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a) RETICULO CITOFIBRILAR:
1) Células reticulares:
Célula fija no fagocitarias, distintas a los fibroblastos. Funcionalmente, sintetizan y
exocitan moléculas de tropocolágeno 3 (molécula base de las fibras reticulares), lo que
justifica la presencia ultraestructural del RER (sintetizador de la proteína de exportación),
de Golgi (proveedor de membranas) y de las mitocondrias (que aportan ATP a este
proceso activo). Asimismo, tal aspecto al MET respalda su característica estructural (MO)
núcleo grande, vesiculoso, de cromatina laxa y nucléolo (esto es, un núcleo transcriptor) y
un citoplasma poco notable, ligeramente basófilo, Krause-Cutts señalan que el citoplasma
de la célula reticular suele presentar surcos donde se alojan las fibras reticulares.
Se describen dos tipos de células reticulares: las de prolongaciones a manera de dedos
(digitiformes) y las de prolongaciones ramificadas (dendríticas, dendros = árbol) ambas se
verán en el ganglio linfático. Las células reticulares adsorben (adhieren) antígenos sobre
su superficie celular.
2) Fibras reticulares:
Se insiste que pueden alojarse en los canales tallados en la superficie de la célula
reticular. Sus características morfológicas (al MET y MO), funcionales y tintoriales fueron
oportunamente reseñadas en tejido conectivo
b) CÉLULAS LIBRES
1) Macrófagos libres:
Células fagocíticas y secretorias (producen exocitosis de factores del complemento,
interferón, enzimas y pirógenos, todos participantes de la defensa del organismo).
Además, los macrófagos presentan y procesan los antígenos. Estructural y ultra
estructuralmente responden a lo ya dicho en tejido conectivo. En determinados instantes,
se hallan adheridos a la malla citofibrilar, como macrófagos fijos.
2) Plasmocitos:
(Células plasmáticas) Ver su descripción morfológica y funcional en tejido conectivo e
histofisiología del tejido linfático.
3) Linfocitos:
Como luego se detallará se originan de células madres en la médula ósea.
Comprenden una población heterogénea de células con iguales características
morfológicas pero subdivisibles en dos poblaciones funcionales B (de bursa, órgano
linfático del pollo donde se estudiaron) y T (de timo). Histológicamente y en el tejido
linfático, se trata de una célula de 6 a 8 µm de diámetro, con núcleo poliédrico, cromatina
densa y un nucléolo difícil de visualizar. Su citoplasma es escaso, ligeramente basófilo.
Este aspecto estructural (al MO) hizo pensar en una célula inactiva (recordar que núcleo
denso es núcleo inactivo en transcripción). Sin embargo y como luego se verá, otra era la
importancia de esta célula, que llegaría a constituir la unidad funcional del sistema
inmunitario. Al MET presenta pocos organoides. Funcionalmente el linfocito B (que se
forma, ya para su tarea inmunológica, en la médula ósea) se encarga de la inmunidad
mediada por anticuerpos o inmunoglobulinas (inmunidad humoral). Cuando se activan en
presencia del antígeno se diferencian en plasmocitos, previo paso por inmunoblasto (ver
histofisiología).
Por su parte los linfocitos T (que nacen en la médula ósea, siendo aún incompetentes y
adquieren su competencia en el timo) tienen a su cargo la inmunidad mediada por células
(inmunidad celular).
Al ser activadas por antígenos algunas actúan directamente (citotóxicas) o
indirectamente, segregando mediadores (linfoquinas).
2- Denso:
Predominio de linfocitos sobre el retículo citofibrilar. Tiene dos variedades:
El folicular es el nodular tras la activación de sus lifoncitos por un antígeno. Por eso se los
suele denominar también nódulos secundarios. Presentan una corona periférica en forma
de herradura (tiene mayor reforzamiento en un polo), oscura (por las mismas razones
apuntadas en el nodular, dadas sus riquezas de lifoncitos B) y un centro más claro con
predominios de inmunoblastos (con más citoplasmas, núcleo laxo y más separación
intercelular).
