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Tudela Ticollano Lina Marisol UTB - Ingeniería en Sistemas

EL PÉNDULO DE GALILEO GALILEI

¿Qué es un péndulo?
El péndulo simple es un sistema ideal constituido por un cuerpo de masa m suspendido
de un punto fijo mediante un hilo de masa despreciable cuya longitud puede regularse La
longitud se mide desde el centro de masas hasta el punto de suspensión.

Si desplazamos el cuerpo desde su posición de


equilibrio y luego lo soltamos, el péndulo oscilará en
un plano vertical bajo la acción de la fuerza
gravitatoria y la tensión que lo sostiene al soporte.
Este movimiento es oscilatorio y periódico (tras un
tiempo vuelve a describir el mismo movimiento). Para
describirlo se utilizan las siguientes magnitudes:
Amplitud (A): separación máxima del cuerpo medida
desde la posición de equilibrio.
Periodo (T): tiempo que tarda el péndulo en realizar una oscilación completa.
Frecuencia (v): número de oscilaciones que realiza el péndulo en un segundo.
Para describir físicamente este movimiento aplicamos la
segunda ley de Newton

si el desplazamiento de la posición de
equilibrio o amplitud de la oscilación es
pequeño, podremos resolver esta ecuación de forma sencilla. La
solución de esta ecuación diferencial, que nos da la posición del
péndulo en función del tiempo, es una función sinusoidal, por lo que
denominamos a este movimiento armónico simple.

Periodo del péndulo


En este caso, el periodo del péndulo puede expresarse en función
de la longitud del hilo l y de la aceleración de la gravedad g.
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Galileo Galilei fue el primero en darse cuenta de esto en 1583. Lo hizo


comparando la oscilación de una lámpara que pendía del techo de la catedral de
Pisa con su propio pulso cardiaco.
Si dejamos oscilar el péndulo un tiempo suficientemente grande, terminará
parándose debido al rozamiento con el aire.
Esto quiere decir que la amplitud del movimiento se irá reduciendo
progresivamente, pero el periodo seguirá siendo el mismo.
A esta propiedad se la denomina ISOCRONISMO y es la base del funcionamiento
de los relojes de péndulo
Galileo Galilei Fue el primero en imaginar uno de sus inventos más relevantes, el
péndulo, aplicado a la medición del tiempo.
Gracias al matemático, profesor de filosofía natural y
amigo de la familia, Ostilio Ricci, quien le inicia en las
matemáticas, Galilei encuentra una disciplina que le
satisface. Los progresos de su alumno son
fenomenales y con muy buen criterio Ricci comparte
con su alumno la idea de abandonar la metafísica
finalista (física Aristoteliana) para emprender el
estudio de los fenómenos físicos con absoluto rigor
científico
Ya durante el inicio de estos estudios con Ricci,
Galileo, comienza su estudio personal de las
matemáticas que pronto da como fruto su primer
descubrimiento de física: el isocronismo de las
oscilaciones pendulares (entendemos por isocronismo
la igualdad de la duración de dos movimientos
rítmicos). Sin embargo, debemos señalar que, sin
ningún conocimiento de ello por parte de Galileo, el
isocronismo fue descubierto en el siglo X por el astrónomo árabe Ibn Junis.
En diferentes documentos se relata como Galileo descubrió el funcionamiento del
péndulo. Corría el año 1583; en la catedral de Pisa le llamó la atención el ir y venir
oscilante de una lámpara de aceite que pendía del techo. Observó que el tiempo que
tardaba en completar una oscilación era aproximadamente el mismo, aunque la amplitud
del desplazamiento iba disminuyendo con el tiempo. Por supuesto, Galileo no disponía de
cronometro alguno para medir con un mínimo de precisión ese tiempo empleado por cada
oscilación de la lámpara. No se le ocurrió otra cosa que usar como patrón de medida su
propio pulso; de esta manera Galileo pudo constatar que el tiempo empleado era
prácticamente el mismo en cada oscilación independientemente de la amplitud recorrida.
Cuando Galileo comienza el estudio del movimiento de los cuerpos se da cuanta de que
las leyes de Aristóteles no se corresponden con la realidad aunque, a pesar de ello,
durante su carrera pedagógica enseña escrupulosamente el sistema de Aristóteles. Pero
su mala relación con los colegas partidarios de Aristóteles, conocedores de sus
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investigaciones, ejercen una gran presión sobre el órgano rector de la Universidad quien
finalmente decide no renovarle el contrato. Después de 3 años Galileo abandona Pisa
para ocupar la cátedra de matemáticas de la Universidad de Papua, por entonces,
perteneciente a la Republica de Venecia. Se suceden los descubrimientos en diferentes
campos pero es a partir de 1610 que Galileo comienza la observación celeste y con ella el
estudio del movimiento planetario. De estos estudios y sus consecuentes razonamientos
Galileo se pone del lado de las disciplinas de Nicolas Copernico que demuestran el doble
movimiento de los planetas: sobre si mismos y alrededor del sol. Teoría que se vio
obligado a editar justo antes de su muerte.
Los ‘sabios’ de la Edad Media estaban ‘condenados’ a aceptar las tesis preestablecidas
(entre ellas la de Ptolomeo) so pena de condena por herejía. Por ello las tesis de
Copernico fueron tan importantes. Marcaron el comienzo de una revolución científica que
fue el detonante del Renacimiento.

