Juega con tus
Que tanto conoces a tu
hijo o hija
¿En una escala de 0 a 10, confías más de 7 en tu
hijo (a) y consideras que el (ella) confía en más de
7 en ti?
¿Conoces a los o a las amigas más cercanas de tu
hijo (a) y sabes el por qué los eligió a ellos?
¿Sabes más de cinco preferencias de tu hijo (a)
respecto a música, juegos, tiempos libres, etc.?
¿Consideras que dedicas más de dos horas a la
semana en escuchar, motivar, hablar, o jugar con
tu hijo (a)?
¿Has premiado a tu hijo (a) cuando realiza alguna
actividad en la que se note su esfuerzo, aun cuan-
do el resultado no haya sido el esperado?
¿La mayoría de veces que castigas a tu hijo lo ha-
ces de manera tranquila, sin necesidad de gritos,
insultos y resaltando las consecuencias que quie-
res mostrar?
¿Tienes algún proyecto futuro con tus hijos en el
cual requieras el trabajo de ellos para conseguirlo?
hijos
El juego da a los niños y las niñas conocimien-
tos y experiencias y les ayuda a desarrollar la
curiosidad y la confianza en sí mismos. A tra-
vés del juego el niño practica habilidades de
todas las áreas de desarrollo cognitivo como
resolver problemas, hablar, compartir ideas con Estrategias
otros niños; desarrolla su creatividad e imagina-
de pautas de
ción; aprende a expresar y manejar emociones
apropiadamente, a esperar turnos, a cooperar y crianza
compartir; aprende a hacer movimientos grue-
sos y finos y a practicar y refinar habilidades.
“Es hermoso que los padres
lleguen a ser amigos de sus hijos,
desvaneciéndoles todo temor, pero
inspirándoles un gran respeto”
DIEGO ROA ROJAS
¡Ama a tus hijos!
 CORREGIR CON SABIDURÍA
A) la corrección debe ser proporcionada a la falta, no des-
Disciplina con
medida. B) la corrección debe ser preferiblemente después
afecto de que se comete la falta (no acumular faltas para castigar
MOTIVA PARA SER FELIZ
En la crianza también son importantes los
premios y recompensas como reconocimien-

La principal característica de una crianza hu-
manizada es saber disciplinar y corregir con
respeto. El arte más difícil de la crianza es sa-
ber disciplinar a un niño o niña sin herirlo en
sus sentimientos y amor propio, sin maltratarlo,
pero imponiéndole límites y normas justas y
enseñarle a cumplirlas y hacerlas cumplir. La
mejor manera de formar y disciplinar es me-
diante el ejemplo.
¿QUÉ NO DEBEMOS HACER?
* Contradecirnos entre los padres.
* Tener límites poco claros con nuestros hijos.
* No escuchar a nuestros hijos.
* Atacar verbalmente a nuestros hijos.
* No darle responsabilidades a mis hijos.
* Pedirle algo a mi hijo que él no pueda hacer.
* Enojarme para imponer mi autoridad.
* No tener constancia en el cumplimiento de
las reglas.
APRENDO LO QUE VIVO
No podemos esperar que los niños nos digan
la verdad, si nosotros les mentimos; ni que
“por todas juntas”). C) en lo posible, no corregir cuando se
está cargada o cargado de rabia: primero controlarnos
nosotros mismos.
Se le debe mostrar al niño o la niña dónde está el error de
su comportamiento y enseñarle a hacer las cosas de otra
manera. Hay que explicar al niño el por qué su conducta es
negativa, qué perjuicio le ocasiona y sus consecuencias.
Así les damos los límites que el niño necesita para apren-
der a vivir con los demás y también para asimilar los valo-
res positivos de su cultura o comunidad.
CORRECIÓN VERBAL: Según la gravedad de la falta,
puede ser suficiente una firme corrección verbal, diciendo
qué es lo equivocado o cual es el error y explicando por
qué. Es importante no excederse en amonestaciones repe-
tidas, puede volverse agobiante. Recuerde que padres o
cuidadores regañones cantaletudos pierden autoridad so-
bre sus niños. La cantaleta no transforma, sino que cansa
y crea un clima familiar opresivo.
QUITANDOLES LO QUE LES GUSTA: Privarlos de algo
de su agrado como un disfrute o una diversión, dependien-
do de la gravedad de la falta. No Le quite las actividades
durante mucho tiempo, hay que dosificar.
SACALOS DEL LUGAR: En el momento se debe llevar al
to a su buen comportamiento, sus esfuerzos
o logros. Pueden ser estímulos materiales
como dinero, dulces y golosinas que le en-
canten, una “carita feliz”, juguetes, ropa, re-
galos… Pero ¡OJO! no se debe acostumbrar
al niño o la niña a que por todo debe recibir
recompensa. Premiar es subrayar un com-
portamiento que queremos que se repita. Es-
to también sirve para que el niño o niña desa-
rrollen nuevas habilidades y ganen una re-
compensa por su esfuerzo, así mismo para
promover el cambio a un comportamiento
positivo.
Las palabras de elogio y reconocimiento que
son otra forma de recompensa o premio, son
palabras que los hacen sentirse orgullosos de
sí mismos, de lo que van aprendiendo a do-
minar, o sencillamente de sus esfuerzos. Es-
te tipo de palabras eleva la autoestima y el
amor propio.

aprendan a ser sinceros si nosotros los enga-
ñamos; o prohibirles los vicios, si nosotros mis-
mos los tenemos; si conviven con el estímulo,
aprenden a estar seguros de sí; si viven con
honestidad, aprenden lo qué es la verdad; si
viven con afecto, aprenden que el mundo es
un maravilloso lugar donde vivir.
niño o niña a un sitio en el cual no tenga acceso a cosas
que le gustan o que disfruta, teniendo en cuenta que en
este lugar él no se vaya a hacer daño. El tiempo debe ser
de un minuto por año que tenga, así si este tiene 6 años,
deberás dejarlo 6 minutos en este lugar, explicándole cla-
ramente el tiempo que va a permanecer allí. Recuerda que
debes indicarle porque es el castigo y el por qué lo estas
dejando en este lugar.

DIEGO ROA ROJAS