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PRIMERA ESTANCIA DEL SER

El Concepto y la Intelectualidad

1. 1- El Lenguaje.
El lenguaje es substancialmente representativo: en sí no es categórico,
tan sólo en la medida en que se acople a la realidad, representa una categoría.
Por ello, no importa el grado de inteligencia a que llegue la comunicación verbal
o escrita: el lenguaje no pasará de ser una forma subalterna, dependiente de la
categoría.
El mundo categórico es el mundo del concepto, del conocimiento, de la
percepción desvinculada de todo formulismo, de la inteligencia en sí,
independiente de toda manifestación.
Cuando cualquier concepción, a la cual vuestra mente le haya dado el
tributo real, se lleva a los términos de la expresión mecánica, pierde su original
color y contextura, viéndose sujeta a las diversas interpretaciones que se
puedan desprender de ella.
Por ende, el único lenguaje, categóricamente representativo, es aquel
que obedece a la manifestación desnuda de la misma lógica abstracta del
conocimiento, que compagina toda interpretación, toda motivación, todo efecto
que ocurre dentro del parámetro de la existencia humana.

1. 2- La Lógica del Conocimiento.


La Lógica del Conocimiento es el método de la Verdad.
Tan amplio como abstracto; siempre razonable, absoluto y consecuente
con su esencia; naturalmente justo en todas sus deducciones y postulados;
inmaculado en sus propósitos, universal en sus alcances; estructurado como
pilar, como esencia de la individualidad, de sus fundamentos, funciones y
destino.
La Lógica del conocimiento nace de la comprobación, de la percepción
evidenciada. Toda búsqueda que mantenga viva y sana su razón crítica
conduce a ella; y ella, a su vez, os conducirá a la realización o estructuración de
vuestras realidades.

1. 3- La Verdad.
La verdad, acuñada en una comunicación de lenguaje y de palabras,
permanece estéril; como un símbolo, como una estatua, que puede ser
hermosa, pero sin vida; tan sólo es fértil, y cobra existencia, cuando encuentra
eco en las consciencias que la cristalizan en acciones de renovación y
entendimiento.
La verdad es como el agua: vital e intangible. Toda forma de
comunicación que se estructure diciendo: “He aquí, en estas palabras, la
Verdad. ¡Seguidla, adoradla!” Se asemeja a un recipiente que, por tener un
poco de agua adentro de él, dijese: “ ¡He aquí la fuente de toda agua!”.
La Verdad, como el agua, tiene distintas manifestaciones y, en el
transcurso de su misma evolución, cambia substancialmente la estructura, sin
jamás desvirtuar la esencia de su progresión.
¡Libraos del helado témpano de vuestras propias creencias,
inseguridades y temores!: lo único que os aprisiona, entre la brisa de las
miserias humanas, es vuestra propia rigidez. Imprimid movimiento a vuestras
vidas, sumergiendoos en el cálido océano de las libertades y de las
realizaciones.
Dejad definitivamente atrás toda culpabilidad e incertidumbre; gozad de
vuestro derecho a nadar en un mar de realidades, hacia un nuevo horizonte,
hacia la playa sagrada del despertar espiritual, en la seguridad de conocer, por
fin, la Absoluta Dimensión de vuestro Ser. !Buscad… y encontraréis!
Buscad con los elementos vivos de vuestras inquietudes. Que vuestro
apetito por la búsqueda sólo sea saciado con los nutrientes de vuestros sueños
y de vuestras realizaciones.
Haced uso de vuestro derecho inalienable a construir un mundo nuevo;
haced de vuestros sueños realidades, y de vuestras realidades un sueño.
Alejaos de todo aquello que signifique muerte en vida.
Moveos al ritmo de vuestras grandes posibilidades, no al ritmo de
vuestros conformismos.
Conformaos con la lucha, no con la aceptación de un mundo mediocre;
con la lucha de vuestras sensaciones, de vuestros sentimientos, de vuestra
razón, que no tolera ningún obstáculo entre ellos y su equilibrio; equilibrio que
da la total sanidad de vuestras facultades, la total dimensión de vuestras
determinantes y posibilidades.
¡Tú eres el objetivo y el propósito de tu misma lucha!
No entreguéis vuestros recursos a ideales extraños a vosotros mismos.
Entrad triunfantes al mundo del Conocimiento Interior, con la certidumbre de
estar emprendiendo la más grande aventura del Universo: la de engendraros a
vosotros mismos.
Escapad a la red de la ilusión; cubrid el abismo de la agonía y de la
muerte fecundando vuestra integridad con los átomos de la Realidad Cósmica.
Definid el Bien del mal, el odio del Amor; definid lo Esencial de lo
intranscendente, la Verdad del engaño; aprended a definir dónde comienza la
Luz y dónde las tinieblas; aprended a palpar vuestro Espíritu y vuestro Destino;
ved hasta dónde la razón es la razón y la lógica es la lógica.
No os engañéis; sed sinceros con vosotros mismos; el hombre está
alejado de sus semejantes en la medida en que está alejado de sí mismo.
Acercaos a vosotros para que os podáis acercar a los demás y, en el
acercamiento, encontraréis la Verdad.
Vuestra conformación es la misma conformación de la Vida.
Despertad, abrid los ojos; del letargo milenario: lo único que existe es la
Realidad Absoluta, y vosotros sois parte integral de ella.

1. 4- La Concepción y el Deseo.
Todo aquello que la mente humana pueda concebir, también lo puede
obtener; siempre y cuando la formulación de un intenso deseo motive la
cantidad de trabajo necesario para obtenerlo. La concepción y el deseo deben
de ir unidos.
Podéis desear cualquier cosa, hasta convertirla en realidad; pero, es bien
posible que, después de haberla obtenido, no os complazca, y os encontraréis
desencantados de vuestro afán.
No importa cuan intenso haya sido el deseo en aquel instante de vuestras
vidas, si no estuvo acompañado de una concepción real de las circunstancias,
que es la única que da la garantía de una felicidad futura.

1. 5- La Felicidad.
La felicidad es el termómetro de la Consciencia.
La felicidad no se improvisa: nace como consecuencia del conocimiento
verdadero de la individualidad dentro de las circunstancias que determinan una
vida.
No importa cuan determinante sea el medio: jamás ningún ser ha estado
apartado de todo aquello que sea útil y bueno para su vida. La única limitación
que lo aparta es la carencia de concepciones superiores; sea ya por
responsabilidad propia, o porque se esté sufriendo la corrupción o incapacidad
de las fuerzas representativas de la colectividad en concebir y aplicar las
realidades.
Tan sólo en esto radica la limitante del hombre.
¡Con cuanta frecuencia, buscando dinero, se encuentra la esclavitud; y,
buscando poder, se adentra el ser en un laberinto de falsedades e hipocresías!
Es más fácil asumir que algo es verdadero, que comprenderlo; más fácil
asumir que se es feliz, que realmente serlo. Es más fácil ser llevado de las
pasiones, que comprenderlas; y es más fácil gozar de una relativa estabilidad y
armonía que el construir vuestras vidas en una Obra Maestra.
¡Cuántas pasiones negativas y Egos destructivos se esconden detrás de
una pretendida estabilidad y armonía social!.
Desechad esos senderos fáciles, ante la posibilidad grandiosa de
enfrentar y comprender el calibre de vuestra individualidad, de vuestra lógica, de
vuestra honestidad, de vuestra razón, que no acepta el despotismo de ningún
misterio que empañe las posibilidades de vuestra percepción.
¡Que cada individuo emane de sí mismo una tonalidad más en la Luz de
la Verdad!: es la lógica común.
No hay sabiduría sin conocimiento, ni conocimiento sin libertad.
Rechazad todo lo que se interponga entre vosotros y vuestra libertad. Todo
sentimiento de justicia, verdad y belleza, experimentado dentro del Ser y que
sea protegido con el esfuerzo personal, tiende a desarrollarse y a desarrollar las
luces de un entendimiento superior; abriendo este, a su vez, unas concepciones
más nítidas del destino individual y humano.
Así como la validez de una concepción no se encuentra en su plasticidad
o en su hermosura, la vida de un sentimiento no está en sentirlo o en el
respetarlo, sino tan solo en la realización de sus consecuencias; cual implica
que, una vez que hayáis definido vuestros objetivos, categoricéis vuestra
individualidad respecto a ellos.
1. 6- La Constancia.
Esto sólo se logra a través de la constancia, del perseverar, del insistir.
No importa cuántas veces se haya recorrido el mismo camino, para tener
que empezarlo de nuevo; no importa cuántas veces la derrota siga a la derrota;
ya que es la constancia El Verdadero triunfo.
Tan sólo en la constancia germina la genealidad del hombre: la
constancia es la savia del progreso y el arma más certera de la lucha. La
constancia da a la vida el calibre de su propia consistencia.

1. 7- El Origen y la Búsqueda.
La verdad de nuestro Origen, La Verdad de nuestra Esencia, la Única
Verdad, se encuentra al alcance de todo ser que busque; que busque con
sagacidad, honestidad y lógica.
Así como del riachuelo se llega al río, y del río se llega al mar, puede el
ser profundizar en la inmensidad del Conocimiento Universal; siempre y cuando
use íntimamente de las prerrogativas de su propia individualidad, con el sistema
sagrado de que no hay respuesta válida si no nace del mismo que la haya
formulado.
Este sistema vital es el cincel que esculpe toda personalidad
evolucionada, a golpes de honestidad y esfuerzo, separando la duda del
entendimiento, el miedo de la armonía.
Por el contrario, es muy sencillo caer en las redes de la dualidad, del
desequilibrio, de la duda: basta tan sólo afirmar lo que no se ha conocido, o
dejarse llevar por una de tantas fuerzas déspotas e ignorantes de la Esencia
Personal, para que el individuo decida que es más importante construir en su
mente una imagen cualquiera, que nadie puede destruir y que él pueda imponer
sobre los demás obteniendo algún beneficio, que el iniciar, por sí mismo, la
búsqueda y la comprobación de la Verdad.
Esta Búsqueda ha sido la estrella de todo reformador o santo que haya
tenido la humanidad, créase o no se crea en una “ Deidad Personal”; ellos a su
vez partieron, en una forma radical y absoluta, de la primera gota de evidencia,
o sea: su propio Ser.
Cada gota de agua presagia un manantial, una razón de ser, un origen y
un destino. Cada gota de agua, cada ser, por pequeño que sea, encierra en sí
mismo un océano.

1. 8- El Mundo Interior.
Los espacios interiores de la individualidad son tan inmensos como las
profundidades del universo.
Los seres fácilmente se maravillan de lo que ven sus ojos en la noche: la
belleza y la gravitación de las estrellas; pero, muy pocos seres han mirado el
Universo Interior y han descubierto la vida, la belleza y las posibilidades que
gravitan allí: es mucho más sencillo mirar al mundo exterior, crear sistemas y
creencias que después se proclaman, a la ligera, como verdad.
Si descubrieseis el Mundo Interior, os daríais cuenta de lo infantil que es
esta apreciación.
La intelectualidad más versada, que desconozca el Cosmos Intimo, está
muy lejos de ser sabia.
Más sabios que cualquier teología, más profundos que cualquier sistema,
son los seres que confían dulcemente en todo lo que es espontáneo en su
naturaleza.

1. 9- El propósito.
Es propósito de estos escritos preestablecidos decretar la revolución en
las consciencias y la lucha íntima por la Verdad en todo ser que, con sinceridad,
los lea y los sienta; ¡Entablad un diálogo con ellos!
El propósito del lenguaje aquí a usar es el de estimular el Sendero
Individual, nunca el de crear una imagen más del Cosmos.
Este es el mensaje de los seres que están en movimiento; el sentir de
todo ser que ha estado en movimiento; el sentir de todo ser que ha hecho de su
sensibilidad un cristal de profundas resonancias.
Este no es el mensaje de una sola consciencia: es el mensaje de muchas
consciencias para todas las consciencias que quieran ponerse en movimiento.
No importa qué camino se use: caminos habrá tantos como individuos
haya; tan sólo se asciende en una sola dirección. Esa dirección es nuestro
método, nuestra lucha; y esa lucha… nuestra única esperanza.
SEGUNDA ESTANCIA DEL SER
Continuidad de las Energías
2. 1- El Movimiento.
El movimiento es una esencia universal en armonía con todas sus
manifestaciones, cuya lógica y patrón es la evolución y la realización.
No hay nada que existe que no participe, en una u otra forma, de
movimiento. El nunca es contrario a sí mismo: siempre es emánente y
consecuente.
El Movimiento Originario, el “Arquetipo”, es la misma Energía Creativa de
la Naturaleza, la cual se multiplica siempre de sí misma, no de otra fuente.
Esta Energía, este Movimiento, fluye en nuestro plano terrestre como el
componente único de tres Principios Creativos, o destructivos, que motivan toda
vida y la existencia del mundo.
Estos tres Principios, o Estímulos Vitales, son: 
1- El que opera en el Dinero,
2- El que opera el Sexo,
3- El que opera el Poder.
Tres manifestaciones de una sola Fuerza Universal, común para toda la
Creación. Esta Fuerza puede usarse positiva o negativamente.
La forma inferior se caracteriza por la Codicia.
La Codicia corroe todo, sin “distingos”: corroe la religión, la política, los
negocios, la vida familiar e individual; perdiendo ante ella, todas las cosas, su
belleza de ser, y opacándose su significado.
La forma superior obedece a la Armonía en la utilización de estos tres
estímulos para el desarrollo integral del individuo.

Es muy común la forma de pensar que, para ser un Maestro o un ser más
evolucionado o espiritual, se debe suprimir algunas de estas tres tendencias; es
un error el suprimir, en vuestro intento por convertiros en un mejor ser, la fuerza
que trabaja en el interés por el Sexo, el Poder y el Dinero.
No prescindáis de aquello que os interesa y os agrada.
Resulta absurdo el privarse del apetito de vivir en un universo abierto a
escalas interminables de consciencia, y que no es: moral o inmoral;
simplemente, es un fluido de energía neutral a la moralidad.
Vuestro deber no es el de negar vuestras potencialidades, sino el de
aceptarlas, vivirlas, para poder comprenderlas y, algún día, armonizarlas;
construyendo vosotros mismos, de vuestra existencia, una Obra Maestra de
Consciencia y de Hermosura.

