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concordancia con lo dispuesto en la legislación sobre los derechos de autor: Decreto Legislativo 822.

Richard J. üelles
Universídad de Pennsylvunid

Ann Levine

Traductor
Édgar Rubén Cosío Martínez
TYadVCtOr profesional

Revisión técnica
Roberto Rebotloso Gallardo
Director del Departamento de Ciencias Sociales
ITESM, Campus Monterrey

McGRAW-HILL
MÉXICO • BUENOS AIRES • CARACAS •
GUATEMALA LISBOA • MADRID • NUEVA YORK •
SAN JUAN SANTAFÉ DEBOGOTÁ•SANTlAGO •SÁO
PAULO AUCKLAND • LONDRES • MILÁN •
MONTREAL
NUEVA DELHI • SAN FRANCISCO • SINGAPUR
ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO
Socialización en el curso
de In vidn
Uno resolució n callada en la crianza del nino se está
extmdiendo en todo el mundo. A IO largo de la historia
Komatsudani: una escuela preescolar
se En criodo n los niños en las casas de sus padres y jnponesn
parientes. En unos recientes, sin cmfidrgo, los nihos de 4 En unn esciteln preescolnrjoponeso, xna grdduddn uni-
ahos ingresan a los sistemas preescolores. Las ciJras versitaria reciente, Fukui-sensci, es In profesora párit uno
muestran que nproxímndomente 854 de los nietos en To- clnse de veintiocho niíios de 1 nñ os de ednd. Ella hu pla-
kio, 80% en Beiying, y 65% en Nuevn Yorh asisten a los meado dos ocft›idoües principales diarias: un número de
centros de atenció n inJnntil, Ía guardería o casas de aten- @ercicios para colorear el libro de trAbdjo durante In
ció n grupal. mediana, y en la tarde, la constmcciórt dC ltnB boyd de
Los sistctnns preescolnres no sdlo sirven a los nihos y origami in/obIe, con tiempo lifire a la mitod dei trabajo
a sus podres, sino torifilén o la sociedad de Ía que ellos 9arAj«gitr Fuhui-SCTts S riseSOra a LOS TiiñOS p SO a paso
son miembros. Aunque estos sistemas son en pitrte serví a trilvés de las actividades plnnendns. Cuando los niñ os
cios de cuidado de fiebés, tnmfiiéti son responsables de trdbnjan, nf mismo tiempo platicnn, bromeas, cambian
moldear el comportamiento de los ninos en los patrones de lugar y nrmati alboroto. Lu mnestrd permanece tYaH-
que Se Cult ttTo ftpruebft. UnO COmpartqció n de tres escue- quita y paciente y pocas veces interviene; parece ignorar
las preescolares —una enJapó ti, unn en China, y unn en 6f un muchacho pnttícularmente molesto, Hiromi, que
Estados Unidos— ilustra cómo los valores culturales y interpreta en voz alta une canció n y unn rutinn de bnile
los creencias se traducen en acercamientos fiortonte di- durante In sesiñ n del lifiro de trobnjo

O
Jerentes o II CTiQnza dei niñ o. Joseph Tohin y sus colegas y golpen ft sits compaíieros de
(Tohin, Wuy Davidson, 1989) filmaron “las rutinas dia- clase durante el tiempo de juego.
rias y los drnmns pequeñ os” en las tres escuelas. Ellos le Citnn- do u/taniñ ü octt so a hiromi de
pidieron a los administradores de precSCOlareS, tHfiCStFOS que gisd de/ió erü damvte ía mofto
y pndYC5 que hicierJqn un comentario sobre los videos de de
su propin escuela y de las otras dos. Un resumen de los OtrO nitro, T uhui-Sensci SusV TTO en
accicamientos y coment6frios sigue a continuació n. la oreja de ta niha y la Ilsa abc-
ro. Un rato después In maestra ca-
126

mina haCio la puerta y encuentra a HiroJti luchando con El ilnico incidente de desorden ocurr e nntes de em-
otro niño en el suelo, chu preguntó en un tono neutro pesar el día escolar Cudttdo AWei, una nina de 4 dnos de
“¿Aun estns luchando?” eddd, llega y se aJerrn n la mano de su padre y se niegn a
Lu cultura japonesa está orientada lincia el grupo. ¢ntroY, EÍ ÍlBbÍA en voz bdjd con ehh y entonces se In
Los)dponeses por lo general eritdtt l‹i individtializacidn entrega a uno de los maestros, quien la ayuda d §uitorse
para prfmf£tfl0s o para reprenderlos; creen que los niños su chamarra y Ie da un bollo cnÍícnte.
aprenden mejor el autocontrol y los hnbilidndes sociales Cuando el muestro da In espdldd, sin cmbafg0, Amor
a trnvés de In experiencia. Luchar y lincer trnvesiirns snlta y corre detrás de sit padre interceptó ndolo en el
es normnl n los 4 años; consideran que el pegnr y reci- patio. Padre e hijo Qldticnn dtiriqnte v£trios minutos y
bir golpes, portarse mol y experimentdr el rechazo, con- entonces regresan nt saldn. Antes de que II snlgo de nue-
duce a los ninOs d ‹aprender n soluci0tlfir §rohIemos N- vo, ella lo jnlo y pone su cara n su nivel y le cuc#ícíien:
tre ellos y a llevarse fiien con el griigo. El trnhojo de un “No te olvides de ven.ir y recogemie el miércoles [. . .] ”
maestro de preescolar es “pemiitir n los niños ser ni- (p. 75). Amei es unn de los nproximaddmente setentd
ños”. Los educadores japoneses y pndres pensaron qxe estudiantes internos de “cuidado totnl” en Dong-feng,
FuLui-sensei mnnejó a Hiromi correctamente; restringir- que sólo a a su casa los miércoles por las noches y los
lo o disciplinario sólo dnñoría su orguIIo y provocaría unes de semana.
más desorden. Un concepto central en In educació n del niñ o chino es
Los pndres y maestros chinos pensaron que Id escuela elgudn, que trodxcido liter6tImente signijic£t “gobernar”.
§£ffSCOÍfi£j£tQOttSSa end cadticd. Dijo un director de pre- Pero el guan también signiJicd cuidar y amar. De esta
escolar: “Los niños que lucíinn y corren en forma SfilYdje OTtTia, no siipervÍSdr a un niíio y no instniirlo en el com-
en unn nulo no son un grupo, son una pdndilln. En unn portnmiÁ to npropindo son señ ales deJnÍt£t de afecto. Los
atmósfera de intimidación y caos no pueden aprender la maestros creen que deben establecCy Orden y control, las
responsabilidad socini y el Autocontrol necesarios pum actividades con íiordrio no les dan ‹q los niñ os oportuni-
ser miembros dei grupo” (p. 106). Los pndres y maestros dad de Cortarse mal, así como el monitoreo constante y
estadounidenses estuvieron de acuerdo con esta idea. la correcció n de su comportamiento. Tienen como meto
Seiialan que los nietos especialmente diJíciles, como principal producir buenos ciudAdnnos. Un Jncíonnrío
Hiromi, necesitan atención individual, ¿cdmo puede sa- explicd: “Los padres estón interesados en sus niñ os, pero
tisJncer un muestro las necesidades individuales de vein- no son los étnicos. Los niñ os no pertenecen n sus podres
tiocho nihos pequeños? solamente” (p. 104). Los educadores y padres chinos es-
tó n interesados en el “síndrome 4-2-1”: bajo In politica
Dong-feng (Viento oriental): china de un nino por JftmÍlia, cuaíro Abuelos y dos pu-
dres pueden centrar su atenció n en un solo niho que pue-
una estela preescolnr china de volverse un tir£tno de In casd o una pers0nit desvaíido
Dos maestros y un oyud,qnte estón a crtfgo de unn clase como resultado. Hnbiéndole pedido a los gadres que se
de veintiséis niños en und escueld preescollqr chica. El sacri caran por el bien del país a tener só lo un niñ o, el
día empieza con veinte minutos de c£tlistenin, canciones gofiíerno le debe proporcionar a Íos podres el mejor apo-
y miles. Después de esto, los niños toman sus asientos yo pam el niñ o.
en lnsJilns ordenadas de mesas y hnncos. A ciqda niño se Los japoneses y estddounidenses que vieron la pelícu-
le da una ca)a de reproducciones JotograJicas pdro que la de Dong-feng se espdntnron por el grodo tan estricto
ld5 ilxmine. Los niños trdbnjnn en silenCto, mientras LOS en In reglamentació n de In escuela preescolar china. Un
nuestros caminen entre tosJilas y corrigen stts trabajos. educador jabones Ínmentd Jfi dpdrente JnÍtfi de esponta-
A las 10 a.m. el gnipo se en In el fiaño y regresa; le neidad: “El sentimiento de Id escuela estd tin Jrío, tnn
sigue unn lección de aritmética. Entonces un almuerzo triste. Se espero que los niños sean muy buenos, no como
cníiente se entregó de In cocina central; n los niños se les sitios. Todo este énfasis en sentarse derecho, m estar
amonestn pam comer correctamente, no hablar y no des- callado, en estar de pie en lineas rectas” ip. 92). Los
perdiciar comida. Despues del almuerzo y una Jdrga sies japoneses tambien scñalaron que liohía pocas activida-
ta, los maestros hacen que los niños reciben el unísono des de gmpo en In escuela. “Todos luciendo la mismo
and historia pntridticny entonces los Ileran al gasto cosa al mismo tiempo, no es igudl que la vidn de gmgo
para orgoniznr correrns de relevos y]uegos supervisados. real, ¿nsí es?” p. 39). Los estadounidenses criticaron td
Des pués de lavarse, se reíinen en las mesas para In supresión de In individunlidañ “Lo que me humo 14 ar t-
cena.
“’ hechos japoneses estadounidenses se espantan del grddo de reglamentación estricta en una preescolar china (izquierda).
¡guolmentc, se cspnntnn muchos japoneses y chicos de los mctodos estadounidenses para disciplinar a los ninos (dererha).

ción —dijo un mdestro de preescolar— es In Jormd en los niñ os n carihiorse de ropn, leen historias y arbitran
qite los niñ os chinos son ohligddos a {. . . j seguir instruc- en disputas. Cuando una lucha se suscita entre tTes ni-
£iOTtCS CO tnO OpYRTOS Gu una línea de produccidn, que nir- ñ os que juegon con los cuadernos, Cheryl interrienc de
ga el punto totni de)uego de grupo” {p. 92). Los maes- inmediato. Ella le pregunta lo que pasá a cada nitro, les
tros de preescolar chinos dijeron que eron mucho mds explico por qué es mgor expresar eitojo con palabras
estrictos cuando tenínn visitantes; un esfi erz0 gor im- que con tos puñ os y entonces sugiere una solución. Al
presionar a los extranjeros que, irónicamente, tenío el momento de la limpieza, Cheryl descubre un montó n
efecto opuesto. de Legos abandonados. “¿Quién estriba jugando con es-
Los pü dresjaponeses} estadounidenses Cambio pen- tos Legos y no los guardó?”, pregunta y miro n un niñ a
saron que los niñ os de 1 nñ os de edad eron dmmidd0 que)uega en itna esquina "¿Kerry, oiste tu? iNo? iNo
pequeñ os para domiir lejos de casa. Los padres chinos jugaste con estos Legos? Yo creo que sí, gor favor ven.
estaban sorprendidos de que ni Jdpdn ni Estribos Unidos nquí } guárdalos”. Kerry alta {a cabeza miro h4cict
oJrecieran programas de “cxid4do total” de toda II no- abajo evitando la mirada. Cheryl intenta de cuero, “iNo
che. ¿Qué pasarla si los horarios de los pddres no se ajus- tienes nodo que decirme 7 Entonces sientate en II Villa dR
tan con los cuidados del dia u horus de preescolar, o si drscnnso y piénsd!O hasta que estes listo para limpiar”
los pitdres estón muy apurados como penn proporcionar pp. l52-1J3). En minuto o dos mns tarde Kerry se le-
vanta y gudrdn los Legos. A lo hora del almuerzo, Cheryl
se sienta al lado de Kerry y pasa su bruto nlrededor de
St. timothy’s: una escuela preescolar su hombro. Lu tarde es menos estructxrndn que Ía moñ a-
na, con juegos libres dirigidos demo del salón y al aire
estadounidense libre.
En esta escuela preescolar, dos maestros, Cheryl y Lin- Ante todo, los padres estndounidenses quieren que sus
du, estó n a cargo de una clase de dieciocho niñ os de 4 niñ os se conviertan en individuos independientes. Con-
datos de edad. El Sitka estó orgdnizndn en vonos “esta- Jíon mucho en St. Timothy’s, debido a la variedad de
ciones de aprendizaje” con materiales para pintar cua- materiales de aprendi za)e, oportunidades para la creati-
dernos, disfraces y otras nctividodes. Cdda niho decide vidad individual y la libertad de opcidn. ACrecían a
lo que él o ella quieren hacer, y combidn de nctividndcs Cheryl y Lindn pOY prcstnrles atenció n individual n los
cuando quieren. Los dos maestras se mantienen ocupa- niñ os y poner atención a sus necesidades especiales. Des-
das poniendo papel en los caballctes de pintor, dyitdan a de su punto de vista, St. Timothy’s £n hecho lo correcto:
28 Porte 2 Dinámica del comportamiento social

“Balance entre In libertad y el orden, juego libre y nctivi- sociedad mds conocedor y más o menos cooperaii o.
dades estructurados, indulgencia y disciplina” (p. 142). Mediante la sociali zación, los individuos no sólo apren-
Los educctdores y padres chicos se impresionaron colt den los valores, los normns y las habilidades de su cuItu-
la cantidad de espacio, decoraciones llenas de color y ra SiHO también adquieren un sentido de quiénes son y a
II V‹qMednd de materiales de juego y actividades en la donde pertenecen. Ld socin1iz‹qción involucra instniccio-
escucha St. Ttmothys. Sin embargo, critiCaYOTt a St. Ti- nes explícitos y modelos de manera inconsciente; esto
inothys por tener tan pocos reglas y tentar In disciplina in/uye en el desarrollo de lo personalidad y el compor-
como materia de negoctaciñ n entre nuestros y niñ os. En tamiento social. Aunque los findamentos de la identi-
contrrrste, los educadores y padres japoneses culpaTon a dad son colocados y lris hnbilidodes sociales bnsicns son
esta escuela por In obundctftC/a de materiales. Desde stt adquiridos en la niñ ez temprano, la socializació n conti-
ó pti€d, demasiados apo yos intcJieren en la estiinuIa- nú a durante todo la vida. Cadn individuo jueg‹q vorios
ción. Un muestro de Kyoto pregutitd: “¿No creen los papeles sociales en la vida; algunos cambios de roles se
maestros estadounidenses que los nihos tíenen ímogínn- rcÍncionan con la edad (un niíio se wielve itn adolescen-
cián?” También sentías qtte Tos maestros erart entrome- te, un adolescente se transJomia en adulto joven), mien-
tidos nt oJrcccr demasiada nyudn en las tareas e interve- tras otros son el resultado de Id opción {casarse y volver-
nir con mucha Jreciicncin en las disputrrs de los nihos. se padre, cambiar de carrera, cambiarse de Nuevd Delhi
Los espectadores chinos y japoneses pensaron que al apar- a Nueva Yorh). La socialización es un proceso progresi-
tar n Kerry por su mil coitiportamiento y exponerlo n ía o de todo ta sido.
vergü enza publica de “1s siila de descanso” era cruel.

Como se puede apreciar lds escuelas preescoldres re- Preguntas clave


/ejnn In ctiltitrn de los que son parte. Pero Tofiin y sus
1 . ¿POr qxé eS IQ SOcialiçaciÓ n tan importente?
colnborndores ven un elemento en comun: los gadres y
educadores en los tres sociedddCS intentan cambiar Ía 2. ¿Cómo ocurre In socialización?
estructur£t de la Jnmilit2 y los modelos de trabajo. En el 3. ¿Quién es responsable de lu socinlizaci0n?
pdsndo, los nihos compartían a sus podres con dos, tres o 4. ¿Cómo rnmbiu la sorinliznrió n durante el cieio de
más hermanos; ellos conocían a muchos adultos, ya sea
parientes que vivían en su casit o vecinos que conocían y
cuidafian de todos los niñ os cercanos; y pnsahnn mucho
de se tiempo fuera y jtignb‹sn m grupos de edad mixtos. La naturaleza del comportamiento
Pero cuando el tnmnñ o de In Jnmilio se redujo y las co
munidndes de vecinos han sido reemplazadas por ba- humano
rrios compuestos principalmente de extraídos, el entorno
de los niñ os se ha vuelto más pequeño. £n este sentido, el Todos los humanos son iguales de alguna manera, pero
sistema preescolar puede verse como en esJerzo por diferentes en otras. Exphcar las similitudes y diferen-
compensar el cambio social proporcionando un “sustitu- cias entre los individuos es una meta mayor de la cien-
to” de laJamilin extenso y del vecindario. Los niños en- cia social. Se considera que los psicó logos se enfocan
tran a preescolar pertenecieiido a sus padres y n través en las diferencias individuales y los soció logos está n
de la interacció n social con maestros y sus compañeros, más interesados en los orígenes de las diferencias co-
lectivas. ¿Por qué las personas criadas en diversas
di ttS0S y complejos a un mundo
culturas, o miembros de diferentes clases sociales, o
aún centrddo, pero aú orn mucho mi gronde que sus Ja-
los hombres y mujeres se comportan y piensan dife-
milins” {p. 205).
rente?
Este estudio de preescolar muestras and egqpa m el
proceso de socinIiz‹qció n de la vtdn. La sociulUación es
la educació n en el sentido mó s amplio: es el proceso me-
diante el cital se Adquiere un sentido de identidad perso-
Naturaleza y nutrició n
nde y se aprende lo que las personas creen en ía cultura El debate en torno a la naturaleza humana ha ocupa-
cirundftnte y cómo esperan ellos que uno se comporte do a los científicos por má s de un siglo. En un lado
(Musgrave, 1988). A traxcs de la socializació n, un in- del debate está n quienes argumentan que el compor-
Jdnte se transforma gradualmente en en miembro de la tamiento individual y social es producto de la heren-
Capltulo ś 5oú aIiznción en ct curso de la vide 129

cia o la naturaleza; segú n esta idea, el tipo de persona de que en las sociedades europeas algunas personas
que somos es genéticamente preordenado y el drama eran ricas y pró speras mientras otros eran pobres y
social humano sigue un guió n genético predetermi- hambrientos, ilustró "la supervivencia del mäs apto”.
n ado. Pot otio lado, otros autoies sostienen que el Otros científicos sociales de este periodo se enfo-
comportamiento individual y social es el producto de caron en el comportamiento. Si los humanos son
las experiencias y el aprendizaje, o “nutrició n"; se- miembros del reino animal, entonces el compoita-
gú n esta idea, el comportamiento depende del entor- miento humano, como el de otros animales, debe ser
no social y la educació n, por tanto, el guiö n social es gobernado por conductores bioló gicos e instintos. Se
parte de nuestra piopia fabricació n. En este sentido pensaba que la guerra y la violencia eran atribuidas
surge la pregunta más general: “iQ ué tan importante al "instinto agresivo"; el comportamiento de masa at
es la SOClã ÍİZă ClÓ llÎ" “instinto de rebañ o”; un interés en la creaciö n de ho-
La publicació n del libro de Charles Darwin El ori- gares al "instinto del nido”; el amor a un niñ o a1 “inst
go de las especies, en 1859, impulsõ el enfoque de la tinto maternal"; y así sucesivamente. La noció n de
naturaleza en la vanguardia del pensamiento del siglo los “criminales natos” también era popular: los
XIX. Darwin cuestionó la visió n teoló gica que sostuvo frenologistas sostuvieron que podîan decir si un indi-
a 1os humanos sobre el reino animal (aunque debajo viduo tenia tendencias delictivas midiendo su cTáneo.
de los Angeles), Los humanos, argumentó , son el pro- El punto cerebral de la perspectiva naturalista era
ducto de los mismos procesos naturales que produje- la idea de que la mayoría del comportamiento indivi-
ron a los caracoles ylos pinzones, ratones y elefantes, dual y social se predetermina genéticamente. La so-
asi como a nuestros parientes má s cercanos en el rei- cializació n es poco mźs que el "glaseado en el pastel”.
no animal, los grandes monos. Somos parte del pro- Pot implicació n, querer rehabilitar individuos o re-
ceso de evolució n, no de la creació n divina. formar la sociedad es en esencia fú til.
iCó mo se da el proceso evolutivo? Las mutaciones
genéticas (errores o accidentes en la copia genética)
producen variaciones en cada generació n de organis- Deferminismo nmbieiitnl
mos vivientes. Estos cambios pueden set insignifican-
A principios del siglo xX los teó ricos se inclinaron
tes o dañ inos. En algunos casos, sin embargo, una
más por el punto de vista de la nutrició n, el cual fue
mutació n le da una ventaja a un individuo sobre otros
la vanguardia. lnspiiado poT el fisió logo ruso Ivan
de su tipo. El individuo se adapta mejor a su ambien-
Pavlov, y lidereados por los psicó logos estadouniden-
te y por consiguiente sobrevive mucho mäs tiempo y
ses John B. Watson y B. F Skinner, diversos cienttfi-
TOduce má s descendencia. Aquella descendencía
cos sociales llegaron a creer que casi todo comporta-
puede heredar cl rasgo y por tanto la ventaja. Con el
miento humano es ct producto del aprendizaje. En
tiempo, el rasgo adaptable se extiende, y produce cam-
sus expeiimentos con perros, Pavlov demostró que
bios en las especies o incluso lleva a una nueva. De
incluso la salivació n, que parecía ser un reflejo auto-
esta manera, la evolució n es el resultado de la selec-
mático, podría ser formada por el aprendizaje (los
ció n natural, la naturaleza actú a en la diversìdad
perros de Pavlov aprendieron a salivar a1 sonido de
genética y selecciona los rasgos má s adaptables.
un metró nomo que asociaban con la entrega de co-
mida). De acuerò o con este modelo, Skinner demos-
Deteniiinisrio biológico Œó que podría enseñ ar a las palomas a jugar ping-
pong, y a las ratas a correr por laberintos complejos a
Algunos pensadores del siglo XIX ampliaron la teoría través de un proceso de acö ndicionamiento. De esta
darwinista de la evolució n y aplicaron ct mismo razo- manera, se demostrõ que los animales repiten com-
namiento a las diferencias tiansculturales y a las des- poitamientos que producen premios (como pelotillas
igualdades sociales. Los darwinistas sociales, como de comida) y cesa el comportamiento que induce a
fueron llamados, aigumentaron que la posició n do- castigos (como choques eléctricos).
minante ocupada por los europeos en el mundo en Conductistas, como estos psicó logos se autonom-
ese momento era el resultadò de la selecció n natural: braron, argumentaron que el comportamiento huma-
el asiá tico, el afrïcano y otros pueblos que goberna- no es también maleable o flexible. El infante es una
ban estaban en una etapa mäs temprana de evolució n tabula rosa (del latín, que significa “pizarró n en blan-
y por tanto eran bioló gicamente inferiores. El hecho co”), en la que la experiencia puede escribir virtual-
Homosexualidad: ¿congénita o inducida?
ise nace sîendo homosexual, como tolerantes creian que la homose- nes psicodiná micos de la homose-
resultado de diferencias genéticas xualidad era algo innato o "parte xualidad en la familia. Incluso
o psicoİó gicas sobre has que el in- LeVay creyõ por mucho tiempo
de su naturaleza”.
dividuo no tiene control* iO la que Freud había olvidado algunas
Varios estudios recientes han
homosexualidad se aprende, como cosas: los padres hostiles no hacen
sugerido que la orientació n sexual
resultado de diná micas familiares a sus hijos gaps; los padres se vuel
se debe a aspectos genëticos. En
o de otras infiuencias ambientałes? ven hostiles porque sus hijos na-
agos(o de 1991, Simó n LeVay, un
Estas preguntas no son sölo mate cen “afeminados" Cuando LeVay
neurocientíhco del Instituto Salk
has cientificas o de debate teõ rico i leyó que científicos en la act
en La Jolla, California, anunciõ su
acarrean consecuencias sociales. habían descubierto diferencias en
descubtimiento de que en un area
Un estudio reciente de attitudes en los hipotá lamos masculinos y fe-
del cerebro que controla la activi-
la chase meclia, basadas en prom- meninos, decidió comparar los
dad sexual era dos veces más larga
dos entrevistas en 200 suburbios, cerebros de homosexuales y hete-
en hombres heterosexuales que
encontró que en la mayoría de las rosexuales. El examen de 4l cadá -
en
situaciones —madres trabajadoras, veres lo convenció de que la orien-
integració n racial, elecció n religio- tació n era nama. Pero otros no se
sa y muliiculturalismo— los suje- Es un error creer que persuadían; ct descubrimiento de
tos aprobaban este principio: "no
seremos capaces de has diferencias en el cerebTO He-
se debe juzgar” (Wolfe, 1968). Só lo ba la causa y efecto para experi-
hubo una excepció n para esta ac- modificar o cambiar la
mentos de desarrollo y estructura
titud de vive y deja vivir: al menos homosexualidad.
—Socíõ loga Evelyn Hoomet
del cerebro.
cuatro veces condenaron, en lugar Meses despuës del anuncío de
de aceptar, a la liomosexualidad. LeVay, los psicó logo s Michael
LOS est a d OUCİde rises de Clase TTie
homosexuales. LeVay había sido un Bailey y Richard Pillard (1991) pu-
dia mls hostiİes a la homosexuali- chico entregado a sus libros, que blicaron los estudios de gemeİos.
had creyeron que la preferencia La comparació n de gemelos idén-
despreciaba los deportes rudos,
sexual era una elecció n de concien- ticos (que tienen los mismos genes
adoraba a su inadre y odiaba a su
cia, un estilo de vida; aquëlİos mă s
padre, casi un libro de ilustració n y comparten el mismo ambiente
de la idea freudiana de los oríge-

Ncwsycch, febrero 24 de 1992, pp. 46-53; Alan Wolfe, One Nation, After th: How the Middle Class RenlIJ Minh Aò out God,
and Fdmily, Nueva York: 1998,

mente cualquier cosa. Lo que las personas llegan a Para los conductistas, la socializació n es el elemento
ser es condicionado por los eventos en su ambiente; principal del compoitamiento.
consideraban que la herencia no es importante. La
declaration clá sica de esta posició n viene de Watson
(1924): łdeas confemporó nens
Denme una docena de niñ os saludables, bien formados La mayoría de los científicos sociales contemporá neos
y mi propio mundo específico para traerlos, y yo ga- desecha at determinismo genético (la idea de la natu-
rantizaré tomar a cualquiera at azar y entrenarlo para raleza, de los darwinistas sociales) y ct determinis-
IlegaT a Ser cualquier tipo de especialista que pudiera mo ambiental (la idea de la nutrició n, de los con-
yo seleccionar: doctor, abogado, artista, jefe mercantil ductistas), aunque algunas ä reas del debate continú an.
y, sí, incluso mendigo y ladró n, sin tener en cuenta su (Véase Acercamiento: Homosexualidad: i congénita
talento, propensió n, tendencia, habilidad, vocació n y o inducida?) Psicó logos del desarrollo y otros que
raza. estudian diferencias individuales han empezado a
prenatal), o gemelos falsos (que no miento que parece definir a ambos Este estu
son mã s parecidos genéticamente argumentos, cl genético y el am- dîo jugó un
que los hermanos pero comparten biental. papel clave en
el mismo ambiente prenatal), y de Una tercera fuente de eviden- la decisió n de la American Psycho-
hermanos adoptivos (que no tie- cia de la idea bioló gica de la ho- logical Association para guitar a la
nen Telació n) son una fuente im- mosexualidad viene de un estudlO homosexualidad de su lista de des-
portante de datos de las influen- transcultural. Frederick Whitman, ó rdenes emocionales en 1973. Esta
cias relativas de los genes y el que ha estudiado la homosexuali- decisió n, a su ver, contribuyó a la
ambiente. Bäiley y PillßTd encon- dad en Estados Unidos, Centro- idea ò e que la homosexualidad es
traron que si un gemelo idéntico américa y Filipinas, encontró que un estilo de fida, no una enferme-
era homosexual, era probable que la tasa de homosexualidad y com- dad o perversió n. “iPor quo que-
ct otro también to fuera. De los ge- portamiento homosexual es pare- remos saber la causa?", pregunta
melos idénticos estudiados, 56% cido en estas cultural diversas. Hooker, ahOTa de 84 añ os: “Es un
ambos eran homoscxuales compa- Aunque las diferencias culturales error pensar que seremos capaces
rado con 22% de los gemelos fal- varían bastante en sus attitudes de modificar o cambiar la homo
sos, y só lo ll% de los hermanos frente a los homosexuales. Dice sexualidad [.. .] si entendemos su
adoptivos. iQ ué hay acerca de los Whitman: "Esto siguiere que algo naturaleza y la aceptamos es un lo-
gemelos idénticos que tení an bioló gico ocurre" (p. 52). gro, después estaremos má s cerca
orientaciones sexuales diferentes? tQué se debe hacer con estos de los tipos de actitudes que ha—
Bailey y Pillard habían evałuado a descubú mientos diversos? En los rãn posible a los homosexuales lle-
sus sujetos conta escala Kissed que añ os cincuenta, antes de que los var una vida decente en la socie-
tasa la gente en siete puntos conti- movimientos por los derechos gnp dad” (Nrwswerh, febrero 24 de
nuos de heterosexualidad exclusi- y lésbicos ganaran la atenció n pú - 1992, p. 53). En otras palabias, at
va en un extrem o, a través de blica, la soció loga Evelyn Hooker buscar la causa de la homosexua-
varios de bisexualidad a homose- dirigió su clă sico estudio que mos- lidad de manera indirecta se recu-
xualidad exclusive en el otro ex- tró que es imposible distinguir en- rre a la idea de que es un desvío.
tremo. Esos gemelos eran ct final tre homosexuales y heterosexuales Hooker pide ser más realistas y to-
opuesto del espectro, un descubri- en seties de pruebas psicoló gicas. lerances,

entender có mo interactú an los genes y los ambientes, la variedad de caracteres es casi infinita entre los
es decir, có mo las variables genéticas y ambientales hu- manos.
se influyen unas a otras. Debido a sus características Los soció logos se enfocan en un cuadro má s am-
genéticas unicas, cada niñ o obtiene respuestas espe- plio de desarrollo humano y hacen énfasis en las dife-
ciales del ambience. Un bebé dó cil puede evocar a rencias colectivas en lugar de las diferencias indivi-
padres cariñ osos y juguetones, por ejemplo; mientras duales. La perspectiva socioló gica reconoce que la
que un bebé lloró n y difícil puede evocar un trato biología da pie para el desarrollo humano. Los genes
dspero o incluso descuidado, con muchas variaciones dan la capacidad de caminar, hablar y usar las manos
entre estos extremos. Así, los niñ os criados en la mis- y los cerebios de maneras distintivamente humanas.
ma familia crecen en mundos sociales diferentes. Ellos establecen un itinerario para el desarrollo. De
Como resultado de estos entornos individuales, algu- esta manera, todos los bebés normales empiezan a
nas predisposicíones genéÕ cas se expresaTá n totalmen- caminar a la misma edad; todos los niñ os normales
te y otras se enmascararä n o se reprimirá n, por tanto, progresan desde el arrullo y los balbuceos a exclama-
13? PuÚc2 DinómicQddromporíQmi {osooW

ciones de una palabra, “telegramas” de dos palabras y El impacto de la socializació n


frases compuestas con calificaciones gramaticales,
preguntas y bromas en casi el mismo orden. La mayo- Las principales fuentes de evidencia del impacto de la
ría de los humanos madura sexualmente entre las socializació n son los estudios de caso de niñ os aisla-
edades de 12 y 18 añ os. Es así como se da el perfil dos, la investigació n de variaciones transculturales en
bä sico genético. el comportamiento y recientes adelantos en neurobio-
Pero los detalles del desarrollo son proporciona- logîa.
Nos por la socializació n. Qué lenguaje aprenden los
niñ os y qué tan bien lo habían, por ejemplo, depende
de la cultura en la que se crían y de la influencia
Niños «islndos
de las personas que los rodean. Cõ mo se sienten La historia proporciona numerosos cuentos de niñ os
sobre los cambios corporales de pubertad y có mo abandonados que a1 parecer fueron adoptados y cria-
expresan su sexualidad refleja su cultura e historia dos por animales. Cuando se les captura, estos niñ os
personal. Ademas, sin opoitunidades de interactuar “salvajes” se resisten a los intentos de civilizarlos, esto
con otras personas, no es posible desarrollar la sugiere que el elemento llamado “natuialeza huma-
capacidad para hablar o amar en absoluto. La na” depende de una educació n humana normal. Pero
socializació n es la Have que abre el potencial de los esta conclusió n es especulativa; no obstante en la
niñ os como miembros de la especie humana y mayoria de estos casos los niñ os nunca aprenden a
como individuos. hablar y de esta forma no sabemos su historia com-
pleta. Pero los mä s recientes casos de niñ os social-
mente aislados dan evidencia considerable de la ne-
cesidad de socializació n.
Cuando Anna, una niñ a de 6 aù os de edad, fue
descubierta por las autoridades en 1938, parecía es-
casamente humana. Esta niñ a era ilegítima y no de-
seada, había sido confinada a una recamara oscura
desde su nacimiento. Alimentada só lo con bastante
leche para mantenerla viva, privada de contacto y es-
timulo, su desarrollo fue severamente truncado. Ella
no respondía a1 sonido o a la luz, nunca lloró o se rió
y no podía caminar, hablar o incluso masticar, sino
que permanecía inmó vil en su cama mirando fijamente
en el espacio. Al ser puesta en una casa de adopciö n,
Anna empezó a responder a las personas, a caminar y
alimentarse por sí misma e intentar hablar. pin em-
bargo, no se recuperó del abandono sufrido a tan tem-
prana edad y murió antes de cumplir 11 añ os. Isabelle,
otra niñ a encontrada en circunstancias similares, pero
mejor alimentada, con cuidados amorosos, se igualó
a otros niñ os de su edad, entró en una escuela secun-
daria regular, hizo amigos y finalmente se casó y crió
a una familia (K. Davis, 1947, 1948).
Cuando Genie llegó a la oficina de asîstencia so-
cial del condado de Los Angeles, con su madre gol-
peada en el otoiio de 1970, el trabajador social que
las entrevistó estimó que Genie tenía 6 o 7 añ os y
sospechó que era autista. De hecho, aunque con só lo
Œrante años, ct åebate pnncipal en el estudio de to
59 libras de peso, Genie era una adolescente. Como
socialÚaciön hn siäo si cł tmperamento de ntños (corno se
ejcinplifca en esta rabietd) es eł producto de ła nnfurdlezd o Id Anna, confinada en un cuarto vacío, Genie sufrió
nutrición. La idea contemporânea se enfoca en cómo cstas dos muchos abusos. Su padre la forzaba y la ataba en una
variables interactúan.
Capítulo 4 SocinìJaøón en ct mrso de In vida 13 3

más allá del nivel de una niñ a de 2 añ os; tenía dificul-


tad particular con los pronombres, como si no enten-
diCTa los límites entTe ella y los otros (“mamä ama a
Genie”, decía y apuntaba hacia ella en tercera perso-
na). Aprendió a bañ arse y vestirse pero continuó con
problemas en el retrete. Era propensa a las rabietas y
las iegresíones corporales infantries. Genie pasó al-
gú n tiempo en varias casas de adopció n pero final-
mente se le envió a un hospital para retardados men-
tales, donde permanece actualmente (Curtiss, 1977;
Ruch y Shuiley, 1985; Rymer, 1993).
Los estudios de caso de niñ os aislados ilustran que
la mayoría de las características humanas bäsicas de-
penden de la socializació n. La habilidad para hablar
se desarrolla espontäneamente de acuerdo con el pro-
ceso natural, pero usar esa habilidad, aprenden a ha-
blar realmente, requiere de la interacció n social. Así
como la habilidad de caminar depende de las oportu-
nidafies de moverse, gatear y dar los primeros pasos
con una mano adulta que ayude. Estudios de niñ os
que han sido criados en orfandad impersonal, donde
el contacto humano y el estímulo físico son mínimos
confirma esta perspectiva (Spitz, 1945; Rutter, 1974).
Aunque físicamente saludables, estos bebés son má s
lentos para desarrollarse que los bebés criados en casa.
Ellos no caminan, habían o empiezan a jugar con otros
niñ os “a tiempo”. No es probable que logren su
po- tencial como seres individuales (Rutter, 1988;
Pro- vence, 1989).
“Genie”, lawoven criada en aislamiento casi total hastá sus 13
anos. $u Jaffa de soú alizariõn la pnxó dc muchns cualidddes
humnnns bñ sicßs.
Vnriaciones trnnsculturnles
Una segunda evidencia que apoya el impacto de la
silla o la metía en una bolsa para dormir como camisa socializació n en el comportamiento humano viene de
de fuerza, día tras día y añ o tras añ o. Si ella intentaba estudios transculturales. El estudio antropoló gico
llamar la atenció n haciendo ruido, su padre le pegaba de Margaret Mead Sex and Temperament in Three
con un palo. De algú n modo ella sobrevivió a esta Primitive 5ocicties, publicado en 1935, es un clã sico
niñ ez silenciosa, solitaria y abusiva. Finalmente, cuan- en este campo. ¿Son las mujeres “por naturaleza”
do Geníe tenía 13 añ os y medio, su madre reunió el maternales? ¿Son los hombres “por naturaleza” agre-
valor para escapai con su hija (el padre de Genie se sivos? Para probar la creencia de que los hombres y
Suicidó poco tiempo después). mujeres son emocional y psicoló gicamente diferen-
Psicó logos y practicantes que trabajaron con Genie tes, Mead visîtó tres tribus en Nueva Guinea. En ese
la describieron como un “fantasma” (Rymer, 1993). momento, estos pueblos tenían poco contacto con
Ella trataba a las personas como si fueran objetos, los tribus vecinas, mucho menos con occidentales.
itispeccionaba con sus ojos y manos pero sin respon- En la primera tribu que estudió , los arapesh, Mead
der a las propuestas sociales. Con cuidado y atenció n, encontrô que los varones eran tan amanerados y ma-
Genie empezó a recuperarse en algunos aspectos pero ternales como las mujeres. Los niñ os trataban a las
no en otros. Se encariñ aba con los que le daban cui- niñ as con las que esperaban casarse como muñ ecas y
dados, y a veces también se acercaba a extrañ os. Ella las vesfian con cuentas yjoyerïa de plumas. Los hom-
empezó a hablar, pero su gramá tica nunca progiesõ bres no podrían soportar oír a un bebé llorar. Los
13 4 Parte 2 Dinómi(a del comportamiento socioI

