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VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

3º abril 2021
Ciclo B
CONSIDERACIONES PARA LA CELEBRACIÓN
DE LA SEMANA SANTA Y EL TRIDUO PASCUAL 2021

Las circunstancias generadas por la pandemia del covid-19 impedirán desarrollar de modo
ordinario las celebraciones litúrgicas de las celebraciones de Semana Santa y del Triduo Pascual.
Por eso, siguiendo las indicaciones generales y las sugerencias del Decreto I de la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del 19 de marzo de 2020 (Prot. N. 153/20) y
el Decreto II de la misma Congregación (Prot N. 154/20) del 25 de marzo de 2020 concernientes a
las fiestas pascuales, es necesario tomar en cuenta las siguientes consideraciones, cuidando la
belleza y riqueza de las mismas:
a) De modo general
1. Los presbíteros presidirán, en la medida de sus posibilidades, las celebraciones de la Semana
Santa con la participación del pueblo, de acuerdo a las últimas disposiciones dadas por el COE para
nuestra provincia de Córdoba.
2. Conviene que los fieles conozcan el horario de todas las celebraciones para que puedan unirse,
desde sus casas, a través de las redes sociales y los medios de comunicación o aquellos que no los
posean puedan unirse en oración. Podemos considerar la posibilidad de que los templos
parroquiales y capillas permanezcan en abiertos en diferentes horarios para que los fieles puedan
acercarse a rezar de manera personal.
3. Téngase en cuenta lo considerado por el Decreto II de la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos del 25 de marzo de 2020 en cuanto a que “…las residencias
sacerdotales, los monasterios y las comunidades religiosas se atengan a las indicaciones del
presente Decreto.” que aquí son precisadas para nuestra Iglesia particular.
4. La Comisión Arquidiocesana de Liturgia ofrecerá subsidios para ayudar en la oración familiar y
personal, potenciando también algunas partes de la Liturgia de las Horas.
5. En todos los casos evítese la aglomeración de fieles y las procesiones que dificulten cumplir el
distanciamiento social.

b) Sábado Santo
1. La primera parte -llamada lucernario- se desarrollará en el presbiterio o lugar oportuno del siguiente
modo: Tras el saludo inicial, omitiendo la bendición del fuego, se harán los signos sobre el cirio pascual y se
encenderá, se colocará en su soporte (según las oportunidades se incensará) y finalmente, se cantará o
recitará el pregón pascual. (Cfr. MR Domingo de Pascua, 13).

2. Si las circunstancias lo posibilitan, se realizará la Bendición del fuego y la preparación del Cirio como indica
el Misal y de manera acostumbrada. Prevéase algunas personas que acerquen la luz hasta los fieles para que
puedan encender sus cirios y permanecer en su lugar.
3. Para la Liturgia de la Palabra podría optarse solo por dos lecturas del Antiguo Testamento (incluyendo
coactivamente la lectura del Éxodo sobre el paso del mar Rojo - Ex 14, 1 —15, 1-) antes de la epístola y el
evangelio. (Cf. Ordo Lectionum Misae, Dominica Paschae in Resurrectione Domini)

4. En la tercera parte -liturgia bautismal- se procederá solo con la bendición del agua y la renovación de las
promesas bautismales (se omitirá la aspersión) y la oración de los fieles. Si las circunstancias lo permiten,
pueden celebrarse bautismos. Seguidamente se procederá con la cuarta parte -liturgia eucarística-.

