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UNIVERSIDADES EN LA EDAD MEDIA

La Edad Media es el período comprendido entre el final del Imperio Romano (Siglo
V), y la toma de Constantinopla por los turcos en 1453. En este periodo, tres
grandes culturas florecen, la de Europa occidental cristianizada; la bizantina con sus
rasgos impregnados de cultura griega, religión cristiana y derecho romano; y la
musulmana. La Edad Media se caracteriza por la implantación del régimen feudal, el
cual tiene como figuras fundamentales al señor y al Vasallo, una religión monoteísta,
bien sea la cristiana o la musulmana, un gobierno monárquico, el intercambio de
conocimientos científicos y humanísticos como consecuencia de las cruzadas, y el
surgimiento de las escuelas y universidades.

Las universidades surgieron entre los siglos XII y XIII para agrupar a los
intelectuales de una ciudad, esto debido a que la acumulación de conocimientos
superaron la capacidad de las instituciones escolásticas de la Edad Media. Las
Escuelas de los monasterios y las catedralicias, éstas últimas iniciadas por Gerberto
de Aurillac (el papa Silvestre II), fueron las bases de las universidades. Entre las
escuelas catedralicias una de las más importantes fue la de Chartres, (en Francia)
hacia el año 1000. Allí se destacaron Fulberto de Chartres, discípulo de Gerberto,
Berengario de Tours, discípulo de Fulberto y conocedor de lo que se hacía en la
escuela de Salerno, Bernardo de Chartres, quien reconocía que la vida tranquila
propiciaba una buena salud, y Juan de Salisbury, quien se opuso al ejercicio de la
medicina sin previa preparación.

El advenimiento de las universidades fue favorecido por la difusión de los


conocimientos aristotélicos, las obras de Euclides y de los médicos griegos y
árabes. En el siglo XII, los centros preuniversitarios se denominaron estudios
generales y eran autorizados por el rey o el papa. Las universidades tenían cuatro
facultades: artes, teología, derecho y medicina, en las cuales se exigía el
conocimiento del latín. En la universidad de París se otorgaba un título después de
los 35 años.

Las primeras universidades fueron: La de Salerno (XI), especializada sólo en


medicina y conocida como la Escuela de Salerno; la de París (1150), la de Oxford y
Montpellier (1289), la de Palencia (1208), la de Salamanca (1218), la de Bolonia
(1088) y la de Padua (1222). Estas instituciones marcaron un antes y un después en
la historia, tanto por su libre investigación y debate, como también por ser la cuna de
los eruditos y brindar rasgos de la omnisciencia de nuestro mundo y lo que contiene.

Universidad de Salerno

También conocida como la Escuela de Salerno, es la primera institución conocida


con carácter científico, para preparar a especialistas diplomados en medicina. En el
siglo IX su fama ya era conocida. La leyenda dice que fue fundada al sur de Italia,
por cuatro médicos, de origenes griego, judío, árabe y cristiano. Esto es una forma
idealista y poética de expresar la influencia que tuvo de todas esas culturas. La
Escuela de Salerno se construyó no lejos del Monte Cassino, monasterio
benedictino donde los enfermos eran recibidos. Le precedió la formación del Colegio
Hipocrático, cuyos miembros, seguidores de Hipócrates, atendían a los enfermos y
estudiaban las obras clásicas médicas.

La universidad de Salerno surgió en la ciudad meridional de Italia, en la cual se


juntaron los más famosos seguidores de Esculapio y su culto, comenzaron con un
objetivo de esparcimiento laico, donde hubo una convergencia de conocimientos y
culturas árabes, cristianas orientales, nórdicas, judías y asiáticas. Debido a tal
convergencia, hubo maestros tales como Helinus que dictaba sus clases en hebreo,
Pontus en griego, Abdala en árabe y Palermus en latín. La educación salernitana
proveniente del siglo undécimo tenía como principales obras el “Magistri Salernitani
Nondum edito” cuyo autor inicial fue Salvador de Renzi, pero quien terminó dicho
postulado fue Pedro Giacosa.