miembros de ambos sexos se comportaron de mane- 1997). El cerebro de un bebé que nace contiene unos
ras que llamaríamos “femeninas". 100 mil millones de neuronas —casi el nü mero de
En la segunda tribu que estudió , los mundugumor, estrellas en la Vía Lźctea—. Los circuitos básicos para
el modelo era invertido. Las mujeres eran de fuerte ver, oír, hablar, coordinar los mú sculos y demás, es-
temperamento, combativas y descuidadas como los tá n en su lugar, pero las conexiones está n sueltas y
hombres. Una mujer que intentó rescatar a un infante los sentîdos de los recién nacidos son torpes. Desde
abandonado y fue víctima de abuso fue ridiculizada el momento del nacimiento, la experiencia envia a
intensamente por el grupo. De maneras diferentés, través del cerebro ondas que forman los canales men-
entonces, ni el arapesh ni el mundugumor reconocie- tales que le permitirän ver la cara de su padre y reco-
ron diferencias en temperamento o personalidad en- nocer lavoz de su madre, balbucear, murmurar y pos-
tre los sexos. teriormente hablar. Durante los primeros aù os de vida,
Los tchambuli, la tercer tribu que Mead visitó , hizo las neuronas echan ramas y establecen millones de
una distinció n, pero sus géneros esteTeotipados eran conexiones que cambiarán la estructura del cerebro e
lo opuesto a los establecidos por los occidentales. Las înfluirä n en todo, desde el temperamento hasta la
mujeres tchambuli, prá cö cas y francas, cuidaban de coordinació n.
los negocios mientras que los hombres se acicalaban La experiencia es la have. La experiencia sensorial
y chismeaban en sus casas de reunió n. Ninguna mu- activa descargas eltctrícas que fortalecen las conexio-
jer tchambuli que se respetara languidecía por amor, nes entre las neuronas; las conexiones o sinnpsis, que
pero los hombres y muchachos estaban en problemas a su vez forman circuitos, crecen más fuertes con cada
románticos constantes. Mead fue una pionera en el experiencia repetida. Estudios de laboratorio mues-
trabajo de campo antropoló gico; la exactitud científi- tran que las ratas criadas en jaulas con juguetes tie-
ca de sus conclusiones ha sido cuestionada por inves- nen aproximadamente 25% mäs sindpsis por neurona
tigadores contemporáneos (D. Freeman, İ983). La que las ratas criadas en jaulas estériles y vaclas con
literatura antropoló gica proporciona ejemplos abun- poco estímulo; su comportamiento también es mä s
dantes de flexibilidad humana. complejo. Estudios de ondas del cerebro en niù os
Las variaciones transculturales y las diferencias humanos revelan efectos similares. Bebés cuyas ma-
entre los sexos, en comportamiento sexual (discuti- dres y padres usan porentese (un estilo animado, ten-
das en el capítulo 3), y en muchas otras áreas muestra so, de cantar una canció n) aprenden a conectar pala-
que el comportamiento humano es en esencia apren- bras con objetos antes que los bebés cuyos padres son
dido. Los patrones de comportamiento no son la ú ni- mä s lentos. Bebés cuyas madres padecen depiesió n y
ca variable cultural; el sentido de la persona —la ma- son poco comprometidas o irritables e impacientes
nera en que la gente se define respecto a otros y a la con sus hijos, muestran actividad nerviosa notable-
naturaleza— también varía comparada culturalmente mente reducida en el ló bulo frontal izquierdo, el área
(Hsu, 1985). Por ejemplo, las culturas occidentales del cerebro asociada con la alegría y la exuberancia.
tratan a cada persona como individuo ú nico e inde- Entre má s deprimida es la madre y mźs larga su de-
pendiente. En muchas otras cultuias, sin embargo, el presió n, es más probable que el niñ o tenga niYeles
individuo existe só lo como miembro de un grupo fa- bajos anormales de actividad del cerebro a la edad de
miliar y frecuentemente se extiende a través de las 3 añ os (Dawson y Levy, 1989). Bebés que son activos
generaciones de antepasados (así, aunque sus tradi- físicamente en la infancia desarrollan cerebros fina-
ciones cambian, las escuelas preescolares japonesas y mente armonizados para el peligro. Ante la amenaza
chinas ponen má s énfasis en el grupo y menos en el má s ligera, su pulso se acelera, sus hormonas de tên-
individuo, a diferencia de las estadounidenses). sió n surgen y sus cerebros se vuelven hiperactivos.
Entre otras implicaciones, estos estudios señ alan que
la escuela preescolar juega un papel vital en el desa-
Socialización y desnrrollo del cerebro rrollo del niñ o en un mundo de familias más peque-
La evidencia má s fuerte en torno al impacto de la ñ as donde los padres, por cualquier razó n, no tienen
socializació n en el comportamiento viene de la neuro- mucho tiempo para jugar con sus niñ os.
biología. Recientes adelantos en tecnología de la in- Alrededor de los 10 añ os de edad, este crecimiento
vestigació n han permitîdo a científicos estudiar el de- explosivo de conexiones nerviosas se detiene; de he-
sarrollo del cerebro en algú n detalle (Greenspan, cho, los circuitos que no se han usado se atrofian,
Capítulo 9 So¢ial(ación en rI curso áe Ía vida 13 5

t¢finando la estructura del cerebro en términos de ex- entre la biología (representada por el infante y los "im-
pgriencia previa. Al final de la adolescencia, alrede- pulsos animales") y la sociedad (representada por los
dor de los 18 añ os, el cerebro es menos flexible pero esfuerzos de los padres para "civilizar" al niñ o).
más poderoso. Con las conexiones "suprimidas" y sin Segú n Freud, los niñ os son seres sensuales, bus-
usá T los talentos y tendencias que la experiencia ha cadores de placer, atentos a la satisfacció n. Cuando
reforzado tiene poco espacio para florecer. Por tanto, ellos maduran, el enfoque de su interés sexual y su
‹ mas difícil, aunque no imposible, para los adultos orientació n psicoló gica cambia hacia el mundo. Cla-
aprender ciertas cosas (como un idioma extranjero o sificó en cinco fases el desarrollo psicosexual. En la
computació n) y quizás cambiar sus orientaciones cul- etapa oral (el primer añ o de vida), los infantes se en-
turales y emocionales básicas. focan en incorporar el mundo exterior en ellos mis-
mos; derivan placer especial al alimentarse mediante
En este sentido, la herencia pone la escena para el acto de chupar y pondrán virtualmente todo en sus
el desarrollo humano, pero la socializació n escribe el bocas. En la etapa nnnl (el segundo añ o), su atenció n
guió n. L8 SOCializació n influye en el tipo de indivi- cambia a mantener la unidad del cuerpo y sus partes;
duos que llegaremos a ser, có mo nos sentimos sobre ahora encuentran placer soltando o reteniendo sus
cosas como ser varones o hembras, y, de hecho, si nos evacuaciones intestinales. En la etapa Jó lico (edad de
transformamos en humanos del todo. 3 a 6 añ os), los niñ os buscan demostrar su poder so-
bre el mundo externo, su habilidad para hacer que las
cosas sucedan; descubren sus genitales yse dan cuenta
El proceso de socialización de las diferencias entre los sexos. En esta etapa de
"conflictos edípicos”" ocurre el deseo del rindo de po-
í
Có mo se transforma el infante desvalido y depen- seer al padre del sexo opuesto y crea intensa rivalidad
diente en un actor social maduro? ¿Có mo trabaja la con el padre del mismo sexo, todo esto ocurre en la
socializació n su magia? El eminente psicoanalista vie- mente del niñ o, no en la realidad. A la edad de 6 o 7
nés Sigmund Freud (1856-1939) vio la socializació n añ os, los niñ os entran en la etapa de latencia. Los im-
corno una confrontació n entre el niñ o y la sociedad. pulsos sexuales son inactivos, y el interés del niñ o se
Mientras que los soció logos estadounidenses Charles enfoca en desarrollar habilidades para dominar el
Horton Cooley (1864-1929) y George Herbert Mead ambiente. En la etapa genital, que empieza en la ado-
(1863-1931) observaron la socializació n más como lescencia, el deseo renace y el joven empieza a buscar
un esfuerzo de colaboració n entre el niñ o y la socie- relaciones sexuales satisfactorias y el amor maduro.
dad. Las secciones siguientes comparan y contrastan En cada fase, los deseos del niñ o se frustran a un
estas ideas. mayor o menor grado. El destete, el entrenamiento
para ir al bañ o y las normas sexuales inevitablemente
le causan frustració n. El desarrollo psicoló gico del
Desarrollo psicosexual: Freud niñ o depende de có mo él o ella resuelven los conflic-
La preocupació n primaria de Sigmund Freud era la tos entre los impulsos interiores y las demandas ex-
personalidad: un patró n característico del individuo ternas. Los mecanismos psicoló gicos de los niiios para
enfocado al comportamiento y al pensamiento (véase resolver estos conflictos de desarrollo se vuelven más
sus Colíected Works: Freud, 1964); creía que mucho o menos partes permanentes de sus personalidades.
del comportamiento humano es guiado por motivos Freud comprendió la personalidad compuesta por
inconscientes: impulsos, pasiones y miedos de los que tres partes interrelacionadas: ello, ego y superego. El
no estamos enterados conscientemente. ello es el depó sito de impulsos innatos, primitivos,
Freud creía que las experiencias de la niñ ez, ente- asociales, sexuales y agresivos con los que un niñ o
rradas en el inconsciente, forman la personalidad del nace. El ello opera en el principio del placer buscan-
adulto; imaginó la socializació n como un forcejeo do satisfacció n inmediata. El superego es la represen-
constante, una batalla, entre el niñ o que es manejado tació n interior de las normas y valores de la sociedad,
por poderosos irripulsos sexuales, agresivos e inna-
tos, y los padres que buscan imponer en el niñ o sus
’ El término "conflicto edípico" es traído desde el antiguo mito
normas de comportamiento apropiado. Dicho de otra griego en el que el rey Edipto, sin saberlo, da muerte a su padre y se
manera, vio la socializació n como una confrontació n casa con su madre.
136 Pdrte 2 Dinámica del comportamiento social

especialmente como íueron enseñ ados por los padres niñ os hablan a menudo de ellos en tercera persona:
(es aproximadamente equivalente a lo que llamamos “Sally es buena”, antes de que ellos usen el pronom-
“conciencia”). El superego opera en la culpa. Freud bre de la primera persona: “yo soy bueno”). Cooley
creyó que el niñ o interioriza las actitudes de sus pa- sostuvo que el grupo prim‹qMO, como la familia, que
dres casi literalmente a lo largo de la vida; los indivi- es caracterizado por “asociaciones cara a cara e ínti-
duos “oyen” las voces de sus padres en sus mentes, mas” e “identificació n mutua”, tiene el mayor impac-
diciéndoles las cosas correctas que deben hacer y las to en el sentido de la persona, por las opiniones de la
consecuencias horribles que ocurrirán si lo hacen mal. familia respecto a nosotros. Este autor considera que
El superego es el “padre” exigente, inflexible y puni- la persona no es establecida a partir de la niñ ez; sino
tivo. El ego, la parte racional de la personalidad que que a través de la experiencia verificamos nuestra
trata con el mundo exterior, produce canales de im- imagen, probando nuevas imá genes y revisando los
pulsos del ello en las actividades socialmente acepta- sentimientos a lo largo de la vida. Por ejemplo, un
bles, y protege al individuo de las demandas imposi- estudiante de la escuela secundaria cuyos compañ e-
bles del superego. ros de clase lo ven como un “cerebro”, pero no ponen
Por ú ltimo, Freud consideró la socializació n como mucho valor en la inteligencia y el saber si desea ser
un forcejeo de poder. El conflicto es inevitable, no alguien má s. En la universidad y el mundo del traba-
só lo entre eI padre y el niñ o y entre el individuo y la jo, sin embargo, su autosentimiento puede cambiar.
sociedad, sino también al interior del individuo, en- En Mind, 5c1J, and Socieí y, publicado en 1934,
tre el ello, el superego y el ego. Para él las direcciones George Herbert Mead señ aló , con las ideas de Cooley,
bioló gicas y las demandas sociales está n siempre en có mo y cuá ndo la persona toma forma. Mead vio la
constante fricció n. persona como el producto de la interacctó n simbóli-
co, de las comunicaciones simbó licas contenidas en
La emergencia de la persona: una sonrisa o un ceñ o, en un abrazo o una palmada y,
especialmente, en el lenguaje. É l creyó que la emer-
Cooley y Mead gencia de la persona empieza en la etapa preverbal
Charles Horton Cooley y George Herbert Mead es- del desarrollo y se acelera cuando los niñ os aprenden
taban interesados en la emergencia de la per sona a hablar.
del sentido de identidad del individuo o “quién soy Al observar el comportamiento del niñ o, Mead
yo"—. En esta perspectiva, la interacció n social es la identificó dos fases en la emergencia de la persona: la
fuerza que conduce y el aspecto bioló gico toma el etapa de la actuació n y la etapa de juego. É l se centra
asiento trasero. en el desarrollo de la cooperació n social. En la parte
En su Humnn Notxre end the Social Order (1902), temprana de la etapa de l« octuació it, los niñ os jue-
Cooley argumentó que la persona es definida y desa- gan a ser personas diferentes —la mamá, el papá o el
rrollada mediante la interacció n social. La imagen de cartero, supermujer y así sucesivamente—. Ellos imi-
uno mismo es un reflejo de có mo otras personas reac- tan el discurso y las actividades de sus modelos, en-
cionan hacia nosotros, en el sentido de Cooley, verse tregan cartas imaginarias, barren suelos imaginarios
a sí misneo conto en un cris tal (la imagen es de y así por el estilo. Los adultos llaman a esto simula-
Shakespeare: “Cada uno parece un cristal que refleja ció n, pero para los niñ os es algo serio. Al pretender
lo que a otros pasa”). Este verse a uno mismo ser otras personas, los niñ os adquieren experiencia
como en un cristal consiste en tres partes: có mo indirecta de perspectivas diferentes. En la parte si-
imagina- mos que otros nos ven; có mo imaginamos guiente de la etapa de actuació n, los niñ os empiezan
lo que jue- gan de lo que ellos ven; y có mo nos a representar relaciones. Así, en un minuto el niñ o
sentimos sobre esas reacciones, o lo que Cooley juega a golpear a su hermano bebé, y al pró ximo mi-
llamó “autosen- timiento” (1902, p. 184). Esto se nuto provoca para que su madre le riñ a por pegarle al
logra observando el reflejo para pensar que somos bebé. Lo que está haciendo el niñ o es tomar el papel
atractivos o poco atrac- tivos, inteligentes o lentos o de otro, es decir, se pone en los zapatos de otra perso-
considerados o egoístas. Cooley enfatizó la na. En el proceso, los niñ os aprenden a verse a través
importancia del lenguaje en la persona; considera de los ojos de otras personas. A la edad de 7 u 8 añ os
que es a través del idioma como el niñ o llega a pensar Tepiesentan el papel de otro en su imaginació n, sin
en él mismo como separado y uni- co, como uno de los representar las partes. De esta manera, pueden verse
objetos en su mundo social (los
Capítulo 4 5ocinJknció n en cl curso de la vid0 137

como objetos, así como sujetos y pueden pensar acer- bot social que sigue las reglas de la sociedad sin pen-
ca de sí miS£ROS. Só lo cuando comprenden que otras sar. Mead distinguió entre e1 “mí”, la persona sociali-
personas tienen necesidades y propô sitos diferentes, zada que está compuesta por noimas y valores
gustos y disgustos, comienzan a adquirir un sentido interiorizados y estä siempre atento a su reflexion so-
de sí lnismos como personas distintas. La mayoria de cial, y e1 “yo”, la persona impulsiva, creativa y
s xperiencias en esta etapa de la actuació n está con egocéntrica. Una respuesta de un niñ o a la crítica ilus-
otras en específico (su propia madre, sus compañ eros trala interacció n entre e1“yo" y cl“mí” (Hewitt, 1976).
de clase). Una madre que está enfadada con el mal comporta-
tn la ctnpn de)iiego, los niñ os no juegan simple- miento de su hijo le dice que se vaya a su cuarto y se
mente a los papeles realmente participan en relacio- quede allí hasta la cena. El niñ o empieza a protestar
nes iecíprocas con otros. Mead usó unjuego de béisbol pero entonces se miia y hace lo que se le dijo. Es
para ilustrar la diferencia: para jugar béisbol, un niñ o posi- ble imaginar su razonamiento: “Ella estarä má s
debe ser capaz de ver el juego no só lo desde su pers- enfa- dada conmigo si no obedezco”. El “yo”
pectiva COltlO lanzadoi, sino también desde el punto espontá neo y voluntarioso quiere protestar, pero ct
de Esta de los otros jugadores. Tiene que anticiparse “nií” se pieocu- pa por su reflejo en los ojos de sii
a lo que el bateador, jugadores de cuadro y jaidineros madre y cumple. El “mí” socializado no siempre
hară n y lo que ellos esperan de él. El niń o también gana, a pesar de todo. Mead atribuyó las
debe entender las reglas deljuego. Eljuego del béisbol desviaciones (o comportamiento antisocial) y la
es mä s que una metá fora, los niñ os pasan mucho de creatividad al “yo” no socializado.
su tiempo en juegos organizados y, en gran medida a Al parecer, la teoría de Mead se sobTepone a la fie
través de estos juegos, se llegan a ver como parte de Freud; e1 “yo” se paiece at ello y el “mí” se asimila a1
una estructura organizada que establece roles y se rige ego y a1 supeTego. Sin embargo, hay diferencias im-
por reglas generales. El conocimiento de los niñ os de portantes; mientras que Freud vio a1 ello y at superego
estas estructuras externas condiciona sus vidas inte- como oponentes que están en una batalla intermina-
riores. Mead creyó que los niñ os interiorizan este co- ble, Mead vio al “yo” y al “mí” como colaboradores.
nocimiento en la forma de otro geriernlizndo, una Para Freud, la civilizació n (y socializació n) inevita-
imagen de la estructura y normas y valores de la so- blemente produce descontento. Para Mead, la rela-
ciedad en conjunto. Como una parte integral de la ció n entre individuo y sociedad es de cooperació n,
persona, el otro geneializado guía ct comportamiento no de conflicto. La funció n de la socializaciõ n no
en direcciones socialmente aceptables. es vencer los impulsos antisociales sino dar
Aunque Mead cieyó que la persona es producto de direcció n al comportamiento que estaría por otra
la interacció n social, no vio al individuo como un ro- parte carecien- do de impOTtßncia. FTeud aigumentó
que la peisona- lidad está conformada durante la
niñ ez temprana,

Durante la ctapa del ju¢go de


dcsnrrolío socioł, los niños se llegan a
ver no sălo desde su propia perspective
sino tnmòifi se ponen en cl papel de
10s o tr0s ju gad0res.
13 S Porte 2 Dindmicn del comportamiento so(ial

