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Razones por las cuales perdemos nuestro primer amor

(Apocalipsis 2:2-4)
“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que
no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos;  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has
trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.  
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.

INTRO

El primer amor se refiere a aquella pasión y sentimientos que


nos impulsaban en todas nuestras actitudes ha honrar, servir
y adorar a Dios. Generalmente este es fuerte al principio de
nuestros días como cristianos, pero con el tiempo este
puede menguar hasta volverse indiferente y pobre. Dios
elogia a la iglesia de Éfeso por su gran trabajo y dedicación a
su obra, sin embargo, los recrimina por haber abandonado
su primer amor. Esta misma historia se repite hoy en día y
puede pasarnos a nosotros si no vigilamos
responsablemente nuestra
vida. Veamos algunas razones por las cuales este amor
puede desaparecer.
Cuando perdemos nuestro primer amor

I.EL DESAFÍO DE PONER A DIOS EN EL PRIMER LUGAR.


“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”.
Mateo 6:33
La Biblia es clara al enseñarnos que toda nuestra confianza
debe estar puesta siempre en Dios. Jesús dijo que nuestra
prioridad tenía que ser Dios y su justicia, y no los afanes o
compromisos de este mundo; lamentablemente esto no
sucede así. El ponerlo en primer lugar y amarlo sobre todas
las cosas representa un verdadero desafío para los
cristianos. Si no nos damos
cuenta poco a poco nuestra relación con Él puede ir
decayendo hasta delegarlo a los últimos lugares de prioridad
en nuestra vida. Pero, ¿qué puede provocar esto? Veámoslo
a la luz de la palabra de Dios.

  II.            RAZONES POR LAS CUALES PERDEMOS


NUESTRO PRIMER
AMOR.

Al menos podemos identificar tres razones por las cuales


podemos perder nuestro primer amor y que Dios deje de ser
nuestro primer lugar en la vida.

1.      Por pecados ocultos


“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a
muchas mujeres
extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a
las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová
había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni
ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán
inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues,
se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres
reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres
desviaron su corazón.  Y cuando Salomón era ya viejo, sus
mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su
corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el
corazón de su padre David”.
1 Reyes 11:1-4

            Una de las razones por las cuales nuestro amor por
Dios puede menguar es tener pecados ocultos. Salomón fue
una persona a
quien Dios bendijo en gran manera y tuvo su respaldo para
hacer grandes maravillas, pero su amor comenzó a decaer
cuando su amor por las mujeres extranjeras fue más grande
a tal punto que lo arrastraron a la idolatría. Muchos
cristianos hoy en día han permitido que el pecado ingrese
sigilosamente en su vida destruyendo su pasión por Cristo.
Como creyentes
debemos ser celosos con nuestra vida piadosa no
permitiendo que nada dañe nuestra relación con Dios, razón
por la cual Pablo decía: “Así que, el que piensa estar firme,
mire que no caiga”, (1 Corintios 10:12).

2.      Por los periodos de duras pruebas.


“Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué
nos amaste?...”
Malaquías 1:2

            Otra de las razones por las cuales nuestro amor por
Dios puede menguar es el efecto negativo de las pruebas en
nuestra vida. A Israel le paso esto. Después que volvieron
del cautiverio y comenzaron a reconstruir la ciudad de
Jerusalén y sus muros las cosas no volvieron a ser las
mismas.  Con gran dificultad
reconstruyeron el Templo, pero la opresión de sus enemigos
no paro y no obtuvieron su completa independencia del
imperio Medo-Persa, por lo que las duras pruebas
endurecieron tanto su corazón que le dijeron a Dios: ¿En qué
nos amaste? Como cristianos debemos tener cuidado que
las duras pruebas no nos impulsen a dudar del amor de Dios,
por el contrario, es
el tiempo en cual debemos estar más cerca. El apóstol Pedro
exhorta a los cristianos a no perder su gloria al momento de
padecer por causa de la justicia y a considerar la actitud que
hubo en Jesús al momento de enfrentarse a la muerte.
“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo
soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis,
esto
ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto
fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”.
1 Pedro 2:20-21

            Debemos comprender que como cristianos


estaremos expuestos a tentaciones y duras pruebas, pero el
propósito de ellas es
hacernos crecer. Como hijos de Dios nuestra fe tiene que ser
probada así como fue probada la fe de aquellos héroes de la
Biblia que alcanzaron buen testimonio. Por esto Pedro dice:

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco


de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas, para que sometida
a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual
aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo”.
1 Pedro 1:6-7

3.      Por los afanes de mundo.


“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una
mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta
tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose
a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se
preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo:
Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir
sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 
Pero sólo una cosa es necesaria;
y María ha escogido la buena parte, la cual no le será
quitada”.
Lucas 10:38-42
            Otra causa por la cual se puede perder el primer
amor hacia Dios es por los afanes de este mundo. De hecho,
quizás esta es una de las razones que más se da entre el
pueblo cristiano, la cual entra silenciosamente y sin
considerarlo pecado, podemos dejarnos llevar
por los afanes del trabajo, los estudios o proyectos
especiales que nos consuma mucho tiempo y energía, a tal
punto que nuestro tiempo devocional y servicio a Dios se ve
ahogado. La historia de Marta y María nos retrata muy bien
este hecho. Mientras que María gozaba de la presencia de
Cristo y sus enseñanzas, Marta no tenía tiempo para esto ya
que se encontraba muy
ocupada con la preparación de la comida. Cuantas personas
hoy en día alegan que no tienen tiempo para servirle a Dios,
ni siquiera para congregarse y cuidar su vida espiritual
porque están muy ocupados con sus quehaceres del hogar,
trabajo o estudio. Lo cierto es que como Marta perdieron el
enfoque y esto puede provocar un enfriamiento en nuestras
vidas y hacernos perder el
amor por nuestro Señor.

       La clave para no perdernos en esto es saber priorizar


nuestra vida en función de nuestra devoción a Dios y no
viceversa recordando las palabras de Cristo: Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas. El reto está en creerle a Jesús
estas palabras, confiar en que en
su divina providencia solventara todas nuestras y en esta
confianza estaremos completos.

     Algunas razones por la cuales nuestro amor por Dios


puede menguar son:

1.      Por pecados ocultos.


2.      Por las duras pruebas.
3.      Por los afanes de este mundo.
Si esto ha pasado en
nuestra vida debemos recordar las palabras del mismo Jesús
en Apocalipsis:

“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y


haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y
quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido”.
Apocalipsis 2:5

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