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Una Dimensión Comunicativa Del Paisaje - Una Propuesta Teórica y Aplicada - Nogué y Vela
Una Dimensión Comunicativa Del Paisaje - Una Propuesta Teórica y Aplicada - Nogué y Vela
RESUMEN
La fusión del conocimiento, la interrelación de disciplinas y, en definitiva, la
interacción de saberes proporcionan nuevos retos para una sociedad que se auto-
denomina global. El valor contemporáneo del paisaje, vinculado a una manifiesta
mercantilización de la cultura, la construcción comercial de identidades, el triunfo
de la inautenticidad, de la representación inducida o la economía del simbolismo,
abren amplias expectativas en el estudio del valor simbólico del paisaje. El acer-
camiento que experimenta la praxis geográfica al estudio del intangible espacial,
vinculado al descubrimiento de las geografías emocionales, además del creciente
interés que dispensan las ciencias de la comunicación al discurso territorial, per-
mite, mediante una propuesta de fusión de los saberes geográfico y comunicativo,
plantearse abiertamente el estudio comunicativo del paisaje. La cuadratura de las
variables geografía, paisaje, emoción y comunicación posibilita el avance hacia el
análisis de la emocionalización del espacio para así entrever su valor intangible,
que emerge a partir de la aplicación de variadas técnicas de comunicación.
Palabras clave: Paisaje, comunicación, identidad territorial, branding, intangibles.
ABSTRACT
The fusion of knowledge, the interrelationship of disciplines and, finally, the
interaction of learning fields, provide new challenges for an auto denominated
global society. The contemporary value of landscape, linked to the patent
commodification of culture, the commercial construction of identities, the
triumph of inauthenticity, of the induced representation or the economy of
symbolism, open up great prospects for studying the symbolic value of landscape.
The rapprochement of geographical praxis to the study of space intangibles,
linked to the discovery of emotional geographies, besides the growing interest
of communication a science for the territorial discourse, allow us to envisage
a communicative study of landscape based on a fusion of geography and
communicational knowledge. The balancing of the variables: geography,
landscape, emotion and communication, enables to progress towards analysing
the emotionalisation of space to discern its intangible value, which emerges from
the application of different communication techniques.
Key words: Landscape, communication, territorial identity, branding, intangibles.
1 Artículo recibido el 30 de abril de 2010, aceptado versidad de Girona (España). E-mail: joan.nogue@
el 9 de diciembre de 2010 y corregido el 14 de di- udg.edu
ciembre de 2010. 3 Departamento de Comunicación, Universidad de
2 Cátedra de Geografía y Pensamiento Territorial, Uni- Vic (España). E-mail: jordi.saneugenio@uvic.cat
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diente fundamental del sentido de lugar de la existe una dimensión comunicativa, puesto
gente, a pesar de que los lugares –y sus pai- que este no se concibe sin un observador, ya
sajes– han acusado el impacto de las teleco- sea individual o colectivo, que, con su mira-
municaciones, de la mayor velocidad de los da al mismo, dota de identidad a un territorio
sistemas de transporte, de la mundialización determinado.
de los mercados, de la estandarización de las
modas, de los productos y de los hábitos de La geografía contemporánea entiende en
consumo. A pesar de todo ello, la inmensa buena medida el paisaje de la forma que se
mayoría de lugares siguen conservando su ca- acaba de describir. Por otra parte, el paisaje
rácter y, en ellos, la gente no ha perdido aún se ha convertido de nuevo, hoy en día, en
–o no del todo– su sentido de lugar. Se resiste un objeto de estudio relevante, en parte
a perderlo, no se resigna a que le eliminen de gracias a las aportaciones provenientes de
un plumazo la idiosincrasia de sus paisajes y, la nueva geografía social y cultural en el
en el fondo, la conflictividad territorial hoy marco de los cultural studies. Se entiende el
existente es una prueba de ello. paisaje, más que como una forma, como un
sistema de signos y de símbolos. Para com-
El paisaje sigue desempeñando un papel prenderlo es necesario entender sus repre-
fundamental no solo en el proceso de crea- sentaciones escritas y orales no solo como
ción de identidades territoriales, a todas las “ilustraciones” de dicho paisaje, sino como
escalas, sino también en su mantenimiento y imágenes constitutivas de sus significacio-
consolidación. Y esto es así porque al hablar nes. Si la cultura es concebida como un
de paisaje estamos hablando de una porción sistema de significaciones vehiculadas por
de la superficie terrestre que ha sido mode- un conjunto de mediadores y de represen-
lada, percibida e interiorizada a lo largo de taciones, el paisaje juega un papel esencial
décadas o de siglos por las sociedades que en tanto que contribuye a la objetivación y a
viven en ese entorno. El paisaje está lleno la naturalización de la cultura: el paisaje no
de lugares que encarnan la experiencia y solo refleja la cultura, sino que es parte de
las aspiraciones de la gente; lugares que se su constitución y es, pues, expresión activa
convierten en centros de significado, en sím- de una ideología (Lash y Urry, 1994). Enten-
bolos que expresan pensamientos, ideas y diendo el paisaje como una “mirada”, como
emociones varias. El paisaje no solo presenta una “manera de ver”, es fácil asumir que
el mundo tal como es, sino que es también, dichas miradas acostumbran a no ser gra-
de alguna manera, una construcción de este tuitas, por lo que se trata de decodificar los
mundo, una forma de verlo. El paisaje es, símbolos y los signos inscritos en el paisaje
en buena medida, una construcción social y su función de transmisores de los códigos
y cultural, siempre anclado –eso sí– en un de comportamiento y relación.
