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En Super Capturador confinamos, manejamos y ofrecemos disposición

final de materiales y productos que contienen asbestos

Hoy en día la utilización del asbesto en la industria está prohibida casi


en su totalidad con muy pocas excepciones.

Las fibras de asbesto pueden entrar al cuerpo humano por las vías
respiratorias y con el tiempo destruir el tejido pulmonar.

En casos graves puede provocar cáncer de pulmón, del peritoneo,


pleural y abdominal.

El asbesto se utilizó durante décadas como material de aislamiento


contra el fuego, el calor y el ruido.

Durante los años sesenta, setenta y ochenta se empleaba debido a que


es químicamente estable, no es inflamable, tiene muy buena reducción
de calor y dadas sus cualidades para el aislamiento.

Poco a poco el asbesto fue reemplazado por otras sustancias en


diferentes ramas de la industria.

Hasta los años ochenta el asbesto fue utilizado en la industria del fibro
cemento (uralita).

En la década de los noventa se continúo utilizando en la industria


cementera para la construcción de paneles para fachadas.

Disposición y reciclaje

Los materiales y productos que contienen asbestos no pueden ser


reciclados y deben ser confinados en un lugar especial.

Presentación

Los medios se ocupan muy de vez en cuando de las tragedias que en el mundo
ocasiona el asbesto, esa fibra con propiedades aislantes y muy resistente al calor,
utilizada ampliamente lo mismo en la industria automotriz que en la de la
construcción o de electrodomésticos. En La Jornada se han publicado las
denuncias de la ciudadanía y de los especialistas por el funcionamiento de
empresas que en México elaboran diversos objetos en base al asbesto
ocasionando severos problemas a la salud de los trabajadores y a quienes viven
cerca de las factorías.
En el plano internacional, hace un año se dio cuenta, por ejemplo, de la condena
de un tribunal de Turín, al norte de Italia, contra los directivos de la multinacional
Eternit por haber utilizado asbesto para los materiales de construcción. Un
multimillonario suizo y un barón belga, ex dueños de la compañía, fueron
declarados culpables de causar un desastre ambiental y de salud que provocó la
muerte de más de 2 mil personas y enfermedades en 700 más entre vecinos y
trabajadores. La planta, a 90 kilómetros de Turín, funcionó 30 años y la cerraron
en 1986 definitivamente. Otras fábricas siguen abiertas en Italia.

Otro caso más: en España, la empresa Uralita, a 15 kilómetros de Barcelona,


clausurada hace 15 años, tuvo que pagar 5 millones de dólares a 45 personas
afectadas en su salud por trabajar allí o vivir cerca. Otra más, Getafe, en el País
Vasco, también se vio obligada a pagar 3 millones de dólares a 28 trabajadores y
viudas de empleados de dicha empresa. Pero a pesar de que el asbesto está
prohibido en España desde hace 12 años, otras 5 mil personas están expuestas a
los efectos nocivos de dicho material en el País Vasco. Como lo demuestran los
ejemplos anteriores, la justicia cojea en Italia y España más de lo que se cree.

En México, sufre parálisis total si nos atenemos a las denuncias ciudadanas que
no han sido atendidas por las autoridades. En el país hay unas 2 mil empresas
que elaboran diversos productos en los que utilizan asbesto y en las que trabajan
más de 8 mil personas. Las denuncias de trabajadores y vecinos afectados
chocan contra la sordera de las autoridades de salud y del trabajo. Algunos
especialistas calculan que en nuestro país mueren cada año por lo menos 2 mil
personas por el efecto del asbesto. Pero puede más el poder de los empresarios
(que gastan millones tratando de demostrar que es inofensivo) y la desidia criminal
de las autoridades responsables de garantizar el derecho a la salud.

Contra esa sordera y esa impunidad publicamos este número especial de La


Jornada Ecológica. Incluimos parte de los documentos producidos por las
instancias gubernamentales y laborales de Estados Unidos en los que advierten
sobre el daño que causa el asbesto y la necesidad de proteger a los trabajadores
y a la población en general. Destacadamente a los escolares y los maestros.

Agregamos los documentos elaborados por Fabiola Nieto Hernández y las


consideraciones de varios especialistas. Destacadamente, los resultados de una
de las investigaciones realizadas por la maestra Guadalupe Aguilar Madrid, del
Instituto Mexicano del Seguro Social, y quien ha denunciado en sus estudios con
pacientes afectados por el asbesto, la negligencia de autoridades, legisladores,
empresarios y organizaciones obreras.

Cuando el gobierno anuncia que se protegerá la salud de los ciudadanos, una


forma de demostrarlo es acabando con la impunidad que priva en torno al asbesto,
un producto que hace daño, que mata.
El estudio pionero que muestra
los daños del asbesto en México
Una de las investigaciones más completas sobre el efecto del asbesto en la salud
en México lo realizó la maestra Guadalupe Aguilar Madrid, con la colaboración de
Eduardo Robles Pérez, Cuauhtémoc Arturo Juárez-Pérez, Isabel Alvarado
Cabrero, Flavio Gerardo Rico Méndez y Kelly García Javier*. Tomaron como base
a trabajadores con seguridad social.

Por principio, los especialistas citados sostienen que la exposición ambiental y


ocupacional a asbestos en México ha causado muertes y daños a la salud cuya
magnitud se desconoce. Teniendo en cuenta lo anterior, buscaron identificar la
proporción de casos de mesotelioma maligno pleural (MMP) que pueden ser
atribuidos a la exposición ocupacional al asbesto.

El estudio abarcó a 472


trabajadores con seguridad
social, residentes en el Valle
de México; 119 casos
incidentes y 353 controles. Los
casos fueron confirmados
histológicamente. Se les
interrogó sobre su historia
ocupacional y aspectos
sociodemográficos. La
asignación de la exposición
fue realizada de manera
cualitativa por un experto
higienista.

Los especialistas encontraron


que el 80.6% (96) de los casos y el 31.4% (111) de controles, tuvieron una
exposición ocupacional al asbesto.

Los resultados del estudio demuestran que el uso industrial de todas las formas de
esta fibra cancerígena está generando un aumento de las enfermedades y
muertes por mesotelioma entre los trabajadores mexicanos. Como parte de una
política de salud pública, nuestro país debe por lo tanto prohibir el uso de los
asbestos en todos los procesos productivos para controlar la epidemia y prevenir
la ocurrencia de nuevos casos.

Los argumentos de los investigadores mexicanos

Como señalan la maestra Aguilar Madrid y colaboradores, la exposición a asbesto


está bien identificada desde hace décadas como un riesgo ocupacional y su efecto
cancerígeno sobre el pulmón, la pleura y el peritoneo. El mesotelioma maligno
pleural (MMP) en los países industrializados se origina predominantemente por la
exposición a fibras de asbesto. La Agencia Internacional de Investigación del
Cáncer (IARC) lo ha considerado como cancerígeno desde 1977, y desde 1985 el
Programa Internacional de Seguridad Química (IPCS). Diversos estudios, han
demostrado el impacto negativo de la exposición a la fibra en la salud de los
trabajadores.

En México, el crisotilo o asbesto blanco es el tipo de fibra que ha sido más


utilizada en la industria y representa la fuente más importante de exposición de los
trabajadores. El país importa asbesto desde 1930, pero es en la década de los
setenta cuando se instalan un mayor número de industrias que utilizan estas
fibras.

A pesar de que la amplia evidencia científica internacional demuestra


rotundamente que todas las formas de asbesto son cancerígenas y producen
mesotelioma pleural (el más frecuente), peritoneal y pericárdico, cáncer pulmonar
y cáncer de faringe, y que no existe un nivel de exposición seguro, en México se
desconoce la proporción de estos casos que pueden ser atribuidos a las
exposiciones ocupacional y ambiental, lo que contribuye a que no sean
reconocidos como enfermedad ocupacional. Por ello, los costos de su atención
médica y las pensiones a los trabajadores y sus familias son absorbidos por la
seguridad social y el sistema nacional de salud.

Pese a tantas evidencias negativas, existe una política internacional, encabezada


por Canadá, de seguir revitalizando el uso “seguro” del asbesto crisolito, lo que
implica una clara transferencia de industrias peligrosas a los países menos
industrializados, como México, que cuentan con un débil e ineficiente marco
jurídico para proteger a los trabajadores.

Pero esa política tendrá sus efectos dañinos a la salud y un importante impacto
económico en nuestro país, similar al que se presento en los más industrializados
desde la década de los setenta, como Francia, con una incidencia de entre mil y
dos mil casos por año.

Categorías de exposición cualitativa

Tomando en cuenta la información de la historia laboral y la descripción detallada


de su tarea en cada puesto de trabajo y actividad económica, los investigadores
mexicanos lograron construir una base de datos que hizo posible clasificar a los
trabajadores de acuerdo a su probabilidad de exposición en cuatro estratos: 1.
definitiva: cuando el trabajador refirió una exposición ocupacional directa o
indirecta al asbesto; 2. probable: cuando haya laborado en empresas conocidas
con alto riesgo de exposición al asbesto pero no refirió conocerlas; 3. posible:
cuando lo hizo en industrias conocidas con riesgo de exposición al asbesto pero
no las reportó como conocidas, y 4. no expuesto. Esta clasificación es similar a las
hechas en otros estudios internacionales.
Con la base de datos anterior, un experto en higiene industrial (el cual desconocía
la condición de caso o control de los participantes) comprobó el historial laboral en
cada caso. Con ello, los especialistas se aseguraron de que los datos fueran
codificados ciegamente por puesto de trabajo, actividad económica, tiempo de
inicio y término en cada empleo.

Además de los datos de la historia laboral, el higienista tenía un listado oficial de la


notificación de las industrias importadoras de asbesto a México, proporcionado por
la Secretaría de Comercio a la doctora Aguilar. Ese listado es referido en un
estudio previo (2003), donde se establece que existen más de mil 880 empresas
en México que manufacturaban asbesto en diversas formas. También contaba con
información de la literatura internacional sobre diferentes actividades económicas
y puestos de trabajo con exposición conocida al asbesto. Todo ello le permitió
estimar la exposición en cuatro categorías definidas en el estudio y mencionadas
anteriormente.

Los resultados

De los 119 casos de mesotelioma confirmados por las pruebas histológicas


analizadas por la jefa responsable del Servicio de Patología del Hospital de
Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, se seleccionó una muestra
aleatoria de 33 casos con sus respectivas laminillas, y se les realizó una segunda
lectura, por una patóloga del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de
la Secretaría de Salud.

Se confirmó la concordancia con el diagnóstico de mesotelioma y con el tipo de


mesotelioma (epitelial maligno, sarcomatoide, desiduoide maligno).

