Está en la página 1de 4

A cada cual su quimera (Fragmento)

Cada uno llevaba sobre la espalda una enorme quimera, tan pesada como una bolsa de harina o
carbón, o la mochila de un infante del ejército romano.

Pero la monstruosa bestia no era un peso inerte sino que envolvía y oprimía al hombre con músculos
elásticos y potentes; con dos enormes garras se sujetaba al pecho de su montura y su fabulosa
cabeza sobrepasaba la frente del hombre como los terribles cascos de los antiguos guerreros que
aumentabanel terror del enemigo…

Y por un instante me obstiné queriendo comprender ese misterio, pero pronto la irresistible
indiferencia se abatió sobre mí, agobiándome más rotundamente de lo que a ellos sus aplastantes
quimeras.

Charles Baudelaire. La spleen de parís.

Canto a Teresa (Fragmento)

Gocemos, sí; la cristalina esfera gira bañada en luz: ¡bella es la vida!


¿Quién a parar alcanza la carrera
del mundo hermoso, que al placer convida? Brilla radiante el sol, la primavera,
los campos pinta en la estación florida. Truéquese en risa mi dolor profundo...
Que haya un cadáver más ¿qué importa al mundo.

José de Espronceda. Canto a Teresa.

El deseo de pintar (Fragmento)

¡Desdichado el hombre, pero feliz el artista desgarrado por el deseo! Necesito pintar a la que tan
pocas veces vi y que huyó veloz, como algo hermoso y nostálgico tras el viajero que la noche
arrastra.

Charles Baudelaire. La spleen de parís.

A una nariz (Fragmento) Rima LIII (Fragmento)

Érase un hombre a una nariz pegado, Volverán las oscuras golondrinas


érase una nariz superlativa, en tu balcón sus nidos a colgar…
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado. Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar..
Francisco de Quevedo. Antología poética
Gustavo Adolfo Bécquer.
Leyendas y rimas.
Himno entre ruinas (Fragmento) Rima XI (Fragmento)
Coronado de sí el día extiende sus plumas. —Mi frente es pálida, mis trenzas de
¡Alto grito amarillo, oro:puedo brindarte dichas sin fin,
caliente surtidor en el centro de un cielo imparcial y benéfico! yo de ternuras guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
Octavio Paz. Poesía en Movimiento.
Gustavo Adolfo Bécquer.
Leyendas y rimas.

El silencio del mar (Fragmento)


Romeo y Julieta (Fragmento)

En vano Romeo con dulces palabras le exhortaba a la El mar escucha como un sordo
concordia, y le traíaal recuerdo vuestras ordenanzas: todo es insensible como un dios
esto con mucha cortesía y apacible ademán. Nada bastó a y sobrevive a los sobrevivientes
calmar los furores de Teobaldo, que ciego de ira, arremetió
con el acero desnudo contra el infeliz Mercutio. Mario Benedetti. Inventario I.

Viceversa (Fragmento)
Los amorosos (Fragmento)
Los amorosos andan como locos porque están solos, solos, Tengo miedo de verte
solos, entregándose, dándose a cada rato, llorando porque no necesidad de verte
salvan al amor. esperanza de verte
desazones de verte
Jaime Sabines. Antología Completa
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
La vida es sueño (Fragmento) pobres dudas de hallarte
Sueña el rico en su riqueza,que más cuidados le tengo urgencia de oírte
ofrece;sueña el pobre que padece su miseria y su alegría de oírte
pobreza; buena suerte de oírte
Sueña el que a medrar empieza,sueña el que afana y Mario Benedetti.
pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, Poemas de otros.
en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno
lo entiende

Pedro Calderón de la Barca. Teatro I


La vida es sueño.

Noche oscura del alma (Fragmento)

En una noche oscura,


con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Sor Juana Inés de la Cruz. La noche oscura.


La primer marca de literariedad es el lenguaje connotativo o figurado, que es cuando se expresa una idea con
palabras a las que se les da un significado distinto al literal, como cuando se dice que a alguien “se le pegaron las
sábanas”, “se le fue el tren” o “se le durmió el gallo” para expresar que se ha levantado tarde; un texto que nos
permite ejemplificar lo anterior es la estrofa de uno de los poemas de Octavio Paz en la que se refiere al sol.

La segunda marca de literaliedad es la polisemia, que se refiere a aquellas palabras con múltiples significados que
utilizan los escritores para poder dar fuerza y elegancia a sus mensajes, como se puede observar en el poema de
Charles Baudelaire en el que primero se refiere a las quimeras como unas bestias y posteriormente se refiere a
ellas como aquellas ilusiones o fantasías que oprimen a los hombres y los conducen hacia un “sin sentido”.

La tercer marca de literaliedad es una figura retórica llamada metonimia, que consiste en cambiar el significado de
una palabra cuando se relaciona con otra; pensemos por ejemplo que cuando decimos “Te invito una copa”, nos
referimos a una copa de licor, ya que generalmente la gran mayoría de las bebidas alcohólicas se sirven en copas;
otro ejemplo seria cuando decimos “Hay que respetar sus canas” para expresar que hay que respetar a los ancianos,
quienes por los años que han vivido tienen su cabello encanecido. Lo anterior se puede ejemplificar en un
fragmento de Romeo y Julieta de Shakespeare, donde la mención del acero nos remite a pensar en una espada que
está hecha de este material.

La cuarta marca de literaliedad es también una figura retórica llamada comparación, que es cuando se expresa la
semejanza entre dos cosas mencionando una característica común en ambas utilizando los siguientes nexos: como,
cual, tal, parece, así. Lo anterior se puede observar en el fragmento de un poema de Jaime Sabines donde se
compara a los enamorados con los locos por entregarse tanto.

La quinta marca de literaliedad es la metáfora, en la que se le da una característica imaginaria a una persona, animal
o cosa sin usar ningún nexo, como se puede observar en la estrofa de Gustavo Adolfo Bécquer, donde una ficticia
mujer exalta su ternura y la belleza de su cabello.

La sexta marca de literaliedad se denomina anáfora o aliteración y consiste en la repetición de palabras para dar
musicalidad a la expresión del autor, como se puede observar en el fragmento de Pedro Calderón de la Barca “La
vida es sueño”.
La séptima marca de literaliedad se denomina epíteto o adjetivación y se refiere a agregar un adjetivo al sujeto
para acentuar alguna de sus cualidades, como se puede observar en el poema de Sor Juana Inés de la Cruz, en el
que se resalta la penumbra de la noche.

La octava marca de literaliedad es conocida como prosopopeya y consiste en atribuir sentimientos, palabras y
acciones de humanos a objetos inanimados, cosas abstractas o animales, como se puede observar en el poema de
Mario Benedetti donde le atribuye cualidades al mar.

La novena marca de literaliedad denominada antítesis consiste en contraponer dos frases de significados opuestos,
como se puede observar en el poema de Mario Benedetti donde se expone el duelo que enfrenta un enamorado
que quiere ver a su amante y a la vez tiene miedo de hacerlo.

La décima marca de literaliedad se denomina hipérbaton y es cuando se invierte el orden de los factores de una
oración con el fin de resaltarla o darle musicalidad al texto, como se puede observar en las dos primeras líneas de
cada estrofa de la Rima LIII de Gustavo Adolfo Bécquer, en la que el verbo se antepone al sujeto de la oración.

La onceava marca de literaliedad se denomina hipérbole y es cuando se exageran las características de un


determinado sujeto para poder destacarlo, como se puede observar en el verso de Francisco de Quevedo en el que
se hace burla de un hombre que tiene una gran nariz.

La doceava marca de literaliedad se denomina ironía y es cuando se da a entender lo contrario a lo que se quiere
expresar para hacer burla de algo, como se puede observar en el último verso del poema de José de Espronceda
titulado “Canto a Teresa”, en el cual parece que se habla de la belleza del mundo, pero realmente el autor quiere
mostrar su hastío e inconformidad ante todo lo que sucede, rayando en el llamado humor negro o el sarcasmo.

La última marca de literaliedad se denomina sinécdoque y es cuando se toma el todo por una de sus partes, como
se puede observar en el siguiente poema de Charles Baudelaire titulado “El deseo de Pintar”, en el cual el autor
habla de “el hombre y el artista” para referirse a todos los hombres y a todos los artistas.

También podría gustarte