcisistas: paranoia, del analista. _
hipocondría y melanc;olía se conoce la posibilidad de pasar de Desde la: contratransferencia en los inicios del tratamiento
una a otra. El objeto perseguidor e:Xterno del paranoico deviene percibo una tendencia por su parte a intentar de inmovilizarme,
en perseguidor interno enlla hipocondría. El melancólico, que como si mi actividad pudiera resultarle peligrosa.
desinviste los objetos externos, llega de la misma forma a des- En el comienzo del análisis presentó una exacerbación de
investir el cuerpo en su repliegue autista; consigue vivirlo a la su colitis ulcerosa cuya descripción efectuó de manera asép-
manera del .hipocondriaco, ·como un perse~idor, localizando tica, como si sé refiriese a otra persona:
en élrla causa de todo su dolor psíquico. El discurso sobre temas psicológicos carecía de inflexiones
Para terminar, en las psicosis,de tipo esquizofrénico el de- y no daba muestras del menor atisbo de conflicto.
lirio puede adoptar al cuerpo como objeto mutilándolo. La escisión soma/psique aparecía clara en forma de dos re-
latos paralelos, que se antojaban hechos por personas dife-
rentes.
La tentación de anudarlos de manera precipitada es intensa; •
caer en ella sólo sirve para incrementar las defensas.
s Ver la tesis que desarrollamos acerca del cuerpo en los anoréxicos en
nuestro libro La anorexia. Una locura del cuerpo. l. Sanfeiiu, N. Caparrós Con una cierta pasividaa accede a entrar en detalles sobre
(1997). su historia familiar.
~
••••••••••••••••••••••••••••••••
Nicolás Caparrós Un enfoque genético de la Psicopatología 61
60

Esteban está casado y tiene un hijo. La relación con su pa- La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son cuadros in-
flamatorios intestinales. La primera tiene un origen idiopático
'eja es correcta, sin sobresaltos. que afecta al recto y colon. Existe una cierta predisposición ge-
Se·vislumbra algún resquicio para el conflicto cuando el re-
nética junto con la presencia de factores ambientales: dietéticos,
lato alcanza al mundo de los padres. _ · . ·
Es hijo único, el padre había fallecido dos años antes. Era tóxicos, autoinmunes y psicosomáticos. Los componentes in-
un hombre paciente y «bastante primario», trabajador y res- munológicos reciben ahora una atención creciente y se les suele
ponsable; de un nivel cultural medio, le impulsó a estudiar hacer responsables de la lesión de la pared intestinal.
«para que llegase más lejos que él.» No menciona de manera En los periodos silenciosos el paciente perrrianece asinto-
mático; en las fases activas los síntomas capitales son la rec-
espontáneá corrientes de afecto entre ambos:
En lo que concierne a la madre el panorama se puebla de torragia y la diarrea.
Su curso es variable; puede presentar un brote fulminante
más matices: severo, ser un proceso co_ntinuo o intermitente.
-Mientras vivió mi padre estaba más sujeta. Una vez El tratamiento médico comprende a los corticoides y cier.-
muerto todo ha cambiado. Antes parecía una mujer sencilla y tos antibióticos como el metronidazol. En casos resistentes se
sobria que no se metía con nadie. Ahora no hace más que re- administra la azatioprina y la ciclosporina. Algunas circuns-
clamar atención, se queja de todo, se inventa enfermedades y tancias aconsejan la intervención quirúrgica.
Tan impresionante descripción apenas deja resquicio a los
acabará por tenerlas. , factores psíquicos. No obstante, su influencia es indiscutible .
....
No lo dice, pero no quiere estar sola. Pero su idea no es es- Las permanentes llamadas de atención de la madre, acogi-
tar con nosotros, más bien parece que tendría que ir yo a vivir das en apariencia de manera serena por el hijo provocan con
rara puntualidad las consiguientes reactivaciones del cuadro.
con ella. Dejar a mi familia y plantarme allí, en su casa.
El reconocimiento de su rabia y la evidente correlación con
No lo dice, pero eso es lo que quiere.
Supongo que con el tiempo, cuando pierda la vergüenza, la exacerbación de la colitis ulcerosa fueron determinantes a la
hora de poder penetrar en la estructura defensiva de este pa-
acabará por hacerlo. ciente, que modificó su actitud desde una cautelosa reticencia
Nunca he sentido nada especial po;: ~na, porque tampoco
se ha hecho acreedora. Pero nos tolerábamos y existían ciertas a una participación comprometida en el proceso analítico.
La situaci.ón de la madre activa en el paciente al menos tres
formas. registros diferentes:
Mi madre no nació para madre. Se encontró con un engo-
rro que fui.yo. a) Su actitud ante la muerte.
Rabia apenas disimulada en el relato.
Le señalo ese afecto, con cierta cautela, a modo de orien- b) La relaciones tempranas madre-hijo.
e) Su capacidad de respuesta ante las demandas orales.
_tación. Es esta la primera emoción que aparece.
De manera prqgresiva se pudo poner en evidencia la rela-
Esteban proporciona respuestas anales a las peticiones m<t-
ción existente entre la presencia de conflictos con la madre y
ternas. Expulsa con rabia, incapaz de contenerla. Pero el sa-
la re~ctivación de los brotes. dismo deviene masoquismo y es el propio cuerpo y no la ma-
Una breve descripción médica de esta afección informará
dre el objeto de su agresión.
al lector del costado somático de nuestro paciente.
li"
..

CAPÍTULO II

El nivel ..Psicópatolqgico
de la posición esquizo-paranoide

Separarse de la raz.ón sin saberlo porque se ca-


rece de ideas es ser imbécil. Separarse de la raz.ón sa-
biéndolo y hacerlo porque se es esclavo de una pasión
violenta es ser débil; pero hacerlo con confianza y x_on
firme decisión eso es estar loco. La Enciclopedia.

LAS NOSOLOGÍAS CLÁSICAS: UNAS REFLEXIONES A MODO


DE PRESENTACIÓN

El Siglo de la Ilustración consideraba la locura como una


especie de lesión en las funciones animales. Cuando consiste
én uria privación de la facultad pensante se la conoce como de-
.¡ mencia. La locura es el preludio de la ·manía y tiene con ella
más relaciones que con ninguna otra enfermedad, aunque
puede durar toda la vida sin desembocar en ésta.
~ El ~:g-or del entendimiento que juzga mal durante la vigilia
c~as sobre las que todo el mundo piensa de la misma manera,
recibe el nombre de delirio. Existe otra especie de paso efi-
Ínero y aparece con fiebre, enfermedad aguda que lleva al fu-·
ror, se llama renesí.
La locura di iere de la melancolía en que el delirio sume a
estos enfermos en la inquietud, versa sólo sobre un tema o
'
11¡¡
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Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 65
64

acerca de un pequeño número de estos, posee carácter triste. Muy poco después, ahora en Alemania, vendrá la famosa
Eu la locura los delirios cursan sin inquietud, los enfermos se afirmación de W . Qriesinger: las enfermedades mentales son
ocupan de todo con la misma extravagancia; en la manía el de- enfermedades del cerebro
lirio es audaz, a veces furioso y no se acompaña de . fiebre - L. Binswanger, citado por Colodrón, llegará a decir que la
como en el frenesí. Carta Magna de la psiquiatría, su carácter como ciencia mé- ·
¡Cuánta lejanía impregna a esas reflexiones! '¡Qué falsa dica, data del año 1861, fecha de la segunda edición de Pato-
cª1Ja de razón las envuelve! logía y terapéutica de las enfermedades psíquicas. Todo un
Pinel (1809) separa la idiocia de la demencia (concebida giro en el pensamknt0 psiquiátrico. Las enfermedádes menta-
como alteraCión de las asociaciones del pensámiento, con in- les -sin desmerecerlas por ello-- son sólo síntomas, mani-
coherencia y alteraciones del juicio y la memoria). Podía estar festaciones de enfermedades cerebrales. A la prolija selva de
provocada por el exceso .de placeres enerv¡mtes, abuso de be- diagnósticos Griesinger contrapone unó solo· la Vinhem-=
bidas, narcóticos, por penas profundas, etc. psych9se la vsico'\i<x zmit'}ria -- _
Esquirol (1838) dividió las formas generales de la locura Albert Zeller (1804-1877), maestro de Griesinger, ya había ,
en cinco géneros: insinuado algo parecido en 1840 al referir que la locura se
SQ..!_l_sti~ye en un primer paso como melaneolía,-Sobre ella se
l.º Lipemanía (melancolía de 10s ::inti guos). Delirio sobre estructuran la manía, la paranoia y finalmente la demencia. H.
, un objeto, o un pequeño número de éstos, c,on supremacía de Neuman (1814-1884), contemporáneo de Griesinger, también
una pasión triste y depresiva. · · abundó en la teoría de la psicosis unitaria: solamente existe un
2. 0 Monomanía. Delirio que se limita a un único objeto, o trastorno mental que llamaremos locura, sus etapas son delu--
un pequeño número de ellos, con excitación y predominio de sión, confusión y demencia. --.
una pasión alegre y expansiva. -- vendrán más tarde los procesualistas, con Kraepelin a la
3. 0 Manía. Delirio que se extiende a toda clase de objetos cabeza. Las descripciones sufren ün ·iiueVt> arreglo. Ahora
acompañado de excitación. prima el curso: el comienzo, el clímax y más tarde la termi-
4. 0 Demencia. Inhabilitación de los órganos del pensa-
miento porque han perdido la energía y las fuerzas necesarias n~ción o deseñ'4c~. La dr 't · raída del escenano de las
para el cumplimiento de sus funciones. -enfermedades infecciosas es transpuesta a lo psíquico. pa-
5. 0 Imbecilidad o idiotismo. Donde los órganos jamás han radigma sera la demencza precoz, la ps1cos1s privilegiada por .
estado bien constituidos para poder emitir un raciocinio justo.» Kraepelin que no cesa de recibir retoques hasta su muerte en
(Esquir?l 1838, pág. 37). 1926. Convive linos años con Sl.1 gran rival: la esqµizofrenia.
Karl Kahlbaum '( 10:8-1899), quizá el primer procesualista,
Este autor representa la cima de lo descriptivo en la noso- inicTa- ésta tenaencia analizando detenidamente la evolución
l9gía psiquiátrica, como lo demuestran sus formas de la locura. clínica de los trastornos mentales. Concreta síndromes; des-
_ El alienista se asoma a la conducta humana al modo del na- cribirá la ara renia hebética ( 1863) que culmina como hebe-
turalista, con la taxonomía de Linneo al ·fondo. Observa 1 cla- frenia en 1871 con Ewa ecker (1843-1909). K'.ahlbaum-se
sifica, en suma: ordena lo que parece ser disposición evidente interesó también por una forma de demencia con trastornos de •
de la ]1aturaleza del hombre. la motilidad análogos a los de la parálisis cerebral a la que de-
Morel (1851) emplea por primera vez el término demencia nominó catatonía. El síndrome hebefreno-catatónico se carac-
precoz, aunque sólo por resaltar la ero~ ~! :-a!a. teriza ante todo por un síndrome muscular corripu~sto de ten-
Nicolás Capárrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 67
66

sión y cesación de la tensión; lo denominó spannungsireisen, En Kraepelin predominan las nociones de evolución y dé-
es decir locura con tensión muscular. ficit.
La evolución de la catatonía puede discurrir hacia la me- Describe en la demencia precoz aspectos positivos, que
lancolía o la manía. En la catatonía anida el negativismo. Opo- más tarde se llamarán síntomas secundarios, o síntomas repa-
1
sición masiva a comer y a hablar. Es una respuesta a lo que el radores. Comprenden el delirio y la alucinación. También se
psicótico juzga como una petición. ' hace eco de los aspectos deficitarios que divide en cuatro apar-
__ Kahlbaum deja descrito, para que sea recogido por Krae- tados: Verblodung, confusión y embrutecimiento r:nental, tras-
pelin, un síndrome consistente: . tornos del pensamiento, oposicionismos, negativismo y debili-
Un cuadro motdr con hipertonía, negativismo, manteni- dad del juicio. Todo ello procura un empobrecimiento y
miento de posturas impuestas, que presenta movimientos co- degradación de la vida psíquica.
reiformes involuntarios de los miembros y otros de tipo atetó- Lo deficitario se agrupa· en tres sectores: '
sico. . · La forina heberrériica p).ira. · -·
Señala también alteraciones somáticas como edemas, cefa- (a forma hebefreno-catatónica.
leas, anemia y desequilibrio vasomotor. Tia forma paranoide. ,,....
La descripción de la hebefrenia, h,echa por Hecker, como I
!odas caracterizadas por su cronicidad y evolución hacia la
sostiene Colodrón, es dificil de mejorar:: · demencia. A este respecto .escribe:

El comienzo en relación co'n la pubertad, la aparición su- Comprobamos que en la mayoría de los sujetos en los que
cesiva o no, de estados de melancolía, manía y confusión; la le demencia oscila entre amplios límites se advierten signGS
transición rápida hacia un estado de debilidad y la forma muy más o menos netos, aunque característicos, de la demencia pre-
peculiar de este estado terminal de estupidez cuyos indicios >.QZ. Hemos vístv; Lfl:t:> un detenido examen, que las"1iistincio-
podrían ser reconocidos desde los primeros estadios de la en- nes más .prÓfundas de comienzo no impiden un final corriilii
fermedad. monótono y uniforme. Por lo tanto, no queda otra forma de re-
SO!ver este problema, a la vez delicado ·e importante, que ex-
Krae¡>elin tomará de Morel (1809-1871) la noción de de- plicar las fases anteriores por su periodo·terminal en lugar de
mencia precoz, aunque éste sólo se refiera con ese término a prejuzgar desde el principio como terminarán y cuál será su
Ull..~~~º- de precisión cronológica.?. sin ambición de mencionar evolución (Intráducción a la psiquiatría clínica, 1900).
una entidad morbosa en particular; de Magnan (1835-1916) la
idea de redis osición; _9-~ahlbaufu las formas de en{ermJl:.r, Lo psicótico, tras Kraepelin; se reduce ante todo a las ma-
" jdea de ·proceso_y !a. ~a.~_a!.Q.ifut;..fi~lme~t.~- ~QQQ_~_@J:I~cker nifeSt · · r~nicas: esquizofrenia, parafrenia, pa-
la tiocíóii ·de 'iie'befienia. i
ranoia. Lo" maníaco-de resivo resta en segundo plano. -
- --i::as entidades nosofogicas' entran de su mano en el campo ----No le faltaron detractores en su propio tiempo. s fue el
psiquiátrico. En 1883 aparece el Compen4io de1 Psiquiatría; en caso de Hoche, que consideraba ficciones a las entidades no- .
1893, con ocasión de la cuarta edición de su tratado, agrupa sológicas. La aparición de los síntomas; dirá, se desencadena
como procesos psíquicos degenerativos a la .demencia para- de modo semejante en muy diversas alteraciones psíquicas.·
noide, la catatonía y la demencia precoz. La primera es lapa- Consideró que los síntomas son demasiado elementales para
ranoia clásica, para distinguirla de la paranoia primaria ya des- definir los estados patológicos y las entidades nosológicas
crita por Griesinger. harto amplias. Creyó encontrar en el síndrome, volviendo
b,.
••••••••••••••••••••••••••••••••
68
Nicolás Caparrós El nivd p>ioop.,ológko d< ¡, po>idón ~quiro-p><moi~ 69

quizá tras los pasos de Kahlbaum, una clase adecuada para los 4. Frente a la demencia precoz, que es unitaria, se yergue
-diagnósticos. Los síndromes preformados serán propios de las el grupo de las esquizofrenias.
psicosis y otros, que caracterizan a diversas enfermedades 5. Los síntomas se dividen ahora enprimarios o fisióge-
mentales, son síndromes de naturaleza más aleatoria. nos y secundarios o psicógenos. Los primeros surgen directa-
Entre tanto el psicoanálisis ha ido surgiendo tle la·mano de mente del proceso patológico, los segundos, de tipo reactivo,
las neurosis, terreno desdeñado por la gran psiquiatría, hasta son consecuencia de la escisión de las asociaciones.
_acercarse al campo de lo psicótico, será con la paranoia, lapa- 6. No sólo existe un déficit de función, sino formación de
rafrenia, la demencia precoz y ese producto µüxto entre la psi- estructuras psíquicas patológicas.
quiatría y" el psicoanálisis que conocemos cómo esquizofrenia. 7. Bleuler distingue los síntomas fundamentales de los ac-
Habremos de referimos ahora a esta última. cesorios. Los primeros consisten en trastornos de la asociación
En 1911 aparece la obra de Eugen Bleuler (1857-1939) ti- y de la afectividad, la predilección por la fantasía en oposición
.... tulada Demencia precoz o el grupo de las esquizofrenias . a la realidad, el divorcio d.e la realidad (autismo). Los síntomas
Colodrón (1983, pág. 33) cita la opinión de Jaspers sobre accesorios son las alucinaciones y las ideas delirantes, las per-
el texto que figura en sus Escritos psicopatológicos: turbaciones de la memoria y los cambios de personálidad.
I 8. Bleuler define, junto con las formas descritas por
Es un libro psiquiátrico sobre psicosis en sentido estricto Kraepelin en la demencia precoz, la esquizofrenia simple, ca-
que ha sabido, por fin, emplear de "nuevo la psicología com- racterizada por la presencia exclusiva de síntomas fundamen-
... prensiva en el análisis de dichas psicosis. Está lleno de nota- tales y la esquizofrenia latente - en su sentir, la forma más
bles observaciones clínicas. Es rico en detalles; sin embargo, habitual-. En esta última yacen en ciernes todos los síntomas
su conjunto padece del defecto de una deficiencia en la clari- presentes en los cuadros manifiestos de la enfermedad.
dad metodológica debido al exceso de riqueza en las repeti-
ciones y en las consideraciones psicológico-generales y filo- En la esquizofrenia coinciden la corriente orgánica (Bleu-
sóficas que son falsas o, al menos, muy controvertibles y
.ler), la psicoanalítica (Freud) y la fenomenológica (Binswan-
.
presentadas de modo bastante dogmático. ger), una síntesis que no acabó de cristalizar y que dará lugar a
tres desarrollos psiquiátricos que continúan hasta nuestros días.
Las diferencias con Kraepelin son muy importantes, Colo- El enigma del componente orgánico de la demencia precoz,
drón entresaca las siguientes: como antes ocurrió :en. e! fracaso de Meynert y su escuela ana-
tomopatológica, ·probablemente impul'só la apertura hacia lo
1. Lo básico para el diagnóstico no es el curso de la en- «comprensivo» de la psicosis y a la investigación sobre su es-
fermedad sino la escisión (Spaltung) de la personalidad. tructura. La pesquisa de lo orgánico no era una vía muerta,
2. La vida psíquica se retrae y aparece una pérdida de como se ha visto después, pero sí se antojaba lenta y al mismo
_ contacto cori el medio que denomina autismo. Conviene no ol- tiempo quedaban muchos aspectos por descubrir. Apareció en-
vidar que el con.cepto autismo es un derivado cercenado del tonces la noción del sentido de la enfermedad, en relación al
... autoerotismo freudiano -modo de actividad sexual posible en sujeto que la padece. En ese instante, surge Bleuler marcad6
el protosujeto narcisista-. por las ideas de Jung, Freud y Binswanger y quizás también
3. La enfermedad es incomprensible. El contenido de los por Abraham. El reducto suizo de la Burghotzli imprime un
síntomas hay que investigarlo por medios psicológicos. nuevo giro a las psicosis.
'~
Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide
70 71

Que Kraepelin no haya sido capaz de introducir el pro- habría hecho analizar desde otro punto de vista a los por él lla-
blema del «sentido» justifica la importancia del trabajo de mados síntomas primarios.
Bfeulet, si bien su aparato conceptual no es del todo completo El conocimiento de las manifestaciones que desde Bleuler
para semejante empresa. se agrupan bajo la denominación de esquizofrenia viene aso-
Las esquizofrenias .nace en el grupo suizo de modo pro- ciado históricamente a los intentos de definir un trastorno fun-
gresivo y en cierta forma sobredeterminado. damental del que derivan las manifestaciones sintomáticas. El
concepto más aceptable de esquizofrenia creo que puede sin-
tetizarse así: :
LAS ESQUIZOFRENIAS Un trastorno heterogéneo tanto, probablemente, por su
causa como, sin duda, por las manifestaciones resultantes; las
Nosología unas (primarias) derivadas de la alteración de los sistemas de
soporte del psiquismo o como diría Bion ael aparato de pe'IJ.-
Empecemos con una serie de hitos. sar pensamientos, y derivadas las otras (secundarias) de las,
Jung leyó La interpretación de los sueños al mismo tiempo primarias por procesos psicorreactivos; paradójicamente estas
que importó de Inglaterra, ' a través de Ricklin, el test de aso- últimas, son las más fáciles de captar y las utilizadas para las
ciaciones de Galton y ,comienza a emplearlo en las psicosis. distintas clasificaciones diagnósticas desde Morel ( 1819) hasta
Me detengo en este hecho histórico porque la primera adulte- los sistemas DSM ~- -CIE de nuestros días.
ración, inadvertida tal vez, del pensamiento f~udiano fue mez- La noción de lo que hoy conocemos como esquizofrenias
clar o confundir la asociación de Galton-Jung con la asocia- surge en varias fases. '
ción libre del psicoanálisis; ambas tienen poco en común. La demencia fue el primer rasgo psicopatológico conside-
Los años pasan y en 1907 Jung publica Sobre la psicología rado como peculiar de esos procesos descritos por Morel,
de la demencia precoz, donde no figura aún ni la noción de in- como idiocia juvenil que hoy sería llamado esquizofrenia.
consciente ni ·la Teoría Sexual de las Neurosis. Al filo de la mitad del siglo XIX, la:idea de demencia se
Bl~uler se adhiere a la).P.A. el cuatro de ,enero de 1911, asocia a la teoría de la degeneración (Magnan). Muy pronto,
pero su pertenencia a la misma es efímera, la abandona el vein- desde un vértice diferente, Kahlbaum y Hecker presentan la
tisiete de noviembre del mismo año. demencia hebética (la hebefrenia), una forma específica de los
En esa época aparece La demencia precoz o el grupo
1
de las jóvenes (análoga, aunque notablemente enriquecida y depu-
esquizofrenias y en el Jahrbuch «El Psicoanálisis de Freud.» rada, a la descrita por Morel) . .
Lo relativo a la «cosa sexual» será un obstáculo mayor para ·El siglo XIX se despidió con la conocida sexta edición del
Breuler a la hora de aceptar las teorías de Freud. De hecho la Tratado de Kraepelin (1899), que proponía como eje de la de-
esquizofrenia no ,estará basada eri la sexualidad infantil, recién finición de la hebefrenia, de la catatonía y de la enfermedad
descubierta y elemento clave en el psicoanálisis,' eso provoca paranoide, la evolución hacia una especial forma de embrute-
una diferencia insalvable. Sin embargo, Breuler supera la ten- cimiento, hacia una demencia peculiar, la demencia precoz,
tativa de Kraepelin· de llegar al diagnóstico a p~rtir de la evo- como rasgo genuino de la enfermedad. ·
lución y busca una entraña estructural del cuadro y en eso se Quién más puso en entredicho la idea de la progresividad
distingue de la psiquiatría de aquel entonces, aunque no llega deficitaria fue Bleuler. Con él, la Spaltung, la escisión, susti-
a inquirir la cuestión del sentido de la enfermedad, lo que le tuyó al embrutec~miento; la escisión que fragmenta las fi:in.:~....

•-.• •• ••-····-w·-··-••·•-.•••~HM·----·---•••"•-••·. -··~-•- -• •••••••••••••


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72 Nicolás Caparr6s
El nivel psicopatol6gico de la posici6n esquizo-paranoide 73

ciones psíquicas; por su acción, afectividad, inteligencia y Un paciente, al que después traté, empezó de manera so-
conducta se desconectan entre sí; la totalidad se disgrega en un
1

lapada a dejar de hablar a sus hermanos porque, «vivían en


c¿adro que emerge con múltiples y variados' síntoipas. otro mundo y eran i11L:apaces de comprender sus inquietudes.»
Esta actitud de desdén dio paso a numerosas ausencias labo-
rales que no se preocupaba en justificar, hasta que un día dejó
Las formas de inicio de la esquizofrenia de asistir al trabajo sin aducir razón alguna. Se recluyó en su
habitación de la que sólo salía para comer, a ser posible
-··La oposición entre Kraepelin y Breuler da lugar a que ahora cuando la familia había terminado de hacerlo. Descuidó cada
se preste mucha mayor átención a las llamadas formas de ini- vez más la higiene personal, aunque conservaba una verda-
cio de esta psicosis y no al desenlace de las mismas. dera obsesión por el ejercicio. Sus salidas a la calle eran so-
La nueva manera de entender' a este grupo de trastornos no bre todo a bibliotecas públicas y librerías donde adquiría tex-
simplifica las cosas. Existen muchas, demasiadas, alteraciones tos esotéricos. Comenzó a-murmurar que estaba alojado como
del comportamiento que desembocan en la esquizofrenia, esa in- un extraño en la casa· donde vivía, que los suyos no eran en'
especificidad las hace de dificil valoración; entre ellas citaremos: realidad su familia. Cuál pudiera ser ésta era algo que se ne-
La pérdida de actividad, los trastornos de la afectividad y gaba a confesar.
el carácter, las ideas delirantes, alucinaciQnes, ideas extrava- Esta situación duró, con fluctuaciones, unos seis meses
gantes', comportamientos ,impulsivos extraños y lo~ ~comienzos hasta que un día, sin previo aviso, salió desnudo al balcón de
pseudoneuróticos: ya histéricos, ya obsesivos:· 1
su casa a proclamar la venida de los extraterrestres de los que
El síndrome apático es de los más típicos e insidiosos. él era un emisario·. Comenzó el brote. ...
El enfermo observa sus propios síntomas con 'extrañeza y
perplejidad, aunque también a veces su desinterés por ellos
contrasta con su creciente importancia. Pueden aparecer ru- La estructum de la esquizofrenia
miaciones hipocondríacas que encuentran su oportuno sentido
desde el psicoanálisis. . . En la esquizofrenia, Bleuler, muy certeramente, separó lo
En unos meses se sumen en la inactividad, replegados en sí fisiógeno con sus manifestaciones (síntomas primarios) de lo
mismos, carentes :de deseos o capacidad para comunicarse. Si psicógeno reactivo-compensador (síntomas secundarios). Lo
el cuadro. se detiene entonces, esas serán las forni.as ligeras o fisiógeno está .ligado a lo orgánico, par¡l él un trastorno meta-
Jrustradas, descritas' no sólo por tlleuier sino también por bólico. ·
K.raepelin, Kronfeld, ,y otros muchos. La doctrina constitucionalista (Kretschmer) mantiene la
Los trastornos de la afectividad y el carácter han sido ro- existencia de un continuum carácter-caracteropatía-trastorno
tulaqos por H. Claude como esquizomanía -tránsito de lo es- mental; pero, como dice Racamier, no se deben borrar las di-
.s,.uizoide a la esquizofrenia en .sentido estricto-. ferencias porque existen.
Los síntomas dé la esquizoidia se agravan, aumenta el mu- La década de los años treinta aportó un conjunto de nove-.
tismo y la retracción de la realidad, es el tiempo de las c0n- dades que supuso un cambio trascendental en la orientación
ductas inmotivadas y el torpor intelectual. del pensamiento de los psiquiatras sobre la esquizofrenia. Tras
Los acontecimientos del entorno no despiertan interés, in- el antecedente de V. Jauregg (1917) con la impaludización en
cluso aquellos que antes captaban su atención. 1
la parálisis general, ahora con Sakel, Meduna y Cerletti, la bús-
1 t~
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 75
74

queda de un trastorno fundamental dio paso al entusiasmo por


el pragmatismo terapéutico. : ' La genética
Coincidentes con el tiempo que abarca la llamal!a era psi-
cofarmacológica (1951) se han desarrollado numerosas· hipó- La participación de los factores genéticos en la esquizofre-
tesis histoquímicas (dopaminérgica, an.t'3 tnrlo ,. . .serojoninérgica nia es un hecho que se da hoy por sentado, si bien nadie afirma
y neuropeptídica), los datos reunidos si bien inducen a pensar que éstos sean los únicos responsables del trastorno.
e11..un trastorno en la interacción de los distintos neurotrans- La incidencia de la esquizofrenia en la población mundial
misores, por ahora sólo parecen aptos para reforzar la idea de es del 1 por 100 1• No obstante; se .eleva .a un 15 pór ..100 entre
una multiplicidad genética. padres, hijos y hermanos (que comparten el 50 por 100 de los
Las nuevas técnicas de neuroimagen permiten clasificar a genes). Naturalmente, este aumento en el seno de la familia no
un grupo de esquizofrénicos que Crow sitúa como de tipo JI, es achacable por entero a los factores genéticos, ya que la «at-
de evolución deficitaria y resistente a los neurolépticos, mal mósfera familiarn, en un- sentido amplio, puede contribuir· a
ajuste premórbido y rica historia genética familiar, .se detecta ella. 1

en ellos gliosis fibrilar en torno a la: región preve11tricular del Otros estudios, que afinan los resultados anteriores, son las
diencéfalo, en las áreas mesoencefálicas .pe~acueductales y en investigaciones con gemelos unicigóticos -que comparten
la zona basal del lóbulo frontal. · ' casi el 100 por 100 de los genes- comparados con los gemelos
En lo que a nosotros respecta, manejamos uná nosología dicigóticos -que, como el resto de los hermanos, tienen en
que sigue en cierto modo las ideas de Abraham pdr cuanto te- común el 50 por 100-. La primera consecuencia es que si lo
nemos muy en cuenta a los puntos de fijación; co~sidera tam- genético fuera el factor exclusivo, la concordancia para geme-
bién la existencia de las cuatro posiciones que recoge el mo- los univitelinos sería del 100 por 100; no 'es así.
delo analítico..:vincula:r. Los resultados son los siguientes: la concordancia entre los
Abordé este problema con detenimiento sobre ,todo en Ca- gemelos monocigóticos es del 45 por 1OO., mientras que la de
parrós (1992a y ~.992b) por lo que respecta ·a las neurosis y los los dicigóticos es del 15, sensiblemente 'igual a la del resto de
trastornos de personalidad, pero sólo hice breves menciones a los hernianos. Estas éifras prueban una carga significativa en
las psicosis que es el tema que me ocupa ahora. la genética, aunque tendremos que seguir tratando estos datos
con precaución puesto que siguen sin estar totalmente depura-
dos los factores ambientales que pudieran intervenir.
Lo fisiógeno.y lo. genético en las esquizofrenias La investigación emprendida en 1991 por Gottesman en
Dinamarca con parientes de distinto grado arrojó cifras de gran
Que un texto psicoanalítico :incluya una serie de conside- interés sobre el riesgo de padecer esquizofrenia a lo largo de
raciones genéticas, bioquímicas y neuroanatómicas quizá sor- la vida. Se resume así:
prenda a primera vista. Sin embargo, en la actualidad nadie Gemelos homocigóticos (100 por 100 de genes comparti-
duda que en las pskosis es preciso articular e integrar tres ór- dos). 48 por 100. •
denes de fenómenos, cada uno de ellos pertenecientes a un ni-
vel distinto: el biológico, el intrapsíquico o psicológico y el so-
1
cial, interpersonal o ambiental. Según otros autores, como G. Michaud (2002), la cifra asciende al 2,4
por 100.
L
••••••••••••••••••••••••••••••••
Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 77
76

Parientes de primer grado (50 por 100 de genes comparti- b) Una alteración de los mismos lóbulos frontales.
dos-) -progenitor 6 por 100, hermano 9 por 100, hijo 13 por c) La corteza del lóbulo temporal medio es más delgada
100, gemelo dicigótico 17 'p or 100-. ' y la zona anterior úei hipocampo de menor tamaño -sobre
Parientes de segundo grado (25 por 100 de genes compar- todo en la parte izquierda, lo que concuerda con un defecto
tidos) -tío/a 2 por 100, sobrino/a 4 por 100, nieto 5 por 100, mnésico-.
hermanastro 6 por 100-. · ~ .
d) Los ventrículos laterales y el tercer ventrículo están
...Familiares de tercer grado (12'5 por 100 de genes compar- agrandados, las cisuras ensanchadas, el lóbulo frontal redu-
cido.
tidos) -primo camal 2 por 100-.
Población general 1 por 100.
El modo de transmisión de la.esquizofrenia es complicado, Todas estas peculiaridades· resultan más evidentes cuando
presenta una gran frecuencia y una penetrancia parcial, que di- el paciente presenta los llamados síntomas negativos -es de-
fiere de la que ofrecen los cuadros trasmitidos por un gen do- cir inhibición de determin..adas conductas sociales e interper-
sonales-.
minante.
La hipótesis más v~rosímil apunta a un cuadro poligénico El hecho de que los gemelos monocigóticos acusen dife-
-integrado por un número de genes entre 3 y 1 ~. Proba- rencias anatómicas cerebrales sugiere la presencia de otros fac-
blemente existe una gran variación alélic~: · Cada alelo por sí tores distintos a los genéticos para explicarlas. Podemos con-
solQ.no influye en el comportamiento. de fomia.importante; es, cluir diciendo que éstos son necesarios pero no suficientes
justamente, la combinación de todos ellos la responsable de la para producir la esquizofrenia.
.....
contribución genética de la esquizofrenia.
Dos loci posibles se correlacionan con este cuadro, según
los estudios más recientes: un locus en el brazo largo del cro- El sistema dopaminérgico y la esquizofrenia
mosoma 22 (22q) y el otro en 'el cromosoma 6 (6p), cada uno
contiene un número de genes entre 50 y 100. Los grupos celulares dopaminérgicos .--'-q_ue utilizan la do-
pamina como neurotransmisor-, se distribuyen en el mesen-
céfalo y prosencéfalo.
El substrato anatomoflsiológico Están organizados en cuatro sistemas principales: el túberoin-
fundibular, el nigroestriado, el mesolímbico y el mesocortical.
Nuevas técnicas, como la tomografía y la resonancia mag- Para nuestro interés actual procede subrayar lo siguiente: el
nética, permiten poner de manifiesto alteracione.s que antes sistema nigroestriado interviene en los síntomas derivados del
eran imposibles de detectar. . parkinsonismo. El sistema mesolímbico, que se origina en el
Se han aislado, Kandel (2000), cuatro clases de hallazgos tegmento, posee vías de proyección hacia partes del sistema
Ml.atomofisiológicas básicos: límbico tales como el núcleo accumbens, los núcleos de la es-
tría terminal, porciones del núcleo amigdalino, el hipocampo,
a) Reducción del flujo sanguíneo cerebral en la parte iz- los núcleos del septum lateral, ·las cortezas entorrinal, frontal"
quierda del globo pálido. Implica cambios en el sistema que mesial y la corteza anterior del cíngulo. Es probable que los
conecta los ganglios de la base con los lóbulos frontales y se llamados síntomas positivos de este trastorno encuentren su
relaciona con trastornos del sistema cognitiv.o. base bioquímica en la hiperactividad del sistema mesolímbico.
l~
. Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 79
78

Las proyecciones al núcleo accumbens regulan las aferen- Otros grupos celulares dopaminérgicos aparecen en el
bulbo olfatorio A16 y la retina Al 7.
ci~s de este núcleo hacia ilas zonas a él sometidas tales como
Existen cinco clases de receptores dopaminérgicos
el pálido ventral_, el hipotálamo, el cíngulo y los lóbulos fron-
(D 1 ••• D5 ) que, según numerosos estudios, son bloqueados por
tales. ,1 un grupo de fármacos denominados antipsicóticos (compues-
Por su parte, el sistema mesocortical, que tamb'ién nace en
el tegmentum, se proyecta en su ma-yuda e.;. d neocórtex, so- tos sobre todo por las fenotiazinas, las butirofenonas y los lla-
mados compuestos atípicos), lo que sugiere que .el exceso de
bre todo en la zona prefrontal -que participa en la organiza-
ción temporal del comportamiento, la motiva~ión, la atención transmisión dopaminérgica podría tener importancia en la pa-
togenia de la esquizofrenia.
y la conducta social-. Esta circunstancia apunta a que su fun-
Los fármacos antipsicóticos poseen gran afinidad por los
ción concierna a los síntomas negativos. . receptores D2' que pertenecen a la llamada familia de recepto-
Estos datos llevaron a D. Weinberger a plantear que estos
res D2, comprende además los receptores D3 y D4 . Abundan
dos últimos sistemas dopaminérgicos están alterados de ma-
sobre todo en las neuronas del núcleo caudado, el putamen y
nera diferente en la esquizofrenia. Un aumento de la actividad
el núcleo accumbens y también, aunque con menor densidad,
mesolímbica a expensas sobre todo de los receptare~ D2' D3 y,
en el núcleo amig1.,_!i!!0, hipocampo, y algunas porciones de
sobre todo, D , explicaría los síntomas positivos, mientras que
4 la corteza. Su presencia en el caudado y putamen explicaría la
la disminución de la actividad mesocorti9al en 1~ corteza pre-
facilidad con que estos fármacos producen síntomas extrapira-
frontal seria responsable d~ los síntomas negativos.' Weinber-
midales -parkinson medicamentoso--. Los lugares de acción
ger supone que la actividad en la vía mesocorticathacia el cór-
terapéutica son, probablemente, el núcleo amigdalina, el hi¡}b-
tex prefrontal inhibe por retroacción al tracto mesolímbico y
campo y el neocórtex. ·
que la alteración prineipal en la esquizofrenia se ,deHva de la
Los receptores D~ y D 4 , que atraen a los llamados antipsi-
disminución de esta actividad que causa la desinhibición e hi-
cóticos atípicos, se distribuyen ante todo por el córtex y el sis-
peractividad de la citada vía. . tema límbi'co y muy poco en los ganglios basales, lo que jus-
Los grupos A8-Al0, integrados en la sustancia negra (A9),
envían conexiones ascendentes al telencéfalo . -vía nigroes- tifica la escasa incidencia de síntomas extrapiramidales tras la
triada- implicada en el inicio de las respuestas motoras. Las administración de esta clase de productos. Las propias neuro-
nas dopaminérgicas poseen este tipo de receptores con una
vías mesocorticales y 1mesolímbicas, que proceden de AlO, in-
ervan la corteza frontal y temporal y las estructuras límbicas función autoinhibidora de la liberación de dopamina.
Cada vez se encuentran más evidencias bioquímicas sobre
situadas en l.a base del prosencéfalo, incluida la porción cen-
la importancia de este neurotransmisor en las psicosis y en la
tral del núcleo amigdalina. Se las relaciona con la emoción, el
patogenia de la esquizofrenia en especial. Así, alglinos fárma-
pensamientó y el almacenamiento de la memoria. cos como la L-dopa, la cocaína y la anfetamina, que aumentan
Los grupos A 11 y A 13 -parte posterior del hipótálamo-
el nivel de dopamina, pueden inducir episodios psicóticos muy
émiten conexiones por la porción dorsal de la médula espinal
similares a los de la esquizofrenia paranoide. ·
que regulan las células simpáticas preganglionares. Los grupos
celulares Al2 y Al4, de la pared del tercer ventrículo, integran
parte del sistema endocrino hipotalámico tuberoinfundibular.
Algunos de estos grupos liberan dopamina para inhibir a su
vez la secreción de prolactina. ~.J. .
J
••••••••••••••••••••••••••••••••
Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 81
80

yer-Gross ( 1889-1961) restringe su empleo a aquellos pacien-


LA FENOMENOLOGÍA tes con antecedentes familiares de cuadros esquizofrénicos y
depresivos.
Tras Bleuler, surgen casi a un tiempo los filósofos de la vi- K. Kleist (1925), que encarnóJa segunda tendencia opuesta
vencia, los fenomenólogos ·'cuyo auge en psiquiatría vendrá a la hipótesis de las psicosis mixtas, describió las psicosis mar-
marcado por Karl Jaspers y su monumental Ps,ic'opatología
1 ginales, que recuerdan en cierto modo a las psicosis maniaco-
General, que ve la luz en ·1913. ·Comprender y explicar y él depresivas y a la esquizofrenia.
detenido análisis de la misma entraña de la vivencia (Erleib- En una línea similar a la de Kleist, K. Leonhard (1939) de-
nis); la observación distante del paciente ha cedido espacio a limita las psicosis bipolares, que subdivide en psicosis de la
una cierta forma de diálogo con él. motilidad, psicosis confusionales y psicosis de angustia-felici-
Jaspers introduce las fértiles nociones de desarrollo y pro- dad. Son cuadros cicloides que curan sin defecto y oscilan, res-
ceso. En el primero lo' que la persona contiene en potencia se pectivamente, entre la a~inesia e hipercinesia, la excitación y
hace manifiesto: El desarrollo es coherente con la per5onalidad la inhibición del pensamiento y, por último, la angustia y la fe-
previa. Por el contrario, el proceso representa un salto cualitativo licidad. Este autor considera además unos trastornos atípicos a
en el devenir del sujeto que necesita ser explicado, ya que con él separar de la esquizofrenia ya que su curso es diferente y re-
fracasa el instrumento de la comprensión, más directo e intuitivo. miten sin defecto: la catatonía periódica, la parafrenia afec-
tiva y la catafasia .
.._

LA EVOLUCIÓN P9STERIOR DEL CONCEPTO PSICOSIS


....
LA NOSOLOGÍA PSICOANALíTICA

La evolución de este grupo de cuadros, laboriosamente sis-


Ninguna constelación de factores manifiestos
tematizado por Kraepelin y llevado a la categoría de diagnós- en el universo definido por los métodos de las
tico estructural por Bleuler, atraviesa otra vez por la atomiza- ciencias naturales puede co.nseguir constituir el
ción y el desorden. Muchos psicopatólogos no se adhirieron a sentido de una conducta o de un discurso.
ninguna de. las direcciones señaladas por ambos. Las tesis de ALPHONSE DE WAELHENS, La psychose

Kraepelin, por ejemplo·, mostraban inconsistencias que incluso


__él mismo se encargó con honestidad de señalar. Hemos realizado antes un a modo de bosquejo de lo que
Ya menc;ionamos antes la postura de Roche, conviene aña- pudiera ser una nosología psicoanalítica propiamente dicha.
dir ahora la llamada reacción exógena de Bonhoeffer (1912) y Una nosología basada en lo estructural, comprendida la géne-
las curaciones sin defecto que socavan los cimientos mismos sis y evolución de esa estructura y el sentido de la misma.
de la posición de Kraepelin. Ello propicia la hipótesis de las Los psicoanalistas solemos utilizar a la hora del diagnós-
-Psicosis mixtas o, como segunda alternativa -que seguirá so- tico categorías importadas de la psiq1:1iatría. El mismo Freud,
bre todo Kleist- a mantener las tesis de Kraepelin, y separar por razones históricas, se vio obligado a ello. Sin embargo, pa-
como entidades autónomas aquellas formas que no se ajusten sado el tiempo se ha hecho necesario emplear rangos que obé- 1
a los .postulados de la demencia precoz. dezcan a la vez a consideraciones clínicas y metapsicólógicas. 1
R. Gaupp (1910) manifestará que las psicosis mixtas pre- Lo segundo exige, como he dicho, que éstos reposen en bases
sentan remisiones y a veces un curso de tipo ciclotímico. Ma- estructurales, no .en apariencias descriptivas, ni siquiera en las J
RL
82 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 83

aproximaciones vivenciales en las que se funda la fenomeno-


logía2, que pueden ser complementarias pero nunca b,ásicas.
Reiteremos el esquema sobre los trastornos mentales del
que partimos: , ' .
Cuatro son los apartados --cada uno de ellos con referen-
cia a una posición- en que dividimos la nosología psicoanalí-
tica.

l.º Grupo primero; cuyo origen se remonta a la posición


aglutinada. Compuesto por el autismo, las psicosis infantiles,
los cuadros psicosomáticos y la alexitimia.
2.º Grupo segundo; en relación con la posición esquizo-
paranoide, integrado por el grupo de las esquizofrenias y un
sector de los cuadros borderline. ·
3 .º Grupo tercero; fundado por la ~ v :;i-ción confusa.
Abarca la manía, la psicosis maníaco-depr~iya, las psicosis
mixtas y un segundo sector de cuadros boraerline. ,
4. 0 Para terminar, el cuarto grupo, cuyas fijaciones se re-
montan a la posición depresiva, que incluye a.la melancolía, la
paranoia, la hipocondría y el tercer tramo de los cuadros bor-
derline. ·

Th. Ogden (1986, pág. 86) ha hecho un intento valioso a


este respecto, se apoya en concepciones y autores que también
a nosotros nos sirvieron de referente: Freud 1896a 1914,
1915b), Klein (1935), (1975); Fairbaim 11941. 1944, 194 ; · '
~ (196'), Kemberg (f970) y Winnicott (1959, 1964).
Situado en la perspectiva del desarrollo, Ogden considera
que el nivel más alto y el más acabado refleja conflictos en la
esfera de si ni zcados ersonales en un sistema de ersonali-
dad lo suficientemente desarrolladó para que os deseos · el in-
-aívfciuo sean yivenciados como propios. Aquí cumple aplicar
por entero la noción de subjetividad: , , . . .- 3
Para evitar malos entendidos, reitero que en M. Klein la posición de- •
presiva abarca también el complejo de Edipo·y en rigor sólo termina con la
muerte del sujeto. Por lo tanto, la posición depresiva para Klein incluye no
2 No obstante, señalo que cabe articular fenomenología y metapsicolo- sólo las relaciones diádicas sino también las triádicas, que representan un 1

gía. subconjunto de la misma.


b ,,I
•••••••••••••••••••••••••••••••••
84 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquiro-paranoide 85

tos de las posiciones depresiva y esquizo-paranoide, de su des- limitarse .ª determinados contenidos, métodos y puntos de
equili~a alteración de sg§ relaciones recíprocas. vist~. La psiquiatría tiene razón al obrar así y la formación mé-
----Ertercer grupo, el más p1imario, incluye aquellos cuadros dica es excelente. El psicoanálisis es también, desde luego, es-
que 8e caracterizan sobre todo por presentar un repudio (Ver- pecialmente unilateral como ciencia de lo inconsciente. Cons-
tituiría un contrasentido, en el cual no quiero participar, rebajar
~erfutzg)_ del significado. Es el terreno de la_no-vivencia, -~
una ciencia para ensalzar otra.»
donde los pensamientos carecen de alcance simbólico, que sí
poseen las neurosis, tampoco existen en cuanto a simples co-
sas,_como en las psicosis. . Freud sigue fü·:ii;:; e;;. su convicción de que el psicoanálisis
. Aquí figuran las n ermedades sicosomáticris (McDou- no puede ser la cri~da de._la psiquiatria . y se entrega a la tarea
gall 1974), el autismo, la alexitimia (Nemiah, 1977) y a no- de delimitar campos que legitimen a ambos quehaceres.
vivencia esquizofrénica (Bion 1959, 1962a; Ogden 1981). Los psicoanalistas, segúii-Cres.po, ooservan tres enfoques
La persona existe como cáscara inerte, pero en la medida nosográficos: ·
en que ha repudiado significados esenciales esta psicológica-
mente muerta. · a) Las clasificaciones clínicas de ·Freud y Abraham.
~ Hay que tener en cuenta y esto es una novedad con respecto Las ñeurosis se dividen en neurosis actuales, paranoia
a las nosologías clásicas, que los tres niveles descritos pueden (neurosis de angustia y neurastenia) y las psiconeurosis. Más
estar presentes -s~gún Og4,en- -en todos los individuos-en tarde, establece la oposición entre neurosis de transferencia
illstinta medida a traves de sendos puntos de fiJac10n que~ (neurosis obsesiva e histeria) y las neurosis narcisistas: de-
'activan por medio de las regresiones.; Por ejemplo, el repudio mencia precoz, (parafrenia), paranoia y psicosis maníaco-de-
psicosomático del significado es un rasgo de peso vario a con- presiva.
siderar en el tratamiento tanto del paciente neurótico como del b) La vis·' odríamos llamar no nosográfica.
psicótico, si es que presentan alteraciones de este tipo. Donde sólo se tiene en cuenta la semiologia psicoana itica en
, El ensayo nosológico que describe Ogden implica distintos referencia al funcionamiento de la mente. Se dice entonces que
niveles de subjetividad y diferentes perspectivas de la misma: clpsicoanalista no precisa de diagnósticos.
§_uwto plen~; sujeto como estructura; también sujeto alie- El ps1coanahsis pnma a la conducta coñcreta, que es un a
nado e incluso su'eto blanco, su'eto vacío. modo de síntoma extenso con raíces inconscientes.
n e campo de la esquizofrenia L. Crespo (2002) ha rea- c) El tercer enfo- ue delimita las entidades clfuicas a par-
lizado unas detenidas reflexiones sobre el problema de la no- tir de la expenencil!-_ ~~n _ e paciente desde la perspectiva psi-
sología psiquiátrica y/o psicoanalítica inspirándose de entrada coanalítica.
en unas palabras de Freud escritas en 1926: -LoStrastornos psicóticos de tipo narcisista, que constituyen
un grupo muy variopinto, serán, como recuerda Crespo, objeto
La psiquiatría busca las condiciones fisicas de las pertur- de la atención de diversos autores: Qeutsch (1942); Balint
baciones psíquicas y las trata como otros motivos de enferme- (1960); Winnicott ü.2,_60); Jacobson (1964) y Rosenfeld
dad. En este sentido es unilateral. Al afirmar que es unilateral (1964), entre otros.
es preciso antes fijar el punto de vista desde el cual esta ca- ~is surgidas en el psicoanálisis contribuyen a
racterística no se convierte en un reproche. En sí toda ciencia completar el panorama diagnóstico. En este sentido, Bion
es unilateral, y tiene que serlo necesariamente por cuanto ha de_
••••••••••••••••••••••••••••••••
86 Nicolás Caparrós El nivd psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 87

(1957) refiere la articulación de la parte psicótica y no-psicó- porciona la etología o a las contribuciones de la misma bio-
tica de la personalidad y el modelo dinámico continente-con- química.
tenido. El concepto de «personalidad psicótica» de este autor No quiero con ello llegar a una posición ecléctica, ni tam-
es una modalidad de funcionamiento mental cuyas manifesta- poco académica, pretendo tener en cuenta los avances habidos
ciones se evidencian en la ':.conducta, en el lenguaje; y en el / -en cualquiera ·de é-stos sectores del conocimiento y sus poSi-
efecto que pueden producir ·:en el objeto. Para Bio:µ la perso- , ]l~s sinergia~_. · · - .
nalidad psicótica no equivale, pues, a un diagnóstico psiquiá- El psicoanálisis antes y la neurología después se trazaron
trico, sino que se ·trata casi de un concepto metapsicológico. caminos de mutuo desdén. El uno acusando de reduccionismo
Citaremos también a este respecto la noción general de re- a la segunda y la neurología tachando de poco científico al pri-
gresión, como retirada a una fase anterior del desarrollo y de mero . La llamada década del cerebro ha permitido que las neu-
la ordenación mental, tan importante en psiquiatría infantil y rociencias hagan suyo el territorio de las emociones, hasta en-
para explicar las conexiories entre diversos diagnósticds. tonces poco dignas de ~studio científico; mientras, e!
Resulta muy útil el concepto de Winnicott de re resión or- psicoanálisis ha Vl!._elto su atención a investigaciones pioneras ,
g_anizada que alude a un-·mo e o e esorganización coñtro- tales como Las afasias y Proyecto de una Rsicología para neu-
lada en el interior del marco terapéutico necesario para el pro- rólogos de los que hay que rescatar no tanto unos datos con-
greso' de la cura y p1or último el also-Sel , también de cretos, .que pueden no corresponder a la realidad, como un es-
i icott 1955 considerado or su autor como una de las tilo de investigación en ese campo 5 •
organizaciones defensivas más eficaces -de~tinada a la protec- La esquizofrenia se beneficia de todas estas contribuciones,
ción de nuc eo e genumo Se , ue vmcu a a acientes se- así como del cambio de perspectiva de los diversos investiga--
veramente 12§. os. dores; será bueno si terminan con la torre de Babel tradicional.
¿Qué hacer con la metapsicología? Desde luego necesita
acuñar nuevos cop.ceptos y repensar otros. Al mismo .tiempo,
El marco psicoanalítico .de la esquizofrenia un estudio comparado de los diferentes modelos que hoy exis-
el
ten en psic.OanáliS1s deja""al.descubTerto Inconsistencias e in-
No se puede escribir hoy acerca del concepto psicoanalítico cluso incomgat1ibilidade~. ,No es el I?ropósito impedir que"Tos
de la esquizofrenia sin integrar a la meta sicología, clásica, las áeSarrollos autonomos sigan su cammo tras haber contrastado
co "b · rocedentes e la teorí ·I ne bj~ que son más idóneos que los existentes, sin9 priticar aventuras
tales, de la ps.icología del Sel(, la psicología del Yo,I las teorías ~tarias, a menudo solipsistas~ y sobre' todo ignorantes de 19
que provienen del desarrollo infantil, el concepto de psicosis de que otros autores piensan. El narcisismo de las pequeñas dife-
Lacan, la bi-lógica de Marte Blanco, la visión sobre el narci--
1 rencias prende y germina haciendo tedioso el repaso de los
SiSmo de A. Green o las aportaciones sobre el doble vinculo. «avances psicoanalíticos», hechos casi siempre a espaldas
..:. Todo ello, unido a los conocimientos que provienen de las unos de otros. Inglaterra ignora lo que hace Francia y Estados
1
neurociencias, que cada vez resultan más articulables con las Unidos efectúa su propio cocktail redescubriendo en muchos
1 •

~- estructuras psicoanalíticas4 , el análfais del contex,to que pro- casos lo. que la viej;i S'..~rcp2 había expuesto décadas antes. Ar- •

· 4 Sobre este extremo ver, entre otros, Kandel (1983), Solms (1986),
5
( 1997), Schore ( 1997), Caparrós (2002). Ver de nuevo Caparrós (2002).
88 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 89

gentina tuvo su época dorada con aportaciones originales que al o de reeducativc -;e::. '-~::.:! im lícita ne 'ación de la catástrofe ·
s~ han ahogado por importaciones 9octrinales hechas de ma- esencial gue implica esta psicosis. Una de las excepciones de a
nera acrítica y apresurada. He nombrado los cuatro principa- época en el nuevo continente lá constituye E. Pichon-Riviere,
1

les focos de irradiación, porque estos defectos se encuentran quien se interesa por los psicóticos desde una posición estri.cta-
multiplicados a la hbra de ' hablar de Italia y España, por no mente psicoanalítica utilizando al mismo'tierhpo otros arsenales
mencionar a Alemania o Austria. ., terapéuticos, como la psicofarmacología.
Tampoco es el camino, repito, construir teorías eclécticas, El psicoanálisis en Francia crea una línea original de pen-
académicas o eruditas, por lo demás insípida~, sino 'abrir los s~miento, parte de la cual nos detendrá _e n las próximas pá-
.canales de la comunicaci~n, hacer cesar .el aislamient9 y pro- gmas .
mover la cliscusión fértil. ' ¡ 'r A su vez la escuela británica, en especial la rama kleinian,fl,
Si todo esto es cierto para el psicoanálisis en general y sus basada ante todo en los estudios del desarrollo temprano in-
relaciones con las disciplinas afines, en el caso concreto de la fantil, trató desde el principio a psicóticos tanto en fase aguda
esquizofrenia el saber fragmentado, haciendo honor al objeto éomo crónica. Rosenfeld afirma que el método psicoanalítico '
de estudio; es más patente que nunca. Las clásicas compila- en estos casos debe entenderse como un sistema que integra la
ciones de L. Bellack sobre este trastcr::.c 1~j:H"on de escribirse inte retación tanto de la transferencia itiva como de la ne-
hace mucho tiempo porque, según su autpr, ya no era posible gativa, sin ut1 izar me i as-pedagógicas, y la interpretación del
mencionar siquiera la ingente bibliografia que sobré el tema se material inconsciente producido . or el aciente. !--a mayoría de
edita cada año. los analistas emianos están de acuerdo en afirmar que el aná-
Atendamos ahora a la perspectiva psicoanalítica de la es- lisis infantil ayuda a establecer la primera aproximación a lbs
quizofrenia sin obstruir al mismo tiempo otras visiones com- esquizofrénicos agudos.
plementarias. - M. Klein, con un talante diferente al de los primeros inno-
Conviene resaltar desde el principio que el término psico- vadores norteámericanos, evitaba cualquier intento de produ-
sis denota un est.ado de desorganización psicológica en 'el que cir transferencia positiva mediante manifestaciones amorosas,
se difuminan las fronteras del Yo y se afectan las funciones del limitándose a interpretar la transferencia, fuera cual fuese su
mismo, especialmente en las áreas de integración ;~ prueba de ~.-
realidad, con primacía del proceso primario. Por, btra parte, la Un hecho capital en el análisis de los psicóticos es la ca-
esquizofrenia tefiere un tipo:de estructura de perso'Aalidad con racterización de la psicosis de transferencia. El éxitodertra-
una forma característica de, organización. 1:¡- i' tamiento depende· de nuestra comprensión de esa particular si-
La clase 'de psicoanálisis que sirve y ha servido como mé- tuacIOntransferenCial que obliga a introducir modificaciones
todo de investigación y tratamiento en las neurosis, no rinde en la propia técnica. En la fase aguda rara vez se utiliza el di-
iguales beneficios en las psicosis. Había que buscar nuevos apÓ- ván y no sólo se emplea la palabra sino incluso gestos y ma-
YoSy d1senar teonas dlferentes:-Tras la muerte de Freud muchas terial lúdico. A veces es necesario comenzar con la sola pre-
de las tentativas ·en la terapia de la esquizofrenia por parte de los sencia del terapeuta; Estar puede constituir la primera e.
americanos~ aunque partiesen·inicialmente de presupuestos psi- i_!!1prescindible etapa. Eñcíeftos tramos del proceso terapéu-
coanalíticos pronto se alejaron de ellos. TaLes_el caso de Harry tico es aconsejable la colaboración con los padres -cuando la
Stack SulliY..an. E Fromm Reichmann; ?. Ft:ucm y más reciente- ácfifud y características de éstos lo autorice- y cuidadores del
mei:lt:e. K Eissler y I Rosen. Casi todas las propuestas tenían paciente.
--- ·~1-··
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Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 91
90

Ello; la neurosis narcisista a la pugna entre el Yo y el Superyó


Los cambios en la técnica alcanzan tam · ' a la frecuen- y en las psicosis el trastorno resulta de la lucha entre el Yo y
~ón de las se~iones. Con Rosenfeld llegan a las seis el mundo exterior. Esta fórmula parece no querer dejar función
entrevista§_semanales1 y a menudo juzga los cincuenta minutos alguna al Superyó en la esquizofrenia. Pero antes, en 1914, ha-
iÜsuficientes: pu.eden durar entonces una hora treinta minutos. bía señalado el paralelo existente entre los delirios de referen-
Pero, ciertos pacientes ·sólo soportan sesiones cortas y, en mi cia y las alucinaciones auditivas con las manifestaciones de la
opinión, sobre todo al principio del tratamiento,~ón conciencia. El delirio de ser vigilado representa una forma de
~e ser variable. El encuadre es un emergente del prir~ expresar lo trasgresor, revelando así la génesis misma de su
ra
de realidad y dada precariedad de éste _§er_inflexihles ~-- función. Establece pn _vínr.1110 entre el Yo ideal con la homo-
-uce a muchos frácasos tera éuticos. sexualidad y la influencia de la critica paterna. Más adelante,
orno esz eratum, y en función de las particularidades de
en ese mismo trabajo, escribe que en las enfermedades para-
la transferencia y de la escasa tolerancia a la frustración, no se
noides se reproduce el origen y la evolución de la conciencia
deben interrumpir las sesiones más allá de unos pocos · día.§. moral. '
rlnientras el aciente está en fase a da so ena de · rir en Estas ideas revelan que en estos casos otorgaba una función '
~rias regresiones: ---,.. al Superyó. Además conviene señalar que, al no existir una for-
mulación definida en Freud sobre la génesis del Superyó y la
formación del Superyó preedípico, tema que se dilucida más
Algzmos aspectos del Superyó en la esquzzom;pia tarde con la introducción de la identificación proyectiva, re-
sulta imposible encontrar cometido a un Superyó acabado, he..
Desde la tópica estructural se hace hincapié en la condición
redero del complejo de Edipo, que en realidad no existe en las
de la instancia yoica en la esquizofrenia. Es característico ci- ps1cos1s.
tar ante todo la escisión del Yo y las consecuencias que tiene E. Pichon Ríviere ( 194 7) también tiene muy en cuenta el
en este trastorno. Esa circunstancia provoca un cierto olvido papel del Superyó en este cuadro. Afirma que:
del papel que desempeña el Superyó en esta psicosis. Wexler
(1951) afirma que ciertos 'c onflictos esquizofrénicos, tales Los esquizofrénicos que sufren alucinaciones auditivas
como las alucinaciones, se entienden como expresiones de de- pueden ser de utilidad para explicar el origen del Superyó. Las
mandas pulsionales desorganizadas manejadas por una moral psicosis, incluyendo la esquizofrenia, representan el origen de
.brutal. En estos casos nos las habemos con un Superyó de es- un conflicto entre el Ello de un lado y el Yo' al servicio del Su-
tructura primitiva y arcaica contemporáneo de la identificación peryó del otro·. En el proceso de regresión aparece una diso-
primaria (.la figura incorporada de la !!l<'dr e)_ que mantiene no ciación de las ~ulsiones y la pulsión de agresión es canalizada
sólo la promesa de condenación, sino el abandono y la muerte. tanto por el Yo como por el Superyó, determinando la actitud
masoquista del primero y la actitud sádica del segundo. La ten-
Las técnicas de Wexler y Rosen (1946, 1950) implicaban
sión entre esas dos instancias origina ansiedad, sentimientos de
-tina, alianza con el Superyó amenazador del esquizofrénico culpa y necesidad de castigo ...
para irlo sustituyéndolo paulatinamente por otro más permi-
sivo emanado del analis.ta.·.
.
El Superyó evoluciona a partir de varios puntos, el más
El .papel otorgado al Superyó en las psicosis se remonta a temprano es la introyección del amor y la protección de la ma-
muchos años atrás. En 1924 Freud manifestó que una neuro- dre amante. Este desarrollo es perturbado por la prolongada
sis de transferencia corresponde a conflictos entre el Yo y el
~
Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide . 93
92

deprivación o por la hostilidad de la misma. Numberg (1920) zofrénico sino de pacientes borderline o de las llamadas psi-
inóica que uno ' de sus pacientes en sus fantasías canibalistas cosis de la afectividad.
identificaba a las personas que amaba con el_alimento y con- En la posición depresiva las ansiedades y temores cambian.
sigo mismo. Desde presupuestos diferentes al kldnismo, su- El miedo a que el Self sea destruido, se remplaza por el de da-
giere que ciertos sentimientos y sensaciones de las zonas anal ñar al buen objeto, el temor a que esto no sea posible contri-
y oral que aún no encuentran la palabra, forman las bases buye a generar el conflicto superyoico propio de la posición
id~ativas que serán con el tiempo la culpa. Creo que debemos depresiva. Si no es posible elaborarlo acontece la regresión a
considerarlos temores retaliativos y no propiamente senti- la posición esquizo-paranoide.
mientos culposos. Naturalmente, caben toda una serie de formaciones de tran-
M. K.lein afirmó que las nociones de pecho bueno y malo sición en la composición y estructura de este Yo temprano, lo
se forman por las proyecciones de los impulsos libidinales y que si bien quita nitidez a los planteamientos sobre las fronte-
agresivos en el objeto externo; cuando se introyectan en un · ras entre distintos tipos de psicosis hace justicia a la riqueza y
movimiento posterior formarán el Yo y el Superyó .respectiva- diversidad que se observa en la clínica.
mente; · 1 1 -· 1.
P. Heimann (1952), como ya señalamos, hac~ , 1 otras preci-
siones y afirma que los introyectos que figu~an en el curso de La perspectiva freudiana
un conflicto que se desenvuelve en una atmósfera, de gratifi-
cación-persecución o amor-odio, contribuyen a l~ formación · La introducción de 'las psicosis en el marco psicoanalítico
del Superyó. ' vino de manera prpgresiva y no sin. contradicciones.
Si durante la fase esquizo-paranoide predomina la agresión
La teoría freudiana de la esquizofrenia atraviesa por tres fa-
y por lo tanto las ansiedades referenciales, los buenos objetos ses históricas (Pao 1973):
serán escasos y dificiles de integrar y al mismo tiempo el Su-
Fase I (.1890-1897).-Por .ese ti.empo .tanto las neurosis
peryó comenzará su estructura alrededor de un núcleo perse- como las psicosis son defensas contra el'retorno de lo repri-
cutorio. · - - . mido; la diferencia reside en cuáles intervienen en cada caso.
Sitúo en la posición confusa esta contribución a la génesis
La paranoia utiliza la proyección (1894), (1895), (1896a),
del Superyó, que M. K.lein adscribe a la posición esquizo- (1896b). Defensa y represión no están enteramente separadas
paranoide: si las situaciones por las que el bebé atraviesa por aquel entonces~
crean objetqs extremadamente málos, los buenos objetos de- Fase JI (1897-1922).-Cuando se enuncia a final de siglo
vienen de modo reactivo . en extremadamente buenos y son
la Teoría de la libido surge la intención de aplicarla a la es-
idealizados. · quizofrenia, como sugieren _diversas cartas. a Fliess, Abraham,
Esta operación en pequeña escala y sin incurrir en lo más Jung y Ferenczi 6 • El caso más demostrativo es el del magis-
polar, propicia; tras la introyección correspondiente, el Ideal trado Schreber (1911).
de Yo. En el primer caso este Ideal del Yo, que se integrará en
el incipiente Superyó junto con los objetos persecutorios, con-
figura un Superyó especialmente severo. . '
En contra de la opinión de K.lein y Rosenfeld no me inclino 6
Por ejemplo, y entre otras muchas, Abraham (26-VII-1907); (18-XII-1910);
Jung (27-1-1908) y Ferenczi (11-11-1908).
ji
por considerar a este tipo de Superyó como propio del esqui-
t,

