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En toda sociedad democrática, existe la pluralidad de sujetos, los cuales actúan libremente y
por ende, de manera distinta unos de otros, se presentarán conflictos con cierta frecuencia, y lo
importante es conseguir formas eficaces de resolver los mismos. Esto es lo que se ha intentado
hacer desde antaño, cuando se creó por primera vez el sistema judicial, con valores de justicia
y equidad, sin embargo, en una sociedad como la nuestra, en la cual esos conflictos comunes y
corrientes, como; la falta de presupuesto y falta de tiempo, se entrelazan con una situación
social deplorable, es altamente complicado y muy costoso para el ciudadano común recurrir a
un litigio, activando así el aparato jurisdiccional y hacer valer su tutela judicial efectiva.
Por todo lo antes expuesto es que surgen los llamados Métodos Alternativos de Resolución de
Conflictos, como una respuesta fácil y eficaz, pero por encima de todo accesible a la
ciudadanía, al momento en que se vean envueltos en algún problema que pudiera tener una
solución más sencilla y rápida que la de un juicio. Ahora bien, podemos decir que dentro de una
gran gama existente de éstos métodos, nos encontramos con tres de ellos que podríamos
resaltar como principales, o que tienden a sobresalir por encima de los demás, ellos son: La
mediación, La negociación y El arbitraje, los cuales pasaremos a describir con cierto
detenimiento sin ahondar en detalles innecesarios.
Además la conciliación está consagrada en otros dispositivos legales tales como en la Ley
sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia y en el Código Orgánico Procesal
Penal (2001), en el cual ésta es usada como medio para llegar a los acuerdos reparatorios, que
sirven como medida compensatoria para el agraviado por parte del agraviante en hechos
punibles que afecten bienes materiales, poniendo fin al procedimiento penal.
Tambien debemos hacer mencion especial a la Justicia de Paz, ideada para resolver conflictos
comunitarios, la cual ha un gran auge en la sociedad venezolana, con muy buenos resultados.
La Constitución de 1999 da sustentación expresa en el artículo 258 para que por ley se
organice "la justicia de paz en las comunidades". Constituye la Justicia de Paz una nueva forma
de administrar justicia que produce una ruptura de paradigmas en comparación al modelo de
administración de justicia conocida, por cuanto ésta se encuentra orientada hacia la
conciliación como primer peldaño en la resolución de conflictos interpersonales, vecinales,
enrumbándose a la consecución de soluciones aportadas por las partes en conflicto, en aras de
la convivencia pacífica. Es uno de los procedimientos alternativos que buscan superar la
insuficiencia del sistema de administración de justicia, cuya importancia y utilidad tienen
reconocimiento en las sociedades que han comprendido el efecto positivo que generar al
mejorar el clima de armonía entre los miembros de la comunidad.
LA MEDIACIÓN: De manera muy resumida, podríamos decir que es aquel método en el cual
una persona imparcial que es llamado “mediador”, ayuda a las partes a conseguir una
resolución pacífica del conflicto que sea aceptada por todas ellas. Todo esto lo logra sin
intervenir demasiado, es decir, sin necesidad de decir a las partes que es lo que deben o no
hacer, sino que simplemente se limita a escucharlas, aconsejarlas y en lenguaje coloquial
“calmar los ánimos” para ayudar a lograr la respuesta al problema. El mediador no decide, ni
resuelve el asunto, no es necesario porque el mismo es resuelto por las partes en conjunto,
éste se dedica a servir de “facilitador” durante el proceso.
Ventajas: Es particularmente útil, cuando las partes quieren conservar su relación entre sí,
puesto que, al resolver las partes en consenso el conflicto y por lo tanto, quedar todas
satisfechas, la relación entre ellas no se ve tan perjudicada. Por otra parte, es una excelente
manera para resolver las disputas de manera rápida y económica, porque las partes sólo
necesitarán de un poco de tiempo para sentarse a discutir son conflicto entre sí y con su
mediador. Por último, puede resultar beneficiosa cuando se quiera apartar las emociones de la
resolución del conflicto, para lo cual la ayuda del mediador puede convertirse en una gran
herramienta.