Cooley y Mead vieron a la persona en constante cam- to. Cuando llegan a giaduarse, el entorno les expone
bio, en respuesta a las cambiantes circunstancias so- modelos de roles y la "cultura" del campo en el que
ciales. pueden escoger trabajar. Los grupos de referencia ne-
La perspectiva socioló gica desafía la idea de que la gativa son los que una persona rechaza y no quiere
socializació n es un proceso pasivo donde los niñ os se unirse a ellos en el futuro. Una estudiante ambiciosa
adaptan e interiorizar los está ndares de los adultos. quizá vea a ciertas pandillas en su escuela que pare-
Má s bien, es una actividad de la comunidad con la cen só lo interesadas en los deportes y salarios futu-
que los ninos, con adultos y pares negocian, compar- ros, como ejemplo del tipo de persona que ella no
ten y ayudan a crear cultura (Corsaro y Elder, 1990). quiere ser. Su propia imagen dependerá en parte de si
tiene éxito para diferenciarse de ellos (Lindesmith,
Strauss, y Denzin, 1975).
Agentes de socialización Los agentes má s poderosos de la socializació n son
Un agente de socinlizrtció n es un individuo, grupo u la familia, los pares, la escuela y los medios de comu-
organizació n que influye en el comportamiento de una nicació n masiva.
persona y el sentido de la persona, ya sea para pre-
miar o castigar el comportamiento, que proporcionan La familia
instrucciones en reglas y roles sociales, o simplemen-
te sirven como un modelo. La familia es el agente pri- En los añ os cuarenta, cincuenta y sesenta, la familia
mario de la socializació n en la niñ ez temprana, y es ejerció un monopolio cercano en la socializació n de
una influencia central durante toda la vida. Pero cuan- la niñ ez temprana en Estados Unidos, por lo menos
do los niñ os crecen, la lista de agentes crece para in- en familias blancas de clase media. Los niñ os peque-
cluir niñ eras, maestros, compañ eros (de su misma ñ os pasaban virtualmente todo el tiempo con sus
edad) y en menor medida, los caracteres que "cono- madres y hermanos. Esto contrasta con sociedades
cen" a través dé la televisió n y libros. El numero e tradicionales (incluso la preindustrial de Estados
importancia de relaciones sociales no familiares au- Unidos) en que los abuelos, tías, tios y primos tam-
mentan en la niiiez tardía y la adolescencia. El verse bién eran parte integral dela casa. En diversos grupos
a sí mismo incluye un rango de otros signíJtcnntes: étnicos, las casas grandes continú an siendo la norma.
gente cuyas evaluaciones un individuo tiene en gran Por razones diferentes, los niñ os de los años ochen-
estima. ta y noventa dependen no tanto de la familia inme-
Las personas que un individuo conoce directa y diata, sino de otros parientes y/o cuidadores y maes-
personalmente no son los ú nicos agentes de sociali- tros de preescolar (como se describió al principio de
zació n. Los soció logos usan el término grupo de refe- este capítulo). Con cada vez má s madres trabajado-
rencia para describir un grupo o categoría social que ras, 60% de los niñ os de menos de 6 añ os pasan la
los individuos usan como una guía que desarrolla sus mayoría de su tiempo con alguíen que no es su padre
valores, actitudes, comportamiento e imagen propia (figura 4-1). Es má s, el tamañ o, composició n y cir-
(Hyman, 1942; Merton, 1968). Los grupos de refe- cunstancias socioeconó micas de la familia de un niñ o
rencia sirven como una funció n normativa y compa- pueden cambiar cuando los padres se divorcian y vuel-
ratlYa. Los individuos ven a estos grupos como guía ven a casarse. Muchos niiios son miembros de más de
cuando no está n seguros de qué pensar o hacer (la una familia antes de alcanzar la madurez. Esto no sig-
funció n normativa). Las personas también siguen a nifica que la influencia de los padres en la sociali-
los grupos de referencia evaluando las actuaciones zació n de la niñ ez está desapareciendo. De hecho,
propias y las de otras personas (la funció n comparati- hay evidencia de que las madres trabajadoras y pa-
va). En sentido amplio, la propia imagen de la perso- dres divorciados le dedican má s tiempo a sus hijos
na depende de có mo él o ella miden los estandares de que otros padres (esto se discute mas adelante en el
referencia de grupo. Los grupos de referencia positi- capítulo 11).
vos son aquellos a los que una persona quiere perte-
necer en el futuro. Un estudiante que espera asistir a
la universidad puede ver a sus profesores y asistentes Estilos de ser padre
como un grupo de referencia positivo e intenta en- Los estudios de Diana Baumrind (1967, 1980, 1989)
tender e imitar sus valores, actitudes y comportamien- en torno a la socializació n han identificado tres esti-
Capítulo 4 5oú aIiznció n rn ¢I curso de In vida 13 9

tes, amigables y cooperativos. Es interesante ver que


los niñ os de padres autoritarios y tolerantes tienden a
ser dependiente y apegados a los adultos, así como
egoístas y poco cooperativos en grupos de otros ni-
ñ os. Los niiios de padres autoritarios tienen poca li-
bertad, mientras que los niñ os de padres tolerantes
tienen demasiada. Como resultado, ninguno aprende
las consecuencias del comportamiento impropio.
Baumrind no especula por qué algunos padres son
autoritarios mientras que otros son tolerantes o con
autoridad adecuada. Los estudios de Melvin Kohn
(1963, 1974) sobre las diferencias de clase en la so-
cializació n proporcionan una pista socioló gica.
Kohn comparó padres de las clases trabajadoras y
medias, primero en Estados Unidos, después en Po-
51%
lonia y Japó n (Kohn, et nf., 1986, 1990). Encontró
que los padres de clase trabajadora tienden a ser “tra-
dicionales”. Ellos quieren que sus hijos sean ordena-
dos y limpios, obedientes y respetuosos. Los padres
(-fgufa 4-1 Arreglos pam el cuidado del niñ o para de clase media tienden a ser má s desenvueltos. Quie-
menores de 6 nñ os, 1995 ren que sus hijos sean comunicativos, ávidos de apren-
Estados Unidos es la ú nica nació n industrial avanzada que der, prestos para compartir y cooperar y “felices”. Los
no tiene un programa nacional del cuidado del nitro. ¿Con padres de la clase obrera se enfocan en la conformi-
cada vez más madres trabajando, quién cuida a los niñ os? dad de los estándares externos. Los padres de clase
La gráfica no agrega l00°I porque algunos niñ os participan en más de media se enfocan en la dinámica interior del niñ o;
un tipo de arreglo de cuidado no paterno. valoran el autodominio. La pregunta es ¿por qué exis-
Wente: U.S. National Center for Education de Statistics, Statistics in BrieJ, ten estas diferencias? Kohn sugiere que la manera
octubre de 1995 (NCES 95-824). en que los padres socializan a sus hijos refleja sus
propias experiencias, específicamente, sus experien-
cias de trabajo. Las ocupaciones de la clase media re-
los distintos de ser padre y sus efectos en los niñ os. quieren de una habilidad para manejar relaciones
Los padres nutoritnrios ven la obediencia como una interpersonales y ejercer la autodirecció n. Ir adelante
primera virtud. Ellos esperan que los niñ os hagan lo es un elemento primordial de una materia de esfuer-
que se les dice sin discutir. Si un niñ o pregunta por zo individual. Las ocupaciones de la clase obrera re-
qué, un padre contestaré a menudo: “porque yo lo quieren una habilidad para manipular las cosas; los
dije”. Los deseos y necesidades de los padres son pri- obreros están sujetos a la estandarizació n y supervi-
mero en sus familias. Los pndYes tolernntes, en con- sió n, por tanto, las oportunidades de ejeTCCT lá auto-
traste, ven la autoexpresió n como una virtud. Ellos direcció n e iniciativa son limitadas, y conservar un
tienden a evitar confrontaciones sobre la disciplina y trabajo usualmente significa someterse a las autori-
hacen pocas demandas para la responsabilidad y el dades.
orden. Los deseos y anhelos de los niñ os son primero De esta manera en ambas clases los padres sociali-
en sus hogares. Los padres con autoridad ndecuoda caen zan a sus hijos para el mundo que ellos mismos cono-
entre estos dos extremos. Esperan que el niñ o siga las cen. Los tipos de material de lectura en una casa, los
reglas de la casa, pero al mismo tiempo los animan programas de televisió n que los padres observan, sus
aTa que exprese sus opiniones; no se alejan dela dis- temas y estilo de conversació n, actividades familiares
cipltna pero usan el castigo cuando falla la razó n, En y expectativas generales para un niñ o, contribuyen a
estas casas, padres e hijos tienen derechos y respon- estas diferencias de clase. Có mo los niñ os se crían en
sabilidades. casa, a su vez, puede afectar la forma en que actú an y
Baumrind ha encontrado que los niñ os de padres son tratados en la escuela (lo que discutiremos en el
con autoridad adecuada tienden a ser independien- capítulo 12). Al poner énfasis a valores diferentes y
ñ0 Parte 2 Dinó micn dei comportamimto social

de acuerdo a los diversos tipos de comportamiento, lectivamente construyen su propio mundo de signifi-
los padres recrean las diferencias de la clase social cados.
involuntariamente en la pró xima generació n. Tres de los temas principales de la cultura de pares
Otros investigadores han relacionado los estilos de de los niñ os son: a) compartir y la participació n so-
ser padres con la estructura familiar. Las madres sol- cial (pocos niiios son solitarios por opció n); b) tratar
teras son dos veces más tolerantes a permitir la auto- con los miedos, confusiones y conflictos de sus vidas
nomía má s pronto que una pareja de padres, aunque (por ejemplo, inventaT y conquistar "monstruos"); y
esto puede ser porque ellas están sobrecargadas de c) resistirse a las reglas y autoridad del adulto. Los
trabajo (Dombusch y Gray, 1988). Comparado con niñ os tratan de ganar control sobre sus propias vidas
dos padres naturales, los padrastros tienden a ser mas y tener autonomía respecto a los adultos casi desde el
tolerantes o más autoritarios (Crosbie-Burnett, et nt., principio. Niñ os hasta de l4 meses ríen de las fechorías
1988). Debido a la falta de normas claras para los pa- juguetonas y actos prohibidos de sí mismos, de sus
drastros, éstos pueden ser de mano dura (autoritaria) hermanos o padres (Dunn, 1988). Los agentes de so-
o evitar confrontaciones (tolerantes), sobre todo con cializació n del compañ erismo son, primero, los her-
niñ os mayores y adolescentes. En general, las dife- manos mayores y, después, pares de juego y amigos.
rencias de clases sociales tienden a influir en estos Los niñ os de todas las edades son intrigados por
factores. otros niñ os. Un infante es fascinado por la mirada de
un bebé má s pequeñ o y observará a los niñ os de su
propia edad con atenció n extasiada. A la edad de 2
Los pares añ os, los niñ os juegan juntos con el mismo juguete.
Las relaciones de los niñ os con sus pares pares resal- A la edad de 3 o.4 añ os, los niñ os forman
tan los aspectos creativos y comunales de la socializa- pequeñ os grupos de juego alrededor de actividades de
ció n. William Corsaro y otros argumentan que los equipo y frecuentemente señ alan la importancia de
niñ os crean su propia cultura de pares, que incorpora activida-
elementos de cultura adulta pero tiene rituales espe- des compartidas declarando: “Somos amigos, i* er-
ciales, rutinas, valores y preocupaciones (Corsaro y dad?” (Corsaro, 1981). Para los preescolares y niñ os
Elder, 1990; Fine, 1987). Desde esta ó ptica, la niñ ez de escuela primaria, simplemente el hacer cosas jun-
no es meramente un periodo de aprendizaje para los tos es causa de alegria. En tanto que las amistades
roles del adulto sino un tiempo cuando los niñ os co- entre los ninos de primaria tienden a enfocarse a acti-
vidades compartidas, las amistades entre las mucha-

Hdy muchos diferentes culturas de @d£CS pOYO Od0l85Ctftes. Como


parecen en clase social, valores y aspiraciones. adultos, 10s adolescentes usualmente escogen amigos que se les
CogiNlo P Soú alizacìö n en el curso de îa ida 141

rhas adolescentes, en particular, se cenŒan más en Unos pueden categorizarse de mala gana como per-
secretos compartidos. dedores o “hierbas”. De có mo se evalú en los indivi-
Las relaciones entre los niñ os difieren bastante de duos adolescentes depende si son aceptados por un
s interacciones con los adultos (Berndt y Ladd, 1989; grupo especifico, no por la escuela en conjunto. Pero
Hai tup , 1989). Las relaciones entre paces pares son las interacciones con sus pares fuera del círculo de
;g ahtarias; no son gobernadas pot diferencias en amigos cercanos, como los amigos de amigos, cono-
estatus o por dependencia. No se espera que un niñ a cidos, extrañ os e incluso los enemigos, también sirve
obedezca ã Otra niñ a, como si obedeciera a un adulto; como un reflejo que le proporciona una variedad de
y no necesita a oŒOS DltlOS dC Íä manera que necesita evaluaciones y un sentido má s amplio del mundo
a sus padres. Como resultado, hay un buen trato de (Giordano, 1995).
dat y tomar, de ensayo y error, en la interacció n
de pares. Los padres pueden enseñ ar a un niñ o que es
malo tomar algo que pertenece a oŒa persona; ellos Las escuelas
tienen el poder y autoridad para dar fuerza a esa ie- Desde el primer grado hasta la escuela secundaria,
gla. Con sus semejantes, un niñ o puede probar los la mayoría de los estadounidenses jó venes pasa un
límites de la regla y puede descubrir las consecuen- mínimo de 180 días durante el añ o en la escuela. Pre-
cias sociales de tomar un juguete de otro niñ o o que parándose por las mañ anas, viajando a la escuela, asis-
le roben uno. Un padre puede enseñ ar a su hijo a de- tiendo a las clases, participando en actividades extra-
fenderse luchando, pero no puede mostrarle lo que curriculaies y haciendo tareas consumen casi el día
puede pasar en una pelea real. entero. Como la importancia de la escuela se ha in-
Muchos de los juegos de niiios (solos y juntos) crementado durante los ú ltimos cien añ os, su papel
pueden describirse como sociałiznciõn nnticiyntoria: como agente de socializació n se ha ampliado.
es aprender a practical un nuevo papel antes de que En su mayoría el plan de estudios escolar se diseñ a
uno en realidad esté en una posició n de jugar el pa- específicamente para socializar, para convertir a los
pel. Los niñ os juegan a ser mamá s y papá s, policías y niñ os en miembros activos de la sociedad, que están
ladrones, estrellas de cine y hêroes del deporte. Como
comprometidos con su cultura. Para las generaciones
George Herbert Mead observó , a través de dicho jue-
de niñ os, las clases de civismo han sido clases para
go, los niñ os aprenden a asumir ct papel de otro (los
ser un buen ciudadano. Pero la socialìzaciò n también
adultos también se comprometen en la socializació n
ocurre de diversas maneras. Los libros de texto pue-
anticipatoria, por ejemplo, cuando contemplan vol-
den incluir sutiles mensajes en el comportamiento
verse padres, cambian un trabajo, casarse por segun-
apropiado de un hombre y una mujer (aunque se han
da vez o retirarse).
hecho esfuerzos en recientes añ os para minimizar este
La importancia de los pares como agentes de la
estereotipo). Las escuelas se han hecho cargo de áreas
socializació n se incrementa en la adolescencia. Los
que alguna vez se manejaron en la familia, como la
maestros y padres coinciden en que no hay algo mas
educació n sexual (incluso con informació n sobre ct
importante para un adolescente como es saber lo que
abuso sexual y prevenció n del SIDA) y consejos de
sus amigos piensan. La popularidad en la escuela se-
orientació n vocacional sobre las carreras. Participar
cundaria se vuelve una afirmació n tangible de su
autovaloració n. Mucho depende del grupo que ct ado- en consejos estudiantiles, trabajar en el peiîó dico es-
lescente escò ge como grupo de referencia. No hay una colar y actividades similares proveen una socialíza-
cultura de pares entre los adolescentes; sino que hay ciõ n anticipatoría para una variedad de ocupaciones
diversas culturas, apoyando diferentes valores y com- adultas.
portamientos (Brown, 1990). Como los adultos, los El sistema educativo tiene la responsabilidad de
adolescentes normalmente escogen a amigos que son preparar a las personas jô venes para el mundo labo-
Similares a ellos en clase social, en raza y etnicidad, y ral. Ponen a algunos estudiantes en programas gene-
en los valores y aspiraciones para el futuro (Savîn- rates y otros en clases preparatorias para la universi-
Williams y Berndt, 1990). Algunos jó venes se identi- dad, las escuelas abren o cierran las puertas a muchas
fican con los buenos estudiantes (los “cerebros”), al- ocupaciones. Soció logos que aplican la teoría del con-
gunos quieten ser asociados con los atletas, y otros se flicto enfatizan la injusticia de este proceso, al señ alar
relacionan con delincuentes (“bandas” o “pandillas"). que no só lo les asigna oportunidades educativas y
prołesionales diferentes a las personas, sino que tam-
bién perpettía la desigualdad socioeconó mica hacién- Tãblã 4- ł Hogores con televisió n, 1946-1994
dola parecer legítima y justa (Bowles y Gintis, 1976).
En contraste, los funcionalistas lo ven como un me-
todo benigno y necesario para colocar a los indivi- Porcentaje de hogares
Añ o televisiõn (miles) con televisiõn
duos en los espacios sociales apropiados (véase capí-
tulo 12). 1946 8 .02
En otro orden de ideas, la escuela es la 1950 3 875 9.0
1960 45 750 87.1
introduc- ció n de la persona joven a las grandes Ï970 58 500 95.3
organizaciones impersonates. En casa, los jó venes, 1980 76300 97.9
idealmente, son valorados por quienes son (mi hijo, 1985 8Æ900. 98.1
mi hermana), no con base en lo bien que hagan las 1990 920Æ2 98,0
cosas. Las reglas son ajustadas a necesidades 1994 9Æ000 98.3
individuales; las relacio-
nes entre el padre y el hijo, hermano y hermana son
Nota: Nos datos desde 1946 hasta 1950 son de Sterling y Haight (1978,
divididas de manera personal, emocional, social y p, 372). Los datos durante los añ os subsecuentes hasta 1988 son de la
prźctica. En la escuela, en contraste, la gente es valo- Oficina de Anuncios por Televisió n (1988, p. 3). Los datos para 1990
rada segú n lo bien que realice sus papeles y pruebas y son estimados del Nielsen Station fndex (1989). Los datos para 1994 son
có mo se comporten. En la mayoria de las áreas, las de Statisńcal Abstract 1996, Tabla 876, p. 561.
Fuente: Adaptado de M. S, Andreasen, "Evolution in the Familys Use of
mismas reglas se aplican a todos. Las relaciones entre
Television: Normative Data from Industry and Academe“, en J. Bryant
el estudiante y el maestro son más instrumentales que (ed.), Television and be American £-amiiy. Hillsdale, NJ: Erlbaum, 1990,
emocionales (cada uno tiene un trabajo para hacer: el Tabla 1.3, p. 22.
maestro debe enseiïar, el estudiante debe aprenden).
Se enseñ an la puntualidad y otras reglas de compor-
tamiento como preparació n para las demandas de tra-
bajo (Violas, 1978). De esta manera, la experiencia cú mulo de conocimiento previo. Como iesultado,
de asistir a la escuela es, en st misma, una forma de pueden entender ma1 lo que está piesentändose, asu-
socializacîó n. men que todo lo que ven en la televisió n es “verdade-
ro" o "real", y no toman en cuenta los medios y los
motivos para producir programas de televisió n. Los
Crecer con la televisión adultos distinguen entre noticias y entretenimiento y
entre este y los comerciales. En otras palabras, ellos
A mäs de cîncuenta añ os desde su invenció n, la tele-
visió n ha subido como un cohete en popularidad (véa-
se tabla 4-1). Estados Unidos es el país consumidor
TãbÍa 4-2 Tiempo ocupado en ver la televisió n
má s grande de programas de televisiö n en el mundo
(Huesmann, 1985). En realidad cada niñ o estadouni- diariamente en casa
dense crece con la televisió n (Andreasen, 1990;
Huston, Watkins y Kunkel, 1989). Además de recibir Promedio de aempo por dfa
canales regulares, 62% de los hogaies de ese país se
suscriben a los servicios de cable y 79% tiene l9ã 0 4 horas 35 minutos
videocaseteras (Statistical Abstract, 1996). Por lo re- l9ći0 5 horas 6' minutos
gular, en promedio la televisió n está encendida du- 1970 5 horas 56 minutos
rante casi siete horas a1 día (véase tabla 4-2). Los ni- 1980 6 horas 36 minutos
1985—1986 7 horas 10 minutos
ñ os se pasan de dos a tres horas a1 día viendo la l987—19ß8 6 horas 55 minutos
televisió n (el equivalente de 100 a 125 días de escue- I995—I996 7 horas 17 minutes
la a1 añ o). La mayoría de los niù os y padres no puede
imaginar la vida sin ella. Notn: A. C. Nieben Cia. , promedios anuales desde 1950 hasta 1981.
Los niñ os son una audiencia especial para la tele- Datos de 1985-1986 hasta 1987-1988 de Nielsen Report on Teievision,
1989 (1989, p. 6). Datos para 1995-1996 de Nielsen Media Research.
visió n. Cuando los adultos ven la televisiö n, evaluan Fuente.' Adaptado de M. S. Andreasen, “Evolution in the Family’s Use of
lo que ven contra lo que saben de có mo el mundo Television: Normative Data from Industry and Academe”, en J. Bryant
funciona y có mo las personas se comportan (o deben (ed.), television and the American famiİy. Hillsdale, Nj: Erlbaum, 1990,
comportarse) entre sí. Pero a los niñ os les falta este Tabla 1.5, p, 24.
COÿiMúo O Socolñ0rióuzn cl curo de 1n i3A ÍÚÛ

