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Tema 4 Historia de La Salvacion
Tema 4 Historia de La Salvacion
Nota: Este tema hay que situarlo como continuación del primero (Iniciación
a la Biblia), del segundo (Antiguo Testamento) y se completa con el
tercero (Nuevo Testamento). Por consiguiente se puede seguir
parecida metodología que en su momento se sugería.
0/ Introducción.-
- Sin embargo, el hombre es colmado de grandes dones por parte de Dios: El jardín con
abundancia de agua, de árboles y de frutos (Gn 2,9-14) --> imagen de la plenitud de vida y
de bienes (Ez 47,1-12), (Jn 4,14; 7,38-39) y (Is 51,3).
- El hombre se presenta desnudo (Gn 2,25), o sea, pobre, indefenso, impotente ante Dios.
- Por eso Dios se manifiesta al hombre desde los orígenes para hacerle partícipe de su
misma vida y de su señorío. Por eso le pone en el centro del jardín ---> como superior a
todas las criaturas. La relación entre Dios y el hombre es descrita como si fueran amigos
(Gn 3,8): Dios ha llamado al hombre "un ser limitado" e inferior a El, a vivir a su nivel. Pero,
con una condición--> la acogida por parte del hombre de esta invitación divina. Al hombre le
cabe aceptar libremente esta situación privilegiada.
Aquí radica el significado del relato del paraíso y, además, es la base de toda la historia de
la salvación. Desgraciadamente el hombre no quiso responder positivamente al plan de
amistad y cercanía de Dios. No correspondió como vemos en el Gn 3.
- Cuando el AT se pregunta )Por qué Dios ha creado el mundo? responde: lo ha creado con
vistas a la Alianza, es decir, con vistas a un plan de salvación de la humanidad por medio
de Israel, o sea, al crear el mundo, Dios tenía ya ante los ojos la Alianza que iba a
establecer con los hombres.
"Queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó, además
personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio" (DV 3).
- La misma verdad aparece en el NT, que relee el caso de Adán con referencia a Cristo. Se
considera a Adán el progenitor de la humanidad pecadora dominada por la muerte y se le
pone en contraposición a Cristo (Rm 5, 12-21), el cual devuelve a la humanidad al estado
primitivo de gracia y de comunión con Dios.
En efecto, Cristo - con su muerte por amor - reconcilia a la humanidad con Dios. (Rm 5, 10-
11; 2Cor 5, 18ss.).
Se podría afirmar que la situación de Adán, antes de la culpa, era semejante a la de Cristo
con su redención. Sin embargo, Adán y Jesús no están en el mismo plano, pues, Adán está
compuesto de un principio material, al que Dios ha añadido el don de la vida "soplo divino"
(Gn 2,7), mientras que Cristo es "Espíritu vivificante" que viene del cielo (1Cor 15,45-47).
Por eso Cristo es el prototipo al que está referido Adán como pálida imagen o "figura del
que ha de venir" (Rm 5,14). Por esta misma razón, la gracia original es sólo un primer
estadio respecto a la revelación realizada por Cristo.
2.1/ Abraham:
A la revelación que se inicia con Abraham se le llama "revelación como promesa" pues,
la novedad de esta revelación radica en que está proyectada hacia el futuro, según la
palabra fiel de Dios. Por parte del hombre, a tal promesa, le corresponde la fe y la
obediencia y no sólo el conocimiento. El paradigma lo tenemos en Abraham. Veamos el
proceso de la revelación en él.
- Dios es el que llama, toma la iniciativa. Rompe el silencio y elige a Abraham. Este es un
rasgo de toda la historia de Israel. Siempre, lo primero, es la iniciativa gratuita de Dios.
La propuesta de Dios --> dejar el país el clan paterno para dirigirse a un nuevo país. Se
trata de un paso, de un éxodo - de lo conocido a lo desconocido - pero con la garantía de la
palabra de Dios. La voluntad de Dios es hacer de Abraham un peregrino que organice su
vida no con los parámetros humanos sino con los de Dios.
