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1 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR, y el
Madián prevaleció sobre Israel. Por causa de los madianitas, los hijos de
sembraban, los madianitas venían con los amalecitas y los hijos del
profeta que les dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Fui yo el que os
está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están
todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo:
"¿No nos hizo el SEÑOR subir de Egipto?" Pero ahora el SEÑOR nos ha
Dios le dijo: Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña
ver Gedeón que era el ángel del SEÑOR, dijo: ¡Ay de mí, Señor DIOS!
tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el SEÑOR le había dicho;
altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a
él, y el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había
cortado la Asera que estaba a su lado. 31 Pero Joás dijo a todos los que
derribado su altar.
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Estas palabras, habladas a Gedeón por un ángel enviado por Dios,
fueron claramente con el pensamiento de ser alentadoras – pero
al parecer el primer pensamiento de Gedeón fue: «¿Por qué yo?
¿No hay otros más fuertes o más valientes que puedan hacerlo?»
Un pueblo oprimido
Debido a que el pueblo de Israel se había apartado de Dios, Él
permitió a los madianitas aterrorizar a Israel por siete años, y
destruir los frutos de su tierra y ganado. En Jueces 7,12 está escrito
que los madianitas estaban «tendidos en el valle como langostas
en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que
está a la ribera del mar en multitud.»
El líder incierto
Gedeón tomó el rol contra su voluntad. Le pidió repetidas señales
a Dios. Primero, el ángel consumió en fuego la comida que
Gedeón había traído de ofrenda. Después, Gedeón dejo un vellón
de lana en la era dos noches seguidas. Primero pidió que la lana
estuviera húmeda quedando toda la tierra seca, y luego que el
vellón quedara seco y el roció sobre la tierra.
Una cosa es escuchar lo que Dios quiere que hagamos… ¡pero otra
es realmente hacerlo, puede sentirse como una lucha totalmente
nueva!
Escucha su voz
Escucha la voz de Dios que te guía en tu vida. Día tras día
podemos sentir que enfrentamos paredes y obstáculos
insuperables; momentos en que vemos a nuestro enemigo – el
pecado que está profundamente arraigado en nosotros – y somos
tentados a sentir miedo que no tenemos ninguna oportunidad de
ganar esta batalla. Pero Él sabe quiénes somos, y nos ha escogido
antes del principio de los tiempos ¡para surgir como vencedores
sobre nuestro pecado que mora en nosotros! ¡Cuando dejamos
que Dios tome la responsabilidad de dirigir nuestras decisiones,
entonces somos vencedores!