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‘’La civilización del occidente medieval’’, Jacques Le Goff

El medievalista francés Jacques Le Goff, nos presenta un amplio panorama pero


sobre todo un extenso análisis sobre la sociedad medieval desde sus inicios,
comenzando por la caída del imperio romano resultado de las feroces invasiones
bárbaras hasta bien entrado el siglo XI.
Comencemos por el principio. Las invasiones germánicas y el papel que
tuvieron tanto el declive del imperio como en la conformación de un Estado con un
sistema feudal y por qué este se volvió tan duramente necesario. Como da a
entender Le Goff, el imperio se ve rodeado por un enemigo que él mismo se
construyó: la grandeza. Las fronteras llegan a tal extensión que se hacen
simplemente imposibles de mantener, esto sumado a que los cambios climáticos
avanzaban y los pueblos exteriores necesitaban nuevos lugares para hacer
agricultura y sobrevivir. Esto terminó por matar al Imperio, pero aquellos grupos
organizados no terminaron dichas incursiones a pesar de que el sistema había
cambiado ya.
Por lo tanto, es muy interesante leer a lo largo del texto cómo es que el
paganismo traído por aquellas gentes fue pilar fundamental para la conformación de
la baja Edad Media. No puedo afirmar si hubo una conjunción completa entre la
cultura cristiana y la consagrada a otros dioses, pero sí pienso que se llegó al punto
en que la difusión de una y el recuerdo activo y practicado de la otra fueron el
espíritu religioso del hombre medieval a pesar de que se repelían y una de ellas
estaba condenada.
El paganismo lleva a otro punto clave en la lectura, que da, como mencioné
antes, resultados de una parcial conjunción cultural y la utilización de esta por los
Padres de la Iglesia. San Agustín y sus enseñanzas son pieza clave para el
pensamiento filosófico del hombre letrado medieval, puesto que a pesar de luchar
constantemente contra la herejía, hubo puntos que muchas veces no logró arrancar
e incluso los adaptó.
Mi interpretación de la lectura de Le Goff es que, las mentes brillantes de la
Iglesia Católica también fueron influenciadas por el paganismo, y lo que era mal
visto para ellos, era también fácilmente tomado, pasado por el filtro de la filosofía
católica para transformarlo finalmente en doctrina, lo cual no es tan descabellado de
pensar si ponemos sobre la mesa el que la cultura está conformada por las culturas
en sí mismas, y fue así como sucedió con la Iglesia y sus Padres. Sin embargo, lo
curioso está en pensar en que el color rojo de una ideología se pintaba de rosa para
adecuarlo más a otra, pero sin perder la esencia de lo original, si se me permite
llamarlo así.

La Palabra es sin duda la base de la Edad Media. El autor hace un extenso


análisis sobre las diferentes exégesis que existieron durante la época, y cómo fue
que cada una se pudo ir complementando poco a poco. Y no sólo deberíamos poner
el punto de partida después del siglo V, sino que desde antes la conformación del
canon bíblico fue todo un tema de debate que llevó décadas, y que a pesar de haber
pasado tanto tiempo, aún hoy en día ciertas Iglesias desconocen ciertos libros y los
llaman apócrifos. Pero para propósitos de este texto recordaré lo que se plantea en
la obra que estamos tratando, pues los Padres de la Iglesia (de nueva cuenta)
tenían el poder suficiente para rellenar espacios y así convencer a la masas. Mucha
cosecha de la literatura para la doctrina bíblica fue el resultado de una literatura que
recordaba de nueva cuenta al paganismo, pero ahora desde un lado opuesto,
aquella que lo atacaba y contaba sus historias desde el punto de vista del vencedor
que nunca venció, sino que disfrazó la tradición para adaptarla a un código que
fuese aceptado por la sociedad.
El resultado intelectual de Quintillano, San Agustín y de Capella conlleva al
florecimiento de la oratoria, pero también y al mismo tiempo, a la necesidad de un
cambio en el contexto de pensamiento, ya no se buscan las grandes masas y los
espectadores, pues el cónclave para que siglos después el conocimiento se busque
en privado.
Otro tema fascinante que podemos encontrar en el texto es la resistencia de
las ciudades medievales a pesar de las invasiones. Siguen siendo centros culturales
y de comercio macros, pero sobre todo, siguen siendo refugios. A partir de esta
parte, se debe comentar un tema que pienso es importante y fundamental para Le
Goff: la organización social del medievo. Está tan perfectamente pensada y
estructurada que pudo existir y ser funcional durante tanto tiempo, la relación
orator-bellator-laborator está construida de forma que no pudiera caer tan
fácilmente, y que a pesar de las intervenciones siguiera funcionando y cada parte
pudiera necesitar tan terminantemente de la otra. Menciono esto porque dentro de
este edificio se encuentra el feudalismo y la relación señor-vasallo, de la cual, las
ciudades fueron uno de los tantos centros en que sustentar dicha edificación. Las
ciudades mismas podían funcionar como las protectoras de sus vasallos, y así lo
hicieron con el plus de sobrellevar ellas mismas las sangrientas y feroces invasiones
que no dieron tregua hasta bien entrada la era. También es interesante mencionar el
concepto, que si bien es anacrónico, me gustaría aplicar en esta parte y hacer una
analogía: terrorismo. Las invasiones bárbaras estaban caracterizadas por la
violencia inimaginable que ejercían sobre los pueblos a donde llegaban, por lo tanto,
eran legítimamente temidas, orillando a la gente a buscar protección en alguna
parte, es decir, en el Estado, como podemos ver hoy en día con los grupos
extremistas de Medio Oriente.

Otro tema fundamental para Le Goff se trata de la enseñanza y la moralidad


en lo medieval. Como sabemos la literatura es clave en este contexto, pues es el
centro de la enseñanza. Las obras en el tiempo tenían particularmente un carácter
didáctico-doctrinal, así tenemos de resultado textos como el Libro de Alexandre o el
Libro de Apolonio, cuyo propósito era educar a quienes tenían acceso a la
educación en un código moral y de comportamiento cristiano. Gonzalo de Berceo,
de igual forma, nos regala los Milagros de Nuestra Señora, también como parte del
culto Mariano y lo que significaba para la cristiandad la esperanza de poder
redimirse o solo pedir intervención a la Virgen María para conseguir por parte de
Jesús, el perdón por nuestros pecados.

Más que una recopilación de datos e Historia, La Civilización del Occidente


Medieval es un extenso análisis sobre la el fundamento en el cual se basa la Edad
Media, es decir, las bases que tiene, por qué y cómo se conformó como tal, desde
sus inicios bárbaros hasta la parcial conjunción de la fuerza religiosa pagana y
católica, y cómo éste hecho fue capaz de compactar e impactar la época.

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