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EL SISTEMA CRANEOSACRO COMO UNIDAD BIODINÁMICA

Introducción a la problemática

Cada día crece la popularidad de los diferentes enfoques al tratamiento del


sistema craneo-sacro. Distintos grupos de profesionales abordan esta temática
desde diferentes ángulos. Médicos, osteópatas, quiroprácticos, fisioterapeutas,
psicólogos y otros profesionales tratan de interpretar el concepto vinculado al
tratamiento de este sistema desde su particular punto de vista.

El inicio de la atención hacia esta modalidad terapéutica data de las enseñanzas


de los creadores de la Osteopatía y la Quiropraxia en el Continente Americano. Se
trata de Andrew Still, el padre de la Osteopatía, nacido en el año 1828. Still con
frecuencia sufría de dolores de cabeza, que el mismo controlaba con maniobras
manuales y manipulativas. Como cirujano del ejército empezó a experimentar las
técnicas de tratamiento, a través de las manipulaciones, en diversas
enfermedades. Still se interesó en la dinámica integral del funcionamiento del
cuerpo humano, considerando que una enfermedad es una respuesta normal a
una anormal situación del cuerpo. En el año 1882 creó la primera escuela de
osteopatía. La Quiropraxia fue iniciada por David Palmer, nacido en 1845, quien
fundó en Denver (USA) la primera escuela para los quiroprácticos en el año 1897.
Palmer observó que la sordera de un paciente estaba causada por una lesión
espinal y lo trató ajustándole la columna en la región de la nuca, donde se había
producido la lesión. Tras el tratamiento, el paciente recuperó la audición, dando,
en cierto modo, el inició a la quiropraxia moderna. Los quiroprácticos utilizan en
sus ajustes cortas palancas de movimiento, como por ejemplo, la apófisis de las
vértebras, efectuando así las manipulaciones directas. La evaluación quiropráctica
se basa en el examen a través de los Rx, buscando los sitios de desajustes.

Las experiencias clínicas de los quiroprácticos y osteópatas han arrojado mucha


luz sobre la relación que existe entre la función, la estructura y la dinámica del
sistema nervioso humano. Ambas disciplinas terapéuticas postulan que la curación
es inherente al cuerpo y que el terapeuta contribuye con diferentes maniobras
manuales al inicio y durante el seguimiento del proceso terapéutico.

La Osteopatía Craneal, propiamente dicha, se inicia a raíz de los experimentos de


William Sutherland. En el mes de junio del 1900, William Sutherland, un joven
periodista, al finalizar su formación de osteopatía recibe de manos de Andrew Still
el diploma de osteópata. Entre los años 1900 y 1920, Sutherland estudia al fondo
la osteopatía según los principios de Still. Sin embargo, cada vez se inclina hacia
la dinámica funcional del cráneo. Ayudado por su esposa, realiza varios
experimentos para sentir sobre si mismo los movimientos del sistema óseo del
cráneo, y también a diferentes lesiones impuestas al mecanismo craneal. Sus
experimentos le permitieron descubrir sus numerosas disfunciones. Publicó el
primer artículo con sus observaciones en 1930, con un seudónimo, en el
Minnesota Osteopathic Journal. Las observaciones de Sutherland lo llevaron a
establecer, lo que en la Osteopatía se denomina como el Movimiento Respiratorio
Primario. Este conjunto de cinco principios se expresa de la siguiente manera:

• Existe una movilidad inerte del sistema nervioso.


• Existe una fluctuación del líquido cefalorraquídeo.
• Se observa una movilidad espontánea de las membranas intracraneales y
espinales.
• Está presente la movilidad entre los huesos del cráneo
• Está presente la movilidad involuntaria del sacro entre los dos ilíacos
• Sutherland estableció también que el equilibrio entre el movimiento de los
huesos del cráneo depende de una adecuada tensión de la fascia.

El año 1970 marca un importante avance relacionado con la Osteopatía Craneal


cuando el osteópata norteamericano, John Upledger, mientras ayudaba en una
cirugía de cuello de un paciente, observó cómo se movía rítmicamente la
duramadre. Al no encontrar una explicación coherente a su observación, en
numerosos textos de osteopatía, llegó a la conclusión de que era la presión dentro
del saco membranoso dural que fluctuaba rítmicamente produciendo el
mencionado movimiento. A raíz de sus observaciones y basándose en los
principios de la Osteopatía Craneal de Sutherland, Upledger desarrolló la teoría
del sistema hidráulico semicerrado, tratando de explicar así la forma del
funcionamiento de un sistema que denominó como el Sistema Craneosacro. En su
trabajo incorporó y modificó, con gran éxito, las técnicas del Sutherland.
Paralelamente desarrolló un curriculum de la formación en Terapia Craneosacra
dirigiéndolo primero a los osteópatas y luego al profesional sanitario en general.