De los 42 puestos de trabajo distribuidos en 27 actividades económicas


consideradas con riesgo de exposición al asbesto, la mayor proporción de casos
laboró en la fabricación de otros productos minerales no metálicos. Incluye
ocupaciones en la manufactura de productos con asbesto (tinacos y láminas de
asbesto-cemento, frenos, embragues); o como peones de industrias
manufactureras; o en la industria de la construcción, donde los albañiles y peones
son trabajadores con alto riesgo por la exposición al asbesto.

En el estudio, el 80.6 por ciento de casos y el 31.4 de los controles estuvieron


expuestos ocupacionalmente al asbesto. Los principales resultados están basados
en la categorización de la exposición que se mencionó anteriormente.

Los especialistas afirman que una limitación del estudio es la probable


subestimación del riesgo, debido a que en México los monitoreos ambientales de
asbesto de las empresas no son confiables, ni tampoco están disponibles, ni son
divulgados. Por ello, se utilizó la información de estudios publicados en revistas
internacionales, donde se identifica claramente las industrias con riesgos de
exposición al asbesto.
Pero los resultados muestran una clara relación entre el uso industrial de todas las
formas de asbesto (fibra cancerígena) y el MMP. El incremento del número de
casos de MMP está generando enfermedad y muerte entre los trabajadores
mexicanos. Los pacientes con este cáncer mueren irremediablemente en un
promedio de seis meses, debido a que es muy agresivo, los pacientes llegan en
etapas muy avanzadas del mal, por lo que no se les puede ofrecer tratamiento con
cirugía y la quimioterapia no tiene ningún efecto para detener el avance del tumor.
Es decir que es altamente mortal.

La maestra Aguilar Madrid y


colaboradores denuncian que la
transferencia de esta industria
peligrosa a nuestro país, con la
anuencia de las autoridades de salud
y del trabajo, ha sido también
fomentada por organismos
internacionales. Como el ex
vicepresidente del Banco Mundial,
Lawrence Summers, quien en 1991
propuso que esa institución
estimulara la migración de las
industrias sucias y de los desperdicios
tóxicos hacia los países en desarrollo
por razones de lógica económica que
tenían que ver con ciertas ventajas
comparativas que incluían la
tolerancia que dichos países tienen
con muchas sustancias contaminantes. Y además, por los bajos salarios, los
grandes espacios donde todavía queda mucho por contaminar y la escasa
incidencia de cáncer sobre los pobres (Eduardo Galeano). Tal política
evidentemente tendrá impacto en la salud de los trabajadores y sus familias.

La realidad muestra que Canadá aplica fielmente las recomendaciones de


Summers y es ejemplo lamentable de cómo deliberadamente está exportando
manufacturas peligrosas a México y países menos industrializados. De acuerdo
con los registros de 1994 a 2003, la exportación de mineral de asbesto de Canadá
a México ascendió a 115 millones de dólares, ocupando el quinto lugar como país
receptor del mineral proveniente de dicho país. Hasta ese año, y en los
posteriores, nuestro país está importando un riesgo, un producto que incrementa
cada año los casos de mesotelioma pleural.

Ante tan desalentador panorama, el equipo de investigadores recuerda que en


mayo del 2006 la OMS señaló que: 1) todos los tipos de asbesto causan
asbestosis, mesotelioma y cáncer de pulmón; 2) No existe un nivel seguro de
exposición; 3) sí existen substitutos seguros; 4) la exposición de los trabajadores y
de otros usuarios de los productos que contienen asbesto es extremadamente
difícil de controlar.
Un mes después, en su reunión 95, la OIT adopta una resolución que dice:

a. La prohibición y suspensión de todas las formas de asbesto y de materiales


que contienen asbesto constituyen el medio más eficaz para proteger a los
trabajadores y para prevenir futuras enfermedades y muertes relacionadas
con él y
b. no debería esgrimirse el Convenio sobre el Asbesto de 1986, para justificar
o respaldar la continuación del uso del asbesto. Por ello, solicita que la
directiva de la OIT promueva la eliminación del uso de todas las formas de
asbesto y de materiales que lo contengan en todos los Estados miembros.

A pesar de estas declaraciones, los países exportadores de asbesto, encabezados


por Canadá, Rusia y China, bloquearon los esfuerzos de la Naciones Unidas, en la
reunión de Roterdam para incluir al asbesto crisotilo en la lista de sustancias que
deben estar bajo notificación de su peligrosidad, la cual está teniendo un impacto
muy claro en la vida de nuestra población.

Lamentablemente, en dicha reunión México declaró: “Nosotros apoyamos la no


inclusión del crisotilo, debido a que para México podría ser difícil apoyar esta
decisión”, aún y a pesar de que la Secretaría de Salud tenía conocimiento de la
tendencia al alza (23 a 153) de los casos de MMP; el cual es similar al reportado
en los países europeos, Estados Unidos y China. Según Nicholson et al. (1982) se
estima que por cada muerte por mesotelioma pleural existen 2.3 defunciones por
cáncer pulmonar asociadas a la exposición al asbesto.

En la investigación de los expertos mexicanos, de los 119 casos de MMP


estudiados y confirmados histopatológicamente, el 34.7 por ciento habían fallecido
hasta marzo del 2006; pero sólo en 29 por ciento la causa de la muerte
consignada en el certificado de defunción fue mesotelioma maligno de pleura. Esto
significa que existe un subregistro de mesotelioma de aproximadamente 71 por
ciento en los datos de mortalidad de México; lo que se traduce en que
probablemente debería de haber 500 casos por año.
Conclusiones

La investigación que encabezó la doctora Aguilar Madrid es la primera efectuada


en México de casos y controles en trabajadores, y demuestra una epidemia de
mesotelioma pleural en curso, con 500 casos de mesotelioma pleural al año desde
2010.

Los resultados señalan contundentemente la importancia de la eliminación de la


exposición a todas las formas de asbesto; la necesidad de prohibir su uso y
comercialización en nuestro país. Este principio de prohibición debe ser una
prioridad de las políticas de salud pública con el fin de prevenir la epidemia que se
muestra claramente en los datos de mortalidad nacionales y que es similar a la
reportada en los países más industrializados que iniciaron su uso comercial desde
principios del siglo pasado.

La aplicación de la prohibición del asbesto en México como principio precautorio


de la Declaración de Río sobre el Ambiente y el Desarrollo (1992), debe ser, no
sólo un llamado a la razón de las autoridades de salud; específicamente a la
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y a la
Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) así como a las cámaras de
diputados y senadores, sino a que cumplan con su obligación y compromiso de
vigilar que se cumpla el derecho constitucional a la salud y la vida de la población.
Igualmente, debe ser una medida que detenga la impunidad con la que se
comportan las empresas nacionales y trasnacionales del asbesto que operan en
México, debido a que en los últimos 27 años únicamente cuatro (léase bien: cuatro
en 27 años) casos de mesotelioma pleural han sido reconocidos como
enfermedades ocupacionales.

El impacto social y económico de estas enfermedades y las muertes relacionadas


con el asbesto deben ser absorbidas por las industrias que generan los daños, y
no por las instituciones de salud, como sucede actualmente.

Además, el estudio referido señaló cuales industrias y ocupaciones están en


mayor riesgo de exposición al asbesto. El gobierno mexicano debe por tanto
establecer un programa de vigilancia epidemiológica de estos trabajadores, así
como de las comunidades aledañas a las empresas contaminantes. Así como
invertir en investigación de herramientas para la detección temprana de los casos
y pruebas de escrutinio.

Un claro ejemplo del daño es la historia de la comunidad de Barrientos donde


estuvo instalada desde 1942 la empresa Asbestos de México, SA de CV. Hace 15
años dejó de funcionar y se convirtió en bodegas. La estela de muertes que ha
dejado esta empresa en esta colonia debe ser investigada, pues desde hace 10
años se presenta un incremento de los casos de mesotelioma pleural y cáncer
pulmonar.

También mostró que el bajo nivel de escolaridad de los trabajadores impide que
cuenten con información sobre el riesgo, por lo cual el gobierno debe realizar una
campaña nacional de información a la población sobre los riesgos a la salud por el
asbesto, con el objeto de prevenir y controlar exposiciones vinculadas a su
presencia en edificios, equipos industriales, construcciones con lámina, hogares,
tuberías de agua potable, automóviles y otros productos. Sobre todo cuando ya
existe la posibilidad técnica de sustituir el asbesto para prevenir la epidemia de
mesotelioma que seguirá en aumento durante los siguientes 50 años.

Sin embargo, a pesar de la evidencia del daño a la salud, las empresas siguen
funcionando e inyectándoles capital de nuevos socios. En octubre pasado se
anunció una inversión de más de 300 millones de dólares en el consorcio
mexicano Elementia. Igualmente una nueva cementera: Cementos Fortaleza, la
primera en entrar al mercado en ese ramo en 70 años. La firma competirá con
Cemex, Holcim, Moctezuma y Cruz Azul.

Pero ¿quién es Elementia? La conforman Eureka, Mexalit, Eternit Colombiana,


Eternit Ecuatoriana, Eternit Pacófico, Eternit Atlántico, entre otras. Todas ellas,
responsables de la importación de asbesto a México y América Latina, desde los
años sesenta, cuando ya se sabía de la carcinogenicidad del asbesto y
deliberadamente se instalaron.
Agreguemos que Eureka y Eternit, son parte del consorcio de Stephan
Schmidheiny, juzgado y condenado en Turín a 16 años de prisión por las muertes
de los pobladores y trabajadores de Casale Monferrato, precisamente de las que
se habla en la presentación de este suplemento. El juicio de Turín es parteaguas
en la justicia internacional sobre el tema. Por lo tanto, estas nuevas inversiones
revitalizan el uso del asbesto y perpetúan las muertes por esta fibra cancerígena.
¿Hasta cuándo las autoridades mexicanas y los legisladores lo van a permitir?, se
pregunta la maestra Aguilar.

*1. Unidad de Investigación en Salud en el Trabajo, Instituto Mexicano del Seguro


Social, México.

2. Coordinación de Salud en el Trabajo, IMSS, Distrito Federal.

3. Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Oncología, Centro Médico


Nacional Siglo XXI. Servicio de Tórax y Jefatura de Patología del IMSS.

4. Hospital General del Centro Médico La Raza. Servicio de Neumología.


Correspondencia: Guadalupe Aguilar Madrid.
guadalupe.aguilarm@imss.gob.mx; gpeaguilarm@gmail.com

Unidad de Investigación en Salud en el Trabajo, Instituto Mexicano del Seguro


Social, México, Centro Médico Nacional Siglo XXI. Av. Doctores No. 330 Edif. “C”
1er piso. México, Distrito Federal. Tel. (52-55) 5761-0725.

Nota: los interesados en consultar el estudio completo de estos investigadores,


pueden hacerlo en la edición de American Journal of Industrial Medicine (2009).

Y qué pasa con el asbesto en México?

