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Módulo 2 Masculinidades
Por otra parte, diferentes estudios han demostrado que muchos de los hombres que
acaban acudiendo a un programa para agresores, antes acuden a servicios de salud
y otros servicios y que muchas veces no se les pregunta por la violencia que ejercen.
Eso en gran parte tiene que ver con que la mayoría de las guías e informaciones
sobre la violencia machista se refiere principal o exclusivamente a las mujeres
víctimas, a veces a niños y niñas, pero hay muy pocas guías específicas e
informaciones para el abordaje de violencia en hombres.
Y eso hace que muchos y muchos profesionales no saben muy bien, no tienen
herramientas viables para este abordaje o incluso tienen miedos a abordar el tema
de violencia con sus usuarios hombres. Miedo, por ejemplo, a que puedan
reaccionar de una manera violenta con ellos y ellas mismas, de ahí deriva también
la necesidad de guías y de formación sobre la manera de ejercer la violencia de
género en hombres desde los servicios no especializados. Es decir, en los
programas para agresores hay una necesidad de recibir más derivaciones y en los
servicios de primera línea hay necesidad para hacer este abordaje.
Aquí podéis ver el equipo del proyecto lo llevamos a cabo como un proyecto
financiado por la Unión Europea en los años 2018 y 2019, en Francia, Italia,
Alemania y el Reino Unido.
Como meta u objetivo final, como todo el trabajo que hacemos con los agresores,
es aumentar la seguridad de mujeres y menores víctimas de violencia machista a
través de la promoción de una respuesta a los agresores coordinadas entre los
servicios, aumentando la capacidad del funcionar de los servicios básicos para
hacer esta voz y derivar a los agresores a programas especializados y luego para
la coordinación entre los servicios de primera línea y los programas para agresores.
Y lo que fue interesante cuando preguntábamos cómo les gustaría ser preguntados
por este tema, decían que era importante, y ayudaría hablar de violencia de manera
gradual e irle poniendo palabras y sobre todo no sentirse juzgados como monstruos,
como bestias. Y sí, en cambio, recibieron la perspectiva de una posibilidad de
cambio de recibir apoyo y de tener también más información sobre los servicios
especificados disponibles. En ese sentido, vídeos como los que hemos visto antes
pueden ser una herramienta útil para conocer el programa.
Los y las profesionales nos decían qué, la absoluta mayoría, más del 80% no había
recibido ningún tipo de formación específica sobre el abordaje de la viole ncia en
hombres, menos la mitad conocían un programa a dónde derivar a un hombre si
detectaban la violencia y menos de uno de cada cinco había derivado a hombre a
un programa alguna vez. En cambio, prácticamente todas las personas
profesionales habían sospechado o habían identificado la violencia en alguno de
sus usuarios, pero muchas menos de estas personas profesionales había luego
abordado esta violencia.
Esta es la guía que podéis consultar en él el material del programa que
desarrollamos:
El programa de formación consiste de una presentación en PowerPoint que incluye
un vídeo de un agresor que habla sobre violencia, justamente para también poder
trabajar la relación que establecemos como profesionales con los hombres, el
impacto emocional que tiene para y con un hombre escuchar la violencia, de la
historia de violencia que él explica y como esto nos puede condicionar e interferir
en nuestra actuación con ellos. Incluye también algunos ejercicios prácticos para
cada uno de los cuatro pasos que proponemos en la guía y en la formación que es
identificar, preguntar, motivar y luego derivar. Hay una guía para implementar la
formación y luego el plan de formación que hemos utilizado mayoritariamente
siempre adaptándolo a la situación de cada grupo y cada contexto.
Es una formación inicial de una o dos sesiones de unas seis horas que cubre todo
el contenido principal y luego después de unos meses, a veces tres, a veces seis
veces menos, dependiendo de la situación de los servicios haciendo una sesión de
seguimiento y supervisión de dos o tres horas donde pudimos revisar la
implementación en los servicios de lo aprendido y hablar de posibles dificultades
que se han encontrado resolver con dudas pero pueden haberse dado encontrado
en estos meses de poner en práctica lo que se ha hablado en la información.
Como os decía algunos de los temas importantes en esta formación es la relación
con los hombres que ejercen violencia. La gran dificultad es encontrar este equilibrio
entre un rechazo muy claro de las acciones violentas y las creencias que justifican
esta violencia, por una parte, y la aceptación del hombre como persona y el intento
de comprender sus creencias y su historia que hace posible una relación de trabajo
y la posibilidad de que él se pueda abrir y podamos realmente hablar de lo que es
importante.
Ahí trabajamos los diferentes indicadores y señales que se pueden dar tanto en el
discurso del hombre como en su comportamiento en un servicio, por ejemplo, de
salud o social que pueden ser cosas que dicen que nos pueden hacer sospechar o
hablan de una gran pelea una gran discusión pues podríamos pensar quedar detrás
de esto puede haber una situación de violencia, si tenemos la oportunidad de verlo
conjuntamente con su pareja podemos también observar en directo dinámicas en la
pareja que nos pueden hacer sospechar y es importante conocer, saber cuáles son
los posibles indicadores que nos hacen sospechar y que nos tienen que hacer poner
en alerta y empezar a preguntar por el tema.