substrato material, físico. El paisaje es, a la
vez, una realidad física y la representación En consecuencia, el estudio de los paisa-
que culturalmente se hace de ella; la fiso- jes ha dado en los últimos años, en geografía,
nomía externa y visible de una determinada un interesante paso adelante que va más allá
porción de la superficie terrestre y la percep- de la simple descripción estética e incluso
ción individual y social que genera; un tangi- de la concepción del paisaje como resultado
ble geográfico y su interpretación intangible. de la aplicación de una tradición cultural
Es, a la vez, el significante y el significado, sobre un territorio (Barnes & Duncan, 1992;
el continente y el contenido, la realidad y Mitchell, 1994). Interesa, pues, analizar qué
la ficción. La gran mayoría de definiciones y paisajes se convierten en espectáculo y, por
acepciones del término paisaje incluye este lo tanto, son utilizados por el marketing ur-
elemento perceptivo, esta dimensión cultural bano recreando la diferencia o la similitud y
ya aludida, incluido el Convenio Europeo del reinterpretando el pasado. La teatralidad del
Paisaje, ya citado más arriba, que define al paisaje adopta caracteres épicos en los am-
mismo como “un área, tal y como la percibe bientes rurales, a menudo identificados como
la población, cuyo carácter es el resultado de símbolo de los orígenes y la pureza de la
la interacción de factores naturales y/o hu- identidad nacional, a pesar de que en la ac-
manos”. Así pues, se mire por donde se mire, tualidad estén marginados política y econó-
en la propia esencia del concepto de paisaje micamente. Siguiendo la lógica posmoderna,
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mogéneo y banal, sobre todo en las periferias inspiración germánica; la segunda, a un na-
urbanas y en las áreas turísticas. Este paisaje cionalismo clasicista lleno de referencias a la
arquetípico se habría generado en el marco mediterraneidad y de apariencia más cívica
de un proceso de socialización del paisaje y de acción. Las dos perspectivas han tenido
que tendría lugar en un momento determina- una notable difusión e incidencia desde un
do de la historia y que sería impulsado por punto de vista territorial y paisajístico. Gros-
una élite cultural, literaria y artística proce- so modo, el modernismo y el noucentisme
dente de un determinado grupo social, que generaron los dos arquetipos paisajísticos
elaboraría una metáfora y la difundiría al con- con los que Cataluña ha convivido a lo lar-
junto de la sociedad. Está por ver, claro está, go del último siglo: el de la Cataluña verde,
si la imagen seleccionada era la mayoritaria y húmeda, pirenaica, de montaña, impulsado
cuáles se dejaron de lado, porque se debe ad- por la Renaixença y recogido en buena parte
mitir que todas ellas, en tanto que representa- por el modernismo, y el de la Cataluña me-
ciones sociales del paisaje, tienen –tenían– la diterránea, marítima, soleada e intensamente
misma legitimidad social. Sea como fuere, lo humanizada generado por el noucentisme.
cierto es que se produce una socialización Dos arquetipos que se han ido alternando, en
de un paisaje arquetípico que ha llegado algunas ocasiones complementándose y en
hasta hoy a través de diversas imágenes que otras excluyéndose. ¿Cuál ha sido el arqueti-
han creado un imaginario colectivo, com- po predominante?, ¿cuál de los dos discursos
partido y socialmente aceptado. El arquetipo paisajísticos ha sido el preferido? El primero,
paisajístico inglés, por ejemplo, sigue siendo hegemónico aún hoy, porque, de hecho, la
muy potente y, en él, el pasado tiene un peso recuperación de las instituciones democrá-
enorme. Es conocida la habilidad típicamente ticas catalanas a partir de 1978 significó no
inglesa para saber mirar el paisaje a través de tanto una renovación del discurso ideológico
sus asociaciones con el pasado y para evaluar identitario de carácter territorial y paisajísti-
los lugares en función de sus conexiones con co, como una recuperación de aquellas bases
la historia. Un paisaje bucólico, pintoresco, generadas siete décadas antes y, más concre-
ordenado, humanizado, verde y con bosques tamente, el enaltecimiento del paisaje arque-
caducifolios conforma el ideal de belleza típico de la montaña y, por extensión, de la
paisajística para la mayoría de los ingleses. Cataluña vieja, y en términos de patrimonio
El paisaje es aquí concebido casi como una arquitectónico una absoluta predilección por
vieja antigüedad. David Matless (1998), en su el arte románico y el gótico y un casi despre-
libro Landscape and Englishness, va más allá cio por el barroco y el neoclasismo.