cditan lo que ven, ya sea con sus mentes o con sus tos. También les hicieron preguntas a los niù os dise-
controles remotos, mientras que los niñ os no pueden ñ adas para saber si se identificaban con caracteres de
hacerlo. la televisió n y si percibían la violencia en televisió n
ml impacto de la violencia en la televisió n sobre los como realista; asimismo, pidieron a maestros y niñ os
niñ os es de especial pieocupaciô n. Los típicos pro- que valoraran a los estudiantes en medidas de agre-
g amas de televisió n en horario estelar consisten en sió n. Encontraron que los niñ os má s agresivos en la
s cucncias de acció n ră pidas con alto contenido de escuela, veían programas con mä s alto nivel de vio-
violencia física, má s las inteirupciones frecuentes lencia en la televisió n. Así comenzó uno de los estu-
de anuncios (Cole, 1997). Los jó venes son expuestos dios más largos sobre la incidencia de la violencia en
la violencia no só lo en películas y en sitcoms, sino los medios de comunicació n en el comportamiento
tambié n en los cada vez mäs populares, “documenta- de los jó venes (para la etapa transcultural de esta in
lbs de choque” los cuales ofrecen filmes de violencia vestigació n, véase Una visió n global: violencia y tele-
(ya sea por humanos o animales) en los deportes y visió n: iun problema de salud pú blica?).
programas de noticias que sus padres y sus hermanos Diet aiios después, cuando los sujetos se habían
oayores ven. lncluso los dibujos animados diseñ a- graduado de la escuela secundaria, aproximadamen-
dos para niñ os ofrecen una cantidad significativa de te 500 fueron reentrevistados; de nuevo en 1981 los
violencia. En un estudio en proceso sobre prácticas investigadores obtuvieron datos de 400 de los sujetos
de crianza del niiio y la agresió n infantil que se inició originates, ahora de 30 añ os, y 80 de sus hijos. Los
en 1960, los investigadores probaron y entievistaron investigadores encontraron correlaciones fuertes en-
a los padres y niñ os de la població n de tercer grado de tre la exposició n temprana a la violencia de la televi-
un condado semirrural en el estado de Nueva York sió n y la agiesió n del adulto, sobTe todo para los va-
(Huesmann, 1985). Entre otras, los investigadores rones. Los de treinta añ os que vieron mucha violencia
preguntaron a los padres qué tan seguido sus niñ os en televisió n a la edad de 8 añ os tenían mä s arrestos
veían televisió n y cuá les eran sus programas favori- por conducir ebrios y delitos de violencia, eran más
abusivos con sus esposas y tenían niñ os más agresi-
vos que los otros sujetos. La correlació n se confinó a
la niñ ez: no había ninguna relació n entre observar
violencia en televisiö n a la edad de 19 o 30 y la agre-
sió n adulta. Por supuesto, la correlació n no demues-
tra causa y efecto; quizä más niñ os agresivos sean atraí-
dos a la violencia de la televisió n o algunos otros
factores intervienen. Pero la correlació n es suficien-
temente fuerte como para sugerir que la televisió n tie-
ne un fuerte impacto e incide quizá en un 10% del
comportamiento agresivo (Newsletter, p. 7).
La hipó tesis de los investigadores era que la re-
lació n entre la violencia de los medios de comuni-
cació n y la agresió n es cíclíca. Niñ os que ven muchas
escenas violentas en televisió n aprenden patrones de
comportamiento agresivo y fantasean sobre estas es-
cenas, sobre todo si el carácter violento se premia por
dicho comportamiento. Más tarde ellos evocan estos
modelos cuando se enfrentan a un problema social y
responden agresivamente. Este comportamiento agre-
sivo hace a un níñ o impopular con sus pares, y tam-
bién interfiere con su desempeñ o académico. Como
resultado, el niñ o recibe pocas recompensas en elsa-
Los ninos entre mv ven prog‹amas áe teleyisiön xiolentos, mas ló n de clases o el patio de recreo y recurre a obserrar
@dfroncs de comportamiento aprenden y fantasean sobre la mäs televisió n e identificarse con caracteres heroicos,
iołencin. muchos de los cuales son violentos. De esta mane-
144 Pune 2 Dindmico Tel comportamiento social

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I-historic la. unn serie cJnsic‹q de estudios enconlró que ver tcleyisió n en ¢xceso en Nos anos de prcescołnr estó asociado con el
rompcrtamiento agresixo. LOS investigadorrs concluyeron quo la tele visiôn proxee un m0de1o porn revolver problemas a era és

ra, ver violencia en televisió n se vuelve un círculo vi- te de entretenimiento y los padres no supervisan la
ciOsO. cantidad o contenido de los programas que los niñ os
En una serie de estudios, los psicó logos sociales ven. Niñ os cuyas madres se exponen mucho a la tele-
Jerome y Dorothy Singer (1984, 1986) se centraron visió n muestran la comprensiõ n más pobre de argu-
en los niñ os de 4 a 9 añ os de edad. En general, encon- mentos, mayor confusió n de fantasía y realidad y los
traron que ver demasiada televisió n en los añ os de niveles má s bajos de infoimació n general que los ni-
preescolar estä significativamente asociado con el ñ os que ven televisió n en forma limitada y supervisa-
comportamiento agresivo, inquietud y creencia en un da (Singer y Singer, 1986).
“mundo malo y ateirador" en la escuela primaria. Los Los estudios de los Singer concluyeron que la tele-
niñ os que ven demasiada televisió n probablemente visió n afecta las creencias de los niñ os y el comporta-
iniciarán o responderán a amenazas con agresió n que miento de dos maneras: primero, le proporciona nu-
otros niñ os. Tienen dificultad para permanecer sen-
merosos modelos de resolved conflictos mediante la
tados en largos periodos de tiempo, lo que puede in-
fuerza física; incluso “los tipos buenos" tienen que
terferir con su actuació n en la escuela; tienden a creer
luchar por sus derechos; segundo, la televisiön ocupa
que el mundo es un lugar peligroso, con poca justicia
tiempo que los niíios podrían emplear en juegos ima-
o limpieza. Estos efectos son más pronunciados cuan-
ginativos y de simulació n. Entre mas aprenden los
do la familia tiata a la televisió n como la mayor fuen-
niñ os a ejercitar su imaginació n, más capaces serán
Capítulo 4 5ocializañón rn eI curso de la vida
145

de entretenerse, de lidiar con miedos y frustraciones lítica, de lo que estä n sus colegas masculino s
y desarrollar un sentido de dominio en su ambiente. (Vandenberg y Streckfuss, 1992). No es sorprendente
Los niñ os que pasan su tiempo fibre mirando televi- que niñ os que ven mucha televisió n en horario este-
sió n Se pierden de experiencias impoitantes. law sean mas propensos a describir a hombres y muje-
Por supuesto, no todos los programas de televisió n res en téiminos de género estereotipado y ser este-
tienen un impacto negativo en los niñ os. En un estu- reotipados ellos mismos, de lo que son los niñ os que
dio los Singer dividieron a los preescolares en tres raramente ven televisió n u observan programas edu-
grupos que observaron durante dos semanas cualquie- cativos (Signorielli y Lears, 1992).
ra de estos programas: Mr Rogers’ Neigíiò orJtood, Plu- Otra preocupació n es el material sexualmente ex-
gs SéSario o programas sobre la naturaleza. Los niñ os plícito. Los adolescentes con videocasetera ven má s
łueron observados en sus juegos antes y después del programas clasificació n R que otras personas jó venes
periodo en que vieron estos programas, con investi- (Huston, ct aI., 1992); dichos programas también es-
gadores que no sabían a que grupo habían sido asig- tá n disponibles (a un costo) en canales de cable.
nados. Encontraron que los niñ os que miraron Mr. ¿Cô mo manejan las cadenas televisivas materiales
Rogers’ Neighborhood, un programa pacíhco que ani- sexuales? Un estudio de una telenovela: All My C#iI-
ma la “simulació n" y claramente separa la fantasía de dren (Larson, 1991) reveló mensajes mixtos. En el
la reahdad, parecían más felices, menos agresivos, más curso de un añ o hubo menos promiscuidad e ilícitos
curiosos y má s imaginativos después del programa. sexuales que su clasificació n de “novelas” de mala
Como se puede observar, los programas de niiios bien reputació n sugería. La comunicaciö n sexual era rara
diseñ ados pueden tener efectos benéficos y reducir y casi siempre involucraba a matrimonios o pares com-
texnporalmente por lo menos la agresió n (Singer y prometidas; incluso los besos “íntimos” fueron limi-
Singer, 1986, p. 113). tados a las pares apropiadas. Pero el uso de coerció n
Una segunda ä rea de preocupació n son los este- física (agarrar, empujar, reprimir) y escenas donde las
reotipos de género en los medios masivos de comuni- mujeres primero se resistieron pero después cedieron,
cació n. Nancy Signorielli (1989) analizó programas sugerían que “no” realmente significaba “sí”, era sor-
estelares de televisió n en un periodo de l5 añ os. Ella prendentemente comü n.
encontrô que los hombres sobrepasan a las mujeres El horario estelar en la televisió n en red se diseïia
en un rango de tres a uno en la televisió n. Las muje- para atraer a la audiencia mäs amplia posible. A me-
res en situaciones de comedia tienden a ser jó venes y undo esto significa mostrarle a la gente lo que quie-
atractivas. Elias son menos propensas que los hom- ren ver y reforzar lo que ya creen. En ellado positivo,
bres a trabajai fuera de casa, y si to hacen, usualmen- el análisis de las encuestas indica que la mayorta de
te trabajan en ocupaciones de estatus bajo (como ca- progTamas enseñ a valores ampliamente sostenidos
marera y secretaria). Los hombres tienden a ser más como “el bien vence a mal", "el trabajo duro paga", y
viejos, más adinerados, măs poderosos y combinan “la honestidad es la mejor política”. Las películas de
trabajo y familia. Los héroes en la televisió n son hom- televisió n, con frecuencia pintan el heroismo y ct
bres de acció n: policías, doctores, reporteros y vaque- autosacrificio frente a problemas sociales como eI ra-
ros; las heroínas tienden a preocuparse por el roman- cismo, invalidez física y violencia doméstica. En el
ce y por agradai a su familia o a su jefe. Las mujeres lado negativo, la televisió n presenta una veisió n
en la publicidad comercial a veces se muestran en pa- estereotipada del mundo social en el que el ser hom-
peles de trabajo y hombres en papeles familiares, pero bre, joven, guapo y blanco se gana la aprobació n y el
90% ò el tiempo el narrador —la voz de autoridad— ser mujer, vieja, invälida, de piel oscura o ser “extran-
es masculina (Bretl y Cantor, 1988). Estudios má s jero” invita a la desaprobació n y al ridículo.
recientes muestran que este patró n de género este-
reotipado no ha cambiado mucho. Cadã InO YãTiOS
nuevos programas muestran a la mujer (y menos a Socialización y ciclo de vida
menudo a los hombres) en roles no tradicionales,
mujeres trabajadoras de altos puestos tienden a estar Todas las sociedades dividen ct curso de la vida en
mas preocupadas con relaciones interpeisonales (aye- etapas. Las etapas del ciclo de vida son instituciona-
dan, cuidan, hacen la pan), y estä n menos involucra- lizadas en reglas formales que defines las edades a las
das en tomar decisiones, tener liderazgo y acció n po- que se permite a las personas (o se requiere) partici-
Parte 2 Dinámica del comportamiento socinl

Violencia y televisió n: ¿un problema de salud pú blica?


iLa conexió n entre la violencia en
television y el comportamiento
agresivo es peculiarmente estado- BA
unidense? iHay algo acerca de esta
cultura que hace a los niñ os má s
vulnerables a la violencia má s in-
citante i ^° encuentra el mismo
efecto en otras culturas?

La violencia en
televisión es tan dañina
para los niños como
beber y fumar.

Para contestar estas preguntas,


L, Raul Huesmann y Leonard Eron
dirigen estudios similares en seis
paises (Australia, Finlandia, Israel,
Países Bajos, Polonia y Estados
Unidos). Hasta ahora, han entre- Ga
vistado ninos y probado a niñ os
tres veces al aRo en intervalos. En
los seis países por lo menos algú n
ORD ANI

E GIPTO

Etapa 4-1 Isracl

Cuenta: “Television Violence and Kids: A Pubhc Health?" Petjles: IRTS Nmslettcr 18 (1), febrero de 1994, pp. 5-7, L. R. Huesmann,
CliilJrrn and the Mcdia.’ First International Conference, 1985, pp. J03-128.

par en diferentes instituciones sociales y compro- edad de 65 añ os y nos obllgan a retirarnos a los 70
meterse en diversas relaciones sociales. Nos exigen añ os.
que asistamos a la escuela, pero no permiten casarse El ciclo de vida institucionalizado, como está es-
o trabajar (sin un permiso) hasta la edad de 16 añ os. crito en la ley y apoyado por la cultura, crea oportu-
No se admite el ingreso al asilo de ancianos hasta la nidades y limitaciones en la acció n individual. Los
Capítulo 4 Social(ación en eI curso de la yida İ

aspecto del niñ o, como el hábito lació n en niiios iirbanos no son su- mero cr”e- * ’"
de ver televisió n, estaba correla pervisados estrechamente. Esto ciente de fa-
cionado con la agresió n. Los efec- sugiere que la naturaleza comunal milias de padres
tos eran mãs fuertes en Finlandia, del kibbutz, con su énfasis en va- solteros y familias en las que am-
Polonia y Estados Unidos. Pero los lores prosociales, neutraliza los bos padres trabajan, esto se ha
más interesantes resultados vinie- efectos de la violencia de la televi- vuelto mas difícil. Tercero, los pro-
ron de Israel (véase mapa 4-1). sió n. gramas mas dañ inos no son nece-
La mitad de los niñ os del mues- Huesmann y Eron concluyeron sariamente los más sangrientos,
treo israelita vivian en Kibbutzim que los programas de televisiö n sino aquellos en los que el agresor
y la otra mitad en ciudades. Los para niñ os —no para Adultos— es premiado por la violencia y en
Łibbutfim son asentarnientos rura- deben regularse por varias razones. que la agresió n se presenta como
les donde la comunidad entera asu- Pnmero, la televisión influye en ac- justificada. Huesmann y Eron
me la responsabilidad colectiva titudes y comportamiento; si no argumentan que es necesario ver
para criar a los niñ os. Los progra- fuera así i r qué gastarian las la violencia en televisió n como
mas de televisió n y otras peliculas compañ ías tanto en anuncios de te- un problema de salud pú blica,
que se permiten a los niñ os peque- levisió n? Segundo, los niñ os pe- no un problema de libertad de dis-
ñ os son seleccionadas por otros, no queù os (de 3 a 12 añ os) parecen curso. En su punto de vista, con-
por los niñ os; quienes son mayo- más vulnerables a la violencia en sumir Grandes cantidades de vio-
res y adolescentes casi siempre ven televisiön. Nadie reclama que la te- lencia en televisió n es tan daiń -
programas con un gnipo de pares, levisión “hace” a los niiïos agresi- na para los nifios como beber y fu-
no solos. Los investigadores no en- vos, pero la evidencia del impacto mar. No les permitimos a los ni-
contraron virtualmente ninguna en niñ os pequeiios es sustancial. ñ os comprar licor o cigarros, ipor
correlació n entre la exposición a la la vigilancia paternal podñ a ser la qué debemos proporcionarles las
televisión y la agresió n en nü ios de mejor manera de supervisar qué cantidades ilimitadas de violencia
los kibbutzim, pero una alta corre- ven los niñ os, pero debido a1 nú- gratis?

individuos no siempre acatan este esquema, pero to- mi edad?”; explicando nuestras vidas, citamos el tiem-
davía usamos la edad para organizar y evaluar nues- po de nuestros eventos mayores (“yo me casé muy
lfãs vîdas (Buchmann, 1989; Neugarten y Neugarten, pronto” o “me gradué tarde”). La edad condiciona la
1987). Todos tenemos la vista puesta en elreloj social manera en que nos relacionamos con otras personas.
y constantemente preguntamos: “iCó mo estoy para Esperamos que un niñ o, un adulto joven y una perso-
Í ÜQ Parte 2 Dinómira del compottnmiento sonal

na mayor se comporte diferente, y nos comportamos


de manera diferente hacia ellos.
Niñez
Erik Erikson, un estudiante de Freud que inmigró Ala niñ ez Eriksonla dividió en cuatro etapas: la infan-
a Estados Unidos, fue uno de los primeros teó ricos cia,1a niñ ez temprana, edad dejuego y la edad escolar;
sociales en examinar en las personas los cambios que cada uno con su problema central. Del primer añ o de
sufren desde la niñ ez, la adolescencia a la adultez tem- vida, los infantes son dependientes del adulto (nor-
prana, la edad madura y la vejez. Erikson (1963) di- malmente sus padres). Si ellos reciben cuidado ade-
vidió el ciclo de vida en las “ocho etapas del hombre” cuado y consistente, desarrollan un sentido de con-
(véase figura 4-2). Erikson creyó que cada etapa es Jianzn fió sicn. Si no, es probable que experimenten
caracterizada por un problema central o crisis en las desconfianza y ansiedad por mucho tiempo.
que las necesidades y habilidades del individuo son En el segundo añ o de vida, los niñ os empiezan “a
confrontadas contra las necesidades y demandas de pararse sobre sus propios pies” literalmente. Está n
la sociedad. La forma en la que el individuo resuelve ávidos de explorar pero no tienen sentido de los posi-
el conflicto en una etapa determina lo bien que está bles peligros de, por ejemplo, una escalera. Niñ os
equipado para tratar con el problema en la pró xima pequeñ os que son guiados por sus padres en este pe-
etapa. riodo desarrollan un sentido de autonomía. Aquellos

Vejez

Madurez

Adultez temprana

Adolescencia

Edad escolar

Edad de jugar

Niñes temprana

4 6 7

FigU£á 4-2 “Los ocho etapas del hombre” de Erihson


Segú n Erikson, los nuevos problemas vienen a dominar cada etapa del curso de vida, pero los viejos nunca se marchan
completamente. La manera en que hemos tratado con ellos es la fundació n el desarrollo posterior.
Fuente: Reirnpreso con permiso de Daeóalus, Adulhood”, joumal oJ the Amencan Acaáeiny nJArts «nd Sctencss (105 (2)Primavera 19/6), Cambridge, MA.
Cojsíl/o 4 Sociali/a‹fián en el curso de Td vida
149

cuyos ád£CS ejercen mucho o poco control experi-


mentan vergü enza y duda. Adolescencia
Una vez que han ganado el control de sus cuerpos,
Esta etapa abarca el curso de vida que se extiende
los niñ os quieren hacer cosas por ellos mismos. Los desde la pubertad hasta los 20 aiios, es un concepto
datos de desafío puro son típicos durante los “terri- de invenció n moderna. En la mayoría de las socieda-
bles dos” añ os. Si los padres y otros agentes de socia- des preindustriales, los jó venes avanzan directamen-
lizació n entienden su deseo de ser independientes,
te de la niñ ez a la adultez, sin una etapa intermedia. A
los niñ os desarrollan un sentido de iniciativa. Si los
menudo esta transició n es claramente marcada por
padres y otros los tratan como una molestia constan-
ritos de paso: rituales o ceremonias para marcar la tran-
te y ridiCulizan sus esfuerzos, es probable que los ni-
rios experimenten culpa e inseguridad. sició n de una etapa de vida a otra. En muchas socie-
En la edad de 6 añ os, los niiios entran a la escuela dades tradicionales, un muchacho o muchacha su-
d tiempo completo; en ella ganan reconó cimiento fren una iniciació n y después de esto son considerados
dominando habilidades. Si sus esfuerzos en el domi- adultos. Se espera que las personas jó venes trabajen
nio son animados y aplaudidos, desarrollan un senti- en cuanto sean físicamente capaces, y la mayoría se
do de seguriddd; si no, ellos pueden desarrollar senti- casa antes de los veinte anos. É ste era el modelo co-
mientos de inferioridad. mú n en Estados Unidos en las primeras décadas del
El objetivo de Erikson era describir la socializa- siglo xx. La institucionalizació n de la adolescencia era
ció n de “cada niñ o”. Aunque cada niñ o no está ex- el resultado de la industrializació n y la decreciente
puesto a las mismas influencias y presiones. Lo que necesidad de obreros jó venes, sobre todo después
105 adres hacen para educar a sus niñ os depende de de la aprobació n de las regulaciones obreras de infan-
su posició n econó mica, creencias religiosas, educa- tes y la extensió n de escolaridad, de jornada comple-
ció n, antecedentes raciales y étnicos, y otros factores. ta hasta los l4, l5 o 16 añ os a principios de este
Los padres no son la ú nica fuente de diferencias; por siglo.
ejemplo, un niñ o que es criado en un hogar peligroso La adolescencia es una etapa ambigua en el curso
de la ciudad, no puede tener las mismas oportunida- de la vida; en esta etapa realmente no se es adulto: no
des por ejercer autonomía e iniciativa como un niñ o se espera que se mantengan por sí solos; no pueden
que es criado en una granja o en un suburbio. Un votar o conducir un automó vil hasta la edad de l6
jovenzuelo cuyo inglés es pobre no puede darse la o 18 aiios; son disuadidos de casarse o formar una
misma oportunidad para desarrollar su capacidad en fa- milia. Pero tampoco son niñ os: los adolescentes
la escuela. ma- yores tienen los cuerpos y las habilídades
intelectua- les de adultos, pero no la experiencia.