Desventajas: Es estrictamente necesario que todas las partes involucradas estén dispuestas a
cooperar, de no ser así, todo resultaría en una gran pérdida de tiempo. Suele ser poco eficaz
cuando una parte tiene cierto poder o influencia sobre la otra. Por último, es un método que no
debe ser aplicado a cualquier conflicto, sino que se deben estudiar las condiciones del mismo y
de las partes. Sin embargo, esto se puede resolver con un simple análisis detenido de la
situación, luego del cual se determinará cual es el método que más se adecue al caso en
concreto y se sugerirá a las partes la aplicación del mismo.
Ventajas: Durante un proceso de negociación las partes aprenden a dominar sus sentimientos,
de manera tal que el objetivo ya no sea imponerse sobre el otro, sino lograr un mutuo acuerdo
que resulte en una mutua satisfacción de intereses. La negociación bien hecha colleva consigo
un resultado justo para ambar partes de modo tal que, se logre un bien común. Ayuda a
establecer prioridades, puesto que generalmente las partes deben renunciar a parte de sus
intereses en la búsqueda de una satisfacción común a todos.
Desventajas: La principal desventaja de dicho método de negociación, es que ambas partes
tienen que estar dispuestas a discutir y a sacrificar parte de sus intereses, si alguna de ellas no
lo está, o pretende imponerse sin escuchar los argumentos del contrario, la negociación no
será efectiva. En tal sentido, recomendamos este método sólo a aquellas partes que estén
conscientes de que la negociación no es fácil y que deben ceder un poco para lograr
finalmente, un acuerdo que resulte satisfactorio para todas las partes.
Ventajas: Es ideal cuando las partes quieren someter su conflicto a la decisión de un tercero,
distinto al órgano jurisdiccional. Es mucho más simple y económico que un proceso judicial.
Desventajas: Al igual que en todos los otros métodos, las partes deben estar dispuestas a
aceptar el resultado, más aún si se trata de un arbitraje “no vinculante”, en el cual las partes no
renuncian a su derecho a una acción judicial. Se solucionaría de la misma manera que los
anteriores, aplicándose sólo en aquellos casos en los que las partes estén dispuestas a aceptar
el método sin mayores inconvenientes.
En conclusión, luego de hacer un estudio un poco general acerca de lo qué son los métodos
alternativos de resolución de conflictos, podemos decir que son sumamente importantes,
sobretodo en una sociedad minada de problemas de todo tipo, en la cual el acceso a la justicia
se hace sumamente difícil por razones de comodidad, economía e incluso moralidad, ya que,
los mismos se presentan como una excelente alternativa para resolver de manera pacífica y
sencilla cualquier disputa que se presente. Sin embargo, como se pudo ver en cada caso, estos
métodos tienen un problema de fondo de difícil solución: es necesaria la buena voluntad de las
partes, es muy difícil conseguir una manera de contrarrestar esto porque en términos
generales, si las partes no ponen de su parte los conflictos terminarían inevitablemente en
tribunales o peor aún las partes tomarían justicia por sus propias manos. Una solución posible
a este hecho, sería que se propagara mayor información acerca de los centros que presten
este tipo de ayuda y que se asesorara a las partes de manera tal que, pongan de su parte y
comprendan que dichos medios alternativos resultan beneficiosos para ellos mismos.
Un grupo etnico; es un grupo humano diferenciado que habita un espacio geográfico, posee
características culturales propias y una historia común. Se consideran grupos étnicos, por
ejemplo, a los pueblos indígenas, a las comunidades afro-venezolanas, a las comunidades de
inmigrantes e inclusive a los llaneros venezolanos.