y muestra cómo el paisaje típicamente inglés
es un elemento fundamental de la anglicidad, Estos paisajes de referencia que se tienen
es decir, la esencia de lo inglés. En Francia, en el inconsciente colectivo chocan fron-
Yves Luginbhul (1989), Augustin Berque talmente con los paisajes que contemplan
(1990; 1995), Alain Roger (1997) y sobre todo diariamente la inmensa mayoría de ciuda-
Pierre Nora (1984) en el libro colectivo Les dadanos europeos, produciéndose, como se
Lieux de mémoire, entre muchos otros y cada indicaba más arriba, una crisis de represen-
uno a su manera, también apuntan en la mis- tación. La legibilidad semiótica de los pai-
ma dirección. sajes contemporáneos sometidos a intensas
transformaciones es compleja. No es nada
En Cataluña (Nogué & Vicente, 2004), los fácil la descodificación de sus símbolos. La
estudiosos del modernismo y del denomi- legibilidad de estos nuevos paisajes metro-
nado noucentisme, han llegado a la misma politanos es más complicada que la propia
constatación. Entre finales del siglo XIX y el del paisaje urbano compacto, aquella que se
primer tercio del siglo XX se establecieron aprendió de la semiología urbana. En su ya
las bases del pensamiento catalanista con- clásico tratado sobre la imagen de la ciudad,
temporáneo. Estas bases se caracterizan, Kevin Lynch (1960) resaltaba cinco categorías
entre otros aspectos, por contener dos raíces esenciales para la lectura del paisaje urbano
hasta cierto punto contradictorias, también convencional: paths, edges, districts, nodes y
en términos paisajísticos: la del modernismo landmarks. ¿Qué categorías, qué claves inter-
y la del noucentisme. La primera responderá pretativas permitirían leer hoy el paisaje de la
a los cánones del nacionalismo romántico de dispersión, el sprawlscape? Seguramente exis-
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 31
ten, y más pensadas para ser leídas en coche la carga simbólica e identitaria que se pueda
que no a pie, pero son, sin duda, más efíme- derivar de una campaña de comunicación
ras que las propuestas por Kevin Lynch, y de destinada a promocionar un territorio. Repre-
más difícil legibilidad. No es fácil integrar en senta, en este caso, un ejercicio de concre-
una lógica discursiva clara y comprensible los ción audiovisual, además de optimizar el ren-
territorios fracturados y desdibujados de los dimiento de las posibilidades comunicativas
paisajes de la periferia, paisajes que a veces que ofrece el paisaje en un marco de venta
parecen itinerantes, nómadas, porque son re- del espacio. El paisaje, situado en el univer-
petitivos, porque son los mismos en todas par- so de la industria publicitaria, que se mueve
tes. Los territorios parecen no poseer discurso bajo los inputs de las emociones y las intan-
y los paisajes imaginarios cuando su legibili- gibilidades, representa una materia prima, un
dad se vuelve extremadamente compleja, tan icono semiótico (Gottdiener & Lagopoulos,
compleja que se acerca a la invisibilidad. 1986) con el cual trabajar los aspectos simbó-
licos e identitarios presentes en el territorio.
Paisaje, comunicación estratégica y urbe Los retos futuros de las ciudades occidentales
girarán en torno a su posicionamiento en el
Las posibilidades que ofrece el tratamien- mercado a partir de la exaltación de valores
to publicitario del paisaje resultan enormes intangibles (calidad de vida, sostenibilidad,
en este campo. El lenguaje publicitario se interculturalidad, tolerancia, talento, innova-
mueve bajo las directrices de la persuasión ción), vehiculados, en la mayor parte de los
y los usos mediáticos del paisaje pasan a casos, a través de la creación de una imagen
desarrollar un rol avanzado en la transmisión de marca que emana de la puesta en valor, en
del mensaje publicitario. Ello significa que este caso, del paisaje urbano.
los creativos de publicidad utilizan el so-
porte paisaje no únicamente como contexto En definitiva, el paisaje se está convir-
físico de un comercial publicitario, sino que tiendo en una pieza clave en la promoción
aprovechan la capacidad de evocación co- publicitaria de territorios y ciudades, y no
municativa implícita en el propio paisaje para solo en el marco de estrategias de promoción
desarrollar los argumentos emocionales a turística, sino también –y sobre todo– en los
partir de los cuales se intenta influenciar a los procesos de creación de identidades territo-
potenciales receptores del mensaje publicita- riales, en los que se llega incluso a incurrir,
rio que se pretende transmitir. a menudo, en una especie de reiteración, de
redundancia comunicativa entre la realidad
La aparición de paisajes en anuncios y su representación o, si se prefiere, entre
publicitarios es cada vez más notoria, en es- el original y la copia. Se está hablando, en
pecial en los comerciales que promocionan definitiva, de la autenticidad representada,
la compra de automóviles y también en los una expresión paradigmática utilizada por
anuncios de promoción turística de destinos, MacCannell (1999) para referirse a la actual
aunque, de forma recurrente, el paisaje ad- representación teatralizada de la realidad.