La promesa de Dios --> hacer de Abraham un gran pueblo, cabeza de multitud de gentes. Y
es que la salvación está ligada siempre a un conjunto de personas unidas por medio de
una cabeza, formando casi una sola persona -> se refiere a "la personalidad corporativa"
propia de la mentalidad bíblica.
Abraham será un pueblo, el pueblo de Dios. Unido a esto está el ser mediador: "En ti serán
benditas todas las familias de la tierra". Así, Abraham se convierte en la persona de la que
Dios se sirve para bendecir a la humanidad. Es un instrumento en la manos de Dios. Asi
ocurrirá en toda la historia de la salvación.
- Dios propone una realidad a Abraham, que aún no está presente y que humanamente es
imposible: Dios le promete una numerosa descendencia y Abraham no puede tener hijos.
Aquí está la paradoja --> Sara no puede tener hijos y además en una tierra extranjera no
es fácil sobrevivir y menos aún multiplicarse.
Abraham --> Se tiene que dar una correspondencia, una fidelidad:"camina delante de mí
y sé integro". El hombre queda ligado a Dios para siempre, queda inserto en el plan de
Dios. Esta es la razón por la que Dios cambia el nombre a Abraham, para indicar que le
pertenece totalmente.
El signo exterior de la alianza es la circuncisión como sello de pertenencia a Dios y
recuerdo de las obligaciones asumidas y de sus correspondientes beneficios.
--> Gerhard von Rad: "Tras estos 19 versículos hay una enorme experiencia de fe: saber
que, con frecuencia, Dios parece contradecirse, parece que actúa como si quisiera excluir
de la historia la salvación que con ella había emprendido. Así es como Dios pone a prueba
la fe y la obediencia"(p.300).
Aunque Dios parece contradecirse a sí mismo, Abraham se muestra docilísimo a la palabra
de Dios porque "pensaba que poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos.
Por eso lo recobró para que Isaac fuera también figura" (Hb 1,19).
Ex 3,7-8 --> "Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto..., y he bajado para
liberarlos.
- Una vez más, Dios toma la iniciativa y en este caso toma partido ante los sufrimientos del
pueblo. pero veamos algunas precisiones:
+ Moisés se cubre el rostro en señal de respeto ante la
superioridad de Dios y su trascendencia.
+ La vocación de Moisés está en función de la salvación de todo el pueblo. Así actúa la
revelación salvífica.
+ Moisés, a diferencia de Abraham, se muestra dudoso a la hora de aceptar la misión: Ex
3.11.13; 4,1-10.13. Esto indica que es Dios el que salva no el hombre, y que se sirve de la
poquedad humana. Igual ocurrirá con Jeremías y Jonás.
+ En esta manifestación Dios revela su nombre, indicando no sólo la realidad íntima de
Dios, sino su "estar presente en medio del pueblo" con su poder liberador. El es el Salvador
de su pueblo, porque tiene poder para liberarlo y lo hace estando con su pueblo, guiándole.
b) La liberación Ex 7-15:
- La forma de manifestar Dios su ser radica en el gran hecho que libra al pueblo israelita
de la esclavitud de los egipcios: las plagas, la pascua y el paso del mar rojo.
Este es el acontecimiento central de la historia de la salvación del AT: Dios es omnipotente
y sólo él es el Señor y el verdadero Dios. La promesa hecha a Abraham y repetida a
Moisés, empieza ahora a convertirse en realidad --> Dios demuestra que puede realizar lo
que ha prometido, llevar a su pueblo a una tierra de bendición y de paz. Así la palabra
divina queda verificada y garantizada por los hechos.
- Por una parte, Dios afirma su soberanía, en su deseo de comunicarse con el pueblo: "Lo
he traído a mí".
