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Signo
CONTENIDO
A) La semiótica
B) Eco y Peirce
Por otra parte, siguiendo los pasos de Peirce, Eco parece pensar que las
teorías ya mencionadas deben someterse a una indagación y reformulación de
tipo semiótico. Que ésta pueda llevarse a cabo es relevante dentro de una línea
de investigación peirciana, pero de mayor relevancia aún es la aceptación
incondicionada del principio de "efabilidad", ya que para la semiótica no hay
nada escondido, todo está revelado o es capaz de ser revelado, y todo está
fuera del sujeto.
D) El Signo
E) El "intérprete"
Eco rechaza la doctrina tradicional de que el signo remite a las cosas.
"Aristóteles confunde gramática y lógica, porque elige sus categorías lógicas
sobre el modelo de las categorías gramaticales. Es cierto que la lógica
aristotélica está considerada como una lógica substancial, que reproduce en la
forma del pensamiento, y por tanto del discurso, las formas de la realidad;
pero las formas de la realidad han de ser universales, y en cambio las formas
del lenguaje, para Aristóteles, son las de la legua griega. ¿No basta con
cambiar el modelo lingüístico para descubrir que la conexión sujeto-cópula-
predicado ya no se mantiene, poniéndose en crisis toda la filosofía de la
substancia"[27]? También en sus referencias a la lógica de Port-Royal lo que en
definitiva critica es la doctrina metafísica realista del signo: "el tema
fundamental de los llamados 'señores de Port-Royal' es que el lenguaje refleja
el pensamiento, y las leyes del pensamiento son iguales para todos los
hombres...; la lógica de Port-Royal todavía es una lógica de la substancia y
por lo tanto, para ella la estructura profunda de los enunciados es la estructura
profunda de lo real"[28].
Según Eco, una teoría del código no tiene relación alguna con lo que
ocurre en la mente de una persona; rechaza la posibilidad de una estructura del
espíritu humano, que dé, en cierta medida, razón de la estructura de la
comunicación y que lleve a cabo la "magnetización" de las bolitas [39]. Para
Eco, "Si el código es una convención social que puede cambiar en el tiempo y
en el espacio, la magnetización es una condición transitoria del sistema.
Rechazar el llamado estructuralismo 'ontológico' significa precisamente
entender las mangnetizaciones como fenómenos culturales y ver como
máximo la caja-fuente comoel lugar de una combinatoria, de un juego muy
indeterminado que no interesa a la semiótica antes de que intervenga la
mangnetización"[40]. Al rechazar lo que Eco denomina el estructuralismo
ontológico, elimina así el sujeto; la semiótica que desarrolla Eco es el ejemplo
perfecto de un estructuralismo metodológico que rehusa la intervención de un
sujeto. Su semiótica, que se plantea como una lógica de la cultura, al rechazar
el sujeto, el espíritu humano, tiene que realizarse desde la ausencia de todo
fundamento de la semiótica en la persona humana.
De acuerdo con el eclecticismo que tanto lo caracteriza, Eco distingue
entre el estructuralismo metodológico y el estructuralismo ontológico,
refiriéndose, aunque sólo sea implícitamente, a Lévi-Strauss y a Heidegger.
Para el primero, el lenguaje es un juego en que el hombre no aparece como
sujeto activo, sino que queda sometido a un sistema: "... el universo de los
mitos y del lenguaje es la escala de un juego que se desarrolla a espaldas del
hombre y en el que no está implicado el hombre, más que como voz obediente
que se presta a expresar una combinatoria que lo supera y lo anula como
sujeto responsable"[41]. Esta anulación del sujeto la caracteriza Ricoeur como
"la construcción de un kantismo sin sujeto trascendental" [42]. Pero Lévi-Strauss
sustituye la noción de sujeto trascendental por otro tipo de subjetividad: "un
inconsciente estructurado que se piensa en los hombres" [43], una actividad de
carácter inconsciente que es eidética para todos los hombres y que es, como si
dijéramos, la estructura básica que ordena las relaciones sociales o los hábitos
lingüísticos; este inconsciente está caracterizado por Lévi-Strauss como "una
especie de necesidad básica y determinante" [44]. Buscando una estructura
subyacente, Lévi-Strauss postula así un inconsciente universal, que equivale al
código de los códigos, a la estructura de las estructuras [45]. Es interesante ver,
en los estudios semióticos y en los estructuralistas, cómo la eliminación del
sujeto requiere algún tipo de sustituto. En la filosofía semiótica de Peirce, que
Eco sigue de cerca, la condición de posibilidad y de validez de todo
conocimiento objetivo no es el sujeto trascendental, sino una comunidad de
intérpretes que sería los investigadores. La verdad se reduce al consenso, al
acuerdo, entre y con los estudiosos de esa comunidad [46].
H) El reduccionismo semiótico
I) La finitud humana
VALORACIÓN FILOSÓFICA
VALORACIÓN DOCTRINAL[60]
[1]
Umberto Eco, Signo, Ed. Labor, Barcelona 1976, p. 11. (Las citas siguientes hacen referencia a
esta edición castellana, que es la que se ha utilizado para elaborar la presente recensión).
[2]
El interpretante no es el sujeto que interpreta el signo, sino un signo con el que se interpreta otro
signo. Vendría a ser una versión semiótica del sentido regano, en cuanto contenido conceptual evocado
por el signo para manifestar lo significado. Eco, sin embargo, lo significado no comparece jamás, pues no
es posible salir del signo.
[3]
U. Eco, Signo, pp. 110-111.
[4]
Ibidem.
[5]
Cfr. Ibidem, p 17.
[6]
Cfr. A.J. Greimas, Du Sens, París, 1970, p. 10.
[7]
Cfr. I.M. Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, Madrid, 1958, p. 84.
[8]
Cfr. Eco, Signo, p. 191.
[9]
Robert E. Innis, recensión de A Theory of Semiotics de U. Eco, en Internacional Philosophical
Quarterly, (Nueva York, junio 1980, vol. XX, nº 2, p. 222). Este libro de Eco es como una elaboración
científica de todo lo que se dice en Signo, y esclarece muchas ideas, que por la visión tan sintética con la
que se escribe Signo, permanecen oscuras para el lector. Es preciso decir que la lectura de Signo resulta
difícil porque requiere un conocimiento amplio de las diversas teorías del signo, desde la antigüedad hasta
el presente. Un estudio completo del libro de Eco tendría que entrar en casi todas las teorías mencionadas
por Eco, para así entender mejor lo que rechaza y adopta de cada una.
[10]
Charles Sanders Peirce, The Collected Papers (Cambridge, 1931-35), 5.283. Cfr. pp. 163-166
en Signo. En estas pocas páginas, Eco resume brevemente las nociones de interpretante y de semiosis
ilimitada de Peirce.
[11]
Ibidem, 5.251
[12]
Cfr. Eco, Signo, pp. 131-136.
[13]
Cfr. Innis, op. cit., p. 223.
[14]
Eco, Signo, p. 132.
[15]
Cfr. Ibidem.
[16]
E. Husserl, Investigaciones Lógicas, VI, 7. Cfr. Eco, Signo, pp. 135-136.
[17]
Innis, op. cit., p. 224.
[18]
Ibidem.
[19]
Cfr. Ibidem, p. 223.
[20]
Cfr. Ibidem, p. 224.
[21]
Ibidem.
[22]
Eco, op. cit., p. 27.
[23]
Ibidem, p. 170.
[24]
Ibidem.
[25]
Cfr. Innis, op. cit., p. 225.
[26]
Cfr. Ibidem.
[27]
Ibidem, p. 118.
[28]
Ibidem, pp. 119-120.
[29]
Cfr. Eco, op. cit., p. 179.
[30]
Peirce, op. cit., 1.339. Cfr. nota 7.
[31]
Ibidem, 2.230.
[32]
Innis, op. cit., p. 226.
[33]
Cfr. Ibidem.
[34]
Cfr. Ibidem; Cfr. Carnap, Meaning and Synonimy in Natural Languages, en Philosophical
Studies 7, 1955, y Quine, From a Logical Point of View (Cambridge 1953); Greimas, Semantique
structurale (París, 1966); y Eco, op. cit., pp. 89-90 y p. 154.
[35]
Cfr. Eco, op. cit., pp. 88-90.
[36]
Cfr. Ibidem, pp. 180-182.
[37]
Cfr. Ibidem, pp. 102-103 y p. 185.
[38]
Innis, op. cit., p. 227.
[39]
Cfr. Eco, op. cit., pp. 125-131.
[40]
Eco, Tratado de Semiótica General, trad. de Carlos Manzano (Barcelona, 1977), p 228. Cfr.
Juan Cruz Cruz, Filosofía de la Estructura (Pamplona, 1974), p. 186.
[41]
Eco, La estructura ausente (Barcelona 1968), p. 409. Citamos este libro por destacar la vertiente
estructuralista del pensamiento de Eco.
[42]
Paul Ricoeur, Symbole et temporalité, en Archivo de Filosofía, I-2, 1963, y Structure et
hermeneutique, en Esprit, nov. 1963. Citado por Eco.
[43]
Eco, La estructura ausente, p. 409.
[44]
Ibidem, pp. 410-411.
[45]
Como señala Cruz Cruz, admitir el código de los códigos sería equivalente a admitir la estructura
racional del hombre. Cfr. op. cit., p. 186.
[46]
Cfr. Karl Otto Apel, Scientism or Trascendental Hermeneutica?, en Towards a Transformation
of Philosophy, trad. de G— Adey y D. Frisby (Londres 1980), pp. 116-117.
[47]
Cfr. Eco, Signo, p. 125.
[48]
J. Cruz Cruz, op. cit., p. 126.
[49]
W. Schulz, Wittgenstein o la negación de la filosofía (Madrid 1970), p. 35. Citado en Cruz Cruz.
[50]
L. Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen, en Schriften (Frankfurt, 1960), p. 380, citado
por A. LLano, Filosofía transcendental y filosofía analítica, en Anuario Filosófico, vol. XI, n. 1, 1978.
Cfr. Eco, Signo, p. 137 y pp. 160-161.
[51]
Eco, Signo, p. 131.
[52]
Eco, La estructura ausente, pp. 446-447.
[53]
Ibidem, p. 435. Cfr. Signo, p. 114.
[54]
Ibidem, pp. 434-435.
[55]
Cfr. Ibidem, p. 432.
[56]
Ibidem, p. 432.
[57]
J. Derrida, De la grammatologie (París, 1967), pp. 21-27 y 31-35, citado en Alain Rey, Théories
du Signe et du Sens (París). Cfr. Signo, p. 116.
[58]
A. González Alvarez, Santo Tomás de Aquino y el pensamiento contemporáneo, en Atti...,
Nápoles, 1975, t. I, p. 130, citado en A.L. González, Intuición y escepticismo en Okham, en Anuario
Filosófico, X/1, 1977.
[59]
Cfr. Llano, op. cit., pp. 120-122.
[60]
Cfr. Guión nº 69 de ref. (26/70), sobre la Filosofía analítica, y la Bibliografía positiva nº 17,
sobre "Análisis del lenguaje".
[61]
Eco, Signo, p. 166.
[62]
Ibidem, p. 122.