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Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 95
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Freud sostuvo que la. paranoia era una entidad clínica in- Con la retracción libidinal, el esquizofrénico queda incapaz
dependiente, de todas formas el cuadro que ,t raza de ella a me- de establecer transferencia y por lo tanto no seria accesible al
nudo se complica por la presencia de rasgos reputados como psicoanálisis; no obstante, cabe observar ciertos fenómenos
esquizofrénicos. Al analizar la paranoia será la ocasión de es- transferenciales si el desinvestimiento' no ha sido completo o
tudiar este problema más de cerca. se inicia fa fase de reinvestimiento.' La presencia-ausencia del
La teoría en esta fase queda así: hecho transfenmcial es una buena muestra del gradualismo del
El desarrollo libidinal discurre del autoerotismo al narci- proceso esquizofrénico.
sismo y finalmente al amor de objeto; en-esa progresión cier- También.es necesario establecer niveles de profundidad del
tas cantidades de libido son fijadas. El punto·de fijación en la trastorno esquizofrénico basados en la diferente complejidad
paranoia es la etapa narcisista y en la esquizofrenia el estado de su estructura. Una tentativa de este tipo será examinada más
autoerótico -más regresivo-. En la primera los conflictos adelante.
implican fantasías desiderativas de tipo homosexual de natu- Como Pao (1973) señ~la, Freud no aborda el problema del
raleza imprecisa. trastorno del pe'!:._samiento hasta 1915 en Lo inconsciente; en
En el curso de los conflictos que un paranoico o un esqui- esa fecha distingue entre representación de cosa y representa-
zofrénico viven con el objeto, se produce una retirada de los ción verbal, sugiere entonces que en la esquizofrenia son las
investimientos del murido exterior -del _que luego hablaremos palabras y no las cosas las que resultan sometidas al proceso
in...extenso- que proceden a depositarse en ~l Yo: primario, de ello se sigue el característico desorden del pensa-
Algo similar sucede en principio' en las neurosis, con una di- miento. Tras la retirada de los investimientos, tanto la repre-
ferencia importante:' tras la retirada de la libido, ésta inviste a un sentación de cosa como la de palabra quedan desprovistas'de
objeto de la fantasía y no recae enteramente en el Yo. Cuando libido. Habrá que reiterar que esta retirada puede ser más o me-
la represión fracasa, ocurre.un nuevo intento de reprimir que, en nos total.
función de la naturaleza de las defensas que intervengan, depara En 1920, época de la pulsión de muerte, no se producen
al final formaciones neuróticas específicas. En la paranoia su- cambios de interés en este tema; p~ro en 1925 (La Negación),
cede un proceso paralelo, con ciertas características que le dis- escribe:
tinguen del anterior: la retirada de la libido actúa como equiva-
lente de la represión propiamente dicha y viene acompañada de El negativisrno desplegado por algunos psicóticos proba-
·- un proceso de reconstrucción a través del mecanismo de la pro- blemente. haya de ser considerado como signo de defusión de
yección, m~entras que en la esquizofrenia los mecanismos alu- las pulsiones que ha tenido lugar a través de la retirada de la
cinatorios son otros tantos intentos de estructuración. libido ( 1925).
El proceso de retirada de investimientos -la entraña de la
auténtica psicosis- es silenCioso, pero la subsiguiente recons- Fase !JI (1923-1939).- Es una época fértil que comienza
-trucción no lo es y viene acompañada de delirios y alucina- con la aparición de El Yo y el Ello (1923); un año después, es-
ciones. En esta etapa, <das vivencias cósmicas' del fin del cribe dos trabajos sobre la esquizofrenia (1924a), (1924b).
mundo» se consideraban como la proyección de la catástrofe Al mismo tie~_r') q!.!~ aplicaba el modelo estructural a la~
interna. La «megalomanía», el producto de una retirada de la neurosis realiza numerosas observaciones acerca de esta psi-
libido que inviste después al Yo. Un fracaso de esta operación cosis. La idea de psicosis en Neurosis y psicosis (1924a) apa-
se traduce en hipocondría o en parafrenia. rece ya bien definida:
h
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 97
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De otras formas de: psicosis, las ~squizofrenias, sabemos minaría el influjo .de la realidad y en la psicosis el del Ello. La
que culminan en un embotamiento afectivo; esto es, en la pér- pérdida de realidad sería un fenómeno característico de la psi-
. 1

dida de todo interés hacia el mundo exterior. Con respecto a la cosis y ajeno, en cambio, a la neurosis.
génesis de los delirios, algunos anúl~5is ... .:.::--han enseñado que Sin embargo, estas conclusiones no parecen conciliables
el .delirio surge precisamente en aquellos puntos en los que se con la observación de que toda neurosis perturba la relación
ha producido una solución de continuidad en la relación del Yo del enfermo con la realidad, constituyendo para él un medio
con el entorno. Si el conflicto con el mundo exterior, en el cual de retraerse de- elfa y un refugio al que ampararse huyendo
hemos visto la condición de la enfermedad, no se hace aún más de las dificultades de la vida real. Esta contradic~ión parece
patente, ello depende de que en el cuadro patológico de la psi- espinosa, pero es muy fácíl de resolver, y su solución ha de
cosis quedan a veces encubiertos los fenómenos del proceso fomentar considerablemente nuestra comprensión con la
patógeno por los de una tentativa de curación o de reconstruc- neurosis.
ción. La etiología común a la explosión de una psiconeurosis Tal contradicción subsiste, en efecto, solamente mientras
o una psicosis es' siempre la privación, el incumplimiento de · nos limitamos a considerar la situación inicial de la neurosis,
, uno de aquellos deseos infantiles, jamás dominados, que tan en la cual el Yo lleva a cabo la represión de una tendencia ins-
hpndamente arraigan en nuestra organización, determinada por tintiva obedeciendo a los dictados de.la realidad. Pero esto no
la filogenia. Esta privación tiene siempre en el fondo un ori- es todavía la neurosis misma. Ésta consiste más bien en los
gen exterior, aunque en el caso individual parezca partir de procesos que aportan una compensación a la parte perjudicada
aquella inst~ricia interior (en el Superyó) que,se h~ atribuido la del Ello, es decir, en la réacción contra la represión y en su fra-
representación de las exigencias de la realidad. El efecto pató- caso. El relajamiento de la relación con la realidad es luego la
geno depende de que el Yo permanezca fiel en este conflicto a consecuencia de este segundo paso en la 'p roducdón de la neu-
su dependencia del mundo exterior e intente amordázar al Ello; rosis, y no habríamos de extrañar que' la investigación descu~
o que, por el contrario,' se deje dominar por el Ello y arrancar briese que la pérdida de realidad recae precisamente ' sobre
aquella parte de realidad a .cuya demanda fue iniciada la re-
así a la realidad.
presión.
Otra afirmación fundamental y bien conocida, que se en- Y más abajo:
cuentra en este mismo trabajo, supor.~ ~:..ie las neurosis de
transferencia se corresponden respectivamente a un conflicto Podría ahora esperarse que en la génesis de la psicosis se
entre el Yo y el Ello, las neurosis narcisistas a un conflicto en- desarrollase algo part:l;ido al proceso que tiene efecto en la
tre el Yo y el Superyó y las psicosis a un conflicto entre el Yo neurosis, atlnqµe, naturalmente, entre otras instancias; esto es,
y el mundo.externo'. que también en la psicosis .se ·hicies~n, vi,sibles dos avances, el
Estas ideas 'prosiguen y se profundizan en La pérdida de la primero de.los cuales arrancaría al Yo de la realidad, mientras
realidad en neurosis y psicosi~'; (1924b): que el ségundo tendería a enmendar el da.fío y restablecería, a
costa del Ello, la relación co~ la realidad. Y, efectivamente, ob-
Ya en un trabajo reeiente expusimos como uno de los ca- servamos en la psicosis algo análogo; dos avances, el segundo
, racteres diferenciales entre la neurosis y la psicosis el hecho de de los cuales tiene un carácter de reparación; pero' luego la ana-
que en la primera 'reprime el Yo, obediente a las 1exigencias de logía se convierte en una coincidencia mucho más amplia de •
la realidad, una parte del Ello (de la vida instintiva), mientras los procesos. El segundo avance de la psicosis tiende también
que en la psicosis el mismo Yo, dependiente ahora del Ello, se a compensar la pérdida de realidad, pero no a costa de una li-
retrae de i.lna parte de la realidad. Así, pues, en la neurosis do- mitación del Yo, como en la neurosis a costa de la relación con
' b1.· 1 .
•• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Nicol ás Caparrós El ni vel psicopacológico de la posición esquizo-paranoide
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la realidad, sino por otro camino mucho más independiente; La libertad del Yo-psicótico, no es envidiable, ni otorga al-
esto es, mediante la creación de una nueva realidad exenta de bedrío, sino que, por el contrario, significa anti-vínculo, sin
.. los motivos de disgusto que la anterior ofrecía. Así, pues, este sentido y en casos especialmente severos, imposibilidad de
segundo avance obedece en la neurosis y en la 'psicosis a la constituirse como tal sujeto; queda abandonado entonces a los
misma tendencia, apareciendo en ambos casos al ser'Vicio de vaivenes de la no-experiencia.
las aspiraciones de poder del Ello, que no se deja dominar por
la realidad. En consecuencia, tanto la neurosis como la psico- Las perspectivas que Freud ~uncia ahora son precisamente
sis son expresión de la rebeldía del Ello contra el mundo exte- esas:
rior o, .si se quiere, de su incapacidad para adaptarse a la rea-
lidad diferenciándose mucho más entre ·sí en la primera No hace mucho descubrí, por conducto puramente especu-
reacción inicial que en la tentativa de reparación a ella conse- lativo, la regla de que la diferencia esencial entre neurosis y
cutiva. psicosis. radica en que en la primera el Yo, al servicio de la rea-
lidad, somete u.-::: r'.!:-te del Ello, mientras que en la psicosis-
En El fetichismo (1927) expresa reservas hacia l ai-ios as- se deja arrastrar por el Ello al desprenderse de una parte de la
pectos que antes apuntó y como gran innovación intenta ex- realidad. Al poco tiempo, el mismo tema me ocupó una vez
plicar la diferencia entre neurosis y psicosis en términos de es- más. Sin embargo, no tardé en hallar motivos para lamentar el
cisión (merced a ella pueden coexistir dos actitudes haberme aventurado tanto. El análisis de dos jóvenes me reveló
contradictorias, una según el deseo, la ótra ceñida a la reali- que ambos -uno a los dos y el otro a los diez años de edad-
'
dad). Ahora manifiesta que tanto za .
renegación como la esci- habían rehusado reconocer, es decir, habían «escotomizado» la
sión son defensas que adopta el Yo del esquizofrénico. Cuando muerte del padre amado y, sin embargo, ninguno de ellos ha"'"
prevaiece la actitud que se ·somete al deseo propicia las condi'- bía desarrollado una psicosis. He aquí, pues, que una parte
ciertamente considerable de la realidad había sido repudiada
ciones de la psicosis. por el Yo, de la misma manera en que el fetichista repudia el
Lo que Freud ha venido diciendo hasta ahora está relacio- hecho ingrato de la castración de la mujer. Comencé asimismo
nado en primer lugar con el punto de vista económico: investi- a sospechar que en la infancia no son nada.raros fenómenos si-
mientos y retirada de los mismos. D_esde esta visión ignoramos milares, y pensé que me había equivocado al caracterizar las
por qué un psicótico desinviste al objeto y se repliega en el Yo. neurosis y las psicosis de la manera antedicha. Quedábame, sin
¿Por qué hacer tal sacrificio? Desinvestir al objeto supone embargo, un expediente: podría ser que mi fórmula se confir-
r_o,mper vínculos y dejar hacer a la pulsión de muerte. mase única.mente en presencia de un grado más alto de dife-
-- · La escisión, la renegaGión y las posibilidades dinámicas y renciación en el aparato psíqu,ico, de modo que en el niño fue-
estructurales que abren, son la respuesta posible para aliviar la sen tolerables ciertas reacciones que inevitablemente deberían
angustia de fragmentación. Ambas son técnicas para responder causar grave daño al adulto. Nuevas investigaciones; empero,
al objeto externo. En otras palabras, la escisión y ,la renegación me condujeron a otra salida de esta contradicción.
_no son iniciativas gratuitas de un Yo que ha huido caprichosa- Demostrose, en efecto, que los dos jóvenes no habían «es-
cotomizado» la muerte del padre más de lo que el fetichista «es-
mente de la realidad, sino formas adaptativas ante el fracaso
del objeto externo en contenerle. Si el Yo del neurótico está al
cotomiza» la castración de la mujer. Sólo una corriente de su •
vida psíquica no había reconocido la muerte del padre, pero
1
·
servic;::io de la realidad, como dice Freud, se debe a que el su- existía también otra que se percataba plenamente de ese hecho;
. jeto ha encontrado sentido precisamente en ella. Es una de- una y otra actitud, la consistente con la realidad y la conformada 1

pendencia necesaria, dependencia para ser. al deseo, subsistían paralelamente.» (El Fetichismo 1927).
~ ··
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 101
100 ·
1
los conflictos provocan la regresión y que ésta cuando sitúa al
En l 940b considera .que la escisión es menos específica de
Yo en un espacio más primitivo es la causa de la aparición de
la..esquizofrenia de lo ·qu:e se había venido sosteniendo, pero al
los delirios, de la pérdida de realidad y en algunos casos de la
mismo tiempo describe con claridad su acción y efectos en ésta:
1 ' ; megalomanía y la hipocondría.
Replica al conflicto con dos reacciones contrapuC?stas y las
dos válidas y eficaces. Por un lado, con la ayuda d,e ciertos me-
canismos rechaza la realidad y rehúsa aceptar cualquier prohi- Después de Freud
bición; por otro, al mismo tiempo, reconoce el peligro de la
realidad, considera el miedo a aquel peligro·como un síntoma La escuela británica prosigue con·Klein, Heimann, Winni-
patológico e intenta, por consiguiente, despojarse de dicho te- cott, Bion, Rosenfeld y Meltzer su propfo trayecto del que nos
mor. Hay que confesar que ésta es una solución muy ingeniosa. iremos ocupando después. En todos ellos el objeto, en sus ver-
Las dos partes en disputa reciben lo suyo: al instinto se le per- . siones interna y externa, desempeña una función primordial. ,
mite seguir con su satisfacción y d J.a r..:z.:iaad se lemuestra el Al otro lado del océano Hartmann (1953) analizó el papel ,
respeto debido. Pero todo esto ha de ser pagado de un modo u del Yo en la esquizofrenia como mediador entre las pulsiones
otro, y este éxito se logra a costa de un desgarrón del Yo que y la realidad llegando a la conclusión ·de que tanto los con-
nunca se cura, sino que se profundiza con el paso del tiempo. trainvestimientos yoicos como aquellas funciones del Yo que
Las dos reacciones contrarias al conf}icto persisten como el
punto central de una escisión del Yo (La escisión del Yo en el mantienen el contacto con la realidad estaban debilitados o po-
seían un desarrollo- incompleto. La relación de la regresión con
proceso de la defensa 1938). ·
la esquizofrenia queda ahora modificada puesto que este autor
En 193 7 había analizado las alteraciones del Yo en térmi- admite que las funciones del Yo crecen de forma desigual y su-
fren regresiones no uniformes. Hartmann hace por entonces
nos de los efectos acaecidos a éste debido a las defensas.
mucho hincapié en los impulsos agresivos que los esquizofré-
También afirmó: : nicos presentan.
Que todos los síntomas y las restricciones ejercidas por el En resumen, en su opinión el trastorno de la función inte-
1
·Yo y los cambios estables de carácter tienen una cualidad com- gradora del Yo es de más peso que la regresión, tal y como
pulsiva (... ] es decir poseen una gran intensidad psíquica y al Freud había sostenido.
mismo tiempo observan gran independencia de la organización Más tarde :i;>ao (1977) reelabora ·la teoría de Hartmann de
de otros procesos que se presentan ajustados a las demandas manera más acabada y distingue cinco pasos en la formación
del mrindo exterior y que obedecen a las leyes del pensamiento de síntomas que enumero a continuación:
lógico., Los fenómenos se influyen poco o nada por la realidad a. El conflicto
extenor (.. .]'son, podríamos decir, un estado dentro de otro es- Anna Freud en 1974 había mostrado las diferencias entre
tado, con- el que la cooperación resulta imposible, pero que déficit y conflicto y añadió que el tratamiento de ambos debe- .
puede a cambio forzar a la parte normal hasta someterla. Si ello ría seguir caminos y estilos diferentes. Esta es uria observación
ocurre, implica dominio por pru le <le ¡¡.~:!--realidad psíquica in-
1

capital que tiene consecuencias en la técnica, como antes diji- • J'


terna sobre la realidad exterior.
mos. La relación déficit-conflicto ha atravesado alternativas.
Freud, al utilizar de forma reiterada la noción d~ regresión En 1911, a propósito del caso Schreber, Freud otorgaba un
de l:i relación de objeto al autoerotismo, insinúa la idea de que peso similar a ambos grupos de factores. Así dirá: ,
h:-
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El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 103
Nicolás Caparrós
102
amos de contrapunto la teoría bioniana de la psicosis se apre-
No podemos despreciar la posibilidad de que los trastornos cian varios grados de coincidencia. La extrema ansiedad coin-
" de la libido sean reacciones contra los investimientos del Yo,
cide precisamente con la disolución de los vínculos y la presen-
pero también puede ser lo contrario, es decir que se produzca
una alteración secundaria o inducida del proceso libidinal a cia masiva de objetos beta -incapaces de establecerlos-, todo
ello provocado por la ausencia de contención. En estas circuns-
causa de trastornos del Yo. ·
tancias el Yo no está simplemente escindido, sino fragmentado.
El término pánico orgánico está inspirado en el concepto
-- Aunque muchos autores, como Hartmann, M. Klein o mahleriano de malestar orgánico -organismic distress-
Bion, :se inclinan a considerar que los conflictos con la pulsión ( 1968)7 con el que esta autora significa ese estado fisiológico,
de muerte son básicos en la formación de los síntomas en la
con gran tensión, que el bebé experimenta en la etapa más tem-
esquizofrenia, no son abs~Ü.itamente imprescindibles en el sen- prana de su vida. En ese tiempo no puede aliviarla por sí
tir de Pao. En su opinión, el esquizofrénico puede estar afec-
1 mismo y aquí entra de marn::ra obligada a desempeñar esta fun-
tado por el mismo tipo d,e conflictos que otros seres humanos. ción el objeto externo. El mantenimiento de su homeostasis de-
Lo específico no es el contenido sino la forma en ·que el Yo pende de la madre. Pao apunta la pbsibilidad ·de que tenga su
1

responde. No obstante, los mecanismos de defensa mediante origen en experiencias demasiado intensas de ese tipo durante
los que se ,trata de mantener controlados a éstos suelen ser los las fases más primarias deJa vida. Se hace patente la necesi-
más primitivos tales como escisión, renegación, introyección, dad de una madre suficientemente buena (Winnicott 1955).
p~yección, fusión, control omnip9tente, identificación pro- Algun:as manifestaciones de la esquizofrenia revelan ante
yectiva, etc. Pero si los conflictos se activan no desencadenan todo su estirpe conflictiva y otras el origen defectual. En el
la angustia del tipo neurótico que estamos acostumbrados a ver proceso de intercambio de señales que en el temprano des-
en esos trastornos, sino el llamado pánico orgánico o ansiedad arrollo se efectúa entre la madre y el niño, según la idea de
psicótica. Mahler, en lo que nosotros llamamos sistema madre-bebé, a
La noción de pánico orgánico es una idea interesante en re- veces la incapacidad de aquélla o problemas deficitarios de
lación con la esquizofrenia. Sin embargo, disiento de la ob- éste, debidos a n~i~;_ e!!!0 precoz, partos problemáticos, en-
servación de Pao sobre la pulsión de muerte. Si éste la concibe fermedades intercurrentes, e incluso alteraciones genéticas,
como anti-vínculo, cosa de la que no puedo estar seguro, la dan lugar a que su curso normal se vea alterado. Desencuen-
misma idea de «panico orgánico» como máxima expresión de tros, falta de acople, diferentes ritmos, etc.
·- tensión libre de lazos habría' de ser calificada como1 un efecto Las huellas mnésicas del pánico orgánico excesivo se tra-
1

mismo de esa pulsión. .. ducirán después en una predisposición a la ansiedad, como es-
Es cierto que lo. que define al conflicto esquizofrénico es
tableció Greenacre hace mucho tiempo (1941). 'En determina-
la forma en que es elaborado, pero si esta elaboración se efec- dos casos estas personas en vez de experimentar ansiedad ante
túa por medio. de mecanismos muy arcaicos es porque previa- una situación de alarma sienten siempre pánico.
- mente ha existido una regresión y/o el déficit del aparato psí-
quico impide auxiliarse de otros medios ~
j
1
1

b. La ansiedad psicótica o pánico orgánico


7
Se refiere con ello un grado extremo de ansiedad. Durante En 1975 Mahler utiliza el término pánico orgánico y lo refiere a un
retraso en la disposición emocional para desempeñarse sin la madre, una vez
este trance, las funciones normales del Yo están completamente que una serie de funciones autónomas del Yo se encuentran ya maduras.
fuera de sí. Sin contención es incapaz de recuperarse. Si emple- .
~li'
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquiro-paranoide 105
104

Ya hemos señalado e¡{ este libro que aunque en 1926 Freud zación. Tras un tierr-r", ~! Vn se recupera en un estado de má-
prssenta una segunda teoría de la angustia en la que ésta actúa xima regresión que actúa como una nueva forma de control,
como señal, en realidad no abandona nunca la primera en la ya que las anteriores fueron en vano. , ' ··
que aparece desde una perspectiva económica: es decir· como El Self se hace regresivo.
energía· no ligada -libre de vínculos-. Mahler parle de la d. En busca de la mejor solución
primern teoría,· que apunta sobre todo a aspectos fisiológicos Freud conceptuó el síntoma como formación de compro-
y .no psíquicos, lo que parece pertinente dado que el Ello-Yo miso. Nunberg (1929) refiere después una/unción sintética del
aún no está diferenciado. • Yo que consiste en la capacidad de crear las citadas formacio-
La segunda teoría de la angustia presupone la existencia del nes. Hartmann añadió unas estrategias adaptativas que llamó
Yo según la afirmación freudiana de que el Yo es el lugar de en conjunto función integradora del Yo. Este autor afirma que
aquélla, esto nos hace pensar que la angustia a la que se re- la relación de un individuo con su medio se modifica de con-
1
fiere en la segunda tópica, como tal angustia señal, corres- tinuo y es necesario hallar el equilibrio una y otra vez. Pero -
ponde a etapas del desarrollo posteriores. 1,;0-olvidar 9,Ue exis- este equilibrio-compromiso no necesariamente es normal, '
ten diferentes tipos de este afecto: angustia de desintegración también puede ·ser patológico.
o de fragmentación, angustia persecutoria, catastrófica, depre- La aparición de los síntomas habrá de ocupamos ahora.
siva e incluso angustia neurótica. La ansiedad de la primera tó- e. Formación de síntomas
pica es de tipo primordial, puro indicio anunciador de lo tha- La sintomatología de la esquizofrenia; ·sea del tipo que
nático. .,, fuere, es la mejor solución posible que el paciente ha sabido
No obstante, el concepto «pánico orgánico» entraña la pre- encontrar en cada ~omento. Con el tiempo, las circunstan:-
sencia de un Yo, si bien éste se encuentra en situación muy pri- cias pueden cambiar y serán otras las soluciones idóneas, las
formas de la esquizofrenia que se describen habitualmente
mitiva.
Los aspectos deficitarios del bebé, que ayudarán a la eclo- no son compartimíeutus estancos, sino que una · se puede
sión de ese tipo de reacción, pueden expresarse de diyersas ma- transformar en otra, en función de cuál seá el mejor hallazgo
neras: imposibilldad de neutralizar las pulsiones, dificultad adaptativo. De todos modos, cada paeient'e 'acusa cierta' ten-
para intemalizar la capacidad materna para el control de la an- dencia por un tipo de cuadro y se debe, sin du'da, a la exis-
siedad, problemas para conseguir la constancia objetal y la in- tencia de más puntos de fijación en el periodo de desarrollo
tegración afectivo-cognitiva. que lo origina. ·
La insatisfacción ·en las relaciones de objeto conduce a im- Las respuestas ·posibles ante el «doble vínculo» son un
pulsos agresivos. El esquizofrénico potencial está permanen- ,,
1 buen ejemplo de esta diversidad.
,,
temente en guardia y necesita del sistema madre-bebé para ¡, Antes de cristalizar en un,a postura determinada, la inercia
¡1 conduce hacia las defensas ínas arcaiCas. Pero incluso enton-
conservar su homeostasis; como Mahler indica. ' 1·
c. Funcionamiento .de la experiencia del Self durante el
1
ces existen estructuras con mayor grado de maduración -me-
período de pánico ·ofgánico [ nos psicóticas-. Esta circunstancia hizo decir a Freud (1940a) .
El concepto de pánico orgánico es unar espuesta afectiva en Compendio del psicoanálisis:
'
producto de la relación entre un objeto incontinente y un Yo
desarrollado de forma inadecuada. Es una experiencia breve y Incluso en un estado alejado de la realidad externa, uno
a veces recurrente que induce a un estado de gran desorgani- aprende de los pacientes que tras su recuperación, al mismo
li. ,,"
E ...
_'i n i
... ·"
••••••••••••••••••••••••••••••••
El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 107
Nicolás Caparrós
106

El déficit es un punto ciego en el desarrollo, lugar de la no-


tiempo, en algún rincón de su mente, estaba escondida una per- experiencia, donde nunca se inscribió significado. Ese vacío,
... sona normal que, como un espectador distante, vigilaba el
consecuencia del repudio, fue provocado ante todo en períodos
curso de la enfermedad.» donde la intensidad de la angustia, no contenida ni elaborada,
impidió la experiencia y por lo tanto, con mayor razón, el re-
gistro de su significado y sentido.
Conflicto y déficit . En cierto modo el déficit se opone al conflicto. Allá donde
el neurótico exhibe una: dinámica entrecortada donde los
Hemos mencionado ya rep~tidas veces las nociones de con-
opuestos se enfrentan y las contradicciones bullen, el psicótico
flicto y d6ficit aplicadas a la esquizofreniá y no seguiremos
muestra Nada. Existen hechos en la vida del psicótico que no
adelante sin dedicarles algunas refiexiom:; s -en profundidad; en
se tradujeron en experiencias y por lo tanto nunca pudieron pa-
realidad, son una expresión concreta de controversias mucho
sar al registro de lo simb~)lico . Estos aspectos «blancos» pue-
más amplias. 'M e refiero entre otras cosas a: blan en mayor o menor medida toda psicosis. Su número y cua-
lidad, que depende del momento de su no-inscripción, deciden
l l El problema de la continuidad-discontinuidad entre
el tipo de ésta.
neurosis y psicosis. Pero conflicto y déficit no se excluyen. En un proceso in-
En la psiquiatría clásica se abogó · siempre por la segunda
terrumpido o salpicado por éstos, se desliza el conflicto como
wopuesta que alcanzó su expresión más ac.a bada con Jaspers
expresión de la actividad negociadora del Yo escindido.
y su binomio compresión/explicaCión. Con el tiempo, esta dis-
4. Que el déficit aparece en las psicosis es algo que ju:lgo
tinción tajante se puso en duda, incluso ·d esde la propia feno-
innegable, lo que no debería excluir algo tan evidente como es
menología, con la crisis de la propuesta jasperiana. La clínica
que el conflicto subsiste en el nivel de déficit en el que el su-
mostró que la frontera que separa comprensión de explicación
jeto se encuentre. Dicho de otra forma, no me parece adecuado
no es, ni mucho menos, nítida. enfrentar déficit a conflicto; es más aceptable referirse a con-
2. El psicoanálisis fue construido primero como una Teo-
flicto en el déficit.
ría general de las neurosis. .. Grosso modo, lo que se refiere a conflicto y déficit ha dis-
Se invierte la tendencia psiquiátrica que dedicaba la má-
currido de la manera en que veremos a continuación.
xima atención a las psicosis -el objeto de la gran psiquia-
-. tría- dejando en un reducto apartado a las neurosis. Desde
este punto. de vista,: el primer enfoque del psicoanálisis sobre
La Teoría unitaria del confli'cto
las psicosis es ante todo económico -problema de los inves-
timientos- y dinámico -la cuestión del conflicto-. Ya en
Freud nunca definió la esquizofrenia, la demencia precoz
1897 Freud pensaba que todos los cuadros psíquicos, tanto
o la parafrenia; se encuentra con esas categorías nosológicas e
- neuróticos como psicóticos, procedían de vicisitudes anómalas
intenta extraerles un sentido y a la larga inquiere también so-
de, la libido. bre su estructura. •
3. Pero el mismo psicoanálisis cuando aborda con más
El propio Freud, en 1894 y 1896 y más tarde Abraham
sistematicidad la perspectiva genética y con ella el proceso y
en 1908, fueron los primeros en expresar la esquizofrenia en
la sucesiva complejidad de las estructuras psíquicas, topa con
términos de conflicto, es decir a imagen y semejanza de las neu-
el problema del déficit.

108 Nicolás Caparrós El nivd P'imp><ol6gim do¡, P°'id6n "quiro-pmnoid< ' / 109

rosis. Este enfoque constituye lo que despues se ha llamado la en la Teoría general de las neurosis que Freud construye a par-
Teoría unitaria. tir del ocaso del trauma.
" Esta teoría, como señala N. London (1973), llamada tam- 2. Esta perspectiva viene subordinada a la Teoría del con-
bién Teoría del conflicto, contiene en las siguientes premisas: flicto y defensa intrapsíquicos, de ·carácter más general.
1: Existe continuidad entre la conducta esquizofrénica y De todas formas, incluye también ciertos aspectos defici-
otros cuadros psicológicos. tarios que provienen de una alteración·temprana en la forma-
Esta idea fue mantenida por el propio Freud en 19 l 7b (Adi- ción de las relaciones de objeto (narcisismo). Los factores trau-
Ción psicológica a la teóría de los sueños) donde sostiene: máticos que en el desarrollo del sujetó inducen la
esquizofrenia son los mismos que en el caso de las neurosis,
La teoría de la libido podía festejar su triunfo en todo el ca- pero tienen lugar en épocas anteriores. Sin más precisiones,
mino desde la mái; simple de las neurosis actuales hasta la más esta teoría afirma que cualquiera puede padecer esquizofrenia,
severa alienación de la personalidad. caso de haber sufrido up. cierto grado de conflictos intrapsí-
quicos inmanejables.
Kubie (1962), Arlow y Brener (1969), Pao (1973), Ogden Arlow y Brenner (1969) reformularon estas hipótesis ini-
(1980) y otros, señalan que el trastorno esquizofrénico se con- ciales actualizándolas con los desarrollos metapsicológicos de
sidera como una alteración más grave que el comportamiento entonces. Las representaciones de objeto están bien investidas
neurótico, pero las diferencias son cuan'titativas ,1 no cualitati- en los esquizofr~nicos. lo que comprueban a partir de la trans-
vas8. Mantienen la teoría -en donde lo esencial es la pers- ferencia, que representa otros tantos desplazamientos al ana-
pectiva estructural- de la esquizofrenia como expresión de un lista de investimientos previamente depositados en objetos-in-
conflicto tal como se explica en que las neurosis, a partir de la fantiles. ·
dinámica conflictiva entre las pulsiones y las defensas que se Los delirios, las alucinaciones, las quejas hipocondríacas y
erigen contra ellas. Como rasgo diferenciaE las fijaciones de la megalomanía, se explican en términos de conflicto y de-
la esquizofrenia son más tempranas. fensa. Por ejemplo, los síntomas hipocondríacos serían idénti-
No parece que en esta concepción las fijaciones arcaicas cos en su estructura a la conversión, reproduciendo así el viejo
puedan significar una diferencia cualitativa9• Además, resulta paralelo freudiano entre Paranoia e Histeria.
de especial importancia definir el estado en que queda el Yo Haciendo uso de esta hipótesis, E. Jacobson describe me-
tras la situación traumática. canismos de. identificación en ese .niño que todavía no discri-
La mayoría de los síntomas en este enfoque pueden dedu- mina entre el Self y el objeto -identificación primaria-,
cirse desde .las regresiones y la consiguiente alteración del jui- mientras que en la identificación de un sujeto de más edad, el
cio de realidad. Regresiones que scontecen con motivo de la Yo intenta ser como el objeto, ya que por entonces existe una
ansiedad que la estrlictura psíquica es incapaz de absorber. La relativa separación entre ambos.
fantasía adquiere tina importancia fundamental, como sucede Jacobson supone la existencia de una edad temprana en la
que faltan representaciones de sujeto y objeto, por la ausencia
de un desarrollo normal del Yo, en las psicosis se producida
una regresión a este estado. Queda por explicar qué factores
provocan el inadecuado desarrollo del Yo.
8 El caso de Ogden tiene ciertas peculiaridades.
9 Es.ta es precisamente mi opinión.
••••••••••••••••••••••••••••••••
110 Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 111

A este respecto, L. Kubie sostuvo que toda la psicopatología


BroN Y EL MODELO ESTRUCTURAL DE ÜGDEN
.. del esquizofrériic(' "C'"l~i~!e, en esencia, en un menoscabo de la
facultad de simbolizar.
El modelo propuesto por Ogden (1980) no aborda el con- Diversos autores no psicoanalíticos; como Vigotsky, Hauf-
flicto psicológico, entendido como pugna entre significados man, Kasanin, Goldstein, Benjamin, von Domarus y S. Arieti,
incompatibles, utiliza en su lugar el concepto bioniano de ata- han descrito diferentes aspectos del pensamiento psicótico y
que esquizofrénico sobre la propia capacidad de transforma- definieron al esquizofrénico como un individue;:> incapaz de
ción psíquica. Propone considerar a la esquizofrenia como ex- pensar en términos figurados (incluyendo los metafóricos),
presión de · la oposición entre los deseos de pensar y con abstracciones o conceptos y símbolos válidos por acuerdo
experimentar versus ataques reales al pensamiento, la per- mutuo; inhábiles también para generalizar.
cepción y la citada capacidad de experimentar y pensar. Eso Bateson y otros (1956) señalaron que el esquizofrénico usa
lo diferencia del conflicto neurótico, en el que pueden coexis- metáforas, pero metáforas no rotuladas, sin consenso, que se
tir significados incompatibles, tanto conscientes como incons- quedan en el registro imaginario; lo que anuncia un fracaso en
cientes, en un estado de tensión. - la cadena que conduce al símbolo. En este orden de cosas, la
En el conflicto esquizofrénico la tensión nace por los de- ecuación simbólica forma parte de los trastornos psicóticos de
seos de mantener un estado psicológico con:significados frente la relación entre el Yo y los objetos.
a la existencia de ataques reales para conservarlos. Freud había pensado algo similar al decir que el esquizo-
la particularidad de la propuesta de Ogden, muy impreg- frénico, en lugar de recobrar los objetos, recupera las sombras
nada del pensamiento de Bion reside, en mi opinión, en admi- de los mismos; es decir, sus representaciones verbales. "
tir la presencia de ataques reales al pensamiento, la percepción Werner conc'eptúa esta característica, de manera muy
y la experiencia. Si tienen éxito, y por definición en la esqui- acertada en mi opinión, como una regresión a un nivel ar-
zofrenia alcanzan alguno, su efecto es el déficit. caico del pensamiento, comparable a lo que se observa en los
Desde esta base inicial emerge un conflicto o pugna entre niños y en miembrus cie ias llamadas culturas primitivas; un
la inscripción del significado y el sentido y su ausencia: entre pensamiento que no discrimina entre lo concreto y lo meta-
el vínculo y el antivínculo. fórico.
Esta tensión primera desemboca en la aparición de diver- La mayoría de los trabajos sobre este tema, incluidos los
sos grados de no-pensamiento y no-experiencia diferenciables de la escuela lacaniana que discurren en torno al concepto de
én la clínica y que tienen consecuencias inmediatas para el tra- forclusión, describen este aspecto de '1a esquizofrenia como
tamiento, tanto en sus aspectos técnicos como en cuanto sir- si apartara más profundamente que cualquier otra manifesta-
ven de hilo conductor del mismo. ción del trastorno esquizofrénico del contacto con los demás,
Para mayor claridad, debo plantear la similitud y la dispa- más allá de toda esperanza. Sin embargo, existe la posibili-
ti.,.dad entre el pensamiento concreto del paciente esquizo- dad de que el terapeuta pueda tener la experiencia gratifi-
frénico y la capacidad simbólica de los neuróticos. S. Lan- cante de ver que un esquizofrénico se libera progresivamente
ger ( 1942) afirmó que la función de simbolización es una de de las cadenas del pensamiento concreto y dialogue utili~
las actividades primarias del hombre, corrnJ comer, mirar o zando metáforas validadas por consenso y, como resultado,
moverse. Es, en suma, el proceso fundamental de la mente hu- comporta su reconocimiento del mundo y de los objetos con-
mana que otros seres vivientes probablemente no alcanzan. cretos. Sin duda, es un camino arduo pero posible, que su-
L.~
'·-
112 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 113

pone nada menos que la corrección terapéutica de un des- No todo psicótico atraviesa en su trastorno las cuatro fa-
ar(ollo determinado que colme las oquedades de un déficit ses; dependerá de la severidad de cada caso. No obstante, en
que se juzgaba insalvable. ciertas circunstancias, cabe observar el tránsito por cada uno
Para alcanzar la diferenciación, el paciente ha de generar de estos estados en un solo paciente. Tal sucede con Phil,
límites yoicos de firmeza confiable desde la parte no psicótica que sirve de hilo conductor a Ogden en su trabajo. Nosotros
de la personalidad. presentaremos una serie de bosquejos clínicos que encarnan
El conflicto esquizofrénico, tal y como Ogden lo entiende, en el momento en que fueron tratados ·los distintos estadios.
es-Un.fenómeno de segu,ndo orden; procede de diversas etiolo- La superación del primero funciona ·de base y apoyo para
gías tales como deficiencias heredadas en las funciones autó- afrontar el segundo y así sucesivamente. Cada uno presenta
nomas primarias del Yo, Hartmann (1953), o limitaciones en modos de defensa característicos, sus respectivas capacida-
la capacidad de ·efectuar representaciones psíquicas (Lon- des de internaliz_aci_ón. tipo de simbolización .- si existe-,
dres, 1973a, 1973b). El conflicto queda al margen y no in- estilos comunicativos, vínculos y ·modalidad de relaciones
quiere acerca de las posibles·experiencias traumáticas' arcaicas, de objeto. . 1·

o sobre si las limitaciones provienen de un defecto constitu- La primera etapa recibe el nombre de no-experiencia; la se-
cional: del género de una respuesta psicológica a una inade- gunda el de identificación proyectiva; la tercera se denomina
cuada barrera de estímulos-.-como quiere Grotstein (1977a)- nivel de experiencia psicótica y la cuarta, estadio del pensa-
y, menos aún, sobre los problemas constifucionales-y füsposi- miento simbólico. 1

cionales que, sin embargo; ,están ahí: Antes de abordarlas con más detenimiento, para su me¿or
El conflicto existe, sean:cuales fueren los fundamentos so- intelección conviene recordar algunas nociones bionianas so-
bre los ·que repose. El modelo de esquizofrenia propuesto por bre el pensamiento y la experiencia, así como también recapi-
Ogden se concentra en la interrelación establecida 'enire el ni- tularemos ciertos aspectos de la identificación proyectiva que
vel de los significq.dos y el de las capaciclddes_,necesarias para ya tratamos in extenso.
engendrarlos. · Empecemos por esta última. Se sabe· que la identificación
Un esquizofrénico concreto viene situado, en un momento proyectiva es un modo instrumental, un mecanismo de de-
determinado, en uno de los cuatro estados que Ogden ha des- fensa, una forma de relación, de crear vínculos y, por ende, un
crito siguiendo este hilo de pensamiento. En mi opinión, co- camino para producir cambios psicológicos.
nocer esta situación implica tener una idea preCisa del nivel de Ogden (19.78a, 1979) la concibe como un proceso psicoló-
regresión a que el citado esquizofrénico llega, lo que permite, gico interpersonal integrado por una serie de fantasías pro-
al mismo tiempo, decidir qué tipo de técnica analítica procede yectivas e introyectivas que producen un conjunto de relacio-
emplear en esa circunstancia con".reta. nes de objeto. ,.
Los períodos tal y. como vienén expuestos por este autor, Esta técnica difiere de fa proyección, que se ocupa sólo de
representan 9traStantas estructuras psíquicas con c~eciente ni- procesos intrapsíqu:.::cs ~ti el curso de los cuales las represen-
vel de complejidad. A través de ellos se sigue con facilidad el taciones del propio Self son atribuidas a la representación psí-
estado siempre cambiante de la relación Eros-Thánathos, vín- quica de otra persona o cosa. ' •
culo-antivínculo. Es este un aspecto que deseo subrayar en es- Aunque la identificación proyectiva es un acontecimiento
pecial ya que permite profundizar en los conceptos analítico- unitario resulta útil imaginarlo compuesto por tres tramos,
vinculares. como sugieren Malin y Grotstein (1966).
.il~: 1

'
••••••••••••••••••••••••••••••••
Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la pos ición esquizo-paranoide 11 5
114

En el primero, quien proyecta traspone un aspecto de sí Empecemos con una pregunta:


mibmo en otro, ya sea para librarse de algo o para salvaguar- ¿De qué forma un suceso determinado se convierte en un
darlo de un peligro interno fantaseado. Quien proyecta cree hecho de experiencia?
controlar desde dentro al otro por medio de esa cualidad del Una experiencia tiene como referente peculiar a un proto-
sujeto, que trasciende y supera la cualidad vaga de eso que es
Self que ha excorporado (Klein 1955 ).
En el segundo, el agente de la proyección ejerce una pre- sentido sin el soporte de la subjetividad. La organización es-
sió.n sobre el objeto (que opera como receptor) para que se quizo-paranoide, en sus postrimerías, es la autor~ de está mu-
comporte conforme expresa su fantasía proyectiva, ahora con- tación primera y esencial para la constitución del futuro sujeto.
tenida por el objeto pretendidamente controlado por un aspecto Le llega ahora el turno al pensamiento:
¿Cómo surge y se desarrolla la capacidad de pensar?
de aquél. Este es el segundo problema. La cuestión quizá parezca
Esta presión no tiene nada de misterioso, como pudiera pa-
recer: es un fenómeno que se hace posible sí y sólo sí sujeto y fuera de lugar en el cont~xto analítico y bien podría situarse
objeto forman un sistema, asumido siquiera sea en el plano in- en el ámbito de las neurociencias. Pensar, se dirá, depende del
consciente por ambas partes. Por eso, en la proyección sensu cerebro, de sus peculiares características. Sin embargo, mejor
stricto, que carece de tal sistema, no es factible ejercer la men- sería apuntar que en el cerebro está la potencialidad de pensar
que necesita ser nutrida y activada. Las condiciones de esa ac-
cionada presión. ·
'En el tercer tramo, el receptor de la identificación proyec- tivación no son innatas sino función del sistema madre-bebé y
tiva puede procesar con éxito; es decir contener en el sentido de la atmósfera qu" t,::;Lc gc:nera.
de Bion (1959), el conjunto de sentimientos inducidos, lo que El «material para pensarn viene organizado por el objeto que
significa manejarlos y elaborarlos de forma más madura de la proporciona para ello una estructura soporte cognitivo-emocional.
que fueron recibidos y conseguir una versión modificada de Bion postuló la existencia de un conjunto de funciones psi-
éstos que haga factible una posterior reintemalización no tó- cológicas (a las que denomina función alfa) cuyo objeto es
xica por medio de una identificación o de una introyección. La convertir impresiones de los sentidos ert una forma tal que
doble vía identificación/introyección es un aspecto que se con- pueda ser organizada y recordada en su momento.
templa poco en las vicisitudes de la identifi~ación proyectiva. Las citadas impresiones, tras sufrir la transformación por
La primera modalidad de incorporación es más arcaica y abre medio de la función alfa, son accesibles a las potencialidades
del pensamiento, tanto consciente como inconsciente.
paso a la segunda. Las sensaciones que no atraviesan por este proceso de con-
Si todo s.ucede así, el resultado será favorable para quien
formuló la proyección. Por el contrario, cuando el receptor fra- versión reciben la consideración de cosas y se almacenan
casa en la recepción/procesamiento, es decir cuando no con- como una especie de sucesos indigestos, incapaces de vincu-
tiene de manera adecuada y en su lugar reniega, o lanza a su larse entre sí, de formar experiencias, ya que no arrastran con-
"Vez una identificación ·proyectiva, aquél internalizará una ver- sigo los correspondientes significados; son los objetos beta.
sión empeorada de lo que antes exteriorizó. La percepción deviene experiencia sí, y sólo sí, los sucesos
Una vez resumidos estos aspectos de la identificación pro- se transforman en símbolos poseedores de un significado. ·
yectiva, cumple examinar el trabajo de Bion (1959), (1962a) Los símbolos quedan sometidos al pensamiento consciente
( l 962b) sobre las capacidades del sujeto para la experiencia e inconsciente como integrantes de fantasías, sueños, opera-
ciones defensivas, etc.
y el pensamiento.
116 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 117

Si esta transformación no tiene lugar, se hace imposible tiva; ésta sólo tendrá éxito si existe alguien dispuesto a
... el pensar como los recuerdos, también la capacidad de
tanto aceptarlos y c0ntenerlos 10 .
aprendizaje a partir de los perceptos. En la situación analítica la presencia continente del analista
permite que los fragmentos se condensen en conglomerados,
recuperando así significado al convertirse en configuraciones
El elemento beta, el funcion'amiento caótico sensorio-motoras ii;)tús para la identificación proyectiva.
y. el objeto bizarro · · La diferencia de los «fragmentos caóticos» ·con los «ele-
mentos beta» es la siguiente:
1
Bion sostiene que estos últimos 1 son cosas en sí, los ele-
Detengámonos un poco rhás en el irn1uif:t~nJe cpncepto ele- mentos beta -y los objetos bizarros- .han sido privados de
mento beta que convoca otras nociones afines muy útiles de su significado o nunca lo tuvieron. Los · fragmentos caóticos
tener en cuenta a propósito del cuadro que estamos exami- contienen restos de significado y emociones; el caos sobre-
nando. · viene por su gran número y el desorden en el que se encuen- '
Basch-Kahre (1985) describe el llamado funcionamiento tran.
caótico que conviene discriminar de las ideas de Bion. El modo de proyección de los elementos caóticos es simi-
El recién nacido --dirá- siente el caos·. También le ocu- lar al que sufren los elementos beta. Basch supone que la di-
rre algo similar a ciertos pacientes en.una regresión -severa. El ferencia entre ambos se debe a que la· noción de fragmentos
proceso que crea caos se denomina funcionamiento caótico. caóticos procede de la observación de pacientes psicosomáti-
Podemos preguntar si este modo de operar entraña algún tipo cos y borderline, con menor grado de desestructuración, mieñ-
de pensamiento. En el límite no; pero, creo que la rbspuesta es tras que Bion extrae sus conclusiones de cuadros psicóticos.
afirmativa en ciertas condiciones favorables ya que en el des- Mi opinión es distinta, me parece ver que los fragmentos caó-
arrollo normal se parte de él para desembocar en pensamiento ., ticos son propios de la patología de la posición aglutinada,
propiamente dicho. · donde nO opera la identificación proyectiva, ello ocurre tam-
Cuando la mente inmadura es sobrepasada por un dolor o bién en períodos muy regresivos de la psicosis. En el recién
ansiedad muy intensos las funciones mentales se reducen de nacido éstos proceden de una escisión defensiva reiterada que
nuevo a este estado. , · fue llevada hasta las últimas consecuencias.
El funcionamiento caótico es un concepto que resulta útil Por su parte, el-elemento beta participa en la formación del
traer a colación aquí por cuanto está estrechamente relacio- objeto bizarro. Bion utiliza este. término para describir una
nado con las capacidades de experiencia y pensamiento. clase de objetos de los que el paciente psicótico se siente ro-
Si el bebé · se ve anegado por un exceso de estímulos, deado. 1

tanto internos como externos, loAue iiv ;;~;;e<le con tanta in- Surge tras un complejo proceso. Al , principio el psicó-
tensidad eri un 'desarrollo normal, escinde las representa- tico intenta proyectar todas las funciones yoicas que co-
ciones una y otra vez hasta alcanzar la fragmentación. Las
piezas ·resultantes son tan pequeñas que aparecen despro-
1

vistas de significado. A pesar de todo, estos pequeños frag- 10


mentos siguen produciendo alguna tensión de la cual el Además, y para complicar la situación, el objeto debe ser capaz tam-
bién de restaurar la identificación proyectiva, que en condiciones extremas
bebé quiere verse libre mediante la identificación proyec- de fragmentación queda anulada.
~

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Nicolás Caparrós El nivel psicopacológico de la posición esquizo-paranoide
118 11 9

rresponden al comienzo del principio de realidad (pensa- Más tarde, la madre que ataca al vínculo 11 será a su vez inter-
mientos primitivos, conciencia, atención, juicio) y, sobre nalizada y este introyecto deletéreo es juzgado por Bion como
todo, aquellos elementos con funciones vinculares. No ol- algo central en el desarrollo de la esquizofrenia.
videmos que Freud afirma que el psii...;ÚL~._,0 odia la realidad Mientras, el bebé pretende también destruir sus procesos
y como tal la excorpora. El paciente fantasea que los frag- vinculares internos, especialmente aquello tan fundamental
mentos yoicos excorporados penetran y dominan a los ob- que liga percepción con significado y que une entre sí ideas
j ~tos reales. La fantasía resultante supone que el objeto ex- para establecer el proceso de pensar.
terno por simetría -si es que éste no hace nada por La hipótesis de Bion merece ser subrayada en el hecho de
romperla- actúa con igual violencia y ataca a lo proyec- que el ataque al vínculo interno del bebé es secundario al ata-
tado. El resultado es un compositum que se conoce como que al vínculo materno. Si tuviéramos que expresarlo en tér-
objeto bizarro formado por una fracción del Self y frag- minos económicn" rlirfr•m.os que el bebé precisa de la descarga
mentos del objeto. y el objeto-madre se ofrece -debe hacerlo- de manera activa
Dicho de otro modo, el objeto bizarro integra elementos para ésta. El fracaso de la función materna por simple insen-
beta, y partes del Yo, del Superyó y del objeto externo. sibilidad ante el proceso, lleva en consecuencia a los ataques
El psicótico hace uso de estos objetos para «pensar», con infantiles hacia sus inútiles sistemas vinculares internos, el re-
el resultado que conocemos. sultado será la fragmentación.
' Las sensaciones no procesadas .se manejan vía identifica- Bion sostiene que el esquizofrénico, en lugar de desarrollar
ción proyectiva en un esfuerzo para librarse de su asechanza. un «aparato para pensar», alumbra un hipertrofiado «aparato
Conviene reiterar el papel crucial que desempeña un deposi- de identificaciones proyectivas». Esta última afirmación es,
tante capaz de elaborarlas y convertirlas más tarde en símbo- con razón, objetada por Ogden (1980), basándose en que la
los con significado. La función significante es patrimonio de realidad clínica y la propia concepción de identificación pro-
la «madre interpretadora», la fuente a partir de la cual el bebé yectiva se oponen a esa conclusión. En mi opinión, habría que
genera experiencias y pensamientos que sólo tienen en apa- corregir el aserto de Bion diciendo que .el esquizofrénico es un
riencia un origen interno y que en realidad vienen dados desde desalentado aparato de identificaciones proyectivas. Durante
fuera a partir de la función continente y transformadora de un tiempo usa y abusa de ellas hasta que, impotente, las aban-
aquélla. dona por inútiles y sobreviene la fragmentación.
-- · Si estos cometidos maternos fracasan, la formación de ex- Este autor ha descrito un escenario en el que tiene lugar una
periencias -.-y de los consiguientes pensamientos- resulta se- agresión a la capacidad de «crear experiencia y pensamiento» y
riamente dañada o es imposible. en particular un ataque al vínculo materno-filial. Si se tiene claro
Bion afirma igualmente que la identificación proyectiva es que la identificación proyectiva no es un aparato físico sino un
la principal forma de conexión del sistema madre-bebé y que
-si aquélla se rehúsa a aceptar las proyecciones infantiles, éste
lo percibe como un ataque al vínculo materno-filial. Es éste 11
un lazo constituyente en la entraña del mencionado sistema, El llamado sistema madre-bebe permite entender de forma cabai Jo
que Bion denomina «ataque al vínculo» por parte de la madre y también re-
del que en modo alguno cabe prescindir. Al mismo tiempo, su ferir los diversos tipos de ataques que darse pueden, entre los que se cuen-
negativa despoja a las sensaciones y pensamientos infantiles tan como menos numerosos los ataques conscientes. Las fantasías o fantas-
de cualquier significado qu e pudieran tener anteriormente . mas maternos son de una crucial importancia.
120 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 121

conjunto de fantasías y unas relaciones de objeto acompañantes, dros psicóticos. En estos casos, la disociación de las partes yoi-
co¡no ya se dijo, entonces un ataque al proceso de pensar que cas da lugar a una multiplicidad de fragmentos minúsculos que
atente a la capaci'dad de fantasear y de establecer conexión con se proyectan· viole!haint11Lt en el objeto y ,crean una realidad
los objetos por fuerza ha· de interferir con la identificación pro- poblada de objetos bizarros, que se toma cada vez más dolo-
yectiva, en lugar de aumentar la capacidad para la misma. rosa y persecutoria. :,
Juzgados en su conjunto los trabajos de Bion abren nuevas Se produce entonces una' intensificación de la identifica-
vías para la comprensión'y el tratamiento de los esquizofrénicos, ción proyectiva [si el proceso es muy severo hasta su agota-
por lo que me voy a seguir centrando un poco más en este autor. miento], que ahora se realiza sobre el aparato perceptivo o ju-
, 1 • dicativo, a través del splitting patológico, determinando una
retirada cada vez mayor de la realidad. Además,. en la fantasía
La génesis y desarrollo de la psicosis según Bion del paciente, muchas de estas partículas yoicas expulsadas lle-
1

En el psicótico existen dos factores que se combinan para van una existencia indepei+diente e incontrolada, a consecue~­
causar la enfermedad: la disposición congénita a una destruc- cia de lo cual se siente rodeado por objetos bizarros que em- 1
tividad primaria y el ambiente en donde existe una madre in- plea para obtener pensamientos.
capaz de realizar su función de recibir, contener y modificar Por otro .lado, también por medio de la .identificación pro-
el splitting y la proyección de las violentas _emociones del niño. yectiva, deposita en el _objeto, y particularmente en el tera-
La escisión de la personalidad es la expresión que define peuta, determinados contenidos mentales que despertarán en
a la esquizofrenia. ¿Cómo, si no, muchos esquizofrénicos pue- él las respuestas específicas que el paciente busca.
den participar activa y gozosamente, a veces, en la vida coti- Otra consecuencia de esta depositación en el objeto de coh-
diana y, al mismo tiempo, sin que lo uno estorbe a lo otro, vi- tenidos mentales del paciente es el paulatino empobrecimiento
vir en su mundo alucinatorio-fantástico? de su mente que puede desembocar en el vaciamiento de la no-
La fragmentación es un grado extremo del trastorno esquizo- . ' vivencia.
frénico que linda con la desaparición del nivel de integración psí- El lenguaje es ..!1til_izado por el esquizofrénico de diferentes
quico. Para Bion, el mecanismo de la identificación proyectiva maneras y siempre con restricciones. Tiende a recurrir a la ac-
consiste en la fantasía omnipotente tanto del niño como del es- ción en sitUaciones en las que otros usan el pensamiento; lo
quizofrénico, de que partes no 'deseadas de su personalidad y de cual es un síntoma de disfunción yoica muy primitiva y, en
sus objetos internos pueden ser disociadas, y proyectadas/con- contrapartida, emplea el «pensamiento omnipotente» en esas
troladas12 en el objeto en el que se han colocado. Este mecanismo situaciones que requieren de la «acción.»
pertenece a la.S defens~ primitivas de los primeros meses de la Como Freud, Bion supone que elYo del esquizofrénico no
vida y es considerado como el origen de la actividad mental, que se retira totalmente de la realidad, sino que su contacto con ésta
luego se expresará como la capacidad para pensar. se halla encubierto por el predominio de la parte psicótica, o
Por otra parte~ describe una forma de uientificación pro- sector más primitivo, que intenta destruir ya sea esa realidad o
yectiva patológica propia de la esquizofrenia y de otros cua- la conciencia de la misma. De este hecho depende, justamente,
la existencia de una personalidad no psicótica paralela a lcr
personalidad psicótica, oscurecida por ésta, y el esquizofré-
12
Según sea la identificación proyectiva primaria -proyectada- o se-
nico es la clase de paciente en el que.el predominio de la parte
cundaria ---<;ontrolada. psicótica resulta más notorio.

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Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 123
122

Bion llega a la conclusión final, que yo comparto plena- Grotstein subraya también la importancia de los objetos bi-
mente, de que no puede existir un progreso real en la com- zarros, producto de la proyección de residuos mutilados de pre-
prensión y el tratamiento de pacientes esquizofrénicos, mien- pensamientos, en el más puro sentir de Bion. Por todo ello, la es-
tras no se haya dado la suficiente importancia a la naturaleza quizofrenia es un tipo de patología caracterizada por la lucha
de la divergencia entre la personalidad psicótica y la no psicó- entre los deseos de poseer capacidad para experimentar y los
tica, y en particular al papel de la identificación proyectiva en empeños de destruirla. En el escenario de la neurosis se debaten
la parte psicótica como sustituto de la represión en la parte conjuntos de significados contrapuestos; lo esquizofrénico es
neurótica. más radical, puesto que la lucha se entabla entre un estado en el
Si el psicótico odia a la realidad se debe ante todo a que la que el significado exLtc y ;:;tro en el que se atenta contra las ca-
puebla con sus identificaciones proyectivas. El neurótico, re- pacidades mismas para experimentar y pensar; en este segundo
primiendo lo que en ese momento es incapaz de conciliar, plano opera la función que Green denomina desobjetalizante.
mantiene practicable el contacto con aquélla. El proceso esquizofrénico, sustanciado como conflicto, se
De hecho -dirá Ogden abundando en el tema- cuando el dilucida desde lo más básico, que linda con los albores de la
esquizofrénico se aproxima al estado de no-experiencia se constitución del sujeto y puede considerarse acaso como una
opera al mismo tiempo una reducción de la actividad de la fan- extensión del narcisismo primario, hasta posiciones donde im-
tasía, sea ésta del tipo que sea -sucede entonces un verdadero pera lo imaginario, cuando la realidad exterior apenas se insi-
colapso de la personalidad-. núa y ante el menor signo de alarma se repliega hacia el espa-
Grotstein (1977a), (1977b), que se interesa también por el cio alucinatorio y delirante.
....
trabajo de Bion con la esquizofrenia, introduce a este respecto
la noción de supresión conativa para describir el ataque que Ogden y las cuatro etapas de resolución del conflicto
éste efectúa sobre su propio proceso de pensamiento, que no esquizofrénico
se limita a destruir la capacidad de transformar datos senso-
riales para impedir su conexión a un significado, sino que tam- «Pensar», «los pensamientos» y la «identificación proyec-
bién elimina en él la posibilidad de ser curioso acerca de sí tiva». Estos tres elementos desempeñan el papel fundamental
mismo, bloqueando el acceso a cualesquiera forma de control en los estados que analizaremos a continuación.
de la propia existencia. Vive así -en palabras de Grotstein- Con Ogden, consideramos cuatro etapas de resolución del
en un torbellino de caótico no-pensamiento, que obtura pensar conflicto esquizofrénico, que ya hemos mencionado, haciendo
acerca de lo que siente, prohíbe categorizar e incluso describir sobre todo hincapié en el estado y calidad de los vínculos en
las experiencias. En suma, es incapaz de referir los sentimien- cada una de ellas. Ya que se puede decir que este proceso re-
tos. presenta una verdadera construcción-reconstrucción de los la-
Para defenderse del sufrimiento, el esquizofrénico ataca su zos previamente destruidos o no creados.
propia capacidad de sentir -en una suerte de anestesia afec- Los cuatro estadios son otros tantos niveles de lo esquizo-
tiva 13 . frénico referibles a su relación con el otro, en su diferente grado
de complejidad, a su capacidad de acceder a la experiencia, de
crear símbolos y pensar. No son categorías nosológicas como la
13 Objetivo que los alexitímicos alcanzan con mayor facilidad, puesto
demencia praecox de Kraepelin, o los cuatro tipos de esquizo-
que sus puntos de fij ación arrancan de la posición aglutinada. frenia que describe Bleuler y no se deben comparar con ellas.
l;
124 Nicolás C aparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 125

Estas fases, que dificilmente se ven en estado puro, repre- ahora su expresión más acabada. Esta situación, que remeda el
septan un progresivo intento de elaboración del conjunto del estado de conciencia estuporoso, nunca es tan extremo en la
proceso esquizofrénico. esquizofrenia -donde aún alienta la diferencia y donde se ha
A diferencia de lo que ocurre en la demencia, que es una llegado a este punto a través de una regresión-, como en los
simple destrucción, la esquizofrenia es una propuesta vital, un cuadros autistas o en la esquizofrenia simbiótica de Mahler; en
intento de equilibración y adaptación dentro de las posibilida- estos dos últimos trastornos el niño ha sido incapaz de pro-
des que a cada paciente concreto le otorgan su disposición y gresar, ese es su presente y permanece anclado en ese lugar al
· sü.biografia. Desde una perspectiva genética, el que ahora es que el esquizofrénico retorna.
demente recorrió quizá todas las etapas del desarrollo de ma- Las cosas se pueden diferenciar en lo fisico pero al ser
nera normal, luego sucedió el accidente orgánico y desde ahí emocionalmente intercambiables esta segunda circunstancia se
la demolición progresiva de lo que una vez fue un sujeto. impone a la primera en la conducta del psicótico. La emoción
La esquizofrenia es una propuesta desde unos presupuestos impugna la percepción. .
deficitarios y unos conflictos que se desarrollan dentro de esas Cuando la totalidad de los comportamientos son equiva-
mermas que, en función del entorno, serán elaborados de una lentes nada resulta extraordinario, todo posee idéntico valor
u otra forma. emocional. Es la anulación de la diferencia. Lo que se produce
parece quedar al nivel de la actividad refleja. La defensa posi-
ble es la eliminaci.0!' Lle ('.11~lquier cualidad emocional. He aquí
Estadio 1 de la no-experiencia una situación de déficit generada por una supresión de la ma-
yor parte de las funciones yoicas. '·
Este primer estadio representa el colapso de la experiencia, En esta etapa el terapeuta, como cualquier otro, experi-
la situación que sigue a la regresión, a los últimos bastiones menta la ausencia de presión por parte del paciente; en éste ya
defensivos donde hallar acomodo. Triste acomodo, es cierto, no opera la identificación proyectiva, no siente incitación al-
pero tal vez el único posible una vez que han fracasado tanto guna al contacto, es incapaz .de pensar acerca de las causas
los mecanismos excorporativos de la ansiedad psicótica de tipo -Piaget señalaba que esta es una habilidad que se adquiere en
persecutorio como la función de contención del objeto externo, los dos primeros años de vida-, de los significados. La cu-
si la hubo. Tal es la tesitura que se anuncia ahora. riosidad se anula (Grotstein).
Su característica fundamental es que el sujeto registra to- La identificación proyectiva inexistente, en taµto que es
das las experiencias como emocionalmente equivalentes. Todo una forma de relación, resulta responsable de este vacío, de
es igual de búeno o malo; todo resulta intercambiable. esta ausencia de presión sobre los objetos externos, de esta
En el caso más extremo llega lo que Matte Blanco describe falta de intercambios; a modo de mimesis, los sentimientos del
como modo indivisible, cuando todo es igual a todo. Las leyes terapeuta se empobrecen también. Es muy dificil en esta si-
de simetría y generalización 14 propias de la bi-lógica, alcanzan tuación pensarse como una presencia útil para aquél, ¿cómo
ser ante unos ojos que no miran?, ¿cómo despertar sentimien-
tos ánte esa devastada vacuidad? Es, sin duda, el tiempo de la
14
La Parte se trata como el Todo; la diferencia entre ambos desaparece. niquilación, que mencionamos antes. Situados frente a los lí-
La Parte puede mantener una relación biunívoca con el Todo: este es el Prin- mites de lo psíquico resulta dificil imaginar cómo hacer latir
cipio de Generalización. la indiferencia.
•••••••••• ·• ••••••••••••••.••••••• Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide
126 127

S. Arieti ha descrito el mundo psicótico como intemporal. mósfera se genera mediante el simple y elemental Estar.
Esta afirmación, que convendría ante todo a este estadio, ne- Oferta de envoltura, de entorno, como el que depara la madre
cesita ser matizada. El psicótico vive instalado en un presente winnicottiana; ser ooje co potencial para combatir el pánico or-
extenso, lo que se debe al predominio casi absoluto en este pe- gánico que describe Pao (1977). Debo decir que ese Estar re-
ríodo del proceso primario. S. Leclaire menciona el colapso es- presenta incluso algo previo a la función continente del objeto
tructural del psicótico y con él la cristalización de la dinámica. externo de Bion. Ahora no hay proyecciones que contener, Es-
La historia se anega en la densidad, el significado es atraído tar es una invitación pasiva, por si algo sucede, esperando.
pofl~l significante, la metáfora se anula, resta la metonimia. Hay poca literatura psicoanalítica sobre lo que denomino
La «temporalidad psicótica» posee una puntuación sui ge- Estar; Rosen, quizás sin ser demasiado consciente de ello, pro-
neris, el proceso secundario queda reducido a la condición de ponía algo parecido a la hora de acompañar al psicótico.
meros islotes de orden dispersos en medio del caos. Elfuror sanandi se opone al Estar, la impaciencia también.
«Soy inmortal» o «estoy muerto» son dos expresiones po- Y además resta la angustia; .la angustia del terapeuta que crece
lares que apuntan a la misma cosa: el espacio eterno de la in- al no recibir señales y se erige como obstáculo para ese Estar
movilidad. elemental al que me refiero . La falta de señales, el silencio
A pesar de la atroz pobreza psíquica, el paciente carece de plano, sin ondulaciones, impele a la acción, que es antídoto del
conciencia de su situación. No experimenta el sinsentido por- pensamiento, la acción sin propósito para rellenar oquedades,
que nada es experimentable. Es esta, aunque Ogden no se vacíos, para alucinar donde han huido las sensaciones.
ocupe de ello, la expresión más acabada de la negatividad, de La energía libre no ligada, la que propició la primera teo-
los efectos de la pulsión de muerte. Extinción psíquica como ría de la angustia, es la primera manifestación emocional del
resultado de la anulación de vínculos. El efecto de la pulsión sujeto en ciernes y también la última, cuando los vínculos se
de muerte puede ser, ¡curiosa paradoja!, el único reducto que han disuelto. Todos los objetos son intercambiables porque
le resta al psicótico para existir, llevando una existencia de ob- vienen recubiertos, o si se quiere, llevan adheridas, en el estilo
jeto-en-sí. Parecería que el precio de la vida --en un extraño de Bick, emocione§ intercambiables. Quizá, en rigor, habría
juego faustico-- es la muerte psíquica. que decir que contienen una sola emoción: ese pánico orgá-
Las trazas del esquizofrénico en este estadio podrían re- nico, al que también podemos llamar angustia psicótica fun-
cordar de manera superficial al catatónico y, sobre todo, a damental.
ciertos estados de la esquizofrenia simple. Pero el catatónico La actitud del «otro-terapeuta», como corrector de ese
evidencia por su tensión muscular la rabia y otros matices «otro-madre arcaica», implica no unirse al paciente en sus ata-
que denotan la existencia de significados (Rosenfeld, 1952). ques hacia la experiencia y el pensamiento y ser, al mismo
La esquizofrenia simple, si hemos de entenderla como forma tiempo, asequible para oficiar como receptor de las identifica-
de asentamiento del psicótico, representa en una versión cró- ciones proyectivas del paciente --cuando surjan-, sin forzar
nica lo que este primer estadio implica en un proceso más las circunstancias.
agudo. La razón en la que se apoya esta peculiar actitud del tera-
Todo lo que se puede hacer en esta fase es crear condicio- peuta en la fase de no-experiencia reposa en un supuesto que
nes primordiales para que el signlfzcado enlace con la per- sólo se puede confirmar de manera retrospectiva. Este estadio,
cepción, sin intentarlo de manera activa; v. gr. por medio de la a pesar de las apariencias, no es totalmente inerte, sino que re-
interpretación tradicional en cualquiera de sus formas. Esta at- presenta un equilibrio potencialmente alterable entre los fac-
128 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 129

tores en conflicto: los significados mismos y la función des- significativo, faltaban numerosas historias clínicas o quizás
objetalizante. nunca existieron. Incluso algunos pacientes, entre los que éste
'"En la fase I, la balanza de fuerzas se inclina tan arrasado- se contaba, carecían de la documentación imprescindible que
ramente a un lado --el que representa el odio a la realidad- permitiese identificarlos. Por decirlo de una vez: no tenían
que parece no existir conflicto. Lo que resta del núcleo de la existencia civil.
capacidad de experiencia -incluyendo el sistema de signifi- Sin un plan determinado, empecé a observarle intentando
cados y deseos responsables de la creación y mantenimiento al mismo tiempo que no se sintiera acosado; aproveché para
de un estado de aproximada no-experiencia- está tan oculto ello las horas de comer. Ingería los alimentos despacio, a me-
que se diría que no existe. nudo ayudándose con la mano y a veces sin utilizar los cu-
Al colaborar creando las condiciones propicias para que el biertos. Durante ese tiempo, su expresión se animaba algo.
paciente intente pensar, el terapeuta ha de cuidar que su actitud Comencé con pequeñas iniciativas: servirle agua, cam-
no ataque su precaria estabilidad, las condiciones de seguridad biarle un plato o ponerle m᧠alimento. Dejaba hacer, con al-
en las cuales podrían comenzar a fluir los pensamientos. Por guna mirada furtiva de soslayo que evitaba encontrarse con la
ejemplo, llegando tarde, cambiando las sesiones, interpretando mía. Yo hacía a vec~ "!'!TI~l'l!arios, dirigidos a ninguna parte,
de manera intrusiva significados allá donde no existen, inten- tales como: está buena la comida-lo cual, dicho sea de paso,
tando escapar de la no-experiencia mediante la acción, focali- no era en lo absoluto cierto-.
zando la terapia en la pretensión de que el paciente actúe de Había observado con anterioridad que si le hablaba direc-
manera «apropiada»; lo que tiene el efecto de apoyar la acción tamente, sobre todo acompañando la voz con la mirada, se en-
como liberadora de tensiones en lugar de promover la capaci- cogía como si hubiera recibido un impacto. Su reacción cor- ...
dad de pensar. Si se tiene en cuenta todo esto, el paciente ini- poral era muy expresiva e invitaba a no insistir. El lenguaje
ciará tentativas, al principio de carácter muy ambivalente y re- quedaba proscrito.
celoso, en el ámbito de la experiencia. Aparecerán entonces las Al cabo de las semanas, durante las cuales le acompañé mu-
primeras identificaciones proyectivas y con ellas la relación. chas veces en el ritual alimentario, decidí proponerle que me
ayudase en la construcción de un gallinero que, por aquel en-
tonces, estaban levantando los pacientes en los terrenos del hos-
EL Muno pital. Conseguí vencer su reticencia con ayuda de cigarrillos.
El equipo de albañilería que formamos no era de los más
Tuve ocasión una vez de tratar a un paciente, cuya condi- eficaces. Me traía ladrillos recreándose con el paso del tiempo
ción era similár a la que he descrito, durante varios meses. y lo peor de todo llegaba con el cemento. Descubrí una intensa
En el centro donde llevaba largos años internado era cono- e infantil expresión de satisfacción cuando sumergía las ma-
cido como el Mudo . Nadie le había oído decir una sola pala- nos en la mezcla. Fue el primer gesto de diversión que sor-
bra en todo ese tiempo. Representaba unos treinta y tantos prendí en él. Cargaba la espuerta sirviéndose sólo de las ma-
años, con aspecto descuidado, mirada huidiza y costumbres so- nos y así me la alargaba y de esa forma tuve que recogerla yo
litarias. Todo en él expresaba el deseo de pasar inadvertido. Fu- también, abandonando el palustre.
maba sin cesar. Pasamos, pues, de-cvr11partir la comida a iniciar tareas, aun-
Las condiciones eran absolutamente desastrosas en aquel que su cooperación era intermitente y muy pasiva, ampliando
lugar en el que yo era un recién llegado. Por citar un ejemplo poco a poco las rendijas de la comunicación.
• • • • • •• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
130 Nicolás Caparrós

