Está en la página 1de 16

Aisthesis 27, 1994 Instituto de Estética


Facultad de Filosofía Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago -
Chile

Presencia de la Cultura Precolombina.

Pedro Miras

RESUMEN ABSTRACT

La imagen que de sí mismo tiene el The self-made image of the


hombre americano -doble
y contradicto American Man, double and contradictory,
ria-
proviene de una perspectiva europea derives from a European perspective

que, por razones de dependencia cultural, which, forreasonsofcultur al dependency,


hemos heredado. Esta idea del americano we have inherited. This idea of the
seformó primero, en la época de la Con American Man was first formed during
quista a partir de la contradicción entre el the period of Conquest, out of the

y el medieval de between the the


quie-
espíritu renacentista contradiction spirit of

nes vinieron. Se afianzó durante el Renaissance and the Medieval by those

Iluminismo en la oposición de la América who carne. It became more strongly


del "buen
salvaje"

y aquella que no pro established during the Enlightenment in


duce sino "animales fríos y seres débiles" the concept of the "good savage", and that
Esta visión de América, por un lado, como of the land that produces
only "cold
beings"
del futuro, de la libertad,
animáis"

el continente y, and "weak . This visión


todavía"
por otro, del "no ser nunca sigue of America as, had,
on one the continent of
presente en nuestra literatura, en la políti the future, of liberty, and on the other, of
land"
ca, en las relaciones entre las clases socia a "never, never is still present in our
les. Se postula, finalmente, que sólo una literature, our political life, and in the
mirada nueva de índole estética que relations between our social classes.

recupere sin prejuicios nuestras raíces Finally, it is proposed that only a

precolombinas puede permitirnos acce new look of a predominantly aesthetic

der a una mirada no esquizofrénica de type -

one which should retrieve without

nosotros mismos. prejudices our Pre-Columbian roots -


can

lead us to a nonschizophrenic view of

ourselves.

El presente trabajo tiene una es to lleva por nombre "Una historia de dos
tructura formada
ciudades"

por tres movimientos.


y es un retorno hacia un pasado
El primero se titula "Los descubrimientos remoto. El tercero, finalmente, que he lla
América"
de y tiene como motivo princi mado "Elogio de la cultura mestiza",
pal la imagen que Europa se ha formado retoma los motivos de los movimientos
de nuestro Continente y sus variaciones a que le preceden en un ensayo de síntesis

través del tiempo. El segundo movimien armónica.


Primer movimiento: Los descubri pormenores de un evento que, al igual
mientos de América. que sucede con la venida al mundo de los
Ya se acerca, Señor, o ya es llegada la seres humanos, no tiene otra significación
edad dichosa que promete el Cielo de una
grey que la de señalar simplemente un antes

y un Pastor sólo en el suelo por suerte a brumoso y un después siempre incierto.


El "trauma del
nacimiento"

nuestros tiempos reservada. -en éste como

en otros casos-
no pasa de ser una ficción
Hernando de Acuña. (1530 aprox.) a posteriori para insertar un pretérito sos
pechado o inventado en un destino gene

ralmente poco venturoso.

Primer descubrimiento, o fiesta de


la Raza: Cambiemos, pues, el centro natural
Como todos sabemos, este primer y tradicional del problema
y reemplace

descubrimiento, al que por antonomasia mos el cuándo


y el cómo por el quién
y el
llamamos así, tuvo lugar a mediados de qué. ¿Quién descubre América y qué es lo
Octubre de 1492. Las probables migracio que descubre? Debo hacer notar aquí que

nes o visitas que a América llegaron, des este qué no hace referencia a los muy ricos
de el Levante o desde
Poniente, no el e incontables productos que Europa obtu
constituyen, propiamente hablando, des vo de América: hermosos frutos de la
cubrimientos, en la medida en que no tierra destinados a colmar las sensibilida

hubo entonces interlocutor ante quien des des olfativa y gustativa de la época; meta
cubrir lo antes encubierto. Pues América les preciosos que harían la riqueza de
la Historia la Geografía- con el
nace a
-y a algunas naciones
y la decadencia de otras;
singular destino de ser siempre "para singulares objetos fabricados por el hom
otros"; casi nunca, o nunca todavía, para bre que harían exclamar a Durero, frente a
sí misma. los presentes reales llegados recientemen
te del Nuevo Mundo: "en mi vida me he
El 12 de octubre ha sido, para no regocijado de tal manera, pues he visto en
sotros americanos del sur, la Fiesta de la ellos un arte admirable
y estoy maravilla
Raza. Como quien dice, el aniversario do del genio sutil de estos hombres de
lejanos"
de nuestro tribal, un hito
nacimiento países (1).
entre la nada y la historia. Para España,

además, la fecha apunta, junto con otras No, el qué al cual hago referencia es
manifestaciones del destino, al comien más bien la imagen que el hombre euro

zo de esa que el poeta llama "edad di peo comienza a formarse del nuevo mun
Cielo..."
chosa que promete el
y que do, a las ideas y representaciones que
terminará por reconocer sólo "un mo comienzan a surgir en las mentes de estos
lados
espada"

narca, un imperio y una Para (2) frente a esta "novedad tan nueva
las demás naciones de Europa, apenas de nuevas tierras y nuevas
gentes"

como

una primera victoria de España en esa dice en anáfora renacentista un monje de


olimpiada de descubrimientos, conquis la época.
tas y colonizaciones que entonces se ini
cia. La verdad es que América nace

como mito. Es decir que, antes de insertar


Del cuándo, del cómo y del por qué se en ese mundo material que el hombre
de este descubrimiento, mucho se ha ha del Renacimiento estaba descubriendo,
blado ya. No viene al caso detenerse en los ampliando interior y exteriormente, es-

82
tructurado, América se instala más bien crueles y gentes de extremada clemencia,
en el universo imaginario que el mismo o entre seres prodigiosamente intempe
hombre ha heredado y que porta consigo rantes y seres medidos
y templados. Me
como trasunto poderoso de épocas ante atrevería a decir, tanta diferencia como
riores. entre monos
humanos"
y seres (6)
América se inventa (3). Veamos
cómo:
Podríamos tratar de explicarnos la

antinomia de estos textos por la oposición


"Los árboles son aquí tan podero de sus respectivas intenciones. Colón
y
sos que sus hojas llegan a ser moradas a Las Casas tratan de engalanar su visión de
fuerza de verdura"