Fabiola Nieto Hernández


Revista Nuestra Salud
Correo electrónico:
fabiola@nuestrasalud.mx

Fabiola Nieto Hernández,


editora de la revista Nuestra
Salud, sostiene que si bien el
mesotelioma no es un
problema de salud pública
como la diabetes o la
obesidad, “es un tipo de
cáncer fulminante y costoso
que nace de la exposición al asbesto y que, a decir de los expertos, presenta,
junto con la asbestosis y el cáncer de pulmón asociado al asbesto, el
comportamiento inicial de una pandemia, toda vez que su incidencia ya se sale de
la frecuencia con la que se presentaba”.

La también reportera muestra su pesimismo al señalar que “México es uno de los


principales importadores de asbesto y las normas sobre su control sanitario no son
un tema que ocupe a las autoridades correspondientes ni a los legisladores”. Esto,
a pesar de la recurrencia de los casos.

Y como prueba de lo anterior recuerda cómo Genaro Borrego Estrada, presidente


de la Comisión de Salud y Seguridad Social de la Cámara de Senadores le
confesó en 2005 “no tener la menor idea” sobre los daños que ocasionaba el
asbesto en nuestro país. Lo decía cuando ya era un peligro latente y cuando el
índice del mesotelioma a causa del asbesto estaba en franco crecimiento.

Más no para los 29 legisladores entrevistados por Nieto Hernández y que hacen
parte de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados que omitieron declarar
sobre el tema; pero uno de ellos, Janitzio Guzmán, secretario particular del
diputado Marco Antonio García Ayala, le restó importancia al asunto pues “existen
otros temas que tienen mayor impacto”.

Otra cara muestra la realidad: la tasa de crecimiento del mesotelioma ha


aumentado desde 1979 de 23 casos a 153 por año. Pero cabe señalar que existe
un subregistro del 70 por ciento, de donde podemos inferir que el promedio anual
es de 500 casos.

No es de extrañar porque, como le dijo la doctora Guadalupe Aguilar (de quien en


este suplemento ofrecemos un texto especial) a Fabiola Nieto, “México tiene miles
de trabajadores que no saben qué están manipulando, porque las instrucciones y
el contenido vienen en inglés. Aquí se está violando claramente la norma sobre
etiquetados. Tampoco se les capacita para manipular sus uniformes donde
quedan atrapadas miles de fibras. En el peor de los casos, es en sus hogares
donde se lava la ropa de trabajo y es la familia del trabajador quien queda
expuesta”.

Se prohíbe en otras partes, en México no

Las evidencias sobre los daños a la salud que causa el asbesto fueron suficientes
para que más de 50 países lo prohibieran. México no; en el último medio siglo ha
importado más de medio millón de toneladas de ese material. Y por si lo anterior
no fuera ya una desmedida, permite también la manufactura de
impermeabilizantes, sellos, balatas y empaques a más de 180 empresas, entre las
que se encuentran Techno Eterno Eureka SA de CV, Asbestos de México, Mexalit
y Asbestos de Guadalajara.
Por eso, la doctora Guadalupe Aguilar considera que nuestro país es el ideal para
que estas empresas operen gracias a “la flexibilidad regulatoria, ambiental y
ocupacional; a la escasa legislación en materia de seguridad e higiene y su nula
verificación; al desempleo y mano de obra barata; a los incentivos fiscales a estas
empresas y a la gran falta de profesionales de salud ambiental, ocupacional e
investigadores en esta área”.

Una voz discordante

El doctor Francisco Franco Trujillo, ex director del Instituto Mexicano de


Fibroindustrias AC, precisa que se ha demostrado “la baja toxicidad del crisotilo, y
esto es debido a la biopersistencia, es decir, el tiempo que persiste el crisotilo en
el tejido pulmonar, que es de máximo 12 días.

“Mientras que los otros tipos de asbesto, los anfíboles, persisten más de 400 días.
Por razón natural, el permanecer mayor tiempo un cuerpo extraño en el organismo
produce mayor daño, a diferencia del que sólo permanece 12 días. Esto es debido
a su estructura química
diferente a la de los anfíboles.
Esa diferenciación no la han
querido aceptar los
detractores del asbesto, por
motivos que desconozco”,
señala Trujillo.

En este sentido, Aguilar


Madrid aclara que el crisotilo
no puede ser de baja toxicidad
ya que “la Agencia
Internacional de Investigación
del Cáncer (IARC, por sus
siglas en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud, ha
consignado con toda claridad que cualquier tipo de asbesto está en la clasificación
1A, es decir, en la de materiales cancerígenos en humanos”.

Trujillo opina que estas declaraciones son un engaño; invita a revisar el libro
escrito por Christopher Booker y Richard North, Scared to Death: From BSE to
Global Warming, donde se desmenuzan los grandes “fraudes” que se han llevado
cabo en la historia de la humanidad a partir de la explotación del miedo. Uno de
los capítulos es ocupado por el asbesto. No obstante, cabe destacar que ninguno
de los autores es médico o investigador clínico que tengan respaldo de alguna
institución sanitaria que avale lo que se afirman en dicho documento.

Las declaraciones en defensa del asbesto “son falacias que no se pueden


sostener científicamente. En cambio, todos los datos sobre muertes por
mesotelioma, incidencia y comportamiento de la enfermedad se han sustentado en
datos de la IARC”, dice Aguilar Madrid.
Y agrega que: “Detrás de su postura (a favor del asbesto), hay una defensa a
ultranza de los intereses económicos de las industrias mineras canadienses, del
asbesto y de los industriales del asbesto en México, a costa de la salud y la vida
de miles de mexicanos expuestos a esta fibra cancerígena”.

No está de más señalar que la industria del asbesto ha invertido más de 100
millones de dólares en cabildeo y en relaciones públicas que refuercen el comercio
del asbesto. Ese comercio y el uso de tan peligroso material incrementará la
incidencia del cáncer del pulmón y el mesotelioma por muchas décadas”.

Avanza la enfermedad pero no la intervención de las autoridades: Los vecinos de


la delegación Iztapalapa están envueltos desde hace 12 años en una controversia
contra la fábrica de balatas American Roll SA de CV, presunta responsable de la
muerte de cuatro personas a causa del asbesto. Las autoridades federales han
desechado todas las demandas contra esa empresa que tiene una producción
anual de decenas de miles de balatas hechas con este material.

Costos, tratamientos y efectos finales para los pacientes

Según recopilación de Fabiola Nieto Hernández:

 El costo por tratamiento a un paciente con mesotelioma es de 200 mil


pesos.
 Son sólo paliativos porque no hay cura para este mal.
 De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias,
INER, se vuelve una enfermedad cada vez más común.
 El mayor riesgo es el laboral.
 Otros cánceres asociados al asbesto son el peritoneal, pericardio y de
ovario.
 La sobrevida por mesotelioma es de un año con tratamiento, y de cuatro a
seis meses sin él.

Asbestos, bomba de tiempo

Ninguna dependencia gubernamental en México sabe exactamente cuántos


obreros están expuestos al polvo de asbesto y por lo tanto, a sus graves
consecuencias en la salud. Se estima en miles los trabajadores afectados si
tomamos en cuenta al sector informal. Según la OMS, los efectos del asbesto son
una bomba de tiempo que en poco menos de 20 años arrojará miles de enfermos
de un tipo de cáncer grave llamado mesotelioma.

Las enfermedades respiratorias profesionales constituyen el 30 por ciento


de todos los padecimientos relacionados con el trabajo, según el informe de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). De todas estas enfermedades, el
mesotelioma maligno es un tipo de cáncer de la pleura causado por las fibras del
asbesto, es una de las más graves, y su tratamiento de los más costosos.
Asbesto, en donde menos imagina

En México, el asbesto es utilizado para manufacturar más de tres mil productos,


según la Coordinación de Minería de la Secretaría de Economía. Desde la
fabricación de balatas, láminas y
tinacos, textiles, guantes,
impermeabilizantes, elaboración de
las cubiertas para cables eléctricos y
sellos para la industria
manufacturera, así como en la
industria refinadora de azúcar, en las
cubiertas de las calderas de miles de
fábricas, aeropuertos, hasta en
talleres de carpintería, utilizan este
material.

Aunque la Secretaría de Economía


asegura que por cuestiones
ambientales, más que laborales, no
se explota en nuestro país el
asbesto, sí se importa de otros
países para que sea maquilado por
obreros mexicanos. Según cifras
oficiales, México importa asbesto en
fibra y en roca de Brasil, Canadá, Zimbawe y Sudáfrica. De estos cuatro países se
trajeron casi 11 mil toneladas tan sólo entre 2003 y 2004. Después, los productos
hechos se exportan principalmente a Estados Unidos.

La Organización Mundial de la Salud tiene identificado el asbesto como un


elemento cancerígeno desde 1986. En Estados Unidos está prohibido desde
entonces. Sin embargo, México continúa su maquila sin que se tengan programas
de prevención ni información para los trabajadores que están expuestos a este
mineral fibroso. Mucho menos existe una regulación en las empresas que eviten el
contacto directo de los obreros con el material que maquilan.

En los países en desarrollo no se tiene cuantificado el daño de la exposición a las


fibras de asbesto, según el informe de la OIT, por la ineficiencia o la inexistencia
de mecanismos en materia de registro y notificación de los accidentes y las
enfermedades del trabajo. Y porque la gran mayoría de los trabajadores se
encuentran en el sector informal, sobre el cual, debido a su naturaleza, se dispone
de muy pocos datos.

En muchos de estos países, las tecnologías y los procesos utilizados suelen ser
obsoletos e intrínsecamente peligrosos, las medidas de control del polvo
inadecuadas y, por lo general, las concentraciones de polvo respirable son más
altas que los límites de exposición aceptables.
Según la OIT, tan sólo en los países industrializados, como Japón y Australia, y en
los que se encuentran en Europa occidental y América del Norte, se estima que
cada año hay 20 mil casos de cáncer de pulmón ocasionados por el asbesto y 10
mil de mesotelioma.

En los países en desarrollo y en los francamente pobres, el problema es mucho


más grave que en los industrializados, pues son decenas de millones los
trabajadores que se desempeñan en las industrias primarias corrientes, tales
como la construcción y la minería. Según la OIT se teme que entre los próximos
20 a 30 años el asbesto se convierta, en estos países, en una “bomba de tiempo”
para la salud.

En México, estudios como el del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) dados
a conocer en el año 2000, aseguran que 80 por ciento de los casos de
mesiotelioma que se sometieron a revisión por parte del organismo no arrojaron
“ninguna relación directa de estos con la exposición al asbesto de 1991 a 1998”.
Sin embargo, en el sexto informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
2004, sobre “Cancerígenos ocupacionales” y la carga que estos representan a las
naciones, informa que el mesiotelioma maligno está directamente relacionado con
la exposición al asbesto.