5. Se puede invitar a los fieles a llevar una botellita con agua para ser bendecida y luego su uso en el hogar.

 Vigilia Pascual en la Noche Santa 


Según antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor
(Ex 12, 42). Los fieles, tal como lo recomienda el Evangelio (Lc. 12, 35-
37), deben asemejarse a quienes, con las lámparas encendidas en sus
manos, esperan el retorno de su Señor, para que cuando llegue los
encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa. 
La Vigilia de esta noche, que es la mayor y la más noble entre todas las
solemnidades, debe ser celebrada una sola vez en cada iglesia. Se desarrolla
de la siguiente manera: después del lucernario, o liturgia de la luz, y del
pregón pascual (que es la primera parte de la Vigilia), la santa Iglesia,
confiando en las palabras del Señor, medita y contempla las maravillas que
Dios, desde siempre, realizó por su pueblo (segunda parte de la Vigilia o
liturgia de la Palabra) hasta que, al acercarse el día de la resurrección y
acompañada ya de sus nuevos hijos renacidos en el bautismo (tercera parte
de la Vigilia o liturgia bautismal), es invitada a la mesa que el Señor ha
preparado para su pueblo como memorial de su muerte y resurrección hasta
que él vuelva (cuarta parte de la Vigilia o liturgia eucarística). 
Primera parte 
Solemne comienzo de la Vigilia llamado Lucernario 
Bendición del fuego y preparación del Cirio 
En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se enciende un fuego. Una vez
que se ha congregado el pueblo en el lugar, se acerca el sacerdote con los
ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual.  
Monición Inicial
GUIA: Queridos hermanos: Nos hemos reunido para celebrar la Solemne
Vigilia Pascual, la noche más santa, la fiesta más importante del Año Litúrgico, la
"Solemnidad de las solemnidades": en la noche, brilla la luz; de la muerte surge la
vida.
El templo está a oscuras. Es la oscuridad de la vida alejada de Dios. Pero en esta
oscuridad surge una Luz, Cristo, que "ilumina" a todos los que lo siguen. Luz que
ilumina llenándonos de paz y de alegría, de vida en abundancia.
Es una vigilia de gozosa celebración de la Resurrección de Jesús, que nos hace
"pasar", a cada uno de nosotros, de la muerte a la Vida. Esta es la noche del abrazo
de Dios con el hombre. Es el momento en que el nuevo sol se levanta destruyendo
las tinieblas y dando un nuevo sentido a la existencia humana.
Celebremos entonces esta vigilia con gozo, porque es hermoso amar y porque una
comunidad que ama, que mira al prójimo como hermano, que camina junta, vive la
nueva experiencia por la que Cristo dio la vida.

El sacerdote dice: En el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo:

Queridos hermanos: En esta Noche Santa en que Nuestro Señor Jesucristo


pasó de la muerte a la vida,…..Podemos abrigar la esperanza de compartir
su triunfo sobre la muerte y de vivir siempre con Él en Dios.

-Luego el Guía dice la monición de bendición del fuego.

GUÍA: La primera parte de esta Vigilia celebra a Cristo, luz que ilumina
a todo hombre, simbolizado en la bendición del fuego, y en la preparación
del Cirio Pascual, imagen de Cristo Resucitado, que acompaña a los
hombres, por los caminos de la fe.

A continuación el sacerdote bendice el fuego. (Esperar oración) Oremos:


Dios nuestro, la fiesta de la luz eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor.
AMEN.

Concluida la bendición del fuego nuevo, un ministro acerca el cirio pascual


al sacerdote que, con un estilete, marca una cruz sobre el mismo. En el
extremo superior de la cruz marca la letra griega Alfa, y en el inferior, la
letra Omega; en los ángulos que forman los brazos de la cruz, los números
del año en curso. (Esperar marcación)  
Acabada la inscripción de la cruz y de los otros signos, el sacerdote fija en
el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz. (Esperar) 
El sacerdote enciende el cirio pascual con la llama del fuego nuevo.
(Esperar oración
Procesión.
(Orden: Turíbulo –si lo hubiera-, Cirio, gentes con velas para darles luz al
pueblo, son tres paradas, cuando el Cirio llega al medio del Templo la
asamblea comienza a encender sus velas)

GUIA: Hermanos Queridos: Comenzamos la solemne procesión con el


Cirio pascual. Caminemos con fe detrás de Cristo, con Él venceremos
nuestras propias tinieblas.
A cada anuncio respondemos: Demos gracias a Dios.

