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TRABAJO
PRACTICO
MATERIA:
SU PROCEDIMIENTO
DOCENTE:
ESTUDIANTE:
PARALELO:
3D2
GESTION:
2021
EL PODER DUAL
Así entonces, lo nacional no podía ser restringido a los proyectos oligárquicos del
siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, sino que debía configurarse como
bastión de la lucha popular. Conforme a su permanente preocupación por lo local
y lo histórico específico, el marxista boliviano valorará las categorías intermedias
producidas desde el marxismo, como las de formación económico-social, la de
bloque histórico o la de superestructura, en tanto ellas permiten detenerse en la
historicidad del Estado. En esta misma línea, René Zavaleta reivindicó la noción
marxista de autonomía relativa para concebir la especificidad de la
superestructura o si se prefiere para reivindicar la autonomía de lo político. Es a
partir de esta compleja relación entre Estado y sociedad que Zavaleta reconoce a
la noción de autonomía relativa como una de las categorías más potentes
producidas desde el marxismo.
Y nuestro autor continúa "Se puede decir que aquí se reemplaza la democracia
para la clase dominante por la democracia para sí misma"41. Ahora
bien, Zavaleta finaliza sus reflexiones en torno a la autodeterminación de las
masas, advirtiéndonos que la misma puede ser portadora de tradiciones
democráticas y de tradiciones no-democráticas. Puede ser racional o
irracional, puede reproducir y fortalecer la servidumbre y el antisemitismo o
puede promover procesos igualitarios y emancipatorios. Su horizonte político se
encuentra abierto a las correlaciones de fuerza y las expresiones de las luchas
sociales, lo que nos pone en alerta de la relevancia de la arena
política, social, cultural y económica, como espacios de disputa por la sociedad
que queremos y necesitamos.
ANALISIS
Después de la Segunda Guerra Mundial surge la necesidad, particularmente desde
Estados Unidos como nueva potencia hegemónica mundial, de estudiar y conocer
al mundo a partir de los estudios regionales o de área. La interrogante ¿qué
significa estudiar América Latina en la actualidad? abre la posibilidad de criticar
esas perspectivas, repensar paradigmas teóricos sobre nuestras estructuras e
instituciones fundamentales que han impactado en nuestra realidad, de cómo las
percibimos y el cómo buscamos comprenderlas. Este es el hilo conductor de estas
reflexiones sobre el estudio del Estado latinoamericano. Este enfoque abre un
abanico infinito de posibilidades al ser el Estado un objeto de estudio que se
puede abordar desde un enfoque sociológico, político, jurídico, económico,
cultural, literario, y/o desde cualquier disciplina de las ciencias sociales o
humanas. Por lo que, para no entrar en una dinámica complicada y por demás
interminable, es conveniente delimitar el tema de análisis para este trabajo. Si
bien cada disciplina tiene su forma particular de abordar el objeto de estudio,
tenemos el deber de construir puentes que permitan entender los fenómenos de
América Latina no solo como un sinnúmero de procesos aislados sino como un
todo, con procesos y problemáticas comunes, es decir, apoyarnos en la
interdisciplina para entender la riqueza de esta región.
En un contexto de globalización y de un neoliberalismo brutal, donde el Estado es
minimizado cada vez más en sus actividades como agente regulador de la
economía, reflexionar acerca de la categoría del Estado latinoamericano en la
actualidad, es quizá una de las necesidades más desafiantes en el mundo
académico debido a su relación con el ejercicio del poder. Rescatar los estudios
relacionados con este tema es útil para contar con un mapa de referencias
conceptuales necesarias para posteriores análisis. Creo necesario, en primer
lugar, recorrer las tendencias que han seguido los estudios del Estado en el siglo
XX, para después hacer un balance de las corrientes, y finalmente proponer una
posible línea de investigación que contenga los elementos que puedan ayudar a
desarrollar una teoría actualizada y acorde con la compleja y asincrónica
realidad latinoamericana. Pretendo dar sentido y límites a esta exposición a
partir de las siguientes preguntas: ¿cómo se ha estudiado al Estado en América
Latina? y ¿qué desafíos ponen las crisis institucionales a los conceptos
tradicionales?
icano difícilmente podría sintetizarse en unas cuantas cuartillas. Este trabajo no
trata de una revisión crítica exhaustiva sino únicamente de un primer esfuerzo
por ordenar, a grandes rasgos, las tendencias y posturas clásicas del siglo XX. En
América Latina, el Estado como concepto tiene de referencia explicativa
fenómenos como la dependencia y el subdesarrollo, y ha sido elemento para
entender otros procesos históricos como la industrialización, el militarismo, la
modernización, las dictaduras, la transición a la democracia, el neoliberalismo y
la globali
EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA NACIONAL
Potosí es una clave para explicar hasta qué punto lo que llamamos Bolivia es un
cuerpo histórico, interrumpido, invadido, saqueado y distorsionado por los
extranjeros.
No hay nada en Bolivia que no arranque de Potosí, es una clave, como hecho económico, su
descubrimiento, su explotación y sus emergencias.
Bolivia no es una creación occidental, por lo menos culturalmente, aunque su
realización como Estado nacional moderno, se cumple a través de lo que dejaron
los españoles. Por otra parte, la historia no es solo acumulación escrita, sino que
los hombres existen como historia cuando se organizan políticamente con
propósitos en el tiempo. La conquista fue para Bolivia la invasión de un cuerpo
histórico ya existente y, para la nación su enriquecimiento, pero no su creación.