La maestra Guadalupe Aguilar Madrid, jefa del Área de Calificación y Evaluación


de las Enfermedades del Trabajo del IMSS, opina que estudios como los del
Instituto Nacional de Salud Pública se realizan “para justificar la presencia en
nuestro país de las grandes transnacionales de la industria del asbesto al decir
que esta fibra en los trabajadores y en población mexicana no produce cáncer”.

El asbesto: enferma y mata

NC Health Hazards Control Unit (HHCU),


Control de Peligros a la
Salud, en Carolina del Norte
Teléfono (919) 707-5950
Fax: 919-870-4808

Asbesto o amianto es el
nombre de un grupo de
minerales que existen en la
naturaleza. Son fibras muy
pequeñas que se inhalan
fácilmente y pueden causar
graves problemas de salud.
Cuando el asbesto pasa al
aire, el respirar las fibras
puede llevar a un mayor
riesgo de cáncer de los pulmones; cáncer del revestimiento del pecho o de la
cavidad abdominal (mesotelioma), y cicatrizado del tejido pulmonar (asbestosis).

Muchos de los productos utilizados en la construcción y los materiales de


aislamiento que se usaban en las viviendas antes de mediados de los años 80 en
los países del primer mundo contenían asbesto. Esos productos y materiales
siguen utilizándose en muchas otras naciones catalogadas como pobres o en vías
de desarrollo. México entre ellas.

El asbesto se convirtió en un producto comercialmente atractivo porque es fuerte,


no se quema, resiste la corrosión y es un buen aislante. En Estados Unidos, su
uso comercial comenzó alrededor de 1900, como aislante en las máquinas de
vapor. Desde entonces se ha usado para crear unos 3 mil productos diferentes,
incluyendo aislantes y materiales a prueba de fuego. El apogeo del uso del
asbesto en las escuelas se dio desde la Segunda Guerra Mundial hasta los años
70.

El término asbesto designa un grupo de minerales naturales fibrosos que han


tenido o siguen teniendo un uso comercial debido a su extraordinaria resistencia a
la tensión, su escasa termoconductividad y su relativa resistencia al ataque
químico. Por estos motivos se utiliza en el aislamiento de los edificios, como
componente de diversos productos (tejas, tuberías de agua, mantas ignífugas y
envases médicos), como aditivo de los plásticos y en la industria automovilística
(revestimiento de embragues y frenos, juntas y amortiguadores).

Las principales variedades de asbesto son el crisotilo (asbesto blanco) y la


crocidolita (asbesto azul). Otras formas son la amosita, la antofilita, la tremolita y la
actinolita.

Los productos comunes que pudieran contener asbesto incluyen:

 Cañerías de vapor, calderas y conductos para hornos aislados con una


manta de asbesto o cinta de papel-asbesto. Estos materiales pueden soltar
fibras de asbesto si se les daña, reparan o quitan incorrectamente.
 Tableros de fibra prensada, cartón grueso y papel que se usan como
aislamiento alrededor de calderas y estufas de leña. Al quitar estos enseres
se pueden desprender las fibras de asbesto y pasar al aire; así como si se
corta, rasga, rompe, lija, perfora o serrucha el aislamiento.
 Juntas para puertas de hornos y estufas de leña o de carbón.
 Materiales para insonorizar o decorar que se aplican con rociador en las
paredes o los cielos rasos. Materiales flojos, sueltos, desmoronados o
dañados por el agua pueden soltar fibras. Lo mismo ocurre al lijar, perforar
o raspar el material.
 Compuestos de resanado y empalme de paredes y cielos rasos y pinturas
con textura. Al lijar, raspar o perforar estas superficies se pueden
desprender las fibras de asbesto.
 Techado, tejas y enchapado de paredes externas de asbesto-cemento.
 Baldosas o azulejos elásticos para pisos (asbesto de vinilo, asfalto y hule),
el respaldo de láminas de vinilo para pisos y los adhesivos usados para
instalar las baldosas. Al lijar las baldosas se puede soltar fibras al aire. Lo
mismo ocurre al raspar o lijar el respaldo de las láminas de vinilo al
quitarlas.

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos oportunamente advirtieron a la


población lo que debía hacer el dueño de una casa cuando en ella hubiera
materiales que contuvieran
asbesto. Por ejemplo, que sea
personal calificado y equipado
para manejarlo el que realice
las reparaciones grandes y
quiten el material. Además,
que las reparaciones menores
y la toma de muestras para
determinar si existe asbesto
también las realice personal
calificado.

Le advierten a la población
que no quite materiales que
pudieran contener asbesto sin
usar el equipo de protección
personal y los controles ambientales apropiados. Que no barra ni sacuda los
muebles o use la aspiradora si hay materiales que pudieran contener asbesto.
Que tampoco serruche, lije, raspe o perfore agujeros en materiales que contienen
asbesto.

Igualmente, que no use abrasivos, lana de acero o cepillos de rasquetas eléctricas


para quitar la cera de un piso de asbesto. Ni lijar o aplanar un piso de asbesto o el
respaldo del mismo. Cuando hay que reemplazar un piso de asbesto, es mejor
instalar el piso nuevo por encima del viejo, si es posible.

En fin, la población debe tomar todas las precauciones posibles a la hora de entrar
en contacto con obras o materiales que contengan asbesto. Y no es para menos
porque se trata de un producto de enorme peligrosidad y que, está demostrado,
causa cáncer. Para mayor asesoramiento e información sobre todo lo descrito
antes, comunicarse con la Unidad para Control de Peligros a la Salud, ubicada en
Carolina del Norte (NC Health Hazards Control Unit), en el teléfono (919) 707-
5950.

A ese teléfono debían llamar todos los días nuestras autoridades de salud, medio
ambiente y trabajo porque en México el asbesto sigue utilizándose en muchas
actividades. Y porque, como veremos más adelante, ocasiona daños a la
población, en especial entre los trabajadores.

Y es que, entre otras cosas, el asbesto es origen de una enfermedad respiratoria


llamada asbestosis, debida a la inhalación de fibras de asbesto. Sobre todo esto
nos ilustra el doctor Avilio Méndez Flores, un divulgador reconocido de los temas
relacionados con la salud pública y muy apreciado en Venezuela, su país de
origen, y en el resto de América Latina.

Según el doctor Méndez Flores, la inhalación de fibras de asbesto puede producir


formación de tejido cicatricial (fibrosis) en el interior del pulmón. El tejido pulmonar
cicatrizado no se expande ni se contrae en forma normal, y tampoco efectúa el
intercambio gaseoso. La severidad de la enfermedad depende del tiempo de
exposición al asbesto y de la cantidad inhalada.

Agrega el distinguido médico que las fibras de asbesto se utilizaban comúnmente


en la construcción antes de 1975. La exposición a este elemento ocurre en las
minas de asbesto, industrias molineras, en construcción, fabricación de
refractarios y otras actividades económicas. En las familias de las personas que
trabajan con el asbesto, la exposición puede ocurrir también debido a las
partículas que llevan en su ropa a la casa.

Y agrega el editor de la revista Temas médicos (www.ciencias-medicas.com) que


las enfermedades relacionadas con el asbesto incluyen: placas pleurales
(calcificación), mesotelioma maligno y derrame pleural. Los mesoteliomas pueden
desarrollarse después de 20 o 40 años de haberse expuesto a ese elemento. En
la actualidad es menos probable que los trabajadores desarrollen esta enfermedad
debido a las regulaciones gubernamentales.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad? Dificultad respiratoria con el


ejercicio. Tos. Opresión y/o dolor en el pecho. El estudio de los pulmones puede
ayudar a diagnosticarla: radiografía de tórax; pruebas funcionales pulmonares;
tomografía computarizada de los pulmones y gammagrafía pulmonar con galio,
entre otros estudios.

El citado especialista advierte que no existe cura disponible, pero es esencial


suspender la exposición posterior al asbesto. Para aliviar los síntomas, el drenaje
postural, la percusión del tórax y la vibración pueden ayudar a eliminar las
secreciones de los pulmones. Además, el médico puede prescribir medicamentos
en aerosol para disolver las secreciones. Es posible que las personas con esta
afección necesiten recibir oxígeno por medio de una máscara o de una cánula
plástica que se inserta en las fosas nasales. Asimismo, ciertos pacientes pueden
requerir un trasplante de pulmón.
El pronóstico depende de la
duración y magnitud de la
exposición. Los pacientes que
desarrollan mesoteliomas
malignos tienen
probablemente un pronóstico
desalentador, con un 75 por
ciento de muerte de los
afectados por la enfermedad
en el curso de un año.

Por todo lo anterior, la persona que ha estado expuesta al asbesto o presenta


síntomas inexplicables debe buscar asistencia médica pues el examen oportuno
mediante la adografía de tórax puede ayudar a prevenir la asbestosis.

El asbesto en las escuelas de Estados Unidos

La Agencia de Protección Ambiental del vecino país (EPA, por sus siglas en
inglés) publicó un documento donde advierte sobre todo lo relacionado con la
presencia del asbesto en las instalaciones escolares de Estados Unidos y que es
aplicable al resto del mundo. Lo hizo conjuntamente con la Asociación Nacional de
Padres y Maestros (PTA, por sus siglas en inglés) y la Asociación Nacional para la
Educación (NEA, por sus siglas en inglés) debido a la preocupación por el asbesto
en las escuelas primarias y secundarias.

El documento es muy útil porque ayuda a los padres de familia y a los maestros a
responder las preguntas y aprender sobre aspectos relacionados con el asbesto
en las escuelas.

Igualmente identifica las responsabilidades de las juntas escolares y demás


funcionarios del sistema educativo para proteger a los niños y empleados de las
escuelas de una posible exposición al asbesto.

Igual que cuando se fuman cigarrillos, cuantas más fibras sean inhaladas por una
persona, mayor será el riesgo de que desarrolle alguna enfermedad relacionada
con el asbesto. Los problemas más graves los sufren algunos trabajadores que
laboraron en industrias donde estuvieron expuestos a niveles muy altos de
asbesto en el aire. Por ejemplo, los de fabricación de barcos.

En Estados Unidos y otros países preocupa el riesgo que los niños y quienes
trabajan en las escuelas pueden enfrentar debido a la presencia de asbesto en
esos sitios, aun cuando los niveles de asbesto sean bajos. Por ello, el Congreso
aprobó el Acta para la Respuesta de Emergencia a los Peligros de Asbesto
(Asbestos Hazard Emergency Response Act - AHERA) en 1986.

Y es que una fibra típica de asbesto es mil 200 veces más pequeña que un cabello
humano. Estas fibras individuales generalmente se mezclan con algún material
que las aglutina, de tal forma que puedan usarse en muchos productos diferentes.
Debido a que las fibras son tan pequeñas y ligeras, pueden permanecer flotando
en el aire durante muchas horas luego de ser liberadas de los materiales que las
contienen. Esto aumenta la posibilidad de que alguien las inhale.

