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Sistema de Salud de China
Sistema de Salud de China
© 2013 Autor(es) Revista Internacional de Seguridad Social © 2013 AISS Revista Internacional de Seguridad Social, vol. 66, 1/2013
Publicado por Blackwell Publishing Ltd, 9600 Garsington Road, Oxford OX4 2DQ, UK y 350 Main Street, Malden, MA 02148, USA
El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
Introducción
Revista Internacional de Seguridad Social, vol. 66, 1/2013 © 2013 Autor(es) Revista Internacional de Seguridad Social © 2013 AISS
El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
Residente urbano Seguro de salud Tratamiento o copagos Para ayudar a realizar los
empleado obligatorio hospitalarios y copagos en tiempos de
(UEBMI) ambulatorios necesidad
Residentes urbanos sin Seguro de salud Tratamiento hospitalario Porcentaje de costos de
un contrato de trabajo voluntario y tratamiento de tratamiento hospitalario
(URBMI) enfermedades crónicas (no existe una directriz
nacional)
Residentes rurales Seguro de salud Tratamiento hospitalario Enfermedades graves
voluntario y tratamiento de
(NCMS) enfermedades crónicas
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
dificultades en los procesos de toma de decisiones, ya que cada ministerio tiene sus
propios objetivos y su propio programa. La administración china está dividida en
un total de cinco estamentos de la administración: nacional; provincial, que también
incluye las regiones autónomas; de condado; de distrito y municipal. En el ámbito
administrativo nacional y provincial, en particular, existen diferentes intereses for-
males que influyen en la política de salud; esta realidad entra en conflicto con las
estructuras de gobernanza centralizada y causa problemas en la toma decisiones,
así como en el cumplimiento de las políticas y las leyes (Bloom, 2004).
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
para los trabajadores ha sido menos generoso como consecuencia de las reformas.
Por ejemplo, si bien el antiguo sistema era, en su mayor parte, gratuito, los trabaja-
dores asegurados deben pagar cotizaciones en la actualidad, y se ha reducido el
reembolso de los costos de los servicios de salud asumidos (Zhang, 2005).
Además del UEBMI, se está promoviendo un seguro de salud complementario de
la empresa. Para ofrecer una visión más completa de los trabajadores, los funcionarios
y los trabajadores del sector público reciben prestaciones adicionales y existe un
programa de asistencia médica para las personas vulnerables que necesitan ayuda.
Cuando se introdujo el sistema del UEBMI, se puso de manifiesto que aquellos que
no estaban empleados –como los estudiantes y las personas con discapacidad–
seguirían sin estar asegurados o permanecerían excluidos de la protección del seguro
social. Hasta 2007 no se introdujeron en diversas ciudades y municipios proyectos
experimentales que ofrecían un seguro médico básico a los residentes rurales que no
estaban empleados. El 1.o de julio de 2007 se publicaron las «Directrices del Consejo
de Estado relativas a la expansión del proyecto experimental del Seguro médico básico
para los residentes urbanos». Desde 2009 el URBMI se ha introducido a escala nacio- 109
nal, si bien la participación es voluntaria en la actualidad.
El URBMI se financia mediante las cotizaciones pagadas por los asegurados y
las subvenciones estatales. En la fase experimental la cuantía de la cotización era
especificada por el gobierno de la ciudad respectiva. De conformidad con el plan
experimental de 2007, la persona asegurada recibía del gobierno una subvención
anual de al menos 40 yuanes chinos (CNY)1, de los cuales la administración central
liberaba 20 CNY para las personas que vivían en China central y oriental. En 2008
la subvención se duplicó. Desde 2012 las subvenciones con cargo a los presupuestos
de la administración central y locales ascienden a 240 CNY por habitante (Oficina
del Consejo del Estado, 2012). Los niños y estudiantes con discapacidades graves,
las personas pobres mayores de 60 años, y los residentes que viven en zonas desfa-
vorecidas reciben subvenciones adicionales de las administraciones central y local.