Primero las preguntas embudo generales donde empezamos con preguntas muy
generales sobre cómo está la relación, qué tal va con tu mujer y luego podemos ver
que la mayoría de las parejas discuten a veces cómo manejar los desacuerdos en
vuestra relación, cómo actúas cuando esté enfadado, qué pasa si el enfadado va
más, crees que tu pareja o tus hijos alguna vez te tienen miedo, alguna vez has
dicho hecho algo que luego te hayas arrepentido o has actuado de una manera que
te avergüences, te asuste o te preocupe, y en función de las respuestas podemos
ir yendo a preguntas cada vez más concretas sobre violencias a qué alturas está
ejerciendo.
Las preguntas embudo específicas, tienen que ver con la posible demanda que
trae el hombre al servicio, porque estamos hablando con servicio social o el servicio
de salud, por ejemplo, si viene porque tiene estrés o tiene un problema de celos o
de alcoholismo entonces podemos utilizar este problema que él trae al servicio como
excusa de alguna manera para preguntarle por el tema de violencia. Y podemos
empezar preguntando por cómo afecta este problema, por ejemplo estrés, a la
relación de pareja de qué manera afecta, qué piensa tu pareja de este problema,
como éste le afecta cuando estás estresado o celoso, cómo reaccionas con tu pareja
o con tus hijos e hijas, cuándo has estado en este estado, cuándo estado muy celoso
has perdido alguna vez la calma, qué ha pasado exactamente y otra vez en función
de las respuestas del hombre cada vez podemos llegar a preguntas más concretas
sobre cosas. Pero puede haber estado ejerciendo violencia y utilizamos, como decía
antes, el problema que trae como pretexto para facilitarle en el hablar y reconocer
sobre la violencia en esta situación.
Y eso es un paso no siempre fácil. Muchos de los hombres tienen como mínimo una
ambivalencia y otras veces incluso resistencia a hacer este proceso de cambio
Probablemente es útil hacer un trabajo de motivación antes de derivarlos un servicio
porque si no la derivación no nos va a funcionar. Ahí trabajamos en la formación
tanto con las propuestas del modelo de invitaciones para la responsabilidad de
Jenkins como de la entrevista motivacional.
Muy brevemente, antes de antes de acabar, hicimos una implementación piloto del
proyecto de transformaciones, que aquí podéis ver en los tres países en Italia, en
Francia y en España. Un total de más de 200 hombres profesionales per o que
participaron en 15 grupos en la formación inicial, no todos los grupos pudieron
acabar de hacer la sesión de seguimiento y supervisión.
Utilizamos para la evaluación, por una parte, unas preguntas sobre cuán preparados
y preparadas se sentían los y las profesionales para llevar a cabo los diferentes
pasos en este proceso: detectar, preguntar, motivar y derivar.
Aquí os pongo los datos de la derivación y como veis desde el pretest, antes de la
formación en azul, la mitad de las personas no se sentían o muy poco preparadas
después de la formación donde la mitad se sentía bastante muy preparada, ha
habido un cambio importante y en los otros tres pasos la imagen es muy parecida
es decir las profesionales que participaban de la información se sentían ba stante
más preparadas después de la formación para llevar a cabo estos pasos que antes.
Con eso creo que lo puedo dejar. Si hay preguntas sobre este proyecto estaría
encantado de responderlos podéis encontrar los resultados del proyecto, tanto las
guías como también los PowerPoint de la formación en esta página web de la red
europea para el trabajo con agresores.
Juliana Pozzerle
Hay preguntas que se relacionan a tu disertación, una de ellas tiene que ver con la
accesibilidad del material que recién la respondiste en relación a la página , y va
estar accesible en el aula virtual.
Heinrich Geldschläger
Creo es importante primero distinguir entre el proyecto Engage, que es para los
servicios básicos, servicios de primera línea, servicios sociales, servicios de salud
que hacen un primer abordaje con los agresores para detectar la evidencia y
derivarlos a servicios específicos, y luego el trabajo que podemos hacer en Conexus
de atención a varones específico para el proceso de cambio. Y ahí en esta segunda
parte, en el trabajo específico con varones, nosotros en Conexus sí que tenemos
un modelo que tiene claramente una perspectiva de Derechos Humanos y de
Género, una perspectiva de proceso de referencia como un proceso del aprendizaje
y des-aprendizaje. Respecto al modelo psicológico, nos decantamos por un modelo
constructivista-construccionista.
Hola, qué tal, ¡buenas tardes! Muchas gracias Raquel por la presentación y un gusto
para mí también compartir contigo y bueno con todos los compañeros y compañeras del
Ministerio de la Mujer. Felicitaciones una vez más a Claudia por esta esta iniciativa tan
generosa y compartir el saber y toda la experiencia del Ministerio de la Mujer y los
compañeros de Córdoba y otros colegas, no solamente con Argentina sino con el resto
de Latinoamérica, España, los países de habla hispana. Así que felicitaciones
nuevamente, también agradecer a Carla, Juliana, Paola por la interpretación de lengua
de señas y bueno insisto a todos los compañeros y compañeras Ministerio de la Mujer.
Los privilegios masculinos
Hoy voy a hablar de cómo los privilegios que tenemos los hombres por el hecho de
haber nacido varones, en esta cultura patriarcal, tiene impactos sobre nosotros mismos,
en mujeres también por supuesto, en niños, niñas, adolescentes, en toda la comunidad,
y los varones utilizamos como herramienta para poder dominar y controlar la violencia
basada en género.
Antes que nada, voy a proponer el concepto de privilegios. Esto es un nombre que anda
circulando por el ambiente, por el colectivo género masculino y es importante que
sepamos de qué estamos hablando.
Y para que quede más claro este concepto, pensé en los siguientes ejemplos: si yo
puedo tener un trabajo digno, como varón como persona, hombre adulto, ese es un
derecho humano ¿cierto? El derecho al trabajo, pues desde esta perspectiva no es tan
así, porque un derecho humano se tiene que enmarcar en la igualdad sustantiva, en
tanto pueda experimentarse por todas las personas. Ahora, si sólo un sector de la
población tiene ese derecho, en este caso en los varones, entonces no es un derecho,
sino que es un privilegio. Lo mismo sucede con los roles de género y la igualdad de
oportunidades de las personas. Si yo como varón avanzo profesionalmente más rápido
y ganó más dinero que las mujeres sólo por el hecho de ser hombre, entonces no estoy
ejerciendo un derecho, sino que tengo un privilegio. Este concepto es importante, y del
cual partimos para continuar con esta presentación.
Hay un sociólogo suizo que investigó sobre inequidades de género en base a horarios
laborales, poder organizacional, diferencia de ingresos y distribución de tareas
domésticas. Este investigador demostró que el sistema global de privilegios materiales
continúa vigente y así considera la violencia masculina como una consecuencia lógica
del privilegio colectivo de los varones, porque la violencia surge de la desigualdad y ésta
la sostiene. Las políticas de la violencia son las lógicas sociales, y por tanto
institucionales, con las que una cultura en este caso patriarcal que es la nuestra, instaura
las relaciones de poder entre los individuos de tal manera que distribuye recursos,
estatus. El patriarcado en este caso se vale de la masculinidad encarnada en nosotros
los varones, para dividir el mundo en dos, por un lado, el mundo de los hombres y por
otro lado el mundo de las mujeres, niños, niñas, trans, discapacitados, etcétera.
El mundo de los hombres, nos ha hecho creer que es un mundo más saludable y tener
el poder también nos han hecho creer que nos da mayor felicidad. Desde mi perspectiva
esto no es así, porque tener privilegios te genera estar en un lugar de superioridad frente
a otros, ese lugar de superioridad genera injusticia social, a su vez esa injusticia social
genera desequilibrio entre personas. Y cuando vivimos en un mundo con desequilibrio,
nadie puede estar equilibrado, es decir, yo soy consciente que como varón tengo
privilegios los cuales he utilizado y a veces lo sigo utilizando. Pero, ahora bien, también
soy consciente que tener privilegios me perjudica fuertemente porque vivo en un mundo
donde no existe el equilibrio y no se distribuyen los bienes y servicios con una lógica
ética y con justicia de género. Así que si me dieran a elegir yo te regalo mis privilegios
con el objetivo de vivir en un mundo más equilibrado y que yo no termine sintiendo que
mis privilegios descansan en el no goce de derechos humanos de otras personas.
Ahora bien, ¿cómo mostrarles estos aspectos a los varones? ¿Cómo decirle a un varón
que nació con privilegios y se beneficia de ellos, que debería abandonar los privilegios
para vivir en un mundo más justo? Precisamente los varones te van a contestar: “y yo
qué querés que haga, si los privilegios me los da la cultura me los da la sociedad, yo no
hago nada, yo no puedo hacer nada, yo no tengo nada que ver con esto”, esto es un
relato en que los compañeros Marcos y Heinrich que trabajan con varones
cotidianamente saben, que los varones que dicen “yo” es como que no tengo nada que
ver con esto. Para esto voy a citar a Raewyn Connel,l que desde su excelente epílogo
de su obra Masculinidades, la segunda edición del 2005 y digo la segunda edición del
2005 porque en la primera edición no está, proponen pensar en cuatro dimensiones de
las relaciones de género, sobre todo de países ricos como la Comunidad Europea,
Norteamérica, Australia, Asia, algunas partes de Asia obviamente, aunque estas
dimensiones también se pueden aplicar precisamente a nuestra región latinoamericana.
Saben que en nuestras regiones el capitalismo salvaje, sumado al neoliberalismo,
genera una suerte de creencia de que todos los que pertenecemos a una clase proletaria
las obreras donde me incluyo, somos de clase media, es una creencia que nos trasmite
el patriarcado.
Connell va a distinguir ventajas y desventajas en:
En cuanto a las dimensiones del poder los varones tenemos varias ventajas, por un
lado, predomina nuestra presencia en los altos mandos de los negocios y somos los que
tenemos el monopolio en las decisiones más elevadas del estado. Por otro lado,
controlamos los espacios públicos como las calles, los recreos de la escuela y también
los espacios deportivos. A su vez, tenemos mayor autoridad en la familia porque nos
seguimos llamando jefes de hogar, así como también somos los que dirigimos las ONG
más importantes del mundo. Si somos varones también tenemos el control de
instituciones coercitivas como la militar, y la policial. Y, por último, somos los que
tenemos el control de medios para ejercer poder, es decir tenemos el control de las
armas y de la industria farmacéutica, no me voy a meter en el tema de las vacunas de
covid pero los dueños de las vacunas son la mayoría varones y me estoy olvidando de
algo muy importante, los hombres estamos a salvo de la violencia doméstica, eso es
bien importante.