La energía de estos tres Principios está en vuestras manos, para que la


uséis favorablemente. Cuidad de vuestras herramientas: no las levantéis contra
vosotros mismos.
Las prerrogativas de vuestras individualidades os dan un camino válido y
abierto para usar esas motivaciones en la dirección que os satisfaga, siempre y
cuando las liberéis de los sentimientos de temor, culpabilidad, represión y duda.
Siendo honestos y libres, comprenderéis la pureza y la originalidad de
vuestro ser: cuando es espontáneo y consecuente con sus energías.

2. 2- El Dinero.
El impulso por el dinero se manifiesta en el deseo de disfrutar de todo
bien material.
No solamente debéis hacerlo, sino que tenéis el derecho a realizarlo.

2. 3- El Sexo.
El Sexo es el deseo de unión, el llamado de la ternura y de la estabilidad
emocional y física.
Todo ser tiene derecho a esta comunicación íntima. Desde que se
respete a los demás, se puede desarrollar la actividad sexual natural y limpia.
Permaneced libres de cualquier sentido de culpabilidad: no hay ningún
tipo de maldad en la sexualidad humana; simplemente, es una energía
poderosa que puede convertir al hombre en sabio o miserable; en un criminal o
en un santo. Mas, no creáis que todo aquel que niega esta energía vital es puro;
es más puro aquel que la vive, la sublima y la respeta.

2. 4- El Poder.
El deseo por el poder es el más complejo de todos, ya que no hay otro
que haya traído al hombre más miserias y agonías que las que han producido
las manifestaciones negativas del poder.
Una de las determinantes del poder es aquella que se estructura en
complejos sistemas intelectuales muy ávidos de establecer patrones de
desarrollo, modelos de comercio y economía, teorías, estrategias y
planeaciones; pero, sobre todo, voraz en esconder los intereses mezquinos y
destructivos que se esconden detrás de tanto ropaje intelectual y analítico.
Básicamente, son individualidades para las cuales el poder no tendría
ningún sentido sin el prestigio personal y el beneficio propio.
Detrás de tanto artificio ideológico, tan sólo se esconden las más
inmensas dosis de vicio y de maldad; o, simplemente, la más total ignorancia y
respeto a la naturaleza del individuo, las leyes de la vida, la esencia, la
progresión y el destino de la humanidad.
Todo poder que no emane del conocimiento, de las necesidades y de las
responsabilidades del individuo como ser integral y absoluto, es un poder en
contra del hombre, estructurado en la iniquidad, en la farsa y en el despotismo.

Afirmad La Verdad dentro de vosotros, no os dejéis seducir por una


organización devastadora; La Verdad tan sólo puede ser delineada de una
forma abstracta, no perdáis de vista que, cuando comienza a adquirir colores y
matices, alguien siempre se revela.
Existen un sin número de fuerzas que no quieren ver al hombre unido;
más siempre, vuestra individualidad es la gran prerrogativa y la puerta que
nunca se cierra. Buscad en ella la respuesta de todas vuestras preguntas, el
agua que calma la sed de todas vuestras necesidades, el pan que satisface
todos vuestros apetitos.
Si tan sólo abrierais vuestras mentes a un mayor entendimiento, veríais
que vuestras vidas están ya llenas de toda la bondad y riqueza que tan
inútilmente buscáis en las manifestaciones exteriores.
Guardaos, y aprended a aplicar vuestro juicio crítico ante las facetas
negativas del poder, siendo las más peligrosas y escondidas de todas, aquellas
que se tejen tras una red de sutiles hipocresías.
Mentes ágiles en comprender y usufructuar el mecanismo y las
necesidades de la mente humana. Mentes prontas a avasallar, juzgar,
monopolizar y controlar; destructivas en contra de lo que sea un cambio en
beneficio del hombre; rápidas para esconderse en el subterfugio de sus propias
leyes; siempre abriéndole paso al inicuo y cerrándoselo al reformador.
Condición escueta que, a través del tiempo, el medio imperante ha
producido en la más profunda y viciada explotación del hombre por el hombre;
siempre tejiendo sus mecanismos y arraigando sus intereses; voraces en
cubrirse de autoridad, de falso amor y bondad; promiscuas en aprovechar toda
ignorancia; hábiles para provocar el fanatismo, crear dogmas y falsas ilusiones,
a través de la sensibilidad, la confianza y las necesidades del hombre.

Ante un mundo corroído de hipocresía y crimen, apelad siempre al juicio


de vuestra razón. No entreguéis las partes de vuestra integridad a ninguna
causa falsa; no hagáis el sacrificio de vuestra libertad, ni deroguéis los atributos
de vuestra razón.
Sed rebeldes contra todo aquello que no apruebe el diálogo de vuestra
consciencia.
Aprended, de una vez por todas, que vosotros SOIS el objetivo de vuestra
propia vida; y tan sólo haciéndoos el bien a vosotros podréis hacerlo, después,
a los demás.
Digerid toda creencia con los enzimas de vuestra razón, separando
siempre el bagazo del alimento y el veneno de las proteínas; pasadlo por el
tamiz de vuestra lógica; pero, sobre todo, sin temor.
Predicad y cultivad el apetito por la vida: ¡tragadla, bebedla, aceptadla
como venga!; no rechacéis el pan que el destino os ponga en vuestra mesa.
Sed elásticos, no importa de dónde vengan los estímulos, no importa cuál
sea el método que adoptéis o prefiráis; la única causa es la integridad de
vuestra armonía, la única oración: vuestra existencia, y el único evangelio:
vuestra Consciencia. 
Predicad la armonía; la armonía de todos vuestros sentimientos, de todas
vuestras sensaciones, de todos vuestros sentidos; la armonía de lo que fuisteis,
sois y seréis algún día.
La armonía que se aplica en esta forma, sólo brota del conocimiento
interno de uno mismo: es el eco de la razón que se ha encontrado a sí misma y
lleva latente el sacrificio. La mente, entonces, deja de ser un transmisor de
alaridos sofisticados y estridentes que se pierden en el espacio ante el clamor
de la ignorancia, para convertirse en la más tajante arma en la lucha de la
revolución humana.
Escuchad, en el silencio de vuestra intimidad, las razones de vuestros
hijos, las razones del mañana.
Más allá del escenario donde las diversas facetas negativas del poder se
disputan la supremacía, nacen los honestos senderos de renovación. Los
derechos son y pertenecen a los débiles, las obligaciones pertenecen a los
poderosos.
Las facetas positivas del Poder nacen de la Comprensión de la Justicia,
de la Belleza y de la Verdad; tres cualidades sin las cuales no puede existir, ni
existirá jamás, La Verdadera Bondad.
Por lo cual, El Verdadero poder es único y categórico: implica todo lo que
sea conducente a él mismo; más, condena toda concepción que desconozca la
vitalidad constitutiva de su esencia.
El anhelo por crear un mundo mejor, con las prerrogativas de la libertad
individual, es una primera determinante de las facetas positivas del poder.
Todas las teorías morales son coercitivas de la libertad individual, y toda
fuerza coercitiva tiende a crear un poder por el despotismo y un usufructo de la
debilidad y del temor, siempre representativos de la ignorancia. El único
precepto válido es la tan antigua regla de oro: “Haced a los demás lo que
deseáis que ellos os hagan a vosotros. Mayor mal hay en aquellos que juzgan o
critican las libertades del individuo que en aquél que ingenuamente comete
errores viviendo.
La verdad substancial detrás de estos tres estímulos vitales es una sola
Energía Creativa: ellos nunca son malos, sino mal utilizados.
Un hombre piadoso y abnegado que se aleja por completo del dinero y
del sexo para obtener, según sus ingenuas concepciones, algún tipo de poder
espiritual, no está ejerciendo una energía distinta a la que ejerce, con su
actividad sexual, cualquier prostituta: simplemente, la está aplicando en otra
forma.
Ninguno de los dos comportamientos es condenable: la una, con su
promiscuidad, y el otro, con la negación de sí mismo, se están procurando una
sabia melancolía, soledad, depresión o tristeza que en todo ser va provocando,
progresivamente, un sentido de reforma hacia el camino del equilibrio interno;
equilibrio total, en la armonización de vosotros mismos, que tan sólo procura la
emanación consciente de la Energía Creativa.
Limpiad de vuestra mente, de una vez por todas, todo prejuicio:
simplemente, disponéis de tres engranajes superiores que responden al juicio
de vuestra voluntad. No os pongáis al servicio de ellos: ponedlos a vuestro
servicio, para que opere en vuestras vidas la felicidad y la sabiduría que suplirán
todas vuestras necesidades y os harán comprender todo acto, por contrario que
parezca, en vuestras vidas y en las de los demás.
Proteger los senderos de vuestra individualidad y los derechos de vuestra
libertad, es vuestra más sagrada obligación.
TERCERA ESTANCIA DEL SER
La Autenticidad Primigenia

El despertar de la autenticidad y de la comunicación es vuestro impulso


vital y el impulso vital es la semilla siempre virgen que se renueva generación
tras generación y que en algunos individuos, se desdobla produciendo pilares
de esperanza para la especie humana.
Confiad en el desdoblamiento de la semilla: es el proceso esencial de
vuestra autenticidad; confiad en la biología de vuestro sistema; confiad en la
progresión del tiempo que fluye para justificar vuestros más íntimos anhelos. El
que no cuida y respeta su propia ingenuidad, está violando su imaginación, está
juzgando sus deseos antes de comprenderlos y está condenando lo que
conoce. Proteged vuestras primogénitas inquietudes de la presión social, para
que puedan desarrollarse y pulirse a sí mismas; desconfiad de todo aquel que
quiera recortar vuestras opiniones, inquietudes, anhelos, para encajarlas dentro
de su propio molde; sed sagaces: no le deis esa posibilidad a nadie.
No permitáis que nada ni nadie pise el terreno sagrado de vuestras
propias determinaciones y así podréis mantener la pureza esencial de vosotros
mismos. Mirad que toda doctrina que amenace ese vuestro piso, no es nacida
del respeto, por lo cual no merece el vuestro.

He aquí una consigna de prevención, no de lucha: despreciad lo que se


debe despreciar y aborreced lo que se debe aborrecer.
Haced del tiempo vuestro aliado, no vuestro rival, separando el grano
añejo del prejuicio social del grano siempre joven de vuestro impulso vital; así
vuestra cosecha generacional será más pura y sus alcances más definidos.

Que nada importe lo que digas, tan sólo cuenta lo que hagas; que poco
importa lo que pienses, si no lo vives. Vive entonces como quieras, y querrás lo
que vivas.

La ingenuidad es la madre de la espontaneidad y la espontaneidad es la


vida misma; si ella dura lo que duren tus años, serás fuerte y con razón; serás
libre y vivirás de la vida lo mejor. Tan sólo así andarás erguido y en tu frente la
victoria de haber la Luz comprendido. Tu sombra será un susurro del amor por
lo vivido; tras de ti... dos blancas huellas: la razón y el equilibrio.

3. 1- La Búsqueda Interior
En el panorama de la existencia humana, entre su inconmensurable
gama de matices, de formas, sentidos y presiones, la única sensación que
nítidamente se transluce, empalmando una generación con la siguiente, es la
Búsqueda Interior.
No importa la rivalidad de ir y devenir y del momento: el susurro de un
origen común, de un destino común y de un encuentro, dan a la vida más simple
un Gran Aliento.
El Despertar a la magnificencia de la vida individual, el umbral del camino
de todos los caminos; la lucha del mañana y del momento, el despertar de uno
mismo, la fuerza primogénita del Ser Creado y Creador que rompe las cadenas;
la Fuerza estructurada de Evolución Madura que, en diametral consciencia,
proyecta Transcendencia, Sabiduría, Inocencia.

Buscad, luchad por lo real, lo fecundo, lo que en verdad trasciende sobre


un mundo convulso.
Buscad con criterio, sembrando vuestras vidas en causas de reforma;
sed amplios y elásticos, trayendo del mañana un poco a este día; procurad
implantar la razón en la vida; mirad el despertar de la Supraconsciencia;
miradlo, juzgadlo: vosotros sois la evidencia.

3. 2- La Razón.
Cuidad la piedra preciosa de vuestra razón; no menospreciéis el
inconmensurable tesoro de vuestro legado humano. No tachéis la razón de
superflua, sin realmente entenderla; no creáis a la ligera que es una fuerza
viciada, tan sólo por el uso que un sistema ha hecho de ella.
No toméis el escape melancólico, huyendo en un sendero de profundas
resonancias emotivas que no tienen ninguna relación directa con las preguntas
y las necesidades de vuestro destino humano.
No os dopéis con las primeras consonancias espirituales de vuestro Ser,
perdiéndose inútilmente vuestro criterio en una forzosa autenticidad que os
enclaustrará en un vacío de inactividad, muy lejos del vigor de las leyes de la
existencia.
En la medida en que actuéis, habrá respuesta.
La razón es el receptor informativo que tenéis en vuestras manos para
sintonizaros con el Cosmos; no reneguéis de este vuestro sagrado instrumento
por el sólo hecho de que los sistemas humanos han fallado en daros la doctrina
absoluta.
Cambiad de frecuencia: buscad con criterio el tono exacto de vuestro
equilibrio, de vuestra proyección, de vuestra armonía. La lucha no está en huir,
está en el comprender y en el compartir; está en el hacer, más que en el decir;
está en trascender, está en definir. Entrad en la lucha con la marcha propia de
vuestra razón.

La razón se encumbra, llamándose fin. La razón humana se vuelve una


bestia: convierte el engaño en gran solución; proclama en sistema su técnica
lengua, la luz del momento; oculta con prisa su macabro fin.
Libraos entonces del engaño y del sofisma iluso; la razón no es fin ni
escollo: tan sólo es un medio de gran comprensión; el medio intachable de
implantar la ciencia y el magno concepto de Revolución.
Desnudad la Realidad de una vez por todas, ante vuestra Consciencia;
conoced al fin la suavidad de sus formas, la paz de su regazo, el fuego de sus
entrañas; desmontando de su cuerpo todo ropaje preconcebido, todo telón, toda
fuerza; y allí, en lo más íntimo, cual galardón sagrado a toda lucha humana, la
encontraréis desnuda, la encontraréis sin mancha, tendida en el sendero de
vuestra propia alma.

