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A PARTIR DE LA LECTURA:
La neurobióloga Louann Brizendine afirma que existen diferencias en la manera de utilizar ciertas regiones del
cerebro a la hora de afrontar problemas. Los hombres pasan antes a la resolución, saltándose el análisis de
sentimientos; al contrario que las mujeres que son más sensitivas. Aunque no se puede generalizar, esto es cierto
que ocurre. No obstante esto no demuestra que estas diferencias sean innatas. Muchas personas opinan que
esta manera de comportarse característica de cada sexo está influenciada por la manera en que la sociedad
trata de manera distinta a hombres y mujeres ya desde temprana edad. Entre los colectivos más conocidos
como defensores de esta postura se encuentra el colectivo feminista. La mayoría niegan rotundamente que
exista una base genética para las diferencias en las conductas típicas masculinas y femeninas. Esta teoría
afirmaría que la sociedad, con su afán por enfatizar estas diferencias; casi siempre en beneficio de los hombres,
transmitiría estos roles de género a los niños desde bien pequeños. Ya sea con enseñanzas que reciben de los
padres, con los medios de comunicación, etc. Por ejemplo en la manera de vestir (lo típico del azul es de chicos
y el rosa de chicas), en los juguetes; siempre se compran muñecas a las niñas, a los niños es más típico
camiones, coches… La verdad es que razón no le falta a esta teoría, ya que es cierto que los niños son como
esponjas y aprenden por imitación todo lo que ven a su alrededor. Estos no nacen pensando que vestir de rosa
es cosa de mujeres o que un niño no puede jugar con una muñeca. Los estereotipos de género están y no
podemos ignorarlo.
No obstante, no se puede negar rotundamente la existencia de diferencias innatas. Y es que se sabe que el
cerebro del feto es unisex hasta la 8.ª semana de gestación. De hecho, antes de este momento todo feto es una
hembra y, si a partir de este punto, se producen los cambios hormonales oportunos se desarrollarán los circuitos
cerebrales típicos de un feto varón. Así pues, podemos afirmar que ya desde dentro del útero de la madre
existen diferencias hormonales que cambian los circuitos cerebrales. Los tipos y niveles de hormonas son
diferentes entre hombres y mujeres y la liberación de estas está controlada por el cerebro. En el hombre la
testosterona es la principal implicada en muchos de los procesos del organismo que se traducen en la expresión
de diversas conductas. Por ejemplo, está más relacionada con las conductas agresivas, de protección del
territorio y búsqueda de hembras. Los niveles de esta hormona sufren fluctuaciones con la edad. En la
adolescencia, por ejemplo, los niveles son muy altos. Con los años se reduce y con la vejez los varones vuelven a
liberar esas hormonas más femeninas que en su día liberaron en el interior del útero de la madre antes de que la
testosterona inundara su cerebro. El cerebro del hombre adquiere entonces rasgos que se caracterizan por ser
más femeninos. Pasaría a ser más sensitivo y menos agresivo. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard
demostró que durante el embarazo de la mujer esta segrega ciertas feromonas que la pareja varón detecta
inconscientemente y hace que sus niveles de prolactina suban (hormona más abundante en mujeres) lo que
hace que estos desarrollen conductas más cariñosas y protectoras. Así pues, ciertas conductas que podríamos
pensar que están marcadas por típicos estereotipos se ha comprobado que tienen correlación con niveles de
hormonas. No obstante, es muy importante puntualizar que esto no justifica ciertas conductas. Es decir, no
podemos afirmar que un hombre que es violento está libre de toda intención de hacer daño porque
simplemente es su organismo que se deja llevar por la testosterona, y lo mismo con otras conductas tanto en un
sexo como en el otro. No olvidemos que el ser humano es un ser inteligente que reflexiona sobre sus actos y
puede decidir como comportarse.
La neurociencia también ha proporcionado datos muy valiosos sobre el tema. Mediante estudios de
neuroimagen llevados a cabo en las últimas décadas se ha observado que incluso hay áreas anatómicas
enteras que son de diferente tamaño en los cerebros masculino y femenino. Es el caso por ejemplo de la zona
del hipotálamo relacionada con el impulso sexual, se ha comprobado que crece hasta dos veces más en los
varones. Por otra parte, el área de las uniones temporoparietales, que está relacionada con la empatía
cognitiva; estaría más activa en los hombres, mientras que en las mujeres estaría más activa la zona asociada
con la empatía emocional. De esta forma las mujeres tienden a experimentar lo que se llama contagio
emocional mientras que los hombres tienden a usar una empatía más cognitiva que se dirige a la búsqueda
directa de soluciones. Así que según estos estudios podría haber diferencias en el cerebro tanto anatómicas
como funcionales.