El cordonal a su vez, está formado por láminas de tejido linfático denso, localizado, que al
corte semejan cordones.
Estos transcurren en diversas direcciones, se entrecruzan en ciertos sectores y contactan
con espacios donde circula linfa.
Las células presentadoras de antígenos (CPA): nacen en la médula ósea, circulan como
un tipo especial de monocito (célula en velo) por los vasos sanguíneos y colonizan
distintas áreas como CPA, grandes, muy ramificadas y con superficie citoplásmica rugosa:
a) las células interdigitantes halladas en las áreas T de los ganglios linfáticos. También
se han identificado en timo.
b) las células dendríticas halladas en las áreas B de los ganglios linfáticos.
e) las CPA de la pulpa blanca esplénica.
d) las células de Langerhans epidérmicas (ver piel).
e) las células M del tubo digestivo (ver intestino).
HISTOFISIOLOGIA DEL TEJIDO LINFATICO - INMUNIDAD
Para los organismos es vital mantener constante el medio interno. Por ello resulta
forzoso impedir por diversos mecanismos, la entrada de macromoléculas desde el medio
exterior; en ese sentido, actúan las barreras epiteliales, las cilias, las secreciones
mucosas, las degradaciones enzimáticas de superficie, etc. Sin embargo si esas
macromoléculas logran atravesar estas líneas de defensa o bien algún constituyente
normal del organismo sufre modificaciones que lo transforma en elemento extraño al
mismo, se ponen en juego otras instancias que tienden a circunscribir, diluir, precipitar, o
destruir al agresor (externo o interno).
De lo antedicho podemos perfilar dos tipos de defensa: las inespecíficas, iguales para
cualquier agresor: epitelios, secreciones como el mucus, ácidos como el clorhídrico
gástrico, enzimas como las lisozimas salivales y lagrimal, etc. y las acciones celulares a
cargo de macrófagos, neutrófilos, etc.; y las especificas, representadas por la respuesta
inmune (= estar libre, exento de).
La respuesta inmune es la más compleja y eficiente y se caracteriza por su:
En este mecanismo defensivo (INMUNIDAD) las células fundamentales son los linfocitos
(células inmunocompetentes), aunque en la complejidad del proceso sean auxiliadas por
las otras células (macrófagos, neutrófilos, eosinófilos, mastocitos, etc.)
Si bien los linfocitos son indistinguibles morfológicamente unos de otros, se reconocen
(con otros métodos) por lo menos dos variedades fundamentales Linfocitos B y T que se
diferencian por su origen , lugar de diferenciación y principalmente por su forma de actuar
en el proceso inmune, tal es así que se reconocen dos formas de inmunidad: inmunidad
humoral o mediada por anticuerpos (linfocitos B) e inmunidad celular o mediada por
células (linfocitos T)
Macrófagos:
Es de recalcar la participación de estas células (sistema fagocítico mononuclear o
sistema monocítico macrofágico) en el sistema inmune.
Por una parte son capaces de desnudar y exhibir antígenos permitiendo la activación
linfocitaria; por otra, una vez desencadenado el proceso inmune, su capacidad
macrofágica aumenta enormemente, auxiliando en la destrucción del antígeno.
A la luz de lo referido en los párrafos anteriores, se aclaran funcionalmente determinados
aspectos microscópicos. Así, por ejemplo, en el tejido linfático denso nodular cuando los
linfocitos se van activando por una sustancia extraña (recordar que en estas estructuras
predominan linfocitos B) aparecen inmunoblastos en la parte central de nódulo
transformándolo en folículo.
Los inmunoblastos son linfocitos que, por efecto de la activación antigénica, han
proliferado y diferenciado hasta presentar una morfología característica de células activas:
mayor tamaño, abundante citoplasma y núcleos grandes. Estas células le dan al nódulo
un aspecto más claro en su zona central (inmunoblásticas) y lo hacen, como dijéramos,
folículos (tejido linfático denso folicular).