No os engañéis por más tiempo: quitad el paño que tapa el foco de


vuestras miradas; penetrad la masa inerte de tinieblas con el brillo de vuestras
pupilas; gozad de la seguridad de despertar de un gran letargo, aplicando el
arma cortopunzante de vuestro juicio, hiriendo mortalmente el sebo viscoso de
la duda humana, para redimir el órgano vivo de vuestro criterio.
Usadlo libremente: no traguéis tan pronto la hostia de cualquier doctrina.
No sucumbáis a ideologías foráneas a vuestros sentidos; no caigáis en las
garras de cualquier lobo; mirad con certeza cualquier ser: por regia o inmunda
que sea su presencia, lleva impresa semejanza vuestra.
Definid lo cierto: quien os aventaja sólo en obligaciones, en verdad os
pasa. Mirad más abajo, que aquel indefenso os pide un consuelo; exigid vuestro
puesto en el suelo común del humano anhelo.
No uséis el abrigo que no da medida al neto alcance de vuestra alma
viva. No estéis conquistando, que estáis sofocando de vuestro hermano el brío.
Perded el temor a la fuerza pura de vuestro Ser desnudo; hablad recio
tono cuando todos callen. Condenad seguro el caro ropaje de un cáncer
inmundo, no temáis la herida: la esperanza nace de la sangre limpia.

Disfrutad cuanto os es permitido por el conocimiento y el saber. Al Ser


sólo lo entorpece la ignorancia; rechaza entonces lo oscuro, lo demás degusta y
sin temor traga.

Si los hombres no son ascendentes sobre el devenir de los tiempos y las


humanas circunstancias, el porvenir se convierte en determinante de los
hombres y de sus acciones; reprobando y destruyendo sus diversos actos.

El conjunto humano es un único mecanismo consecuente, “summum” de


toda experiencia, vida y muerte, en el cual el fruto de su propia evolución se
hace presente cuando el hombre, triunfando sobre sí mismo, ilumina a los
demás, en la penumbra y, en el amar y compartir fecundo, trae la revolución del
mañana hasta el presente.
CUARTA ESTANCIA DEL SER
La Creación Permanente

La realidad es esencialmente emotiva. Cualquier forma de vida, no


importa cuál sea su lugar de origen, tiempo o espacio en el Universo, o cuál su
especie, participa, en mayor o menor grado evolutivo, de nuestra Común
Vitalidad o Lógica Constitutiva.
Esta Lógica Común, única, es la manifestación esencial de toda
existencia, percibiéndose, en multiplicidad de grados y formas, en los procesos
universales de formación, Ascensión y realización.

4. 1- La Creación.
El concepto universal de Creación se debe entender como un todo en el que no hay
creación sin formación, ni formación sin Ascensión. La Creación implica una realización, y el
concepto “Origen” implica un Auto-Origen.
Esta Lógica, que proclama todo ente, átomo, sistema vital o planetario,
es en su constitución integral, la total dependencia y a la vez, la total
independencia.

4. 2- La Dependencia y la Independencia.
Los principios de dependencia e independencia, auto-dependencia y
auto-independencia, son unos principios universales originarios; la negación de
estos principios serían la no-existencia.
Si el ser se negare a proveerse de aquello de lo cual depende,
perecería; así como si se negare a utilizar su independencia o las capacidades
dinámicas de su propio ser.
Los fermentos esenciales de La Vida son: la dependencia y la
independencia; características de progresión vital en el universo, razón silente
de una Fuerza Originaria Absoluta, o Tiempo Central Primario, fuente de toda
progresión evolutiva. Este Impulso Original Primario no es otro que la pre-
potencialidad o Espíritu de La Vida, demostrándose en el impulso de
Ascensión de toda existencia.
La fricción de estas dos cualidades, la dependencia y la independencia,
son como La Luz del sol que sobre un planeta forma el espíritu inicial de toda
la atmósfera; así, a su vez, estas dos cualidades, en infinita fusión, dan causa
a toda manifestación de vida y a todo comportamiento humano.
No creáis que sois absolutamente independientes por el hecho de
asumir posiciones fanáticas o excéntricas; asumid, por el contrario, una
posición lo suficientemente sana, manteniendo vivas vuestras facultades
críticas, para que podáis ver dónde comienza y dónde termina vuestra auto-
independencia.

4. 3- La Ascensión.
La Vida existe potencialmente, antes de que se manifieste, y de las
manifestaciones conocidas se deduce su potencialidad, no sus limitaciones.
Todo tipo de formación implica una Ascensión, y toda Ascensión implica
una realización de algún tipo. La Ascensión no puede provenir de algo
inexistente y estático; por ende, hasta los procesos cósmicos perdidos en el
origen mismo del tiempo, implican una previa potencialidad de La Vida.
Despertad vuestras luces intelectuales en el brillo de la potencialidad
innata a La Vida, aplicando en vosotros las Leyes de la Ascensión.

4. 4- Los Seres.
Existen diversas categorías de seres, de acuerdo con su nivel de
conocimiento o de conciencia.
En las categorías inferiores entra todo organismo animal o ser, que
lucha evolutivamente por adaptarse, subsistir o usufructuar inteligentemente,
de aquello de lo cual depende; pero, sin haber tomado pleno conocimiento o
razón de qué depende exactamente.
Difiérense los seres, no en esencia o potencialidad, sino en auto-
Ascensión ante un Gran Tiempo Central Único, que emana Leyes de
Conocimiento para cada nivel de existencia, siendo partes consecuentes de un
Gran Todo y en ese Gran Todo, la esencia, la potencialidad única y común.

4. 5- La Plena Consciencia.
No importa qué tanto avance una humanidad o un grupo de seres en el
establecimiento de sistemas interpretativos o ideológicos: tan sólo entran en
las categorías superiores los seres que aplican el Conocimiento Real de la
dependencia en una mayor auto-independencia, o sea: el Real Conocimiento
de las Leyes que determinan la integralidad absoluta del individuo y en aplicar
o vivir consecuentemente con ese conocimiento; entendiéndose este
conocimiento como un Fluir Vital, no una apreciación forzada o estática.
Este nivel, o toma de consciencia, es el despertar a la potencialidad total
del ser humano en la razón o Plena Conciencia de su Origen y Destino.
Todo participa de un nutrirse y de un auto-desarrollarse; de un asimilar y de un
aplicar lo asimilado; de la comprensión y la reflexión. De estas dos virtudes,
innatas a La Vida, nace la Chispa Universal de la Auto-Conciencia, principio
del conocimiento y percepción del sentido de justicia; del bien y del mal.
A partir del conocimiento de esa Fuerza Originaria, el ser puede vencer
las limitaciones de su propia humanidad, triunfar sobre la misma muerte, o
decaimiento orgánico, y transmutar su vida en ciclos ilimitados, convirtiéndose,
de vulgar raíz en frondosa planta y de allí, en fruto de simiente de
transcendencia cósmica.
Por ser, como en verdad es, el Auto-Origen, el “Yo soy” en plena
Ascensión, formación y creación, el ser actual debe pasar, de la conciencia
vital unidimensional de sus propios intereses, a la Consciencia Vital Planetaria,
para de allí poder llegar a algún tipo de Consciencia Universal.

4. 6- El Destino y el Origen.
El Destino debe entenderse, no como limitación, sino como la
ilimitación. El Origen no debe verse como un ciclo independiente de uno
mismo, ya irremediablemente perdido más allá del tiempo, sobre el cual no
puede emitirse ninguna certeza, sino como algo candente dentro de cada
individualidad. Todo tiene individualización, consciencia, origen y destino.
4. 7- La Ascensión y el Gobierno.
Sed rebeldes, pues vosotros sois vuestra propia causa.
No os dejéis esclavizar del “tener” o del “no tener”; haced vuestra
prioridad: ser simplemente lo que sois, para que podáis vivir lo que realmente
tenéis que vivir y experimentar.
No implantéis en vosotros conceptos foráneos y marchitos: sed genuinamente
ascensionarios. Entended el concepto “Ascensión” no como la oposición
sistemática a un gobierno cualquiera viciado de intereses perecederos, sino
como la lucha por la implantación ideológica de traer, con vuestras vidas, a la
humanidad el verdadero Sentido de gobierno, justicia y trascendencia,
inspirados en un Supra-Gobierno cuyo único interés sea el Ser, como
esperanza de todo esfuerzo.
Un Gobierno Único Terrestre, constituido en los principios del
Conocimiento Universal.
Mirad La Verdad sin rodeos. La Hermandad de la especie humana es la
única respuesta ante el vacío evolutivo del mañana. El cambio de la duda
sistemática en certeza, del gobierno en filosofía, de la religión en lógica y en
ciencia, son los senderos de la Ascensión.
La muerte de una época y el nacimiento de otra se avecina.
Se vive, en el momento, la agonía de los sistemas interpretativos,
filosóficos y religiosos. La humanidad, cansada de métodos convulsos y
podridos, comenzará a buscar nueva evidencia.
Todo aquel que con sinceridad la busque, es un ascensionario y en
potencia, un pionero y reformador.
Mirad, dentro de un sistema que agoniza, los millones de vientres
fecundos de ascensión.
Ascensión, es el Impulso Vital de la espontaneidad y la ternura,
convertido en pié de lucha por el Amor, la Libertad y la Razón Sagrada.
Ascensión, es el grito libre y consecuente del ser que no quiere vivir ni
morir como una sombra; es el palpitar de todo ser que no quiere sumirse en el
anonimato del egoísmo colectivo sin dar algo de sí mismo ante el mañana.
Ascensión, es la pasión exaltada por la Verdad, que en su ímpetu, consume todo “credo”,
toda filosofía, todo dogma, buscando encontrar, en su carrera, el fulgor desnudo de la misma
vida.

4. 8- La Dualidad Evolutiva.
La dualidad, innata a La Vida humana, es un determinante del ser: se es
dependiente y a la vez, independiente. Toda característica, sea anímica,
sentimental, conceptual o intelectual, expresiva o artística del ser humano, está
substancialmente sujeta a las Leyes de la Dualidad Evolutiva.
La Dualidad es el mismo elemento constitutivo, o material primario, de
los laberintos de la razón humana, de sus abismos y de sus límites
aparentemente insondables; así como dualmente se encuentra en ellos la
posibilidad de surcarlos.
No es esto una utopía inalcanzable o una creación fantástica, sino el
fruto, lógico y razonable, de la Consciencia Evolutiva Superior, que implica la
armonización total, plasmada dentro del individuo; o sea: conocimiento
evidencial con la propia vida, lo cual produce que el propio Espíritu armonice
vitalmente sus modos Esenciales: el pasional o instintivo, el intelectual y el
Sentimental, en un íntimo fluir de estética y ética; cumpliendo entonces, el
individuo, su Función Evolutiva Superior.
¡Ser! Ser lo que la prepotencialidad, lo que el Espíritu de La Vida es;
plasmando ese su propio fluir consciente, no ante ningún molde, sino ante la
iluminación de su propia individualidad, que puede percibir y fluir aún al son del
primer latido cósmico.
Siendo lo ilimitado, lo diáfano que el Ser es, el individuo se torna en
evidencia, en testimonio de la misma Esencia Creativa para los demás.

4. 9- La Ética.
Vale aclarar que: la búsqueda de la ética como fin, aunque tiende
aparentemente a ser más estructurada que el Fluir Esencial del Ser, limita las
manifestaciones específicas de cada individualidad. No debe olvidarse que
todos somos iguales, siendo potencialmente distintos y lo que es coercitivo de
la libertad, lo es de la potencialidad.
Una ética Reconocida como realmente buena produce, en la gente que
la practica, la ilusión de haber llegado a un logro. No importa qué intensa sea
esa sensación o emoción: nunca tiene el vigor y la vigencia de lo que es
realmente haber Ascendido.

Por ende, la única Ética Real es la del Fluir Esencial del ser, que estructurada,
proclama, no cómo se haya aprendido o cómo se deba aprender, sino qué se
ha aprendido y cómo se debe aplicar. Esta única Ética, digna de La Palabra,
trae el Sentido del Bien y del Mal al hombre, cada uno entendido en su justa
esencia y su interpretación dual, que brota de un único principio creativo de
bondad.
La Ética forma un campo lógico absoluto, en el cual calza perfectamente
todo tipo de manifestación, tendencia o propensión humana; pudiendo la
mente, al fin, definir en dónde radica el Mal y extirparlo; conocerlo
esencialmente, para combatirlo con sus propias armas y en sus mismos
subterfugios.
La toma de conciencia, la toma de posición en este proceso, por parte
de los seres humanos, de individual a colectivamente, es el mismo ciclo
evolutivo que partirá en dos la historia de la humanidad.
En las posibilidades de la Ética, está entonces, brindar al ser su propio
despegue como Ser Total, social, vital, comunicante, transmutante, respaldado
por un formulismo esencial conocido por todos. Ese formulismo no es otro que
el que debe inspirar a la constitucionalidad real del gobierno humano, el
principio quasi-divino, real de gobierno que habrá de llegar en el futuro a la
humanidad, no como gracia, sino como fruto de todas sus experiencias,
amarguras y trabajo.
Saldrá del hombre sin ser realmente del hombre, pero si siendo
totalmente para el hombre.
Mas, en el cercano futuro, el hombre beberá de la copa de su destino el
trago más amplio resurrección; vida, creación, inteligencia, verdad.
La Ética, a golpe de expresión aquí descrita, es cual luz que irradia el
espacio y al mismo tiempo, a las sombras cobija de oscuridad plena, sin jamás
existir la absoluta prisión de una eterna condena. Entre lo más radical y lo más
opuesto existe equilibrio, consecuencia, esencia.
Haced que prevalezca vuestra lógica, vuestra meditación sobre las
formas, para no dejaros atrapar de ellas; para ver, tras las tinieblas.

4. 10- La Profecía.
Lo veraz, lo realmente deducible a través del conocimiento vertebral de
nuestra existencia y humanidad, la lógica progresión de factores conocidos,
dan la evidencia del porvenir, y esta evidencia es perceptible y practicable.
La Ética, es conceptualmente lógica, por ello es ética. La razón de la
ética, o la formulación de sus consecuencias conceptuales son, de por sí,
profecía.

4. 11- El Bien y el Mal.


La interrelación entre el Bien y el Mal es el escenario sobre el cual los
seres humanos se involucran, triunfan o perecen, en la mayoría de los casos
sin haber llegado a comprender a las fuerzas que rigieron su vida de títeres;
sin haber llegado a conocer las posibilidades que estuvieron a su lado, o tan
siquiera a maliciar los sofismas que programaron su esclava existencia.
Humanidad que, cual caterva de seres inconsecuentes, ha horadado el
Planeta y lo sigue transitando cual primates que reptan, creyendo que es la
gloria enlodarse en la inmundicia de sus propios excrementos.
Humana inconsciencia que se ciega ante una mano que, miserable,
aferra una moneda, un mendrugo de pan, un banquete o un imperio. Cruel
inconsciencia que se ciega por comprar un momento del instante y del vacío;
¡infantil actitud! levantáis vuestro brío tan sólo para asestar un mortal golpe a
vuestra misma estirpe.

“Y corre la sangre sin saber que es sangre, y vives muriendo sin saber que mueres; y viven tan
sólo tus restos, tus escombros. ¡Oh humanidad yerta! Si vieras tan sólo lo que engendrar
puedes, dejarías a un lado tu inútil carrera. Mirarías tan sólo la mano sencilla, la fuente fecunda
del común anhelo, el beso silente, la vida prudente del amor consciente”.

Mas, la humana forma, pequeña figura, infante inocente, no importa; la saña


infringir no puede a su propio Ente; sólo es cual semilla que entre burda arena
renacer no puede, y espera por siglos, en su dura concha, el limo bendito de
su propio ser.
En la divina inercia de su propia marcha, puede germinar, por fin, y
renacer por siempre.
QUINTA ESTANCIA DEL SER
La Esencia de La Vida

5. 1- Las Lecciones de La Vida.


¡Cuántas veces, torpes y pusilánimes, veis atravesar en el sendero de
vuestras vidas, una y otra vez, las mismas circunstancias! y ¡cuantas veces
sucumbís sin reconocer el contenido de esas viejas y repetidas lecciones!.

“Aunque os agobien las más duras pruebas, la presión suicida y el dolor ardiente, son cosas
que ocurren de acuerdo contigo mismo, sólo motivadas para despertar la intimidad de vuestra
propia mente. Venciendo la pena y el resentimiento le abres el paso al amor silente”.

Venerad las lecciones que La Vida os cuesten; mas, no os aferréis


totalmente a ellas: debéis soltarlas, permitir que vuelen, observar su ruta,
verlas poco a poco perderse en la nada ante el fuego puro del Amor Viviente,
que en sus recias llamas, calcina por siempre la más sucia llaga y el crimen
demente.

5. 2- La Sabia Experiencia.
Todo se condensa en Sabia Experiencia ante ese Sol Interno, ante la
sublime entrega de una partícula a la Unidad Total de La Creación; ante la
entrega a la Inteligencia Infinita, Fuente Primaria de todo ser.
Cuando no se conoce la Divina Experiencia del fluir armónico de los
estados emotivos superiores, el individuo gravita opacamente en la dialéctica,
o la escuela de la duda sistemática; buscando, esclavo, las pruebas que
encauzar no puede.

5. 3- La Trascendencia.
Cuidaos de ir a funcionar demasiado adentro de vuestra intelectualidad;
y sin destruir vuestras facultades críticas, aplicad en vosotros el Sacerdocio
Cósmico, el ritual indescriptible de la humana divinización.
Fluid hacia otros niveles de consciencia, que forman parte de la
totalidad virgen de vuestro ser; y ahí, en el dulce reposo de lo que realmente
sois, estaréis expuestos a La Luz Divina; Luz que viene, no de una estrella
cualquiera, sino de un manantial radiante de eternidad.
Este fuego absoluto no se puede extinguir. Una vez que haya sido visto,
cambiará vuestra existencia en proyecciones que ¡hasta del futuro escapan!.
Para que podáis encontrarlo, debéis buscarlo, viviendo como si ya hubierais
tenido esa evidencia; entonces, vuestras vidas adquirirán el suprasignificado
de Sentido Eterno y la certidumbre de gravedad y trascendencia.
Éste es el mecanismo de cambio, el mecanismo evolutivo superior que
os conducirá, por fin, al éxito en todo lo que sea bueno para vuestras vidas:
salud, necesidades y deseos.
Permitid que este anhelo por el Amor Divino, transforme cada célula de
vuestros seres: amad a vuestros semejantes, amad vuestro trabajo, y amad a
alguien concreto, en el aquí y en el ahora. Permitid que este proceso os
consuma, que sea mayor que el amor por vuestra propia existencia o entidad.
Ésta es la razón y Sentir de todo profeta; la chispa que inspira toda
reforma humana.
He aquí el sendero que debéis con vuestras vidas realizar; el sendero
limpio que no choca con ninguna expresión, forma o comunicación inteligente;
porque está más allá de ellas, en la sustancialidad misma de las cosas,
conociendo en silencio el porqué incuestionable de cada etapa humana;
conociendo y juzgando, en cada acto, el justo precio, de acuerdo con sus
consecuencias; revelando la falsedad y la hipocresía en sus formas más
escondidas.
Si seguís el sendero aquí delineado, estáis simplemente destinados a
amar La Vida; a amarla así como un niño puede amar un campo cubierto de
flores sobre el cual puede correr y rodar, expresando libremente su ingenuidad
en el éxtasis de vivir.

5. 4- La Rutina y la Apatía.
Pero para eso, como requisito esencial, debéis alejaros de ese mar
oscuro y tenebroso que es la rutina y la apatía humana, donde se confunden,
entre sombras, el conformismo y la belleza muerta de la superficialidad.
Desvinculaos de ese estéril dejar pasar el tiempo, de ese mundo
elemental y apático; encended, por el contrario, el combustible de vuestra
perceptibilidad; haced que vuestro ser vibre como nunca lo ha hecho ante la
expectativa diaria de vivir, de ser, de amar; y abrid paso, con la fuerza de esa
intención que quema, a la pasión desenfrenada por La Verdad.

5. 5- Los Estados Emotivos Superiores.


Ésta es la chispa, que tras grandes dosis de voluntad y constancia, os
inicia en la vivacidad de los Estados Emotivos Superiores; el engranaje que
despierta vuestros recursos y expande vuestras posibilidades, para que podáis
sondear, con lógica, los conceptos de “infinito y eterno”.
No paréis vuestra vida en el rincón oscuro de vuestros descontentos,
remordiéndoos indefinidamente, y preguntándoos el porqué de vuestras
desdichas y tristezas; sed sabios, aceptad aquello que estéis padeciendo
como lo que es: una valiosa experiencia.
La Inteligencia Infinita, Esencialidad detrás de todo lo existente, os tiene
allí por algo... Aceptad la lección, por más difícil que sea, y partid de allí con la
experiencia de ser un experto.
Sed cual artesanos que, a partir del barro, moldean la perfección; en
vosotros mismos, nada ni nadie os lo podrá impedir. Involucraos totalmente
con vosotros mismos, y partid del negro carbón de los sufrimientos y agonías
para llegar al diamante cristalino de vuestra Consciencia iluminada.
Aplicad a vuestra individualidad la perfección, el estímulo de ascender,
no en ética o bondad, sino en la esencialidad de vosotros mismos, que está
por encima de todo concepto, de toda diferencia de interpretación.
5. 6- La Interpretación.
El individuo ordinario transcribe la realidad a partir de él mismo,
simplemente inspirado por el código de sus propios intereses, y no quiere
aceptar ninguna realidad extraña a la de su propia visión; mas, en tan
mediocre posición, aspira a comunicarse y a imponer sus concepciones sobre
seres que, a su vez, están llenos de interpretaciones mediocres y ciegas,
consumiendo sus días entre un lenguaje mecánico, carente de profundidad,
como la rutina de sus propias vidas.

5. 7- La Evidencia, el Concepto, y el Conocimiento.


Es comúnmente aceptado, como algo cierto, la apreciación de que la
evidencia se desprende del concepto. La mente académica se estructura sobre
esta premisa, y fórmula conceptos, hábilmente sustentados, esperando que
ellos se conviertan en piezas de evidencia para los demás, sobre las cuales se
debe construir un cuerpo lógico mental; creyéndose que lo real son esos
conceptos “evidentes”.
No existe nada más hipnótico y peligroso que el creer esto a la ligera.
Debe distinguirse que un concepto siempre es una relación limitada y
aproximada, si se compara con la evidencia en sí, la cual no se puede
categorizar en el parámetro del lenguaje humano.
La evidencia de la divinidad del ser humano, por ende, abstracta e
intangible, sinónimo de individualidad e intimidad.
La evidencia es como el brillo de una luciérnaga en la oscuridad de la
noche: no podéis ubicar su puesto, ni saber cuándo volverá a brillar; y si
dudáis de que alguna vez la visteis, pronto diréis que nunca ha existido.
La evidencia debe mantenerse pura y nítida en el recuerdo; libre de
supersticiones y temores; o si no, muy pronto la tendréis disfrazada, y será
mayor el mal que el bien que os haga.

¿Quien puede negar no haber tenido jamás la evidencia de un sentimiento


superior dentro de sí mismo, algo de verdad, belleza y justicia, y algo de
bondad indescriptible, que haya movido todas las fibras de su ser?. ¿Una voz
íntima que, en alguna oportunidad, no le haya revelado alguna verdad aún más
íntima, simple y espléndida? Mas, pronto, la ilusa razón mortal le cierra el paso
a tan grandiosa posibilidad, y se condena el hombre por el ausentismo de sus
propias fuerzas, por el fatalismo de su propio engaño.
La evidencia está directamente relacionada con la esencia de lo que somos y
de lo que vivimos; mientras que los conceptos son tan sólo la apreciación
estática de eso que hemos vivido; por ende, siempre es la evidencia la que
antecede y determina el concepto, y no el concepto lo que determina la
evidencia.
De ahí que el conocimiento, no importa sobre qué conceptos está
sustentado, si aspira a tener algún tipo de trascendencia, deba tener, como
objetivo principal, el de respetar y favorecer la percepción y la manifestación
de toda evidencia.

5. 8- La Perfección y el Fatalismo.
La evidencia es el triunfo de la intimidad y de las prerrogativas
individuales, y el estímulo de la perfección; perfección siempre entendida como
la progresión de la naturaleza humana.
El fatalismo es tan sólo una falsa interpretación, un engaño.
La verdad de todo acontecimiento, por traumático que sea, es el fluir de
la bondad y de la justicia que enmarcan la interrelación de todos los actos
humanos. No existe una experiencia que no tenga una lógica, un porqué, una
consecuencia que enfrente al hombre, una y otra vez, ante su propio destino.
Un porqué contestado a medias hace tanto mal como el desinterés a la
pregunta: “¿Qué somos? “o” ¿A dónde vamos?”.
El hombre recorre entonces, en este estado mediocre, el mundo de su
propia mente como quien visita un valle oscuro lleno de sombras nunca
entendidas, perdiéndose, lamentablemente, en el laberinto siniestro de sus
escépticas interpretaciones; y son, entonces, el fatalismo y la incoherencia las
que triunfan.

5. 9- El Conocimiento y el Control.
El hombre debe conocer primero los mecanismos de su cuerpo mental,
si aspira a hacer un uso lógico de su propia esencialidad. El conocimiento y el
control de todo aquello que determina un condicionamiento íntimo ante La
Vida, son las fuerzas del triunfo y las llaves que siempre abren nuevas puertas
a senderos de Conocimiento Superior.
Esto se logra tan sólo a través de un encauzamiento, de un dominio completo
sobre el mundo privado de los recuerdos.

5. 10- Los Recuerdos.


Los recuerdos deben llegar nítidos ante vuestra consciencia, sumisos y
obedientes a la voluntad de vuestra mente. Deben venir, no como facetas o
hechos aislados, sino como imágenes completas y ordenadas de lo que
realmente hemos sido, y porqué lo hemos sido, en determinadas etapas de
nuestra Ascensión y de nuestras vidas. Deben venir maduros.
No importa qué dolorosa o infeliz pudo ser aquella determinada
experiencia: no es el reproche o el remordimiento lo que debemos recordar de
ella, sino, siempre, la sabiduría y el conocimiento, fruto de aquella etapa vivida;
y así, los recuerdos son la savia, el nutriente sagrado que viene a apoyarnos,
la magia privada, de nuestro mundo interior, a la cual podemos recurrir cuando
queramos, para hacer más fecundo el inmenso presente de nuestras vidas.
Recuerdos cual fuerza múltiple de presenciar lo nuevo y nuevamente
presenciar lo recordado; intimidad que germina; intimidad que construye sus
murallas de escorias; tormentosos o tesoros; intimidades que se yerguen como
cárceles.

La íntima libertad se hace presente cuando la mente alada del momento se desprende. Vuela la
intimidad tras ella misma en la ruta en la que ella marcó sus hendiduras; vuela en la sensibilidad
vasta y profunda que ella misma trazó para su vida.
Triunfo, derrota, locura, agonía, siempre son piezas que encuentran,
tras los años, puesto fijo en el magno pilar de vuestro propio templo; mas, no
hay templo sin el divino palpitar de un sueño y de un recuerdo.
Esculpid uno a uno, el cuerpo de vuestros recuerdos; forjadlos con la
llama de vuestro Espíritu y de vuestra voluntad; convertidlos en lingote de
medida perfecta: son vuestras joyas y, en verdad, no hay precio alguno que
pueda comprar uno sólo de ellos.
Convertidlo en páginas únicas sobre las cuales podáis leer una y otra
vez, para entender al fin, en la armonía de vuestro silencio, la magia propia de
La Vida, el acento de lo que realmente sois, la cultura espiritual de haber
vivido, el peldaño cósmico y sagrado de estar y de haber estado, de ser, de
haber sido y de seguir simplemente siendo un ser y una vida.
No importa qué poder circunstancial coseche el hombre: Ninguna suma
puede comprar un nuevo instante cuando se acerca el final de vuestros días; y
es el momento el que vale más que cualquier fortuna; el momento que disfruta
y que asimila la perfección de vuestro ser y de vuestra vida.
El éxtasis y la gloria están siempre presentes, y el más trivial acto es un
concierto, si se entiende la armonía de la propia vida.

5. 11- El Tiempo y los Hábitos.