Después de encender el cirio, un ministro toma carbones encendidos del


fuego nuevo y los coloca en el incensario. El sacerdote impone incienso. A
continuación, el diácono u otro ministro idóneo reciben el cirio pascual y se
ordena la procesión. El turiferario, con el turíbulo humeante, precede al
diácono o al otro ministro que lleva el cirio pascual; siguen el sacerdote con
los ministros y el pueblo, llevando en sus manos cirios apagados. 
Ante la puerta de la iglesia, el diácono de pie, eleva el cirio y canta: 
La luz de Cristo. 1ra parada
Y todos responden: 
Demos gracias a Dios. 
El sacerdote, con el fuego del cirio pascual, la vela que tiene en sus
manos. 
Luego, en el medio del templo el diácono se detiene y, elevando
nuevamente el cirio, canta por segunda vez: 
La luz de Cristo. 2da parada
Y todos responden: 
Demos gracias a Dios. 
Inmediatamente, todos encienden sus cirios con la llama que se transmite
desde el cirio pascual; mientras tanto la procesión avanza hacia el
presbiterio. 
Cuando llega delante del altar, el diácono se detiene y mirando hacia el
pueblo, eleva el cirio y canta por tercera vez: 
La luz de Cristo. 3ra parada
Y todos responden: 
Demos gracias a Dios. 
El diácono coloca el cirio pascual en su candelabro situado junto al ambón
o en medio del presbiterio. 
Y se encienden luces en el templo excepto las velas del Altar

Pregón Pascual

Cuando el sacerdote llega al altar, se dirige a la sede, entrega a un ministro


el cirio que lleva en sus manos, impone y bendice incienso como para la
proclamación del Evangelio en la Misa. El diácono, si hubiere, pide la
bendición. Si no hay diácono, el anuncio pascual puede ser proclamado por
el mismo sacerdote o por otro presbítero concelebrante. Pero si es un cantor
laico el que proclama el anuncio pascual, se omiten las palabras por eso,
queridos hermanos hasta el final de la invitación, como así también el
saludo El Señor esté con ustedes. Todos permanecemos de pie y con los
cirios encendidos.
GUIA: Queridos hermanos: Ésta es la noche en que se disipó las
tinieblas del pecado. Esta es la noche que nos devuelve la gracia. Esta es la
noche en la que Cristo rompió los lazos de la muerte. Por eso la Iglesia
estalla en un jubiloso canto de alabanza, de gratitud y de alegría. Es el
solemne Anuncio o Pregón Pascual. 

-Terminada la proclamación del Pregón, el Guía invita a apagar los cirios y


a tomar asiento.

GUIA: Podemos apagar los cirios y tomemos asiento.

En el Altar los cirios se encenderán al cantar el Gloria, después de la última


lectura.

Segunda Parte

LITURGIA DE LA PALABRA

En esta Vigilia, «Madre de todas las vigilias», se proponen nueve lecturas:


siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento (Epístola y
Evangelio). En la medida de lo posible, y respetando la índole de la Vigilia,
deben proclamarse todas las lecturas. 
Si graves circunstancias pastorales lo exigen, puede reducirse el número de
lecturas del Antiguo Testamento; con todo, téngase siempre presente que la
lectura de la Palabra de Dios es una parte fundamental de esta Vigilia
pascual. Por eso, deben leerse por lo menos tres lecturas del Antiguo
Testamento, que provengan de la Ley y los Profetas y se canten los
respectivos salmos responsoriales. Nunca debe omitirse la lectura tomada
del capítulo 14 del Éxodo con su respectivo cántico. 
Se apagan los cirios y todos se sientan. Antes de comenzar las Lecturas, el
sacerdote dice:
“Hermanos, después de comenzar solemnemente esta vigilia, escuchemos
con atención la Palabra de Dios que nos relata como el Señor Salvó a su
pueblo en el transcurso de la historia y finalmente envió a su hijo para
redimirnos. Oremos para que nuestro Dios lleve a su plenitud la
Redención obrada por el Misterio Pascual”.
Luego siguen las lecturas. Un lector se dirige al ambón y proclama la
primera lectura. Después, el salmista o un cantor dice el salmo y el pueblo
responde con la antífona correspondiente. Todos se ponen de pie, el
sacerdote dice Oremos y, después que han orado en silencio por unos
instantes, reza la oración colecta correspondiente a la lectura.  

