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Resuelve la cuestión de cuál sea pesar más molesto en encontradas correspondencias, amar o

aborrecer (166) (IC) ¿RESUELVE LA CUESTIÓN? PROBLEMA DE LOS EPÍGRAFES

Que no me quiera Fabio, al verse amado, A METÁFORA HIPÉRBATON


es dolor sin igual en mi sentido; B HIPÉRBOLE
mas que me quiera Silvio, aborrecido, B HIPÁLAGE
es menor mal, mas no menor enfado. A ANTÍTESIS

¿Qué sufrimiento no estará cansado A


si siempre le resuenan al oído, B PREGUNTA RETÓRICA ARCAÍSMO
tras la vana arrogancia de un querido, B METÁFORA
el cansado gemir de un desdeñado? A

Si de Silvio me cansa el rendimiento, C


a Fabio canso con estar rendida; D
si de éste busco el agradecimiento, C PARALELISMO

a mí me busca el otro agradecida: D


por activa y pasiva es mi tormento, C METÁFORA
pues padezco en querer y en ser querida. D

SONETO: VERSOS ENDECASÍLABOS – ESQUEMA DE RIMA ABBA ABBA CDC DCD


SONETO PROFANO DE AMOR – TRIÁNGULO AMOROSO – DESENCUENTRO – RECURSO
ESTRUCTURAL: ANTÍTESIS, QUE MANIFIESTA LOS SENTIMIENTOS DEL YO
En este poema, el yo lírico se lamenta por un desencuentro de amor: ama a Fabio, quien la
rechaza, pero este dolor se agrava con el amor que siente Silvio. El problema acrecienta con la
búsqueda intensa del sujeto amoroso: no son amores pasivos sino que “siempre” se recuerdan
sus respectivos sentimientos y esto dificulta la paz del yo: “tormento”, “dolor”, “mal”,
“enfado”, “cansado”, “padecer”, etc: red semántica del dolor. Concepto rector: cansancio
(“cansado” x2, “cansa”, “canso”, etc). Idea de que el amor no siempre es placentero ni puro
dolor (“Con el dolor..:”) sino que también produce otras sensaciones: cansancio, rechazo,
extrañeza, distanciamiento, ansiedad. Posibilidades infinitas del amor.
Soneto lineal o unitario: constituye un todo sin separación.
Aquí no hay resolución: el yo no opta por Silvio, por ejemplo, sino que “elige” permanecer en
su padecimiento (= “Feliciano me adora y le aborrezco”, cfr. “Al que ingrato me deja, busco
amante”: “Pero yo, por mejor partido, escojo / de quien no quiero, ser violento empleo, / que
de quien no me quiere, vil despojo.”). Cfr. Rosa Fort (“Juego de voces…”, p. 39) para quien la
salida de la voz poética es el reconocimiento de la situación de disgusto, aunque el problema
permanezca insoluble.

Primera estrofa: El yo manifiesta el problema del texto: un desencuentro de amor. Fabio no la


quiere y Silvio sí: esto último agrava la situación. Se oponen “no me quiera”/ “me quiera”,
“amado” / “aborrecido”. El “mas” anuncia el empeoramiento de la situación. Lo de Silvio no es
tan doloroso pero sí le enfada. El desamor de Fabio le produce dolor. Hay marcas del yo: “me”,
“mi”. Pares de versos en paralelismos.
Segunda estrofa: Retoma y desarrolla la situación de la primera estrofa. Estrofa en pregunta
retórica y encabalgamiento: manifestaciones del cansancio del yo. En estos versos:
“sufrimiento”, “cansado”, “siempre”, “cansado”. Agotamiento, saturación. El querido (Fabio)
es arrogante con ella (la rechaza); el desdeñado (Silvio) le suplica (“cansado gemir”). Su
cansancio es, también, el de Silvio. Ella es” la Silvio” de Fabio: cadena de desencuentros que
genera el problema irresoluble.
Tercetos: Repite la idea de los cuartetos. El yo cansado. Marca del yo aparece más (“me
cansa”, “canso”, “busco”, “me”, “mi”, “padezco”). Hay marca genérica de voz femenina
(“rendida”, “agradecida”, “activa”, “pasiva”, “querida”). “rendimiento”: entrega que se hace
de una cosa en manos de otro (DAut V, 1737). “Tormento”: hipérbole (como “dolor sin igual”,
“sufrimiento cansado”, etc): desmesura del yo barroco. Las antítesis indican el estado de
indecisión que se refuerza hacia el final: no hay resolución de la situación, el yo perpetúa su
padecimiento. Los tres sufren. Metáfora: “activa y pasiva”, amar y ser amado. “Agradecido”:
reconocido y grato al beneficio recibido (DAut I, 1726).
El yo describe su situación a otra persona, no habla directamente a ninguno de los dos
involucrados (Fabio, Silvio).
Tópicos barrocos: disconformidad del yo con su situación, desmesura (en el amar y aborrecer,
en los que aman, en la irresolución del problema), el espejo
Es un texto (como los otros de “encontradas correspondencias”) en los que se pone de
manifiesto el juego verbal típico del barroco y el ingenio sorjuanino. Ruiz en su Prólogo
desarrolla el origen (p. 99): desde la poesía griega, Ovidio, Ausonio, lírica provenzal, etc.

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