"La belleza de la
estas realidad para lograr, uno y otro, apoyo
islas, con sus montes y sus sierras, regadas a sus pretensiones. Sepúlveda y tantos
de abundantes ríos, es un espectáculo que otros cronistas que no pero que
citamos,
ninguna otra tierra bajo el sol puede ofre comparten una misma visión de estas
de tan
magnífico"

cer nuevas Indias, pintan con trazos oscuros


El glorioso Almirante de la Mar una situación propia a toda guerra de
Océano, de cuyo Diario hemos extraído anexión que busca justificarse.
las anteriores citas, escribe, refiriéndose a

los habitantes de las islas recién descu Sin embargo, esta ambivalencia es
biertas: "Todos eran muy bien hechos, antes de la percepción que de la intención,
hermosos de cuerpo y agraciados de ros como lo prueban las innumerables imáge
tro... No están animados de envidia ni de nes visuales del Descubrimiento y Con
ambición por los bienes de los demás... quista que nos ofrecen idéntica visión

Están a tal punto desprovistos de artificio bipolar. Mostaert, de Bry y otros dibujantes
y dotados de tal generosidad en relación que pusieron en imágenes sus propias
con sus propios bienes, que nadie lo cree experiencias o las ajenas, suelen pintar
ría sin haberlo visto antes". (4) indígenas de rasgos europeos, amplios de
Cincuenta años más tarde, torso, seguros de sí, dominadores en un

Bartolomé de las Casas escribirá, por su universo armónico


y equilibrado. Pero
parte: "Estos indios son tan mansos, también podemos encontrar la otra cara
y
decentes, que más que cualquiera otra de esa imagen de América que comienza

nación en el mundo entero son inclinados a aparecer: no tan sólo guerreros feroces,
y prontos a abandonar la adoración de sus amazonas, salvajes y caníbales, sino tam
ídolos y a aceptar, provincia por provincia bién toda la fauna mitológica de serpien
y pueblo por pueblo, la palabra de Dios y tes aladas, elefantes, pájaros y reptiles de

la prédica de la verdad". "Los Lucayos ninguna parte. Como también esas razas
vivían realmente como en la Edad de Oro, infra-humanas que durante tantos siglos

que poetas cronistas han cantado. Creía poblaron las tinieblas de la razón: seres de
y
ver en ellos a nuestro padre Adán en los cabeza cuadrada, hombresdescabezados
tiempos en que vivía en estado de inocen con la boca en el
ombligo, de un gigantes

cia". (5). sólo pie, melenudos con las rodillas al

Y sin embargo, hacia 1550, Ginés de revés, como las avestruces. Monstruos ge
Sepúlveda dirá: "En prudencia como en neralmente enemigos del hombre; habi
habilidad, en virtud como en humanidad tantes no ya de esa térra incógnita que

estos bárbaros son inferiores a los españo solían indicar los mapas de siglos anterio
les... Entre de
y los hay tanta
ellos españoles res, sino pobladores verídicos estas

diferencia como entre gentes feroces y tierras recién descubiertas, comoesos hom-

83
bres azules que Diego Velázquez buscaba La mítica imagen de esta América
desesperadamente. recién descubierta es, pues, doble. De un
lado, Continente Paraíso, fuente inago
el

América nace -o se inventa- como table de recursos, ámbito de la vida fácil y


un mito bicéfalo. Es que el descubridor -
libertadora. Imagen optimista ésta que,
como en seguida el conquistador-
es él latente desde el fondo de los tiempos, ha
mismo un hombre de dos
Es, por cabezas. logrado movilizar millones de emigran
una parte, hombre del Renacimiento, re tes que, hasta nuestros días, han venido a
cién abierto a las profundidades de sí poblar las regiones más europeas del Con
mismo; libre, o en vías de serlo, de la tinente: los Estados Unidos, Argentina,
sujeción de señores, de gremios y corpo Uruguay, Brasil atlántico, Chile. Del otro
raciones, de ciudades y estamentos. Se lado, una América de tinieblas, feroz cuan
dirije con resuelto afán al mundo que do no indolente, casi siempre menos que

deberá amparar su naciente individuali humana, la América del Indio y de la


dad: conoce mares y cielos, indaga, descu naturaleza subversivos que terminará
bre, destruye y mata. No tanto quizás para imponiendo su negra impronta aun a los
dar rienda suelta a su impetuosidad espíritus más racionales: "América: refu

reencontrada como para reconocer sus gio


y amparo de los desesperados de Es
propios límites. Su mirada está doblemen paña, Iglesia de los alzados, salvoconduc
te dirigida hacia un pasado idealizado y to de los homicidas, añagaza general de
que ha vuelto recién a instalarse en la mujeres libres, engaño común de muchos
historia: las edades clásicas sus antiguas
y remedio particular de pocos", dirá
leyendas (la ciudad dorada, la fuente de la Cervantes en El Celoso Extremeño.
juventud eterna) como hacia un futuro
posible, que repetirá la edad de oro y al Segundo descubrimiento o la
cual, Tomás Moro y Campanella acaban América romántica.

de dar una configuración realista.

Dirija Ud. una mirada al Continente


Pero el descubridor tiene también que pienso recorrer, desde California a la
una cabeza medieval. Sabemos que el Re Patagonia. ¡Cómo me deleitaré en esta natura

nacimiento no es ruptura sino eclosión leza grandiosa y maravillosa! Probablemente


largamente preparada y que conserva, por nadie se acercó jamás a aquella zona con un
lo tanto, mucho de un mundo que está espíritu tan independiente y tan alegre, con

muriendo. Y es a ese mundo moribundo ánimo tan activo.

al que recurre el hombre de acción cuando


desea entender o justificar algo que lo Carta de A. de Humboldt, 1799.
sobrepasa. Así, todo lo novedoso puede

no ser sino maquinación diabólica, nido El hombre del Renacimiento dará


de acechanzas, sub-mundo de sombras y origen al hombre Ilustrado, del cual, a su
de monstruos. El conquistador es un don vez, surgirá el hombre Romántico. La

Quijote que, después de todo, ha vencido aventura de la conquista del mundo se


al mundo. Y como el Hidalgo ingenioso e convertirá en la aventura del conocimien

ingenuo enfrenta sus propios fantasmas to. La ciencia reemplaza al saber autorita

con furia y denuedo. Sólo que, desgracia rio, el monarca ilustrado al absoluto, los
damente, cerdos, molinos y esperpentos valores de justicia a los de obediencia y las
son, en América, seres humanos. buenas maneras a la fogosidad inmadura.
Pronto, a fines de este siglo XVIII, entre