De acuerdo con ERhson, io torea


de ra efnpd de 10s n iños má s pequeñ 0s
es buscar la autonomía. Los inJantes
estón dispuestos o ignornrse o sí
mismos, pero no tienen sentido de los
posibles peJigroS en se ambiente.
150 Parte 2 Dinomica del comportamiento social

Formnción de In identidad
intentaron establecer una identidad antes de arries-
Erikson percibió el problema de lograr una identidad garse a comprometerse en una relació n estable con el
ante la confusió n de roles durante la adolescencia. En sexo opuesto. Las mujeres jó venes intentaron esta-
sociedades tradicionales, la identidad es atribuida por blecen una relació n estable primero y posponer sus
los grupos sociales. Ellugar del individuo en la socie- problemas de identidad hasta los treinta añ os o des-
dad es determinado por la familia, la comunidad y la pués. Pero la edad en que las mujeres se casan y crían
clase social en la que é1 o ella nacen. niñ os, en la actualidad estâ cambiando; pot lo menos
En las sociedades occidentales modernas, se espera para muchas mujeres de clase media y alta, la univer-
que los jó venes formen una identidad propia, distinta sidad y las carreras estã n primero y la familia des-
de la de su familia. Este proceso empieza en la adoles- pués.
cencia. Una muchacha joven que es la hija de fulano
y hermana de zutano. Por su adolescencia, quiere ser
Ideas canibiantes en la adolescencia
ella misma como persona; lo cual significa alejarse
de la familia y de la casa, psicoló gica y socialmente, La sabiduría convencional señ ala que la adolescencia
orientándose hacia sus pares y el mundo adulto. Tam- es un periodo de confusió n y tensió n para hombres y
bién significa trabajar para alcanzar sus esperanzas mujeres. Por lo regular el adolescente es malhumora-
para el futuro y aplicar sus talentos y habilidades do, rebelde, egoísta y (de manera constante) impru-
reales. dente. Los adolescentes probarán algo para impresio-
Ante los cambios internos los adolescentes buscan nar a sus paces y peTtUTbar a sus padres. Actuar y
continuidad e igualdad. Ellos comparan a la persona representar son elementos nomiales del desarrollo
que sienten que otros ven en ellos con la persona que juvenil. Este modelo de confusió n y tensió n del ado-
sienten ser; perciben las conexiones entre habilida- lescente fue basado en estudios de caso de adolescen-
des y talentos que han cultivado y las oportunidades tes con problemas que buscaron consejo psicoló gico
ocupacionales y papeles del mundo de los adultos. Al y en los recuerdos de adultos que estuvieron en te-
carecer de una identidad firme, los adolescentes se rapia. En las ú ltimas dos décadas, investigadores
identifican con atletas, estrellas de cine, mú sicos de han empezado a recopîlar datos de amplios grupos
rock y otras celebridades, o pueden enamorarse des- de muestreo de adolescentes acerca de sus sentimien-
esperadamente, esperando encontrar una identidad tos, sus familias y sus amigos, de los cuales un cuadro
en su conexió n con otra persona. Algunos adolescen- diferente ha surgido (Csikszentmihalyi y Lawson, 1984;
tes experimentan una crisis de identidad cuando son Flaste, 1988; en Offer ct at., 1988; Steinberg, 1990).
incapaces de reconciliar la imagen que tienen de ellos Los adolescentes son propensos a altas y bajas emo-
mismos con sus habilidades, potenciales y activida- cionales, pero estos humores son noimalmente cor-
des reales, o con la imagen que ven reflejada en tos. La mayoría de los adolescentes señ ala que son
los ojos de otras personas. felices la mayor parte del tiempo y que se llevan bien
Erikson vio ellogro de identidad como un requisi- con sus padres así como con sus pares. Indican que
to previo para la intimidad en la adultez temprana. son aptos para resolved todos sus problemas y son
Hasta que los jó venes estén seguros de quiénes son, optimistas acerca de sus futuros. Los adolescentes (y
ellos no se sienten lo suficientemente seguros para adultos jó venes) tienden a tomar riesgos, y probar los
hacer un compromiso con otra persona. Otros auto- límites de sus habilidades (y la tolerancia de otras
res señ alan que hombres y mujeres siguen caminos personas) (véase figura 4-3). Ellos pueden desarro-
diferentes hacia la adultez (Gilligan, 1982, 1986; Mar- liar un mito de invulnerabilidad (Elkind, 1982; Laps-
cia, 1980). Por tradició n, la identidad de una mujer ley, ct II., 1986) o una creencia de que se protegen de
depende de casarse y tener hijos. Establecen y mante- algû n modo mâgico de las consecuencias de sus ac-
ner relaciones (ser popular y tener buenos amigos) ciones. Por ejemplo, creen que pueden experimentar
viene primero en la vida de mujeres jô venes; la iden- con drogas sin experimental efectos negativos o vol-
tidad (éxito académico, planear una carrera) viene verse adictos o que pueden practicar el sexo sin pro-
después. Como resultado, el orden de eventos tecció n sin quedar embarazadas o contraer el SODA.
psicosociales en las vidas de hombres y mujeres jó ve- Só lo aproximadamente 10% de adolescentes podrían
ries está invertida. En general, los hombres jó venes describirse psicoló gicamente como perturbados o
alienados. En la mayoría de los casos, los adolescen-
lias. Sobre todo, los adolescentes riñ en a menudo con
Comp°Raoüento sus padres sobre pequeñ as cosas: vestido, limpieza,
Bebió alCOhOl quehaceres, horas de llegada y tareas escolares. Pero
y condujo un automó vil
generalmente están de acuerdo con sus padres en pro-
blemas má s complejos, como la importancia de la
Fue forzado a tener
relaciones sexuales educació n, la religió n o el activismo político. La ma-
yoria de adolescentes quieren y respetan a sus padres,
Pensó Seriamente creen que sus padres están orgullosos de ellos y sien-
en suicidarse
ten que son justos con ellos la mayor parte del tiem-
po (Offer et nt., 1988; Chase, 1989). Al contrario de
Intentó el suicidio los estereotipos, aproximadamente tres de cuatro ado-
lescentes dicen que se sienten cerca e identificados
Fumó cigarros con sus padres (Steinberg, 1990).
Además, los grupos de pares juveniles a veces pue-
Tomó cinco o más tragos den ser una influencia positiva, al invitar a los amigos
de alcohol en al menos a estudiar, ser activo en la iglesia o la comunidad, apar-
una ocasi6n (se emborrachó )
tarse de las drogas y para preocuparse de los senti-
Siempre usa mariguana
mientos de otras personas. Cuando se le pregunta al
adolescente qué lo hace sentirse orgulloso, una con-
Siempre usa cualquier testació n comú n es: “ayudar a un amigo" (Offer, et
forma de cocaina, incluso al., 1988).
polvo, crack o base
En términos generales, la adolescencia es un tiem-
Siempre ha tenido po de cambio físico, emocional e intelectual constan-
relaciones sexuales te. Encontrar la identidad no es fácil, es inevitable y
siempre es una prueba.
Ha tenido seis o más parejas
sexuales durante su vida

Usó cond6n durante


Transiciones a ta aduítez temprana
su ijltima relació n sexual
De alguna manera, en la actualidad los adolescentes
Rara vez o nunca
están comportándose más como adultos (tienen citas
usa condó n a una edad más temprana, trabajan durante la escuela

H Hombres 0 20 40 60 80 100
M Mujeres Porcentaje de estudiantes

Figura 4-3 Comportamiento arriesgado


en el campus de la universidad
Uno podría pensar que los estudiantes de la universidad sa-
ben lo que es bueno para ellos, pero muchos prueban su sa-
lud e incluso sus vidas. De hecho, los estudiantes tienden a
comprometerse en comportamientos arriesgados (especial-
mente beber mucho) más que las personas jó venes que no
asisten a la universidad.
Fuente: Center for Disease Control and Prevention; en be Chronicle oJ
Higher Education¡ septiembre 5 de 1997, p. A66.

tes conflictivos eran niiios con problemas, los cuales


Lu adultez tempdana usualmente eS unn ctnpd pdra nsumir ra
no empezaron en la pubertad.
responsabilidad completa de la vida. Aunque numeros crecientes
Aunque la gente joven se orienta más hacia las pa- de adultos jó venes continúan viviendo con sus pddrrs, muchos In
res esto no significa que están alienados de sus fami- intenten por si mismos.
I b2 Parte 2 Dinó mica del comportamiento sonal

El nú mero de jó venes adultos que vive con sus


Porceøtaje que padres se ha incrementado, sobre todo en familias de
vive con sus padres
clase media (Schnaiberg y Goldenberg, 1989) (véase
60 -
figura 4-4). La demanda creciente para la educació n
superior, el alto costo de las rentas y un meTcado de
trabajo mâ s estrecho ha hecho mä s difícil establecer
50
una independencia total. La salida tardía no es siem-
pre feliz para cualquier generació n. Los adultos jó ve-
40
nes se quejan de que sus padres atin los tratan como
niñ os, mientras los padres se quejan de las horas en
30 que sus jó venes adultos llegan a casa y su renuencia
para ayudar con quehaceres de la casa.
La mayoría de los adultos jó venes pospone el ma-
20
trimonio. En parte como resultado de la educació n
extendida, debido a la participació n mayor de las
mujeres en la fuerza de trabajo, los modelos familia-
10
res estän cambiando. Desde los añ os sesenta, la edad
promedio del matrimonio ha subido de 19 o 20 a 23 o
0 24 para las mujeres y de 22 o 23 a 26 para los hom-
1970 1980 J985 1990 1995 bres. La edad promedio en que las mujeres tienen su
primer hijo es aproximadamente a los 27 añ os (Ofici-
Edad de 18 a 24 años na de Censos de Estados Unidos, 199ò ). Pero estos
M Edad de 25 a 34
años
promedios ocultan la amplia gama de variaciones.
Algunos hombres y mujeres se casan poco después
Figura k-k El nido (no tan) vacío: adultos jóvenes de su graduació n del bachillerato o la universidad,
que viven con sus padres mientras que un nú mero mayor permanece soltero
Cuando los adultos jõ venes viven en casa (con sus padres), hasta sus veinte o tTeinta. Algunas mujeres se vuel-
ambos pasan por un periodo de resocializació n. Los adultos ven madres en su adolescencia, mientras otras pos-
jó venes no pueden esperan que sus padres paguen sus cuen- ponen la maternidad hasta los treinta.
tas, pueden lavar su ropa, y generalmente pueden compor-
En resumen, las transiciones a la adultez se han
tarse como "padres”; los padres deben “olvidar" tal compor-
vuelto cada ver mäs impredecibles, variadas e indivi-
tamiento previo como la hora de llegada, verificar el paradero
de su hijo, leer su "tajeta de informes" (o revisió n del traba- dualizadas. La edad (y ct sexo) ya no permite asumir
jo), y, por otra parte, hacerse cargo de la vida de su ahora hijo que alguien es un estudiante o un trabajador, si es
adulto. financieramente dependiente de sus padres o un pa-
Fuente. Oń cina de Censo de Estados Unidos, 1970 y 1980 Cease de Po- dre con personas a cargo, viviendo con padres o inde-
blœiõ n, Pc (2)-4B y los InJortnes de ia Poblaciän Actuales, pp. 20-410 y pendiente. En cuanto a esto, el límite entre la juven-
pp. 20-450; y datos inëditos. tud y la adultez se ha desvanecido.

secundaria y preparatoria, etc.). Al mismo tiempo, los Hodelos de adultez media


adultos jó venes están posponiendo asumir papeles
completos de adulto (Buchrnann, t989; Woodward, Hace dos o tres décadas la mayoría de los estadouni-
1989). Mucha gente joven asiste a la escuela a la edad denses podría haber estado de acuerdo en que la
de 25 o 30 aù os. La proporció n de estadounidenses adultez media empieza alrededor de los 40 añ os. Pero
jó venes que van a la universidad ha crecido, pero po- como miembros de la gran generació n de baby
cos la terminan, en gran parte debido al alto costo de hoovers, que comenzó alrededor de los cuarenta, ellos
la colegiatura. Muchos trabajan medio tiempo mien- empezaron a mover ct límite de la edad media a los
tras están en la universidad, se mueven de un lado a cincuenta y más allá . A principios de los noventa, la
otro entre el trabajo y el graduarse de la universidad, American Board of Family Planning preguntó a un
trabajar durante unos añ os, y entonces regresar a la grupo de muestreo al azar de 1 200 ciudadanos cuän-
escuela por un grado mä s avanzado. do empieza la edad madura. De los encuestados, 41%
cuando uno comienza a preocupar- contrar que esta estabilidad es temporal, que su posi-
se por se nene bastante dinero para pagar cuentas ción social, sus cuerpos, sus relaciones, su sentido de
Cuidado de salud; 42'f› dijo que empieza cuando st mismos ha cambiado y deben teorientatse hacia el
su úl jmo hijo se muda; y 4ó'f› señalaron que la futuro. Al principio de cada estación dtl adulto, las
etapa init cuando no se reconocen los nombres de personas toman algunas decisiones importantes con
gnipos musicales que transmite la radio. respecto a su idenúdad, familia, ocupación, religión,
Como Id ádultez temprana, la edad madura se ha tiempo libre, y así sucesivamente; estas decisiones
vuelto M variable. Hombres de cincuenta años que ctean la estructura en la cual siguen sus valores y
s‹ casaron por segunda vez empujan coches de niño metas. Durante los periodos de transición, se debt
y pagan colegiaturas de la uniYe dadal mismo tiem- revalorat esta estructura o plan de vida y explotan
xlgunos han sido empujados a la jubilación tem- posibilidades para el cambio y sus relaciones con el
estado preguntándose qué hacer en los mundo. De manera gradual o de repente, en sena-
pçdximos veinte o treinta años de sus vidas. Mujeres do apacible o doloroso, dios crean una nueva estruc-
dq •más de 40‘ ya no se ven a el mismas como “enci- turn pata la próxima estación de sus vidas (véase fi-
ma de la colina" en términos de moda y atmctivo gura 4-5).
s«i«ia1. Algunos que hicieron su casa y vieron crecer a
sus hijos como el centro de eus vidas, regresan a la
escuela y cambian carreras, mujeres exitosas en sus 69
carreras cambian de área (una profesora se hace una
mujer de negocios, una mujer de negocios entra en la
pomaca) o consagmn más tiempo a un interés que
hicieron a un lado antes (pintar, expediciones al de-
sierto, actividades comunitarias o de la iglesia). Mu-
chos estadounidenses en su adultez medía son parte
de la llamada ‘generación sandmch‘, atrapados en-
tre las necesidades y demandas de sus hijos aún no
adultos y aquéllas de sus padres cnel
envejecimiento. Dondequiera que el hmíte de la
edad maduta que- de, esta etapa del ciclo de vida
parece estar caracte- rizada por un cambio hacia la
estabilidad. Si los in- dividuos siguen un estilo de
vida tradicional o poco convencional, permanecen
casados y con la carreta que escogen como adultos
jóvenes o cambian pares y propósitos, la edad madura
involucra resoclnlizncidtc normas y valores
"olvidados‘ que eran adaptables y considerados
culturalmente apropiados en el pasado
para asumir nuevas posiciones sociales y toles.

“£as estaciones de la vida


áe ux de o mxyer"
E psicólogo David Levinson, como Eríkson, creyó que
asi como hay estaciones del año, existen estaciones Ftguta 4-5 Et4pes y traasícionts dt fi eduIte¢
en la vlda de los adultos. Las estaciones son periodos
predecíbles de crecimiento (verano), retirada (otoño), Como Erikson, Levinson sonitne que los adultos pasan por
inactividad o inmovilidad (invierno) y rejuvenecí- lasetnpas más ptedeciblts, caracterizadas por periodos alter-
miento (primavera), un ciclo que es repetido —con nados de tnabilidad e incenidumbte acerca de sus opciones
varíacion cada año. De una manera similar, Levin- de vida.
son argumentó que los adultos pasan pot estos peno-
(FmopENucmYo 1978),pá7.
dos cuando sus vidas parecen estables, sólo para en-
15ú Parte 2 Dinámica de! comportamiento rociar

El primer estudio de Levinson (Levinson, et tal., vorcios son frecuentes durante este periodo de transi-
1978) fue basado en entrevistas de profundidad con ció n.
cuarenta hombres de estilos de vida distintos (ejecu- Algunos hombres pueden pasar por una “crisis de
tivos de negocios, científicos, novelistas yjornaleros). media vida”, e intentan recuperar su juventud des-
Levinson encontró que en la adultez temprana, los aparecida teniendo amoríos, buscan aventuras y por
hombres tratan de establecerse: impulsar una carrera, lo general actú an fuera de su personalidad (lo que los
empezar una familia, formular un sueñ o. Cuando esta psicó logos llaman “representació n”). Otros se vuel-
etapa se acerca a su fin (entre 36 a 40 añ os), un hom- ven más reflexivos y otros salen del paso. Ala edad de
bre busca ser tomado en serio en sus propios térmi- los cincuenta añ os, algunos hombres han logrado una
nos, hablar en se propia voz, ser reconocido por su nueva personalidad en Telació n a la sociedad; algu-
personalidad. Esta demanda lleva a menudo a un nos han aceptado una versió n más limitada de ellos y
“evento de culminació n”, una promoció n, un premio, sus sueñ os; y otros, involuntarios o incapaces de cam-
la publicació n de una novela mayor o una investiga- biar, se amargan pensando “que la vida pasó por ellos”.
ció n científica. El hombre se equilibra para cambiar Otros investigadores han encontrado que esa adapta-
de ser un adulto joven a ser un hombre mayor. Pero ció n y cambio en la edad madura es la excepció n y el
lo que viene luego es incierto. estancamiento es la regla (Weiss, 1990).
Durante la transició n en la adultez media (entre En un segundo estudio (1996) Levinson y su co-
los 40 a 45 añ os), Levinson encontró que los hom- laborador Judith D. Levinson reunieron historias de
bres se preocupan menos en ser vistos como exitosos vida de 45 mujeres que se acercan a la edad madura.
a los ojos del mundo y se involucran má s en si en- Ellos estaban interesados en aprender si hay un mo-
cuentran su trabajo piemiado. Un hombre está má s delo humano global de desarrollo del adulto que se
para seguir sus propias metas aun cuando otros igno- aplica a ambos sexos o si los hombres y mujeres desa-
ran o se oponen a lo que es importante para él; se rrollan diferentes caminos. También estaban intere-
trata de hacer una contribució n significativa, crear un sados en el impacto de cambio social de la vida de las
legado para su familia, sus clientes o estudiantes, sus mujeres. Los sujetos de este estudio incluyeron algu-
colegas o su campo. Su relació n con su esposa (quien nas mujeres que estudiaron una carrera, así como amas
se vuelve más su propia mujer), sus hijos (que se acer- de casa tradicionales. Para su sorpresa, Levinson en-
can a la adultez temprana), sus padres (que está n en- contró que los mujeres pnsnn por la mismn sucesió n de
vejeciendo) y sus compañ eros de trabajo (muchos de etapos como los hombres y en las mismos edndes (p. 5).
los cuales pueden ser ahora subordinados) está n to- Sin embargo, los problemas que las mujeres enfren-
dos en un estado de flujo. Cambios de carrera y di- tan durante los periodos de transició n son diferentes

El sindr0me del “nido vacio” parece


haber sentado las bases de In generación
“sandwich” íntimo como las mujeres
estadounidenses de edad media están
haciéndose cargo de sus padres viejos
mientras aun tienen adolescentes Yivicndo
£n CHSa.
'