Única Monición AT: No la leemos pero está por cualquier eventualidad

GUÍA: Queridos hermanos: Después de iniciar alegremente esta


Solemne Vigilia Pascual, celebramos ahora la Liturgia de la Palabra. Con
escucha atenta y agradecida hagamos memoria del paso de Dios en la
historia de nuestro Pueblo. Hay un maravilloso y dulce diálogo entre Dios
que habla a su Pueblo y nosotros que respondemos desde el corazón.

1. Primera lectura (La creación: Gen 1, 1-2,2 ó 1, 26-31a): Dios miró


todo lo que había hecho y vio que era muy bueno.  
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento. 
2. Segunda lectura (El sacrificio de Abrahán: Gen 22, 1-18 ó 22, 1-
2.9a.10-13.15-18): El sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe.  
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento.  
3. Tercera lectura (Paso del mar Rojo: Ex 14,15-15,1): Los israelitas
entraron a pie en el cauce del mar.  
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento. 
4. Cuarta lectura (La nueva Jerusalén: Is 54, 5-14): Se compadeció
de ti con amor eterno tu redentor, el Señor. 
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento. 
5. Quinta lectura (La salvación gratuitamente ofrecida a todos: Is
55, 1-11): Vengan a mí y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza
eterna. 
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento. 
6. Sexta lectura (La fuente de la sabiduría: Bar 3, 9-15.31-4,4):
Camina hacia el resplandor, atraído por su luz. 
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
Al finalizar la oración: Podemos tomar asiento. 
7. Séptima lectura (Corazón nuevo y espíritu nuevo: Ez 36, 16-28):
Yo los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo 
Luego del Salmo: Nos ponemos de pie.  
(Esperar oración) 
Después de la última lectura del Antiguo Testamento con su salmo
responsorial y la correspondiente oración, se encienden los cirios del altar
y el sacerdote entona el himno Gloria a Dios en el cielo, al cual se une la
asamblea; mientras tanto, de acuerdo con las costumbres del lugar, se tocan
las campanas. 
GUIA: Queridos Hermanos: Hemos concluido las lecturas del
Antiguo Testamento. Dios, presente en toda la historia cumple su promesa
en la entrega de su Hijo Jesús por nuestra salvación. Aclamemos la gloria
del Señor, la muerte ha sido vencida, Jesús ha resucitado y vive para
siempre! Por eso, ahora entonamos alegremente el Gloria. 
Después del Gloria, el sacerdote reza la oración colecta, del modo
acostumbrado.  
Luego, todos se sientan y un lector proclama la lectura del apóstol san
Pablo. 
Epístola (Rm 6, 3-11): Podemos tomar asiento. Hermanos: En este día
de luz y cantos, la Liturgia nos hace pensar en nuestro bautismo, como
fuente de nuestro nacimiento y llamado a la santidad. 
Acabada la lectura de la Epístola, todos se levantan y el sacerdote entona
solemnemente por tres veces el Aleluya, elevando gradualmente la voz, y
todos responden. Si fuera necesario, el Aleluya es proclamado por un
cantor. Después, el salmista o el cantor entonan el Salmo 117 y el pueblo
responde Aleluya. 