Mirad el transcurso del tiempo como lo que es: una Energía Evolutiva
que fluye independiente de vosotros mismos y que de todas maneras, la
entiendas o no la entiendas, os determina; en la medida en que podáis usarla
a vuestro favor, o en la medida en que ella os use en vuestra contra.
El tiempo, y no otra fuerza, será siempre vuestro implacable juez.
Cuidad los hábitos que implantéis en vuestra vida: ellos son las
herramientas que, consciente o inconscientemente, programan y controlan
vuestro futuro.
Haced que vuestro hábito esencial sea la armonización de vuestra
emotividad, y que vuestra emotividad sea fecunda y consecuente, abriendo
siempre nuevas puertas de renovación, comunicación y entendimiento.

5. 12- El Presente.
No importa qué hayáis hecho, en el pasado, de vuestra vida y de
vuestro tiempo: es vuestra vida y vuestro tiempo lo que sigue siendo más
importante que todo; siempre que dispongáis de un presente.
Buscad un equilibrio entre lo que hacéis y lo que sois, para que lo que
hagáis no determine lo que sois, sino lo que aspiráis a llegar a ser.
No importa la medida de vuestras aspiraciones: tan sólo se pueden
cristalizar en un presente.
El presente es la llama viva de vuestras vidas; en el mañana podrá estar
vuestro objetivo, mas, siempre será el presente vuestro camino; y en vosotros,
libre e independientemente de toda persona o circunstancia, está el hacerlo
grato y hermoso.
El presente es el combustible de todos vuestro futuro y esperanzas; y si
vivís sin entenderlo, jamás entenderéis el mañana: tan sólo el control del
presente puede daros la garantía de un control en el futuro.
No pospongáis indefinidamente vuestras facultades y vuestro arrojo
esperando un mañana que nunca llega; no esperéis para amar lo que se deba
amar, para odiar lo que se deba odiar, ni para ser lo que se deba ser: el
momento oportuno siempre es ahora.
Ved que el futuro es sólo un presente por venir: ¡usadlo!,
comprometiéndoos ya con el presente.

Permaneced abiertos a la comunicación y penetración en la realidad íntima de cada ser humano;


entrad en el porqué de lo que cada individuo que encontréis en vuestra vida os diga; jamás neguéis
la mirada a aquel que busque algo en el brillo de vuestros ojos.
Que vuestra energía, y lo que vosotros sois, sea amplia en percibir lo
que todo ser humano haya Sentido o pueda jamás Sentir.
No neguéis vuestro interés a nadie; que, por sencillo que sea vuestro
hermano, una verdad profunda puede daros.
No olvidéis que la ignorancia empieza en el desprecio y en asumir que sois mejores que los demás
humanos.
Si pretendéis que sois mejores que los demás ¡probadlo!: abrid con vuestras
vidas un sendero que a muchos beneficie plenamente.
SEXTA ESTANCIA DEL SER
Esencialidad y Dominio

6. 1- La Realidad y las Circunstancias.


La realidad, la sustancialidad detrás de las formas, siempre es una realidad
emotiva; una realidad que, no importa las circunstancias, estimula y permite
obtener a todo individuo, una mejor vida.
Si erróneamente se llega a creer que la realidad es coercitiva o destructiva,
se está creyendo que las circunstancias de un ambiente son la última realidad
inherente al hombre.
Por ello, vuestra perceptibilidad o comprensión triunfa en la medida en que
descubráis, a través de las mismas circunstancias determinantes, la emotividad y
la estructura inherente a La Vida en sí. Tan solo esta visión permite comprender la
causa y el radio de acción de aquellas mismas circunstancias.
La mente que reflexiona y comprende este sencillo hecho, es la que está
propensa a entender y a crear un formulismo mental íntimo, un cuerpo sugestivo
lógico, que estimulará su mente a liberarse y a triunfar sobre los factores
coercitivos de cualquier circunstancia.
Ésta y no otra, es la iniciación de vuestras vidas en la esencialidad de la existencia; éste es vuestro
bautismo en el mundo del autocontrol, del autodominio, de la realización; éste es vuestro ingreso en el
mundo del triunfo y del bienestar; tan sólo en vuestras mentes, que se nutren de razón y lógica, está el
sendero.

6. 2- La Mente.
Aprended que vuestra mente no es la última realidad, sino que tiene la
magna visión de conectaros y mantenerse como un Canal digno y abierto a la
realidad. Es precisamente función de la mente la de percibir y catalogar esa
realidad evolutiva, canalizándola, estructurándola y formándola en un método
reflexivo que os permite obtener eso que buscáis para vuestras vidas.
No os olvidéis: es la mente consciente y, sólo ella, la que trae el efecto
deseado, y en la progresión de sus funciones, siempre se encuentra la
satisfacción y el logro. Este método de auto-perfección implica una completa
armonización de toda vuestra vitalidad y un previo conocimiento de todos vuestros
mecanismos.

6. 3- La Emotividad y la Perceptibilidad.
El mundo anímico tiene una temporalidad distinta del mundo perceptivo. El
perceptivo precede al emotivo; mas, es el emotivo el que programa o circunscribe
al perceptivo.
Mirad, entonces, que vuestra emotividad puede estimular o inhibir vuestra
perceptibilidad.
He aquí el punto crítico de vuestra progresión" y de vuestro juicio: si tomáis
por el camino en el cual vuestra emotividad sea totalmente determinante, estaréis
propensos a ser influidos por todo aquello que afecte la credibilidad a través de las
emociones; y si tomáis por el otro camino, permitiendo que la perceptibilidad de
vuestra mente sea totalmente determinante, estaréis propensos a perder el
inconmensurable estímulo de vuestra emotividad.
Mirad que la forma como utilicéis este punto crítico será lo que os dé la llave
de la Perfección. ¡Buscadla! y una vez que la hayáis encontrado, usadla en una
forma perfecta.
Ved que es el mundo anímico el que debe sustentar vuestras opiniones,
decretos o fórmulas íntimas de progreso; él es la fuerza que protege, de una
manera indestructible, todo aquello que vuestra mente considere real.

6. 4- La Sugestión y la Imaginación.
De esa emotividad nace el poder de la sugestión; que no es otra cosa que
el diálogo íntimo entre vuestra emocionalidad y vuestra mentalidad; energías que
se combinan y fusionan a través de la imaginación, siempre impulsándoos a una
mayor penetración, a una mayor percepción y entendimiento.
Aprended el inmenso valor de sugeriros a vosotros mismos cosas reales,
cosas que vosotros hayáis comprobado a través de vuestra armónica facultad de
percibir, sentir y comprender.
El cetro de vuestro poder es exactamente este auto-sugerir, este auto-
decretar, este auto-estructurar en vosotros, aquello que habéis llegado a conocer y
acreditar como absoluto.
La Chispa Infinita de vuestro ilimitado "Yo Soy" os permitirá obtener todo
tipo de poder, paz, bienestar armonía y cualquier evidencia de cuanto habíais
necesitando, ha de ser tan sólo si afirmáis cosas reales y ciertas: Aquellas que
constituyen vuestra integridad, de las cuales tenéis una real necesidad y que no
siempre se encuentran en el mundo exterior.
6. 5- El Auto-conocimento y la Comprobación.
Aprended que sólo el auto-conocimiento es la puerta que os permitirá ir más
allá; mas, vuestra afirmación debe siempre estar llena de razón y lógica.
Mantened siempre vivo el deseo de comprobación: sólo de la comprobación
nace el conocimiento.

6. 6- El Conocimiento y el Creer.
Aprended que es el conocimiento el que debe circunscribir todas las
implicaciones de la capacidad y la necesidad humana de creer. El conocimiento es
el que debe determinar el creer, y no el creer el que debe determinar el
conocimiento, so pena de vuestra propia destrucción y esclavitud.
El creer es algo mágico, algo precioso e íntimo que todo individuo debe
cultivar y jamás perder: pero tal creer, deber ser cimentado en el creer real de lo
que es y no en la fantasía de una creencia sin sentido y finalidad. Quien ama cree
y quien cree ama en cuanto conoce, está entregando piezas vitales de sí mismo.
No se puede amar sin creer en aquello que amamos, lo uno conlleva a lo otro. El
primer querer es para nosotros mismos: Es obligante creer en mi Mí Mismo ¡Ay de
aquel que no crea en sí mismo!, ya que jamás podrá creer en nadie ni en nada.
Sed muy cautelosos y lentos en dar vuestra credulidad: conoced primero
qué y por qué debéis creer; pero cuando creáis, hacedlo con todas vuestras
fuerzas, con toda vuestra conciencia, con todo vuestro amor; ya que es
exactamente el creer, el amor, la chispa que os hace entrar en la olvidada
inmensidad de vuestra pureza, de vuestra inalienable estructura espiritual, cuyo
aliento es el amor.
En esta forma, estáis entrando en los Estados Emotivos y Perceptivos
Superiores, donde la dulzura de vuestras más genuinas inquietudes, os susurrará
la amorosa posibilidad de vuestra propia Divinidad; y entonces veréis clara y
nítidamente por qué, sobre todas las cosas, debéis creer en el amor; y entenderéis
lo que es.
Entonces, podréis definirlo y amaréis, por lógica, por razón, por ciencia, por
supervivencia.

6. 7- El Amor.
El Amor no es una alternativa, sino el "summum" de toda vuestra realidad;
el estado donde no hay engaño y donde estáis conscientes de la perceptibilidad y
de la consciencia de todos los demás; el estado en el que irradiáis la energía
anímica y mental, creativa y protectora de vuestra integridad; por lo cual, ¡amad!.
Amad con la dulzura de la esperanza cierta. ¡Amad!; porque, amando,
estáis librando el combate por lo real, por La Vida, por las fuerzas liberadoras de
bondad, belleza y justicia. ¡Amad!; y erguios sobre vuestro amor sin temor ni pena;
como desnuda lo hace, en su inocencia, la frondosa planta.
Mostrad toda vuestra magnificencia y el calibre incontenible de vuestras
raíces.
Traed a vuestras vidas, no importa lo que os cueste, la capacidad de creer y
de amar, y hacedlo con la mente crítica y científica de conocer qué amáis y porqué
lo amáis; entonces, vuestras vidas adquirirán el suprasignificado de autoridad y
definición.
Seréis entonces, un guerrero del mañana y por el mañana del hombre;
amando y definiendo aquello digno de amar y conociendo y combatiendo, con sus
mismos medios, aquello digno de odiar.
Ved que este amor lógico es el fluido del triunfo, la energía cósmica de más
intensa vibración, el arma definitiva y la autoridad total del ascenso.
Ésta es la energía constitutiva de vuestro mañana y el mañana es el triunfo
de la individualidad de todo ser humano, la libre comunicación de la experiencia y
el vivir.

6. 8- La Armonía.
La armonía es el fruto del conocimiento aplicado y el amor, es el fruto de la
armonía. Por ello, aplicad vuestro juicio y definid el Bien y el Mal, para que no
vayáis a caer en el costoso error de confundirlos, ya que el mal, substancialmente,
se encierra en la confusión y el engaño.
6. 9- El Bien.
Buscad el bien sobre todas las cosas; mas comprended que, ya que
simplemente tengáis el deseo, no implica que podáis hacerlo bien.
Al bien, como al entendimiento, se llega tan sólo cuando estéis
predispuestos a ello; predispuestos a través de la superación que hayáis realizado
en vosotros mismos, triunfando sobre vuestra naturaleza inferior, y permitiendo
vuestra comunicación intuitiva con vuestra Naturaleza Superior. Entonces estaréis
predispuestos a hacer el bien en todos los actos de vuestra humana existencia.
6. 10- El Mal.
Quien no haya tomado una real definición respecto de sí mismo, está sujeto
a actuar y a hacer el mal inconscientemente, sin que por ésto el mal deje de serlo.
Ved que el mal, que os azota por igual a todos, es aquel ante el cual todos tienen
una mayor o menor responsabilidad; pues, es tan responsable el que comete el
engaño, como el que, viéndolo, calla; así como responsable es a su vez la víctima,
por no luchar en contra. Los males de los hombres siempre son una
responsabilidad común, así como también lo son sus soluciones.
El mal debilita la libertad y la auto-consciencia
Así como la tendencia ideológica afirma la no-existencia del mal ante un bien, que
milagrosamente se encuentra en todas partes, el mal es un reto real que se
atraviesa en la toma de decisión diaria del individuo; por lo cual, juzgad todo
aquello que ejerza control.
El mal triunfa en la medida en que le abráis las puertas: el único
responsable de vuestras incertidumbres y miserias, sois vosotros. Toda etapa de
algún sufrimiento íntimo es una justa consecuencia de algún error que habéis
dejado anidar en vuestras vidas y siempre es el mismo sufrimiento que, cual
estímulo, os mueve a buscar de nuevo el bien en vuestros Seres.
No todo mal es fruto de la ignorancia: ved que hay males estructurados en
el vicio, en el conocimiento de cómo usufructuar y controlar a los demás.
El mal se caracteriza, primordialmente, por toda energía y circunstancia que
se interponga entre vosotros y vuestra esencialidad; por lo cual, no podéis aspirar
a definir un código absoluto del Bien y del Mal sin conocer, previamente, las
características de la esencialidad humana.

6. 11- Las Ideologías.


No toda manifestación de intelectualidad, lo es de una intelectualidad pura:
estad en guardia ante todas las ideologías que pretendan inhibir vuestros
derechos. Ved que no existe mayor engaño que el provocar La Verdad,
desviándola de sus propósitos.
Permaneced en guardia ante la inútil intelectualidad que no quiere ver al hombre
desnudo en su verdad; que no quiere verlo como el fin, sino como el medio de su
macabra dominación, locura, engaño y explotación entre todos; desordenado
apetito que, en su vertiginosa furia, devora sin asimilar; sólo dejando trauma y
miseria, prisión del espíritu, desierto del alma.
¡Qué rápido cambia la espontánea risa de vuestros hijos en lágrimas, y la
lucha de vuestros hombres en soledad y agonía!. Sistema enfermo de tolerante
hipocresía: todos mienten, todos venden, todos ríen; todo tiene precio, oferta y
deudos.
Efímeras victorias coronan el loco apetito del déspota vencedor; mas, para
el vencido... toda el hambre, la desnudez y el frío del más profundo olvido.
El hombre es verdugo de sí mismo, cosechando muerte ante la culpa, la
duda y el dolor. Ésta es la callada característica imperante en el actual
ordenamiento humano; ordenamiento ancestral destinado a desplomarse,
sepultando la animal frialdad del ser humano; mal viejo y envilecido del dominio
del hombre por el hombre, que sucumbirá, poco a poco, en la desértica
inmensidad de su engaño.
Si tenéis la ética elemental de respetaros a vosotros mismos, respetando
vuestros actos y vuestras esperanzas, así como las de los demás, tendréis la
clave para definir instintivamente los males que medran sobre vosotros.
La infelicidad y el disgusto sólo nacen de la oposición a la libertad y a los
derechos de los demás.
Así como las características de una planta se encuentran completas y
latentes en su semilla, así, vuestro estado actual es cual semilla que tiene latentes
y completas, todas las características de un ser de perfección universal.

