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“DILEMA DEL PRISIONERO”

1. Introducción

El "Dilema del prisionero", es un problema fundamental de la teoría de juegos


que muestra que dos personas pueden no cooperar incluso si en ello va el
interés de ambas. Fue desarrollado originariamente por Merrill M. Flood y Melvin
Dresher mientras trabajaban en la Corporación RAND (Research ANd
Development) en 1950. Albert William Tucker, un matemático estadounidense
nacido en Canadá que realizó importantes contribuciones a la Topología, Teoría
de juegos y a la Programación no lineal, le dio el nombre de "Dilema del
prisionero".

Esta teoría es una rama floreciente de la Teoría de la Elección Racional que ha


resultado ser de gran utilidad por aplicarse a muchas otras cosas más allá del
comportamiento de seres humanos individuales, países, organizaciones
Economía, Administración y Dirección de empresas, Biología Evolutiva, Filosofía
y Teoría Política y Social.

El "Dilema del prisionero" constituye la modelización matemática del


comportamiento humano aplicado a una situación de conflicto. La mencionada
teoría se basa en la historia de dos prisioneros incomunicados en celdas
individuales, quienes son culpables de un crimen. No existen pruebas
suficientes para que les condenen por el crimen cometido, a menos que alguno
confiese haberlo cometido. Siendo interrogados uno por a uno, se les comunica
que:

 Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total


de diez años y el primero será liberado.
 Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el
cómplice quien salga libre.
 Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años.
 Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante seis
meses por un cargo menor.

Así, los prisioneros se encuentran ante el siguiente dilema:

  Tú confiesas Tú lo niegas
Él Ambos son condenados a 6 años. Él sale libre y tú eres condenado a
confiesa 10 años.
Él lo Él es condenado a 10 años y tú Ambos son condenados a 6 meses.
niega sales libre.

En el supuesto que ambos prisioneros son completamente egoístas y su


objetivo es reducir su condena en la cárcel. Tienen dos opciones:

 Cooperar con su cómplice y permanecer callado.


 Traicionar a su cómplice y confesar.
El resultado de cada elección depende de la elección del cómplice. Pero al
permanecer aislados, uno no conoce la elección del otro. Y a pesar de no haber
perdido comunicación, existiría el problema de la confianza mutua.

Si uno espera que el cómplice escoja cooperar con él y permanecer en silencio,


la opción óptima para el primero sería confesar, lo que significaría que sería
liberado inmediatamente, mientras el cómplice tendrá que cumplir una condena
de 10 años.

Si espera que su cómplice decida confesar, la mejor opción es confesar


también, ya que al menos no recibirá la condena completa de 10 años, y sólo
tendrá que esperar 6, al igual que el cómplice.
Si ambos decidiesen no cooperar y permanecer en silencio, ambos serían
liberados en sólo 6 meses.

Lo que produce la siguiente reflexión en ambos prisioneros:

"Si confiesa, es mejor que yo también lo haga, porque de lo contrario me


quedaré 10 años en la cárcel. Si no confiesa y yo sí, entonces podré
beneficiarme de la oferta del fiscal y quedaré libre en un año".

Llevando a concluir que haga lo que haga el otro, lo mejor es confesar. Ambos
razonan de igual modo, con lo cual ambos confiesan y se quedan en la cárcel
mucho más tiempo del que les habría tocado, si hubiesen mantenido su
inocencia como convinieron antes de ser detenidos y ninguno de los dos
hubiese confesado, solo hubieran sido condenados a 6 meses de cárcel.

Confesar es una estrategia dominante para ambos jugadores. Sea cual sea la
elección del otro jugador, pueden reducir siempre su sentencia confesando. Por
desgracia para los prisioneros, esto conduce a un resultado regular, en el que
ambos confiesan y ambos reciben largas condenas. Aquí se encuentra el punto
clave del dilema.

El resultado de las interacciones individuales produce un resultado que no es


óptimo en el sentido de eficiencia de Pareto; Existe una situación tal que la
utilidad de uno de los detenidos podría mejorar (incluso la de ambos) sin que
esto implique un empeoramiento para el resto. En otras palabras, el resultado
en el cual ambos detenidos no confiesan domina al resultado en el cual los dos
eligen confesar.

Si se razona desde la perspectiva del interés óptimo del grupo (de los dos
prisioneros), el resultado correcto sería que ambos cooperasen, ya que esto
reduciría el tiempo total de condena del grupo a un total de un año. Cualquier
otra decisión sería peor para ambos si se consideran conjuntamente. A pesar de
ello, si siguen sus propios intereses egoístas, cada uno de los dos prisioneros
recibirá una sentencia dura.
2. El "Dilema del prisionero" aplicado a la actividad empresarial

El dilema del prisionero es perfectamente aplicable en la actividad económica y


empresarial diaria. La cooperación entre empresas se ha convertido en uno de
los interrogantes que a todo directivo se le plantean al llevar a cabo la dirección
estratégica de la compañía. ¿Es beneficioso para ambas compañías el cooperar
en un mercado competitivo?

Imaginemos dos empresas que compiten en el mismo sector, un sector


altamente competitivo en el que es muy complicado mejorar la posición
competitiva en el mismo. En un momento determinado, se le plantea a dos
empresas la posibilidad de poder cooperar para mejorar la posición de ambas.
La cooperación de ambas empresas puede ser beneficiosa para ambas, cuyas
ventajas podrían ser:

 Cada una de ellas puede aprovechar las ventajas comparativas de la otra,


aumentando sus capacidades y competencias, sin necesidades de incorporar y
desarrollar nuevos recursos y habilidades.
 Ambas pueden aprovechar las economías de escala, es decir, reducir el
coste unitario de cada producto a medida que aumenta la producción.
 Ambas ganarán terreno con respecto a la competencia.
 Ganan tiempo respecto a los competidores.
 Preservan su flexibilidad, tan necesaria para la adaptación al entorno
cambiante en que, generalmente, se insertan sus actividades.

Cabe considerar que la cooperación tiene una serie de inconvenientes, de entre


los que se pueden destacar la reducción de la autonomía estratégica de las
empresas asociadas, que deben aceptar, a cambio de las ventajas buscadas,
un reparto del orden y del control, al menos en relación con la actividad objeto
de cooperación.

El objetivo final es que se produzcan sinergias entre ambas empresas, es


decir, que el efecto producido por la combinación de los negocios de ambas sea
superior a la acción individual de cada una de ellas. El beneficio se maximizará
si las dos empresas son honestas y realmente cooperan, pero si una de las
dos traiciona a la otra para buscar su propio beneficio, ocurrirá exactamente lo
contrario.

En realidad, ni tan siquiera cooperando se logrará el máximo beneficio


individual. Los ingresos de esta cooperación deberán de ser compartidos,
además de reducir la autonomía empresarial, al menos en todo lo relacionado
con el objetivo de la cooperación.

En todo caso, lo más probable que en sectores altamente competitivos, la


acción coordinada de ambas empresas redunde en el beneficio de ambas.

3. Fuentes:
 Poundstone, William. El dilema del prisionero.
 Raponi, Sergio (2003), El dilema de los prisioneros.
 Miguel Macías, (2010), Dilema del prisionero.

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