Galileo creyó, ingenuamente, que la posesión de la verdad científica y su amistad con


ciertos colegas de su época le proporcionarían la inmunidad necesaria ante la Inquisición
para proseguir con sus trabajos con total libertad. Incluso, un amigo suyo, el Cardenal
Mario Barberini, fue nombrado Papa en 1623 con el nombre de Urbano VIII.
En 1632 publicó el libro titulado: “Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo”,
brillante sátira que demostraba por medio del diálogo las fallas del sistema geocéntrico
tolomeico en comparación con el sistema heliocéntrico copernicano.
Su último libro, Diálogo sobre dos nuevas ciencias, en la que resumía todas sus
investigaciones sobre el movimiento y la mecánica, lo envió subrepticiamente a Holanda,
donde fue publicado en 1638.
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Galileo tuvo que presentarse ante la las autoridades religiosas o ante la Inquisición en
varias ocasiones a partir de 1615 hasta que en 1633 el Papa Urbano VIII requiere de su
presencia en Roma. En 1633, cuando llega, se le prohíbe cualquier contacto social. En
abril Galileo es formalmente interrogado por la Inquisición y recibe una sentencia
indulgente. Urbano VIII decide que sea detenido por tiempo indefinido. En una ceremonia
formal en la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva, Galileo se retracta de sus errores.
En 1637 pierde la
vista de un ojo y un
año mas tarde se
queda totalmente
ciego. Poco años
antes de su
muerte, en 1641,
Galileo
reemprende la
aplicación del
péndulo a la
medición del
tiempo. Con los
bocetos e
instrucciones de su
padre, Vicenzo
intenta construir un
reloj utilizando el
péndulo como
regulador pero un
sistema de escape
imperfecto y una
gran fricción del
péndulo impidieron
un mínimo funcionamiento de este primer reloj de péndulo. Ni su hijo Vicenzo ni uno de
sus discípulos, Viviani, consiguen solucionar los problemas de marcha de este primer
péndulo de la historia.
El 8 de Enero de 1642, con 77 años, Galileo fallece. La Inquisición fue intransigente con él
hasta el último momento, no permitiendo la realización de un funeral público.
La construcción del péndulo por Galileo fracasa y por tanto el mérito de la realización
técnica es de Huygens quien confió al relojero de La Haya, Salomon Coster, en 1657, la
tarea de construir un reloj mecánico con volante pendular. Un reloj donde el avance del
rodaje que actuaba sobre las agujas de las horas y minutos era regulado, por mediación
del escape, en función de un movimiento periódico oscilante.
En 1669 publicó un tratado sobre la utilización del péndulo para determinar la longitud en
el mar. Más importante si cabe fue el descubrimiento del oscilador formado por volante y
espiral tan decisivo para el posterior progreso de la ciencia relojera. En 1675 Isaac Thuret
construyó el primer reloj con este oscilador bajo la supervisión de Huygens.
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A este genial inventor continuador de Galileo y precursor de Newton también le debemos


trabajos tan importantes para la relojería como la definición de la fuerza centrífuga, el
momento de inercia, la conservación de la cantidad de movimiento o el descubrimiento de
la resonancia. Probablemente Galileo no tuvo ni la salud ni el tiempo suficiente para
mejorar este último invento. Veamos un poco del tipo de instrumento de que se trataba:
Durante el siglo XIV un genial anónimo descubrió el órgano regulador (mas conocido
como escape) denominado ‘foliot’ o ‘roue de rencontre’ (rueda de encuentro). Solo se
conoce que el físico y astrónomo italiano Giovanni Dondi, alrededor de 1344, construyo un
reloj de pesas con este escape para la ciudad de Padua.
Este primer escape de la historia relojera se basaba en la parada momentánea del
movimiento del mecanismo durante un corto periodo de tiempo y a intervalos regulares,
de forma que su velocidad media se vea suficientemente ralentizada y sobre todo
constante. O dicho de otra forma: una pieza de metal (llamada ‘foliot’) ejerce un
movimiento de vaivén que controla (parando y dejando ir), a través de un sistema de
paletas, el movimiento de una rueda dentada (rueda de corona) a intervalos de tiempo

regulares.
Al margen del sencillo rodaje conectado a la pesa para proporcionar al mecanismo la
fuerza motriz necesaria vamos a describir el tipo de escape que Galileo diseño y que le
causó tantos problemas (recordemos que este instrumento no llegó a funcionar por lo
menos en manos de Galileo o de su hijo Vicenzo).
El escape se puede clasificar dentro del género de los escapes libres a cuerpo perdido y
‘à recul’ (de retroceso). Está compuesto de una rueda con dientes de sierra y con unas
pequeñas clavijas cilíndricas laterales. Dispone además de un resorte pivotado llamado
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‘de reposo’ y de una pieza que consta de dos levas: una de liberación y la otra de
impulsión.

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