En cuanto a los estereotipos y roles de género, científicos del Centro de Investigación de Primates de Atlanta
(Yerkes National Primate Research Center), quisieron averiguar si esas diferencias en la elección de juguetes en
niños y niñas se debían a razones culturales o a estereotipos de género que los padres puede que transmitan de
manera tanto consciente como inconsciente. Se hizo un experimento con humanos que resultó ser bastante
sorprendente. Se dio a elegir a niños y niñas de muy corta edad entre juguetes de marcado sesgo sexista, estos
eran muñecas y coches. La mayoría esperaban que la elección de juguetes estuviera relacionada más con
estereotipos sociales. Pues bien, los resultados mostraron como las niñas se decantaban igualmente por las
muñecas que por los coches mientras que los niños elegían solo los coches. No obstante, este estudio obtuvo
varias críticas, ya que no se podía demostrar una ausencia total de influencias en estos niños aunque fueran de
muy corta edad. Para intentar eliminar al máximo la variable influencia social repitieron el experimento con
primates, los cuales comparten un 98 % del ADN con los humanos, y el resultado fue incluso más evidente. Con
las hembras ocurría lo mismo, y con los machos en este caso el 100 % eligieron jugar con coches. Obviamente la
crítica a este estudio sería que aunque comparten un 98% de ADN con los humanos, siguen sin ser 100 %
idénticos; así que no podríamos asegurar que se pudiera generalizar el resultado a humanos.
Lo cierto es que existen sobre el tema tantos estudios como resultados contradictorios. Por otra parte, la experta
en el tema Alice Roberts piensa que estas diferencias son en gran medida falsas, que son resultado de la forma
en que se realizan los estudios y las pruebas. Roberts afirma que el cerebro humano es extremadamente
maleable, particularmente durante la adolescencia, y cualquier diferencia que se observe puede simplemente
ser producto de la presión social y la tendencia a estereotipar. E incluso si es verdad que nuestros cerebros están
conectados de forma diferente, eso no prueba que sea algo innato. Y además esta afirma que ello influye de
manera negativa en la manera en la que la sociedad ve a las mujeres. Tenemos el ejemplo de los ansiolíticos,
durante un tiempo se pensó que para las mujeres era más útil el uso de psicofármacos justificándolo con el
argumento de que éstas tienen un cerebro más sensible. Sin duda alguna, no podemos generalizar los resultados
de los estudios existentes y además debemos tener mucho cuidado en la manera en que interpretamos estos.
Como sostiene Alberto Ferrús, profesor de Investigación del Instituto Cajal de Madrid: «Aunque existen diferencias
cerebrales, ninguna de ellas justifica las acciones que en su nombre se toman».
A pesar de las diferentes opiniones sobre el tema, en lo que sí están de acuerdo los expertos es en la necesidad
de realizar más estudios sobre el tema para poder llegar a una conclusión clara, y sobre todo que los estudios
deberían centrarse en enfatizar lo que nos une más que lo que nos diferencia. Lo que está claro es que no
podemos negar que hay diferencias genéticas, pero lo cierto es que nos parecemos más que nos
diferenciamos, tal como afirma Brizendine, «Tenemos circuitos cerebrales ligeramente diferentes, aunque los
cerebros masculinos y femeninos son más parecidos que diferentes». Así pues, cada persona nace con una
genética que le predispone de cierta manera. No obstante, predisposición no es sinónimo de determinación. El
ambiente moldea a su manera potenciando unas características e inhibiendo otras y por supuesto la sociedad
aquí juega un papel muy importante, los estilos educativos, los roles de género, los medios de comunicación,
incluso las diferencias individuales. «Para empezar, las diferencias cerebrales entre los miembros del mismo sexo
suelen ser superiores a las que hay entre los dos sexos», afirma la profesora Barral. Es obvio que existen diferencias
pero también es obvio que somos de la misma especie, por lo que compartimos muchas más cosas. Puede que
la sociedad esté entendiendo mal estas diferencias y puede que algunas personas (tanto hombres como
mujeres) las aprovechen para crear una rivalidad que realmente no es necesaria.
HABILIDADES METACOGNITIVAS
Contesta las siguientes preguntas teniendo en cuenta las clases vistas hasta el momento
ÍTEMS CONCEPTO
¿Qué has aprendido? He aprendido a comprender mejor los textos que leo, mediante
las herramientas que me han proporcionado, como sacar las
ideas principales, comprender de qué están hablando y de qué
forma lo están haciendo, entre otros.
¿Para qué te ha Me ha servido para comprender mejor los textos y para separar
servido? mis ideas a la hora de realizar algún tipo de actividad con estos.
¿En qué ocasiones Siento que en casi todas las ocasiones de la vida cotidiana uno
puedes utilizar el puede y debe hacer uso del conocimiento, pues
conocimiento? constantemente estamos aprendiendo nuevas cosas y
desarollando cada vez mejor nuestras capacidades cognitivas.
RESPUESTAS:
Hombres V Mujeres
Pasan antes a la resolución, Afrontar problemas Las mujeres son mucho más
saltándose el análisis de sensitivas
sentimientos
Azul es para los niños Colores para vestir Rosado es para las niñas
implementada culturalmente
en los niños y niñas pequeños
A los niños siempre se les Juguetes impuestos Para las niñas se compran
compran carros, coches etc culturalmente por la sociedad muñecas
Cambios Transformación
Hechos:
Inferencias:
● La experta en el tema Alice Roberts piensa que estas diferencias entre hombres y mujeres son
en gran medida falsas, que son resultado de la forma en que se realizan los estudios y las
pruebas.
● El colectivo feminista niega rotundamente que exista una base genética para las diferencias
en las conductas típicas masculinas y femeninas. Esta teoría afirmaria que la sociedad, con su
afán por enfatizar estas diferencias; casi siempre en beneficio de los hombres, transmitirá estos
roles de género a los niños desde bien pequeños.
Opinión:
● Los expertos están de acuerdo en que hay la necesidad de realizar más estudios sobre el tema
para poder llegar a una conclusión clara, y sobre todo que los estudios deberían centrarse en
enfatizar lo que nos une más que lo que nos diferencia.
Está comprobado que los cerebros de las mujeres y los hombres no son iguales y tienen sus
diferencias genéticamente hablando, no obstante, la sociedad y el ambiente que nos rodea moldea
a las personas a su manera potenciando unas características e inhibiendo otras, como también
marca los estilos educativos, los roles de género, los medios de comunicación, incluso las diferencias
individuales, por eso es necesario la realización de más estudios para comprobar estas diferencias a
nivel científico.
Argumento Lógico
● Premisa mayor:
Las diferencias entre hombres y mujeres siempre han generado bastantes debates al respecto,
debido a que existen muchas opiniones al respecto, opiniones las cuales afirman que las diferencias
que existen entre hombre y mujeres son científicamente demostradas y otros que atribuyen las
diferencias entre hombres y mujeres a la sociedad.
● Premisa menor:
Estudios científicos como los de la neurobióloga Louann Brizendine, estudios que han realizado desde
dentro del útero de la madre, estudios realizados por la Universidad de Harvard, estudios de
neuroimagen llevados a cabo en las últimas décadas, entre muchos otros, han demostrado que si
existen diferencias, biológicas entre hombres y mujeres, la mayoría de estas por medio de estudios
realizados al cerebro y más cuestiones biológicas, han podido demostrar algunas de las diferencias
entre hombres y mujeres.
Mientras que el colectivo feminista, cientificos del centro de investigacion de primates de atlanta, la
experta alice roberts, entre otros, creen fielmente que aun que puede que existan o no diferencias
biolgicas entre los hombres y las mujere, la mayporia de estas son implamntadas por la sociedad por
medio de esterotipos inclucados desde que nacen las personas.
● Conclusión:
A pesar de las diferentes opiniones sobre el tema, en lo que sí están de acuerdo los expertos es en la
necesidad de realizar más estudios sobre el tema para poder llegar a una conclusión clara, y sobre
todo que los estudios deberían centrarse en enfatizar lo que nos une más que lo que nos diferencia. Lo
que está claro es que no podemos negar que hay diferencias genéticas, pero sí aceptar que la
sociedad y el ambiente impone los estilos educativos, los roles de género, los medios de
comunicación, incluso las diferencias individuales que de alguna u otra manera influyen en la
manera de comportarse del individuo y genera las diferencias entre hombres y mujeres.
Argumento convincente:
● Postura:
Existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres las cuales desde hace ya varias décadas se
han ido comprobando mediante estudios, los cuales investigan, el porqué de estas diferencias y si
están o no relacionadas con los estereotipos y estándares que le inculca la sociedad a los individuos.
● Según estudios desde dentro del útero de la madre existen diferencias hormonales que
cambian los circuitos cerebrales. Los tipos y niveles de hormonas son diferentes entre hombres
y mujeres.