En cuanto a las desventajas que implica para nosotros tener y ostentar el poder los
varones, constituimos casi la totalidad de la población carcelaria y al resto del mundo,
así como en países con pena de muerte somos los más ejecutados y aunque
controlemos los espacios públicos también morimos más en accidentes de tráfico y en
riñas callejeras. Somos los objetivos principales de los ataques militares y criminales,
perderemos nuestro mundo de los afectos por estar dentro de las cárceles, cuarteles e
instituciones policiales intentando llegar a los grados más altos de mando. Somos más
vulnerables a engancharnos, por ejemplo, en la competencia económica y la rivalidad
masculina y como les decía hace un rato, si bien estamos a salvo de la violencia
doméstica, no estamos a salvo del abuso sexual infantil, sobre todo, casi no podemos
denunciar si fuimos abusados sexualmente la infancia porque perdemos nuestro
sentimiento de intimidad, de identidad masculina. Por último, perdemos la posibilidad de
conectarnos con la compasión con la empatía y con la conexión emocional para
competir y también narcisarnos como hombres.
En cuanto a la dimensión del trabajo, Connell va a decir que las ventajas, implican que
los varones ganamos el doble de ingreso promedio más que las mujeres y también
controlamos las concentraciones de riqueza más grandes del mundo. Tenemos mayor
participación económica en dinámicas familiares laborales y gubernamentales y
tenemos mayores oportunidades laborales que las mujeres. A su vez, los hombres nos
beneficiamos del trabajo no remunerado de las mujeres, estas son nuestras madres
esposas, hermanas e hijas. También controlamos la mayor parte de la maquinaria
mundial que es la base de la economía contemporánea y multiplica el valor económico
del trabajo. Estos son el transporte, la electricidad, el mundo de las redes internet y las
computadoras.
Por otro lado, en cuanto a la dimensión del simbolismo, los hombres tenemos las
ventajas de controlar la mayor parte de las instituciones culturales, esto es iglesias,
universidades y medios masivos de comunicación. Casi todas las religiones, sobre todo
las ortodoxas, definen a los varones como superiores a las mujeres y ellas solo pueden
ser madres y amas de casa. Los varones gozan de mayor reconocimiento porque sus
actos son considerados como más importantes, de interés periodístico, etc. También
hay una predominancia en las áreas educativas de alto retorno que cuentan con
recursos más elevados.
En cuanto a las desventajas, los varones jóvenes y adultos estamos perdiendo terreno
en el área educativa, estamos a su vez sub-representados en importantes experiencias
de aprendizaje como por ejemplo los estudios humanísticos y también podemos decir
que cuando hay conflictos vinculares en las separaciones conyugales, los intereses de
las madres respecto al cuidado infantil tienden a prevalecer sobre los intereses de los
padres.
Ahora bien ¿cuál es el mayor impacto que tiene el goce de los privilegios masculinos?
la competencia. ¿Qué implica esto? Implica que, si vivimos en competencia entre
nosotros y con nosotros mismos a nivel laboral, sexual, económico, político, intentando
demostrar la virilidad que los mandatos culturales nos imponen. Estamos activados de
manera constante en un sistema llamado por las neurociencias como lucha - huida. Esto
implica que vivimos constantemente en modo de emergencia, lo que implica que
estamos fuera de equilibrio de manera cotidiana, porque existe una amenaza imaginaria
constante y digo imaginaria porque realmente estamos viviendo, en el ataque y en la
huida o sea estamos huyendo del depredador constantemente que es imaginario, el
depredador es un otro que no existe, es el otro varón que nos amenaza, es el otro
patriarcado, es el otro diferente a nosotros, etc. Es por esto que los varones tendemos
a segregar hormonas del estrés o adrenalina, cortisol, saben cuáles son, y estamos todo
el tiempo segregando estas hormonas y nuestro ritmo cardíaco se encuentra un poco
más elevado de lo esperable para una vida con menos estrés. Las emociones que se
crean desde las hormonas del estrés tienen relación con la rabia, la frustración, el
prejuicio, el miedo, la ansiedad, la tristeza, el sufrimiento y la culpa. A su vez, lo que
podría gestar cierta solución, si los hombres pudiéramos hablar y comunicarnos de
manera más evolucionada, así como las mujeres ya lo saben hacer, pero no hemos sido
socializados para hablar ni para conectar por las emociones, sino que hemos sido
socializados para competir. Lo que nos sucede es que a partir de eso nos enfermamos,
porque no podemos pensar y menos aún podemos sentir, porque estamos todo el
tiempo en el modo de supervivencia, el modo ataque – huida, somos personas que
permanentemente estamos reaccionando. Esto por supuesto también implica que no
podemos cuidar a otras personas, porque apenas podemos cuidarnos a nosotros
mismos.
Ahora bien, tomando en cuenta todo lo antedicho, los que vivimos en este paradigma
de la competencia, no solo nos aleja de los otros, sino que también nos perjudica
fuertemente a nosotros mismos o sea a los varones. Es así que, si como varón nos
alejamos de este paradigma de la competencia, podemos generar los siguientes 4
beneficios de abandonar o de renunciar a los privilegios masculinos.
Juliana Pozzerle
Pregunta de los / las cursantes, ¿hablar desde “el privilegio” no justifica de alguna
manera la violencia que ejercen algunos varones?
