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Revista de Geografía Norte Grande, 49: 25-43 (2011)


Artículos

La dimensión comunicativa del paisaje.


Una propuesta teórica y aplicada1

Joan Nogué2 y Jordi de San Eugenio Vela3

RESUMEN
La fusión del conocimiento, la interrelación de disciplinas y, en definitiva, la
interacción de saberes proporcionan nuevos retos para una sociedad que se auto-
denomina global. El valor contemporáneo del paisaje, vinculado a una manifiesta
mercantilización de la cultura, la construcción comercial de identidades, el triunfo
de la inautenticidad, de la representación inducida o la economía del simbolismo,
abren amplias expectativas en el estudio del valor simbólico del paisaje. El acer-
camiento que experimenta la praxis geográfica al estudio del intangible espacial,
vinculado al descubrimiento de las geografías emocionales, además del creciente
interés que dispensan las ciencias de la comunicación al discurso territorial, per-
mite, mediante una propuesta de fusión de los saberes geográfico y comunicativo,
plantearse abiertamente el estudio comunicativo del paisaje. La cuadratura de las
variables geografía, paisaje, emoción y comunicación posibilita el avance hacia el
análisis de la emocionalización del espacio para así entrever su valor intangible,
que emerge a partir de la aplicación de variadas técnicas de comunicación.
Palabras clave: Paisaje, comunicación, identidad territorial, branding, intangibles.

ABSTRACT
The fusion of knowledge, the interrelationship of disciplines and, finally, the
interaction of learning fields, provide new challenges for an auto denominated
global society. The contemporary value of landscape, linked to the patent
commodification of culture, the commercial construction of identities, the
triumph of inauthenticity, of the induced representation or the economy of
symbolism, open up great prospects for studying the symbolic value of landscape.
The rapprochement of geographical praxis to the study of space intangibles,
linked to the discovery of emotional geographies, besides the growing interest
of communication a science for the territorial discourse, allow us to envisage
a communicative study of landscape based on a fusion of geography and
communicational knowledge. The balancing of the variables: geography,
landscape, emotion and communication, enables to progress towards analysing
the emotionalisation of space to discern its intangible value, which emerges from
the application of different communication techniques.
Key words: Landscape, communication, territorial identity, branding, intangibles.

1 Artículo recibido el 30 de abril de 2010, aceptado versidad de Girona (España). E-mail: joan.nogue@
el 9 de diciembre de 2010 y corregido el 14 de di- udg.edu
ciembre de 2010. 3 Departamento de Comunicación, Universidad de
2 Cátedra de Geografía y Pensamiento Territorial, Uni- Vic (España). E-mail: jordi.saneugenio@uvic.cat
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La investigación en comunicación ha ex- texto de la comunicación. A continuación se


plorado con cierta profundidad los conceptos muestran algunas de las aportaciones de la
de espacio y de medio ambiente, pero no así teoría de la geografía que podrían ser muy
el de paisaje, un concepto fundamental en válidas para el estudio comunicativo del
la tradición académica geográfica de los dos paisaje. Posteriormente, el artículo muestra
últimos siglos y, hoy, además, un elemento algunos ejemplos de usos comunicativos del
clave en las nuevas políticas de ordenación paisaje (intangibles en el paisaje, realidad y
del territorio. En efecto, el Convenio Europeo representación de la realidad) y un estudio de
del Paisaje, impulsado por el Consejo de caso (Observatorio del Paisaje de Catalunya),
Europa y aprobado en Florencia a finales del para llegar a unas conclusiones finales en las
año 2000, ha contribuido en gran manera a que se apuesta por un programa de investiga-
introducir el paisaje en las políticas territo- ción que sitúe definitivamente al paisaje en el
riales de todos los Estados que ya lo han rati- punto de mira de la comunicación. Finalmen-
ficado. Esta ratificación va a comportar –está te, el presente trabajo muestra otra aproxima-
comportando ya– un salto cualitativo extraor- ción relativamente novedosa al estudio del
dinario en lo que se refiere al tratamiento del bagaje comunicativo del paisaje: las marcas
paisaje no solo en la legislación de carácter de lugares y sus procesos de construcción.
territorial y urbanístico, sino también en el
debate social y cultural.
Paisaje, inducción del lugar y
No hay duda, por otra parte, de que, en el filiación identitaria
contexto de la contemporaneidad, el paisaje
es uno de los conceptos geográficos con una Nunca como ahora se había hablado
dimensión comunicativa más notable y, sin tanto de paisaje, ya sea en los ámbitos espe-
embargo, precisamente en unos momentos cializados o en los grandes medios de comu-
en los que se reconoce de manera explícita y nicación. Hay varias razones que explican
unánime el enfoque inter y multidisciplinario este fenómeno: la progresiva concienciación
en el estudio del paisaje, se echa en falta, ambiental de los últimos veinte años, que
desde este punto de vista, la incorporación ha beneficiado indirectamente al paisaje; la
de la tradición en comunicación a dicho es- extensión galopante de la ciudad dispersa
tudio. El paisaje es utilizado una y otra vez que, por primera vez en la historia, ha sido
en el proceso comunicativo contemporáneo capaz de transformar la fisonomía de mu-
en prácticamente todas sus formas y variantes chos territorios en un cortísimo espacio de
y, con todo, no existe una lectura paisajística tiempo; la implantación sobre el territorio
de este proceso, un análisis de sus compo- de infraestructuras de todo tipo, algunas de
nentes esenciales, una aproximación a sus ellas antipáticas y molestas a los ojos de los
complejas y poliédricas dimensiones. Este ciudadanos que ya vivían en esos enclaves;
artículo quiere contribuir a cubrir este vacío, una mayor sensibilidad estética por parte de
planteado a modo de ensayo metodológico determinados grupos y colectivos capaces de
desde, simultáneamente, la geografía y la crear opinión en los medios de comunicación
comunicación. La geografía podría aportar y, finalmente, el papel relevante que el paisa-
al saber comunicacional su rico legado de je tiene y ha tenido siempre en la formación y
reflexión en torno al concepto de paisaje y, consolidación de identidades territoriales.
por su parte, las ciencias de la comunicación
podrían aportar a la geografía unos conceptos En general, la gente se siente parte de
e instrumentos de análisis muy valiosos para un paisaje, con el que establece múltiples y
entender mejor la dimensión comunicativa profundas complicidades. Este sentimiento
del paisaje. es legítimo, ancestral y universal y, si bien es
verdad que la tensión dialéctica entre lo local
El trabajo que se presenta se inicia con y lo global generada por la globalización está
una breve presentación del concepto funda- afectando muchísimo a los lugares, también
mental que articula esta contribución –el pai- lo es que, en buena medida, se sigue actuan-
saje– resaltando de él su intrínseca relación do como una cultura territorializada y, en
con los procesos de identificación territorial, ella, el paisaje ejerce un rol social y cultural
algo fundamental, por otra parte, en el con- destacado. El paisaje ha sido y es un ingre-
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diente fundamental del sentido de lugar de la existe una dimensión comunicativa, puesto
gente, a pesar de que los lugares –y sus pai- que este no se concibe sin un observador, ya
sajes– han acusado el impacto de las teleco- sea individual o colectivo, que, con su mira-
municaciones, de la mayor velocidad de los da al mismo, dota de identidad a un territorio
sistemas de transporte, de la mundialización determinado.
de los mercados, de la estandarización de las
modas, de los productos y de los hábitos de La geografía contemporánea entiende en
consumo. A pesar de todo ello, la inmensa buena medida el paisaje de la forma que se
mayoría de lugares siguen conservando su ca- acaba de describir. Por otra parte, el paisaje
rácter y, en ellos, la gente no ha perdido aún se ha convertido de nuevo, hoy en día, en
–o no del todo– su sentido de lugar. Se resiste un objeto de estudio relevante, en parte
a perderlo, no se resigna a que le eliminen de gracias a las aportaciones provenientes de
un plumazo la idiosincrasia de sus paisajes y, la nueva geografía social y cultural en el
en el fondo, la conflictividad territorial hoy marco de los cultural studies. Se entiende el
existente es una prueba de ello. paisaje, más que como una forma, como un
sistema de signos y de símbolos. Para com-
El paisaje sigue desempeñando un papel prenderlo es necesario entender sus repre-
fundamental no solo en el proceso de crea- sentaciones escritas y orales no solo como
ción de identidades territoriales, a todas las “ilustraciones” de dicho paisaje, sino como
escalas, sino también en su mantenimiento y imágenes constitutivas de sus significacio-
consolidación. Y esto es así porque al hablar nes. Si la cultura es concebida como un
de paisaje estamos hablando de una porción sistema de significaciones vehiculadas por
de la superficie terrestre que ha sido mode- un conjunto de mediadores y de represen-
lada, percibida e interiorizada a lo largo de taciones, el paisaje juega un papel esencial
décadas o de siglos por las sociedades que en tanto que contribuye a la objetivación y a
viven en ese entorno. El paisaje está lleno la naturalización de la cultura: el paisaje no
de lugares que encarnan la experiencia y solo refleja la cultura, sino que es parte de
las aspiraciones de la gente; lugares que se su constitución y es, pues, expresión activa
convierten en centros de significado, en sím- de una ideología (Lash y Urry, 1994). Enten-
bolos que expresan pensamientos, ideas y diendo el paisaje como una “mirada”, como
emociones varias. El paisaje no solo presenta una “manera de ver”, es fácil asumir que
el mundo tal como es, sino que es también, dichas miradas acostumbran a no ser gra-
de alguna manera, una construcción de este tuitas, por lo que se trata de decodificar los
mundo, una forma de verlo. El paisaje es, símbolos y los signos inscritos en el paisaje
en buena medida, una construcción social y su función de transmisores de los códigos
y cultural, siempre anclado –eso sí– en un de comportamiento y relación.
substrato material, físico. El paisaje es, a la
vez, una realidad física y la representación En consecuencia, el estudio de los paisa-
que culturalmente se hace de ella; la fiso- jes ha dado en los últimos años, en geografía,
nomía externa y visible de una determinada un interesante paso adelante que va más allá
porción de la superficie terrestre y la percep- de la simple descripción estética e incluso
ción individual y social que genera; un tangi- de la concepción del paisaje como resultado
ble geográfico y su interpretación intangible. de la aplicación de una tradición cultural
Es, a la vez, el significante y el significado, sobre un territorio (Barnes & Duncan, 1992;
el continente y el contenido, la realidad y Mitchell, 1994). Interesa, pues, analizar qué
la ficción. La gran mayoría de definiciones y paisajes se convierten en espectáculo y, por
acepciones del término paisaje incluye este lo tanto, son utilizados por el marketing ur-
elemento perceptivo, esta dimensión cultural bano recreando la diferencia o la similitud y
ya aludida, incluido el Convenio Europeo del reinterpretando el pasado. La teatralidad del
Paisaje, ya citado más arriba, que define al paisaje adopta caracteres épicos en los am-
mismo como “un área, tal y como la percibe bientes rurales, a menudo identificados como
la población, cuyo carácter es el resultado de símbolo de los orígenes y la pureza de la
la interacción de factores naturales y/o hu- identidad nacional, a pesar de que en la ac-
manos”. Así pues, se mire por donde se mire, tualidad estén marginados política y econó-
en la propia esencia del concepto de paisaje micamente. Siguiendo la lógica posmoderna,
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la construcción y aprehensión de la realidad al lenguaje y a las formas de expresión y re-


es un constante juego de lenguajes, signifi- presentación del mundo y de la experiencia
caciones y representaciones. El mundo y sus temporal y espacial vivida (Soja, 1989; No-
múltiples lugares y paisajes pueden ser leídos gué, 2008).
como textos y, en el marco de la deconstruc-
ción, la intertextualidad se convierte en el Finalmente, se asiste muy recientemente
nuevo discurso. Dado que dicho discurso no a un renovado interés por todo lo que tenga
es estable ni incuestionable, sino difuso y que ver con la espacialidad de la emoción, el
volátil, la apuesta consiste en examinar cómo sentimiento y el afecto. Interesa cada vez más
dichos textos son leídos por sus múltiples la exploración a fondo de las interacciones
lectores (en el caso de la ciudad, sus habitan- emocionales entre la gente y los lugares, lo
tes, sus visitantes, sus espectadores); analizar que explica, por ejemplo, la aparición de una
cómo está codificada la información (cuáles nueva revista académica de ámbito interna-
son los signos y los mensajes), teniendo en cional y de carácter transdisciplinar deno-
cuenta que, ante unas relaciones de poder minada Emotion, Space and Society. Temas
determinadas, diferentes personas pueden como los espacios afectivos y la globaliza-
interpretar dichos códigos de maneras muy ción, arraigo versus desarraigo, arquitecturas
distintas (Scott, 2001; Simard, 2000; Nouzei- emocionales y paisajes de la emoción, la
lles, 2002). semiótica y la poética del afecto y de la emo-
ción, espacio público y emoción, la política y
Sería injusto no reconocer que si la geo- la emoción, entre muchos otros, evocados en
grafía ha llegado hasta aquí, ha sido gracias algún momento por la geografía humanística
a más de medio siglo de consideración del de la década de 1970, están adquiriendo un
elemento subjetivo en la percepción del renovado protagonismo, que se manifiesta
espacio y, más concretamente, del paisaje. en la publicación de textos como Emotional
David Lowenthal (1961) abrió el camino para Geographies (Davidson et al., 2005) o Entre
la posterior exploración de las geografías per- paisajes (Nogué, 2009), entre otros.
sonales por parte de la behavioral geography
(Downs, 1970). Al considerar que la percep- Sin embargo, y a pesar de esta rica tradi-
ción humana desarrolla un papel decisivo ción que tanto tiene que ver con el mundo de
en el proceso de formación de imágenes del la comunicación, la dimensión comunicativa
medio real (lo que acabará repercutiendo del paisaje apenas ha sido tratada desde la
sobre las bases del comportamiento indivi- geografía y, cuando lo ha sido, no se han te-
dual y grupal), se da un paso hacia delante nido en cuenta las aportaciones provenientes
importantísimo, que dará lugar a multitud de de la investigación en comunicación, que
líneas de investigación (Frémont, 1976; Bai- podrían ser de gran utilidad, como se verá a
lly, 1977). continuación.

A partir de 1970 la geografía humanística


resalta de nuevo el papel del sujeto como El alcance comunicativo del
centro de la construcción geográfica, pero paisaje
ahora yendo más allá de la pura percepción.
Se entra de lleno en una geografía del mundo Se vinculaba más arriba el concepto de
vivido centrada en los valores y en el concep- paisaje con el de identidad territorial. Pues
to de lugar como centro de significado, de bien, es precisamente esta interrelación la
identificación personal y foco de vinculación que explica el cada vez mayor interés ante las
emocional. Se persigue un conocimiento posibilidades de comunicación del paisaje.
holístico, subjetivo, vivido, empático del es- Sin ir más lejos, los procesos de creación de
pacio a través de una inmersión en el mismo, identidades territoriales vinculados a la nece-
en general siguiendo los supuestos de la feno- saria emergencia de la imagen de marca para
menología (Buttimer y Seamon, 1980; Relph, dotar de sentido a muchas estrategias de mar-
1976; Tuan, 1974; Tuan, 1977; entre muchos keting y publicidad se sitúan, actualmente,
otros). A todo ello contribuirá, un poco más en primera línea de interés. Se verán, a con-
tarde, el posmodernismo, con su renovada tinuación, algunos de los usos comunicativos
atención a las problemáticas que caracterizan más relevantes del paisaje.
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El valor inmaterial del paisaje relativamente amplio –por ejemplo, en el ám-


