LA CIENCIA Y

LA BIBLIA
NOCIONES Y PRINCIPIOS BIBLICOS
SOBRE LA ASTRONOMIA
Los ojos de Jehová velan por la ciencia; Mas él
trastorna las cosas de los prevaricadores.
Proverbios 22:12
Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, ni
tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprendí
sabiduría, ni conozco la ciencia del Santo
Proverbios 30:2-3 (Agur)
Dos interesantes Verdades
En el trayecto del puente de acercamiento entre
la Biblia y la ciencia podemos afirmar que es al
interior particular del conocimiento astronómico
en donde se pueden apreciar con mayor
brillantez dos verdades por demás interesantes;
a saber y son:
 La tierra es una masa gigante en cuyos
términos existe un peligrosísimo abismo.
 La tierra permanece sostenida en los
cuatro puntos cardinales por el soplo
constante de cuatro ángeles.
 La Tierra tiene la forma de un inmenso
cono achatado, etc… y otras muchas
creencias.
Sin embargo, si los antiguos y también los no
muy antiguos hubieran leído y comprendido la
biblia, otra cosa hubiera sido registrada en las
crónicas. Si por ejemplo el mundo de Colon
hubiera escudriñado primeramente y después
confiado plenamente en la afirmación bíblica de
que la tierra es un círculo… (considera esto en Is.
40:22) ¿Cuántos problemas y penas se hubieran
evitado en la realización de una hazaña tenida
hasta cierto punto de casualidad…?

Primera verdad:
Nos afirma que el conocimiento bíblico ha
sobresalido y mantenido su verdad en
comparación con creencias y mitos populares
antiguos que, aunque ahora nos parezcan
ilógicos y obsoletos, en su tiempo gozaron de
total aceptación. Citaremos como ejemplos las
creencias que había respecto a la forma de la
tierra:
Creencia Egipcia.
1. Shu, dios del aire.
2. Geb, dios de la tierra.
3. Nut, la diosa del firmamento,
Con cuerpo estrellado.
Las barcas de los lados representan el sol
naciente y al sol poniente.
Los hindúes creían que una tortuga y tres
elefantes cargaban la tierra
Segunda verdad.
Afirma que la sabiduría bíblica estuvo a la
vanguardia y en muchas ocasiones también por
delante del mismo conocimiento de los
hombres, de la ciencia, sabios y filósofos, ello
sobre todo en explicaciones relativas a los astros
del Universo y a temas sobre nuestra propia
Tierra. Pongamos dos ejemplos que apoyan a la
explicación de esta segunda verdad:
Epicuro (s. IV a.C.).
Fundador de epicureísmo.
Sostenía que:
Los fenómenos celestes son
algo natural y no divino.
Por ejemplo:
¿Cuándo encontramos en todo el texto bíblico,
aunque sea tan sólo una idea mínimamente vaga
referente a que el Sol, la Luna y también la Tierra
son seres con cualidades divinas? Siendo la biblia
un libro tan antiguo ¿En que momento deificó,
esto es, divinizó a los astros del Universo
asignándoles nombres y poderes de influencia
sobre los seres humanos? En contra de la
corriente normal de su tiempo y a pesar de ser
un texto en formación contemporáneo de las
mitologías antiguas, la Biblia expresa una
sapiencia mucho más lógica y acorde con un
código moral superior perteneciente a un Dios
Único y Creador de todas las cosas existentes, es
por esto que en la Biblia los astros no pueden ser
dioses, sino más bien y únicamente, elementos
materiales que son el efecto de una primera
causa llamada Dios.
En contradicción o bien en divergencias están las
concepciones mitológicas de muchas culturas
antiguas, la náhuatl en América o la griega.
Aunque había que reconocer, que existieron
brillantes excepciones ocurridas en la gran
lucidez de esa filosofía casi “fuera de serie” en la
Grecia del mundo antiguo que se aproximaron a
la concepción monoteísta, esto es, hacia la
noción valida de la existencia de un ser único y
principio de todas las cosas. Aunque
posiblemente algunos filósofos hayan
vislumbrado esta idea, sin embargo, la Biblia
desde su inicio la expresa y sostiene.
