“La felicidad de tu vida depende de la naturaleza de tus
pensamientos.” - Frase del emperador romano Marco Aurelio El pensamiento es un proceso mental que, de manera consciente o inconsciente, nos permite desarrollar ideas con respecto a lo que evidenciamos en nuestro entorno, lo que tenemos como recuerdos, o las creencias individuales y colectivas arraigadas en nuestra mente.
Podemos decir entonces que con base en lo que vemos, sentimos,
escuchamos y conocemos, se generan nuestros pensamientos. Y que luego los expresamos por medio del lenguaje.
Según algunas publicaciones de carácter científico, tenemos la
capacidad de crear aproximadamente sesenta mil pensamientos por día. La mayoría de manera automática, de contenido muy similar y con tendencia a ser negativos. Y ya sabemos que los pensamientos negativos son una manera de sabotear tu vida, tus objetivos, tus logros.
Muy seguramente ya has escuchado o leído la frase de Mahatma
Gandhi: “Nuestros pensamientos generan palabras, las palabras generan acciones, las acciones generan hábitos, los hábitos generan carácter y el carácter engendra el destino” La buena noticia es, que nuestra mente puede procesar un solo pensamiento a la vez, lo que permite que se pueda revertir los pensamientos negativos y cambiar nuestra forma de pensar, aplicando lo siguiente:
Si cada día tomamos conciencia y empezamos a vigilar nuestros
pensamientos, desechando todo aquello que según el contexto sea negativo y que pueda provocar en nosotros emociones dañinas, tales como tristeza, decepción, rabia, angustia, lo que probablemente desencadene en algún malestar físico, o nos pueda inducir a alguna conducta no adecuada, por causa de algún temor, inseguridad o lo que conocemos como bloqueos mentales, y procedemos a cambiar dichos pensamientos por pensamientos positivos. Y volver estos, nuestros pensamientos habituales, lo que permitirá que ante alguna dificultad podamos pensar en la solución, en lugar de enfrascarnos en el problema. Nuestra mente es la que debe controlar esos pensamientos. Es allí donde surge la voluntad y se fortalece la disciplina, con la decisión de un cambio real. Nos enfocamos entonces en reemplazar las excusas por la búsqueda de resultados, cambiaremos el temor por valor y audacia, eliminaremos todos los bloqueos transformándolos en posibilidades. Una manera de cambiar los pensamientos, es cambiar la percepción de los eventos. Y esto se logra trabajando en un cambio de nuestras creencias mentales. Transformando aquella información que tal vez esté contaminada, por contextos diferentes al que vivimos en nuestra actualidad. Así, al cambiar la percepción, cambia tu reacción… y sin duda esa reacción positiva provocará un cambio en tu realidad. Y aquí tomaremos la frase del célebre autor de “Piense y hágase rico” Napoleón Hill: «Lo que la mente pueda concebir y creer se puede lograr». Porque es allí donde radica el poder del pensamiento: Crear. Todo lo que surge como una idea, se materializa al tomar acción, porque el pensamiento es energía creadora. Y el mundo se ha transformado a partir de esa energía. Por tanto, debemos enfocar nuestra mente a que permita pensamientos positivos: Respeto, Amor, felicidad, alegría. Esto nos recarga de energía. Y para que nuestra mente tenga el control, debemos darle herramientas adecuadas, alimentándola con buena información y creando buenos hábitos. Te sugiero a continuación cuatro de las muchas herramientas que existen, para alimentar tu mente y cambiar tu forma de pensar de manera positiva: Lectura: Existen muchos autores cuyos textos te pueden aportar una visión positiva de la vida, nutriendo tu mente y por ende transformando tus pensamientos. Oración: Independiente de tus creencias religiosas, la oración ofrece la posibilidad de ese dialogo con el universo, con un ser superior, te transmite calma, te provee energía espiritual. Meditación: Te ayuda a enfocarte y te da claridad y paz interior, hace que fluya la información que requieres para solucionar alguna situación que tengas pendiente. Visualizar: Crea en tu mente aquello que quieres para ti, sin límites, sin miedo. Ya sabes lo que dicen: Soñar no cuesta nada. Pero a partir de una idea bien estructurada, con el enfoque adecuado y tomando acción lograrás tus objetivos. Piensa, actúa, crea.