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El Poder de la Oración – 3
“La oración intercesora”
I. Introducción
a. Estamos en la tercera parte de nuestra serie sobre la oración
b. Una de las grandes inspiraciones para esta serie ha sido un libro por
Charles Spurgeon “El poder de la oración en la vida del creyente”
i. Spurgeon vivió entre 1834 y 1892
ii. Su iglesia, en Londres, llegó a tener 14,000 miembros
iii. Semanalmente se vendían 25,000 copias de sus predicas y eran
traducidas a más de 20 idiomas
iv. Se le considera el predicador más leído de toda la historia
v. Era un evangelista poderoso y un hombre de Dios que sigue
siendo leído y admirado por muchos
vi. “Cuando la gente visitaba el Tabernáculo Metropolitano, él les
mostraba la sala de oración, situada en el sótano, donde siempre
había gente de rodillas intercediendo por la iglesia. Luego el pastor
les declara: “Aquí está la central de poder de esta iglesia.” Este es,
sin duda, el factor que mejor explica el éxito de Charles Spurgeon.”
Robert Hall
c. En las últimas semanas he hablado de algunos de los factores que nos
impiden orar y hemos visto cómo estos son vistos a través de la Palabra
de Dios
i. No creemos que somos dignos para llegar delante de Dios…
somos invitados al trono de la gracia
ii. Nuestra oración no es un clamor… Dios responde al que clama
d. Esta semana quiero hablar de un tipo especial de oración a la que todos
estamos llamados
i. Al igual que lo que hemos hablado, es algo que ya sabemos y aun
así nos cuesta
ii. Muchos han tenido temporadas practicándolo, y luego aflojamos
iii. Los que han perseverado han visto la mano de Dios respondiendo

“Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al
doble todas las cosas que habían sido de Job.” Job 42:10
 
II. Una promesa maravillosa (“Y quitó Jehová la aflicción de Job…” Job 42:10)
a. Las aflicciones tienen fin
b. El sol sale al final de una noche oscura
c. La aflicción no durará para siempre
d. Llegará el día cuando el propósito de Dios se cumpla y la aflicción sea
removida
i. Este mensaje no pretende explicar cuáles eran los propósitos de
Dios detrás de la aflicción de Job y tampoco cuales pueden ser
detrás de tu aflicción
ii. Solo quiero decir que siempre hay un propósito, Dios no aflige sin
motivo, y los motivos tienden a girar alrededor de
1. La gloria de Dios
2. La derrota de satanás
3. La santificación del hombre
e. Estamos en medio de una serie sobre la oración y la realidad es que la
mayoría de las veces nos acercamos al trono de Dios buscando que
nuestra aflicción sea quitada
i. Esto es bueno y valido
1. Dios responde al clamor de sus hijos (Jer 33:3 “Clama a mí,
y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas
que tú no conoces.”)
2. Dios ve la aflicción de su pueblo y se compadece de ellos
(Deu 26:7 “Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros
padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción,
nuestro trabajo y nuestra opresión”)
3. Cuando, con un corazón contrito y humillado, nos
acercamos a Dios buscando su favor y su misericordia, él no
nos desprecia ni nos rechaza (Sal 51:17 “Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y
humillado no despreciarás tú, oh Dios.”)
ii. Esto no es suficiente
1. Debemos buscar a Dios para conocer a Dios y pedir
revelación sobre quién es él
2. Debemos buscar a Dios para clamar por otros también
3. El solo acercarse al trono de Dios buscando que nos saque
de problemas es un síntoma de inmadurez y quizás egoísmo
4. El clamar por otros y por conocerle es un síntoma de
madurez y una señal de que estamos recuperándonos
 
III. La oración intercesora (“Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo
orado por sus amigos…” Job. 42:10)
a. Algunas versiones dicen “después que él hubo orado…”
i. De ninguna manera estoy diciendo que si no oras por otros Dios no
te va a responder
ii. Tampoco estoy diciendo que la clave para recibir una respuesta de
Dios es orar por otros
b. La oración intercesora de Job fue la señal de que Dios estaba haciendo o
había hecho algo en Job
i. Cuando estamos en medio de problemas tendemos a enfocarnos
en nosotros mismos y como otros nos pueden ayudar
ii. Se nos olvida que, a pesar de nuestra condición, siempre podemos
hacer algo por otros y levantar a otros delante de Dios
c. El llamado de Dios sobre su pueblo siempre ha sido el de velar (y orar)
por otros, no solo por nosotros mismos
d. Tenemos el ejemplo de muchos de los grandes hombres de la Biblia
i. Abraham intercedió por Sodoma y Gomorra (Gen. 18:23-33)
ii. José intercedió por sus hermanos delante de Faraón (Gen. 45)
iii. Moisés intercedió por el pueblo de Israel (Exo. 32:11-14)
iv. Este era el trabajo de los sacerdotes que presentaban las ofrendas
v. Jesús, es nuestro intercesor
1. Oró por sus discípulos (Jn. 17)
2. Vive para interceder por nosotros (Heb 7:25 “por lo cual
puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”)
3. Aun en su momento de mayor agonía, no olvidó que seguía
siendo un intercesor por nosotros (Luc 23:34 “Y Jesús decía:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…”)
e. El mismo Jesús, cuando nos enseñó a orar, se encargó de dejar esto
plasmado allí
i. Mat 6:9-13 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu nombre... 11 El pan nuestro de
cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos
metas en tentación, mas líbranos del mal…”
ii. Toda la oración está expresada en plural, enseñándonos que
ninguno de nosotros debe de orar exclusivamente por sí mismo
f. Me atrevo a decir que un hombre no ama a sus hermanos si no ora por
ellos… es imposible que un santo maduro viva y ore solo para sí mismo
 