Zenón de Citio.
Fundador del estoicismo
(332-262 a. C.) Sostenía
que el mundo es único,
finito, redondo, móvil y el cosmos es un todo
ordenado.
Segundo ejemplo.
Este segundo ejemplo está muy relacionado con
la explicación del primero. El ejemplo anterior
reconoció la superioridad de la sapiencia bíblica
tocante a su concepción más lógica y natural de
los cuerpos celestes creados por Dios y sin la
asignación alguna de atributos divinos como lo
hiciera la mayoría de las mitologías antiguas
explicó ¿Qué son esos astros?, según la explico la
Biblia. Ahora en este segundo ejemplo se
contestará la pregunta ¿Qué rasgos generales
presentan esos cuerpos celestes y la tierra
misma según la Biblia?
Nicolas Copérnico.
El astrónomo que “detuvo el sol y movió la
tierra”.
La noción general que encontramos en la biblia
respecto a los astros es de que ocupan un lugar
físico dentro del universo creado por Dios y que
se mueven en Él, considera Job 38:32 y también
Job 9:6 que consideraremos más ampliamente
después ya que menciona también el
movimiento de la Tierra, por último, considera
Sal. 19:1-6 donde entre otras cosas se hace
alusión al movimiento solar.
Este rasgo de movimiento existe solo en los
astros es solo uno de varios más, aportados por
la biblia y que veremos posteriormente.
Establecemos que existen dos verdades en el
conocimiento bíblico de la naturaleza de los
astros celestes:
Resumiendo:
1. Verdad: La Biblia manejó nociones
mucho más adecuadas sobre estos, más
que cualquier mitología o sistemas
religioso antiguo.
2. Verdad: La Biblia superó en calidez al
pensamiento filosófico antiguo, respecto
a la concepción de un Dios único y
creador de todas las cosas arriba en los
cielos (astros) y bajo en la tierra (hombre,
animales, plantas, …)
¿Era Job astrónomo?
No, claro que no fue astrónomo, ni tampoco
fue geólogo, climatólogo o hidrólogo, aunque en
su libro encontramos más que en cualquier otro
de la Biblia la mayor cantidad de referencias
sobre el campo de estudio de estas cosas. Como
el tema de nuestro capitulo es astronomía
retomaremos de Job para este espacio
únicamente las referencias de dicho tema, las
referencias sobre otras disciplinas las
guardaremos para otra oportunidad.
Entonces como decíamos algunas nociones
en el libro de Job sobre el campo de la
astronomía pueden ser los siguientes:
1. Empecemos con nuestro
planeta tierra.
Existen dos pasajes por demás interesantes
y que nos sorprenden en gran manera por lo
atinado y también por la sencillez de su
expresión:
El primer pasaje se en cuenta en 9:6. Su parte
que nos interesa es donde afirma que Dios
“remueve a la tierra de su lugar…” (sismos y
temblores).
El segundo se encuentra en Job 26:7. Su parte
importante para este apunte dice a la letra así. Él
“cuelga la tierra de la nada”.
Aunque cualquier niño de tercer o cuarto grado
de educación elemental actualmente sabría que
la tierra no está inmóvil, sino que tiene un
movimiento llamado de translación sobre su
propia órbita alrededor del sol y que también los
hace flotando en el espacio. Como sabemos
gracias a la fuerza de gravedad. Ahora bien, esos
versos fueron escritos cientos de años antes del
nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
En la biblia no existe nunca alguna idea relativa a
que la tierra permanezca inmóvil en un sitio del
espacio, fungiendo como el centro de todo el
universo y también alrededor de la cual giran
todos los demás astros, esta idea prevaleció en
la Edad Media y se le conoce actualmente como
concepción Geocéntrica (Geo=Tierra,
Céntrica=Que este planeta es y funciona como el
centro de todo el universo).
La biblia concibe a la tierra como un planeta más
flotando en la grandiosidad del océano cósmico
y además de que tiene movimiento por que el
Señor la “remueve en su lugar”.
Ahora fíjate bien ¿no crees que si la concepción
Geocéntrica y además “Ultra religiosa” tan solo
hubiera leído y comprendido los versos de Job o
bien se hubiera dignado leer los primeros versos
del hermosísimos Sal. 19 podría haber evitado
episodios lastimosos y tristemente celebres
como por ejemplo lo ocurrido con Galileo ante la
inquisición? Creemos que la vida de este
eminente sabio y también la de otros anteriores
como la de Copérnico, jamás habrían corrido
riesgo alguno ante ninguna autoridad de su
tiempo (sobre todo religiosa).
2. Ahora pasemos con referencia
hacia el tema del universo.
Hasta el momento nadie sabe en dónde
empieza y en donde termina nuestro universo.
La grandiosidad del océano cósmico es de una
magnitud tan admirable, asombrosa que el
conocimiento humano con todo y sus grandes
adelantos no ha podido ni siquiera imaginar en
que partes se ubican sus límites. Y te vamos a
recordar algunos datos como ejemplo de tan
grandioso espectáculo
Maravíllate…
Si está a tu alcance tomar una pelota de golf
compárala con una de tenis y al hacer esto
piensas en la Luna y la tierra de acuerdo con los
tamaños respectivos de cada pelota… pero
ahora hazte de una pelota de basket (Sol) y
compárala con la cabecita de un alfiler (Tierra) y
verás en esta comparación tan sencilla que el sol
confrontado con la tierra es enormemente mas
grande; a este respecto y en forma un poco más
exacta podemos afirmar que el Sol es más de un
millón de veces mayor que la Tierra, pero no
solamente esto, observa… su peso supera al de
nuestro planeta en 330 mil veces.
La tierra y todo nuestro sistema solar se
encuentra en los extremos de una Galaxia
llamada vía Láctea. A ver si puedes imaginar el
siguiente dato:
Dentro de la Vía Láctea 400 000 millones de
soles… algunos de estos soles que son seres
gigantes pueden medir entre 15 y 40 veces “mas
que nuestro astro rey…” el cual como sabrás no
es sino una estrella de mediano tamaño.
¡Que dimensión tan gigante de eso soles!; de las
cuales al venirnos en nuestra mente el tamaño
de nuestro planeta que es un millón de veces
menor que el sol que nos calienta (y acuérdate
en esto con la comparación con la cabeza de
alfiler), no podemos mas que exclamar que
somos ínfimos en medio de tan grande espacio.
Respecto a la variedad de tamaños de las
estrellas.
Se nos viene a la mente un texto bíblico que,
aunque no pertenece a Job es muy atinado a ese
respecto (y por lo demás también lo puedes
anotar como una noción científica más existente
en la Santa Biblia) y el cual dice: Una es la gloria
del sol, otra la gloria de la luna y otra la gloria de
las estrellas”. 1 Co. 15:41) ¿De quien son las
afirmaciones anteriores? * Muy bien contestado
del Apóstol San Pablo.
Ahora, ¡ponte las manos sobre la
cabeza!...