bito de la promoción turística– pero, en los
El tránsito hacia un abordaje comunicati- últimos tiempos, la necesidad de posicionar
vo del paisaje implica, en primer lugar, bus- determinadas localizaciones geográficas en
car valores añadidos al mismo, con el fin de los niveles de creación de imagen de marca
optimizar sus posibilidades de explotación in- vinculados a la habilitación de identidades
tangible. Esta tendencia supone avanzar en la territoriales han disparado los procesos que
búsqueda del mensaje implícito en el paisaje implementan estrategias de comunicación a
y, por tanto, resulta interesante indagar más partir de inputs espaciales que, en muy bue-
allá de sus dimensiones físicas y/o naturales, na medida, surgen de la explotación de las
penetrando en los valores estéticos, morales, enormes posibilidades comunicativas que se
simbólicos e identitarios del paisaje, todos desprenden del paisaje.
ellos potencialmente comunicables, por in-
tangibles que sean. En efecto, el paisaje desempeña un papel
relevante en el proceso de formación, con-
Cada vez más, las agencias de publicidad, solidación y mantenimiento de identidades
las consultorías de marketing y los grupos de territoriales (Nogué, 2007) y, en este sentido,
investigación en comunicación, entre mu- deviene un argumento comunicativo central
chos otros, centran su interés en el estudio e en estrategias de marketing de ciudades (ci-
implementación de nuevas técnicas de comu- tymarketing) y de promoción turística, entre
nicación territorial en el sentido más amplio otras. Es sorprendente el interés por fijar ima-
de la palabra (promoción turística en sus ginarios y construir identidades territoriales,
diferentes formatos, citymarketing, branding, en clara disonancia con la actual homogenei-
organización de eventos como estrategia de zación de espacios y lugares. Se demanda la
consumo territorial, entre otros), en aras de denominación de origen de los territorios me-
reforzar el valor comercial y de situar a las diante la reivindicación de raíces históricas,
diferentes localizaciones geográficas en situa- culturales, religiosas o étnicas. Se constata,
ción de ventaja competitiva a partir de la ela- globalmente, el fortalecimiento de la variable
boración de un mensaje emocional vinculado identidad en la denominada sociedad de la
a un territorio concreto. información, la revalorización de los lugares
y la creciente necesidad de singularizarse, de
El diseño de un lenguaje de semejante exhibir y destacar todos aquellos elementos
naturaleza representa un esfuerzo más en la significativos que distinguen un lugar respec-
difícil tarea de definir metodologías de análi- to de los otros. Y el paisaje es uno de esos
sis que permitan delimitar los valores asocia- elementos (Nogué, 2007; Nogué, 2008), en
dos a un emplazamiento concreto, más allá los que se conjuga, una y otra vez, una inte-
de una clasificación taxonómica. Se trata de resante tensión entre realidad y representa-
delimitar las metodologías de trabajo a partir ción, quizá hoy más evidente que nunca.
de las cuales enumerar los valores no físicos
–y, por tanto, más intangibles– vinculados La realidad y su representación
al territorio, a menudo en su vertiente patri-
monial (Deacon et al. 2004; Rössler, 2003). Parece demostrado que, a menudo, la
Esta forma de leer el paisaje pretende hacer contemplación del paisaje real contempo-
inteligibles los valores intangibles que se le ráneo está teñida de un paisaje arquetípico
asocian (simbólicos, estéticos, identitarios, (Roger, 1997) transmitido de generación en
mitológicos) mediante el despliegue de varias generación a través de múltiples vías y cami-
técnicas que, en su conjunto, deberían apor- nos (pintura de paisaje, fotografía, escuela,
tar luz a la ardua tarea que supone inventa- medios de comunicación). La falta de legibi-
riar los valores intangibles de un espacio físi- lidad y la pérdida del imaginario paisajístico
co, así como el diseño de marcas de ciudad y de muchos paisajes contemporáneos tiene
turísticas con finalidades de posicionamiento mucho que ver, de hecho, con lo que se po-
identitario, turístico y territorial. dría calificar de crisis de representación, es
decir, el abismo cada vez mayor entre el pai-
Por otro lado, los procesos de mercadeo saje arquetípico transmitido de generación en
con el espacio tienen un recorrido histórico generación y el paisaje real cada vez más ho-
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mogéneo y banal, sobre todo en las periferias inspiración germánica; la segunda, a un na-
urbanas y en las áreas turísticas. Este paisaje cionalismo clasicista lleno de referencias a la
arquetípico se habría generado en el marco mediterraneidad y de apariencia más cívica
de un proceso de socialización del paisaje y de acción. Las dos perspectivas han tenido
que tendría lugar en un momento determina- una notable difusión e incidencia desde un
do de la historia y que sería impulsado por punto de vista territorial y paisajístico. Gros-
una élite cultural, literaria y artística proce- so modo, el modernismo y el noucentisme
dente de un determinado grupo social, que generaron los dos arquetipos paisajísticos
elaboraría una metáfora y la difundiría al con- con los que Cataluña ha convivido a lo lar-
junto de la sociedad. Está por ver, claro está, go del último siglo: el de la Cataluña verde,
si la imagen seleccionada era la mayoritaria y húmeda, pirenaica, de montaña, impulsado
cuáles se dejaron de lado, porque se debe ad- por la Renaixença y recogido en buena parte
mitir que todas ellas, en tanto que representa- por el modernismo, y el de la Cataluña me-
ciones sociales del paisaje, tienen –tenían– la diterránea, marítima, soleada e intensamente
misma legitimidad social. Sea como fuere, lo humanizada generado por el noucentisme.
cierto es que se produce una socialización Dos arquetipos que se han ido alternando, en
de un paisaje arquetípico que ha llegado algunas ocasiones complementándose y en
hasta hoy a través de diversas imágenes que otras excluyéndose. ¿Cuál ha sido el arqueti-
han creado un imaginario colectivo, com- po predominante?, ¿cuál de los dos discursos
partido y socialmente aceptado. El arquetipo paisajísticos ha sido el preferido? El primero,
paisajístico inglés, por ejemplo, sigue siendo hegemónico aún hoy, porque, de hecho, la
muy potente y, en él, el pasado tiene un peso recuperación de las instituciones democrá-
enorme. Es conocida la habilidad típicamente ticas catalanas a partir de 1978 significó no
inglesa para saber mirar el paisaje a través de tanto una renovación del discurso ideológico
sus asociaciones con el pasado y para evaluar identitario de carácter territorial y paisajísti-
los lugares en función de sus conexiones con co, como una recuperación de aquellas bases
la historia. Un paisaje bucólico, pintoresco, generadas siete décadas antes y, más concre-
ordenado, humanizado, verde y con bosques tamente, el enaltecimiento del paisaje arque-
caducifolios conforma el ideal de belleza típico de la montaña y, por extensión, de la
paisajística para la mayoría de los ingleses. Cataluña vieja, y en términos de patrimonio
El paisaje es aquí concebido casi como una arquitectónico una absoluta predilección por
vieja antigüedad. David Matless (1998), en su el arte románico y el gótico y un casi despre-
libro Landscape and Englishness, va más allá cio por el barroco y el neoclasismo.
y muestra cómo el paisaje típicamente inglés
es un elemento fundamental de la anglicidad, Estos paisajes de referencia que se tienen
es decir, la esencia de lo inglés. En Francia, en el inconsciente colectivo chocan fron-
Yves Luginbhul (1989), Augustin Berque talmente con los paisajes que contemplan
(1990; 1995), Alain Roger (1997) y sobre todo diariamente la inmensa mayoría de ciuda-
Pierre Nora (1984) en el libro colectivo Les dadanos europeos, produciéndose, como se
Lieux de mémoire, entre muchos otros y cada indicaba más arriba, una crisis de represen-
uno a su manera, también apuntan en la mis- tación. La legibilidad semiótica de los pai-
ma dirección. sajes contemporáneos sometidos a intensas
transformaciones es compleja. No es nada
En Cataluña (Nogué & Vicente, 2004), los fácil la descodificación de sus símbolos. La
estudiosos del modernismo y del denomi- legibilidad de estos nuevos paisajes metro-
nado noucentisme, han llegado a la misma politanos es más complicada que la propia
constatación. Entre finales del siglo XIX y el del paisaje urbano compacto, aquella que se
primer tercio del siglo XX se establecieron aprendió de la semiología urbana. En su ya
las bases del pensamiento catalanista con- clásico tratado sobre la imagen de la ciudad,
temporáneo. Estas bases se caracterizan, Kevin Lynch (1960) resaltaba cinco categorías
entre otros aspectos, por contener dos raíces esenciales para la lectura del paisaje urbano
hasta cierto punto contradictorias, también convencional: paths, edges, districts, nodes y
en términos paisajísticos: la del modernismo landmarks. ¿Qué categorías, qué claves inter-
y la del noucentisme. La primera responderá pretativas permitirían leer hoy el paisaje de la
a los cánones del nacionalismo romántico de dispersión, el sprawlscape? Seguramente exis-
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ten, y más pensadas para ser leídas en coche la carga simbólica e identitaria que se pueda
que no a pie, pero son, sin duda, más efíme- derivar de una campaña de comunicación
ras que las propuestas por Kevin Lynch, y de destinada a promocionar un territorio. Repre-
más difícil legibilidad. No es fácil integrar en senta, en este caso, un ejercicio de concre-
una lógica discursiva clara y comprensible los ción audiovisual, además de optimizar el ren-
territorios fracturados y desdibujados de los dimiento de las posibilidades comunicativas
paisajes de la periferia, paisajes que a veces que ofrece el paisaje en un marco de venta
parecen itinerantes, nómadas, porque son re- del espacio. El paisaje, situado en el univer-
petitivos, porque son los mismos en todas par- so de la industria publicitaria, que se mueve
tes. Los territorios parecen no poseer discurso bajo los inputs de las emociones y las intan-
y los paisajes imaginarios cuando su legibili- gibilidades, representa una materia prima, un
dad se vuelve extremadamente compleja, tan icono semiótico (Gottdiener & Lagopoulos,
compleja que se acerca a la invisibilidad. 1986) con el cual trabajar los aspectos simbó-
licos e identitarios presentes en el territorio.
Paisaje, comunicación estratégica y urbe Los retos futuros de las ciudades occidentales
girarán en torno a su posicionamiento en el
Las posibilidades que ofrece el tratamien- mercado a partir de la exaltación de valores
to publicitario del paisaje resultan enormes intangibles (calidad de vida, sostenibilidad,
en este campo. El lenguaje publicitario se interculturalidad, tolerancia, talento, innova-
mueve bajo las directrices de la persuasión ción), vehiculados, en la mayor parte de los
y los usos mediáticos del paisaje pasan a casos, a través de la creación de una imagen
desarrollar un rol avanzado en la transmisión de marca que emana de la puesta en valor, en
del mensaje publicitario. Ello significa que este caso, del paisaje urbano.
los creativos de publicidad utilizan el so-
porte paisaje no únicamente como contexto En definitiva, el paisaje se está convir-
físico de un comercial publicitario, sino que tiendo en una pieza clave en la promoción
aprovechan la capacidad de evocación co- publicitaria de territorios y ciudades, y no
municativa implícita en el propio paisaje para solo en el marco de estrategias de promoción
desarrollar los argumentos emocionales a turística, sino también –y sobre todo– en los
partir de los cuales se intenta influenciar a los procesos de creación de identidades territo-
potenciales receptores del mensaje publicita- riales, en los que se llega incluso a incurrir,
rio que se pretende transmitir. a menudo, en una especie de reiteración, de
redundancia comunicativa entre la realidad
La aparición de paisajes en anuncios y su representación o, si se prefiere, entre
publicitarios es cada vez más notoria, en es- el original y la copia. Se está hablando, en
pecial en los comerciales que promocionan definitiva, de la autenticidad representada,
la compra de automóviles y también en los una expresión paradigmática utilizada por
anuncios de promoción turística de destinos, MacCannell (1999) para referirse a la actual
aunque, de forma recurrente, el paisaje ad- representación teatralizada de la realidad.
quiere protagonismo en la promoción publi- Un curioso ejemplo, en este sentido, es el re-
citaria de cualquier tipo de bien o servicio. ciente fenómeno de proliferación de enormes
Por tanto, la creación de esa imagen que sitúa carteles publicitarios en las principales vías
a las ciudades en el mercado de comerciali- de entrada de muchos pueblos y ciudades en
zación territorial surge, en buena medida, a los que se anuncia ni más ni menos que la
partir de la que se podría denominar como propia localidad a través de una imagen de
‘sugestión del paisaje’, en un intento de pro- la misma (Nogué, 2009). Se trata de una foto-
yectar simbólica, cultural e identitariamente grafía de dimensiones colosales en la que se
el territorio a través de la mirada del paisaje. muestra la imagen más típica y estereotipada
Esa proyección audiovisual acaba cristalizan- de la ciudad o el pueblo en cuestión. Lo cu-
do, en la mayoría de las ocasiones, en la re- rioso del caso es que estos paneles informa-
presentación mediática de un paisaje, ya sea tivos suelen estar emplazados de tal manera
litoral, urbano, rural o de montaña. que se percibe, a la vez, el paisaje real y el
representado, el original y la copia, hasta el
La representación de un paisaje es capaz punto de que uno no sabe muy bien qué mi-
de absorber y al mismo tiempo evocar toda rar primero ni cómo mirarlo, puesto que las
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dos imágenes –la real y su correspondiente en él un antecedente avalado mediáticamente