¡Cuidado!, asbesto a la vista

Según la agencia ambiental de Estados Unidos (EPA), existen materiales que


contienen asbesto en la mayoría de las escuelas primarias, secundarias y de tipo
charter de ese país. Se usa generalmente en las escuelas como aislante y en
materiales de construcción. También en baldosas para pisos y cielorrasos, en
tuberías de cemento-asbesto, en papel corrugado para envolver, en aislamiento
acústico y decorativo, en aislamiento de tuberías y calderas y en aplicaciones por
aspersión para prevención contra fuego.

Y aunque los materiales de asbesto intactos e inalterados generalmente no


constituyen un riesgo para la salud, pueden ser peligrosos cuando sufren daño o
deterioro con el tiempo ya que dejan escapar fibras. Si estas fibras son inhaladas,
pueden ocasionar problemas de salud.

En fin, luego de varios años tomando medidas para prevenir enfermedades y


reemplazar con otros productos al asbesto; de elaborar oportunamente planes de
manejo de ese producto en las escuelas, el problema se ha resuelto en parte.
Pero la amenaza continúa. Para ofrecer todo tipo de ayuda hasta existe una línea
de información (hotline) para Asuntos Relacionados a la Ley de Control de
Sustancias Tóxicas (TSCA, por sus siglas en inglés). Es el (202) 554-1409. Y para
obtener información gratuita sobre el asbesto basta llamar al (800) 471-7127.

La EPA hasta tiene un mediador de interés público (ombudsman) que presta


ayuda a los ciudadanos en asuntos relacionados con el asbesto en las escuelas,
contesta sus preguntas y escucha sus inquietudes y quejas. Usted puede
comunicarse con esta oficina llamando al número gratuito: (800) 368-5888.

Métodos adecuados para manejar el asbesto

Las autoridades escolares de Estados Unidos consideran que, en cada caso


específico, se debe elaborar y cumplir un plan especial de mantenimiento que
asegure que los materiales que contienen asbesto están en buenas condiciones.
Éste es el método más común cuando los materiales están en buenas condiciones
al momento de la inspección inicial.
Igualmente, reparar las
tuberías o cubiertas de
calderas –conocidas como
aislamiento del sistema
térmico– dañadas. Rociar el
material con algún agente
sellador para evitar la
liberación de fibras, proceso
conocido como
encapsulación. Colocar una barrera alrededor de los materiales, lo que se conoce
como confinamiento. Remover el asbesto bajo procedimientos especiales.

Por tratarse de una tarea que corresponde a todos (familias, maestros,


estudiantes, trabajadores o cualquier otro tipo de empleado escolar), recuerda que
la presencia de asbesto en una escuela por sí misma no significa que la salud de
sus ocupantes está en peligro. Si es manejado adecuadamente y mantenido en
buenas condiciones presenta un riesgo relativamente pequeño. Por eso, los
reglamentos federales no exigen la remoción de todo el asbesto desmenuzable de
las escuelas sino hasta que el edificio es demolido.

El asbesto en la construcción

Como advierte el Centro de Protección de los Derechos de los Trabajadores (The


Center to Protect Workers’ Rights-CPWR), por ser dañino para los pulmones, en
Estados Unidos está prohibido utilizar el asbesto en muchas cosas. Pero todavía
se hace en la construcción, principalmente en paneles para techos y empaques. Y
los trabajadores todavía se ven expuestos al asbesto durante la remodelación y
demolición. Se encuentra por lo general en materiales viejos contra incendio, tejas,
pisos de vinilo, aislamiento en las tuberías y en algunos productos para carreteras
y tuberías de cemento y refuerzo de cemento.

El CPWR señala cómo miles de trabajadores de la construcción han muerto de


enfermedades ocasionadas por trabajar con el asbesto o por estar cerca de éste
sin protección. Calcula que 10 mil personas morirán cada año durante los
próximos 10 años por haber estado expuestas en el pasado al asbesto. Y es que,
recuerda, las enfermedades ocasionadas por el asbesto pueden tomar hasta 20
años o más en aparecer, una vez que la persona se ha expuesto a cualquier tipo
de asbesto.

El peligro

Quienes corren el mayor peligro de exposición al asbesto son los trabajadores que
instalan aislamientos, los plomeros, los que tienden tuberías y los electricistas y
trabajadores que instalan hojas metálicas. Sin embargo, cualquier trabajador de la
construcción puede estar expuesto durante el mantenimiento, la remodelación o la
demolición de un edificio viejo o una carretera. Algunas veces, las familias también
corren el riesgo, ya que el asbesto puede llevarse a casa en la ropa o los zapatos
de los trabajadores.

El CPWR recuerda que todo edificio construido antes de 1980 en Estados Unidos
puede tener asbesto en el material de aislamiento, contra incendios, pisos,
paredes o techo. Los edificios más nuevos en el techo o el piso. Y advierte que
todo el que va a trabajar con fibras de asbesto debe recibir una capacitación
especial, como exigen diversas agencias gubernamentales.

Los patrones deben pagar la capacitación, la cual puede durar entre uno y cuatro
días. Cabe preguntar si esa capacitación se le brinda igualmente a los
trabajadores ilegales, procedentes de México y América Central y que se ocupan
en la construcción en el vecino país. Como ninguno de ellos pertenece a los
sindicatos que defienden los derechos de los trabajadores estadounidenses, hay
la sospecha de que los inmigrantes no reciben capacitación ni la protección
debida. Un asunto que debía considerarse en las negociaciones bilaterales de
nuestro país con nuestro vecino y socio comercial. Y que igualmente se aplica a
quienes trabajan en los campos agrícolas y están expuestos a diversas sustancias
tóxicas vía los plaguicidas.

En esa tarea, resulta necesaria la participación del Centro de Protección de los


Derechos de los Trabajadores (The Center to Protect Workers’ Rights, CPWR), y
el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (National Institute for
Occupational Safety and Health, NIOSH) que han elaborado reportes sobre los
inmigrantes y las tareas que desempeñan en la construcción y otras actividades
donde pueden estar expuestos al asbesto.

La exposición al asbesto en el mundo

Según estudios confiables, unos 125 millones de personas se encuentran


expuestas al asbesto en el lugar de trabajo. De acuerdo a la Organización Mundial
de la Salud, esa exposición laboral causa más de 107 mil muertes anuales por
cáncer de pulmón. Se calcula que un tercio de las muertes por cáncer de origen
laboral son causadas por el asbesto. Además se calcula que cada año se
producen varios miles de muertes atribuibles a la exposición doméstica.

En su resolución WHA58 sobre prevención y control del cáncer, la Asamblea de la


Salud de la ONU instó a los Estados miembros a prestar especial atención a los
cánceres relacionados con exposiciones evitables, en particular la exposición a
sustancias químicas en el lugar de trabajo. En su resolución WHA60, la Asamblea
de la Salud pidió a la OMS realizar campañas mundiales para eliminar las
enfermedades relacionadas con el asbesto, teniendo en cuenta un enfoque
diferenciado en la reglamentación de sus diversas formas, de conformidad con los
pertinentes instrumentos jurídicos internacionales y los datos científicos más
actualizados relativos a las intervenciones eficaces.
La eliminación de las enfermedades relacionadas con el asbesto tiene dos
componentes principales: la asistencia a los países que siguen utilizando el
crisotilo y la relacionada con las exposiciones derivadas del uso histórico de todas
las formas del asbesto.

Junto con la Organización Internacional del Trabajo, otras organizaciones


intergubernamentales y la sociedad civil, la OMS colabora en la eliminación de las
enfermedades relacionadas con el asbesto. Se parte del principio de que la forma
más eficiente de eliminarlas consiste en detener el uso de todos los tipos de
asbesto; aportar información sobre las soluciones para sustituirlo por productos
más seguros y el desarrollo de mecanismos económicos y tecnológicos para
estimular esa sustitución; la adopción de medidas para prevenir la exposición al
asbesto tanto in situ como durante su eliminación, y mejorar el diagnóstico precoz,
el tratamiento y la rehabilitación médica y social de los pacientes con
enfermedades relacionadas con el asbesto. Finalmente, la creación de registros
de las personas expuestas al asbesto en la actualidad o en el pasado.

Asbestosis
Joel Ortega Villalobos
Medspain
Médico especialista en medicina del trabajo
Instituto Mexicano del Seguro Social
Correo electrónico:
joelortega@cnmmt.org.mx

Consideraciones históricas del


asbesto

En un artículo donde expone la


realidad del asbesto y sus efectos en
la salud, el doctor Ortega Villalobos
recuerda que la palabra con la que
se le designa dicho producto
proviene del latín asbestos y significa
incombustible, inextinguible o
indestructible, se utiliza para
denominar cualquier material que se
fragmenta en fibras. Existe otro
sinónimo: amianto, también del latín amiantus, que significa sin mancha. Hay
designaciones que se utilizan menos, como lino, corcho de montaña y algunas
otras menos comunes.

Hay algunos datos en la historia, las leyendas y la mitología relacionados con el


asbesto. El material se conoce desde la antigüedad y se ha utilizado durante más
de 2 mil años. La mención más antigua del asbesto aparece en el texto griego
Sobre rocas, escrito en el año 300 aC. por Teofrastos uno de los discípulos de
Aristóteles, que la describe como: “una substancia que arde como la madera,
cuando se mezcla con aceite, pero que no se consume”. Se sabe que el asbesto
se extraía en algunas minas de Creta, de donde se transportaba para su uso a
Grecia, Roma y Egipto.

Los antiguos alquimistas referían la procedencia de las extraordinarias fibras del


asbesto, de “los cabellos de míticas salamadras resistentes al fuego”. Plinio
describió sus propiedades, mencionando algunos usos de las telas de asbesto.
Plutarco, las mechas de las lámparas de las vestales elaboradas con asbesta, un
material “inextinguible”. Los romanos tejían mantos para que en la cremación de
sus cadáveres se conservaran puras las cenizas del cuerpo y que no se
mezclaran con las de la leña.

Desde la antigüedad y por sus propiedades el asbesto acaparó la atención de


magos, alquimistas, inventores, reyes, emperadores y guerreros. Se menciona
que Carlo Magno poseía un mantel de fibras de asbesto con el que impresionaba
con actos de fuego a sus huéspedes o comensales, mismo que limpiaba y
blanqueaba con simplemente introducirlo en la hoguera. Durante la segunda mitad
del siglo XIII, Marco Polo visitó minas de asbesto en China describiendo el
proceso de extracción del mineral desde un tipo de roca y descartando así
definitivamente los mitos, eliminando la antigua “teoría de la salamandra”.