En el mundo de la quiropraxia fue Major Bertrand DeJarnette quien con una visión
integral del cuerpo elaboró un complejo proceso de evaluación y tratamiento
integral del cuerpo. A temprana edad y al inicio de su carrera de ingeniero sufrió
un accidente que lo dejo parcialmente paralizado. Pudo recuperarse a raíz del
tratamiento de la manipulación espinal (lo que lo empujó al estudio de la
quiropraxia y recibir el título en el año 1924).Así obtuvo la experiencia personal de
la innata energía que viaja a lo largo del sistema nervioso, tal como lo describió D.
D. Palmer. DeJarnette fue estudiante del Dr.William Sutherland y entendió la
importancia del fenómeno del mecanismo craneosacro. Así, se esforzó para
complementar la explicación de la filosofía quiropráctica de Palmer en conjunto
con el mecanismo craneosacro de Sutherland. Una de sus últimas conclusiones
fue que el líquido cefalorraquídeo es la contraparte física de las misteriosas
energías curativas. Los procedimientos de su aporte se conocen hoy en día como
S.O.T (Sacro Occipital Techinques).

La Técnicas de S.O.T se basan en los cinco principios:

• Existe un movimiento sacro respiratorio relacionado con los cambios


tensionales en las meninges y en la médula.
• La tensión recíproca de las membranas relaciona los movimientos del
cráneo y del sacro. En este proceso es relevante el mecanismo de la
apertura y del cierre de los ventrículos cerebrales.

• La enfermedad es el resultado de la desorganización fisiológica.

• La mínima cantidad de corrección da el máximo resultado.

• La pelvis y su “estabilidad” es la que determina la categoría de la


disfunción.
Las formas de trabajo manual presentado atraen numeroso
grupo de profesionales, creando, sin embargo, también muchas inquietudes
y controversias.

El razonamiento clínico que se aplica en la Terapia Craneosacra difiere mucho del


ortodoxo razonamiento médico, quienes lo rechazan lo encuentran muy frágil el
apoyo científico, sin la documentación adecuada, como también carente de líneas
de investigación coherentes. Por otro lado, las observaciones de los científicos
que seriamente investigan la problemática relacionada con el sistema craneosacro
son difusas, confusas y a veces inclusive contradictorias. A pesar de todo, son
miles los terapeutas que afirman el éxito de sus aplicaciones clínicas.

Al considerar toda la problemática presentada cabe formular varias preguntas


relacionadas con la Terapia Craneosacra:

• ¿Existe una movilidad palpable entre las articulaciones y entre las suturas del
cráneo? Y de ser la respuesta afirmativa:
o ¿Cuál es la función potencial de la movilidad entre los huesos del
cráneo?
o ¿Cuáles son las fuerzas que producen el movimiento entre los
huesos del cráneo?

• ¿Qué sucede cuando se produce una restricción del movimiento entre los
huesos del cráneo? ¿Podemos identificar estas restricciones a través de una
evaluación palpatoria y/o funcional?

• ¿Qué significa la tensión recíproca de las membranas y cuál es el mecanismo


que la vincula al Movimiento Craneosacro?

• ¿Existe el Ritmo Craneosacro y de ser así, cuál es su relación con el flujo y la


fluctuación del líquido cefalorraquídeo?

Son solamente algunas de la inquietudes que debiéramos analizar apoyándonos


en las contemporáneas investigaciones científicas.

Tratando responder a los interrogantes expuestos, sería útil discutir el modelo


dinámico del cuerpo humano que usamos en fisioterapia. Se propone un modelo
dinámico de interacción. Según ese modelo, la estabilidad dinámica funcional del
cuerpo depende de cuatro factores que se interrelacionan e interactúan:

• Un eficiente sistema óseo y articular (ligamentos y cápsulas articulares). La


óptima función del sistema muscular con la habilidad de la contracción tónica
dentro de sus funciones estabilizadoras.

• El sistema craneosacro como unidad biodinámica

• Habilidad muscular de coordinación de los movimientos con la resultante


apropiada compresión articular en un punto óptimo.

• Apropiado control neural que depende del desenvolvimiento de los mecano-


receptores intra y extraarticulares (los del tejido blando), como también de la
apropiada interpretación del impulso (la emoción).

¿Podemos aplicar este modelo a la discusión sobre la fisiología, la biomecánica y


la patomecánica del Sistema Craneosacro?

Finalmente a raíz de lo planteado cabe formular la pregunta: ¿qué es realmente la


Terapia Craneosacra: una romántica visión sobre la integridad del cuerpo humano,
o una ciencia que aún está en espera de la con formación científica de su aporte?

En otras palabras y citando el pensamiento de Major Bertrand DeJarnette:

“Para ser educado, debes poseer una filosofía. Para ser competente, debes
entender tu arte. Para ser honesto, debes poseer conocimientos”.

D.Andrzej Pilat
Director de la Escuela de Terapias Miofasciales Tupimek Profesor de Posgrado de
la Escuela de Fisioterapia de la ONCE

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