El seguro está organizado sobre la base del principio del reparto, lo cual significa
que las cotizaciones pagadas por el asegurado y las subvenciones estatales se utilizan
para financiar los servicios médicos y no se constituyen grandes reservas financie-
ras. No se ha previsto introducir cuentas personales de ahorros médicos en el marco
del URBMI.
El URBMI se utiliza, fundamentalmente, para los costos del tratamiento hospi-
talario, así como para los costos del tratamiento ambulatorio de enfermedades
1. En octubre de 2012 la cantidad de 100 yuanes chinos (CNY) equivalía a 12,24 euros (EUR) o a
15,98 dólares estadounidenses (USD), aproximadamente.
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
2. Además, desde 2002 se han realizado experimentos para establecer un seguro social con el objetivo
de mitigar el riesgo financiero asociado con el tratamiento de algunas enfermedades; este seguro se
introdujo a escala nacional en 2008 (Comité Central del Partido Comunista de China, 2002, y Ministerio
de Salud y Ministerio de Finanzas, 2008).
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sobre la población rural con el fin de cumplir los objetivos del plan. En la práctica,
el NCMS actúa más bien como un sistema obligatorio.
El antiguo seguro médico cooperativo se había financiado de modo principal a
través de la economía colectiva rural y se había administrado a escala del municipio
de la aldea. En cambio, el NCMS –aunque sigue haciéndose referencia al mismo
como un seguro cooperativo y es administrado por el Ministerio de Salud– está
financiado en esencia con las cotizaciones de los agricultores y las subvenciones
provenientes de diferentes esferas del gobierno. Sólo un apoyo limitado proviene
de la economía colectiva. Los fondos del sistema se establecen y administran a escala
de distrito. En principio, el alcance de la prestación de los servicios de salud está
delimitado únicamente por el valor de dichos fondos, a menos que el Estado
conceda otras subvenciones. El agricultor asegurado sólo pagaba inicialmente un
mínimo de 20 CNY al año en concepto de cotizaciones, y los presupuestos de las
administraciones central y local proporcionaban subvenciones (Oficina del Consejo
de Estado, 2012). Además, los municipios y aldeas también deberían apoyar al
NCMS si explotan empresas colectivas. A este respecto, las administraciones de los
distritos tienen la responsabilidad de establecer las directrices para cada apoyo. Los
fondos del NCMS –al igual que los del URBMI– se utilizan, fundamentalmente,
para sufragar los costos del tratamiento hospitalario y del tratamiento ambulatorio 111
de enfermedades crónicas especificadas. El alcance y la calidad de los servicios son
establecidos por las administraciones de los distritos.
Con el tiempo, las subvenciones destinadas al NCMS a cargo de los presupuestos
financieros centrales y locales han aumentado, al pasar de 20 CNY por habitante en
2006 a 40 CNY por habitante en 2008 y en la actualidad se sitúan en 240 CNY (como
en el caso del URBMI). En 2012 la cotización anual que deben pagar los agricultores
se fijó en 60 CNY. El límite máximo de reembolso anual equivale a ocho veces los
ingresos anuales nacionales promedio (Oficina del Consejo del Estado, 2012).
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pobres y hogares de «Cinco tipos de ayuda»3. En las áreas cubiertas por el NCMS,
las personas que lo necesitan pueden recibir asistencia financiera para subvencionar
su participación en el sistema médico cooperativo. En el caso de enfermedades
graves, se concede a las familias la asistencia médica financiera necesaria. En lo que
respecta a las familias necesitadas que no participan en el NCMS, la asistencia
médica financiera se limita a atención hospitalaria.
En las zonas urbanas las personas necesitadas se definen como residentes que
reciben asistencia para el mínimo existencial4, aquéllas que no participan en el
UEBMI, aquéllas que sí participan, pero que no pueden sufragar los costos médicos,
y otras que se encuentran en circunstancias difíciles. En todos los casos, la MFA se
paga para financiar los costos de la atención hospitalaria.
