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23º domingo tiempo ordinario

Mc 7, 31-37

1. Anotaciones al texto

Este relato cierra la sección de Mc 6, 34 – 7, 37. Esta inició la primera narración de la


comida abundante (6, 34-44). En esta unidad es bastante común que Jesús cure a personas
paganas e impuras y, a su vez, tenga un trato exquisito con ellas. Ello adquiere un tono
enormemente positivo: “todo lo ha hecho bien” (Mc 7, 37). Dicho detalle es contrario a los
de su tierra donde no creyeron en él (Mc 6,5-6). Este contraste pretende provocar una
opción ética en el lector/oyente del texto.

El texto tiene la siguientes partes: 1) descripción geográfica y presentación del sordo que
hablaba con dificultad (vv. 31-32). El relato da detalles que responden a una
intencionalidad. El autor quiere aclarar por una parte dónde existían comunidades cristianas
de origen pagano en aquella época y por otra parte recalcar que estas comunidades estaban
más dispuestas a recibir la buena noticia de Jesús. Ello pretendía abrir el movimiento de
Jesús a aquellos despreciados sociales por el judaísmo fariseo. La situación humana es que
el sordo no oía, pero además hablaba con dificultad; es por él que ruegan a Jesús para que
le imponga sus manos. El gesto de imponer las manos no es el que Jesús realizó
posteriormente. Marcos al explicitar este detalle, deja en evidencia que Jesús es
contracultural. No se deja llevar por las reglas de la mayoría.

2) Jesús hace que el sordo vuelva a oír y a hablar por medio de gestos y palabras (vv. 33-
35). Jesús es descrito como un terapeuta judeo-helenista: se apartó de la gente, y con el
sordo a solas, le metió sus dedos en los oídos, con su saliva le tocó la lengua, levantó sus
ojos al cielo y le dijo “ábrete”. La relación que Jesús entabla con el sordo es personal. Ello
es indicativo del afecto que él tenía para este tipo de población. Los gestos meter los dedos
en los oídos y con saliva tocar la lengua eran de curación. Se creía que la saliva curaba. El
gesto de levantar los ojos al cielo y gemir, suele ser de oración (Mc 6, 41), pero en este caso
indica es gesto del profeta, cuya actuación depende únicamente de la voluntad de Dios.
Marcos evidencia que el actor principal de la obra de Jesús es Dios, su Padre. El imperativo
“ábrete” denota por una parte que la relación personal de Jesús con el sordo es vital en la
realización de la curación. Ambos son muy amigos. Y por otra, el vocablo, no indica
carencia física, sino más bien ética. Se trata de la urgente apertura que debe tener la
comunidad de Marcos a los marginados por la religión.

3) Conclusión y consecuencias de la curación (vv. 36-37). Jesús mandó que no cuente. Sin
embargo no logró su propósito, puesto que ellos más lo publicaban. Tanto el recién curado
como sus amigos quedaron maravillados y son ellos, todos paganos, quienes sostienen la
tesis esencial del texto: “todo lo ha hecho bien”. Una reacción que Jesús no la encontró en
los de su patria. Esta afirmación, Lucas la confirma en Hch 10, 38: “Él pasó haciendo el
bien”. El texto deja evidenciado que Jesús es un ser humano de bien, sin acepciones (v.37).
El signo realizado mediante gestos terapéuticos es la garantía de dicha bondad. Es un signo
que liberó y devolvió la dignidad al sordo que hablaba con dificultad. Se puede afirmar que
el sordo representa al judaísmo con el que polemiza la comunidad del texto y también es

1
una advertencia intracomunitaria a no caer en la sordera al evangelio. Jesús no quiere una
religión de sordos.

2. Sugerencias para la homilía

- “Todo lo ha hecho bien” (v. 37). Este es el testimonio que dan los habitantes de la
Decápolis de la actuación de Jesús. Se trata de un testimonio popular que presenta a Jesús
como un terapeuta de bien que hace oír a los sordos y hablar a los mudos. El texto tiene un
objetivo: presentarnos a Jesús no como un milagrero embaucador sino como el hombre que
pasó haciendo el bien (Hch 10, 38). Hacer el bien en este caso es igual a sanar/liberar. Jesús
libera a este sordomudo mediante gestos terapéuticos. El resultado es que este hombre
puede visibilizarse socialmente y ser reconocido porque oye y habla. El testimonio de la
gente no puede ser otra cosa más que Jesús todo lo ha hecho bien. Jesús salva sin destruir a
nadie, el milagro lo realiza por medio de un trato humano exquisito. Hoy se ofrecen
soluciones a los problemas sociales y de injusticia destruyendo a otros. Ello no va con
Jesús. No se puede salvar eliminando a los que llamados enemigos o impuros.

- “Effatá/Ábrete” (v. 34). La sordera una metáfora que da mucho de sí. Es provocativa para
hablar de la cerrazón de un pueblo que no quiere oír a Dios en los acontecimientos
históricos. ¿Cómo sería El Salvador si todos los salvadoreños escucháramos lo que Dios
quiere decir mediante la corrupción e impunidad generalizada? Este es un tema que se
puede abordar desde la palabra de Dios, ahora que estamos en el mes de la independencia.
¿Cómo hablar de independencia hoy en El Salvador?

El gran riesgo de los cristianos hoy es ser sordos y que hablemos con dificultad. Debemos
dejar que Cristo abra los oídos nuestros, para volver a escuchar con frescura el evangelio.
En la actualidad no pasamos momentos tranquilos. Pero es nefasto vivir como cristianos
mudos e impávidos ante tanta maldad como: la dictadura del dinero, el secuestro de la
política por el dinero, la barbarie ecológica que nos está llevando a la autodestrucción, la
poca visión y libertad que tienen nuestros políticos, la falta de reflexión y de compromiso
profético de nuestra Iglesia.

Mons. Romero dijo: “Ojalá, queridos hermanos, que todos nos comprometamos en esta
eucaristía de este domingo, junto al Cristo liberador, que lo que interesa es, como a Cristo
le interesa, venir en persona a salvarnos; pero a salvar el hombre, todo entero, en su
dimensión trascendente y en su dimensión histórica. Y que su método de salvar no es
negativo, sino muy positivo; no destruye, sino que rehace… un elemento útil para la
patria”1.

Merece una palabra, a cuenta del ejemplo de Jesús, la presencia de los impuros en la
Iglesia. Es decir aquellos que se sienten expulsados y sin posibilidades de acceder a la
comunidad y ministerios, porque la legislación canónica los considera inhabilitados.
Volvamos a Jesús y actuemos como él: “haciendo el bien”. Ello hará mucho bien.

1
Cfr. Mons. Óscar A. Romero. Homilías, tomo V, 9 de septiembre de 1979, San Salvador 2008, 313.

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