representación– son la misma, al menos apa- y, de hecho, el éxito o el fracaso de la expe-
rentemente. riencia turística y, más concretamente, viajera
dependerá, en buena medida, del nivel de
En cierta medida se está ante una ver- adecuación de los paisajes contemplados en
sión banal y superficial de algo mucho más directo a aquellas imágenes de los mismos
profundo que en la historia del arte ha sido que, previamente, se indujo a visitar y a co-
fundamental: el estudio de las complejas re- nocer desde una revista, un documental de
laciones entre la realidad y su representación. televisión o una agencia de viajes.
El arte se ha planteado y reformulado cons-
tantemente estas relaciones, hasta el punto He ahí la definitiva mercantilización de
de que, en el fondo, la historia del arte es, en los lugares y de sus paisajes, tan propia de las
buena medida, la historia de este binomio, de sociedades y de las economías posmodernas
vez en cuando expresado de manera explíci- y posindustriales. Una de las paradojas funda-
ta, ingeniosa y sagaz, como en Las Meninas, mentales de la posmodernidad –en el marco
de Velázquez, o en Dalí de espaldas pintando de la crisis de la autenticidad– es la clara
a Gala de espaldas, de Salvador Dalí. En los diferenciación entre la realidad y su represen-
movimientos realistas estas relaciones se han tación y la correspondiente celebración de la
encarado siempre desde una perspectiva glo- inautenticidad, algo muy en línea con la filo-
bal, mientras que en las vanguardias artísticas sofía que inspira los parques temáticos. Parece
se han planteado de manera algo más frag- claro que se va camino de la tematización del
mentada, más focalizada, ya sea en el color conjunto del paisaje y es desde esta perspec-
(los impresionistas), en la forma (los cubistas) tiva desde la que quizá se interpreten mejor
o en el movimiento (los futuristas), por poner los mencionados carteles. Se enseña lo que
solo unos ejemplos. El arte contemporáneo ya se podría ver por uno mismos no por puro
ha recuperado de nuevo la perspectiva global citymarketing barato, sino porque, de acuerdo
y holística de dichas relaciones, perdida en con lo dicho más arriba, el paisaje real, para
parte en el último siglo y medio. Esta recu- adquirir más relevancia, deber ser mediati-
peración se observa de manera diáfana en el zado; debe pasar por el poderoso filtro de la
arte conceptual, ya desde aquella obra clási- imagen, a ser posible estereotipada (y, aún
ca de Peter Campus, Interface (1972), en la mejor, arquetípica). El consumo de los lugares
que se unifica en una única visión el reflejo no es completo si antes no se ha consumido
del espectador sobre la obra y la proyección visualmente sus imágenes, como ya desarro-
sobre la misma de un video del propio espec- lló en su día John Urry al explorar a fondo la
tador grabado en directo. mirada turística en el marco de una sugerente
semiótica de la imagen visual. Sucede con el
Los carteles a los que aquí se alude supo- paisaje algo parecido a lo que Kenneth Ger-
nen una versión light y muy descafeinada de gen (1992) planteaba en El yo saturado:
una idea que el arte conceptual retomó hace
ya cuarenta años, pero sin su intencionali- “La cuestión no es saber si las relaciones
dad experimental y creativa ni su reflexión entabladas a través de los medios se aproxi-
crítica sobre los siempre difusos límites entre man en su significación a las normales, sino
realidad y ficción. Se está ahora de lleno en más bien si las relaciones normales pueden
una sociedad de la visualización inducida, aproximarse a los poderes del artificio. (...)
en la que la construcción de imágenes y, por Las vacaciones dejan de ser reales si no las
descontado, de paisajes, ha triunfado. Las hemos filmado; las bodas se convierten en
imágenes del paisaje son tan extraordinaria- acontecimientos preparados para la cáma-
mente cotidianas en el universo visual que ra fotográfica y el vídeo; los aficionados al
han llegado a orientar la percepción de la deporte prefieren ver los encuentros por la
realidad. Así, en el proceso de apreciación televisión en lugar de acudir al estadio, ya
estética del paisaje, lo que se sabe (la infor- que lo que ven en la pantalla les parece más
mación visual sobre el paisaje) condiciona próximo a la realidad. Recurrimos cada vez
y cuestiona lo que se experimenta (la propia más a los medios, y no a nuestra percepción
vivencia del paisaje). A menudo se califica de sensorial, para que nos digan lo que pasa”
bello un paisaje cuando se puede reconocer (Gergen, 1992: 85).
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 33