quiere protagonismo en la promoción publi- Un curioso ejemplo, en este sentido, es el re-
citaria de cualquier tipo de bien o servicio. ciente fenómeno de proliferación de enormes
Por tanto, la creación de esa imagen que sitúa carteles publicitarios en las principales vías
a las ciudades en el mercado de comerciali- de entrada de muchos pueblos y ciudades en
zación territorial surge, en buena medida, a los que se anuncia ni más ni menos que la
partir de la que se podría denominar como propia localidad a través de una imagen de
‘sugestión del paisaje’, en un intento de pro- la misma (Nogué, 2009). Se trata de una foto-
yectar simbólica, cultural e identitariamente grafía de dimensiones colosales en la que se
el territorio a través de la mirada del paisaje. muestra la imagen más típica y estereotipada
Esa proyección audiovisual acaba cristalizan- de la ciudad o el pueblo en cuestión. Lo cu-
do, en la mayoría de las ocasiones, en la re- rioso del caso es que estos paneles informa-
presentación mediática de un paisaje, ya sea tivos suelen estar emplazados de tal manera
litoral, urbano, rural o de montaña. que se percibe, a la vez, el paisaje real y el
representado, el original y la copia, hasta el
La representación de un paisaje es capaz punto de que uno no sabe muy bien qué mi-
de absorber y al mismo tiempo evocar toda rar primero ni cómo mirarlo, puesto que las
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informe cuatrienal relacionado con el estado y conferencias que tengan en cuenta, ya sea
del paisaje en Catalunya al cual se refiere la en general o por medio de casos específi-
Ley del Paisaje. cos, algún aspecto en particular o problema
relacionado con el paisaje. Asimismo, la co-
La lista provisional de indicadores con los lección Eines incluye normas, instrumentos y
cuales se está trabajando es la siguiente: la métodos para la protección, gestión y orde-
transformación del paisaje, su diversidad, su nación del paisaje. Como su nombre indica,
fragmentación, su valor económico, su cono- Documents es una colección de documentos
cimiento, su sociabilidad, el establecimiento de corta extensión referidos a paisaje que,
de vínculos entre el paisaje y la comunica- debido a su tamaño y tema, no se adaptan a
ción, la satisfacción que otorga el paisaje, la la colección Plecs de Paisatge. Desde junio
aplicación de los instrumentos que señala la de 2009, el Observatorio ya ha publicado los
Ley para la Protección, Gestión y Planifica- siguientes libros: Paisatge y Salut (Paisaje y
ción del Paisaje de Catalunya, y por último la Salud) y Indicadors de Paisatge. Reptes y Pers-
acción pública y privada en el ámbito de la pectives (Indicadores de Paisaje. Retos y Pers-
conservación. pectivas). Los siguientes títulos se publicarán
próximamente: Instruments de gestió i orde-
La estrategia de comunicación del paisaje nació del paisatge a Catalunya i a Europa (Ins-
catalán trumentos de gestión y ordenación del paisaje
en Catalunya y Europa), Els Paisatges sonors
a) La web del Observatorio del Paisaje de Catalunya (Paisajes Sonoros de Catalunya)
y La participació ciutadana en els Catàlegs del
Para facilitar la difusión, capacitación y Paisatge (La participación ciudadana en los
sensibilización en relación con el paisaje, el Catálogos del Paisaje).
Observatorio ha creado un espacio digital 4
disponible en cuatro idiomas (catalán, espa- c) Difusión de información sobre paisaje en
ñol, inglés y francés). Este sitio ha sido creado tres boletines electrónicos
con la intención de ser una fuente de referen-
cia para cualquier persona interesada en el El Observatorio tiene tres boletines elec-
paisaje, además de difundir información rela- trónicos. En primer lugar apareció el Dietari
cionada con las actividades del Observatorio, de Paisatge (Agenda de Paisaje), un boletín
las políticas de paisaje, todo tipo de confe- semanal que desde mayo de 2005 incluye
rencias y demás actividades vinculadas al noticias sobre paisaje publicadas en los prin-
paisaje. Además, la política de comunicación cipales medios de comunicación del mundo,
digital del ente de referencia se pretende in- dirigidas a personas especializadas en pai-
teractiva, en el sentido de establecer vínculos saje y con responsabilidades en su gestión.
con las instituciones europeas e internacio- El segundo boletín, denominado Paisatg-e
nales ocupadas en paisaje y con los propios (Paisaj-e), se creó en septiembre de 2006 y
usuarios del portal. El espacio web también dispone de una difusión más amplia además
da a conocer publicaciones de referencia y de incluir opiniones de expertos en paisaje
estudios universitarios vinculados a temáticas a nivel internacional, noticias relacionadas
paisajísticas. con el Observatorio, importantes novedades
de paisaje a escala mundial, reglamentos,
b) Publicación de libros artículos de interés aparecidos en prensa,
un calendario de actividades, seminarios y
El Observatorio del Paisaje de Cataluña conferencias. La tercera publicación, que gira
tiene dos colecciones de libros bajo el nom- bajo el nombre de Eventos de Paisaje, se creó
bre de Plecs de Paisatge y Documents. La en octubre de 2007. Fundamentalmente, se
primera tiene dos series: Reflexions y Eines. ofrece al usuario una selección mensual de
La primera incluye artículos, estudios, talleres congresos, seminarios, cursos, presentacio-
nes, conferencias y exposiciones, entre otros
eventos seleccionables en todo el mundo,
con un especial énfasis en aquellos que tie-
4 Puede visitarse en www.catpaisatge.net nen lugar en Catalunya.
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 35
Competitiva (o IC) es el término que utilizo te del usuario. Anholt la equipara con la
para describir la síntesis de gestión de marca reputación de lugar, que resulta esencial
con la diplomacia pública y la promoción en el comportamiento y elección final de
del comercio, la inversión, el turismo y la los consumidores. La imagen de marca es
exportación. IC es un nuevo modelo para la un concepto fundamental cuando se ha-
mejora de la competitividad nacional en un bla de naciones, ciudades o regiones.