- Por otra parte, al pueblo se le exige la escucha de la voz del Señor: "Si queréis escuchar
mi voz, escucha Israel...," y la fidelidad a la alianza, para mantener así, el pacto de unión
con Dios. En esta circunstancia se forja una nueva realidad en el pueblo: un nuevo modo de
ser --> ahora pertenece a Dios de manera única respecto a los demás pueblos. Se
convierte así, en un pueblo consagrado a Dios, que deberá culto a Yavé y testimoniar ante
la gente la verdad del único Dios.
d) La prueba ==>
- El pueblo debe fiarse sólo de la palabra de Dios, que lleva a la salvación, aunque
aparezca absurda. Esta actitud de fe se pone a prueba, lo mismo que ocurrió a Abraham. Si
bien, el pueblo cede a la prueba. Varios son los aspectos que se pueden destacar:
+La prueba del pan --> Ex 16, 2-6; del agua --> Ex 17, 2-6. Pruebas banales, pero que
suscitan una reacción violenta del pueblo. Dios pone remedio con el milagro del maná
caído del cielo y el agua que brota de la peña. Este hecho es rico en valor salvífico --> el
pan de vida (Jn 6) y el agua purificadora y salvadora (1Cor 10,4).
+El Becerro de oro --> Ex 32, 1-6. En esta tentación de idolatría el pueblo cede haciéndose
un Dios como todos los otros pueblos. Es el pecado más grave de Israel, pues, toca el
mismo corazón de la Alianza, ya que se deja de reconocer a Yavé como único Dios.
+Tentación de no reconocer a Moisés como único enviado de Dios:
Israel, aunque dice que reconoce a Dios, de hecho rechaza a sus representantes, a sus
enviados. Trata de buscar su propia salvación, apartándose de la salvación de Dios.
3/ En tierra de Canaán.-
Ya en Canaán, Israel se encuentra ante una situación nueva: Debe elegir si permanece fiel
a su misión y vocación o si se organiza de otra manera, o sea, elegir entre fiarse del poder
humano o el poder de Dios.
De hecho, Israel se paganiza por cuanto se asimila a los otros pueblos, organizándose al
estilo de ellos, incluso en el culto a otros dioses. Es un tiempo fuerte de prueba: La idolatría,
la vida política y el profetismo.
a) La idolatría:
- Se expresa en el intento de asimilar a Yavé con Baal. Al pueblo le fascina tanto el culto a
Baal que termina aplicando a Yavé los atributos, ritos y mitos de Baal, hasta el punto de
transformar no tanto a Baal en Yavé cuanto a Yavé en Baal [Sacrificios humanos].
- Esta tensión entre Dios y los dioses tiene su punto culmen en el desafío que Elías propone
a los sacerdotes y a los profetas de Baal: "Si Yavé es Dios, seguidle, si Baal, seguid a éste
(1Re 18,21).
+ Con Jezabel (Princesa sidonia) casada con el débil Ajab, Baal de tiro estuvo a punto de
suplantar a Yavé. La intervención de Elías hizo fracasar el sacrílego plan. El dramático
desafió entre Yavé y Baal en el monte Carmelo terminó con la victoria del Dios de Israel.
- Por medio de los profetas, se llegará a afirmar que los ídolos de las otras religiones no son
nada. No existen de verdad, son producto y fabricación de los hombres.
Los profetas (Am 5,26; Os 8,4-8; Jr 10,3; Is 41,6ss; 44,9-20) señalan una perversión
religiosa: en vez de adorar a su creador, la criatura adora los objetos fabricados por
sus propias manos.
- Otro intento de Israel es el de impostar la propia vida política sobre la falsilla de los
pueblos vecinos. Dios es el único soberano de Israel: Teocracia. Así se había visto desde
siempre, incluso cuando Dios suscita hombres que asisten al Pueblo en los momentos
difíciles (Débora, Gedeón, Sansón, Samuel,...), es siempre el Espíritu el que los llama y los
mueve, ellos son instrumentos en las manos de Dios único soberano.
