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Elasticidades de

demanda

La elasticidad de demanda es la medida de la sensibilidad


de la cantidad demandada de un bien ante cambios en
sus factores determinantes (Torres Galvis, 2010,
http://goo.gl/E0C28T).

En el caso de la elasticidad con respecto al precio, si la


elasticidad resulta (en valor absoluto) mayor que 1,
decimos que la demanda es elástica, es decir, reacciona
más que el cambio porcentual en el determinante; si es
igual a 1, decimos que tiene elasticidad unitaria; si resulta
menor que 1, decimos que es inelástica.
En primer lugar conocemos que los bienes con sustitutos
cercanos tienden a tener demandas más elásticas, ya que
es más fácil cambiar de un bien a otro. Por ejemplo, la
manteca y la margarina son fácilmente sustituibles. Un
pequeño incremento en el precio de la manteca,
suponiendo que el precio de la margarina se mantiene
constante, hace que la cantidad vendida de manteca
disminuya en gran porcentaje. Por otro lado, como los
huevos son un alimento sin un sustituto cercano, la
demanda de huevos es menos elástica que la demanda
de manteca. Asimismo, es posible establecer algunas
reglas generales acerca de lo que influye en la elasticidad
precio de la demanda.

Analicemos a continuación cómo tiende a ser la


elasticidad frente a bienes de primera necesidad y qué
valores asume cuando se trata de bienes de lujo. Los
bienes de primera necesidad tienden a tener demandas
inelásticas, mientras que los bienes de lujo se
caracterizan por tener demandas elásticas. Cuando el
precio de la atención médica aumenta, las personas no
suelen reducir drásticamente el número de veces que
acuden a una consulta profesional, aunque sus visitas
pueden volverse menos frecuentes. En cambio, cuando el
precio de los veleros aumenta, la cantidad demandada de
veleros disminuye sustancialmente. La razón es que la
mayoría de las personas que acude a un médico lo hace
por necesidad, mientras que comprar veleros es un lujo.
El hecho de que un bien sea una necesidad o un lujo no
depende necesariamente de las propiedades intrínsecas
del bien, sino de las preferencias del comprador.
En tercer lugar, la elasticidad de la demanda en un
mercado depende de cómo se trazan los límites del
mismo. Mientras más definido sea el mercado, tenderá a
tener demandas más elásticas que los mercados en un
sentido más amplio, ya que se vuelve más fácil encontrar
sustitutos cercanos para los bienes de mercados más
estrechos. Por ejemplo, la comida, una amplia categoría,
tiene una demanda inelástica porque no hay buenos
sustitutos. El helado, una categoría mejor definida, tiene
una demanda más elástica porque es fácil sustituir por
otros postres. El helado de chocolate, una categoría aún
más estrecha que la del helado, tiene una demanda muy
elástica debido a que existen otros sabores que son casi
perfectos sustitutos de éste.
En cuarto lugar, nos interesa analizar el horizonte
temporal. Los bienes tienden a tener demandas más
elásticas mientras más largo sea el horizonte de tiempo.
Cuando el precio de la gasolina aumenta, la cantidad
demandada de gasolina cae ligeramente en los primeros
meses. Después de un tiempo, las personas compran
automóviles que gastan menos gasolina, usan el
transporte público o se mudan a un lugar más cercano al
trabajo, por lo que, después de unos años, la cantidad de
gasolina demandada cae sustancialmente.

Cálculo de la elasticidad
Elasticidad con respecto al precio
En primer lugar indicaremos cómo se obtiene el
coeficiente de la elasticidad precio. La elasticidad con
respecto al precio mide la reacción o respuesta
porcentual de la cantidad demandada ante cierto cambio
porcentual en el precio del bien. Siempre su resultado es
un número negativo (ya que opera la ley de la demanda).
Para analizar si la demanda es elástica, unitaria o
inelástica, consideraremos el valor absoluto del
resultado, es decir, tomaremos el número, prescindiendo
de su signo.
La fórmula que se emplea es la siguiente:
Figura 13: Elasticidad con respecto al precio

Una pregunta que nos podríamos hacer luego de


observar la fórmula es qué cantidad demandada (la inicial
o la que surge como reacción al cambio de condiciones) y
qué precio (el inicial o el que sufrió la modificación) se
deben utilizar para el cálculo. Debido a que es mejor
disponer de una medida en los valores intermedios de
tales magnitudes, se opta por calcular tanto la cantidad
promedio como el precio promedio.
Realiza el siguiente cálculo para un ejemplo:
Supón que cuando el precio del kilogramo de azúcar es de
$ 2, la cantidad demandada por día es de 200 kilogramos,
mientras que si el precio se duplica, la cantidad que los
consumidores están dispuestos a comprar es de 60
kilogramos por día.

1. Analizar la siguiente tabla.


Precio por kg de Kg. de azúcar
azúcar demandados por día
$2 200
$4 60

2. Interpretar la elasticidad precio promedio de la


demanda de dicho bien.
Figura 14: Elasticidad promedio de la demanda

Cambio en cantidad demandada 60-200 -140


Cantidad demandada (200+60)/2 130 1,07 1,61
Cambio en el precio 4-´2 2 0,67
Precio (2+4)/2 3

Si dejamos de lado el signo negativo, vemos que en valor


absoluto la elasticidad es superior a 1; por lo tanto, la
demanda es elástica con respecto al precio. Esto quiere
decir que cuando el precio aumenta en cierta
proporción, el cambio en la cantidad demandada se
vuelve proporcionalmente mayor. Con más precisión, el
valor del coeficiente de la elasticidad señala en este
ejemplo que cuando el precio aumenta en un 10 %,
entonces la cantidad demandada cae en un 16,1%.

Elasticidad con respecto al ingreso


También es posible calcular la sensibilidad de la
demanda ante cambios en el ingreso de los
consumidores. En este caso, pueden ocurrir dos
resultados habituales, según el tipo de bienes que
estemos analizando. Hay bienes como, por ejemplo, los
alimentos básicos, especialmente algunos de los cuales
no tienen un valor nutricional importante, cuya
demanda disminuye si el consumidor mejora sus
condiciones de ingreso. Al ser relativamente más rico
que antes, tiende a no consumirlos, ya que puede ahora
reemplazarlos por otros mejores. Este tipo de bienes se
denomina “bienes inferiores”. Por el contrario, hay otros
bienes cuyas demandas aumentan cuando el ingreso de
los consumidores crece: la demanda de vacaciones, de
mejores automóviles, de vestimenta de mejor calidad o
marca, etcétera. A este tipo de bienes se los denomina
“bienes normales”.
Para resumir, los bienes inferiores son aquellos cuya
demanda es más reducida cuando el ingreso de los
consumidores crece, y viceversa. Los bienes normales
son aquellos cuya demanda es más elevada conforme
aumenta el ingreso, y viceversa.
Veamos cómo el cálculo de la elasticidad de la demanda
con respecto al ingreso (también llamado “renta”, en
economía) nos brinda información para poder clasificar
los bienes en normales e inferiores. A continuación
indicamos la fórmula que se debe emplear. En este caso,
observaremos el signo de elasticidad (que nos indica el
tipo de bien) y el valor (que nos indica el grado de
reacción ante la modificación en el ingreso: elástica,
unitaria o inelástica).
Figura 15: Elasticidad ingreso

Teniendo en cuenta la ecuación anterior, se conoce que


si la elasticidad ingreso resulta positiva, el bien es un
bien normal, mientras que si resulta negativa, el bien es
inferior.

Elasticidad cruzada (con respecto al precio de otros


bienes)

Finalmente, consideraremos la elasticidad cruzada de la


demanda, es decir, la sensibilidad de la demanda ante
cambios en el precio de ciertos bienes relacionados.
Figura 16: Elasticidad cruzada

Cambio en cantidad demandada del bien X


Cantidad demandada del bien X Cambio porcentual en la cantidad demandada del bien X
Cambio en el precio del bien Y Cambio porcentual en el precio del bien Y
Precio del bien Y

Si la elasticidad cruzada resulta positiva, los bienes son


sustitutos; si resulta negativa, los bienes son
complementarios.
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