Las normas para el desembolso de la MFA en las zonas rurales y urbanas son
establecidas por las administraciones locales, que crean y mantienen los fondos. En
las zonas más pobres de China central y occidental, las administraciones locales
reciben apoyo de la administración central (Liu, 2011; Oficina del Consejo de
Estado, 2012). El sistema de la MFA sigue siendo incipiente, y aunque su función
se comprende cada vez más, su aplicación más amplia sólo tiene lugar de modo
gradual.
112
Análisis de las reformas
A raíz de las reformas, la calidad de los servicios de salud ofrecidos por el sistema
de salud chino se ha deteriorado. El nuevo sistema de salud sólo cubre práctica-
mente en su totalidad los riesgos de las enfermedades graves. Esto significa que la
atención básica de salud y el tratamiento ambulatorio deben ser autofinanciados
por el asegurado (Ge y Gong, 2007). Además, las normas relativas a los límites
mínimos y máximos del reembolso son tan estrictas que en el caso del UEBMI, en
promedio, aproximadamente el 40 por ciento de los costos deben ser sufragados
por el asegurado (Gao, 2006); en el caso del NCMS constituye más del 70 por ciento
(Grupo de Evaluación, 2006). Esto representa una clara disminución del grado de
cobertura en comparación con los servicios de salud proporcionados en el momento
de la economía planificada.
El UEBMI incluye un sistema de cuentas personales de ahorros médicos utiliza-
das para los costos del tratamiento ambulatorio. Este modelo, copiado del seguro
oficial de pensiones, ha sido criticado por observadores (Gao, 2006; Rösner, 2004)
3. El concepto de hogares de «Cinco tipos de ayuda» hace referencia a las familias de las zonas rurales
que reciben asistencia específica. Esta asistencia garantiza comida, ropa, vivienda, atención médica y
servicios funerarios a las personas necesitadas (Liu, 2011).
4. El mínimo existencial es el nivel de ingresos requeridos como una necesidad social. Por lo general,
suele ser muy inferior al exigido para mantener un nivel mínimo de vida determinado a escala
nacional.
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
debido a que considera de una manera muy limitada el papel de solidaridad que
desempeña el seguro social –sólo el 4,2 por ciento del salario total asegurado se
transfiere al fondo de solidaridad del seguro de salud–, de tal modo que el asegu-
rado debe financiar predominantemente el seguro básico de salud (Lin, 2002; Ge
y Gong, 2007). Asimismo, los costos de administración correspondientes a las
cuentas personales de ahorros médicos en relación con el bajo nivel de cotizaciones
transferidas a las mismas son relativamente altos, mientras que el tipo de interés
pagado sobre los ahorros individuales es bajo. A su vez, los saldos individuales
pueden ser utilizados por el asegurado con fines que no sean sufragar los costos
médicos, por ejemplo, con la aprobación de los organismos responsables, pueden
utilizarse para adquirir bienes en determinados comercios (Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social, 2007a). Éste es el motivo por el que se ha propuesto, reiterada-
mente, acabar con las cuentas personales de ahorros médicos, propuesta a la que el
Gobierno chino ha decidido no dar curso hasta la fecha.
Con respecto a los objetivos de las reformas del sistema de salud, el Estado sólo
ha alcanzado un objetivo hasta ahora, a saber, la reducción de su propia carga
financiera. La suma total de los gastos de los servicios de salud ha aumentado, al
pasar del 3,17 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1980 al 5,62 por
ciento del PIB en 2003. Sin embargo, sólo el 17 por ciento de los costos en 2003 113
fueron financiados con cargo al presupuesto estatal (Chen y Wang, 2007); los ciu-
dadanos han tenido que hacer frente al incremento de los gastos de los servicios de
salud. En la actualidad, los costos de los servicios de salud se han convertido en
la tercera partida más importante de gastos familiares, después de la comida y la
educación (Ministerio de Salud – Centro de Información Estadística, 2005). Debido
a la facilitación inadecuada de protección de seguridad social, los ciudadanos se ven
obligados a ahorrar más para financiar su vejez y sus enfermedades. Esto impide el
desarrollo de la demanda interna, la cual constituye un objetivo importante para
el Gobierno chino con miras al crecimiento económico sostenible. Los ciudadanos,
los expertos y los institutos de investigación oficiales han criticado la reforma del
sistema de salud, al considerar que ha fracasado (Wang, 2003; Ge y Gong, 2007).