Como tú ya sabrás no solamente existe una sola
galaxia en el universo, son cientos o miles las
que se encuentran y que como se ha
comprobado a su vez contiene también millones
de estrellas, ¿sabes cuantas galaxias se calculan
en el espacio…? *echa a volar tu imaginación*:
100 000 000 000 cien mil millones de galaxias…
Pero eso no es todo… auméntale a esa fabulosa
cantidad de galaxias su piloncito de estrellas…
1000 millones de billones de estrellas…
¡Que cantidad de astros tan increíbles! *son tan
enormes y vastísimas que nuestra pequeña
inteligencia humana en estos momentos no
podría ponderar o tan solo imaginar en una
mínima magnitud. Se dice que por ejemplo para
poder contar verbalmente hasta el millón de
estrellas teníamos que invertir gran parte de un
mes en tiempo, ¿ahora te imaginas tratar de
contar millones de billones o bien otras
cantidades similares? No nos queda más que
exclamar palabras de admiración y alabanza a
nuestro Dios… ¡cuánta grandeza de la creación
de Dios!; por eso el salmista David expresaba
glorificando a Jehová Dios:
!!Oh Jehová, Señor nuestro, ¡Cuán
glorioso es tu nombre en toda
la tierra! Has puesto tu gloria sobre
los cielos. Salmo 8:1
Cuando veo tus cielos, obra de tus
dedos, La luna y las estrellas
que tú formaste, Digo: ¿Qué es el
hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, ¿para que lo
visites? Salmo 8:3-4
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el
firmamento anuncia la obra de
 sus manos. Salmo 19:1
y si la extensión del universo te pudiera parecer
grandísima, ten en cuenta que aun infinitamente
MÀS GRANDE ES NUESTRO DIOS,
ya que Él es el creador de todo lo que existe; Él
es infinito en todos los aspectos.
Después de leer las evidencias sorprendentes
sobre la grandiosidad del universo en que
vivimos no nos queda más que reflexionar para
quedar pasmados al saber que ocupamos un
muy pequeñísimo lugar dentro del mismo, la
Tierra nuestro querido planeta flota en el
cosmos como como si fuera una partícula de
polvo. Tu en lo personal te has puesto a
reflexionar respecto a ¿Cuál es tu lugar y espacio
dentro de esas enormes proporciones? En
comparación, tú eres, nosotros somos, todos,
excesivamente ínfimos ¡casi nada en tamaño!
Por ello es casi una obligación de todo ser
humano unirse con el Salmista para hacer suyas
la palabra y exclamar: “Señor ¿Qué es el
hombre, para que tengas de el memoria…?”
La fuerza de gravedad.
El libro de Job no solamente menciona los
nombres de algunas constelaciones conocidas en
9:9 y 38:31-32, sino que también señala algo
interesante en forma particular en el segundo de
ambos pasajes y es la frase “atar los lazos de las
pléyades” que si la analizamos bien
encontraríamos que atrás de su bello lenguaje
poético el escritor expresa un valioso principio
existente en los cuerpos del espacio y en el que
se relaciona con la fuerza de gravedad.
¿Está clara la explicación anterior?
Si es así pasemos a interpretar otro versículo del
libro de Job y es el pasaje de 38:37.
“¿Quien puso por cuenta
los cielos con sabiduría?”.
Y en el aspecto en un pasaje paralelo que
encontramos: “…él saca y cuenta su ejército (de
estrellas); a todas llama por sus nombres;
ninguna faltará…” Is. 40:26.
La primera idea que se nos viene a la mente
sobre ambos versículos es sobre las estrellas,
que estas tienen nombre, que las puede contar
Dios. Esto es que tienen número, que su
cantidad es limitada por Dios. Luego entonces la
segunda idea que nos vendría como
consecuencia de lo anterior sería que, si existe
una cantidad limitada de estrellas en el universo
entonces este es también limitado.
En la Biblia existe siempre la concepción de un
universo con límites finito y el cual sólo Dios
puede medir o cuantificar su grande extensión:
“el Señor saca y cuenta su ejército”, la grandiosa
cantidad de estrellas sí se pude contar y no es
infinita o innumerable, entonces el universo
tiene términos y límites.
¿Cómo podríamos explicarnos En una teoría interesante respecto al universo que
en forma general decía lo siguiente:
forma lógica que el Universo es
finito, esto es, que tiene fin su
extensión?
La ciencia se ha querido encargar de este asunto,
existen muchas teorías respecto a la extensión
del universo, primero se afirmaba que era
infinito

Posteriormente algunas teorías lo calificaron al

contrario, como finito, consideramos las
opciones segundas y retomemos la teoría del
cuarto oscuro de Einstein (1917).

Teoría del cuarto oscuro.

En 1917 Einstein dentro de su teoría de la
relatividad propuso entre otras muchas cosas