6. 12- La Virtud.
Las dos características primarias que entran a definir vuestra esencialidad,
en todo aquello que vosotros tenéis de real, son los multiformes conceptos de
virtud y justicia, abstracciones independientes de toda concepción.
La virtud es independiente de toda comparación moral y de toda categoría
ética: la virtud no se estructura en la lógica, sino es la lógica la que se estructura
en la virtud.
La virtud es vuestra fuente de poder: el mismo elemento ascendente y
comunicante de vuestra perfección; y esta fuente, este elemento, no se encuentra
en ningún formulismo conceptual, ideológico o idiomático, sino en el asentamiento
íntimo de vuestro ser, en el eco de vuestra razón que al despertar os llama.
La lógica que emana de la virtud os dice: "¡Dad a cada uno conforme a sus
acciones!
Vosotros sois el objetivo de vosotros mismos. Respetad aquello digno de
ser respetado y destruid aquello digno de ser raído.
La virtud está en amar lo que se debe amar y en odiar lo que se debe odiar;
la virtud está en la paz y está en la lucha; está en el uso de este equilibrio, para
dejar salir, triunfante, lo que vosotros sois, para vosotros mismos.
La virtud sólo se manifiesta en el triunfo y tan sólo en el triunfo os podéis
manifestar vosotros, pues, vosotros sois la virtud de Ser.
La virtud está más en la acción que en el entender: la virtud realizada es la virtud
en acción y esto es, en verdad, ascenso. La virtud es, a la vez, la razón del triunfo
y la razón de lo que vosotros sois.
La virtud está en cerrarle el paso al que no tiene autoridad y es hacerle
comer su hipocresía; la virtud está en hacer justicia y en enseñar lo que ella es a
los demás humanos.

6. 13- La Justicia.
La justicia es la Revelación en sí, que deslinda la verdadera identidad del
hombre, de todas las falsas Ilusiones que la humanidad tiene de sí misma.
La justicia no es aquella que se acomoda a los intereses humanos, sino Aquella
que se acomoda a los intereses divinos del Ser, pues, la identidad del Ser no está
en la religiosa oralidad vegetativa de ningún decadente sistema religioso, sino en
la auto-realización, el auto-ascenso y la auto-divinidad.
La justicia se estructura en los derechos y obligaciones del individuo, siendo
el derecho primordial el que tiene el ser de llegar a la virtud y con ella, a la
perfección.
La primordial obligación es la de respetar a los demás en igual medida;
respetando, sobre todo, aquello que provenga de la verdadera autoridad y justicia
y todo lo que conlleve a ella.
Mas, ¿dónde está esa trascendente y tajante esencialidad de la justicia,
sino en su propia y misma estructura, que es la estructuración misma del
universo?

6. 14- La Libertad y la Opresión.


La libertad es la columna vertebral de la justicia. La libertad es cual llama
que predica la última razón de lo existente.
La doctrina de la libertad es el manantial que saciará todas vuestras dudas
y sanará todos vuestros temores. La libertad es el sendero del iluminado y del
guerrero; el sendero en el cual perece, irreversiblemente, la superstición y el
dogma, abriéndole paso a la certidumbre, impulso del conocimiento.
No se puede servir a la opresión y servir a la libertad: predicáis la una o predicáis
la otra; pero no ambas. Si predicáis la opresión, todas las falsedades que
extendáis se extenderán sobre vosotros, y todas las tinieblas que causéis os
cubrirán dos veces más la vista. Si predicáis la libertad, estáis obligados a
desnudar vuestros Seres ante vosotros mismos, y a vivir, simplemente, en el
regazo de las realidades que allí descubráis.
Si predicáis la libertad, predicaréis la pureza vigente del individuo y del
universo; predicaréis la fuente inagotable de vosotros mismos; predicaréis las
estructuras internas del cosmos y del poder originario en ellas, y seréis vosotros
mismos poder incontenible en verdad, en verbo vigente y en reforma.
La lógica estará por encima de toda vuestra concepción o mente
preestructurada; pues la libertad es La Verdad Originaria; y si os sintonizáis con
ella, vuestra mente no será un recurso, sino un medio superior de percepción
directa, de evidencia, que llenará vuestra integridad de sabiduría, en todos los
subterfugios de la condición humana; condición que llegaréis a dominar
completamente, siendo vosotros maestros en toda la extensión de la palabra.
Maestra de vosotros mismos, maestra de vuestra Divina Energía, ¡la
libertad!, pues, ¿dónde, sino en el múltiple conocimiento de la libertad, como vigor
y origen de todo lo existente, se encuentra la realidad aplicada y aplicable que, por
falta de una mejor palabra, se ha llamado, a través de los tiempos, en la
solemnidad de la palabra "Dios"?.

6. 15- Dios.
Dios llegará a tener un verdadero significado en vuestros Seres, tan sólo,
cuando penetréis en su Origen y este Principio es que Dios "Es", en la medida en
que lo conozcáis en vuestra intimidad y lo afirméis en vuestra vida. Cualquier otro
concepto no es Dios.
El concepto de que Dios debe ser aceptado, siendo esencialmente
inconocible, es la negación de este principio y la más absoluta negación de Dios.
Este Principio Divino, tan sólo adquiere un valor real, en la medida en que
os concienciéis de que su Esencia es inconogcible; pero será interpretable y
aplicable, tan sólo en la medida en que hayáis ascendido las gradas de la virtud y
la justicia, cumpliendo las facetas obligadas del ascenso humano.
Entonces, tendréis frente a vosotros la definición total, que ningún libro,
doctrina o ser puede daros; definición que os da el poder; poder que entra a
trabajar para vosotros, tan sólo, con el uso afirmativo de esa definición; afirmación
íntima de la última realidad universal aplicada y aplicable.

Vosotros sois infinitos en la inmensidad del Ser: nada ni nadie muere totalmente.
¡Abrid la puerta de vuestra existencia al encuentro con vosotros mismos!. Reposad
en la confianza, pues vosotros sois bondad y de la bondad fluye la Energía
Creativa y en ella es donde se estructuran los conceptos de lucha, triunfo y
reforma.
El mañana necesita de vuestra espontaneidad, de vuestra honestidad, de
vuestra lógica y sencillez.
Libraos de todo concepto ajeno a lo que realmente sois: aprended a sentir
lo genuino. No más incertidumbre: tenéis toda razón para creer en vosotros
mismos como nunca lo habéis hecho. Invocad la grandeza y la perfección; hablad
con verdad, siempre definiendo vuestro propósito. Vuestro propósito es la felicidad
y ella siempre ha estado oculta en vuestras manos, esperando la confianza que la
haga fructificar.
Confiad en vuestra armonía: pura, lógica e inteligente; en ella encontraréis
la fuerza y la razón de un mejor mañana. La bondad es el absolutismo que en
verdad os rige; ¡usufructuadla!, haciendo con ella una imagen fecunda. La
perfección es sencilla: es tan sólo la responsabilidad ante lo que sois, es el
compromiso que viene de la lucha.
Luchad con ahínco, en contra de las fuerzas hipócritas y mezquinas que han
herido al hombre: de la hipocresía nace la confusión y el engaño. Recordad que
del engaño todos podéis ser fácil presa y el propósito de la hipocresía es
usufructuar víctimas.
Lo mezquino le roba al ser el respeto por él mismo y por los demás.
SÉPTIMA ESTANCIA DEL SER
La Autenticidad

7. 1- La Autenticidad.
Distinguid la autenticidad de toda ideología falsa y oportunista. La
autenticidad es tan amplia y diversa como el mismo hombre; pero, se caracteriza
porque siempre busca que el ser llegue naturalmente a una evidencia directa
respeto de su trascendencia espiritual.
Buscad que el ser entienda y aplique, en sí mismo, todos los principios que
traen sanidad en los diversos actos de La Vida; y sobre todo, buscad que el ser
emprenda, por sí mismo, el guiarse y el guiar a los demás en el sendero de La
Verdad.

7. 2- Lo Real.
Lo real es un sistema político, económico y religioso humano, no lo son sus
estructuras mecánicas. Lo real sois todos vosotros; y siempre es vuestra apatía,
vuestro letargo, o vuestros intereses hipócritas, los que le dan vigencia a esas
mismas estructuras.

Mirad que es entre todos que estáis haciendo el infierno de vuestra esclavitud:
mutuamente os estáis desposeyendo de la libertad, y estáis permitiendo que el
engaño y la ignorancia sean los que adoctrinen a vuestros hijos. ¿Hasta cuando
seguiréis atrapados en un mundo de Ilusiones fatuas?. ¿Hasta cuándo seguiréis
en la demencia, tratando de poseer, sin compartir?, tratando de entender, sin
haber visto, que sólo vosotros sois la gran primicia?
Irrisoriamente tratáis y aparentáis ser con ínfulas de dignidad, cuándo sois
tan sólo marionetas sin columna, pendiendo de un instante entre la nada; sombras
sin figura y sin relieve; pálidas sombras de vosotros mismos que, en macabra
astucia, del débil se devoran su calor, su inocencia y su esperanza, dejándole por
fe y por único camino, el bagazo inmundo del engaño.
¡Parad, humanidad entorpecida!: lo único real, en este mundo, sois vosotros
y estáis consumiendo lo real entre la nada.

No importa qué tributo se obtenga de una idea o de un sistema, mientras el


hombre le dé la espalda a su hermano, mientras el ser no entienda la inmensidad
de sí mismo, seguirá la humanidad siendo triste oprobio y un aborto amorfo de sus
propias posibilidades.

7. 3- La Sabiduría.
Buscad la sabiduría como la solución y como el ingrediente esencial de
vuestras vidas. Amad y mantened en alto esta búsqueda: haced de ésto vuestro
especial interés y no permitáis que ninguna vanidad conceptual enturbie vuestro
camino.
Haced de la sabiduría el galardón de todas vuestras luchas; defended,
respetad y comunicad sin temores este anhelo: convertidlo en el contagioso vigor
de vuestra juventud y en la determinante de vuestra madurez.
Asumid el carácter crítico de esta gran razón y vuestra posición será el
anhelo existencial de la misma vida; así estaréis abriéndoos a las influencias
intuitivas de vuestra Naturaleza Superior; Naturaleza Superior que se programa a
sí misma a través de vuestros logros; y vuestros logros no se encuentran en el
probar que el método intelectual de otro ser humano esté equivocado, sino en
llevarlo a entender una mayor verdad, iluminándolo en el origen de la que él ya
profesa.

7. 4- La intelectualidad.
La verdadera intelectualidad no es crítica: es constructiva.
La verdadera intelectualidad impulsa, respeta y estructura; y es esencial
para llegar a desarrollaros de acuerdo con vuestra Naturaleza Superior.
Vuestra vinculación con ella, así la veáis como posibildad, medio, o fin, es lo
que abre, a vuestra lógica intelectual, las primeras percepciones de las
"abstracciones", o Principios Universales, de las cuales vuestra mente deriva los
conceptos aplicables como método de realidad.
Cuidad de vuestra integridad, consultando siempre la fuente misma de la
inspiración del concepto. No bebáis de apreciaciones encontradas en el mundo del
dilema; si no, bebed en la fuente pura que aclara toda apreciación: la fuente
abstracta de la Realidad Universal que os llama.
Asistid, con vuestro esfuerzo, al nacimiento de la Intelectualidad Cósmica,
brotando en las escalas de la limitada interpretación humana.

Vuestra Naturaleza Superior es el logro de todo ascenso. Emprended el ascenso


en esta dirección con el método válido de vuestra entrega a vosotros mismos y a
vuestro despertar; tan sólo así podréis evidenciar los componentes de esa vuestra
naturaleza.
Haced de esta entrega el elemento vital en la búsqueda y la enseñanza de
La Verdad, no os quedéis estancados en la siempre escéptica intelectualidad
investigativa.
No dejéis permear vuestro ser de la demencia: visitad ese paraje estrecho y
frío tan sólo para comprender que el sendero empieza, no en la negación, sino en
la afirmación de uno mismo.

Afirmad en vosotros mismos lo noble, lo grande, lo profundo de vuestras


consonancias y comenzaréis a abrirle a vuestros Seres una posibilidad mayor que
la de vuestra razón y de vuestro intelecto, que desprovisto de un mayor interés, se
enclaustra en las limitaciones humanas.

7. 5- El Absoluto.
Debéis comenzar a trabajar con los Principios Universales. Debéis
comenzar a entender y a aplicar el concepto de "Absoluto", y de él extraer la
evidencia, que convertirá vuestra razón en sabiduría.
Ante este concepto de "Absoluto" la mentalidad humana reacciona en
diversos mecanismos, todos comprensibles y explicables, que condicionan al
individuo, de acuerdo con el estado íntimo de ascenso.
La esencia de la integración al concepto de Absoluto es Aquella que está
por encima de todo enfrentamiento; Aquella que entiende toda mentalidad y toda
necesidad; Aquella que tiene su doctrina y su apostolado en el fluir espontáneo de
la consciencia y del trabajo necesario para llevar la realización del ser, el triunfo
supremo de la individualidad, a todos aquellos que no han tenido esta realización.
Ésta es la esencia válida a través de todos los tiempos.
Desde la más antigua historia, hasta el más remoto futuro, es y será la esencia de
todo aquel que ha entrado y entre en la Progresión Divina o absolutista de su
propio ser.

7. 6- La Apreciación.
La apreciación no determina la realidad; mas, sí determina a la persona que
fanatiza en ella. Mantened vuestras apreciaciones elásticas, hasta que os hayáis
cerciorado completamente, entonces, tomad una determinación que convierta
vuestro ascenso en perfección medida en obras.