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precio de los servicios médicos y los medicamentos con el fin de cerciorarse de que
los servicios de salud eran asequibles para todos los ciudadanos. Antes de 1978 más
del 50 por ciento de los ingresos de los hospitales provenía del presupuesto del
Estado (Wang, 2005). A partir de 1985, con el fin de reducir la carga impuesta al
presupuesto del Estado, el gobierno introdujo reformas en los servicios de salud y
concedió una mayor autonomía a los hospitales, lo que condujo a un grado consi-
derable de privatización. Desde 1985 los hospitales, y también los ciudadanos
asumen un porcentaje mayor del costo de los servicios de salud (Liu, 2011). A finales
de los años noventa, las subvenciones estatales apenas representaban el 6 por ciento
de los ingresos de los hospitales (Wang, 2005). Con el fin de ayudar a cubrir las
necesidades en materia de gastos el gobierno autorizó a los hospitales públicos a
especificar los precios de los servicios médicos y de los medicamentos. Como con-
secuencia, los ingresos derivados de los servicios y los medicamentos se han con-
vertido desde entonces en la principal fuente de ingresos de los hospitales
públicos.
La mayor autonomía de los hospitales y, en particular, la facultad para especificar
los precios abrió la vía a posibles abusos en el sistema (Meng y otros, 2004), ya que
los médicos de los hospitales podían recetar servicios y medicamentos no aptos
114 para las necesidades de los pacientes y preparar facturas infladas. Los costos de los
tratamientos aumentaron de manera drástica en la década de 1990, lo que se tradujo
en que muchos pacientes fueran incapaces de asumir los costos. En general, los
pacientes trataban de evitar el tratamiento o se empobrecían debido a la gran carga
financiera que suponía el tratamiento (Liu, 2011; Darimont, 2009; Duckett, 2010).
Un resultado de la reforma del servicio público de salud fue la expansión de los
grandes hospitales urbanos, mientras que los centros de salud para los servicios de
salud primaria y preventiva se cerraron debido a la falta de apoyo financiero estatal.
Al reducirse el acceso a dichos servicios de salud, las enfermedades infecciosas y
epidemias han aumentado en los últimos años (Wang, 2003). Tras la crisis del
síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003, la reforma del sistema de salud
se cuestionó cada vez más, y se instó al gobierno a asumir la responsabilidad de la
financiación y mantenimiento del sistema de salud (Ministerio de Trabajo y Segu-
ridad Social, 2007b). Como consecuencia, se crearon proyectos de reforma.
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administración local no sólo decidió poner fin a las subvenciones concedidas a los
hospitales públicos, sino venderlos. En 2006 el gobierno había vendido 134 de
los 135 hospitales. Los ingresos se destinaron a financiar los centros públicos
de salud y el seguro básico de salud (Grupo de investigación de la Universidad de
Beijing, 2006).
La reforma emprendida en Suqian alimentó un acalorado debate entre los exper-
tos. Una economista de renombre, Li Ling, y su grupo de investigación publicaron
un informe tras la revisión de la reforma en Suqian en el que se criticaban la comer-
cialización y la privatización de los servicios de salud, al considerarse que no se
habían reducido los costos de los servicios de salud y que no se había mejorado el
sistema de salud pública. Se observó la ausencia total de un mecanismo de control
de los precios para los hospitales, lo que permitía el incremento incontrolado de
los precios. Li Ling sostuvo que las dificultades financieras de las administraciones
locales deberían abordarse mediante la redistribución entre la administración
central y la local; para ello, el Estado tendría que asumir una mayor responsabilidad
con respecto a los servicios de salud (Grupo de investigación de la Universidad de
Beijing, 2006).