He de decir también que su fatiga era muy intensa y la ca-


pacidad de atención escasa, los débiles vínculos que estable-
' El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide

que a mí me pareció muy largo, dejó de comer y se fue a re-


costar junto a la pared. Le imité, sentándome junto a él.
131

ciamos en ese terreno de lo preverbal se borraban poco tiempo Habría dicho entonces que no advertía mi presencia o que
después de ser iniciados. Por entonces ya tuve que luchar con- en todo caso le importaba muy poco. Desde luego no me ha-
tra mis deseos de imprimir más rapidez al tratamiento y, sobre bía dirigido ninguna mirada directa y su cara no expresaba
todo, de incluir más cosas en él. Una circunstancia que me di- emoción alguna. Pero, de pronto, sucedió algo insólito: sin mi-
suadió fue que tras intentos míos de hablarle de manera directa rarme, y sin cambiar de postura, alzó una mano que vino a po-
se-incrementaban las respuestas evitativas por su parte y los sarse en mis genitales.
fugaces instantes de cooperación dejaban de existir. Conseguí a duras penas discriminar en mi contratrasferen-
Poco a poco aprendí a pasar ratos con él limitándome a es- cia la ansiedad que me produjo su conducta, del valor comu-
tar. Resulta dificil decir con palabras lo que acontece en el nicativo que aquel gesto podía poseer para la relación tera-
plano de lo preverbal. He dicho aprendí, porque no es sencillo péutica entre ambos. Intuí que de mi comportamiento dependía
estar con alguien en una situación casi de vacío mental, sin que no cayese todo por tierra. Nada similar había sucedido an-
sentir el paso ni la presión del tiempo, sin el acuciamiento de tes. Si existió algún contacto físico durante las tareas que em-
hacer. Esta actitud comporta una dimensión más primaria que prendíamos juntos, había sido fortuito y la conexión visual era
la atención flotante, ya que en esta última existe tensión, es- también fugaz y muy escasa. Ahora, sin previo aviso, un vín-
pera, aunque mientras tanto se intenten evitar contenidos men- culo táctil y no era cualquier tipo de contacto.
tales que se interpongan como ruidos en la escucha analítica. Estas consideraciones impidieron que siguiese mis impul-
Si el Ser de Parménides fuera analista creo que lograría estar sos de apartar su mano. Lo que sucedió después fue iguat-
en el sentido que pretendo describir. mente sorPrenden~: se durmió.
En el curso de esas situaciones le sorprendí alguna mirada Estuvimos así por espacio de casi una hora. Se despertó al
leve, lo que me animaba a seguir en un camino tan poco gra- fin y por primera vez exclamó, sin mirarme:
tificante. -¡Está buena la comida!
Pasó el tiempo sin demasiados incidentes, unos cuatro me- El lenguaje había vuelto.
ses más. Una tarde de verano nos sirvieron paella para comer
en el cuarto donde estábamos solos después de haber trabajado
un rato. Estadio JI: de la identlfzcación proyectiva
Se sentó en el suelo y yo hice lo propio. Durante esos me-
ses entendí que en muchas ocasiones la mejor manera de Como el Mudo de mi relato, el paciente que inspiró a Og-
acompañarle era hacer las mismas cosas que él. Lo especular den el proceso que estamos analizando -Phil- inició en este
le tranquilizaba; crecía así su control de la situación. período una cierta interacción. Empezó a proferir palabras, en-
El Mudo no se conformó con sentarse en el suelo sino que, riqueció sus movimientos, actitudes, expresiones, etc.
a reglón seguido, esparció la paella por el piso y empezó a co- Estos hechos tuvieron el efecto de alentar la capacidad cor-
merla con los dedos, aparentemente se había olvidado de mí. poral y lingüística para comunicar significado.
Venciendo ciertas resistencias internas hice lo propio y comí Al mismo tiempo, el terapeuta experimentaba la novedad
lo que buenamente pude. Estábamos en el centro de la habita- como algo extraño con lo que aún mantenía un vínculo remoto.
ción, silenciosos, picoteando granos del suelo. Tras un tiempo, Surgen entonces las sensaciones de hostilidad y las vivencias
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 133
132

contratransferenciales tienden a ser totales, sin ese espacio ne- capacidad del analista de pensar y la tendencia antagónica de
~sario para observar propio de la identificación introyectiva utilizarle para crear experiencia que permita su propio acceso
parcial. Si recordamos que la madre que el psicótico interna- al pensamiento. Es esa la forma básica que alcanza el conflicto
1
liza es, para Bion, el núcleo central de lo psicótico 5, la nueva en la presente fase. ·
relación que se establece a partir del reinicio de las identifica- El tipo de relación de objeto de este estadio difiere del an-
ciones proyectivas, se funda sobre todo en la re-proyección ha- terior: el terapeuta es percibido como un objeto parcialmente
cia el analista de esa madre antes intemalizada; la situación, separado al cual le pueden ser transferidas partes del Self,
dada su toxicidad, entraña el riesgo de esas identificaciones in- también encama una amenaza para sus deseos arcaicos de no-
troyectivas totales por parte del otro. Es un momento dificil pensar [otra vez el efecto de la pulsión de muerte]. En lapo-
para el terapeuta por lo tóxico de la situación. tencialidad de re.vrc:;e~t:!.!:' el cambio reside su cualidad ansió-
De esta guisa son los primeros pasos del esquizofrénico en gena. Por esa razón, el paciente ataca su facultad de raciocinio.
su reingreso al reino de la exp·eriencia. El paciente se permite Pero, al mismo tiempo, es un valioso continente de los intole-
atribuir significado al terapeuta y al marco de la terapia ata- rables aspectos del Self; naturalmente si logra aceptar las pro-
cando el encuadre mismo o las sesiones que no se celebran. yecciones que recibe.
Surge la divalencia. Éste queda expuesto a la presión de la Las identificaciones proyectivas al comienzo del estadio II
identificación proyectiva. La situación se entiende -aunque pertenecen de forma casi exclusiva a deseos y sentimientos que
no se pueda trasmitir esa idea al paciente- como la presenta- conciern~n al sinsentido y a la no-experiencia. Antes ambos co-
ción de sus sensaciones y la incapacidad inicial del terapeuta existían con el desconocimiento. Ahora es el conocimiento del
para metabolizarlas. sinsentido el que se experimenta con tal dolor que debe ser ex-
Los sentimientos del esquizofrénico tratado por Ogden corporado de manera inmediata en forma de identificación
eran muy intensos y penosos y se adivinaban muy autodes- proyectiva. Ha surgido la experiencia de la fanción desobjeta-
tructivos. Sus fantasías invadían de manera inmisericorde al lizante del otro. La madre no supo hacer posible el enlace en-
presunto continente y, para terminar, la presión ejercida sobre tre percepción y afecto, fue incapaz de ejercer su cometido in-
el terapeuta era de gran intensidad. terpretador, de dotarle de sentido. Los objetos beta
Con la identificación proyectiva, que implica ahora un ata- permanecieron como tales, sin establecer vínculos, sin articu-
que al terapeuta, el paciente de Ogden busca no sólo liberarse larse entre sí, conservando íntegro su potencial angustiante.
de sus propios sentimientos de muerte y del sinsentido, sino El dolor en esta etapa es un privilegio y, al mismo tiempo,
que tambié:r;i devuelve el ataque del que ha sido objeto por sus una limitación, invita y disuade a proseguir hacia la siguiente
tardanzas, que ya percibe y le significan. aventura del pensamiento y la experiencia.
Este tipo de identificación proyectiva es habitual en el co- En este periodo la identificación proyectiva es la defensa y
mienzo de la etapa II. La ambivalencia [mejor diríamos diva- el medio de crecimiento por excelencia, primero ante las sen-
lencia] alcanza su máximo grado entre el deseo de destruir la saciones del sinsentido y después contra los sentimientos, per-
cepciones y pensamientos que fueron tan insufribles que lle-
varon al esquizofrénico a su condición actual: al ataque
perpetrado sobre sus propias capacidades.
15 Se trata de una madre incapaz de contener, «enriquecida» además con
las proyecciones de objetos persecutorios del niño, incluso puede integrar las
A diferencia de la etapa anterior, el fiel de la balanza se in-
propias identificaciones proyectivas de la citada madre . clina hacia los deseos de experimentar y pensar; el esquizo-
136 Nicolás Caparrós
El nivel psicopacológico de la posición esquiro-paranoide 137

tende de forma desesperada convivir con sus percepciones, ex- tores y pacientes. Retomaremos más adelante el IV estadio de
periencias y pensamientos primitivos, pero sólo lo consigue en Ogden para finalizar este apartado.
la.. fantasía y en el paso a la acción, bloqueando, fragmentando
y distorsionado de manera bizarra lo que experimenta.
Si se consigue, a pesar de todo, que el paciente esté sin me- Interludio: el delirio y las estructuras bi-lógicas
dicación o al menos con una dosis no demasiado intensa, se
encontrará más vivo y accesible al tratamiento que antes, in- La fase III es el espacio de los delirios a los que habremos
cluso en periodos de psicosis florida. El terapeuta es vivido de dedicar ahora unas líneas.
ahora como alguien capaz de ayudar y no sólo como un mero Para ello quiero introducir las estructuras bi-lógicas, defi-
receptáculo de experiencias angustiosas. nidas por Matte Blanco (1975, 1988) y trabajadas por mí
El terapeuta que haya conseguido contener con éxito en la mismo (1994) 16 , que representan configuraciones especiales
fase II, percibe en este momento que el paciente empieza su relativamente frecuentes, relativamente estables, que partici-
autocontención. Pero esta nueva habilidad también le impulsa pan a un tiempo de los procesos primario y secundario de los
a tratar de destruirse -es el momento donde acontecen suici- que se ocupa la bi-lógica 17 • Muchos de los aspectos del deli-
dios o agresiones a los demás-. Ambas conductas no son pre- rio pueden ser entendidos a través de ellas.
visibles; por eso el terapeuta tiene razón para sentir que el pa-
ciente mejora, lo cual además es cierto en muchos sentidos. La estructura Alassi
Ocurre que al mismo tiempo las primeras experiencias, apenas La estructura ,Alassi (Alternanting asimetrical!symetrica[)
tolerables, de su realidad interna posibilitan la aparición de es muy común y figura como substrato de ciertos delirios.
conductas hasta entonces innecesarias. Una estrecha línea se- Utilizo el mismo ejemplo de Matte Blanco para presen-
para, en esta fase del tratamiento, la oportunidad de propor- tarla:
cionar al paciente el acceso a la experiencia y el riesgo de que,
anegado por la misma, recurra a las mencionadas conductas Tras ser mordido por un perro,
violentas. un esquizofr~"i " 0 "~11 de al dentista.
El paciente que en estas circunstancias agrede o se suicida,
rehúsa hacer una regresión al plano anterior. Es precisamente El proceso subyacente es como sigue:
su resolución de mantener la estructura psíquica alcanzada la
que le lleva a cualquiera de esas dos conductas. Regresar im-
16
plica perder la individuación, pero obstinarse en conservarla Caparrós (1994), págs. 247 y sigs.
17
parece a un tiempo tarea imposible. La realidad sigue siendo Para el lector que desconozca este concepto básico en los escritos de
Matte Blanco diré que se trata de una lógica no formal como la aristotélica,
intolerable y el terapeuta ha de tener eso en cuenta para con-
que pretende trabajar el conjunto pensamiento-emoción y no sólo el primero,
tener las ansiedades casi catastróficas que ahora le invaden. como las lógicas al uso. Consta de dos principios denominados de generali-
Los delirios son precisamente unas formaciones de com- zación: un elemento de una clase, por serlo, es igual a todos los elementos
promiso que intentan, muchas veces sin conseguirlo, evadir esa de esa clase y el de simetría: que sostiene que si A mantiene una relación
realidad que tan hostil se antoja. · con B, B observa esa misma relación con A. En la lógica formal sólo algu-
nas relaciones son simétricas.
Es necesario recorrer ahora los recovecos de lo delirante,
La lógica simétrica no puede desarrollarse sola, se apoya o intercala en
aspecto fundamental de esta etapa de la mano de algunos au- la lógica asimétrica, como veremos a propósito de las estructuras bi-lógicas.
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Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 135
134

frénico quiere ahora transformar la percepción en exp eriencia aún poderosos deseos de destrozar la propia facultad de expe-
el.e forma tal que tengan cabida actividades fantasmáticas y riencia y pensamiento.
vinculaciones de sentido con los objetos. El fiel de la balanza se inclina más ahora ·hacia el lado del
De todas formas, todavía insiste el deseo de la no-expe- deseo de experimentar.
riencia, lo que se traduce en identificaciones proyectivas vio- La capacidad de simbolizar en este momento coincide con
lentas que dificultan extraordinariamente el tratamiento. la ecuación simbólica de H. Segal. La fragmentación crea un
Poco a poco, a medida que la diferencia gana terreno, el mundo externo y otro interno. poblado de objetos bizarros, de
paciente llega a experimentar un espectro mayor de senti- representaciones cosificadas, de pensamientos.
mientos que, a su vez, serán sometidos una vez más a otras El tipo de relación de objeto propio de esta etapa ha variado
tantas identificaciones proyectivas. En el caso de Phil eran sus con respecto a la anterior: ahora el terapeuta no es sólo un con-
instintos asesinos, su miedo ante la omnipotencia del pensa- tinente parcialmente separado, sino una persona independiente
miento, el terror a ser asaltado por los pensamientos de los demás cuya pérdida es temida; surgen indicios de duelo.
y el temor y deseo a un tiempo de que el terapeuta dependie- En un proceso paralelo, al terapeuta le cumple empezar a
responder de manera empática. La identificación proyectiva
se de él. continúa siendo una forma prevalente de comunicación. Este
Al final de este estadio, la identificación proyectiva es me-
nos divalente y se caracteriza por un mayor peso del esfuerzo periodo representa t~mbién un campo psicológico interperso-
de comunicar sentimientos insoportables y menor deseo de nal en el que la empatía asume igual importancia para esta-
destruir la capacidad de pensar del continente. blecer la identificación que el sistema anterior.
Se puede comparar esta fase a la relación específica ID.il-
dre-bebé, que describe Winnicott (1958), cuando el niño
aprende a estar solo jugando en presencia de aquélla. El pa-
Estadio JI!. De la experiencia psicótica
ciente intenta contener su propia experiencia ante el terapeuta
Las realidades externa e intrapsíquica quieren abrirse paso haciéndola suya, no utilizándolo tanto como procesador de sus
y lo hacen a la vez. Bloqueos, sensaciones de querer y no pensamientos. El conflicto es ahora más manifiesto que en fa-
poder y además la aparición de los llamados síntomas produc- ses anteriores, ya que la balanza está más equilibrada; el di-
tivos: ideas de referencia, de persecución, sonorización del lema experiencia versus no-experiencia se ha trasladado a un
pensamiento, alucinaciones auditivas. Phil deseaba hablar y re- plano superior: pensar versus no-pensar.
Quizá se antoje paradójico que una etapa que contiene tan
cordar sin conseguirlo.
La tercera etapa de resolución del conflicto esquizofrénico floridos episodios se considere un progreso. Desde la perspec-
se caracteriza por el ataque que éste ejerce sobre sus propios tiva clínica, en el tratamiento de la esquizofrenia se encuentran
pensamientos y afectos; primero por el bloqueo y la fragmen- periodos quiescentes que alternan con la aparición de sínto-
tación y además mediante la proyección y la introyección, dis- mas. El terapeuta acostumbra a sentir en estos casos desaliento
por lo que considera un paso atrás. Llega entonces la pres-
torsionándolos como objetos bizarros.
El bloqueo que los pacientes acostumbran a presentar en cripción masiva de neurolépticos. Sin embargo, en realidad es
esta etapa expresa que los pensamientos comienzan, y preci- un avance en los intentos del paciente para experimentar lo que
san de ser excorporados de inmediato vía identificación pro- percibe sin recurrir a destruir la capacidad de experimentar
(fase 1), o a la iden:iflcaci6n proyectiva (fase 11). Ahora pre-
yectiva; también indica la existencia de componentes de los j
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El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 139
Nicolás Caparrós
138

nes de una excorporación de esa maldad, encarnada en la figura


l.º «El perro muerde a A»; lo que equivale, por el prin- del dentista, como objeto bueno y continente. Llama también la
cipio de simetría (PS), a que «A muerde al perro.» atención que el esquizofrénico no advierte la contradicción en que
Paso simétrico. incurre al aplicar ambas lógicas de manera alternante. Realiza una
2.º «El perro es malo» -puesto que ha mordido-- y por auténtica escisión de las representaciones.
la simetría que hemos planteado en la ecuación anterior, «A
equivale al perro»; se desprende que «A es malo también.» Si La estructura Simassi.
admitimos como verdadero lo primero, la deducción segunda En este caso el mismo tramo de la realidad es elaborado si-
es legítima, como tal proviene de la lógica asimétrica. multáneamente desde la simetría y la asimetría. Otro ejemplo
Paso asimétrico citado por Marte Blu11.:;0 0ficia de introducción.
3.º Si A es malo, se sigue que su diente (una parte de A)
lo es también. La parte es igual al todo (PS). He aquí la si- A contempla una puerta que se abre, siente pánico y ex-
nécdoque. clama: los animales me están comiendo.
Paso simétrico.
4.º Un diente malo (inicialmente en sentido moral) perte- Se trataba de un paciente alemán y en este idioma Tieren
nece a la clase de todos los dientes malos, incluidos aquellos (animales) posee una fonética similar a Thüren (PS).
que presentan caries. Puerta = Animales
Paso asimétrico.
5. 0 «Diente malo=Diente con caries.» (PS). No pertene- Además, la puerta gira sobre sus goznes de la misma ma-
cen a la mis clase como en el paso anterior, sino que son idén- nera a como lo hace la mandíbula [una parte] del animal [el
ticos. todo], (PS). Otra vez la sinécdoque.
Paso simétrico. Queda así identificada la puerta con los animales.
6.º Los dentistas tratan dientes. Si aceptamos como ver- Pero a un tiempo, el paciente conocía perfectamente la di-
dadera la proposición 5ª se deduce, en el seno de la lógica asi- ferencia entre una puerta y un animal. Ambos procesos, el si-
métrica, que ha de ir al dentista. métrico y el asimétrico se desenvuelven a la vez.
Paso asimétrico. Viene ahora a la memoria la descripción hecha por Matus-
El sistema Alassi empieza con una simetrización y no a la sek de la percepción delirante y de su estructura bimembre. El
inversa. Lo que caracteriza a este tipo de temas delirantes es sujeto percibe al -objeto como tal y al mismo tiempo le añade
que se originan en un periodo donde imperaba la no-diferen- otro significado que calificamos de delirante. La extrañeza que
cia, que no ha sido sustituida por el principio de realidad, suscita en el observador se debe, sin duda, a la simultaneidad.
donde sí existe la diferencia, sino que éste viene yuxtapuesto. El sujeto no psicóhco tiende a imaginarse es'ta experiencia de
Si eliminamos los pasos simétricos que han sido yuxta- modo sucesivo.
puestos el discurso delirante queda así: El ejemplo anterior de la estructura Alassi, carece de la al-
teración de la temporalidad y por eso probablemente puede go-
A es malo; su diente es malo. La sensación de ser malo es bernar mejor su mundo delirante. El pánico del segundo pa-
una introyección de un objeto malo, que muerde. ciente demuestra que la alteración del tiempo provoca más
desestructuración.
Los procesos lógico formales que se intercalan sirven a los fi-
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 14 1
140

La representación de un espacio de n-dimensiones en otro


La estructura Tridim. de (n-1)-dimensiones necesita de una repetición.
... Corolario.-Cuanto mayor sea el número de dimensiones
Quizá sea ésta la estructura de más compleja aprehensión
del espacio a representar, en un espacio de menos dimensio-
por la dificultad de intuirla. nes sus repeticiones aumentan.
Sus fundamentos se conectan con los conceptos freudianos
Dicho de otro modo, la información que contiene un punto
de condensación y desplazamiento.
__A través del desplazamiento son posibles operaciones tales de un espacio determinado es directamente proporcional al nú-
como la simbolización, la proyección, la introyección, la su- mero de sus dimensiones. Sea, por ejemplo, el triángulo
blimación y la transferencia. Desplazar debe entenderse como {A,B,C} los puntos de sus vértices contienen dos informacio-
nes que les proporcionan la coordenada y la abcisa (x,y); un
una traslación entre diferentes topos.
La proyección (y la introyección) presuponen un desplaza- punto de un tetraedro, expresado en el espacio de tres dimen-
miento, lo desplazado se trasporta a otro objeto pero al mismo siones posee la triple infoi:mación de sus coordenadas (x,y,z).
tiempo permanece en el individuo que proyecta. Está, de modo Si el espacio psíquico inconsciente es n-dimensional -las
simultáneo dentro y fuera. Este carácter de ubicuidad perte- razones para sostener tal afirmación residen en las propieda-
des que caracterizan el inconsciente, sobre todo la condensa-
nece al campo de lo inconsciente.
Pensemos, a título de ejemplo, en quien afirma que los de- ción, el desplazamica:c, ! ~ sustitución de la realidad externa
más le consideran homosexual. En un primer paso la idea in- por la interna y la atemporalidad- y nuestras representaciones
tolerable de poder serlo había aparecido en el interior del pro- son tridimensionales, la consecuencia es que representar en
pio sujeto y es expulsada después al exterior; la tendencia este espacio experiencias multidimensionales conduce a la "/'?!-
petición.
permanece reprimida. Matte Blanco considera el problema del desplazamiento a
Se puede decir entonces que en el plano de la consciencia
«lo homosexual» es una exterioridad, mientras que en lo in- la luz de la estructura Tridim, que obliga a repetir un objeto
consciente es a la vez interior y exterior. La escisión del ob- que en un espacio de más dimensiones es sólo uno. Los dos
jeto originario le permite tener una existencia doble. entes resultantes son isomorfos.
Analicemos ahora un caso ligeramente distinto al anterior: La raíz bi-lógica de esta estructura se constata del siguiente
un sujeto se percibe homosexual y, al mismo tiempo, cree que modo: los dos objetos que resultan tras la repetición son trata-
los demás cuchichean acerca de su homosexualidad. La pro- dos en lo más profundo como uno solo (PS), porque ahí es en
yección ha t~nido lugar igualmente, pero en este caso la repre- realidad uno, en cambio en el manifiesto se desdobla en dos
sión no actUa. El objeto escindido en dos aparece en el plano objetos diferentes.
consciente tanto en el espacio interno como en el externo. Analizando la condensación bajo este mismo punto de vista
Como afirma Matte Blanco, estas aparentes paradojas en- un objeto A, que como tal posee tres dimensiones, es en reali-
cuentran solución si consideramos que el espacio psíquico no dad una figura compuesta. Este agregado es isomórfico con B
es tridimensional, como la inercia nos hace ver, sino u-dimen- en un espacio de más de tres dimensiones. La condensación y
el desplazamiento son la expresión de caminos opuestos para
sional. llegar al espacio tridimensional.
Queda atrás ahora el terreno fácil de la intuición y hay que
proseguir paso a paso. En razón a la brevedad expondré sólo El concepto habitual de mundo interno es tridimensional,
los principios, sin detallar los razonamientos en que se fundan. ello permite aplicar Jos terminas «dentro», «fuera.» Sin em-
• • • • • • • • • • • • •• • • • •
142 Nicolás Caparrós • E~ivd:ioo:oló~oo d~a po:ión:ui=p~idol ~ 43 •

bargo sus estratos más profundos, más indiferenciados, descu- j) La identificación proyectiva es una estructura Tridim.
bren complicaciones hasta ahora no entrevistas. «Dentro», k) Los delirios, según su estructura, pueden ser Alassi o
«fuera», «Sel/» y «no-Se/fi>, dejan de ser nociones convenien- Simassi.
tes, ahora se impone el principio de simetría, que remite de l) Finalmente, la temporalidad es una estructura Alassi.
forma paulatina al ya conocido «modo indivisible», donde La duración obedece al principio de simetría y la sucesión es
todo es igual a todo. un producto del proceso consciente.
Las tres estructuras analizadas permiten tratar el material de
la esquizofrenia desde un enfoque nuevo, con especial referen-
cia a los niveles de profundidad de los estratos de lo incons- Algunas perspectivas sobre las alucinaciones y los delirios
ciente que están implicados en ella. Este material puede ser eva-
luado tomando como indicador su grado de diferenciación: Los que han estudiado las psicosis esquizofrénicas desde
un punto de vista adaptativo, mantuvieron siempre que existen
a) El desplazamiento y la condensación pertenecen a la diferencias muy significativas entre los fenómenos que se sue-
estructura Tridim. len etiquetar como alucinaciones, delirios, trastornos de la
b) La atemporalidad expresa, en primer lugar, un efecto atención, manifestaciones autistas, etc. Tales fueron los enfo-
de la simetría y al ser vista desde el proceso temporal puede ques de Bleuler y más tarde de Jaspers.
ser considerada como Simassi, en el caso extremo pertenece al Freud afirmará después que no sólo difieren en lo descrip-
Modo indivisible. tivo sino que necesitan de justificaciones metapsicológicas
c) La sustitución de la realidad externa por la intrapsí- ilistintas. ~
quica es una consecuencia del desplazamiento, luego se trata Veamos el caso de las alucinaciones auditivas. Tal y como
de una estructura Tridim. las entiende Jaspers, las citadas alucinaciones pueden provenir
d) La presencia simultánea de contradicciones es una es- de fuera o del inted :::r de! propio paciente. En el primer caso
tructura Simassi. acostumbran ser las llamadas voces comentadoras de la propia
e) La alternancia ausencia y presencia de temporalidad es actividad, que se relacionan con el mundo desiderativo. En el
una estructura Alassi. segundo caso las voces anticipan sus pensamientos y acciones.
j) Las conexiones lógicas reproducidas como simultáneas En cuanto al contenido por lo común es persecutorio, pero
y la causalidad vista como sucesión, representan mantener el es- también neutral o incluso amistoso.
pacio y abolir el tiempo. Corresponden a una estructura Simassi. Según Freud, las alucinaciones auditivas se despiertan en
g) Equivalencia-identidad y conjunción de alternativas contextos clínicos diferentes. En los tipos paranoide y hebe-
(en lugar de la lógica disyunción) es una estructura Simassi en frénico las alucinaciones son ora persecutorias ora amables. Su
la que progresivamente aumenta el componente simétrico. formación se explica por el hecho de que la identidad del Yo y
h) Ca-presencia de pensamiento y no-pensamiento es una la autonomía del Self están limitadas en el tipo paranoide y son
estructura Simassi con fuerte tendencia también al Modo indi- casi inexistentes en la hebefrenia. Durante los períodos de
visible. quiescencia acontecen alucinaciones de contenido agradable
i) La desorganización profunda de la estructura del pen- que expresan cumplimiento de deseos.
samiento es inicialmente una estructura Simassi que también Estos pacientes establecen relación a través de la identifi-
tiende al Modo indivisible. cación primaria, circunstancia que depara condiciones favora-
144 Nicolás Caparr6s El nivel psicopatol6gico de la posici6n esquizo-paranoide 145

bles para el investimiento de recuerdos, de frases que les han Un esquizofrénico había asumido las características del
si~o dichas y que reaparecen como alucinaciones internas. hermano (identificación) como defensa ante sus impulsos ho-
En el caso de la esquizofrenia paranoide, las alucinaciones mosexuales. Cuando la fusión se resuelve, el paciente, merced
que se sitúan en el interior y que no despiertan ansiedad, se de- a la externalización de aspectos de su Self, cree que su her-
ben explicar también en términos de la retirada del investi- mano se ha convertido en un doble suyo.
miento libidinal del objeto; pero ahora, a diferencia de la con- La proyección es el mecanismo responsable de los cambios
dición hebefrénica, la identificación se rompe pronto. Una psíquicos que provocan la resolución de la identificación pri-
müjer decía que su perseguidor utilizaba su propia voz para in- maria, lo que sucede en el comienzo de la esquizofrenia para-
sultarla. Unida a esa alucinación, que provenía del exterior, re- noide. La proyeccLón mantiene una conexión muy estrecha con
gistraba dentro la voz de un amante suyo. Esta segunda voz se la distancia entre las representaciones del Selfy del objeto. Los
convirtió también en persecutoria, ya que la identificación se atributos del Self que son externalizados están íntimamente li-
rompió debido al fracaso del desinvestimiento, la libido había gados a los deseos libidin!:lles que han de ser defendidos con-
retornado al objeto. tra el desinvestimiento.
El investimiento objeta! ocurre a la par que la superación En la hebefrenia, las alucinaciones auditivas que alteran al
de la identificación primaria, diferenciando Self de un lado y paciente y que se sitúan en el exterior se apoyan en una base
objeto de otro. En este proceso, determinados aspectos del ob- que presenta diversos grados de confusión Self-objeto. Estas
jeto se mantendrán en el interior del Self y elementos de éste voces emanan de objetos imaginarios: médicos, parientes y
serán externalizados en el objeto. Esta reconstitución Self ver- otras personas. Aquí la proyección no desempeña papel al-
sus objeto, proporciona el retorno a la identidad y la recupe- guno. Ocurren siempre tras un incremento de los investimieB-
ración de las fronteras del Self. tos pulsionales, que aportan huellas rnnésicas a la percepción
La voz del amado quedó en el interior como un vestigio de y que se experimentan fuera del Self, dentro o en ambos luga-
la identificación primaria. La transformación del amor en odio, res a un tiempo.
alteró el componente afectivo de las alucinaciones. La aluci- Freeman afirma que es el egocentrismo infantil del hebe-
nación auditiva heredó la insistencia que caracterizaba los im- frénico el que provoca que las voces se vivencien con calida-
pulsos libidinales hacia aquél. des persecutorias.
Las alucinaciones auditivas que parecen tener su origen Las alucinaciones auditivas surgen a veces a resultas de la
afuera pueden ser adversas o tolerables. En la esquizofrenia pérdida de investimientos de objeto de una parte y por el rein-
paranoide no es dificil advertir que son pensamientos y deseos vestimiento de aquél de otra. Lo mismo acontece con las ideas
que han obtenido una cualidad alucinatoria. La identificación delirantes.
primaria duró poco y, tras la reconstitución del Self y del ob- Téngase en cm::-:~:! q_'..!':.' !a regresión es uno de los medios,
jeto, sobreviene lo que ya hemos expuesto antes. entre otros, mediante el cual se forman los síntomas. El pro-
A veces es posible observar en un mismo paciente la se- ceso no se limita a propiciar la vuelta de las representaciones
cuencia fusión (identificación primaria) y resolución de ésta, pulsionales a los puntos de fijación -que, como sabemos, es
con la consiguiente externalización de los contenidos menta- efecto de la regresión temporal- se producen también regre-
les vía identificación proyectiva. No olvidemos que este me- siones topográficas y formales cuyas consecuencias se refle-
canismo utiliza no sólo la proyección sino también la identifi- jan sobre todo en el Yo y en el proceso secundario, como se-
cación. ñaló Anna Freud. Estas dos formas de regresión acompañan a
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146 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 147

la pérdida del investimiento objetal (retirada de los mismos) lo Pao hace hincapié en la estructura primitiva del delirio, en
que da lugar a la restauración del proceso primario. Cualquier contraste con la fantasía que se mueve según los dictados del
maiestar físico o mental se situará afuera, en el más primitivo principio del placer. Supone que el contenido de muchos deli-
estilo excorporativo donde displacentero=extemo. rios, tales como la «máquina de influencia» (Tausk 1919) y las
Las reacciones a los efectos de la regresión pueden ser in- «fragmentaciones corporales», son reflejo del medio infantil
mediatas o sufrir demora. Los derivados pulsionales intentan deshumanizado y desprovisto de sentimientos. En otras pala-
reinvestir los objetos que antes se han abandonado. Freud bras, el delirio es un modo perceptivo que se corresponde con
(1~24) dirá que cuanto más cerca esté el investimiento libidi- la forma en que el mundo arcaico fue vivido. Esta aproxima-
nal de la parte de realidad que ha sido rechazada tanto mayor ción a nuestro tema sigue un camino diferente al que empren-
será la ansiedad. Y en el mismo sentido afirma que a ese im- dió Freud en 1911, cuando refirió una secuencia mediante la
pulso hacia el objeto, que tiene por meta remodelar la realidad que intentaba explicar los delirios de persecución de los pa-
a través de la proyección o de un mecanismo alucinatorio, se cientes paranoicos en términos de defensa-proyección contra
le oponen tenazmente las fuerzas que iniciaron el desinvesti- los sentimientos homosexuales.
miento y que condujeron a la represión (Freud 1911). Los pacientes ocultan y en ocasiones revelan sus delirios;
El proceso de reconstrucción de la realidad genera ansie- pero siempre desempeñan una función. Como ya hemos visto,
dad que acompaña a esas alucinaciones y delirios calificados la fase de estado psicótico implica un avance frente a las dos
como persecutorios. anteriores. El delira nte obtiene una mayor cohesión de las re-
El delirio merece ser concebido como extensión de una fan- presentaciones del sí mismo a través de éstos. En ocasiones,
tasía preexistente. En los pacientes esquizofrénicos hay más desarrolla ciertos comportamientos producto de otras tantas
escasez que abundancia de actividad imaginaria, aunque pu- manifestaciones, a veces somáticas, de su orientación delusiva.
diera parecer lo contrario. Existe una ausencia relativa de ela- Las citadas conductas llegan a adoptar la forma de rituales que,
boración psicológica debido a que el sujeto permanece fijado en ciertos casos, sirven para controlar la agresión y la violen-
en niveles psíquicos primitivos. Para producir fantasías se re- cia. Lo opuesto es observable en el catatónico con la total re-
quiere un Yo relativamente estructurado y el esquizofrénico tirada del medio, las respuestas automatizadas, el estupor y la
opera ante todo en el proceso primario con poca elaboración flexibilidad cérea. Cabe suponer que pretende controlar canti-
secundaria. dades ingentes de rabia catastrófica al tiempo que busca co-
Desde otra óptica, Lewin ( 1968) mantuvo la idea de que el bijo contra una realidad que teme.
delirio es una falsificación retrospectiva de una experiencia in-
fantil, lo que ármoniza con lo primitivo de la estructura esqui-
zofrénica. La regresión es muy intensa, se remonta a estados ANDREA 18
arcaicos en los que las tensiones internas no se discriminaban
de las producidas desde el exterior. Debido a las consiguientes La historia de Andrea comienza en una ciudad de la costa
alteraciones en el umbral de las sensaciones y en el sistema hace diecinueve años, pero también, como tantas otras cir-
perceptivo la realidad se incorpora de manera subjetiva, lo que cunstancias de su vida, esto es casual. Pudo haber nacido en
desemboca en la formación de un delirio. En este sentido, la
delusión, en tanto que percepción alterada, se construye mu-
cho antes que una fantasía cumplidora de deseos. 18
Caso presentado-;:-?r:! ~~1rPrvisión por Ana Isabel Campos.

.-
.........

Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquiro-paranoide 149


148

cualquiera de los muchos sitios por donde sus padres deam- a contar mi vida, p t.,..v ü 0 se lo dirás a nadie, ni a la psiquiatra
bularon a la ventura mientras estuvieron juntos. ni a nadie.
Este relato se recoge a los dieciocho años cuando ingresa Se establece una alianza terapéutica, quizá con demasiada
en una unidad de media estancia, tras haber pasado antes por precocidad.
múltiples instituciones. . En los relatos que figuran a continuación, hechos de ma-
Ha estado en contacto con Protección de Menores desde los nera espontánea por la paciente, merece destacarse el peculiar
si~te años. En 1999, contando con quince, ingresa por primera estilo narrativo con el que encadena los diferentes sucesos. En
vez en un centro psiquiátrico. Refiere que entonces tomaba muchas partes se diría que es una simple espectadora de los
drogas y haber sido violada por unos amigos. A pesar de la acontecimientos.
evidente sintomatología psicótica es diagnosticada de un cua- -Según mi abuela, mi madre nunca iba a una discoteca,
dro límite. pero tocaba la guitarra en su habitación y componía canciones
Las primeras anotaciones sobre su caso, que obran en el y cantaba y fue mi madre_a X con veinticuatro añicos y cono-
centro donde ahora se encuentra, refieren importantes tras- ció a mi padre tirao en la calle ... que lo había dejado la fami-
tornos de la conducta, soliloquios, alteraciones en el curso lia en la calle y lo cogieron y lo llevaron a casa ... y en vez de
y contenido del pensamiento, alucinaciones auditivas y ri- casarse me tuvieron a mí. ..
tuales místico religiosos (hacía el signo de la cruz ante la [Se adivina ya una estructura matriarcal del grupo familiar] .
posibilidad de que el interlocutor se encontrara endemo- A mi tío Juan le gustan mucho las discotecas y los porros
niado). Aplanamiento afectivo. Se confirma entonces la es- y robaba con mis padres para que pudiéramos comer y con un
quizofrenia. añito mis padres me trajeron aquí, con un vestido rosita. Nos
Tratada inicialmente con neurolépticos mejoró de una ma- buscaron una portería, por limpiar les daban la casa y les vino
nera progresiva pero evidente. Más tarde, comienza en el cen- muy bien... _
tro una psicoterapia. Con dos años empezó a venir mi abuela a casa para cono-
Andrea llegó a la institución con ganas de agradar a todo cerme, porque cuando nací sólo estaba mi tío Paco; nadie era
el mundo, aunque con un talante pueril: partidario del matrimonio de mi madre porque decían que mi
padre era un degerenao que no valía para nada ... que lo de-
- Aquí estoy bien ... es un centro muy majo ... en el tra- Jara.
bajo bien; con mi madre bien. La vida me ha pegado muchos Mi padre le decía: «¡Cállese señora; fuera de mi casa!»
palos y por l:!SO estoy más madura. - Yo al principio quería más a mi padre que a mi madre ...
Algunos días lloraba desconsoladamente en el comedor. al oír tantos gritos en la portería nos echaron.
-Me puse triste porque ayer fuimos a ver a mi madre con Me acuerdo que de pequeña me estaba comiendo un yogur
mi tía y me puse muyyy triste ... porque decía tonterías gran- y vino mi padre y lo tiró de la mesa y decía: «¿Ves esto cría
dísimas; no sé qué de la reencarnación, de Lucifer. .. la he visto de mierda?, este yogur lo paga tu padre con su trabajo; venía
muchas veces así. .. si yo te contara ... me siento como una des- mi madre y a reñir, una vez al mes •por lo menos, la agarraba
graciada, la más desgraciada del planeta .. . todo me sale mal. .. y la arrastraba por el suelo ... le daban ataques de esquizofre-
(se enfada), me siento sola, amargada .. . nia y eso me tocaba verlo a mí cuando salía al uso de razón ...
Una amiga me dijo que a los psicólogos se les podía con- mi madre a cuatro patas: «¡Lucifer, Lucifer!» ... encerrada en
tar toda tu vida. ¿Quieres que te cuente toda mi vida? Te voy una habitación.
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150 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 151

A mi madre la perdono pero a mi padre no, porque no se La abuela posee muchas claves de la patología familiar que
le puede dar violencia. ¿Verdad que no tenía que haberle dado aquí se extiende al menos hasta la tercera generación.
esas palizas mi padre? Cuesta entender su odio irracional hacia Andrea. ¿Qué lu-
Mi madre me ha tratado mal, pero yo la sigo queriendo mu- gar ocupa ésta en su imaginario? Quizá su existencia confirma
cho porque tiene buen corazón ... a mi padre no; no me pegó, el fracaso de su hija como madre, igual al que ella sufrió
sólo hizo que abandonarme. tiempo antes con ésta. La abuela se hace portavoz del colec-
La paciente habla sin pausa, como con prisa, en un tono im- tivo familiar y le manifiesta: «te odiamos toda la familia», para
personal que no logra trasmitir pena. Quizá por el estilo pue- dar carta de naturaleza a un sentimiento de origen sádico.
ril de su relato. Las carencias afectivas de Andrea se confirman indirecta-
-¿A que mi historia es muy triste?-, dirá en una ocasión. mente cuando habla del abuelo materno.
Su desorden interno queda justificado sobradamente por la -Mi abuelo se vino de Z detrás de mi abuela.
desorganización familiar. Andrea es reconocida desde el re- [Otro varón castrado].
chazo -abuela materna- y desconocida por la madre, que se Tiene buenos recuerdos de él.
muestra incapaz de acceder al sistema madre-bebé. -Se quedó como un vegetal, lo atropelló un coche y lo
«En vez de casarse me tuvieron a mí.» Error o dislate. Cu- arrastró. Tenía ocho o nueve años. Desde entonces sin poder
riosa alternativa: «casarse», tal vez establecer un vínculo o moverse ni hablar, lo ha cuidado mi tía todos estos años, era
«tenerme a mí», puro azar sin sujeto responsable. un hombre siempre con el acordeón, por los bares. . . era una
Una visión sintética de algunos aspectos de la familia con- persona muyyy alegre, con sus amigos a comer; bebía mucho,
firma esa impresión inicial de caos. La abuela materna, de se- pero mucho, mucho; buen vino tinto. Cuando estaba interna<ia
tenta y dos años, concita el odio de Andrea. venía a verme al colegio, le tenían mucho respeto. Para una
-Me decía: «Andas como un hombre, como tu padre ... persona de buen humor en la familia, va y se muere.
eres igual que tu padre ... vas a acabar como tu padre»; y em- Ya es hora de que nos ocupemos de la madre. Es la tercera
pezó a gritar: «¡guarra, puta, meona, te odio, te odiamos toda de cinco hijos. Según Andrea, la preferida. Es una psicótica en
la familia!» estado crónico que ha pasado muchos períodos sin tratamiento
La siguiente escena pertenece al terreno del surrealismo: y con vanos mgresos.
-Un día llamó mi madre a mi abuela y dijo: «que Andrea Le gustaría estar más tiempo con su hija, tiene las visitas y
se quiere cortar las venas si no le das un abrazo» y le dijo: llamadas restringi'i!<:J- pe:- le perturbadores que suelen ser estos
«pues que se las corte.» contactos para la-hija.
La madre aparece como un simple emisario inerte entre la «Desde que nació Andrea es toda mi vida, por favor, estoy
nieta y la abuela y aquélla descubre el camino de la autoagre- muy triste y muy sola, que me dejen ver a mi niña más ho-
sión como único sistema para ser atendida. ras ... »
-Lo que más quiere mi abuela es a mi madre ... tiene mu- Un día relató a la terapeuta:
cha pasión por mi madre y siempre dice que todo lo que le ha -Me duele el corazón de tanto sufrir por culpa de mi fa-
pasado es por mi culpa. milia ... me dice que Andrea es una puta y un monstruo y yo
Cuando me llevaron al Centro a mi madre se la llevó la quiero mucho a mi Andreita. Si viviera mi padre nos cuidaría
vieja a casa y le decía: «Olvídate de tu hija, no va por buen ca- a Andreita y a mí ... pobrecito que lo atropelló un coche; él sí
mmo.» nos quería ...
Nicolás C aparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 153
152

-Mi hermano me violó y cuando se lo dije a mi madre me A pesar del abandono, tiene buenos recuerdos del padre;
dijo afirma que si se lo encontrase por ahí le saludaría.
. que era mentira y no me hizo caso. [Modo habitual de des-
confirmación y descalificación]. Dicen que cuando llegue el En alguna ocasión que se escapó de la Unidad de Interna-
fin del mundo ellos son los únicos que se van a salvar. No miento fue a ver a su padre y éste exclamó que la tutela era de
quiero saber nada de mi familia, por su culpa estamos así. Mi su madre y que tenía que volver al centro.
madre es una bruja; mi hermana mucho que es monja y no me Oficialmente el padre es un alcohólico con trastornos de
ayuda y de la otra no la quiero ni ver. personalidad.
-La madre posee más verdad que la abuela, en esta historia El proceso terapéutico, tras unos meses de tratamiento, per-
de despropósitos, rechazos y ocultamientos. Sin embargo, es mite que Andrea se haga más accesible. La transferencia es po-
incapaz de ser sujeto de su propia vida. Le suceden cosas, es sitiva.
víctima y nada puede hacer: «Si viviera mi padre nos cuidaría Pero después aparecen problemas en el curso de la psico-
a Andreita y a mí.» terapia. En junio del 2002 se le dio permiso para que fuera a
No existe relación materno-filial; en muchos momentos la ver a su madre un fin de semana. La ausencia se prolongó casi
madre se identifica con Andrea, pasa a ser ella misma, deja de un mes y volvió muy cambiada y fuera de sí:
verla como hija para convertirse en un alter ego, una relación -Intenté limpiar la casa y no me dejaba .. . es que la puta
especular en la que ambas se pierden, que a ninguna protege mierda esa ... ¡pues ahora no me sale del coño verla!; ¿no te
gusta que use palabrotas?
m reconoce.
Con once años Andrea recuerda que su madre intentaba ti- Le da por decir que si se va al cielo, al infierno; estoy hasta
rarse al rio, debió ser un periodo de máxima regresión en su el coño de la puta mierda; la perra esa que no quiero ni verla:
ps1cos1s. Se inundó el piso, llamó a un fontanero, se gastó el dinero
-Le dio primero por meterse en la cama, día y noche fu- del mes .. . pidiendo por todos lados, en el estanco, en las tien-
mando y al final se puso muy gorda ... yo me quería ir a jugar das. Me daba vergüenza y me iba. Por la calle iba hablando y
con los chicos y chicas por ahí y no me dejaban y me tenía que pidiendo, yo iba detrás de ella ... no me dejaba dormir, ponía
quedar en la habitación con ella medio a oscuras y yo me de- los ventiladores y me helaba de frío ... me agarró los pendien-
cía: ¿esto es vivir? Mejor me mato. Un día vino mi tío di- tes y me hizo mucho daño, le tuve que dar una torta. Otro día
ciendo: «Ya se ha tirao tu madre al río» y yo salí corriendo y cogió dos palos y dijo que me iba a pegar y se los tiré y le tuve
todos detrás y me la encuentro allí en una roca y la saqué de que pegar, como cuando tenía diez años; ahora tengo diecio-
esa depresión y la cuidaba yo y limpiaba la casa. cho y no quiero ni·verla.
Luego la actitud cambia: Me iré a un piso, me echaré un novio y me iré con él o con
-De los doce a los quince años le reñía y pegaba a mi ma- unas amigas, pero con esa puta perra no quiero ir más; es que
dre para que me diera dinero y me comprara cosas. Me metían está mal de la cabeza, es como si tuviera polvo en la cabeza,
droga en las bebidas. pero polvo malo, es mala y la vieja diciendo que no se deje
Llega el momento del brote. manipular por mí y hablando con ella a las tres de la mañana.
Los recuerdos que guarda del padre son de otro tenor. Con el dinero de mi trabajo se compró un teléfono carí-
-Mi padre antes de que yo naciera era socorrista ... A mi simo, con grabadora y de todo; está loca esta mujer y no le
padre le gustaba mucho cantar, me cantaba canciones de Ma- hace caso a nadie y se ríe de todos los médicos, dice que to-
nolo Escobar. dos somos Lucifer. Me ponía la tele o la música para no oírla.
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Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 155
154

Le visitaba un negro amigo, pero se va a hartar porque está a mí, al servicio de su oralidad. De un otro del que no ha dis-
toQaS horas pidiéndole tabaco. Yo no estoy loca; la que está frutado nunca porque ni su madre ni su abuela supieron o pu-
loca es mi madre y no la voy a aguantar. dieron situarse en esa disposición.
Pasó un tiempo sin querer verla. La terapeuta ne ~~ fu!'! de con la paciente, como hace lama-
En las sesiones estaba mucho más triste y reservada. Como dre, ni la rechaza con sadismo tal y como es costumbre en la
no podía por menos de ser, las vacaciones de la terapeuta la abuela. La reconoce y ella empieza a darse cuenta. Ahora la
sentaron muy mal. mirada, ser envuelta en una atmósfera apacible, desempeña un
-· Ahora está apática, a veces habla y ríe sola. Ha abandonado papel fundamental. Eso significa poder ser sujeto. Bien es ver- ·
las actividades. Cuando la madre la visita van a atiborrarse de dad que la terapeuta aún no es un otro autónomo con el cual
comida a algún supermercado. establecer una relación de objeto madura. Necesita hacer mu-
La terapeuta trata de ganarse su confianza de nuevo. cho uso aún de la identificación proyectiva.
En el espacio de tiempo que dura la psicoterapia -hasta el Llega entonces el permiso que la enfrenta con la madre y co-
momento- creo advertir tres etapas bien diferenciadas, to- mienza la tercera fase. Ese encuentro supone una dolorosa re- ·
mando como referente su transferencia que sirve para explorar gresión. Pasa a ser vampirizada, devorada por la oralidad de la
también el estado de sus relaciones de objeto. madre ansiosa. Ésta seguramente también regresa ante el con-
En la primera fase se registra una complacencia que se an- tacto con la hija. No es ya esa mujer que consiguió decir a la te-
toja pueril, despreocupada, con una alegría insustancial que rapeuta que su madre es una bruja. El sistema madre-hija, que
lleva a pensar en el talante hebefrénico. Andrea se equilibra en- debía haberse roto ya hace muchos años para pasar a una rela-
tonces con una actitud donde se observa que ha retirado gran ción sujeto-objeto, genera una atmósfera tóxica para ambas; tto
parte de los investimientos de objeto; la realidad restante es so- es, por cierto, un sistema madre-hija, sino una masa amorfa de
metida a la renegación y pierde los tintes afectivos más dra- identificaciones entrecruzadas que envían a la fragmentación.
máticos. «Mi vida es muy triste», dirá y a un tiempo la emo- Andrea intentó quizá al principio ayudar a su madre, pero
ción está ausente, incluso la tristeza que menciona, sin sentirla ni puede ni ésta le deja. El deseo inicial de apoyar se trans-
y sin poderla trasmitir. forma en impotencia y después en_rabia casi incontrolada.
Pese a la atmósfera aparentemente amigable de las sesio- Pero, aunque la raiJia parezca dirigirse con claridad a la madre
nes, la terapeuta se percibe desplazada, como si no participase, no es del todo cierto, porque la fusión ha vuelto y lo que le
siente también que lo que se dice no va dirigido a ella. hace a ella se lo hace también a sí misma.
La identificación proyectiva al principio aparece muy es- Regresa al centro y tienen lugar las inoportunas vacaciones
casas veces, 'es por eso que la terapeuta experimenta la sensa- de la terapeuta. Las fantasías de contención se desploman de
ción de perplejidad, quizá de estar de más. Falta la presión tí- forma catastrófica. Sucede por fin la regresión hacia un con-
pica que caracteriza a la identificación proyectiva. trol hebefrénico de su angustia: musita y sonríe a solas, apa-
La terapia con el psicótico depende mucho de algo tan pri- rece una retirada de la libido objetal, que se traduce en apatía,
mario como la actitud, de elementos tan inadvertidos como el en inhibición y en ese talante triste que refleja el vacío del que
ritmo, la cautela y el ya mencionado estar. se ha rodeado.
Por fin, tras varias sesiones; Andrea repara en ella; llega la Estas recaídas son muy frecuentes en los procesos terapéu-
segunda fase, y la previa fantasía fusional da paso a un pro- ticos con psicóticos, tenerlo en cuenta permite proseguir sin un
gresivo reconocimiento del otro, aunque sólo de un otro para excesivo desánimo.
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 157
156

[Omnipotencia que pretende conjurar y proteger de la per-


secución].
PF.,pRo 19
El comportamiento delirante invade casi cualquier activi-
Esta historia se refiere a un paciente mucho más «produc- dad que realiza.
tivo.» pero que se encuentra en la misma fase que Andrea. Al mismo tiempo, mantiene intentos de reconstrucción sui
Pedro tiene cuarenta y un años; hasta los veinticinco se generis: «tengo que empezar a salir por ahh>; «empezar a cons-
mantuvo asintomático. truirme»; «ya no voy a ambientes gays, pienso más en chicas.»
-·-Por aquella época «cogí una debilidad mental.» [Se advierten los efectos de la escisión de un yo que se re-
Es tratado a partir de ese episodio con psicofármacos y re- flejan tanto en su mundo delirante como en los intentos de re-
cae un año después cuando los deja por iniciativa propia. construcción].
El paciente relata el comienzo de su enfermedad así: Es un paciente con intensa fragmentación yoica, con pér-
-Un hombre me besó en la nuca y desde entonces me or- dida de experiencia subjetiya, de continuidad existencial; sen-
dena matar a mis padres. timientos mal integrados y frecuentemente divalentes que son
Cuesta distinguir si estamos ante una ocurrencia delirante disociados y proyectados al mundo externo.
o frente a una alucinación auditiva. Pero en ambos casos está [En esos momentos ya descritos en las líneas anteriores, Pe-
claro que Pedro intenta exteriorizar su agresión proyectándola. dro padece alteraciones de la temporalidad -ruptura de la
La escisión permitirá advertir que esa agresión, que está a continuidad existencial- Manejo Tridim: sentimientos divalen-
un tiempo dentro y fuera del sujeto, sea para éste algo que vive tes proyectados al mundo externo-].
En una sesión relata un sueño: '
como ajeno.
La sintomatología es desde entonces muy florida y queda -He encontrado a un obispo muerto. Estábamos en una
caseta otra persona y yo; entonces veo a mi padre y a mi her-
expuesta en síntesis así:
mano Esteban. Ellos me dicen: «haz lo que quieras.»
a) Fenómenos de imposición del pensamiento: «me en- Me lo pienso dos veces, paso y me voy. La otra persona con la
traban malos pensamientos contra Jesús de Nazaret y contra el que estoy viene y II!e dice que hay una persona muerta y que le
van a culpar de asesinato. Entonces, el obispo resucita y dice que
cura de mi barrio.»
b) Delirios de persecución: no puede hablar claramente le van a culpar de asesinato. El obispo era de El Escorial y llevaba
porque le ponen micrófonos. Personas que viajan en el auto- una insignia de la orden a que pertenece. Era como una comedia.
Pedro reacciona ante los sueños como frente a las expe-
bús le perjudican.
c) Interpretaciones delirantes casi continuas. Cualquier riencias delirantes, en ambos casos se inquieta.
malestar fisico es considerado como un ataque externo. [Frecuentes desplazamientos de la figura del padre: Jesús
[Confusión de la realidad interna con la externa]. de Nazaret, el Cura del barrio, ahora el Obispo muerto. En lo
d) Diversa temática delirante: es perseguido por los gays, manifiesto parece llevarse mal con aquél. Se siente preterido
también por una mujer. Tiene capacidad milagrosa de curar a al resto de sus hermanos. En la realidad éste no le hace caso;
pero, al mismo tiempo aparece como una figura idealizada].
través de guiños.
Me insiste que el sueño era producido por el alcohol. «Hoy
tengo un poco de temor.» A continuación, con un tono triste
19 Caso presentado para supervisión por Antonio Tarí.
me habla de sus padres [toda una asociación inadvertida]:
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158 Nicolás Caparrós El nivd p<ioopa<ológioo do¡, pmioión "quiro-p=noido r
Cuando le echan maleficios aparecen malos pensamientos
159

«A veces pienso que les molesto ... »


«Siento que no tengo la misma categoría que mis herma- contra Jesús de Nazaret y el cura de su barrio.
~
nos.» Los maleficios recuerdan a la descalificación que sufre por
«La persona del sueño es una que trabajó en el campo cerca parte del padre. La respuesta son los malos pensamientos con-
de casa, un día me dijo: -¿quieres chivar20 conmigo? Y otra tra sus subrogados.
vez: tienes miedo a coger el SIDA.» Al terapeuta le resulta dificil describir el vínc~lo que esta-
La conflictiva que podría deparar la homosexualidad no al- blece con Pedro. A veces tiene características idealizadas y en
canza la dimensión que posee para un neurótico porque éste otras parece ser de contención y apoyo. Ya hemos señalado que
tiene un Superyó que le pide cuentas de manera acerba; el psi- la idealización desempeña a veces una función protectora con-
cótico, a través de la escisión, puede aceptar y rechazar a un tra la propia agresi_ón .
tiempo la homosexualidad. La escisión impide el conflicto, Pienso que las dos sensaciones contratransferenciales que el
pero genera la desestructuración. terapeuta experimenta obedecen a circunstancias diferentes.
«He vuelto a fumar porque he pasado una cosa de nervios.» Nuestro paciente no consigue estabilizarse a través de sus deli-
A reglón seguido añade que los gays se presentan general- rios. Cabe decir que ninguna delusión le sirve de manera defi-
mente como lo que no son. nitiva para empezar, empleando sus palabras, la propia recons-
En otra sesión proporciona una cumplida muestra de sus in- trucción en el registro imaginario. El delirio que se muestra
terpretaciones delirantes: ineficaz lleva de nuevo a la fase de identificaciones proyectivas,
Está en la plaza X; ve a la persona que le persigue y con el en una maniobra regresiva y es ahí donde el terapeuta se percibe
que ha mantenido relaciones sexuales; se va a unos lavabos y como deparador de contención y apoyo, en la medida en qu~
el amigo le dice que se la chupe. acepta las proyecciones de que es objeto por parte de aquél.
-Yo le dije con chulería (como un conocido mío que tiene una Por otro lado, el lugar ideal en el que se siente colocado en
frutería que se llama García), ¿por qué no me la chupas tú a mí? otras ocasiones responde a aquellos momentos de la transfe-
-Estaba al lado de la frutería de García y pasa un gitani- rencia donde Pedro reniega los aspectos persecutorios del ob-
llo que me pregunta dónde hay un gimnasio, se le indico y él jeto y se integra desde una estructura confusional.
me dice: «¡tachín!» Sentía que me había embrujado, que ha- Es corriente ver en psicosis esquizofrénicas que ciertos de-
bía echado una maldición y me fui a urgencias.» lirios persecutorios se trasmutan de manera progresiva en otros
Clara estructura Alassi en el sistema delirante que incluso de contenido expansivo con tintes grandiosos. La angustia
recuerda el ejemplo del paciente al que le mordió un perro, ci- queda mejor contenida al precio de alejarse más de la realidad.
tado por Matte Blanco. El paciente pasa de un tema a otro con gran rapidez y al fi-
-Por la tarde soñé que había matado a puñaladas a Ri- · nal de la sesión el terapeuta experimenta la imposibilidad de
cardo, un conocido mío y amigo de mi hermano mayor. encontrar sentido a-:0 cju¿ se ha hablado.
Los sueños son el espacio donde el paciente da rienda En la esquizofrenia se atenta a las capacidades de sentir y
suelta a su agresividad; en vigilia los delirios permiten en- pensar.
mascararla. Dijimos antes, a propósito de la fase II, que: «en ese estado
es el conocimiento del sinsentido el que se experimenta con tal
dolor que debe ser excorporado de manera inmediata en forma
º Tener relaciones sexuales.
2 de identificación proyectiva».
160 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 161

Ahora el terapeuta ha sido capturado en la vivencia del sin- Esta esquizofr~nia representa una fase de estado en la que
sentido de la psicosis a través de la mencionada identificación los delirios cumplen una función definida que permite al pa-
~ . ciente estabilizarse en un determinado nivel vivencial, el pre-
proyectiva.
Es este un tramo terapéutico delicado. El paciente precisa cio sigue siendo un sensible retraimiento de la realidad.
de la función significante que ha de proporcionarle el otro.
Los logros alcanzados hasta el momento dejan al terapeuta
21
insatisfecho, aunque el paciente es capaz de salir de casa y pa- P rLAR
sear por la ciudad, ha ampliado el número de figuras a las que
manifiesta confianza y participa tímidamente en relaciones Pilar tiene veinticuatro años cuando acude por primera vez
sociales, incluso se ha apuntado a un equipo de fútbol. Sin em- a consulta.
bargo, no observa cambios importantes en su estructura psí- Un tío, que la acompaña, relata que desde los cuatro era so-
quica. Se diría que la vivencia y la actitud psicóticas quedan metida a malos tratos.
intactas. Cuando contaba esa edad, los padres se ausentaban varias
Las resistencias que opone la enfermedad son muy nume- horas y la dejaban sola en la casa del pueblo con la llave
rosas. echada. Estos y otros sucesos similares de desprecio, desidia y
El terapeuta las registra de así: desapego y también de agresividad verbal, no pasan desaper-
cibidos para el resto de la familia, aunque no actúa en conse-
a) Sigue habiendo impasse y sensación de monotonía y cuencia.
repetición. Vive en la actualidad con la abuela paterna. Sale de su ho-
b) No parece que pueda producirse un aprendizaje; no gar calificada por sus padres como loca.
hay incremento de insight. Precisamente cuando se produce el traslado a la casa de la
c) Tampoco dota de un contexto más preciso a sus sufri- abuela, hace dieci ~~r..c Y!'leses, comienzan las «voces.» Son
mientos. alucinaciones sensoperceptivas que Pilar sitúa fuera de su ca-
d) Se diría que se encuentra estabilizado en un funciona- beza, muy reales, incluso les responde dirigiendo la vista al lu-
miento psíquico disociado entre los impulsos primarios y cier- gar de donde provienen.
tos rudimentos normativos, oscilando, incansable, entre ambos En un escrito suyo éstas vienen reflejadas así:
polos. Es esta una alusión a su Superyó retaliador.
e) En las sesiones le percibe como si hablara con otro; lo «La voz que me llama dice que es del padre, que dice que-
que produce una gran sensación de incomprensión, confusión rer hacer de mí una mejor persona, aunque yo no me he tenido
nunca por alguien bueno o buena. Esa ;voz se presentó un día
e impotencia. en el mes de octubre del año pasado y desde entonces me dice
j) Imposibilidad de reunir las experiencias de los en-
todos los días lo que debo hacer y dice guiarme por el mejor
cuentros en un pensamiento con sentido. camino posible. Siympre he creído en Dios pero, sinceramente,
g) Las vivencias contratransferenciales que despierta son nunca creí que algún día se me presentara precisamente a mí,
cambiantes y desorganizadas: rabia, fracaso, desesperanza;
pero también afecto y ganas de cuidar y proteger. Los distin-
tos movimientos regresivos del paciente despiertan otras tan-
21
tas contratransferencias . Caso que presentado para supervisión por Jesús Varona.
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162 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 163

si es que realmente es él y no fruto de mi imaginación o de mi coherencia expresiva de contenido y forma. Suelen ser las si-
locura.» tuaciones donde manifiesta la rabia contra sus padres .
...
En la actualidad, cualquier cosa que le ocurre está deter-
Las «voces» pertenecen a distintos personajes de la mito-
minada por las voces; incluso una reacción extrapiramidal re-
logía judeocristiana: el Padre, Jesucristo, la Virgen, Satán, Luz
ciente fue interpretada como que le ordenaban mover la ca-
Bella y alguno más, que profieren de continuo obscenidades
beza. [Confusión de la realidad interna con la externa]. Desde
sexuales referidas a su persona, con ocasionales interpolacio-
hace pocas semanas se da bofetadas intentando liberarse de
n.~s de «amores limpios.» Casi todo gira en tomo al eje amor- ellas. -
sexo obsceno.
Todo tiene sentido, todo es interpretable y la paciente se
Un ejemplo reciente: constituye en el centro absoluto de las situaciones.
Además de estos síntomas, ha tenido y tiene ocasionales
Dios me quiere convertir en prostituta; Luz Bella, el Ángel crisis de angustia acompañadas de fugaces deseos de suicidio.
caído, me quiere proteger porque se ha enamorado de mí.
[Conviene recordar aquí que una mayor lucidez puede empu-
jar a esta ideación] .
Malo/bueno; persecución/protección. Su ansiedad motivó hace unos cinco años la intervención
Otro tema que se relaciona con el anterior es el del castigo terapéutica de una psicóloga cuando aún no habían aparecido
divino. Últimamente Dios le promete casi a diario que al día síntomas psicóticos definidos.
siguiente se curará; pero la curación nunca llega, para su re- La madre, que en la actualidad cuenta con cuarenta y tres
gocijo y ensañamiento; la castiga de esa manera «porque no años, tenía obsesión con las posibles relaciones de Pilar cob
quiere ser su puta.» chicos, aunque no parece que su actitud se debiese a deseos de
Al comienzo del tratamiento las voces se metían con ella a protegerla; ya desde pequeña .le advertía, insultaba y amena-
la hora de ducharse llamándola impúdica e insultándola por es- zaba sobre sus presumibles deseos sexuales. [Advertimos un
tar desnuda, lo que le causaba verdaderos problemas cada vez cierto paralelo con la conducta que la abuela de Andrea ob-
que lo hacía. También le anunciaban que se casaría dentro de servaba con su nieta a propósito de este mismo tema].
unos años con un antiguo profesor por el que sentía atracción Poco antes de que Pilar se trasladase con la abuela la sentó
cuando estaba en la universidad. A veces la voz se correspon- frente a ella y le dijo:
día con esta persona, lo que confirmaba su conjetura. «Somos demasiado jóvenes y vivimos demasiado bien para
A lo largo del tratamiento, la actitud de Pilar con respecto que tengamos que _yuidar a alguien como tú. Te meteremos en
a las alucina~iones ha cambiado: al principio realizaba una li- un lugar para enfermos mentales y allí haces tu propia vida.»
gera crítica sobre su existencia y ahora las considera auténti- Al hilo de lo anterior Pilar relata que tanto ella como su pa-
cas voces divinas y quiere solicitar los servicios de un exor- dre acostumbraban a estar en ropa interior por la casa, lo que
cista. Por otra parte, las voces se van haciendo cada vez más le producía asco. La madre solía vestir ropas llamativas y pro-
invasoras y acosadoras, sin intervalos libres. Durante el análi- vocadoras.
sis interrumpen constantemente el hilo de la conversación. En general, la actitud de desprecio, rabia y abandono, ha
Sólo cuando lo que se habla le produce una emoción intensa, sido la tónica general hacia la hija.
experimenta una breve liberación de lo que se podría denomi- El padre, que cuenta en la actualidad cuarenta y nueve
nar trance alucinatorio y durante unos segundos recupera la años, no llega a este nivel de tantos malos tratos, pero no
164 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 165

ejerce una función paterna manifiesta, ni compensa los des- que sea prostituta», es producto del retomo de la libido al Yo,
manes matemos. del ataque a los vínculos, que se expresa en un a modo de ela-
.. Su conducta es ambigua. En cierta ocasión la utilizó de con- ción de tinte maniforme. Pero lo megalomaníaco no logra
fidente cuando se enamoró de una compañera de trabajo obli- ocultar el fondo primitivo persecutorio: el objeto, incluso en el
gando a su hija a escucharle. Un día le trajo unos zapatos de ella espacio del delirio, es maligno.
que ya no usaba para que se los pusiera; los tiró. Con rabia re- Pilar está anegada en las vivencias delirantes; pero, y ese
lata que su padre lo había hecho con la intención de imaginarse es otro de sus dramas, cuando la emoción es demasiado intensa
que «follaba con su compañera» al ver a su hija con sus zapatos. abandona el mundo del delirio y surge entonces una profunda
En la actualidad ha perdido el contacto con ambos. Hace angustia psicótica que casi remite al pánico orgánico al que ya
poco se cruzaron en el pueblo y no le hablaron. aludimos; llegan las ideas de suicidio. Sabemos así que los de-
Este caso exige algunos comentarios. Es útil recurrir a lirios la protegen, son a la manera de un pensamiento transi-
Freud. cional que conjura la presencia odiosa de la realidad.
El proceso psicótico no se pudo o no se supo detener en sus
La psicosis alucinatoria de la demencia precoz no puede, primeras manifestaciones, cuando hace cinco años la angustia
pues, pertenecer a los síntomas iniciales de la misma, y sólo y las ideas de suicidio no fueron valoradas en todo su alcance.
surgirá cuando el Yo del enfermo llegue a tal desintegración, Entonces no se daba.11 fas l,;ondiciones para el delirio; la reali-
que el examen de la realidad no pueda evitar el proceso aluci- dad ya acechaba amenazadora, pero al mismo tiempo el Yo es-
natorio. taba menos desestructurado.
Así formuló K. Abraham, en 1908, después de un intercam-
Un rechazo final y más directo aún que los que antes ha>-
bio de ideas conmigo, el principio de que el carácter esencial de
la demencia precoz (situada entre las psicosis) consiste en la au-
bía sufrido por parte de la madre desencadena el torrente de-
sencia de revestimiento libidinal de los objetos. Suscitada des- lusivo:
pués la cuestión de cuáles podían ser los destinos de la libido de «Somos demasiado jóvenes y vivimos demasiado bien para
los pacientes con demencia precoz, desviada de todo objeto, la que tengamos que cuidar a alguien como tú. Te meteremos en
resolvió Abraham afirmando que dicha libido se retraía al Yo, un lugar para enfermos mentales y allí haces tu propia vida.»
siendo este retomo la fuente de la megalomanía de la demencia La madre no se limita a ser abandónica, su rechazo es ac-
precoz, manía de grandezas que puede compararse a la super- tivo y hace gala del desprecio y del odio ·que experimenta. En
valoración que en la vida erótica recae sobre el objeto. cierta manera, recuerda a esas madres que en plena psicosis
puerperal exhiben -su horror ante el bebé que no reconocen
La cita freudiana, que a su vez se hace eco de las hipótesis como suyo. Se puede decir que existe un verdadero repudio de
de Abraham, resume de manera impecable el estado actual de la maternidad.
esta paciente. Pilar carece de filiación. La madre maligna sustituye en su
El estatus delirante que mantiene de forma continua ha de imaginario a la madre forcluida. Pilar aguarda a un ser que
ser interpretado como una muestra de la desintegración del Yo, reinterprete la realidad y que le evite así vivir refugiada en esa
que se declara incapaz de seguir en el principio de realidad. La atmósfera delirante.
razón reside en la extremada hostilidad de la misma.
La cualidad megalomaníaca de sus delirios: «ser la puta de
Dios», «el Ángel caído se ha enamorado de mí», «Dios quiere
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166 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 167

presen_taciones de sí mismo ejecutando estas actividades se


Estadio IV.- El pensamiento simbólico transforman, sino -que también ha sufrido cambios la propia
capacidad personal de percibir, de vivenciar y aún de pensar.
Retomamos ahora el hilo de los estadios de Ogden que ve- La teoría psicoanalítica -como Ogden señala (1979)- po-
nimos describiendo, con el último de ellos. see pocos conceptos para articular los fenómenos que integran
A medida que el tratamiento avanza, si es que hemos par- el espacio intrapsíquico (pensamientos, afectos y fantasías)
tido de estadios más primarios, surgen nuevas formas de pen- con los que se refieren a lo interpersonal (relaciones con ob-
samiento y relación: junto con períodos en que el paciente jetos externos, en oposición a la representación psíquica de
muestra independencia de ideas, aparecen otros en los que se esos mismos objetos), con las consiguientes dificultades epis-
recrudece la sintomatología psicótica. El curso de los aconte- temológicas. La identificación proyectiva es uno de esos esca-
cimientos es aún titubeante. Ahora puede pensar y observarse sos conceptos puente.
pensando. Como consecuencia, en esta etapa consiente reela- También existe una pobreza similar en lo que se refiere a
borar a nivel simbólico lo que ha sucedido en el plano pre- formulaciones psicoanalíticas que ayuden a conceptuar las re-
verbal en etapas anteriores. laciones entre la esfera de representaciones psíquicas y el su-
Al comienzo, su capacidad para usar símbolos es extrema- jeto que piensa y experimenta esos pensamientos, afectos y
damente frágil y fácil de interrumpir por acontecimientos ni- fantasías . El sujeto, incluida su capacidad de percibir, pensar
mios, como la separación del terapeuta, que sigue teniendo un y vivenciar, no es una fantasía, ya que existe fuera de la esfera
peso emocional decisivo. Las regresiones desde este período psíquica que estas capacidades contribuyen a crear. Sus apti-
pueden llegar hasta la fase II, pero no a la I. Dicho de otra tudes para vivenciar y pensar se expresan en interacción con
forma, el esquizofrénico está ya atrapado en la relación. los pensamientos, afectos, representaciones y fantasías.
Importa también señalar la diferente cualidad de las fanta- Pensamientos, afectos y percepciones son productos y al
sías. Ya dijimos que los pensamientos y los afectos son excor- mismo tiempo exisj:e también un productor que los crea. En el
porados en el estadio II, fragmentados en el estadio III y fi- nivel de integración psíquico los primeros surgen en relación
nalmente denudados en el IV. Este proceso refleja, en parte, la con el sujeto pensante y setidor. La naturaleza de esta relación
naturaleza de las fantasías que los esquizofrénicos derivan de es central para la intelección del conflicto esquizofrénico y se
sus experiencias psicológicas. La excorporación de los pensa- estructura ante todo alrededor del concepto fantasía actuali-
mientos que resultan inaceptables representa el componente zadora. Hasta ahora esta noción, no explícitamente formulada,
fantasmático-proyectivo de la identificación del mismo nom- ha sido utilizada casi en exclusiva en la identificación proyec-
bre. Un aspecto del Self es colocado, desde la fantasía, en otra tiva para ofrecer un camino con que reflexionar sobre la arti-
persona. culación entre lo intrapsíquico y lo interpersonal.
En las etapas III y IV surgen fantasmas de fragmentación ta- El conflicto esquizofrénico comprende un componente fan-
les como alucinaciones auditivas, o de denudación, como pue- tasmático (deseos conflictivos relacionados con la destrucción
den ser imágenes de cerebros huecos sin pensamientos. Además del pensamiento que están representados en la fantasía) asocia-
éstas vienen acompañadas de la correspondiente actividad, más dos con una real limitación, más allá de la esfera de las repre-
allá de la esfera de las representaciones psicológicas. sentaciones de las propias capacidades para vivenciar y pensar.
La función imaginaria de los esquizofrénicos provoca mu- La noción de conflicto esquizofrénico expresada en esos
taciones que transcienden a la esfera simbólica. No sólo las re- términos implica una extensión del uso del concepto «fantasía
168 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquiro-paranoide 169

actualizadora» para dirigir la relación entre la esfera de los sig- taba metiendo conmigo.
nificados psíquicos -incluidos deseos, motivaciones, afectos, Mi marido no tiene arreglo, hace cuatro años tuvo un acci-
fa~tasías e impulsos- y el ámbito de las capacidades perso- dente, ya está bien pero no quiere trabajar; se quedó en casa y
nales para generar significados, y representaciones. Es un es- yo no tolero vagos. Estaba harta de él y le eché. Mis hijos no
fuerzo para establecer puentes que permitan articular estas di- le quieren y yo tampoco. Ni sé lo que hace, ni me interesa.
ferentes esferas. Las segundas aparecen a menudo con severas Cambia de tono de voz al volver al tema del hijo. Prosigue
limitaciones. En el estadio que estamos analizando surge la ca- la salmodia quejumbrosa:
pácidad reflexiva, es decir el self puede ser objeto del propio -Tiene que hacer algo, porque va a perder el curso. Mi
pensamiento. El uso del lenguaje abre esa posibilidad que el hijo vale para los libros y a mí no me importa sacrificarme
espacio de lo preverbal negaba. para que estudie.
Cuando juzgo que la madre se ha desahogado un tanto le
pido que nos deje.
RICARDO Ricardo no parece advertir que estamos solos hasta que le
pregunto de manera muy genérica sobre qué es lo que le pre-
Ricardo tiene en la actualidad veinte años. Es el mayor de ocupa.
cuatro hermanos. Con el mismo tono de voz anterior contesta que las «ma-
Llega a la consulta acompañado de su madre que, como las ideas» que tiene en la cabeza.
suele ser habitual en estos casos, toma la palabra y la mantiene Calla; intento averiguar cual es la. naturaleza de éstas.
hasta el punto de que Ricardo queda desplazado. No obstante, Hacer daño a mi hermana menor -a la que lleva once-
éste no da muestras de disgusto. Queda en silencio y se diría años-.
que oculto tras ella. (,·?.
Al principio el motivo de la consulta guarda relación con -Yo no sé si me voy a controlar. Hasta ahora sí, pero nunca
la actividad académica de Ricardo. Tras obtener excelentes no- se sabe.
tas en el bachillerato, empieza la carrera y en los primeros me- Disfruto con la idea. ¿Es eso malo doctor?
ses todo discurre bien. Los exámenes parciales son un éxito. -¿Por qué crees que te pasa eso? -pregunto.
Pero, a partir de entonces, y de manera brusca, deja de ir a la -No sé.
universidad. Y a reglón seguido pregunta sobre cuándo volverá a con-
Se queja de su incapacidad para concentrarse, no puede centrarse.
atender las explicaciones y menos aún estudiar. Me da la impresión de que escucho a dos personas: a Ri-
Aquí interrumpe el relato de la madre la voz monocorde, cardo-estudiante y a Ricardo el de los malos pensamientos. No
carente de inflexiones del paciente que inquiere: parece haber relación e1ü1c ambos.
-¿Se me quitará doctor; se me quitará doctor? Intuyo que el primero es inás accesible y que a través de él,
La madre desea saber también en este punto el diagnóstico quizá pueda acceder al segundo. Si puedo expresarme así, con-
y el pronóstico de su hijo y a continuación se extiende sobre cierto el tratamiento con aquél, aplazando para más adelante
sus antiguas capacidades que parece haber perdido. el análisis del otro.
-De siempre me ha defendido contra su padre. La primera A las siguientes sesiones acude acompañado de la madre,
vez cuando tenía trece años, a los quince le pegó porque se es- que aguarda fuera y que intenta siempre que le dedique unos

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Nicolás Caparrós
El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 171
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bólico; sin embargo, algo falta para que su empleo resulte
minutos para conocer mis impresiones. Le hago ver de manera pleno. Creo advertir que es el uso concreto de los símbolos,
paulatina que el tratamiento no discurre de la forma en que ella fuera del espacio consensual, lo que los dota de esa extraña pe-
supone y que debe dejarnos a ambos espacio y tiempo. culiaridad.
A diferencia de los casos anteriores la relación madre-hijo .Por ejemplo, Ricardo se pregunta un día por la existencia
no presenta el rechazo o la descalificación como rasgos dis- de Dios y requiere mi opinión al respecto, que tampoco parece
tintivos. Más bien se advierte la presencia de un vínculo sim- importarle demasiado. En realidad habla sin mí. A continua-
biótico: «mi hijo es un ser para mí.>> El padre, no reconocido ción argumenta que por la razón no podemos llegar a ninguna
como tal, nunca tuvo cabida en esa relación. conclusión -hasta aquí lo formal de su raciocinio es ade-
Se diría que el padre de Ricardo fue incapaz de alcanzar la cuado-. .
genitalidad; es su propia esposa quien le descalifica como ma- «Puedo escoger entonces lo que me convenga» y surge en-
rido, desplazándole a la condición de hijo mayor, hasta que tonces el vínculo con sus «malos pensamientos».
surge el rechazo final. -Si Dios no existe, aunque piense eso de mi hermana, no
En paralelo aparecen en su vida la serie de mujeres fálicas: pasa nada, ¿verdad?
abuela materna y madre, que someten a sus hijos varones im- Sigue en un proceso circular:
pidiéndoles la individuación, sin una prohibición simbólica -Claro que si existe, entonces puede pasarme algo.
emanada del padre que impida la relación perversa. Hago notar q~e en todos estos recovecos razonadores no
Los tres primeros meses se dedican casi por entero al tema surge preocupación hacia la hermana, ni culpa por albergar
de la universidad. Ha hecho algún intento de ir a clase pero se esas ideas. Lo que le acosa es el miedo al descontrol y el cas-
angustia y vuelve a casa. Allí no hace nada y pronto le asaltan tigo que Dios le pueda infringir.
los «malos pensamientos.» En esta segunda etapa, su criterio de mejoría es referido a
Sus maneras apresuradas parecen denotar ansiedad y sin la mayor o menor presencia de las «malas ideas», el porvenir
embargo no consigue trasmitirme esa emoción. Su semblante no parece preocuparle y los estudios han quedado totalmente
apenas cambia durante la sesión, me mira sin verme y se ins- relegados.
tala en fin en ese bloqueo que dice preocuparle. En el momento de escribir estas líneas, intento hacerle des-
Poco a poco asisto a una sutil variación. Ricardo parece cubrir lo que sus «malos pensamientos» representan; todavía
conformarse con su estado actual. Deja de ir a clase y no le me limito a señalar algunos aspectos y a confrontarle con
importa demasiado. Los estudios quedan arrinconados y en otros; no creo oportuno hacer interpretaciones en sentido es-
su lugar surgen numerosas cavilaciones pseudofilosóficas y tricto.
pseudorreligiosas. Considero que éstas ocupan ahora toda su La mejoría de Ricardo se observa en el plano de la rela-
atención y que los estudios, con el principio de realidad que ción. Actualmente desempeña trabajos temporales no cualifi-
representan, van quedando en un segundo plano. En este caso cados, pero en estos soporta bien el contacto con los demás siri
se ve de forma clara cómo la aparición de unos determina- que surja la angustia.
dos síntomas operan como otras tantas tentativas de equili- Una relación de objeto deberá sustituir a sus actuales iden-
bración, el proceso de superación de la esquizofrenia parece tificaciones con la figura materna.
detenerse.
Casi todas sus preocupaciones giran en torno a la existen-
cia de Dios. El problema es abordado en el plano de lo sim-
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 173
172

El concepto de retirada de los inve~timientos atravesó difi-


LQ, teoría del déficit en la esquizofrenia
cultades a la hora de ser definido; no obstante, es una noción
central en este campo. Hay que hacer notar que el protosujeto
En los años 1911y1924, Freud se interesa por el problema que no encuentra por parte del objeto externo aceptación a las
del desinvestimiento, que debe ser conceptuado como un de- proyecciones de objetos displacenteros mediante la identifica-
fecto del Yo, puesto que el desinvestimiento del objeto provoca ción introyectiva _9e éste. se ve obligado a renunciar a esta ex-
un empobrecimiento-déficit de aquél. corporación, con la consiguiente ruptura del primitivo vínculo.
- Como en tantas otras ocasiones, no critica con su segunda El Yo en esta circunstancia ha de retirar sus investimientos.
teoría la que sostuvo con anterioridad, es decir la Teoría del Lo que describimos como psicosis se resume en una alte-
Conflicto y ambas tendencias siguieron desde entonces cami- ración de las operaciones internas del Yo; las alteraciones en-
nos separados con esporádicos contactos. tre el Yo y la realidad son algo secundario. Esto significa que
He aquí los enunciados más extremos que luego permitirán ahora el análisis de la estructura esencial de la psicosis se cen-
tra en el Yo dañado, que pone en duda la clásica definición
acceder a una síntesis.
La Teoría del Déficit no contempla la continuidad entre psi- freudiana de psicosis en contraposición con las neurosis,
cosis y neurosis. Freud se sitúa en este punto de vista cuando Freud (1924a, 1924b).
excluye el tratamiento de la esquizofrenia del ámbito psicoa- Lo que el paciente experimenta como real o irreal depende
nalítico, porque las alteraciones intrínsecas de este cuadro im- de sus investimientos en los objetos internos; que puede ha-
piden la asociación libre y la transferencia. cerse manifiesto a través de cambios evidentes en el compor-
La Teoría del Déficit, también llamada ahora Teoría Espe- tamiento social. '
cífica, (London 1973), se identifica a partir de los siguientes Si la fragmentación del Yo es severa estamos autorizados a
hablar de psicosis.
puntos:
Las disquisiciones continúan. Los partidarios más extre-
1. El comportamiento del esquizofrénico es, además de mos del déficit del Yo, entre los que se alinean Freeman (1970)
único, separable de otras conductas. Cierto que a veces este y London (1973), se subdividen a su vez en dos grandes gru-
proceder aparece mezclado con otros tipos de alteraciones, pos:
pero su entraña es singular.
2. Una de las características principales es su limitación a) Quienes cu:;:~ii.;;a¡;. el déficit a un error innato.
a la hora de. la transferencia. Hoy diríamos que la psicosis de b) Los que· piensan que estuvieron sometidos desde el
transferencia difiere cualitativamente de la neurosis de trans- principio a malas relaciones de objeto.
ferencia.
3. Todas las proposiciones sobre la esquizofrenia que- Incluso un tercer grupo aboga por una mezcla de ambas po-
dan subordinadas a un concepto conocido como retirada de sibilidades.
los investimientos de las representaciones de cosa. Por su El déficit consiste en una incapacidad más o menos acu-
causa, la conducta de estos pacientes se considera conse- sada para manejar los objetos internos, que también puede
cuencia de una «catástrofe interna.» La sintomatología viene en- afectar a otras funciones del Yo. Cabe además entenderlo como
tendida como una adaptación a ese estado psicológico defectual inacabamiento o merma de la adaptación.
Si el trauma provoca que el psiquismo experimente una
(Wexler, 1971 ).
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El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 175


Nicolás Caparrós
174

regresión global, el déficit yoico significa una manifestación Freud considera ahora el desinvestimiento como una retirada
de insuficiente investimiento, tanto narcisista como objeta!. La de la libido de las personas -y cosas- que previamente se
amaron. Los impulsos libidinales son tratados aquí como un
perspectiva económica prima sobre el resto.
En este contexto, Freud estableció diagnósticos diferencia- aspecto del interés por lo social en lugar de ser fuerzas moti-
les entre psicosis y neurosis. Excluyó a las primeras del trata- vadoras de raíz intrapsíquica.
miento psicoanalítico, ya que consideraba que las alteraciones La tercera definición se encuentra también en esas páginas:
<!.el curso del pensamiento y en las relaciones de objeto impe- considera la retirada libidinal del medio como un primer paso
dían el uso de la asociación libre ( 1911) y el desarrollo de la común, tanto en las psicosis como las neurosis, afirmando que
transferencia (1917b). También señaló que los esquizofrénicos la represión era el segundo paso en la formación de las neu-
rosis; trató entonces de hallar una defensa comparable a la re-
se conducen de forma diferente ante el peligro:
presión que fuese específica de la esquizofrenia -aun no es-
No consideraré digna de crédito ninguna teoría sobre lapa-
taban· conceptualmente disponibles la escisión, la renegación y
ranoia a menos que cubra también los síntomas hipocondria- el repudio--. Sugirió, siguiendo a Abraham, que en la esqui-
cos que acompañan al trastorno. Me parece que la hipocondría zofrenia, la retirada de la libido es dirigida al Yo -Yo hipe-
mantiene la misma relación con la paranoia que la neurosis de rinvestido- para reestablecer un estado narcisista. De mo-
angustia con la histeria ( 1911 ). mento queda fuera el problema capital del daño que para el Yo
supone la retirada de los investimientos del objeto. Propuso so-
El desarrollo de la Teoría específica en los escritos freu- bre todo un hiperinvestimiento de las representaciones del Self
dianos es muy complicado. Para dar cuenta de las alteraciones en detrimento de las de aquél. ...
frente a la realidad, efectuó a lo largo de su obra seis defini- En la actualidad, se piensa que las representaciones del Self
ciones sucesivas de «desinvestimiento» que oscilaban entre el y los objetos observan un destino común y ambas vuelven a
foco intrapsíquico (catástrofe interna) y otro de tipo social (re- formas menos diferenciadas entre sí.
tirada afectiva del medio que se antoja intolerable). Además, Los delirios y las alucinaciones ( 1914) eran síntomas res-
siguió manteniendo la importancia primaria de las pulsiones titutivos en un intento de recapturar el perdido mundo externo.
de la misma forma que en la Teoría del conflicto. La fidelidad Formas de reconstrucción de la catástrofe psicótica.
En su cuarta definición de desinvestimiento (1914), Freud
a lo pulsional fue permanente en Freud.
Para empezar, en el Caso Schreber considera que la reti- manifestó que en las neurosis la retirada de la libido se reen-
rada del me.dio se debe a una catástrofe interior -un profundo vía a los objetos de la fantasía. El fracaso en investirlos puede
cambio interno en palabras del magistrado- que se explicó al explicar la catástrofe interna. La fantasía del esquizofrénico
estilo de la teoría unitaria como una retirada de los impulsos está empobrecida. Este es uno de los pasos de un conjunto que
libidinales -he aquí, la primera definición de desinvesti- tiende a establecer como objetivo básico del psicoanálisis a la
experiencia mental interior. Discrimina la tensión intrapsí-
miento--. quica (pulsione ~ :te! i~terés social, distinguiendo las relacio-
Pero en este mismo texto proporciona una segunda aproxi-
mación refiriéndola ahora a una catástrofe exterior. nes de objeto intrapsíquicas de las interpersonales.
En 1908 Abraham describe casos de indiferencia y apatía En la quinta definición (1915b) anuncia la primera afirma-
en la esquizofrenia y subrayó en ellos la importancia de la re- ción metapsicológica de la llamada por London (1973) Teoría
tirada ante los objetos externos. Apoyado en estas reflexiones, especifica. Describe ahora el desinvestimiento de la presenta-
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquiw-paranoide 177
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ción inconsciente del objeto. Esta hipótesis extiende la altera- sos y a nuestro entender nunca en los tres primeros estadios
ción en la esquizofrenia a aspectos básicos de la representa- del proceso descrito. La comunicación no sólo existe mediante
ción de objeto y define así un estado de deficiencia psíquica. la palabra, sino también en el terreno de lo preverbal y a tra-
Al mismo tiempo ( 1917 c), Freud analiza las relaciones de vés del juego. Todo recuerda a ciertos aspectos técnicos del ·
objeto tempranas en la melancolía. análisis infantil.
En una sexta definición escribe: Siempre que sea posible, es aconsejable una buena comu-
nicación con el medio familiar. Esta afirmación choca con di-
- Qué mecanismo pueda ser el que, de modo similar a la re- versas dificultades, una de las principales es que la familia
presión, separe al Yo del mundo exterior, es algo que no puede suele estar al mismo tiempo severamente afectada, tanto como
ser constatado sin más investigaciones. Pero tal mecanismo grupo corno en sus diversos integrantes.
debe aceptar una retirada de los investimientos procedentes del La frecuencia y duración de las sesiones es otro aspecto
Yo (1924a). · muy controvertido. Aquí, como en otros casos, estableceremos
las condiciones ideales a modo de orientación última, aunque
El desinvestirniento tal y corno se presenta en la Teoría del rara vez se dan.
conflicto, se refiere a un destino de la pulsión o, si se quiere, Tanto en la fase 1, de no--experiencia, corno en el estadio
a una defensa ante la misma. En la Teoría del déficit aquél pro- II, de la identificación proyectiva, y por la necesidad de crear
voca una alteración básica de la representación psíquica y se primero y manejar después un espacio de contención, juzgo
deriva del empleo freudiano de carga para significar factores preferible que el paciente sea atendido en un centro -Comu-
cuantitativos responsables del desarrollo y sostén de las repre- nidad terapéutica, Crisis center, Unidad de agudos, etc':'
sentaciones psíquicas. -puesto que la mayoría de las familias son incapaces de
La importancia otorgada a la sexualidad, corno puede verse afrontar las situaciont:s que suelen suceder en estas dos fases.
en Estudios sobre la histeria y sobre todo en Tres ensayos, con- La frecuencia, en un principio, puede alcanzar hasta las
duce a Freud a descubrir el papel esencial que desempeñan las cinco sesiones semanales. Herbert Rosenfeld y otros autores
fuerzas motivadoras de tipo intrapsíquico -las pulsiones- llegan a recomendar seis. No lo considero viable por sistema
sus representantes y las consecuencias conflictivas de las mis- por lo que significan estos encuentros intensivos para el tera-
mas. Estas fuerzas han de ser representaciones mentales peuta, puesto que dada la «toxicidad» de las sesiones necesita
(1915a) derivadas de la intemalización de las tensiones. también de ser atendido por las emociones y fantasías que des-
encadenan22. .
La duración, "Siempre referida a esta fase aguda, también es
TRATAMIENTO PSICOANALÍTICO DE LA ESQUIZOFRENIA asunto de debate. El'citado Rosenfeld aconseja hacer sesiones

Lo expuesto debe servir ahora para sacar consecuencias


acerca del tratamiento psicoanalítico de la esquizofrenia. El 22
Se ha reflexionado poco y escrito menos sobre la atención que deben
análisis de los psicóticos discurre en el seno de la llamada psi- recibir los terapeutas que realizan este tipo de trabajo. Las actitudes omni-
cosis de transferencia. El reto consiste en saber dilucidarla. potentes con que muchas veces se emprenden estas tareas se mandan des-
El encuadre tiene que sufrir, por fuerza, modificaciones · pués en abandonos o en actitudes defensivas que convierten este quehacer
sustanciales. El diván posee escasas indicaciones en estos ca- en rutinario con las consiguientes consecuencias negativas.
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más largas que en el caso de los neuróticos, hasta la hora y me- Esto permite señalar de pasada que, a nuestro juicio, exis-
dí~. Opino que el planteamiento debe ser más flexible y en oca- ten diversas vías de abordaje en el tratamiento psicoanalítico
siones me inclino por la tendencia opuesta, es decir: sesiones de las psicosis, pero que todas ellas tienen que respetar como
más cortas que con los neuróticos. En mi experiencia, muchos factor común la transferencia/contratransferencia y, al mismo
psicóticos se fatigan y angustian al principio y no se debe pre- tiempo, tener en Quenta el papel esencial que desempeña la
tender cumplir de manera rígida un horario pautado. identificación proyectiva23 , como expresión concreta de esa
En la citada fase aguda no es prudente interrumpir el tra- contraposición.
tamiento más allá de unos días. La razón estriba en que la con- Rosen (1946) es otro ejemplo similar. La técnica de este
tención que pretende reproducir y corregir la función materna autor pretende que el terapeuta adopte las identidades perse-
que en estos pacientes fue defectuosa, no admite discontinui- cutorias que acechan al paciente, intentando reafirmarle des-
dades ni pausas. pués haciendo ver que en lugar de amenazarle le aman. Años
El análisis de estos pacientes está erizado de dificultades. Una más tarde, Rosen (1950), cambia el dispositivo y asume direc-
parte importante de las mismas se debe a su peculiar Superyó. tamente la identidad de las figuras persecutorias; mantenía esa
Por supuesto que no nos referimos a un Superyó moral, heredero actitud hasta el final de la sesión en la que mudaba de papel
del complejo de Edipo, sino a otro de tipo mucho más arcaico y diciendo: «ahora soy tu madre y te permito hacer lo que quie-
que desde M. Klein se conoce como Superyó premoral o pree- ras.» Ambas técnicas pretenden modificar los aspectos super-
dípico. Hace muchos años, Milton Wexler (1951) subrayaba que: yoicos del esquizofrénico, otra cosa, como veremos más tarde,
es su eficacia real.
Para explicar los conflictos esquizofrénicos -alucinacio- Freud había señalado que la neurosis de transferencia re--
nes e ilusiones- como expresiones de las desorganizadas de- presenta la expresión de un conflicto entre el Yo y el Superyó
mandas pulsionales que han perdido su interconexión hay que y que la psicosis significa lo propio en la contraposición entre
pensar en la brutal moralidad que reflejan algunos de los cua- el Yo y el mundo externo. Ya vimos en páginas anteriores la in-
dros esquizofrénicos. Es cierto que no se trata de un Superyó suficiencia de esta fórmula, aunque encierre una verdad sus-
intacto, sino de una estructura arcaica en la que la identifica- tancial. El mismo Freud mantiene opiniones diferentes antes y
ción primaria, es decir la figura incorporada de la madre, lleva
después de esta fecha. En 1914 mostraba el paralelo existente
en sí la promesa de la condenación, el abandono y la muerte.
Aunque esta estructura sea en realidad el antecedente de lo que entre los delirios de L ; f ~i'Ci1cia y las alucinaciones auditivas en
devendrá tras la resolución de la situación edípica, su poder se los cuadros paranoides. Sugirió que la sensación de ser vigi-
hace sentir tanto en los niños como en los esquizofrénicos, y lado indica que la· conciencia se manifiesta de manera regre-
si no rep.aramos en él [Superyó] se debe a que no hemos apren- siva. Vincula el Yo-ideal con la homosexualidad y la presencia
dido a reconocer los aspectos más arcaicos de sus orígenes. de la crítica parental -he aquí el Superyó--. Defiende en-
tonces que el origen y la evolución de la conciencia se repro-
Wexler, citado por Rosenfeld, pertenece a ese tipo de auto- ducen en forma regresiva.
res que utilizan algún aspecto del psicoanálisis para trabajar de
modo original el tema de las psicosis. La imprecisión del pro-
pio psicoanálisis en este terreno, si se compara con los tersos 23
En el sentido más amplio del termino -reciba el nombre que reciba-
límites que trazó en las neurosis es, quizá, una de las razones es decir como exponente de una relación arcaica que precisa de un objeto
fundamentales. materno madre-terapeuta para crear corregir espacio psíquico.
180 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-pa;anoide 181

E. Pichon Riviere (1947) subrayó la importancia del Su- voración y de la internalización en la etapa oral; ambos meca-
peryó en la esquizofrenia. En su decir, tanto las psicosis como nismos son precursores de la culpa, pero no la culpa misma.
tas neurosis son el resultado de un conflicto entre el Ello de un Sin duda M. Klein es quien mejor describió los orígenes
lado y el Yo al servicio del Superyó del otro. del Superyó --en Freud esta instancia surge cuando ha alcan-
zado su pleno desarrollo-- y lo hace a través de la ya men-
En el proceso regresivo se produce una disociación de las cionada identificación proyectiva:
pulsiones y de la agresión y ambas se canalizan mediante el Yo El niño excorpora sus impulsos agresivos en lo objetos ex-
y el Superyó determinando la actitud masoquista del primero ternos -al principio objetos parciales, el pecho materno-
y la sádica del segundo. La tensión entre ambas instancias pro- con ellos creará un pecho bueno -gratificante- y otro malo
voca angustia, sentimientos de culpa y necesidad de castigo.
-persecutorio--. Ambos Son introyectados y contribuyen a
partir de ahí a la formación del Yo y Superyó incipientes.
Numberg (1920) refiere los intensos sentimientos de culpa Siempre desde las ideas .de Klein, las ansiedades infantiles
de un paciente que le llevaban a afirmar que había destruido tempranas que han provocado primero la excorporación -pro-
el mundo. Este autor escribe: yección- y más tarde la incorporación -internalización- se
elaboran de roanesa específica en las posiciones esquizo-para-
En sus fantasías canibalísticas, el paciente identificaba a
las personas amadas con el alimento y consigo mismo. Para el
noide -0-3, 4 meses- y la depresiva -4-11 meses-.
niño el pecho materno es el único objeto amado y ese amor en Si la ansiedad persecutoria aumenta durante la fase esqui-
ese momento adquiere una cualidad predominantemente oral zoparanoide por circunstancias tanto internas corno externas,
canibalista. No puede existir sentimiento de culpa. predominan las fantasías persecutorias, lo que dificulta la ¡)b-
sibilidad de mantener los buenos-gratificantes objetos en el in-
Lo cual en rigor es totalmente cierto. Sin embargo, Nun- terior. Éstos resultan fundamentales corno base del Yo y Su-
berg sugiere que ciertos sentimientos y sensaciones de las zo- peryó normales. En tales casos el núcleo del Superyó primitivo
nas oral y anal, que aún no pueden encontrar sitio en el len- poseerá un carácter persecutorio. Los objetos están escindidos
guaje, forman las bases emocionales del desarrollo de ese en gratificantes y persecutorios y existe una relación en cierto
complejo ideativo conocido como sentimiento de culpa. A lo modo especular de manera que si unos son extremadamen-
largo de diversos trabajos míos he subrayado la abusiva utili- te malos los otros serán absolutamente buenos -ambos se
zación de la noción «culpa» de la que se ignora su génesis y idealizan.
distintas etapas de desarrollo 24 • Estos objetos· idealizados realizan su contribuCión al Su-
Rosenfeld expresa cierto asombro ante la afirmación de peryó. Tanto en pacientes esquizofrénicos corno en «límites»;
Nunberg de que en la etapa oral no pueda existir culpa, aun- los objetos idealizados y los persecutorios desempeñan fun-
que su perplejidad, creo, se debe a no observar los aspectos ciones superyoicas. Los primeros incrementan la severidad de
procesuales de esta. Rosenfeld apunta la existencia de la de- esta instancia y al no poder ser atendidas sus demandas devie-
nen en persecutorios. 1

Sin embargo, en el análisis de estos pacientes, acostumbramos


a ver sólo objetos persecutorios, ello se debe a que los objetos
Tendremos ocasión de ver este extremo con más detalle en el apartado
24

de la melancolía.
idealizados han sufü¿8 e!'! '.'irtud de las demandas excesivas la an-
terior transformación. La detección de estos últimos de forma j
••••••••••••••••••••••••••••••••
182 Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición esquizo-paranoide 183

clara sólo será posible cuando haya cedido la angustia persecuto- destacar que, segun Kernberg (1967), la estructura borderline
ria y aparezca la consiguiente ansiedad confusional2 5, surge en- no se puede diagnosticar basán~ose solamente en signos de-
tonces la alternancia entre lo grandioso y lo catastrófico y el de- tectables puramente descriptivos, sino en base a una investiga-
seo de renegar de los vínculos que aparecen como superfluos. ción psicoanalítica en sentido estricto. En efecto, la estructura
Con la ansiedad depresiva nace el miedo a perder el objeto, borderline de la personalidad se presenta bajo los siguientes
ahora sí propiamente bueno, tanto el externo como su repre- parámetros: mecanismos defensivos específicos (disociación,
sentación. La ansiedad que fluye de la incapacidad más o me- idealización primitiva, identificación proyectiva excesiva, om-
nipotencia y devaluación del objeto); signos inespecíficos de
nos intensa de reparar el objeto forma el conflicto superyoico debilidad del Yo (escasa tolerancia a la frustración y a la in-
nuclear de la posición depresiva. El Superyó de esta posición certidumbre, descontrol de impulsos y poca capacidad para la
es aún persecutorio, aunque en menor grado que el de la posi- sublimación); relaciones objetales internas y externas patoló-
ción esquizo-paranoide. gicas; tendencia al pensamiento de procesos fijos primarios.
Por el contrario, el síndrome psiquiátrico que define el
Los CUADROS LIMÍTROFES (BORDERLINE)
«trastorno borderline de la personalidad» es un concepto des-
criptivo y fenomenológico, diferente por tanto aunque coincida
La psiquiatría que ha ido más allá de lo descriptivo se vio en algunos puntos. Se trataría aquí de un episodio micropsicó-
obligada a considerar eq.tidades que no se ajustan a las gran- tico, transitorio, reversible y egodistónico, caracterizado por
una impulsividad difusa, sentimientos crónicos de rabia, rela-
des líneas diagnósticas sino que representan bien sea formas
ciones interpersonales inestables, perturbaciones de la identi-
mixtas, bien espacios de transición; a ese grupo de cuadros les dad, sensación general de aburrimiento y de vacío y una tert
conviene de modo especial la denominación de trastornos lí- dencia a llevar a cabo actos autodestructivos.»
mite, cuadros fronterizos, limítrofes o simplemente personali-
dades borderline. Como tantos otros diagnósticos de origen La incierta historiéi .::.12 !e:; cuadros Borderline26
ambiguo, éste también da lugar a una cierta confusión. Al
mismo tiempo, su existencia ha resultado muy conveniente, Puede remontarse a Kraepelin el concepto borderline
como en su día ocurrió con los trastornos de la personalidad cuando, en 1883, lo describió como una forma atenuada de de-
(psicopatías) para servir de diagnóstico descomprometido y mencia precoz. El término aparece por primera vez en 1884 a
cómodo, hecho casi siempre por exclusión frente a otros cua- través de C. Rugues, incluía a pacientes que oscilaban a lo
dros «más seguros» y no mediante una investigación psicoa- largo de su vida entre la demencia y la normalidad.
nalítica en sentido estricto (O. Kernberg, 1967). Un año despué·s, Kahlbaum denominó a este trastorno he-
L. F. Crespo (2002). cita a este respecto unas reflexiones de boidofrenia. En 1890 J. C. Rose investiga pruebas clínicas
O. Kernberg: acerca de las locuras límite.
Kraepelin (1912) sitúa a las personalidades límite entre las
Es concepción ampliamente aceptada por la psiquiatría el neurosis y las psicosis. Bleuler refiere estos cuadros como pre-
fenómeno borderline como una entidad psicoestructural, sepa- esquizofrenia o esquizofrenia latente.
rada del grupo de las psicosis. En este sentido, es importante

26
He utilizado como hilo conductor para la historia de esta entidad la
25 En el modelo kleiniano será la ansiedad depresiva. descripción de Crespo (2002) con las adendas que he creído necesarias.
184 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 185

Para resaltar tanto sus relaciones como las diferencias con actuales de la misma forma que la libido objeta} lo hace con
la ~squizofrenia ha recibido denominaciones tales como es- las neurosis de transferencia. Aparece ya entonces la hipótesis
quizofrenia pseudoneurótica (Hoch), a-psicótica, larvada, mi- de un cuadro, entreverado, ni psicótico ni neurótico. La libido
tis, latente, benigna, ambulatoria. no se mantuvo de manera estricta en lo narcisista, pero tam-
A finales de los cuarenta, una serie de clínicos, entre ellos poco ha alcanzado el pleno modo objetal. Freud se referirá a
M. Mahler y Ross, identificarón un grupo de niños atípicos la relación de objeto de apoyo. El Hombre de los lobos puede
cuya alteración de la función yoica y de las relaciones objeta- ser un ejemplo típico de este cuadro.
les-era menos severa que la de los niños psicóticos pero de ma- A partir de El Yo y el Ello (1923), al que seguirán El pro-
yor intensidad que la de los neuróticos. Mahler los ubicó en el blema económico del masoquismo (1924), Neurosis y Psicosis
extremo más favorable de un continuum que empieza en las (1924), Pérdida de realidad en las neurosis y psicosis (1924)
psicosis autista y simbiótica, las denominó psicosis benignas y la Denegación (1925), nacen nuevas contribuciones sobre
o borderline. este cuadro. De unJ::irl.r\ flPTmanecen las clásicas neurosis ac-
En 1952, A. Wolberg describió el costado repetitivo de la tuales: neurastenia, neurosis de angustia y quizá la hipocon-
ambivalencia seducción-agresividad, del insaciable deseo de dría y, del otro, tres categorías diferentes: las psiconeurosis de
gratificaciones, de la evitación consiguiente de frustraciones, transferencia (histeria, neurosis obsesiva y fobias) llamadas
de la incidencia de conductas autopunitivas. ahora de manera sucinta neurosis, las neurosis narcisistas in-
Por 1954, Ekstein y Wallerstein propusieron el término tegradas por la melancolía y la depresión y las psicosis (para-
borderline para designar a un grupo de niños que no siguen el noia y esquizofrenia).
camino hacia la psicosis pero que presentan una serie de ras- Finalmente, se puede detectar otra línea que comienza con
gos impredecibles que, paradojicamente, es su carácter más Algunas consideraciones psicológicas sobre las diferencias
predecible. Se identifica por oscilaciones muy rápidas en el anatómicas de los sexos (1925) seguida de El fetichismo
funcionamiento yoico. (1927), Compendio del psicoanálisis (1938) y La escisión del
H. Modell (1963) refiere con humor la analogía entre los yo en el proceso defensivo (1938).
casos límite y los puercoespines, que tienen la necesidad con- Lo que identifica a este último período en relación con los
comitante de aproximarse para sentir calor y de separarse para casos limítrofes, es el énfasis sobre los mecanismos emplea-
no herirse. Esto pone de relieve sus dificultades ante el prin- dos en la psicosis: la escisión (Spaltung) y la renegación (Ver-
cipio de realidad y las dudosas identificaciones que exhiben. leugnung). Como señala Bergeret (1998), en el artículo incon-
Actualmente está muy extendida la tendencia psiquiátrica cluso sobre la escisión del Yo, Freud retoma su idea sobre la
a considerarlds estados prepsicóticos. deformación defensiva de éste ante la amenaza de su e.stallido,
a la que ya se refirió en 1924 a propósito del conflicto entre
las exigencias pulsionales y la resistencia ofrecida por la rea-
Las reflexiones freudianas sobre el problema lidad. Ahora describe al niño como un ente amenazado por el
desagarro de su Yo; esi.d Í1taida jamás sana, en todo caso puede
En Introducción al narcisismo, Freud establece mediante la enconarse en algunas circunstancias que conducirán a esa vía
hipocondría --que está tentado a considerar como la tercera intermedia entre psicosis y neurosis.
neurosis actual- un puente entre la libido narcisista y la libido
objeta! y muestra que la primera está ligada a las neurosis
•••••••••••••••••••••••••••••••• El nivel psicoparológico de la posición esquiro-paranoide 187
Nicolás Caparrós
186

fu ertes dependerían ante todo del valor simbólico de los obje-


tos. Bouvet refiere una introyección conservadora en relación
~os continuadores de Freud con el Yo auxiliar constituido por el objeto con el que se pre-
Según Crespo (2002), E. Glover (1932) fue quien primero tende establecer un vínculo a una distancia que no sea ni de-
se interesó en este cuadro desde el psicoanálisis, aunque quizás masiado próxima ni demasiado lejana. El fracaso de las iden-
merezcan también atención ciertas investigaciones sobre la ma- tificaciones primarias justifica la persistencia de una imagen
teria de K. Abraham, W. Reich y E. Bergler. Más tarde A. Stern arcaica del objeto. El Yo se comporta frente al Superyó como
- ( 193 8) situó lo borderline en un lugar intermedio entre las per- ante un padre severo. Este modo de relación de objeto queda
sonalidades como-sí (as ij) de H. Deutsch y la esquizofrenia la- bajo el dominio de una proyección lo suficientemente. intensa
tente de Bleuler y Federo. Estos pacientes habrían sufrido un como para deformar la realidad de manera considerable.
déficit en la relación maternal con defectos en la autoestima. El Las personalidades esquizoides, descritas por W D. Fairbairn,
origen de esta patología sería traumático pero no necesaria- también se inscriben entre las borderline. Este autor analiza so-
mente basado en una experiencia traumática, en un trauma con- bre todo la escisión en los pacientes que desarrollan tendencias
esquizoides, encuadrados por lo general en los estados límites.
creto; piensa en un estado tóxico habitual del medio.
Dos son los afectos prevalentes: el miedo al castigo y a la R. Greenson (1959), partiendo del estudio de las fobias, ha
pérdida del amor del objeto. La madre desempeña en estos ca- observado que muchos sujetos conceptuados como neuróticos,
sos una función primordial en su génesis; suele tener humor se corresponden con estructuras pregenitales sin que, no obs-
lábil, estar falta de alegria, ser incapaz de jugar, de conducta tante, quepan-se:r P-Dcuadrados en la psicosis. He tenido oca-
rígida; todo ello desencadenaría en el niño una predisposición sión de comprobar este extremo en mi propia experiencia ~lí-
hipocondriaca y demandas excesivas de ser comprendido por . nica, en especial en el caso de la llamada agorafobia.
El depresivo -escribe- tiene necesidad del objeto para su
el adulto. seguridad y se mantiene en un plano libidinal aunque sea sa-
R. Knight (1953) llama la atención sobre el hecho de que
en los casos límites se pide a la realidad exterior que supla los domasoquista. La angustia neurótica utiliza fobias e inhibicio-
déficits de la realidad interna. Las funciones defensivas y \, nes mientras que el depresivo echa mano de contrafobias y de
adaptativas del Yo están afectadas y los esfuerzos terapéuticos actings.
vienen encaminados a la conservación, el refuerzo y la mejo- A. Green (1962) --citado por Bergeret- subraya dos as-
pectos del tránsito de la neurosis a la psicosis: el paso de for-
ría de esas funciones . mas histéricas por mutación brusca (sobre todo depresión) y el
O. Fenitchel (1953) afirma que en el mismo paciente se en-
cuentrari' mecanismos neuróticos y psicóticos; basado en esta transcurso de formas obsesivas a la psicosis por agotamiento
observación describe los casos mixtos que, según las circuns- lento y progresivo del Yo. A veces este modo de entrada en la
tancias, evolucionan hacia la psicosis o hacia la remisión. Este psicosis se produce por esos dos mecanismos, sin que ello sig-
autor apunta que conservan gran parte de su narcisismo pri- nifique que la estructura de partida sea neurótica.
El caso limítrofe -dirá- es menos una frontera entre la
mitivo en detrimento de las relaciones objetales.
M. Bouvet (1956) describe una relación pregenital que dis- neurosis y la psicosis que una tierra de nadie. Las relaciones
tingue de la relación psicótica, caracterizada por un Yo fuerte triádicas que establecen son pseudoedípicas; el Yo del neuró-
en algunos aspectos y débil en otros, según sus posibilidades tico trabaja en el seno del conflicto edípico mientras que el del
de establecer vínculos con objetos significativos. Los sectores borderline opera contra el conflicto .


Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquiro-paranoide 189
188

D. Widlocher ( 1964) ha descrito toda una serie de caracte- cientes con una perturbación nuclear psicótica y que, al mismo
res sintomáticos relacionados al mismo tiempo con las psico- tiempo, poseen una organización neurótica suficiente, han des-
arrollado un falso Self.
sis y las neurosis. H. Kohut ( 1971) define a las personalidades narcisistas --que
O. Kemberg ( 1967) incluye a las personalidades narcisis-
tas entre los borderline con trastornos más superficiales. Los pueden ser incluidas entre los borderline- como fijadas a
casos limítrofes presentan un Superyó no despersonalizado y configuraciones arcd~0ZL5 d.: un sí-mismo grandioso y a obje-
~l Yo adolece de aspectos autónomos. Los diferentes estados tos sobreestimados. 1

del Yo son escindidos de tal manera que se producen matices Los rasgos decisivos entre las psicosis y los estados fron-
oscilantes del mismo, al estilo de los que C. Rugues describió terizos de un lado, y los casos analizables de perturbación nar-
en 1884, en un mundo idiosincrásico de relaciones objetales. cisista de la personalidad de otro, son estos:
Estas relaciones, según Kemberg, no están metabolizadas. La 1) Los primeros tienden a un abandono crónico de las con-
escisión es al mismo tiempo una derrota del Yo y un poderoso figuraciones narcisistas cohesivas y a su reemplazo por deli-
rios (a fin de escapar al intolerable estado de fragmentación y
mecanismo de defensa.
Los caracteres propios de los estados límites se pueden re- pérdida de los objetos narcisistas arcaicos).
sumir así: sentimientos transferenciales intensos y prematuros 2) Los últimos sólo muestran oscilaciones menores tempo-
de tipo explosivo, de naturaleza rápidamente cambiante, falta rarias, tendiendo por lo común hacia la fragmentación parcial,
de control de los impulsos y prueba de realidad debilitada en a lo sumo con un asomo fugaz de delirio restitutivo.
relación con aquéllos. Imagen del Yo devaluada. Las deposita- Kohut mostró de manera brillante en relación a los cuadros
ciones transferenciales en el terapeuta son complejas; por un limítrofes un aspecto que he utilizado de manera reiterada para
lado, éste encama a la madre idealizada y al mismo tiempo a definir la posición confusa. El borderline desarrolla a veces un
modo de relación maníaco compuesto por tres características
un padre débil pero protector.
Las defensas fundamentales son la escisión, la identifica- fundamentales: el deseo de control, el triunfalismo y el des-
ción proyectiva, la renegación y la omnipotencia, que deparan precio. Se trata de magnificar al objeto para neutralizar las ten-
dencias depresivas [yo diría catastróficas] que suscita la an-
la llamada idealización primitiva.
Predomina la agresión oral, de estirpe pregenital, que con- gustia de separación. Controlar para negar la dependencia;
duce a un desencadenamiento prematuro de los conflictos edí- despreciar para anular la posible culpa.
picos, con la consiguiente mezcla de metas genitales y prege- Kohut opone la~ transferencia idealizada, propia de los es-
tados limítrofes, a la simple idealización que acontece en el su-
nitales. . jeto normal. El escenario es el de un Self grandioso y la con-
«Lo limítrofe» es para O. Kemberg un cuadro estable, no
una simple transición entre la neurosis y la psicosis. El peligro siguiente transferencia especular propia de las personalidades
mayor reside en su tendencia a evadirse de la realidad. con problemas narcisistas.
En 197 5 este autor definirá lo fronterizo como un nivel de Este autor considera, como Fairbaim, que la personalidad
organización personal. De ello se sigue que un cierto número esquizoide se podría incluir entre los trastornos fronterizos,
de trastornos de la personalidad, que incluyen a los tipos nar- han aprendido a tomar distancia respecto del otro con el pro-
cisista, esquizoide, paranoide, antisocial, suelen funcionar por pósito de no exponerse a lesiones narcisistas.
lo común en un nivel borderline.
D. Winnicott (1969) conceptúa a estos sujetos como pa-
••••••••••••••••••••••••••••••••
190 N icolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 191

Las características principales de estos pacientes son: los


Desarrollo de la condición Borderline accesos de rabia, relaciones interpersonales muy dependientes,
. problemas de identidad y depresión sin sentimientos de culpa
. Para Bergeret el Yo del futuro borderline evoluciona bien pero sí de soledad. Toda una gradación que es útil a la hora de
en la fase oral y en la mayor parte de la fase anal -en esto se establecer un pronóstico y en lo que se refiere a la aplicación
diferencia ya del psicótico-. Al encaminarse al complejo de de técnicas psicoanalíticas concretas.
Edipo sufre un traumatismo psíquico importante, v. gr. una se- El borderline mantiene límites precisos en su Yo, salvo en
ducción sexual que le es imposible resolver al modo neurótico. circunstancias de fuerte compromiso emocional.
El borderline no puede apoyarse en el amor al padre para L. Grinberg diferencia los borderline esquizoides de los
soportar los eventuales sentimientos hostiles hacia la madre y melancoloides. Crespo propone extender también esta forma
a la inversa. Recurre a mecanismos primitivos de defensa, aun- de considerar el problema a los histeroides y los obsesivo-
que de forma menos masiva que el psicótico: renegación, iden- compulsivos. - -
tificación proyectiva, omnipotencia y escisión. Gunderson (1975) consideró el problema de las diferencias
La perspectiva bioniana postula la existencia de un aparato existentes entre las psicosis esquizofrénicas y las psicosis bor-
para pensar los pensamientos. Desde su conocido modelo de derline. Estas últimas manifiestan episodios de despersonali-
la contención afirma que una adecuada capacidad por parte de zación y trastornos de la percepción; también fases breves, con
la madre para introyectar y metabolizar las proyecciones dañi- delirios de tipo paranoide y de escasa sistematización, mez-
nas del bebé posibilita que cuando éste a su vez reintroyecta cladas con alteraciones del ánimo de tipo depresivo o mani-
sus anteriores proyecciones sean de carácter más benigno. El forme. Es evidente el paralelo con las psicosis mixtas. ....
proceso, que abarca los tiempos identificación proyectiva e in- P. Kernberg (1990) afirma que ciertos niños que exhiben
troyectiva, está alterado en las personalidades límite debido a rasgos y formas de conducta, de relación y de pensamiento, ta-
dos factores posibles: una disposición que implique una escasa les como egocentrismo, inhibición y problemas en la relación
tolerancia a la frustración y a la angustia así como también la social, desembocan más tarde en cuadros borderline,- entonces
facultad de réverie disminuida por parte de la madre. El bor- se convierten en inflexibles, inadaptados, presentan trastornos
derline posee poca capacidad de crear símbolos y combinar funcionales importantes y sufren de un malestar subjetivo se-
pensamientos. vero.
Crespo (2002) ha recogido de manera clara y concisa las El trastorno comienza en la fase de separación-individua-
principales reflexiones de autores psicoanalíticos en lo que ción. La madre no expresa entonces afectos amorosos hacia el
éste autor denomina proceso borderline. niño y, por el contrario, le premia si regresa a la fase simbió-
Grinker y cols., (1968) utilizando métodos estadísticos, tica.
dividen el síndrome en cuatro grupos de mayor a menor gra- Winnicott (1952) cree que el paciente borderline no ha vi-
vedad: vido la habitual pre9cupación materna respecto a él, lo que se
traduce en el desarrollo de un falso Self que se conforma a los
1. 0 En la frontera con la psicosis. dictados del mundo exterior.
2.º Los fronterizos centrales. Kohut (1971, 1977) criticó en su momento tanto las fases
3.º Las personalidades «como sí». freudianas como las mahlerianas por estar orientadas hacia el
4.º En la frontera con la neurosis. objeto y no reservar un espacio para la epigénesis del Self.
El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 193
Nicolás Caparrós
192

que se experimentan como una permanente discontinuidad.


Desde su punto de vista, los borderline han fracasado en ad- Surgen irrupciones del Ello de tipo patológico en un proceso
quirir un sentido de coherencia y por lo tanto se mantienen en primario alterado.
una permanente fragmentación.
Grotstein (1984b) expone que la condición psicótico-fron-
teriza ha de reunir los siguientes requisitos: La difusa frontera de los pacientes limítrofes
- · a) Debe tener una predisposición congénita consistente Una de las mayores dificultades en el tratamiento de estos
en inclinación al pánico orgánico, que dificulta el estableci- pacientes radica en la naturaleza misma de su representación
miento de un sistema madre-bebé. de la frontera-piel. Tienden a experimentar los límites como
b) El bebé puede encontrarse con una madre que esté de- elásticos que en lugar de ser flexibles o incluso firmes, están
primida y/o ausente, incapaz y/o inadecuada para mantener el mal definidos y son fácilmente vulnerables. Preservan mal los
sistema de reciprocidades que ya describió Brazelton. contenidos internos y dejan camino libre a las miradas del ex-
terior. Esta frontera, cuando actúa normalmente, permite con-
La consecuencia es la fuga de cualquier intento de interac- frontar los órganos sensoriales con el exterior pero además
ción y un rechazo a aceptarla como objeto, en su lugar se ins- tiene otra cara interna, a la que Freud llamó Ello, que funciona
taura un estado patológico de alexitimia, de disociación y de in- a través del proceso primario; Bion lo designa como función
consecuencia mental; fracasan también en el desarrollo de una alfa. El paciente limítrofe adolece de falta de confianza en su
frontera-piel. Este estado de huida rara vez es completo y viene frontera-piel frente_? los objetos externos y de una frontera in....
asociado con una personalidad paralela supuestamente normal. tema defectuosa -función alfa- que confronte y elabore los
La personalidad anormal se había escindido precozmente y objetos psíquicos que provienen de la realidad interna.
discurre junto a la otra, aunque privada de los beneficios del La noción de frontera defectuosa fue estudiada por Bick ( 1968)
aprendizaje a través de la relación, tal y como Bion mostró. La y Meltzer (1975) mediante el concepto de identificación ad-
existencia de esta parte anormal de la personalidad es el resul- hesiva. Esta hipótesis proviene de la observación de los niños
tado de una experiencia psicótica infantil, ya sea larvada o ca- autistas que no parecen poseer un sentido preciso de la piel, en
tastrófica y, al mismo tiempo, del fracaso al establecer una fron- su lugar se adherían a la superficie del cuerpo materno en un
tera suficientemente sólida mediante la represión primitiva. intento extremo de adquirir sensaciones de contacto y, con
El niño no confia en la capacidad continente de la madre y ellas, de una definición de piel. No está claro si esta conducta
menos en que ésta procure significados a partir de sus sensa- es innata o adquirida.
ciones. Este déficit le acompaña en las sucesivas etapas del Este comportamiento viene asociado con un sentido pobre
desarrollo y es responsable del llamado defecto yoico, que con- de las fronteras yoicas. Como consecuencia, tienen dificulta-
siste en la imposibilidad más o menos total de originar, con- des en separar lo externo de lo interno; confunden sus propias
templar y organizar pensamientos y afectos en el interior de un insuficiencias con las demandas del objeto, el impulso de se-
espacio psíquico en un contexto de representaciones, así como pararse es escaso y poca la habilidad para jerarquizar sus ne-
también en el fracaso de vivenciar dentro de las tres coorde- cesidades. Para controlar este caos, los sujetos limítrofes bus-
nadas espaciales. can limitar sus actividades a un espacio que consideren seguro;
El diálogo entre el Yo y su Self, como tal objeto del Yo, es cualquier cambio, aunque sea beneficioso, es percibido como
problemático, en su lugar aparecen una especie de monólogos


•••••••••••••••••••••••••••••••• El nivel psicopacológico de la posición esquizo-paranoide 195
Nicolás Caparrós
194

2. Un defecto constitucional de uno o varios componen-


amenazador. La seguridad está estrechamente relacionada con
tes de la frontera de inmunidad psíquica que evita al bebé el
... lo que les resulta familiar; de ahí -como señala Grotstein-
exceso de estímulos .
. la facilidad con que entran en una reacción terapéutica nega-
3. Una insuficiencia por parte del Self para apoyar las ne-
tiva si se anuncia un cambio. cesidades infantiles.-
Green ( 1977) hace también mención de la «frontera límite del
borderline» en ella se establecen demarcaciones difusas, no de-
En la medida en que muchos limítrofes padecen depresión, la
finitivas, en el mismo sentido en que después lo hará Grotstein.
estructura borderline en esos casos podría ser considerada como
Este último considera primaria la citada condición y sólo una
una defensa contra la melancolía. En ese mismo sentido, habría
consecuencia de ella la escisión que estos pacientes presentan.
que considerar el comportamiento impulsivo y la búsqueda de
Para Kernberg (1975) el sentido pobre de las fronteras yoi-
emociones intensas como un medio de conjurar al vacío.
cas resulta esencial. La escisión de afectos polares es un in-
Bowlby (1969), (1973), (1980) concibe desde una perspec-
tento que el borderline realiza para evitar estados confusiona-
tiva etológica los coordinadores innatos del comportamiento
les y conseguir así diferencias definitivas entre objetos
frente a las teorías tradicionales de Freud, Klein y Mahler, ba-
internos buenos y malos. sadas en lo pulsional. Mantiene como fundamento de sus hi-
El paciente borderline nunca evolucionó más allá de la fase
pótesis la conducta de apego (Attachment behaviour) y desde
sensoriomotriz, carece de una distinción válida entre el fun-
este punto de vista la condición borderline es producto de su
cionamiento psíquico y corporal -fenómeno que sucede en la
fracaso, como resultado de una experiencia de pérdida, con la
fase de separación-individuación-. De ello puede provenir su
consiguiente huida. ..
tendencia a entablar en la etapa adulta relaciones sensuales y
En la posición aglutinada, el bebé desarrolla un sentimiento
sexuales intensas aunque de breve duración. Su comporta-
de seguridad hacia el objeto útil para la identificación prima-
miento está dictado a menudo por sentimientos cíclicos de
ria y ha de generar también la frontera-piel, como sistema de
claustrofobia-agorafobia, que les lleva a un espacio de libertad
protección ante lo externo. Al final de esta posición comienza
muy limitado. · el proceso primario o función alfa, a modo de receptor sensi-
En esa época el niño debe ser capaz de tolerar la ausencia
ble y organizador & ~:.vpP.rif':':ncias que provienen del mundo
materna; primero instituirá un espacio transicional para lograr
más tarde una auténtica separación, cuando la representación interno.
En la posición esquizo-paranoide cobran profundidad y
simbólica del objeto sustituya a la presencia fisica de éste; tras
consistencia los anteriores logros. El protosujeto se siente por
estas vicisitudes, supera la necesidad fisica del objeto. A partir momentos separado o fusionado con el objeto -fase simbió-
de ahí nace la constancia objetal y el juego se discrimina de la
tica-. En lo que se refiere al Self en esta etapa sucede lo que
realidad externa. Los borderline no alcanzan la complejidad es-
Kohut denomina relación Self-Self como objeto. En situacio-
tructural suficiente para controlar estas habilidades. nes normales, el niño se vive lo suficientemente confiado con
Hemos señalado ya que el trastorno borderline cabe ser
el objeto como para intentar separarse de él, lo que sucede al
adscrito a factores constitucionales y/o ambientales. En la me-
final de esta posición. La integración de estas dos funciones:
dida en que existe un déficit éste procede de: apego y separación resulta de capital importancia, su frustra-
ción origina numerosos trastornos psicopatológicos.
1. Una deficiencia constitucional de qualias del tempera-
Ser borderline consiste en una alucinación negativa de la
mento que impulsen la capacidad infantil de supervivencia.
196 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 197

experiencia y también de la capacidad de experimentarla. La alu- aparecer. Creo no equivocarme si afirmo que la ansiedad de
cinación negativa (Green 1977) no es un fenómeno patológico, ni desintegración corresponde por entero a la primera posibili-
ooa ausencia de representación, como lo sugiere la falta de ima- dad; el resultado es, si la dejamos ejercer su cometido mane-
gen en el espejo --dirá Green- es la representación de la au- jada sólo por la renegación masiva, no ya la des-integración,
sencia de representación (Ob. cit. pág. 382). que presupone algún tipo de integración previo, sino la no-in-
La alucinación negativa sirve de concepto teórico que se tegración. El déficit colapsa el proceso.
constituye en la precondición de toda la teoría de la represen- Si las condiciones que rodean al bebé -tanto por disposi-
tación. En la psicosis y también en el borderline, ésta no sólo ción, como ambientales- no son tan extremas, aunque persista
es referida a la realización del deseo sino a los pensamientos la severidad, la renegación no opera de forma tan masiva y el
del deseo mismo. proceso se insinúa a la manera de regato que no llega a ser río;
En última instancia, la experiencia profunda de ser borderline la ansiedad, en este caso, es de tipo persecutorio y gracias a esta
se resume en estar escindido, sentirse discontinuo, fragmentado, circunstancia el resto de los mecanismos de defensa pueden ac-
humillado y nunca a salvo del peligro de un temor sin nombre, tuar. Interesa decir que cada mecanismo de defensa tiene su
porque ha sufrido el destino que rige la alucinación negativa. propio momento de acción, no lo puede hacer antes y si conti-
Estos aspectos que ahora tratamos quedan fundidos con el núa inás allá es a expensas de alteraciones estructurales.
espacio de la psicosis. La psicosis infantil, desde el punto de Las transformaciones patológicas que suceden pertenece-
vista de la defensa, es consecuencia de una aniquiladora rene- rán a lo esquizotípico o esquizofrénico, confusional o depre-
gación y una alucinación negativa del Self y la realidad, una sivo, como alteración de la experiencia interna, o de la expe-
desaparición de los mismos. El resultado es sensación de riencia externa, como es el caso de la manía y la paranoia o~
muerte, el poblamiento del espacio psíquico de objetos biza- finalmente, la aparición de focos donde el vínculo psico-so-
rros, la despersonalización y mecanización de la experiencia. mático ha desaparecido o ni siquiera se ha creado. Es notorio,
Grotstein radicaliza y ahonda la visión de la psicosis, inten- según muestra la clínica, que estas transformaciones se en-
tando captar su núcleo más irreductible y las operaciones que cuentran mezcladas.
intervienen en su construcción. Lo expresa de manera sucinta Los border/ine poseen un buen juicio de realidad si están
diciendo que consiste en la renegación del Self, del objeto y de al abrigo de situaciones desestructurantes. El limítrofe se ca-
los vínculos que los enlazan. El resultado, en términos existen- racteriza por su capacidad de enmascarar su fondo primitivo.
ciales, es la alucinación negativa del propio estar-en-el-mundo. Lo que es precario en ellos es la sólida articulación que el su-
El resto de los mecanismos de defensa que intervienen en jeto normal mantiene entre proceso primario y secundario; en
lo psicótico: fa escisión, la identificación proyectiva, la omni- ellos esta relación no es fluida a expensas ante todo de un pro-
potencia, y las defensas maníacas, son algo secundario ya que ceso primario no normal.
implican un intento de negociación con la angustia. Si el neu- La escisión pue-G ~ l!eg2r a ser masiva, al igual que el em-
rótico intenta que sus sentimientos displacenteros desaparez- pleo de la identificación proyectiva. Pero conviene señalar,
can, el psicótico va más allá y pretende desaparecer como tal como hace Dorpat ( 1979), que la escisión en estos casos no es
Self. El trasunto de esta situación en la psicosis adulta es la no- una defensa activamente promocionada por el Self, sino con-
experiencia y la llamada por Green (1973) psicosis blanca. secuencia de un estado más temprano en el que en citado Self
Los mecanismos de defensa calificados de psicóticos in- no alcanzó la debida cohesión. La postura defensiva de la es-
tervienen cuando se abandona la postura elemental de des- cisión tiene una enorme importancia en la psicoterapia de es-
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198 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 199

tos pacientes. Cuando se intenta reducir a las dos personalida- hemos tratado y, al mismo tiempo, hostiles a su propio creci-
des producto de la escisión en una sola, conviene tener en miento. No tener en cuenta esta particularidad conduce a la re-
cuenta que esta defensa se ha erigido contra el peligro de la acción terapéutica negativa. La clave reside en no dejarse lle-
pérdida de límites. var por su parte superficialmente más evolucionada y atendet;
Bion (1957, 1959) encontró que existe una diferente pro- ante todo al costado primario, al que con tanta facilidad re-
porción entre las partes psicóticas y no psicóticas en estos cua- gresan, que es la fuente última de la citada reacción.
dros; al mismo tiempo, manifestó que tanto los psicóticos No se puede olvidar que reacción terapéutica negativa equi-
como los borderline tienden a relacionarse con su analista vale a ruptura de vínculos y que esta ruptura, no es sólo una
agrediendo a los vínculos entre pensamiento y afecto mediante decisión de la parte más primaria del borderline sino la única
el ataque al pecho y al pene, que en el sentir de Bion son ór- posible. En otras palabras: no es una resolución contra el te-
ganos que vinculan. En respuesta contratransferencial el tera- rapeuta sino sin el terapeuta . La sensación de ser espectador
peuta se siente paralizado. que muchas veces embarga al analista ante una reacción tera-
péutica negativa proviene precisamente de ahí. En realidad, es
un espectador, pa_ralizado e impotente, una vez que el proceso
Conflicto versus déficit en las personalidades borderline está en marcha. Todo ello conduce a la estrategia de apoyar a
priori a la parte más regresiva del borderline, incluso antes de
Se ha descrito una merma de la capacidad de la memoria que la reacción se haya manifestado.
de evocación en este tipo de pacientes, que viene calificada por ¿Qué necesita entonces el paciente borderline?
Piaget (1954) como pérdida de la facultad de constancia obje- Una exquisita sintonía con su estado emocional, que pro-
tal, o de la posibilidad de representar un objeto . En su lugar cure la posibilidad de apuntalar una condición inestable que
operan con la memoria de reconocimiento que se adquiere me- amenaza desde lo regresivo hacia la encapsulación, en el sen-
diante la repetición de la presentación de un determinado ob- tido que le otorgó Tustin.
jeto. La hipótesis más extendida para explicar esta caracterís- Grotstein sugiere que el éxito del tratamiento psicoanalítico
tica consiste en que su escasa tolerancia a la frustración, que con los pacientes borderline reside en estos cuatro puntos:
resulta necesaria para desarrollar esta capacidad. El estado de
la memoria de evocación sirve (G. Adler 1979) para trazar una a) En la capacidad de crear confianza en el poder repa-
línea divisoria entre borderlines y personalidades narcisistas. rador del diálogo.
Adler (1979) manifiesta que la soledad típica de estos tras- b) En intentar rescatarle del uso patológico de sus obje-
tornos es achacable a un déficit del Yo, posiblemente a conse- tos autistas (aglutinados, u objetos en sí).
cuencia de un fracaso en el desarrollo y representa un aspecto c) En ayudarle a construir un puente (transicional) en el
de la mayor importancia en su estructura caracterial. que se sitúen la experiencia y el pensamiento.
d) En el establecimiento del objeto básico y del sujeto de
la primera identificación primaria. (El primitivo objeto-Se?/),
La reacción terapéutica negativa para que el paciente adquiera un sentido de seguridad psicoló-
gica.
Los pacientes borderline viven sumidos en una suerte de
paradoja, asustados de su parte regresiva infantil de la que ya
200 Nicolás Caparrós El nivd p<kopa<ol6gko de la po<ici6n «quiro-paranoide af 201

sido la causante de su ínfima autoestima. Desde la contra-


L(l contratransferencia ante el borderline transferencia, conseguí hacerme cargo de su rabia y le di li-
bertad para verbalizarla; esto impidió, a mi juicio, la parálisis-
Desde Paula Heimann, Winnicott y Racker, hemos apren- bloqueo del tratamiento.
dido a estar atentos a la contratransferencia tanto por lo que re- Searles desarrolla en un sentido parecido su concepto de
presenta de expresión de la propia conflictiva del analista contratransferencia:
como por lo que significa como instrumento diagnóstico y de
posibilidad empática en el tratamiento. Esta misma línea ha a) En un plano real de ia transferencia de la relación sim-
sido seguida después por otros autores tales como Rodrigué, biótica. -
Searles, Grinberg, etc. b) El contenido transferencia-contratransferencia del ma-
De entre ellos Searles (1958), (1960), (1961), (1965a), terial proporcionado por el paciente relacionado con la tem-
(1965b), (1972), (1976), (1977), (1978), (1979a) es quizás prana infancia.
quien, después de todo, ha contribuido más y de manera más
continuada al problema de la contratransferencia en pacientes Meissner (1982) y Feiner (1979) alertan hacia una cura de
psicóticos y borderline. El paciente, según Searles, transfiere humildad en lo que se refiere a la contratransferencia. Piensan
sentimientos que, si son lo suficientemente regresivos, se an- que, contra la afirmación de Kemberg (1975) de que la con-
tojan inhumanos. El terapeuta también puede sentirse deposi- tratransferencia en estos casos se debe, ante todo, al proceder
tario de sentimientos de culpa y exceso de responsabilidad ha- del paciente, los problemas contratransferenciales son la regla
cia éste; especialmente en un caso típico, cuando piensa que le y que el reconocimiento de la incapacidad de manejar estós
ha enloquecido. Esto representa una elaboración de un pro- sentimientos en algunas circunstancias es de importancia cru-
fundo sentimiento de no haber sido deseado y de conducir a cial en el tratamiento.
su madre a la misma enajenación. Concuerdo ampliamente con esta reflexión. En efecto, si
Una de mis pacientes, cuya madre se suicidó, y que fue des- partimos de que el borderline es capaz de reactivar aspectos
atendida por el padre, que no quería hacerse cargo de ella, sen- muy regresivos del terapeuta -que son por definición in-
tía en lo más hondo que, pese a la grotesca actitud de rechazo conscientes- en algunos casos esta irrupción de vivencias ha-
de padre que presentaba pocas dudas al terapeuta de una radi- brá de tener por obligado correlato el bloqueo del proceso te-
cal repulsa a la paternidad ajena a ella misma, que era culpa- rapéutico.
ble de la actitud del padre. Este problema, que la llevó a mi En la lista de a:utnres que hemos señalado se encuentra ins-
consulta, obraba como pantalla encubridora de otra situación crito lo principal de la grandeza y miseria de la contratransfe-
mucho más grave. La madre, que la había desatendido, se sui- rencia.
cidó. Con ese acto postrero obturaba la posibilidad de sentirse La contratrasferencia es algo humano, demasiado humano.
rechazada y de manifestar la consiguiente respuesta: el odio- No debemos ignorarla ni intentar reducirla a un ruido indese-
agresión hacia la figura de la madre muerta. able que puede ser evitado. El observador entra y se implica
Como terapeuta me viví libre de esa sensación a la que se en lo observado con carácter de necesidad. Es un instrumento
refiere Searles porque detecté con rapidez el núcleo de su con- de diagnóstico y un medio de relación, pero también, y al
flicto y le otorgué permiso para que expresase agresividad ha- mismo tiempo, refleja nuestros propios límites, aquellos que
cia su progenitora que, independientemente de su final, había son concretos y pertenecen a cada terapeuta y esos otros, más
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Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 203
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genéricos, que nos abarcan como especie, en cuanto que nues- c) Identificaciones proyectivas para asignar funciones en
tra condición de ser en lo inconsciente y para lo inconsciente relación con la pulsión erótica, la pulsión de muerte y la pul-
-sobre todo en sus planos no recuperables- nos condena a sión epistemofilica. Todos los seres humanos se relacionan en-
ser sus víctimas y no sus agentes. tre sí a partir de estos tres presupuestos: lo destructivo, lo li-
Bion (1962b), siempre Bion, es quizá quien mejor da bidinal y lo que inspira la curiosidad. Cada uno de estos
cuenta del proceso, que suele describirse a partir de instantá- espacios tiene su contrapartida negativa: así la curiosidad
µeas. El binomio continente/contenido es fértil para esclare- choca con el deseo de preservar la intimidad.
cer muchos de los aspectos que interesan. Todos los fenóme-
nos psicológicos, normales o patológicos, evolucionan en una foNACIO
secuencia que cabe ser entendida a través del concepto conti-
nente/contenido: la psique contiene y genera contenidos; el Tenía veintitrés años cuando comenzó el análisis. Vino a
receptor de información es un contfoente que recibe conteni- tratarse debido a su adición a la heroína. Acude sólo, angus-
dos. Los gritos frenéticos de un niño son para Bion actos pre- tiado, pese a que se acaba de inyectar para reunir ánimos para
conceptuales de comunicación que la capacidad de reverie ir a la consulta.
materna ha de acoger y traducir a códigos de comunicación. La razón de su visita es confusa. Quiere dejar la droga, se
Lo realiza a través de la función alfa -que equivale al pro- siente sólo, y desea encontrar algo en el futuro. No alberga de-
ceso primario de Freud-. Trasforma los datos de la expe- masiadas esperanzas sobre sí mismo. A la vez no le importa y
riencia emocional en sentimientos provistos de sentido y en le asusta esta indiferencia.
pensamientos que pueden ser conocidos, reflexionados y ac- Se queda mirándome con ojos asestados a ninguna pa:rte.
Enciende un cigarrillo.
tuados.
Mientras que la función especular (mirroring) es básica, Le pido que me cuente algo sobre su vida y no sólo lo que
tanto para Winnicott primero como para Kohut después, Bion se relacione con la droga. Con voz cansina y de escasos mati-
concibe la función alfa como un prisma que refracta los gritos ces dice ser el segundo de dos hermanos.
monotonales del bebe en un espectro colorista o polifónico, -Mi hermano me lleva cuatro años, está casado y vive
para que puedan ser diferenciados; la madre ha de ser capaz fuera. Yo sigo con mis padres.
de organizarlos de forma jerárquica de tal manera para que es- Tengo que preguntarle por éstos ya que la pasividad conti-
tén listos para informar al niño de sus componentes. Esto re- núa.
presenta el. comienzo de pensar. - Mi madre es una pobre mujer. Una incapaz. Es una de-
En el análisis, el mensaje bioniano se traduce en ser cons- presiva sin atractivo. Merece que mi padre la engañe; porque
ciente de la contratransferencia de forma tal que se pueda de- la engaña.
volver al paciente la esencia de lo que comunica. --Mi padre es muy inteligente, pero él se lo cree aún más.
En el mismo texto Bion examina la transferencia desde una Me vigila, quiere imponerse, pero no lo consigue. Me paga la
triple dimensión: vida y eso basta.
La descripción de ambos progenitores es concisa, lejana,
a) Transferencia de investimientos de objetos pretéritos. sin afectos.
b) Identificaciones proyectivas de aspectos del Self en el - No sé qué hacer. Estudiar no es problema para mí, pero
aquí y ahora. me aburre. Hay que aprender muchas tonterías que no sirven
204 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición esquizo-paranoide 205

para nada. Quizá escriba, o pinte o me haga periodista, pero es un ingenuo. Ten<l1í.. .:¡üc ii a vivir con su amante, pero no
par'1 asistir a situaciones duras, donde se ven las tripas a la tendrá huevos.
gente. Ir a guerras o a algo así. Pero, con mi madre es peor. Sólo sabe gritar, llorar o la-
Otro cigarrillo y vuelve a quedarse callado. mentarse. Es una simple. No se entera de nada. Está encantada
-Vives en casa, dijiste. con mi hermano, tan ordenadito y responsable. Parecen un ma-
-Sí, pero desde hace quince días, antes estaba con una trimonio. Lo malo para ella es que él se ha ido y además se ca-
chica. sará.
·- ¿Qué os pasó? Al final de la sesión quedamos en que precisa un trata-
-Murió de sobredosis. Calculó mal y se metió una heroí- miento psicofarmacológico para ayudar a su deshabituación.
na demasiado buena. Tras una cierta duda, acepta. Le propongo, para ganar tiempo
-¿? puesto que una parte del tratamiento es inyectable, ponerle la
-¿La querías? primera dosis yo mismo. Ignacio sufre entonces un sobresalto
-No sé. Era buena chica, pero un poco tonta. y se niega en rotundo. Su rostro refleja un temor que hasta en-
Sigue la voz despaciosa y monotonal. Me mira con tran- tonces no había visto en él.
quilidad, sin asomo de sufrimiento. Esta vez prosigue el relato He de confesar que en ese momento me sentí perplejo. Le
de manera espontánea. planteé que el tratamiento psicofarmacológico en todos sus ex-
-Mi padre no me podía aguantar ya en casa, estaba harto tremos era condición imprescindible para que me hiciese cargo
de verme sin hacer nada y me propuso alquilar un apartamento de su terapia.
y darme dinero para mis gastos. Me pareció bien. Ya conocía Dudó, la expresión de miedo no se había borrado. ...
a Silvia y empezamos a vivir juntos. YQ_la metí en la droga para No parecía lógico que alguien que se inyectaba heroína
ver si se animaba. Al principio no quería, pero la convencí. fuese tan medroso ante la visión de una aguja. Interpreté que
-No parece sentir culpa por estos hechos-. me vivía como un perseguidor. La inyección aplicada por él
Luego llegó a cons~mir más que él. Ignacio intentó enton- mismo significaba control, omnipotencia. En mis manos la
ces presionarla para que lo dejara y no lo consiguió. aguja le remitía a una situación aún más regresiva en la que
-Vivíamos como dos trenes que van por vías diferentes. quedaba a merced del objeto.
Cuando se pinchaba se quedaba como idiota. Yo me hartaba y Por fin cedió, aunque con visibles reticencias.
me iba de casa. Un día, hace tres semanas, volví y me la en- Las siguientes sesiones proporcionaron nuevos datos. Hace
contré muerta: Yo estaba limpio y pude llamar a un médico. dos años había sufrido una descompensación que describe
Luego la policía y otra vez con los padres. como una intensa crisis de angustia con sentimientos de des-
El panorama en casa le produce un gran rechazo. La ma- personalización.
dre está muy deprimida y apenas sale de la cama. El padre se Todo surgió de golpe, estaba con unos amigos en una dis-
refugia en el trabajo y no quiere saber nada de lo que sucede coteca y la música le empezó a sonar rara, como viniendo de
allí. Parece haberse rendido ante una situación que no ha sa- muy lejos. Los demás no parecían darse cuenta, seguían a lo
bido manejar. suyo. Intentó disimular, pero no pudo y se marchó a casa. Se
-Mi padre lo ha probado todo conmigo, ruegos, halagos metió en la cama y no logró conciliar el sueño. Entonces to-
y amenazas, incluso hace tres años me dio una bofetada. davía no tomaba heroína. Buscó tranquilizarse con un porro y
«Quiero ser tu amigo», me ha dicho muchas veces. En el fondo fue peor. Ahora lo que parecía extraño era su propio cuerpo,

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206 Nicolás Caparrós El nivel psicopacológico de la posición esquizo-paranoide . 207

como si no fuera suyo. Se puso a gritar, sus padres se desper- Se calla, como vacilante.
taron y le llevaron a urgencias. Pasó dos días internado. -¿En qué estás pensando?
.. Durante ese tiempo aparecieron algunas ideas persecutorias -En nada, es \'1:: '.l fa~t~sía que me pasa desde pequeño. Se
que no llegan a cristalizar en un sistema. refiere a que desprecio a mucha gente y si se muriesen .. . si se ,
Aparentemente estas peripecias transcurren sin dejar hue- muriesen no haría nada por impedirlo.
lla, pero a partir de entonces se hace más reservado y descon- Señalo que esa misma actitud despreciativa la inuestra con
fiado con sus amigos. Los estudios ocupan aún menos lugar su madre. ·
en sus intereses y manifiesta que sólo quiere vivir al día, sin -Sí -responde-, es que no la tengo ningún afecto. No
planes y sin ataduras . . se puede ser más tonta.
La relación con el padre empeora, mientras que la madre Las categorías entre las que discurre Ignacio son del tipo
sigue mostrándose sólo preocupada por sus achaques, vive listo/tonto, capaz/incapaz, que sustituyen a bueno/malo, grati- .
para ella y para sus wopias quejas. ficante/persecutorio.
Ha dejado la heroína sin demasiado esfuerzo y asiste regu- Silvia, la muchacha muerta de sobredosis, «no era ani-
larmente a las ·sesiones de análisis. En ellas se muestra abor- .mada» y con la heroína «se quedaba como idiota».
d~ble, habla de sí con gusto, aunque en muchos momentos me Su sexualidad semeja a la pura descarga. Mecánica, sin fan-
embarga la sensación de estar presenciando algo a lo que no tasías, urgente.
estoy invitado. Los afectos que he tenido ocasión de sorpren- Ignacio replegó los investimientos depositados en la figura
der son la angustia y el miedo. Si éstos no afloran, su com- materna tras sentirse ignorado. La abuela consiguió suplir lo
portamiento es distante, armado de un cierto desdén. más preciso, pero sin llegar a desempeñar una función de coH-
Su fondo desestructurado ha dejado paso a una personali- tención acabada.
dad madura en la apariencia, pero sé que debo estar atento a El padre está ahí, no se advierte un vínculo con la madre,
las demandas que desde su nivel regresivo habrá de hacer. más bien se diría que está yuxtapuesto a ella.
Ignacio no fue atendido por su madre desde poco después La relación primera con ésta es de tipo narcisista y, a ma-
del nacimiento, porque ésta atravesó por una de sus fases de- yor abundamiento7 ia· estructura familiar no ofrece un espacio
__presivas; entonces Ignacio, era ignorado. La madre argumen- edípico.
taba que no tenía fuerzas para nada. En esos períodos la abuela El vínculo con el padre está idealizado. La identificación
materna pasaba muchas horas en casa para hacerse cargo de es especular. El ideal del Yo le lleva a plantearse metas ambi-
los niños y las comidas. ciosas, pero su tolerancia a la frustración es escasa, necesita de
. Le han éontado que era muy llorón, que comía mal y que un apoyo constante sin el cual se repliega y evita. Cuando es-
-<<lo cogía todo.» [Enfermedades]. tos mecanismos fallan surge la angustia y la vivencia de frag-
1
El padre trabajaba mucho y estaba mucho tiempo fuera de mentación.
casa. Es frágil, pero no acepta su fragilidad.
Cuando fue creciendo se convirtió en un alumno brillante. Como Bion apuntaba, existen tres componentes en la trans-
-Nunca he tenido dificultades ·con los libros. Pero ahí ferencia de los pacientes borderline que conviene examinar: lo
también me he sentido solo. Mis compañeros tardaban mucho destructivo, lo libidinal y lo epistemofilico. Ignacio repliega su 1

en aprender lo que a mí se me quedaba sin esfuerzo. Me daba libido y es destructivo con sus vínculos. El impulso transferen-
rabia. cial se realiza con titubeos. Eso explica la distancia con que le 11

r· .1
208 Nicolás Caparrós

percibo y la ausencia de matices en lo que de él me llega. En


la medida en que mi contratransferencia esté bien constatada,
Célbe suponer que me coloca en el viejo papel de la madre.
Si el proceso se repite y.las viejas escenas se reactivan, se : 1

espera de mí que responda . con abandono. Pero la .situación


dista de ser simple, hay más escollos: si mi actitud receptiva
pasa de cierto límite, será interpretada corno intromisión -ahí 1:1.it
se·esconde la figura paterna. ·
El reto consiste en general en crear las condiciones para
que se produzca una transferencia inédita, lejqs de sus inercias CAPÍTULO III
regresivas. ·
Ignacio acusa mis interpretaciones pece 3--¡>0CO con más re- El nivel psicopatológico de la posición confusa
lajación y su capacidad de asociación aumenta. Recibe la con-
tención a la que no está acostumbrado y no se siente requerido
por metas y proyectos que no ha hecho suyos. Los afectos ini- LA MAN1A
cian un tímido avance.
Ángel, hasta entonces un ser apocado y su-
miso, se levanta de la silla, se dirige .al centro de
la estancia y comienza a golpear el suelo con un
pie cada vez· con ri1ás 1fuerza; ' '' ·
' -¿Qué te sucede?-·le pregunto;
Me mira con gesto retador:
-¡Ahora piso fuerte!