- Y, sin embargo, quieren un rey, un representante político del pueblo, al igual que los
demás pueblos. Samuel tendrá que ceder al fin a la presión: "Tendremos un rey y nosotros
seremos también como los demás pueblos: nuestro rey nos juzgará, irá al frente de
nosotros y combatirá en nuestros combates" (1S 8,19ss). El rey pasa a ser el Señor y rey
del pueblo. Esto significa un rechazo de la realeza de Dios, y viene motivada por una crisis
de fe en la fidelidad a su promesa y en su poder operativo.
Israel va perdiendo su propia identidad y se vuelve como los demás pueblos, que basan su
propia seguridad en las fuerzas humanas y se dejan guiar por los ideales y proyectos
humanos.
- Dios, sin embargo, no rechaza esta elección humana del pueblo, pues, sigue llevando
adelante su promesa: "Tu casa y tu reino permanecerán siempre ante mí, tu trono estará
firme eternamente" (2S 7,16). La dinastía real se convierte en el medio de los planes de
Dios para llevar a cabo su salvación y con David surge la tradición del mesianismo real (2S
7-14; Sal 2,7).
- El profeta es el que habla en lugar de Dios, en nombre de Dios. Claro, Dios es el que le
llama y le elige. Por lo demás, profeta (término similar a vidente) es alguien que ve los
hechos y las cosas según la perspectiva divina y con una mirada no sólo ante el pasado y el
futuro, sino también hacia el presente.
- Israel, infiel, será castigado, pero, porque Dios ama a su pueblo, un pequeño resto
escapará de la espada de los invasores. Este pueblo purificado y fiel volverá a ser una
nación poderosa.
En esta situación el profeta es el consolador ante el exilio, la esclavitud, animando al
pueblo a esperar en la bondad y en el poder divino. Interceden ante Dios y le recuerdan la
Alianza y que no falte a su palabra.
===> En este sentido anuncian las catástrofes como castigo divino de los pecados
cometidos, pero al mismo tiempo como un momento de purificación y de espera de un
nuevo acontecimiento de salvación y liberación. Será una realidad nueva con una alianza
universal y definitiva que tocará el corazón del hombre y hará de él un corazón nuevo (Is
19,19ss. 55,3; Ez 37,26 (exilio babilónico 593-571). Jr 31,31-34 (destrucción de Jerusalén
605-597). Ej: Ezequiel anuncia, con la visión del campo de los muertos una nueva vida
(37,1-14).
- Pero, además, Dios conducirá al pueblo a una tierra nueva como nos dice (Is 43) y
manifestará su gloria (Ageo, Zacarías y Malaquías). Es más, esta salvación alcanzará a
todos los pueblos (Jr 16,19; Is 56,7; Za 2,14). Así se restablecerá una paz y una felicidad
semejante al paraíso primitivo (Is 35,1-10).
- Dios, trata de entrar en comunión con el hombre, movido por un deseo de benevolencia y
amor. Se hace cercano y amigo del hombre a pesar de ser superior y autónomo. Ahora
bien, Dios ama corriendo el riesgo de la no correspondencia. Y, ¿por qué ocurre esto? ) Por
qué ama Dios hasta el punto de experimentar el fracaso del amor, o que su amor pueda
parecer poco reflexivo y loco.
- Ya en el Génesis vemos esta predilección por el hombre (1,26) y sin embargo, éste -
creado libre - rompe con Dios y a pesar de ello, Dios usa su misericordia y promete la
salvación (Gn 3,15).
- Luego, Dios llama a Abraham y a Moisés e inaugura un camino nuevo para la humanidad,
que lentamente sube la pendiente y se acerca más a Dios. Dios, a su vez, se hace más
cercano y comparte hasta su historia.
--> El amor de Dios llega a la obligación de unirse a su pueblo, a serle fiel, a pesar del
pecado y la dureza de Israel. Oseas recurre a la imagen del amor entre los esposos (2,
16.18) y sin embarbo, Israel, le es infiel y le traiciona (Ez 16). Pero lo sorprendente, es que
Dios sigue amando. )Por qué Dios ama hasta tal punto y sin medida? Esencialmente
porque Dios es amor (1Jn 4,8b).