84
viajes de y revoluciones por
exploración civilizaciones americanas, pero ellas nos

venir, aparecerá el hombre romántico que, dicen simplemente que se trataba de civi

no sin costo, añadirá a los valores que lizaciones naturales, que debían sucum
proclama la surgente burguesía el senti bir a la llegada del espíritu. América ha
miento del otro como igual a uno mismo y sido y sigue siendo impotente desde los
la rebeldía como factor del espíritu. puntos de vista físico y espiritual". Y aña
de: "La mansedumbre y la carencia de
También América ha cambiado. espontaneidad, la humildad y una sumi
Entre el indígena, cultural, política
y sión rastrera frente al criollo
y con mayor
racialmente sometido, y el peninsular, razón frente al europeo; tal es el carácter

señor de vidas y de haciendas, ha surgido principal de los americanos. Pasará mu

el criollo, cuya existencia se extiende en cho tiempo antes de que los europeos

un abanico social que abarca desde mo logren darles un poco de dignidad perso

dos y hábitos casi totalmente autóctonos a nal. La inferioridad de estos individuos,


una europeización cabal. Algunos grupos incluso en lo que respecta a su talla, es algo
humanos de África
patente"

venidos colorean
y (8)
avivan este mosaico, sobre todo en los
aledaños de ingenios y factorías. Sin embargo, del mismo modo que

la imagen americana de tiempos de la


La ciencia y la filosofía han reem conquista
y colonización reconocía dos
plazado, pues, en Europa, al mito. Améri vertientes contradictorias, así también

ca, por su parte, ha visto surgir ciudades, aquella que se forja hacia mediados del
puertos, formas sociales de corte europeo. siglo XVIII posee algunos rasgos que, sin

¿Cuál es la imagen que esta nueva Europa entrar en contradicción absoluta con la
se hace de esta nueva América? que encontramos en los textos citados,
Veamos lo que expresa un hombre implica al menos la persistencia de una
de ciencia, el naturalista Buffon: visión optimista del hombre, del hombre
"En tal estado de abandono (se re americano. Es la actitud que está en el

fiere a la naturaleza americana), todo lan origen del del "buen salvaje", este
mito

se corrompe y se sofoca; el aire y ser de sentimientos puros y de corazón


guidece,
la tierra, sobrecargados de vapores húme abierto, de inteligencia fácil y de habili
dos y dañinos, no logran depurarse ni dad innata, que vive en contacto estrecho

beneficiarse de la influencia del sol; éste con una naturaleza antes benevolente que
envía inútilmente sus rayos más vivaces hostil y que rechaza, por voluntad o igno
contra esta masa fría, pero ésta no está en rancia, la vida urbana. Mito amable que la
condiciones de responder a su ardor. Es crítica de Montaigne hizo posible y

así como América no logrará producir Rousseau elevó a categoría fundamental


sino seres húmedos, plantas, reptiles e de la humanidad. Voltaire, de Foe, B. de
insectos. No podrá alimentar sino hom St. Pierre, Chateaubriand, le darán la ve
rosimilitud de la existencia literaria, ha
débiles"
bres fríos y animales (7).
ciendo del buen salvaje una figura típica
Algunas décadas más tarde, el filó mente americana.

sofo Hegel añadirá algunas consideracio

nes tocantes al espíritu de los americanos Pero, trascendiendo el mito y la


que completarán la visión naturalística de leyenda, rechazando la fácil generaliza
Buffon: ción sobre la base de supuestos, usando el
"Tenemos noticias acerca de las oj o, la razón y el sentimiento, el verdadero

85
descubridor de esta América vieja ya de Buffon comp araba los amplios cam
casi tres siglos es Alejandro de Humboldt. pos de trigo de Europa con lo que de oídas
En un momento en que el mundo sabía de ciertas regiones tropicales; Hegel,
estaba ya repartido y en que toda explora de la carencia en los americanos de una

ción no era sino una empresa comercial, el concepción evolucionista de la historia así
viaje del Barón de Humboldt por el inte como de sus diferentes modalidades de
rior de América es una aventura típica medir el tiempo, deducía su falta de espí

mente romántica. Admirador de Goethe, ritu. Alejandro de Humboldt, quizá el

contemporáneo de Hegel, de Kleist, de los primero, añade a la objetividad que otor

hermanos Grirnm, bajo la influencia con ga sólo la experiencia directa y vivida, la


fesada de Rousseau, de Chateaubriand y sensibilidad razonadora que le lleva a com

de St. Pierre, el suyo será un viaje en busca parar lo comparable: el indio americano y
del otro; del hombre y del paisaje antes el siervo europeo.

que de lo insólito o espectacular, de lo

familiar antes exótico, de síntesis antes Pero esta imagen de América que

que de análisis. Capacidad de observa se forma a partir del Iluminismo, no por

ción científica más racional


y sensibilidad ante el paisa ser menos mítica, y moder
je, dos- capacidades de Humboldt que na, es menos ambivalente: un Continente
marchan
muy de acorde con el pathos hijo de Europa, en plena y bullente trans
romántico. Treu und
lebendig -compromi formación, pero inmaduro y retrasado, no
so con la y con la
verdad era, como
vida-
se sabe si por incapacidad congénita o por

se sabe, la divisa de su generación. O, simple desfase en la marcha inmarcesible


como dirá el también romántico Víctor del progreso.

Hugo más tarde, refiriéndose a los objeti

vos de su visión poética: la nature, done la Esta imagen europea de América-

nature et la vérité. niña-aun es también, por cierto, la imagen


que los americanos, en su dependencia
He aquí, a modo de ejemplo, una de cultural, tienen de sí mismos. Y dada su

las tantas observaciones de Alejandro de fundamental ambivalencia, esta imagen


Humboldt en América: se reflejará de modo diverso en los diver
"Cuando se dice que el salvaje no sos estamentos sociales que han surgido

puede ser gobernado sino mediante la en el nuevoMundo. Españoles y criollos


fuerza, se hacen falsas analogías. Estos enriquecidos, dueños del poder, identifi
indios del Orinoco tienen algo de infantil cados con la Corona española, adoptarán
en sus expresiones de alegría o en la suce con autosuficiencia
y desdén la imagen de
sión rápida de sus emociones. Pero ellos una América en permanente minoridad y
no son niños que hubieran crecido; lo son se aferrarán al sempiterno cargo de pa

tanto como esos pobres labriegos del Este triarcas que podrán llegar a ser benévolos
de Europa a quienes la barbarie de nues pero que nunca dejarán de ser absolutos.