Un estudio de caso: el Establecimiento de criterios para la adop-


ción de medidas de protección, gestión y
Observatorio del Paisaje de ordenación del paisaje; fijación de objetivos
Catalunya de calidad paisajística y de medidas y accio-
nes necesarias para la consecución de dichos
El Observatorio del Paisaje de Catalunya objetivos; determinación de mecanismos de
observación de la evolución y transformación
El Observatorio del Paisaje nace a modo del paisaje; propuesta de acciones dirigidas a
de ente asesor del Gobierno de Catalunya y la mejora, restauración o creación de paisa-
de la ciudadanía en general en todo lo refe- jes; elaboración de los Catálogos del Paisaje
rido a paisaje. Además, se posiciona como de Catalunya para la identificación, clasifica-
un centro de excelencia para el estudio y ción y calificación de los paisajes existentes;
seguimiento de la evolución de los paisajes fomento de campañas de sensibilización
de Catalunya así como de los agentes que social con respecto al paisaje; el estudio de
condicionan su dinamismo. El objetivo básico su evolución, de sus funciones y de sus pro-
y genérico del Observatorio del Paisaje es el cesos de transformación; la difusión de estu-
estudio, la identificación, el seguimiento y la dios e informes así como el establecimiento
delimitación de las transformaciones experi- de metodologías de trabajo en materia de
mentadas por los paisajes catalanes, así como paisaje; favorecimiento del intercambio de
de la generación de documentos técnicos de experiencias y de trabajos entre especialistas,
análisis y valoración de las ya referidas modi- expertos de universidades y otras institucio-
ficaciones, sin que todo lo expuesto implique nes académicas y/o culturales; seguimiento
el abandono de la necesaria reflexión en tor- de las iniciativas europeas en todo lo referido
no a una lectura del paisaje de Catalunya en a paisaje; la organización de seminarios, cur-
su globalidad. sos, exposiciones y conferencias, así como la
incentivación de publicaciones y programas
Uno de los principales objetivos del específicos de información y formación en
Observatorio del Paisaje es incrementar el políticas de paisaje; la creación de un centro
conocimiento de paisaje en la sociedad ca- de documentación abierto a todo el público
talana, además de colaborar con el Gobierno que lo desee visitar. Finalmente, el observa-
de Catalunya en la ejecución de las políticas torio tiene otra función establecida por la Ley
de paisaje y, en general, para prestar apoyo de Paisaje: cada cuatro años debe preparar
a la aplicación del Convenio Europeo del un informe relativo al estado del paisaje de
Paisaje en el ámbito catalán. En este sentido, Catalunya, que posteriormente es presentado
se lee como un punto de encuentro entre au- por el Gobierno catalán ante el Parlamento
toridades (a todos los niveles), universidades, de Catalunya.
grupos profesionales y resto de la ciudadanía
en todo lo relacionado con el paisaje. Su fun- La concreción de indicadores de paisaje
dación da respuesta a la necesidad de estudio en Catalunya
del paisaje, la elaboración de propuestas así
como de la imperiosa necesidad de fomentar Los indicadores de paisaje son factores
la consciencia y sensibilización de paisaje, clave en el seguimiento del estado del pai-
en aras de avivar su protección, gestión y saje en Catalunya y en la aplicación de las
ordenación en el marco del desarrollo soste- políticas de paisaje en todos los niveles. El
nible. El Observatorio del Paisaje es, por tan- Observatorio del Paisaje define y aplica una
to, algo parecido a un paraguas bajo el cual lista de indicadores de paisaje, sobre la base
cualquier persona interesada en el paisaje de puntos de vista ambientales, culturales y
puede refugiarse. sociales, lo que permite determinar el esta-
do y evolución de los paisajes catalanes, así
Funciones y objetivos del Observatorio como las políticas de paisaje en Catalunya,
del Paisaje siguiendo los principios del desarrollo soste-
nible. Los indicadores resultan de gran utili-
Las funciones contempladas en los estatu- dad en la preparación de los Catálogos del
tos del ente son las siguientes: Paisaje y, naturalmente, en la preparación del
34 Revista de Geografía Norte Grande

informe cuatrienal relacionado con el estado y conferencias que tengan en cuenta, ya sea
del paisaje en Catalunya al cual se refiere la en general o por medio de casos específi-
Ley del Paisaje. cos, algún aspecto en particular o problema
relacionado con el paisaje. Asimismo, la co-
La lista provisional de indicadores con los lección Eines incluye normas, instrumentos y
cuales se está trabajando es la siguiente: la métodos para la protección, gestión y orde-
transformación del paisaje, su diversidad, su nación del paisaje. Como su nombre indica,
fragmentación, su valor económico, su cono- Documents es una colección de documentos
cimiento, su sociabilidad, el establecimiento de corta extensión referidos a paisaje que,
de vínculos entre el paisaje y la comunica- debido a su tamaño y tema, no se adaptan a
ción, la satisfacción que otorga el paisaje, la la colección Plecs de Paisatge. Desde junio
aplicación de los instrumentos que señala la de 2009, el Observatorio ya ha publicado los
Ley para la Protección, Gestión y Planifica- siguientes libros: Paisatge y Salut (Paisaje y
ción del Paisaje de Catalunya, y por último la Salud) y Indicadors de Paisatge. Reptes y Pers-
acción pública y privada en el ámbito de la pectives (Indicadores de Paisaje. Retos y Pers-
conservación. pectivas). Los siguientes títulos se publicarán
próximamente: Instruments de gestió i orde-
La estrategia de comunicación del paisaje nació del paisatge a Catalunya i a Europa (Ins-
catalán trumentos de gestión y ordenación del paisaje
en Catalunya y Europa), Els Paisatges sonors
a) La web del Observatorio del Paisaje de Catalunya (Paisajes Sonoros de Catalunya)
y La participació ciutadana en els Catàlegs del
Para facilitar la difusión, capacitación y Paisatge (La participación ciudadana en los
sensibilización en relación con el paisaje, el Catálogos del Paisaje).
Observatorio ha creado un espacio digital 4
disponible en cuatro idiomas (catalán, espa- c) Difusión de información sobre paisaje en
ñol, inglés y francés). Este sitio ha sido creado tres boletines electrónicos
con la intención de ser una fuente de referen-
cia para cualquier persona interesada en el El Observatorio tiene tres boletines elec-
paisaje, además de difundir información rela- trónicos. En primer lugar apareció el Dietari
cionada con las actividades del Observatorio, de Paisatge (Agenda de Paisaje), un boletín
las políticas de paisaje, todo tipo de confe- semanal que desde mayo de 2005 incluye
rencias y demás actividades vinculadas al noticias sobre paisaje publicadas en los prin-
paisaje. Además, la política de comunicación cipales medios de comunicación del mundo,
digital del ente de referencia se pretende in- dirigidas a personas especializadas en pai-
teractiva, en el sentido de establecer vínculos saje y con responsabilidades en su gestión.
con las instituciones europeas e internacio- El segundo boletín, denominado Paisatg-e
nales ocupadas en paisaje y con los propios (Paisaj-e), se creó en septiembre de 2006 y
usuarios del portal. El espacio web también dispone de una difusión más amplia además
da a conocer publicaciones de referencia y de incluir opiniones de expertos en paisaje
estudios universitarios vinculados a temáticas a nivel internacional, noticias relacionadas
paisajísticas. con el Observatorio, importantes novedades
de paisaje a escala mundial, reglamentos,
b) Publicación de libros artículos de interés aparecidos en prensa,
un calendario de actividades, seminarios y
El Observatorio del Paisaje de Cataluña conferencias. La tercera publicación, que gira
tiene dos colecciones de libros bajo el nom- bajo el nombre de Eventos de Paisaje, se creó
bre de Plecs de Paisatge y Documents. La en octubre de 2007. Fundamentalmente, se
primera tiene dos series: Reflexions y Eines. ofrece al usuario una selección mensual de
La primera incluye artículos, estudios, talleres congresos, seminarios, cursos, presentacio-
nes, conferencias y exposiciones, entre otros
eventos seleccionables en todo el mundo,
con un especial énfasis en aquellos que tie-
4 Puede visitarse en www.catpaisatge.net nen lugar en Catalunya.
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 35

d) Actividades de sensibilización, formación gestión y comunicación de un territorio, aun-


y desarrollo social que en ningún caso implica, únicamente, una
acción promocional precisa (Dinnie, 2011).
Uno de los principales objetivos del Ob-
servatorio del Paisaje es el fomento de la for- En ese sentido, Anholt (2005b) estable-
mación y el fortalecimiento de las campañas ce una clara distinción entre las diferentes
de sensibilización social en relación con el definiciones existentes para las marcas y sus
paisaje. En este sentido, el Observatorio ha procesos de creación y gestión. Una primera
trabajado en coordinación y por iniciativa de definición se refiere a un concepto popular y
la Generalitat de Catalunya (Gobierno cata- muy claro relacionado con la comunicación
lán) en la elaboración de material didáctico 360º de marketing y relaciones públicas. En
para su uso en las escuelas de secundaria, este contexto, la marca se identifica como
bajo el título Ciudad, territorio y paisaje. La una moda pasajera asociada a técnicas de
idea es que los alumnos de educación secun- venta modernas y, por lo tanto, con connota-
daria obligatoria, a través de este innovador ciones negativas.
material, entiendan no solo la diversidad de
paisajes catalanes, sino que también se in- Según Anholt (2005d), la segunda de-
tenta su concienciación a niveles de riesgos y finición se relaciona con una concepción
amenazas. Además de material impreso para simple del proceso y por lo general se refiere,
su uso en el aula, el Observatorio del Paisaje normalmente, a una cierta identidad visual
ha creado una página web vinculada al pro- (nombre, logotipo, eslogan). La última defi-
yecto, que amplía y profundiza en el conteni- nición del concepto que aquí ocupa mantie-
do de las doce láminas de paisaje en formato ne relación con una concepción avanzada
papel y fomenta el uso de la tecnología de la de la marca y del proceso de branding (su
información en los procesos de aprendizaje. construcción), que incluye una definición
más simple, pero, al mismo tiempo, pone de
La comunicación del paisaje relieve su función de interfaz entre la per-
sonalidad de una empresa, el producto y/o
mediante el uso de marcas servicio de una empresa −en este caso se
de territorio hablaría de territorios− y sus potenciales con-
sumidores. En esta concepción avanzada del
El proceso de construcción de marcas de concepto de marca lo que adopta una espe-
lugares: historia y significados cial importancia no es su vertiente funcional
y/o de atributos físicos, sino lo que prima es
El branding (proceso de construcción de su valor simbólico, el trabajo específico con
marcas) de territorios parte de la convicción los intangibles. De este modo, como señala
que señala que los procesos de construcción Anholt (2005c), la marca se convierte en un
de marcas territoriales y comerciales son mi- mecanismo clave en el funcionamiento de
méticos (Moilanen & Rainisto, 2009). A pesar cualquier organización, además de consoli-
de lo ya expuesto, Anholt (2005a) insiste en darse como su activo más valioso. Este último
la necesidad de no confundir el término bran- enfoque, el más avanzado, es especialmente
ding con la promoción de los activos indivi- pertinente en el traslado del branding corpo-
duales de una nación, como por ejemplo el rativo al branding de lugares (Anholt, 2005d;
turismo, la inversión interna, la cultura o las Govers & Go, 2009).
exportaciones. Anholt (2007) define branding
como el proceso de diseño, planificación y Del mismo modo, Anholt (2005c; 2010)
comunicación de un nombre y una identi- señala que el concepto avanzado de marca
dad, en relación con la creación y/o gestión pierde parte de sus connotaciones mercan-
de una reputación. No tiene nada que ver, tilistas, si se tiene en cuenta que se dirige
por ejemplo, con el despliegue aislado de un principalmente a las personas y no a los mer-
logotipo o un eslogan (la identidad visual). cados. En este sentido, el autor muestra su
Este punto debe quedar muy claro, ya que preferencia por la utilización de la expresión
la literatura relacionada con place branding Identidad Competitiva (IC) en detrimento de
insiste en la necesidad de conceptualización marca de lugar. El concepto de IC lo defi-
de la marca a modo de proceso transversal de ne el autor del siguiente modo: “Identidad
36 Revista de Geografía Norte Grande

