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3º abril 2021
Ciclo B
CONSIDERACIONES PARA LA CELEBRACIÓN
DE LA SEMANA SANTA Y EL TRIDUO PASCUAL 2021
Las circunstancias generadas por la pandemia del covid-19 impedirán desarrollar de modo
ordinario las celebraciones litúrgicas de las celebraciones de Semana Santa y del Triduo Pascual.
Por eso, siguiendo las indicaciones generales y las sugerencias del Decreto I de la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del 19 de marzo de 2020 (Prot. N. 153/20) y
el Decreto II de la misma Congregación (Prot N. 154/20) del 25 de marzo de 2020 concernientes a
las fiestas pascuales, es necesario tomar en cuenta las siguientes consideraciones, cuidando la
belleza y riqueza de las mismas:
a) De modo general
1. Los presbíteros presidirán, en la medida de sus posibilidades, las celebraciones de la Semana
Santa con la participación del pueblo, de acuerdo a las últimas disposiciones dadas por el COE para
nuestra provincia de Córdoba.
2. Conviene que los fieles conozcan el horario de todas las celebraciones para que puedan unirse,
desde sus casas, a través de las redes sociales y los medios de comunicación o aquellos que no los
posean puedan unirse en oración. Podemos considerar la posibilidad de que los templos
parroquiales y capillas permanezcan en abiertos en diferentes horarios para que los fieles puedan
acercarse a rezar de manera personal.
3. Téngase en cuenta lo considerado por el Decreto II de la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos del 25 de marzo de 2020 en cuanto a que “…las residencias
sacerdotales, los monasterios y las comunidades religiosas se atengan a las indicaciones del
presente Decreto.” que aquí son precisadas para nuestra Iglesia particular.
4. La Comisión Arquidiocesana de Liturgia ofrecerá subsidios para ayudar en la oración familiar y
personal, potenciando también algunas partes de la Liturgia de las Horas.
5. En todos los casos evítese la aglomeración de fieles y las procesiones que dificulten cumplir el
distanciamiento social.
b) Sábado Santo
1. La primera parte -llamada lucernario- se desarrollará en el presbiterio o lugar oportuno del siguiente
modo: Tras el saludo inicial, omitiendo la bendición del fuego, se harán los signos sobre el cirio pascual y se
encenderá, se colocará en su soporte (según las oportunidades se incensará) y finalmente, se cantará o
recitará el pregón pascual. (Cfr. MR Domingo de Pascua, 13).
2. Si las circunstancias lo posibilitan, se realizará la Bendición del fuego y la preparación del Cirio como indica
el Misal y de manera acostumbrada. Prevéase algunas personas que acerquen la luz hasta los fieles para que
puedan encender sus cirios y permanecer en su lugar.
3. Para la Liturgia de la Palabra podría optarse solo por dos lecturas del Antiguo Testamento (incluyendo
coactivamente la lectura del Éxodo sobre el paso del mar Rojo - Ex 14, 1 —15, 1-) antes de la epístola y el
evangelio. (Cf. Ordo Lectionum Misae, Dominica Paschae in Resurrectione Domini)
4. En la tercera parte -liturgia bautismal- se procederá solo con la bendición del agua y la renovación de las
promesas bautismales (se omitirá la aspersión) y la oración de los fieles. Si las circunstancias lo permiten,
pueden celebrarse bautismos. Seguidamente se procederá con la cuarta parte -liturgia eucarística-.
5. Se puede invitar a los fieles a llevar una botellita con agua para ser bendecida y luego su uso en el hogar.
El sacerdote dice: En el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo:
GUÍA: La primera parte de esta Vigilia celebra a Cristo, luz que ilumina
a todo hombre, simbolizado en la bendición del fuego, y en la preparación
del Cirio Pascual, imagen de Cristo Resucitado, que acompaña a los
hombres, por los caminos de la fe.
Pregón Pascual
Segunda Parte
LITURGIA DE LA PALABRA
Aleluya:
GUÍA: Queridos Hermanos: El canto del aleluya, callado durante el
tiempo de Cuaresma hoy rompe con nuestras voces el silencio de la noche.
Nos ponemos de pie.
Salmo (117, 1-2. 16ab-17. 23-23): Aleluya, aleluya, aleluya.