Por consiguiente, podemos concluir, que el amor que Dios ha revelado es un amor
esencialmente libre y gratuito,, es decir, que ama sólo por amor y sin otros intereses o
motivaciones. De ahí, que se exponga a la no correspondencia. Veamos lo que dice Jüngel
sobre el verdadero amor:
"El verdadero amor es dilapidor a la vista de sí mismo. Quiere irradiar donde existe falta de
amor..., pero esto lo hace en atención a su impotencia frente a todo lo que no es amor. En
este sentido podría decirse que el amor no teme su propia impotencia..., Pues la fuerza del
amor consiste, precisamente, en la certeza de que el amor sólo mediante el amor puede
ayudar a la victoria". (pág. 416-417).
Por esta razón el verdadero amor está dispuesto a soportar el rechazo del amor hasta
correr el riesgo de la derrota o el fracaso. En esta situación el amor adquiere toda su
luminosidad y grandeza, transformándolo y renovándolo todo.
Punto de partida:
- A.T. Es plan y promesa por parte de Dios de la venida de un Mesías (futuro).
- N.T. Se ha cumplido en Jesucristo con él la resurrección alcanza su término y plenitud.
a) Los sinópticos
* Por consiguiente, sólo el Hijo lo ha recibido todo del Padre y, por tanto, sólo el puede
conocerlo plenamente y sólo él está en situación de "revelar" de forma adecuada el
verdadero rostro del Padre y sus designios salvíficos, los misterios del Reino de Dios (Mt
13,11)-> En este texto se nos ofrece el rostro fundamentalmente por el cual Cristo es
verdadera y plenamente el revelador de Dios.
Para Pablo, en Cristo se ha cumplido todas las promesas divinas a lo largo del A.T. (Ga. 4,4;
Ef 1,10; IICor 1,20). En Cristo, Dios ha comunicado a todos los hombres la adopción como
hijos (Ef 1,4-6); la redención y perdón de los pecados (Ef 1,7). Sabiduría e inteligencia para
conocer su voluntad (Ef 1,8-9), En Cristo está todo recapitulado en la plena comunicación del
amor divino.
Además el conocimiento sobre Dios -revelado en el A.T.- a pesar de Moisés y los profetas,
con Cristo se ha desvelado (II Cor 3,16). Cristo nos ha dado a conocer la profundidad de
Dios; la gloria de Dios, que de otra forma hubiera quedado ocultado (IICor 4,5-6). Cristo,
según Pablo, nos ha manifestado la verdadera voluntad de dios, su gran amor a los hombres
y esto porque Cristo con su persona contiene la "plenitud" divina y humana (Col 1,15; 2,9).
Con Cristo la resurrección se ha terminado (Gal 1,6-10).
d) Juan:
- Para Juan, Cristo es la revelación personal y total del Padre, siendo el motivo de toda su
actividad evangélica. De hecho Jesús, afirma que conoce al Padre, está en contacto directo
con El, que lo ha visto y oído: Nicodemo, Jn 3,11ss. Discurso del pan de vida (Jn 6,46).
Fiesta de las tiendas (Jn 7,28ss.). Parábola del buen Pastor (Jn 10,15). Oración
sacerdotal (Jn 17,25). Jesús dice lo que dice el Padre (Jn 17,6).
*La relación de Jesús con Dios es tan inmediata, que llegará a afirmar que quién le ve a El
ve a al Padre (Jn 8,19). De aquí que Jesús al manifestarse a sí mismo manifiesta al Padre
(Jn 14,10ss.).
- En el Prólogo de su evangelio, aparece como Verbo revelado, que existe desde siempre.
Precisamente la Encarnación es la expresión más completa para que la revelación sea vista
y contemplada por los hombres (Jn 1-14). Jesús, como hombre "de carne" es el único que
puede dar a conocer la gloria de Dios y transmitir la gracia y la verdad (Jn 1,14-17).
- Por lo dicho podemos afirmar que en el NT hay una conciencia muy clara de que la
plenitud de la revelación se ha dado en Cristo; es más, que está en el complejo de verdades
que Cristo comunicó personalmente a los apóstoles durante su vida terrena (Jn 14,25ss.;
16,12ss). Esta plenitud de la revelación se entiende de dos formas:
*Cristo es el Hijo de Dios, mientras que los otros mediadores del AT, han sido hombres
llamados por Dios y por tanto instrumentos humanos de Dios y, por consiguiente, parciales.
Sólo Jesús es la plenitud exhaustiva de la manifestación divina, en cuanto que es Dios. Lo
cual significa un salto cualitativo - como acontecimiento absolutamente nuevo - con relación
al AT, si bien, hay una continuidad progresiva del AT al NT.
a) El ser de Cristo: Dios revelado y revelador y respuesta plena del hombre a Dios:
- Cristo es el Dios revelador: Al igual que lo son el Padre y el Espíritu Santo. Como ya
hemos visto es Dios [las Tres Personas de la Santísima Trinidad] el que se revela a los
hombres. Por lo demás, como Verbo de Dios es la expresión viva y completa del Padre, que
existe con la misma naturaleza y participa de la misma riqueza de la divinidad.
- Cristo es también el camino que revela la verdad y comunica la vida (Jn 14, 5-6), es
decir, el medio a través del cual Dios da a conocer en plenitud lo que él es y lo que quiere, lo
que nosotros somos y estamos llamados a ser en el plano salvífico. Cristo es el único modo
para llegar a Dios.
- Cristo es además, signo de la revelación tanto por su humanidad -como realidad visible- en
la cual se contiene el ser del Verbo; como por sus acciones, gestos y milagros, en cuanto
que expresan de manera humana su realidad profunda y divina. Es decir, la encarnación es
signo visible y eficaz de la redención. Es la definitiva visibilidad de Dios, porque en el hombre
Jesús vive y actúa Dios mismo. Dios se humaniza.
El significado de la muerte de Jesús va desde: el profeta que muere como testigo, hasta el
del Hijo que perdona.
- Su muerte, es una realidad humana, no simple destino biológico, por cuanto que es la
consecuencia de la elección de poner el testimonio de la verdad por encima de la propia vida
(Jn 18,37). Paga con la propia vida la proclamación de la verdad que se opone a toda falsa
esperanza.
- La muerte es también, la manifestación de la infinita sabiduría del Padre, ante ella, Jesús,
es el Hijo obediente, en la disponibilidad amorosa y libre de hacer todo lo que el Padre
quiere, incluso si ello comporta el sacrificio de la propia vida, porque es consciente de la
Sabiduría y amor del Padre. Así manifiesta la verdadera unión filial con el Padre.
- Otro significado nos viene dado ante la actitud frente a los verdugos y a la interpretación
que da a su muerte. Perdonando en el acto de la muerte, Jesús comunica el perdón de Dios
a aquellos que le matan, y en ellos, a toda la humanidad que comparte su actitud. El poder
de perdonar le viene del mismo Padre.
- La muerte además de ser la revelación final del amor de Dios. es la revelación final del
poder del mal sobre el hombre. En la muerte de Cristo se reveló el pecado en toda su
horrorosa amplitud. Es el momento único de nuestra historia en que lo divino se mostró con
todo su poder de amor y de libertad.
- Si la cruz fue el acto revelador supremo por parte de Dios, tiene que darse el acto supremo
de participación receptiva por parte del hombre. No hay revelación si no se da tal
correspondencia - libre - por parte del hombre. Está claro que no fueron los apóstoles
quienes ofrecieron esta receptividad, fue Cristo quien en la cruz ofreció la vida por sus
hermanos (Lc 22, 42-44).
- Esta Kenosis, este abajamiento, es lo que hace que Dios se distinga de los falsos dioses;
su abajamiento es una exaltación del hombre y, por ello, es la muerte de Jesús, Dios está
comprometido totalmente.
