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Boris Fausto “El Brasil monárquico (1822-1889)

La consolidación de la independencia y la construcción del Estado

Las tropas portuguesas resistieron en Cisplatina, donde acabaron por retirarse en


1823. Comenzaría una larga guerra por la independencia uruguaya, pero ahora
contra los brasileños y no contra los portugueses. Los brasileños terminaron por
derrotar a los portugueses. Los Estados Unidos reconoció la independencia en
1824. Ya era reconocida por Inglaterra. Los ingleses intentaron conseguir que
Brasil aceptara el inmediato fin del tráfico de esclavos. Pero estuvieron presentes
en la consolidación de la independencia y sirvieron de mediadores para los
reconocimientos de la nueva nación por Portugal.

1825 por medio de un tratado Brasil concordaba en compensar a la metrópoli por


la pérdida de la antigua colonia. Indemnizar a la corona portuguesa dio origen al
primer empréstito externo contraído en Londres por Brasil. La segunda apariencia
extraña, se explica por el hecho de que ciertos intereses brasileños ligados al
comercio de esclavos estaban implantados en algunas regiones de la costa África.

Sobre el hecho de que el tránsito a la independencia de Brasil, no fue pacifico. Una


vez admitido el uso de la fuerza y las muertes que esta provocó, la consolidación
de la independencia se hizo en pocos años y sin grandes pérdidas. Más aún, la
emancipación de Brasil no implicó grandes alteraciones del orden social y
económico existente o incluso de la forma de gobierno. Brasil fue una monarquía
entre repúblicas, y constituyó un caso único en la historia de América Latina.

Una de las principales razones, se encuentra en la llegada de la familia real a


Brasil, y en la forma en que ocurrió el proceso de independencia. La apertura de
los puertos estableció un puente en la corona portuguesa y los sectores
dominantes de la colonia, especialmente en Río de Janeiro, San Pablo y Minas
Gerais. Con la presencia del rey de Brasil, los beneficios que llegaron incentivaron
la expansión económica del área, que estaba ligada a los negocios del azúcar, del
café y del tráfico de esclavos.
La elite política que promovía la independencia no tenía interés en rupturas que
pusieran en peligro la estabilidad y continuidad de la antigua vida de la colonia.
Los esfuerzos por la autonomía que desembocaron en la independencia se
concentraron primero en la figura del rey y luego en la del príncipe regente. En los
primeros años posteriores a la independencia, la monarquía se transformó en un
símbolo de autoridad.

La independencia imponía la tarea de construcción de un Estado nacional que


organizara el país y garantizara su unidad. Dos años posteriores a la
independencia, el principal debate se concentró sobre la aprobación de una
constitución. Una Asamblea Constituyente. Surgieron diferencias entre la
asamblea y Don Pedro, apoyado, en un principio por José Bonifacio.

1823 unos años después de la Independencia, José Bonifacio fue apartado. La


primera Constitución brasilera nacía de arriba para abajo. Impuesta al “pueblo”
por el rey, “pueblo” a la minoría de blancos y mestizos, que podía votar y que
tenía alguna participación en la vida política.

Una parte estaba excluidas: los esclavos.

Al organizar los poderes, definir las atribuciones y garantizar los derechos


individuales, la Constitución representaba un avance. El problema es su aplicación
sería muy relativa, sobre todo en el campo de los derechos.

La Constitución de 1824 tuvo, algunas modificaciones, hasta el fin del Imperio.


Definió al sistema político como monárquico, hereditario y constitucional. El
Imperio tendría una nobleza, pero no una aristocracia, habría nobles, debido a los
títulos concedidos por el emperador, pero esos títulos no serían hereditarios. La
religión católica romana continuaba siendo la religión oficial, permitiéndose
apenas particular de las otras religiones. El Poder Legislativo fue dividido en
Cámara y Senado. Hasta 1882 la práctica admitía el voto de un gran número de
analfabetos. El país fue dividido en provincias, cuyo presidente era nombrado por
el emperador. Se garantizaron los derechos individuales, entre ellos, la igualdad
ante la ley, la libertad de culto. (Aunque con restricciones) la libertad de
pensamiento y la de expresión.
Un importante órgano de la estructura política era el Consejo de Estado,
compuesto, nombrados por el emperador y elegidos en ciudadanos brasileños-

El Consejo de Estado debía ser escuchado en las “cuestiones graves y medidas


generales de la administración pública” como la declaración de guerra, ajustes en
los pagos o en negociaciones en las que el emperador se propusiese ejercer las
atribuciones propias del Poder Moderador.

Las marcas dejadas por la Revolución de 1824, puede ser entendida como parte
de una serie de rebelión y revueltas ocurridas en Pernambuco entre 1817 y 1848 y
que convirtieron a la provincia en un foco generador de descontentos en el
nordeste. El recién Imperio brasileño heredó los problemas generados por la
ocupación de la Banda Oriental. En 1825 una rebelión regional proclamó la
separación de Brasil y la incorporación del futuro Uruguay a las Provincias Unidas
del Río de la Plata.