mundo global, algo que ya está comenzando c) El propósito de la marca: se iguala con la
a pagar dividendos a un importante número cultura corporativa. Según Anholt (2007),
de países, ciudades y regiones, ya sean ricos se considera el equivalente interno de la
o pobres” (Anholt, 2007: 3). imagen de marca. Representa “el espíritu
de la organización”, “la experiencia de la
Lo más sorprendente acerca de la no- marca”, los valores internos compartidos.
ción de identidad competitiva es que Anholt d) El valor de marca: se encuentra en una
(2007a) entiende este proceso de forma no reputación positiva, potente y sólida, que
planificada ni previamente inducida, sino acabará traduciéndose en un reporte eco-
que la concibe de un modo orgánico y/o es- nómico para determinados territorios.
pontáneo, con la firme convicción que señala
que la reputación de un país o de una nación Kavaratzis & Ashworth (2005; 2010)
dependerá de muchos factores (el autor utili- añaden el aspecto relacionado con el posi-
za un hexágono para explicar su concepto de cionamiento de la marca como parte de la
identidad competitiva en el cual se incluyen propuesta de valor comunicada a un público
variables como el turismo, las marcas, la gen- determinado que demuestra una ventaja com-
te, la política, la cultura y la inversión). Por petitiva. Kavaratzis (2005) señala la coexis-
tanto, considera que los procesos de marca tencia de tres modelos de marca de lugar con
asociados a determinadas identidades territo- significados variopintos:
riales deben coincidir con el final de trayecto
(resultado de una buena gestión territorial a) Nomenclatura geográfica: cuando un
previa) y no con el comienzo del mismo, en producto físico toma el nombre de un es-
el sentido de afirmar que un buen manejo en pacio geográfico sin que exista un vínculo
las áreas que se detallan en su hexágono de entre ellos, por ejemplo, el champagne
identidad competitiva supondrá una buena (región de Francia). En este punto, se debe
reputación para un país, una región, una ciu- hacer referencia a geobrands o marcas
dad, entre otros (Huertas, 2010). geográficas, que se concretan en muchos
casos en denominaciones y/o distincio-
Anholt también utiliza el cambio de ter- nes que se unen el ámbito comercial
minología para poner fin a la confusión se- provenientes de menciones explícitas al
mántica inherente a la marca y a la inevitable territorio. En España coexisten las deno-
vinculación con sus connotaciones comercia- minaciones de origen y calidad (DOC) y
les. De este modo, propone un nuevo con- las indicaciones geográficas protegidas
cepto que se separa del marketing tradicional (IGP). De acuerdo con López-Lita y Ben-
asociado al ámbito empresarial. Asimismo, lloch (2006), existen algunas tipologías de
Anholt hace una transposición de intereses de marca asociadas a la naturaleza inherente
los componentes de la marca comercial a la de los lugares. Por esa razón, los espacios
marca de lugares: geográficos que mantienen características
comunes (región mediterránea, región de
a) La identidad de la marca: se relaciona Cantabria, entre otros) o bien la singulari-
con la identidad nacional, a pesar de que dad de determinados lugares relacionados
todas las técnicas de comunicación de con la cultura, la sociedad o la gastrono-
la marca relacionadas con su identidad mía (la Ruta del Vino de la Rioja, entre
visual (logotipo, eslogan, empaque, entre otros) pueden considerarse, del mismo
otros) y su diseño gráfico son poco rele- modo, marcas de territorio.
vantes en el campo de los países, debido b) Cobranding (asociación de marcas) de
a su elevada complejidad. productos y lugares: cuando un produc-
b) La imagen de marca: se convierte en la to físico está asociado con un lugar que
actual percepción de la marca en la men- transmite atributos beneficiosos para la
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 37
Las geografías emocionales pueden ex- branding. En opinión de Kotler (2000) “la
tender su área de influencia hacia aspectos marca debe entenderse a modo de nombre,
relacionados con la geografía, los estudios de término, signo, símbolo o diseño, o bien la
género, los estudios culturales, la sociología combinación de todos ellos, la cual nace con
o la antropología, así como cualquier otra la misión principal de identificar los produc-
disciplina que ayude a entender de qué forma tos y servicios que ofrece un vendedor o gru-
el mundo se encuentra mediatizado por los po de vendedores así como diferenciarlos del
sentimientos (Thien, 2005). resto de la competencia” (Kotler, 2000: 404).
Las marcas tangibilizan determinadas opcio-
En este contexto, las geografías simbólicas nes personales (way of life), desdoblándose,
o la denominada geografía de la emoción, de este modo, de funciones meramente co-
en lo que representa la búsqueda de los merciales. Así las cosas, las marcas devienen
vínculos afectivos de las sociedades con sus sellos de identidad personal, grupal e inclusi-
espacios o la experiencia que proporciona la ve territorial. En este sentido, constituyen la
interacción con el lugar, emerge con fuerza a aportación más importante que el comercio
modo objeto de estudio propio de la geogra- ha hecho hasta ahora a la cultura popular
fía (Davidson et al., 2005). Si a ello se une el (Olins, 2004).