- No se puede identificar, pues, la revelación de Cristo con afirmaciones doctrinales, sino que
abarca toda su historia: Desde la Encarnación hasta la Pascua. Todo lo que pertenece a
Cristo forma parte de la función reveladora.
De aquí se sigue el carácter de inmutabilidad de la revelación y de su determinación última
alcanzada con Cristo. Por consiguiente, ya no cabe esperar nada más, ni añadir nada (Mt
5,18) y (DV 4).
- Esto no impide que después de Cristo exista un tiempo que es ya el último, aunque todavía
no se ha realizado en la plenitud de la gloria y que es propiamente el tiempo de la Iglesia.
Sólo que la vida nueva inaugurada por Cristo y continuada en la Iglesia por el Espíritu Santo
está todavía escondida e injertada en el viejo mundo, aunque esté realmente presente.
Con Cristo, el Padre nos ha revelado todo de sí mismo y de su designio salvífico. La Iglesia
no puede añadir nada más a la revelación, sólo puede explicar y aclarar a través de los
siglos aquello que Dios ha revelado en Cristo.
d) Visión Trinitaria:
- La revelación cristiana, en su totalidad, no está sólo referida a Cristo, sino también al Padre
y al Espíritu Santo, en cuanto que las tres divinas Personas están implicadas en la
realización de la salvación humana.
Cristo es la plenitud, porque expresa el misterio del Padre y obra con el poder del Espíritu. La
revelación cristiana se presenta así como al expresión y el fruto de todo el ser trinitario de
Dios, como dice la Dei Verbum 2: " Los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado,
tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo"
- Como en todas las cosas, el Padre es el que toma la iniciativa, porque el Hijo recibe todo
del Padre: ser y misión.
El Padre:- Envía al Hijo como revelador de su designio de amor (1Jn 4, 9-10; Jn 3,16).
-Da testimonio del Hijo y de su acción reveladora por medio de sus obras (Jn 10,25; 5,36-37)
- Atrae a los hombres hacia el Hijo (Jn 6,44).
Espíritu Santo:- Es el soplo de vida y de amor que une al Padre y al Hijo y da poder y efica-
cia a la palabra de Jesucristo.
- Ilumina la mente humana y sostiene la voluntad para que se abra a la comprensión y a la
acogida.
- Hace resonar y penetrar en el ánimo de los creyentes la palabra proclamada por Cristo.
- No hace una nueva revelación ni añade o cambia nada, pero la hace clara y decisiva.
La obra de salvación, ha sido proyectada por el Padre, pero su realización ha sido cumplida
por el Hijo encarnado, y su continua vivificación y eficacia es llevada adelante por el Espíritu.
Podemos, por tanto, concluir que la revelación divina, plenamente realizada en Cristo, es
inseparablemente obra del Padre y del Espíritu Santo.
Se trata de ver el valor de la acción reveladora de Cristo, en relación con el hombre y con
sus exigencias fundamentales de vida y de salvación.
de un futuro hecho a la medida del hombre se disuelven. Entonces: )Qué valor tiene el vivir y
el obrar del hombre? )En qué termina todo? Ante la muerte, surge el problema de la vida y
entonces o bien se identifica con la muerte disolviéndose en la nada, o bien supera la
muerte, volviéndose al ser absoluto --> DIOS.
*Se constata que para poder vivir necesitamos presuponerle un sentido a la vida. Por lo
demás, el deseo y la tendencia metafísica del hombre hacia la felicidad y hacia la vida total,
no puede ser interpretado como una proyección o una alienación, sino que es un
presupuesto ineliminable de la existencia.
- Por otro lado tenemos el progreso de esta civilización que podía estar sustentada en
fundamentos no sólidos, lo cual puede acarrear la posibilidad y el temor del aniquilamiento y
destrucción de la propia humanidad.
- Así pues, en el hombre, coexisten la finitud del hombre y sus obras sociales, junto con el
carácter absoluto de infinitud. El hombre es deseo de infinito y al mismo tiempo no es en
concreto dicho infinito.