tras instituciones feudales mantiene aun Para los criollos liberales, cuyos años de
en la mayor sujeción. Considerar el em aprendizaje son europeos, pero cuya filia
pleo de la fuerza como el primero
y único ción lo es sólo a medias, América aun

medio para civiüzar un salvaje es un prin cuando inmadura, lleva en sí todas las
cipio falso en su aplicación a los pueblos posibilidades de construir una gran civili
como en el caso de la educación de la zación. Es a ellos, mejor que a otros a
juventud"
(9). quienes puede aplicarse la afirmación de
Octavio Paz: "la palabra americano desig-

86
nó a un hombre que no se definía por lo de familiaridad con sus formas expresivas
haría"
que había hecho, sino por lo que los convierte más bien en curiosidades
(10). En ellos pesará siempre esa radical antropológicas o etnológicas. Y aun cuan
ambivalencia de nuestra imagen fabrica do fueron encontrando ubicación en los
da en Europa: América, tierras del "ser Museos y colecciones de objetos exóticos

nunca, todavía". que por entonces comienzan a surgir, nun


ca lograron insertarse de modo pleno en el
Tercer descubrimiento o una Amé Universo del Arte. La creciente cantidad
rica de museo. de estos objetos -productos de
excavaciones y de grandes obras de inge
De todas las artes que una falaz clasifi niería realizadas en diversos sitios-
fue
cación da el nombre de primitivas, y que algu formando poco a poco un conjunto de
nos de los más connotados yfuriosos represen gran envergadura, llegando a constituir

tantes de nuestra triste civilización tildan de una verdadera América de Museo, ocu

salvajes, la más mis teriosa es quizá aquella que pando su lugar en vitrinas
y galerías o en

surgió en el continente americano. No cono hogares de millonarios, pero perfectamen


cieron la rueda ni tuvieron contacto con otras te mudos. La imposibilidad de recuperar

Pero, sin embargo, en estos


civilizaciones. su honda carga expresiva les hacía sumir
pueblos de América, la idea
y la abstracción se se en la mera apariencia. Todas estas joyas
elevaron a una altura que otras civilizaciones mexicanas o peruanas, estos jades y tur
raramente han alcanzado. quesas andinas, esas armas
y esos tejidos
sutiles, esas cerámicas multicolores esta

Tristan Tzara, Cahiers d'Art. Pa ban simplemente allí, en una presencia

rís. 1920. perfectamente ausente.

Desde la segunda década del siglo Del mismo modo que la América
XIX, la fiebre de viajes hacia el Continente viva, de tierra y de hombres, durante tres
nuevamente descubierto y ya liberado de siglos no había sido sino una entidad pu

la tutela hispánica dará origen a una im ramente geográfica, que sólo una nueva

presionante cantidad de relatos, de dia mirada -como la de un Alejandro de


Humboldt- podía
rios de vida, de dibujos
y grabados repre incorporarla a la histo
sentativos de la vida americana de enton ria, así esta América de Museo esperaba la
ces. Casi como contrapartida, comienzan nueva visión que pudiera hacerla partíci

a llegar a los países europeos, por la mis pe de la existencia humana y de la historia.


ma época, multitud de objetos -algunos Un cambio de perspectiva que, sin dejar
de metal, otros en piedra o cerámica, talla de considerar estos objetos extraños como
dos, esculpidos, pintados-
mudos testi productos paradigmáticos de culturas

monios de antiguas civilizaciones ameri desconocidas, viera en ellos la huella de la


canas desaparecidas. La excelente factura creación humana, la impronta de univer

de estas piezas: su perfecto cocimiento, salidad


y significación que sólo la obra de
modelado en el caso de arte es capaz de portar. Solamente un
y ornamentación,
las cerámicas; la fineza de su ejecución, cambio de la sensibilidad estética puede

cuando son de plata y otros metales; la dar esta nueva perspectiva. Como la que,
expresividad hierática de la piedra; todo en su día, permitió reconocer
y valorar las
contribuye a hacer de ellos pequeñas obras subyugantes formas del arte gótico más

de arte. Pero, al mismo tiempo, su desco allá de su simbolismo puramente religio

nocida filiación cultural O la que dará una significación estética


y la absoluta falta
so.

87
creadora a las máscaras e ídolos africanos. América ofrece al hombre moderno más ade

Sensibilidad nueva, que reconocemos en cuadamente que Atenas una Acrópolis para

Gauguin, en los Fauves y una de cuyas sus plegarias. Desde hoy te rechazamos, oh

expresiones más famosas llevará por títu anémica diosa, nodriza de una civilización
d'Avignon"
lo "Les demoiselles enclaustrada! Por encima de esos héroes
navegantes, exploradores y conquistadores del
Mundo- que (esperando
Así como nosotros, americanos, nos Nuevo el viaje a la
apropiamos de la imagen de América for luna) corrieron la única aventura suprema

jada XVIII francés, así nuestra


en el siglo que ha sido propuesta a la humanidad, mi

sensibilidad, formada por Europa, nos ha pensamiento se eleva a vosotros, sobrevivien


permitido darle a estos objetos -nuestros tes de una retaguardia que ha sido propuesta a
si los hay- una carta de ciudadanía que la la humanidad, mi pensamiento se eleva a voso
propia observación y contacto no nos lo tros, sobrevivientes de una retaguardia que

permitió jamás. Incluso entre americanos tan cruelmente pagó el honor de mantener las
de hoy, tan abiertos a las muy diversas puertas abiertas, Indios, cuyo ejemplo enri

formas del arte extranjero, existe una cier queció la sustancia con que nos nutrió nuestra
ta resistencia, un cierto rechazo hacia aque escuela a través de
Montaigne, Rousseau,
llo que no parece encajar de modo natural Voltaire, Diderot. ¡Oh,
Hurones, Iraqueses,
en nuestro Universo cultural. Aun cuan Caribes, Tupíes, heme aquí!.
do voluntariamente e intelectualmente
reconozcamos en estos objetos precolom C. Levy-Strauss. Tristes Tropiques.
binos parte importante de nuestra heren
cia cultural, nos resistimos incorporarlos
de modo vivo
y creador a nuestra vida Después de todo, Hegel tenía ra
cotidiana. Es como si ellos mismos se es zón. Los pueblos autóctonos de América

forzaran en mantener esa falaz presencia no tenían historia. El cómputo cíclico del
sonore"

de "bibelot Gracieux d'inanité de tiempo, la tradición oral que asienta en la


que hablaba Mallarmé; propia de esa su correcta expresión del texto memorizado

perficialidad enigmática de un producto la sola verdad existente, la confusión en