creciente interés procedente del ámbito de
la publicidad en relación al trabajo comuni- Vinculado al concepto de marca se en-
cativo específico con el territorio, se puede cuentra el de identidad de marca, definido
entrever la vinculación disciplinaria actual por Aaker (1996) como “el conjunto de acti-
que se establece entre un ámbito de inte- vos y pasivos vinculados al nombre y al sím-
rés emergente en geografía (geografía de la bolo de la marca que incorporan o sustraen el
emoción) en relación con la proliferación de valor subministrado por un producto o servi-
estrategias comunicativas persuasivas y ante cio a la compañía y/o a sus clientes” (Aaker,
todo emocionales, las cuales habilitan claras 1996: 24). Siguiendo a Marca (2008), el bran-
relaciones entre la comunicación y territorio ding se refiere al proceso de creación de valor
(place branding, destination branding y lands- de marca, mediante la administración estra-
cape branding). tégica del conjunto total de activos y pasivos
vinculados de forma directa o indirecta al
La experiencia emocional del paisaje. nombre o símbolo (isotipo) que identifican a
El landscape branding la marca, influyendo en el valor suministrado.
Por tanto y de algún modo, se ha pretendido
La implementación de procesos de comu- desvincular el concepto branding con el de
nicación que buscan situar a determinados publicidad, desde el sentido más estricto de
territorios en posición de ventaja compara- servidumbre comercial, a pesar de que, como
tiva y competitiva es una práctica común en se verá a continuación, el branding territorial
el seno de las agencias de publicidad. Ello representa un privilegiado mirador a partir del
significa, en un primer nivel de análisis, que cual visionar las más novedosas tendencias
los estándares de trabajo propios del lenguaje de generación de imagen de marca territorial
publicitario se trasladan a la gestión com- a partir de la triangulación de las siguientes
petitiva del espacio, en aras de conseguir la variables: espacio, comunicación y emoción.
mejor imagen de marca posible –en el caso
que aquí ocupa, la mejor imagen de marca El branding aplicado al discurso espacial,
territorial– exaltando, en la mayoría de los representa, por tanto, la máxima expresión
casos, los atributos intangibles de uno u otro de la emocionalización del espacio, y, en
territorio, espacio, paisaje, entre otros. esta misma línea, persigue construir per se,
identidades territoriales de lugares (place
La publicidad, vinculada históricamente branding), de destinos (destination branding),
a la incentivación del consumo de uno u así como un discurso identitario y emocional
otro producto, servicio o mercancía y, por propio derivado de la simbología, del valor
tanto, con finalidades netamente comerciales, y del trabajo específico con el discurso in-
evoluciona, en el caso de la publicidad de tangible del paisaje (landscape branding). En
espacios, hacia un fenómeno relativamente este sentido, y siguiendo a Gunn (1972), se
reciente, el de las marcas y, más aún, el del pueden diferenciar dos componentes princi-
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 39
pales en el proceso de construcción de deter- un trabajo específico con las variables afecto,
minadas imágenes por parte de la sociedad: emoción y sentimiento. Representa, esen-
por un lado, la imagen orgánica, resultado cialmente, la instrumentalización del valor
de experiencias experimentadas en primera simbólico e identitario de los paisajes para
persona por los individuos o bien a partir de pasar a proponer, desde la industria cultural y
la información recibida de fuentes objetivas bajo el marco convulso del posmodernismo,
(películas, artículos periodísticos, entre otros); lo que Nye (2006) denomina como “poder
por el otro, se debe hablar de las imágenes blando”, esto es, la capacidad de alterar el
inducidas, resultado de la creación de fuentes comportamiento de los demás para conseguir
externas tales como la publicidad y en su mo- lo que un individuo o un grupo pretende me-
delo evolutivo, el branding. diante el uso de variadas técnicas de atrac-
ción, sin utilizar ningún tipo de mecanismo
El proceso de landscape branding consis- coercitivo o que represente obligación algu-
te, básicamente, en provocar la emergencia na. En opinión de este mismo autor, el “poder
del mensaje intangible implícito en cualquier blando” surge del atractivo cultural o político
paisaje, mediante el uso de variadas técnicas de un país, entre otras variables, y huye, en
de comunicación, las cuales y en su conjun- todo caso, del histórico “poder duro” aso-
to, utilizan un lenguaje persuasivo y emocio- ciado a prácticas militares y de imposición
nal para llegar a sus públicos. En este sentido, de voluntades. Globalmente, representa el
representa una actual y manifiesta técnica triunfo de la persuasión, de la sugestión y del
de explotación del poder comunicativo del poder de atracción del territorio y más aún
paisaje, trasladando determinados valores de del paisaje, en lo que constituye, claramente,
identidad, personalidad y distinción hacia un la propuesta de un nuevo inventario mental
proceso global de edificación de imagen de de paisaje o, quizá, la explotación, con todas
marca territorial. En efecto, el paisaje, en este sus consecuencias, del “poder blando” de la
contexto, deviene un excelente argumento de representación geográfica (Van Ham, 2008).
comunicación, además de un valioso conte- De este modo, los lugares y los paisajes son
nedor de tendencias, teniendo en cuenta que tratados con estándares propios de marcas
su morfología tangible y su valor intangible corporativas (branding) y no como simples
resultan de lo más útil en el trabajo de reco- productos (advertising).