Darío Ibarra Casals
Por supuesto que no, o sea, cuando hablamos de privilegios hablamos de que los
varones nacemos en este sistema social patriarcal y con ventajas. La idea de hablar de
los privilegios es mostrar a los varones que en realidad sólo por el hecho de ser varón
estamos en un gradiente de superioridad frente a las mujeres y que sería muy bueno
para toda la comunidad y también para nosotros mismos, no solamente para las
mujeres, poder renunciar a estos privilegios. Por supuesto que los privilegios no están
justificando la violencia, sino que están explicando por qué los varones estamos
posicionados en los privilegios y no los queremos abandonar. Lo que hace Connell en
esta parte de su libro en el prólogo, es explicar las ventajas y desventajas. Este planteo
que hace Connell me parece interesante, por eso se los traje, adecuado, adaptado a
Latinoamérica porque creo que es importante poder precisar que existen no solamente
ventajas, sino que existen muchísimas desventajas como por ejemplo que los varones
vivimos de 7 a 10 años menos que las mujeres. Creo que esto de los privilegios explica
lo que implica ser hombre en esta cultura y por supuesto que no justifica, la violencia es
una decisión, una decisión que toman las personas sobre todo es un conflicto masculino
que implica tomar la decisión de ejercerla. Es la violación de los derechos humanos y
de ninguna manera se puede justificar con este tipo de explicaciones.
Pero podemos decir que en nuestro país la temática toma fuerza particularmente a partir
del año 2015, fundamentalmente a partir del “Ni una menos”, a través del reclamo social
se ve la necesidad urgente del reemplazo, seriamente, cómo incidir en los varones, en
aportar los elementos críticos para poder empezar a revisar los mandatos y los
estereotipos de masculinidad que precisamente perfilan una característica del varón que
lo deja al borde o directamente involucrado en situaciones de discriminación y de
violencia.
Por otra parte, hasta el 2015 y posterior al mismo, se venía realizando también a
instancias de los reclamos y del movimiento de mujeres, un trabajo muy interesante e
intenso en relación a brindar elementos a las mujeres para poder mirar los distintos tipos
de violencias que padecen. Se trabajó bastante para empoderar a las mujeres en una
mirada crítica, justamente de ese lugar de subordinación naturalizado de la mujer, y
evidenciar los distintos tipos de violencias que iban mucho más allá de las violencias
explícitas como lo eran las violencias físicas o los feminicidios.
Muchas veces me preguntan, cuando hablo en relación a estas temáticas, por qué como
médico me intereso por esta temática de la masculinidad. Y lo cierto es que, el modelo
de la masculinidad, lo que podemos llamar la masculinidad normativa o la masculinidad
de obligatoria ya que viene cargada de mandatos, se transforma en un determinante
social tanto de malestar como de enfermedad y de muerte. La misma OMS
(Organización Mundial de la Salud) lo ve así en distintas declaraciones, y en distintos
documentos ha justamente manifestado esta preocupación, en relación a la
masculinidad, y la necesidad de que se aborde desde las políticas públicas.
Entonces tenemos las situaciones de violencia, los crímenes en los que se ven
involucrados los varones, es decir en el ejercicio de la violencia y las situaciones
extremas como son, vuelvo a repetir, los femicidios o los crímenes homo-odiantes y
trans-odiantes. Pero también la masculinidad incide por ejemplo en los embarazos no
programados y las enfermedades de transmisión sexual, es decir, vemos como desde
distintos lugares y estas lógicas de masculinidad inciden sobre cifras, sobre variables
que tienen que ver con la salud.
¿Porque decimos que incide sobre los embarazos no programados y las enfermedades
de transmisión sexual? Hemos visto y fundamentalmente a través de la Educación
Sexual Integral, que se hace mucho hincapié, por ejemplo, en los varones conozcan el
uso correcto de del preservativo. E, incluso desde las políticas públicas, se ha hecho
también un gran esfuerzo para que el acceso a los preservativos se vea facilitado.
Sin embargo, poco se ha hecho para trabajar sobre esta lógica de masculinidad que
hace que los varones no quieran utilizar el preservativo. Es decir, de nada sirve el
conocimiento acabado ni tener disponibilidad de los preservativos si no trabajamos
sobre unas lógicas de masculinidad que hace que los varones no reparen precisamente
en el cuidado ni mi propio ni de su pareja y que minimicen todas las todas las acciones
de cuidado.
Entonces desde que este niño nace le ponemos un “bucito celeste” o un “osito celeste”,
más allá de lo que parece ingenuo en relación a el color, este color viene atado también
a un “set genérico”, es decir a un conjunto de posibilidades lúdicas absolutamente
delimitadas que le van a decir que lo que puede y que lo que no puede en el terreno del
juego pero que ese terreno del juego luego trasciende ese espacio y pasa a ser parte
constitutiva de una supuesta esencia de los varones y una supuesta relación o no
relación con determinadas actividades o tareas.
Por ejemplo, los niños desde que nacen los rodeamos de un conjunto de juguetes que
generalmente incluyen autitos, camiones, armas, soldados, herramientas, etcétera. Y
esto que parece sumamente inocente y hasta casi como un acto reflejo ya comienza
desde vuelvo a repetir desde que este niño tiene uso de razón a generar una frontera
de género sumamente marcada y rígida. ¿Qué nos dicen estos juguetes? Nos hablan
solamente de posibilidades de juego trasciende lo que aparentemente se ve porque a
este niño le estamos marcando desde que tiene uso de razón que nada de lo que tiene
que ver con el afecto, con la ternura y con el cuidado y con lo doméstico, nada de eso
tiene que ver con su universo.
Pensemos desde lo inocente que parecen los juegos cómo se empieza a marcar a fuego
desde que son niños que un varón no tiene nada que ver con el cuidado de las personas,
nada que ver con el cuidado de los niños, nada que ver con el ejercicio de la ternura y
nada que tenga que ver con lo doméstico, por eso no entran en el terreno de lo
masculino las cocinitas, ni los muñecos, ni las muñecas ni los bebotes. Hay una frontera
marcada que si este niño intenta tras pasarla rápidamente va a ser sancionado, ya sea
por el mundo adulto o por sus padres.
Y este niño va a crecer y van a llegar luego otras máximas pedagógicas que les van a
empezar a marcar el mundo de lo masculino y una de esas máximas pedagógicas va a
decir que “los niños no lloran”, esto que también sale como una expresión refleja en los
adultos, busca inhibir la expresión de la sensibilidad y la emocionalidad en los niños.
Tempranamente los reprimimos y vamos más allá todavía porque les decimos que “esas
cosas son de nena” que “lloras como una nena” o “lo haces como una nena”,
indicándole, desde que comienza a introducirse en este mundo, que todo lo que tenga
que ver con lo femenino es un disvalor, es lo que no se debe ser, es lo que debe marcar
con lo que debe marcar una diferenciación explícita si es que, pretende la familia y
posteriormente este niño en la adultez, ser un varón como la como la cultura manda. Así
que los esfuerzos van a estar orientados a que este niño responda al estereotipo, y
¿cuál es el estereotipo? Ser fuertes, agresivos, decididos, conquistadores, dominantes,
osados en su adolescencia ser sexualmente activos, proveedores, ganadores, etcétera.
Esos van a ser los estereotipos que van a guiar esta construcción de masculinidad.
Ahora, ¿cómo vamos a gestar este este hombre nuevo? Es una tarea que no tiene
respuestas muy definidas ni tampoco podemos decir o definir claramente cómo va a ser
ese hombre nuevo seguramente va a ser una construcción bastante singular porque
tenemos que reconocer que no hay demasiados modelos a seguir. Pero lo cierto es que
aspiramos que la construcción de la nueva masculinidad tenga que ver más con un
hombre que sea más empático, más solidario, más cooperativo, más compañero y
evidentemente que todas estas razones y esto cada aspiramos de este hombre nuevo,
están lejos de este modelo de masculinidad que se sigue reproduciendo.
Ahora, ¿cómo vamos a lograr la transformación de este hombre viejo a este hombre
nuevo? Es una tarea compleja y una de las cuestiones que quiero destacar, que me
parece central cuando abordamos el tema de la masculinidad, es que el problema de la
masculinidad no es necesariamente un problema de los hombres, no es sólo “cosa de
hombres”, el modelo de masculinidad atraviesa a la sociedad en su conjunto. Sobre los
varones cae a manera de mandatos y obligaciones, pero en el conjunto de la sociedad
también cae a manera como generadora de expectativas, es decir, hay expectativas en
relación a cómo debe ser un varón.
Entonces tenemos, los mandatos sobre los varones y las expectativas sobre sobre el
resto del conjunto social. Sobre eso también que hay que trabajar, porque me parece
que el abordaje de la masculinidad exclusivamente con los varones va a dejar el trabajo
de alguna manera medio rengo, porque, vuelvo a repetir, sino este varón que vamos a
intentar deconstruir se va a encontrar con una sociedad que al mismo tiempo le va a
exigir que responda al modelo y el estereotipo. Es una cuestión paradójica e interesante
de pensar porque la masculinidad atraviesa a los varones, atraviesan a las mujeres,
atraviesa a las disidencias sexuales, a través de estos mecanismos que tienen que ver
fundamentalmente con las expectativas.
Y para eso necesita una sensibilidad en este sentido, como capacidad de percibir los
injusto y de volverse intolerante ante las desigualdades y que la nueva masculinidad no
tiene que ser un “hecho performático” solamente, que no tiene que ver con la expresión
del género porque es tampoco modificar la expresión me hace o me transforma en un
varón deconstruido o libre de violencia. Que yo “me pinte las uñas” no significa que voy
a ser un varón igualitario ni que en mi práctica cotidiana no siga ejerciendo violencia.
Por eso tengamos cuidado con las modificaciones en la “superficie” para ir a las
modificaciones profundas internas, esas que llevan mucho tiempo, esas que no son tan
fáciles porque nos obligan a repensar vamos a reconocernos como parte de un modelo
y como parte del ejercicio de la de la desigualdad y de la violencia.
Por eso hay un concepto que justamente también utiliza Raewyn Connell, que
mencionaba Darío, que tiene que ver con la masculinidad hegemónica: guarda con las
nuevas masculinidades porque muchas veces lo que en realidad son, una adaptación
de la masculinidad a los nuevos tiempos sociales y políticos y presenta una cara
políticamente más correcta, pero que en el fondo sigue siendo igual. Esto lo vemos con
mucha frecuencia y en ligas donde tenemos varones que tienen un discurso mucho más
progresista, aliado por lo menos discursivamente con los reclamos de las mujeres pero
que en la lógica interna, en la cotidiana, en el hogar, en el reparto de las tareas
domésticas, en el trabajo y en los espacios donde se dirime algún tipo del poder, siguen
teniendo los mismos privilegios y siguen siendo generadores de crisis y sostenedores
de desigualdades. Así que guarda con las nuevas masculinidades cuando las mismas
no representan realmente una transformación profunda de esta masculinidad que
estamos tratando de salvar.
Por último, hay dos cosas que quiero remarcar. Una que tiene que ver con el lenguaje
me preocupa particularmente el lenguaje que utilizamos. Creo que muchas veces nos
estamos volviendo más ininteligibles, cada vez nos va hacemos más precisos y más
específicos, pero me parece que al mismo tiempo cada vez nos vamos alejando más de
la posibilidad de comunicar y de ser entendidos. Y veo justamente en el lenguaje que
se utiliza en el abordaje crítico e histórico de la masculinidad, que el lenguaje se empieza
a transformar realmente en una barrera de accesibilidad y la verdad es que estamos
perdiendo la posibilidad de transformación implica repensar los modelos de
masculinidad.
Me parece que tenemos que tener muy presente cómo vamos a utilizar el lenguaje, a
qué sectores nos dirigimos y cuáles son nuestros objetivos, porque si no estamos
utilizando un lenguaje muy lindo y muy bonito que lo entendemos solamente quiénes
están en el ámbito de la militancia, el espacio de participación social o en ciertos
espacios académicos. Y si queremos verdaderamente apostar a una transformación
social me parece que tenemos que pensar seriamente estrategias del lenguaje para
llegar con nuestro mensaje y poder de alguna manera interpelar a los varones. Por dar
un ejemplo, utilizamos y utilizo en el lenguaje permanentemente término como “hetero-
cis del patriarcado”, la “interseccionalidad” y muchos otros términos, pero ese lenguaje
al mismo tiempo, si bien son categorías necesarias para el análisis, al mismo tiempo
nos están poniendo una barrera en el entendimiento y la posibilidad real de interpelar y
de generar transformaciones. Creo que nos debemos al menos replantearnos como
estrategia, cómo vamos a utilizar el lenguaje y cuáles van a ser las estrategias de
comunicación si no vamos a dar en el peor de los defectos que es hablar para nosotros
mismos y hablar con un público de clase media universitaria o militante que ya más o
menos tiene una idea formada con respecto al tema.
Hola buenas tardes a todos y a todas. En principio muchas gracias ministra Claudia, por
darnos siempre un espacio para poder difundir nuestro trabajo. Gracias Juli, gracias
Carla. En particular con Martin estamos más que felices por estar de celebración
mañana con este aniversario del Centro de Varones, y fundamentalmente porque
tenemos el privilegio de haber estado desde su inauguración allá hace cinco años.
Me parece importante como lo decía Heinrich al principio, que la atención del centro la
realizan profesionales de distintas disciplinas como trabajadores sociales, psicólogos,
abogados, especializados en temas de género, en dinámicas grupales, el
psicodiagnóstico, incorporando el enfoque ecológico y con perspectiva de género y
derechos humanos. Esta perspectiva atraviesa nuestras prácticas. También trabajamos
por supuesto desde un abordaje psicosocioeducativo, y nos fundamos también
técnicamente administrando protocolos e instrumentos técnicos que nos sirven para
valorar las situaciones de riesgo es decir instrumentos que nos permiten objetivar lo que
vemos en las entrevistas con los varones.
Lo que me parece interesante rescatar es cómo desde aquel inicio hace cinco años
hemos ido complejizando no sólo las prestaciones que hacemos con los varones sino
también toda la estructura del Centro Varones, ya desde los aspectos administrativos
técnicos y demás para poder dar de manera eficiente, eficaz y llegar a tiempo y de
manera pronta con una respuesta para la problemática.
Pensando en algo que siempre nos preguntan ¿qué podemos pensar de la reincidencia
de los varones que llegan a nuestro centro? Más o menos el 3 al 4 por ciento vuelve a
ser derivado al Centro Integral de Varones, pero esto no quiere decir que se relacione
con situaciones o denuncias de violencia con la misma persona con la que llegó al
centro, sino que también tenemos que tener en cuenta que sólo el 30 % de los varones
que son denuncias por violencia familiar y de género llegan al Centro de Varones.
Entrevistas individuales
Grupos pre contemplativos
Grupos motivacionales
Grupos reflexivos
Grupos de jóvenes de 18 a 21 años particularmente especial para trabajarlas por
edad y no junto con un varón por ejemplo de 60 años.
Grupo de construcción de vínculos saludables
Grupo Duales o integrados, donde trabajamos el consumo problemático de
sustancias asociados al ejercicio violencia
Abordaje individual
Escuela de igualdad y de nuevas masculinidades
¿Cómo llegan los varones a nuestro centro? Son derivados judicialmente o vienen de
manera voluntaria.
Lo primero que el varón hace para poder acceder a las prestaciones de nuestro centro
es sacar un turno. Se le asigna un turno y se realiza una entrevista de primer contacto.