semi-natural fácil de obtener arañando la tre crónica y poesía, la imposibilidad de


tierra. Es muy posible que este retraimien comprender un hecho nuevo, como por
to, que este silencio, tenga mucho que ver ejemplo la propia Conquista, sin

con la tajante discontinuidad histórica entroncarlo con el pasado, con la palabra

entre su tiempo y el nuestro, con la ruptu conservada, son todos indicios de la


ra profunda entre las formas de vida a que ahistoricidad de las culturas precolombi

ellos hacen alusión


y la nuestra. Algo que nas. No hay proceso, dirección, finalidad,
no sucede, sin embargo, cuando se trata enlos trabajos y los días precolombinos.
de una figurilla de Tanagra o de una más No hay tampoco necesidad. Y dado que,
cara gabonesa. A la una, por venir de lejos para nuestro Hegel, es en la necesidad del
de afuera, a la otra por su acepta
pero no desarrollo de la historia donde se cumple

da modernidad, les es más fácil conciliar la Idea, donde irrumpe el Espíritu, no es

su existencia con la nuestra. en América, continente inacabado desde


y para siempre, donde éste habrá de so

Segundo Movimiento: Una Histo plar. No puede haber, entonces, historia


ria de dos ciudades. de dos ciudades, ni de dos pueblos, ni de
dos culturas. Y sin embargo, bien pudiera
El puente de un barco con rumbo a ser que, indagando en lo que queda de dos

88
pueblos cualesquiera de la vasta zona El pueblo Mochica, disperso a lo
costeradel Perú, de dos culturas que no largo de 350 kilómetros de costa,
unos

conocieron ni la rueda tal vez la escritura, hacia el norte del Perú actual, estaba cons
encontremos trazas de ese Espíritu. No., tituido por varias ciudades dependientes
como Historia, dése luego, pero sí tal vez de los pocos sistemas fluviales de la zona

como Idea, como Universal concreto. Re que luchan desesperadamente por llegar
corramos un instante la existencia de dos al mar. El pueblo Nazca, por su parte,
civilizaciones preincásicas que florecie unos mil kilómetros hacia el sur de sus

ron hacia el Norte, a comienzos de nuestra contemporáneos y desconocidos vecinos,


eray que, algunos siglos antes de la llega se estructurada también en varias pobla

da del conquistador español habían ya ciones cercanas a la costa. No hubo, al

desaparecido. Las culturas Nazca y parecer contacto alguno entre ambas cul

Mochica. turas. Sus características, en lo general


similares, forman los rasgos propios del
Una clasificación tradicional de las llamado Período floreciente: pequeños po
culturas precolombinas señala que, entre blados ligados entre sí por lengua, etnia y
los siglos primero antes de Cristo y déci hábitos comunes y cuyo sustento estaba
mo de nuestra era, aproximadamente, se asegurado por el cultivo racional de va

extiende el período floreciente o clásico de rias especies autóctonas,


primordialmen-

estas culturas. Aun cuando esta clasifica te el maíz. En ambas sociedades el ritmo

ción ha envejecido un tanto, pues no toma de la existencia era sin duda semejante,
en cuenta diversas situaciones de difusión regulado por las estaciones y el trabajo
discrónica de algunos estilos o modos for agrícola, origen de la mayor parte de sus

males, ella nos parece útil como referencia ritos


y fiestas. Condicionado por guerras
en relación a ciertos hechos básicos. Antes frecuentes, en general defensivas contra
de la primera fecha indicada, el hombre grupos menos civilizados que destruían
americano había logrado ya pleno domi sus cultivos. Cazan más por placer que

nio sobre su habitat. El conocimiento de por necesidad, aunque los productos del
las técnicas de cultivo, de los ciclos de la mar les proveen de una buena cantidad de
naturaleza
y de las condiciones climáticas proteínas. Ambos pueblos, Mochica y
le ha permitido dejar la pesca y la caza Nazca, han logrado un perfeccionamien

como fuentes principales de sustento. El to similar en ciertas técnicas artesanales

emplazamiento definitivo de grupos hu tales como el modelado, pintura


y cocción
manos en zonas agrícolas cercanas a la de cerámica, el trabajo delicado del oro, la
costa
y la utilización de técnicas que re plata
y el cobre, el uso y ornamentación de
quieren un alto desarrollo del saber, tales fibras textiles, etc. Saber práctico de orden
como la alfarería, el urbanismo y la hi superior, de una Techne en su sentido
dráulica, le permiten modificar profunda aristotélico: en el pueblo Mochica, el a*te

mente su ambiente e iniciar un milenio de de la irrigación artificial, que les permitirá


sostenida civilización. construir miles de kilómetros de canales y
Durante todo este período surgen y otras obras de ingeniería, muchas de las
desaparecen varias poblaciones. Entre cuales se encuentran aun en uso. En el

ellas se destacan dos pueblos, dos cultu caso del pueblo Nazca, la confección de
ras cuya definida personalidad podemos un calendario que se regula, al parecer,
reconstruir a partir de lo poco que el tiem por constelaciones.

po nos ha preservado de ellas.

89
Se trata este último, de una obra trucción, en seguida, de un sistema más

gigantesca, inmensos diseños geométricos amplio requerirá la organización, direc


alimentación de grandes masa de
y figurativos, sobre una alta meseta costera ción
y
que no logran aun ser enteramente desci trabajadores, lo que conducirá a nuevas
frados en su compleja estructura y que formas de organización social. Podría de
sólo la perspectiva aérea permitió descu cirse que es éste el momento en que apare
brir. ce el Estado, como una forma de dirección
La vida de ambos pueblos, más o menos despótica ejercida por quie

Mochicas y Nazcas, se nos aparece como nes disponen del saber y de mayor ascen
una gran orquestación de la que forman diente: la clase sacerdotal. Este tipo de
parte, por un lado, el hombre que se hu gobierno requiere la ocupación constante

maniza en el trabajo creador y en el ocio y, de esa gran masa de trabajadores esclava

por otro, los elementos de una naturaleza o servil que, sino, permanecería ociosa
espléndida: altas montañas de nevados una buena parte del año. Para su empleo,
picos, un mar inquieto aunque siempre el Estado da inicio a la construcción de
generoso y, entre mar y montaña, el de grandes obras urbanísticas, ciudades, tem

sierto de abigarrados colores. Pero, como plos, pirámides, caminos, murallas, etc.