7. 7- La Iluminación y el Cambio.
No podéis iluminar a los demás sin haberos iluminado a vosotros mismos;
mas, el proceso de vuestra iluminación total conlleva el esfuerzo de vuestra
consciencia y vuestro trabajo, para triunfar, iluminando a los demás.
He aquí la clave de la realización absoluta, o máximo estado posible de
ascenso humano. Absoluta en que es, a la vez, la suprema herramienta del
cambio del hombre y el único mecanismo que levantará un Gobierno y una
Constitución Única Mundial.
Haceos partícipes del cambio, luchando por vuestras más puras
inquietudes. Participad es la Suprema Lógica, en el nacimiento de una Nueva Era
y una nueva Tierra: sed los precursores.
Comenzad por ver a vuestros semejantes, sobre todo a aquellos con los
cuales estáis más relacionados y tengáis dificultades, en su suprema y radiante
Esencialidad.
Vedlos con la suprema lógica de vuestra ciencia y de vuestro amor; vedlos en su derecho
a un máximo estado de triunfo existencial; vedlos con la razón del triunfo común; y en esta lógica, en esta
vuestra entrega y visión, estaréis proyectando la Energía Superior de vuestra fe.

7. 8- La Fe.
Energía científica, estimulante y protectora, clave oculta de todo éxito, la fe
es cual visión estructurada en los conceptos vitales de todo lo existente; la fe es
cual luz que separa los trazos de La Verdad de las tinieblas.

Triunfad: vinculaos al movimiento indestructible del hombre por el hombre.


No más engaño, no más misterio, no más dogma, no más crear ni permitir
Ilusiones que muevan las masas, usufructuándolas de incoherencia en
incoherencia: unios a la Revelación.

7. 9- La Revelación.
Vosotros sois parte de ella. Revelación que nace de vosotros y se
exterioriza con la muerte de una época y el nacimiento de otra; Revelación que, de
los escombros, de la agonía y de la miseria, levantará la cimiente, el prototipo del
éxtasis, gloria y aventura.
No más falsedad: vosotros y vuestros hijos, sois la Realidad, la Revelación
y el Fin.

7. 10- La Apatía.
Suprimid la contagiosa rutina de morir en vida: no sofoquéis vuestra Chispa
espiritual, no permitáis que la quietud os lleve a la extinción. Matad a la apatía y
emprended la aventura de conoceros y conquistaros a vosotros mismos,
venciendo el mundo. Es precisamente esta apatía y esta quietud la que permite
los vicios de un gobierno y un sistema que corroe vuestra integridad.

7. 11- La Comunicación y la Unificación.


Partid de la premisa de que todo lo que existe comunica. La comunicación
está latente a vuestro lado, yace en vuestros sentidos que perciben la planta, la
roca, el agua y el espacio.
Aprended a comunicaros, no solamente con la costumbre milenaria de
producir sonidos entrecortados: no os quedéis inmovilizados en tan elemental
comunicación; permitid que sea vuestra capacidad desnuda de sentir la que
interprete y hable por vosotros.
Romped los muros, romped el frío que os separa de vuestros semejantes;
no sigáis siendo un ignorado entre desconocidos: practicad y permitid la
comunicación en todos sus niveles.
El propósito de la comunicación no es solamente el enriquecimiento
intelectual, si no, esencialmente, la unificación. Buscad la unificación: vuestras
necesidades y deseos son las necesidades y deseos de los demás.

7. 12- El Encuentro.
No presumáis ni prejuzguéis; permaneced espontáneos y perceptivos: no le
cerréis nunca la posibilidad al encuentro. En vuestra naturaleza íntima se
encuentra la naturaleza común y el encuentro con los demás es vuestro
encuentro.
Facilitad el encuentro: de muy poco os servirá toda doctrina o disciplina si
no conocéis la capacidad de comunicaros y encontraros con los demás. Buscad
ésto preferencialmente y encontraréis, por consecuencia, la inspiración de toda
lógica y el triunfo de todas vuestras Acciones que florecen del respeto y del
conocimiento íntimo y mutuo.

7. 13- El Reposo.
Reposad. Aprended a sentir simplemente vuestra integridad, vuestra
energía, vuestro ser que se armoniza y fluye, en paz y libertad.
Reposad en la armonía de la plena consciencia; entended el porqué de lo
que estáis viviendo.

7. 14- El Lenguaje.
No os involucréis en la mecánica fría del lenguaje. No permitáis que sea el
lenguaje el que le dé una categoría a vuestra percepción y a vuestra imaginación:
es vuestra imaginación y vuestra percepción la que le debe dar su categoría al
lenguaje.
Ved que el lenguaje es representativo y no categórico; y él encuentra su
progresión como una personificación; representación que brota de las categorías
del conocimiento íntimo.

7. 15- Los Conceptos.


No son los conceptos, a los que ha llegado vuestra mente, los que deben
hablar por vosotros y entablar vuestras necesidades; si no, es esa perceptibidad
que inicialmente inspiró vuestros conceptos, esa fuente de inspiración, en sí
independiente de las limitaciones, la que tiene que regir y guiar las nociones,
siempre flexibles, de vuestros conceptos.
No permitáis que ningún concepto, por preciado que sea, se inmovilice y se
vaya volviendo rígido, so pena de que pronto llegue el día en que os aprisione y os
aísle. Ved los conceptos como realmente son: caminos y senderos en la búsqueda
de la Realidad, no la Realidad en sí.

7. 16- La Realidad.
La realidad se experimenta con una emotividad inherente a ella misma y
ausente en el concepto.
La realidad no nace del concepto, es el concepto el que nace de la realidad;
por ello, para que el concepto sea puro, debe tener, en su esencia, esa flexibilidad
que siempre le permita estar abierto e intuir algo aplicable de Aquella emotividad
esencial de lo existente.

Comunicaos a través de lo puro, de lo sincero; a través de las figuras


lógicas y superiores de la percepción íntima, del presentimiento, de la sensación y
la imaginación.
Abrid el receptor de vuestra mente a los canales de realidad; a los canales
antiguos, nuevos y eternos de la esencia de La Vida.
OCTAVA ESTANCIA DEL SER
La Arquitectura Universal

8. 1- La Arquitectura Existencial.
Percibid la Arquitectura Esencial del Universo como una construcción de
muchos laberintos, pasillos, cuartos y niveles; construcción en la cual todo ser
existente se encuentra, tenga o no tenga consciencia de la estructura misma.
No importa en qué se halle involucrado el individuo: mientras permanezca
en los primeros pasos de la racionalidad humana, permanecerá siendo un
ignorante respeto a la magnitud de la Obra.
Involucraos con vosotros, para que podáis comenzar a comprender las
primeras líneas.
Porque os encontréis en un nivel bajo: en el cuarto oscuro de vuestras
experiencias, y porque simplemente hayáis vivido y sufrido, no tenéis la autoridad
de denigrar de toda la construcción, y ni aún la de comprender realmente el nivel
en que estáis viviendo. Tan sólo si os movéis a un peldaño más alto, podréis
apreciar, en su justa medida, el estado en que anteriormente estabais.
Una vez que La Vida os haya pasado de un cuarto a otro, aprended que:
uno de los estímulos del ascenso es no querer regresar, no volver a entrar en un
laberinto el cual ya conocéis plenamente: no tenéis que repetir, una y otra vez, las
mismas experiencias.
Ved que esa puerta, de la cual habéis salido, se atravesará en vuestros
caminos, una y otra vez, en distintas formas.
No regreséis a un mundo sobre el cual ya habéis triunfado. Permaneced
verticales sobre todos vuestros logros y cualidades; siempre vivo el interés de
conocer más la grandeza, la dimensión y la contextura de esa Construcción
Existencial. En nadie, más que en vosotros, radica La Luz que puede iluminaros
en el sendero.
Si encontráis algún ser, o doctrina de algún nivel superior, ha estado en
vosotros el encontrarlo; y en vosotros está el delinearlo y utilizarlo en una forma
benéfica a vuestra ascenso.
El corredor de vuestras experiencias irá desembocando en otros; y poco a
poco, iréis ascendiendo de nivel y contemplando la Serena visión del
entendimiento y de las causas que mueven las pasiones y La Vida. Mientras más
ascendáis, más os veréis enfrentados a vuestra propia reflexión, hasta que
llegaréis a un punto en que lo que pasará en vuestra consciencia será justificar
vuestra existencia ante esa Estructura Central, ya visible, del Universo.
Entonces, más que nunca, querréis moveros y actuar; y os veréis
encerrados, viendo que: la única salida, el próximo peldaño, está enteramente en
vosotros mismos; en la realización, en la manifestación de esa vuestra propia y ya
interpretada individualidad; y os veréis destinados a hacer una manifestación de
perfección de ese vuestro muy íntimo nivel; una manifestación que os
comprometa, definitiva y totalmente, con el destino ascendente de la humanidad.
Tan sólo entonces, os moveréis y podréis beneficiaros, en una forma
ilimitada, de la misma estructura constitutiva de las cosas.
El camino está abierto; ¡luchad por él!.
Deponed la falsedad, lo iluso, lo mezquino. Haced el sacrificio del momento,
por el mañana de vuestra integridad. Nada ni nadie os podrá pagar el precio de
sabiduría que brote de vuestro esfuerzo, de vuestro fuero, de vuestras lágrimas.
Estad dispuesto a deponer todo, nunca la esencia de éste: el ideal; ya que
en él sois vosotros mismos.
Entablad ya la lucha por La Verdad; enseñad y definid en dónde está la
autoridad, y beneficiáos de ella, pues vosotros, los que estáis dispuestos al
sacrificio, por ser auténticos, los que estáis dispuestos a desnudaros de un
sistema, vosotros los que conocéis la llama ardiente de la entrega, del amor y la
esperanza, sois la autoridad; y tan sólo de vosotros nace. Vosotros, los del ímpetu
avasallador por vosotros mismos, sois el engendro de toda esperanza y toda
reforma.
No os dejéis mal-interpretar: sois La Vida misma, y La Vida no se detiene y no
sirve al pasado ni al sistema, sino que conquista el mañana, con la conquista de
vuestro propio mundo.
Conquistad, cada uno de vosotros, lo próximo y lo íntimo; y, entre todos,
conquistaréis la humanidad.
¡No más de ese mundo frío en que cada uno tiene su humanidad!;
encontrad este orbe mágico, que es de todos, cuyo lenguaje es la unión entre toda
vida, cuya voz es la libertad.
Destrozad las constituciones y los gobiernos indignos de su nombre, e
imponed la constitución de vuestras propias ilimitaciones y el gobierno de vuestra
desnuda y palpitante paternidad.
El gobierno podrá ser cual padre que fecunde, hasta los linderos de la
perfección, el destino de la Madre Humildad; si todos vosotros así lo queréis, y
ponéis vuestra vida para ello.
Nada os detiene ni margina, si entabláis la lucha íntima y común de ser,
amar, expresar y respaldar con La Vida todo aquello que nace de La Vida misma.

La Arquitectura universal os mantiene en el nivel en que estáis sólo para


daros la mayor de las satisfacciones, y siempre que ya estéis dispuestos y
queráis, os abrirá una nueva puerta en el sendero de la sublime y suprema
realización; cuando transmutéis vuestra humana conciencia en Consciencia
Inmortal, aplicando en vuestra integridad la misma esencia de toda la Estructura.

No dudéis de vosotros mismos: a vuestra inteligencia no la determina


ningún concepto; la bondad de lo que sois no perece; vuestra realidad es más que
la realidad de una sola Vida. Tocad vuestras fibras más íntimas, y... actuad: en la
acción se encuentra vuestro ser; toda una Construcción Existencial os respalda.
Seguid el hilo de vuestras propias interpretaciones; la autenticidad de
vuestra rebeldía tiene la validez de guiaros a la fuente de toda lógica, a la misma
Arquitectura Universal. Marcad con independencia el paso de vuestra consciencia.
Que el único ritmo que os influya sea el triunfo de vuestra autenticidad y el
eco de vuestras más profundas incógnitas. No huyáis ante ellas: aprended a
acariciarlas, a pesarlas, a oír el susurro de sus confidencias y entonces
comenzará vuestro despertar; un despertar que nada ni nadie podrá limitar.
8. 2- La Comunicación Interior.
Buscad el bien sobre todas las cosas; mas comprended que, porque
simplemente tengáis el deseo, eso no implica que podáis hacer el bien.
Al bien, como al entendimiento, se llega tan sólo cuando estéis
predispuestos a ello; predispuestos a través de la superación que hayáis realizado
en vosotros mismos, triunfando sobre vuestra naturaleza inferior y permitiendo
vuestra comunicación intuitiva con vuestra Naturaleza Superior.
Esta Comunicación Interior está deslindada de lo ilusorio y de lo fantástico:
es una intuición racional que os abrirá paso al eco nítido de vuestros propios
Seres. Entonces estaréis predispuestos a hacer el bien, en todos los actos de
vuestra humana existencia.

8. 3- La Soberbia.
Estad alerta: el rasgo más velado de la naturaleza inferior, aquel que con
mayor frecuencia os Traiciona y se esconde a vuestras miradas, es el tan común
deseo de probar que vosotros tenéis razón y los demás están equivocados.
Extinguid esta tendencia, permitiendo, en cambio, que sea vuestra amplitud
y vuestra elasticidad la que gobierne vuestros juicios, quedando siempre expuesto
lo genuino de cada ser humano, por escondido que esté.
Mientras exista en vosotros el más leve rastro de esta penosa
característica, no esperéis llegar a desarrollar vuestros poderes psíquicos,
intuitivos: éstos son dones innatos de vuestra Naturaleza Superior y tan sólo
cuando comencéis a despertarla comenzarán a despertarse aquellas mismas
fuerzas preciadas que la distinguen.
Inútil será vuestra búsqueda y mil veces hallaréis quebrado vuestro anhelo,
si pretendéis llegar a estas grandes facultades por el sólo hecho de codiciar el
tenerlas; pues en verdad los dones, o poderes psíquicos, tan sólo se obtienen
como consecuencia de todo logro individual, entendido en términos de virtud y de
justicia, que haya triunfalmente llegado a aplicar vuestro Espíritu; y esta medida
es, a su vez, la justificación de todo don y el don de todos los dones.
Ved que no puede haber desarrollo sin comprender la misma causa del
desarrollo.