Está fue la universidad precursora del resto, y estableció las bases de la medicina
con varios de los mejores y mayores autores médicos de la historia, creando obras
como “Práctica Oculorum” (tratado de oftalmología), “Flos Medicinae o Regimen
Sanitatis Salernitanum” (postulados anatómicos, quirúrgicos y semiológicos),
“Regulae Urinarium” (tratados de uroscopia).

Fueron prácticos y empíricos los médicos salidos de sus recintos. Tomaron en


cuenta la filosofía, pero sin inmiscuirla totalmente en el ámbito médico. La política
asistencial y académica fue amplia. Las mujeres fueron aceptadas para realizar
estudios médicos, por ejemplo; Trótula una médica italiana, la cual intervino en la
creación de varios tratados médicos de gran influencia

En el siglo XI, Garioponto de Salerno escribió “Passionarius”, libro que se convirtió


en texto de la medicina laica. Petroncellus recopiló varios textos clásicos bajo el
nombre de “práctica”. De aegritudiorum curatione, es un manuscrito anónimo de
Salerno (siglo XI – XII) que habla de las distintas formas de fiebre y de las
enfermedades en general, en esta obra la epilepsia y la psicosis son referidas como
enfermedades con causas orgánicas. Los conocimientos anatómicos de la Escuela
de Salerno provenían de las obras de Galeno y de las disecciones en animales
como cerdos. El más famoso de los cirujanos de Salerno fue Ruggero de Frugardo.

Los textos de estudios de los salernitanos se conocieron como las Articella. De ellos
el más famoso fue el “Régimen Sanitatis Salernitanum”, el cual es un poema en latín
sobre higiene y dietética, el cual contiene 362 versos y fue escrito en el siglo XIII. Se
exigía una edad mínima de 21 años, ser hijo legítimo y haber estudiado lógica
durante tres años. La carrera duraba cinco años con uno de práctica tutelada. Al
juramentarse los médicos recibían el título de doctor, un anillo, un libro y un beso de
paz.

Los médicos famosos de la Escuela de Salerno fueron Bartholomaeus, Platerius,


Copho, Ferravius, Maurus y Urso. En Salerno se graduaron: Gilles de Corbeil (1200)
que escribió “De Pulsis y de Urinis”; Miguel Scot (1175) que inventó una receta para
anestesiar con apio; Nicolas de Salerno que escribió Antidotarium Parvum; Nicolás
Myrepsos (XIII) que se dedicó a fabricar ungüentos; Roberto de Noremandía (1100)
a quien se le atribuye la autoría del Régimen Sanitatis Salernitatum. La Escuela de
Salerno influyó sobre las universidades de Bolonia, Padua, Nápoles, Montpellier.
Finalmente, la Escuela de Salerno fue clausurada con un decreto de Napoleón en
1811.

Universidad de Bolonia

Bolonia, junto con Salerno forman parte de una de las universidades más
importantes del siglo XIV, debido a que fueron sus docentes, eruditos y estudiantes,
los que más aportaron al Renacimiento por medio de estudios anatómicos e
incorporación de documentos antiguos. Cabe destacar igualmente que en el año
1312 se realizó a forma de estudio de la universidad de Bolonia, la primera autopsia
a un cadáver femenino a manera exploratoria e instructiva. Posteriormente, autores
como Ugo de Lucca y su hijo Teodorico implementó la “esponja soporífera” (con opio
y mandrágora), Guillermo de Saliceto, quien implemento la técnica de cauterización
en vez del uso de cuchillos y demás.

La universidad de Bolonia tiene entre sus médicos destacados a Tadeo Alderotti


(1223-1303) y su libro Concilia, Hugo de Lucca (1252), Guillermo de Scalicet
(1210-1277), quien trató de unir la medicina con la cirugía; y Henri de Mondeville
(1260-1320), notable cirujano quien sostuvo que se podía mentir para mantener el
buen ánimo del enfermo. El mejor disector medieval, perteneciente como estudiante
y posteriormente profesor de la Universidad de Bolonia, fue Mondino de Luzzi
(1257-1326), también llamado Mundinus. Hizo las primeras disecciones sistemáticas
y escribió “Anathomía”, publicado en 1315.

Universidad de Montpellier

La universidad de Montpellier fue fundada en el siglo XII. Se habla de la influencia


que tuvo Salerno en la formación de los médicos. Arnaldo de Villanova (1235-1312)
fue su principal exponente. Nació en España y fue médico de reyes, como un
alquimista buscó el elixir de la vida. Entre los extranjeros se destacan: John de
Gaddesden, quien hizo la primera operación de un cálculo sublingual; Bernard de
Gordon (1285), quien escribió el Lilium medicinal; y Petrus Hispánicus (1277), quien
nació en Lisboa y luego fue papa.

En esta institución se resaltan tres autores, lo cuales son: Vilanova, Mondeville y


Chauliac. Arnaldo de Vilanova, a pesar de ser un gran fanático religioso y de la
demonología, también fue uno de los médicos que más aportó en campos como la
patología. Henry Mondeville resaltó la importancia y el rol desempeñado por los
humores del hombre, y su tratamiento mediante cirugías exploratorias y con fines
curativos. Por otro lado, Guy de Chauliac fue un individuo con un trabajo más que
magnífico debido a que sostuvo la afirmación de la extirpación como medio para
salvar una vida, uno de sus ejemplos son los tumores malignos.
Universidad de Padua

Esta universidad fracasa inicialmente en 1222, sin embargo, afirma su existencia


con una migración estudiantil de Bolonia, y el municipio le concede médicos
humanistas quienes formaron un solo claustro como en Bolonia. Posteriormente, en
el año 1306 se incorporó al claustro médico Pietro d'Abano, un nuevo profesor que
explicaba filosofía natural en oposición a la escolástica que imperaba en la Edad
Media.

En el siguiente siglo, la universidad de Padua fue apoyada a nivel científico por


Venecia, que anexó más tarde esta ciudad a su dominio, convirtiéndola en un
suburbio universitario que atrajo a múltiples profesores de prestigio y honor a la
universidad. A partir de esto Padua incrementó su independencia académica
difundiéndose por Europa, y generando que en 1537 un estudiante de belga de 22
años acudiera a ella debido a su libertad de estudios anatómicos, siendo este
individuo quien iniciara un siglo de grandes estudios paduanos, Andreas Vesalius.

Pedro de Abano (1250 -1315) fue el médico más destacado de esta institución,
estudió filosofía y medicina. Conocía varios idiomas, viajo mucho y se enfrentó a la
iglesia. Tradujo a Galeno y escribió “Conciliator” con comentarios sobre las
autoridades médicas, la teoría y la práctica médica. Trató de explicar los milagros.
Fue acusado por la inquisición. Murió antes de terminado el proceso en su contra
por lo que fue quemado muerto.

Universidad de París

El fundador de la escuela de medicina de París fue Pedro Abelardo, en esta


institución los estudiantes tenían que ser solteros. En París brilló el mayor genio del
siglo XIII: Alberto Magno, el “Doctor Universalis”, considerado el hombre más sabio
de La Edad Media, maestro de Tomás Aquino, de Rogerio Bacón y de Petrus
Hispanicus. Entre los médicos de esta universidad se destacan: Guido Lanfranchi
(1315), escribió Cirugía Magna, criticó a los barberos que ejercían la cirugía. Decía
que la filosofía era importante en la formación del médico. Roger Bacón (1214-1294)
abogó por la medicina experimental. Inventó un microscopio y los anteojos. Alberto
Magno (1192-1280), escribió De Vegetalibus sobre las plantas curativas.
Universidades Inglesas: Oxford y Cambridge