Desde entonces la evolución histórica del país y el cuerpo nacional, depende de un
crecimiento exógeno, desigual y por saltos, promocionado desde afuera. Las
culturas preespañolas, tenían una organización simétrica y extensa, donde su
estrategia política poseía una verdadera densidad cultural, “sin conocer la
rueda”; disponían de vastos caminos, pero no contaban con animales
de transporte humano para distancias largas. Es el oro de América y la plata de
Potosí, que provee y financia el mercantilismo europeo; se forja el mestizaje
altoperuano y sus formas culturales, con bases económicos e ideológicos traídos
por los conquistadores. Se consolida la pirámide social con los “mediterráneos y
entendidos”, “doctores dos caras de Charcas, cuya presencia a lo largo del ciclo
republicano iba a ser decisiva (formadora y deformadora), estos eran producto
suntuario que financiaba Potosí(mitayos). Los doctores se aprestan a administrar la
independencia que los guerrilleros conquistan, agotándose y que Bolívar ejecuta, “Por
eso la Republica nace decadente”.
Se genera una enemistad entre estos. Ahí tenemos hitos importantes como: Santa
Cruz, Ballivián y Belzu(nacionalistas), Melgarejo, Linares, Arce y
Montes (antinacionalistas). Santa Cruz promueve la Confederación
Perú Boliviana, pero su plan no contaba con la movilización de las masas y la
oligarquía boliviana se asentaba en la mita, el pongueaje, y las chicanerías
conceptuales de Charcas (oligarquía birlocha).
En cambio Chile, por medio del talento de Diego Portales, crea un Estado
Oligárquico (cateadores de minas pobres y agricultores) con ideas claras acerca
de los intereses de su patria. Ambos planteamientos oligárquicos pero
nacionales se enfrentan y sale triunfante la que tenía más vigor. A diferencia de
Santa Cruz y Ballivián, Belzu movilizo las masas, entra con ellos en el país
histórico, pero no les da elementos para quedarse en él. Para Linares la causa de
los problemas nacionales es la inmoralidad (pecado), este solo tenía una
formación curialesca., quien veía la problemática del país como un verdadero
extranjero. Mientras Melgarejo sentó las bases del moderno latifundismo, reparte
las tierras entre sus amigos y cede territorios al Brasil y Chile a cambio de
condecoraciones. Aniceto Arce impulsa la asociación con el imperialismo para
crear un país moderno, idea promulgada por Aramayo y Patiño (barones del
estaño), a partir de ahí se constituye la rosca (clases dominantes que prosperan bajo el
dominio político del Superestado minero). Este acoso, que quiere hacer daño al país, o
que, al servicio de sus intereses hace daño en efecto a un país que no le
importa, crea un ritmo histórico en las clases nacionales, que son las que
contienen la nación. Bajo el acecho extranjero, español o inglés o
norteamericano, anglo-argentino o anglo-chileno, resistiendo a la invasión
económica y a la invasión cultural, a la enajenación que fraguan sus agentes y
sus clases-agentes dentro del esquema social del país, la nación sobrevive como
un factum, disperso consistente e inédito en las clases nacionales. La nación
fáctica, es decir, la nación inevitable y carnal, hecho a veces pasivo pero presente
siempre y existente sin dudas, sobrevive así a pesar de un interminable acecho, de
las catástrofes, de las mutilaciones territoriales, de la instalación pertinaz de la
pedagogía oligárquica. La nación fáctica, que persevera en una resistencia
introvertida, que insistía sobre sí misma en una paciencia petrificada, comienza
a encontrar, enumerar y evaluar los factores reales que le permirtirán encarar su
ingreso orgánico al país histórico.
La primera sección, Entre las notas inéditas, incluye dos textos no publicados de
Zavaleta, titulados para esta edición como Formas de operar del Estado en
América Latina y Nacionalizaciones. En ambos se incluyen enfoques y contenidos
de artículos y libros ya conocidos (la introducción de Bolivia, hoy, referida a las
dictaduras; Las formaciones aparentes en Marx, en su referencia de la autonomía
relativa del Estado; Lo nacional-popular en Bolivia). En el segundo, la
nacionalización entendida como el establecimiento de una nación- no tendría
contenido de clase; no sería por tanto un acto forzosamente progresista. Estas
notas inéditas muestran la extraordinaria capacidad que Zavaleta ponía en juego
al plantear críticamente los problemas claves del marxismo desde una óptica
propia y de realizar esa reflexión desde América Latina.
Maya Aguiluz afirma en Zavaleta revisitado: que veinte años no son nada, a
propósito de Bolivia. La formación de la conciencia nacional, que Zavaleta no es
una fuente de descubrimiento proveedora de imágenes y conceptos clarificadores,
ni una fuente de enunciación autorizada sino una reserva de memoria que puede
activarse en momentos de crisis. Luis Tapia, en La producción teórica para
pensar América Latina, da cuenta de las dificultades de sintetizar conocimiento
en realidades heterogéneas, que redundan en la necesidad de producir más
teoría, sobre todo para captar la heterogeneidad y articularla. René Zavaleta
ante la especificidad latinoamericana del Estado y la política, de Lucio Oliver,
parte de la actualidad de la obra y el pensamiento de Zavaleta y trata de
recuperar sus aportes a la teoría del Estado en vistas a entender la situación del
Estado en América Latina durante la globalización. La sección final del libro,
consta de un texto sobre Hegel: Recuperar a Hegel, dedicado a la memoria de
Zavaleta.