trozos en una tonalidad diferente, aunque Con este trajín aparecen los especialistas:

sobre el fondo de un mismo tema america técnicos e ingenieros encargados de la


no, surgen algunas desarmonías. construcción
y mantenimiento de la infra
estructura material de la sociedad; artesa

En primer término, un leve despla nos dedicados a producir los objetos de


zamiento temporal. La cultura Mochica alta calidad y en la cantidad que requiere

alcanza su apogeo entre los siglos TV y V la clase superior para su uso, boato y
de nuestra era. La cultura Nazca, entre los ceremonia.

siglos V y VI. Pero es en términos de


organización socialy de creación artística Finalmente, el crecimiento constan
donde las diferencias entre ambos pue te de la población, los derroches de la clase
blos son más significativas. dominante o el simple anhelo de gloria y
conquista llevan a la anexión de nuevos
La civilización Mochica constituye territorios, al surgimiento de una clase

un ejemplo característico de las llamadas militar que reemplaza a la casta sacerdotal

culturas de regadío (11), entre las que se y a la decadencia y muerte de esa cultura.

reconocenlos imperios inca, egipcio y


mesopotámico. En este tipo de civilizacio Esta es, en líneas generales, la histo
nes, la extensión
y mejora de los cultivos y ria -hasta cierto punto figurada- del pue

el abandono de la caza y la pesca como blo Mochica. Pero ella -esta


historia- apa

únicos medios de existencia provoca un rece en los restos de sus ciudades, en lo


aumento de la población y, en consecuen queda de sus gigantescas pirámides de
cia, la necesidad de una mejor
y mayor adobes, en su monumental sistema de
explotación agrícola. Luego, el agotamien regadío que continua conduciendo el agua.

to de las capacidades productivas de los Pero la encontramos también referida en

valles irregularmente regados por la na sus artes. El muy rico talento narrativo del
turaleza -como es el caso de la costa norte ceramista Mochica supo dibujar -y
sobre

del Perú- conduce a la mancomunidad de todo modelar-


los aspectos más sobresa

varios poblados en vistas a la realización lientes de su vida cotidiana. Sus labores


de obras de regadío comunes. La cons agrícolas, los productos de su cosecha, la

90
flora y la fauna de sus tierras, la vida tarnos, la razón por la que algunos temas

oficial, con sus sacerdotes


y dignidades, propios de la vida de ese pueblo no se

sus militares en la guerra o con el fruto de encuentran representados en sus cerámi

sus victorias, su precisa imaginativa eróti cas? Pues tampoco hay referencia, en las
ca, la enfermedad y la
En suma,
muerte. artes de ese pueblo, a esas otras activida
ilustrado"
una especie de "diccionario del des más humildes pero indispensables
pueblo Mochica, como ha sido llamado como las labores domésticas, la vida fami
este vasto conjunto de representaciones, liar u otras. Es como si dos grandes parce

escenas
y personajes y que nos permite las de la vida familiar u otras. Es como si

formarnos una imagen casi completa de dos grandes parcelas de la vida de los
sus existencias. Mochicas nos estuvieran vedadas de co

nocimiento: los grandes trabajos, segura

La verdad es que ni entre los egip mente serviles


y las ínfimas labores de la
cios ni entre los etruscos podemos encon sobrevivencia cotidiana.

trar una visión tan precisa de la realidad

cotidiana, un inventario tande la preciso Las tendencias naturalísticas en las


fauna y la flora locales. Aun cuando esta artes, como ya lo veía Worringer, (12)
cerámica haya estado destinada a servir implican una aceptación cabal del mun

las ceremonias militares o religiosas, apa do, una relación amable y panteísta que

rece como liberada de las exigencias del lleva al hombre a identificarse -vía la pro

relato oficial de los hechos y de la sumi yección sentimental-


con todas las formas
sión a los personajes importantes. En los orgánicas del universo. Pero este impulso
retratos de grandes señores, nada
hay de a la identificación, para transformarse en

una actitud servil o temerosa sino más objeto artístico, requiere de una voluntad

bien una proximidad fácil. De esta cerá de forma que objetive, que otorgue dis
mica naturalista del pueblo Mochica po tancia, a aquello que será forma estética. Y
demos deducir una visión amable, opti es en ese doble proceso de creación de un

de la realidad. Un sentimiento como


mista mundo objetivo
y de nacimiento de la
de libertad recientemente adquirida pare conciencia en el individuo, que surge la
ce surgir de estas formas plenas de simpa obra de arte. En el caso del naturalismo

tía, de humor, a veces de respeto, pero Mochica, esta identificación es sólo con

jamás de temor. una parte del mundo real. ¿Por qué el

alfarero Mochica -podemos


preguntarnos-

Pero esta singular capacidad de par eciera no parar mientes en lo que cons
decirlo todo a través del modelado de la tituía, por una parte, la cotidianeidad banal
arcilla no iría más allá de una técnica y una y, por otra, las grandes construcciones,
destreza excepcionales si acaso no encon apoyadas en el trabajo servil? Nos parece

trásemos en esta vasta colección algunas ver aquí un paradigma: la constitución, en


singularidades. En primer término, no la libertad de la experiencia, de un mundo
toda la vida del pueblo Mochica ha sido humano universal. Un mundo que, de
por él representada. Faltan allí los trabajos modo natural, comienza a formarse con

serviles, como la construcción de pirámi aquello que, no limitado por la coacción

des y de obras de regadío. Falta asimismo externa ni por los hábitos de lo cotidiano,
toda referencia del artesano su propio surge a la vez como objeto y como imagen
trabajo. Aspectos todos que encontramos disponibles: los seres de la naturaleza vis
sin embargo en otra cultura similar como tos sin sujeción obsesiva al mito, el Otro en
la egipcia. ¿Cuál es, podríamos pregun su individualidad, la relación sexual que

91
conduce al placer
y no a la reproducción, Del gran número de tumbas abiertas en

el humor, las enfermedades, la muerte. esta zona parece desprenderse que se tra
taba de una sociedad que se dividía en

Este espacio de libertad personal se varias pequeñas ciudades, más bien autó
nos revela, por ejemplo, en la rica galería nomas y hasta cierto punto democráticas.
de retratos que nos ofrece la imaginería No existen trazas de la existencia de un
alfarera de este pueblo. Aquí encontra poder central ni de una religión

mos, en primertérmino, modelados casi institucionalizada. A juzgar por la dispo


con fruición, una serie de personajes mar siciónde las tumbas, el arreglo de los
ginales. Quizás objeto de desprecio, tal cadáveres y la ornamentación de sus cerá

vez venerados por su singularidad cho micas, se trataba de un pueblo profunda

cante, estos seres deformes, ciegos, muti mente religioso y celoso en el cumpli

lados, desollados, enfermos, idiotas, for miento de sus ritos


y ceremonias.

man parte importante de la iconografía


del pueblo Mochica. Sólo en la época El arte de estos antiguos americanos
helenista puede encontrarse una tenden nos revela una extraordinaria capacidad
den- de los colores,
cia semejante a representar lo insólito en el manejo acompañada

tro-de lo humano, que fue, como sabemos, de un cierto descuido en el modelado. En


una forma de negar los cánones abstractos sus jarros de formas bastante regulares,
de la belleza clásica. Pero lo más sobresa confeccionados con una perfección técnica
liente en esta colección de retratos, son las no alcanzada por otras culturas (se ha di
figuras modeladas de grandes dignatarios. cho que la cerámica Nazca sólo es inferior
El retrato es la percepción cabal del otro
y a la porcelana china), pareciera que el arte
presupone, por tanto, una fundamental sano Nazca se hubiera complacido en rea

identidad con él. La dignidad majestuosa lizar algo más que objetos de uso cotidiano
o la distancia desdeñosa sólo pueden des o ceremonial. Como si se tratara de una

cribirse por quienes son capaces de poner sinfonía de colores (empleando a veces

se fuera de ellas. Si recordamos que tanto hasta once tonos diferentes) apoyada en el

los emperadores incas como los aztecas se equilibrio del dibujo y de las superficies, el
guardaban celosamente de ser observa alfarero Nazca armoniza la decoración con
dos por sus gobernados, bajo pena de la forma del vaso utilizando una estilización
muerte, y que, en otras culturas, el cronis de las figuras que lleva a la abstracción.

ta tiende a desaparecer en la impersonali Tanto, que semejanza y modelado pierden


dad de su relato, deberemos conceder al toda importancia frente al juego de formas
retratista Mochica un considerable mar
y superficies coloreadas. Los Nazcas están
gen de libertad personal
y a su cultura, al enlazados con la cultura tardía de Paracas
menos en ciertos respectos, un carácter de la cual proceden extraordinarios teji
laico y desaprensivo. dos, de trama fina y luminoso colorido que
se han mantenido intactos por casi dos
Prácticamente contemporáneos del milenios. Apoyados en la regularidad de la
pueblo Mochica los Nazcas desarrollan su trama y representando figuras humanas,
vida al sur del Perú actual. A diferencia de animales y antropomórficas, estos tejidos
lo que acontece con los Mochicas, no en hacen de la estilización geométrica, de la
contramos en la zona habitada por este
y de la repetición los elementos
simetría

nuevo grupo de pueblos, resto alguno de fundamentales de un arte que se prolonga,


grandes construcciones, templos o pirá sin solución de continuidad, en los tejidos
mides, como tampoco obras de regadío. y cerámicas Nazcas.

92
Para algunos historiadores del arte, en función de una necesidad mágico

la tendencia a la abstracción en las formas religiosa". (14) y en una confesión-


confu

artísticas es propia de una etapa muy tem sión digna de ser colocada junto a otros

prana de las civilizaciones. Según W. tantos de Keyserling Ernesto Grassi nos

Worringer, esto acusa una cierta impoten dice, refiriéndose al arte de los Incas y al
cia del hombre ante el bullente caos del de los Aztecas, que "Si estas obras han

mundo visible y la búsqueda de un refu tomado hoy, en muchos casos, el aspecto

gio en la experiencia interior. "El hombre de lo caricaturesco, de lo demoníaco y de


primitivo
-dice-
aterrado por la vida, bus lo grotesco para el observador occidental,
ca lo inánime... Crear arte significa para él ello se debe a que éste ya no es capaz de
la han
caprichos"

eludir la vida
y sus "Bajo el captar relación religiosa de la que

peso de este fuerte terror metafísico, el surgido". (15)


hombre primitivo recarga sus actos y sus

empresas con toda suerte de motivos reli Es muy poco lo que sabemos de la
giosos". En su rechazo del espacio tridi vida de este antiguo conglomerado de
mensional, lugar de vida orgánica, "su hombres. Ni sus formas de vida, ni sus

actividad artística consiste únicamente en creencias ni la connotación que e su vida

dibujos o grabados sobre planos, (pues) tenían la religión, el trabajo, las relaciones
sólo en las representaciones planas podía sociales, el amor y la muerte. No sabemos

encontrar un símbolo para la imagen for tampoco el exacto significado de sus sím

del No tene bolos, de bicéfalas, de


particular"

mal objeto (12) sus serpientes sus

mos, desgraciadamente, elementos de jui cabezas-trofeo, de la interminable serie de


cio que nos pudieran permitir afirmar que monstruos. Lo desconocemos todo o casi

los Nazcas tenían una actitud negativa todo de ellos. En todo caso, la calidad de
ante la vida o que era, siqtiiera, un pueblo su arte, de sus tejidos, de sus cerámicas

primitivo. Nadie puede negar, en cambio, nos hablan muy alto de sus capacidades

frente a los temas diseñados por el cera creativas. Pero, al igual que otros pueblos

mista Nazca, que ellos están dotados de hijos del desierto, el arte de los Nazcas
una profusa simbología de un claro conte parecería negarse a contar nada de sus

nido mítico-religioso. "Todos los grandes autores.

estilos del pasado -expresa André Malraux


en su Museo Imaginario- son religiosos Pero el observador que sabe desen
y
sirven fundamentalmente para hacer que tenderse de reglas pretendidamente uni

los dioses adquieran forma... El estilo de versales de la historia del arte


y que se

todo gran arte religioso no es una manera interesa más en la forma que se hace pre

de ver las cosas, sino el medio de incluirlas sente que en lo que ella aparentemente

(13). Y
sagrado"

en un todo en una afir simboliza, sabrá apreciar en esta cerámica

mación general que pareciera aplicarse una voluntad de forma y una amorosa

especialmente a la cerámica Nazca, técnica, que trascienden toda sujeción a

Leopoldo Castedo afirma: "elllamado arte ese ignoto mundo de significaciones. Por
precolombino es, tal vez con mayores atri que todos sus elementos, en una pieza de
butos que ningún otro, resultante de las cerámica Nazca, parecen confluir hacia
expresiones plástica, musical un sólo fin, parecen estructurarse en torno
y espacial
de un mundo mítico que domina por com a la obtención de una finalidad precisa: la
pleto el pensamiento y la acción del hom conformación de un objeto único y valioso
bre. No persigue ideas o abstracciones en en sí mismo. La armonización de las su

sí mismas, porque lo que describe lo hace perficies coloreadas en relación tanto con