La universidad de Oxford fue creada con el objetivo de que los universitarios


ingleses no se desplazaran por el continente para estudiar. Era una escuela de
clérigos, regida por maestros, madre a su vez de la liberal escuela de Cambridge, la
primera albergó al famosos Miguel Escoto, médico y mago; y al “Doctor Mirabilis” :
Rogerio Bacón, quien fue el primer hombre de ciencia partidario del experimento y
enemigo del dogma, quien describió la brújula, la pólvora y los anteojos y predijo el
descubrimiento de América, el avión, el vapor y la televisión.

Las “Universitas” o libres asociaciones de estudiantes con sus capas largas y


tabardos, o hábito clerical y tonsura llegaron a sumar más de ochenta universidades
en Europa al final del medievo. La vida estudiantil era turbulenta, dura, azotada por
el hambre, frío e incomodidad, pero también jubilosa y plena de alegría de vivir, a
veces rebelde y llena de lances sangrientos. En algunos lugares los estudiantes de
las Universidades tenían prohibido practicar juegos deportivos y ni siquiera jugaban
ajedrez, lo único que podían practicar era esgrima, con espada y lanza.

La anatomía se enseñaba teóricamente en la casa del profesor, sobre todo al


principio del siglo XIII. Posteriormente se construyeron anfiteatros de anatomía y
hacia el año 1600 la enseñanza de anatomía era totalmente práctica y el maestro
personalmente enseñaba las estructuras anatómicas, en vez de leer desde su
cátedra de libros de Galeno y Avicena, como aconteció con las postrimerías de la
Edad Media.

La medicina monástica coincidió con el arte románico cuando el hombre era siervo
de la iglesia militante. Más tarde, la medicina salernitana coincidiría con el arte
gótico y el nacimiento de las nacionalidades y el auge de las universidades
amenazaría el monopolio del saber médico, por la iglesia. El arte medieval se
caracterizó por la iluminación de manuscritos médicos y de miniaturas de la vida
cotidiana, mezcladas con escenas religiosas, animales y flores fueron reemplazando
las figuras de santos, de reyes y de nobles; matizados en colores y en oro, se
presentaban los herbarios ilustrados, complemento de los populares jardines
botánicos de los monasterios.
La medicina universitaria fue reemplazando lentamente otras prácticas médicas: la
invocación de los santos protectores, el “toque real” o sea la imposición curativa de
manos. En resumen, se fueron sustituyendo las ideas medievales galénicas: la
patología humoral y neumática; por el diagnóstico que se basaba en la
sintomatología y el examen del enfermo, sobre todo del pulso y de la orina lo mismo,
que el arte de adivinar los males sin hacer preguntas al enfermo, y el estudio e
interpretación de los sueños.

La uroscopia que era el supremo instrumento de diagnóstico, pues se creía que la


orina era el filtrado de los cuatro humores orgánicos y se enviaba al médico en
frascos transportados en cestos de paja, como si se tratara de un vino añejo; fue
cayendo en desuso a medida que se afirmaba el Renacimiento; la terapia que
utilizaba la sangría, los tratamientos catárticos, las ventosas, los eméticos y los
purgantes. La polifarmacia sintomática, todavía perduraría hasta la edad moderna.

El médico que fue primero “physicus” y luego doctor, se convirtió en una clase
profesional de gran prestigio en la sociedad de la época, pero los hospitales
siguieron siendo algo más que asilos de inválidos y enfermos crónicos. Perduraron
una serie de enfermedades raras, tales como las epidemias de flagelantes que se
azotaban a toque de campana, la manía danzante, conjurada por la iglesia, el
llamado tarantismo, del sur de Italia, fenómenos psicosociales colectivos,
reveladores del clima neurótico prevalente.

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