Competitiva (o IC) es el término que utilizo te del usuario. Anholt la equipara con la
para describir la síntesis de gestión de marca reputación de lugar, que resulta esencial
con la diplomacia pública y la promoción en el comportamiento y elección final de
del comercio, la inversión, el turismo y la los consumidores. La imagen de marca es
exportación. IC es un nuevo modelo para la un concepto fundamental cuando se ha-
mejora de la competitividad nacional en un bla de naciones, ciudades o regiones.
mundo global, algo que ya está comenzando c) El propósito de la marca: se iguala con la
a pagar dividendos a un importante número cultura corporativa. Según Anholt (2007),
de países, ciudades y regiones, ya sean ricos se considera el equivalente interno de la
o pobres” (Anholt, 2007: 3). imagen de marca. Representa “el espíritu
de la organización”, “la experiencia de la
Lo más sorprendente acerca de la no- marca”, los valores internos compartidos.
ción de identidad competitiva es que Anholt d) El valor de marca: se encuentra en una
(2007a) entiende este proceso de forma no reputación positiva, potente y sólida, que
planificada ni previamente inducida, sino acabará traduciéndose en un reporte eco-
que la concibe de un modo orgánico y/o es- nómico para determinados territorios.
pontáneo, con la firme convicción que señala
que la reputación de un país o de una nación Kavaratzis & Ashworth (2005; 2010)
dependerá de muchos factores (el autor utili- añaden el aspecto relacionado con el posi-
za un hexágono para explicar su concepto de cionamiento de la marca como parte de la
identidad competitiva en el cual se incluyen propuesta de valor comunicada a un público
variables como el turismo, las marcas, la gen- determinado que demuestra una ventaja com-
te, la política, la cultura y la inversión). Por petitiva. Kavaratzis (2005) señala la coexis-
tanto, considera que los procesos de marca tencia de tres modelos de marca de lugar con
asociados a determinadas identidades territo- significados variopintos:
riales deben coincidir con el final de trayecto
(resultado de una buena gestión territorial a) Nomenclatura geográfica: cuando un
previa) y no con el comienzo del mismo, en producto físico toma el nombre de un es-
el sentido de afirmar que un buen manejo en pacio geográfico sin que exista un vínculo
las áreas que se detallan en su hexágono de entre ellos, por ejemplo, el champagne
identidad competitiva supondrá una buena (región de Francia). En este punto, se debe
reputación para un país, una región, una ciu- hacer referencia a geobrands o marcas
dad, entre otros (Huertas, 2010). geográficas, que se concretan en muchos
casos en denominaciones y/o distincio-
Anholt también utiliza el cambio de ter- nes que se unen el ámbito comercial
minología para poner fin a la confusión se- provenientes de menciones explícitas al
mántica inherente a la marca y a la inevitable territorio. En España coexisten las deno-
vinculación con sus connotaciones comercia- minaciones de origen y calidad (DOC) y
les. De este modo, propone un nuevo con- las indicaciones geográficas protegidas
cepto que se separa del marketing tradicional (IGP). De acuerdo con López-Lita y Ben-
asociado al ámbito empresarial. Asimismo, lloch (2006), existen algunas tipologías de
Anholt hace una transposición de intereses de marca asociadas a la naturaleza inherente
los componentes de la marca comercial a la de los lugares. Por esa razón, los espacios
marca de lugares: geográficos que mantienen características
comunes (región mediterránea, región de
a) La identidad de la marca: se relaciona Cantabria, entre otros) o bien la singulari-
con la identidad nacional, a pesar de que dad de determinados lugares relacionados
todas las técnicas de comunicación de con la cultura, la sociedad o la gastrono-
la marca relacionadas con su identidad mía (la Ruta del Vino de la Rioja, entre
visual (logotipo, eslogan, empaque, entre otros) pueden considerarse, del mismo
otros) y su diseño gráfico son poco rele- modo, marcas de territorio.
vantes en el campo de los países, debido b) Cobranding (asociación de marcas) de
a su elevada complejidad. productos y lugares: cuando un produc-
b) La imagen de marca: se convierte en la to físico está asociado con un lugar que
actual percepción de la marca en la men- transmite atributos beneficiosos para la
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 37

imagen del producto. Algunos ejemplos relacionada con aspectos vinculados a la


son los relojes suizos, los coches ale- emoción ha sido generalmente silenciada, a
manes, los televisores japoneses o los pesar de representar un extraordinario hilo
teléfonos móviles finlandeses. En el caso conductor de las vivencias experimentadas
particular de las marcas comerciales, la por la humanidad.
empresa DAMM, industria cervecera con
sede en Catalunya, incluye el topónimo La emoción se ha mantenido en una
Barcelona en sus etiquetas identificativas esfera privada, alejada de la vida pública y
cuando exportan su producción de cer- más aún del objeto de interés de la investi-
vezas fuera de sus fronteras. Lo mismo gación académica. Las causalidades deben
ocurre con el diseñador de moda Custo buscarse, en opinión de Anderson & Smith
Dalmau y su marca comercial Custo (2001), en las bases de género de la produc-
Barcelona, ​​e n la cual la fusión de sus ción del conocimiento. Ello significa que la
valores de marca (diseño, innovación, racionalidad y la objetividad se han asociado,
modernidad, creatividad, cosmopolitismo, históricamente, a la masculinidad, mientras
entre otros) con los valores de la capital que, a su vez, la subjetividad, la pasión y el
catalana convergen y se retroalimentan deseo han sido comúnmente devaluadas, al
mutuamente. En ese sentido, una encuesta tratarse de valores asociados a la feminidad.
realizada en 2010 por el Observatorio del La aportación específica de la tradición geo-
Centro de Diseño de Barcelona (BCD) se- gráfica hacia una revalorización del papel a
ñala que la incorporación de la acepción desempeñar por la emoción en los diferentes
Barcelona a la marca de una empresa y a campos de investigación aplicada, encuentra,
sus productos es sinónimo de notoriedad, en los espacios emocionales, interesantes
fama y aumento de las exportaciones, perspectivas de estudio. Reconocer la rele-
según lo manifestado por cuarenta empre- vancia que merece la variable emoción en el
sas encuestadas. Por lo tanto, además de contexto de la contemporaneidad y en espe-
identificar el origen de la empresa, la in- cial su aportación a la globalidad del saber
clusión del topónimo Barcelona por parte geográfico, parece ser el primer paso hacia
de diferentes corporaciones genera una la legitimación de la emoción a modo de
anexión en positivo y automática con los camino válido para llegar al conocimiento.
valores y la iconografía de la ciudad. Sin embargo, Anderson & Smith (2001) se-
c) Branding entendido a modo de gestión de ñalan que, si bien el poder de las relaciones
un lugar: en esencia, el branding de terri- emocionales no puede obviarse, es necesario
torios es una forma de gestión de espacios establecer rigurosas metodologías de trabajo
(place management), ya que la gestión de con la intención última de provocar un im-
los lugares depende de la percepción que portante cambio conceptual en el tratamiento
tienen los individuos de un determinado académico dispensado en los últimos tiempos
espacio. Por lo tanto, se trata de generar a la emoción.
una identidad de lugar singular a partir de
la cual provocar cambios en la imagen y No cabe duda que en este sentido, el
la reputación de ciertos espacios geográ- contexto de la ciudad contemporánea, la
ficos y, por ende, modificar el comporta- posmodernidad y, en definitiva, la economía
miento de los potenciales clientes. del simbolismo ha provocado la emergencia
de variables vinculadas a la experiencia per-
Emoción, marcas y espacio. Geografías sonal y grupal, a la empatía, al afecto y a la
emocionales emoción. Thien (2005) señala una cierta ex-
plosión, a inicios del siglo XXI, de la intersub-
Históricamente, el estudio de las emocio- jetividad vinculada a la creciente relevancia
nes se ha vinculado a cuestiones esotéricas adoptada por las geografías sociales, cultura-
(Anderson & Smith, 2001), tal vez rayando la les y de género. Ello también puede deberse,
metafísica, en lo que representa la adminis- en opinión de Thien (2005), al renovado in-
tración injusta de un saber que se presume terés dispensado al cuerpo como discurso, al
decisivo en la introspección hacia una geo- creciente consumo de cultura y, en definitiva,
grafía de los sentimientos, de las emociones, al progresivo proceso de comercialización de
de la afectividad. En efecto, la investigación las emociones.
38 Revista de Geografía Norte Grande