Cnpftuło 4 Socìalización en cl curso de ía vidn 155

aisladas menos bienvenidas entre sus colegas mascu-


a los del seXO lTíãSCUÍtDO, y hay una variació n mayor
entrg las mujeres, no só lo como individuos sino tarn- linos. Aquellas que habían combinado matrimonio,
bien en los £OleS sociales que escogen en la adultez maternidad y sus carreras se senttan menos que “su-
t o prana. per mujeres”, como malabaristas que a menudo ha-
ras madres de las mujeres del grupo de muestreo bían “dejado caer la pelota” en un ärea de sus vidas o
(ias abuelas de los adultos jó venes de hoy) eran amas en otra. Cansadas de demostrarse a sí mismas, quisie-
d casa tradicionales que buscaron cumplir en la es- ron mźs tiempo de amor y juego y mä s oportunidad
fera d0méstica y la femineidad era definida en téimi- para experimentar creatividad, satisfacció n y contri-
nos de ser buenas esposas y madres. Elias pueden ha- bució n social en su trabajo.
b« buscado un interés en el mundo externo a través A los 50 añ os, algunas amas de casa estaban dis-
dcl trabajo voluntario, grupos comunitarios, aficio- frutando la libertad de la responsabilidad de cuidar a
o C£eativas y, raramente, trabajos remunerados, pero otros, mientras otras se consumían con cuidar a sus
sus familias eran primero. Un tercio de la muestra de padres ancianos ast como a los hijos no independien-
los Levinson siguió los pasos de sus madres: en la tes. Algunas mujeres con carrera disfrutaban un sen-
adultez temprana se casaron, tuvieron niñ os y se de- tido de libertad al “lograrlo” en un mundo masculino
dicaron a cuidar a otros. En la adultez, sin embargo, y estaban involucradas aydando a sus hijas, mujeres
la mayoría encontrô , aun cumpliendo con sus roles, jó venes generalmente, a trazar un camino en una so-
que no se habían cumplido sus expectativas. Sus ma- ciedad donde la igualdad del género todavía es un
trimonios estaban caducados (50% se divorciaron o ideal, mientras otras estaban esforzándose de nuevo
se unieron a un segundo matrimonio); su “trabajo” con definiciones de género y éxito. Como los hom-
como madres estaba llegando a su fin; ellas querían bres, algunas habían reducido sus sueñ os, mientras
mas de la vida pero no habían desarrollado los recur- otras estaban esforzändose por sobrevivir con su pro-
sos personales o sociales requeridos para oportunida- pio descontento cró nico.
des interesantes en el mundo externo a sus hogares.
Una pregunta mayor con respecto a1 trabajo de
Limitadas para hacer algo por sí mismas, compren-
Levinson (y otras teorías del ciclo de vida) es si é1
dieron que el hacerlo significaba empezar casi desde
identificõ un modelo universal de desairollo del adul-
el principio.
to o capturó las biografías de trna generació n, o lo que
Por otro lado, las mujeres con carrera del grupo de los soció logos llaman una cohorte, durante un perio-
muestreo habían decidido en sus adolescencias que do particular de la historia social. Si Levinson hubie-
sus madres representaban todo lo que ellas no que- ra estudiado a los hombres y mujeres que nacieron en
rían ser, es decir, sus madres eran un grupo de refe- los añ os veinte y se volvieron adolescentes durante la
rencia negativa. Del exterior, sus madres parecian te- Gran Depresió n, por ejemplo, un patrõ n diferente
nerlo todo: marido proveedoi, hijos con perspectivas podría haber surgido (Elder, Modell y Pank, 1993).
brillantes para el futuro y comodidad material y segu- Sujetos a la dificultad e incertidumbre a una edad jo-
ridad. Aunque las hijas se dieron cuenta de que sus ven, los hombres de esa generació n normalmente es-
madres estaban atrapadas en actividades triviales, su- cogieron una línea de trabajo temprano en la vida y
perficialmente ocupadas pero en el interior estaban permanecieron en ese campo, por 1o regular trabajan-
enfadadas y/o deprimidas. Hasta cierto punto sus do para la misma compañ ía, hasta que se retiraron.
madres apoyaron su deseo de ser independientes, pero Las mujeres de esa generació n tendieron a casarse jô -
ellas no tenían ningú n consejo para ofrecer a sus hi- venes, quizás para componer las “rupturas psíquicas”
jas con perspectivas no tradicionales. de su juventud. Porque era una generació n relativa-
Del estudio, las mujeres de carrera crearon dife- mente pequeñ a y la economía de Estados Unidos cre-
rentes estructuras de vida, algunas con matrimonio y ció rápidamente hasta después de la Segunda Guerra
otras sin é1 y sin hijos. Al forjar sus propios caminos, Mundial, había pocos obreros y los que había podían
a los 40 añ os muchas habían logrado más de lo que presionar por sueldos mäs altos. Los ingresos de los
habían previsto: el nivel de mando medio en una cor- hombres eran suficientes para mantener a una fami-
poració n o un profesorado completo. Al ser mujeres lia cô modamente y les permitian a las esposas que-
con éxito, encontraron otro tipo de problemas menos darse en casa y dar a luz a los baby ò oomer. “La estabi-
claros. Como eran mujeres que alcanzaron los mayo- lidad” era la contraseñ a para esa generació n; es por
res niveles en sus campos, ellas se encontraron mä s eso que hicieron compromisos de toda la vida en sus
156 Parte 2 Dinómicn del comportamiento so(tal

primeros veinte añ os y siguieron un camino recto y transició n toma dos añ os; para otras, doce añ os (Tre-
estrecho en la adultez. loar, 1982).
En contraste, la generació n del hdby boomer creció Las descripciones populares y científicas de la me-
en afluencia relativa; fueron la primera generació n de nopausia son tan variables como la experiencia indi-
estadounidenses de crecer en suburbios, frecuentar vidual. Algunas mujeres, como la feminista Germine
centros comerciales, ir a la universidad en gran nu- Gres (1992), ven la menopausia como una liberació n.
mero y también pelear o protestar contra la impopu- La antropó loga Margaret Mead habló del “entusias-
lar guerra en Vietnam. Muchos no tenían que ir de mo posmenopausal” (A. S. Rossi, 1992, p. 2). Otros
la escuela secundaria a trabajar; la economía estaba describen la transició n a la menopausia como un tiem-
creciendo, lo que les permitió el lujo de probar iden- po caó tico durante el cual los humores de las mujeres
tidades diferentes, seguros de que los trabajos esta- así como sus cuerpos pasan por los cambios siibitos e
rían esperá ndolos cuando estuvieran listos para imprevisibles, caracterizados por los “bochornos” (ca-
estabilizarse. Crecidos en las familias centradas en los lor, sofocos y sitdor internamente generados) (Sheehy,
niñ os de los aiios cincuenta, los creadores de la cultu- 1992). Wulf Utian, un ginecó logo que estableció
ra centrada en la juventud de los anos setenta y ochen- la primera clínica de la menopausia en Estados
ta, los miembros de la generació n t›aby boomer se han Unidos hace una década, advierte de una “epidemia
divorciado má s a menudo, cambian sus trabajos con inminente” en los miembros de la generació n baby
frecuencia y se mudan más de lo que lo hicieron sus boomer que se mueven hacia la edad madura. Para
padres y abuelos. Este modelo refleja, en parte, un cubrir los síntomas y consecuencias de la menopau-
juego de la mente para buscar lo má s nuevo y lo me- sia, muchos médicos recomiendan terapias de reem-
jor y, en parte, el crecimiento econó mico más lento. plazamiento hormonal (HRT). Aunque resulta polé-
Para “avanzar”, los miembros de esta generació n tie- mico, el estró geno es la segunda droga má s prescrita
nen dos salarios en la familia y cambian de compa- en el mercado farmacéutico estadounidense, con ga-
irías y lugares en busca de mayores oportunidades. nancias de unos 750 millones de dó lares al añ o (A. S.
La descripció n de Levinson del desarrollo adulto cap- Rossi, 1992).
tura los diversos cambios que esta generació n ha te-
¿Cuá les son los hechos? ¿Es la menopausia una
nido.
crisis médica o simplemente un cambio? Un estudio
Por ú ltimo, las teorías del ciclo de vida de Erikson quinquenal continuado por Katherine Matthews y sus
y Levinson estaban principalmente basadas en mues- colegas encontraron que la “menopausia natural es
treos de gente rica, bien educada o de clase media. Si un evento benigno para la mayoría de las mujeres
ellos aplican sus estudios a la clase obrera y a estado- maduras saludables” (Matthews, et dl., 1990). El es-
unidenses pobres, a minorías o a la primera o segun- tudio no encontró ninguna diferencia significativa en
da generació n de inmigrantes con antecedentes cul- los resultados de las pruebas de enojo, ansiedad, de-
turales diferentes, sus resultados serían cuestionables. presió n o autoconciencia en cuidados del cuerpo an-
tes y después de la menopausia. En otros estudios só lo
una de diez mujeres experimentó bochornos (Voda,
Metiopaiisín: hecho yJcción 1982) y só lo 5% tuvo problemas con sequedad vaginal
La menopausia, largamente empantanada en el mito y la (McKinlay, et £tL, 1987). En los estudios se encontró
controversia y amortajada por una capa de silencio aver- que la depresió n es mas susceptible de ser un pronó s-
gonzado, está volviéndose rápidamente el principal pro- tico de problemas de la menopausia que una conse-
blema de salud de las mujeres en los noventa íj. Brody, cuencia (Avis et nf., 1992).
1992). La soció logo Alice Rossi (1992) ve má s complejo
este problema al percibir las influencias culturales. La
El término menopnitsin se refiere a la cesació n de ovu- importancia bioló gica de la menopausia es el fin de la
lació n y menstruació n en las mujeres, como resulta- fertilidad. En sociedades occidentales, la mayoria de
do de cambios en los niveles de hormonas sexuales las mujeres tienen su ú ltimo hijo mucho antes de la
(sobre todo el estró geno) producidas en el cuerpo de menopausia. En otras culturas, donde las mujeres
la mujer. El momento de menopausia es inconstante. gastan la mayoría de sus vidas embarazadas o alimen-
Algunas mujeres pasan por la menopausia a la edad tando a los hijos pequeiios, las mujeres dan la bienve-
de los 40 aiios; otras, hasta los 58; para algunas, la nida a la menopausia, es particular si su cultura ad-
mite a las mujeres má s viejas en alta consideraciö n. Hace un siglo, la esperanza de vida en Estados Uni-
5n nuestra CUltura, sin embargo, las mujeres mäs vie- dos era de 49 añ os.’ En la actualidad es de 79 aù os, y
consideran como lo que “han sido”. Eso es por muchos estadounidenses que alcanzan la edad de 65
que después de los 28 añ os, la mayoria de las mujeres pueden esperan vivir más de ochenta. En 1990, 3 mi-
quieren ser má s jó venes de lo que son, y gastan bas- llones de estadounidenses tenían 65 o mäs aù os; aho-
tante dinero en cremas contra el envejecimiento y en ra hay 33.5 millones de jubilados (un nú mero igual a
cirugía cosmética. la població n entera de Canadä ) (5tntisticdl bstYOCt,
Rossi concluye que la crisis, si la hay, no es bioló - 1996). El aumento en la longevidad se debe en parte
Rica o médica; es el resultado del envejecimiento nor- a los adelantos médicos, en parte a los cambios en los
mal y del miedo de las mujeres a perder su atractivo, estilos de vida (mejores dietas, ejercicio regular y de-
no de la menopausia por sí misma. Agrega que las jar de fumar). No só lo ha crecido el niímero de perso-
expectativas sociales pueden funcionai como una nas mayores, sino la proporciô n de personas mäs vie-
misma profecía de autocumpliento. La mayoria de los jas en la sociedad (un fenö meno conocido como
estudios señ alan que las mujeres premenopáusicas que “envejecimiento de Estados Unidos"). En 1990, uno
esperan volverse irritables, enfadadas, deprimidas y de treinta estadounidenses era mayor de 65 añ os o
experimentar bochornos, sudores nocturnos, males- má s viejo; en la actualidad el nú mero es casi uno de
tares y dolores es más probable que lo sufran que ocho. Aú n es una minoria, las personas má s viejas
mujeres que no tienen ninguna expectativa negativa. constituyen 12.5o/o de la poblaciö n actual de Estados
Ya que existen ganancias por la “medicació n” de la Unidos, niímero que se espera suba en má s de 20%
menopausia, es probable que continiíen las adverten- para el aù o 2030 (Oficina de Censos de Estados Uni-
cias. De hecho, se está n extendiendo. dos, 1996). El cambio en la estructura de la longevi-
En aù os recientes, varios investigadores han em- dad social se debe en parte a que las personas viven
pezado a hablar de la “menopausia masculina” o mäs tiempo y en parte a una natalidad en decline (véase
andropausia (Liebmann Smith, 1992). Ellos argumen- capítulo l).
tan que una gota en los niveles de hormona andró gena Los demó grafos solían consíderai a la gente de tnăs
en hombres, como la gota de estró geno en mujeres, de 65 añ os en una sola categoria; sin embargo, las
puede traer cambios fisioló gicos y psicoló gicos, lo cual personas en sus añ os sesenta y setenta están volvién-
incluye poco interés en actividades sexuales, cambios dose “más jó venes”, en términos de salud y estilos de
en la forma del cuerpo, ganancia de peso, pérdida de vida. Por ejemplo, en los aiïos cincuenta, el promedio
calcio en los huesos, los cambios en la piel, bochor- de edad de los asilos en Estados Unidos era de 70;
nos, pérdida de memorîa, cambios de humor y baja actualmente es de 81 añ os (Norman, 1997). Al mis-
autoestima. Hay muchos debates sobre si la meno- mo tiempo, mäs personas sobreviven a los 80 y 90
pausia masculina realmente existe, y si es así, cuäntos añ os. De hecho, las personas de 80 y más aù os es el
hombres son afectados y si deben trataise con teiapia segmento de població n de más iá pido cTecimiento,
de reemplazo de hormona. La mayoria de los investi- no só lo en Estados Unidos y otros países avanzados,
gadores sostienen que cambios en las attitudes de los sino en todo el mundo (Crossette, l99ô ). En respues-
hombres y su apariencia refleja la interacció n de en- ta a la vitalidad y longevidad incrementada, los de-
vejecimiento natural, salud (medicamentos) y estilo mó grafos ahora distinguen entre los “viejos jó venes”
de vida (McKinlay y Feldman, 1994). Debido at am- (de entre 65 a 80 aù os), que a menudo son activos
plio grupo de estadounidenses que entia en la edad e independientes, y los “viejos maduros” (mayores
madura y por tanto a1 mercado potencial de libros, de 80 añ os), cuyas actividades están limitadas y a me-
talleres y terapias, el asunto de la menopausia mascu- nudo requieren de una cantidad significativa de cui-
lina y femenina es probable que permanezca en la dados.
opinió n pú blica. El envejecimiento no involucra só lo cambios físi-
cos sino también el cambio social en los roles de
la gente y su interacció n con otros. Como en la
Adu(tez tardía madu-
Cuando se pregunta cuándo empieza la vejez, las perso-
nas de măs de 50 años dicen por lo regular que a los
Este promedio include eI numero mãs alto de muertes en la
“80” (Rosenthal, 1997, p. 42). infancia y nifiez temprana. La esperanza de vida para aquellos que
sobrevivían la niñ ez temprana era probablemente cercana a 60 aiios.
158 Parte 2 Dinámico del comportamiento socitil

rez, estos cambios o transiciones traen consigo la sar en ellas mismas como amas de casa y después como
resocializació n. trabajadoras.
En la actualidad la jubilació n se describe mejor
como un proceso que como un evento. Má s de 3.8
millones de personas a la edad de 65 aiios o más per-
Una transició n que casi todas las personas viejas en-
manecen en la fuerza de trabajo e incluso casi uno de
frentan es la jubilació n. En los añ os siguientes a la
cuatro hombres tiene de 65 a 69 añ os, pero só lo uno
Segunda Guerra Mundial, normalmente significó un
de dieciocho hombres tiene 75 o más. De acuerdo con
cambio abrupto, irreversible y obligatorio del trabajo
el modelo de su generació n, los hombres más viejos
de tiempo completo al ocio de tiempo completo a la
son dos veces más propensos a trabajar que las muje-
edad de 65 añ os (Treas, 1995). Después de treinta o
res. Algunas personas mayores, sobre todo profesio-
cuarenta añ os de trabajo para la misma compañ ía, el
nistas o en campos creativos, continú an trabajando
rito típico de paso era una cena de adió s y el regalo de
en la misma carrera pero con menos horas. Algunos
un reloj de oro. Para los hombres cuyo estatus y
dejan la práctica activa pero enseñ an o se vuelven ase-
autoestima estaba basado en el rol de sostén de fami-
sores o miembros del consejo. La mayoría de los esta-
lia, la experiencia podria ser traumá tica. Las mujeres
dounidenses no tiene estas opciones; sin embargo, la
de esa generació n era menos probable que trabajaban
mayoría de los patrones no les ofrece un plan de reti-
en sus añ os de adultez, si lo hacían, tenían que pen-
ro gradual a los obreros. Una minoría sustancial de
viejos entra y sale de la fuerza de trabajo, dependien-
do de su salud, oportunidades o intereses durante
varios añ os. Otros son "trabajadores desmotivados",
que dejan de buscar trabajo después de un periodo
largo de desempleo. De esta manera, hay muchas ru-
tas para la jubilació n.
Las políticas de jubilació n obligatoria estaban
desfasadas para la mayoría de los empleos a finales de
los añ os setenta y ochenta, dejá ndoles la opció n
de continuar trabajando o no a las personas más vie-
jas (Treas, 1995). La mayoría de los trabajadores se
jubila cada vez má s antes de los 65 añ os. Si pueden
permitirse el lujo de hacerlo con comodidad, la ma-
yoría quiere hacerlo mientras se encuentran bien para
disfrutar su tiempo hbre. Ademá s, es normal que los
esposos se retiren aproximadamente al mismo tiem-
po y así planean disfrutar juntos más actividades de
tiempo libre. La jubilació n temprana y en buena sa-
lud ha creado una nueva etapa en el ciclo de vida y
una nueva "clase de tiempo libre". Además, un nú -
mero significativo de ellos continú a trabajando, pero
como voluntarios. Las escuelas, hospitales y las ofici-
nas del gobierno local en Florida y otros lugares con
gran nú mero de jubilados dependen de los volunta-
rios má s viejos (Rosenthal, 1997).