En cambio, un economista liberal, Zhou Qiren, evaluó de manera positiva la
reforma emprendida en Suqian. Señaló que si bien los ciudadanos seguían asu- 115
miendo la carga de sufragar los costos de los tratamientos, se había liberado de esta
carga al Estado y, en particular, a las administraciones. A su juicio, el Estado no
debería intervenir, sino que debería dejar margen para la libre competencia entre
los hospitales (Zhou, 2007).
El debate sobre la reforma emprendida en Suqian se aplacó tras la publicación de
la «Notificación del Comité Central del Partido Comunista de China y del Consejo
de Estado relativas a la profundización de la reforma del sistema de salud», en 2009.
En esta notificación se destacaron la responsabilidad del gobierno en lo que respecta
a los servicios de salud y su consideración como un bien público común, y se excluyó
la total privatización y comercialización de los hospitales públicos.
En 2009, como modelo contrario a la reforma llevada a cabo en Suqian, se
examinó el modelo denominado Shenmu, que pretende abordar las cuestiones
relativas a la insatisfacción de los ciudadanos con el sistema de salud y aquéllas
referentes a los elevados costos de los tratamientos y al bajo nivel de los servicios
en particular. En Shenmu, un distrito de la provincia de Shanxi, la oferta de los
servicios de salud ha aumentado considerablemente desde 2009, hasta el punto de
que, en la actualidad, existe un tipo de sistema de salud gratuito y financiado por
el Estado para los ciudadanos de Shenmu. A diferencia del condado de Suqian,
Shenmu es un distrito rico y la administración local puede asumir los costos de los
servicios de salud y conceder prioridad a la salud pública.
En las «Medidas adoptadas por el distrito de Shenmu para la aplicación de
un sistema de salud gratuita» de 2009 se establece que todos los ciudadanos con un
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Hasta la fecha, estas experiencias indican que sólo una amplia reforma en la que
tomen parte el mercado de productos farmacéuticos, las normativas de seguro
social y los servicios de salud pública, es capaz de subsanar las aparentes deficiencias
de los servicios de salud en China.
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Los científicos sociales chinos están de acuerdo en que el gobierno tiene la capaci-
dad para asumir más responsabilidad financiera en lo que respecta a los servicios
nacionales de salud (Wang, 2005). Los principios rectores de la nueva reforma del
sistema de salud emprendida por el Partido Comunista en la decisión relativa a la
construcción de una sociedad socialista armoniosa en 2006 (Comité Central del
Partido Comunista de China, 2006) establecen lo siguiente: «Debe mantenerse el
carácter del sistema de salud público como un bien público, y debe incrementarse
la responsabilidad del gobierno».
Los objetivos de la reforma del sistema de salud son establecer un sistema médico
básico y asegurar unos servicios eficaces y asequibles para los ciudadanos (Comité
Central del Partido Comunista de China, 2006). De conformidad con la decisión
adoptada en 2006, el sistema de salud debería incluir un seguro de salud básico para
los trabajadores urbanos (UEBMI), el nuevo seguro médico cooperativo rural
(NCMS), el seguro básico de salud para los residentes urbanos (URBMI), y la asis-
tencia médica financiera (MFA). Asimismo, debería incluir intervenciones públicas
en materia de salud, que abarquen la prevención de enfermedades, el tratamiento
118 de enfermedades infecciosas y epidemias, el mantenimiento de la higiene, y servi-
cios de salud para madres e hijos. El gobierno está creando una red de servicios
médicos públicos; todos los centros médicos serán coordinados y administrados
por las autoridades de salud locales. Asimismo, se debía asegurar el suministro de
productos farmacéuticos, y el gobierno debía fijar los precios para los medicamen-
tos esenciales. En el futuro no se permitirá que la venta de productos farmacéuticos
sea una actividad lucrativa para los centros públicos de salud (Comité Central del
Partido Comunista de China, 2006). De conformidad con las declaraciones
del Partido Comunista y del gobierno nacional de 2009, las administraciones, en
todas las esferas, son responsables de financiar los servicios de salud pública y los
centros médicos, y de subvencionar los hospitales públicos y los servicios de salud.