Las geografías emocionales pueden ex- branding. En opinión de Kotler (2000) “la
tender su área de influencia hacia aspectos marca debe entenderse a modo de nombre,
relacionados con la geografía, los estudios de término, signo, símbolo o diseño, o bien la
género, los estudios culturales, la sociología combinación de todos ellos, la cual nace con
o la antropología, así como cualquier otra la misión principal de identificar los produc-
disciplina que ayude a entender de qué forma tos y servicios que ofrece un vendedor o gru-
el mundo se encuentra mediatizado por los po de vendedores así como diferenciarlos del
sentimientos (Thien, 2005). resto de la competencia” (Kotler, 2000: 404).
Las marcas tangibilizan determinadas opcio-
En este contexto, las geografías simbólicas nes personales (way of life), desdoblándose,
o la denominada geografía de la emoción, de este modo, de funciones meramente co-
en lo que representa la búsqueda de los merciales. Así las cosas, las marcas devienen
vínculos afectivos de las sociedades con sus sellos de identidad personal, grupal e inclusi-
espacios o la experiencia que proporciona la ve territorial. En este sentido, constituyen la
interacción con el lugar, emerge con fuerza a aportación más importante que el comercio
modo objeto de estudio propio de la geogra- ha hecho hasta ahora a la cultura popular
fía (Davidson et al., 2005). Si a ello se une el (Olins, 2004).
creciente interés procedente del ámbito de
la publicidad en relación al trabajo comuni- Vinculado al concepto de marca se en-
cativo específico con el territorio, se puede cuentra el de identidad de marca, definido
entrever la vinculación disciplinaria actual por Aaker (1996) como “el conjunto de acti-
que se establece entre un ámbito de inte- vos y pasivos vinculados al nombre y al sím-
rés emergente en geografía (geografía de la bolo de la marca que incorporan o sustraen el
emoción) en relación con la proliferación de valor subministrado por un producto o servi-
estrategias comunicativas persuasivas y ante cio a la compañía y/o a sus clientes” (Aaker,
todo emocionales, las cuales habilitan claras 1996: 24). Siguiendo a Marca (2008), el bran-
relaciones entre la comunicación y territorio ding se refiere al proceso de creación de valor
(place branding, destination branding y lands- de marca, mediante la administración estra-
cape branding). tégica del conjunto total de activos y pasivos
vinculados de forma directa o indirecta al
La experiencia emocional del paisaje. nombre o símbolo (isotipo) que identifican a
El landscape branding la marca, influyendo en el valor suministrado.
Por tanto y de algún modo, se ha pretendido
La implementación de procesos de comu- desvincular el concepto branding con el de
nicación que buscan situar a determinados publicidad, desde el sentido más estricto de
territorios en posición de ventaja compara- servidumbre comercial, a pesar de que, como
tiva y competitiva es una práctica común en se verá a continuación, el branding territorial
el seno de las agencias de publicidad. Ello representa un privilegiado mirador a partir del
significa, en un primer nivel de análisis, que cual visionar las más novedosas tendencias
los estándares de trabajo propios del lenguaje de generación de imagen de marca territorial
publicitario se trasladan a la gestión com- a partir de la triangulación de las siguientes
petitiva del espacio, en aras de conseguir la variables: espacio, comunicación y emoción.
mejor imagen de marca posible –en el caso
que aquí ocupa, la mejor imagen de marca El branding aplicado al discurso espacial,
territorial– exaltando, en la mayoría de los representa, por tanto, la máxima expresión
casos, los atributos intangibles de uno u otro de la emocionalización del espacio, y, en
territorio, espacio, paisaje, entre otros. esta misma línea, persigue construir per se,
identidades territoriales de lugares (place
La publicidad, vinculada históricamente branding), de destinos (destination branding),
a la incentivación del consumo de uno u así como un discurso identitario y emocional
otro producto, servicio o mercancía y, por propio derivado de la simbología, del valor
tanto, con finalidades netamente comerciales, y del trabajo específico con el discurso in-
evoluciona, en el caso de la publicidad de tangible del paisaje (landscape branding). En
espacios, hacia un fenómeno relativamente este sentido, y siguiendo a Gunn (1972), se
reciente, el de las marcas y, más aún, el del pueden diferenciar dos componentes princi-
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 39

pales en el proceso de construcción de deter- un trabajo específico con las variables afecto,
minadas imágenes por parte de la sociedad: emoción y sentimiento. Representa, esen-
por un lado, la imagen orgánica, resultado cialmente, la instrumentalización del valor
de experiencias experimentadas en primera simbólico e identitario de los paisajes para
persona por los individuos o bien a partir de pasar a proponer, desde la industria cultural y
la información recibida de fuentes objetivas bajo el marco convulso del posmodernismo,
(películas, artículos periodísticos, entre otros); lo que Nye (2006) denomina como “poder
por el otro, se debe hablar de las imágenes blando”, esto es, la capacidad de alterar el
inducidas, resultado de la creación de fuentes comportamiento de los demás para conseguir
externas tales como la publicidad y en su mo- lo que un individuo o un grupo pretende me-
delo evolutivo, el branding. diante el uso de variadas técnicas de atrac-
ción, sin utilizar ningún tipo de mecanismo
El proceso de landscape branding consis- coercitivo o que represente obligación algu-
te, básicamente, en provocar la emergencia na. En opinión de este mismo autor, el “poder
del mensaje intangible implícito en cualquier blando” surge del atractivo cultural o político
paisaje, mediante el uso de variadas técnicas de un país, entre otras variables, y huye, en
de comunicación, las cuales y en su conjun- todo caso, del histórico “poder duro” aso-
to, utilizan un lenguaje persuasivo y emocio- ciado a prácticas militares y de imposición
nal para llegar a sus públicos. En este sentido, de voluntades. Globalmente, representa el
representa una actual y manifiesta técnica triunfo de la persuasión, de la sugestión y del
de explotación del poder comunicativo del poder de atracción del territorio y más aún
paisaje, trasladando determinados valores de del paisaje, en lo que constituye, claramente,
identidad, personalidad y distinción hacia un la propuesta de un nuevo inventario mental
proceso global de edificación de imagen de de paisaje o, quizá, la explotación, con todas
marca territorial. En efecto, el paisaje, en este sus consecuencias, del “poder blando” de la
contexto, deviene un excelente argumento de representación geográfica (Van Ham, 2008).
comunicación, además de un valioso conte- De este modo, los lugares y los paisajes son
nedor de tendencias, teniendo en cuenta que tratados con estándares propios de marcas
su morfología tangible y su valor intangible corporativas (branding) y no como simples
resultan de lo más útil en el trabajo de reco- productos (advertising).
gida de la esencia patrimonial y cultural de
un lugar. Por tanto, la tarea destinada a la creación
de un valor de marca para un determinado
El proceso de branding implica, precisa- paisaje representa, per se, un trabajo de inte-
mente, apelar al poder de evocación inducida ligibilidad simbólica y emocional. El proceso
del paisaje, para, posteriormente, transformar creativo de edificación de un determinado
su mensaje a niveles de consumo simbólico vestuario para uno u otro paisaje, o, por ex-
y experiencial. En efecto, el estudio del dis- tensión, el proceso de mercadeo con determi-
curso representado, o dicho de otro modo, el nados espacios, sitúa sus orígenes en la pro-
discurso prefabricado o inducido del paisaje, moción del turismo, la que ha evolucionado
el cual persigue otorgar determinados valores hacia manifestaciones más modernas y más
a un espacio, proporciona un amplio abanico propias del lenguaje publicitario, tales como
de posibilidades a partir del trabajo interdis- el destination branding o el place branding. El
ciplinario que se desprende del ámbito de paisaje inducido, la seducción de la marca y
conocimiento específico vinculado a la gene- el triunfo de la representación y, si se quiere,
ración de imagen de marca espacial. de una lectura simbólica premeditada, repre-
senta el trabajo más actual en relación a la
El landscape branding representa, en últi- dualidad paisaje-comunicación. El branding,
ma instancia, una clara tendencia de gestión en este sentido, parece consolidarse a modo
comunicativa de la emoción implícita en de estrategia de comunicación capaz de tan-
cualquier paisaje. Es un ejercicio de inteli- gibilizar el valor simbólico del paisaje, ade-
gibilidad comunicativa de los valores intan- más de canalizar su discurso hacia demandas
gibles que en él se encuentran presentes. Se de experiencias emocionales que la sociedad
trata de un trabajo comercializador de la geo- parece reivindicar para con sus espacios más
grafía del simbolismo, y por ende, representa personales.
40 Revista de Geografía Norte Grande

Por todo ello, el denominado landscape importante vuelco en la gestión de las ciuda-
branding parece aglutinar tres aspectos bási- des, donde la imagen condiciona el resto de
cos abordados a lo largo del artículo: comu- procesos de ordenación y gestión– el desarro-
nicación, paisaje y emoción. Lo que antaño se llo futuro de los territorios.
pretendía conseguir de un modo más o menos
natural a partir de reiteradas interacciones de
la sociedad con sus espacios, lo que permitía,
Consideraciones finales
al fin y al cabo, evolucionar hacia el concepto
En el contexto de la globalización, el cos-
de lugar, en la actualidad se pretende conse-
mopolitismo y la fulgurante circulación de in-
guir de un modo claramente inducido, tal vez
formación, el acercamiento de las personas a
artificial, a través de la comercialización de
los lugares y a los espacios parece producirse
espacios y lugares tal como se llevaría a cabo
en una esfera no estrictamente física o cons-
con cualquier otro bien o servicio. El bran-
tatable, sino que se trata, a entender de los
ding o más concretamente el place branding
autores, de una interacción más bien etérea
o el destination branding representan claras
e intangible, explicable, únicamente, a partir
manifestaciones de comunicación con meri-
de la eclosión, en los últimos tiempos, del
dianos objetivos mercantilistas: la vinculación
simbolismo, el subjetivismo y, en definitiva,
emocional de la sociedad con determinados
la exaltación del estudio de la intangibilidad
espacios. Es el triunfo, en definitiva, de la re-
presentación a escala de la realidad, del artifi- como praxis válida para conocer la naturale-
cio, de la inautenticidad. za de las relaciones existentes entre la huma-
nidad y sus espacios. Este contexto de exalta-
En definitiva, el landscape branding re- ción de la simbología inherente a una lógica
presenta una versión evolucionada del place territorial parece proporcionar un conjunto
branding y, por tanto, implica un trabajo de relaciones duales (geografía y simbolismo,
específico de asociación de valores y emo- espacio e intangibilidad, paisaje y emoción,
ciones que se desprenden de un determinado comunicación y lugar) que invita a adentrarse
paisaje. Se puede definir también como la hacia una introspección académica que per-
manifestación comercial de la expresión “la mita afrontar, con el permiso y con la previa
emoción del paisaje”. En este sentido, una legitimidad otorgada por la revisión de las
identidad de marca territorial y más concre- teorías geográfica y comunicativa, una posi-
tamente de tipo paisajístico, encuentra en la ble teoría comunicativa del paisaje.
gestión de la emoción intangible implícita
en el paisaje, un extraordinario escenario Las denominadas geografías del sujeto,
operativo de posicionamiento identitario de capitalizadas, en muy buena medida, por el
los espacios. Las marcas de territorio –un fe- estudio de la percepción y el humanismo en
nómeno moderadamente reciente– compiten geografía, el escenario posmodernista y la
por la captura de la atención de potencia- perspectiva interpretativa de la comunica-
les usuarios hacia un mercado publicitario ción, parecen proporcionar una fusión de sa-
notoriamente saturado y en un contexto de beres que, de algún modo, facilitan el afronte
marcada competitividad entre ciudades pre- del estudio de la dimensión comunicativa
tendidamente posmodernas y cosmopolitas y del paisaje y, por ende, plantea un modelo
variados destinos turísticos. El branding, que de análisis comunicativo singular, previo a la
pretende un alejamiento explícito de su vo- formulación de una posible teoría comuni-
cación comercial, encuentra en la gestión de cativa del paisaje. Si a todo lo expuesto se le
las geografías simbólicas una extraordinaria añade la observación de las lógicas actuales
razón de ser, una excusa perfecta para provo- de gestión comunicativa vertidas sobre los
car un fenómeno notorio en algunas ciudades espacios geográficos, el argumento irrenun-
europeas y también mundiales: gestionar ciable al simbolismo y a la emoción, y, en
los territorios y su ordenación con criterios definitiva, a los procesos de manufactura con
básicos de generación de imagen de marca los intangibles territoriales, se puede entrever
territorial, esto es, planificar la ciudad para que la relación existente entre la geografía
conseguir determinados logros relacionados (una de las disciplinas que más se ha ocupa-
con una deseada morfología visual, que aca- do históricamente del estudio de los lugares y
bará condicionando –en lo que representa un los espacios) y la comunicación (que parece
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 41

constituirse como uno de los saberes idóneos sujeto (geografía de la percepción, geografía
para provocar la emergencia del discurso in- humanística, posmodernismo en geografía,
tangible implícito en cualquier paisaje) puede geografías emocionales) presentan numerosos
resultar de lo más fructífera en aras de rebajar puntos de encuentro con los presupuestos
la considerable complejidad inherente al es- teóricos de la comunicación. En este sentido,
tudio de las variables territoriales no estricta- las tendencias de pensamiento coincidente
mente inventariables. en comunicación y en geografía, sobre todo
en lo que se refiere a la interpretación de
Es cada vez más relevante el papel que vivencias y simbolismos, proporcionan al
desarrolla el territorio como mediador de vínculo paisaje y comunicación amplias pers-
procesos de comunicación, así como en los pectivas de estudio.
procesos de consolidación o creación de
identidades locales, a todas las escalas. Ahí Referencias bibliográficas
es, precisamente, donde el paisaje adquiere
un importante protagonismo, porque este es, AAKER, D. A. Building Strong Brands.
per se, un aparador cultural y un escenario de New York: Free Press, 1996.
lenguajes. Si es verdad que en el espacio se
encuentra el mensaje y, por tanto, el territo- ANDERSON, K. & SMITH, S. Emotional
rio con carga simbólica ejerce la función de geographies. Transactions of the Institute of
transmisor de este mismo mensaje, también lo British Geographers, 2001, Nº 27, p. 7-10.
es que el paisaje adquiere en este proceso un
protagonismo indiscutible. La puesta en mar- ANHOLT, S. Brand new justice: how bran-
cha de una parcela de estudio multidisciplinar ding places and products can help the deve-
que apueste por la inteligibilidad e interpre- lopingworld. Amsterdam: Elsevier, 2005a.
tación del mensaje implícito en el paisaje,
resultado de procesos de retroalimentación ANHOLT, S. Editorial. Place Branding and
con la ciudadanía, tiene claras implicaciones Public Diplomacy, 2005b, vol. 1, Nº 4, p.
a nivel comunicativo. En este sentido, se hace 333-346.
indispensable el inicio de una línea de inves-
tigación que sea capaz de ofrecer una salida ANHOLT, S. Nation brand as context and
fiable a la emergente demanda de estudios reputation. Place Branding and Public Diplo-
que relacionan la comunicación y el paisaje, macy, 2005c, vol. 1, Nº 3, p. 224-228.
en unos momentos en los que el paisaje se
ha convertido en una pieza clave de las nue- ANHOLT, S. Some important distinctions
vas políticas de ordenación del territorio, así in place branding. Place Branding and Public
como también en infinidad de debates sus- Diplomacy, 2005d, vol. 1, Nº 2, p. 116-121.
citados en ámbitos sociales y culturales que
apuestan por la aplicación de la filosofía que ANHOLT, S. Competitive identity: the new
emana del Convenio Europeo del Paisaje. brand management for nations, cities and
regions. Basingstoke: Palgrave Macmillan,
La necesidad de decodificar los significa- 2007.
dos que se atribuyen al paisaje, la interactua-
ción sociedad-paisaje (comunicación intra e ANHOLT, S. Places. Identity, image and
interpersonal) y, más recientemente, los usos reputation. United Kingdom: Palgrave Macmi-
de paisaje a modo de ‘aparador territorial me- llan, 2010.
diático’ en el ámbito, por ejemplo, de la co-
municación publicitaria o del citymarketing, BAILLY, A. La perception de l’espace ur-
deberían servir para plantearse el estudio bain: les concepts, les méthodes d’étude, leur
de lo que, de alguna manera, representa la utilisation dans la recherche géographique.
sugestión del paisaje, de claros tintes emo- Paris: CRU, 1977.
cionales y simbólicos y, por tanto, también
comunicacionales. Por ende, los métodos y BARNES, T. J. & DUNCAN, J. S. Writing
el marco teórico sugieren, también, un plan- worlds: discourse, text & metaphor in the
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