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EL PRESENTE REPITE AL PASADO

El debate que se nos presenta gira en torno a la rama de la historia, denominada historia
reciente, que se dedica al análisis de los hechos históricos de las ultimas décadas. En
este caso el tema en debate es el Proceso de Reorganización Nacional también conocida
como última dictadura cívico-militar, es el nombre con el que se autodenominó
la dictadura cívico-militar, que gobernó la Argentina desde el golpe de Estado del 24 de
marzo de 1976, que derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela
Martínez de Perón, hasta el 10 de diciembre de 1983, día de asunción del gobierno
elegido mediante sufragio de Raúl Alfonsín.

El punto central está dado a partir del análisis de dos notas periodísticas publicadas
entre abril y mayo del corriente año, que están relacionadas con la decisión de la corte
suprema de justicia al querer aplicar el beneficio del 2x1 a condenados por crímenes de
lesa humanidad, publicada una por un grupo de becarios del CONICET en diario perfil
y la otra por Luis Alberto Romero en una sección de opinión del diario clarín. En las
dos notas se hace una crítica al uso político que se da, en base a los crímenes
perpetrados por el aparato del estado, dentro de la esfera académica y también por parte
de la esfera política, de la sociedad y los medios de comunicación.

A partir del análisis de estas dos fuentes trataremos de plantear preguntas que colaboren
y enriquezcan el debate, para esto veremos cuales son los puntos de encuentro, si los
hubiera, y las tensiones entre los dos, para lograr como conclusión una hipótesis
respecto al debate planteado.

Los principales Argumentos con los que nos encontramos están basados por una parte
en la crítica al accionar de los investigadores de la historia reciente, que, al encontrarse
con la problemática respecto de la veracidad en cuanto a la cantidad de personas
desaparecidas en el marco de la última dictadura cívico-militar toman una postura
“militante” y cuestionan o descalifican a quien intente cuestionar el asunto, tildándolos
de “negacionistas”. Este problema es la diferencia que se encuentra entre la cifra oficial
y la “construida”, como la denominan, por parte de las organizaciones de derechos
humanos y la esfera política “oportunista”, con la intención de crear un imaginario
colectivo que falta a la verdad, o mejor dicho que exacerba dicha cifra. De esta manera
se estaría tomando una postura que nada aporta al conocimiento de la verdad ni a la
investigación. Según dice Romero, se ha creado un mito sobre la cantidad de
desaparecidos en manos de la dictadura cívico-militar, podríamos cuestionar esta
afirmación y el debate en torno a la cifra y preguntarnos si el hecho de que sean 30.000,
190, 200 o solo una persona, cambia de alguna manera o le quita responsabilidad o
importancia al hecho de que hayan sido desaparecidos en manos del poder del estado,
acusados de terroristas al querer imponerse ante un gobierno de facto.

Aquí podemos ver otro de los argumentos principales dentro del debate, que cuestionan
lo que mencionábamos anteriormente. Se creo el discurso que la última dictadura en
realidad fue una “guerra” en pos de igualar condiciones y deslegitimar el hecho del
abuso de poder ejercido por parte del estado en la década del 70. Esta idea se perpetro
desde el comienzo de la toma del poder, como discurso legitimador del gobierno para
combatir la contrainsurgencia, y con eso crearon el escenario para una guerra contra la
“subversión”. Hoy en día ese discurso es traído de nuevo por parte de los funcionarios
políticos del gobierno de Mauricio Macri, los medios de comunicación y también
ciertos historiadores, que comparten una línea de pensamiento, como un intento de crear
un marco discursivo que avala indirectamente la decisión de la corte suprema de aplicar
el beneficio del 2x1 a condenados por crímenes de lesa humanidad.

Existe una coincidencia dentro del debate, de ambos lados se defiende de manera
explícita el apoyo a la multiplicidad de opiniones, el rigor interpretativo y el valor de las
fuentes, aunque el argumento por parte de Romero a diferencia del de los becarios,
suene un tanto irónico respecto a esto, ya que hace un excelente trabajo en dejar muy
clara su postura, aunque abusa del uso de comillas para no ser tan explícito.

Luego de este análisis, cabe formular ciertas preguntas que se vuelven muy actuales si
tenemos en cuenta los hechos que nos están atravesando como sociedad hoy en día. El
caso de Santiago Maldonado, desaparecido en manos de gendarmería en el marco de un
reclamo por la restitución de tierras originarias por parte de una comunidad mapuche en
la provincia de Chubut, concluye hoy,72 días después del hecho, con la aparición sin
vida de un cuerpo en el rio donde se realizó la manifestación. Durante esos 72 días el
uso político del caso no tuvo descanso. A Santiago también se lo acusó de “subversivo”
como en la década de los 70 se acusó a una parte de la sociedad para justificar un
genocidio perpetrado por el aparato del estado. Se han dicho barbaridades
irreproducibles respecto al caso que no suman en nada al debate. Entonces ¿seguir
debatiendo si fueron o no 30.000, si fue o no una guerra, nos suma como sociedad para
no repetir las atrocidades vividas colectivamente en el pasado reciente de nuestra
historia?

El presente repite al pasado. ¿será que de nada sirven los debates? ¿No debería de
preocuparnos la conciencia real que tenemos del pasado, que aun en democracia
seguimos teniendo desaparecidos? Hoy nos duele Santiago Maldonado.

Al igual que en la década del 70, los términos utilizados para crear un marco en donde
lo discursivo tiene connotaciones represivas son los mismos. El papel de los medios de
comunicación al igual que en aquella época, son iguales, totalmente funcionales al
estado.

Nuestra historia entre 1983 y 2015 estuvo marcada por la recuperación de la


democracia, y el enjuiciamiento a los culpables de violaciones a los derechos humanos
en la última dictadura militar, esto distingue la democracia Argentina de otras
democracias recuperadas en Sudamérica, pasaron 6 seis gobiernos democráticos, 34
años, el inicio de la globalización, las reformas Neoliberales, La severa recesión de1998
que termino con la gran crisis del 2001 que derivo en la masacre de la plaza de mayo el
20 de diciembre de ese mismo año y avellaneda. Y aun así, vemos hechos del pasado
repetirse en el presente, la impunidad es la misma que en aquella época, los imaginarios
construidos discursivamente también. Es momento de dejar de debatir cifras, términos y
tecnicismos construidos con intenciones represivas rancias y divisorias, que hoy renacen
con su mayor esplendor. Debemos debatir que estamos haciendo nosotros como
sociedad que propiciamos el ámbito perfecto en donde los oportunistas encuentran un
espacio para desplegar todo su arsenal y siguen desapareciendo personas.

Melina Lanza

Licenciatura en Historia

UNSAM

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