En las Notificaciones de 2009 el sistema de salud se calificó por primera vez como
un «Bien público para todos los ciudadanos» (Comité Central del Partido Comu-
nista de China, 2009). Hasta la fecha, esto se ha considerado el paso más importante
de la reforma del sistema de salud, ya que anteriormente se había prestado atención
fundamentalmente a la reducción de los costos de los servicios de salud (Wang,
2009).
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cobertura a los familiares de los trabajadores asegurados. Por último, el tercer nivel
incluye un seguro complementario de salud.
Muchos expertos prefieren el modelo de los servicios médicos básicos financia-
dos con fondos provenientes de los impuestos (Liu, 2005, y Li, 2006). En cambio,
Gu Xin propone un sistema de seguro social de salud, al que en China se conoce
como el modelo alemán, con el fin de lograr el objetivo de un servicio médico de
amplio alcance. A diferencia de los costos que conlleva la creación de un nuevo
régimen de seguridad social, los costos de transición de la reforma del sistema de
salud podrían reducirse drásticamente a través de la mejora de los regímenes
de seguro salud existentes. De conformidad con el plan de reforma de Gu, deberían
adoptarse las siguientes medidas: los alcances de la cobertura ofrecidos por los
diferentes regímenes de seguro de salud podrían ampliarse a través de unas mayores
subvenciones estatales y de la conversión de los sistemas voluntarios en sistemas
obligatorios; las prestaciones del seguro de salud no sólo deberían cubrir el trata-
miento de enfermedades graves, sino de enfermedades frecuentes, y los gastos
médicos deberían ser reembolsados por el seguro social hasta el 70 y el 80 por ciento
de los costos incurridos (Gu, 2008).
El Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social está inclinándose hacia
120 la puesta en práctica de un modelo de seguro social que –en la medida de lo posible–
brinde cobertura a todos los ciudadanos (Wang y Ding, 2006). En un informe
elaborado por el Instituto de Investigación para la Seguridad Social se sostiene que
el gobierno no podría costear un sistema básico de salud financiado con fondos
provenientes de los impuestos. Se indica que con un sistema de este tipo, la gran
carga financiera para el gobierno y el riesgo de insatisfacción de los ciudadanos con
la calidad de los servicios de salud podrían conducir a una confrontación directa
entre el gobierno y los ciudadanos. Esto podría evitarse mediante la introducción
de un sistema externo: una empresa de seguro social (Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, 2007c).
Para el Partido Comunista y el gobierno la estabilidad de la sociedad es la
máxima prioridad. El establecimiento del URMBI y del NCMS se intensificó en
2008, y el Estado ha incrementado su financiación. Los esfuerzos políticos tienen
por objeto extender la cobertura médica básica al 90 por ciento de la población
total (Comité Central del Partido Comunista de China, 2009).
Consideraciones finales
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
Ley del Seguro Social. Los costos de los servicios de salud que deben ser sufragados
por los fondos del seguro médico básico son facturados directamente entre el
órgano del seguro social y la farmacia o el centro médico respectivos. Este proceso
de facturación directa también debería ser posible entre provincias.