Ese hecho precipitó la guerra entre Brasil y Buenos Aires en 1825. La guerra fue un
desastre entre Brasil y Buenos Aires en 1825. La guerra fue un desastre militar
para los brasileños. Fueron vencidos en Ituzaingó (1827). La paz fue alcanzada con
la mediación de Inglaterra. El tratado de paz puso fin y garantizó el surgimiento de
Uruguay, como país independiente y la libre navegación del Plata y sus afluentes.
Punto de interés para las potencias europeas, especialmente Inglaterra, así como
para Brasil.

Creado por Don Joao VI en 1808, el Banco de Brasil comenzó a tener dificultades
desde 1821, cuando antes de partir hacia Portugal el rey retiró el oro que había
depositado, y terminó cerrando en 1829. Todavía no se utilizaba el término
“inflación” pero se hablaba de algo parecido cuando se aludía a la “hinchazón”
del medio circulante!,

Muchos miembros de la elite brasileña se alinearon junto a don Pedro. Con el


devenir de los acontecimientos, los brasileños fueron adhiriendo cada vez más a
las críticas liberales y los portugueses se apegaron a la figura del emperador. En el
aire la sospecha de que don Pedro intentaría volver a los tiempos del Reino Unido,
con la muerte de don Joao VI en 1826, se abría la posibilidad de que él asumiera el
trono portugueses debido a su calidad de primogénito.

A partir de mediados de 1830. La caída de Carlos X en Francia y el comienzo de la


Monarquía de julio. Tenida por liberal- repercutieron en Brasil y fueron objeto de
discusión hasta en el Consejo de Estado. 1831 subió la temperatura política de Rio
de Janeiro. El Emperador regresaba de un viaje. Para demostrarle su apoyo. Los
portugueses decidieron realizar festejos promovidos por la sociedad secreta
Columna del Trono.

1831 don Pedro fue forzado a abdicar en favor de su hijo, el futuro don Pedro II. El
Pequeño Pedro tenía apenas cinco años de edad cuando su padre abdicó al trono
y partió rumbo a Inglaterra soñando con recuperar otro trono, el portugués, que
ocupaba su hermano don Miguel.

El Periodo posterior a la abdicación de don Pedro I se designa como Regencia


porque el país, fue regido por figuras políticas, que actuaban en nombre del
emperador. En principio los regentes eran tres, pero pasó a ser uno a partir de
1834. El periodo gerencial fue uno de los más agitados de la historia política de
Brasil. Que estuvo en juego la unidad territorial del país. Cierto temas, ocuparon el
centro del debate político. La centralización o descentralización del poder, el
grado de autonomía de las provincias y la organización de las fuerzas armadas. Las
reformas que realizaron los regentes son un buen ejemplo de las dificultades que
presentaban la adopción de una práctica liberal que intentara apartarse de los
males del absolutismo.

Gran parte de cuestiones no llegaron a resolver en la época regencial, porque la


monarquía centralizada recién pudo consolidarse hacia 1850. Un punto de
importancia: la falta de consenso entre las elites en torno al orden constitucional
más conveniente.

Por un lado los absolutistas, por otro los exaltados, defendían la Federación, las
libertades individuales, y en algunos casos, la República. Los absolutistas, llamados
caramurus, luchaban por el regreso al trono de don Pedro I. don Pedro I murió en
Portugal en 1834.
Las reformas del periodo regencial intentaron suprimir o reducir las atribuciones
de algunos órganos de la monarquía, a la vez que trataron de crear una nueva
forma de organización militar, disminuyendo para ello el papel del Ejército.

Una ley 1834 llamada Acto Adicional, determinó que el Poder Moderador no
podía ser ejercido durante la Regencia; la misma ley también suprimió el Consejo
de Estado. Si bien los presidentes de provincia continuaron siendo elegidos por el
gobierno central, se crearon asambleas provinciales con mayores poderes, que
sustituyeron a los antiguos consejos generales.

Las asambleas provinciales fueron autorizadas a fijar los gastos municipales y


provinciales. Podían crear impuestos necesarios para la atención de esos gastos.
Una de las atribuciones más importantes concedidas a las asambleas provinciales
fue la de nombrar y destituir a los funcionarios públicos.

1832 y 1835 se produjeron la eclosión en Pernambuco de la Guerra dos Cabanos.


Este fue un movimiento esencialmente rural, se diferenció de las anteriores
insurrecciones, por su contenido. Los cabanos agrupaban a pequeños
propietarios, trabajadores del campo, indios, esclavos.

Lucharon por la religión y por el retorno del emperador contra los llamados
“carbonarios jacobinos” haciendo una referencia a los revolucionarios franceses.
De esa forma, los sectores pobres de la población rural expresaban su
descontento contra aquellos cambios, que no entendían y que eran muy distantes
de su mundo. Los cabanos contaron con el apoyo inusitado de los comerciantes
portugueses de Recife y de los políticos reutauracionistas de la capital del Imperio.

Luego de una guerra de guerrillas, los rebeldes fueron derrotados por Andrade.

En 1830 se constituyeron dos grandes partidos imperiales; el Conservador y el


Liberal. Ambos tenían una disputa entre clientelas opuestas en búsqueda de
ventajas por el poder. La centralización o la descentralización del poder dividieron
a los conservadores y liberales. En 1870 se organizó el llamado Nuevo Partido
Liberal.

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