El presente enfoque de etnias está centrado, específicamente, en los pueblos indígenas, por
dos razones: la primera es que entre las culturas y sociedades que forman parte del rico
mosaico multiétnico y pluricultural venezolano, son los indígenas los más diferenciados cultural
y socialmente. La segunda, porque por primera vez en la historia sus derechos fueron
garantizados en la Constitución Nacional de 1999.
Desde el arribo europeo al continente americano, los habitantes originarios de estas tierras han
sido víctimas de genocidio y etnocidio. Las epidemias venidas de Europa fueron el mejor aliado
de los conquistadores en sus esfuerzos por reducir toda resistencia a la colonización. Durante
los primeros 150 años de la conquista, la población indígena continental se redujo en un 95%
siendo aniquilados por la violencia o por los virus más de 60 millones de indígenas. (Galeano,
1976) Lo que puede considerarse una de las más gigantescas masacres de la historia
universal.
Un debate después de la llegada de Cristóbal Colón al “nuevo” mundo era si los indios
americanos debían considerarse seres humanos, y no fue sino hasta el año 1537 cuando una
Bula Papal confirma que los indios eran “verdaderos hombres” dotados de alma y razón. Sin
embargo, hasta hace poco años, en Venezuela se utilizaba el calificativo de “racionales” para
distinguir a los criollos o mestizos de los indígenas.
Un ejemplo; es que cuatro siglos después del mal llamado descubrimiento, la Constitución
venezolana de 1901, en su artículo 34 deja claro que: “no se computarán en la base de
población los indígenas que viven en estado salvaje”. Este precepto se repitió en las
constituciones de 1904 y 1909.
En pleno siglo XX los países americanos perciben a la población indígena como un problema a
resolver, los indígenas son considerados como seres desincorporados de la nación que han de
ser integrados pero primero deberán ser civilizados. Como discurso integracionista era
etnocida, racista y paternalista.
Venezuela continuó promoviendo su diversidad cultural durante el siglo XIX. Alberto Adriani, en
los años 20 del siglo pasado, abogó también por estimular la inmigración, principalmente la
europea, inclusive para responder al reto de exportación de nuestros productos agrícolas.
Hay comunidades pequeñas pero de gran significación en la vida socio- económica, científica,
cultural y política de Venezuela, como los corsos y alemanes que inmigraron a partir del siglo
XIX. La emprendedora comunidad judía-sefardí ingresa desde la Colonia y en el siglo XX entró
un relevante grupo de judíos azhkenazi. Sólo en 1939, 251 judíos escogieron a Venezuela,
huyendo del horror nazi. Venezolanos de origen croata, estadounidense, húngaro, ingles,
polaco, lituano y sueco dan lustre a nuestra cultura.
En 1982 la ONU crea el Grupo de Trabajo sobre los Pueblos Indígenas (GTPI), máxima tribuna
internacional para la discusión de los derechos humanos de los pueblos indígenas, en 1989 se
adoptó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos
indígenas y tribales, en 1992 fue firmado por 157 países el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y, en 1992, la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado adoptó el Convenio
Constitutivo del Fondo para el desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y del
Caribe. Todos estos convenios promueven el respeto a las minorías étnicas y reconocen el
derecho que tienen a su propia cultura, identidad, idioma, religión y organización social.
En los 60 y 70, hubo una importante inmigración hacia venezuela, primero desde Colombia,
Lugo Peru y Ecuador cuyos nacionales huían de la pobreza y de conflictos armados, y también
de Cuba, y más tarde del Cono Sur, aventados por la férreas dictaduras existentes en aquellas
décadas de terror en sus respectivos paises.
Hoy, en la primera decada del siglo XXI, entre 75% y 85% de los venezolanos son una rica
mezcla de afro-venezolanos y 15% más está representado por nuestras 29 culturas
aborígenes, La diversidad y riqueza cultural y multietnica en Venezuela ha sido siempre un
ejemplo de integración para el mundo. La convivencia de civilizaciones tiene en Venezuela un
pequeño universo de armonía, igualdad y fraternidad.