gida de la esencia patrimonial y cultural de
un lugar. Por tanto, la tarea destinada a la creación
de un valor de marca para un determinado
El proceso de branding implica, precisa- paisaje representa, per se, un trabajo de inte-
mente, apelar al poder de evocación inducida ligibilidad simbólica y emocional. El proceso
del paisaje, para, posteriormente, transformar creativo de edificación de un determinado
su mensaje a niveles de consumo simbólico vestuario para uno u otro paisaje, o, por ex-
y experiencial. En efecto, el estudio del dis- tensión, el proceso de mercadeo con determi-
curso representado, o dicho de otro modo, el nados espacios, sitúa sus orígenes en la pro-
discurso prefabricado o inducido del paisaje, moción del turismo, la que ha evolucionado
el cual persigue otorgar determinados valores hacia manifestaciones más modernas y más
a un espacio, proporciona un amplio abanico propias del lenguaje publicitario, tales como
de posibilidades a partir del trabajo interdis- el destination branding o el place branding. El
ciplinario que se desprende del ámbito de paisaje inducido, la seducción de la marca y
conocimiento específico vinculado a la gene- el triunfo de la representación y, si se quiere,
ración de imagen de marca espacial. de una lectura simbólica premeditada, repre-
senta el trabajo más actual en relación a la
El landscape branding representa, en últi- dualidad paisaje-comunicación. El branding,
ma instancia, una clara tendencia de gestión en este sentido, parece consolidarse a modo
comunicativa de la emoción implícita en de estrategia de comunicación capaz de tan-
cualquier paisaje. Es un ejercicio de inteli- gibilizar el valor simbólico del paisaje, ade-
gibilidad comunicativa de los valores intan- más de canalizar su discurso hacia demandas
gibles que en él se encuentran presentes. Se de experiencias emocionales que la sociedad
trata de un trabajo comercializador de la geo- parece reivindicar para con sus espacios más
grafía del simbolismo, y por ende, representa personales.
40 Revista de Geografía Norte Grande
Por todo ello, el denominado landscape importante vuelco en la gestión de las ciuda-
branding parece aglutinar tres aspectos bási- des, donde la imagen condiciona el resto de
cos abordados a lo largo del artículo: comu- procesos de ordenación y gestión– el desarro-
nicación, paisaje y emoción. Lo que antaño se llo futuro de los territorios.
pretendía conseguir de un modo más o menos
natural a partir de reiteradas interacciones de
la sociedad con sus espacios, lo que permitía,
Consideraciones finales
al fin y al cabo, evolucionar hacia el concepto
En el contexto de la globalización, el cos-
de lugar, en la actualidad se pretende conse-
mopolitismo y la fulgurante circulación de in-
guir de un modo claramente inducido, tal vez
formación, el acercamiento de las personas a
artificial, a través de la comercialización de
los lugares y a los espacios parece producirse
espacios y lugares tal como se llevaría a cabo
en una esfera no estrictamente física o cons-
con cualquier otro bien o servicio. El bran-
tatable, sino que se trata, a entender de los
ding o más concretamente el place branding
autores, de una interacción más bien etérea
o el destination branding representan claras
e intangible, explicable, únicamente, a partir
manifestaciones de comunicación con meri-
de la eclosión, en los últimos tiempos, del
dianos objetivos mercantilistas: la vinculación
simbolismo, el subjetivismo y, en definitiva,
emocional de la sociedad con determinados
la exaltación del estudio de la intangibilidad
espacios. Es el triunfo, en definitiva, de la re-
presentación a escala de la realidad, del artifi- como praxis válida para conocer la naturale-
cio, de la inautenticidad. za de las relaciones existentes entre la huma-
nidad y sus espacios. Este contexto de exalta-
En definitiva, el landscape branding re- ción de la simbología inherente a una lógica
presenta una versión evolucionada del place territorial parece proporcionar un conjunto
branding y, por tanto, implica un trabajo de relaciones duales (geografía y simbolismo,
específico de asociación de valores y emo- espacio e intangibilidad, paisaje y emoción,
ciones que se desprenden de un determinado comunicación y lugar) que invita a adentrarse
paisaje. Se puede definir también como la hacia una introspección académica que per-
manifestación comercial de la expresión “la mita afrontar, con el permiso y con la previa
emoción del paisaje”. En este sentido, una legitimidad otorgada por la revisión de las
identidad de marca territorial y más concre- teorías geográfica y comunicativa, una posi-
tamente de tipo paisajístico, encuentra en la ble teoría comunicativa del paisaje.