No obstante, en la antigüedad el asbesto no se utilizó mucho, sólo se empleó en


pequeñas cantidades. Sin embargo, por las propiedades del asbesto, sus usos
han sido múltiples y muy variados, se han descrito incluso proyectos como el
llamado “libro eterno” que sería eventualmente elaborado con papel de asbesto y
escrito con letras de oro. Durante 1724, Benjamín Franklin, siendo adolescente,
diseñó y manufacturó una cartera tejida de fibras de asbesto, para proteger sus
contenidos del fuego. Se conserva en la colección del Museo de Historia Natural
de Londres.

Así pues, las propiedades físicas de dureza, resistencia e incombustibilidad del


asbesto a lo largo de la historia han estimulado constantemente la imaginación, la
creatividad y el ingenio del hombre quien ha buscado darle diferentes aplicaciones
prácticas para su beneficio.

En 1834, Reino Unido patentó el uso del asbesto en medidas de seguridad. En


1853 se registró la patente británica para adicionar asbesto a los lubricantes. En
1868, los primeros filtros de asbesto y en 1885 se produjeron membranas de
asbesto para procesos de filtración más sofisticados, finos y de mayor calidad.
A finales del siglo XIX fue
necesario el asbesto para
aislar partes de la máquina de
vapor que apareció con la
Revolución Industrial. Desde
entonces la demanda y
producción ha ido en ascenso
y por consiguiente, su
obtención, distribución y uso
se ha extendido a casi todo el
mundo.

Durante la Segunda Guerra


Mundial, la marina
norteamericana lo utilizó en las
cubiertas de sus barcos y portaaviones, en autopartes para los jeeps del ejército,
en las cuerdas y telas de los paracaídas, y en las conchas y estructuras de
bazookas y torpedos. También fue utilizado para los procesos de filtrado
electrolítico para la obtención de oxígeno de las moléculas de agua dentro de los
submarinos. Como aislante térmico y para resistir la fricción como recubrimiento
de los cohetes y naves aeroespaciales lanzados al espacio durante el siglo
pasado.

Posterior a la guerra, su uso se amplió considerablemente, extendiéndose a la


arquitectura. Su resistencia al fuego lo ha hecho útil para su uso en plafones, pisos
y recubrimientos en la construcción. También en valijas de correo, portafolios,
cajas fuertes, equipos de esterilización de instrumental quirúrgico en hospitales
militares de campaña, en contenedores de resistencias y aislantes eléctricos, en
filtros especiales para jugos de frutas, en sistemas de filtración en los procesos de
manufactura de cloro, desinfectantes, antisépticos y otras substancias, en la
manufactura de discos de frenos y balatas automotrices, en recubrimientos
térmicos, acústicos y rodamientos industriales, en la elaboración de talcos, polvos
y algunos otros aditivos.

Antecedentes de la asbestosis

La fibrosis difusa del pulmón se describió primero en 1907, Murray fue el primero
que reconoció la enfermedad e hizo el informe inicial de un caso dentro de un
grupo de cardadores dedicados al hilado de asbesto en Inglaterra. En 1917,
Pancoast y colaboradores hicieron la descripción de los cambios radiográficos; en
1927, Cooke hizo la descripción detallada de la enfermedad y le asignó nombre. El
mismo año, MacDonald llevó a cabo la descripción radiográfica minuciosa.
Posteriormente se mencionó la relación del cáncer broncogénico con la asbestosis
en 1935. Durante 1955, Doll y Breslow, en estudios separados, establecieron la
asociación entre la exposición a asbesto y el cáncer pulmonar.
A partir de 1960 se ha estudiado el padecimiento en la población en general, al
encontrar calcificación pleural entre las familias de granjeros de Finlandia que
habitaban próximas a las minas de asbesto. De 1967 a 1976, Selikof realizó un
estudio de deslinde y correlación del asbesto y el cáncer pulmonar.

También se ha encontrado asociación de la incidencia del mesotelioma de la


pleura en la población general del África del Sur, donde el asbesto denominado
crocidolita es un importante producto minero. Estudios realizados en Londres con
enfermos de mesotelioma reportaron exposición a asbesto y presencia de fibras
de crisotila en los pulmones.

Otra opinión nada optimista ni complaciente


Ayudam Esotelioma, AC
Recursos de Información para
Pacientes de Mesotelioma
y sus Familiares
Correo electrónico:
rapoport.sharon@gmail.com

Se estima que existen mil


500 casos anuales de
enfermedades y muertes
relacionadas con la exposición
al asbesto en México: 500 de
mesotelioma y mil de cáncer
pulmonar. Su
comportamiento, en relación
al aumento del número de casos, es el de una epidemia.

Cuando en 1986 la Organización Mundial de la Salud difunde la alerta sanitaria


explicando que el asbesto causa cáncer, Estados Unidos cerró las fábricas que
trabajan con el material, como resultado de la gran presión de grupos de
trabajadores e investigadores.

Pero nuestro vecino y socio comercial trasladó el riesgo a países como México
aprovechando la laxitud de la legislación en torno al manejo de materiales tóxicos.
Nos convertimos desde entonces en uno de los principales maquiladores de
asbesto proveniente de Canadá y Brasil.

El aumento de la maquila coincide con el marcado aumento de casos de


mesotelioma maligno pleural (MMP) tres décadas más adelante (el periodo de
latencia es de 20 a 50 años).
Gran parte de los trabajadores expuestos al asbesto cuentan con una baja o
limitada escolaridad, lo que les impide leer las advertencias de los empaques del
asbesto, que suelen estar impresas en inglés. Sobra decir que en los lugares de
trabajo es poco común el uso del equipo especial de protección y del
entrenamiento necesario para manejar el asbesto.

El subregistro de casos es un serio problema en el país

Por la dificultad de
diagnóstico, la frecuente
confusión del MMP con
cáncer pulmonar, la dificultad
para obtener datos, la poca
fiabilidad de los certificados de
defunción y la falta de
vigilancia epidemiológica, gran
cantidad de casos quedan sin
registro.

Y esto ocurre cuando la


comunidad científica
concuerda en que no existe
un nivel seguro de exposición
al asbesto, ni un umbral debajo del cual no exista riesgo de mesotelioma.

Productos que contienen asbesto

La siguiente lista le puede ayudar a determinar si el paciente pudo haberse


expuesto al asbesto en su trabajo o a través de un padre o cónyuge que estuviese
en contacto con estos productos.

Algunos de los productos que se mencionan ya no se fabrican con asbesto, pero


solían contenerlo hace décadas.

 Frenos de autos, camiones, trenes, aviones


 Embragues
 Mofles de auto
 Tinacos de agua potable viejos
 Láminas para los techos de las construcciones
 Tuberías de cemento
 Planchas de cemento
 Aislantes de calentadores, aislantes de ductos, de techos, de ruido, y
aislantes eléctricos.
 Empaques para agua y válvulas en refinadoras petroleras
 Impermeabilizantes
 Azulejos
 Chimeneas
 Cortinas para contención de fuego
 Mastique
 Plasta decorativa y acústica
 Estufas (empaques internos)
 Mandiles y guantes de asbesto
 Paños de asbesto (joyeros)
 Exteriores de edificios con asbesto
 Estuco
 Proyecciones de techos (aerosol termal)
 Mortero de ladrillo y de bloque
 Cemento de asbesto en paneles del apartadero y de azoteas

Productos para la construcción que pueden contener asbesto:

 Aislantes rociados (resistentes al fuego, control de condensación, termales)


 Cementos aisladores
 Bloque de aislamiento (silicato de calcio o de magnesia)
 Pisos con asbesto
 Piso de vinilo (forro de papel de asbesto)
 Azulejo de vinilo de asbesto
 Compuesto para nivelar pisos

Acabados y otros productos que pueden contener asbesto:

 Acabados punteados o salpicados


 Aerosol termal
 Yeso o materiales de tablero de yeso
 Asbesto en tuberías
 Tubería de calefacción de agua caliente y vapor
 Juntas (empaques) en empalmes de tubos ensanchados
 Tubería de abastecimiento de agua y líneas de drenaje domésticos
 Líneas sanitarias y de agua pluvial
 Techos con asbesto
 Acabados acústicos y punteados
 Azulejos de techo de barra T
 Azulejos de cemento de asbesto
 Láminas de asbesto
 Áreas de servicio
 Espacio de arrastre (aislamiento en la tubería y en conductos)
 Cuartos de máquina (aislamiento en tuberías, conductos, pisos, techos, y
paredes)
 Aislamiento en cuartos de calderas (tubería, conductos, calderas,
recipientes, incineradores, pisos, techos, paredes)
 Cuartos de ventilación (aislamiento en la tubería, conductos, refrigeradores,
pisos, techos, paredes)

Asbesto en productos misceláneos:

Los siguientes productos pueden contener asbesto:

 Forro de luz incandescente


 Contrafuego
 Mantas y pantallas para soldadura
 Incineradores (aislamiento interno)
 Aislamiento de cables
 Paneles del gabinete de calefacción (con cemento de asbesto)
 Apagadores de fuego
 Generadores de emergencia (aislamiento termal y colector de gases)
 Cinta adhesiva de tela
 Frenos de elevador

Los interesados en obtener más información sobre el tema, pueden recurrir a


Ayudam esotelioma AC. Teléfono 53-50-06-08. O en el correo electrónico:
rapoport.sharon@gmail.com

Prohibido en más de 50 países, en México el asbesto todavía es un material utilizado en


más de 3 mil productos.

Conocido también como amianto o “fibra milagrosa”, este mineral altamente resistente al
calor, la fricción y el desgaste natural, es empleado en tejas, láminas, azulejos, tubos para
drenaje, impermeabilizantes y balatas, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del


Trabajo (OIT) han declarado que todos los tipos de asbestos, incluido el crisotilo, son
cancerígenos, y que no existe un nivel seguro de exposición.

Además, en 1977, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC)


determinó que la inhalación de las fibras de asbesto provoca cáncer pulmonar,
mesotelioma maligno pleural (cáncer de pleura) y peritoneal (cáncer del peritoneo),
cáncer de faringe y de ovario.

La doctora Guadalupe Aguilar Madrid, egresada y profesora en la Facultad de


Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro del Sistema
Nacional de Investigadores, estima que existen 500 casos de enfermedades causadas por
mesotelioma, al año, en el País.

“Hay una epidemia, porque, de haber de 17 a 20 casos (de 1979 a 1997), a partir de 1998
se dispara y empezamos a tener 60; al siguiente año, 70. Y, actualmente, con los estudios
que he realizado, estimo que hay 500 casos. Oficialmente, por datos del Instituto Nacional
de Estadística y Geografía, hay 200 casos por año”, explica.

Adicionalmente, los estudios de Aguilar Madrid señalan que, por cada caso de
mesotelioma hay 2.2 muertes por cáncer pulmonar, lo que crea un total de unos mil 100
fallecimientos anuales relacionados con el asbesto.