Hcnn Mnússe, un maestro del arte deI siglo n. Es mostrado La salud es un problema mayor, incluso para el viejo
aqui en 1950, a Ía edad de 81 oños. Muchas prrsonns mayores joven. La mayoría de los ciudadanos de 65 añ os o más
c0ntititidti hdci¢itd0 trabajo p roducirv0 tiem p0 des pVcs d e la tienen por lo menos una dolencia cró nica (Treas,
ednd tradicional de retro. 1995). En algunos casos la condició n es potencial-
Capítulo 4 Sociolñ aciñ n en el curso de 1s vida 1b

mente una amenaza de vida y requiere medicació n viajeros mas frecuentes, se considera que 70% de via-
constan te y las visitas frecuentes al médico o a1 hos- jes de vehículos recreativos y pasajeros de crucero
pital. e n ejemplo es la enfermedad del corazó n, re- son jubilados. Y aunque el deseo sexual declina
portada por casi un tercio de personas viejas. En otros con la edad, en un estudio, 40% de estadounidenses
casos, la condició n no es una amenaza para la vida, de más de 65 años informaron que ellos eran
pero puede causat dolor, incomodidad y una calidad sexualmente activos y lo practicaban dos o tres veces
más baja de vida. Casi la mitad de los estadouniden- por mes (com- parado con siete veces por mes en
ses de 65 años o mas viejos padece artritis, por ejem- personas menores de 65); la mitad de aquéllos en
plo, y muchos tienen deterioro visual o auditivo, lo relaciones comprome- tidas estaban muy satisfechos
mal interfiere con sus actividades cotidianas. Pero los con la calidad de su vida sexual (Manton, et al.,
estudios nacionales indican que só lo 5 u 8% de per- 1997).
sonas má s Viejas que viven en la comunidad (con-
traslado con una clínica u otra institució n) necesitan
anda de cuidado físico (como bañ arse, vestirse o sa-
Arreglos de vifn
lir de la cama a una silla) o las tareas cotidianas (como La mayoria de los estadounidenses ancianos mantie-
preparad Su comida o manejar su dinero) (Weiner, et nen casas independientes, por lo regular a la edad de
oI„ 1990). 80 añ os (véase figura 4-6). La mayoría de los hom-
Las personas más viejas también pueden estar afec- bres y mujeres viejos viven con sus esposos; sin em-
tadas de sus facultades mentales (Treas, 1995). Uno bargo, debido a que las mujeres normalmente se ca-
de diez ciudadanos viejos experimentan alguna pér-
dida de la memoria, lo cual es raramente poco severo
y no interfiere en las actividades diarias (Norman,
1997). La enfermedad de Alzheimer, la causa princi- 65-74
pal de demencia senil,° es rara; sin embargo, el riesgo aros
aumenta con la edad avanzada, menos de 4% de 65 a
74 añ os de edad y 48% (casi la mitad) para las perso-
nas de 85 o má s viejos. La demencia severa es una
razó n de que se inteme a las personas má s viejas. El 75+
añ os
mayor, pero menos conocido, TOblema de salud men-
tal entre el anciano es la depresió n, a veces causada
por salud precaria o por prescripciones de medica- Mujeres
mentos. La depresió n se ha unido a la alta proporció n
65-74
de suicidios entre los ancianos: los varones blancos años
de 85 añ os o mayores son seis veces más propensos a
matarse que los miembros de la població n en general
(véase capítulo 1).
Envejecer pasa la factura. Pero muchos adultos de
aios
edad de 80 o má s viejos (los má s ancianos) y la gran
mayoría de los adultos de edad de 65 a 75 añ os (los I* I
viejos jó venes) están activos y alertas. Casi un medio 0 20 40 60 80 100 120
milló n de estadounidenses de má s de 50 añ os han
% SOlO H Con otros parientes
regresado a la escuela para aprender nuevas habili- & Con esposo H Con extrañ os solamente
dades, completar su educació n abandonada en su
juventud, o simplemente por la alegría de aprender,
elevando la media de edad del estudiante de la uni- Figufa 6-6 Arreglos de vida de viejos estadounidenses
versidad a 40 añ os. Los jubilados son en la nació n los En sentido contrario a los estereotipos, la mayofia de los ciu-
dadanos ancianos vive con su esposa o solo, no con sus hijos
La demencia senil se refiere a la memoria severamente daliada, la adultos o en clínicas.
°oncentraci6n y el juicio, a menudo combinadas con perturbació n
fuente:}. áreas, "Older Americana in the 1990s and Beypnd,’ PopftÍdÍÍOn
emocional y cambios de personalidad.
Bulletin 56, mayo de 1995.
160 Parte 2 Dinámica deI comportamiento socinl

san con hombres de má s edad que ellas y ya que las salud físicos que requieren altos niveles de cuidado y
mujeres viven má s tiempo que los hombres, ellas so- vigilancia constante. Pero el cuidado familiar no sig-
breviven a sus esposos. Una mayoría de mujeres de nifica que una persona no sea llevada a una institu-
75 añ os o más sostiene sus propias casas después ció n; los familiares visitan, supervisan el cuidado de
de enviudar. Las viudas es mas probable que vivan la persona, participan en decisiones de tratamiento,
solas que con parientes. manejan las finanzas y continuan asistiendo y mante-
Las relaciones entre los adultos jó venes y sus pa- niendo a su padre.
dres están caracterizadas por apoyo mutuo e indepen-
dencia (Cooney y Uhlenberg, 1992). Estas relaciones
incluyen contactos cara a cara frecuentes, mantienen f1naí de la vida
contacto por teléfono o carta, intercambian cuidados En diversos tiempos y culturas, las personas han acep-
durante una enfermedad, se mandan recados, ofrecen tado e incluso han dado la bienvenida a la muerte
ayuda financiera y regalos, y se proporcionan entre sí (Stolbeng, 1997b). En el Renacimiento europeo, pin-
apoyo emocional y afecto. Esto no significa que todos tores, poetas y mú sicos celebraban una muerte buena
los adultos jó venes y sus padres tengan relaciones es- como la ars moriendi (el arte de morir). La muerte,
trechas; las encuestas nacionales indican que la mi- como el nacimiento, se vio como parte del ciclo de la
tad de todos los adultos no está en contacto frecuente vida, incluso una causa para celebrar la salvació n del
con sus padres (Hogan, Eggebeen y Clogg, 1993). La alma. El budismo tiene muchas historias de maestros
mayoría los viejos estadounidenses tienen una rela- Zen que escribieron poemas en los momentos finales
ció n cercana con por lo menos uno de sus hijos. El de su vida para expresar su primera experiencia de
patró n de relaciones varía segú n las necesidades y re- libertad total. En las palabras de un sacerdote budista
cursos de las generaciones. Por ejemplo, en prome- contemporáneo, “la muerte [es] un misterio para ser
dio, los afroamericanos y los adultos latinos reciben abrazado, entrar en él y respetar” (Stolberg, 1997b,
menos anda de sus padres que los adultos p.El)
blancos, principalmente porque sus familias
Estados Unidos se ha descrito a menudo como una
incluyen a má s hermanos, hermanas y nietos; pero
sociedad “negadora de la muerte”. El sistema médico
tener má s hijos adultos y nietos también puede
basado en hospitales está diseñ ado para conquistar o
significar mayor apo- yo para los miembros de las
por lo menos posponer la muerte. Durante gran parte
minorías de ancianos.
del siglo xX, la muerte ha sido un tabú . Un libro de
A la edad de 80 añ os, mucha gente necesita aytida Elisabeth Kiibler-Ross, On Death and Dying publica-
con actividades como el cuidado personal, prepara- do en 1969, rompió este silencio. Entrevistas con en-
ció n de alimentos y manejo de dinero (Treas, 1995). fermos terminales convencieron a Kú bler-Ross que
Cada vez menos familias alojan a un padre invá lido, estar muriendo, como vivir, envuelve una serie de eta-
ya sea porque ambos esposos trabajan, porque toda- pas predecibles: negació n (“no puedo ser yo”), enojo
vía tienen niñ os que crecen y apoyan o por otras ra- (“¿por qué yo?”), nrgaricció n (normalmente con Dios,
zones. Las familias tampoco rechazan a sus padres; por tiempo extra), depresió n (un sentido aplastante
aunque hay otras alternativas, desde clínicas y com- de pérdida) y finalmente ftCeptacidn (acompañ ado por
plejos de asistencia para vivir y pagar cuidados en casa un sentido de cansancio y necesidad de “descansar
durante el día para el adulto, la mayoría de las fami- antes de la jornada final”, en las palabras de un pa-
lias cuidan ellas mismas a sus padres. Dos tercios de ciente). Kiibler-Ross encontró que la familia y amigos
los viejos invalidos que viven en la comunidad se con- pasan por etapas similares, frecuentemente implica-
fían a la ayuda informal de la familia y amigos, má s das de culpa, por cosas que hicieron o no hicieron.
frecuentemente el esposo (si él o ella está n vivos), Ella argumentó que negar la muerte priva a la perso-
una hija, o si no tienen hijas, una nuera. Muchos an- na que está terminalmente enferma y a sus seres que-
cianos entrarán en una clínica al menos una vez, una ridos de trabajar a través de estas etapas (también véase
convalecencia a corto plazo o una enfermedad termi- Becker, 1973).
nal. Pero só lo 5% de todos los ancianos viven en una
Más recientemente, en su libro Dying Well (1997),
clínica. La mayoría de residentes de clínicas de largo
El médico Ira Byok enfatizó que la muerte es una par-
plazo son viudas blancas con 80 añ os, admitidas des-
te natural de la vida, como el nacimiento, y que los
pués de una estancia en el hospital; dos tercios pade-
dos pueden promover crecimiento y entendimiento.
cen problemas de la mente, así como problemas de
Capitulo 9 5ocinlizació n en eI curso de ía vida

, stadounidenses dicen con frecuencia que la me- Un informe del Instituto de Medicina (1997) indica que
muerte es la rápida: un accidente fatal o quedarse estos miedos no son infundados. Si están viviendo
dorlTiido y nunca despertar. Pero pocos cumplen este solos, en una clínica o con la familia, cuando la muer-
deseo. Las causas principales de muerte en socieda- te parece inminente, la mayoría de las personas son
des aVdm adas son enfermedades del corazó n, cáncer llevadas al hospital. Los hospitales y la medicina en
y pO1‘ accidentes; un paciente terminal puede vivir general enfatizan curas de alta tecnología, cirugía y
s ant meses o incluso añ os. Para permitirles a las tratamiento agresivo para salvar a los pacientes; la
personas molly bien, Byok dice que no sÓ lo se debe muerte es vista como un fracaso. Médicos y otros pro-
minimizar el dolor sino también reducir el miedo y la veedores de salud tienen poco entrenamiento en do-
,pl dad. Morir bien, dice, depende de alcanzar cier- lor y ayuda a pacientes para prepararlos para la muer-
tos hitos: pedir perdó n, aceptar el perdó n, encontrar te. Ademá s, las leyes federales y estatales limitan el
la dignidad y decir adió s. uso de narcó ticos y otras drogas poderosas que redu-
De los ciudadanos que se mueren cada añ o 70% cen el dolor. Como resultado, un paciente terminal
son mayores de 65 añ os. La mayoría quiere que se le puede sufrir de manera innecesaria. Un estudio de
diga que está muriendo. Ellos no se asustan con la 9 000 enfermos terminales, señ ala que la mitad pasa
muerte, sino más bien de morir con dolor y angustia. sus ú ltimos días sufriendo dolor moderado o severo

Estante de libros
La red es una importante fuente para aprender más acer-rrollo del niño, Finalmente, hay una

' ca de las etapas del ciclo de vida, encontrarás informa- lista de recursos multimedia en el desa-
r ció n, estadísticas y grupos de charla. Por ejemplo, un rrollo del niñ o,
gran nú mero de grupos y sitios están enfocados sólo a
http://ericps.ed.uiuc.edu/nccic/nccichome.html
la menopausia. Haz una investigació n de un tema, en-
Del Centro Nacional de Informació n de Cuidado del
focá ndote a los problemas sociales o bioló gicos. iQué
Niñ o, este sitio ofrece los textos de artículos sobre los
fipo de sitios encuentras cuando reduces tu bú squeda
efectos del cuidado del niñ o, la economía del cuidado
a cualquiera de las dos á reas? tQuién mantiene los si-
del nitro en los Estados Unidos, y la socializació n y cui-
tios que encuentra iQ ué tipo de informació n proveen
dado del mismo.
los diferentes tipos de sitios? Una gran parte de los que
usan Internet como fuente de informació n está apren- http://library.utoronto.ca/www/aging/
diendo a evaluar la informació n que encuentran ahí. depthome.html
A continuació n se presenta una colecció n de sitios El sitio en la red del Instituto para el Desarrollo Huma-
que te iniciará en la busqueda de informació n acerca no, Ciclo de Vida y Envejecimiento, de la Universidad
de la socializació n al principio y al fin del ciclo de vida: de Toronto provee vínculos en Internet sobre el enveje-
infancia y vejez. Usa los lazos de esos sitios paTá CHO- cimiento en Canadá, Estados Unidos y el mundo ente-
rar uno de estos temas. De nuevo, evalú a el tipo de ro. Este es el lugar para empezar a buscar informació n
informació n que encuentres en tu bú squeda y piensa sobre la vejez como una etapa de vida.
acerca de las fuentes de informaciÓ n que pueden o no
http://www.aoa.dhhs.gov/
ser ú tiles en tu curso de sociología.
Una buena fuente para estadísticas actualizadas de la
http://idealist.com població n má s deja, el sitio en la red de la administra-
En el sitio del desarrollo del niñ o, encontraras un tutor ció n para la vejez en Estados Unidos muestra un perfil
de las teorías de Freud, Mahler y Erickson. Hay tam- estadístico de 1997 de los ancianos estadounidenses,
bién un Foro de mensajes, donde los lectores pueden incluye informació n de la composició n racial y émica,
enviar preguntas y respuestas específicas sobre el desa- tasas de pobreza y distribuciones de ingreso.
162 Parte 2 Diftamtca del coM§0rtamtCTtt0 S0Ct4Í

(Lynn, 1996). En lugar de descansar, ellos pueden dolorosa, física y emocionalmente, para los pacientes
sujetarse a la rutina del hospital (como ser desperta- y sus familiares. Realizar el cuidado paliativo depen-
do cada cuatro horas para tomar su temperatura) y de en parte de la resocializació n de los doctores. Un
los procedimientos estresantes que serían apropiados residente explicó :
para un paciente con una oportunidad de vivir,
no para uno cercano a morirse. En la escuela de medicina, nosotros aprendemos a man-
Otro miedo entre los enfermos terminales es que- tener a las personas vivas [.. .], esto [la medicina paliati-
va] es casi desconocido y aprender a estar conectado
dar prisionero entre la vida y la muerte, como un “ve-
con lo que el paciente quiere. Es un nuevo juego de re-
getal”, una vida sostenida por un equipo. La nueva glas (}ones, en Stolberg, 1997a, p. B7)
tecnología ha permitido a los médicos sostener la vida
de pacientes que hace una década hubieran muerto. Muchos médicos está n de acuerdo en que la adicció n
Algunas de estas tecnologías (como la cirugía cardiaca a las drogas que quitan el dolor no es un problema
mejorada y el uso de máquinas de diálisis de riiió n) para alguien que agoniza, pero la mayoría no sabe
proporcionan a las personas “un nuevo contrato de cuánta medicina necesita la persona enferma para sen-
vida”. Pero a veces la tecnología mantiene la vida sin tirse có moda (Byok, 1997). La mayoría de los médi-
restaurar la salud, de ahí la atenció n dada a “los testa- cos no sabe que la muerte por inanició n (voluntaria)
mentos vivientes” (que proclama el deseo de una per- normalmente es sin dolor. Muchos pacientes preferi-
sona de morirse de forma natural) e incluso la noció n rían morir en casa, pero creen que esto es ilegal. Ellos
del suicidio médicamente asistido. El derecho para quieren tomar sus propias decisiones sobre someter-
escoger el momento de la muerte no podría ser un se o no a tratamientos o continuar con medicinas, pero
gran problema si el tratamiento del enfermo terminal pueden seguir pasivamente las ó rdenes del doctor, só lo
fuera má s ló gico y humano. por consideració n a sus familias. La medicina paliati-
El campo de la medicina paliativa, dedicado a ali- va y los hospicios están basados en la creencia de que
viar o calmar los síntomas de una enfermedad para la la muerte no es el enemigo y la medicina no es la
que no hay ninguna cura, está ganando apoyo; como ú nica cura para la mayoria de los estadounidenses,
los hospicios: programas de cuidado de casa o me- sobre todo los médicos, lo cual es una inversió n de
dios hogareñ os diseiiados para hacer la agonía menos creencias y prá cticas actuales.

Resumen
1. ¿Por qué es la socialización tan importante? 2. ¿Có mo ocurre la socialización? Freud vio la
Nuestras identidades, comprensiones y socializació n como un forcejeo entre la
comportamiento se forman por el proceso de voluntad y la biísqueda del placer del niñ o y el
socializació n de toda la vida. intento de sus padres en el comportamiento
Por muchos añ os, los científicos sociales apropiado. La personnliddd se desarrolla en
estaban divididos en dos campos: aquellos etapas y consiste en tres partes: el ello, el ego y
que creyeron que el comportamiento es el el superego, hasta cierto punto los individuos
producto de la naturaleza (genética) y siempre está n en conflicto con la sociedad y con
aquellos que vieron el comportamiento ellos mismos.
determinado por la nutrició n (socializació n). Charles Cooley y George H. Mead
En la actualidad casi todos están de acuerdo enfatizaron el papel de la interacció n simbó lica
en que naturaleza y nutrició n actiían en el desarrollo de la persona. Cooley introdujo
recíprocamente. Estudios de niñ os el concepto de verse n si miSmO COtflO itn
“salvajes” (no socializados), la observació n cristal. Mead sostuvo que los niñ os aprenden a
de otras culturas y nuevos descubrimientos tomar el rol de los otros en la etapn de actiid6íó ii
en neurobiología subrayan el hecho de y que desarrollan un otro generalizdd0 en la
que debemos aprender a ser humanos y etnp‹q del juego. El socializado “mi” continua
lo que aprendemos depende del ambiente proporcionando direcció n para el espontaneo e
cultural. impulsivo “yo”.
Capítulo 4 Socializfición en ct corso de la vida 16 3

3 ¿Quién es responsable de la socializació n? La edad madura es un tiempo de desafío en


Los mayores agentes de socinlizació n incluyen a lugar de estabilidad, cuando las personas
la familia (que pone las bases), las pares (que completan (o fallan en completan) las tareas que
presentan a los niñ os a una nueva subcultura se habían propuesto y habían desarrollado
ielaciones igualitarias), la escuela (que les nuevas ideas sobre lo que han logiado hasta
enseñ a a los niñ os có mo funcionar en una ahora y lo que quieren hacer en los pró ximos
organizació n impersonal) y la televisió n (que añ os. Los estudios de Levinson encontraron que
expone a los niñ os a una variedad de mensajes hombres y mujeres en la adultez son má s
mixtos con respecto a la violencia, roles de iguales que diferentes; pero el modelo de
género y sexo). desarrollo del adulto que él describió puede
reflejar la experiencia de miembros de la clase
4 ¡Có mo cambia la socializació n durante el ciclo media de ma geneTació n, no una sucesió n
de vida? Ld SOCializació n empieza a1 nacei y universal.
continú a a lo largo del ciclo de vida. Erikson El significado social de la “vejez" también ha
sostuvo que el desafío mayor para los cambiado, debido a que las personas está n má s
adolescentes es el desarrollo de una identidad. saludables y activas después de la jubilació n. La
La investigació n actual indica que esto mayoria de los jubilados viven independientes,
necesariamente no involucra confusió n y contentos y algunos disfrutan su tiempo libre.
tensió n o alienació n de los padres. Los tabues que prohíben discutir sobre la
El tiempo de transició n a la adultez temprana etapa final de la vida, la muerte, se han estado
—un trabajo de tiempo completo, residencia relajando de alguna manera, pero la práctica
independiente, matrimonio y paternidad— se médica todavía enfatiza mantener la vida en
ha vuelto cada vez mä s variable. lugar de facilitar la muerte.

Té minosclave
agentes de socializació n 138 grupo de referencia 138 resocializació n 153
crisis de identidad 150 grupo primario 13ò ritos de paso 149
ego 156 interacció n simbó lica 136 socializació n 128
el”mi” 157 menopausia 156 socializació n anticipatoria 141
el “yo" 137 otro generalizado 137 superego 135
ello 135 otros significantes 138 verse a sí mismo como en un
etapa de actuació n 136 cristal 136
persona 136
etapa de juego 137 personalidad 135

Lecturas recomendadas
Erikson, E. (1962). Childhood and Society, 2a. ed., Nueva York: Norton.
Gilligan, C. (1982). In o DiJerent Voice: Women’s Conception oJ The SelJdnd MOfdlity. Cambridge, MA:
Harvard University Press.
Huston, Althea, Donnerstein, Edward, Fairchild, H., Feshbach, Norma D., Katz, P A., Murray, J. P,
Rubenstein, Ear1 A., Wilcox, Brian I. y Zuckerman, D. (1992). Big World, AnnalI Screen: The Role o{
Television in American Societ y. Lincoln. University of Nebraska Press.
Pnrte 2 Dtnamira dcl comportamimto sonal

Levinson, DanielJ., ct nl. (1978). The Seasons of a Mans LiJe. Nueva York: Knopf.
y Levinson, Judy D. (1996). The 5ersons oJn Womans LiJe. Nueva York: Knopf.
Mead, G. H. (1934). Mind, Set}, and Society. Chicago: University of Chicago Press.
Mead, M. (1935). Sex rind Tetftp6rdment in Three Primitive Societies. Nueva York: Morrow
Rymer, R. (1993). Genie: In Abxsed CJtild’s F-light Jrom Silence. Nueva York: Harper Collins.
Tobin, Joseph J., Wu, David Y. H. y Davidson, Dana H. (1989). Preschool in Three Cultures: Jopan, Chinn, and
the United Stntes. New Haven, CT: Yale University Press.

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