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¿Ahora qué?

Robert E. Surgenor,
Cleveland, Estados Unidos

Él va a surgir de entre las naciones agitadas, ¡y con todas las


respuestas! Será un hombre de intelecto genial que va a cautivar las
masas con su mente extraordinaria, un acervo maravilloso de
conocimiento y poderes de comprensión supernaturales. Su perfecto
dominio de idiomas, combinado con una oratoria fascinante, captará la
atención y demandará el respeto de todas las naciones. Apocalipsis 13.5
dice que “se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias”.

Sale a conquistar

No sólo por su oratoria, sino por su habilidad diplomática, él recibirá la


admiración y exigirá la colaboración del mundo político. Unificará
agencias contrapuestas y resolverá todos los problemas entre naciones.
Los reyes y gobernantes se doblarán ante Él en admiración y obediencia.

En la esfera militar, será dotado de una fuerza por demás sorprendente.


Las hazañas de Alejandro Magno y Napoleón serán vistas como poca
cosa en comparación. “Salió venciendo, y para vencer”, es la profecía de
Apocalipsis 6.2. Toda oposición será barrida ante Él, de manera que el
mundo exclamará, “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra
ella?” 13.4. Sí, este hombre hará que la tierra tiemble e herirá las
naciones en su furor, Isaías 14.16.

Su poder

Será un hombre “cuyo advenimiento es por


obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos”, 2 Tesalonicenses
2.9. El Diablo le dará su poder
extrahumano, Apocalipsis 13.4, y el mundo será unido bajo su influencia
avasallante.

Su reino

Una confederación europea de diez naciones conformarán su reino,


Apocalipsis 13.1, 17.12,13. ¡Será el antiguo Imperio Romano
reconstituido! Este hombre será genial en su dominio satánico: “Hacía
que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se
les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que
ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el
nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El
que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número
de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (666),
Apocalipsis 13.16 al 18.

La Escritura habla de éste como el hombre de pecado, el hijo de


perdición y “la Bestia”, 2 Tesalonicenses 2.3,8, Apocalipsis 13.1. En
otras palabras, ¡es nadie más que el Anticristo que está pronto a
manifestarse!

¿Cuándo serán estas cosas?

Hoy día vemos indicios que presagian el surgimiento de este gobernador


mundial. Por ejemplo, en Europa hay el Mercado Común, que parece ser
una reconstitución del antiguo Imperio Romano. En la sede de aquella
organización, en Bruselas, se ha desvelado una computadora que ocupa
tres plantas y se tilda “la Bestia”.

Está diseñada para asignar a cada ciudadano del mundo un número de


identificación, posiblemente en forma de un tatuaje en la mano o en la
frente. Se trata de nada menos que un sistema crediticio en escala
mundial. Un analista de la Confederación ha sugerido que un código
universal opere conforme a un código de tres números de seis dígitos
cada uno. ¡666!

¡Dennos un varón!
Se ha citado a menudo el llamado de Henri Spaak, el antiguo Secretario
General de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte: “Dennos
un hombre que puede contar con la fidelidad de todo pueblo, y sea Dios
o sea diablo, le recibiremos”.

Energizado por el Diablo, el Anticristo se opondrá a Dios, presentándose


como Dios, 2 Tesalonicenses 2.4. El mundo que rechazó a Cristo recibirá
al Anticristo y le adorará como a Dios, Apocalipsis 13.4,12. ¡Sí! el
mundo tendrá su varón —  un dios y diablo en uno.

El arrebatamiento de la Iglesia

Gracias a Dios, ningún cristiano realmente nacido de nuevo va a ver los


años del Anticristo. ¡El Señor viene a llevar a su hogar al pueblo que
compró a precio de sangre! Él ha prometido guardar a los suyos de la
hora de prueba que ha de venir sobre el mundo entero, Apocalipsis
3.10.

Sí, amigo, el Señor vendrá antes que se presente el Anticristo. Al ver


cuán cerca está su entrada en el escenario, más nos convencemos de
cuán cerca debe ser la venida del Señor por su Iglesia. Cuando sucede
ese evento, todos los auténticos cristianos serán llevados de la tierra al
cielo, 1 Tesalonicenses 4.13 al 17.

Con esto, habrá cesado toda oportunidad de salvación. Lector, ¡la


oportunidad suya está por desaparecer! Este mundo no tiene futuro
para usted, ¡hay días lúgubres por delante! Cristo murió y derramó su
sangre para salvarle. Confíe en Él de una vez y sea salvo, porque Dios
dice, “Mucho más estando ya justificados en su sangre, por Él seremos
salvos de la ira”, Romanos 5.9.

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