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F u n d a m e n t o s d e la e d u c a c ió n e u r o p e a
30
1,1 d o m in io d e C a r lo m a g n o : c o n c e p to d e « r e n o v a tio
31
I. F u n d a m e n t o s d e la e d u c a c ió n e u r o p e a
32
P o l í t i c a e d u c a t i v a d e ( !a rlo ni aj > n o: In « s c l i o l a p a l a t i n a »
33
IW rn II >
l.os orígenes de lu u n ivcisid iu l: I ’a rís, Sulem o, Holonin
159
IV . L a s univcrsiilm lcs
... había sido estudiante apasionado de las letras desde su más tierna edad y
había visitado las escuelas de Francia e Italia para proseguir sus investigaciones
y ahondar en los misterios de las cosas. Era muy versado en gramática y dialéc
tica, astronomía y música, y sus conocimientos de la ciencia médica eran tan
amplios que en la ciudad de Salerno, antigua sede de las mejores escuelas
de medicina, nadie podía igualarlo con la excepción de cierta mujer muy docta 7.
Y esta mujer, sobre la que no se sabe nada más, parece haber sido
legendaria. Sea lo que fuere, Salerno siguió operando únicamente
como escuela de medicina y no fue reconocida oficialmente por el
listado hasta 1231. A lo largo de los siglos x ii y xm la reputación
de sus estudios médicos fue considerable, pero hacia finales del xiv
Salerno decayó y cesó su influencia8.
i. ¡Usi a d . ii, n i ( ii, 70), p. 76-7: «...nam in grammatica et dialéctica in astronomía
«Hinque Nticniiiun tam copiose habuit... physicae quoque scientiam tam copiose habuit, ut in
mí>r IWrmltiiiui ubi máxime medicorum scolae ab antiquo tempore habentur...»
H. I.n ol>r« clásica en inglés para el estudio de la universidad medieval sigue siendo la
«•iliih'm <lc cu tíos vo lú m en es por H astín g s R a s h d a l l , The Universities of Europe in the
160
D esarrollo de carácter corporativo
161
Bmven I I 11
IV . I.iis i in i v e r s ii l ii i l c s
162
D esarrollo de cuníeier corporal¡vo
163
IV . 1.tis u n iv e r s id a d e s
,.. que c-n adelante los privilegios serán dados a conocer a los maestros y estu-
tliimlrs por nuestro carísimo hijo en Cristo el ilustrísimo rey de Francia, y serán
iiiipnrsliiK multas a c|iiiencs les hicieren daño, de tal modo que puedan estudiar
164
( )rf’, ; iiiiz ; ic ió n íh‘ lo s c s liu lin iK c s : colegias trsiJcnci;tl<-s
en París legalmente sin mayor dilación y sin ser acusados de infamia o irregula
ridad en su conducta. A nadie pues sea lícito infringir o desmentir temeraria
mente esta página de nuestra disposición, constitución e inhibición18.
165
JV . Lns universidades
19. Esta especie de escolares errantes existía ya desde muy antiguo. En el siglo v se co
nocían en Egipto y se les llamaba en griego bakantiboi, según el testimonio de Sinesio, obispo
ile Toleroaida (ca. 410 - ca. 414). Las quejas de Sinesio por su conducta irregular eran parte de
su sentimiento general contra ellos, que se concretó ya en el mismo siglo v en una reglamen
tación que prohibía ordenar sacerdotes que no estuvieran adscritos a alguna parroquia. Se des-
( i >imee la etimología de las palabras bakantiboi y vagantes, pero a finales del medioevo era
opinión común que ambos términos se relacionaban con Baco (Dionysos en griego), el dios
del vino. De hecho se pensaba que en el vocablo vagantes había tenido lugar una doble susti
tución consonántica, desplazándose respectivamente los sonidos fuertes «b » y «ch» (Bacchus)
\\ los más suaves «v» y «g»; aunque también es plausible la derivación del latín vagus
(nim itc). 1-a primera de estas dos etimologías se veía reforzada por la reputación de que
i’ovmUiu los mencionados individuos de llevar una vida de borrachínes y juerguistas. E l término
>:<>hur,Ii lícnc un origen más conocido, al derivarse de cierto Golias Episcopus — personaje
I>i ti> i ¡< iiiiiriiit' ¡Knorado en la actualidad—, que los escolares adoptaron por patrón. A l mismo
Iti pnlabm «goliard» significaba «glotón» en francés antiguo. En todos los casos, no
■iur<fii t lu . lit i.ohir lo q u e en general pensaba de ellos la sociedad contemporánea. Véase H e l e n
W m w u., T hr Wtinilcring, Scbolars (1927); cf. P a u l M on r o e , T bomas Vlatter and tbe Educational
H’rn.iiw.irti r uf the Sixícftiíb Ccnlttry (1904), p. 19.
166
O rgan izació n d e lo s e stu d ia n te s: la s n acio n es
167
IV . l.n s u n iv e r s id a d e s
u . tinti in ío rm u n ó n m ás d e ta llad a a ! re sp e c to en K i b r e , o . c ., p. lO s.
168
I.íi nwcslt'ía ell m ies: cslud ios y m iiodos
169
IV . L a s u m v e is k ln t le s
Ordenamos además que los maestros de artes den primero una lección ordi
naria de Prisciano y otra después, y no utilizarán en París esos libros sobre la
naturaleza, que por ciertos motivos fueron prohibidos por el concilio provin
cial, hasta que hayan sido examinados y expurgados de toda sospecha de error25.
170
La in ¡K 'S lríii en a lt e s : e s tu d io s y m éto do s
Cuestión 1
La cuestión es: si para conocer una cosa se requiere la existencia de la cosa
misma, o si lo que no existe puede ser objeto de conocimiento.
Cuestión 2
En segundo lugar investigamos si todo lo que se conoce con certeza me
diante un conocimiento intelectual es conocido en los planes eternos o a la luz
de la primera V erdad26.
171
IV . I . íik u n iv c r s iila ili.- s
172
1.a m a estría en a lt e s : a d m isió n en el g rem io
173
I V. J.us iin¡vci's¡ilíi<lc:N
174
I.o s e s tu d io s su p e rio re s : teo log ín , d e ie c lio , m n l ii i iM
34. P edro L ombardo , Líber quattuor sententiarum, selección tra d . al ingl. en R. M c K f.o n ,
Seledior.s jrom the Medieval Philosophers, vol. 1, p. 189-201. Ed. crítica Libri IV Sentcnluirum,
Quaracchi, Florencia 1916.
175
IV . 1,;\s tuiivi'l'Mtlmics
176
Los e s tu d io s s up e rio re s: te o lo g ía , d e re c h o , m e d ic in a
177
Bowen II 12
IV . I.ns universidades
178
Pf l,os estudios superiores: teología, ilereeho, medicina
Cree, que sería una medida de gran clarivideneia que al maestro cualificado
para enseñar teología se le requiriera, después de la clase de Sentencias, para en
señar también el libro de las Decretales, a fin de que adquiera experiencia y se
familiarice con esas cosas que son necesarias en el ministerio de la salvación
de las alm as48.
48. Ibid.
49. Chart. univ. Par. i , 516-18; c f. T h o r n d i k e , o . c . , Doc. 39, p. 81-2.
50. Chart. univ. Par. i , 488-90; cf. T h o r n d i k e , o . c . , Doc. 40, p. 83-5.
179
IV . Las universidades
El «studium» en Bolonia
* l;.n «Ir imiar que al médico se le designaba antiguamente con la palabra «físico» (phystcus
y rnrJhux vrnfim u sor sinónimos, aunque el primer vocablo tenía un significado más res-
utuji.uU» >n t-.wv mvinión). Nota del traductor.
180
1.1 e s t u d io d e l d e r e c h o
... por este tiempo el maestro Graciano compiló en una sola obra los cánones
y decretos que se hallaban esparcidos en diversos libros; a ellos añadió citas
autorizadas de los Santos Padres, organizando toda su obra de una manera bas
tante hábil por temas de interés53.
181
IV. Las universidiulcs
vt.