gestión de la emoción intangible implícita
en el paisaje, un extraordinario escenario Las denominadas geografías del sujeto,
operativo de posicionamiento identitario de capitalizadas, en muy buena medida, por el
los espacios. Las marcas de territorio –un fe- estudio de la percepción y el humanismo en
nómeno moderadamente reciente– compiten geografía, el escenario posmodernista y la
por la captura de la atención de potencia- perspectiva interpretativa de la comunica-
les usuarios hacia un mercado publicitario ción, parecen proporcionar una fusión de sa-
notoriamente saturado y en un contexto de beres que, de algún modo, facilitan el afronte
marcada competitividad entre ciudades pre- del estudio de la dimensión comunicativa
tendidamente posmodernas y cosmopolitas y del paisaje y, por ende, plantea un modelo
variados destinos turísticos. El branding, que de análisis comunicativo singular, previo a la
pretende un alejamiento explícito de su vo- formulación de una posible teoría comuni-
cación comercial, encuentra en la gestión de cativa del paisaje. Si a todo lo expuesto se le
las geografías simbólicas una extraordinaria añade la observación de las lógicas actuales
razón de ser, una excusa perfecta para provo- de gestión comunicativa vertidas sobre los
car un fenómeno notorio en algunas ciudades espacios geográficos, el argumento irrenun-
europeas y también mundiales: gestionar ciable al simbolismo y a la emoción, y, en
los territorios y su ordenación con criterios definitiva, a los procesos de manufactura con
básicos de generación de imagen de marca los intangibles territoriales, se puede entrever
territorial, esto es, planificar la ciudad para que la relación existente entre la geografía
conseguir determinados logros relacionados (una de las disciplinas que más se ha ocupa-
con una deseada morfología visual, que aca- do históricamente del estudio de los lugares y
bará condicionando –en lo que representa un los espacios) y la comunicación (que parece
La dimensión comunicativa del paisaje. Una propuesta teórica y aplicada 41
constituirse como uno de los saberes idóneos sujeto (geografía de la percepción, geografía
para provocar la emergencia del discurso in- humanística, posmodernismo en geografía,
tangible implícito en cualquier paisaje) puede geografías emocionales) presentan numerosos
resultar de lo más fructífera en aras de rebajar puntos de encuentro con los presupuestos
la considerable complejidad inherente al es- teóricos de la comunicación. En este sentido,
tudio de las variables territoriales no estricta- las tendencias de pensamiento coincidente
mente inventariables. en comunicación y en geografía, sobre todo
en lo que se refiere a la interpretación de
Es cada vez más relevante el papel que vivencias y simbolismos, proporcionan al
desarrolla el territorio como mediador de vínculo paisaje y comunicación amplias pers-
procesos de comunicación, así como en los pectivas de estudio.
procesos de consolidación o creación de
identidades locales, a todas las escalas. Ahí Referencias bibliográficas
es, precisamente, donde el paisaje adquiere
un importante protagonismo, porque este es, AAKER, D. A. Building Strong Brands.
per se, un aparador cultural y un escenario de New York: Free Press, 1996.
lenguajes. Si es verdad que en el espacio se
encuentra el mensaje y, por tanto, el territo- ANDERSON, K. & SMITH, S. Emotional
rio con carga simbólica ejerce la función de geographies. Transactions of the Institute of
transmisor de este mismo mensaje, también lo British Geographers, 2001, Nº 27, p. 7-10.
es que el paisaje adquiere en este proceso un
protagonismo indiscutible. La puesta en mar- ANHOLT, S. Brand new justice: how bran-
cha de una parcela de estudio multidisciplinar ding places and products can help the deve-
que apueste por la inteligibilidad e interpre- lopingworld. Amsterdam: Elsevier, 2005a.
tación del mensaje implícito en el paisaje,
resultado de procesos de retroalimentación ANHOLT, S. Editorial. Place Branding and
con la ciudadanía, tiene claras implicaciones Public Diplomacy, 2005b, vol. 1, Nº 4, p.
a nivel comunicativo. En este sentido, se hace 333-346.
indispensable el inicio de una línea de inves-
tigación que sea capaz de ofrecer una salida ANHOLT, S. Nation brand as context and
fiable a la emergente demanda de estudios reputation. Place Branding and Public Diplo-
que relacionan la comunicación y el paisaje, macy, 2005c, vol. 1, Nº 3, p. 224-228.
en unos momentos en los que el paisaje se
ha convertido en una pieza clave de las nue- ANHOLT, S. Some important distinctions
vas políticas de ordenación del territorio, así in place branding. Place Branding and Public
como también en infinidad de debates sus- Diplomacy, 2005d, vol. 1, Nº 2, p. 116-121.
citados en ámbitos sociales y culturales que
apuestan por la aplicación de la filosofía que ANHOLT, S. Competitive identity: the new
emana del Convenio Europeo del Paisaje. brand management for nations, cities and
regions. Basingstoke: Palgrave Macmillan,
La necesidad de decodificar los significa- 2007.
dos que se atribuyen al paisaje, la interactua-
ción sociedad-paisaje (comunicación intra e ANHOLT, S. Places. Identity, image and
interpersonal) y, más recientemente, los usos reputation. United Kingdom: Palgrave Macmi-
de paisaje a modo de ‘aparador territorial me- llan, 2010.
diático’ en el ámbito, por ejemplo, de la co-
municación publicitaria o del citymarketing, BAILLY, A. La perception de l’espace ur-
deberían servir para plantearse el estudio bain: les concepts, les méthodes d’étude, leur
de lo que, de alguna manera, representa la utilisation dans la recherche géographique.
sugestión del paisaje, de claros tintes emo- Paris: CRU, 1977.
cionales y simbólicos y, por tanto, también
comunicacionales. Por ende, los métodos y BARNES, T. J. & DUNCAN, J. S. Writing
el marco teórico sugieren, también, un plan- worlds: discourse, text & metaphor in the
teamiento epistemológico de tipo cualitativo. representation of landscape. London: Rout-
A su vez, las denominadas geografías del ledge, 1992.
42 Revista de Geografía Norte Grande
NYE, J. Springing tiger. India Today, 2006, TUAN, Y. F. Space and place: the perspec-
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