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TEMA 3: Poesía y política en el periodo arcaico Preg. 2 parc.

Los poemas homéricos representan un punto de inflexión en la historia del mundo


griego, ya que los mimos se constituyeron como una referencia ineludible para anclar las
tradiciones en un pasado anclado en la mítica guerra de Troya. Este no es el único ciclo
épico-mítico del mundo griego, ya que había otros de gran importancia como el tebano, para
dar un ejemplo, que sería recuperado siglos más tarde por el teatro ático. En torno a un
desconocido pasado micénico, se construyó a través de las tradiciones orales un pasado que
se estructuraba en torno a una genealogía de cuatro generaciones de héroes cuyas historias y
hazañas se hallaban interconectadas entre sí. 

Bajo este marco en la primera mitad del siglo VIII se estandarizaron de forma oral el
núcleo temático de los poemas homéricos (Ilíada y Odisea) en el contexto de conformación
de la pólis arcaica. No podemos tomar esta obra como un registro histórico ya que no se
puede hacer encajar las prácticas políticas, sociales y culturales que presenta como propias de
una época determinada.  Los poemas parecen recoger un sustrato de tradiciones que se fueron
conformando durante la edad oscura y que ancladas en la representación de un pasado
micénico por momentos parece representar escenas propias 

     Su tono heroico y épico presenta un conjunto de prácticas que más que representar una
época determinada parece estar más cerca de la representación de los valores de un grupo que
es reconocido como los aristois (los mejores). Representados como basileis (reyes) en los
poemas parecen representar los códigos y valores imperantes por un grupo “aristocrático” que
se ha conformado en la fase previa a la conformación de la pólis. A través de los poemas se
aprecia como estos individuos construyen junto a su fama (kleos) y prestigio una suerte de
alianza de grupo que se encuentra enmarcada en la competitividad. Este ejercicio agonal
ocupa un lugar central en la conformación del tejido narrativo, siendo la práctica del don y
contra don un motor de sus relaciones políticas. 

     Los poemas de Hesíodo (Teogonía y Trabajos y días) son posteriores (700 a.C. Ca) y
reflejan un contexto completamente distinto más enmarcado en torno a las huellas del
sinecismo y el impacto que produce en las comunidades que van integrándose a las
nacientes póleis. En Trabajos y días Hesíodo presente un mundo duro y hostil para el
campesino medio que tiene que ser austero y propiciarse todos los medios y estrategias para
evitar caer bajo el peligro de la servidumbre por deudas. En este marco la integración de la
aldea a la ciudad naciente puede traer estos riesgos y caer bajo la “justicia” de los: “reyes
devoradores de regalos que dictan torcidas sentencias”. Presentando una mirada
contrapuesta a los poemas homéricos, en donde estos aristois que se integran a la ciudad en
su carácter de dirigentes, lejos de presentarse en un marco heroico gobiernan para sus propios
intereses. Aunque no se encuentra una mención directa a la formación de la falange hoplítica
compuesta por campesinos la obra de Hesíodo nos presenta otro ángulo de la lucha que
subsiste en la ciudad en torno al siglo VII a.C. 

    En relación a la Teogonía Hesíodo plantea una sistematización de la tradición mítico-


religiosas del mundo arcaico griego. En torno a esta obra se pueden señalar tres puntos
nodales. El primero es las generaciones de dioses que se van sucediendo compitiendo por el
control del mundo divino hasta el dominio definitivo de Zeus. El segundo aspecto es la
ubicación de este conflicto en torno a edades (oro-plata-bronce-héroes-hierro) sitúa el mundo
que describe en los trabajos y los días en la edad de Hierro. La misma muestra un mundo
muy duro para el campesino y en donde se inserta una descripción de la mujer como un ser
incompleto y peligroso. Varones y mujeres provienen de genos distintos: los primeros de los
hombres de la edad de oro y las segundas de Pandora. Este ser mítico ocupa todos los males
posibles  para los varones y fundamenta en el relato hesiódico la asimetria de sexos y la
superioridad de los varones. Desde Hesíodo hasta Aristóteles este imaginario que excluye a
las mujeres del ámbito político se ira reproduciendo y sosteniendo en el tiempo.

 Frente a este discurso dominante la lírica arcaica da cuenta de la existencia de poetas como
Corina y Safo. Esta última aunque es incorporada dentro del ámbito poético de la lírica
arcaica su obra excede esta categoría. Ella es parte de todo un movimiento intelectual que se
desarrolla en el litoral asiático heleno.  En el mismo se aprecia una nueva representación del
mundo que comienza a cuestionar la mirada tradicional centrada en los orígenes míticos.
    La casa de las musas de Safo implica la presencia de un conjunto de mujeres de los
sectores aristocráticos que se instruyen en poesía y acceden a la escritura. Cuestión que si
tenemos en cuenta las condiciones sociales del paso del siglo VII a VI a.C. es muy
importante.  La obra educativa de Safo utiliza como instrumento la poesía pero es tambien
una herramienta para la formación de un grupo de mujeres del ámbito asiático. Contraria a la
mirada de Penélope recluida en su oikos usando el tejido como arma de astucia, o de Pandora
como condena para el genos de todas las mujeres la obra de Safo abre una puerta para revisar
el rol intelectual de algunas mujeres en torno al mundo griego arcaico y clásico. Cuestión que
seguiremos trabajando para el periodo clásico y Helenístico

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