Aleluya:
GUÍA: Queridos Hermanos: El canto del aleluya, callado durante el
tiempo de Cuaresma hoy rompe con nuestras voces el silencio de la noche.
Nos ponemos de pie. 
Salmo (117, 1-2. 16ab-17. 23-23): Aleluya, aleluya, aleluya. 
El sacerdote impone el incienso y bendice al diácono, como de costumbre.
Para la proclamación del Evangelio no se llevan cirios, sino sólo el
incienso. 
Evangelio (Lc 24, 1-12): Jesús es el Evangelio, la noticia de Salvación
definitiva para todos, porque en Él está la vida para siempre. Escuchamos la
proclamación de la Buena Noticia. Cantamos el aleluya. 
Después del Evangelio tiene lugar la homilía que, aunque breve, no debe
omitirse. 
Homilía
-Finalizada la homilía, comienza la Liturgia bautismal.

Tercera Parte
LITURGIA BAUTISMAL

Después de la homilía comienza la liturgia bautismal. El sacerdote con los


ministros se dirige a la fuente bautismal, si es ésta se encuentra a la vista
del pueblo. De lo contrario se pone un recipiente con agua en el
presbiterio. 
Si hay catecúmenos, se los llama para que sus padrinos los presenten. Si los
catecúmenos son niños, éstos son presentados por los padres y los padrinos
ante la comunidad reunida. 

GUIA: Hermanos queridos: Con la liturgia bautismal comenzamos la


tercera parte de la Vigilia Pascual. Pedimos a Dios, que en esta noche nos
bendiga y bendiga el agua que nos invita a renovarnos y a renacer a una
vida de mayor servicio.

-El Sacerdote se dirige a la fuente bautismal. Si hay bautizandos, el


sacerdote dice la siguiente oración: Dios todopoderoso y eterno, acompaña
con tu poder los sacramentos de tu inmensa bondad………confiada a
nuestro humilde ministerio. Por JNS. Amén
Si no hay bautizandos dice la oración: Queridos hermanos: Invoquemos
la gracia de Dios Padre todopoderoso sobre esta fuente… hijos adoptivos
de Cristo.
-Al finalizar, el Guía dice la monición de las letanías.

Letanías 
GUÍA: Queridos Hermanos: La Iglesia es una gran familia y hay en
ella quienes siguieron a Jesús de una manera plena y son modelo para todos
nosotros. Ellos nos enseñan a vivir nuestro bautismo. Invoquemos a nuestra
Madre y a los Santos, pidiendo su intercesión en favor de sus hermanos.
Nos ponemos de pie y a cada invocación respondemos: Ruega por
nosotros. 
En las letanías se pueden agregar los nombres de otros santos,
especialmente del titular de la iglesia, de los patronos del lugar y de los que
van a ser bautizados. 

Dos cantores entonan las letanías, a las que todos responden


permaneciendo de pie (por razón del tiempo pascual).
Los cantores entonan las letanías.

Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios Ruega por nosotros
……………………………….
Por tu bondad. Líbranos, Señor (7 veces)
……………………………….
Nosotros que somos pecadores,
Te pedimos Escúchanos, Señor (4 veces)
……………………………….
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos

(Esperar oración de cierre de las letanías) 

Bendición del agua bautismal (si hay bautizandos) 


El sacerdote bendice el agua bautismal. 
GUÍA: Queridos Hermanos: Jesús anunció que era necesario “renacer
por medio del agua y del Espíritu Santo”. Eso fue nuestro bautismo. Ahora
Mons. Ñáñez va a pedir que el Espíritu Santo dé a esta agua su fuerza, para
que muchos hermanos nuestros nazcan a la vida nueva que ofrece Jesús.
Este signo nos dice que el Bautismo da la vida de Cristo Resucitado, a
quienes lo reciben. (De pie).
El sacerdote bendice el agua bautismal, diciendo la siguiente oración con
las manos extendidas: 
… 
Y sumergiendo, según las circunstancias, el cirio pascual en el agua una o
tres veces, prosigue: 
Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo 
descienda sobre el agua de esta fuente 
el poder del Espíritu Santo, 

Manteniendo el cirio en el agua prosigue: 


para que por el bautismo, sepultados con Cristo en su muerte, 
resucitemos con él a la Vida. 
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, 
y es Dios, por los siglos de los siglos. 
R. Amén. 