IV. ¿Por quiénes debemos orar?
a. Oramos por nuestros hermanos en Cristo
i. Porque somos de Dios (Jn 17:9 “Yo ruego por ellos; no ruego por el
mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son”)
ii. Para que preservemos la unidad (Jn 17:11 “… guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros.”)
iii. Para que tengan gozo en Dios (Jn 17:13 “… para que tengan mi
gozo cumplido en sí mismos.”)
iv. Para que sean guardados del mal (Jn 17:15 “No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal.”)
v. Para que perseveren en la fe y la santidad (Jn 17:17 “Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad.”)
vi. Que experimenten continuamente la presencia y la gloria de Dios
(Jn 17:24 “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo
estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que
me has dado…”)
b. Oramos por los que no conocen a Jesús
i. Jn 17:20 “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los
que han de creer en mí por la palabra de ellos”
ii. No hay tal cosa como alguien tan endurecido que no pueda
conocer a Dios
iii. Quizás te va a llevar años de oración, pero es una oración que es
de acuerdo con la voluntad de Dios (1Ti 2:4 “el cual quiere que
todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.”)
iv. Él quiere que tu familia se salve (Hech 16:31 “Ellos dijeron: Cree en
el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”)
v. No importa cuán duro es alguien, nunca des a nadie por
espiritualmente muerto hasta que esté físicamente enterrado.
c. Oramos por nuestras autoridades (1Ti 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se
hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos
los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia,
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.”)
d. Oramos por nuestros enemigos y los que nos han ofendido
i. El mejor ejemplo es Jesús, intercediendo en la cruz
ii. Orar por los enemigos es bueno para nuestro corazón y nuestro
comportamiento
1. Ciertamente, uno no puede ser tan hipócrita como para pedir
que Dios bendiga a su hermano en su presencia y después
maldecirlo en su propio corazón
 
2. Cuando presentamos ante el trono de Dios a los que nos
han ofendido, estamos demostrando la sinceridad de
nuestro perdón
e. Oramos por los que no pueden orar por sí mismos
i. Los tres amigos de Job no podían orar por sí mismos porque Dios
había dicho que no los iba a escuchar
ii. Sin embargo, Dios dijo que sí escucharía a Job orando por ellos
(Job 42:8 “… mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él
atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis
hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.”)

V. Oremos por nuestros pastores y líderes


a. Esta es una parte de la que me cuesta hablar porque siento que corro el
riesgo de verme “needy” y egocéntrico
i. Estamos bien
ii. No estamos pasando penas
iii. Dios ha sido bueno
b. Me convencí de hacerlo porque…
i. Jesús le pidió a sus discípulos que oraran con él / por él (Mat 26:38
“Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte;
quedaos aquí, y velad conmigo.”)
ii. Pablo le pidió a las iglesias que oraran por ellos (1Te 5:25
“Hermanos, orad por nosotros.”)
c. Hay algunas cosas que pueden pedir por mi
i. 2Te 3:1-2 “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la
palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre
vosotros, 2 y para que seamos librados de hombres perversos y
malos; porque no es de todos la fe.”
1. Que Dios me use para que la Palabra de Dios sea
proclamada con poder y libertad
a. Que nunca falte la revelación de Dios en mi vida
b. Que la palabra siempre sea fresca a mi mente y mi
corazón
c. Que su unción crezca sobre mí
2. Que Dios nos proteja (a mí y mi familia) de hombres
perversos y malos
ii. Heb 13:17-19 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar
cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque
esto no os es provechoso. 18 Orad por nosotros; pues confiamos
 
en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en
todo. 19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea
restituido más pronto.”
1. Que Dios nos de fuerzas y gozo para hacer la obra del
ministerio
a. Es una posición pública y, aunque siempre he tratado
de ser lo más transparente y vulnerable, se demanda
más de mí que de ustedes (por Dios y por ustedes)
b. Tenemos trillizos y a veces estamos cansados
2. Que Dios me guarde en santidad y con una consciencia libre
a. Igual que el autor confío en que nos estamos
esforzando por hacer bien las cosas
b. Quiero que esto siga así
c. “Debe orarse por la preservación del carácter de los
ministros, porque cuando un ministro cae, ¡causa una
gran desgracia… Satanás sabe que si logra golpear
el corazón del ministro, habrá gran revuelo en el
pueblo de Dios” Charles Spurgeon
3. Que Dios guarde mi salud
a. En el caso de Hebreos el autor probablemente les
había sido privado por encarcelamiento
b. Hoy en día es más factible que un ministro sea
privado de su congregación por enfermedad
c. Sea como sea, que nada me prive de hacer la obra
que fui llamado a hacer
d. “Las oraciones del pueblo deben constituir la fuerza de los ministros.
Recuerde que es el ministro, más que ninguna otra persona de la
congregación, quién necesita las oraciones fervientes del pueblo.” Charles
Spurgeon
e. “Si Dios concede un ministro a su iglesia y ustedes aceptan el don de
buena gana, no desprecien a Dios ni al ministro privándolo de sus
oraciones.” Charles Spurgeon

VI. Conclusiones (“Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por
sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.” Job
42:10)
a. Esta no es una receta de cocina “Si oro por otros Dios me va a aumentar
todo al doble”
b. La intercesión me pone en un lugar donde mi corazón está listo para ser
bendecido
 
c. “La intercesión hará del flaco y hambriento adorador de sí mismo otro
hombre, más semejante al Hijo del Hombre.” Charles Spurgeon
d. La intercesión nos hace quitar la mirada de nosotros mismos y nuestros
problemas y ponerla en otros
e. Cuando ya no todo gira alrededor de mí, Dios me puede dar libremente
sabiendo que voy a compartir la bendición que él me ha dado

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