Al situar a la manía corno la psicosis más representativa de


la posición confusa, soy consciente de varias implicaciones.
Unas son genéticas: la estructura maníaca es posterior a la es-
quizofrénica y sus puntos de fijación más recientes. Otras di-
námicas: la manía no es, o al ~enos no siempre:es, una regre-
sión frente a la melancolía, sino un modo de operar típico,
aunque patológico, de la posición confusa.
Diversas perspectivas permiten una mejor intelección de
ésta. En primer lugar, consiste en un trastorno afectivo califi-
cado corno psicótico, que se traduce en vivencias de exaltación

- del ánimo, de elación y en ciertos casos, no en todos, de eu-


foria .
La manía es una psicosis a la que se le sude oponer la me:
lancolía. Es clásicG ~ ~ s ~ ?.'.:!?"o que Falret denominó locura cir-
.t.:
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Nicolás Caparrós El nivel psicoparológicó de la posición confusa 211
210

cular y que después fue conocido como psicosis maníacode- en la manía y, sobre todo, a la clase de sus posibles alteracio-
pr~siva, en la que se registra la alternancia, no siempre regu- nes. Para ello hay. que recorrer un trecho plagado de recove-
lar ni predecible, entre euforia y tristeza, entre exaltación con cos. Los afectos ·maníacos son consecuencia de un proceso. Es
taquipsiquia e inhibición. Desde ese punto de vista, se ha di- decir, algo lleva a lo maníaco, algo desemboca precisamente ,
cho, que la manía es el negativo de la melancolía, que es la . ahí y no en otro lugar.
denominación que prefiero para la depresión llamada endó- La manía es un resultado patológico, pero ello no obsta
ge_na o monopolar. Incluso a ·la inversa: la melancolía puede para que sea también el rp.odo posible en el que un sujeto con-
ser el negativo de la manía, puesto que ambas se engarzan en creto, sobre todo con unas experiencias determinadas, encuen-
tre su equilibrio. Equilibrio inestable, es verdad y más-tratán-
un proceso.
Pero las cosas no son tan simples, ni tan especulares. En dose de la manía, pero también relativo sosiego que conjura
realidad cabe establecer otras oposiciones; por ejemplo, entre una cadena de situaciones anteriores que amenazaban con un
la manía y las esquizofrenias o incluso entre la manía y la me- agobio existencial de tal calibre, que pudiera abocar en el so-
lancolía desde otros ángulos. focamiento. La manía así concebida pone a cobijo de la an-
Pensemos en el vínculo y en sus vicisitudes; es decir, en las siedad catastrófica propia de la posición confusa.
diversas evoluciones y desarrollos por los que discurre. Si el Pero, también se accede a la manía como medio de evitar
vínculo, en su plena expresión, implica una separación precisa el peligro de la fragmentación. Como salida inmediata, apre-
entre el sujeto y el objeto-otro, ello quiere decir que aquél sólo surada, y «salvadora» ante una disgregación que, de proseguir,
tiene lugar en esas circunstancias y, en ese sentido, es lícito acabaría con los ~r~~.t0~ más elementales del Yo, del Self, y
afirmar que el vínculo no existe en toda su extensión en de- del mundo interno. Digo que el lugar de la manía se alcama
terminados tramos y situaciones tales como: por el camino de la progresión -que acabamos de describir-
º por el de la regresión, que mencionamos antes.
a) En las etapas más tempranas del desarrollo. La manía como expresión regresiva de lo melancólico o
b) En los estados psicóticos, que son expresión de es- como salida progresiva de lo esquizoide y aún formación de
tructuras igualmente ·psicóticas. compromiso ante una posición confusa amenazada.
· · · ·c) Por la actividad puntual de la pulsión de muerte que, La manía es así un eslabón posible -aunque no obligato-
como sabemos, tiene una función disolvente del vínculo. rio, ninguna psicosis lo es-, de un proceso, de un discurso ge-
nético desviado.
En el prinier caso, el vínculo aún no es, aunque el camino Entendida de esta manera, forma parte de un trayecto dis-
del desarrollo conduce a él. En el segundo, una vía peculiar continuo pero ligado y, al mismo tiempo, también es una es-
1tevó al fracaso, a una incompletud de ese vínculo pleno yaca- tructura que surge como respuesta a ese mencionado proceso.
bado que antes se mencionó. En la tercera opción, el equilibrio La esquizofrenia, lo esquizofreniforme, e incluso lo esqui-
inestable, en compromiso permanente, entre Eros y Thánatos zoide, representan una amenaza al vínculo, al menos para ei
se puede inclinar a un ocasional dominio del segundo, con la vínculo pleno, es decir el que se establece en el espacio inter-
consiguiente amenaza a la consistencia vincular. No nos ocu- personal entre un sujeto y un objeto-otro independientes. Ese
paremos de ello aquí. vínculo está en peligro en la medida en que el objeto-otro se
¡, antoja extraño y desde una cierta consideración es vivido como
Interesa sobre todo abordar el segundo apartado. f
~
Nuestra atención se dirige ahora al estado de los vínculos displacentero, amenazador y persecutorio. Como primera me-
212 N icolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición confusa 213

dida cumple desinvestir a ese objeto externo, ese objeto que con las representaciones. Ser sin el objeto-otro es, a fin de
integra lo real, y en un siguiente paso retirarse, si la amenaza cuentas, un intento patético y crispado a un tiempo de pres-
no es absolutamente radical, al mundo de las representaciones, cindir de enlaces, de relaciones, de vínculos que no se alcan-
es decir de los objetos internos. zan porque el otro no se ofrece de manera suficiente, de ahí la ,
A veces basta con esa medida y entonces entramos en el ¡ «libertad» que entraña no precisar. La meta: ser autónomo,
espacio regido por la, ecuación simbólica. Lo imaginario se f, omnipotente, palabra que ya va resultando familiar. La omni-
funde con lo·real; se borran las diferencias .que deberían exis- potencia es la renegación del vínculo y su sustitución com-
,,
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tir, el vínculo objeto exterpo-representación ya no es. Los pensadora por un Yo grandioso -libre de trabas-, en diálogo
vínculos moran, ahora inacabados, en el espacio de lo imagi- imaginario con un otro idealizado que apenas dis.imula· su re-
nario. Un paso más e incluso este protovínculo se extingue, ciente origen persecutorio. Un diálogo cuya existencia virtual
aguarda ahora la aniquilación; un sujeto fragmentado incapaz se limita a ser un estado especular de ese sí mismo que no co-
de ser sujeto, imposibilitado de internalizar y de construir un noce ataduras, ni límites, que por fin ha superado - Q cree ha-
Yo y, por lo tanto, impotente para constituirse en ese pilar in- berlo hecho- la ansiedad per~ecutoria transformada en vi-
dispensable que se relaciona con el segundo pilar que repre- vencia estática, en el éxtasis solitario con apariencia de diálogo
senta el otro. Final total. Si el vínculo fuese en realidad un con un mundo que no existe.
puente veríamos ahora la desaparición de dos soportes, de las Si lo esquizoide representa la amenaza al vínculo inci-
dos estructuras que lo sustentan. piente, que pugnaba por establecerse contra las dificultades
Conviene recordar que el vínculo no se establece por inca- que el objeto presenta, lo maniforme, y sobre todo lo maníaco,
pacidad intrínseca del sujeto que ahora está en vías de consti- viene a ser, como dijimos, la renegación «superadora» del pro-
tllirse merced, precisamente, a esos potenciales vínculos; la fa- pio vínculo, el intento de sobrepasar su existencia. La elación
lla proviene de la insuficiencia del objeto externo, que fracasa resultante desemboca en la omnipotencia.
primero en su misión de contener las ansiedades primordiales Vía progrediente: la manía considerada como estructura su-
del sujeto; en metabolizarlas después y dotarlas, una vez aquie- peradora de las ansiedades fragmentarias. Pero antes describi-
tadas, de un significado que, como señaló Bion, forzosamente mos también un trayecto regresivo. En ese caso, quisimos de-
debe provenir del objeto. _ cir que la imposibilidad de mantener un nivel psíquico de un
1
El significado, la semántica, será capturado al fin por el su- i cierto grado de complejidad, como es el depresivo, lleva a re-
jeto; es decir, internalizado, pero en sus remotos orígenes pro- i troceder hacia tramos anteriores, más simples, aquellos en que
viene del exterior, otorgado por el objeto-otro. Una vez que la ~ tuvieron lugar las .fijaciones, estilos· que quedaron impresos,
apropiación' se consuma, participa de manera tan decisiva en
"riuestra estructuración como humanos que ya no podemos ima-
i porque fueron modos de satisfacción pulsional. -Se regresa a
la fijación porque ésta depara placer y se aleja cualquier cua-
ginar siquiera que una vez estuvo fuera, que antaño fue el pro- lidad displacenter.2- _ J)P.~<:le tal perspectiva la manía es, por
ducto de la actividad del otro, en este caso de la función ma- su ubicación cronológica, una posible expresión regresiva de
terna, que ante todo .es una/unción subjetivante. la melancolía. Es este un espacio más conocido que ,el ante-
El futuro sujeto, librado a su espacio imaginario y privado rior. La última habría de sufrir la solución · superadora del
al mismo tiempo de ser contenido y significado por lo real, se duelo, lo que implica también el reconocimiento del objeto
entrega al fantasma, a la fantasía de la autosuficiencia, a la ilu- perdido como algo autónomo y no como un objeto narcisista:
sión reconfortante de ser sin el objeto, a la vía de existir sólo es decir aprisionado en el Self hasta formar parte de él. No
1, •
••••••••••••••••••••••••••••••••
214 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 215

siempre es posible y ahí surge, con la manía, otra posibilidad. Así queda situada la manía desde la doble perspectiva que
El duelo, lo veremos después, comporta la aceptación de la hemos descrito. Deja de ser un cuadro aislado, sin anteceden-
pérdida objeta! ~sa es precisamente su meta- pero, para tes ni consecuentes, para adquirir un pleno sentido merced a
que esta conformidad sea posible es necesario que le sea re- las relaciones que entabla con los procesos vecinos en el des- ,
conocido primero su autonomía -su existencia vinculada al arrollo psíquico.
Self; ni fusionada ni integrada en éste-. Vínculo no estable-
cido por entero (posición esquizoide); vinculo que fue y que
inás tarde se perdió. Pérdida del vínculo. La estructura maníaca
Se <liria que la solución maníaca a la citada pérdida es des-
conocerla, renegar de ella; pero, en lugar de sustituirla como Una vez situada y reconocida en relación con otras psicosis,
antes por un vínculo intrapsíquico, imaginario e incompleto, debemos profundizar en la estructura misma de la manía. La ma-
que propicia la alucinación sustitutiva y la producción de de- nía como expresión de la imposibilidad de abordar algo y, al
lirios, en vez de confundir representación con objeto externo, mismo tiempo proyecto de neutralizar una determinada angustia.
se desinviste el objeto perdido, se niega el vínculo que existió Ya quedó expuesto el lugar diverso de la manía en el con-
y su importancia. Queda postergado el afecto melancólico para junto de las psicosis. Su función progresiva, de distorsión y re-
sustituirlo por nada. Llega de nuevo la liberación del afecto gresiva en relación con la esquizofrenia; la posición confusa
expansivo, la elación y la omnipotencia. Sólo que ahora la dis- normal y la melancolía, respectivamente.
tütsión que sufre la realidad misma es superior al caso que an- Freud no analiza de manera manifiesta el primer .aspecto,
tes consideramos. sí el segundo y el tercero. ·· · "
Renegar de lo que ha sido es una medida más drástica que La mención de la manía como estructura en la obra de Freud
rehusar lo que está por venir. En un caso consiste en anular un empieza en 1898 cuando se ocupa de, la etiología de las neuro-
tramo de la existencia y unas habilidades psíquicas ya adqui- sis, pero es a partir de 1917, con Duelo y Melancolía, cuando
ridas, en el otro es sentirse obligado a inventar, por el imperio sus reflexiones se hacen más sistemáticas . .No obstante, nunca
1
de las circunstancias, un a salida imaginaria que, a pesar de analiza demasiado sus entresijos porque, ¿e?,Ciste algo más ale-
todo, aún siendo ilusoria, permite seguir. El estado.maníaco al- jado del talante analítico habitual que un.cuadro maníaco?
canzado por vía de la regresión implica un compromiso es-
tructural del aparato psíquico mayor que el q,ue reflejan las cir- La peculiaridad más singular de la melancolía es su ten-
. ·cunstancias anteriores. Ello no debería asombrarnos puesto dencia a transformarse en manía, o sea en un estado sintomá-
que en el proceso evolutivo normal a la posición esquizo-pa- ticamente opuesto. Sin embargo, no toda melancolía sufre esta
rqnoide, con la estructura psíquica que posibilita, le sigue la transformación. Algunos casos no pasan de recidivas periódi-
posición que llamamos confusional, que representa un nivel de cas, cuyos intervalos muestran, cuanto más, un ligerísimo ma-
autoorganización superior con estructuras más complejas. tiz de manía. Otros presentan aquella al.temativa regular de fa-
hn el sentido normal que traza lo genético, llega después la ses melancólicas y maníacas, que constituye la locura cíclica.
Excluiríamos estos casos de la concepción psicógena si, preci-
posición depresiva que marca un punto de complicación .1 samente para muchos de ellos, no hubiera hallado el psicoaná- •
más alto, un mayor acabamiento del sujeto y su entorno, tanto lisis una soluclon y una·terapéutica. Estamos, pues, obligados
visto desde el proceso secundario como desde el principio de a extender a la manía nuestra explicación analítica de la me-
realidad. lancolía. No podemos comprometemos a alcanzar en esta ten-
~1 '
216 ~ Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 21 7

tativa un resultado completamente satisfactorio. Probable- la pérdida del objeto y absorbe, mientras dure, igualmente todas
mente no lograremos sino una primera orientación. Dispone- las energías del Yo. Mas, ¿por qué no surge en ella ni el más leve
. mos para ella de dos puntos de apoyo consistentes: el primero, indicio de la condición económica, necesaria para la emergencia
en una impresión derivada de la práctica psicoanalítica; y el se- de una fase de triunfo consecutiva a su término? No nos es posi-
gundo, en una experiencia general de orden económico. La im- ble dejar sin respuesta a esta objeción, que refleja nuestra impo-
presión, comunicada ya por diversos observadores psicoanalí- tencia para indk'.! .. -!'0!' 0,,'-!é medios económicos lleva a cabo el
ticos, es la de que el contenido de la manía es idéntico al de la duelo su labor. Quizá pueda auxiliarnos aqµí una nueva sospecha.
melancolía. Ambas afecciones lucharían con el mismo «com- La realidad impone a cada uno de fos recuerµos y esperanzas, que
plejo», el cual sojuzgaría al Yo en la melanco_lía, y quedaría so- constituyen puntos de enlace de la libido con el objeto, su vere-
metido ·o apartado por el Yo en la manía. El otro punto de apoyo dicto de que dicho objeto no existe ya, y el Yo, situado ante la in-
es la experiencia ,de que todos los estados de alegría, exalta- terrogación de si quiere compartir •tal ' destino,, se decide, bajo la
ción y triunfo, que1 nos muestra el modelo normal de la manía, influencia de las satisfacciones narcisistas de la vida, a cortar su
presentan la misma condicionalidad económica. Trátase en ligamen con el objeto abolido.» (pág. 2098).
ellos de una influencia, que hace de repente superfluo un gasto
de energía psíquica, sostenido durante largo tiempo o consti- El aspecto psicótico tanto de la manía como de la melan-
tuido un hábito, quedfilfdO entonces tal gasto de energía dispo- colía implica evadirse de la aflicción así .como de la realidad
1 1·1 · ·~-1 1 •, ¡
nible para las más diversas aplicaciones y posibilidades de des- exterior. Pero, en la melancolía la sombra del objeto, con el
carga. Este caso se da, por ejemplo, cuando un pobre diablo es que se mantiene una relación' narcisista, :recae sobre el Yo; en
obsequiado por la Fortuna con una herencia, que habrá de libe- · la manía el Yo se libera de un obfeto que oprime; finalmente
... rarle de su crónica lucha por el pan cotidiano; cuando una larga en el duelo se elabora la pérdida de un objeto con el que exis.:"'
y penosa lucha se ve coronada por ¿1 é"i~ú ;-- cuando logramos
tía una relación objeta!.
desembarazamos de una coerción que venía pesando sobre nos-
otros hace largo tiempo, etc. (Freud, 1917, pág. 2097). Abraham, más tesonero que .el maestro, sigue trabajando en
este terreno a propósito del objeto fecalizádo.
Freud procede, sin duda, desde el marco de la melancolía.
Siguen las reflexiones y ahora intervienen las diferencias
La manía en la obra freudiana
con el duelo y la melancolía:

En la manía, tiene que haber dominado el Yo fa pérdida del Las incursiones ae Freud al terreno de la manía comienzan
objeto (o el duelo producido por dicha pérdida o quizá al' objeto muy pronto con un. estilo que recuerda al Proyecto:
mismo), quedando así disponible todo el montante ,de contrain-
vestimiento que el doloroso sufrimiento de la melancolía había ... Su contrapartida sería la manía, donde el exceso de ex-
atraído del Yo y ligado. El maniaco evidencia su emancipación del citación rebasa a todas las neuronas asociadas. Aquí surge una
objeto que le hizo sufrir, emprendiendo con hambre voraz nuevos similitud con la neurastenia: en ésta se produce un empobreci-

- investimientos de objeto. Esta explicación parece plausible; pero,


en primer lugar, no 'es aún' suficientemente precisa, y en segundo,
hace surgir más problemas y dudas de los que por ahora no nos
miento muy análogo, debido a que la excitación se vierte, en
cierto modo, como por un orificio, pero en este caso es derra- •
mada la tensión sexual somática, mientras que en la melanco-
es posible resolver. De todos modos, no queremos eludir su dis- lía el drenaje se produce en lo psíquico. Con todo, también el
cusión, aunque no esperemos llegar mediante ella a un completo empobrecimiento neurasténico puede extenderse al psiquismo
esclarecimiento. En primer lugar, el duelo normal supera también (Manuscrito G, La melancolía, ¿ 1895?).
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218 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 219

Utiliza su incipiente método psicoanalítico con la manía y cimiento y de la autohumillación. Trátase únicamente de sa-
se ve obligado a desestimar su utilidad en este cuadro así como ber si la causa de estas relaciones modificadas entre el Yo y
en todos los que no 'c onservan un estado psíquico normal - el ideal del Yo debe ser buscada en las rebeldías periódicas
no psicótico- y con un nivel de conciencia también normal: de que antes nos ocupamos, contra la nueva institución o en
otras circunstancias. La transformación en manía no consti-
La terapia psicoanalítica [ ... ] sólo es posible cuando el en- tuye un rasgo indispensable del cuadro patológico de la de-
fermo conserva un estado psíquico normal, partiendo del cual presión melancólica. Existen melancolías simples, de un ac-
puede dominarse el material patológico. Durante una confu- ceso único, y melancolías periódicas, que no corren jamás tal
sión histérica o una manía o melancolía interpolada, los me- suerte. Mas, por otro lado, hay melancolías en las que las oca-
dios psicoanalíticos no logran resultado alguno. Tales casos siones exteriores desempeñan un evidente papel etiológico.
sólo pueden ser sometidos a nuestro método después de haber Así aquellas que sobrevienen a la pérdida de un ser amado,
conseguido apaciguar con los medios acostumbrados los fenó- sea por muerte, sea a consecuencia de circunstancias que han
menos tormentosos.» (La sexualidad en la etiología de las obligado a la fibido a desligarse de un objeto .. Del mismo
neurosis, 1898). modo que las melancolías espontáneas, las melancolías psi-
cógenas pueden transformarse en manía y retornar luego de
nuevo a la melancolía, repitiéndose este ciclo varias veces. La
La hipótesis de una fu~ión entre el Yo y el ideal del Yo es situación resulta, pues, harto oscura, tanto más cuanto que
una manera sucinta de expresar el conflicto maníaco; en la me- hasta ahora sólo muy pocos casos y formas de la melancolía
lancolía la oposición Yo-ideal del Yo se hace patente. Freud han sido sometidos a la investigación psicoanalítica.» (Psi-
'
emplea una vía de acceso hacia la manía desde la teoría es- cología de las masas y análisis del yo 1921 ).
tructural que ya está cobrando forma en su mente, distinta de
la que utilizó en Duelo y melancolía, donde el marco era cons- Reaparecen las mismas consideraciones que en el texto an-
tituido por las relaciones de objeto: terior, sólo que en este caso centradas en la melancolía.
1

También ignoramos el mecanismo por el que una manía


sustituye a una melancolía. Así serían éstos los enfermos, a Volviéndonos primeramente a la melancolía, encontramos
los cuales podría aplicarse nuestra hipótesis de que su ideal que el Superyó, extremadamente enérgico, y que ha atraído a
del Yo se confunde periódicamente con su Yo, después de ha- sí la conciencia, se encarniza implacablemente contra el Yo,
ber ejercido sobre él un riguroso dominio. Con el fin de evi- como si se hubiera apoderado de todo el sadismo disponible en
tar toda oscuridad habremos de retener lo siguiente: desde el el individuo. Según nuestra concepción del sadismo, diremos
punto ~e vista de nuestro análisis del Yo, es indudable que en que el componente destructor se ha instalado en el Superyó y
el maniaco el Yo y el ideal de Yo se hallan confundidos, de vuelto contra el Yo. En el Superyó reina entonces la pulsión de
manera que el sujeto, dominado por un sentimiento de triunfo muerte, que consigue, con frecuencia, llevar a la muerte al Yo,
cuando éste no se libra de su tirano refugiándose en la manía

- y de satisfacción, no perturbado por crítica alguna, se siente


libre de toda inhibición y al abrigo de todo reproche o re-
mordimiento. Menos evidente, pero también verosímil, es
que la miseria del melancólico constituye la expresión de una
oposición muy aguda entre ambas instancias del Yo; oposi-
1
(El Yo y el Ello,.--1 O?~) .

Han pasado más de treinta años desde el Manuscrito G; en-


tonces la teoría económica pretendía explicar, mediante el de-
ción en la que el ideal, sensible en exceso, manifiesta impla- rramamiento de la tensión sexual somática, el estado maníaco.
cablemente su condena del Yo con la manía del empequeñe- 1 Ahora se anuncia una premonición bioquímica:
1,
220 Nic~lás Caparrós El nivel psicopatológico de .la posición confusa 221

Pero en nuestro propio quimismo deben existir, asimismo, a) La fugacidad misma de «lo maníaco» permite que
sustancias que cumplen un fin análogo, pues conocemos por lo nunca alcance la categoría de estado, como el que caracteriza
.. menos un estado patológico -la manía- en el que se produce a la esquizofrenia o a la melancolía.
semejante conducta similar a la embriaguez, sin incorporación b) Porque la teoría kleiniana se ocupa ante todo de lo in-
de droga alguna. También en nuestra vida psíquica normal, la
descarga del placer oscila entre la facilitación y la coartación trapsíquico y no de lo vincular en un sentido amplio y son,
y paralelamente disminuye o aumenta la receptividad para el precisamente, las vicisitudes del vínculo las que dan pie a ca-
1
displacer. Es muy lamentable que este cariz tóxico de los pro- lificar estructuralmente a «lo maníaco» y'no, como suele ha-
cesos mentales se ~aya sustraído hasta ahora: a la investigación cerse, mediante sus 'manifestaciones ·afectivas conductuales. o
científica. Se atribuye tal carácter benéfico a la acción de los c) La escasa atención que esta autota presta al narcisismo
estupefacientes en la lucha por la felicidad y en la prevención «superado» en su teoría por la pulsión de muerte; esta autora
de la niise'ria, que tanto los individuos como los pueblos les han no tiene en cuenta la articulación entre ambos conceptos y se
reservado un lugar permanente er. :.:l! :!!: '.)'.:'.-Omía libidinal. No limita a eliminar casi por entero al primero: Pero, es el narci-
sólo se les debe el placer inmediato, sino también una muy an- sismo el que proporciona la clave para utilizar con coherencia
helada medida de independencia frente al mundo exterior (El conceptos tales como objeto ideal, ánsiedad catastrófica, fu-
malestar en la cultura 1929).
sión--confusión, omnipotencia, monoválencia, que ya vimos
al describir la posición confusa. ·
d) Al conceptuarse como una posición, lo confusional,
M.'Klein maniforme y maníaco, entran en el proceso evolutivo y no sólo
en el ámbito psicopatológico. La manía posee una entidad pro~
Llama la atención observar que se ha tenido más en cuenta pia --como fracaso de la citada posición- que no toma pres-
el fenómeno de la solución maníaca de la melancolí'a que el de tada de ninguna de las psicosis vecinas. ·I ,
i
la salida melancólica de la crisis maníaba, aunqtie la clínica .... 1,

demuestra que ambos trayectos son posibles. El maníaco queda liberado del objeto ..Su omnipotencia es
M. Klein men('.ionará las defensas maníacas ~orno aquel un movimiento hacia la renegación-destrucción del vínculo.
conjunto de mecanisµios que pretenden conjurar, el peligro Rompe amarras con algo que le había hecho sufrir, dirá Freud
melancólico. En 1935 describe la triada que caracteriza tanto en Duelo y melancolía.
a la manía como. a las defensas maníacas: el control, el des- También escribió en ese texto:
precio,y el triunfo. sobre el objeto. El objeto nunca será per-
dido, ya que· en la fantasía está bajo el control omnipotente, En la manía hace falta que el Yo haya superado la pérdida
del objeto o bien el duelo relativo a esa pérdida o quizás el ob-
queda conjurado ese riesgo. Pero si a pesar de todo ocurriera, jeto mismo.

-
no importa: carece de valor; a mayor abundamiento, estar sin
el objeto representa un triunfo, en la medida en que representa
una carga. . . -
LO' que nosotros llamamos posición confusional no posee
i
Pienso que Freud no se atreve del todo, aunque lo insinúa,
a quedarse con este último aspecto, que es el qtie juzgo más
representativo de la manía: superar el objeto. Ese rasgo carac- •
para esta autora otro rango que el de ser una transición inesta- teriza a la manía, ya sea como el producto espurio que sigue a
ble. Esto se debe ·a varias circunstancias: un cuadro psicótico persecutorio o como la renegación de cual-
1
quier pérdida que pudiera desembocar en la melancolía .
.L
••••••••••••••••••••••••••••••••
LLL 1'1L.Uid..:> '-"uy ..u1 v.J L1 111ve 1 JJ>1Lvpawwg1co ae 1a pos1cJOn contusa 22j

A este respecto Athanassiou (1996) manifiesta que:


Bosquejo histórico
.. La manía es una defensa que permite escapar, a pesar de la
persecución unida al potencial agresivo que el objeto interna- La historia de la psicosis maníacodepresiva es compleja. El ,
lizado lleva en sí (pág. 23). término manía dur2nt~ !1111c.ho tiempo -desde la Antigüedad
hasta Phillipe Pinel (1745-1826)- fue sinónimo de locura y
Es bueno conceptuar la psicosis como vía atípica de la evo- servía para designar cualquier tipo de delirio. J. Esquirol
lución para poderla comparar con el proceso normal del des- ( 1772-1840), discípulo de Pinel, complica aún más el pano-
arrollo donde las ansiedades son contenidas y manejadas de rama al designar como monomanías a una serie de delirios
forma diferente. parciales. ·
El objeto conserva aún rasgos persecutorios propios de la Hasta mediados del siglo xix la manía no recibe la acep-
posición esquizo-paranoidei pero es un objeto agredido porque ción actual.como síndrome psíquico caracterizado por una al-
al mismo tiempo lleva en sí aspectos del propio Yo y los ras- teración del ánimo que adopta la forma de exaltación con ace-
gos omnipotentes, que permiten amortiguar la primera separa- leración de las funciones motrices e intelectuales.
ción de ese objeto que era Yo y que, apenas descubierto, desea Por su parte, la palabra melancolía designaba entre los an-
independencia. tiguos griegos un elemento constituyente del cuerpo humano
La manía destruye el vínculo con un estilo peculiar: ne- que era concebido como un espacio donde se mezclaban ar-
gan'do su necesidad. En ese atentado a la re;:iliQ.ad reside su en- moniosamente los cuatro humores: sangre, bilis, flema y bilis
traña psicótica. negra (llamada en griego melas-kole; su derivación latina es l~
La manía se agota en sí misma porque su empresa no es melancolía).
viable. Para existir es necesaria la separación pero también el La alteración cualitativa, o la predominancia de ésta, aflora
vínculo que reemplaza a la fusión. La energía libre se consume en la melancolía-enfermedad. Las descripciones. primeras re-
en la elación, en el furor maníaco y más tarde se extingue en cubrían un amplio campo: desde la tristeza pasajera a la me-
el agotamiento o, por el contrario, el objeto termina impo- lancolía propiamente dicha.
niendo su ausencia y con ella el sentimiento de la melancolía. En la actualidad esta expresión designa un estado caracte-
El objeto externo es el que a través de la contención-expli- rizado por inhibicfo11 psi.1,.;umotriz, dolor moral y culpa in-
cación debe transformarse de objeto investido de narcisismo tensa 1, junto con el deseo de morir.
eri objeto-objeta!. También entre los propios griegos aparecen noticias de una
entidad morbosa que agrupa a estos contrarios. Aristóteles
compara la bilis negra al metal que discurre del frío, que en-
LA PSICOSIS MANiAco-oEPRESIVA lentece las potencias vitales, al calor que provoca una eferves-
cencia peligrosa.
~
Cerca de un 25% de los pacientes depresivos sufren tam-
bién un episodio maníaco que puede ser leve. Son personas que
presentan un trastorno bipolar normalmente recurrente. Existe 1
En la melancolía pura existe un déficit de autoestima, numerosos au-
un subgrupo de cicladores rápidos que pueden atravesar de un torreproches, pero no culpa genuina, que es propia de la depresión neurótica
estado de ánimo a otro a veces en pocos minutos. i o reactiva. Los miedos retaliadores a veces se confunden con aquélla.
i l4r~·
224 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 225

Esta profunda afinidad, que es recogida por T. Willis en el La alternancia de melancolía y manía, de cruel supresión
siglo xvII y por Griesinger, Baillarger y Falret en el xix, lleva del Yo por el Superyó y subsiguiente liberación del mismo, nos
a Kraepelin a constituir a la locura maníaco-depresiva como el da también la impresión de consistir·en.semejante fluctuación
segundo pilar de la nosografia moderna al lado de la demen- de investimientos, fenómeno al que, por otra parte, también ha-
bría que recurrir para explicar toda µna serie de fenómenos· de
cia precoz.
la vida psíquica normal. Si hasta ahora sólo hemos apelado tan
Pasarán casi sesenta años para ver la escisión .de la psico-
raramente a esta concepción, ello se debe a la cautela más bien
sis maníaco-depresiva en dos cuadros diferentes, uno mono- loable con que solemos proceder (El humor, 1927).
polar y otro bipolar (Leonhard 1957), diterenfus genéticamente
y en su moéio de transmisión. En otra obra:
La forma bipolar de esta psicosis se ha aceptado sin reti-
cencias, no ha sido así con la forma monopolar que recubre el Sabido es que hay individuos cuyo estado afectivo general
ámbito intrincado del concepto depresión sobre el que tendre- oscila periódicamente, pasando desde una exagerada depresión
mos ocasión de volver más adelante. a una sensación de extremo bienestar, a través de cierto estado
La obra de Freud contiene diversas referencias a este cuadro: intermedio. Estas oscilaciones presentan amplitudes muy di-
versas, desde las más imperceptibles hasta las más extremas,
En una ocasión emprendí la cura psicoterapéutica de una como sucede en los casos de melancolía y manía, estados que
... mujer que había pasado gran parte de su vida en alternativas de atormentan o per~·.:r~:!..~ p:ofundamente la vida del sujeto ata-
manía y melancolía, haciéndome cargo de la enferma al final cado. En los casos típicos de estos estados afectivos cíclicos no
de una fase de melancolía. Durante dos semanas pareció mejo- parecen desempeñar un papel decisivo las ocasiones exteriores.,..
rar, pero a la tercera se inició una nueva fase de.manía. Tratá- Tampoco.encontramos en estos enfermos motivos internos más
base, seguramente, de una modificación espontánea del cuadro numerosos que en otros o diferentes de ellos.
patológico, pues quince días son un plazo muy corto para que Así, pues, se ha tomado la costumbre .de considerar estos
el psicoanálisis comience a producir algún efecto; pero el ilus- casos como no psicógenos. Más adelante trataremos de otros
tre médico iya fallecido- que asistía conmigo a la enferma no casos, totalmente análogos, de estados afectivos cíclicos que
pudo retener su opinión de que aquella «agravación» era impu- pueden ser reducidos con facilidad a traumas anímicos. Las ra-
. table a la Psicoterapia (Sobre la psicoterapia, 1904). zones que determinan estas oscilaciones espontáneas de los es-
tados afectivos son, pues, desconocidas. También ignoramos el
mecanismo por el que una manía sustituye a una melancolía.
· Años después: Así serían éstos los enfermos, a los cuales podría aplicarse
· nuestra hipótesis de que su ideal del Yo se confunde periódi-
Con ello desaparece también toda posibilidad de mostrar la camente con su Yo, después de haber ejercido sobre él un ri-
conexión de su enfermedad infantil con su posterior dolencia guroso dominio. Con el fin de evitar toda .oscuridad habremos

- definitiva, sobre la cual podemos sólo indicar que el sujeto


pasó a causa de ella años enteros en sanatorios alemanes, en
los cuales se calificó su estado de «locura maniaco-depresiva.»
Este diagnóstico hubiera sido exacto aplicado al padre del pa-
de retener lo siguiente: desde el punto de vista de nuestro aná-
lisis del Yo, es indudable que en el maniaco el Yo y el ideal de
Yo se hallan confundidos, de manera que el sujeto, dominado
por un sentimiento de triunfo y de satisfacción, no perturbado
ciente, cuya vida, intensamente activa, hubo de ser perturbada por crítica alguna, se siente libre de toda inhibición y al abrigo
por repetidos accesos de grave depresión (El Hombre de los lo- de todo reproche o remordimiento. Menos evidente, pero tam-
bos, 1914-18) . . bién verosímil, ~s que la miseria del melancólico constituye la
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expresión de una oposición muy aguda entre ambas instancias Melancolía, de nuevo Abraham (1924) y finalmente Sándor
del Yo; oposición en la que el ideal, sensible en exceso, mani- Radó (1927).
fiesta implacablemente su condena del Yo con la manía del Empezando corr ~ " 111élaücolía tal y como figura en los pri-
empequeñecimiento y de la autohumillación (Psicología de las meros escritos de Abraham -el estudio pormenorizado de este
masas y análisis del yo). cuadro lo haremos más tarde- resalta ante todo una intensa
ambivalencia y una vuelta del sadismo contra el Yo (regresión
al narcisismo).
Generalidades El segundo trabajo de Abraham (1916) aparece rina vez que
Freud ha descrito los niveles oral y anal sádico, manifestará
Parece existir un acuerdo mayoritario respecto a los si- entonces que en la depresión el erotismo oral se encuentra muy
guientes puntos: ·· aum~ntado, pero también se observan rasgos anales y presen-
' tan muchos síntomas que se pueden interpretar como equiva-
a) La manía y la melancolía están íntimamente relacio- lentes del erotismo anal.
nadas. Los maníaco-depresivos en los intervalos libres poseen mu-
b) También lo están los estados normales de duelo y ela- chos rasgos del carácter compulsivo.
ción. La analidad del depresivo, no obstante, es incapaz de rete-
c) Existe algún tipo de regresión hacia el narcisismo. ner el objeto, como hace el obsesivo, sino que --como en cier-
... d) Tienen un punto de fijación en algún lugar en la fase tos tipos de paranoia- tiende a destruirlo.
de transición de la etapa de objeto parcial a objeto total [ob- La analidad se corresponde con un punto de fijación en Ul'l
jeto total idealizado, añ.adíríamos nosotros] . nivel anterior al que determina la neurosis obsesiva, caracteri-
e) El punto de fijación representa una dificultad en el des- zado por el placer de la expulsión, en lugar del placer reten-
arrollo que se expresa en la incapacidad de preservar los buenos tivo que rige en esta última. Con la expulsión del objeto el pa-
objetos internos por su tendencia a denigrarlos y destruirlos. ciente vuelve a la oralidad y al narcisismo.
La vuelta del sadismo contra el Yo es la expresión de una
La psicosis maniaco-depresiva integra_el segundo gran regresión al narcisismo coincidente con un retorno a la orali-
grupo de trastornos mentales, que fue identificado desde hace dad en donde la relación posible consiste en devorar al objeto,
mucho, aunque recibió menos atención que las esquizofrenias. reestableciendo así el narcisismo libre las trabas.
Los cambios de estado de ánimo, ya sean regularmente pe- Freud construyó una teoría unitaria a partir de todos estos
riódicos o no, parecen siempre discurrir con independencia de factores en Duelo y Melancolía -el texto será analizado en el
acontecimientos externos. apartado de la melancolía-.
Como indicó Fenichel ·en 1932, que esta psicosis tenga un Como avances teóricos citaremos que muchos de los auto-
importante componente endógeno no debe impedir su estudio rreproches que se dirige el melancólico habría que aplicarlos
desde el costado psicológico. Si bien la periodicidad misma al propio objeto. El Superyó del paciente considera al Yo como
parece ser endógena lo que surge en cada período puede ser desea inconscientemente tratar al objeto perdido.
explicable en términos psicológicos. En la manía Freud manifestó que no existen diferencias
Abraham (1911, 1916) abrió el fuego del psicoanálisis entre el Yo y el Superyó. La elación que la caracteriza de-
sobre esta cuestión, más tarde se le unió Freud con Duelo y muestra de manera indirecta que antes la tensión entre ambas
.lt ili!'.
~
228 Nicolás Caparr6s El nivel psicopatol6gico de la posici6n confusa 229

instancias debió de ser grande; lo · q'..!~ si:- c,:onfirma cuando de perdón por parte de éste. Es una manera de convencer al
surge un giro abrupto desde una depresión severa a la manía. objeto de hasta qué punto han calado hondo sus acusaciones.
E'ii esta última el Yo triunfa en la empresa de liberarse de la te- En lo que respecta a los cometidos que el objeto tiene que cum-
rrible presión que sufrió por parte del Superyó y se podría de- plir en estas personalidades con fuerte componente narcisista
cir que termina su conflicto con la sombra del objeto que re- y con fijaciones orales está mantener la autoestima. Estos in-
cayó sobre él, absorbiendo así a la totalidad del Superyó. El dividuos tienen fuertes necesidades narcisistas y desean que se
esquema tripartitq queda reducido a dos instancias: el Ello y les valore desde el medio, que es una especie de continuación
el Yo. De este modo se anula la función de la conciencia mo- del aporte de leche que el niño precisa para alcanzar gratifi-
ral en la manía. . cación.
El maniaco depresivo es monovalente ante su propio Yo; en Según Radó (1926, 1927) la depresión es una continuación
la fase depresiva aparece la actitud hostil, mientras en la ma- del estado de hambre y la manía del de saciedad.
niaca surge el registro triunfal de la idealización del objeto que . Los maníaco-depresivos han sufrido severas pruebas en su
desaparece en la fusión misma que el Yo exige. infancia temprana, --se t:-at~:an de rebelar, fracasaron y volvie-
Ciertos depresivos, y no otros, consiguen triunfar sobre un ron la agresión contra sí mismos.
Superyó excesivamente severo y de alguna manera también El niño era incapaz de formar una buena opinión de sí por-
ante el objeto introyectado cuya sombra ha recaído sobre el Yo. que no se sentía amado lo suficiente.
Abraham ha señalado que la victoria del' Yo sobre el objeto Adoptar como propias las tareas de la autocrítica y el au-
y ei Superyó recuerda a las fiestas totémicas de los primitivos. torreproche significa una evasión del objeto. Ello contribuirá
Esto·es particularmente cierto en esos maníacos en los que sur- a la formación de ese tipo de Superyó.1Algo así como si el niño
gen abundantes fantasías excretoras, que parecen representar dij era:
la emancipación del individuo de su objeto introyectado. La - No os tenéis que preocupar, no necesitáis enfadaros, me
manía difiere de la-depresión en esi.t: ii~!J~-cto; en lo demás, tomaré a mi propio cargo. Al construir un Superyó introyecta
posee las mismas características de aquélla: incremento de la el enojado comportamiento del padre2 y, al mismo tiempo, le
oraÜdad, incorporación como objetivo último y ambivalencia. preserva como buen progenitor. [Hoy diríamos que le repara
[Personalmente creo que en la manía surge la monovalencia]. tras haber sido objeto de su agresión]. .
Quedan aún dos asuntos pendientes: Con ese mi.smo espíritu el depresivo dirá a su objeto:
-¡Mira, soy bueno, me puedes amar de nuevo. Preciso del
a) Pesquisar la razón por la cual existe la doble introyec- sentimiento narcisista de ser amado! ·
ción del objeto en el Yo y el Superyó. En cualquier caso, la petición no.se dirige a un ser real sino
b) Averiguar qué es lo que permite al Yo triunfar en el es- a un objeto introyectado y ahí reside la clave del sometimiento
tado maniaco. del Yo al Superyó. El círculo trasgresión-expiación-perdón,
que procede de la alternancia entre el hambre y la satisfacción
- Fue Radó (1927) el primero en ocuparse de estos proble-
mas. '
El autorreproche no es sólo un intento de aniquilar el ob- 2
El lector echará de menos una caracterización por parte de Radó del
jeto silio que además, en la medida en que proviene del objeto Superyó más acorde con los registros preedípicos, como conviene aloma-
introyectado, como ya señaló Abraham, representa una súplica níaco depresivo. Todavía no ha llegado M. Klein
!lt~·}t 1
••••••••••••••••••••••••••••••••
230 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico d..: :., yu, ;... ;ún confusa 231

oral en el periodo de amamantamiento es el elemento que fija por la manía se cumple la afirmación de Freud de que repre-
el comportamiento del paciente depresivo hacia su objeto y senta un triunfo y la destrucción consiguiente sobre el obj.eto
tien.e como meta el perdón dé' su Superyó. Que fracasa en el introyectado en el Yo. Este proceso es un gigantesco intento
intento lo demuestran los trabajos de Freud y Abraham. El ex- de reparación para restaurar la autoestima. Para conseguirlo
traordinario sadismo inherente a la orientación oral ha sido de- resulta necesario que el objeto que impedía el aporte narci-
positadd en el Superyó y éste ataca de manera ahincada al Yo, sista sea eliminado. En esta empresa de aniquilar al objeto
con la misma inquina que el Yo desea de manera inconsciente por parte del Yo depresivo sucede a veces lo que se.. relata en
agredir al objeto. Actúa el principio de simetría. El retrato de Dorian Grey, que ·ha de morir para poder des-
Si el ataque del Superyó hace sentir al Yo \racío, el resul- truir su retrato, porque el objeto y el Yo se han fundido en un
tado es el suicidio, por eso intentar apaciguar al Superyó apa~ solo ente.
reciendo como algo abyecto es una reacción inapropiada, aun- Pero, en otras circunstancias la destrucción del objeto tiene
que en otros momentos pueda serlo y sea posible alcanzar el éxito, aunque no sepamos por qué ocurre una alternativa o la
perdón. En esos casos acontece la fase maníaca. A pesar de otra. El objeto malo es completamente aniquilado y el Yo se
que el Superyó pugna por mantener su posición es conquistado puede fusionar con su ya amable y purificado Superyó. Se re-
por el Yo. En la formación del Superyó normal se debe hacer cobra la autoestima, mediante la regresión a un periodo en el
una distinción entre la imago de lo que puede llamarse el ob- que todavía no existe una diferenciación entre ambas instancias.
jeto, que se introyecta como malo o amenazador y el objeto Helen Deutsch (1933) fue la primera en reconocer la exis-
bueno, al que le es permitido permanecer fuera. Pero esta tencia de componentes orales de la envidia en la manía y con
misma propuesta requiere ser matizada; en realidad el niño in- esta mención podem::: :: :idc;;.trarnos en la contribución klei-"
tenta expulsar a los malos padres de cualquier lugar donde es- niana a la cuestión de la ciclotimia.
tén y sustituirlos por otros más amables. El niño quiere ser Su visión del problema está ligada a la transición en el des-
amado por los substitutos parentales introyectados, pero tam- arrollo del Yo de la posición esquizo-paranoide a la depresiva,
bién en relación a éstos ha de refrenar el Yo sus impulsos hos- que lleva a un cambio en las defensas·porque también se ha
tiles. De esta forma el Superyó, que se origina del Yo, llega a transformado la naturaleza de las ansiedades. De tal forma
incluir el grupo de representaciones sintetizadas como padres que la escisión, la proyección, la introyección, la idealización
amables y sus correspondientes investimientos, mientras aban- y el control omnipotente encuentran una nueva aplicación en
dona la idea de los padres amenazadores. relación con los objetos, tanto los dañados como los que están
··· Ahora podemos resolver la cuestión de la doble introyec- preservados, sean internos o externos. Además se añade ahora
ción de los objetos en el depresivo. Cu;ind0 r 1 Superyó se está la renegación de la realidad psíquica y la denigración del ob-
formando incorpora en primer lugar el objeto bueno, que en jeto . M. Klein hace un especial énfasis en el papel de las lla-
ese momento puede enfrentarse al Yo -y que por desgracia y madas defensas maníacas que sirven tanto en el desarrollo nor-
debido a la regresión hace demasiado uso de ese derecho-. mal -que, según nosotros, sucede con la posición confusa- · ,
Er'Segundo elemento crucial de la depresión, es decir la re- o cuando se emplean de forma destructiva -la diferencia es
gresión de las relaciones de objeto a la identificación, coloca cuantitativa- con los consiguientes resultados patológicos.
dentro del Yo al objeto odiado. Por ello es correcta la afirma- La envidia y los celos son los diferentes procesos de des-
ción de Abraham de que en la depresión un objeto introyec- arrollo más o menos moderados en relación con el objeto
tado puede atacar a otro. Si la tendencia depresiva es sustituida bueno. A diferencia de Freud y Abraham, que consideraban un
232 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 233

punto de fijación situado en una fase normal, aunque más in- carga histórica. El analista tiene la impresión tras cada cambio
tensa, del desarrollo libidinal, la etapa oral canibalística, de que está .recomenzando el análisis. El tratamiento se ase-
M. Klein mantiene que el punto de fijación es anormal y queda meja en muchos casos a la túnica de Penélope.
dentro del desarrollo patológico del que estos pacientes sufren Incluso en los llamados intervalos libres la transferencia no ,
en el comienzo de la posición depresiva. es igual a la de tipo neurótico, su ambivalencia es más intensa
Antes citamos los acuerdos generales, ahora en la línea de y la sensación de labilidad mayor.
las divergencias se encuentra el análisis de algunos puntos, 3. La· tercera dificultad es, quizá, la de may9r enverga-
sobre todo los que versan acerca de la situación que desenca- dura, sobre todo en_ lo. que respecta a la técnica. En los extre-
dena ansiedad y en los mecanismos específicos de' la.reacción mos de ambas fases el paciente es prácticamente inaccesible al
maníaca. tratamiento psicoanalítico. De todas formas, en el momento
El problema puede estribar en que se ha estudiado la ple- más hondo de la depresión el hecho de estar, como sucede en
nitud de la manía pero no ésta en status nascendi. la fase de no-experiencia en la esquizofrenia, resulta útil si se
tiene la paciencia y claridad suficientes. Estar, en mi opinión,
i representa el primer' estadio de la contención, que aquí tam-
El Tratamiento Psicoanalítico bién es necesaria.
' 1¡
En la actualidad, el uso de fármacos estabilizadores, com-
Las dificultades en el tratamiento analítico de las psicosis plementados en su caso por antidepresivos o antimaníacos, ha-
mañíaco depresivas son apenas menores que Tus que hallamos cen más manejables estos periodos refractarios al análisis.
con las esquizofrenias. . Existen, en mi experiencia; dos indicios de que la terapil:t
Tres son los obstáculos de más entidad: marcha por buen camino, el primero es la menor frecuencia de
los ciclos, lo que permite disminuir cortes y discontinuidades
1. El primero de ellos, que aparece también en las depre- en el tratamiento. El segundo es la desaparición de las fases
siones de tipo neurótico, procede de la índole de la fijación maníacas, señal de que el paciente no precisa regresar a esta-
oral. Es decir, en lo remotas .que están en el tiempo las expe- dios tan tempranos para controlar su ansiedad.
riencias infantiles que el análisis debe revelar. La ciclotimia se caracteriza, según Meltzer, por una ten-
2. El segundo obstáculo consiste en la naturaleza narci- dencia que sucede bajo presión psicológica a atacar en sus fan-
sista de la enfermedad y en las peculiares características de tasías inconscientes al buen objeto interno, especialmente el
ésta. Téngase en cuenta que el paciente atraviesa por muchas pecho materno. Lleva consigo una intensificación de la vora-
situaciones diferentes que se han de expresar en la transferen- cidad oral que tien"C !:i fo:~~lidad de destruirlo, una estructura
cia: desde una inhibición y vacío psicóticos en la situación me- que es vivida como si fuera el pene, fuente de fuerza y creati-
lancólica profunda donde la transferencia no existe, ;pasando vidad. Al no poder retener este pecho-pene sin que se torne en
22r la transferencia ambiv;~lente de fases depresivas más ate- ampliamente persecutorio tras haber sido robado del pecho, es
nuadas y continuando por una menor ambivalencia en la fase entonces proyectado en el pene paterno,. que así deviene en
libre, hasta sufrir, por fin, otra transformación en transferencia algo idealizado· y deseable en todos los niveles.' El pecho, re- •
progresivamente monovalente, según se abre paso lo maníaco. ducido ahora a la condición de contenedor pasivo, recibe más
Las alteraciones bruscas del estado de ánimo desembocan l ataques, ya que el amor y la admiración hacia él han dismi-
en una discontinuidad, en la transferencia que la priva de su nuido mucho. Esta constelación interna estructura la base de
li...
;~

• • • • • • • •• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
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234 N icolás Cap:urós 1:.1 nivel psicopamlógico de la p os ición co n fusa 23)

la hipomanía, el primer paso en el camino regresivo desde la dose del mundo. Está muy delgada. Más que una mujer de cua-
n~urosis obsesiva. El impulso que lleva a atacar al pecho con renta y tres años semeja una niña anoréxica replegada en sí
una envidia primaria no integrada. misma.
Las manifestaciones caracteriales de esta tendencia son: in- La terapeuta adopta una actitud de espera; intuye que si se
estabilidad en la identificación sexual y confusión entre mas- comporta de forma más activa Carmen no saldría de su mundo
culino y femenino, que adopta la forma de una exageración en y menos lo compartiría.
lo {fuerte-activo-masculino} y lo {débil-pasivo--feme- Relata que a los diecinueve años atravesó una .etapa muy
ni.no} con un permanente pesimismo vital. mala y recibió tratamiento psiquiátrico. Fue diagnosticada de
La reparación del pecho interno dañado se logra a través de psicosis maníaco-depresiva. Piensa que el diagnóstico estaba
una adecuada relación entre los padres internos o por medio errado porque no se siente deprimida; sin embargo, habla mu-
de una buena alimentación por el pecho externo (o por medio cho de sus fases eufóricas: eran etapas muy placenteras en las
de la transferencia con el analista). Pero este proceso choca con que tenía los sentidos más despiertos, mostraba interés por la
grandes resistencias debido a las tensiones depresivas y pree- gente, no siempre estaba cansada y era menos insegura [psi-
dípicas que le acompañan. copatológicamente ~es una fase hipomaníaca, ya que el mundo
de los objetos permanece todavía; lo que la paciente experi-
menta es un aumento de su propia estima].
CM™EN
3 El resto del tiempo dice ser muy pesimista, rehuye a la gente
y evita situaciones en las que sea necesario relacionarse con
Tiene cuarenta y tres años cuando viene a consulta por vez otras personas. También experimenta mucha ansiedad, le cuesta
primera. Ha sufrido una intervención quirúrgica y a pesar de dormir, no se interesa por nada ni por nadie. Incapaz de per-
que los resultados fueron satisfactorios sigue teniendo moles- mitir que alguien se preocupe por ella, intenta entonces pasar
tias. desapercibida tanto en su forma de vestir como en el tono de
Tras decirle, . en la primera entrevista, que parece alicaída voz, más bien bajo. La gente la intimida. No se siente atraída
rompe a llorar. Le sorprende que su aspecto deje traslucir su por los que siente que son similares a ella, pero sí por los más
estado de ánimo cuando trata de ocultarlo. Quiere curarse la sociables y abiertos, los están relajados y seguros en público.
espalda y como lo que tiene es psicosomático desea que se lo Ha tenido cuatro fases eufóricas en su vida, la primera a los
.quite. diecinueve años, entonces estaba asistiendo a una academia y
La terapeuta siente que la paciente le hace una depositación se vio agobiada porque intentaba abarcar mucho. Las defensas
muy pesada dejando. en sus manos todo el proceso. maníacas en este caso no suelen ser la regla; por el contrario,
Durante este encuentro está muy nerviosa y su postura es corriente que aparezcan sentimientos de minusvalía. Triunfa
llama la atención por la rigidez. Incluso cuando llora produce la devoración del objeto y surge la vivencia liberadora de la
-ia impresión de estar contenida. Se sienta de forma tal que pa- elación.
rece abrazarse, acercando el bolso al pecho con mucha fuerza, Las otras tres crisis son relatadas de manera muy vaga.
como recluyéndose en soledad a algún sitio privado y aislán- Es la segunda de tres hermanos. Tiene pocas relaciones con ·
ellos. Vive con sus-~ '.'. c~e~ y no tiene previsto independizarse.
Cuando habla de su madre ---que cuenta con 68 años- se
1
Caso analizado por Lourdes López Pérez y supervisado por mí. emociona y cuenta que es la única persona con la que se siente
.~ ,.
3
236 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición confusa 237

totalmente a gusto. La comprende y la apoya. El único pro- nando la función de :::-- (':'./ 0, c:: ~meja más un objeto idealizado,
bleJJla es que no puede salir con ella los fines de semana y es que el objeto total propio de un encuentro adulto. Empezamos
en ese aspecto en el que echa de menos tener amigas. Su peor a entrever que en esa relación reside la parte depresiva de su
pesadilla es que muera y quedar sola sin su único apoyo. cuadro.
A primera vista parece prolongarse de manera excesiva la En lo tocante al padre, la actitud es de sometimiento. Su fi-
relación de dependencia con lésta. gura, además de autoritaria, es perse'cutoria. Carmen inicia
Hay espacio pata empezar a fantasear sobre la condición de algo parecido a un falso Self cuando pliega su ser n:iás autén-
la madre. ' 1 •
tico a las apariencias que quizá satisfazgan al padre.
Con respecto a su padre ·-de 72 años- al principio fue Su entidad alienada a los presuntos deseos de aquél se
muy parca y en sucesivas sesiones ha ido proporcionado más traduce en una ·inseguridad permanente. · Las fases de eufo-
datos. Es un hombre muy autoritario y cerrado. Las . cosas ria son otras tantas expresiones de rebelión contra el Su- .
siempre se han hecho a su manera y le tiene miedo, espe- peryó persecutorio que la mantiene encogida y replegada so-
cialmente cuando era pequeña y se sentía observada y juz- bre sí misma. ' ·· ·
gada por él, se ponía muy nerviosa y para evitar su desapro- No es ésta su única forma de rebelión; de manera solapada
bación actuaba de la forma que suponía que iba a agradarle; y continua, contradice los deseos del padre de «tener algo fijo»
esta actitud se hará más adelante extensiva a su trato con y pasa dos décadas sin un puesto de trabajo definido. La jus-
otras... personas. tificación para su conducta puede parecer peregrina pero no lo
Si comparamos ambas relaciones, la primera es ante todo es tanto, ser irresponsable quiere significar ser ella misma; ser
afectiva, de carácter irracional. Las cosas son como son, no responsable seguir los dictados de su padre. ...
existe crítica. La relación con el padre posee más ingredientes La segunda fase eufórica la sitúa en esa época, coincide con
extraídos del principio de realidad. el momento en que planean hacerla fija. Se avecina el pánico,
Estudia decoración y tras trabajar un corto período en ese ! pero antes comienza-su euforia, tras la puesta en marcha de sus
campo se siente atraída por la enseñanza, pero su padre la di- ! defensas maníacas y deja el trabajo.
suade de seguir por ese camino y la insta a hacer oposicio- Euforia -abandono del trabajo [ruptura de vínculos].
nes para «tener,algo fijo». Saca unas oposiciones a un orga- En el trabajo no tiene amigos ni amigas y cuenta que nor-
nismo oficial y a partir de ahí empieza una larga historia de malmente rehuye a los compañeros porque 1
no se considera in-
au1-iliar administrativo durante casi dos décadas, sin tener teresante, no tiene nada que contar y la van a encontrar abu-
nunca un pue~to fijo. Prefiere ser interina indefinidamente. rrida. Frecuenta la zona del café cuando sabe de antemano que
Cuando se le · pregunta por qué, contesta que no desea res- no va a hallar a nadie, si hay alguien balbucea cualquier ex-
ponsabilidades. _ cusa para salir de allí. '
Se dibujan con nitidez dos líneas de comportamiento con Baja autoestima-Ideal de Yo muy exigente.
referencia a cada progenitor. Con respecto a la madre observa En la fase eufórica se da cuenta de que no escapa ante la
una gran dependencia y da la impresión de que esta relación, gente y acude al café cuando hay alguien con. quien hablar.
de estructura diádica, en realidad no ha sido superada del todo, Casi el negativo fotográfico de la escena anterior.
como si se quisiera perpetuar en ella. Lo demuestra el lamento De niña le fue muy dificil relacionarse con los demás, en
porque no puedan compartir los fines de semana. Si ello fuese el colegio tampoco tenía amigas. Le decían que era aburrida y
posible el círculo quedaría cerrado. La madre sigue encar- ...
~
que no querían estar con ella. Este suceso data de sus ocho
... '"~~~j, j '

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'2.~
:2..~'t

sexo, porque estaba tan necesitada que si había sexo me iba a


años. A la vista está que el comentario lo hace suyo y justifica
enganchar sin obtener lo que realmente quería.»
tQáS tarde su misantropía.
Al recordar este pasaje tiembla visiblemente. La relación
A los treinta años trabó amistad con una mujer de más de
duró dos años. Luego ha mantenido otra a lo largo de seis ( 199 5-
cuarenta [de nuevo la figura materna], era casada y con hijos.
Piensa que la amistad no prosperó por ser aburrida e insigni- 2001). Como dato significativo, ambas se han desarrollado con'
compañeros de trabajo y ocurren sólo en ese espacio. El primero
ficante, su amiga tenía un tipo de vida diferente a la suya.
Los fines de semana son para ella los peores momentos. La tenía novia formal, :1 :>et;'..!...'1do estaba casado. Con éste último
mantuvo relaciones sexuales, al parecer no satisfactorias.
soledad resulta insoportable.
Las relaciones sexuales representan un vínculo amenaza-
En las sesiones salta de un tema a otro con'rapidez, sin pro-
dor: van a generar «enganche»-dependencia del objeto amado ·
fundizar, su discurso es plano e insulso, no parece estar en con-
y este «no va a darn; esa frustración anunciará la depresión.
tacto con su lado afectivo. Da la impresión del relato bidi-
Vuelve a hacer oposiciones, lo que le remueve una vez más
mensional que recitan algunos esquizofrénicos.
A medida que se suceden las sesiones comienza a contar el tema paterno. En presencia de él es incapaz de comer; lo
que parece ser la vuelta contra sí misma de una agresión a la
más de su periodo escolar, sale a relucir entonces la figura de
figura del padre. No puede gratificarse cuando él está.
un tío materno, seis años menor que su madre. Habla con pa-
sión de él y se emociona al verbalizar que le hubiera encan- El problema de la espa.lda la ha tenido un año de baja, sirve
tado tenerlo como padre. Lo describe como una persona con de coartada para no enfrentarse a situaciones que le dan miedo.
\, ¿Podemos calificar a este padecimiento de hecho psicoso-
mi?cho aplomo: «tiene todo lo que yo necesito.» Pero, lo que j' mático? No parece ser así, más bien una patoneurosis, en.,el
parece ser un objeto bueno también depara una decepción. El
sentido que Ferenczi dio a este término. El resultado es un in-
tío está alejado de la familia por haber ~~:::eo problemas con
su padre cuando contaba con diez años. Carmen y \su madre a cremento de sus investimientos narcisistas, lo que facilita la
vía melancólica.
veces se escapan para verlo.
Culpa a su progenitor de los problemas que le acontecen; En la piscina, donde va a rehabilitarse, se ha visto atraída
por el monitor, le gusta «de cariño, no de pasión.» Algo le está
habitualmente se evitan, aunque ahora esa tendencia dismi-
pasando que le recuerda a su fase eufórica, pero no llega a ser
nuye. lo mismo. Se percibe más enérgica y saca carácter.
Su madre ha utilizado a Carmen como confidente de las
quejas hacia el marido, en evidente abandono de la función En otra sesión confiesa sentirse aburrida por los estudios.
Surge el análisis de la relación existente entre sus emociones
·materna. Cuando la paciente está en fa.se eufórica la madre se
y su expresión fisica. Al siguiente encuentro, nada más llegar,
resiente porque la ve con menor dependencia; se puede decir
así que, de algún modo, la madre necesita y quiere verla de- rompe a llorar. Se la ve rígida, comienzan de nuevo los tem-
primida. La patología del sistema madre-hija se hace más no- blores.
-En la sesión pasada me quedé mal, amargada. Me sentí
toria: la hipomanía de ésta desata la suspicacia de aquélla y sus
~ • , • i culpable de haberte decepcionado.
rasgos tiramcos. Confiesa a la terapeuta que desde el principio hay algo ep
A los veintitrés años tuvo una relación amorosa pero aque-
llo no duró porque «él quería sexo» y ella no estaba interesada. ella que no le gusta. Su presencia la pone nerviosa, la corta.
Tras haber expresado lo anterior, queda más relajada y con más
Al referirse a este episodio añade: «no me daba cuenta de que
aplomo.
necesitaba cariño, él no me lo daba. Me hubiera perdido en el
,ij {lf.ile ·
240 Nicolás Caparrós

No es esta terapeuta en concreto la causa de su rechazo,


sino el lugar del terapeuta y las fantasías que le atribuye. La
.. decepción, debe poner sobre aviso de que tras la transferencia
se esconde la figura del padre. ·1

Eh efecto', cuando·. se pone a asociar concluye en que la re-


cuerda a su·padre. Está empapada en sudor.
Cancela la siguiente entrevista. La terapeuta vive la ausen-
. cia como una agresión. No se somete, se rebela a la ley del
analista: su encuadre. ·
Tras la vuelta a las sesiones Carmen se repliega, retoma el CAPÍTULO .IV
distanciamiento afectivo y manifiesta que lo que más le im-
porta es ponerse bien de la espalda. Retomo al narcisismo. El nivel psicopatológico de la posición
Dice sentir vergüenza por no poder controlar sus sentimientos. depresiva
La psicoterapia continúa y, a pesar de todo, la paciente va
sintiéndose má's resuelta.
LA PARANOIA

... Origen e historiii .id cc;¡cepto


'
Aunque Vogel menciona la idea de paranoia en 1772, es
J. C. Heinroth 1 (1773-1843), representante de la corriente ro-
mántica alemana, quien hace llega'.i: esta entidad a la medicina
en el sentido de locura. ·, r ·•

A partir,de 1850 la clínica psiquiátrica efectúa un giro esen-


cial. De una descripción sindrómica y sincrónica de especies
de un mismo género, tal como lo hicieran .Pinel (1745-1826) y
Esquirol (1772-1840), se pasa a intentar aislar secuencias clí-
nicas que siguen una evolución reglada.
W Griesinger (1817-1868), fundador ·de la escuela clínica
•,.¡,,
alemana, representa en 1845 un momento intermedio entre las
dos tendencias anteriormente citadas. A partir de ese año ten-

- drá su origen el cuadro que llamamos paranoia.

1
Distingue tres niveles de procesos psicológicos la conciencia moral
(Gewisse) encuentra su origen en el súper-nosotros (Über-Uns) que, a pesar
de sus connotaciones religiosas, anuncia el Superyó (Über-/ch).
-~.:,,

•••• ·-· ••••••••••••••••••••••••••


••••••••••••••••••••••••••••••••
242 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 243

La idea de Griesinger sobre la locura difería de la de Pinel En 1879 Krafft-Ebing ( 1840-1902) describe aquellos as-
y Esquirol quienes la tenían por un género unitario en cuyo in- pectos de la alienación mental que conciernen ante todo al
tetior bullían especies que se identificaban mediante el juego juicio y raciocinio ~v que adotan la apariencia de una narra-
de las analogías y de las diferencias; por el contrario, Griesin- ción.
ger proponía un gran ciclo, un solo proceso del que cada es- Mendel (1883) contrasta la paranoia combinatoria (Ve-
pecie es una etapa en esa degradación psíquica progresiva que rrücktheit), con la paranoia alucinatoria (Wahnsinn), hacién-
representa la enfermedad mental. La la psicosis única. dose eco de las ideas de Griesinger. _
- Griesinger distingue entre formas primarias -con grandes A partir de 1893, Kalhbaum (1828-1899) opondrá a este úl-
alteraciones·emocionales- y formas secundarias -con debi- timo cuadro una entidad que consiste en un delirio sistemati-
lidad y disociación del Yo--. Esta disociación será recogida zado primitivo, no evolutivo, circunscrito a una alteración del
por Freud a la hora de caracterizar un aspecto esencial de las intelecto, que denominará paranoia.
psicosis. Por el momento tendrá escasa resonancia. La cualidad de
Entre las formas primarias añarecen las psicosis afectivas no evolución y la sistematización de los delirios resultan ele-
y las psicosis delirantes, entendidas como enfermedades del mentos claves que acompañarán para siempre a su historia.
entendimiento. Y entre las secundarias describirá la locura sis- Dos años después, Snell consigue tener más éxito denomi-
temática (Verrücktheit), un claro antepasado de la paranoia. nando Wahnsinn a una psicosis delirante de tipo alucinatorio,
A partir de ese momento, la locura sistemática se define sin trastornos aparentes del humor que rara vez terminan en
como una psicosis delirante y alucinatoria crónica relativa- demencia.
mente organizada, considerada como una forma evolutiva se- Hasta 1899, época de la sexta edición del Tratado de Krae'!:
cundaria de la locura que sucede siempre a un episodio agudo pelin (1856-1926), que introducirá nuevos contenidos, la no-
y que tiende a la demencia sin desagregación mental. ción «paranoia» designa un síndrome delirante mal delimitado -
Otra vez entra en escena Griesinger en 1867 al definir la desde el punto de vista clínico, etiológico y evolutivo que
Verrücktheit primaria o locura sistematizada primaria, que di- puede cursar:
ferencia de la secundaria que vimos antes, con un grado ma-
yor de «lucidez» que aquélla. a) Con o sin alucinaciones; ser o no disociativo y refe-
Arndt (1835-1900) es el último defensor de la psicosis rirse a síntomas agudos o crónicos.
única en Alemania: todas las enfermerla<l.f's. mentales pasan por Cuando es crónico, cabe que sea primitivo o secundario a
el mismo ciclo que comienza por una fase neurasténica o me- una psicosis aguda' del tipo de la manía, melancolía o estupor
lancólica, seguida de otra maníaca y termina con un estado de confusional. Cuando es agudo se distingue a duras penas de
estupor que puede abocar a la curación o a la demencia, esta las formas 'estuporosas confusionales.
sería la vesania típica; a ella se adaptan todas las enfermeda-

-
des mentales2 •
Ciertos autores, como Meynert (1833-1892) con ·su amen-
cia, hacen de la paranoia aguda una confusión delirante espe-
cífica cuyo despliegue alucinatorio deja en segundo plano los
trastornos del pensamiento.
Existe una variedad abortiva (Westphall 1848-1905) que
2 Nuestro país contó con un destacado representante de la teoría de la
recubre un síndrome obsesivo, ya que puede ser considerada
psicosis única no siempre reconocido: Bartolomé Llopis. como una invasión de la conciencia por neoformaciones idea-
dtl!'.fr-·
244 ~ Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 245

tivas y a veces alucinaciones. Según este autor, existe también Si bien Kraepelin consideró la paranoia 1~omo una enfer-
una paranoia de evolución aguda con restitución ad integrum, medad perfectamente delimitada, en otro~ autores, como
que más tarde Kraepelin ' rechaza, ya que éste juzga esencial Gaupp (1870-1952), la paranoia se valora como una especial
para el diagnóstico la incurabilidad y la progresión continua de forma evolutiva de tipo parafrénico del grupo de las esquizo- ·
las ideas delirantes. frenias. Estas dos concepciones se enfrentan y reaparecen una ·
Para finalizar con la prehistoria de este cuadro proteiforme, y otra vez a lo largo de la historia de este cuadro. A lo que ha-
queda por añadir que puede proceder de la disposición, como bremos de"unir más tarde la cuestión de si la parapoia perte-
psicosis constitucional degenerativa, o ser adquirida. ' nece al círculo de las esquizofrenias -estructura básica for-
Kraepelirt ordena según su poderoso sistema, este caos que mada en la posición esquizo-paranoide- o al de la melancolía
acabamos de describir. - sistema originado en la posición depresiva.
La evolución de su titánico esfuerzo nosológico está repre- El diagnóstico diferencial entre la demencia precoz y lapa-
sentada en las nueve ediciones de su Tratado de Psiquia- ranoia es desarrollado en el Tratado de la siguiente manera:
tría (1883-1926). En la sexta edición ( 1899) figura: una nueva
entidad que, bajo la denominación común de dementia prae- Numerosas- formaciones delirantes que aparecen en el
cox, reagrupaba la hebefrenia de Hecker, la catatonía de Kahl- curso de la demencia precoz se diagnostican a menudo como
baum y la·demencia paranoide, a las que añadiría, ya en la no- paranoia. [... ] He visto c_omo esos estados .evolucionan en un
tiempo relativamente ·corto hacia una simple debilidad psí-
vena, la forma simple.
quica, sin formaciones delirantes de Importancia, ·o bien hacia
~ste texto es un extenso fresco que expresa la evolución de una confusión en cuyo curso no se puede hatilar ~de la existen;;.
su pensamiento y también el producto de 125 críticas a sus hi- cia de un sistema, ni de una continuidad en el curso de las ideas
pótesis que supo incorporar. Las tres primeras ediciones del li- delirantes. En algunas fases se encuentran ya determinados
bro reflejan de manera fiel la influencia de su maestro Krafft- puntos que permiten diferenciar la paranoia de la demencia ·
Ebing y de sus finas 'descripciones. A partir de la cuar- precoz. En la·paranoia las ideas delirantes se desarrollan siem-
ta (1893), se acusa el creciente peso de Kahlbaum, más cer- pre de forma progresiva, a lo largo de años, mientras que en la
cano al sistema, que ha sido el introductor de las ideas de demencia precoz se desarrollan en meses, junto con un humor
J. P. Falret (1794-1870) y también de Griesinger. De ellos ex- especialmente triste o ansioso y además por la aparición, a ve-
trae la atención preferente a la forma de terminación de las psi- ces brutal, de ilusiones sensoriales. Éstas desempeñan un pa-
cgsis y a la importancia conferida a su curso: cíclico, disgre- pel primordial en la demencia precoz y uno secundario en la
gado o hacia configuraciones estables. paranoia en relación con las ocurrencias o interpretaciones de-
lirantes. [... ] En el paranoico el núcleo delirante permanece
En 1899, con motivo de la publicación de la sexta edición, siempre, en el curso de los años se te pueden añadir otras ideas.
la paranoia viene establecida cmno un delirio sistematizado de [... ] En la demencia precoz se asiste a variaciones aparente-
carácter crónico no alucinatorio que no ataca a la integridad mente inmotivadas del estado morboso, excitaciones ansiosas
~ la personalidad; el conjunto de las facultades psíquicas o eufóricas, estados de estupor, períodos de remisión total,
-afectividad, función judicativa, volición- restan íntactas. mientras que la paranoia evoluciona siempre de manera uni-
Consiste en un trastorno parcial del juicio limitado al plano de form e, con camtics di::;;::rctos ...
lo delir¡:¡.nte que, para Kraepelin, vale como manifestación re-
activa a dificultades vitales en personalidades con taras cons-
titucionales.
!' ·

• • • • • • • • • • • • • • • ••• • • • • • • • • • • • • • • •
••••••••••••••••••••••••••••••••
246 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 247

controversia sobre su existencia sigue. En efecto, en la década


Una descripción kraepeliniana del conjunto de la paranoia de los cincuenta, la psiquiatría británica acuña el término
~

«parafrenia tardía» como un modo de manifestación de la es-


Durante la fase inicial del cuadro, que abarca a menudo va- quizofrenia en la vejez. Las discrepancias se han reflejado .
rios años, surge una cierta depresión, desconfianza y quejas en los actuales sistemas nosológicos internacionales. La cla-
corporales indefinidas, así como temores. hipocondríacos. ., sificación DSM no ha considerado el diagnóstico de parafre-

Poco a poco, las concepciones y pensamientos patológicos ¡ nia tardía en sus diferentes ediciones y en la CIE".' 1O incluye
comienzan a influir en las percepciones, crece la hipersensibi- !, la parafrenia dentro de lo que clásicamente se denomina
lidad. · · paranoia.
Por lo común, las ideas de grandeza s~ d~sarrollan parale- En la paranoia -añade- no hay verdaderas alucinaciones.
lamente al delirio persecutorio. A veces no pasan-el estadio de Podemos resumir las ideas de Kraepelin sobre los síndro-
una cierta hipertrofia del Yo. Las ilusiones sensoriales son mu- mes paranoides diciendo que distingue cuatro formas:
cho más raras que las interpretaciones delirantes; son excep-
cionales las alucinaciones auditivas. 1. La Demencia precoz paranoide, que es crónica, con-
Los paranoicos carecen de conciencia de enfermedad, en su duce a la demencia; contiene delirios poco sistematizados y
lugar expresan quejas hipocondríacas: opresión en la cabeza, alucinaciones.
nerviosismo y malas digestiones. El humor de la demencia pa- 2. La Paranoia crónica, que no termina en demencia, sin
rañoide gravis está estrechamente ligado al contenido del de- trastornos del pensamiento y con delirios sistematizados.
lirio. É·stos le hacen a menudo cambiar de vida, trabajo e in- 3. La Parafrenia que no desemboca en demencia, con de-
cluso ciudad de residencia. · lirios no completamente sistematizados, sin trastornos del pen-
El delirio querulante representa una forma particular de los samiento y con alucinaciones.
· delirios sistematizados. Se basa en la conciencia de haber su- 4. La Demencia presenil. De carácter crónico, sin gran
frido un perjuicio y en la consiguiente necesidad de combatir deterioro, delirios poco sistematizados y escasas alucinacio-
hasta el final para repararlo. nes.
En la sexta edición de su tratado distingue la paranoia de
la demencia paranoide. Los delirios de la primera no son ex- Al mismo tiempo, acontece la agrupación de las formas de-
travagantes, están bien. sistematizados y no hay evolución ha- lirantes alucinatorias del delirio sistematizado con la hebefre-
cfa la demencia. ' nia (Hecker) y la ·catatonía (Kahlbaum) bajo el rótulo común
En la octava edición (1909) pretende diferenciar la para- de demencia precoz, lo que provocó suspicacias en los medios
noia ,que conduce al deterioro de la forma milis, que no sigue psiquiátricos, acostumbrados a ver las psicosis de otra manera.
esa evolución. Describe también las. p.(!rr.fr n.ias, divididas en
0 Ese fue el sentir de la mayor parte de la psiquiatría francesa.
¡_fstemática, expansiva, confabuladora y fantástica; todas ellas Once años después sería el concepto.esquizofrenia el que hará
con delirios y alucinaciones que no llevan al deterioro, sin los fortuna. Sin embargo, la paranoia .füe aceptada tanto en Italia
trastornos del pensamiento, ni la grave destrucción de la per- (Tanzi 1856-1934) como en Francia por P. Serieux (1864-·
sonalidad típicos de la demencia precoz. 1947) y J. Capgras (1873-1950).
En sus últimos trabajos abandona el concepto de parafre-
nia como entidad independiente de la esquizofrenia, pero la
d.
L!!::.::
248 Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición depresiva 249

posición, que parece reducirse a un puro sentimiento de·signi~


La paranoia en otros 'autores ficación sin contenido. ,
~

K. Jaspers (1883-1969) llegará desde este concepto a la no-


Tanzi (1856.;.1934) adopta en 1905 las ideas de Kraepelin ción de psicosis inter_nretativa.
y al mismo tiempo las impregna de las doctrinas de More! Bleuler, el otro psiquiatra de mayor· influencia en ese
(1809-1873) de la·heredodegeneración y de las de su compa- tiempo, englobará en su concepto de esquizofrenia tanto a las
triota Lombroso (1836-1909), con su peculiar idea de lamen- parafrenias como a la paranoia, de forma tal que asesta la pri-
cionada heredodegeneración. A ello agrega la visión socioló- mera acometida de importancia al concepto de paránoia.
gica de Spencer. De todo. lo cual surge la paranoia como una
manera de pensar, un retorno al misticismo antropomórfico
del pensamiento primitivo. El paranoico es egocéntrico pero La llamada disolución del grupo paranoico
1
lúcido. El miedo engendfará en él delirios de persecución; la "
ambición ideas megalomariíacas; también surgen la avaricia, la Hacia 1920 se produce la disolución del grupo paranoico .
querulancia, etc. Los primeros embates fueron dados por Jaspers en su Psico-
Tanzi destaca que los desarrolle:; ¡::; :;i ~ é ti-sos propiamente patología general, aparecida en 1913. · :
dichos forman la llamada constitución paranoica. Sitúa a este Es sobradamente conocida la distinción de ·este autor entre
cuadro en la evolución vital de una personalidad particular que la comprensión ·que permite empatizar con las vivencias del
porta una tara que es posible reconocer antes de la eclosión del neurótico en su doble vertiente: comprensión sincrónica -fe-
delirio. · nomenológica- y diacrónica -genética- y la explicación';'
En Francia Serieux y su discípulo Capgras trabajaron que invoca relaciones causales no evidentes, siempre más allá
el tema de la paranoia desde 1902 y culminaron sus investi- de la empatía.
gaciones en la obra aparecida en 1909 sobre las locuras ra- Los neuróticos se alcanzan por la comprensión, los psicó-.
zonantes, que sirve para introducir en este país la noción ticos desde la explicación.
laaepeliniana de este cuadro. El concepto, fiel a Kraepelin, Aunque el psicoanálisis haya mostrado las limitaciones de
no obstante sufre ampliaciones: describen en detalle el delirio esta distinción desdt :a v0;,· ~iente estructural, tuvo un induda-
de reivindicación, que aquél definía como una entidad aisla- ble interés desde el ángulo diagnóstico y por sus consecuen-
da, incluyen las ce!Otipias, -en el mismo sentir de Falret y cias clínicas.
Magnan (1835-1916)- Kraepelin sólo las admitirá en 1913 y Las psicosis -necesitadas de explicación- se dividieron
también los mattoides de Lombroso y Tanzi, presentados ahora en procesuales -las esquizofrenias- y fásicas -la psicosis
como reivindicadores altruistas. Entienden que esta entidad maníaco-depresiva. ,
posee autonomía nosológica. También los delirios de autoacu- Queda por situar a la paranoia.
S41rción y los hipocondríacos. En este momento se identifican los delirios de interpre-
La paranoia va perdiendo consistencia al primar lo des- tación originados en un estado pasional intenso, derivadas en
criptivo frente a la inicial categorización nosológica de Krae- su totalidad de una convicción delirante basal, que Cleram- •
pelin. Al mismo tiempo, nacen dos variedades particulares: el bault (18 72-1934) llamó el postulado ideo.:.afectivo.
delirio de fabulación de Dupré (186L-19L1J,q ue en 1910 re- Las in terpretaciones delirantes suceden .por una deforma-
cibirá el nombre de delirio de imaginación, y el delirio de su- ción de la realidad debida a la intensidad de los afectos, aun-
••••••••••••••••••••••••••••••••
250 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posició n depresiva 251

que en última instancia se mantienen respetuosos con aquélla ción psicopatológica, aportará el delirio sensitivo de referen-
y no incurren en .absurdos. Clerambault propondrá en este cia y las paranoias de deseo; anidan en personalidades asténi-
grupo, junto con los reivindicadores de Serieux y Capgras, a cas que se defienden de sus dificultades vitales y adaptativas
las erotomanías3 y los delirios de celos. mediante un desarrollo lineal de realizaciones autistas deside- .
El delirio erotomaníaco traduce una hipertrofia patológica rativas.
de un estado pasional crónico. Atraviesa tres fases: En estas circunstancias la paranoia corre el peligro de con-
Euforia. vertirse en un rasgo del carácter.
Decepción. Lacan (1931), que en la primera parte de su carrera, como
Resentimiento. buen francés otorgó mucha atención a este cuadro, considerará
Se funda en una serie de postulados: tres tipos de psico~is paranoicas:
El objeto elegido casi siempre es socialmente superior al La constitución paranoica.
sujeto. El delirio de interpretación.
El éxito mismo del amor es indispensable para la perfec- Los delirios pasionales.
ción del objeto. La constitución paranoica es esencialmente ideativa en los
El objeto es libre para dar cumplimiento al amor, sus com- clásicos o se basa ante todo en la noción trastorno de la afec-
promisos carecen de valor. tividad, de la reacción ante las situaciones vitales. Viene ca-
Estas convicciones primarias organizan todo el delirio y se
encuentran siempre en sus manifestücicr,c:;. Sualquier compli- l racterizada por:

cación se achaca a obstáculos que se interponen entre el sujeto


y su objeto. Tras ese decorado aparecerán, velados, los postu-
~ a) Actitudes innatas ante el medio. ....
b) Conjuntos ideativos, que a ciertos autores les ha per-
lados fundamentales ya expuestos. mitido imaginar una especie de neoplasia o de disgenesia in-
Incluso en los estadios de decepción y resentimiento per- telectual.
sistirá la triada: 1

Orgullo-Deseo-Esperanza. Se han descrito cuatro signos cardinales a su ~especto:


Por su parte Kretchmer (1888-1964), desde otra concep-
1. Sobreestima patológica del Yo. Un desequilibrio en las
relaciones de valor entre el Yo y el mundo. Lo que se traduce
en orgullo tendente· a la vanidad, que degenera a menudo en
3 O monomanía erótica de la que dijo Esquirol: «La erotomanía no es
hipocresía.
esa languidez que penetra en el alma y el corazón en los primeros escarceos
del amor, ni el dulce ensueño que tantas lágrimas provoca en el adolescente, 2. Desconfianza. Puede decirse que es el negativo del de-
que le hace buscar la soledad para mejor saborear las delicias de un senti- lirio. La actitud qu€ ~ e i!l2'..:!gura con la duda, donde se preci-
miento desconocido hasta entonces. Eso no es una enfermedad, es la me- pitan los impulsos emocionales ansiosos y 1se cristalizan las in-
-4ancolía. La erotomanía, desde el punto de vista de la medicina, es una afec- tuiciones, las interpretaciones; el ·lugar en ·que consolidará el
ción cerebral crónica caracterizada por un amor excesivo a un objeto delirio.
desconocido o imaginario; en esta enfermedad sólo está dañada la imagina-
ción: existe un error en el entendimiento. Es una afección mental en la que 3. Falsedad de juicio. Este carácter preformado, primario
las ideas son fijas y dominantes, al igual que en la lipemanía [melancolía de Ja personalidad, inclinará a todos los juicios hacia el sis-
con delirio] religiosa o en la teomanía.» (Esquirol 1838, pág. 305).
, 1,1~1 ..
tema. Profesan un amor desgraciado a la lógica.
252 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 253

Entre los locos razonantes de Serieux y Capgras existe toda El delirio deviene crónico y cobra riqueza a partir de las
una jerarquía, desde la debilidad de las construcciones absur- experiencias cotidianas. ,
~ das a las teorías formadas por las ideas más abstractas. Finalmente, los delirios pasionales se sitúan en un registro
4. Inadaptac~ón social. El paranoico adolece de flexibili- distinto a los anteriores, reposan sobre un fondo maníaco. Son ,
dad y armonía. Es ,incapaz de seguir una disciplina colectiva, frecuentes en sujetos impulsivos, con taras psicopáticas diver-
un espíritu de grupo. sas.
·J:, Clérambault distinguió tres formas:
Lejos de ser esquizoide, se adhiere« :;:¡-realidad y sufre por
ello. a) Delirio de reivindicación, que ya Sérieux y Capgras
Además pueden aparecer otros signos accesorios: suspica- había separado del delirio de interpretación.
cia, susceptibilidad, conducta llamativamente honrada, con 1
;¡ b) La erotomanía.
frecuencia amor por la naturaleza. Entre ellos están los que 1j¡·

i'
c) El delirio de celos.
Dide denominó «idealistas apasionados.»
El delirio de interpretación, por su parte, constituye un segundo Tienen como fundamento un suceso inicial con una carga
grado de éstos, si los ordenamos en función de lo real. ¡'! emocional desproporcionada a partir de la cual de desarrolla

l
Cabe establecer un continuum desde el carácter a la convic- un delirio que se nutre además de interpretaciones, confinadas
ción delirante. Bajo el influjo de cualquier calisa desencade- ' eso sí, a la brecha abierta por el acontecimiento inicial. Es un
sante, que a menudo ·se mantiene oculta, o producida por un delirio sectorial, no reticular. Es frecuente en estos casos el
episodio tóxico, una enfermedad intercurrente, un trauma emo- paso al acto, que adopta la forma de un impulso obsesivo, está
cional, se produce una especie de precipitado de elementos sig- integrado a medias a la personalidad, como afirma H. Claude,
nificativos que impregnan esa multitud de sucesos azarosos que en forma de idea preva/ente.
acontecen a cualquier sujeto. Ciertos gestos sorprendidos en la En este grupo quedan encuadrados esos querulantes que
calle significan que le están siguiendo, espían o que se en- entablan procesos interminables.
cuentra amenazado . .Estas interpretaciones son múltiples, ex- La evolución del grupo de las psicosis ·paranoicas es cró-
tensivas y repetidas, nutridas por de cualquier suceso cotidiano
y siempre son centrípetas, polarizadas al sujeto.
También arrancan en sensaciones de la cenestesia.
t
Ji
nica y no . demenciante. El delirio es irreductible y reaparece
una y otrn vez, pese a que en ocasiones se disimule.
El concepto de constitución paranoica entra en crisis, como
Lo esencial de la estructura delirante consiste que se basa i se encargará de mostrar Lacan ( 1901-1981) en su tesis de
en una serie de hechos primarios, casi inñiitivos, casi obsesi- 19324 .
vos que ni se agrupan ni se organizan de manera razonante. A En este reino proteiforme de lo delusivo yacen los delirios
partir de aquí entra en juego la dialéctica, que reposa, como de interpretación paranoica ya vistos que; según Clerambault,
vemos, en cimientos movedizos. · nacen de un estado de duda y perplejidad. Cuando fluye el de-
- Se necesita ahor:a una construcción que justifique, con un lirio lo hace merced a la fuerza de la intuición 'm ás que como
mínimo de razón, las certidumbres primarias que el sujeto vi- emanación del razonamiento, investidos de una máscara lógica·
vencia. La estructura lógica de estas estructuras estará en re-
lación con la altura intelectual y el nivel cultural del para-
noico. 4
«De la psychose paranolaque dans ses rapports a la personnalité.»
.11 ,

••••••••••••••••••••••••••••••••
••••••••••••••••••••••••••••••••
254 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 255

que oculta su asistematicidad. Con eí tiempo serán asumidos tares, que prefieren adscribirla a la esquizofrenia, se relaciona
J?Or la esquizofrenia paranoide· como formas tórpidas de la con conceptos tales como la homosexualidad, la ansiedad pa-
misma. ranoica y el narcisismo.
Desde los años treinta del pasado siglo esta noción pierde La paranoia com('I P.structura es un hecho evidente distinto
fuerza y unicidad. a la esquizofrenia. Su génesis se remonta a la posición depre-
La extensión del concepto de paranoia ha variado sensible- siva y no a la esquizo-paranoide, como es el caso de la se-
mente desde entonces. gunda. La relación con la realidad es otra y los me~anismos de
Para Clerambault el campo de la paranoia es muy restric- defensa que intervienen en cada una de ellas también son di-
tivo y tiende a limitarlo a un tipo caracterológico al que le cua- ferentes .
dra el calificativo de combatiente. Sus rasgos principales son Freud se ocupa de este trastorno muy pronto. En el Ma-
la rigidez, la suspicacia, la irritabilidad, la extremosa suscepti- nuscrito K (1896) de su correspondencia con Fliess, describe
bilidad, la propensión a los celos, el amor al disimulo y la afi- a Ja proyección como un mecanismo de defensa típico de Ja
ción a las ideologías de todo tipo, con las que pueden formar paranoia. A ·lo largo de estas páginas se desarrollan una serie
un si"stema que dé cuenta del mundo. de ideas que ya figuran en el Proyecto. La represión tiene aún
Kretschmer le atribuye un significado más amplio que re- una presencia omnímoda de manera que se registran expresio-
cubre el conjunto de delirios sistematizados de tipo psicógeno nes como las siguientes: ·
CQn un carácter reactivo. El rasgo común que los unifica es la
hipersensibilidad fuente de reacciones agresivas y querulantes, Podemos presumir que existen distintas formas [de para-
también presentan reacciones sensitivas y repliegues autistas. noia] según que sólo el afecto haya sido reprimido por pro-
Finalmente K. Jaspers, H. Claude (1869-1945) y H . Ey yección o también se haya reprimido el contenido de la viven-
cia5. ·

¡
(1900-1977) utilizan el concepto paranoia de forma laxa para
designar un síndrome y no un grupo nosofOgico . Oponen las
psicosis delirantes bien sistematizadas, en las que el delirio El síntoma primario es la desconfianza, el afecto reprimido
tiene una estructura lógica y la relación con la realidad externa retorna en forma de alucinaciones con percepción de voces; el
se conserva intacta, a las formas paranoides, con desestructu- elemento determin2nt~ ciP. ll'I paranoia es el mecanismo de la
ración de la personalidad y alteraciones del curso del pensa- proyección acompañado por la negativa de creer en el autorre-
-·miento. Comprende en ciertos casos tipos alucinatorios, con lo proche.
que recupera parte de su significado prekraepeliniano. La correspondencia general sigue proporcionando una se-
rie de referencias sobre el cuadro:

Teorías psicoanalíticas sobre la paranoia 1 Hemos diferenciado bien esto (la hipocondría) de una va-
1 riante paranoide, el querulante, un hipocondríaco sublimado.
- 11- ' 1 [...] Debemos entender bien esto: lo que llamamos. formas de
El psicoanálisis se inicia en la paranoia adoptando las ideas enfermedad diferentes no son, en realidad, sino distintas evo- •
que sob¡e ella existían a finales del siglo xrx; luego genera V
ideas propias. ·
A !o largo de estas líneas veremos que la psicosis conocida
como Paranoia, cuyo estatuto ha sido negado por diversos au- 5
OC, tomo III, pág. 3537.
"'
'11
256 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 257

luciones de los mismos procesos de represión y de representa- En Sicilia no leí ni la mitad del libro, pero el misterio está
ción sustitutiva (A Ferenczi, 2-V-1909, carta 945). claro. La reducción al complejo nuclear resulta fácil. Su esposa
. se enamora del médico y conserva durante años su retrato en
Freud realiza, desde otra perspectiva diferente a la de Krae- el escritorio. Él naturalmente también, .pero en la mujer tienen
lugar frustrficiones, también falla la descendencia; se llega así
pelin, un esfuerzo de síntesis opuesto al atomismo descriptivo
al conflicto; ha de odiar a Flechsig como rival, pero le ama, de-
de los franceses: la hipocondría es una variante paranoide y el
bido a su predisposición y a la transferencia a partir de la pri-
querulante un hipocondríaco sublimado. mera enfermedad. Así queda dispuesta la situación infantil y
Comienzan ahora las conocidas menciones sobre la rela- tras Flechsig surge muy pronto el padre. Por fortuna para la
ción homosexualidad-paranoia: psiquiatría este padre era también ... médico. Se demuestra así
de nuevo lo que hemos visto en su tiempo en Zurich en tantos
Ferenczi me ha comunicado un interesante caso de para- casos paranoides, que los paranoic.os fracasan en la tarea de
noia en el que se patentiza de nuevo lo homosexual (A Jung, evitar la preocupación de sus inclinadones homosexuales. Con
12-XIl-1909, carta 1010). 1 ello se habrá alcanzado la conexión con la teoría. En esta teo-
• ría he avanzado gn trecho durante el viaje que quiero compro-
Hasta este momento Freud emplea un estilo muy parecido bar ahora en la historia clínica de Schreber y en algunas otras
al aproximarse a la paranoia y a la histeria: publicaciones sobre la paranoia7• De todos modos, el ·total se
halla tan inconcluso en comparación con su proyecto que no sé
... La tentativa de curar a los paranoicos de su hipocresía debe cuándo estará listo para su publicaci1ón: En todo caso surgirá
tomarse en serio. Le recomiendo el caso Hofrichter6 como ab- un estudio sobre· Schreber y las gentes podrán creer que he es-
solutamente típico, sobre 'todo a partir de la justificación de su tablec ido la teoría a 'partir del libro. Participo en su entusiasmo' .
aventura amorosa en el hotel porque su amor hacia la esposa por Schreber, es una especie de revelación. El «lenguaje bá-
era manifiestamente frágil (A Ferenczi, l-V-1910, carta, 1073). sico» con el que se alude al discurso propiamente dicho de lo
delirante que el enfermo tan sólo experinie;ita disfrazadamente ·
Los horizontes cambian cuando lee las memorias del ma- en su conciencia pienso adoptarlo seriamente como expresión
técnica (A Jung, 1-X-1910, carta 1131).
gistrado Schreber:
La homosexualidad y la ecuación Padre-Flechsig. La am-
Diversas notas científicas que me traje se han unido para bivalencia ante la figura del médico, transferencia de los sen-
fwmar un trabajo sobre la paranoia [Schreber], al cual le falta timientos hacia el padre. Estas reflexiones llevan después a
aún el final, suponiendo todo un avance hacia el esclareci- plantear que en la homosexualidad se quiere tener al padre, no
miento del mecanismo y la elección de neurosis.» (A Jung, 24- ser como él.
IX-1910, carta 1127). . . La atención se centra en esta última figura:
Este texto obra a la manera cte un descubrimiento; «es una
especie de revelación»: Era un tirano doméstico [Schreber padre] que oprimía a su
hijo comprendiéndole tan poco como el dios inferior com-
prendía su paranoia. (A Ferenczi, 6-X-1910, carta 1135).

6
Adolf Hofrichter, condenado a muerte por asesinato y tentativa de ase-
sinato.
l 7
Sobre todo «Diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia
precow, escrito por Abraham en 1908.
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25 8 Nicolás C aparrós El nivel psicopatológic.:. ' e ~ ;;. ¡:; ::;:;;;:ió n depresiva 259


Vuelve ahora a la obra de Abraham: castración, su relación casi inevitable c.o n la homosexualidad
no asumida y en segundo plano el análisis interpretativo del
. Estoy sumido en un trabajo intenso y he penetrado un poco contenido de los delirios. Me atrevería a decir que la hipótesis
más profundamente en la paranoia, siguiendo el camino tran- de la paranoia en Freud es su respuesta a fa demencia praecox .
sitado por usted (A Abraham, 24-X-1910, carta 1141). de Kraepelin y a la esquizofrenia de Bleuler.
Acaba Schreber, dirá a Jung el 3-XII-1910.
Pero el interlocutor favorito de esta época sigue siendo Terminado el ensayo sigue buscando afinidade.s y vínculos
Jung: para su descripción:
En primer lugar un análisis de nuestro querido e ingenioso Laparanoia histérica [en realidad/o/ie a deux] es la iden-
amigo Schreber. A partir de la lectura se puede adivinar mu- tificación con un paranoico auténtico (A Jung, 12-II-1911).
cho. (No sé si le he escrito acerca de ello). Primero el complejo
paterno: Flechsig-Padre-Dios-Sol, constituye una serie por
completo evidente. El Flechsig medio alude a un hermano que Ya en 1908 Freud discutía el problema de la paranoia con ·
en la época de la enfermedad ya era bienaventurado, como el sus seguidores de primera hora: Jung y Ferenczi. Por entonces
padre, es decir: había fallecido. Los testículos del cielo o rei- consideraba un rasgo central de este cuadro a la homosexuali-
nos divinos anteriores (¡senos!) son las mujeres de la familia, dad latente. Sus discípulos aportan reflexiones en esta línea;
los reinos. divinos posteriores (¡nalgas!), el padre y su subli- Ferenczi dirá que el mecanismo de defensa paranoide no se di-
' mación, Dios. De asesinato del alma no viene dada en Man- rige contra todos los investimientos libidinales sino sólo con-
fredo8, pero sí acerca del incesto con la hermana. El complejo tra los investimien~c : !ic~<Jsexuales. '
de castración es más que evidente. No olvide que el padre de La homosexualidad-paranoia es una constante de esos
Schreber era médico. En calidad de tal había hecho milagros, años. La idea dominante que Ja proyección de los afectos re-
milagreado. La curiosa característica de Dios, que tan sólo
lacionados con la homosexualidad latente era lo esencial de la
sabe tratar con cadáveres y no tiene ni noción de las personas
vivas es, al igual que los absurdos milagros que en él se reali- paranoia. Ferenczi (1912) llegó a afirmar que la paranoia era
zan, una sangrienta sátira acerca del arte médico del padre. Así una forma distorsionada de homosexualidad.
pues la misma utilización del absurdo que en los sueños. La En el estudio sobre el magistrado Schreber aparece su fa-
colosal importancia de la homosexualidad con respecto a lapa- moso aserto de que las tendencias homosexuales insoportables
ranoia es confirmada por la fantasía central de castración, etc., se cambian en sentimientos hostiles que luego son proyecta-
etc. (A Jung, 3 l-X-1910, carta 1145). dos. Al comienzo· de la enfermedad .todos los investimientos
objetales se retiran en una regresión hacia el narcisismo, en el
La paranoia no se evalúa ni por su curso, ni por la ausen- proceso inverso los investimientos objetales reaparecen.
cia de deterioro, como haría Kraepelin, ni se confronta tam- La fijación paranoica se remonta al estadio del narcisismo.
poco con la escisión como sería el caso de Bleuler. Lo que mo- Esto no sucedía en el trabajo de 1896 y marca, a mi juicio, la
-vtl iza a Freud es señalar la presencia del complejo de auténtica contribución freudiana al problema de la paranoia.
Sin embargo, su consideración como neurosis narcisista no im- •
pide que se incline en. agruparla con las diversas formas de la
demencia precoz y no como una entidad aparte (1911). Apro-
8 Poema dramático de Lord Byron (1817) . vecha este momento para expresar su disconformidad con la
i:ll1!!' :"
260 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 261

nomenclatura psiquiátrica de esta grave patología. En su opi- idealización de la figura del progenitor que se utiliza para ne-
nión el nombre de esquizofrenia no es adecuado, ya que el tér- gar ·sus atributos persecutorios.
mino designa un estado de cosas normal y no un cuadro severo.
Propuso, a su vez, el nombre de parafrenia, que incluía lapa-
ranoia y la esquizofrenia, pero el término no fue aceptado por La asombrosa naturaleza de la paranoia
la comunidad psicoanalítica ni por la psiquiatría clínica que ya
lo utilizaba, como hemos visto, para designar a otra entidad. La paranoia no deja de deparar sorpresas a la investigación
Freud abandonó su empleo a lo largo de la obra posterior. psicoanalítica. Los sucesivas incursiones de Freud sobre este
Las fijaciones tempranas de la paranoia han sido señaladas campo no han sido suficientemente sistematizadas y es útil
de manera no coincidente por distintos autores: Abraham ahora analizarlas en términos estructurales y evolutivos.
(1924) etapa anal sádica, Bychowski (1930), fijación oral y so- Comencemos p2r"' . .P.1ln desde otro sitio que pondrá de ma-
bre todo por M. Klein, que en sus primeros trabajos entre 1930 nifiesto los aspectos que juzgo esenciales :entre las ideas freu-
y 1932 distingue entre las fijaciones orales canibalísticas de la dianas sobre la paranoia. Freud estudió lo:· que nosotros deno~
esquizofrenia y las de' la paranoia, a las que sitúa en la primera minamos agresión erótica y la función de las fantasías _de
etapa anal --en este tiempo sigue a Abraham-. Luego, entre flagelación en la perversión y en la formación de síntomas. En
193 5 y 1946, la etapa oral canibalística representa el lugar su trabajo Pegan a un niño (1919) hizo notar que las fantasías
común de los puntos de fijación tanto para,__ )a _§squizofrenia de flagelación comienzan muy pronto y que se acompañan de
como de la paranoia (es la:posición esquizo-paranoide); la ho- sensaciones placenteras, el clímax de esta situación se asoció
mosexualidad pasa a tin plano secundario. con la satisfacción masturbatoria. Tuvo en cuenta también di.,.
En 1911 Freud había diferenciado entre la fijación en el es- versos determinantes y derivados de esta fantasía, desde el
tado del autoerotismo para la esquizofrenia de la fijación pa- amor y culpa edípicos hasta la pérdida de la omnipotencia in-
ranoica, que tiene lugar en el nivel narcisista -ambos inte- fantil. ·
grados en la libido oral-. Sin embargo, Freud nunca dejó Estos hallazgos estuvieron influidos por otro caso impor-
claro lo que duran respectivamente esas dos fases, incluso en tante: el análisis de El Hombre de los lobos (1914-1918), que
ocasiones ambas se imbrican. No menciona la fase anal, aun- más tarde desarrolló ·episodios paranoides (Freud 1937).
que si afirma que la paranoia es más reciente desde el punto Freud enlazó pronto las fantasías de flagelación con la pa-
de vista genético que la esquizofrenia. ranoia y sin embargo esta relación ha tenido poco eco en los
·- · A. Maeder describió en 191 Ouna tendencia paranoica pri- medios psicoanalíticos. Desde' luego mucho menor que las
mitiva relacic:mada con el animismo que no sólo es caracterís- concl-q:;iones extraídas del Caso Schreber, donde sostuvo su fa-
tica de la paranoia sino que también se encuentra en los niños. mosa tesis relativa a la relación casi causal homosexualidad-
Según este autor, este impulso, de origen biológico, se revive paranoia. En lo que se refiere a las fantasías de morder, sobre
en la paranoia combinada con la proyección de deseos homo- todo en su versión~rnasoquista, Freud afirmaba en 1919:
sexuales latentes. Probablemente las ideas de Maeder hayan de 'i
ser adscritas a la después llamada ansiedad persecutoria. Hemos indicado ya cuál es la significación que adquiere la • . ~
En 1922 y 1923 ·Freud señala la importancia del conflicto
ambivalente en la paranoia y apunta que la homosexualidad
tercera fase, aparentemente sádica, 'de la :fantasía de flagela- f
ción, como sustentáculo de la excitación que impone el ona- ~
puede encubrir el miedo al padre. Ésta se relaciona con la nismo, y cuál es la actividad imaginativa que suele provocar,
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262 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 263

en parte como continuación orientada en igual sentido, y en paterno, aunque el precio sea la humillación. Se produce la fu-
parte como compensación; pero la fantasía presenta como con- sión entre agresión y erotismo. Hay que recordar ahora la di-
tenido la flagelación del sujeto por su padre. No es sólo que ferencia entre agresión (Eros) y destrucción (Thánatos).
continúe actuando por mediación de la siguiente, que la susti-
Freud manifestó en 1911 la formación de síntomas en la
tuye; podemos señalar también determinadas influencias ejer-
cidas por ella sobre el carácter y derivadas directamente de su paranoia recae en la proyección.
argumento inconsciente. Aquellos hombres que llevan en sí tal Al mismo tiempo, los elementos homosexuáles tienen tam-
fantasía desarrollan una susceptibilidad y una excitabilidad es- bién una ·función defensiva, como la que a todas luces posee
pecial contra las personas que pueden ser incluidas en la serie la proyección: servir de protección ante los deseos hostiles y
pat~ma . Se consideran vejados por ellas· al menor pretexto y los consiguientes peligros de la destrucción del objeto y del
transfieren así a la realidad.la situación imaginada de ser gol- Self. Ambos peligros impulsan a regresar a etapas anteriores
peados por el padre, para su mayor daño y vergüenza. No me del desarrollo y con ello a soluciones patológicas, primero a lo
admiraría descubrir esta misma fantasía como base de la ma- maníaco, segundo __::i hi esquizofrenia.
nía de litigar paranoica. Freud ya había señalado en el período entre 1887 y 1902 el .
problema de la agresión en la paranoia, bastante antes de pos-
Freud conecta aquí la paranoia con el sadomasoquismo, tular su relación con la homosexualidad reprimida. También
que ya había señalado en el lejano 1908 al hablar de las fan- hizo constar el retomo de lo reprimido en forma alterada me-
tasías sadomasoquistas de en este trastorno. diante una formación delirante que representa el principio de
Estas observaciones tienen evidentes consecuencias clíni- una modificación del Yo, al mostrarse éste anegado por el
cas. A cualquier paranoico le resulta familiar las series atacar- nuevo material consciente. Se resquebraja el primitivo sistema
ser atacado, perseguir-ser perseguido. Juego entre actividad de la paranoia y en lo que se refiere a los impulsos hostiles
y pasividad, entre acción y pensamiento. contra los padres añade:
Diversas voces se han levantado contra el monopolio de la
ecuación homosexualidad-paranoia. Este aspecto, con ser no- En la paranoia los peores delirios de persecución corres-
torio, ha sido muy postergado. Meissner (1976) apuntó que la ponden a estos impulsos.
objeción principal que se le puede hacer a las reflexiones freu-
dianas sobre Schreber es el excesivo énfasis sobre los aspec- Freud describió con claridad las fijaciones al narcisismo y
tos eróticos en detrimento de estos factores. la megalomanía de la paranoia, pero el tema de la homose-
Schreber tuvo un padre tiránico, que sometió a su hijo a xualidad acabó por ocultar el trastorno narcisista, las humilla-
humillaciones y tormentos fisicos con el objetivo de conseguir ciones, el odió y el drama sadomasoquista.
una obediencia absoluta. Naturalmente esta conducta, tanto en Con la teoría estructural retoma el aprecio de la agresión y
el padre de Schreber como en otros padres, está racionalizada de las funciones yoicas. Ya no se limita a considerar la trans-
bajo el mensaje de que todo es por el bien del niño. Así, el sa- formación del amor en odio, sino que analiza una fase previa
._dismo deviene en amor y el masoquismo en aceptación y re- de los orígenes de :a h0mosexualidad en la cual se experi-
conocimiento de se:r amado~ negando de esta forma la real per- mentaron y superaron violentas sensaciones de rivalidad e in-
secución existente por parte del padre. clinaciones agresivas.
Esta actitud obtiene un doble resultado: permite al niño A partir de la segunda tópica describe otras situaciones
identificarse con el agresor y preservar a un tiempo el amor afectivas basada en la investigación psicoanalítica de la para-

~1· ¡1
264 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico.de la posición depresiva 265

noia en las que, desde un principio, aparece una actitud ambi- La función de la agresión erótica ya fue elaborada hace mu-
valente, lo que apareja como conclusión que no es preciso que cho tiempo por Bak (1946) al conceptuar a la paranoia como
•el amor se transforme en odio. Además, junto con los compo-
nentes de agresión primitiva y narcisismo, aporta más material
en lo referente a la función de las relaciones preedípicas (Freud
1933). Hace notar también la intensa fijación preedípica de las
muchachas a sus madres y observa a propósito de las mujeres:
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.f'
l
masoquismo delirante. Este autor describió un paciente a la
vez depresivo y paranoico preocupado por su soledad y por su
potencia sexual. Tatp.bién tenía miedo a que una crisis nerviosa
fuese interpretada por los demás como una aberración sexual.
Esto último fue una primera idea relacionada con e;xperiencias
1 infantiles de relaciones anales. El paciente se quejaba de las
Por ejemplo,· descubrimos el miedo a ser asesinada o enve- vejaciones a que había sido sometido y durante una corta au-
nenada, que más tarde constituirá el núcleo de la paranoia, ya !¡
sencia de su analista le escribió: «Tengo que atacar a la gente
presente en ese período preedípico e relación con la madre. o resignarme a ser atacado por ellos.»
1 ¡: Padeció· un hipospadias 9, examinaba con frecuencia su
Freud reconoce de manera paub:i:ür. ct;;e- el paranoico teme pene y tenía la idea recurrente de que había recibido daño ge-
a su propia agresión .. La hostilidad se refuerza debido a la ex- nital de las mujeres, lo que se confirmó al contraer una gono-
quisita sensibilidad a los impulsos hostiles de otras personas y rrea. No se sentía amado. Mantuvo frecuentes .peleas con sus
por la real provocación de las reacciones punitivas de los de- Fi'1 hermanos así como también recibió palizas sádicas de su pa-
más (Freud 1922). H dre. Bak hacía notar que el paranoico es alguien que ha sido
... El papel de la agresión ha sido elaborado poco a poco por perseguido en el pasado. En este ·sentido, cabe·también decir,
diversos analistas en ,variadas direcciones. M. Klein (1932) parafraseando lo que le acontece al histérico, que sufre de re':.
manifestó que las relaciones ambivalentes con los padres in- miniscencias.
ternalizados pueden ser rastreadas en sus delirios y alucina- La investigación psicoanalítica reciente a propósito de la
ciones. Gomo señala Blum (1980), M. Klein admite que los ni- paranoia aporta nuevo material. Muchas alteraciones se re-
ños poseen facultades tanto en lo que se refiere a las relaciones montan a la etapa de separación-individuación que, unidas a
de objeto como en la formación del Superyó que éstos no pue- "I
l. un trastorno narcisista, abocan a un complejo de Edipo de im-
1•
den adquirir en los primeros dieciocho meses de la vida. No posible resolución.
obstante, sus observaciones tienen importancia en lo que se re- Algo similar fuG-c:x;:re~:!do por Freud en 1919 cuando ma-
fiere a la naturaleza de las defensas paranoicas. La persecu- nifestó la facilidad que tienen para hacer !regre'siones sádico-
· -ción mediante las heces se relaciona con los conceptos actua- anales los niños que albergan fantasías de flagelación.
les de relación de objeto narcisista en la cual el objeto fecal de En este tipo de trastorno la transformación narcisista es
Abraham es muy representativo ..Este tipo de objeto representa profunda. El conflicto entre el masoquismo y' el narcisismo de-
i
a un tiempo el Selfy el objeto en un estado de diferenciación i· cisivo. Este último tiende <l.' la expansión, ·a la glorificación,
incompleta. La ambiyalencia de esta fase, sobre todo si ·la si- '
mientras que el masoquismo apunta al dolor y a la humilla-
4iuamos en el contexto' de la separación-individuación mahle- ción. Queda así el orgullo resentido del sometimiento, la sen-
rianas, también explica la escisión áe ias representaciones del
Selfy de los objetos para el objetivo de la defensa. Las heces
son al mismo tiempo preciadas y horribles, valiosas y despre- 9
Atresia de la uretra peneana. Antes de corregirla el meato urinario está
ciables. en la base del pene.

.....- .. . ·- .. .... ....-..,. · 1rtit.;


••••••••••••••••••••••••••••••••
266 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 267

sación de la deuda impagable que la humanidad, heredera de su ansiedad hipocondriaca y su preocupación por la imagen
los imagos parentales, contrae con ese sujeto injustamente vi- corporal, está ligada a problemas relacionados con la fase de
'lipendiado, que esconde en lo más profundo la pepita de oro separación-individuación.
en la que se refugia su auténtica personalidad. El Yo corporal y su imagen son frágiles y proclives a la
El masoquismo debe ser considerado como una formación fragmentación en aquellas psicosis con delirios corporales;
de compromiso con funciones adaptativas, proporciona un ver, por ejemplo el síndrome de Cotard. La amenaza al Yo cor-
control mágico sobre el castigo, provoca dolor o humillación poral en los casos de un cuerpo que contiene tanto al Self como
y preserva la omnipotencia infantil . al objeto, ambos escasamente diferenciados, pone de mani-
La personalidad paranoica revela actitudes masoquistas de fiesto el trastorno narcisista.
sumisión y a la vez rasgos tiránicos y crueles. En este caso las La hostilidad en la paranoia no es una defensa contra la
relaciones de objeto han sufrido una escisión entre lo omnipo- homosexualidad sino algo más esencial y previo en este cua-
tente y lo inerme. El perseguidor era un objeto narcisista es- dro. No obstante, la- ain~na:a1 de castración y el pánico a la ho-
casamente diferenciado con el que el paciente se identifica de mosexualidad pueden precipitarlo. Además, la configuración
manera inconsciente -tal ocurre con el caso de Antonio que homosexual, como es obvio, puede coexistir con la paranoia.
veremos más adelante-. La negación por parte de estos pa- Estamos acostumbrados en clínica a tratar paranoias que dis-
cientes de cualquier tipo de dependencia, la falta de autorre- curren fuera de la homosexualidad y homosexualidades que no
eroches y la necesidad de ser aceptados se funden con rene- desencadenan la paranoia. Por otra parte, sabemos también que
gaciones masivas de sus fantasías infantiles. aquélla tiene distintos orígenes y que cabria más hablar de ho-
En la fantasía masoquista el dolor deviene en placer, esta mosexualidades que de una sola homosexualidad. ..,
inversión puede ser un mecanismo mediante el cual el maso- La condición paranoica reúne el control omnipotente --cuan-
quista consigue una victoria imaginaria frente a la real derrota. do se insinúa la regresión a la posición confusa- con la pro-
Bste tiende a buscar un dolor que bajo su control pueda mudar yección y la identificación con el agresor, además de la rene-
en placer. En la regresión paranoica hay poco espacio para el 1
r gación. ·
placer, lo más que puede esperar es protegerse del ataque o 'i
Las acusaciones del paranoico están más en relación con
1
conjurarlo agrediendo a su vez. -delirio del perseguido-per- ¡, el Superyó arcaico que con el Superyó maduro. Lo · que se
seguidor. proyectó es vivido más tarde como acusación de los objetos
Rangell (1975) y H. Blum (1977, 1980) consideran a lapa- externos, lo que activa el sistema perseguido/perseguidor ca-
.ranoia y los cuadros psicóticos y borderlines afines, como un racterístico del paranoico. Éste se defiende contra el recono-
trastorno del Self, con independencia de otras consideraciones so- cimiento de su extrema agresividad y de sus demandas nar-
bre lo pulsional, las funciones yoicas y las relaciones de objeto. cisistas y se coloca siempre en el papel de la víctima.
Como le sucedió a mi paciente con su padre, al reconci- Habrá que tener presente que la fantasía de flagelación no
-.. liarse con él, la reintroyección de objetos narcisistas les coloca describe por enteco la personalidad del paciente. La mezcla
al borde de la depresión y de la hipocondría. Trastornos am- narcisismo/masoquismo varia según los casos. Estas fantasías
bos con los que guardan un estrecho parentesco. no siempre llevan a la paranoia, aunque todo paranoico sí al-.
Las reacciones hipocondriacas consiguen condensar la cas- berga este tipo de fantasmas.
tración y las fantasías bisexuales con otras de tipo autopuni-
tivo. En todo caso, la hipocondría en su forma paranoica, con
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1
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268 Nicolás Caparrós El nivel psicoparológico de la posición depresiv r } 269

1
l
Le contaron que había sido muy b~do
por los padres,
ANTONIO lt . que deseaban un varón, el padre parecía exigirlo. La madre ha-
¡.. bía tenido dos abortos antes de su nacimiento.
Uno de mis pacientes, al que tuve mucho tiempo en análi- l
sis, se confesaba homosexual desde que tenía uso de razón. No ¡ En las primeras sesiones se mostraba muy agresivo hacia
obstante, y pese a que su discurso parecía uenotar lo contrario i¡ la figura paterna; era éste un sujeto déspota, despreciativo, que
proclamando con desenfado y un cierto exhibicionismo sus ! incluso llegó a maltratarle fisicamente.
i
tendencias, sus prácticas homosexuales fueron claramente ·,
·~ . A diferencia de las situaciones con el padr~ que hemos
clandestinas 1 visto en el caso Schreber, el ataque hacia esta figura no estaba
. ·~
Se consideraba desaprovechado, más capacitado y culto de enmascarada por la sumisión, la idealización, ni menos aún
lo que su titulación podría dar a entender. Había estudiado a había emprendido maniobra alguna identificativa. Muy al con-
duras penas una carrera técnica por la que decía no sentir vo- trario, sus manifestaciones al respecto eran exageradas y las
cación, al dictado exigente de los deseos de su padre. I' protestas de ·odio casi esperpénticas - . su forma de hablar en
Su afición eran las letras y en especial ser novelista. Tenía esos momentos adquiría un cierto matiz histriónico--: «Es un
esa formación autodidacta y un tanto silvestre que los psi- /; calzonazos; un payaso grotesco, un hombre del Régimen que
!:
quiatras franceses han señalado reiteradas veces como rasgo l·"
se cree algo cuando en realidad es un pobre diablo; un ser gri-
acompañante de 1a paranoia. tón y mediocre, con un bigote nazi» y lindezas por el estilo.
... La homosexualidad tuvo para él dos planos diferentes, el Pronto hube de preguntarme sobre la autenticidad de tanto
de la simple descarga erótica, que se desenvolvía en ambien- denuesto y si, a pesar de todo, no encubrían odio y amor ba-
tes intencionadamente sórdidos, de los que salía asqueado para cía el padre que era incapaz de reconocer.
volver a ellos al cabo de poco tiempo, y el del amor de índole En el primer período del análisis la madre salía muy poco
más estética y soñadora. Pronto desarrolló la tendencia a ro- a colación y cuando, a pesar de todo, la mencionaba era para
dearse de muchachos bastante más jóvenes que él -vividos a decir que era una_~njer sin. cultura, corta de miras, que no se
la manera de efebos- con los que, sin embargo, no tenía re- l: enteraba de lo que pasaba a su alrededor, metida como estaba
l~ciones sexuales. Se limitaba a ser su mentor y guía. 1
1
en su mundo pequeño y pueblerino. Podía adivinarse un cierto
Amante de la intriga y amigo de la maledicencia y la ma- 1, sometimiento al padre.
nipulación. Servicial, a veces servil y al tiempo orgulloso y crí- No cabía duda de que Antonio había emprendido el tor-
.. tico. Adoptaba actitudes femeninas en la relación con las mu- ¡i tuoso camino de la ·autoafirmación, intentando superar su es-
jeres con las que rivalizaba con frecuencia. ¡, casa estima rebajando a sus padres, por quienes no se sentía
En relación al tema que nos ocupa al principio aparecían f querido, aunque nunca saliera está frase de sus labios.
alguhos rasgos referenciales aislados de escaso peso. Esta dialéctica cerrada consumía gran parte de sus ener-
Debo ocuparme ahora de la familia. Es el único varón y gías. Su trabajo no conseguía atraer su atención y el rendi-
-tiene dos hermanas mayores que él, respectivamente diez y miento bajaba, lo que le valió alguna,llamada de atención de
ocho años. La mayor es monja de clausura y se fue al convento los jefes. Al mismo tiempo, concebía .proyectos con un ciertTJ
cuando apenas contaba con diez años, la otra se caso muy jo- tinte grandioso: ser novelista, filósofo y plasmar así de una vez
ven, con lo que ha pasado la mayor parte de su vida solo con todo lo que llevaba dentro. Los intentos en este campo eran es-
sus padres. porádicos y baldíos.

~e!~:· .

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270 Nicolás Caparrós El nivel psicopacológico de la posición depresiva 271

Antonio se sentía aislado, incomprendido y hostilizado en Dos años después tiene lugar la muerte del padre tras unos
su casa, desaprovechado en sus capacidades en un trabajo en meses de enfermedad. Poco a poco asiste a su transformación.
el-que no creía y encerrado en sí mismo. l ~s~salidas que con- Deja de ser la persona «gritona y autoritaria» y le ve débil.
seguían distraerle, se cifraban en su vida de relación donde ha- Puede admitir, a pesar de todo, que le quiere. Éste también, en
cía constantemente pedidos de atención mostrándose al mismo su enfermedad, se vuelve más afectivo para con él. Mientras
tiempo servicial para conseguir reconocimientos. Al final tanto, siente a su madre más inútil y despreciable que nunca.
siempre sentía que las personas le defraudaban y las críticas No sabe atender al enfermo, que prefiere ahora sus atenciones
ácidas eran frecuentes. , a las de ella. Cons.i?ue ponerse «en paZ» con él -· repitiendo
La primera descompensación severa se expresó en lo hipo- sus propias palabras- antes de que muera.
condríaco. Empezó a manifestar temores de haber sido conta- La muerte llega y se sorprende con un dolor que antes no
giado de SIDA. La ansiedad fue creciendo hasta el extremo de habría sospechado. Sin embargo, el duelo no prosigue su ca-
construir un sistema deliroide en el que los médicos y yo mino normal y en parte se ve interrumpido por la creciente in-
mismo estábamos de ,acuerdo para ocultarle la verdad sobre su quina que alberga contra su madre, que parece haber heredado
estado. Había una actitud mezclada de persecución, melanco- ahora los sentimientos que antes guardaba para el padre. Esta
lía, autopunición y tintes grandiosos. Las ansiedades persecu- mujer pasa de ser la gran ignorada del análisis a su protago-
toria, catastrófica y depresiva se acoplaban para producir un nista indiscutible. Rememora, minucioso, interminables listas
estado de dificil manejo. En ese momento se volvió casi re- de agravios, sus desatenciones e ineptitudes, su vulgaridad y
fraciario al análisis y tuve que adoptar una postUra de conten- egoísmo, desea que se muera cuanto antes para que le deje en
ción -incluso con psicofármacos- en lugar de la habitual ac- paz. Se avergüenza de ella y a la vez se goza en recorrer stis
titud interpretativa. interminables defectos.
Juzgo de gran interés detenerme en ese momento puesto Por lo demás, prosigue su ~ctitud manipuladora e intrigante
que puede ser entendido como una encrucijada desde donde el con sus amigos y amigas entre los que busca cada vez con más
paciente habrá de elegir una determinada constelación defen- ansiedad reconocimiento. Sus frustraciones le sirven de plata-
siva. Apunta la psicosis -tras la que :::le~e::::i-a la figura ma- forma para sus reivindicaciones que adoptan un contenido
terna con su incompetencia y abandono de funciones en la pri- vago y general: contra el mundo.
mera iruancia de la que hablaremos después-. Pienso que fue Están sucediendo dos procesos que parecen discurrir en pa-
mi contención la que impidió una regresión radical a esas sus ralelo. De un ·lado, la relación· humillante con el padre --que,
más primarias fijaciones. Las defensas maníacas -expresadas a diferencia del magistrado Schreber, reconoce como tal dando
en la manera de vivenciar el presunto SIDA- recordaban a ve- rienda suelta a su 'Di::lc-, ocultadora de un amor vergonzante
ces el final glorioso del héroe que se extingue en la catástrofe. · hacia él. Cuando se corrige en gran medida dando pie a una
La tentación melancólica representaba la destrucción y el relación más realista: confiesa su amor hacia éste sin renegar
castigo su muerte por ·la enfermedad que había contraído en los malos tratos de que fue objeto. Pero la vía del duelo au-
la'S"'prácticas homosexuales. ¡ téntico le está vedada, el objeto es demasfado odiado para al-
Por esta vez se aborta la solución paranoica y tras unos canzar el triunfo del duelo. Desplaza entonces su inquina ha-·
quince días retoma a su estado anterior. Da la impresión de no cía él padre a la figura materna, el resultado es un pseudo
haber aprendido nada, como si la intensa ansiedad de esos 1 duelo. Puede seguir odiando, aunque ahora el objeto de su odio
i
momentos hubiese impedido cualquier introyección. 1 está velado. Se produce la estructura paranoica que se man-

1~~1'
272 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 273

tiene por un tiempo latente mostrando sólo un aumento de lo capaz de soportar la relación imaginaria de M. con su jefe,
que Kretschmer llamaría lo sensitivu rnfo.tta1cial. quebró el vínculo que le unía a mí.
• Un suceso fortuito opera de factor desencadenante de lo
que se mantenía en precario equilibrio.
ii
En el trabajo llega un joven a quien enseguida adopta en su LA HIPOCONDRÍA
habitual estilo de tutor. Le ve muy parecido a él, con las mis- ¡,:
!:l
mas dudas y con prendas que le podrían destinar a otro trabajo j~ De entre todas las llamadas neurosis actuales .la hipocon-
distinto, más ligado al arte. El nuevo discípulo parece some- dría es la más car&i:.t.:.risfa;a, raras veces aparece sÓla, sino que
terse a él, aµnque lo hace de manera pasiva. Como en otras cir- acompaña tanto a las psiconeurosis· como a las psicosis:
cunstancias parecidas no toma ninguna iniciativa erótica ma- La queja del hipocondríaco proviene de sus órganos apri-
nifiesta. 1 sionados·por el exceso de carga narcisista que lleva a un hipe-
Al cabo de unos meses· uno de sus jefes lo traslada de de- rinvestimiento de sus representaciones corporales. ·La causa
partamento y lo pone 1a trabajar directamente con él. En reali- puede ser también física; sin embargo, 1al referirnos a hipo- '
dad es un ascenso y.·el interesado lo acoge muy bien. condría se tiene en mente algo libre:1 de l'esiones orgánicas de
Antonio elabora la situación de manera bien distinta. De importancia, que incluso surge sin ellas. 1

inicio ·apenas manifiesta sus emociones. No secunda el con- Los factores físicos han forzado al individuo a un estado
tento de su protegido pero tampoco le descalifica. Pero pronto narcisista; puede existir también a veces ..un componente tó-
comienza a sentir odio hacia el jefe que «se lo ha quitado.» xico, pero la.hipocondría que acompaña a:las psicosis tóxicas
La conducta del jefe -un sujeto que hasta el momento no :¡¡1, no se ha investigado desde el psicoanálisis.: '
había salido nunca en las sesiones- es interpretada de modo re- :i Para abordar este cuadro comencemos recordando que el
ferencial. ,, · Yo es ante todo ·un yo corporal. (Freud '1923). El cuerpo y so-
-M. esta muy verde;· no le ha ascendido por sus méritos, bre todo su superficie, es el lugar a partir del que emergen las
sino para joderme. - percepciones, tanto internas como externas. Vimos ya este as-
Y en otras ocasiones: pecto al tratar los trastornos psicosomáticos. Pero el Yo es, al
-Su conducta es una falta de respeto hacia mí. mismo tiempo, una expresión del cuerpo que mantiene con
En ningún momento expresa sentimientos negativos hacia éste una relación como si se tratara de un objeto externo. So-
M., le considera víctima de una manipulación. mos y tenemos un cuerpo.
.. . El delirio se expande y abarca cada vez más amplios sec- Prosigue el desarrollo. El Yo-Self surge y se integra en una
tores de su persona. Me confiesa que quiere hablar con M. para frontera entre el Yo corporal y el Yo psíquico.
que se aperciba del manejo del que es objeto por el jefe. In- Las sensaciones más primitivas de displacer son de natura-
cluso, cuando trato de disuadirle .de ese intento, llega a propo- leza corporal. Las exigencias vitales --como Freud planteó en
nerme a mí que hable con él en el mismo sentido. 1 La interpretación de los sueños- confrontan al aparato psíquico
- He de confesar que la eclosión de la paranoia me sorpren- en primer lugar con las.necesidades isomáticas, lo que lleva a
dió; no tuve la rapidez suficiente para reconocerla en su sta- Ja conclusión de que lo hipocondríaco se inscribe en la brecha·
tus nascendi y cuando fui consciente de su alcance, el delirio donde emerge lo psíquico de lo somático. · ·
había alcanzado un grado de sistematicidad que lo hacía inac- El objeto-cuerpo produce ansiedad,iy lo hace como Yo cor-
cesible, al menos unido a una reacción terapéutica negativa. In- poral, con su estructura vacilante, tan alejada del registro sim-

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••••••••••••••••••••••••••••••••
274 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 275

bólico. Ansiedad que remite al sufrimiento. En cierto modo, el la hipocondría, en esas circunstancias puede desempeñarse al
dolor puede ser considerado como la antítesis del lenguaje. servicio de esa necesidad.
S.ensación sin mediaciones, ante la que no es posible tomar dis- Hay que diferenciar las sensaciones hipocondríacas de la
tancia. En la entraña del dolor anida la soledad de nuestras ex- ansiedad del mismo nombre; aunque pueden· ir juntas, una
periencias corporales. suele predominar sobre la otra. Ambas indican una huida del
Lo hipocondríaco es considerado a menudo como un tras- mundo externo y la vuelta hacia el propio cuerpo. La ansiedad
torno erigido como defensa contra la psicosis. El cuerpo como es producto de un hiperinvestimiento aislado de representacio-
objeto desplaza al objeto externo. De esa opinión son M. Klein nes intrapsíquicas de órgano junto con los contrainvestimien-
y Rosenfeld. Según este último autor, cuando. la proyección se tos antagónicos, ya que la torturante autoobservación -hipo-
muestra insuficiente para aliviar al Yo, éste se expone a la per- condríaca puede debe ser considerada como expresión de ese
secución desde el interior, sin que pueda escapar a ella. La an- contrainvestimiento.
siedad consiguiente surge de las fuentes más profundas de la La labor psicoanalítica a veces descubre el significado psi-
hipocondría. cológico que despierta la ansiedad hipocondríaca, muy fre-
Hacer tolerables las frustraciones es tarea importante en las cuentemente represer1Lu 0ü [0.cma distorsionada la ansiedad de
relaciones primarias de objeto, el bebé no parece muy dis- castración así como la gratificación masoquista.
puesto. Cualquier alteración es vivida como amenaza de ca- No es excepcional observar cómo las fantasías de castra-
tástrofe inminente, de niquilación. El objeto materno tiene que ción se distorsionan adoptando la apariencia del enfermar, eso
aceptar la organización cenestésica infantil (Spitz 1965) y su significa que en las capas más profundas el mecanismo de la
lenguaje afectivo encamado en los órganos (Jacobson 1965). introyección de los impulsos hostiles tuvo gran importancia. El"
Si ésta resulta deficiente se altera todo el juego proyección-in- ¡:: órgano afectado no representa sólo el pene desaparecido y da-
troyección y de ello depende que el Yo corporal se integre en 1 ñado sino el objetO hostil introyectado.
un Yo psíquico. Analicemos con más despacio el significado profundo de
la queja hipocondríaca. El órgano en que se centra la atención
representa al mismo tiempo el objeto introyectado y el Su-
La hipocondría clásica peryó.
Emst Simmel apuntó hace mucho tiempo la equivalencia
Las causas psicológicas responsables de la hipocondría entre el órgano que está hipocondríacamente afectado y el in-
pueden ser las mismas que las que producen las regresiones al troyecto. El sustituto parental introyectado deviene en el mate~
narcisismo. Es frecuente observarla acompañando a las llama- rial morboso a eliminar si queremos que el paciente se reco-
das neurosis ·narcisistas. bre.
Conviene recordar al respecto, ya lo hell)OS tratado antes Las sensaciones dolorosas y el miedo a la enfermedad fí-
con detenimiento, que los impulsos que se dirigían primero al sica aparecen también en la histeria y en determinadas cir-
QPjeto retoman desde éste a los órganos del sujeto. cunstancias es dificil hacer una elección entre ambos diagnós-
El sadismo desempeña un papel importante en la hipocon- 1 ticos, aunque la hipocondría como estructura es un trastorno
dría. Se puede decir que ésta es la expresión del sadismo vuelto de tipo narcisista. - · ·
contra sí; al mismo tiempo y debido a la actitud hostil original La ansiedad en las neurosis actuales es más fácil de enten-
hacia el objeto, la conciencia genera una necesidad de castigo, der. Freud realizó una clara descripción a este respecto: este
1

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276 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 277

tipo de neur~ticos sufren de trastorno cronico del orgasmo,


gano, lo que a su vez desemboca en síntomas fisicos. Por su
muestran ansiedad o equivalentes sintomáticos sin contenido
parte, en las patoneurosis el proceso es como sigue: una causa
ideativo, cuyos síntomas desaparecen con la cesación de la
física demanda qu..e un determinado órgano, o la representa-
mala práctica sexual. Sin embargo, no resulta claro si se en-
ción de éste, reciba grandes cantidades de libido; para satisfa-
cuentran a menudo esas neurosis tan puras. La ansiedad de las '
t cer esta petición el aparato psíquico ha de retirarla del mundo'
neurosis actuales 10 ha sido definida como ansiedad del ello: la
externo, e11 consecuencia el sujeto deviene más narcisista.
totalidad de excitación sexual es incapaz de encontrar salida.
. No existe enfei:medad orgánica que no desencadene algún
La angustia no alcanza en este caso la categoría de señal, como
1wccdc en .fa Hcgunda teoría de Ja angustia, es simple tensión
1 tipo de patoneuros1s; como Freud (1914) señaló, cualquier en-
fermo orgánico se convierte provisionalmente en más narci-
cn~¡¡<JIJ pnr ne,:cflíúa,JcH. ímmtíHfcc/JílJ¡ cfobidun ;i Jri folüi de grn- f. sista. ..
tí/'íeucí(m 1u:xw1/, La ac'umuhwí6n de Hub.istancía.is scxualc8 des-
l
En Jo que respecta a dilucidar si una enfermedad orgánica
encadena de forma automática la reacción angustiosa. determinada ha tenido en sus comienzos un origen psíquico,
El problema se intrinca al incluir la llamada neurastenia, ín- es algo muy dificil de saber en la práctica. Depende en gran
timamente· relacionada con la neurosis de angustia y la hipo- 1' medida de si la relación de los síntomas ·orgánicos y los con-
condría. Las formas agudas de la neurastenia son aparente- 1' flictos psicológicos se corresponden más con el modelo hipo-
mente iguales a las de la neurosis de angustia, ambas son condríaco o el patoneurótico. Es decir la clave está en saber si
expresión del hiperinvestimiento del sistema nervioso autó- un hiperinvestimiento psicólógico de un órgano desencadena
nomo. En lo que respecta al tipo crónico es más dificil decidir. la enfern1edad o si una afección fisica produce el hiperinvesti-
Las indicaciones de la cura psicoanalítica en las neurosis miento y procura un conflicto psíquico. ,
actuales ofrecen un panorama más complicado que la histeria. De todas estas consideraciones concluimos que las pato-
Si las causas precipitantes son recientes y claras las posibili- neurosis, o si se quiere las secuelas psíquicas de una enferme-
dades son mucho mayores que cuando están ancladas en esti- dad orgánica que va cuantitativamente más allá de la reacción
los vitales difíciles de modificar. psicológica normal a una enfermedad psíquica, lleva la im-
Las formas crónicas muestran un componente importante pronta de una reacció11 psi1;ótica. Es muy probable que muchas
de regresión al narcisismo y en los casos severos resulta arduo de las psicosis postoperatorias -que no son de origen meta-
diÍerenciarlas de ·las psicosis. bólico- pertenezcan a este grupo, así como las reacciones psi-
El grupo de las patoneurosis, descrito por Ferenczi, que ya cóticas a partir de las mutilaciones y probablemente también
·mencionamos a propósito del «hecho psicosomático» tiene re- las psicosis postpa,rto. Todas ellas tienden a negar la frustrante
lación con llilS neurosis actuales pero su etiología es inversa. En realidad. En lo que se refiere a estas últimas sería más correcto
las diversas formas de hipocondría la causa psicológica fuerza decir que son de verdaderas psicosis precipitadas patoneuróti-
al investimiento de objeto a mutar en un investimiento de ór- camente.

- °
1 Freud introduce el concepto neurosis actual -mala traducción san-
Como vemos el campo de las órganoneurosis se extiende
desde la histeria de conversión a la hipocondría. Para los fines
del diagnóstico diferencial es necesario establecer hasta qué·
punto un síntoma fisico en particular, representa la expresión
cionada, por el uso de actual neurosis que debería rezar ·neurosis real- en
Sexualidad en la etiología de las neurosis{! ~98~, !"'.l'g.ta entonces las deno- a través de la conversión de un conflicto infantil o, por el con-
mina neurosis sexuales. trario, es un sustituto narcisista de una relación de objeto.

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278 Nicolás Caparr6s El nivel psicopatol6gico de la posici6n depresiva 279
1

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Consideremos en primer lugar la conversión. Existen. una tas son, a diferencia de la histeria, las genuinas órgano-neuro-
serie de circunstancias que determinan la elección de órgano sis narcisistas. Los órganos interesados se libidinizan de igµal
para una reacción de conversión como son una fijación parcial modo que en la histeria de conversión. La razón de existir de
pregenital, factores biográficos infantiles y la capacidad con- estos cuadros se funda en la capacidad que cualquier órgano o
creta de ese órgano para llevar a cabo una representación sim- función corporal posee de erogeneizarse. Los síntomas tienen,
bólica -su propio potencial expresivo-. En ciertas circuns- por lo tanto, un significado sexual, pero poseen importantes
tancias un órgano puede satisfacer todas esas condiciones diferencias con la histeria. En la libidinización histérica de los
hasta un punto tal que la reacción histérica queda limitada a él. órganos se conserva el investimiento inconsciente de objeto,
Desde la perspectiva clínica, aparece entonces una órganoneu- mientras que en l~s i:)rg?.!"10-neurosis genuinas desaparece casi
rosis, aunque sería más propio decir histerias de conversión lo- por entero. En otras palabras, los órgano~, .comq en las neuro-
calizadas. Muchas de las conocidas neurosis cardiacas perte- sis actuales y en las psicosis, adquieren su especial significado
necen a este grupo11. a expensas de las relaciones de objeto.
El psicoanálisis trae a la luz el fenómeno que Ferenczi de- Como en el caso de la hipocondría, es posible ver que en estas,
nominó genitalización. Un paciente (J_ü6 pa..lecía neurosis car- circunstancias los síntomas fisicos implican no sólo satisfacción li-
diaca relataba que las palpitaciones se acompañaban por la bidinal y castración, sino que también los órganos diana represen-
sensación de que su corazón se hacía más y más grande, el pe- tan los objetos introyectados. Los conflictos que originalmente tu-
cho se tensaba cada vez más hasta extremos intolerables; vieron lugar entre el sujeto y la realidad exterior ahora se desplazan
cuando todo acababa, su corazón disminuía de nuevo. a lo intrapsíquico: el sujeto frente a sus órganos.
Tras la interpretación de que el corazón era en realidad su Aunque la hipocondría significa para el gran público al'go
pene que entraba en erección y que finalmente eyaculaba, el similar a la enfermedad imaginaria. En el psicoanálisis su ca-
paciente vio desaparecer su síntoma. Pero ahora surgió otro di- racterización es más problemática. ¿Se trata acaso de una en-
ferente: el corazón se rompía para capturar algo dentro. La sen- tidad que por su carácter crónico recuerda a una psicosis? ¿o
sación era tan torturante como la anterior. El corazón había es más bien un estado psíquico temporal que puede encon-
adoptado la expresión de sus impulsos bisexuales. · trarse tanto en neurosis como en psicosis, que surge en dife-
· L!is neurosis gastrointestinales son de igual naturaleza, rentes épocas de la vida y que está, incluso, asociado a deter-
ahora determinadas por fijaciones orales y anales. En muchos minadas fases del tratamiento psicoanalítico?
de estos casos se acompañan de renuncia a los deseos genita- Está en juego la esencia misma de la condición hipocon-
·1es que se sustituyen por otros de tipo pregenital. Las verda- dríaca.
deras neurosis de conversión pregenitales, que están represen-
tadas por los tics, la tartamudez y el asma bronquial, son

-consecuencia de una regresión completa sin genitalización.