Retira el cirio del agua y el pueblo aclama:

GUÍA: Queridos Hermanos: Aclamemos juntos al Señor cantando: 


Fuentes, bendigan al Señor. 
Alábenlo y glorifíquenlo eternamente 

Bautismo y Renovación de las promesas bautismales 


Después de la bendición del agua y de la correspondiente aclamación del
pueblo, el sacerdote, de pie, interroga a los adultos y a los padres y padrinos
de los niños que van a ser bautizados para que hagan las renuncias. Se
siguen las formulaciones del Ritual de Bautismo. 
Renuncias 
GUIA: Hermanos: Ser de Cristo lleva consigo morir al pecado y vivir para
Dios. En nombre de los niños y niñas, el celebrante nos invita a renunciar a
todo lo que no sea de Cristo. A cada pregunta respondemos: Sí,
renunciamos. (Esperar renuncias) 
El sacerdote interroga a cada uno de los adultos para que profese la fe. Si se
trata de niños, pídase a los padres y padrinos todos juntos, una sola vez, la
triple profesión de fe como se indica en el Ritual de Bautismo. Si son
muchos los que se bautizan, el rito puede ordenarse de esta manera:
inmediatamente después de la respuesta de los elegidos, de los padrinos y
de los padres, el celebrante pide y recibe la renovación de las promesas
bautismales de todos los presentes. 
 
Profesión de fe (se encienden nuevamente los cirios de toda la asamblea) 
GUIA: Hermanos: Acompañando a quien va a ser bautizado, juntos
renovaremos las promesas bautismales en la fe de nuestra Iglesia.
Renovemos nuestra fe en los grandes misterios de amor que creemos y que
debemos trasmitir con nuestros gestos y palabras. A cada pregunta
respondemos: Sí, creemos. (Profesión de fe)  
 
Después de la profesión de fe, se bautiza a cada uno de los elegidos,
adultos y niños. 
Bautismo 
GUIA: Podemos apagar los cirios y tomar asiento. Ha llegado el momento
culminante de este sacramento. Estos niños serán bautizados invocando a la
Santísima Trinidad.  
A continuación se realiza la unción con el Santo Crisma sólo a los niños
bautizados. 
Unción con el Santo Crisma 
El Bautismo los ha consagrado para ser Templo del Espíritu Santo. Han
sido hechos hijos de Dios y toda su persona es posesión de Dios. Por eso
ahora el celebrante los unge con el Santo Crisma, significando así que ellos
son ahora otro Cristo para los hombres. (Esperar oración y unción) 
 
Imposición de la vestidura blanca 
Las vestiduras blancas nos recuerdan la inocencia que el Bautismo nos ha
devuelto. Esforcémonos por vivir en esta pureza de vida llenándola de
amor, de fe y de esperanza. (esperar oración) 
 
Encendido del cirio 
El cirio pascual es símbolo de Jesús resucitado, quien se proclamó a sí
mismo como luz del mundo. Quienes hemos sido bautizados debemos
permanecer unidos a Jesús por la fe en Él y hacerlo resplandecer por medio
de nuestras buenas obras. Propongámonos servirle de ejemplo en la
fidelidad. (Esperar oración) 
Concluido el rito del Bautismo, el sacerdote rocía al pueblo con el agua
bendita.  

Aspersión (se recomienda no realizarla)


GUIA: Hermanos: La Solemne Vigilia Pascual da un lugar relevante al
recuerdo de nuestro bautismo. Con Él nacimos a una vida nueva. Por eso
ahora seremos rociados y purificados con agua bendita en recuerdo de
nuestro bautismo. Nos ponemos de pie y cantamos. 
 Después de la aspersión, el sacerdote regresa a la sede y, omitiendo el
Credo, comienza la oración universal, en la que participan los neófitos por
primera vez. 
GUIA: Podemos apagar nuestros cirios. Permanecemos de pie.

