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La historia de Judit

Judit en el banquete de Holofernes


12:10 Al cuarto día, Holofernes ofreció un banquete, exclusivamente para su personal de servicio,
sin invitar a ninguno de sus oficiales.
12:11 Y dijo a Bagoas, el eunuco que era su mayordomo: "Trata de convencer a esa mujer hebrea
que está bajo tu cuidado para que venga a comer y a beber con nosotros.
12:12 Porque sería vergonzoso que dejáramos partir a una mujer como esta sin haber gozado de
ella. Si no logramos conquistarla, ella se burlará de nosotros".
12:13 Bagoas salió de la presencia de Holofernes, fue adonde estaba Judit y le dijo: "No tenga
reparo esta preciosa joven en presentarse ante mi señor, para ser honrada por él y beber
alegremente con nosotros. Hoy serás tratada como una de las asirias que viven en el palacio de
Nabucodonosor".
12:14 Judit le respondió: "¿Quién soy yo para contradecir a mi señor? Haré gustosamente todo lo
que le agrade, y eso será para mí un motivo de alegría hasta el día de mi muerte".
v15 En seguida se levantó, y se atavió con sus vestiduras y con todos sus adornos femeninos. Su
servidora se adelantó y le extendió en el piso, ante Holofernes, las pieles que Bagoas le había
dado para su uso diario, a fin de que comiera reclinada sobre ellas.
12:16 Judit entró y se reclinó; el corazón de Holofernes quedó cautivado por ella, su espíritu se
turbó y ardía en deseos de poseerla, porque desde la primera vez que la vio, buscaba la
oportunidad de seducirla.
12:17 "Bebe, le dijo Holofernes, y alégrate con nosotros".
12:18 Judit le replicó: "Beberé‚ con mucho gusto, señor, porque desde el día en que nací, jamás he
apreciado tanto la vida como hoy".
12:19 Entonces tomó lo que le había preparado su servidora, y comió y bebió en presencia de él,
12:20 Mientras Holofernes, encantado con ella, bebió tanto vino como nunca lo había hecho en un
solo día desde su nacimiento.

La hazaña de Judit

13:1 Cuando se hizo tarde, sus ayudantes se retiraron inmediatamente. Bagoas cerró la carpa por
fuera, después de hacer salir a los que estaban con su señor, y todos se fueron a dormir, rendidos
porque habían bebido demasiado.
13:2 Sólo Judit quedó en la carpa, mientras Holofernes, completamente ebrio, yacía tendido en su
lecho.
13:3 Judit mandó a su servidora que se quedara fuera de su dormitorio y que la esperara a la
salida como todos los días, porque había dicho que saldría para hacer oración y había hablado en
el mismo sentido a Bagoas.
13:4 Cuando todos ya se habían retirado de la carpa, y no quedaba nadie dentro de ella, ni grande
ni pequeño, Judit, de pie junto al lecho de Holofernes, dijo en su corazón: "Señor, Dios
todopoderoso, mira favorablemente en esta hora lo que voy a hacer para la exaltación de
Jerusalén.
13:5 Ha llegado el momento de acudir en ayuda de tu herencia y de realizar lo que me había
propuesto, para aplastar a los enemigos que se alzaron contra nosotros".
13:6 Judit se aproximó entonces a la barra del lecho que estaba junto a la cabeza de Holofernes,
descolgó de allí su espada,
13:7 y acercándose al lecho, lo tomó por la cabellera y exclamó: "¡Fortaléceme en esta hora, Dios
de Israel!"
13:8 Luego le asestó dos golpes en el cuello con todas sus fuerzas y le cortó la cabeza.
13:9 Hizo rodar el cuerpo desde el lecho y arrancó el cortinado de las columnas. Poco después,
salió y entregó a su servidora la cabeza de Holofernes.
13:10 Esta la metió en la bolsa de las provisiones, y las dos salieron juntas, como lo hacían
habitualmente, para la oración. Atravesaron el campamento y, bordeando el barranco, subieron la
pendiente de Betulia hasta llegar a sus puertas.

El regreso de Judit a Betulia

13:11 Judit gritó desde lejos a los guardias de las puertas: "¡Abran, abran las puertas! Dios,
nuestro Dios, está con nosotros para manifestar todavía su fuerza en Israel y su poder contra
nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy".
13:12 Apenas escucharon su voz, la gente de la ciudad se apresuró a bajar a las puertas, y
convocaron a los ancianos de la ciudad.
13:13 Todos acudieron rápidamente, desde el más pequeño hasta el más grande, porque les
parecía increíble que hubiera vuelto. Abrieron las puertas para recibirlas, encendieron una hoguera
para poder ver y se agolparon alrededor de ellas.
13:14 Judit les dijo en voz alta: "¡Alaben, alaben a Dios! Alaben a Dios, que no ha retirado su
fidelidad del pueblo de Israel, sino que, por mi intermedio, ha destrozado esta noche a sus
enemigos".
13:15 Entonces sacó la cabeza de la bolsa y la mostró, diciendo: "Aquí está la cabeza de
Holofernes, el general en jefe de los ejércitos asirios, y este es el cortinado bajo el cual estaba
tendido completamente ebrio. ¡El Señor lo ha matado por la mano de una mujer!
13:16 ¡Por la vida del Señor, que me protegió en el camino que recorrí! Mi rostro lo sedujo para su
perdición, pero él no cometió conmigo ningún pecado que me manchara o me deshonrara".

Celebración del triunfo de Judit

13:17 Todo el pueblo quedó fuera de sí y, postrándose, adoraron a Dios y exclamaron


unánimemente: "Bendito eres, Dios nuestro, porque hoy has aniquilado a los enemigos de tu
pueblo".
13:18 Ozías, por su parte, dijo a Judit:
"Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía, más que a todas las mujeres de la tierra; y bendito sea
el Señor Dios,creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de
nuestros enemigos.
13:19 Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado y siempre recordarán el
poder de Dios.
13:20 Que Dios te exalte para siempre, favoreciéndote con sus bienes. Porque no vacilaste en
exponer tu vida, al ver la humillación de nuestro pueblo, sino que has conjurado nuestra ruina,
procediendo resueltamente delante de nuestro Dios".
Y todo el pueblo añadió: "¡Amén! ¡Amén!"

Plan de Judit contra los asirios

14:1 Judit les dijo: "Escúchenme, hermanos; tomen esta cabeza y cuélguenla sobre las almenas de
la muralla.
14:2 Después, cuando despunte el alba y se levante el sol sobre la tierra, cada uno de ustedes
tomará sus armas de combate, y todos los que puedan hacerlo saldrán de la ciudad. Pónganles al
frente un jefe como si fueran a descender a la llanura, hasta los puestos de avanzada de los
asirios, pero no bajen.
14:3 Ellos tomarán sus armas e irán al campamento a despertar a los jefes de su ejército. Estos, a
su vez, se precipitarán hacia la carpa de Holofernes y, al no encontrarlo, quedarán aterrorizados y
huirán delante de ustedes.
14:4 Ustedes y todos los habitantes del territorio de Israel los perseguirán, exterminándolos en su
retirada.

Rescatado el 22 de abril desde:


http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/antiguo_testamento/18_judit_03.htm#cap11

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