Debemos dedicarle también algunas atención a ese espec-
tro de órganoneurosis de carácter muy regresivo que represen-
'

tan la transición hacia la reacción narcisista hipocondríaca. Es-


. -
Metapsicología de la hipocondría

Intentemos trazar la metapsicología de este cuadro, aunque


hay que reconocer que las ideas de Freud no ayudan ahora en
demasía.
La hipocondría se menciona por primera vez en el Manus-
11 Los cardiólogos las denominan síndrome de Da Costa. crito B (febrero 1893), integrada en la neurosis de angustia,

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280
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 281

una de las dos neurosis actuales -la otra es la neurastenia-. También en La neurastenia y la neurosis de angustia. So-
Se manifiesta de dos formas: como estado crónico y como ata- bre la justificación de separar de la neurastenia cierto com-
~ue de angustia. Ambas pueden fácilmente combinarse entre plejo de síntomas a título de neurosis de angustia 1894 (1895):
sí, y en cuanto al acceso ansioso, nunca aparece sin síntomas
crónicos concomitantes. Los paroxismos se presentan sobre Como dato muy importante para fa comprensión de la neu-
todo en los episodios combinados con histeria, predominan en rosis de angustia haremos constar que sólo en hombres aún po-
el sexo femenino, mie'n tras ' que los síntomas crónicos ocurren tentes y en mujeres no anestésicas adquiere esta perturbación
con preferencia en hombres neurasténicos. 1 un desarrollo considerable. En los neurasténicos cuya potencia
~ ha quedado gravementé dañada por la masturbación, la.neuro-
Dichos síntomas crónicos son los siguientes: 1) ansiedad re- sis de angustia emergente en caso de ·absti~encia no adquiere
lativa al propio cuerpo (hipocondria); 2) ~n.siedad relativa a sus sino muy' escaso desarrollo, limitándose casi siempre a la hi-
funciones corporales (agorafobia, claustrofobia, vértigo en las pocondría y a un ligero vértigo crónico. ·· ' ·
alturas); 3) ansiedad relativa a sus decisiones y a la memoria,
es decir, relacionada con las representaciones que tiene de sus Pronto aparece ligada a una psicosi~ en el caso Schreber:
propias funciones psíquicas (folie de doute, cavilación obsesiva,
etc.) Hasta ahora no he hallado razón alguna que impida ho- Flechsig, en cuya clínica pasó el paciente seis meses, diag-
mologar estos síntomas. Cabe considerar, además, si puede apa- nosticó su enfermedad,.-en un certifiéado ulterior, como un
grave acceso de hipocondría. El doctor .Schreber asegura que
... recer por acción de la herencia, sin ninguna noxa sexual.
esta enfermedad transcurrió sin incidente alguno de carácter
metafisico . ....
Define entonces la hipocondría como una ansiedad vincu-
lada al cuerpo. Podemos preguntamos sobre el alcance psico- Los aspectos psíquicos y somáticos de 1 la hipocondría im-
. analítico de esta descripción. En ese momento impera la pri-
pulsaron a Freud a tenerla por una tercera neurosis actual y al
mera .teoría de la' angustia, lo que significa que las neurosis mismo tiempo consideró a éstas como el núcleo del síntoma
actuales implican., una excitación somática sexual que no está psiconeurótico.
ligada a representaciones p~íquicas y cuya acumulación pro-
voca CJ:nte todo una descarga igualmente somática caracterís- A mi juicio, el colega Stekel en este caso realmente amplía
tica de la ansiedad.
demasiado la psicogénesis. Sigo concibiendo este asunto tal
. El término hipocondría vuelve en Psicoterapia de la histe- como lo comprendí hace ahora más de quince años: .las dos
ria (1895). neurosis actuales -la neurastenia y la neurosis de angustia
(quizá haya que agregarle la hipocondría propiamente dicha:
Tal y como yo la defino, la neurosis de angustia coincide como tercera neurosis actual).» (Contribuciones al simposium
ciertamente en parte con aquella neurosis que algunos autores sobre la masturbación. 1912)
agregan a la histeria y a la neurastenia, dándole el nombre de
- hipocondría; pero ninguno de ellos delimita exactamente, a mi La introducción al narcisismo marca la segunda etapa de •
modo de ver, esta neurosis. Además, el empleo del nombre hi- este concepto en Freud:
pocondría queda siempre limitado por su estricta relación con
el síntoma del miedo a la enfermedad. La hipocondría se manifiesta, como la enfermedad orgá-
nica, en sensaciones somáticas penosas o dolorosas, y coincide

.m -;
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •• •
¡, El nivel psicopatológico de la posición depresiva 283
282 Nicolás Caparrós

1
también con ella en cuanto a la distribución de la libido. El hi- Sin embargo, tenéis derecho a esperar que dediquemos
pocondríaco retrae su interés y su libido con especial claridad también cierto interés a las neurosis actuales, y real~ente nos
esta última --de los objetos del mundo exterior y los concen- hallamos obligados a hacerlo así, aunque no sea más que por
tra ambos sobre el órgano que le preocupa. Entre la hipocon- las estrechas relaciones clínicas que con la psiconeurosis pre-
dría y la enfermedad orgánica observamos, sin embargo, una sentan. Por tanto, os diré que distinguimos tres formas puras
diferencia: en la enfermedad, las sensaciones dolorosas tienen .de neurosis a~tnales: la neurastenia, la neurosis de angustia y
su fundamento en alteraciones comprobables, y en la hipocon- la hipocondría. Esta división ha provocado, desde luego, nu-
dría, no. Pero, de acuerdo con nuestra apreciación general de merosas objeciones. Los nombres que la constituyen son de
los procesos neuroticos, podemos decidirnos a afirmar que uso corriente, pero las cosas que designan son indeterminadas
tampoco en la hipocondría deben faltar táles alteraciones or- e inciertas. Hay incluso médicos que se oponen a toda clasifi-
gánicas. ¿En qué consistirán, pues? Nos dejaremos orientar cación del mundo caótico de los fenómenos neuróticos y a todo
aquí por la experiencia de que tampoco en las demás neurosis establecimiento de unidades clínicas y de individualidades pa-
faltan sensaciones somáticas displacientes comparables a las tológicas, llegando hasta rechazar la división en neurosis ac-
hipocondríacas. Ya, en otro lugar hube de manifestarme incli- tuales y psiconeurosis. A mi juicio, van estos médicos dema-
nado a asignar a la hipocondría un tercer lugar entre las neu- siado lejos y no siguen el camino que conduce al progreso.'
rosis actuales, al lado de la neurastenia y la neurosis de an- Cierto es que estas formas de neurosis sólo raras veces se pre-
gustia. No nos parecía ,exagerado afirmar que en todas las sentan aisladas, apareciendo casi siempre combinadas entre sí
demás neurosis s~ mezcla también algo de hipocondría. o con una afección psiconeurótica, pero esta circunstancia no
nos aut~riza a renunciar a su división .
...
En este texto, tan rico por muy diversas razones, se despliega ...
la nueva antítesis libido del Yo versus libido objeta!. En este caso Hipocondría y pulsión
la libido se concentra sobre el órgano que le preocupa.
Freud subraya también ,lo cercana que l a ansiedad hipo- En principio las propuestas freudianas, a las que podemos
. condríaca está de la parafrenia y por lo tanto de las psicosis: unir también las de Ferenczi, parecen conducir a un dualismo
en el significado profundo del síntoma hipocondriaco. Uno de
La angustia hipocondriaca sería la contrapartida, en la li- sus costados remite a sensaciones somáticas afines a lo vaso-
. bido del Yo, de la angustia neurótica. Además, una vez fami- vegetativo y lo va~omotor; el otro traslada a una representación:
liarizados con la idea de enlazar el mecanismo de la adquisi- miedo a la locura, a la enfermedad, a la muerte misma. Este
ción de la enfermedad y de la producción de síntomas en las modelo, en el que se manifiesta un paralelismo psicofisioló-
peuros~s de transferencia --el paso de la introversión a la re-
gico, es el que utiliza Freud en su concepción biológica de la
gresión-, a un estancamiento de la libido objeta!, podemos
pulsión, como representante psíquico de la excitación somática.
aproximarnos también a la de un estancamiento de la libido del
Yo y relacionarlo con los fenómenos de la hipocondría ·y la pa- La transformación de lo somático en ·psíquico viene ex-
rafrenia. (Ibid., 191!4). puesta en la concepción metapsicológica de la pulsión. La ex-
-. citación somática se expresa a través de los representantes psí-
La inclusión definitiva del narcisismo no impide a Freud quicos -afecto y representante representativo-, sin ellos
seguir manteniendo anteriores puntos de vista sobre la hipo- nada sabríamos de aquélla. Así tendrá lugar la construcción
condría como se puede ver en Lecciones introductorias al psi- psíquica de lo corporal. El dolor constituye un hito importante
coanálisis (1915-17): en este proceso. Freud afirma que la forma en que extraemos

.. ~rn
284 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 285

nuevo conocimiento de nuestros órganos es probablemente el Freud había usado ya la noción estancamiento de la libido
camino en que se ·adquiere una idea del propio c,uerpo. La eco- para dar cuenta del comienzo de la neurosis. Téngase presente
• nomía del masoquismo es esencial para este tipo de represen- que entonces no contaba con el concepto de narcisismo, opo-
tación. Algo similar será dicho nmd1o:s l:lilus después por Bion nía el estancamiento de la libido' al investimiento objeta!.
en relación con la función alfa que extrae identidad y signifi- Desde este punto de vista, la retirada de la libido que Freud
cado de las cosas en sí. describe cómo introversión hacia la fantasía, se correlaciona
La hipocondría enseña .cuán importante es distinguir dolor con la represión y los síntomas psiconeuróticos. Sin embargo,
de displacer. El dolor,. como señaló Schilder, provoca al mismo se supone que el estancamiento de la libido está en la base del
tiempo una regresión anal-sádica y narcisista. No hay duda de proceso de identificación y sublimación que preside la crea-
que en la hipocondría se incluye un componente sadomaso- ción y el funcionamiento yoicos.
quista y una desimbolización del cuerpo. Freud llegó a decir El mencionado estancamiento adquiere un perfil diferente
en este mismo sentido que el lenguaje de la hipocondría es el con el narcisismo. Todas las patologías narcisistas entrañan un
lenguaje de los órganos. El resultado puede ser una alienación exceso de tensión:- :L:11 c:sí.c espacio utiliza a la hipocondría '
de éste, que aún siendo del cuerpo es vivenciado como ajeno; como modelo para dar cuenta de la retirada de la libido y su
el procesó puede llegar hasta la renegación más total, como en acumulación en el Yo. Con ello el Yo pierde su capacidad de
el ya mencionado síndrome de Cotard. ' establecer vínculos y se ha-de enfrentar a un quantum de ex-
Existen diversos 'grados de hipocondría y esta, alienación citación libre que en 1926 será descrito :por Freud como an-
puede tomarse como el punto de partida para la escisión del Yo. siedad traumática.
Como contrapartida, el histérico muestra la' bel/e indiffé- Pero la idea de Freud es aún incompleta. El1Yo que se en":
rence en relaCión con sus padecimientos y parece estar más cuentra hiperinvestido de libido, sólo· permanece así en un pri-
preocupado por los pensamientos en relación con el dolor que mer momento porque después ésta se deposita una vez más en
con el dolor mismo. objetos que son, en este caso, estados delirantes y/o el propio
El hipocondríaco se ve1invadido de afectos y no tiene repre- cuerpo. Al tiempo -por la acción de la escisión- el Yo-divi-
sentaciones a su·alcance; el histérico, por el contrario, consigue dido está ahora en condiciones de atender a los antiguos vín-
hacer desaparecer el afecto manteniendo las~representaciones. culos y también de retraerse de ellos. La escisión es regla en
En las somatizaciones el dolor no despierta al sadomaso- todas las patologías narcisistas.
quismo o al pensamiento mágico. La ausencia de investimiento La compleja condición de la hipocondría queda patente en
del dolor puede recordar a la indiferencia histérica, pero ex- el siguiente caso en el que intervine como analista hace ya bas-
cluye la procesión de repre~entaciones reprimidas.inherentes a tantes años. En su momento me hizo preguntar sobre cuál es
la sintomatología. Las somatizaciones implican una drástica el temor básico del hipocondríaco. Una repuesta evidente era:
supresión de afectos (Green 1985) en contraste con la hipo- teme a la muerte. La realidad me demostró que lo inexacto de
condría que vive de exhibirlos. esa apreciación. El hipocondríaco teme a la vida'. Puede pare-
- · La ausencia de afectos avisa de que la estructura del «he- cer una frase literaria, pero no lo será tanto si pensamos que la •
cho psicosomático» se remonta a etapas más tempranas que la existencia representa vínculos, principio de placer y principio
condición hipocondríaca. de realidad. En este sentido, la dosis excesiva de narcisismo de
¿Qué hacer ahora con la hipótesis del estancamiento de la estas patologías, por la retracción a que dan lugar trasladan al
libido en el Yo que describe Freud en 1912? antivínculo, vale deeir a la pulsión de :muerte. ,

.¡¡h

• • • • • • •• • • • • • • • • • • • • • •• • • • • • • •• •
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286 Nicolás Caparrós El nivel psicoparnl6gico de la posición depresiva 287

La autoprotección evitativa llegaba a extremos grotescos:


La hipocondría o el temor a la existencia se hacía inyectar calcio antes de cortarse el pelo por miedo a
acatarrarse. Su secretario llevaba al día, y cuidadosamente ar-
Contaba setenta años, Ni la edad, ni su disposición permi- chivados, toda clase de análisis que repasaba con ocasión de
tían intentar un análisis en toda regla, -pero su estado aconse- hacerse uno nuevo, lo que sucedía con frecuencia.
jaba una intervención de apoyo de orientación analítica. Naturalmente, rechazaba indignado tener cualquier cosa
El primer día llegó acompañado de su mujer porque solo psíquica, .manías o algo por el estilo.
no habría aceptado venir. Su actitud era reticente y hacía pro- A pesar de este desalentador panorama continuó viniendo.
testas constantes de que el motivo de estar allí era sobre todo Aunque no lo quisiera reconocer, .le encantaba hablat de sí
complacer a aquélla. mismo y ser escuchado.
Fue ésta la que tuvo .que tomar la iniciativa para relatar la En su transferencia creo que era un objeto narcisista, un es-
razón de su venida. · pejo en donde mirarse.
-Mi marido es muy aprensivo, hasta el extremo que se está Al cabo de unos cinco meses llegó un día con mal aspecto.
haciendo la vida imposible .. --Omitió que también la suya-. La dermis seca y con cierta textura cerúlea y un color que se
El cuadro había empefado hacia la cuarentena sin que nin- insinuaba amarillento. Tras un interrogatorio que yo mismo le
gún acontecimiento exterior pareciera originarlo. De ser un hice y que no voy a transcribir aquí, le envié a un internista
hombre dado a la buena vida, aunque también ordenado y me- con la sospecha de que podía presentar una neoplasia.
ticuloso, empezó a autorrestringir sus vicios. Fumaba y bebía Desgraciadamente la presunción se confirmó: se trataba de
con moderación, pero con gran deleite y decidió eliminar de un cáncer de páncreas. ..
buenas a primeras estas licencias, pero no erradicándolas, sino Cuando ambos l e dimos la noticia a la familia esta se an-
reduciéndolas a la mínima expresión. Así, por ejemplo, sólo gustió doblemente. Primero por lo que implicaba en sí, pero
fumaba un cigarrillo después de comer, pero no sin antes abrir también por la especial condición de nuestro paciente. No obs-
varios paquetes hasta encontrar uno lo suficientemente fresco. tante, se decidió comunicarle la mala 1nueva y yo fui el encar-
-Olvidé mencionar que era un hombre muy rico-. Igual su- gado de hacerlo.
cedía con el vino: probaba apenas 11nas gQtas después de oler Recibió la noticia sin una especial alteración en su actitud
y contemplar con detenimiento varias botellas. exterior. Tardó un tiempo en pronunciar palabra pero cuando
Más tarde sucedió algo parecido con las comidas. Se in- lo hizo fue calmo y parecía seguro. Quiso saber la malignidad
fringió una dieta de convaleciente, pero se hacía servir a un del cáncer, que por cierto estaba muy avanzado.
tiempo sus guisos favoritos de los que solo probaba una cu- La sorpresa vino luego. Seguí viéndole hasta su muerte,
charada. que sucedió seis meses después, primero en mi consulta y más
La única justificación: que su salud no era buena y que era tarde en SU ·casa. Su actitud y su ánimo cambiaron: la distan-
necesario tomar precauciones. Todo ello aderezado con incon- cia, la reticencia y la falta de contacto de que hizo. gala durante
_. tables visitas a los' mejores especialistas que nada encontraban. la primera parte del tratamiento, se mudó en un talante sereno.
Su estado fisico parecía excelente. Serenidad es la palabra que mejor .cuadra para describir su •
Además de las aprensiones, su conducta con los que le ro- condición. Se hizo cargo de la situación sin intentar renegarla,
deaban era tiránica. Prohibía conversaciones desagradables, sin repuntes maniformes; afloraron también temas hasta en-
relatos de muertes, enfermedades, etc. tonces prohibidos, sobre todo la muerte y su muerte. Surgie-

~I
288 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 289

ron también los demás, los otros, allí donde sólo había exis- La amenaza de la muerte sacude la existencia y muestra al
tido el término Yo. mismo tiempo que los vínculos con la realidad eran más sóli-
Hizo voluntariamente testamento por propia iniciativa y re- dos de lo que su sintomatología dejaba ,adivinar.
cuperó en esos sus últimos días un estilo apacible que acaso Abandona la hipocondría porque el cuerpo se niega a seguir
alguna vez tuvo. siendo hiperi.Ilvestido y llega ahí un momento crucial: o ha de
Mis sensaciones >atravesaron dos etapas diferentes, la pri- refugiarse definitivamente en el narcisismo, vale decir en la psi-
mera de intensa perplejidad, incapaz de explicarme semejante cosis o reinviste la realidad, hasta ese momento ·sólo parcial-
metamorfosis, después de profunda empatía. También a mí me mente investida y con ella a los otros y a la muerte misma.
alcanzó su calma. Me sentí por primera vez considerado como Muerte no como encarnación de un deseo sino como marco in-
otro y no como el objeto narcisista que era al principio. · evitable en el que se desarrollaba su principio de realidad.
En ese tratamiento aprendí algo que no enseña el modelo Mi paciente vivió en una realidad parcial pero murió en una
médico -que discurre ante todo en su lucha contra la muerte realidad total.' ·
''
y la enfermedad- ni tampoco cierto tipo de psicoanálisis que
sólo busca la desaparición del síntoma. Mi paciente parecía ha-
ber curado de su hipocondría para nada,, a fin de cuentas sus LA MELANCOLÍA
días estaban literalmente contados. Era una atroz mueca al ofi-
cio terapéutico. Sin embargo, cuando todo terminó me sentí La melancolía lo es en disposición o en hábito. En dispo-
'tranquilo. Lo podría·sintetizar diciendo: hemos cumplido; los sición, es esa melancolía transitoria que va y viene. en cada
ocasión de tristeza, necesidad, enfermedad, problema temor.,.o
dos, él y yo hemos cumplido; está bien. aflicción [ ... ] en este sentido, la melancolía es una caracterís-
¿Qué significado tuvo en este caso la ,pmerte real?, ¿cómo tica inherente al hecho de ser criatUras mortales.
pudo arrasar ·con sus, enfermedades imaginarias? Y sobre todo: La melancolía de la que vamos a tratar es un hábito, una
¿cómo lo hizo sin que el paciente se sumiese en la desesperación? enfermedad crónica o continua, un humor establecido, no
La primera parte del tratamiento describe a un hipocondríaco errante sino fijo.
típico. Abandona progresivamente el mundo exterior, mundo Robert Burton. Anatomía de la melancolía, 1621.
de los intereses para concentrase en el vínculo Yo-cuerpo. En
estbs casos el cuerpo palpita en un sinnúmero de sensaciones
que los sujetos ,normales apenas perciben. Retribuye el inves- Breve apunte histórico
.. timiento libidinal arreciando en los registros de su propio len-
guaje y llegan los ·síntomas: dolores difusos, digestiones que El trastorno de ánimo conocido hoy como depresión mo-
se apoderan de la atención del que digiere, gases, rubores, des- nopolar fue descrito en el siglo V a. C. por Hipócrates.
templanzas y las mil tensiones que un cuerpo exhibe cuando Los autores antiguos quedaron impresionados por la
suplanta el espacio de lo psíquico. enorme variedad de temas sobre los que flota la tristeza del

l.
_. Pero al mismo tiempo, todo ello comienza por un dolori- melancólico.
miento psíquico, probablemente por un repunte melancólico Las causas de la melancolía son diversas. Para unos el ór-
incapaz de elaborarse como duelo, pero tampoco con vía gano afectado es efccreorÓ, para otros todo el cuerpo; hay ca-
franca hacia la depresión. La hipocondría comienza a los cua- sos en que los órganos maltrechos son el vientre y los hipo-
renta años. Nunca llegue a saber qué la desencadenó. condrios.

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290 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 291

Al mismo tiempo, surge su afinidad con la manía: según por la superficie del agua. Los que son atacados devienen en
Rufus de Éfeso la fase maníaca precede al estado melancólico; errantes vagabundos. [ ... ]
• Areteo afirmaba que los melancólicos devienen después ma- Los melancólicos están de ordinario tristes, pensativos, son
níacos. soñadores inquietos, constantes en el estudio y la meditación,
Hipócrates describe así un caso: pacientes con el hambre y el frío. Su semblante es austero, el
ceño .fruncido y tienen estreñimiento. [... ]
Las causas de la melancolía son, más o menos, las mismas
Parrneniscos caía en episodios de desaliento, con deseos de
que las de la manía; las penas, las pasiones, sobre todo el amor
quitarse la vida. Después llegaba de nuevo el buen humor. Un
y el apetito venéreo no satisfecho, son seguidas a menudo de
día estaba recostado de espalda sin hablar, inmóvil, se esfor-
un delirio melancólico. [ ... ]Algunos médicos, muy malos fi-
zabá en pronunciar cosas que casi no podía ni iniciar. Tenía lósofos, han añadido a estas causas la acción del demonio.[ ... ]
momentos de sueño, pero también insomnio, agitación silen-
La apertura de cadáveres de personas muertas de esta enfer-
ciosa, continua, junto con agitaci0n inc;. 1i.eta. Colocaba sus ma-
1

medad no muestran ningún vicio sensible en el cerebro, [ .. .]


nos en los hipocondrios, como si padeciera en ese lugar. A ve-
todo el trastorno se observa en el bajo vientre, sobre todo en '
ces quedaba inmóvil. No tenía fiebre y su respiración era
los hipocondrios, en la región epigástrica [. :.] La inflamación
favorable. Reconocía las personas que se le acercaban. del diafragma determina un delirio frenético denominado pa-
rafrenesí.
Areteo de Capadocia (81 d. C.) define la melancolía como
un delirio limitado a un pequeño número de concepciones
morbosas, la concepción humoral, que daba un tono alegre o Hasta Esquirol se denominaban melancólicos a una arpplia
triste, quedaba en segundo plano. La noción de delirio parcial gama de enfermos. Todavía quedaba presente de algún moclo
nace entonces y se mantendrá hasta el siglo XIX. el legado de Hip&-r<>.t~s, ?.'.inque la observación clínica se va
La Enciclopedia de Diderot y d'Alembert (1751-1772) la imponiendo poco a poco. Estos pacientes padecían una locura
describe de este modo: parcial opuesta a los trastornos generales de la inteligencia,
aunque no presuponía siempre la tristeza. Los clínicos que
Hipócrates designó con este nombre una enfermedad cuyo apoyan esta tendencia, cuyos orígenes habrá que remontar al
carácter genérico y distintivo es un delirio particular, que dis- propio Areteo son, entre otros, F. Platter (1536-1614), que pu-
. curren entre uno o dos objetos en concreto, sin fiebre ni furor, blicará el primer tratado sobre las enfermedades, mentales, P.
en ello difiere de la manía y del frenesí. El delirio viene unido, Zacchias, (1584-1619), F. Boissier de Sauvage (1706-1767) y
,por lo común, a una tristeza insoportable, a un humor sombrío Ph. Pinel (1745-1826). Más tarde, en el referido grupo de lo-
y a la misantropía, inclinación por la soledad, se pueden con- curas parciales, Esquirol diferenciaba la monomanía expansiva
tar tantas clases como personas que son atacadas por ella; los y la triste llamada también lipemanía:
unos se imaginan ser reyes, dioses o señores, los otros creen
haber sido metamorfoseados en bestias, lobos, perros, gatos o
conejos; a sus delirios se le conccc cc~:::e licantropía, cinan- El lipemaniaco tiene el cuerpo delgado y endeble, los ca-
tropía, galantropía. Imitan a esos animales, siguen su género bellos negros, el color pálido, amarillento; las mejillas a veces.
de vida[ .. .] se.ha visto a melancólicos abstenerse de orinar por coloreadas, la piel oscura, morena, árida y escamosa mientras
miedo a inundar el universo y producir un nuevo diluvio. [ ... ] que la nariz es de rojo oscuro. El semblante está fijo e inmó-
Existe una especie de melancolía que los árabes denomi- vil, pero los músculos de la cara se hallan en un estado de ten-
nan kutabuk, nombre de un animal que corre de un lugar a otro sión convulsiva que expresan tristeza, temor o terror; los ojos
1
~I
292 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 293

están fijos, mirando al suelo o a lo lejos, la mirada es oblicua, La edad media de comienzo es sobre los veintiocho años.
infinita y desconfiada (Esquirol 1838, pág. 211). Se acostumbra a diferenciar tres subtipos denominados de-
presión melancólica, depresión atípica y distimia. El primero
comprende el 60% de las depresiones, se le ,conoce también
La doctrina hipocrátic1a queda ahora rechazada de plano y como depresión endógena. Los síntomas más frecuentes que
es sustituida':por un estudio de las causas etiológicas: la he- la acompañan son:
rencia, el temperamento, la importancia de ciertas edades crí-
ticas, la influencia del sexo, del medio social e incluso de las 1) Depresión con fluctuación del estado de áIÍimo, que es
«pasiones religiosas.» ,. · . peor por la mañana. -
De la lipemanía se fueron desgranando el estupor y la con- 2) Insomnio con despertar precoz . .
fusión mental (L. Delasieuve 1804-1893), la catatonía (Kahl- 3) Anorexia y pérdida de peso. ·
baum) y los delirios crónicos de persecución (J. P. Falret 1794- 4) Inhibiqión y abulia. La inhibición es el síntoma más
,1
1870 y E. Lasegue 1816-1883). Muchos comienzan con una constante.
fase de depresión antes de que se siste!::l2ticen. Tras un pró- 5) Agitación psicomotriz y dolor moral.
dromo melancólico puede aparecer el delirio hipocondríaco. 6) Desinterés.
El delirio secundario más característico de la melancolía es 7) Anhedonia.
el delirio de negación o síndrome de Cotard.
Estos estados melancólicos, en función de su evolución, Este tipo de pacientes responde bien a los antidepresivos
fueron caracterizados como locura de doble forma (1854, J. tricíclicos, IMAOS y a los inhibidores de la recaptación de la
Baillarger 1809-1890) o locura circular (1854, J. P. Falret); con serotonina (ISRS). ~
Kraepelin se denominarán psicosis maníacodepresiva ( 1899). La depresión atípica representa el 15% de la población de
Desde los comienzos del siglo xx, la forma melancólica se los depresivos; tiende a ser crónica en lugar de cursar por fa-
constituyó en el prototipo de la psicosis degenerativa, llamada ses. Suelen ser hiperfágicos y engordan. Intensa ansiedad. La
. también endógena. · depresión empeora · al atardecer. Responden ante todo a los
IMAOS.
La distimia, por fin, es uná depresión más leve y sin em-
Descripción del cuadro bargo persistente.

Las manifestaciones de la depresión unipolar se caracteri-


zan por un estado de ánimo desagradable y lábil (disforia), in- Genética
capacidad de experimentar placer (anhedonia). Suelen comen-
zar con trastornos del sueño: insomnio o hipersomnia, pérdida Los factores genéticos desempeñan un papel importante.
4,e iniciativa, disminución de la libido, retardo psicomotor y di- La tasa de concordancia de gemelos monocigóticos con de-
ficultad para concend-arse, junto con pensam.ientos negativos presión bipolar llega a alcanzar el 80 por 100. La tasa de con- •
que a veces se combinan con ideas de suicidio. cordancia de enfermedad afectiva en ,gemelos monocigóticos
Es un trastorno muy común: el 5% de la población sufre criados por separado es del 40 al 60 por 100, similar propor-
este tipo de depresión. ción a la que aparece en caso de que se críen juntos.

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• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •••••
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294 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 295

La depresión melancólica es poligénica. Entre los investiga- en la intersinapsis cuando la neurona descarga su potencial de
dores cunde la idea de que los factores ambientales activan la ,,~ acción. Ambos interaccionan con los receptores postsinápticos
predisposición. Desde la segunda mitad del siglo pasado la edad y su actividad viene mediada por la recaptación activa de las
de comienzo ha ido disminuyendo, ahora es de 28 en lugar de 35 terminales presinápticas, así como por la glía: Allí se almace-
años -edad promedio en que aparecía la depresión en 1940-. nan de nuevo o se catabolizan a monoarninooxidasa.
No se han identificado genes específicos, pero existe un lo- Durante muchG ~ :e:!li'.'0 pareció que la depresión registraba
cus en el cromosoma 18 (18q22-23) cuyo papel en la depre- una disponibilidad menor de noradrenalina y serotonina -la
sión parece claro. Muy recientemente -septiembre del 2003- llamada «hipótesis de las aminas biógenas>>-. La manía, a su
se ha comunicado la alteración de los genes encargados de re- vez, era el resultado de la hiperactividad de los sistemas nor-
gular la mielinización tanto en la melancolía como en la es- adrenérgicos. Había una serie de razones para ello. Los IMAO
quizofrenia. De confirmarse este hallazgo tendríamos que ex- aumentan la concentración de noradrena1ina'. y serotonina ce-
plicar por qué :dos cuadros tan dispares obedecen a rebrales. Los tricíclicos bloquean la recaptación de la seroto-
implicaciones genéticas similares. nina y noradrenalina prolongando su efecto en la hendidura si-
1
náptica. Los ISRS actúan sobre la serotonina y no sobre la·
noradrenalina. La serotonina desempeña, por tanto, una fun-
Los hallazgos neurológicos ción en el substrato bioquímico de la depresión. No obstante,
quedan sin explicación diversos fenómenos. Así por ejemplo:
... El PET y la resonancia magnética han detectado una zona ;¡ por qué es tan lenta la respuesta a la administración de anti-
en la corteza frontal, situada ventralmente a la rodilla del
cuerpo calloso, que presenta una actividad menor en la depre-

I~
depresivos siendo así que éstos bloquean con -rapidez los sis-
temas de recaptación. Además en algunos depresivos el co-
sión. La sustancia gris de esta parte de la corteza está dismi- mienzo del . cuadro se asocia con un aumento de la
nuida en un 45%. En la fase maníaca la actividad aumenta. noradrenalina, cuando cabría esperar lo contrario.
Esta región, como cabía esperar, tiene mucha importancia en La razón, seguramente, reside en que los antidepresivos
los estados de ánimo y se conecta con otras zonas que resultan provocan un aumento persistente, aunque diferido, de la sen-
rr¡.uy familiares en la conducta emocional: el núcleo amigdalina, sibilidad de los receptores de la serotonina . Por el contrario,
el hipotálamo lateral, el núcleo accumbens y los sistemas nor- los ISRS inducen una disminución también diferida de los au-
adrenérgico, serotoninérgico y dopaminérgico del tronco. torreceptores inhibidores 5HT IA y 5HT IB' presentes en muchas
Antonio Damasio ha demostrado que las lesiones irritati- células serotoninérgicas, lo que incrementaría la liberación de
vas de fodas ellas provocan reacciones de ira y conductas , serotonina.
agresivas. Por lo tanto, la hipótesis de las aminas biogénicas es, en
todo caso, insuficiente.
Existen al menos cuatro factores que es necesario considerar:
...... Bioquímica
1. Los subtipos de depresión mayor deben incluir varios
Sabemos 'que la noradrenalina se sintetiza a partir de la ti- cuadros diferentes entre sí.
rosina y que la serotonina procede del triptófano. Estos tras- 2. La alteración de un sistema neurotransmisor puede
misores se almacenan en las vesículas sinápticas para liberarse desembocar en depresión.

1

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,,

296 "
I¡,
Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 297

3. Los distintos sistemas reguladores cerebralesf seroto- momento de toda consideración científica. Las neurosis desde
ninérgico, dopaminérgico y adrenérgico interactúan. Cullen habían ido perdiendo estatus e incluso su definición
4. Los antidepresivos operan también sobre los sistemas iba cambiando y su ámbito era cada vez más restringido. Se
colinérgico y GABAérgico. las privó de la epilepsia y de todo cuadro que apuntase oríge-
· ~'
nes orgánicos y quedó en ese crepúsculo especulativo que el
sentir popular arrebató a la recóndita y sombría ciencia del
El pensamiento psicoanalítico sobre la melancolía ,.,¡,
manicomio. En esa terra vagarosa anida la ex~aña criatura

El psicoanálisis se zambulle en l::i~ r~iéosis gracias a Abra- 'j llamada psicoanálisis. Ahí hincó raíces lo que más tarde ha-
bríamos de conocer, en frase de Assoum, como Teoría gene-
ham. En diferentes trabajos míos señalé ya que, tanto Jung como ral de las neurosis.
el propio Freud, abordan el ámbito psicótico desde el psicoaná- La clínica Burgh6lzli había sido dirigida desde 1879 por A.
lisis con ciertas reservas. El peso de la psiquiatría fue, al menos ~ 1 Forel ( 1848-1931) un psiquiatra de ideas innovadoras; de só-
al comienzo, ·decisivo a la hora de condicionar sus ideas sobre .!~¡ lida formación neurológica, describió .en su tesis la región sub->
este campo. La ruptura conceptual no podía tener lugar porque talámica, conocida a' partir de Déjerine 1como Campo de Forel
faltaban incluso ·las ,nociones mismas para acometerla. Ambos, y al mismo tiempo hizo decididas incursiones en el tratamiento
.\
sobre todo Jung, se animan a explorar un territorio nuevo: la es- del alcoholismo y en el estudio de :la hipnosis -al igual que
tructura de lo psicótico, desde categorías viejas e incluso in- 11~¡':.. Freud se inició en la escuela de Nancy con Bernheim y Lié-
-.apropiadas, ya que pretendían ante todo la descripción y la sub- I· bault. Ambas incursiones le sensibilizaron a una aproximación
siguiente ordenación a partir de esta. ¿Qué son la parafrenia o f. dinámica a la·psiquiatría13 • Uno de sus discípulos, Eugen Ble'tl.-
1¡,
la demencia precoz sino expresiones sempiternas del modelo ler, habría de ·sucederle en la dirección ·de la clínica suiza en
médico, de la psiquiatría, ciencia de la que el psicoanálisis pug- 1898. El ambiente de la Burgh6lzli no· era desde luego el ha-
naba por huir para hallar una identidad aún incierta? bitual en aquellos años, ello permitió que el psicoanálisis pu-
Con Karl Abraham las cosas suceden de otra forma; reitero diera ser examinado sin demasiados prejuicios. Sobre todo, la
la convicción de que es el primer psicoanalista que se intro- obra capital La interpretación de los sueñós. Buen comienzo
duce en las psicosis utilizando ante todo medios psicoanalíti- para el joven Abraham como nuevo punto de partida en el exa-
cos, fuesen cuales fuesen los que tuviera en aquel momento 12 • men de las psicosis, mejor sin duda que otras obras freudianas
Probablemente su actitud le facilita las cosas. de la época. ·
Si en primer lugar el psicoanálisis se había desvinculado A primera vista, el descubrimie.nto esencial de la sexuali-
de la neurología de entonces, la segunda separación de la cien- dad infantil no erª- trasladable sin más al campo de las psico-
cia oficial llega a propósito de las ps~c03is. Abraham rompe sis. Era más sencillo abordarlas desde el proceso primario y el
con la psiquiatría vigente de una manera más radical aún que secundario, desde el desarrollo y no con el instrumento edí-
el maestro. No olvidemos que el psicoanálisis toma al princi- pico como se acostumbraba entonces.
- pio carta de naturaleza en la terapéutica y en el mundo de las
ideas a partir del ·reducto de lo neurótico, despojado en aquel
13
Y por qué no decirlo, también al mundo de lo social, de la zoología
social en este caso. Fue una autoridad mundial en hormigas y publicó un tra-
12
Este tema puede verse trátado con pormenor en I. Sanfeliu (2002). tado en cinco tomos Sobre el mundo social de las hormigas (1821-1923).

l
••••••••••••••••••••••••••••••••
298 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 299

Ahí se inserta la osada incursión de Abraham, más audaz «incorporación» no presupone la existencia de la persona nu-
en aquel momento que las de su maestro Freud y también más triz y la libido está ligada a la succión, se puede decir que se
• lejos en su arrojo que las de su compañero Jung, dos años ma- apoya en ella. A continuación, «morder» es descrito como la
lti- •j
:!f. yor que él. Suyas son aventuras pioneras en la por entonces forma más primitiva de expresión del el impulso sádico, el ob-
llamada demencia precoz; pero ante todo aparece, indiscutible, jeto es incorporado y se destruye, comienza el reinado de la
como el padre psicoanalítico de la melancolía. No es exage- ti
ambivalencia 'en la relación con el objeto. De nuevo-¡ 1908!-
·~· rado decir que, tras Hipócrates, fue quien impulsó el segundo el objeto .·es el pivote que separa la vivencia del demente pre-
aliento a ese sempiterno sufrimiento humano. Esquirol había coz (ignora el afuera y no puede investirlo, porque· nunca pudo
legado hipótesis genéricas sobre sus orígenes, unas de tipo or- desarrollar amor objeta! pleno), de la experiencia histérica
gánico como la herencia y otras de raíz social como la in- (con un excesivo investimiento ·del objeto). Abraham se
'" fluencia del medio, pero no expresó nada propio del nivel psí- detiene en la histeria en el momento en que Freud toma a la
quico. Abraham sí. paranoia con Schreber y el narcisismo como transición, si-
Sigamos ahora sus albores psicoanalíticos. guiendo el camino abierto por el berlinés sobre la megaloma- .
Desde 1911 Abraham, cuatro años después de conocer a nía como sobrevaloración sexual del Yo.
Freud, consideraba la depresión como una ruptura del equili- Caminos difere.~t~~- Cn!l el peligro de incurrir en una sim-
brio entre las actividades libidinales y las agresivas. plificación, Abraham explora dos tipos de relaciones de objeto:
Una diferencia que no se ha destacado lo suficiente entre. la de la demencia precoz y la de ·la histeria, una fragmentada,
-.las concepciones de Abraham y del primer Freud es que donde la otra plena; imaginaria la primera, simbólica la segunda.
éste apunta a la regresión, en el sentido del retroceso por un Freud se adentra, aunque nunca emplee el término, en el víh-
camino ya hecho, Abraham contempla una inhibición evolu- culo y en la amenaza a su existencia e incluso en su ruptura
tiva14. A poco que reflexionemos en ello, la hipótesis de Abra- con el narcisismo.
ham parece la más acertada, ya que anuncia algo importante: Abraham no .tendrá dificultades en absorber ese concepto,
el mismo hecho de la ·inhibición es pat0Jr5gico y produce efec- tan crítico para las psicosis; pero antes su interés por la de-
tos patológicos. El desarrollo que acontece tras la inhibición mencia precoz se traslada a los estados maníaco-depresivos, un
en alguna medida está alterado. nuevo frente desde donde analizar las vicisitudes de la relación
La predisposición a la melancolía reside no sólo en una de objeto.
simple regresión a la etapa anal sádica, como dirá al principio, En 1911 Abraham informó de la investigación y trata-
·sino que es necesario que las experiencias en esa etapa posean miento de seis casos claros de este trastorno; la intensidad de
aspectos patológicos. En este sentido, los puntos de fijación sus pulsiones agresivas no permite una adecuada relación ob-
surgen porque el período en el que aparecen por primera vez, jeta!, había postulado, por eso se sorprende al descubrir fenó-
se ha desviado de algún modo de la normalidad. menos de transferencia en estos pacientes.
Más adelante, su interés por el desarrollo le hará describir Pero 1911 es ante todo la fecha de publicación de Segan-
-. dentro de la etapa oral un periodo preambivalente en el que la tini, quizá el primer trabajo psicoanalítico sobre la depresión.
Fue un tema que le ocupó dos años. La obsesión del pintor por"
el tema de la buena y mala madre será el punto de part,ida que
14
'Ver l. Sanfeliu, Karl Abraham o el descubrimiento de la melancolía. le sensibiliza para~u11a serie de fértiles reflexiones. Los esta-
Madrid, B. Nueva, 2002. dos depresivos de Segantini podrían estar asociados con la re-
1

~:
300 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 301

presión de la imagen de la mala madre. Abraham atribuía en- Un año más tarde consolida el intento de elaborar una hi-
tonces los talantes maníaco y depresivo- al «complejo ma- pótesis en tomo a la manía, la gran compañera de la melan-
•terno», es decir a los sentimientos tiernos y eróticos que los colía, al tiempo que denuncia el placer que late en el fondo de
niños dirigen a sus madres. Segantini había deseado la muerte la mis~ria melancólica 15 , su sentimiento de superioridad y la
1'
de la suya. Los impulsos sádicos de su infancia encontraron 1¡ magnitud de su sadismo. El melancólico, no el que padece una
satisfacción al fantasear la pena de su madre por la muerte de ~I neurosis ·depresiva con· sentimientos de culpa, sufre una pena
ifi
su hermano, sucedida antes 'de su propio nacimiento, tal y r «aristocr.ática» que, sin duda refleja la actividad del narcisismo
como lo refleja, ya sublimado, en un cuadro años más tarde. de fondo. 1 ,, •

Llega después la muerte de ésta cuando cuénta cinco años y el La psicosis maníaco-depresiva se constituye en .!J.n tras-
inevitable abandono; una razón más para experimentar odio. torno que presenta ciclos repetidos de incorporación-devora-
En la situación edípica Segantini hubo de pensar que la madre ción y expulsión, unidos a una angustia extrema que se desen-
amaba "a su padre más que a él. El odio da a luz al sadismo y cadena por los objetos incorporados o expelidos.
luego a la vuelta contra sí. ' ' Comparemos, por un momento·, los pasos dados por Abra-,
Abraham se ocupa de la madre cuando las reglas vigentes ham con una versión actual de, por ejemplo, los trastornos ma-
mandan dirigir la atención al padre, y no sólo a la madre intro- níacos. Se dice ahora que en la manía estalla lo narcisista, los
yectada y la que es objeto de proyecciones dañosas por parte del objetos internos se desperdigan, luego el sujeto incorpora ob:-
bebé, sino a la madre-real. Abraham emprende un camino que jetos nuevos, sin historia, con los que establecerá efimeras co-
¡)retende salvar el hiato entre lo interpersonal y lo intrapsíquico. nexiones especulares. Objeto inadvertido que se devora, que
Otra vez la línea marcada por el desarrollo le servirá de guía. no permanece dentro y al final la ausencia. Quedan cerca l¡is
·El odio reprimido de Segantini sería reemplazado más tarde etapas del desarrollo en las que los objetos incorporados no
por el culto a la maternidad, surgen los cuadros con las madres dejan huella y este estilo recuerda peligrosamente a modos
bonancibles en una suerte de sobrecompensación. La inquina más arcaicos.
hacia la madre se toma más tarde en odio sí mismo. a Se pasa de esta forma de la fase maníaca a la depresiva; a
La creación artística ·de Segantini es un intento de repara- la inversa el tránsito es gradual: someter lo superyoico dispara
ciónLEsta reparación bien merece ser considerada como un an- la eclosión narcisista.
':.: .. t~cCdente de l~s. posteriores reflexiones kleinianas. Abraham la. , '!. Abraham· contempla el triunfo ·sobre el objeto que fue pri-
;. :~ .<~.:~~~y~·pc). ~-1~.dq?~ sfu<?:.a sus. rasgos »obs~i'vps. :L.t·c;ui.: ·:<,, ' merq- aro~fio,l~ego ~bandonado y despué~, futrpy~ctado. Lo·nar-
íl·'!?p;:;:¡~~c&te~.Mi~' ... , ~~.~;r') ..,,_
-'.·n.ié.rir'dO:'que· muchos·. paCienteS. «s8lep md;,l· ~:.: ..: . ,· cisi~~~· é#á"i·pf.~.~nte en un.:.ptjnier. IJ.l&~t();"'~ :tarde,.·, cF Y<).
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deja de .es4tf·atado al objeto que fa'(o.rpoi;6: y: ta ~ido se dirige


1

:. , ·'..:: ~: ·>j~µ~~ ser reteriido.y :mientras tanto quizá reparado. El-caso clí- ·,. ·:· ::: · con aVidez· al múndo para conswllirto::"Los· éicfos se suceden,
'• (.~''ruco. que más tarde veremos 'es un buen. ejemplo a este res- . . ·. al tiempo que los intervalos en donde expulsa al objeto de arríor
,:::..j>ecto. .~· ·" ·. 1 · · · (en contraposición con la tetidencia del obsesivo de retenerlo).
Una innovación clara en lo tocante a la depresión mascu- La neurosis ob1sesiva, que coincide en la virulencia de sus
lina es que puede ser consecuencia de la rabia y los deseos de afectos, reposa ahora en el otro extremo de la balanza. En an1-
muer:te dirigidos hacia el objeto de amor heterosexual, segura-
mente como exponente del desplazamiento del odio hacia la
madre. 15
Ver aquí el rastro del masoquismo . .

. •.............................. .
-
:~]l¡,· •
•••••••••••••••••••••••••••••••• i
1
302 Nicolás Caparrós 1
1 El nivel psicopatológico de la posición depresiva 303
1
bos casos se sustrae la libido del mundo objetal, el despotismo ! primero. Creo que todavía hoy no puedo renunciar a este punto
latente les vincula. Pero aún se pregunta: ¿por qué unos man- de vista. En el análisis de mis pacientes melancólicos he en-
• tienen relaciones objetales más lábiles que los otros? Les di- /· contrado dem~~i~<l a violencia y criminalidad.
ferencia el modo de aprehensión del objeto, regresan a distin-
tos puntos de fijación del .desarrollo libidinal. Lo que intuye
entonce~ se corrobora en 1924: El melancólico pierde su ob-
jeto y lo retoma a través de la introyección1!Jrimera etapa). El
¡ ... Por el contrario, al reflexionar sobre el erotismo anal,
me persuado de que no debe atribuírsele una significación so-
bresfiliente en la melancolía. [ . .. ] tal vez estuviera aquí el
punto de separación de esos estados tan afines en todo lo de-
más. .
neurótico obsesivo adopta una posición más ambivalente res-
.. . Si bien no veo todavía que el melancólico transfiera so-
pecto a aquél, la pérdida 16 no se consuma, consigue evitarla,
bre sí mismo los reproches que están referidos al objeto de su
lo que desea es dominar el objeto, retenerlo, no incorporarlo. amor ( ... ] me resulta plenamente plausible todo lo que usted
Destrucción por devoración del objeto frente a la sádica dice sobre la identificación con el objeto amoroso. [ . .. ]en mis
codicia del obsesivo. El conflicto entre querer saber y el temor pacientes me pareció como si el melancólico, incapaz de amar
a conocer le apresa, pero no debe ni puede resolver su enigma. como es, quisiera a toda costa apoderarse de su objeto de amor.
A comienzos de 1915 recibe un borrador de Duelo y me- [Ahora se remite a Freud y a sus ideas sobre la identifica-
lancolía17. Se toma un tiempo para pensar antes de pronun- ción] [ ... ] el niño quisiera incorporar .s u objeto amoroso, para
ciarse, es la primera vez que el maestro escribe sobre este tema decirlo con más brevedad devorarlo. Tengo pues, fuertes razo-
de una forma sistemática. Contesta en una extensa carta: nes para hablar de uná tendencia canibalística semejante en la
._ identificación melancólica. Y puede considerarse como algo
Acepto lo esencial de su trabajo. Pienso, sin embargo, que seguro que esta identificación tiene un significado ambiva-
un elemento de mi trabajo anterior podría subrayarse más [se lente: muestra de amor y de destrucción. (31-III-1915). (Lo que
refiere al sadismo]. Debo insistir en esto -se descubre mucha figura entre corchetes y las itálicas es mío).
violencia y criminalidad en los análisis de mis pacientes me-
lancólicos para que sea de otra forma En esta carta quedan claras las diferencias y afinidades que
.. . Si me permito recordarle que también partí otrora de la unen y separan a Freud de Abraham en lo referente a la me-
comparación de la depresión melancólica con el duelo, no es lancolía. -
para reivindicar una prioridad sino para subrayar nuestra coin- El cambio fundamental que este último imprime a su teo-
· cidencia. ría gracias a Freud es considerar ahora a la oralidad como res-
.. . Tuve que dejar sin·respue-st?. !?. (".1~tión de por qué en ponsable del trastorno. La presencia del narcisismo así lo
unos casos surge la melancolía y en otros la obsesión. En esa exige. La neurosis obsesiva reclamará para sí la fase anal y la
época ('.arecíamos de dos importantes trabajos de usted, el del consiguiente retención del objeto.
1 narcisismo y el de la organización pregenital.
Pero el paciente melancólico exhibe su agresión hacia el
... De los dos factores importantes para el surgimiento de objeto por otro método que ahora es de estirpe oral: la devo-
la neurosis obsesiva, es decir el sadismo y el erotismo anal, en
....,. mi trabajo de 1911 [1912b] puse especialmente de relieve el ·
ración, que también lo destruye. La devoración canibalista
surge, precisamente, porque existe una atmósfera de agresión.
El canibalismo posee dos lecturas que se complementarr.
Como práctica social es una apropiación no metafórica del ob-
16
El concepto de pérdida con el tiempo dará lugar al de déficit. jeto externo, de un objeto cuyos atributos son admirables y que
17 Ver más adelante. a la vez suscita temor e incluso odio. El canibalismo revela una

,_;¡~'·
304 Nicolás Caparrós
¡
~
El nivd p•irop"ológioo d< ¡, po•idón d<p"-'iv. ~ 305

verdadera trasgresión imaginaria y se origina en una falta, o 1 Sus observaciones sobre la melancolía me fueron muy va-
en la privación, pérdida o abandono, su desconocimiento
adopta la apariencia de renegación de lo real. El duelo cani- 1 liosas y he incorporado sin vacilar a mi ensayo todo lo que de ·
ellas puedo uti!i?"'! Ln !!l.ás útil para mí fue su referencia a la
fase oral de la libido; también acogí su vinculación con el
balista --dirá Fédida 1972- es una solución incestuosa de la ~
unión nutricia con el objeto amado cuya desaparición puede duelo. [ ... ] Hay sólo dos cosas que quisiera, sej'íalar; que no
constituirse en saber; pero según la ley de la escisión, queda marca.lo suficiente lo esencial de su hipótesis; es decir, el as-
fuera en lo absoluto de una creencia. pecto tópico, la regresión de la libido y d abandono de los in-
vestirilientos objetales inconscientes y pone en prip:ier plano en
Como fantasil1a p~eten9e afrontar una pérdida _de una ma- lugar de ello, el ' sadismo y el erotismo anal como elementos
nera,peculiar, tomar:,conciencia cabal de ella exigiría una pro- !~j· explicativos (4-V-15). -
funda remodelación 'del aparato psíquico en un momento del
desarrollo en lo que esto se antoja como una imposibilidad. Ab-
I~
El mecanismo de la identificación narcisista es esencial para
sorber lo que falta en forma de alimento, imaginario o real, es Freud en la comprensión de la melancolía. Se supone que los.
rehusar el duelo. El fantasma de la incorporación provoca una 'Ai" autorreproches responden a la citada identificación. Cuando el
laguna en el psiquismo, una pérdida en el lugar preciso donde Jº! melancólico se acusa a sí mismo el ataque se dirige no tanto al
tendría que haberse· producido una introyección 18 • El caniba- 1· Yo sino al objeto de la identificación. En lugar de agredir al ob-
lismo está en la base,del intento de comprender al otro diferente 1
jeto el depresivo hace una regresión ·y se identifica de manera
por medio de la identificación proyectiva o introyectiva. narcisista con él, a partir de ahí el odio se dirige contra el Yo.
.... Sustituye una relación de objeto por una identificación. Abra-
El concepto de incorporación prop0r~iona una imagen que ham en ese instante es incapaz de aceptar este punto de vista~
asegura a la oralidad la función de un modelo y que permite Años después confesará para disculparse que ante las pérdidas
así.dar un contenido a la identificación primaria, una de cuyas se sentía inclinado a la identificación narcisista.
expresiones arcaicas es el canibalismo descrito por Freud y U. May (2001) sostiene que las discrepancias entre Freud y
Abraham (P. Fédida 1972).
Abraham a propósito de la melancolía: pérdida de objeto, re-
¡, gresión e identificacion narcisista, de un lado y sadismo, in-
_ La incorporación canibalística se convertirá en el prototipo
tensa ambivalencia ante el objeto amado de otro, se deben so-
de 1.a identificación. Abraham observa que no hay más que mi-
bre todo a sus respectivas visiones previas a la observación
rar a i:m niff o. para medir la:,¡ intensidad de su deseo de morder,
clínica. En Duelo y melancolía aparecerá el sadismo y la am-
donde se encuentran mezcladas la libido y la necesidad ali- ·l,:
bivalencia, pero nunca de manera tan preeminente como en
mentaria. En este estado el niño sucumbe a los encantos del i,
Abraham.
objeto y pronto se \'.erá obligado a destruirlo, a partir de ahí se
instaura la relaciQn de ambivalencia entre el Yo· y el objeto ;~l . El Yo del melancólico queda empobrecido al perder lo que
deseaba incorporar, afirma Abraham en 1916, en el primer es-
Freud aceptará las reflexiones~ sobre la oralidad pero se re- I"
i

siste a hacer lo propio ·con el s'adismo: · tudio profundo sobre la psicopatología del melancólico desde

- la óptica de sus relaciones objetales.


Por qué escoger la inanición para quitarse la vida, se inte- •
rroga frente a un melancólico; él mismo responde: la zona bu-
• 1 cal no deberá conocer esa saciedad, ese. placer arcaico, que de-
18
Ver Nicolas Abraham y Maria Torok (1972). sea el inconsciente devorando al objeto .

• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •••••
••••••••••••••••••••••••••••••••
306 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 307

Las pulsiones ambivalentes se orientan hacia la madre, en elaborada. Sus investigaciones le han llevado a subdividir las
otras neurosis, será el padre el destinatario fundamental. fases oral y anal de tal forma que ahora determina de manera
En función del estatuto profundo del objeto perdido, surge más exacta el lugar de los puntos de fijación. Lo sádico se ha
el delirio (si es persecutorio, lo que implica actividad más pri- convertido en oral y anal sádico. ·
maria) o la depresión (si no lo es y existe conciencia de pér- Freud ha trabajado mientras tanto en Psicología de las ma-
dida). El objeto del delirio se «pierde» puesto que es proyec- sas y análisis del Yo (1921) donde vuelve a referir la impor-
tado, pero al mismo tiempo, como señala Matte Blanco, la tancia de la identificación narcisista y añade ahora el conflicto
pérdida es relativa; el objeto en realidad está en dos lugares a específico en la depresión entre el Yo ideal y el Yo:·
la vez dentro y fuera, esa ubicuidad del objeto persecutorio La madre y la función materna vuelven a aparecer en este
apunta a · su profunda estirpe inconsciente. En el delirio, el año. Abraham pien5a que es ia madre quien plantea las altera-
principio de realidad apenas se insinúa; la conciencia de pér- ciones en la relación, en lo que ahora denominamos sistema
dida está más cerca de lo cotidiano. madre-bebé,, y contra ella dirige el niño su odio. Desea ven-
Abraham aborda en este momento lo que en nosografia psi-
quiátrica se conoce con el nombr~ de d~p:esión endógena o, 1 garse, castrándola, quitándole los pechos o el pene imaginario
y además pretende realizarlo mordiendo. :El depresivo anhela
si se quiere, psicótica. La depresión reactiva, exógena o neu-
rótica de esas mismas clasificaciones es asunto del Superyó y,
por ende, territorio de la culpa.
l
j:
la incorporación de la madre y a la vez .quiere su castración o
su muerte. Ya había señalado este aspecto a Freud en 1915. Es
una ambivalencia paralizante, distinta cualitativamente de la
En lo concerniente al duelo, despliega aspectos creativos ambivalencia de la posición depresiva normal. Podría decirse
<iue Freud retomará para su obra sobre el tema. Parte de la pér- que los polos ·de la contradicción parecen yuxtapuestos sin ei
dida [déficit, psicosis] de objeto, no del conflicto, [neurosis] y menor atisbo de integración, como puede verse en una relación
afirma que se produce una intensificación de la libido tras el de objeto total madura.
mismo. Arrancar de la pérdida implica abordar lo más íntimo, En el epílogo a la segunda edición del Segantini, que data
es decir lo estructural, el conflicto a su vez es un enfrenta- de ese mismo año, afirma la importancia de la etiología ma-
miento de instancias en un sujeto estructuralmente maduro. terna en la depresión (en los hombres), no llega a generalizar a
Comenzar por la pérdida significa interesarse por el déficit, las mujeres su razonamiento. Abraham finaliza así estas líneas:
como ahora suele decirse, en contraposición con el nivel neu-
rótico del conflicto. Los déficit son otras tantas consecuencias Resulta hoy más claro que antes que el anhelo por su ma-
de las inhibiciones del desarrollo, puntos a los que no llegó el dre, que originalmente le gratificó, pero que más tarde le de-
significado, donde la sensación quedó como tal, sin nombre. cepcionó, está en la raíz del humor cambiante de Segantini, por
Bion dirá muchos años después que permanece como elemento este anhelo viv0 y por él murió.
beta, por el fracaso del sistema ·madre-bebé y aún más tarde
Lacan se referirá a la forclusión ( Verwerfung) tras la que Respecto a la psicogénesis de la paranoia, que aparece ar-
..._alienta, ominosa, la oquedad, la ausencia, el vacío. Toda psi- moniosamente en relaci6n con la depresión, se adhiere a for-
cosis participa de este estado de cosas y desde ahí está ínti- mulaciones freudianas que la vinculan con homosexualidad, ya •
mamente ligada al déficit. Los 1;uu.LJ.i~cu-S posteriores que hemos visto antes que su importancia es relativa. Pero Abra-
muestra la perspectiva dinámica operan sobre esa base. ham desarrolla después la relación de objeto del paranoico con
En 1924 Abraham presenta una teoría de la depresión bien ¡ relativa prescindencia de la homosexualidad. El paranoico re-
1

,¡1U
~ 309
308 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva

.
gresa al nivel sádico-anal en lo que concierne a la finalidad se- mente confirmadas por la experiencia clínica. A través de
xual; respecto al objeto, intenta compensar la pérdida de rela- este proceso oral de canibalismo (incorporando al objeto per-
ción con el mismo tratando de reconstruirlo, pero no alcanza dido en el Yo) y su complementario anal expulsivo, puede irse
• la incorporación que consigue el melancólico. Como éste, elaborando la ruptura o abandono en este periodo de transi-
tampoco escapa a la ambivalencia; los deseos refrenados mu- ción. Abraham en 1924 trabaja desde la proyección/introyec-
dan el amor en odio, transformándose los sentimientos de per- ·;t
·¡
ción, lá relación de objeto y la perspectiva económica; se
secución pasivos,en activos, la parte introyectada del objeto se L
apoya en.Ja clínica de la melancolía, la neurosis .obsesiva, la
niega a abandonarle y ejerce su tiranía. psicosis maníaco-depresiva y la paranoia. El paranoico juega
:1;¡,
Reflexiones sobre el .trauma y la melahcolía. El efecto de ¡, con objetos parciales, el melancólico está condenado. al ob-
la guerra apenas difiere del producido por otros traumas ;¡ jeto total.
cuando desencadenan neurosis, ambo~ r~quieren una predis- La secuencia genética de Abraham ha gozado de mucho
posición (aquí reacción narcisista a una herida que viene del prestigio. Quienes le reprocharon estatismo, olvidaron el én-
exterior). Retomo regresivo en un momento en qu.e debe sa- " 1 fasis que puso su autor en lo provisional de este esquema y
crificarse todo por •la comunidad. El talante maniaco de los cómo debería ser completado a partir de las nuevas investiga-
amputados se debe al desafio narcisista en el que la erogenei- ciones que se llevaran a cabo. Pretendió -y consiguió- un
dad se vuelca en la herida, nada podrá inderru1izar la pérdida punto de partida, nunca l1.Pª definitiva teorización. Por otra
de amor objetal. La zona genital pierde primacía y el erotismo parte, el cuadro delimita fronteras que alientan la compren-
anal se refuerza. sión de una estruc!n"~ i:1in~mica; es decir, con la excepción de
' La depresión discurre alrededor de la ambi:valencia; amor grandes patologías, lo que se observa es una combinación se
y odio surgen con intensidad ·Y se anulan mutuamente dando etapas orales y anales, recalca, donde van predominando una
lugar a la inhibición. Abraham fue el primero en reconocer la u otra. Este aspecto se hará extensivo después a la interrela-
depresión inicial de los niños como precursora de 'la melanco- ción que mantienen entre sí las diferentes posiciones. Son fun-
lía, antecedente inequívoco de Klein en este terreno. Igual cabe damentales los puntos de fijación que marcan en el desarro-
decir en lo que respecta.a la existencia de una relación franca llo tanto los excesos como la falta de, placer (1924); lo
entre la frustración oral y la esquizofrenia, ligando ésta a la re- pernicioso de aquéllos no se había planteado con tal rotundi-
gresión a una etapa infantil narcisista,. elementos recogidos dad anteriormente;
muého más tarde pdrR~né Spitz. · · ;_.r:' Resta .Qtro a5pecto de sUm.o _inte~és: . establec~. la linde en
.__ . . La .incorJ?oraci6ii de 'l;¡"p\ilsión agr.esiva' a la estructúra de:
..-l
:i.~:·,. -que d~ut;i· e(amor.· objetal.··En'. .fafa~:~~~'explJlsiva (la má$ ..
· · !os obsesivos y su incidencia'enJas relaciones objetales a tra- precoz) se. d~splfog~Jos deseos hostil~s· liacia ·erooJeto que se
i' amó~y hl"q:ue se-ha renunciado; a parttr :d~ aquí,' con la fase
vés de la répresión; queda: establecida como otro de sus gran- .
1

des hallazgos a pesar de las-r~sistencias que Freud.le opuso. anal retentiva se Ülaugura la tendencia 'a conservar al objeto,
Sus intuiciones sobre el duelo, e! ir~·~:-emento de la libido paralizarle y . dominarle,. con lo que se abre la' posibilidad de
_.que sigue al trauma de la pérdida objetal1 9 , han sido amplia- mantener relaciones internas con él.

19
Que puede implicar un intento de relación amorosa con el objeto.

. . . . . . . . . . . . ,. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . !..1r_'J.•I
• • • • • • • • • • • • • • • • • • •••••••••••••••
310 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 311

ETAPAS DE ORGANIZACIÓN ETAPAS PUNTO DOMINANTE Un comentario de Freud ajustado a la época y propio de la
DE LA LIBIDO DE DESARROLLO DE FIJACIÓN etapa preanalítica:
. DEL AMOR DE OBJETO
Es posible que el elemento desencadenante de una melan-
VI. Etapa genital Amor Normalidad colía menor como esta sea siempre un coito. Trátase, entonces
Postambivalente
del conocido dicho fisiológico omne animal post coitum triste.
v. Fase fálica Amor objeta! con exclu- Histeria /

sión de lo genital En este ·momento considera a la melancolía menor como


una neurosis sexual, que más tarde devendrá neurosis· actual.
IV. Etapa· anal sádica Amor parcial Neurosis obsesiva Se abre así el interesante y complejo camino que ya hemos
tardía
analizado, que discurre entre las neurosis actuales, la somati-
III. Etapa anal sádica Amor parcial con incor- Paranoia zación, la conversión y la hipocondría.
temprana poración Estas ideas se repiten en Fliess (2-V-1897, carta 544).
II. Etapa oral caniba- Narcisismo, incorpora- Manía, Depresión
lista ción total del objeto Aparece más tarde la llamada melancolía histérica, que ha-
brá que diferenciar de la melancolía genuina. En este caso me-
I. Etapa oral tem- Autoerotismo. Varios tipos lancolía histérica equivale a miedo a la impotencia (A Fliess,
. prana Preambivalente.
Anobjetal.
de Esquizofrenia 16-1-1899, carta 610).
...
A lo largo de todo este periodo Freud no incluye el ánimo
Secuencia genética de Abraham depresivo entre los trastornos neuróticos de origen psíquico
sino que lo considera causado por una acción somático-sexual,
como corresponde a las neurosis actuales. Descargas inapro-
piadas de la excita-ci5::. E:: d Manuscrito G refiere que la pro-
Freud y la melancolía ducción de excitación sexual se detiene en la depresión grave,
mientras que la depresión asociada con la neurosis de angus-
Aunque mucho ha quedado dicho en el apartado anterior, tia se califica de conversión de la excitación sexual en afecto
restan varias precisiones, tanto históricas como epistemológi- depresivo. La forma neurasténica de la depresión viene atri-
.cas, que singularizan las concepciones freudianas. buida a una disminución de la excitabilidad sexual por causa
Entre 1893 y 1900 la correspondencia refleja la paciente de una masturbación excesiva.
construcción del cuadro mejor incluso que la propia obra. En esa época figuran muy pocas alusiones a posibles contri-
En carta a Fliess de (23-VIII de 1894, carta 463) consigna buciones psíquicas al cuadro. Quizá lo mas señalado se encuen-
..YP caso de distimia periódica o melancolía, cuyos síntomas tre en 1895 cuando manifiesta que la esencia de la melancolía se
son la apatía, inhibición, presión endocraneana y trastornos del despierta en los reprimen los deseos de muerte hacia el padre der
sueño: mismo sexo. Pero al mismo tiempo avisa de que la periodicidad
de la depresión es un signo de su origen somático: Esta convic-
La similitud con la neurastenia es inconfundible. ción seguirá hasta la gestación de Duelo y Melancolía.
~1
o. º•"-"-' ••• .J '-.JLIJ-" • l t l V ,'\ Ll 111v1;;1 p.> 1cop aw1og1co ae 1a p os1c1o n a epres1 va jlj

En los comienzos de siglo Freud trata a J. v. T. durante dos En abril de 191 O el tema del suicidio de un estudiante
años -entre 1907 y 1909- como consta en la corresponden- ocupó dos. sesiones del grupo de los miércoles. Diversas hipó-
• cia que mantiene con Binswanger, un joven homosexual que tesis rozan el problema de la deprdsión, aunque sin abordarlo
sufría un proceso maníaco-depresivo. De las cartas que ambos de manera articulada. Freud dijo entonces que la identificación
intercambian sabemos que consideraban el factor herencia re- con una persona amada que también hubiera cometido suici-
forzado por desencadenantes psíquicos; ver, por ejemplo, a dio podía desempeñar un papel en tales casos, tocó de manera
Binswanger de (28-I-1909, carta 907) donde concede al pa- tangencial el probk::1:: de la identificación, pero _.queda lejos
ciente una predisposición ciclotímica unida a una identifica- de lo que dirá en 1915; Nunberg y Federn, en clave más des-
ción con el padre -depresión histérica- que sobredetermina criptiva señalaron los autorreproches, la ansiedad y los -deseos
el cuadro.
incestuosos, ·Sadger se refirió al amor homosexual hacia el
profesor/padre. Stekel fue de nuevo el más incisivo: mencionó
sentimientos de culpa en relación con deseos de muerte. «Na-
La melancolía entre los primeros discípulos die se mata sin que haya deseado matar a otro, ci al menos haya ·
deseado su muerte», dijo. Con otras palabras anticipa el sa-
Mientras tanto, los primeros discípulos hacen también sus dismo que .más tarde describirá Abraham. :
incursiones en este terreno, Ferenczi (1908) se interesa por la Este enc~entro ilustra con claridad que el .estado de cosas
psicosis maníaco-depresiva, aunque en realidad se apoya en las de la época sólo admitía rozar ciertos aspectos del problema,
ttmrías kraepelinianas y no realiza una labor plenamente psi- pero aún faltaba por completo el saber estructural.
coanalítica. Algo parecido sucede con el trabajo de Jones El trabajo1 sobre Segantini de K. Abraham vendrá a reme-

(1909) sobre la hipomanía que taiu.p0c0 .;.:-- ajusta a los cáno- diar esta precaria situación.
nes nosológicos actuales. Las reservas de Freud continúan después de «Segantini.»
A. Maeder (1910) publica en la Zentralblatt un extenso artí- El 2-V-1912 escribe a Abraham que su texto acerca de la me-
culo sobre el psicoanálisis de la melancolía; en este caso basado lancolía fue 1muy agudamente criticado por Fedem. Se refiere
• 1
· en la nosología bleuleriana. Describe una cura de cuatro sesio- a Notas sobre.la investigación y tratamiento psicoanalítico de
ñes pero no avanza hipótesis alguna en cuanto a su etiología. la demencia maniaco depresiva y estados afines (1912), su se-
Probablemente haya que decir que es W Stekel, un futuro gunda obra sóbre el tema en el espacio de un año. Figuran allí
disidente, quien más elabora en estos primeros años el tras- sus ideas básicas a propósito de la depresión. Algunas mere-
. torno melancólico. Los dos casos que da a conocer tienen cen resaltarse: la angustia y 1a depresión observan una relación
como telón .de fondo, respectivamente, una neurosis de angus- similar a la que mantienen el miedo y el duelo. A.demás, Abra-
tia y una neurosis actual. Aventura que en la depresión subya- ham emplea la perspectiva genética en psicopatología, lo que
cen motivos amorosos conflictivos y no resueltos. Freud seña- le permite establecer similitudes y contactos consistentes en-
lará que Stekel no describe los mecanismos psíquicos de la tre la depresión y la neurosis obsesiva. ·
'"'t:lepresión; entiende por tales las trayectorias psicológicas y los El comentario de Freud en su carta es cuanto menos ambi-
mecanismos de defensa desplegados en el conflicto psíquico guo. En realidad Fedem rechaza las licencias que a su parecer
depresivo. Ciertamente se limita a aportar una perspectiva di- se permite Abraham con sus hipótesis sobre la depresión. En
námica, aunque en estas fechas no existe aportación estructu- su opinión el caso presentado es inapropiado para probar las
ral alguna.
tesis que propone:

,.,~jJP
••••••••••••••••••••••••••••••••
314 N icolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posició n depresiva
315

Cuando Abraham se refiere a las pulsiones sádicas consi- La madre inspira ocasionalmente horror al comprobar su falta
derándolas como patogenéticas, se debe hacer la objeción de
que su caso no proporciona pruebas de ello. de pene y activar así la ansiedad del complejo de castración,
pero no odio.
J. Marcinowski (1912) se expresa en el Zeitschrift de ma- I. Sadger (1909), en una breve comunicación, fue quizás el
nera parecida: primero en constatar que el niño podía alejarse de la madre si
se sentía frustrado por ésta y expulsado así del anterior paraí-
Abraham se refiere una y otra vez a la actitud del odio consi- so en que· imaginaba hallarse. Freud no aceptó esa hipótesis, la
derándola primaria. Según mis observaciones no es cierto en es- aplicación del complejo de Edipo tenía que rendir .aún grandes
tos casos. En la casuística de Abraham se puede pensar que el odio servicios. -.
haya surgido como consecuencia de una frustración amorosa. [... ] En 191 O escribe Un tipo especial de elección de objeto
No es el sadismo reprimido sino el hambre de amor profunda- masculina. El estado de la relación con la madre figura en esas
mente reprimida la que es determinante en esas neurosis. páginas así : cuando el niño descubre en la prepubertad que la
madre mantiene relaciones sexuales con el padre, siente celos
El reciente trabajo de Ulrike May (2001) proporciona nue- y se venga acusándola de infidelidad.
vas visiones sobre las ideas que Freud y Abraham sostienen En este caso también postula una fijación libidinal incons-
acerca de la «Mala madre», esa mujer que suscita odio en el ciente con la madre, ésta se devalúa, pero no es odiada.
bebé. El camino empieza con el citado Segantini, que está sin Con el Hombre de las ratas la relación materna surge muy
duda en los fundamentos de la concepción estructural de la de- de pasada, pero no ·así las que establece con otras figuras fe-
presión. La «constante materna» en su 0L ·c.- pictórica había he- meninas donde se recogen impulsos hostiles. En ningún ca~o
cho reflexionar a Abraham sobre de la importancia de esta fi- Freud atribuye estas actitudes a desplazamientos de relaciones
gura en la melancolía. con aquélla. Zetzel (1966) observa que las notas publicadas so-
Hoy resulta obvio, a través de la escuela kleiniana, recono- bre este caso ·después de su muerte (Freud, 1955) refieren al-
cer que el bebé experimenta sentimientos de odio hacia la ma- gunos afectos negativos hacia la figura materna, pero estas
dre. Sin embargo, entonces las cosas eran bien diferentes. Las anotaciones quedan sin incorporar en la etiología de la neuro-
investigaciones sobre el complejo de Edipo hacia 1911 habían sis obsesiva . .
puesto en evidencia que los afectos que la madre despertaba En el caso Schreber la relación con la madre no se men-
eran tiernos; los sentimientos negativos se suscitaban sólo ciona en absoluto, lo que puede resultar sorprendente.
- frente al padre y hermanos. En resumen, por ahora la madre es un objeto investido li-
Como señala U. May, en los casos del pequeño Hans, el bidinalmente sin que aparezcan depositados en él sentimientos
Hombre de las Ratas o en el apunte psicoanalítico sobre Leo- de odio. U. May recoge a lo sumo un breve pasaje en el «sueño
nardo, la tendencia de Freud es a considerar la relación madre- de las tres parcas» (1900) donde se asocia a la mujer con la
..... como esencialmente libidinal; lo agresivo es secundario 20 .
niño diosa de la muerte, argumento que también figura en El tema
de la elección del cofrecillo (1913), Freud presenta allí una
imagen materna omnipotente asociada con la muerte.
º Característica que ha sido señalada también por R. Frankiel ( 1991 ),
2
Este estado de cosas quizá deba imputarse a la relación que
R. Collins (1997), W. Schmidbauer (1992) a propósito de los casos del pe- Freud mantuvo con su madre, Amalia, en la que aparecen con-
queño Hans y Leonardo da Vinci, respectivamente.
trastes dignos de mención. Para ella él fue «su dorado Sigi.»
'•¡
. . . .... .... . . ... . ..._. ._. t ' . l l l \.IJ
u 111 v<.:1 ¡.»1copaw1ogico ae la pos1c1ón depres iva 31 7

Freud a su vez conservó un talante lejano pero, al mismo madre escondía en realidad un sentimiento de esa índole hacia
tiempo erotizado. La correspondencia refleja ante todo el des- el padre .
• cubrimiento sobre los tiernos afectos que se albergan hacia la Abraham no estaba sólo con su Segantini y la hipótesis de
figura materna, la angustia ante su desaparición, pero no re- la mala madre. Jung menciona diversas veces en Transforma-
gistra afectos negativos. ciones y símbolos de la libido ( 1911-12) el Mito de la ·madre
De seguro hubo de experimentar intensos sentimientos de terrible. Sin embargo, Abraham se queda dentro de la línea
rabia-odio cuando aquélla desapareció con motivo del naci- freudiana al aceptar que el sadismo y el odio son .componen-
miento de su hermana Anna, hecho que coincidió también con tes de la libido y que la agresión no · es una pulsión indepen-
la ausencia de la niñera, Mónica Zajic, qué había sido encar- diente.
celada por robo. Aunque esta enmienda salva la posibilidad de una diferen-
Las fantasías del pequeño Sigismund le condujeron tal vez cia definitiva,: el papel de la agresión seguirá siendo un ele-
a imaginar que su hermano Philipp le había dado un bebé a su mento diferenCial en la concepción dy la ni'elancolía entre am-
madre; si eso fue así tuvieron que nacer sentimientos negati- bos autores; al mismo tiempo, tras "Segantini se siembra la ·
vos hacia ambos. Freud sólo relatará su alegría al verla de semilla que lleva a conceder una importancia creciente en el
nuevo «delgada y hermosa.» psicoanálisis a la función materna y también aparece definiti-
La muerte de Amalia es relatada con distancia y merece la vamente roto el inicial paisaje idílico que rodeaba a la madre.
pena compararla con el fallecimiento del padre, juzgado como La acogida que tuvieron los trabajos de Abraham por parte
~la experiencia más importante en la vida de un hombre.» de Freud y me refiero aquí sobre todo a Notas sobre la inves-
En ·el círculo vienés el tema de la «madre mala» resultó ar- tigación y tratamiento de la psicosis maniaco-depresiva y con'-
duo de tratar. Abraham envió a Freud el Segantini en febrero diciones afines (1912b) y El primer estadio pregenital de la li-
de 1911. En esos meses la Sociedad Psicoanalítica de Viena bido (1916) fue tibia, cuando no crítica.
discutía sobre cómo había que entender la agresión del hijo ha- Abraham persistía en la idea de que la depresión era pro-
cia la madre. 1
ducto de la represión de una actitud libidinal en la que predo-
La dimisión de Adler sucede por entonces y es sabido el di- mina el odio o un sa.:!:::;~c in.saciable. La formula que sintetiza
ferendo que con él mantiene a propósito de la agresión. Ste- la depresión viene a ser: «no puedo amar a los demás, luego
kel, ·que apoya en ese caso el papel de la agresión, dirá en una he de odiarlos.» La novedad estriba ahora en que son los pa-
de las sesiones: dres y no sólo la madre quienes frustran al niño.
Freud aprovechará la lectura del manuscrito del Amenho-
Tras el elemento sexual aparece una segunda pulsión --que tep (1912a) para puntualizar el papel de la madre y escribe a
Adler denomina agresión y que Stekel llama criminalidad-. Abraham: ·
El factor primario no es .el amor; el exceso amoroso es una
compensación para ocultar el odio. Los impulsos de matar a la
propia madre que ya hemos visto simbólicamente (cuchillos, Expresa el punto de vista de que cuando la madre reviste
dagas, armas, etc.) (Nunberg & Federn 1974). una particular importancia, el conflicto con el padre adopta for- .
mas más suaves. No tengo evidencia de ello y debo suponer
que usted.posee experiencia al respecto. Como,el tema no me
Freud contestará en estos mismos encuentros con el caso parece claro, ¿puedo pedirle que eche, otra ojeada a este pá-
de una mujer en el que su sueño con deseo de muerte hacia la rrafo? (3-VI-12).
••••••••••••••••••••••••••••••••
318 Nicolás Caparrós Tírulo capítulo 319

Abraham acepta que ha empleado términos demasiado ge- reproches hacía sí mismo de la melancolía no son sino repro-
nerales y corrige el manuscrito. ches hacia algún otro, desviados de éste y dirigidos contra el
A continuación aparece, casi por ensalmo, en plena época Yo propio. Nos vemos pues en presencia de una identificación
de efusión del narcisismo, este documento con una acabada del Yo con el objeto libidinal. El Yo está en duelo porque ha
presentación del cuadro: perdido su objeto por desvalorización, pero proyecta el objeto
sobre sí mismo y se encuentra entonces él mismo desvalori-
El mecanismo de la melancolía que aquí le presento es un zado. La sombra del objeto se cierne sobre el Yo y lo oscurece.
comienzo de explicación de las neurosis narcisistas que ahora El proceso del duelo no se desarrolla a expensas de las cargas
tenemos que abordar. de objeto sino de las cargas del Yo.
4. Ya habíamos encontrado parecidos casos de influencia
1. La melancolía tiene m~ ill~.:!::.'.c--normal, lo que com- de la carga del Yo por ia carga del objeto. Así en la vida amo-
prendemos bien es el duelo. El Yo tiene que conceder a la rosa, cuando el neurótico compensa los déficit de su propio Yo
prueba de realidad que ha perdido su objeto libidinal y que con las cualidades superiores de su objeto sexual. También co-
debe retirar de él su libido. Se ordena entonces un proceso du- nocemos una identificación histérica y nos tenemos que pre-
rante el cual todos los recuerdos y todas las fantasías de anti- guntar cómo distinguirla de la que hallamos en la melancolía.
cipación respecto de este objeto son retomados uno por uno y En la identificación histérica, el Yo está modelado sobre el ob-
expresamente renegados (desanudados), pero esto cuando el jeto de la misma manera, pero la carga objeta! no se suelta,
objeto perdido todavía tiene existencia psíquica y empuja al persiste en lo inconsciente con una fuerza exagerada y somete
... trasfondo a todos los demás objetos. Quien no consigue reali- al Yo (incluso a la censura del Yo). En la identificación narci-
zar este trabajo de duelo se ve obligado a instalarse en una psi- sista de la melancolía la carga de objeto es levantada, el Yo se
cosis alucinatoria de deseo, en la que el objeto es mantenido ampara de' su imagen y la censura del Yo' queda intacta. En ve~
a la fuerza; dicho de otro modo, todo esto sucede como en el de un conflicto entre Yo y objeto hay uno entre Yo-objeto y cen-
caso del duelo, salvo que al final se omite la renegación. sura del Yo. Pero en los dos casos la identificación es expre-
Lo propio del duelo es consumir todo el interés y toda la sión del enamoramiento.
libido: la melancolía muestra la misma huella en forma de in- 5. Las condiciones específicas del mecanismo para que la
hibición. No vemos obligados a admitir que la melancolía tam- censura del Yo sea levantada. (A Ferenczi, 7-II-1915, carta
bién ha perdido algo pero quizá no sepa qué. 1725)21
2. El cuadro de la melancolía es uniforme y muy fácil de
1

interpretar. La melancolía muestra un empobrecimiento del Yo ex- En mi opinión en esta carta el objeto alcanza su mayoría de
traordinario y una percepción de éste dolorosamente acrecentada. edad psicoanalítica. La transformación, ya anunciada por
El grado de conciencia de la autocrítica es aquí extraordinaria- Abraham, se ha operado: de ser el lugar de descarga de la pul-
mente fuerte. El Yo es desvalorizado, yace muy acá de lo ideal, sión a poseer infinidad de matices y atributos, a tener un ori-
no puede realizar nada, tiene que aceptar los peores reproches, no gen, en suma, una hisi.0iia. "él narcisismo no sirve sólo para ca-
merece ni cuidados ni atención. Asi pues se encuentra en ese es- racterizar a la esquizofrenia sino también a la depresión.
tado. Es admirable que la autoobservación (la conciencia moral,
la censura del Yo, el Yo real) quede intacta y agudizada. ¿Pero, de
qué manera el Yo de la melancolía ha llegado a este estado? ¿Qué
daño ha hecho para merecer tal condena? 21 Este borrador desconocido de Duelo y Melancolía, que Ferenczi le
3. Nos pone en vías hasta ahora desconocidas una obser- mandó luego a Abraham, ha sido descubierto por Emst Falzender en una in-
vación fácil de realizar. A menudo da la impresión de que los vestigación en Jos Archivos Freud en noviembre de 1991.

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Expone además la secuencia identificación-relación de objeto, Queda el recuerdo, la huella mnésica, el objeto interno. Y tam-
que es una consecuencia lógica de la inclusión del narcisismo bién permanece la libido desligada por la pérdida que debe re-
·en la metapsicología. De.manera obligada, aunque será un pro- tornar al yo hasta encontrar un nuevo vínculo. Mientras tanto,
ceso paulatino, el análisis del narcisismo en relación con el corre el peligro de quedar como energía libre, no-ligada, que
proceso del desarrollo tiene que ir dando preeminencia a la evoca y tal vez provoca esa angustia que Freud describió en su
función materna, será tiempo después de la muerte de Karl primera teoría, allá por 1894, tan primaria, tan biológica, que
Abraham. no será oscµrecida por la nueva visión de 1923.
La identificación narcisista pertenece a una etapa normal Duelo y melancolía representa, como recientemente señala
del desarrollo, ya lo vimos al abordar el análisis del vínculo. Ogden (2002), un punto de partida para. la posterior teoría de
El problema surge cuando una fijación en esta etapa facilita la las relaciones de objeto y ello es así porque empieza con la
regresión a la misma y con ello a la eclosión de la melancolía. identificación narcisista. Freud inicia el libro haciendo una dis-
La teoría del narcisis~o ha permitido operar este cambio. tinción entre duelo y melancolía y registra que en un determi-
nado momento:acontece:

El duelo ... Una extraordinaria disminución del amor propio, un con-


siderable empobrecimiento del Yo (pág. 2093).
En 1917 Freud dirá que la melancolía representa un fracaso
del duelo. El duelo es un trance doloroso inserto en <do nor- A veces el melancólico ignora qué ha perdido; pero incluso
mal». El hecho pe que tan a menudo sucumban a la melanco- cuando lo sabe, el problema contin:úa: ' . ...
lía individuos con la sensibilidad embotada tiene, segura-
mente, sU importancia; la preponderancia de la identificación Quien ha perdido desconoce qué ha perdido con él (pág.
narcisista, la incapacidad de investimiento de objeto, parecen 2092). .
. ser sus condiciones. Tampoco la manía queda explicada con
· este mecanismo de la melancolía. Parece requerir también que Cabe afirmar también que la pérdida carece en realidad de
el Yo no se someta al principio de realidad y acepte la pérdida . nombre; la pretendida pérdida del objeto es un velo que en-
del objeto externo, quedando entonces éste con sólo la repre- cubre la perdida innominada, que no es otra que 'la pérdida
sentación de ese objeto. original. El vínculo del melancólico con su objeto es singular
Hace años Wordsworth expresó el duelo en clave poética y en cierto modo falso y la desaparición de este vínculo de-
con los siguientes versos: para alteracion'es peculiares en su Self. El llanto del melancó-
lico no es en realidad un llanto por el objeto.
Aunque ya nunca podamos contemplar La baja autoestima de estos sujetos hace preguntarse a Og-
den (2002) una serie de interesantes cuestiones. El paciente se
·- la gloria de las flores, el esplendor de la hierba;
no hay que afligirse.
La belleza subsiste en el recuerdo.
reprocha y autoenvilece y extiende sus reproches en ambas di-
recciones del proceso temporal. Esta relación sujeto-objeto •
abarca más allá de la conciencia, está anclada en lo incons-
Desinvestir el objeto externo y conservar a un tiempo el in- ciente/intemporal y se constituye como el nudo de lo melan-
vestimiento de las representaciones ~ t;i l es ~ltrabajo del duelo. cólico. En este sentido, lo inconsciente es un lugar metafórico

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tft! '
• • • ••• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ••• •
322 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 323

donde el binomio Yo-mí es un contenido psicológico que se La tesis freudiana de que las autoacusaciones representan
implica de manera activa en un ataque continuo e intemporal ataques inconscientemente desplazados hacia el objeto amado
perpetrado por el sujeto «Yo» sobre el objeto «mÍ», que agota permite anunciar otr"' ~e:rie: ele reflexiones acerca de lo objetal.
al Yo hasta el punto de dejarlo vacío. La melancolía constituye a menudo una lucha que implica
Hasta aquí lo esencial del duelo en sus entrecruces con la sentimientos ambivalentes hacia el objeto amado, en el caso de
melancolía, sus riesgos y sufrimientos. Abraham diríamos hacia el objeto a secas. Freud hace notar a
este resp~cto que el melancólico da muestras de la menor hu-
mildad al tiempo que insiste sobre su propia indignidad, cu-
La estructura de la melancolía riosa paradoja. Se autorreprocha con cierta petulancia,-lo que
podría ser considerado como un residuo de una lucha anterior
Se desgranan de manera sucesiva las claves de la melanco- que ha sido aplastada por el estado melancólico.
lía. Ogden, como antes hizo Abraham, sostiene que el melan-
La baja autoestima sirve a Freud para proporcionar una cólico parece sentirse ultrajado por el objeto que le hace víc-
nueva concepción del Yo: tima de una profunda ·injusticia. Empezamos a barruntar que
el objeto total de la posición depresiva del melancólico posee
La afección del melancólico abre una nueva perspectiva en ciertas «imperfecciones», no es un objeto total normal. Vere-
la constitución del Yo humano. Vemos, en efecto, como una
mos más adelante este aspecto.
parte del Yo se sitúa enfrente de la otra y la valora críticamente
.. como si la tomara como objeto. Subsiguientes investigaciones El proceso que lleva de la rebelión a la melancolía ocupa
confirman que la instancia crítica disociada aquí del Yo, puede el resto del libro. El paso no resulta dificil. ..
demostrar igualmente en otras circunstancias su independencia
( ... ]es ésta la instancia a la que damos corrientemente el nom- Al principio existía una elección de objeto, o sea enlace de
bre de conciencia (moral) [ ... ] y puede enfermar por sí sola, la libido a una persona determinada. Por la influencia de una
como más adelante veremos (Ibid. P. 2094). ofensa real o de un desengaño, inferido por la persona amada,
surgió una conmoción de esta relación objeta!, cuyo resultado
El párrafo permite complejas combinaciones y abre intere- no fue el normal, la sustracción de la libido de este objeto y su
santes consecuencias: desplazamiento hacia uno nuevo, sino otro ~uy distinto, que
parece exigir, para su génesis, varias condiciones. La carga del
1. Una estructura psíquica, con partes conscientes e in- objeto demostró tener poca energía·de resistencia y quedó aban-
conscientes, se escinde. donada; pero la libido libre no fue desplazada sobre otro objeto,
2. Un-' aspecto inconsciente escindido del Yo posee la fa- sino retraída al Yo, y encontró en éste una aplicación determi-
cultad de generar pensamientos y se:nti1T1ientos de manera in- nada, sirviendo para establecer una identificación del Yo con el
dependiente; estos pensamientos son juicios de categoría mo- objeto abandonado. La sombra del objeto cayó así sobre el Yo;
este último, a partir de ese momento, pudo ser juzgado por una
ral.
instancia especial, como un objeto, y en realidad como el ob-
-· 3. Una parte escindida del Yo logra entrar en relación in- jeto abandonado. De este modo se transformó la pérdida del ob:
consciente con otra parte del Yo, digamos el Yo original. jeto en ilna pérdida del Yo, y el conflicto entre el Yo y la per-
4. Para terminar, un aspecto escindido del Yo aboca ~n sona amada, en una disociación entre la actividad crítica del Yo
algo sano o patológico, normativo o retaliador-persecutorio. y el Yo modificado por la identificación (Ibid. 2094-95).

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Se puede ver con claridad que Freud analiza ahora de forma en el narcisismo. La elección de objeto se ha efectuado sobre
nueva las relaciones entre aspectos inconscientes y escindidos fundamentos narcisistas de forma tal que los investimientos
. del Yo es decir los objetos internos. Estos se enlazan entre sí cuando encuentran obstáculos pueden volver al Yo. Creo, sin
en relaciones objetales internas mediante vínculos afectivos in- embargo, que hay que llegar aún más· lejos; · eri realidad no,
tensos. existe en el melancólico, o por mejor decir, no existió en su
Los términos pérdida de objeto y objeto perdido se susti- desarrollo una auténtica elección de objeto, si por ella se en-
tuyen por el de objeto abandonado, señala Ogden. El califica- tiende que un sujeto, por primario que sea, traba un vínculo
tivo implica una paradoja. El objeto desechado se preserva me- con otro. En su lugar sólo existió el paso anterior, es decir la
diante u11a identificación con él y (!S ; In-Sombra del objeto identificación narcisista, cuya superación vendría a inaugurar
recae sobre el Yo. En la melancolía el Yo no queda alterado por la verdadera relación de objeto. En este sentido, el melancó-
el brillo del objeto sino por su sombra. Ello sugiere, en el sen- lico vive relaciones de objeto como sí, puesto que no ha po-
tir de Ogden, que la identificación con el objeto del melancó- dido transceder el~c!)::idn ele la identificación.
lico es bidimensional y tenue, opuesta a una vivencia plena. Al Hay que preguntar ahora el por qué de esa identificación .
negar la separación con .el objeto acontece que el objeto soy yo narcisista que por prolongarse más allá del período normal se
y yo soy el objeto. No hay pérdida. Un objeto externo (el ob- convierte en patológica.
1

jeto abandonado) se reemplaza de forma omnipotente por otro Es el momento de acudir de nuevo a la «mala madre» de
interno (d Yo identificado con aquél). Abraham. Las características de ésta son muy peculiares. En
... Así en respuesta ai dolor de la pérdida el Yo se escinde dos un primer momento fue continente y calmó las ansiedades in-
veces formando una relación interna en la que una parte es- fantiles, tanto la de desintegración, posición aglutinada, como
cindida del Yo (la instancia critica) se vuelve -enojada por el las persecutorias, posición esquizo-paranoide. Pero en una se-
ultraje- contra la otra parte escindida del Yo (el Yo identifi- gunda fase dejó de ser continente y sobre todo no consiguió
cado con el objeto). adoptar por entero esa función interpretadora que' Bion señala.
Se crea una relación intrapsíquica para evadir el senti- El resultado es, por así decirlo, una madre incapaz de ejecutar
miento doloroso •de la pérdida. Esta evitación se consigue me- una separación con su bebé en el momento en que éste lo re-
diante un pacto con el diablo de tipo inconsciente. A cambio quiere, aunque antes fue una madre continente. La identifica-
dé conjurar el dolor el melancólico está condenado a la expe- ción narcisista con esta figura arcaica --que todavía es casi un
riencia de desvitalización, a seguidas de su desconexión con alter ego- es la forma mágica y omnipotente de cerrar la bre-
. amplios sectores de la realidad exterior. En este sentido, el me- cha de la falta. La madre constituida como objeto no pasa a la
lancólico abjura de ese importante sector de su vida que se re- categoría de objeto total, su función fracasa en esa empresa. El
laciona cori el medio que le circunda. - sujeto quedará anclado en la nostalgia de la identificación.
El mundo interno del melancólico queda conformado por el La incompetencia materna ha llevado a ·establecer en el
deseo imperioso de mantener cautivo al objeto bajo la aparien- niño unas relaciones de objeto patológicas.
·--eia de un sustituto imaginario: el Yo identificado con el objeto. Importa téner en cueui.a que Duelo y Melancolía es escrito
Ogden señala de manera muy acertada que la clave de una muy poco después de Introducción al narcisismo. ·
teoría psicoanalítica de la melancolía, que resuelve la contra- Un vínculo objeta! narcisista implica que el objeto está in-
dicción que implica la coexistencia de una fuerte fijación con vestido con energía emocional originalmente destinada al Self
el objeto y la falta de tenacidad de ese vínculo objeta!, estriba y en ese sentido, el objeto se yergue en lugar del propio Self.
!
Li~1 f·
•••••••••••••••••••••••••••••••• í
326 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 327

El giro que sucede desde la identificación ngrcisista al vinculo duelo una estructura patológica, y la obliga a exteriorizarse en el
objeta! narcisista proviene del grado de reconocimiento-de y reproche de haber deseado la pérdida del objeto amado o incluso
ael investimiento emocional en la otreidad del objeto. Al ser culpable de ella. En tales depresiones obsesivas, consecuti-
mismo tiempo, el niño· está entregado al problema de la clase vas a la muerte de personas amadas, se nos muestra la obra que
de elección de objeto que impulsada por la libido objeta! puede puede llevar a cabo por sí solo el conflicto de la ambivalencia
ser del tipo de apoyo. Esta elección radica en el apego origi- cuando no existe simultáneamente la retracción regresiva de la
nal del niño a la persona nutriz. En circunstancias normales la libido. Las situaciones que dan lugar a la enfermedad en la me-
lancolía van más allá del caso transparente de la. pérdida por
elección de apoyo y la relación narcisista corren en paralelo,
muerte del objeto amado, y comprenden todas aquellas situa-
pero en situaciones adversas se puede imponer ésta a aquélla. ciones de ' ofensa, postergación y desengaño, que pueden intro-
El problema contradictorio de la melancolía reside para Freud ducir, en la relación con el objeto, sentimientos opuestos de
aquí. amor y odio o intensificar una ambivalencia preexistente. Este
La melancolía es una enfermedad del narcisismo. La condi- conflicto por ambivalencia, que se origina a veces .más por ex-
ción esencial para la melancolía reside en una alteración del des- periencias reales y a veces más por factores constitucionales, ha
arrollo temprano del narcisismo. El futuro melancólico no pudo de tenerse muy en cuenta entre las premisas de la melancolía.
transitar del amor de objeto narcisista al amor objeta! maduro, que Cuando el amor al objeto, amor que ha de ser conservado, no
implica vivenciar a un objeto como algo separado de sí. obstante el abandono del objeto, llega a refugiarse en la identi-
Por lo tanto, ante la pérdida es incapaz de hacer duelo y ficación narcisista, recae el odio sobre este objeto sustitutivo, ca-
Slltitituir con el tiempo al objeto perdido por otro. Se evade de lumniándolo, humillándolo, haciéndole sufrir y encontrando en
este sufrirnientO una sausfacción sádica. El tormento, induda-
ese sentimiento a través de la regresión desde la relación nar- blemente placentero que el melancólico 'se inflige a sí rnism'b
cisista. de objeto a la identificación narcisista. El resultado es significa, análogamente a los fenómenos correlativos de la neu-
que, a pesar del conflicto con la persona amada, no es necesa- rosis obsesiva, con la satisfacción de tendencias sádicas y de
rio terminar la relación. odio orientadas hacia un objeto, pero retrotraídas al Yo del pro-
Freud añadirá: mediante una poderosa identificación nar- pio sujeto en la forma como hemos venido tratándolo. En am-
cisista el amor escapa a la extinción. bas afecciones suele el enfermo conseguir por el camino indi-
· El melancólico aleja el dolor de la pérdida, pero lo hace con recto del autocastigo su venganza de los objetos primitivos y
un .a lto coste: la merma de su propia vitalidad que sólo se lo- atormentar a los que ama, por medio de la enfermedad, después
gra en el mundo de la relación con los objetos. de haberse refugiado en ésta para no tener que mostrarle direc-
tamente su hostilidad.» (!bid., pág. 2096).

Así pues, la melancolía toma una parte de sus caracteres del


duelo y otra, del proceso de la regresión de la elección de objeto El sadismo es una forma de vínculo en el que el odio se
narcisista al narcisismo. Por un lado es, como el duelo, una re- mezcla de manera inextricable con lo amoroso y esta conjun-
acción a la pérdida real del objeto erótico; pero, además, se ha- ción puede integrar un vínculo aún más potente que el formado
lla ligada a una condición, que falta en el duelo normal, o la con- sólo por el amor. El sadismo en la melancolía se genera como
vierte en duelo patológico cuando se agrega a ella. La pérdida respuesta a la perdida del objeto amado y se convierte en un •
del objeto erótico constituye una excelente ocasión para hacer tormento tanto para el sujeto como para el objeto En este sen-
surgir la ambivalencia de las relaciones amorosas. Dada una pre- tido el aspecto sádico de la instancia crítica hacia la porción
disposición a la neurosis obsesiva, la ambivalencia presta al escindida del Yo identificada con el objeto puede ser conside-

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u 111 ve1 p~1co p aro1og 1 co ae Ja pos1c10n aepres1va :>L.')

rada como una parte despiadada del Yo escindido. El que el


mismas depositaciones le confieren las referidas cualidades
vínculo combinado de amor-odio posea tanta fuerza permite
narcisistas. El objeto narcisista es una emanación del Yo inci-
.entender la asombrosa duración de las relaciones internas de
tipo patológico. piente que discurre desde ser su imagen clónica para terminar
como objeto con el que se mantiene desde el Yo una conexión
Pasemos a otro campo: no todo objeto, y su pérdida, des-
embocan en duelo. · Hemos visto que para que así suceda es mágica y omnipotente.
Si la melancolía recibe con acierto el nombre de psicosis
preciso que aquél posea el rango de objeto total independiente,
narcisista:y antes e! :le ~e~!rosis narcisista, se debe a que su
objeto externo con el que se establece un vínculo adulto, ter-
mundo objetal está poblado en realidad de·objetos de ese tipo,
minado. S.abemos que el vínculo nace y evoluciona. El objeto
tanto más impregnados de narcisismo cuanto más hondo-sea el
total, su concepto y la posible relación con él, sólo llega a par-
substrato melancólico. El objeto total del melancólico es en
tir de la posición depresiva. Antes todos los objetos son o es-
tán impregnados decisivamente de narcisismo. realidad un objeto narcisista. 1•

Pero, ¿por qué adquiere tanta importancia? Ante todo es el


El objeto parcial, tiene la categorí::i rif' riarcisista, el objeto
efecto de una posición depresiva que.ha atravesado dificulta-
ideal está pletórico de narcisismo; pueden existir a partir de
des. Debo recordar que el objeto idealizado es la forma posi-
aquí objetos totales «como sí» que en realidad son, de uno u
ble mediante la que el sujeto en ciernes afronta la separación-
otro modo, objetos narcisistas. Conviene que nos extendamos
individuación. Sólo con la ayuda: de la omnipotencia y la
más sobre este extremo. El objeto narcisista tiene negada su
relación especular que se entabla con este objeto es posible so-
a~tonomía y queda sometido al Yo, es una emanación o pro-
brellevar, y compensar renegando, la ansiedad que despierta la
longación del mismo. El auténtico objeto total autónomo es el
separación. Comenzar a ser sujeto es aprender a estar solo. Ho-
que sobreviene tras el complejo de Edipo. Ahora sí, el otro es
rnos dicho que en la melancolía no está enteramente resuelta
independiente, con existencia y vida propias capaz de entablar
la ansiedad de la separación, . que ha sido conjurada sólo de
relaciones y de existir sin el sujeto infantil que pretendió cre-
forma provisional en la posición confusa con el auxilio de la
arlo. El descubrimiento de los padres como entds capaces de
renegación. Pero el melancólico no acaba de sentirse amado y
·trabar relaciones· en las que el niño no está presente, significa,
aceptado por el objeto y rechaza vivir esta situación constru-
como ya he señalado reiteradas veces, un descentramiento más
yendo en su lugar objetos a su imagen y semejanza, objetos
del primitivo sitial de privilegio en el que el bebé inicialmente
narcisistas, que le ayuden a mantener la ficción de lo amoroso.
creía estar. Por eso se puede decir que el objeto total de la po-
Un objeto narcisista carece de autonomía, es en el fondo
.sición depresiva, no se culmina por entero hasta la resolución
del complejo de Edipo. una fantasía que pres10na sobre la existencia real del objeto.
La ilusión reviste al objeto externo, pero no lo transforma.
El objeto total de los comienzos de la posición depresiva,
La melancolía es, pues, lo que acontece tras la pérdida de
incluso en un desarrollo normal; despierta intensa ambivalen-
un objeto de este tipo, no se trata de un objeto total cuales-
cia. Si esta ambivalencia pasa de un cierto límite hay que con-
quiera. Aparece entonces la herida narcisista, una oquedad en
·-€-luir en que el objeto total y el sujeto correspondiente son pre-
la entraña misma del propio Self. Pero, además, y he ·aquí otro
carios y conservan todavía un cie¡·to c..;~ilo del conjunto
aspecto fundamental en la melancolía, este objeto peculiar ha-·
{sujeto-objeto idealizados} de la posición anterior.
bía sido agredido con anterioridad a su pérdida, es un objeto
La realidad exterior recibe al comienzo las depositaciones
cuya representación, sino el objeto externo mismo, está da-
del Se/f del sujeto a través de la identificación proyectiva y esas
ñada. Cuando se produzca la posterior incorporación yoica, la

iPfl",~· !
,11 - .
•••••••••••••••••••••••••••••••• '
1

330 Nicolás Caparrós 1 El ni vel psicopatológico de la posición depresiva 33 1


1
1

identificación introyectiva, la agresión quee se objeto despierta modo de manifestación de Eros ante la nueva conducta del ser
se ejerce ahora sobre el Yo que lo ha intemalizado. En este con- amado .
• texto debemos entender la conocida afirmación de Freud de Hasta aquí el drama inevitable del protosujeto. Cumple se-
1923: «La sombra del objeto cae así sobre el Yo». Podríamos ñalar ahora que es la elaboración-transformación de las an-
añadir que con todas sus tóxicas consecuencias. siedades persecutorias primero y catastróficas después, las que
Objeto narcisista incrustado en el mundo melancólico y permiten que el vínculo establecido alcance consistencia en la
contribuyendo a formarlo; agresión al objeto. Dos condiciones posición· depresiva, es decir con un objeto total reconocido
inexcusables para desencadenar esta psicosis. desde la separación. Sólo ésta permite .que éste se dote de la
¿Cuál es la causa de esta agresión? Responder a esta pre- categoría «total.»
gunta lleva un trecho. En parte ya lo hicimos al referimos a las Debemos pensar, por tanto, que es la incapacidad por parte
ansiedades de separación. Una vez más hay que recurrir a los del objeto-externo de elaborar las ansiedades de separación,
entresijos de la identificación proyectiva para justificarla. Este manteniendo arcaicas trazas persecutorias y omnipotentes, lo
mecanismo representa la primera forma de relación que reco- que impide que el sujeto le invista de manera objetal no nar-
noce y niega al mismo tiempo la existencia del objeto, sobre cisista, ello reduncb , en última instancia, en la imposibilidad
todo su existencia autónoma. Es el citado objeto quien ha de de acceder a la separación misma.
transformar los .objetos beta y las inseparables ansiedades per- Esta es la aproximación a la melancolía que proponemos
secutorias en significado y por tanto en proceso, en objetos desde la teoría analítico-vincular. '
propiamente autónomos,:' al tiempo que el sujeto se resiste a re- Freud, a medida que transforma su modelo teórico, irá ex-
conocerle y se obstina en vivirlo, como dijimos páginas atrás, presando el proceso melancólico de forma diferente. ...
a la manera· de una amputación. El Yo contra sí mismo en 1917. El Yo versus ideal del Yo,
El objeto-continente elabora y transforma en un lento y de- el subsistema de las valoraciones, en 1921. El Yo frente al Su-
licado proceso esta actitud inicial y reduce fas resistencias pro- peryó total en 1923 .
piciando así el proceso de separación. Se produce, en cualquier caso, la reintroyección de lo an-
· De cualquier modo, la separación es dolorosa y, ¿por qué teriormente depositado en el objeto. Esta reintroyección se-
no decirlo?, traumática. En el protosujeto suscita agresión por guirá dos caminos: hacia el Yo y hacia .el substrato del Su-
cuanto ese objeto, tanto más sí mismo cuanto más investido de peryó. Freud señala en 1923 que «el Superyó es puro cultivo
narcisismo esté, se aleja, se independiza y separa. Al estrecho de la pulsión de muerte», lo que quiere decir, en otros térmi-
. amor primero le sigue la distancia e incluso la ausencia. El pro- nos, que hace referencia a un Superyó arcaico, primordial, o
tosujeto debe haber alcanzado por entonces un grado sufi- si se quiere preedípico, al que le falta lo esencial del Superyó
ciente de maduración para que esta situación, por otra parte in- maduro, su cualidad de depositario del principio de realidad,
evitable, no degenere en catástrofe. La oportunidad del de la presencia del tercero, de la plena capacidad simbólica.
momento es fundamental: ni demasiado pronto, la soledad se- En su lugar aparece una reintroyección malignizada de lo pro-
'"'fÍa devastadora, ni demasiado tarde, porque los recursos a lo yectado, producto de una elaboración defectuosa por parte del
mágico y omnipotente obturarían la necesaria conciencia de objeto externo, incluso con las ansiedades añadidas de éste,
soledad. emitidas por sus- J.i Lvpiz.s identificaciones proyectivas. Este
Separación como antesala de ser, pero también deparadora Superyó es «un objeto beta recuperado», µn objeto sin víncu-
de agresión por el desvalimiento que anuncia. Agresión a los e incapaz de establecerlos, un lugar imposible para encar-

~~.
w J.. ~ ••

nar normas, leyes, una verdadera expresión, en suma, de la y un objeto naciente -imagen del sujeto- que soporta la frac-
pulsión de muerte.
tura decisiva de la pérdida y un ataque rabioso a la represen-
• Un error que a menudo se comete al ocuparnos de la se- tación que resta. -
gunda tópica, es considerarla sie_mpre según su forma acabada, Con la segunda tópica las vías introyectivas se diversifican . .
es decir con un Yo bien discriminado del Ello, capaz de rela- Aparece el Superyó como depositario paralelo de las introyec-
cionarse con la realidad externa y .:0n. -Uí . 81:1peryó que repre- ciones. Ahora el Yo debilitado y empobrecido sufre el ataque
senta la internalización de la norma. Tres instancias ya cum- integral desde el Superyó. El resultado es· más radical.
plidas, discretas y eficaces. Pero el modelo estructural se va Algo interno -que no es el Yo-- amenaza con destruirlo
formando. El Ello es antes que el Yo y éste, que se diferencia en su totalidad.
de manera ·progresiva de aquél, es primero un Yo incipiente, La hipótesis freudiana de 1923 se resume en una amenaza
luego madura y se hace complejo con la totalidad de funcio- básica a la·: estructura psíquica que lleva a la interrupción tem-
nes que le caracterizan. El Superyó también surge poco a poco, poral del psiquismo. Es el definitivo ataque al vínculo.
a partir de las primeras incorporaciones; en los comienzos está Queda por registrar algo que, a mi juicio, es clave ·en rela- .
lejos de lo que será cuando se le reconozca como heredero del ción con la manía. Si el melancólico escapa al vacío de su me-
complejo de Edipo. Por· eso, si tenemos en cuenta lo anterior, lancolía mediante una regresión maníaca ¿qué ha sucedido con
tanto en la esquizofrenia; como Rosenfeld señala, como ahora sus vínculos y sus potencialidades vinculares? Que en un trán-
en la melancolía y antes en la manía, nos referimos tipos con- sito regresivo, el vacío melancólico se sustituye con la mo-
cr~tos de Superyó 22 •
mentánea plenipotencia, que reniega de la necesidad de aquél.
Lo maníaco no reestablece vínculos, ni avanza hacia la crea-
El Superyó melancólico (Athanassiou 1996) es un falso ción de otros nuevos con un objeto total e independiente.
Superyó que prohíbe el reconocimiento de las leyes que rigen
las relaciones de objeto, tanto en la realidad externa como en La relación con el objeto ideal es fruto en este caso de una
la interna (pág. 27). regresión -no del paso evolutivo desde la relación de objeto
parcial- es un re~gio en lo imaginario, en el reino todopo-
- Matizaré esta afirmación diciendo que, dada su índole nar- deroso de la simetría, dondé ésta funciona proporcionando una
cisista., este Superyó no ejerce siquiera la prohibición de vin- imagen virtual que reemplaza a una realidad hostil e ingober-
cularse, simplemente ignora el víncu!c, c.::;t~ en la antesala del nable.
mismo. En la melancolía aparece un compromiso sui generis. Por
· En 1917 el acceso melancólico es explicado por Freud una parte, el melancólico experimenta la vivencia displaciente
como una agresión del objeto narcisista interiorizado en el Yo. de la retaliación -aquí no podemos hablar de culpa, que es
No existe aún el andamiaje teórico de la segunda tópica. Ha- patrimonio del Superyó neurótico-- y, al mismo tiempo, la he-
bríamos de explicar en parte este estado de cosas como el re- rida narcisista yoica que impulsa el sentimiento íntimo de ca-
sultado
...._..... de la ruptura de una relación simétrica entre un sujeto
'
recer de valor. ·
La melancolía y la neurosis obsesiva tienen similitudes no
sólo en su periodo agudo sino también en sus fases de quies-·
22
cencia.
No· olvidemos también que esta consideración es válida, aunque no De acuerdo con el punto de vista psicoanalítico, los puntos
estemos acostumbrados a verlo así, para las tres posiciones. de fijación formados en el curso del desarrollo de la libido de·
••••••••••••••••••••••••••••••••
334 Nicolás C aparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 335

terminan a qué nivel de organización regresará el sujeto en su


cuadro neurótico. La neurosis obsesiva y la melancolía tienen La elaboración de melancolía por otros autores
.diferencias no sólo por los puntos de fijación a los que regre-
san sino también por su actitud hacia el objeto. El melancólico El pugilato sostenido entre Freud y Abraham a propósito de
lo pierde el obsesivo lo retiene. Ello lleva a considerar que la la melancolía no exime de mencionar otras contribuciones.
etapa anal-sádica contiene elementos heterogéneos que hasta M. Klein realiza una aportación fundamental al respecto
ahora no hemos sabido separar. desde la misma teoría del desarrollo con la posición depresiva.
Hasta aquí nos las hemos visto con tres etapas de desarro- La mencionada posición debe ser considerada como un uni-
llo libidinal: oral, anal y genital. versal y en este sentido la elaboración normal del proceso que
Las excitaciones libidinales anales tienen estrecha relación conduce a la subjetividad y por ende al descubrimiento del ob-
con los impulsos sádicos~ Se ha observado que los proyectos jeto externo sirve de contrapunto para analizar las alteraciones
excretores están al servicio de finalidades sádicas. Pero, ¿de que en esa misma elaboración presentan los melancólicos. La
dónde proviene la combinación de b s:5.c:c0 con lo anal? angustia de la posición depresiva avisa de la posible pérdida, -
Debemos recordar, para desentrañar esta cuestión, que la la melancolía es la pérdida misma, el fracaso de las relaciones
plena capacidad de amar sólo se adquiere en la fase genital. de objeto. Las consecuencias son la ambivalencia y la agresión
Sabemos también desde la clínica que, el erotismo anal, sin control. Cada frustración actúa como factor desencade-
contiene dos tendencias placenteras de tipo opuesto y que algo nante de una nueva crisis. Si el niño no alcanza la experiencia
similar ocurre en los impulsos sádicos. de satisfacción adopta una conducta desorganizada y agresiva
La evacuación proporciona placer en la zona anal y tam- y en un segundo paso pueden surgir las representaciones ahl-
bién la retención fecal implica una experiencia placentera. cinatorias del objeto.
También es de observación clínica que en la etapa anal el En el proceso depresivo infantil, que puede ser repetido en
sujeto considera a la persona objeto de su deseo como algo que la fase adulta, la experiencia alucinatoria no es positiva, con
le es propio. Es decir la trata de idéntica forma que a su pose- atributos gratificantes sino de tipo negativo.
sión más arcaica, las heces. En el nivel genital amor significa Rosenfeld (1959) define el factor precipitante de la depre-
transferencia de los sentimientos positivos al objeto lo que im- sión como un sentimiento de fracaso vital, como una incapa-
plica· una adaptación psicosexual. La ambivalencia que existe cidad para adoptar las defensas maníacas. Considera que en el
en el nivel inferior provoca que exprese su actitud positiva ha- origen de la depresión está la ambivalencia, el erotismo y el
. cia el objeto en forma de retención y su actitud negativa como sadismo oral y la· incapacidad de hallar satisfacción.
rechazo-expulsión. De manera tal que cuando el obsesivo se La constelación :ú:a.i:..~il que predispone a la depresión está
enfrenta a la amenaza de pérdida del objeto y el melancólico basada en frustraciones mutuas que se desarrollan en la rela-
con la real pérdida de éste, significa en el psiquismo incons- ción simbiótica madre-bebé. La situación frustrante tiene lu-
ciente de cada uno de ellos una expulsión, del mismo tipo que gar en el curso del primer año.
·~la de las heces. Racamier y Nach (1959) distinguen la depresión manifiesta
de la latente. La primera se encuentra ligada a uha modifica:
ción del régimen pulsional y defensivo, como una transforma-
ción de las relaciones de objeto. La crisis fundamental se si-
gue a la pérdida de amor, a una ruptura del vínculo amoroso .

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Ese sentimiento de pérdida parece remitir a que el niño se en- Yo se integra en el camino del proyecto, éste siente frustrado
cuentra fuera del campo perceptivo de la madre. por la normatividad de aquél.
La secuencia depresiva en estos autores se sintetiza así: R. Spitz y C. M. Wolf (1965) investigaron detenidamente
frustración-odio-culpa-autoagresión. la depresión anaclítica, observaron que, en los niños depresi-
F. Pasche (1963) describió un tipo de depresión en la que vos, la depresión se debe a una pérdida de amor; pero -y
la secuencia tener culpa - responsabilidad del pensamiento - ello es de la máxima importancia-, el síndrome depresivo
angustia de muerte, sería reemplazada por una serie diferente: no aparece si en los meses que anteceden a la frustración
estar avergonzado - impotente - e incapaz. El ideal del Yo se afectiva -deben ser por lo menos seis- no ha ·existido una
mantiene como algo impersonal, perfecto e irreal. El trastorno buena relación con la madre. La frustración ejercida por el
· básico se cifra para este autor en alteraciones a nivel de la iden- objeto de amor deja una huella irreversible si se prolonga más
tificación primaria. Los padres habrían amado a su propio Yo- de tres meses. La experiencia en la que trabajaron ambos au-
ideal a través del bebé. tores comprendía un centenar de .niños entre doce y diecio-
Bychowsky ( 1961) investiga por su parte las relaciones en- cho meses.
tre masoquismo y depresión y afirma que el sufrimiento cons- Tres años después D. Rubinfine parece confirmar este ex-
tituye para el depresivo una especie de culto al objeto perdido, tremo . Insiste en las modificaciones brutales que suceden a
mientras que la regresión yoica se opondría a los nuevos in- l frustraciones que tienen lugar tras un clima anterior de bien-
vestimientos de objeto. La debilidad del Yo y la existencia de estar. El niño adqu;(,;.-c c0::tciencia de.una separación prematura
un Superyó limitado a sus aspectos sádicos, junto con la am- y la agresión ocupa todo el campo afectivo, impregna sus re-
bivalencia de los investimientos reducirían el campo de acción laciones. La escisión del objeto se antoja necesaria para coo-
del Yo a los objetos introyectados y a la lucha contra éstos. Es- servar una parte buena. La operación se va a repetir ante cual-
tos mecanismos son anteriores a las manifestaciones aparentes quier experiencia que cause decepción, creando un objeto
de la depresión. Bychowsky afirma que la melancolía franca idealizado y una relación idealizada con él.
se produce tanto por la debilidad ocasional de las defensas J. Chasseguet-Smirguel ( 1973) evoca las 1 relaciones que
e.orno la demolición de los rasgos más superficiales de la per- existen entre la depresión y la enfermedad de la idealización
sonalidad. y registra una estrecha correlación entre ambas.
s·. Isaacs (1963) opone al duelo normal, en el que una per- Bergeret (1992) concluye que en la base de los mecanis-
sona acepta la pérdida del objeto, a la depresión en la que el mos depresivos, aparece la pérdida det objeto que opera sobre
-adulto, que nunca fue consolado en su infancia, ante una pér- una personalidad con un déficit narcisista; ante ·tal trauma
dida sólo es· capaz de mostrar rebelión, odio y agresión, sin el afectivo, el Yo no duda en sacrificar parte ·de su integridad para
menor trazo reparador. El propio suj l:.'!0 ~'=' ".'".lnvierte en víctima asegurar el mantenimiento de autonomía operativa en relación
de sus afectos negativos. tanto a la realidad como a las pulsiones, pero al mismo tiempo
B. Grunberger (1963) contrasta la cadena neurótica: Pul- pierde su independencia en relación al ideal del Yo grandioso
·s ión-Superyó-Angustia con: la cadena narcisista: Narcisismo- y arcaico y con ello la posibilidad 'de elaborar lin Superyó ma-
Ideal del Yo-Depresión. Lo que permite discriminar con clari- duro. La escisión del objeto permite conservar una relación
dad la diferencia entre el Ideal del Yo y el Superyó. Estas dos más o menos alterada con la realidad.
instancias pueden entrar en conflicto cuando el primero desea Como ha señalado J. Mallet, la incapacidad de ser modesto
cosas que el Superyó prohíbe. Pero, siendo así que el ideal del es la razón por la ~ual el sujeto se deprime ante el fracaso. Toda

·~·
••••••••••••••••••••••••••••••••
338 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 339

adversidad, por muy nimia que sea, reactiva las frustraciones semblante refleja, a pesar de la hipomimia, un profundo sufri-
tempranas y hace temer una pérdida del objeto. miento. En esas condiciones urge darle antidepresivos y llego
a considerar la pos~Lilidü.'.! de un internamiento.
A los quince días comienza a superar la crisis, reaparecen
ELISA de nuevo las autoacusaciones y durante un trecho aumenta la
angustia, para ir atenuándose paulatinamente después.
Elisa se cría en una pequeña ciudad de provincias, en la Consigo al cabo del mes que se vea libre de síntomas, con
época de la postguerra, en una familia que no pasa estreche- lo que se hace posible empezar una relacióri terapéutica basada
ces pero que tampoco vive en la abundancia. en la palabra y no sólo en la contención.
Su niñez transcurre sin problemas, quizá parte de sus re- Lo primero que averiguo es la razón de sus autorreproches.
cuerdos estén ahora idealizados, como suele suceder en casos Cuando contaba con unos trece años -en aquel momento tenía
similares. El padre era un hombre recto que cumplía estricta- cuarenta- tuvo un intenso episodio angustioso con muchos ·es-
mente con sus obligaciones y la madre una mujer trabajadora crúpulos. Pensaba que era mala, que se iba a condenar. Rehusó
y ordenada, qu·e respeta al marido; sus preferencias se inclina- salir a la calle. Elisa achacaba sus cavilaciones a la dura educa-
ban hacia el hermano, aunque con ella siempre se ha portado ción religiosa que recibía en el colegio -los acostumbrados
bien y ha sido una «buena madre.» ejercicios espirituales y las amenazas con el infierno-. No cree
Cuando se refiere a su familia hay un especial cuidado en que en su casa sucediese lo mismo.
..
no crear una mala imagen de ellos, si cree que se ha expresado
con cierta ligereza, intenta reparar enseguida lo que pudiera ser
-Eran católicos y nada más .
Vuelvo a advertir su deseo de preservar al entorno famili>a.r
un desliz. de cualquier crítica.
-Me educaron, dirá, como se hacía en aquella época. ¡Po- Elisa es atendida en aquella época por un psiquiatra que la
bres!, no podían hacer otra cosa. diagnostica de neurosis obsesiva. Los escrúpulos la siguen
Ha estudiado una carrera y en la actualidad es una mujer confinando en casa, no acude al colegio y no desea salir, ni
independiente. Vive sola y nunca ha tenido relaciones amoro- verse con su familia. ·
sas. Se considera sociable, alegre cuando está bien y muy Los padres están preocupados por su estado que tarda en
cumplidora. mejorar. Se siente incapaz de seguir las peticiones de que se
La razón de acudir a consulta son sus depresiones. La pri- supere, de que intente salir. Un día su madre desesperada, aun-
mera vez que estaba comenzando una crisis depresiva. Se ha- que con un tono tranquilo, le dirá:
cía infinitos élUtorreproches, .casi en forma de soliloquio, sobre -Elisa, me estas matando.
su debilidad ·al no haber seguido a su conciencia. Era dificil Esta frase la ha perseguido a lo largo de los años.
aclarar entonces a qué hechos de su vida se estaba refiriendo. Su madre vive aún, pero el padre murió tiempo después y
Sentía haber causado muchos sinsabores a sus padres y llega piensa que a causa de los disgustos que le proporcionó.
a,Jnsinuar que la muerte del padre fue causada por las preocu- -Era muy bueno y no supo sobreponerse a mi conducta.
paciones que le dio. Luego se verá que alude a un episodio en Tenía que haber seguido a mi conciencia; tenía que haber·
el que contaba trece años de edad. salido.
La fase depresiva continúa, ceden los autorreproches pero En vano se le apunta que en aquellas circunstancias no
aumenta la inhibición hasta casi paralizarla por completo. Su podía de hacer otra cosa. Responde siempre que debía haber

~tf.r
. ·· - . . . ·~ -- ...... ··r·•••v .J u 111v<.:1 ¡;>1cupaww~ 1 co uc: ta pos1c10n depresiva :)41

seguido a su conciencia que le ordenaba salir de casa. El odio a la madre queda manifiesto de manera indirecta.
Confunde «la voz de la conciencia» con el mandato de los Elisa recuerda una y otra vez la frase de aquélla: «me estás ma-
• padres. tando».
No cabe duda que la compulsión a la repetición, y el aisla- Esa exclamación no posee un simple valormetafórico, sino
miento integran el conjunto de sus defensas obsesivas. Además que revela, casi de manera mágica, ·su más oculto deseo.
aparecen numerosos desplazamientos. La madre ·la había cuidado con gran :dedicación hasta el
El carácter de Elisa en los períodos libres de síntomas co- embarazo de su segundo hijo. Fue, según le haJ:?. dicho, una
rresponde a la descripción clásica del tipo anal. El complejo gestación dificil y entonces las atenciones hacia ella escasea-
de Edipo es una relación del sujeto con sus·progenitores en la ron, se encontró prematuramente sola.
doble diferencia del sexo y la generación, dice A. Green. Pero Más tarde nació el niño, que ocupó el puesto de favorito en
no hay auténtico conflicto edípico en este caso, sino algo más los afectos maternos. Los hermanos se llevan .catorce meses.
hondo. El curso ulterior del proceso permite poner en duda el Elisa pierde el apoyo de su madre en la·fase crucial de la se-
diagnóstico de neurosis obsesiva toda vez que aparecen epi- paración. Cuando aquélla no alcanza aún el rango de objeto to- ·
sodios intermitentes de melancolía que se prolongan hasta la tal pleno. Queda [iiada en la identificación narcisista.
fecha. La separación de la madre significa entonces la amputación
Resulta así legítimo hablar de defensas obsesivas -no de de una parte de su propio Self. relación de objeto narcisista. A
neurosis obsesiva en sentido estricto- que, al fracasar, preci- partir de ese momento su autoestima mengua, aparecen sensa-
pitan el episodio melancólico. En su vida habitual observa un ciones de indignidad de manera progresiva que intenta superar
método estricto, es trabajadora y cumple celosamente con sus inhibiendo la agresión que la madre le despierta. Las defen~s
obligaciones; en los momentos libres sale con amigas y nunca obsesivas son un medio idóneo para inhibir la agresión. Pero
tienen cabida los hombres en sus proyectos. Trata este extremo el precio es alto. Afloran los escrúpulos: no es buena, peca, irá
con dificultad y pre'fiere cambiar de conversación cuanto an- al infierno. Tiene que llevar una vida santa hasta la exaspera-
tes. Racionaliza su situación diciend0 i:p.1<:> i:-.on su problema no ción para salvarse. Se encierra en casa en un intento de re-
·puede comprometerse con nadie. pliegue. Pero su mundo interno sigue acosándola. La severidad
En el análisis de sus circunstancias familiares cuesta mu- del Superyó revela su estirpe preedípica. Superyó persecuto-
cho hacerla consciente de la agresividad larvada que siente rio, que amenaza inclusive con la muerte. Y aparece por fin el
contra sus padres, en especial respecto a su madre. En lo ma"' pecado que tanto había querido ocultar y ocultarse: preocupa
. nifiesto sólo tiene elogios para ambos. Poco a poco, puede re- a sus padres, les causa dolor, es una mala hija. No puede re-
conocer ciertos errores de sus progenitores, pero los justifica conocer que desea causarles dolor, en especial a su madre, su
con rapidez. diciendo que su intención era buena y que su cul- Superyó retaliador lo impide.
tura no daba para más. Golpea entonces la frase ominosa: «hija, me estás ma-
. Elisa pugna por retener el objeto que ama mediante las de- tando.» La representación inconsciente de su odio cobra fuerza
--fensas obsesivas, pero éstas no son lo suficientemente sólidas al apoyarse en ella y sólo queda la melancolía. Los sentimien-
porque se apoyan en una estructura melancólica --el objeto tos de culpa hacia el padre forman parte de la superestructura;
suscita demasiada agresión- y no en un cuadro anal propia- del andamiaje pseu.d ~!:~l.!!'6tico de este cuadro. Éste nunca des-
mente dicho. Entonces desinviste el objeto y repliega la libido 1 pertó tantos afectos negativos porque sus funciones no fueron
en el propio Yo . Aparece la relación narcisista. ¡ decisivas en los estadios más tempranos del desarrollo de
l~ .
~.

••••••••••••••••••••••••••••••••
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ••
342 Nicolás Caparrós El nivel psicopatológico de la posición depresiva 343

Elisa. Su imagen, y los conflictos que desencadena, son re- · psicosis blanca es 1.ü«:r ¡J ü ~cücialidad y como tal carece de lí-
cuerdos encubridores del conflicto decisivo madre-hija. Es mites precisos. Se manifiesta a través de lo banal.
muy probable, sin embargo, extremo este que no he podido La banalidad y lo específico: la depresión es mucho más
confirmar en el análisis, que su inhibición sexual esté relacio- que un cambio de humor y el delirio llega más allá de donde
nada con la figura paterna. lo hace la simple persecución.
El relato de la enormidad de sus faltas cuando comienza el Además la psicosis discurre entre desmesuras. El pensa-
período depresivo tiene unos ciertos tintes grandiosos: nadie miento se colapsa hasta borrarse, llegando no sólo a la expe-
ha sido peor hija que ella; estaba obligada a seguir a su con- riencia sin sujeto, al reino de las sensaciones que pululan con
ciencia hasta la muerte si hubiera sido preciso; es ruin y des- vida propia como si de un auto sacramental se tratase, ~ ino a
preciable por no haberlo hecho. Se vive única en el papel de la ausencia total de éstas. A la nada más simple y esencial. El
encarnación del mal. psicótico yace sin vínculos como expresión acabada de la pul-
Un segundo acontecimiento, este ya mucho más próximo, sión de muerte.
confirma la «etiología materna» de su depresión. La madre En otros casos, el pensamiento se desboca, sobreabunda en
muere. Elisa lo siente, pero para su sorpresa, se mantiene tran- una especie de borrachera semántica. Todo significa, el Yo se
quila. Pasan uno o dos meses y las rumiaciones comieñzan: encuentra torturado por los sentidos más diversos, a punto de
-Tal vez sea una mala hija. Ni tan siquiera he llorado a mi estallar en fragmentos, la red de significados se hace más y
madre, con lo sentida que yo soy. Ella siempre se preocupó por más tupida y atrapa al sujeto en su seno en lugar de poten-
mí y nunca pudo ser feliz por mi causa. ciarlo. El vacío oscila hacia su opuesto, la apoteosis atroz del
,Elisa, incapaz de hacer duelo, cae de nuevo en la melanco- sentido. ,
lía. Vuelve la inhibición, esta vez sin autorreproches, en una Otro camino posible es la elación; vía hacia lo mágico, la
atmósfera de vacío y de dolor moral. Detener la acción, el pen- expresión suma del control. La magia es una actitud transicio-
samiento es casi una mimesis de la muerte. nal que protege de fa realidad. La megalomanía ofrece un do-
Al salir de su estado depresivo Elisa puede comenzar a ble cobijo frente a la persecución sin fin y sin propósito y con-
comprender y desde ahí quizá esta vez se abra un resquicio a tra el vacío oprimente y vertiginoso.
fa esperanza. En el encuentro analítico con el psicótico los hechos se su-
ceden con efectos caleidoscópicos. Estos pacientes no sufren de
reminiscencias, ni trasladan al presente los agujeros negros de
REFLEXIONES FINALES SOBRE LAS PSICOSIS su pasado, no desplazan el vacío o la ausencia de sentido, por-
que no son desplazables. El encuentro es ahora una terra incog-
El mundo . de las psicosis se evade de cualquier intento no- nita. Caminante no hay camino, se hace camino al andar -dijo
sológico. No pretendo con ello invalidar las páginas anteriores el poeta-. En el encuentro con el psicótico todo está por hacer,
sino decir al mismo tiempo que la psicosis es algo más y que, casi nada por recrear. Urdir significado, mediante la función sig-
en su indefinición, reside una de las características más lla- nificante de la identificación introyectiva; conjurar la ansiedad
mativas. De manera irremediable viene a la mente el tema de persecutoria, la fragmentación; unir los fragmentos que se re- .
la psicosis blanca de A. Green, ¡:¡.quella psicosis sin psicosis, sisten a ser integrados. Ser Eros allí donde impera Thánatos.
estructura matriz como condición para poder realizar una ela- Tanto Freud como antes William Blake afirmaron que la
boración psicótica sin que ésta se produzca necesariamente. La 1 esencia última de nuestro ser, permanece en lo inconsciente se-
l
1

'. ~
nificado, o una ausencia del mismo, una oquedad; forclusión
cretamente fiel al principio del placer, o como Blake quería
que condena al sujeto a exilarse del universo simbólico, como
llamarlo, del goce. La disciplina paterna y la exaltación filo-
quiere Lacan. El Yo rechaza la representación intolerable junto
sófica de la vida de acuerdo con la razón han hecho al hom- con su afecto y se comporta como si nunca hubiera llegado al
bre dócil en apariencia pero secretamente indómito en su in- Yo, explica Freud para indicar ese trazo de la realidad que no ·
consciente y por ello neurótico. Rebelión contra la ley, que
llegó a inscribirse.
alterna con su observancia. Eros en el contexto del principio
El psicótico adolece de realidad.
de realidad. Eros en sus posibilidades c0nvrctas de manifesta-
Pese a las dific~~1+'!~ec:: el psicoanálisis debe h&-cerse tam-
ción. Eros como soporte del sujeto.
bién cargo del mundo de las psicosis aunque tenga que com-
Una de las visiones románticas formuladas por Schiller y
partir con la psiquiatría muchas tareas. A su cargo debe que-
que aún se advierte en Hegel y Marx, es que la historia de la
dar todo lo que se relaciona con el análisis y transformación
humanidad consiste en partir de una condición amorfa, en fu-
de su estructura, y la aportación de ese sentido que se ha des-
sión con la naturaleza y que se desarrolla mediante la diferen-
vanecido de la vida del psicótico o que quizá nunca existió.
ciación y el antagonismo -o el conflicto- desde ahí el re-
torno a la unidad en la armonía. La teoría del desarrollo en el
psicoanálisis adopta esta visión, aunque subrayando su costado
oscuro, que vela para siempre la soñada armonía.
Queda el Nirvana, la compulsión a la repetición y el ma-
soquismo. Nirvana que tiende a la inercia, al descanso. Com-
pu~ión de la repetición, fijaciones demoníacas a experiencias .
traumáticas, atributo esencial del carácter conservador de las
pulsiones. Masoquismo, dolor esencial de imposible exteriori-
zación.
Eros se opone a Thánatos porque, respectivamente, repre-
sentan vínculo y antivínculo. Sexualidad es vínculo, búsqueda
del otro, a través de la constatación de una falta esencial en el
sujeto.
Crear transferencia y contratransferencia. En la psicosis la
relación empieza ahora, aquí, en ese encuentro que más que
terapéutico cabría denominar objetalizante.
Esta última reflexión permite considerar la función del vín-
culo en las psicosis. La catástrofe vincular radical signa a la
psicosis más esencial; el autismo.
El vínculo nace y se complica; también se retrae y muere.
Er vínculo en su complejidad se hace interpersonal y teje el
mundo de la neurosis. El vínculo psicótico apenas se insinúa
o queda en el espacio intrapsíquico, alejado del otro. Incluso
no surge y su lugar vacante es una cicatriz en el tapiz del sig-

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Angustia de separación, 35
Abandono, 165 Angustia hipocondríaca, 27Ó,
Adicción, 39, 204 282
Afasia afectiva, 4 7_ Anorexia, 293
Agorafobia, 187 Ansiedad catastrófica, 22, 211,
. Agresión, 44, 261, 263, 264,
299,303,314,316,330
221, 270, 331
Ansiedad .confusional, 182
Agresión y melancolía, .330 Ansiedad de desintegración,'22,
Agresión y paranoia, 263 35
Alassi, estructura, 13 7, 13 8, Ansiedad de fragmentación, 213
139, 142 Ansiedad de separación, 330,
Alexitirnia, 22, 36, 37, 38, 47, 331
48, 84 Ansiedad del ello, 276
Alexitimia primaria, 47 Ansiedad hipocondríaca, 275
Alexitimja secundaria, 4 7 Ansiedad ·persecutoria, 270, 331
Alucinaciones auditivas, 90, Ansiedad psicótica, 102
143, 145 . Ansiedad traumática
Alucinación negativa, 195, 196 Antivínculo, 99, 102, 11 O, 285
Ambivalencia, 132, 264, 302, Aparato de pensar, 71
304,307,323,326,327,328, Apego, 30, 195
334 Asma, 278
Ambivalencia y melancolía, 323 Asociación libre, 174
Amencia, 243 Ataque al vínculo, 115
Amor/odio, 264 Autismo, 23, 25, 26, 31, 55, 613,
Anal, 227 84, 184
Anal-sádico, 227 Autismo, diagnóstico del, 34
Anhedonia, 293 - Autismo y genética, 24
) \) )/

Autocontención, 136 Conciencia moral, 322


Autoerotismo, 68, l 00 Delirio sensitivo, 250, 272
Conflicto, 107, 112, 167, 306 Delirio sistematizado, ¿44, ¿4 7 E
Autoestima, 229, 321 Confusión mental, 292 Demencia, 64, 65, 183
Autorreproche, 228, 323, 339, Constancia objeta!, 104
342 Demencia paranoica, 246 Ecuación simbólica, 41
Continente/contenido, 202 Demencia precoz, 64, 70, 107, Elación, 209, 213, 222, 227
Contratransferencia, 201, 202 123 Elección de apoyo, 326
Conversión, 57, 109, 277, 278, Dementia praecox, 244, 247, Elección de objeto, 325, 326
B 311 259, 299 Elemento beta, 117
Conversión pregenital, 44 Demencia presenil, 24 7 Ello, 95, 96, 97, 193 1
Bi-lógica, 124 Culpa, 92, 180, 223, 313 Depresión/neurosis obsesiva, Ello-Yo, 332
Borderline, 19, 22, 47, 82, 93,
313 Encapsulación, 199
117, 182, 188, 189, 190, 191,
Depresión anaclítica, 337 Energía no ligada, 104, 222,
192, 194, 198, 199, 217 D Depresión atípica, 293 285,321,323
Borderline, definición de, 182
Depresión e idealización, 33 7 Energía no ligada y ansiedad,
Borderline, grupos de, 190 Daseinanalyse, 48 Depresión-endógena, 306 285
Borderline, historia, 183 Defensas depresivas, 312, 33 7 Depresión esencial, 46, 48, 51 Enfermedad de Crohn, 61
Defensas maníacas, 196, 220, Depresión histérica, 312 Enfermedad, sentido de la, 69,
231,235,270,335 Depresión inicial, 308 98, 133, 159, 160
....
c Defensas obsesivas, 340 Depresión latente, 335 ·Envidia, 331
Defensas paranoicas, 264 Depresión monopolar, 289, 292 Eros, 112, 210, 331, 343, 344
Canibalismo, 303, 304 Déficit, 106, 11 O, 173, 306, 319 Depresión reactiva, 306 Erotismo anal, 226, 302, 3'b3,
Carácter anal, 268, 340 Déficit/conflicto, 107, 198 Depresión y genética, 293 305, 308, 334
Carácter paranoico, 268 Déficit, concepto de, 107 Desinvestimiento, definición de, Erotomanía, 250, 253
Carácter psicosomático, 188 Deficitario, 67
Catafasia, 81 173, 174, 175, E' ~ Escisión, 98, 100, 117, 120, 156,
Delirio, 63, 136137, 159 Despersonalización, 196 197, 198,.224, 231, 266, 285
Catatonía, 65, 126, 247, 292 ' Delirio de autoacusación, 248 Desplazamiento, 141 Escisión de la·. representación,
Catatonía, evolución de la, 66 Delirio de interpretación, 245,
Catatonía periódica, 81 . Desvitalización, 324 139
251 Devorar, 227, 301, 302, 303, 305 Escisión omnipotencia/inermi-
Celos, 231, 248, 250, 253 Delirio de negación, 292
Ciclotimia, 233 Distimia periódica, 31 O . dad, 266
Delirio de referencia, 179 Divalencia, 132 Escisión psique/soma, 48, 59
Ciclador rápido, 222 Delirio de reivindicación, 253
Código visceral, 55 Doble, el, 145 Esquizofrenia, 65, 71, 72, 260
Delirio de suposición, 248 Dolor, 116, 274, 283, 284, 326, Esquizofrenia, estructura de la, 73
Colitis ukerosa, 59, 61 Delirio, formación del, 146 344 Esquizofrenia, fases psicoanalí-
Complejo de castración, 259, Delirio frenético, 291 Dopamina, 78, 79 ticas de la, 93
266, 279, 315 Delirio melancólico, 291 . Duelo, 214, 217, 221, 226, 284, Esquizofrenia, formas de inicio,
Q}mplejo de Edipo, 19, 49, 91, Delirio parcial, 223 ·
315, 328 288,302,304,306,308,319, 72 •
Delirio pasional, 251 320,336 Esquizofrenia latente, 69, 183,
Comprensión/explicación, 106 Delirio persecutorio, 146, 156, Duelo canibalista, 304 186
Compulsión a la repetición, 340, 263
344 Duelo, mecanismo del, 321, Esquizofrenia, nosología psicoa-
Deliri0 qücr u1ante, 246 3223 nalítica, 84

rt
••••••••••••••••••••••••••• • • • • •
370 f ndice de materias
f ndice de materias 371

Esquizofrenia paranoide, 144 Fijación y esquizofrenia, 74, 94


Esquizofrenia pseudoneurótica, Fijación oral, 260 Hebefrenia, descripción de la, Identificación adhesiva, 193
184 Fijación parcial, 278 66 Identificación con el agresor,
Esquizofrenia simple, 21, 69 Heboidofrenia, 183 262,267
Fijación y melancolía, 302, 307,
Esquizofrenia y conflicto, 1O1 334 , Heces, 264, 334 Identificación histérica, 319 .
Esquizofrenia y fisiología, 76 Hecho psicosomático, 47, 239, Identificación introyectiva, 304
Fijación y neurosis obsesiva,
Esquizofrenia y genética, 75 284 Identificación narcisista, 305,
334
Esquizofrenia y síntoma, 1O1 Hecho psicosomático, historia, 319,320, 325,326;327, 341
Esquizofrenia y sistema dopa- 43,44, 55 Identificación primaria, 109,
Fijación y paranoia, 94, 259, 260
minérgicp, 77, 78, 79 Herida narcisista, 329, 333 120, 143, 144, 187, 304,336
Fobia, 58
Estar, 89, 127 Hipocondría, 51, 58, 94, 101, Identificación proyectiva, 113,
Folie de doute, 280
Estupor, 292 248,255,256,266,273,275, 114, 116, 118, 119, 120, 122,
Forclusión, 22, 23, 111, 165,
Etapa anal-sádica, 260, 298 279,280,281,284,285 125, 131, 134, 143, 144, 167,
306
Etapa genital, 334 Hipocondría definición de la, 179,202,203,304,328,331
Formación de compromiso, 83 280
Etapa oral-canibalista, 260, 303, Identificación y enamoramiento,
Fragmentación, 116, 119, 120,
334 Hipocondría/histeria, 284 319
125, 157, 173
Excorporación, 181 Hipocondría somatización, 284 Idiocia, 69
Frenesí, 63
Expulsión, 334 Hipocondría, metapsicología de Idiocia juvenil, 71
Frustración oral, 308 la, 279 Imaginario, 50
Función alfa, 115, 193 Hipocondría y pulsión, 283
.... IMAO, 293
Función desobjetalizante, 123, Bipomanía, 234, 235, 238 Impaludización, 73
F 133 Histeria, 57, 276, 299 Imposición del pensamiento,
Función materna, 317, 320 Histeria de conversión, 277, 156
Falta, la, 304, 344 Función significante, 118
Falso Self, 57, 86, 191, 237 278, 279 Incorporación, 304, 307
Función de simbolización, 11 O Homeostasis, 104 Inhibición, 298, 308, 31 O
Fantasía de castración, 275 Función interpretativa, 40
Fantasía de flagelación, 261, Homosexualidad, 140, 179 Inhibición y amor/odio, 308
Función sintética del yo, 105 Homosexualidad reprimida, 263 Interpretación delirante, 156
"262,265,267 Función subjetivante, 212
Fantasía de morder, 261 Homosexualidad y paranoia, Interpretación no clivada, 42
Funcionamiento caótico, 116 256,257,259,260,261,262, Introyección, 302, 304
Fantasía masoquista, 266 Furor maníaco, 230, 290, 301
Fantasías bisexuales, 266 267 Investirniento, retirada del, 173
Fusión agresión-erotismo, 263 ISRS, 293
Fantasías canibalistas, 92
Fase anal, 303; 307, 309, 334
Fase de autismo normal, 30 G K
Fase de no-experiencia, 233
Fase oral, 305, 307 Genitalización, 278 Ideal del yo, 5 3, 92, 218, 225, Kutabak; 290
Fase simbiótica, 30 331,336
Fetichismo, 99 Ideal del yo/Superyó, 336
H L
Fijación, 21, 22, 108, 145, 209, Idealización, 189, 337
213,226,232,307,309,315, Hebefrenia, 21, 65, 143, 145, Idealización primitiva, 188
324,333,344 155,247 Idealización y depresión, 337 Libido, estancamiento de la,
Identificación, 109, 313 284,285
. ......... '- '- .... .... 1 1 --t l ..... J.
~ l.~ .>
1m1 1cc de ma ren as 373

Libido, retirada de la, 94, 277, Monomanía expansiva, 291


282, 382 Noradrenalina, 294 Parafrenia, 67, 94, 107, 246,
Monovalencia, 228
Lipemanía, 64, 291 Núcleo básico de la personali- 247,260
Muerte, 61, 196, 283, 285, 289, dad, 20
Locura, 63, 65 Parafrenia afectiva, 81
300, 313, 315
Locura circular, 209 Parafrenia hebética, 65
Muerte e hipocondría, 287
Locura parcial, 291 Parafrenia tardía, 24 7
Locura sistemática, 242 o Parálisis general, 73
Paranoia,65,67,85,94, 174,241
N Objeto autista, 199 Paranoia, diagnóstico diferen-
·M Objeto bizarro, 117, 118, 121, cial, 245
Nada, la, 126 123, 134
Narcisismo, 319, 320 Paranoia, psicogénesis de la,
Madre esquizofrenogénica, 21 Objeto-cuerpo, 273, 274 307
Narcisismo, regresión al, 227 Objeto, elección de, 323, 325
Madre mala, 314, 317 Paranoia abortiva, 243
Narcisismo y melancolía, 324, Objeto, pérdida del, 216, 221
Madre suficientemente buena, 325 Paranoia alucinatoria, 243
103 Objeto beta, 331 Paranoia combinatoria, 243
Neurastenia, 45, 85, 276, 281 , Objeto en sí, 126, 199
Manía 64, 66, 209, 215, 218, 310, 311 Paranoia de deseo, 251
221,225 Objeto escindido, 146 Paranoia y agresión, 264
Neurosis actuales, 44, 85, 273, Objeto externo, 118, 222, 303,
Manía, estructura de la, 215 . 275, 276, 281 Partes psicóticas de la personali-
Má'l}!ina de influencia, 147 328,329,331,335 dad, 22, 86, 121, 122
Neurosis cardíacas, 278 Objeto fecalizado, 217
Masoquismo, 265, 266, 344 Patoneurosis, 43, 51, ! 85, 27 6,
Neurosis de angustia, 45, 85, Objeto ideal, 181, 221, 333, 337
Masoquismo delirante, 265 185,276,279,281 277 '
Mecanismos de defensa, 83, 197 Objeto internalizado, 224, 324 Patopsicosis, 43, 51
Neurosis de la conducta, 47 Objeto narcisista 213, 328, 329,
Medicina córtico-visceral, 48 Pecho-pene, 233
Neurosis de transferencia, 85 , 330,332
Megalomanía, 94, 101, 164, Pensamiento mágico, 284
90, 185, 282
,165, 248, 299, 343 Objeto parcial, 181, 226, 328 Pensamiento operativo, 46
Neurosis depresiva, 301 Objeto perdido, 214
Melancolía, 58, 63, 66, 215, Pensamiento simbólico, 113,
Neurosis gastrointestinales, 278 Objeto persecutorio, 181
219,221,223,225,289,296, 166
Neurosis narcisista, 259 Objeto total, 323, 328
298, 395,317 Pensamiento transicional, 165
Neurosis obsesiva, 57, 301, 302, Odio, 11 8, 165, 300, 303, 314,
Melancolía, causas de la, 289 Percepción delirante, 13 9
303,315,327,333,334,340 317,327
M~lancolía, estructura de la, 322 Neurosis obsesiva, etiología de
Pérdida, 182, 302, 308, 321,
Melancolía, etiología materna Omnipotencia, 157; 205, 267, 323,324,327,333,335,336
la, 315
de la, 307, 342 315,3 25,329 Pérdida, elaboración de la, 324,
Neurosis narc1s1Stas, 58, 85, 90, Organoneurosis, 277, 279
Melancolía, mecanismo de la, 185 326
318 Orgasmo, trastorno del, 276 Período de latencia, 48
Nirvana, 344
Memoria de evocación, 198 Niquilación, 125, 274 Personalidad como sí, 186
'"!"';
Metafora, 126 Personalidad narcisista, 189
Nivel de integración biológico, 22 p
Metonimia, 126 Perversión, 58, 83
No-pensamiento, 110, 122, 133,
Mirroring, 202 135 Posición aglutinada, 23, 117,
Modo indivisible, 129, 142 Pánico orgánico, 102,. 1()1_ 104, 195,325
No-vivencia, 22, 84, 99, 11 O, 127
Monomanía, 64, 223 113, 121, 124, 127, 135 Posición confusa, 209, 220, 231 ,
Parafrenesí, 291 329
••••••••••••••••••••••••••••••••
374 f ndice de materias Índice de materias 375

Posición depresiva, 214, 232, la, 317 Representación mental, 176 Sobreadaptación y hecho psico-
328,331 Pulsión agresiva, 308 Representante representativo, somático, 55
• Posición esquizo-paranoide, 92, Pulsión de muerte, 44, 95, 102, 283 Somatización, 284, 311
115, 182,222,231,260,325 126,210,219,221, 285,331, Repudio, 165 Spaltung, 68, 71, 185
Presentación del padre, 31 332 Retaliación, 333 Subjetividad, 20, 22, 82, 83, Ú 5
Principio de realidad, 214, 285, Pulsión epistemofilica, 203 Retención/expulsión, 301, 309, Superyó, 219, 226, 228, 230,
320 Pulsiones ambivalentes, 306 340 331
Principio de simetría, 118, 138 Reverie, 190,202 Superyó, formación del , 92,
Principio del placer, 147, 285 Ritualización, 57 230,264
Pr.o ceso primario, 95, 145, 193, R Superyó arcaico, 267 -
197 Superyó maduro, 267, 337
Proceso secundario, 145, 197, 214 Reacción exógena, 80 s Superyó melancólico, 332
Proyección, 94 Reacción terapéutica negativa, Superyó premoral, 178
Proyección/introyección, 3 09 199, 272 Sádico-anal, 308 Superyó retaliador, 160
Psicosis, concepto de, 88, 95 Regresión, 124, 145, 146, 209, Sádico-anal, origen de lo, 334 Superyó y esquizofrenia, 90, 91
Psicosis afectivas, 242 211 Sadismo, 262, 274, 300, 301, Supresión, 56, 57
Psicosis alucinatoria, 164, 318 · Regresión anal, 284, 305 302,304,314,317,327,334, Supresión conativa, 122
Psicosis bipolares, 81 Regresión maníaca, 333 335
e_sicosis blanca, 196, 342, 243 Regresión melancólica, 326 Sadomasoquismo, 187, 262,
Psicosis confusionales, 81 Regresión narcisista, 308 263,284 T ...
Psicosis de angustia/felicidad, Regresión organizada, 86 Self corporal, 54
81 Regresión paranoica, 266 Self-objeto, 83 Tartamudez, 278
Psicosis delirante, 242 Regresión psicofisiológica, 45 Self grandioso, 189 Teoría del conflicto, 108, 109
Psicosis de transferencia, 89, Regresión temporal, 145 Separación, 49, 325, 330, 331, 337 Teoría del déficit, 176
176 Regresión y esquizofrenia, l 00, Separación-individuación, 30, Teoría específica, 172, 174, 175
Psicosis infantil, 26, 29 101, 112 194,264,265 Teoría general de las neurosis,
Psicosis interpretativa, 249 Relación maníaca, 189 Serotonina, 24, 294, 295 106
Psicosis maníaco-depresiva, 21, Relación especular, 329 Significado y percepción, 126 Teoría unitaria, 108
83, 210, 224, 229, 234, 299, Relación simbiótica, 335 Simassi, estructura, 139, 142 Terapia anaclítica, 45
. 301 Renegación, 98, 196, 197, 213, Simbolización, 54 Tensión sexual, 219
Psicosis marginales, 81 214,221,231,266,267,284 Símbolo, fracaso del, 52 Thánatos, 109, 112, 210, 263,
Psicosis mixta, 80 Reparación, 231, 234, 300 Síndrome de Cotard, 292 343
Psicosis postoperatorias, 277 Representación de cosa, 95, 172 Síndrome de fatiga crónica, 46 Tic, 278
Psicosis postparto, 277 Representación de órgano, 51 Síndromes preformados, 68 Transferencia, 109, 174, 179
Psicosis simbiótica, 22, 35, 184 Representación verbal, 95 Síntomas fundamentales de la Transferencia ambivalente, 232
Psicosis unitaria, 65 Represión, 20, 93, 122, 255, 263 esquizofrenia, 69 Transferencia especular, 189
Psicosis y temporalidad, 126 Represión yoica, 336 Síntomas primarios, 69 Transferencia idealizada, 189.
Pulsión, metapsicología de la, Reprimido, retorno de lo, 263 Síntomas secundarios, 69 Transferencia monovalente, 232
283 Representación alucinatoria, Sistema madre-bebé, 21, 104, Transferencia narcisista, 287
Pulsión agresiva, autonomía de 335 118, 119, 192, 306, 335 Trauma, 56, 108, 173, 308
Tridim, estructura, 140, 141 ,
142, 143 y
-:r:_risteza, 289
Yo, debilidad del, 336
Yo, defecto del, 172, 173, l 92,
u 198
Yo, desintegración del, 164
Úlcera gástrica, 45 Yo, disociación del, 242
Yo, función integradora del, 1O1
Yo, hipertrofia del, 246
V Yo, identidad del, 39 COLECCIÓN
Yo corporal, 267, 273, 274
VerblOdung, 67 Yo dividido, 285 NUEVOS TEMAS DE PSICOANÁLISIS
Verwerfung,306 Yo c¡~p0:,~.:cido, 305, 318, 321,
Vida operativa, 56 333
Vínculo, 210, 212, 320,.344 Yo escindido, 106, 185, 284,
Vínculo, amenaza al, 211 322,327,328
Vínculo, destrucción del Yo hiperinvestido, 175
Vínculo, renegación del, 213 Yo grandioso, 213
Vínculo idealizado, 207 Yo melancólico, 305
Yo ideal, 91, 179 ....
Vínculo narcisista, 325, 326
Vínculo sádico, 327 Yo piel, 56, 193
Vínculo psicosomático, 59 Yo psicótico, 99
Vínculo psicótico, 344 Yo-Self, 273
Vínculo, vicisitudes del, 344
Vivencias cósmicas, 94 z
Vuelta contra sí mismo, 227,
274 Zona anal, 334

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ANzrnu, ANNIE, La mujer sin cualidad


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