El equipo de investigadores, neumólogos y oncólogos que encabeza Aguilar Madrid es el


único en México que estudia la relación del asbesto y el mesotelioma pleural.

Aunque se solicitó a la Coordinación de Salud en el Trabajo del IMSS la información


sobre cuántos casos han sido reconocidos como enfermedad de trabajo, no se obtuvo
respuesta.

Sin embargo, de acuerdo con estudios de Aguilar Madrid, sólo ocho casos han sido
reconocidos por el IMSS, sin que se sepa cuántos ha habido en Pemex, la Marina, el
ISSSTE y la Secretaría de Salud.

Además, la especialista apunta a que debería existir un censo de las empresas importadoras
de asbesto, qué productos se siguen haciendo con este mineral, cuántos trabajadores lo
manipulan y cuánta población se expone indirectamente al inhalar las fibras, ya sea por
lavar ropa contaminada o por vivir alrededor de las empresas que trabajan con asbesto.

Pese a que Francia y Holanda cuentan con fondos para las víctimas del amianto, en
México, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ni
siquiera considera que sea dañino.

“Si bien existen factores de riesgo derivados del contacto constante y prolongado con el
crisotilo, dichos factores pueden ser reducidos si se siguen precauciones, como el
encapsulamiento del material y el no desestabilizar las fibras del mismo”, comenta una
fuente de la Cofepris que pidió el anonimato.

“Toda vez que estas condiciones ya están garantizadas en la normatividad vigente, la


Comisión de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Cofepris no considera necesaria una
prohibición absoluta de este material en tanto que no existan productos sustitutos”.

No obstante, la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) cuenta con una


lista de los sustitutos del asbesto.

Conocer la situación del asbesto en México resulta complicado, pues las instancias
gubernamentales difieren en datos o no proporcionan la información solicitada.

Así, mientras el Instituto Mexicano de Fibroindustrias, A.C. reportó que sólo tiene el
dato de una empresa con licencia de funcionamiento y que está afiliada con ellos, la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) señaló que tiene registradas
28 instalaciones que utilizan asbesto (de las cuales sólo operan 18) y la Cofepris apunta a
que son sólo tres las compañías importadoras de las que esta comisión tiene aviso de
funcionamiento.

Antonio Galván, presidente del Instituto Mexicano de Fibroindustrias, defiende que se


promueva un uso seguro y responsable del crisotilo.

“Los procesos productivos en los cuales se emplea el crisotilo como materia prima están
altamente automatizados y evitan al máximo el contacto con la fibra”, asegura.

“Cumpliendo con la normativa, todos los trabajadores que laboran en la industria son
evaluados médicamente de manera periódica, además de ser capacitados continuamente
en su uso seguro”.

El doctor Luis Argote Greene, cirujano de tórax y oncología torácica, explica que el
asbesto nunca debió haber sido manipulado por el hombre.

“Es un mineral que es cancerígeno. Está prohibido en todo el primer mundo. Pero,
después de que lo prohibieran allá, lo mandaron acá, al tercer mundo”, critica el médico.

Actualmente, los mayores productores de asbesto son Sudáfrica, Rusia, Brasil, Zimbabwe,
China, Italia, Colombia, Grecia, India, EU, Australia, Alemania y Francia.

México lo importa de Rusia y Brasil. Antes también lo hacía de Canadá, pero este país ya
dejó de extraerlo. El especialista lamentó que, a pesar de las recomendaciones
internacionales y de que se ha comprobado científicamente que es cancerígeno, México
siga importando y trabajando con asbesto.

“Es muy grave. Es un problema político, económico y social. No es tan fácil decir: ‘Vamos
a desaparecer todo el asbesto’, pero hay que insistir en que se debe prohibir. A las
compañías hay que darles opciones y un tiempo coherente para que usen los sustitutos”.

Fuente: www.am.com.mx

MANEJO SEGURO Y RECUPERACIÓN DE LOS


RESIDUOS INDUSTRIALES PELIGROSOS
Ing. Efraín Rosales

Resumen

El autor justifica la complejidad de los problemas de los residuos industriales con la


base en la gran diversidad de industrias que existen y de materias primas que ellas
emplean. Establece que un tratamiento adecuado debe considerar las características
propias de cada residuo. Propone el autor que se preste un mayor énfasis a las etapas
iniciales del proceso mediante la recuperación y reutilización del residuo y empleo de
tecnologías limpias, lo que significa reducir al mínimo el residuo. Recomienda que
después de haber agotado las posibilidades de reducir la generación de residuos, se
traten para estabilizarlos y depositarlos en confinamientos controlados, de acuerdo a la
reglamentación vigente.

Introducción

Existen en el país más de 110 diversos tipos de industrias, que utilizan


aproximadamente ocho mil diferentes materias primas y productos terminados con
características físicoquímicas y toxicológicas muy distintas. En los diversos procesos
industriales mezclamos o hacemos reaccionar las materias primas para producir a su
vez nuevos productos y debido a esa actividad se generan diferentes residuos.
Independientemente de las características intrínsecas del residuo, habrá que tomar en
cuenta su concentración para un manejo seguro.

La naturaleza tan diversa del residuo peligroso generado por la industria nacional, nos
conduce a pensar que requerimos igualmente de una diversidad de métodos, que nos
permitan escoger el más adecuado para un residuo particular, de suerte que
dispongamos finalmente del residuo con seguridad y así evitemos que el generador
enfrente responsabilidades futuras. Es por ello, que hablar del confinamiento
controlado como única opción de disposición final, sería una proposición limitante, que
la lesgislación en la materia no contempla ni el generador, quiénes al final de cuentas
el responsable del manejo integral de los residuos que produce en los diferentes
procesos de su empresa.

Al diseñar y construir infraestructura, para el manejo y disposición final del residuo


peligroso, es necesario considerar las diferentes opciones, incluidas las celdas de
seguridad en el confinamiento controlado; métodos físicos y químicos de estabilización;
recuperación de disolventes orgánicos y clorados y de metales pesados;
biodegradación; filtración; centrifugación; uso de lagunas de evaporación; mezclado
con otros residuos para usarse como combustible sustituto e incineración.

Estrategia de manejo de los residuos industriales peligrosos en México

El primer paso consiste en intensificar y estimular la reducción del residuo en la propia


fuente de generación. Una manera de reducir el residuo en la fuente consiste en
recuperar y recircularlo al mismo proceso o usarlo como materia prima en un proceso
diferente. Otra estriba en utilizar el residuo como combustible sustituto, para recuperar
energía.

Cuando sea posible recuperar y reutilizar el residuo, deberemos proceder a


estabilizarlo química, física y biológicamente con tratamientos específicos.

La incineración es otra posibilidad de tratamiento que permite la destrucción del


residuo vía oxidación térmica y que convierte el residuo en gases de combustión y
cenizas. Por último las celdas de seguridad para la disposición final del residuo en un
confinamiento controlado, son la última morada del residuo, dónde quedará enterrado
para siempre de manera estable.
Reducción en la fuente -tecnología limpia

Podemos reducir la generación de residuos en la propia fuente al cambiar las


condiciones de operación del proceso o por el empleo de otro proceso que no genere
residuos peligrosos. Un cambio en el proceso puede ser parcial o total.

Es fundamental encontrar las condiciones de operación que permitan reducir a un


mínimo la generación de residuos peligrosos en la fuente. Por lo tanto, será
indispensable controlar en forma continua temperatura y presión del trabajo, así como
el tiempo de residencia de los reactivos en el reactor y la limpieza de los equipos.

Las operaciones de limpieza o purificación de un producto terminado son ciertamente


puntos de generación de residuos, ya que en cada una de las operaciones unitarias, se
procede a retirar del producto terminado los vestigios de la materia prima, productos
intermedios que se formen, así como aquellos insumos que no intervinieron en la
reacción. Por lo tanto es necesario conocer en detalle las condiciones de operación y
los rendimientos de cada una de las operaciones unitarias, para corregir la excesiva
generación de residuos.

Otra causa de una generación excesiva de residuos es un proceso, se debe a la


prolongación innecesaria de la vida de un catalizador, más allá de su vida útil y a que
no se limpien equipos y recipientes antes de usarlos. Al dar mantenimiento preventivo
y correctivo adecuado a las plantas evitaremos que se generen residuos peligrosos por
falla o fuga en equipos y tuberías.

La instrumentación nos permite controlar las variables de un proceso en un intervalo


dado y por ello es importante calibrar los instrumentos y mantenerlos en buen estado.

Cuando no es posible reducir más la generación de residuos en la fuente, habrá de


recurrir a otras opciones, como pudiera ser su reincorporación directa o después de un
tratamiento, al proceso que los generó o a otros procesos industriales.

La recuperación y el reuso -el reciclaje

Para reciclar un material es necesario, en primer término, recuperar del residuo aquel
material que tuviere algún valor comercial. Son muy variadas las tecnologías
existentes de recuperación de componentes del residuo industrial. Las más comunes
son la filtración, centrifugación, evaporación, neutralización, destilación y algunas otras
operaciones unitarias, que pueden aplicarse por separado o en serie. Cabe hacer notar
que en los procesos de separación siempre se obtendrán residuos, los cuales habrá
que tratar para estabilizarlos.

Es primordial que recordemos que el mercado tiene una cierta capacidad de


reutilización de residuos recuperados y que una sobreproducción crearía problemas
adicionales de almacenamiento, manejo y precio.

El reciclaje consiste entonces en la recuperación, comercialización y reutilización en un


alto porcentaje de la mayoría de los componentes que conforman un residuo industrial
peligroso.
No obstante que se encuentren en operación diez plantas que recuperan disolvente
orgánico y orgánico clorado, los volúmenes recuperados representan todavía una baja
proporción del generado. La misma situación existe con los aceites lubricantes
gastados. Por otra parte, poco se hace para recuperar disolventes en talleres
automotrices y de servicios.

Recuperación de metales

Es una realidad que se recuperan metales del residuo industrial, pero también es cierto
que sólo se recuperan aquellos valiosos por sí mismos o por sus derivados.

En el caso de las baterías automotrices e industriales es necesario recuperar un alto


porcentaje de plomo, pero también hay que reconocer que las tecnologías empleadas
en la actualidad no permiten la recuperación total, y que las escorias contienen de 1 a
3.5% de plomo, lo que las hace peligrosas de acuerdo a los criterios de toxicidad. Por
lo tanto, la recuperación de plomo es costosa debido a que hay que aplicar métodos
especiales de estabilización, solidificación y encapsulamiento de las escorias que
contienen metales tóxicos.

El polvo de acería generado en hornos de arco eléctrico contiene zinc, cadmio y plomo,
en concentraciones que lo hacen tóxico. La tecnología del proceso pirometalúrgico que
se emplea para recuperarlos es adecuada, ya que permite recobrar el óxido de zinc en
grados alimenticio e industrial. El plomo y cadmio remanente forman una escoria
inerte que permite su utilización como material de terracería en caminos o carreteras,
siempre y cuando se mezcle con asfalto o cemento.

Recuperación de fibra de asbesto

La fibra de asbesto friable que se genera como residuo en los diferentes procesos en
los que el asbesto participa como materia prima, puede incorporarse al mismo proceso
que lo generó o puede utilizarse si se le encapsula con cemento o asfalto, en
materiales de construcción.

Mezclado de residuos en combustibles sustitutos

Se logra recuperar energía de los residuos al mezclarlos con otros residuos de buen
poder calorífico, para que sirvan de combustible en los hornos de clinker. Este
procedimiento ya se utiliza en México. El desarrollo de esta alternativa tuvo el respaldo
de la institución gubernamental correspondiente.

Beneficios al reducir y reciclar residuos

La reutilización de los materiales trae como consecuencia una serie de beneficios


económicos y ecológicos. Al reducir la generación de residuos en la fuente se
aprovecha un alto porcentaje de la materia prima y como consecuencia se mejoran los
rendimientos globales y se reduce el ritmo de explotación del recurso natural.

Al reducir el volumen de generación de residuos se evitan gastos que repercutirían en


el costo del producto terminado. Sería imposible competir en un mercado abierto si no
controláramos la generación de residuos.
Es indudable que al reducir la generación de residuos o al recuperarlos, el beneficio
más relevante descansa en la reducción del riesgo de impactar adversamente a la
naturaleza o al ser humano, cuando su manejo es irresponsable.

La sustitución de materias primas y productos de uso intensivo

Poco hemos hecho para que el industrial use tecnologías limpias que permitan fabricar
productos menos contaminantes que los actuales, para que genere una menor
cantidad de residuos o para que los residuos sean menos agresivos a la naturaleza y al
ser humano.

Un ejemplo son los inhibidores de corrosión a base de cromato de zinc, que se usan
como recubrimiento -primer- para proteger superficies metálicas. Estos inhibidores
pueden ser substituidos por compuestos orgánicos totalmente biodegradables.

Los alguicidas y fungicidas que inhiben el crecimiento de algas y que constituyen un


componente de la pintura, son derivados de estaño que podrían ser substituidos por
sustancias menos dañinas.

En la fabricación de plásticos se usan estabilizadores térmicos a base de compuestos


de cadmio y bario, substancias que son altamente tóxicas y que pueden ser
reemplazados con sales de bario y zinc, que son menos contaminantes.

En la elaboración de aceites lubricantes se usa habitualmente como aditivo


antioxidante el butirato de hidroxitolueno -BHT-, que se desprende de la atmósfera
durante su uso. Podría ser sustituido por aditivos que se evaporen difícilmente.

Confinamiento controlado

Conviene que el confinamiento controlado, con infraestructura integral, sea una de las
soluciones para el manejo seguro y responsable de los residuos industriales peligrosos.

El Asbesto y su Impacto en la Salud Pública

¿Qué es el asbesto?

Asbesto es el nombre asignado a un grupo de seis materiales fibrosos diferentes (amosita,


crisolita, crocidolita y las formas fibrosas de tremolita, actinolita, y antofilita) que ocurren
en forma natural en el ambiente. Los minerales de asbesto tienen fibras largas y resistentes
que se pueden separar y son suficientemente flexibles como para ser entrelazadas y también
resisten altas temperaturas. Debido a estas características, el asbesto se ha usado para una
gran variedad de productos manufacturados, principalmente en materiales de construcción
(tejas para techado, baldosas y azulejos, productos de papel y productos de cemento con
asbesto), productos de fricción (embrague de automóviles, frenos, componentes de la
transmisión), materias textiles termoresistentes, envases, empaquetaduras, y revestimientos.
Algunos productos de vermiculita o de talco pueden contener asbesto.

¿Qué le sucede al asbesto cuando entra al medio ambiente?


Las fibras de asbesto pueden pasar al aire o al agua a causa de la degradación de depósitos
naturales o de productos de asbesto manufacturados. Las fibras de asbesto no se evaporan
al aire ni se disuelven en agua. Las fibras de diámetro pequeño y las partículas pequeñas
pueden permanecer suspendidas en el aire por largo tiempo y así ser transportadas largas
distancias por el viento y el agua antes de depositarse. Las fibras y partículas de mayor
tamaño tienden a depositarse más rápido.

Las fibras de asbesto no pueden movilizarse a través del suelo. Las fibras de asbesto
generalmente no son degradadas a otros compuestos y permanecerán virtualmente
inalteradas por largo tiempo.

¿Cómo podría yo estar expuesto al asbesto?

Todos estamos expuestos a pequeñas cantidades de asbesto en el aire que respiramos. Estos
niveles varían entre 0.00001 y 0.0001 fibras por mililitro de aire; los niveles más altos se
encuentran generalmente en ciudades y en áreas industriales.

Gente que trabaja en industrias que fabrican o usan productos de asbesto o que trabajan en
la minería de asbesto puede estar expuesta a altos niveles de asbesto. Gente que vive cerca
de estas industrias también puede estar expuesta a altos niveles de asbesto en el aire.

Las fibras de asbesto pueden liberarse al aire al perturbar materiales que contienen asbesto
durante el uso del producto, demoliciones, mantenimiento, reparación y renovación de
edificios o viviendas. En general, la exposición puede ocurrir solamente cuando el material
que contiene asbesto es perturbado de manera tal que libera partículas o fibras al aire.

El agua potable puede contener asbesto de fuentes naturales o de cañerías de cemento que
contienen asbesto.

¿Cómo puede perjudicar mi salud el asbesto?

El asbesto afecta principalmente a los pulmones y a la membrana que envuelve a los


pulmones, la pleura. Respirar altos niveles de fibras de asbesto por largo tiempo puede
producir lesiones que parecen cicatrices en el pulmón y en la pleura. Esta enfermedad se
llama asbestosis y ocurre comúnmente en trabajadores expuestos al asbesto, pero no en el
público en general. La gente con asbestosis tiene dificultad para respirar, a menudo tiene
tos, y en casos graves sufre dilatación del corazón. La asbestosis es una enfermedad grave
que eventualmente puede producir incapacidad y la muerte.

Respirar niveles de asbesto más bajos puede producir alteraciones en la pleura, llamadas
placas. Las placas pleurales pueden ocurrir en trabajadores y ocasionalmente en gente que
vive en áreas con altos niveles ambientales de asbesto. Los efectos de las placas pleurales
sobre la respiración generalmente no son serios, pero la exposición a niveles más altos
puede producir un engrosamiento de la pleura que puede restringir la respiración.

¿Qué posibilidades hay de que el asbesto produzca cáncer?


El Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS), la Organización Mundial de la
Salud (WHO) y la EPA han determinado que el asbesto es carcinógeno para seres humanos.

Se sabe que respirar asbesto puede aumentar el riesgo de cáncer en seres humanos. Hay dos
tipos de cáncer producidos por exposición al asbesto: cáncer del pulmón y mesotelioma. El
mesotelioma es un cáncer de la pleura o del tejido que envuelve la cavidad abdominal (el
peritoneo). El cáncer producido por el asbesto no aparece inmediatamente, sino que se
manifiesta después de varios años. Los estudios en trabajadores sugieren también que
respirar asbesto puede aumentar las posibilidades de contraer cáncer en otras partes del
cuerpo (estómago, intestino, esófago, páncreas y los riñones), aunque esto es más incierto.
La identificación y el tratamiento tempranos de todo cáncer pueden aumentar la calidad de
vida y la sobrevivencia de la persona.

La combinación de exposición al asbesto y al humo de cigarrillo aumenta


considerablemente las posibilidades de contraer cáncer del pulmón. Por lo tanto, si usted ha
estado expuesto al asbesto, debería dejar de fumar. Esta puede ser la acción más importante
que usted puede tomar para mejorar su salud y disminuir el riesgo de contraer cáncer.

¿Cómo puede el asbesto afectar a los niños?

No sabemos si la exposición al asbesto producirá defectos de nacimiento u otros efectos


sobre el desarrollo en seres humanos. En animales expuestos al asbesto no se han
observado defectos de nacimiento.

Es probable que los efectos sobre la salud de niños expuestos a altos niveles de asbesto sean
similares a los observados en adultos.

¿Cómo pueden las familias reducir el riesgo de exposición al asbesto?

En general, los materiales que contienen asbesto que no son perturbados o dañados no
constituyen un riesgo para la salud y por lo tanto pueden dejarse sin tocar. Si usted
sospecha que puede estar expuesto al asbesto en su hogar, contacte a su departamento
estatal o local de salud o a las oficinas regionales de la EPA para averiguar como examinar
su hogar y como encontrar una compañía con experiencia para remover o contener las
fibras.

¿Hay algún examen médico que demuestre que he estado expuesto al asbesto?

Los niveles bajos de asbesto pueden medirse en la orina, las heces, líquidos mucosos o en
lavados pulmonares de la población general. Los niveles mayores que el promedio de fibras
de asbesto en tejidos pueden confirmar la exposición, pero no pueden predecir si le afectará
la salud.

Para evaluar enfermedades relacionadas a la exposición al asbesto se necesitan una historia


completa, examen físico y pruebas de diagnóstico. La radiografía del pecho es la mejor
herramienta para detectar cambios en los pulmones que resultan de la exposición al asbesto.
Pruebas de función pulmonar y sondeos computarizados en tres dimensiones del pulmón
también ayudan en el diagnóstico de enfermedades relacionadas al asbesto.

¿Qué recomendaciones ha hecho el gobierno de los Estados Unidos para proteger la


salud pública?

En 1989 la EPA prohibió todo nuevo uso del asbesto; los usos establecidos con anterioridad
a esta fecha todavía se permiten. La EPA estableció reglamentos que requieren la
inspección de escuelas para verificar si hay o no asbesto dañado, y para eliminar o reducir
la exposición ya sea removiendo el asbesto o cubriéndolo. La EPA reglamenta la liberación
de asbesto de fábricas y durante demolición o renovación de edificios para prevenir que el
asbesto pase al ambiente.

La EPA ha propuesto una concentración límite de 7 millones de fibras por litro de agua
potable para fibras largas (5 µm de longitud o más). La Administración de Salud y
Seguridad Ocupacional (OSHA) ha establecido límites de 100,000 fibras con longitudes de
5 µm o más por metro cúbico de aire en el lugar trabajo durante jornadas de 8 horas diarias,
40 horas semanales.

Fuente

Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades. (ATSDR ). 2001. Reseña


Toxicológica del Asbesto (en inglés). Atlanta, GA: Departamento de Salud y Servicios
Humanos de EE.UU., Servicio de Salud Pública.
http://www.atsdr.cdc.gov/

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