Oración Universal
-El Sacerdote anuncia las plegarias universales.
GUIA: A cada intención pedimos: “POR CRISTO
RESUCITADO, ESCÚCHANOS SEÑOR”.

Para que, como Iglesia junto al Papa Francisco, tengamos una mirada
capaz de reflejar la ternura de Dios: una mirada limpia, de alma
transparente y de rostro luminoso. Oremos.
Para que nuestra Argentina, tan resquebrajada por las divisiones y la
indiferencia, sigamos buscando como ciudadanos la verdad y la
justicia llegando a la paz y la amistad social que tanto necesitamos.
Oremos.
Para que la novedad del sepulcro vacío renueve el corazón de la
humanidad en favor de una cultura por la vida, sin guerras,
terrorismos, muerte de tantos inocentes y de personas que deban
dejar su hogar. Oremos.
Para que la alegría de esta noche nos anime a seguir caminando
juntos, sientiéndonos llamados por Jesús, acompañando a quienes más
sufren en nuestra comunidad. Oremos.
Para que los que sufren en sus diversas expresiones: encuentren en
Cristo Resucitado la esperanza de seguir luchando y en nosotros la
ayuda solidaria y fraterna. Oremos.

Comenzamos la última parte de esta solemne Vigilia Pascual.

Cuarta Parte
LITURGIA DE LA EUCARISTIA

GUIA: Queridos hermanos: Comenzamos la última parte de esta


solemne Vigilia Pascual: la Liturgia eucarística. Junto con el pan y el vino ofrecemos
al Señor la decisión de vivir la nueva vida de resucitados mirándonos todos como
hermanos.

Comunión
GUIA: Queridos hermanos: Hermanos: comulgar es dar paso al
Señor que libera a su pueblo.
Nos unimos a Cristo, el Señor de la vida, que nos invita a ofrecer nuestra
vida como pascua permanente. Preparemos el corazón para recibirlo.

Solemne saludo a nuestra Señora 


Donde sea costumbre, según la oportunidad pastoral y si no se hizo antes de
la bendición, se puede introducir un saludo a la Virgen, cantando el Regina
coeli u otro canto apropiado. Para ello puede utilizarse el siguiente
esquema. 
GUÍA Hermanos: Saludamos a nuestra Madre, compartiendo con ella el
gozo y la alegría de la resurrección de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. 
El sacerdote se dirige brevemente a los fieles con estas palabras u otras
semejantes: 

Queridísimos hermanos: 
En esta noche, la más santa de todas, 
en la que permaneciendo en vela 
hemos celebrado la Pascua del Señor, 
es justo alegrarse con la Madre de Jesús 
por la resurrección de su Hijo. 
Éste fue el acontecimiento que realizó plenamente su esperanza 
y dio a todos los hombres la salvación. 
Así como nosotros, pecadores, 
la hemos contemplado unidos en el dolor, 
así, como redimidos, la honoramos unidos en el gozo pascual. 
Después de la introducción, si la imagen de la Virgen está en el altar donde
se celebra, el sacerdote puede incensarla, mientras los instrumentos
musicales suenan festivamente. Se entona la antífona «Regina coeli», y
luego se canta el versículo «Gaude et laetare Virgo Maria...», y el sacerdote
dice: 
Oremos. 
Señor, que has alegrado al mundo 
por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, 
concédenos que por la intercesión de su Madre, la Virgen María, 
alcancemos los gozos de la Vida eterna. 
Por Jesucristo, nuestro Señor. 
R. Amén. 
 
Monición final 
GUÍA: Queridos hermanos: volvamos a nuestros hogares con el gozo y la
alegría de haber vivido “la Pascua de Cristo que es nuestra pascua”;
vayamos a contagiar y anunciar a nuestros hermanos a Cristo Resucitado.
¡FELICES PASCUAS!. 
 
En la despedida, el diácono o el mismo sacerdote dice: 
V. Pueden ir en paz, aleluia, aleluia. 
R. Demos gracias a Dios, aleluia, aleluia. 

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