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 Diferencias entre el proceso de independencia brasileño y el rioplatense

Para sintetizar lo narrado, podemos recurrir a la convincente tesis de Leslie Bethell (1) sobre la
independencia brasileña. Según esta autoridad en la materia:

     1. Hubo un elemento de casualidad en la independencia brasileña. No era "necesaria" como la


de Hispanoamérica, cuya metrópoli sufrió un colapso total debido a la invasión napoleónica. La
casa de Braganza gozaba de la protección británica mientras que España era la enemiga de
Inglaterra. Cuando se concretó la alianza entre Gran Bretaña y el gobierno español, la protección
que éste último podía esperar para la integridad territorial del Imperio (que jurídicamente
pertenecía a la Corona y no a España) era muy limitada.  
    2. En Brasil había una economía esclavista muy conservadora, y los lazos entre la Corona y las
elites brasileñas fueron reforzados cuando la corte portuguesa se trasladó a Río. Fueron las
revoluciones portuguesas de 1820, el regreso de la corte a Lisboa en 1821, y la determinación de
Portugal de darle a Brasil nuevamente un status colonial, lo que empujó a la clase dominante
brasileña hacia la independencia. En contraste, en Hispanoamérica los conflictos entre españoles
americanos y peninsulares eran más agudos, y sus intereses en común menos relevantes.  
    3. La independencia brasileña fue fácil y rápida, en este sentido muy distinta de la
hispanoamericana.  
    4. No existía un sentido de identidad nacional en Brasil, y en este sentido la situación era
idéntica a la del Río de la Plata y otras colonias españolas. Sin embargo, la disponibilidad de un
príncipe de la casa de Braganza hizo posible la unidad, una unidad muy envidiada por el gobierno
de Buenos Aires, que desesperadamente buscaba algún príncipe para hacerse cargo del gobierno
y evitar la anarquía. La "guerra de independencia" en el noreste brasileño fue corta y poco
sangrienta; en las colonias españolas fue larga y desgarrante. En Brasil las tendencias separatistas
no tuvieron tiempo de desarrollarse, y tampoco se movilizaron las fuerzas populares. En
contraste, Hispanoamérica se dividió en una pequeña multitud de Estados, y los mismos
virreinatos se segmentaron.
    5. Debido a los factores arriba enumerados, hubo una extraordinaria continuidad en el Brasil
antes y después de la independencia, justo lo contrario de lo que ocurriera en el Río de la Plata.
Pedro I y la oligarquía brasileña tomaron posesión del aparato estatal portugués preexistente en
Brasil, todo lo contrario de lo que ocurrió en el Río de la Plata, donde el aparato estatal español
preexistente fue destruido.  
    6. En Brasil la independencia no produjo trastornos económicos, como ocurriera en
Hispanoamérica en general y en el Río de la Plata en particular. Las pautas de comercio e
inversión cambiaron (Gran Bretaña se convirtió en su principal socio así como en su principal
fuente de capital) pero tanto el modo de producción colonial como el rol de Brasil en la división
internacional de trabajo permaneció inalterado.  
    7. Tampoco se produjo hubo una conmoción social significativa, como ocurrió en el Río de la
Plata, donde la revolución alteró completamente la estructura social y las masas fueron
soliviantadas. No se hicieron concesiones relevantes a los grupos sumergidos. La institución de la
esclavitud sobrevivió a pesar de que el tráfico de esclavos estaba amenazado.  
    8. La independencia brasileña fue una revolución conservadora. En la medida en que
representó una derrota del liberalismo, fue una contrarrevolución. En cambio, la revolución
hispanoamericana fue tan cabalmente una revolución como antes lo habían sido la
norteamericana y la francesa

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