182
Iü estudio del derecho
183
IV . Lus u n iv e r s id a d e s
184
D esm Tollo d e a in k u - i c o rp o ra tiv o
185
IV . I.us u n iv e i's iiliu lc s 1
186
D e s a r r o llo i l c c i i r i í i l e r c o r p o r a l iv o
187
IV . L a s u n iv e r s id a d e s 1
188
p»
D esarrollo de c arácter c o rp o ra tiv o
189
▼
IV . Las iin iviT su lm lcs
E l p ro g ra m a d e e stu d io s en B o lo n ia
/O. IJiui bibliografía para el estudio de este tema se ofrece en las notas a H e l e n W i£-
jim/nw.'.K), Ars Dictaminis in tbe Time of Dante, en «Medíevalia et Humanística», i ( 1 9 4 3 ),
j. •>*> |OH.
/I. l l i l i l ., ')(>, 11. 9 y K a s h d a u . , o. c . , i , 1 0 8 s s .
190
Tomás de Aquino: la síntesis escolástica
211
1
V. 1.a c i la il clt-1 e s c o la s tic is m o
P>. Summa de vertíate jidei catbolicae contra gentiles; trad. cast.: Suma contra los gentiles,
i v n lv , ItAO, M iulrul ■fl% 7 .
,’i> Sumnnt ítu-aiayjeu, ed. bilingüe en lar. y castellano, 16 vol., B A C , M adrid 1947ss.
212
1
Tom ás ilc A iju in o : l¡i síntesis csatliístio t
21. Summa theologica, r, 79, 1-2. (Tomás adopta le idea aristotélica de una capacidad disen
minatoria, cf. A r is t ó t e le s , De anima, iv, 430a.). Ibid., i, 85, 1, c.
22. Quaestiones disputatae, De veritate, I, 11, c; trad. cast.: De vertidle, cuestión I, trad. y
comentarios de J. García López, Pamplona 1967; Summa theologica, i, 17, 3, c.
23. Quaestiones disputatae, De veritate, i, 12, c.
24. Ibid., i, 4, c.
213
1
V. Ln edad del escolasticism o
25. Ibid.
2G. Su per librum de caüsts éitp&éitio, lect. 1.
//. Summa Ihcologica, i, 76, 1.
2H. Supcr librum de causis expositio, lect. 1.
214
T o t n ils t ic A q u i i io : In s ín io s is o n c o M s I í o i
29. De unitate intettcctus contra Avveroystas (ind. trad. franc.), Opuscules, xvi, París 1857.
30. Summa contra gentiles, i , 29; I I, 28-29; véanse también M a jid F a k r y , Islamic Occasionalisw ,
cap. 4, parte 3: «Causality as an Instance oí Divine Love and Generosity», p. 148-65,
215
1
V. I.a t-tliul del cscolnsl¡cismo
11.
Ou,¡c\t¡oncs disputatae, De veritate X I, De magistro; trad. ingl. de West Badén
< Kí-^nc-i v .
OiiniKo trad. cast. de F.A. Figueras, texto latino de P. Marietti, introd. por
C L umiHi-* (!., ( üudad Universitaria, Costa Rica 1961.
216
I
« l) c m n g is lm » : ( e o lia to m is ta i l c la e c íu ia i iiid
32. Ibid.
33. Ibid. Respuesta.
34. Ibid.
217
V. Lu e d a d ( I d e sco lasticism o
... se dice que una persona enseña a otra cuando, por medio de signos, ma
nifiesta a esta última el proceso de raciocinio que él mismo recorre con su propia
razón natural35.
En la otra,
... nuestro intelecto deriva imágenes inteligibles a partir de los signos sensibles
que capta la facultad sensorial, y utiliza estas formas inteligibles para producir
en sí mismo el conocimiento científico36; [y] en el alumno, las formas inteli
gibles de que se halla constituido el conocimiento adquirido por la enseñanza
son causadas de modo directo por el intelecto agente, y de modo mediato por
el que enseña. En efecto, el maestro pone ante el alumno signos de cosas in
teligibles, y de estos signos el intelecto agente extrae las imágenes inteligibles
y hace que existan en el intelecto posible. De ahí que las palabras del maestro,
ya oídas o leídas en un escrito, tengan la misma eficacia en orden a provocar
el conocimiento que las cosas que están fuera del espíritu37.
2 18