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Rodéate de gigantes espirituales y no de enanos mentales.

El
mundo todos los días cambia, todo ya cambio ¿y tú para cuándo?
Mejor deja la costumbre de (ser) y desaprende.. elévate, date
cuenta que en ti hay un gigante, pero primero, debes despedir al
enano que lo controla, a mi podrán quebrarme una pierna, un
brazo, una costilla, mi voluntad, mis sueños, pero jamás podrán
quebrarme el espíritu y cuando te digo jamás.. El tiempo se detiene
y pierde por completo su valor. Querido(a) aprende a soñar y te
prometo que jamás dejaras de emprender. 

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