93
la de los tonos como fetas, guerreros malandrines, todas las
complementariedad
y
con el tamaño de las zonas respectivas, la criaturas de esta desaforada realidad ame
adecuación del dibujo a las formas del ricana hemos tenido que pedirle muy poco

vaso, la terminación cuidadosísima, que a la imaginación", continua diciendo Gar


consiste en un pulimiento acabado que cía Márquez al dar cuenta de nuestro pre
fin, tan gran medida inventado por
asemeja barniz; todo, en conduce a sente -en

pensar que más allá de la fabricación de otros como desatendido por nosotros mis

destinado a la ceremo la y desenraizado.


mos-
un jarro utilitario o a vez profundo

nia o a la representación más o menos

estilizada del mundo que lo rodea, lo que El motivo y variaciones de nuestro


guía al artesano Nazca es el placer por la primer las diferentes
movimiento, esto es,

obra misma. Americas que la imaginación europea ha


venido construyendo a lo largo de los

Pues aparece en esos objetos algo tiempos, no son material que debiéramos
más que una simple tendencia a la crea condenar a desaparecer. Por el contrario,
ción artística entendida como pura volun ellas, en su contradicción misma, forman
tad de armonía. Más allá de las nuestra propia imagen. Varios siglos las
elucubraciones o de las extrapolaciones a han autentificado. Y de ello no nos ha
que nos invita nuestra ignorancia, nos informado ni la Historia ni la Sociología
parece cierto que en este pueblo se puede sino el arte de la novela. En la medida en

encontrar una actitud que es bastante tar que esta última ha sido, para nosotros

día en toda la historia del arte. Esta consis latinoamericanos, un ejercicio de


te en el descubrimiento de la individuali autoconocimiento.

dad de la obra, en el despojo de su calidad

de mero signo iconográfico o simbólico Del segundo movimiento retenga

para convertirla en objeto de arte. Aun mos también el verdadero sentido denues-

cuando, seguramente, en esos albores de tro viaje a las catacumbas. Lo muerto,


la experiencia estética, no existiera aun el muerto está. Ni la nostalgia ni la conmise
lenguaje ni la conciencia plena de dicha ración lograrán restaurar formas de vida,
experiencia. En todo caso, pudiera decirse mitologías, creencias desaparecidas para
que aquí, también, alguna vez sopló el siempre.

espíritu.

Pues no hay memoria que pueda

reconstituirse con materiales que le son

Tercer Movimiento o elogio de la vivencialmente ajenos, aun cuando razo

cultura mestiza. nes éticas y políticas así parecieran exigir

lo. Porque, a pesar de que buena parte de


Una realidad que no es la del papel, sino los americanos de hoy descienden de esas
"manos de color de que un día
arcilla"

que vive con nosotros y que determina cada

instante de nuestras muertes cotidianas, que crearon objetos imperecibles, parece ha


sustenta un manantial de creación insaciable, berse perdido para siempre la continuidad
pleno de desdicha y belleza. histórica y cultural entre esos hombres y
nosotros. Recuperarla no es, a nuestro jui

Gabriel García Márquez. (Discur cio, un problema de conocimiento o de


so de recepción del Premio Nobel) voluntad, sino de mirada. De cambiar esa

visión arqueológica que hasta hoy hemos


"Poetas y mendigos, músicos y pro utilizado como única vía de acceso a las

94
culturas precolombinas por la amorosa lengua italiana con materiales del habla
mirada del contacto estético con todo lo vulgar; Fichte, instando a la nación alema-
que ellos crearon. El objeto arqueológico na a construir su grandeza política
y espi
nos será siempre distante. La obra de arte, ritual sobre sus raíces latinas y germanas
en cambio al establecer una identidad fun- han hecho, mejor que lo que yo pudiera

damental entre creador y contemplador hacer aquí, el elogio de la cultura mestiza.


nos muestra, mejor que cualquier ideolo
gía, los anchos límites y el fundamental Porque, en verdad, toda verdadera
mestizaje de nuestra cultura. cultura es deuda con muchas vertientes,
es varias veces mestiza. El elogio de la
Cicerón, hablando de revivir en cultura mestiza no sería, entonces sino

Roma las formas del arte y del pensamien- elogio de la cultura, sin más. Pero esto es,
to griegos; el Dante, creando la nueva ya, otra sinfonía.

NOTAS

1. en Alberto Durero: Journal de voyage dans les anciens Pays-Bas, année 1520. La
Connaissance. Bruxelles, 1970.
2.- América"
Reconozco el origen de mi preocupación por estas "imágenes de en los
trabajos de Miguel Rojas Mix.
"invención"
3.- Esta de la
no es necesariamente sinónima que postula O'Gorman (E.
O'Gorman: La invención de América. F.C.E. México, 1958.
4.- Cristóbal Colón: Los 4 viajes, Testamento. Edición de Consuelo Várela. Alianza
Editorial, Madrid, 1986.
5.- Bartolomé de las Casas: Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Edición de
André de St. Lo. Edit. Cátedra, Madrid, 1982.
6.- Juan Ginés de Sepúlveda: Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios.
F.C.E. México, 1941.
7.- G. L. Leclerc de Buffon: Histoire de l'homme. Tomo XX.
naturelle genérale et particuliére

París, s.a.

8.- G. W. F. Hegel: Lecons sur la philosophie de l'histoire. Trad. J. Gibelin. Vrin, 1963.
9.- (1799-
Alejandro Humboldt: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente
1804). París. 1826.
10.- Octavio Paz: Puertas F.C.E. México, 1972.
al campo.
11.-
Wittfogel, Karl: Oriental Despotism.
Yale Univ. Press. 1957. Yale
Como también:
E. Steward. (Edit.): The irrigation civilisations. Symposium Pan American Union,
Washington, 1955.
12.- W. Worringer: Abstracción y naturaleza: F.C.E. México 1983.
13.- André Malraux: LeMuséelmaginaire. Tomo I de Psicologie del Art. Skira, Généve. 1949.
14.- Leopoldo Castedo: Historia del Arte
y de la Arquitectura latinoamericana. Edz'f.
Pomaire. Madrid, 1970.
15.-
Ernesto Grassi: Arte y mito. Nueva Visión. B. Aires. 1968

95

También podría gustarte