Debido a la gran ayuda financiera proporcionada por la administración central,
se puede anticipar que el objetivo de mejorar el sistema de salud se logrará en un
futuro previsible. Sin embargo, el desarrollo sostenible del sistema de salud no puede
garantizarse únicamente con el apoyo financiero, sino que también se requiere un
fundamento teórico y un plan exhaustivo de reforma. En la actualidad, la adminis-
tración central está consolidando el plan de reforma. Es preciso aclarar mejor la
distribución financiera entre la administración central y las administraciones locales.
Asimismo, se precisa un modelo básico de seguro de salud que sea adecuado para la
amplia realidad china y que responda a las expectativas del público: hoy en día existen
demasiados experimentos y modelos especiales. La situación actual conduce a una
falta de claridad para los ciudadanos que no infunde confianza. Por último, deben
establecerse normas relativas al control de los servicios médicos y al suministro de
medicamentos. Estos elementos no sólo afectan a la reforma del sistema de salud, sino
que también tienen efectos en la reforma ulterior del sistema financiero y en el desa-
122 rrollo de la economía de mercado socialista. Si no se introducen cambios en estos
ámbitos, las reformas del sistema de salud están abocadas al fracaso. Las reformas
económicas están aumentando las crecientes desigualdades, que se incrementan al
privatizarse los servicios de salud. Combatir esta situación seguirá siendo un desafío
al que se enfrentará el gobierno en los próximos años.
Por lo general, el alto grado de descentralización del sistema de salud chino ha
aumentado las discrepancias entre los servicios de salud rural y urbana. Además, al
haberse iniciado numerosos proyectos experimentales de una manera algo arbitra-
ria, falta un concepto fundamental de los servicios de salud. La situación ha gene-
rado injusticias sociales, ya que algunos ciudadanos reciben atención de salud
gratuita, mientras que otros deben sufragar la totalidad de los costos. Esto va en
contra del concepto de los servicios de salud como bien público accesible por todos.
Acabar con la diferenciación entre la población urbana y la población rural podría
ser un paso decisivo. Asimismo, convendría establecer una legislación nacional más
firme en el ámbito del sistema de salud con el fin de reducir al mínimo las discre-
pancias y crear transparencia, de modo que la población confíe en él.
El debate actual con respecto a las reformas del sistema de la salud en los países
en desarrollo se centra en el acceso a los servicios de salud a precios asequibles y en
la reducción de la carga que pesa sobre el presupuesto estatal. En la década de 1990
muchos países tomaron medidas para privatizar los servicios de salud. Sin embargo,
en los últimos años estas reformas han demostrado ser impracticables: se ha excluido
a sectores de la población de la protección social contra el riesgo de enfermedad. En
la búsqueda de la mejor solución, existen diferentes opciones en lo referente al seguro
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social, los servicios de salud preventiva financiada con cargo a los impuestos y los
servicios de salud privada. Para algunos, son preferibles los modelos financiados con
fondos provenientes de los impuestos (Baeza y Packard, 2007). Sin embargo, este
modelo sólo puede aplicarse en los países del Sur de una forma limitada, ya
que el sistema fiscal nacional puede estar subdesarrollado y la recaudación fiscal total
puede ser muy baja. Por lo tanto, los planteamientos pluralistas parecerían más pro-
metedores. En algunos países, se establecieron regímenes de la seguridad social
basados en prestaciones en metálico que combinaban la financiación con cargo a los
impuestos y el seguro social (van Ginneken, 2007). Históricamente, con el fin de
ofrecer un seguro contra el riesgo de enfermedad, los países han tenido tendencia a
utilizar un seguro social o un modelo de protección de los servicios de salud finan-
ciado con fondos provenientes de los impuestos, sin necesidad de considerar la aso-
ciación entre el punto de vista bismarckiano y el de Beveridge. Si China se considera
desde esta perspectiva, el sistema de salud que se está elaborando podría demostrar
ser creador de tendencias en otros países del Sur, ya que una síntesis de ambos
modelos puede compensar sus respectivas desventajas.
Bibliografía 123
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El sistema de salud de China: entre la privatización y los servicios de salud pública
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