Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuerpos perfectos y bien definidos. Medidas y curvas ideales. Órganos sexuales de gran
tamaño. Respuestas sexuales exageradas y poco ajustadas a la realidad. La pornografía es
ciencia ficción, es decir, la secuencia sexual que se está proyectando relata un acontecimiento
desarrollado en un marco imaginario. Por tanto, la persona que consume porno no está viendo
algo real, sino ciencia ficción del sexo.
Este tipo de estímulos consisten en una versión exagerada del propio estímulo con el objetivo
de provocar una respuesta más fuerte que la del estímulo del que evolucionó, llegando a
ignorar el estímulo real. Un ejemplo de la vida real podría ser la comida basura. Es un estímulo
exagerado de los alimentos ya que los niveles de azúcar y grasas son más altos. En los niños
pequeños se puede observar en la elección de los muñecos, prefieren muñecos más grandes,
con colores llamativos y si es posible, que hagan ruido.
Aunque a día de hoy hay pocos estudios que evidencien estas consecuencias, los profesionales
de la salud mental nos encontramos con esta realidad en el día a día. Las personas que piden
ayuda por tener un problema con su propio consumo, refieren sufrir consecuencias derivadas
de ver de forma frecuente sexo no real. Las más frecuentes son 1:
1
Ver a la mujer como un objeto, hasta el punto de no poder relacionarse con amigas,
compañeras de universidad o de trabajo.
Pérdida de habilidades sociales para seducir.
Incapacidad de mantener relaciones estables con una misma pareja.
Suprimir el afecto y la intimidad en sus encuentros sexuales, convirtiéndolos en
relaciones agresivas.
Autoestima baja por no rendir sexualmente como los protagonistas de los vídeos xxx o
por no tener esos cuerpos perfectos.
La consecuencia de mayor gravedad y por la que más sufren, es el desarrollo de una disfunción
sexual, la más prevalente, la disfunción eréctil2. Esta disfunción se caracteriza por la
incapacidad de mantener una erección en las relaciones sexuales, seguida de altos grados de
frustración. Aunque hay muy pocos estudios que evidencien esta realidad, los psicólogos se
encuentran con mayor frecuencia este problema. Una de las hipótesis que se discute es la
siguiente: la persona se acostumbra a excitarse sexualmente con estímulos sexuales concretos
(pantalla, cuerpos y órganos sexuales desproporcionados, respuestas sexuales que no se
ajustan a la realidad…) esto hace que la respuesta sexual sea muy rápida y la satisfacción
inmediata. Cuando estas personas se enfrentan a una relación sexual con una persona real, en
palabras de Nikolaas Tinbergen, este encuentro sería el estímulo original, el cuerpo no
responde de la misma manera, tardando mucho tiempo en tener la erección e incluso no llegar
a alcanzarla.
A partir de aquí, desde Dale Una Vuelta lanzamos un mensaje a todos los padres, formadores,
docentes, acompañantes de adolescentes, para reflexionar con ellos acerca de lo que ven y
animarles a que tengan un pensamiento crítico. Algunas preguntas para plantearse con ellos:
Notas: