Está en la página 1de 2

* * * UNA CARTA PARA MI MISMA, CUANDO SIENTO QUE TODO VA MAL EN MI VIDA * * *

Si alguna vez dudas acerca de lo que puedes lograr, por favor recuerda tu momento más difícil y
bastará para que sientas que puedes con el mundo entero.

Ya hemos pasado por esto, recuerda tres cosas: tranquila, te amo y todo pasa, este momento
también pasará.

Has recorrido un largo camino, viviste cosas que jamás, ni en el sueño más remoto imaginaste,
pasaste por los momentos más bonitos y complicados de tu vida, así que no hay razón para entrar
en pánico, eres fuerte y cada día lo serás un poco más.

Te admiro mucho, tanto que eres mi orgullo más grande, sé lo que has pasado y que cada día, uno
a uno intentas ser la mejor persona posible, todo lo demás es secundario; si alguna vez dudas
acerca de lo que puedes lograr, por favor recuérdate en ese que fue tu momento más difícil y
bastará para que de nuevo sientas que puedes con el mundo entero, porque hasta hoy no conozco
persona más fuerte y decida que tú, cuando te lo propones.

Vive este momento, no como un castigo ni algo desafortunado sino como una oportunidad, tú
más que nadie sabe que nada es eterno así que toma lo que necesites, aprende lo que pueda
servirte para después y fluye con la vida, recuerda que el miedo, la tristeza, el dolor, la rabia y la
desesperanza también son parte de ella y de ti, entre más resistas más duele así que dales
oportunidad y las gracias por lo que vinieron a enseñarte, luego déjalos ir.

Eres humana, permítete equivocarte y caer, llora si lo necesitas y muéstrate frágil, que hoy estoy
convencida que eso es fortaleza, y no es malo; recuerda ser humilde, que exigirte perfección es
arrogancia.

No te reproches jamás el confiar en la gente, dales una oportunidad cuando lo creas prudente y
confía en tu instinto cuando te diga que no; si alguien hace algo que te lastima recuerda dos cosas,
son humanos igual que tú y si se equivocaron comprende, pero si lo hicieron con intención solo
déjalo ir, entiende que no hay algo malo contigo y sus decisiones no te pertenecen ni tienen que
ver con tu valor, no siempre eres la indicada para toda la gente y eso está bien, entonces suelta y
continúa.

Agradece siempre, nada ni nadie pasa por tu vida sin tener una misión en ella, sé receptiva y
mantente dispuesta a aceptar lo hay para ti, suelta aquello que ya no encaja más y mantén las
manos abiertas para lo que viene, pero no te aferres a lo que duele o no funciona, que ocupa el
espacio de cosas mejores.

Quiérete tanto que solo permitas para ti lo mejor, rodéate de todo lo bueno, personas, momentos,
lugares.

Recuerda lo infinitamente feliz que has aprendido a ser en tu propia compañía, y si en algún
momento alguien quiere entrar a tu vida, asegúrate que supere eso, porque para menos, ya no
estás.

Recuerda de dónde vienes y ten claro a dónde vas, pero si en algún momento no lo sabes, disfruta
entonces de explorar las posibilidades, a veces encuentras lo que no sabías que buscabas.
Ama tu pasado, abrázalo y agradécele, que tiene mucho que ver con quien eres hoy, pero céntrate
especialmente en tu presente, que es mucho de lo que serás mañana.

Siente mucho, has mucho, da mucho, ama mucho, arriesga mucho y siempre, siempre, ganarás en
mayor proporción.

Sé fiel a ti, no temas decir ‘no’ cuando así lo sientas, de cualquier forma nunca se acaba de
complacer a los demás; pero sobre todo, apasiónate por lo que haces y llena tu vida de ‘sí’, sí voy,
sí quiero, sí puedo, sí lo hago, sí aprendo, sí… ¡Vivo!

Ama a los demás, sean familia, amigos, conocidos o pareja, pero sobre todo ámate a ti, recuerda lo
que aprendimos y es ‘no romperse en pedazos para mantener a los demás completos’, tal vez la
lección más liberadora del mundo fue cuando nos quedó claro que cada persona es tan grande y
completa que para ser feliz le basta con ella misma, entra a la vida de los otros para hacerla un
poco mejor, vive con ellos, pero siempre para ti; estar rodeada de amor y personas mejora mucho
la vida, pero tengo la certeza de que hasta el día de hoy tu más grande y bonito descubrimiento
fue saber que eres una mujer completa, que aquello que necesitas está ahí, dentro de ti y que
definitivamente, cada día tienes la posibilidad de ser la mujer más feliz de tu vida.

Te amo incondicional, sincera e infinitamente, estoy aquí contigo y solo quise recordarte que esta
es nuestra aventura, hagamos que valga la pena el viaje.

Sonríe, que me encanta cuando lo haces, y recuerda ‘qué bonita estás y debes ser feliz....

(El despertar de la conciencia)

También podría gustarte