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TALLER
A N G E LA DA N I E LA H E R R E R A C O NT R E R A S
K A R E N S O FI A R O ZO PO RT I L LA
R U T E ST E R C U B I LL O S LO P E Z
S H I R L E Y J I N N E T H P I M I E N T O A G U I LA R
V I V I A N VA N E S A RO N D O N B E R N A L
J U A N DA V I D CA ST E L L A N O S M A RT I NE Z
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A finales del siglo XIX y comienzos del XX, varias compañías extranjeras intervinieron en la
agricultura de Colombia, especialmente en la Costa Atlántica. Las compañías comenzaron a
sembrar y exportar cacao, caña de azúcar, tabaco y café. Como esto estaba teniendo éxito, los
Samarios en 1881 tuvieron autorización para construir un ferrocarril de Santa Marta al río
Magdalena, y más adelante, en 1887 iniciar un plan para mejorar el puerto.
Por el mismo tiempo se fundó la primera sociedad de agricultores y empezaron a producir y
experimentar con un nuevo producto en el mercado: El banano. Así fue como unos empresarios
Samarios establecieron la primera plantación de Banano en Colombia en Ciénaga.
Lastimosamente los empresarios colombianos no tenían el capital suficiente para desarrollar la
industria Bananera.
En medio de esa situación apareció una compañía norteamericana interesada en el negocio:
United Fruit Company. Ellos tenían el capital suficiente para hacer crecer la industria bananera.
La compañía empezó a contratar muchos trabajadores y les ofrecía mucho dinero. Al principio
los trabajadores se sentían bien con el medio de pago de la empresa, pero con el tiempo
empezaron las dificultades, empezando por el descontento de los trabajadores por la manera en
que los contrataron.
La compañía utilizaba contratistas colombianos, y los contratos de trabajo quedaban a
responsabilidad del contratista. Ofrecían mucho dinero y excelentes condiciones de trabajo que
no cumplían. Y cuando el trabajador quería hacer un reclamo, no se podía contactar directamente
con la compañía, le tocaba contactarse con el contratista (colombiano) que no le podía ofrecer
soluciones. Esto hizo que se presentara una gran confusión.
La situación de los trabajadores era cada vez peor y al mismo tiempo, aumentaba el descontento.
Después de 1915 se crearon leyes de condiciones de trabajo y la compañía prometió mejorar.
Pero no lo hizo.
Años después, los trabajadores elaboraron un pliego de petición compuesto por nueve
demandas. Después de esperar durante muchos años que la compañía les contestara,
decidieron, en 1928 declarar que si no llegaban a un arreglo entrarían en huelga.
El 10 de noviembre de 1928 la compañía ordeno recoger toda la fruta y embarcarla. Esto hizo que
las personas pensaron que los empresarios norteamericanos huirían con la fruta y cerrarían sus
operaciones. Por esto, los trabajadores decidieron entrar en huelga el 12 de noviembre.
En la primera semana de diciembre había un caos total, violencia, destrucción y desorden
público. En la tarde del 5 de diciembre se dio el decreto “Ley Marcial”. Finalmente, el 6 de
diciembre a la 1:30 a.m. se les dijo a los trabajadores que, si no se retiraban y dejaban de
protestar, el ejército dispararía. Se dieron cortos espacios de tiempo para que las personas se
retiraran, pero nadie creyó. Entonces el General Cortez Vargas ordeno a los soldados disparar…
Fue una noche de terror y muy confusa. El ejército se las ingenio por la noche para esconder los
cuerpos. En la mañana, el general Cortez afirmo que solo murieron nueve personas.
Se piensa que el General dejo este número de personas para ilustrar que los nueve puntos que
pedían los trabajadores habían muerto. Muchos testigos de la masacre afirman que el ejército
metió los cuerpos en los vagones del tren y los tiraron al río. No se sabe exactamente cuantas
personas murieron, pero después se encontraron fosas comunes.