- Por lo demás, la tendencia al infinito del hombre no es pensable sin la relación con aquel
que es verdaderamente el Infinito, con el otro que posee en sí el carácter absoluto de la vida.
Sólo poniéndose en relación con Dios puede el hombre descubrir y hacer realidad el sentido
último de sí mismo como ser compuesto al mismo tiempo de limitación y de deseo de
absoluto.
Precisamente, la revelación le aporta los recursos para poder descifrar, pensar y afirmar el
Misterio de lo absoluto.
- La teología se encarga de expresar esta verdad. De forma que afronta el problema de una
presentación de la salvación cristiana adecuada a las nuevas exigencias del mundo. Sin
embargo, hay que decir que la Salvación cristiana, no es una conquista de la inte- ligencia
humana, sino un don ofrecido por Dios y que se personifica en Cristo. Este don está inserto
en la realidad concreta y existencial del hombre, de tal forma que éste puede acogerlo.
*Este fin se propuso el CV.II --> GS 3. Aquí es la luz del evangelio la que se descubre como
verdadera fuente de Salvación: De hecho la salvación cristiana, aunque debe encarnarse en
la realidad concreta histórica del hombre, no recibe su sentido del mundo, sino que da un
sentido al mundo, a fin de que se convierta y se salve (GS, 22). Por consiguiente, el misterio
del Padre y de su amor, revelado y comunicado plenamente en Cristo, constituye la
verdadera salvación del hombre.
El amor vivido en la profundidad del propio ser como don libre y total de Dios, salva
realmente al hombre y lo hace una criatura nueva, en la autenticidad de sí mismo, libre y
abierto a los otros.
- Ahora bien el hombre es una criatura herida en lo más íntimo porque ha fallado en el amor.
Se trata, en sustancia, de la presencia del pecado, que se considera como la falta de amor,
porque juntamente con él, el hombre ha perdido la comunión con la vida y con la verdad, es
decir, la comunión con Dios.
- Es imposible que nadie lo ame, porque ha rechazado el primer amor creador, el más
verdadero. Ahora se encierra en sí mismo, obstinándose en su soledad y en la propia
insatisfacción, y empieza a poner en torno a sí, barreras y mecanismos de defensa que lo
alejan de los otros y le impiden ser él mismo.
- Esta es su triste realidad y su verdadero mal, aunque no siempre se dé cuenta o no sea
consciente o lo quiera ocultar. Aquí está el origen de todos sus males: frustraciones,
desequilibrios, maldades, etc.
===> Sin embargo, está hecho para el amor, nos lo dice la GS, 19.
- El que desconoce la experiencia de ser amado, nunca puede vivir realmente en plenitud el
sentido del amor hacia sí y hacia los otros. Sólo el amor sana la sociedad y libra al hombre
de la esclavitud de la propia incapacidad de ser. Ahora bien, sólo el amor que ama en
plenitud es el amor salvífico, desde luego no el amor mezclado con el egoísmo y otros
intereses.
- Y, sin embargo, este amor auténtico no es posible en ninguna criatura, que, aunque se
entregue con amor, no puede darse totalmente a sí misma como amor. Sólo Dios, que es
amor, puede darse en la totalidad y en la verdad del amor. Este amor lo ha comunicado Dios
al hombre en su Hijo Jesús, a fin de que el hombre pueda, en Cristo, ser acogido por tal
amor.
*La realidad cristiana de la salvación es este ser nuevamente amado hasta el fin, ser
aceptado por el amor absoluto y gratuito del Padre. El hombre redimido es el que ha
encontrado el amor verdadero y lo ha hecho suyo hasta en la intimidad de su ser. Es
entonces cuando se ha convertido en un hombre distinto, en una criatura nueva dispuesta a
amar en la misma medida del amor. Sabe que el amor sólo se transmite con el amor. Su
fuerza es la de amar por amor, convirtiéndose en testigo de la salvación de Cristo ante los
hombres. De este modo, el cristiano se convierte en un auténtico renovador de la humanidad
al igual que Cristo.
BIBLIOGRAFIA: