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Graham Shipley

EL MUNDO GRIEGO DESPUÉS DE ALEJANDRO 323-30 a. C

Los Reyes y las ciudades


La autora considera a los reyes y las ciudades como dos elementos principales del periodo.
Los nuevos centros de poder surgieron en la persona de los reyes pero las ciudades
antiguas no se quedaron de lado.
Los cambios políticos del periodo 338-276 implicaron graves consecuencias para las viejas
ciudades-estado de Grecia. La realeza era condenada moralmente para las poleis arcaicas
y clásicas durante el periodo de la llamada edad oscura (c. 1100-c. 900 a. C).
En Esparta, sus dos reyes eran ciudadanos comunes.
Los Persas tenían reyes bárbaros que encarnaban lo peor de un poder único irresponsable
(Jerjes y sus sucesores)
La ciudad- estado, fuera democrática u oligárquica, fue fundada en base al debate abierto
de grupos pequeños o grandes de ciudadanos.
El renacimiento de la realeza no fue compatible con el modelo ideal de polis (autónoma y
suficiente) formulado por Aristóteles; varias ciudades griegas como las de Asia menor
coexistían con un régimen monárquico como los de Lidia y Persia pagando un tributo
monetario. También en el Norte, ciertas ciudades habían tenido que encontrar un acuerdo
con los reyes macedonios. === Estos acuerdos eran comunes en el período Helenístico, las
ciudades y los reyes no podían enemistarse ya que eso podía traer graves consecuencias.
La imagen de los reyes ante sus súbditos también representaba el cambio y la continuidad.
Las comunidades griegas necesitaban limpiar esa mala imagen que tenía la monarquía. Los
Reyes usaban códigos simbólicos con su imagen como monedas, estatuas y documentos
escritos, por su parte la ciudad hacía lo mismo en sus peticiones y honores.
Los Reyes afrontaban tres problemas particulares:
● Las poleis habían sido gobernadas por ciudadanos conocidos por sus
conciudadanos, mientras que los nuevos gobernantes eran desconocidos y políticos
principiantes.
● Las antiguas autoridades estaban sancionadas por las "constituciones ancestrales",
mientras que los conquistadores militares tenían que crear su propia legitimidad.
● Las poleis eran centros urbanos con territorios pequeños, mientras que las zonas
controladas por los reyes se extendían sobre vastos territorios.
Los reyes aprovechaban el lenguaje de la representación visual y ceremonial,
beneficiándose también indirectamente de las representaciones literarias. También usaban
la imagen pública de las familias, incluidas las mujeres (formaban cortes), que eran
ciudadanos de élite que podían ser canales directos o indirectos de comunicación con el
Rey. El rey también se beneficia de la comunicación con sus súbditos.

El culto y el ceremonial
Culto al soberano=| era común y habitual, había una resignificación religiosa entre las
comunidades y sus amos.
Fin presente ✓ comienza con la ecuación entre Alejandro y el dios egipcio Amón (Alejandro
en su frente tenía cuernos sagrados) representación en las monedas de Ptolomeo.
Los reyes podían modificar su imagen pública adoptando como patronos a dioses o
antepasados divinos. Por ejemplo: las monedas de Atalo I llevan los cuernos del toro como
símbolo de Dionisio.
La imagen del rey podía ser reforzada también con un apellido o un apodo, a veces el
nombre era descriptivo, un reconocimiento al éxito militar, o también podían ser sátiras o
apreciaciones populares.
Insignias exteriores de la realeza: no se elaboraban según cánones de realeza europea
moderna. El único emblema exclusivo era la diadema (banda de color blanco).
Se diferenciaban no por su vestimenta sino por su estilo de vida, hacían un banquete
(donde asistían solo hombres) "el symposion" donde se hablaban temas de política. Se
hacía visible la riqueza del Rey.
Las ceremonias públicas consistían en festividades y manifestaciones a lo grande,
financiadas con los recursos del propio monarca o realizadas en su honor. La tradición
griega censura el lujo excesivo.
Las procesiones eran una característica destacada de la práctica religiosa griega,
combinaba elementos griegos y egipcios como los animales exóticos y las imágenes y
estatuas de Alejandro y Ptolomeo. Se ofrecían recompensas a los ganadores de las
competiciones y pan y vino para los habitantes.

La negociación del poder


La "libertad griega" y los reyes
El deber del rey era mostrar que abogaba a la libertad de la comunidad griega, convencía a
las ciudades que estaban luchando por su libertad.
Autonomía: significaba independencia real
La libertad era dada y quitada por capricho del rey (condición pasiva), pero si el rey se
ganaba la hostilidad de la ciudad, estaba garantizado que no iba a ir bien.
Consecuencias militares del poder real:
● Las ciudades fueron arrasadas y saqueadas durante las guerras entre reyes y
enemigos.
● Los reyes podían obligar a las ciudades a devolver a sus exiliados políticos.
● Las ciudades no podían formar sus propios ejércitos de ciudadanos.
● Si una ciudad era invadida, el costo de mantener a los soldados iba por su parte, por
más que provocaran trastornos e interferencia en la vida habitual.
Una ciudad-estado fuerte, tenía más esperanzas de poder negociar con el Rey y sacar
ventaja.
Los epistatai (gobernadores) podían ser ciudadanos locales nombrados para tal cargo,
cumplían la función de intermediarios que negociaban con el Rey en nombre de su ciudad.
Era normal que las ciudades esperen que el rey exigiera el phoros (tributo), además debían
comprar su exención fiscal.

Las negociaciones con reyes y entre las ciudades


Las ciudades no eran totalmente impotentes ante los mandatos del rey, ya que este también
dependía de su apoyo práctico e ideológico, a veces hasta realizaban un intercambio. De
esta manera también los reyes realzaban su reputación al ser considerados con su pueblo.
Gracias a esto, el rey no sólo afirmaba que actuaba con justicia y piedad, sino que también
lo llevaba a la práctica.
Eran común también que si había un conflicto entre dos ciudades griegas, llamarán a una
tercera en calidad de árbitro, está práctica se debía a que las ciudades ya no podían
levantar ejércitos en el campo para resolver sus conflictos combatiendo, por eso buscaban
formas más diplomáticas de resolver sus conflictos. En Creta en el siglo II pudo haber
existido un sistema de arbitraje ordinario (el koinodikion) para arreglar las disputas
particulares entre miembros de distintas poleis. En otros casos, el rey podía ser llamado a
arbitrar.
Las excepciones notorias a la generalización de que las misiones dicásticas se hicieron más
comunes, corresponden a las dos ciudades-estado más poderosas de Grecia (Atenas y
Rodas) que nunca consideraron necesario llamar a los ciudadanos de otros estados.
Aunque los atenienses muchas veces servían de dicastai en otras partes.
Las ciudades reconocen la asilia, o la inviolabilidad de otra ciudad o lugar de culto. Los
santuarios estaban intrínsecamente protegidos por la sanción divina.
Además de disfrutar de lazos diplomáticos y ceremoniales con mayor asiduidad, practicaban
con más frecuencia la ciudadanía compartida, por ejemplo: mediante la simpoliteia (entre
Stiris y Medeon) o la homopoliteia (entre Cos y Calimnos). Las ciudades estaban más
dispuestas a recibir a extranjeros y a aquellos de parentela mixta.
A finales del periodo helenístico, en que la dominación romana llevó a diluir los valores
ciudadanos, se permitió a veces a las mujeres actuar casi como magistrados y
benefactores.

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