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LA ECUACIÓN PERSONAL (Walter L.

Arias Gallegos-Portal Xing-2010)

En 1794 el astrónomo Nevil Maskelyne, quinto astrónomo real de Inglaterra, trabajaba con un
asistente (identificado como Kinnebroock en los archivos historiográficos), midiendo el
tránsito de las estrellas a través del telescopio del observatorio de Greenwich. Siempre
tenían diferencias de 0.1 segundo en sus observaciones, pero en 1796 Maskelyne encontró
una diferencia de 0.5 segundos, y le llamó severamente la atención. Cuando Kinnebroock
intentó corregir su error, la diferencia aumentó de 0.5 segundos a 0.8 segundos. Esto motivó
que Maskelyne despidiera a su asistente porque consideró que sus errores continuos habían
alcanzado un nivel insoslayable y ciertamente preocupante, ya que los datos equivocados
afectarían los resultados de sus cálculos y por ende de sus investigaciones.

Sin embargo, 10 años después un astrónomo alemán, Friedrich Bessel (1784-1846), revisó los
cálculos de Maskelyne y Kinnebroock de forma sistemática, y encontró que no había error en
los cálculos de uno o del otro. ¿Qué había ocurrido?

Bessel era astrónomo en Königsberg y desde 1818 hasta 1823 realizó experimentos con
diversos astrónomos colegas suyos como Walbeck, Argelander y Lindenau, quien ya había
reportado el incidente en 1816; y encontraron diferencias en sus mediciones de hasta 1.041
segundos. (¡Si Maskelyne hubiese visto eso los habría despedido a todos!). Los astrónomos
llegaron a la conclusión de que las diferencias no estaban en los cálculos sino en las
personas, es decir que los tiempos de reacción de los astrónomos a la hora de observar por el
telescopio hacían la diferencia, y si sus cálculos se basaban en sus observaciones, entonces
sus resultados serían igualmente diferentes.

Bessel empezó a realizar cálculos para generar una constante que le permitiera reducir las
diferencias en los tiempos de reacción. Como resultado de sus mediciones creo una
“ecuación personal” que le ayudó a reducir los errores inter-observadores, pero no a
eliminarlos. En 1830, Robinson, astrónomo del observatorio de Armagh en Irlanda; en 1837,
Gerling, director del observatorio de Marburgo; en 1838, Airy astrónomo real del
observatorio de Greenwich y en 1840 el propio Adolf Quetelet, realizaron su propias
ecuaciones personales.

En 1860, el fisiólogo Franciscus Cornelius Donders estudió los tiempos de reacción en


condiciones controladas de laboratorio y elaboró un modelo de los tiempos de reacción por
etapas en el cual tras la percepción inicial del estímulo, este se categoriza, y luego se
selecciona la respuesta apropiada. Cada una de estas etapas toma tiempo que se va sumando
en cada operación mental. La importancia de este episodio de la historia para la psicología,
es que cuando se fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad
alemana de Leipzig en 1879, Wundt y Cattell se basaron en este modelo de los tiempos de
reacción para hacer mediciones de las funciones psicológicas sensoriales y perceptuales de
sus sujetos de investigación.
Además, Esta experiencia nos conduce a valorar la importancia de los factores psicológicos
en ciencias menos afines como la astronomía o la física, donde las variables personales del
investigador intervienen en las mediciones que realizan.

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