Anteriormente a las restricciones por la pandemia se hacía de manera presencial y esta
evaluación era interdisciplinaria se hacía por medio de dos profesionales, psicólogo,
trabajador social eso era antes, ojalá podamos volver pronto a esa modalidad.
En este momento se hace un primer contacto de manera telefónica que surge esa
primera entrevista:
Presentamos algunos datos a modo de ejemplo, que nosotros tenemos de los varones
de acuerdo a algunos indicadores:
Ahora me gustaría que Martin pueda continuar con esta exposición con las
intervenciones que realizamos a partir de la cuarentena.
Buenas tardes, muchas gracias Ministra por habernos dejado ser parte de esta jornada.
Vamos a seguir comentando el trabajo que ha sido durante la cuarentena. Primero y
principal, que el Centro Integral de Varones se encuentra en la calle Rondeau 258 en el
Barrio Nueva Córdoba y consideramos importante que está el número de teléfono
4342188 / 89 que es el teléfono de la institución como para poder contactarse.
En relación con todo lo que ha surgido por lo de la pandemia, por las restricciones
nuevas y las modalidades que han imposibilitado el trabajo habitual por todos los
dispositivos grupales que teníamos anteriormente nos ha hecho pensar cómo trabajar
actualmente.
Entonces a partir de ahora, si bien en esta estadística hecha del 1º de enero hasta el 25
de junio de este año, ha sido pensarnos como poder llegar a ser un dispositivo lo
suficientemente eficaz y pertinente para abordar esta problemática. Encontramos la
utilización del acompañamiento telefónico psico-socio-educativo. La modalidad
telefónica de abordaje que se tiene que hacer, si bien se considera y se contempla el
trabajo desde fases, nosotros consideramos desde un enfoque motivacional, quiere
decir cuál es la predisposición que tiene en este caso el varón al cambio o a la
problematización de esta situación. A que me refiero con esto, nosotros contemplamos
desde la entrevista cuáles son desde el discurso, los indicadores de riesgo, por ejemplo,
cómo observa esta situación de violencia en la que se encuentra atravesando. Entonces
nosotros desde esa posibilidad de tener en cuenta tenemos por ejemplo grupos
motivacionales, que son varones que no contemplan que haya un problema o no
consideren que ejercen violencia, pueden llegar a tener o tomar que la denuncia es
injusta, que esta situación no existe, que es todo mentira. Esa situación por ejemplo,
nosotros lo ponemos si es presencial en un grupo pre contemplativo o motivacional, que
esos grupos duran un mes, el pre contemplativo motivacional durante tres meses y esto
es un enfoque que apunta a trabajar desde cómo y qué se considera por violencia desde
la ley, que es como se toma lo que son las medidas de restricciones, muchas de las
medidas de restricciones no son explicadas no se entienden, entonces es muy educativo
per se digamos el dispositivo, pero a la vez se aboca mucho en explicar cómo son las
medidas cautelares.
Estas fases, al igual que el riesgo, se modifican. Esto quiere decir que dependiendo de
cómo se va siguiendo el acompañamiento telefónico, esta fase puede pasar, por
ejemplo, a preparación. En preparación estaríamos hablando de una persona que está
interesada, está viendo, está observando y está cuestionándose su accionar y cómo
puede hacer para cambiar. Esta preparación hace a que, por ejemplo, desde los
dispositivos pasaría a un grupo de reflexión. Esos grupos de reflexión hacen que el
abordaje sea mucho más flexible con mucho mayor contenido, con muchas técnicas
más de regulación emocional, por ejemplo, y además también con tabla de decisión de
cuánto y cómo afecta al ejercicio de violencia y que por ejemplo cuál es la ganancia o
pérdida en el ejercicio del deseo. Entonces, trabajar en eso en los grupos también se
traduce en la parte telefónica a que sea una frecuencia quincenal y nosotros lo tomamos
como fase 3.
Después tenemos a los varones que están ya con tratamiento, con el cuestionamiento
claro, que quiere y realiza los cambios pertinentes, trata de hacer este mantenimiento
porque básicamente, la desconstrucción no es un día para el otro, es una rehabilitación
constante y a ese varón se reduce la frecuencia de llamada a pensarlo que sea por
ejemplo una vez al mes.
En cuanto a las llamadas telefónicas, los compañeros en la institución hacen un
seguimiento telefónico a 70 varones actualmente. Se reciben también consultas por
teléfono por whatsapp que se responden también. Mucho va orientado hacia el lado del
asesoramiento, de cómo se hace para sacar un turno, en qué consiste y cómo puede
ser el abordaje. Muchos de los varones que acá estamos hablando, la mayoría de los
que son oficiados para que se presenten a la institución, un 30% llegan a la institución.
Entonces muchos de estos varones se contactan por whatsapp y esto permite hacer
más cercano al trato y que puedan llegarse y ahí poder hacer una entrevista y evaluar.
En relación al mes de mayo fue particular, una posibilidad de poder implementar grupos
presenciales, fueron grupos de 20 varones han funcionado dos grupos por jornada o
sea 4 por día y 20 grupos por semana, fueron atendidos 300 usuarios y después
obviamente por las restricciones y la disposición que hubo con el tema de la pandemia
ha hecho que el dispositivo presencial se suspenda quedando solamente los grupos
virtuales. Los grupos virtuales entonces básicamente se abordan con los mismos
contenidos que se trabajan los presenciales, pero ya con el acceso con la tecnología.