El sacerdote impone el incienso y bendice al diácono, como de costumbre.
Para la proclamación del Evangelio no se llevan cirios, sino sólo el
incienso.
Evangelio (Lc 24, 1-12): Jesús es el Evangelio, la noticia de Salvación
definitiva para todos, porque en Él está la vida para siempre. Escuchamos la
proclamación de la Buena Noticia. Cantamos el aleluya.
Después del Evangelio tiene lugar la homilía que, aunque breve, no debe
omitirse.
Homilía
-Finalizada la homilía, comienza la Liturgia bautismal.
Tercera Parte
LITURGIA BAUTISMAL
Letanías
GUÍA: Queridos Hermanos: La Iglesia es una gran familia y hay en
ella quienes siguieron a Jesús de una manera plena y son modelo para todos
nosotros. Ellos nos enseñan a vivir nuestro bautismo. Invoquemos a nuestra
Madre y a los Santos, pidiendo su intercesión en favor de sus hermanos.
Nos ponemos de pie y a cada invocación respondemos: Ruega por
nosotros.
En las letanías se pueden agregar los nombres de otros santos,
especialmente del titular de la iglesia, de los patronos del lugar y de los que
van a ser bautizados.
Oración Universal
-El Sacerdote anuncia las plegarias universales.
GUIA: A cada intención pedimos: “POR CRISTO
RESUCITADO, ESCÚCHANOS SEÑOR”.
Para que, como Iglesia junto al Papa Francisco, tengamos una mirada
capaz de reflejar la ternura de Dios: una mirada limpia, de alma
transparente y de rostro luminoso. Oremos.
Para que nuestra Argentina, tan resquebrajada por las divisiones y la
indiferencia, sigamos buscando como ciudadanos la verdad y la
justicia llegando a la paz y la amistad social que tanto necesitamos.
Oremos.
Para que la novedad del sepulcro vacío renueve el corazón de la
humanidad en favor de una cultura por la vida, sin guerras,
terrorismos, muerte de tantos inocentes y de personas que deban
dejar su hogar. Oremos.
Para que la alegría de esta noche nos anime a seguir caminando
juntos, sientiéndonos llamados por Jesús, acompañando a quienes más
sufren en nuestra comunidad. Oremos.
Para que los que sufren en sus diversas expresiones: encuentren en
Cristo Resucitado la esperanza de seguir luchando y en nosotros la
ayuda solidaria y fraterna. Oremos.
Cuarta Parte
LITURGIA DE LA EUCARISTIA
Comunión
GUIA: Queridos hermanos: Hermanos: comulgar es dar paso al
Señor que libera a su pueblo.
Nos unimos a Cristo, el Señor de la vida, que nos invita a ofrecer nuestra
vida como pascua permanente. Preparemos el corazón para recibirlo.
Queridísimos hermanos:
En esta noche, la más santa de todas,
en la que permaneciendo en vela
hemos celebrado la Pascua del Señor,
es justo alegrarse con la Madre de Jesús
por la resurrección de su Hijo.
Éste fue el acontecimiento que realizó plenamente su esperanza
y dio a todos los hombres la salvación.
Así como nosotros, pecadores,
la hemos contemplado unidos en el dolor,
así, como redimidos, la honoramos unidos en el gozo pascual.
Después de la introducción, si la imagen de la Virgen está en el altar donde
se celebra, el sacerdote puede incensarla, mientras los instrumentos
musicales suenan festivamente. Se entona la antífona «Regina coeli», y
luego se canta el versículo «Gaude et laetare Virgo Maria...», y el sacerdote
dice:
Oremos.
Señor, que has alegrado al mundo
por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
concédenos que por la intercesión de su Madre, la Virgen María,
alcancemos los gozos de la Vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Monición final
GUÍA: Queridos hermanos: volvamos a nuestros hogares con el gozo y la
alegría de haber vivido “la Pascua de Cristo que es nuestra pascua”;
vayamos a contagiar y anunciar a nuestros hermanos a Cristo Resucitado.
¡FELICES PASCUAS!.
En la despedida, el diácono o el mismo sacerdote dice:
V. Pueden ir en paz, aleluia, aleluia.
R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia.