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S.C.P.

0384/2015-s2
Sucre, 8 de abril de 2015
TIPO DE RESOLUCION: FUNDADORA
TITULACION JURISPRUDENCIAL: Debido proceso/ Acceso a la justicia/ Derecho a
la propiedad privada individual o colectiva/ Derechos, garantías y obligaciones

Titulación (máxima) - Extracto o reconstrucción del precedente constitucional

La aplicación de la Ley contra el Avasallamiento y Tráfico de Tierras se determinará


por la “continuidad” inherente a la ocupación o incursión violenta a las propiedades, lo
que no implica que puedan presentar demandadas de hace treinta años, por cuanto
los avasallamiento precisamente encuentran protección a través de acciones
constitucionales, por la inmediatez y eficacia, de la tutela que brindan éstas.

Síntesis del caso (Problemas Jurídicos)

En una acción de amparo constitucional el accionante señaló que dentro de la demanda


de desalojo por avasallamiento del inmueble de su propiedad; la Jueza Agroambiental
de Sica Sica dictó la Sentencia 003/2014 de 1 de abril, declarando probada la demanda,
disponiendo se proceda al desalojo voluntario en el término previsto por ley, fallo que
fue recurrido en casación por los demandados; instancia en la cual, la Sala Primera del
Tribunal Agroambiental anuló obrados, sin señalar hasta dónde, argumentando no ser
aplicable al caso de autos la Ley 477, al haber ocurrido el acto arbitrario (2 de septiembre
de 2013), antes de su promulgación y sin considerar que el avasallamiento perpetrado
en su propiedad es permanente; es decir, que a momento de entrar en vigencia la referida
ley, el acto ilegal y arbitrario continuaba como hasta la fecha, situación que se encuentra
prevista en dicha ley por lo que considera lesionados sus derechos a la propiedad, al
debido proceso y acceso a la justicia, peticionando se le conceda la tutela invocada y en
consecuencia se declare nulo el Auto Nacional Agroambiental impugnado. El Tribunal
Constitucional Plurinacional confirmó la Resolución del Tribunal de Garantías que
había concedido la tutela con el argumento de que si bien el avasallamiento de la
propiedad de la accionante, ocurrió el 2 de septiembre de 2013, éste continuaba de
manera permanente a la fecha de interposición de la demanda de desalojo, presentada el
19 de marzo de 2014, por lo que es de aplicación en el caso lo previsto en la Ley 477.)

Extracto de la ratio decidendi

FJ. III.4. "... Al respecto, de acuerdo a los antecedentes procesales, se constata que la
accionante, ha acreditado debidamente su derecho propietario sobre el inmueble
ubicado en la comunidad de Calachapi del departamento de La Paz desde el año 1953,
el mismo que fue objeto de avasallamiento por parte de los demandados y otros
comunarios de la citada localidad, hecho ocurrido el 2 de septiembre de 2013, en que
ingresaron con violencia, tapiando la entrada del inmueble impidiendo de esta manera
el ingreso de la propietaria como de los trabajadores, acciones de hecho que se puso en
conocimiento de las autoridades del lugar como también del Instituto Nacional de
Reforma Agraria (INRA), entidad que citó al comunario Francisco Mamani, para que
se apersone ante sus oficinas el 3 de octubre de ese año, a la audiencia de conciliación,
quien se encontraba en estado de ebriedad al ser ubicado por el funcionario policial que
al explicarle el motivo de la citación fue objeto de maltrato físico y verbal, habiendo
sido retirado del lugar, como se evidencia por el acta de representación de dicho efectivo
policial. Es así, que como manifiesta el accionante, los demandados conjuntamente otros
avasalladores, prosiguieron con estos hechos profiriendo amenazas y el uso
indiscriminado de dinamita como forma de amedrentamiento, habiendo solicitado la
intervención de las autoridades originarias sin lograr ningún resultado, procediendo
posteriormente a ingresar al inmueble mismo, actuaciones arbitrarias que al continuar,
motivaron que el 19 de marzo de 2014, la propietaria del inmueble avasallado
interponga demanda de desalojo por avasallamiento contra Juan Chino Mamani y
Eusebia Zelada Toledo, que fueron plenamente identificado; así, como los que
resultaren coautores, cómplices, instigadores o partícipes. La Jueza Agroambiental de
Sica Sica, asumió conocimiento de la demanda y una vez subsanadas las observaciones
que efectuó sobre la precisión de las personas demandadas y otros, la admitió mediante
Auto de 24 de marzo de 2014, señalando audiencia de inspección judicial para el 27 del
indicado mes y año, en el predio rural en conflicto, a la que concurrieron los
demandados, actuado judicial en el que se verificó el avasallamiento, que continuaba en
esa fecha, así como el saqueo de enseres personales, utensilios, herramientas, materiales
de construcción y otros de la casa de la accionante, como se acredita por el acta cursante
en antecedentes. Es así, que mediante Sentencia 003/2014, la citada Jueza
Agroambiental, declaró probada la demanda de desalojo por avasallamiento de la
exhacienda Calachapi, con costas daños, y perjuicios y alternativamente dispuso el
desalojo voluntario de los demandados, dentro del término de noventa y seis horas
(cuatro días) de su notificación legal y en caso de incumplimiento se ejecute por la
Policía Boliviana en el término de diez días calendario. Contra la referida Sentencia
003/2014, los demandados interpusieron recurso de casación en el fondo y la forma,
argumentando indebida apreciación de la prueba, vulneración del debido proceso, al
juez natural y aplicación indebida de la ley; toda vez, que el avasallamiento demandado
se realizó el 2 de septiembre de 2013, con anterioridad a la promulgación de la Ley 477
que se efectúo el 30 de diciembre del mismo año, recurso que fue resuelto por la Sala
Primera del Tribunal Agroambiental, a través del Auto Nacional Agroambiental S1a
40/2014, que anuló obrados sin reposición, por no corresponder a la judicatura
agroambiental la admisión de la demanda de desalojo por avasallamiento, por haberse
perpetrado, según lo expuesto en la demanda, “en forma posterior”, a la promulgación
de la Ley 477, en observancia a lo dispuesto por el art. 123 de la CPE, fallo que es
impugnado mediante la presente acción constitucional, correspondiendo determinar si
es evidente lo alegado por la parte actora. En efecto, la Ley 477, en su art. 1., se instituye
con el objeto de: a) Establecer el régimen jurisdiccional que permita al Estado
garantizar, proteger y defender la propiedad privada individual y colectiva, la propiedad
estatal y las tierras fiscales de los avasallamientos y el tráfico de tierras; y, b) Modificar
el Código Penal, incorporando nuevos tipos penales contra el avasallamiento y tráfico
de tierras en el área urbana o rural. Como se advierte, mediante esta Ley, el Estado
protege y defiende el derecho a la propiedad privada, estableciendo al efecto, los medios
y mecanismos legales a este fin, abriendo su ámbito de protección en la vía legal
ordinaria, mediante la justicia agroambiental y la penal, como su procedimiento, a la
vez que tampoco limita el acudir a otras acciones jurisdiccionales o constitucional, como
lo reza el art. 5 de la citada Ley, referido al procedimiento señalado en la jurisdicción
agroambiental. Por su parte el artículo 3 de la Ley 477 prescribe: “Para fines de esta
Ley, se entiende por avasallamiento las invasiones u ocupaciones de hecho, así como la
ejecución de trabajos y mejoras, con incursión violenta o pacífica, temporal o continua,
de una o varias personas que no acrediten derecho de propiedad, posesión legal,
derechos o autorizaciones, sobre propiedades privadas individuales, colectivas, bienes
de patrimonio del Estado, bienes de dominio público o tierras fiscales” (el resaltado es
nuestro). De la disposición legal transcrita, se extrae que las invasiones u ocupaciones
con incursión violenta que definen al avasallamiento, se encuentra igualmente
configurado cuando son temporales o continuas, significando continua, de acuerdo al
diccionario de la lengua española: “Que no se interrumpe y se prolonga durante largo
tiempo con la misma intensidad”, concepto ligado al de “permanente”, es decir: “Que
se mantiene sin interrupción o cambio en un mismo lugar, estado o situación”. Ahora
bien, de acuerdo a los conceptos señalados, que son claros, se tiene que
el avasallamiento es continuo cuando no se interrumpe y se mantiene sin cambio en el
mismo lugar; es decir, cuando la incursión o invasión violenta se mantiene en el tiempo
sin interrupción. Ahora bien, en el caso de autos, se ha constatado, que si bien
el avasallamiento de la propiedad de la accionante, ocurrió el 2 de septiembre de 2013,
éste continuaba de manera permanente a la fecha de interposición de la demanda de
desalojo, presentada el 19 de marzo de 2014, lo que se corrobora por las diversas
acciones realizadas por la propietaria del inmueble avasallado, ante las autoridades
originarias, y del INRA, sin que se hubiere llegado a una conciliación; por el contrario
los demandados conjuntamente los comunarios, no solo que incursionaron en el predio
en cuestión, sino que ejercieron violencia contra las cosas y amenazas contra las
personas, de forma permanente, actuación arbitraria e ilegítima que no cesó, por el
contrario, se mantuvo; circunstancia de continuidad, por la que la Jueza Agroambiental
de Sica Sica, aplicando correctamente la Ley 477 de, se pronunció declarando probada
la demanda, considerando que a momento de su presentación, el avasallamiento
continuaba, circunstancia que está prevista en la citada Ley en su art. 3.,
precedentemente transcrito y que no fue analizada por el Tribunal Nacional
Agroambiental, a tiempo de emitir el Auto impugnado, que erróneamente, sostuvo su
determinación en la irretroactividad de la ley, que no es el caso de autos y que no
contraría al art. 123 de la CPE; pues se reitera la “continuidad” inherente a la ocupación
o incursión violenta, es la que determina la aplicación de la Ley 477; lo que tampoco
significa -como señalan los Magistrados demandados- que se podrían presentar
demandadas de hace treinta años atrás, lo que no puede darse en el tiempo porque
los avasallamiento, o como se denominan “medidas de hecho”, precisamente encuentran
protección a través de acciones constitucionales, por la inmediatez y eficacia, de la
tutela, entendiéndose que un avasallamiento no va a perdurar por años, lo que tampoco
sería admisible. Por lo expuesto, en autos, se evidencia que los Magistrados de la Sala
Primera del Tribunal Agroambiental, vulneraron los derechos al debido proceso, de
acceso a la justicia y a la propiedad privada, de la parte actora, al haber anulado obrados
sin reposición; ocasionándole indefensión, conforme a lo establecido por la
jurisprudencia constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.I de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional; lo que determina la concesión de la tutela
solicitada, a través de esta acción de defensa, que es la idónea para la protección y
restablecimiento de los derechos vulnerados." )

Contextualización de la Línea Jurisprudencial

Sentencia Fundante)

Extracto del precedente constitucional

Precedente Implícito: FJ. III.4. "...Por su parte el artículo 3 de la Ley 477 prescribe:
“Para fines de esta Ley, se entiende por avasallamientolas invasiones u ocupaciones de
hecho, así como la ejecución de trabajos y mejoras, con incursión violenta o pacífica,
temporal o continua, de una o varias personas que no acrediten derecho de propiedad,
posesión legal, derechos o autorizaciones, sobre propiedades privadas individuales,
colectivas, bienes de patrimonio del Estado, bienes de dominio público o tierras
fiscales” (el resaltado es nuestro). De la disposición legal transcrita, se extrae que las
invasiones u ocupaciones con incursión violenta que definen al avasallamiento, se
encuentra igualmente configurado cuando son temporales o continuas, significando
continua, de acuerdo al diccionario de la lengua española: “Que no se interrumpe y se
prolonga durante largo tiempo con la misma intensidad”, concepto ligado al de
“permanente”, es decir: “Que se mantiene sin interrupción o cambio en un mismo lugar,
estado o situación”. Ahora bien, de acuerdo a los conceptos señalados, que son claros,
se tiene que el avasallamiento es continuo cuando no se interrumpe y se mantiene sin
cambio en el mismo lugar; es decir, cuando la incursión o invasión violenta se mantiene
en el tiempo sin interrupción. Ahora bien, en el caso de autos, se ha constatado, que si
bien el avasallamiento de la propiedad de la accionante, ocurrió el 2 de septiembre de
2013, éste continuaba de manera permanente a la fecha de interposición de la demanda
de desalojo, presentada el 19 de marzo de 2014, lo que se corrobora por las diversas
acciones realizadas por la propietaria del inmueble avasallado, ante las autoridades
originarias, y del INRA, sin que se hubiere llegado a una conciliación; por el contrario
los demandados conjuntamente los comunarios, no solo que incursionaron en el predio
en cuestión, sino que ejercieron violencia contra las cosas y amenazas contra las
personas, de forma permanente, actuación arbitraria e ilegítima que no cesó, por el
contrario, se mantuvo; circunstancia de continuidad, por la que la Jueza Agroambiental
de Sica Sica, aplicando correctamente la Ley 477 de, se pronunció declarando probada
la demanda, considerando que a momento de su presentación,
el avasallamiento continuaba, circunstancia que está prevista en la citada Ley en su art.
3., precedentemente transcrito y que no fue analizada por el Tribunal Nacional
Agroambiental, a tiempo de emitir el Auto impugnado, que erróneamente, sostuvo su
determinación en la irretroactividad de la ley, que no es el caso de autos y que no
contraría al art. 123 de la CPE; pues se reitera la “continuidad” inherente a la ocupación
o incursión violenta, es la que determina la aplicación de la Ley 477; lo que tampoco
significa -como señalan los Magistrados demandados- que se podrían presentar
demandadas de hace treinta años atrás, lo que no puede darse en el tiempo porque
los avasallamiento, o como se denominan “medidas de hecho”, precisamente encuentran
protección a través de acciones constitucionales, por la inmediatez y eficacia, de la
tutela, entendiéndose que un avasallamiento no va a perdurar por años, lo que tampoco
sería admisible. " )

Observaciones revisor

Concede la acción de amparo constitucional por vulneración al derecho al debido


proceso, acceso a la justicia y propiedad de la accionante por cuanto los Magistrados
demandados anularon obrados en el proceso seguido por la accionante
por avasallamiento con el argumento de que no era de aplicación a su caso la Ley 477
por cuanto el avasallamiento fue anterior a la promulgación de la misma, sin percatarse
que se trataba de un delito de tipo continúo y permanente que se había originado con
anterioridad a dicha Ley.)

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