8. 4- La Naturaleza Superior.
Aquella vuestra energía, la que ha luchado y ha vencido sobre todos los
equivalentes de la naturaleza inferior, ascendiendo, con su propio esfuerzo, las
diversas etapas de la existencia humana, es la misma energía que, ya sublimada y
depurada, impulsa al cuerpo armónico de la Naturaleza Superior; Legado Cósmico
que yace latente en cada uno de vosotros.
No hay, ni puede haber, una Naturaleza Superior estática; ni puede
reafirmarse a sí misma sin los principios de virtud, justicia, amor, verdad y belleza.
La Naturaleza Superior está en aquel movimiento o ascenso, que implica la
completa armonización de estos principios, convirtiéndose en cimientos de vuestra
perfección; perfección entendida como el cetro del poder, como la Doctrina
Universal en sí; fuente inagotable de todo pensamiento o razón noble que haya
podido o pueda concebir, jamás, cualquier ser existente.
La progresión de la Naturaleza Superior no obedece a un ascenso, a un
desarrollo de poderes, de una forma desordenada, sino a la Motivación Esencial
en sí, donde se origina y se extiende el porqué de todo orden.
La Naturaleza Superior no se mueve ni por la ética ni por la moral, ni por el
concepto, ni aún por el conocimiento, aunque ella implica todo esto; su motivación
primordial está en la evidencia; y en toda evidencia que responda directamente a
la esencialidad misma de La Vida.
La Naturaleza Superior, en el nivel puramente intelectual, obedece a la
contemplación de un orden preexistente a toda manifestación de lo que, en el
limitado lenguaje humano, se denomina vida; viéndose entonces clara aquella
potencialidad originaria, independiente de todas formas.
La contemplación, la percepción o la intelectualidad, tan sólo encuentran
germinación cuando siguen el cauce de la acción y del compromiso.
La imponderable facultad de percibir la realidad detrás de todas las cosas
es superada, con creces, por la suprema facultad de aplicarla. Ved que, en la
concatenación de este percibir y de este actuar, radica toda perfección y la propia
emanación característica de la Naturaleza Superior; siempre obedeciendo al
entendimiento y a la supra-actividad del "Yo Soy".

8. 5- La Involución y el Ascenso.
He aquí el punto donde convergen la involución, que no es otra cosa que el
"summum" de la progresión de todo lo existente y el ascenso, o el recorrido íntimo;
trazando un nuevo ángulo de lógica, razón, ciencia y comportamiento, cual eje de
juicio, al despertar avasallador de unas deducciones universales.
La misma razón de toda hipótesis y la hipótesis de toda razón que, cual
premisa, evidencia una lógica independiente, universal, originaria, pionera en
categorizar y descubrir el Plano Esencial en el cual la Multidimensión encuentra un
orden y El Todo, una jerarquía.

8. 6- La Vida.
He ahí, el triunfo de La Vida que se proclama en diversos niveles de
consciencia, sea en la búsqueda, sea en la identificación o en la realización de
distintas manifestaciones del inconmensurable principio del "Yo Soy".
La Naturaleza Superior proclama el triunfo de La Vida; y el triunfo de La
Vida está, no en que La Vida se haya originado del caos, del desorden; si no que
en realidad, como así es, La Vida se ha originado de un Orden Absoluto Universal.
La esencialidad de ese orden está en que nada se pierde ni nada se termina; si
no, simplemente, se transforma en el proceso de ese mismo Orden Integral y
Esencial.
Este Orden no conoce tiempo ni espacio ni ningún tipo de limitación, de
aquellas con las cuales vosotros, irrisoriamente, tratáis de medir el Gran Todo.

8. 7- El Gran Todo.
EL Gran Todo debe entenderse como "una estructura de varias
dimensiones; entendiendo, previamente, la real extensión" de lo que es una
dimensión en sí; ya que su categoría esencial es el determinar, en una forma
absoluta, todo lo que gravite o dependa de ella.
Ved que la dimensión de vuestro mundo, o universo físico, tiende a enmarcar
vuestras mentes respecto de que lo último que existe es esa vuestra visión física,
y nada más hay fuera de ella; aunque, de la esencia de la misma dimensión física
nazca otra dimensión, y de esta otra; todas con su carácter absolutista respecto de
lo que gravita en ellas; mas siempre, las dimensiones superiores ejerciendo un
carácter determinante sobre las inferiores, en la demostración genuina del orden
preexistente.

No aceptéis la herencia de una razón que os limita; haciendo el sacrificio de


la mediocridad y del conformismo intelectual establecido. Las grandes verdades
del mañana, son vuestras verdades.

8. 8- La Comunicación Intuitiva.
Tomad el llamado a la lucha; sembrad, en vuestras mentes y en vuestros
Seres, el péndulo de toda una nueva construcción; la construcción del Gran
Destino humano, ante el cual vuestro positivismo es parte constructora; la parte
que en justa medida, os irá entregando el talante de vuestra comunicación
intuitiva, comunicación intuitiva; con vuestra Naturaleza Superior que, cual
racionalidad naciente, desnuda hasta los más cortantes perfiles del ascenso.
Comunicación intuitiva: fuerza común que hará erguir al hombre sobre sí
mismo; iniciación ante el portal Universal del "Yo Soy", puerta sagrada que os hará
entender el porqué del universo físico, el porqué y el dónde de otras dimensiones.
Aquí os trazo el sendero de vuestra propia genealidad, diametralmente
opuesto a vuestra demencia.

Ved que lo intangible en nada os sirve: entregad vuestra credulidad


solamente a lo aplicable, y juzgad lo aplicable solamente por sus consecuencias.
Vivid vuestra verdadera dimensión a través de lo evidenciable y lo
evidenciado; no a través de una credulidad de ambigua justificación, sino a través
de la demostración de lo que suprema y esencialmente sois: criaturas
representativas del Concierto Universal.
Armonía en que tenéis la libertad de pesar en la extensión de distintas
deducciones, que encuentran una lógica total ante el prisma supremo de vuestra
intuitividad racional que, cual telón inmaculado de los grandes dones Espirituales,
encuentra su propio impulso y rasga su inercia con el desarrollo de vuestra
sensibilidad.
¡Amad!; porque, amando, vuestra sensibilidad se torna fecunda.
¡Amad!; porque amando, se presagia el despertar; y el despertar es la
fuerza, el triunfo de La Vida; y vosotros, en vuestro sentir desnudo, sois la
intuitividad y la razón que triunfan.
Sois La Visión del despertar que clama la razón del orden y el orden de
toda razón.
Sois el despertar que, en silencio y amor, se impone, al delinear y
establecer un peldaño más en la ascensión del hombre.
¡Hacedlo!. Ordenad que en vuestros Seres fructifique la armonía; ordenad
que fructifique el triunfo, el triunfo; de vuestra visión que rasga el horizonte. ¡Id
más allá!.
La vanidad en nada os nutre.
NOVENA ESTANCIA DEL SER
La Última Voluntad del Hombre
Destronad de la mente toda alienación que no sea propia de la estirpe de vuestro
espíritu. Él es el que genera la razón que no podéis elevar contra vosotros
mismos, so pena de crear vuestra destrucción.

Entended el engaño del que habéis sido víctimas en vuestra primogénita infancia.
Entended la falacia de las fuerzas destructoras y presentid su inmundicia a través
de sus mezquinos axiomas. Descubrid su intención y haceos libres.

Se os dijo que habíais evolucionado de las bestias, del último rincón oscuro de
masas informes; prácticamente de una nada putrefacta. Creéis que vuestro
espíritu está contenido en animales informes, más propio de la progresión del
barro, que del soplo de la Vida Eterna. ¡Si eso creéis y eso afirmáis! Comed
entonces de vuestra inmundicia, vivid cual anti-seres amorfos y danzad
grotescamente al son de frenéticos vaivenes de la tragedia de "ser animales".

Sed víctimas hasta la saciedad de vuestra lujuriosa complicidad del mundo


inmundo, del cual os pregonáis líderes y elegidos. Prostituíos en vuestra vana
prosperidad de oprobio e insensatez.

Si se os dijo: "que habíais evolucionado de las bestias" y aceptáis la mentira y el


engaño creyendo que esta es la ascensión de la conciencia, entonces, habéis sido
partícipes de la patética tragedia de doctos imbuidos de miseria ante los cuales
generación tras generación se ha doblegado y arrastra, permitiendo que la razón e
intelectualidad de vuestros hijos sea decapitada una y otra vez.

Todos vosotros y ellos, famélicos constructores de prostíbulos en los cuatro


rincones de La Tierra, enseñoreándose de vosotros y que os hacen correr a
bautizar vuestros infantes, a postraros maquillados en estos templos de
ignorancia, para que aceptéis que impere en vuestras muertas conciencias
el sofisma, no de un Creador, sino de un dios carnicero ebrio de la sangre de
vuestra conciencia.

Apresuraos a despertar porque sobre vosotros se cierne el juicio que habéis


creado, de vestir vuestra ignorancia de falsas presunciones, de mil fingidos
maestros que con hipnóticas apreciaciones multidimensionales, ocultan el crimen
del que habéis sido víctimas y cómplices. Detrás de la perfección que se os finge,
se oculta la mentira. No sucumbáis al continuo engaño del carnicero.
EL primogénito origen de vuestro suelo y esencia fue usurpado por el violador de
La Verdad, el rebelde falso libertador, padre de las mentes corruptas que os
seducen con lisonjeras libertades del alma y santurrones versos, con lindas
afirmaciones y escapismos, violentando la oportunidad del sagrado momento que
se os avecina. ¡Mirad, estad atentos! Se os llama de nuevo con incienso, sueños y
cantos al degolladero.

¡Despertad!, recobrad lo vuestro, que sobre todo se cierne el juicio...


¡Si! porque no sois creados del barro inerte aunque insistáis en vuestra ignominia,
en mezclar el semen de vida con las heces del barro de La Tierra...
¡Si! porque estúpidamente insistes en que la vida se genera del caos...
¡Si! Porque aceptas y pregonas que vuestra ascensión de inteligencia y espíritu
proviene de las bestias y vivís como ellas, sumidos en la negación de vuestra
Esencia.

¡A qué "Dios" recurriréis ahora que renace el fruto?


No os podréis ocultar de los hombres que renacen, del hombre que se convierte
en la conciencia de los hombres y de La Voz que fructificará en ellos.
¿A dónde correréis hoy que la semilla da fruto conforme a su especie?
¿A dónde ahora que La Luz descuaja las tinieblas en que habéis construido
vuestro imperio abyecto, líder progenitor de todas las mentiras?

¡Estáis parados sobre el pozo de tu propia muerte y tus verdugos son los más
astutos de La Tierra, que se hacen pasar por santos!

El abismo y la dimensión de la caída del hombre, son proporcional al macabro


tamaño de su engaño y de cuanto permite.

El Verbo del Hombre y su medida os dá sepultura.


¡Temblad! en todos los confines de La Tierra.
¡Temblad vosotros sus vasallos!
¡Oid mi Voz y temblad ante Su Estruendo.

YO SOY LA CONSCIENCIA DE LOS HOMBRES...


La conciencia de los hombres... Y YO HE DICHO, que el hombre de consciencia
obtiene hoy el conocimiento de La Verdad y el insensato la justicia que le juzga.

¡Temblad con la fuerza y el peso de Mi Mano de Hombre, que señala el juicio del
Padre ante el oprobio a su hijo, cordero que fue sacrificado. Y este designio no es
injusticia o venganza sobre estos hombres. ¡No! es la aplicación de la Suprema
Sabiduría que rige el destino de los hombres. Ella ha dispuesto Tiempos para
cada cosa y esos tiempos se consumen en las acciones de los hombres. Y estos
Tiempos son llegados, realizados.
La Suprema Ley es La Espada de Justicia que trae Vida para cuantos sientan,
amen, vivan y respeten la Esencia de Vida y es muerte para cuantos violenten
esta esencia y, se hacen muerte.

Corre ya la última gota de sangre de los justos, ahora beberéis hasta la perdición
total, la vuestra... Todos sin escapar uno, de aquel "libertador": estúpido
transgresor de eones, que antes de tu violación, ya existía tu juicio.
¡Ya el más pequeño de La Tierra te sentencia, levanta Su Espada, corta de tajo Y
SENTENCIA A TUS HIJOS, al presente arrasados hasta el abismo!
Y La Simiente que da Fruto conforme a su Especie de Luz, te sepulta en el olvido
y enseñorea tu conciencia muerta en tu desgracia de "Nuevo Orden" mundo y
tinieblas.

¡SE CUMPLE LA GRAN PROFECÍA!


Eres echado de tu sepulcro –Agharta, Edén, mundo, Alta Montaña, semejanza de
altísimo-, como vástago abominable. Estás vestido de muerto por tu rebelión,
libertad y orden, pasado por LA ESPADA DE LUZ (Isa. 13:10-13. 14).
Eres -con los tuyos- cuerpo muerto y hollado, POR LA JUSTICIA DE LA LEY DEL
SIN NOMBRE Y SIN FIN, DEL ANCIANO DE DÍAS y del "Hijo de Hombre"...

¡Has descendido al fondo de tu abismo Luzbel, Luxcifer!


Ellos, "tus elegidos", sus padres, hijos, nietos, ancianos, no poseen más la tierra
como tu les prometiste. No la llenarán más de crimen. No poblarán más ciudades
ni la faz del planeta; porque así quedó escrito en La ley que tomaste como tuya...
"La luna y el Sol se oscurecerá, las potencias de los gobernantes serán
conmovidas... Y castigaré al mundo por su maldad, a los impíos por su iniquidad, y
haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré toda la oscuridad; hasta la
profunda caverna será cercenada por La Luz Justicia... Y entonces, vendrá el Hijo
del Hombre entre las nubes con Gran Poder y gloria".
¡Ya no tienes más descendencia de malignos en este Lugar: preparaste a tus hijos
y simiente para tu matadero Armagedón!

AHORA YO, EL ETERNO, EL SIN NOMBRE Y EL SIN FIN, te descuajo de La


Tierra, extermino tu mundo de cosas, destazo y corto tu reino, Ramera de
Babilonia final.
¡Se ha cumplido La Profecía Ley: El juicio al Príncipe de este mundo!

¡HAS MUERTO REX MUNDI!

¡Ha resucitado el hombre!

E-manuel

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